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TUTORÍAS 1º-2º ESO PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

PRIMERA PARTE: INTELIGENCIA Y REGULACIÓN EMOCIONAL


¿Qué es la inteligencia emocional?

La habilidad para percibir, asimilar, comprender y regular las propias emociones y las de los
demás, promoviendo un crecimiento emocional e intelectual. De esta manera se puede usar esta
información para guiar nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento.

Esto último es importante: la inteligencia emocional nos da información sobre las emociones que
sentimos nosotros mismos o que pueden estar sintiendo los demás, y esto tiene un impacto en
nuestros pensamientos y determina nuestra forma de actuar. Por ejemplo, si al salir de un examen
veo que mi compañero está muy callado, con la cabeza un poco baja y los hombros un poco
encogidos, la inteligencia emocional es la que va a hacer que detecte que ese conjunto de símbolos
indican que está triste y por tanto actuaré acorde a eso.

¿Qué forma la inteligencia emocional? Modelo de Mayer y Salovey (1997)

El modelo de habilidad de Mayer y Salovey considera que la IE se conceptualiza a través de cuatro


habilidades básicas, que son: percepción emocional, facilitación o asimilación emocional,
comprensión emocional y regulación emocional.

Percepción emocional: habilidad para identificar y reconocer tanto los propios sentimientos como
los de aquellos que te rodean. Implica prestar atención y descodificar con precisión las señales
emocionales de la expresión facial, movimientos corporales y tono de voz. Esta habilidad se refiere
al grado en el que los individuos pueden identificar convenientemente sus propias emociones, así
como los estados y sensaciones fisiológicas y cognitivas que éstas conllevan.

Por ejemplo, un profesor cuando está dando clase está observando los rostros de los alumnos y
percibe si se aburren o no, si están entendiendo la explicación o no, etc. y en función de eso puede
ir regulando el ritmo de trabajo, incluyendo anécdotas para despertar interés o poniendo ejemplos
para asegurarse de que todo queda claro.

Comprensión emocional: habilidad para desglosar el amplio y complejo repertorio de señales


emocionales, etiquetar las emociones y reconocer en qué categorías se agrupan los sentimientos.
Además, implica una actividad tanto anticipatoria como retrospectiva para conocer las causas
generadoras del estado anímico y las futuras consecuencias de nuestras acciones. No solo se trata
de reconocer una emoción, si no de saber cuál es su origen.
Por ejemplo, cuando nos ponemos en el lugar de un compañero porque ha sacado mala nota en un
examen y le ofrecemos apoyo, no solo estamos identificando cómo se siente sino también por qué
se siente así.

Regulación emocional: capacidad para estar abierto a los sentimientos, tanto positivos como
negativos, y reflexionar sobre los mismos para descartar o aprovechar la información que los
acompaña en función de su utilidad. Además, incluye la habilidad para regular las emociones
propias y ajenas, moderando las emociones negativas e intensificando las positivas.

Por ejemplo, cuando estoy muy nervioso ante un examen y aplico técnicas de relajación o cuando
veo a un amigo muy enfadado con otro y lo alejo para que se tranquilice.

→ Ejemplos de fallos en la regulación emocional: autolesiones, golpes en la pared, discusiones


fuertes con familiares, etc.

ACTIVIDAD 1

Analizar los videos e identificar las emociones que aparecen

- https://www.youtube.com/watch?v=5vX6rRSOoVA
- Minuto 1:46:00
https://www.youtube.com/watch?v=pAIM8QTeMCA&ab_channel=Babycx
- https://www.youtube.com/watch?v=y-tS4DcM-Ug
Responder a las preguntas en grupo:
- ¿Hay percepción emocional?
- ¿Qué emociones siente?
- ¿Comprende las emociones?
- ¿Aparece la facilitación emocional?
- ¿Cómo es su regulación emocional?
ACTIVIDAD 2

Aprender a diferenciar emociones. Mira los siguientes síntomas e intenta pensar emociones que
se correspondan con ellos.

Aparece cuando anticipamos algo para lo que


Ansiedad
creemos no estar preparados

Aparece cuando tenemos que enfrentarnos a un


Estrés
número de tareas que consideramos elevado

Aparece cuando estamos en una situación que


Miedo valoramos como peligrosa y para la que no
tenemos habilidades con las que enfrentarla

Tristeza Aparece cuando perdemos algo que nos gusta

Cansancio Aparece tras realizar una actividad que supone un


alto gasto energético

Aburrimiento Aparece tras un periodo de tiempo en el que no


realizamos actividades reforzantes o
realizamos actividades que no provocan
disfrute

Pregunta final: ¿por qué es importante distinguir estas emociones?

ACTIVIDAD 3
Análisis de casos concretos, comprensión de las emociones en el contexto

Caso 1: “Esta mañana, a Alex le ha costado mucho levantarse, vestirse y prepararse para desayunar.
Su padre se ha enfadado y le ha gritado: -es un vago y que como siempre llegará tarde a clase, que
está harto de su falta de interés y… Alex se ha sentido triste, tiene una especie de nudo en el
estómago y ganas de llorar por lo mal que le ha tratado su padre. Ha pensado que su padre no sabe
que la víspera estuvo trabajando hasta tarde para terminar los deberes de matemáticas. Ha
comenzado a explicarle la razón de su retraso pero… enfadado, ha dado un portazo y se ha ido al
colegio sin desayunar”

¿Qué ha pensado el padre? ¿Qué ha sentido? ¿Cuál ha sido su comportamiento? ¿Qué ha pensado
Alex? ¿Qué ha sentido? ¿Cuál ha sido su comportamiento? ¿Qué consecuencias ha tenido la actitud
del padre? ¿Qué consecuencias ha tenido la actitud de Alex?
Caso 2:

Formas de regulación emocional

El orden de los componentes vistos anteriormente es relevante. Es necesario primero aprender a


percibir las emociones para poder poner en práctica la facilitación y comprensión emocional y de
esta forma aprender a regularnos emocionalmente.

En concreto, para mejorar nuestra percepción, facilitación y comprensión emocional será


necesario tener mucho vocabulario emocional (me va a permitir distinguir mejor las emociones y
ser más específico a la hora de comprender mi situación) y el autoconocimiento (atender a las
respuestas somáticas, motoras y cognitivas que acompañan a mis emociones para poder
identificarlas y aplicar las técnicas de regulación correctas).

Una vez que podemos identificar lo que nos ocurre y la causa, es importante contar con una serie
de habilidades de regulación emocional y escoger la adecuada.
Una secuencia que podemos seguir y adaptarla a diferentes situaciones emocionales que nos
sobrepasen es:

- Técnicas de relajación: cuando una emoción sobrepasa nos hiperactivamos a nivel


fisiológico por lo que lo primero que debemos hacer es aplicar técnicas de relajación que
disminuyan la actividad fisiológica

- Detención del pensamiento: a nivel cognitivo también nos hiperactivamos y suele


aparecer un bucle de pensamientos que nos impiden continuar, por ello es muy importante
detectar el bucle y frenarlo diciéndonos a nosotros mismos: ¡BASTA!

- Autoinstrucciones (razonamiento lógico): una vez que estamos relajados a nivel


fisiológico y cognitivo empezaremos a valorar la situación desde el razonamiento lógico,
teniendo en cuenta probabilidades de ocurrencia, gravedad de la situación y, sobretodo,
discriminando las emociones que he sentido, por qué las he sentido y cómo podrían estar
afectando a mi decisión.

Por tanto, una propuesta de estrategia de regulación emocional sería:

1. Alejarnos de la situación/estímulo desencadenante


2. Parada del pensamiento
3. Técnicas de relajación
4. Autoinstrucciones y razonamiento lógico → Preguntas que me puedo hacer para
valorar la gravedad de la situación: ¿He vivido situaciones parecidas ¿Cómo las he
superado? ¿Cómo de determinante es no alcanzar la meta que me he propuesto? ¿Hay
otras formas de alcanzarlas?
5. Toma de decisiones
Ejemplificar con casos concretos:

Caso 1: Es sábado por la tarde, he estado trabajando toda la mañana y lo que me queda todavía.
La semana que viene tendré exámenes y tengo el fin de semana repleto de trabajo. Aún no he
acabado el libro de lengua, el profesor de matemáticas nos ha dado a última hora un montón de
ejercicios de los exámenes de los años anteriores, en historia tenemos que estudiar 18 páginas y ya
se me han olvidado las primeras... No lo he pensado bien, ¿por dónde empiezo?... vaya idolatría,
tengo problemas hasta para tragar saliva... Aprieto las manos, endurezco los músculos
abdominales, cierro los ojos y tomo aire profundamente, pero es en vano...Las lágrimas asoman
por los ojos, pongo las manos en ellos y se me escapa un suspiro. No puedo seguir así... Me va a
estallar la cabeza... Se me han acabado todas las neuronas. En esta situación, lo único que voy a
hacer es perder el tiempo, además, la próxima semana he quedado con mis amigos y amigas dos
tardes, para terminar el trabajo de inglés... También tengo entrenamientos otras dos, no voy a tener
tiempo para estudiar...Quería aprovechar esta tarde y aquí ando, llevo 2 horas quejándome en
bucle, ya no me da tiempo a estudiar, no valgo para esto, creo que debería dejarlo...
Caso 2: Nunca se me ha dado bien hacer exposiciones en clase, siempre me pongo muy nerviosa
y a veces incluso me he quedado en blanco. Mientras me levanto de la silla, me acerco a la pizarra
y me giro hacia mis compañeros, mi cuerpo empieza a acelerarse y a sudar, empiezo a pensar en
lo mal que lo voy a hacer y en lo mal que lo hago siempre. Empiezo a exponer me quedo en blanco,
toda mi atención está puesta en lo que mis compañeros podrían estar susurrando y en qué imagen
estoy dando, me esfuerzo por hacerlo bien pero no puedo es imposible, mi cuerpo cada vez se
acelera más e incluso empiezo a marearme.

SEGUNDA PARTE: AUTOCONOCIMIENTO Y AUTOESTIMA

(Antes de explicarles la definición podemos preguntarles si han oído estos conceptos y si


entienden la diferencia entre ellos) Definición de autoestima: es la valoración emocional que
hacemos de nosotros mismos. Hay que tener en cuenta que es diferente a conceptos como:

- Autoconcepto: se trata del concepto que cada uno tiene de sí mismo.


- Autoeficacia: es la percepción que tenemos de la probabilidad de éxito usando nuestras
habilidades ante una meta concreta.

Clasificación Rasgos

El objetivo de este juego es ser conscientes de nuestros puntos fuertes y nuestros puntos débiles.

Les pedimos a los estudiantes a rasgar un pedazo de papel en diez tiras. En cada escriben una
palabra o frase que describe a sí mismos. Posteriormente el niño deberá organizar los rasgos con
el fin de lo que más le gusta de sí mismo a lo que menos le gusta. Cuando haya terminado, le digo:
“¿Te gusta lo que ves? ¿Desea guardarlo? Ahora renunciar a un solo rasgo. Renuncia hasta tres
rasgos. Ahora, ¿qué tipo de persona ¿eres tú?” La idea es la reflexión de que cada uno de nuestros
rasgos nos hace únicos e inigualables. Este es un ejercicio que busca confrontarnos con nuestro
propio yo para reconciliarnos con todo aquello que somos.

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