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Modelo educativo para la

educación obligatoria
MARZO 15, 2017

Hoy vivimos en un mundo complejo e interconectado, cada vez


más desafiante, que se transforma a una velocidad inédita. En
muchos sentidos —más que una era de cambios— nos
encontramos frente a un cambio de era.

Por esta razón emprendimos una Reforma Educativa, la cual


elevó a rango constitucional la obligación del Estado mexicano de
brindar una educación pública con calidad y equidad. El objetivo
de esta transformación es que todos los estudiantes se formen
integralmente y alcancen su máximo logro de aprendizaje, a fin de
que puedan desarrollar con éxito sus proyectos de vida en un
contexto complejo y globalizado, como lo exige la sociedad del
siglo XXI.

Como parte de los mandatos de la Reforma Educativa, tal como lo


establece el artículo 12º transitorio de la Ley General de
Educación, fue preciso realizar una revisión del modelo educativo
en su conjunto, incluyendo los planes y programas, los materiales
y los métodos educativos. Por ello, en 2014, se realizaron foros
de consulta nacional para la revisión del modelo educativo sobre
la educación básica, media superior y normal. Derivado de este
ejercicio, la SEP realizó un replanteamiento del mismo. Un
esfuerzo de esta magnitud no partiría de cero. Se tomarían en
cuenta aquellas aportaciones, además de las experiencias
educativas y de colaboración exitosas tanto nacionales como
internacionales, así como los hallazgos de la investigación
educativa.

A partir de estos elementos, la SEP presentó en julio de 2016 una


propuesta para la actualización del modelo educativo que se
conformó por tres documentos: la Carta sobre los Fines de la
Educación en el Siglo XXI, El Modelo Educativo 2016 y
la Propuesta Curricular para la Educación Obligatoria 2016 .

Con objeto de robustecer, adecuar y contextualizar dicha


propuesta, la SEP sometió los documentos al análisis y discusión
de todos los actores involucrados en la educación, a través de
foros en todo el país. Estos fueron revisados también en los
Consejos Técnicos Escolares de la educación básica, en las
Academias de la educación media superior, en los Consejos
Escolares de Participación Social y en una consulta en línea. Al
término de este ejercicio, el Centro de Investigación y Docencia
Económicas (CIDE) sistematizó en un informe los más de 298,200
comentarios, además de 28 documentos externos.

Con aquellas aportaciones en mano y tras un periodo de


compilación y reflexión, el pasado 13 de marzo presentamos el
Modelo Educativo para la Educación Obligatoria, el cual se
compone de: La carta de Los Fines de la Educación en el Siglo XXI ,
que presenta las características de los mexicanos que queremos
formar y los traduce en un perfil de egreso por nivel educativo; el
Modelo Educativo , que articula los componentes del sistema en 5
ejes para lograr el máximo logro de aprendizaje de los estudiantes
y; la Ruta para la implementación del Modelo Educativo , es decir la
normatividad, las líneas de acción y los tiempos que habrán de
seguirse para que esta transformación educativa llegue de
manera efectiva a cada aula de nuestro país.
En suma, el Modelo Educativo se sustenta en el principio de
educar para la libertad y la creatividad y alinea los esfuerzos del
sistema educativo con el objetivo de que todos los niños, niñas y
jóvenes, sin importar su condición o contexto, cuenten con una
educación que les proporcione aprendizajes y conocimientos
significativos, relevantes y útiles para la vida.

I. El planteamiento curricular

Como expresan los Fines de la Educación, el egresado de la


educación obligatoria debe expresarse correctamente –oralmente
y por escrito– con confianza, eficacia y asertividad, tanto en
español como en una lengua indígena, en caso de hablarla, y en
inglés. Debe emplear el pensamiento hipotético, lógico y
matemático para formular y resolver problemas, además de ser
competente y responsable en el uso de las Tecnologías de la
Información y la Comunicación. Debe también cuidar su salud
física y mental, orientarse a partir de valores y ser empático al
relacionarse con otras personas y culturas, entre otros rasgos.

Esta visión implica un cambio de paradigma en el currículo, en las


prácticas educativas, y una mejor articulación entre niveles
educativos. Hasta hoy, la escuela tradicional había privilegiado la
memorización y la transmisión de conocimiento. Ahora se busca
facilitar y guiar al alumno para que desarrolle aprendizajes
significativos, aprenda a pensar, a resolver problemas y tenga la
capacidad y el deseo de seguir aprendiendo de forma autónoma
durante el transcurso de su vida.

A partir de un enfoque humanista y con base en hallazgos de la


investigación educativa, el currículo se concentra en el desarrollo
de aprendizajes clave, es decir aquellos que contribuyen al
desarrollo integral de los estudiantes. Nuestro objetivo es que el
currículo no esté centrado únicamente en el desarrollo cognitivo,
sino en que los alumnos tengan un desarrollo personal y social
pleno, de ahí la importancia de innovar a través del desarrollo de
habilidades socioemocionales y de dar lugar a que las escuelas
puedan adecuar una parte del currículo acorde a las necesidades
de sus estudiantes.

II. La Escuela al Centro del Sistema Educativo

Una de las principales preocupaciones de las escuelas de todo el


país es que la carga burocrática y administrativa les ha impedido
enfocarse en el trabajo pedagógico y generar ambientes propicios
para el aprendizaje. Además, la falta de conocimiento de la
realidad a la que se enfrentan los planteles había dado como
resultado que las decisiones de política pública se tomaran en
desconexión con lo que sucede en su entorno cotidiano.

Por esta razón, se plantea un sistema que concentra sus recursos


en fortalecer a las comunidades educativas para conocerlas mejor
y facilitar que atiendan sus necesidades particulares con mayor
autonomía de gestión. Un aspecto importante para ello es la
consolidación de espacios de comunicación y de deliberación,
como los Consejos Técnicos y los Consejos Escolares de
Participación Social, además del planteamiento y seguimiento de
una ruta de mejora continua. El Modelo también considera el
acompañamiento técnico y pedagógico a los maestros para que
puedan transformar su práctica y establece mecanismos para la
descarga burocrática a fin de que la comunicación entre los
directores de las escuelas y las autoridades educativas sea más
directa, al concentrar en una sola plataforma los datos necesarios
para la planeación, administración y evaluación del sistema
educativo.

III. Formación y desarrollo profesional docente


Para lograr el cambio de paradigma que propone el Modelo
Educativo es preciso fortalecer la labor docente. Son los maestros
quienes guían e inspiran a los alumnos. Bajo el Modelo, los
docentes son profesionales que generan ambientes de
aprendizaje incluyentes, comprometidos con la mejora constante
de su práctica y capaces de adaptar el currículo a las
necesidades y contextos de sus alumnos.

Para lograrlo, se plantea una formación continua que les permita


el cambio en su práctica pedagógica, un Servicio Profesional
Docente concebido como un sistema basado en el mérito, que
considera a la evaluación como un elemento para la mejora
continua, además de fortalecer y alinear la formación inicial.

IV. Inclusión y equidad

El Modelo Educativo tiene el objetivo de que todos los niños,


niñas y jóvenes, independientemente de su género, origen,
lengua, contexto o discapacidad, tengan la misma oportunidad de
ejercer su derecho a una educación de calidad, como lo establece
la Constitución.

Por ello, el Modelo plantea que, primero, se brinde una mejor


infraestructura y recursos para los planteles que más lo necesitan,
que las becas beneficien a los alumnos con mayores carencias,
primordialmente a aquellos cuyas familias se encuentran en los
deciles de ingreso más bajos, que los niños y jóvenes con
discapacidad tengan la misma posibilidad de acudir, permanecer
y concluir su educación y que las niñas tengan las mismas
oportunidades que los niños. Propone una educación intercultural,
que implica formar en el aprecio y el valor de la diversidad étnica
y cultural de nuestro país y que todas las escuelas sean
inclusivas.
V. La gobernanza del sistema educativo

Por último, el Modelo reconoce que cada uno de los actores


involucrados en la educación tiene una importante
responsabilidad como son el gobierno federal, el Poder
Legislativo, las autoridades educativas locales, el INEE, el
magisterio, los padres de familia y la sociedad civil.

El Modelo presenta no sólo un plan que incorpora un cambio de


paradigma, sino que también considera un diseño coherente que
lo articula y permite ponerlo en marcha. Cuenta con la flexibilidad
necesaria para tomar en cuenta las diversas necesidades de los
distintos contextos de nuestro país y reconoce que su
implementación requiere de un proceso gradual.

Porque el Modelo Educativo contó con la participación de todos,


el reto consiste en hacer que trascienda el horizonte temporal de
un gobierno. Si nos unimos en torno a este proyecto, podremos
transformar algo mucho más grande: a México.

Aurelio Nuño Mayer es el Secretario de Educación Pública (SEP).

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