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Los tipos de instintos

Instinto de vida Instinto de muerte

Los instintos de vida tienen por objeto la Frente a los instintos de vida, Freud postuló los instintos de muerte
supervivencia del individuo y de la especie porque o destructivos. Basándose en la biología, postuló el hecho evidente
tratan de cubrir las necesidades de alimento, agua, de que todos los seres vivos se deterioran y mueren, regresando a
aire y sexo. Se orientan al crecimiento y desarrollo. su estado inanimado original, y propuso que las personas tienen el
La energía psíquica que manifiestan es la libido, la deseo inconsciente de morir. Un componente de estos instintos es
cual se puede unir o invertir en objetos, concepto el impulso agresivo, descrito como el deseo de muerte dirigido a
que Freud llamó catexia. Por ejemplo, si le agrada un otros objetos en lugar del yo. Este impulso nos lleva a destruir,
compañero o compañera de cuarto, Freud diría que conquistar o matar. Freud llegó a considerar que la agresión era
su libido esta caracterizada él o en ella. una parte de la naturaleza humana tan importante como el sexo.

El instinto de vida que Freud consideraba más Freud desarrolló el concepto de los instintos de muerte al final de
importante para la personalidad es el sexo, mismo su vida, como reflejo de sus experiencias personales. Sufrió el
que definía en términos muy amplios. deterioro físico y psicológico de la edad, su cáncer empeoró y
presenció las matanzas de la Primera Guerra Mundial. Una de sus
Sugería que las personas son seres que hijas falleció a los 26 años, dejando dos pequeños huérfanos. Todo
predominantemente buscan el placer, y gran parte ello le afectó profundamente y de ahí que la muerte y la agresión se
de su teoría de la personalidad gira en torno a la convirtieran en temas centrales de su teoría. En sus últimos años,
necesidad de inhibir o suprimir los impulsos sexuales. tenía miedo de morir, mostraba hostilidad, odio y agresividad
contra los colegas y discípulos que cuestionaban sus ideas y
abandonaban el círculo psicoanalítico.
Niveles de la personalidad
Corresponde a su significado común y corriente e incluye todas aquellas sensaciones y experiencias de las
cuales tenemos conciencia en un momento dado. Por ejemplo, mientras usted lee estas palabras tal vez esté
Consciente consciente de lo que siente al tomar su pluma y ver la página, así como ante la idea que está tratando de
entender y un perro que ladra a lo lejos.

Éste es el punto focal de la teoría psicoanalítica. Sus vastas y oscuras profundidades albergan los instintos, esos
deseos y anhelos que dirigen nuestro comportamiento. El inconsciente contiene la principal fuerza motora de
Preconsciente todas las conductas y es el depósito de fuerzas que no podemos ver ni controlar.

El preconsciente es el almacén de los recuerdos, las percepciones y los pensamientos de los cuales no estamos
conscientes en el momento, pero que podemos traer fácilmente a la conciencia. Por ejemplo, si su mente
Inconsciente divaga alejándose de esta página y usted empieza a pensar en un amigo o en lo que hizo anoche, estaría
evocando material de su preconsciente para llevarlo a su consciente. Con frecuencia vemos que nuestra
atención va y viene de nuestras experiencias en ese momento a hechos y recuerdos guardados en el
preconsciente.
Estructura de la personalidad

El ello El yo

El ello corresponde a su idea anterior del inconsciente El yo (ego): Casi todos los niños aprenden que no pueden
(aun cuando el yo y el superyó también tienen quitarle la comida a otros a no ser que estén dispuestos
aspectos inconscientes). Es el depósito de los instintos afrontar las consecuencias, que deben posponer el placer que
y de la libido (energía psíquica que se manifiesta en los obtienen al liberar las tensiones anales hasta que llegan al baño
instintos). Es una potente estructura de la o que no pueden dar rienda suelta a todos sus impulsos
personalidad porque suministra toda la energía a los sexuales y agresivos. En la niñez se le enseña a enfrentar el
otros dos componentes. mundo externo con inteligencia y racionalidad, y a cultivar sus
facultades para percibir, reconocer, juzgar y recordar, o sea, las
capacidades que los adultos emplean para satisfacer sus
necesidades y que Freud llamó procesos secundarios de
pensamiento.
El superyo

El superyó (superego)El ello y el yo no constituyen la imagen completa de la naturaleza humana que planteara Freud. Existe un tercer conjunto de fuerzas -
un potente grupo de dictados o creencias que son inconscientes en gran medida que adquirimos en la niñez: las ideas del bien y del mal. En lenguaje
común decimos que esta moral interna es la conciencia. Freud la llamó el superyó. Por lo habitual, hacia los cinco o seis años, los niños han aprendido este
aspecto moral de la personalidad, que al principio está compuesto por las reglas de conducta establecidas por sus padres.
Etapas psicosexuales
La etapa oral
La etapa oral es la primera del desarrollo psicosexual y abarca del nacimiento a algún punto del segundo año de vida. En este periodo, la
principal fuente de placer del infante es la boca. Éste obtiene placer al succionar, morder y deglutir. Por supuesto que la boca cumple una
función de supervivencia (para ingerir alimentos y agua), pero Freud hizo hincapié en la satisfacción erótica que se deriva de las actividades
orales.

La etapa anal
En el primer año de vida del infante, la sociedad –personificada por los padres– tiende a ser deferente con sus necesidades, ajustándose a
sus exigencias y esperando ajustes relativamente pequeños a cambio. La situación se modifica enormemente hacia los 18 meses de edad,
cuando le imponen al niño otra exigencia: el control de esfínteres.

La etapa fálica
Otra serie de problemas se presenta entre el cuarto y quinto año de vida, cuando el punto focal del placer cambia del ano a los genitales. El
niño vuelve a afrontar la batalla entre el impulso del ello y las exigencias de la sociedad, reflejadas en las expectativas de sus padres.

La etapa genital

Este periodo, la última etapa psicosexual del desarrollo, se inicia en la pubertad. El cuerpo está madurando fisiológicamente y, si no se han
presentado fijaciones importantes en una etapa anterior del desarrollo, la persona podrá llevar una vida normal. Freud pensaba que, en este
periodo, el conflicto es menos intenso que en las etapas anteriores.

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