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Mercedes Chávez.

Paulina Morales.
Mary Carmen Moreira.
Carlos Dorantes.
15 de abril de 2015.
Métodos I.

CALIFICACIÓN: 8

Se debe redactar en tercera persona del singular

Marco teórico: Infidelidad.

TODOS LOS PÁRRAFOS LLEVAN SANGRÍA

La infidelidad se refiere al quebrantamiento de las reglas implícitas y explícitas que


la cultura y la sociedad imponen en las parejas. Dicho quebrantamiento es una de
la principales causas de rompimiento de relaciones en México. Esto se puede
deber a que la sociedad contemporánea ha sido descrita a tener una orientación
encaminada hacia el individualismo y el hedonismo, en donde la mayor
importancia radica en la satisfacción casi inmediata de las necesidades, una visión
orientada en el aquí y el ahora, en la que resaltan las relaciones con un escaso
nivel de compromiso. (Espinoza Romo, Correa Romero, y col. 2014). Citando a
Bauman (2005), “en la sociedad posmoderna hay fragilidad en los vínculos
humanos”.

Generalmente se habla de dos diferentes tipos de infidelidad, física y emocional,


las cuales difieren en diversos aspectos. La infidelidad física se refiere a la
relación sexual y derivados con una tercera persona, mientras que la infidelidad
emocional además de caracterizarse por un componente físico, es definida por la
intimidad emocional. Esta intimidad se refiere a la conexión emocional de dos
personas, en donde uno o ambos se encuentran en una relación. La infidelidad
emocional ocurre generalmente cuando hay amor romántico, tiempo y atención en
otra persona que no es la pareja. (Hertlein, Wetchler & Piercy, 2005).

La infidelidad da la sensación de que algo se ha roto y el valor y la confianza en


uno mismo se ve destruido. El ser humano tiene que trabajar en un duelo
personal, para poder enfocarse y salir adelante. Cada persona vive la infidelidad
de manera distinta, depende de muchos factores; habrá parejas que pueden
reconstruirse después de un fuerte trabajo y hay parejas que no pueden ni
intentarlo y prefieren la separación, también existe la pareja que no resuelve lo
que paso, pero aun siguen juntos; me parece la peor, porque es una relación
insana que los lleva a vivir un enorme sufrimiento, con mucha tensión,
repitiéndose una y otra vez lo que sucedió, con una rabia enorme por dentro.
(Bucay, 2001).

A lo largo de la vida, vamos formando nuestra moralidad, dependiendo de lo que


nuestros padres y la sociedad en la cual nos desarrollamos consideran correcto.
La culpa es un sentimiento, que acompañ a a la gente al hacer un acto que
creemos incorrecto o moralmente malo, al presentar una incongruencia entre
nuestras creencias y nuestras acciones se presenta esta emoció n. A mayor
distancia entre nuestro ideal y nuestro yo real, mayor será́ la culpa sentida.

Si en base a las creencias adquiridas a lo largo de la vida engañ ar a la pareja es


algo incorrecto, pero solo se engañ a si entablas una relació n sexual cotilla, no
implica ese sentimiento de culpa, ya que para sentirse culpables se tendría que
enamorar de la persona en cuestió n. La moralidad de cada individuo es distinta,
pero se podría decir que al dañ ar a una persona de nuestra importancia, este acto
genera un sentimiento de dolor y remordimiento, llamado culpa. (Camacho).
Año.

En esta investigación es importante analizar las diferencias entre hombres y


mujeres en su forma de experimentar los celos, un mecanismo que tendría como
finalidad el mantenimiento de la relación con la pareja. Estos celos surgen ante la
sospecha de una amenaza a una relación. Al ser la infidelidad una conducta
frecuente entre las personas, los celos actuarían como una señal de alarma hacia
este suceso. Para analizar esta diferencia entre géneros, se debe de comprender
la cantidad de energía que invierten, tanto los hombres y las mujeres, en la
reproducción de sus genes. Los hombres, por un lado, pueden fecundar a varias
mujeres, ya que ellos tienen la capacidad de generar grandes cantidades de
espermatozoides; sin embargo, las mujeres tienen un periodo de gestación que
determina la posibilidad de reproducción de sus genes. Es por esto que las
mujeres realizan una mayor inversión de energía para la reproducción de sus
genes, ya que sus posibilidades de reproducción son más reducidas que las del
sexo opuesto. Se puede decir que por esta diferencia entre géneros, hace que los
hombres, con más probabilidad, primen a las estrategias sexuales. Mientras que
las mujeres, también con mayor probabilidad, busquen estrategias sexuales que
aseguren el éxito reproductivo. (Canto, García y col. 2009). Colaboradores se
pone a partir del quinto apellido.

Por otro lado, la mujer siempre tendrá la certeza de que el hijo que espera es
suyo, por lo tanto, perpetuarían sus genes. Pero para el hombre es diferente, ya
que aunque el hombre se sienta igual de seguro de su paternidad debe vigilar y
controlar el comportamiento sexual de su pareja, asegurándose que su pareja solo
haya tenido relaciones sexuales con él antes de ser fecundada. Así; pues, en los
hombres los celos constituirían un mecanismo de alerta ante las amenazas a la
seguridad de su paternidad. Pero para las mujeres esta amenaza estaría en que
su pareja desvíe recursos hacia otras mujeres y otros hijos. Es por esto que las
mujeres buscarán una pareja que fuera fiel emocionalmente, para que así
garantizar sus recursos. Mientras que los hombres buscan garantizar la paternidad
del hijo. (Canto, García y col. 2009). Tanto la infidelidad como los celos son
síntomas de un conflicto en el vínculo que se tiene con la pareja y son
manifestaciones de la dinámica de la relación que tiene esta. (Venegas Osorio,
2011).

Existen infinidad de formas de relacionarse y hacer una clasificación puede


resultar una tarea ardua, para conocer los diferentes tipos de infidelidad, también
es necesario crear una clasificació n en los diferentes tipos de relaciones que
entablamos.
Lo que varía en los diferentes tipos de pareja, además de la profundidad del
vínculo, el afecto y el tiempo, son los tipos de contratos que se establecen entre
los miembros de la misma, igualmente en general, en la mayoría de las relaciones
existe la cláusula de exclusividad afectiva y sexual.

Cuando se dice que unas personas tienen “tranza” o “historia”, puede haber o no
sentimientos importantes entre ambos, en general una relación que se mantiene
en esta categoría, no suele implicar sentimientos profundos. Con estos términos
populares, se hace referencia a las relaciones donde no existe un compromiso
significativo, sino que simplemente dos personas estuvieron juntas y compartieron
algún encuentro amoroso, en el cual pudo haber o no relaciones sexuales. No
tienen un compromiso social (en general las familias no están al tanto, ni son
presentados a amigos, etc.). No existe un compromiso de fidelidad ya sea implícito
o explícito (Camacho). Mientras que el matrimonio Es una relación en donde existe
continuidad en el tiempo y un vínculo afectivo importante. Actividades, proyectos y
salidas en común, en general ambos conviven y existe un compromiso social, lo
mismo que un acuerdo de exclusividad y fidelidad. Suele haber algún contrato
legal y/o religioso que los une. Acá incluiremos a las parejas que tienen un
compromiso importante y viven juntas independientemente que tengan o no algún
certificado legal o religioso. (Camacho).

Otro término popular es el de “amigovios” en donde entran aquellas relaciones que


ya tienen cierto grado mayor de continuidad en el tiempo, suelen ser relaciones
abiertas en donde todavía no hay un compromiso claro establecido, no existe una
exigencia monó gama. Los sentimientos pueden ser fuertes o no estar definidos
con claridad. A diferencia que los “novios” las cuales son relaciones en donde ya
hay continuidad en el tiempo, suelen existir sentimientos fuertes entre ambos, en
general existen proyectos, actividades y/o salidas en común. Existe un
compromiso social, la gente sabe que están en pareja, las familias conocen a los
novios o están al tanto de la relación, lo mismo que los amigos y allegados. Existe
un acuerdo de exclusividad y un compromiso de fidelidad. (Camacho).
Las parejas abiertas por otro lado, son relaciones en donde existe un vínculo
afectivo importante, continuidad en el tiempo, compromiso social y tiene todas las
características de un noviazgo, con excepción de la exclusividad sexual y del
compromiso de la fidelidad, al menos no en el sentido clásico. Mientras que los
amantes consiste en una relación en la que existe un compromiso afectivo y cierta
continuidad en el tiempo. La relación de fidelidad tiene formas particulares, en
general uno de los dos miembros o ambos están comprometidos en otras
relaciones afectivas. El compromiso social es limitado, en general, no se hace
pública la relación. (Camacho)

El temor de pérdida del objeto, necesidades de satisfacciones narcisistas,


búsqueda de la diferenciación y relaciones de poder; son motivaciones
intrapsíquicas que subyacen del conflicto celos-infidelidad. Tanto el celoso como el
infiel comparten sentimientos de dolor, odio, tristeza, miedo, desconcierto,
desconfianza, arrepentimiento, comportamiento errático, dudas, disociación
constante y culpa. (Venegas Osorio, 2011).

El amor verdadero causa una enorme felicidad , pero también puede ocasionar
mucho dolor y sufrimiento, principalmente tras la traición de una infidelidad. La
infidelidad se define como una traición y una falta de respeto hacia el ser querido.
Cuando es descubierta la infidelidad, la pareja se siente infravalorada e incluso
culpable, repitiéndose una y otra vez. Como ya se menciono anteriormente, una
infidelidad produce tristeza y dolor, es necesario vivir un proceso interno de duelo
para poder enfrentar el problema y poder salir adelante. Es necesario contar con
propia fuerza de voluntad para saber que una pareja no es esencial en nuestra
vida y recuperar la ilusión de vivir. (Bucay, 2001).

Como lo menciona Gaspar Hernandez (2015) la tristeza es la respuesta que tiene


el ser humano frente a una situación dolorosa que nos deja impotentes. La
sociedad en la que vivimos parece rechazar el dolor, empujándonos a creer que la
vida plena o ideal es: nunca estar triste, nunca sentir dolor, nunca llorar, nunca
temer, nunca no poder. Como lo menciona Gaspar Hernandez, la tristeza, el dolor
y el miedo son respuestas que se consideran sanas frente a una fuerte situación.
Por otro lado, la depresión, el sufrimiento, la inmovilidad expresan un
estancamiento en el camino de la superación personal, condicionado poro nuestra
educación deficiente, por una mala experiencia individual o como resultado de un
hábito aprendido de un mal maestro, o un habito aprendido de un buen maestro.
Como lo mencionan los psicólogos: los miedos se afrontan, los dolores se
padecen y las tristezas se lloran. Esto nos ayuda a superar esos momentos y
pasar a una etapa adulta de nuestra realidad. 

Como lo menciona el psicólogo Gaspar Hernández, el equilibrio personal va a


depender de la capacidad para armonizar lo que pensamos, lo que sentimos y lo
que hacemos. Es posible llegar a este estado de armonía si comenzamos los
cambios desde el cuerpo, con prácticas como el ejercicio , escuchar música, que
liberen en nosotros  nuestros neurotransmisores de la felicidad como la oxitocina,
las endocrinas, la dopamina y la serotonina, los cuales mantienen el estado de
bienestar y mejoran la atención, la memoria y el aprendizaje a corto, medio y largo
plazo; y  favorecen un estado mental positivo. (Hernández, 2015).

Cada vivencia tiene tres ámbitos que lo conforman: el pensar, el sentir y el actuar.
Un pensamiento positivo nos genera un sentimiento positivo y por lo tanto, un
comportamiento positivo. Nuestro cuerpo y nuestra mente son uno mismo y para
lograr una transformación saludable y crear buenos hábitos, debemos empezar
por donde nos resulte más fácil. Aparte de hábitos saludables, como el llevar una
alimentación sana y equilibrada que aporte los nutrientes necesarios para un buen
funcionamiento de nuestro sistema, un sueño reparador entre otras. Para
progresar como persona y lograr lo que deseamos, la fuerza se debe buscar en
uno mismo. Tenerse a uno mismo como referencia para progresar es la clave de
la superación. La voluntad de crecer condicionada por los logros ajenos es
entregar de nuestra vida a algo exterior, esto nos conduce a sentir frustraciones, o
celos, envidia o odio. Lo que va a lograr es que nos vamos a sentir inferiores, que
es una fuente de sufrimiento. (Hernández, 2015).
Por otro lado, el autor menciona la importancia de la fuerza de voluntad, cuando
terminamos una relación; en este caso, haciendo referencia a la infidelidad. La
voluntad es como un músculo y se puede entrenar. Por otro lado, también define
la voluntad como la capacidad de mantener libremente un esfuerzo continuado
hacía los objetivos que deseamos. El autor da una tercera definición y dice, que la
voluntad es la motivación inteligente dirigida. Es normal que la persona que acaba
de pasar por un duelo, se pregunte ¿Cómo dirigir mi voluntad?, ¿Cómo le hago
para ya no buscar a ese ser que me hizo daño y me fue infiel?. En primer lugar,
según el autor se trata de inhibir el impulso, la inmediatez del deseo. En segundo
lugar, dedicarnos al aquí y al ahora, no pensar en el pasado y en el “hubiera”. En
tercer lugar, se trata de pasar a la acción y mantener el esfuerzo. Algunas
preguntas que nos podemos hacer es ¿Qué es lo que quiero?, ¿Para qué lo
quiero?. Mientras no percibamos la buena salud como un bien mayor (relaciones
sanas), vamos a seguir siendo víctimas de objetivos que a veces se logran y a
veces no. Es necesario hacer una planificación, marcarnos una meta. Para
finalizar, es importante mencionar que el equilibrio personal depende de la
capacidad para armonizar lo que pensamos, lo que sentimos y lo que
hacemos. (Hernández, 2015).

Ninguna pareja es igual, por lo que el significado de “infidelidad” puede ser


diferente para cada una de estas. Estos significados se pueden considerar por: la
infidelidad para escapar del objeto invasivo, en donde el deseo de ser cuidado y
protegido genera ansiedad y se busca relaciones sexuales con un tercero; la
infidelidad para obligar a la reparación, en donde el infiel busca la manera de ser
descubierto por su cónyuge para obligarlo a reparar la falla al acuerdo
inconsciente inicial; la infidelidad para negar la desidealización del objeto de amor,
en donde el infiel se defiende de la angustia que le produce verse obligado a
renunciar al objeto totalmente satisfactorio del enamoramiento, lo que impide que
este establezca un verdadero compromiso con otras personas y con las
gratificaciones que estas proporcionan, por último, la infidelidad para
salvaguardarse del abandono, en donde una sola relación profunda y duradera es
vivida como una amenaza, el sujeto asume la infidelidad como una medida de
precaución frente a la angustia intolerable de la pérdida del objeto de amor. Estos
significados le otorgan al sujeto las que los lleva a establecer su propia modalidad
relacional. “Las personas reaccionan e interactúan, no sólo con un otro real, sino
también con un otro interno, una representación psíquica de una persona que en
sí misma tiene el poder de ejercer influencia en los estados afectivos del individuo
y en sus reacciones comportamentales manifiestas.” (Venegas Osorio, 2011).

Se ha podido observar que algunos rasgos de personalidad están asociados con


la infidelidad. Se han descubierto fuertes vínculos entre la personalidad y la
propensión a la infidelidad, concluyendo que ciertos tipos de personalidad están
más predispuestas a cometer actos infieles que otros. Se ha encontrado que las
aventuras infieles se han atribuido al narcisismo, más bien, a la necesidad de
reafirmar un ego masculino frágil y de elevar la autoestima pero por lo general, al
mal funcionamiento psicológico. Este narcisismo puede llegar a predecir el deseo
de tener múltiples parejas sexuales, lo cual se da sobre todo en las mujeres.
Mientras que en hombres el mayor predictor sería una personalidad sexual
abierta, en la cual se tiene una orientación socio-sexual abierta con un amplio
número de parejas sexuales. El psicoticismo; por último, se relaciona
significativamente con la infidelidad, tanto en hombres como en mujeres. (Romero
Palencia, Erari Gil-Bernal, 2013).

Siendo el fundamento de la familia la pareja, es de vital importancia adentrarnos a


este tema. Las instituciones familiares fueron inventadas por los seres humanos
como una forma de organizarse y asegurar la reproducción y la sobrevivencia de
la especie. Tomando en cuenta que la humanidad tiene aproximadamente cien mil
años, el hombre tuvo que sobrevivir con organizaciones sociales diferentes a las
que conocemos en la actualidad. Debido a que con la aparición de los primeros
seres humanos, la sobrevivencia era muy difícil; se puede concluir que las
sociedades eran monógamas, ya que el hombre solamente podía cuidar, proteger
y mantener a una familia. De hecho, las sociedades poligámicas existen solo
cuando el hombre puede mantener a más de una mujer. En este sentido, la
organización social llamada familia y pareja es la forma en que la humanidad
encontró para reproducirse y asegurar la protección y mantenimiento de sus
integrantes, desde la aparición de esta. (Linton, 1987).

Al hablar de la infidelidad, debemos tocar el tema de los engañados, los cuales se


sitúan de inmediato en un rol. Los engañados, atraviesan también situaciones
como la duda entre lo prohibido, lo permitido, lo bueno y lo malo. (Salmerón
García). Tienden a tener una autoestima baja, por lo general, son personas
inseguras y dependientes, tímidas y retraídas; personas a quienes les cuesta
hacerse valer y respetar. Habitualmente son personas tolerantes y pacientes hacia
su pareja, ya que priorizan los deseos y necesidades de esta por sobre los de
ellas de mismas. Los engañados suelen ser personas idealistas y románticas,
quienes priorizan la imagen y la forma de su pareja también respetan
profundamente los vínculos afectivos. En casos graves estas personas pueden
llegar a ser negadoras; negando así que su pareja le está siendo infiel,
justificando a los otros. Por lo que suelen ser más comprensivas con los demás
que con ellas mismas. Los rasgos de dependencia en una persona que esta
sufriendo un engaño pueden ser muy marcados y en algunas ocasiones las
personas que son sistemáticamente engañadas no pueden imaginar la vida fuera
de una relación de pareja. (Camacho, AÑO).

La infidelidad es un golpe devastador, es dolor que no queremos enfrentar jamás y


en muchas casos preferimos evadirlo; para no sentir-no sentirnos-. El ser humano
se convierte en un experto en evadir las cosas dolorosas de la vida. La persona
teme a dejar a un ser querido, muchas veces por miedo, la persona debe de tener
una autoconcepción de sí mismo como un ser valioso que no merece que su
pareja le provoque malestar, así como violencia psicológica (una infidelidad) o
violencia física. Como seres humanos, para evitar ese dolor nos “hacemos tontos
solos”, creyéndonos que no esta pasando nada, que todo se va a arreglar y esta
es una forma de evitar el problema, a la larga esto nos afectaría enormemente; es
importante permanecer atentos. (Bucay, 2001)

Reintentar una relación después de una infidelidad es algo que se puede lograr,
requiere de una profunda sinceridad personal, para ser capaces de reconocer si
alguien puede o no volver a confiar. Hay veces en que se puede intentar. Y si a
pesar de poner lo mejor que tenemos nos damos cuenta de que el dolor no cesa,
decir simplemente: no puedo y tomar la decisión de dejar la relación y seguir
adelante. (Bucay, 2001).

La fidelidad la tenemos como un termino que le debemos a la pareja que estamos,


pero ¿qué hay de la fidelidad hacia nosotros?; ¿el respeto sobre lo que creemos y
pensamos que es correcto, nuestros valores anhelos y expectativas?. Ser fiel a
uno mismo significa para cada uno de nosotros cosas distintas, ya que le daremos
un contenido particular a ese compromiso que tenemos con nosotros mismos.
Para poder llegar a ser a serle fiel a alguien mas.

Para esta idea existen dos posturas, ya que la persona que es totalmente fiel a
sus ideales y deseos, podría llegar a pensar que al estar en una relació n y ver a
alguien atractivo, su cuerpo lo incitaría llevar una segunda relació n con esa
persona, y al no hacerlo sentiría una gran culpa por no cumplir sus deseos
reprimidos, es aquí donde nuestra moralidad entra y nos dicta que es lo correcto,
que a pesar de lo siempre cumplir con nuestros deseos quiere decir que nos
estamos fallando, sino que nuestro compromiso con la persona con la cual
entablamos una relació n, es una mayor a nuestros deseos.

Todos al entablar una relació n, en algú n momento hemos tenido el deseo, o la


fantasía con otra persona y ahí es cuando entra el juicio y llega el tiempo de tomar
una decisió n, si sernos fieles a nosotros mismos y a nuestros deseos, y seremos
infieles a nuestra pareja, o seremos fieles a nuestra pareja, pero seremos infieles
a nuestros propios deseos.

Igualmente para muchas personas ser fiel a sí mismos implica entre otras
cosas mantenerse fieles en las relaciones de pareja, en esos casos las cosas
suelen resultar más fáciles.

Hay que saber que tomar una decisión y elegir sea lo que sea implica perder lo no
elegido, siempre se pierde algo en toda elección, la otra alternativa es no decidir y
permitir que sea lo que la vida quiera, pero esa también es en sí misma una
decisión. (Camacho).

Referencias:

Los párrafos de las referencias van a renglón seguido, con el mismo


espaciado de los demás párrafos y con sangría a partir del segundo renglón.
Asimismo, no deben ir centrados, ponerlos justificados o a la izquierda. Los
nombres de los libros y revistas van en itálicas. -1 punto.

Bauman, Z. (2005). Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vínculos. México:


Fondo de Cultura Económica.

Bucay, J. (2001). Como afrontar una infidelidad. Recuperado el 9 de Abril, 2015,


de http://saludmentesana.com/etiquetas/infidelidad/

Camacho, J. (n.d.). Fidelidad e Infidelidad en las Relaciones de Pareja.


Recuperado el 15 de abril de 2015, de
http://www.fundacionforo.com/pdfs/archivo42.pdf

Canto, J., García, P., & Gómez, L. (2009). Celos y emociones: Factores de la
relación de pareja en la reacción ante la infidelidad. Athenea Digital, 15(1578-
8946), 39-55.
Espinoza Romo, A., Correa Romero, F., & García y Barragán, L. (2014).
Percepción social de la infidelidad y estilos de amor en pareja. Enseñanza e
Investigación en Psicología., 19(1), 135-147.
Hernandez, G. (2015, Enero 10). "Seguir adelante" MENTE SANA, 5-5.

Hertlein, K. M., Wetchler, J. L. & Piercy, F. P. (2005). Infidelity: An overview. In F.

Linton R. (1987) Historia Natural de la Familia. Buenos Aires: Ed. Ariel.

Romero Palencia, Angélica; Erari Gil-Bernal, Flor de MaríaModelo predictivo de


personalidad sexual en adultos de la Ciudad de México Psicología
Iberoamericana, vol. 21, núm. 1, enero-junio, 2013, pp. 16-23 Universidad
Iberoamericana, Ciudad de MéxicoDistrito Federal, México

Salmerón García, H. (n.d.). Infidelidad, causa o consecuencia de la crisis de


pareja. Recuperado el 15 de abril de 2015, de
http://www.psicoterapiaintegral.com/Articulos/Infidelidad.pdf
Venegas Osorio, J. (2011). La dinámica vincular celos-infidelidad. Pensamiento
Psicológico, 9(17).

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