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LOGOAUDIOMETRÍA EN NIÑOS

Traducción del libro Audiología Infantil de Ieda Pacheco Russo, Teresa M.


Momensonhn
Páginas de 155 a 174.

Una de las principales funciones del sistema auditivo es la habilidad para detectar,
recibir, reconocer y comprender el mensaje hablado.
Por lo cual, es natural utilizar el lenguaje como estímulo cuando se está evaluando
personas con problemas auditivos.
La logoaudiometría se preocupa de estudiar diversos aspectos de la función
auditiva, utilizándose diferentes estímulos del habla.
Puede ser utilizada de varios modos en la audiometría, permitiendo la
diferenciación de lesiones cocleares de problemas conductivos o entre lesiones
cocleares y retrococleares, evaluando el grado de dificultad que un paciente
presenta en virtud de su problema, con o sin su audífono.
Debemos recordar que el valor de una prueba logoaudiométrica aislada no es
absoluta.
Según Carhart (1951) la logoaudiometría es una técnica en la cual listas del
lenguaje oral fonéticamente balanceadas y estandarizadas son presentadas a
través de un sistema calibrado para medir algunos aspectos de la capacidad
auditiva, estableciéndose un porcentaje de palabras entendidas correctamente en
función de la intensidad, para que sea medidas y expresadas en dB. Ella provee
una medida directa y global de la audición para el habla, propiciando un conjunto
de informaciones importantes.
Si en el adulto la medida de la capacidad auditiva para la palabra hablada se
reviste de gran importancia, por evaluar la mas destacada función de la audición, o
sea, el desarrollo y el uso de la comunicación verbal, imagínese en el niño en la
fase de la adquisición de este proceso tan complejo.
Es por intermedio de los sonidos del habla que la comunicación verbal es
expresada y tales sonidos son los más próximos y de mayor significado para el
niño. Siendo así, debe constituir el estímulo acústico de mayor relevancia para una
completa evaluación audiológica.
La logoaudiometría en el niño permite confirmar los resultados obtenidos en la
audiometría tonal, ofreciendo medidas directas de la audición para el habla.
Además de esto mide el nivel de intensidad mas confortable, que permite al niño
entender los sonidos del habla, asociarlos con personas, objetos, ideas, figuras y
repetirlos correctamente.
Por medio de la logoaudiometría es posible verificar el grado de clareza con que
un niño oye el habla, el uso que hace de su audición para responder y comprender
los estímulos del habla que recibe del ambiente en que vive. Es a través de la
audición que el niño percibe el patrón de entonación por su madre y su estado
emocional al hablar, demostrando estar alegre o irritada, bien dispuesta o fatigada,
llevándola a percibir la intención del hablante, y consecuentemente, como debe
actuar, factor decisivo en su proceso educacional.
De acuerdo con la edad del niño y al estado de desarrollo del lenguaje en que el
niño se encuentra, pueden ser investigados los siguientes umbrales
logoaudiométricos:
Umbral de detectabilidad del habla (SAT)
Umbral de la recepción del habla (SRT)
Índice de reconocimiento del habla (discriminación).
Los umbrales de detectabilidad y recepción de habla son considerados
fundamentales en el proceso de la evaluación audiológica en niños. En algunos
casos, tales umbrales pueden ser obtenidos cuando no es posible determinar los
umbrales del niño para tonos puros.
Si las limitaciones del lenguaje verbal impiden la investigación del SRT, el SAT
puede ser realizado a través de la utilización de procedimiento similar a aquel
usado en la audiometría tonal lúdica. En este caso el niño puede ser condicionado
a ejecutar una tarea lúdica, como por ejemplo encajar un bloque de madera,
colocar un bloque en una torre cada vez que oye una señal de habla,
generalmente después la repetición de las silabas pa-pa-pa, ba-ba-ba emitidas por
el examinador.
El uso de la emisión de los cinco sonidos propuestos por Ling & Ling (1978), es un
método simple y útil, pues permite evaluar de modo general la percepción auditiva
del niño para tales sonidos en función de la frecuencia fundamental y la intensidad
media de cada una de ellas
Fonema Hz fundamental dB
a 1000 40
i 3000 40
u 275 55
sh 2500 50
s 6000 22
Naturalmente, la percepción del habla y su comprensión son facilitadas por la
redundancia del mensaje, o sea, una cantidad de pistas acústicas, de las cuales
un oyente se va a valer de acuerdo con el contexto de comunicación. Si para un
adulto portador de una perdida auditiva leve en las frecuencias altas, la no
detección de algunos fonemas aislados no necesariamente compromete la
comprensión del mensaje hablado, lo mismo no ocurre con un niño en fase de
adquisición y desarrollo del lenguaje, que podría presentar dificultades
perceptuales que podrían implicar en problemas de emisión oral, tales como:
intercambios, distorsión u omisión de fonemas.
Según Skinner (1978), niños con pérdidas auditivas leves pueden presentar las
siguientes dificultades en lo que dice respecto al aprendizaje del lenguaje:
 Pérdida de la constancia en la captación de las pistas auditivas a medida
que la información acústica fluctúa.
 Confusión de los parámetros acústicos en habla rápida, a medida que los
hablantes presentan diferentes patrones acústicos en función de la edad,
sexo y personalidad.
 Confusión en segmentación y la prosodia. Tales aspectos varían mucho en
función de acentuación, entonación y duración de determinados fonemas.
 Son mas afectadas por el enmascaramiento ejercido por el ruido ambiental,
lo cual interfiere en la captación del estímulo acústico del habla.
 Pérdida precoz de la percepción de los significados en función del contexto
lingüístico global. Muchas veces la comprensión de u n mensaje sucede
porque el oyente normal es capaz de “descubrir” una u otra palabra que no
percibió claramente. Si no consigue hacerlo, la comprensión de las palabras
queda muy perjudicada.
 Falla de la regla gramatical, ya que no consiguen oír pequeñas palabras
que en general son menos intensas.

Al aplicarse la logoaudiometría en niños se debe observar algunos factores


relativos tanto al material como a su forma de presentación, o sea:
 Las palabras deben ser de igual dificultad, además de altamente
inteligibles.
 Las palabras deberán hacer parte del contexto semántico del niño.
 Cuanto mas joven sea el niño, más concretas deberán ser las ideas
utilizadas en el material del habla.
 Si el niño no habla, es muy inhibida o presenta problemas de comunicación
oral, las palabras pueden ser presentadas en forma de figuras u objetos
que los representen.
 Cuando se utilizan figuras y objetos, presentar de cuatro a seis cada vez
para no confundir al niño.
 Las figuras, objetos o palabras no deben ser parecidos en el aspecto
acústico, pues el objetivo no es la evaluación de la discriminación de los
trazos distintivos de los fonemas.
 No se debe dar pistas visuales que ayuden al niño a identificar las figuras,
objetos o palabras.
 Las pruebas logoaudiométricas pueden ser hechas tanto con el uso de
auriculares, en el caso que el niño lo permita, como a través de campo libre.

La logoaudiometría en niños, al igual como ocurre en la audiometría tonal lúdica,


presupone la utilización del refuerzo (juego de encaje, refuerzo visual y
principalmente refuerzo social).
La preselección de la competencia del vocabulario del niño es otro factor decisivo,
principalmente en la investigación del SRT, donde le son presentados objetos o
figuras y solicitamos que él los señale a medida que vamos bajando la intensidad
de nuestra voz. Antes de iniciar el examen, es conveniente preguntar si el niño
conoce el objeto y que nombre atribuye a él, con el fin de utilizarlo para evaluar
adecuadamente la percepción del habla.
Es indispensable mantener el interés del niño por el estímulo acústico durante
todo el proceso de evaluación audiológica.
La aplicación de la logoaudiometría en niños de 0 a 2 años de edad:
Las pruebas de habla, cuando son aplicados en bebes, deben ser diferenciados
en franjas etarias que corresponden a algunos meses, ya que el proceso de
desarrollo del lenguaje está en acelerada actividad en este periodo.
Para bebes de 0 a 4 meses de edad se recomienda la presentación del estímulo
del habla, caracterízado por la repetición de sílabas como: ba-ba-ba, pa-pa-pa o
bu-bu-bu con el objetivo de investigar el nivel de intensidad donde ocurre el nivel
de alerta, susto o presencia de reflejos del bebé, como el cocleopalbebral.
En niños de 4 a 7 meses de edad, se puede repetir el procedimiento anterior y
observar además la producción de gorjeos, vocalizaciones, sonrisa, movimientos
de los ojos y cabeza como intento de localización de la fuente sonora. En esta
etapa cerca de los 7 meses el niño reacciona adecuadamente a su nombre. En
esta etapa tiende a explorar todo con la boca, se sienta solito, lo que lo hace más
independiente. El estímulo del habla puede ser usado para investigar la
localización de la fuente sonora en el plano lateral, ya que se espera localización
directa en ese plano e indirecta para abajo. Los estímulos del habla pueden
sustituirse por oraciones cortas, como: “Hola Pedrito”, ¿dónde está el nene? Etc.
Muchas veces, después de oír la señal de habla, el bebé puede comenzar a
vocalizar como intentando imitar lo que oyó. La observación del comportamiento
global del bebé es de vital importancia para la adecuada orientación del caso.
De 9 a 13 meses, el bebé ya conoce su nombre, dice adiós con su mano y se
muestra evasivo a la aproximación de extraños. El procedimiento es similar al
anterior, se debe investigar el nivel de intensidad del estímulo del habla capaz de
producir reacción de alerta, reflejo de susto y localización lateral de la fuente
sonora, si es posible abajo del nivel de los ojos del niño. En general, en esta fase,
el bebé ya responde a estímulos del habla como: “no, no”, “palmita, palmita”, etc.
De 13 a 24 meses el niño continúa su desarrollo aceleradamente, cada día hay
una nueva conquista, un nuevo descubrimiento. Su lenguaje se desarrolla
rápidamente, muchas veces difícil de ser comprendida, pero revela intensión
significativa, entonación y ritmo semejantes a los patrones del adulto. Ya es capaz
de señalar partes de su cuerpo, personas le son familiares, así como objetos y
juegos ya hacen parte de su día a día.
Los estímulos del habla en este grupo de niños deben investigar el reconocimiento
auditivo de figuras u objetos familiares, se le puede pedir que señale la nariz, la
boca, etc. Se le pueden hacer indicaciones o preguntas como: enséñele el carro a
su mamá, ¿donde están los zapatos? La investigación del mínimo de recepción
para el habla debe preceder al del nivel de intensidad capaz de provocar el reflejo
de susto, con el fin de evitar que el niño se asuste y se rehúse a continuar con el
examen.

La aplicación de la logoaudiometría en niños de 2 a 5 años de edad:

El niño en esta etapa ya presenta niveles de comprensión y emisión razonables,


siendo mejores a medida que él se aproxima a los seis años de edad. El desarrollo
fonológico deberá estar prácticamente concluido a los cinco años y ya son raros
los “errores del habla”.
Los niños colaboran y participan activamente del examen si le explicamos lo que
el deberá hacer. Con niños de dos a cuatro años, debemos insertar el
procedimiento en contexto de una historia o de una actividad lúdica, ya que de lo
contrario el niño se cansará fácilmente, rehusándose a continuar el examen. Tales
procedimientos pueden ser aplicados con la utilización de auriculares y alto
parlantes. Es fundamental que sea investigado el umbral de recepción del habla
(SRT), pues iniciaremos la investigación de los umbrales tonales usando una
intensidad de 30 dB arriba de este.
Para niños de cuatro a cinco años de edad se puede utilizar el mismo
procedimiento logoaudiométrico usado en adultos.
El material de lenguaje utilizado para determinar el SRT y el índice de
reconocimiento del habla en niños de 2 a 5 años debe constituirse de palabras que
hagan parte de su vocabulario, representando sus posibilidades lingüísticas y
fonológicas.
Después de la realización del tamizaje instrumental, donde es posible determinar
groseramente el grado de la perdida auditiva del niño, aconsejamos iniciar la
investigación del SRT de la siguiente manera:
a. El niño debe ser instruido a señalar la figura solicitada por el examinador o
a repetir el vocabulario emitido a partir de una orden simple, como, por
ejemplo: “muéstreme el perro”, donde está el zapato?, ¿dónde está su
mamá?
b. Con cada nueva orden, el examinador deberá disminuir la intensidad del
habla de 5 en 5 dB, hasta que el niño no responda más o señale la figura
incorrecta. Es por esta razón que las figuras deberán estar dispuestas
sobre una pequeña mesa y no podrán ser retiradas, una vez solicitadas, ya
que, por exclusión, el niño podría acertar, presentando una respuesta falsa
que no reflejaría su verdadero umbral de recepción del lenguaje.
La logoaudiometría en niños de 2 a 4 años se debe hacer de forma lúdica y con
apoyo visual de figuras o imágenes correspondientes al sonido de las palabras
utilizadas. Estos procedimientos se pueden aplicar mediante el uso de auriculares
o altoparlantes. Se debe investigar el umbral de recepción del habla (SRT).
La obtención del SRT es de suma importancia ya que la mayoría de los niños no
responden bien al tono puro, ya que este no tiene el mismo significado que una
señal de habla tiene para ellos. De este modo si hay alguna discrepancia entre la
audiometría tonal y los resultados logoaudiométricos, se debe confiar más en el
SRT en el caso de niños.
En el caso que el niño posea un nivel de adquisición del lenguaje que demuestre
un vocabulario expresivo que le posibilite mantener una conversación, es posible
realizar la investigación del SRT solamente con el micrófono. La técnica utilizada
es la misma del adulto, tomándose el cuidado de mantener las instrucciones en un
contexto lúdico que despierte el interés del niño. El niño deberá ser informado de
que las palabras serán habladas en una intensidad cada vez menor y que deberá
repetirlas como las entienda.
Se puede utilizar una lista de palabras bisilábicas, trisilábicas o polisilábicas por
contener mayor cantidad de información. Se presenta una palabra en cada nivel
de intensidad en técnica descendente, al final se pasan cuatro palabras por nivel
con el fin de obtener los 50% necesarios para el SRT. En el momento en que el
niño repite correctamente dos de ellas, mientras no lo haga a menor intensidad, el
SRT es obtenido.
En esta edad es frecuente la presencia de problemas de emisión oral, tales como:
intercambios, omisiones o sustituciones de fonemas, las cuales pueden o no estar
relacionadas a un problema auditivo. En estos casos, antes de investigar el índice
de reconocimiento del habla, es conveniente la aplicación de una prueba de
discriminación de pares mínimos, o sea, palabras compuestas por fonemas que
difieren por trazo de sonoridad.
Se presenta la lista de pares mínimos en el mismo nivel de intensidad en el cual
investigamos el índice de reconocimiento del habla (30-40 dB sobre el umbral),
diciendo dos palabras por vez (ejemplo: bota/gota) y pidiendo al niño que después
de oírlos, nos diga si son iguales o diferentes. A continuación, anotamos el numero
y el tipo de error cometido por el niño, información que deberán constar del reporte
de la evaluación audiológica.
La investigación del índice de reconocimiento del habla es la última etapa de
evaluación logoaudiométrica y solo podrá ser realizada en niños que tienen un
vocabulario expresivo considerable, con el fin de que podamos determinar el
porcentaje de palabras repetidas correctamente. Para lo cual utilizamos una lista
de 25 palabras monosilábicas y 25 bisilábicos, los cuales deberán ser siempre
precedidos de la frase introductoria: repita la palabra… o diga la palabra….
En caso de que el niño se rehúse a repetir las palabras, podemos sustituirlas por
figuras que las representen, mientras mantengamos fijo el nivel de intensidad de
presentación de estas. Lo mismo debemos hacer en niños que tengan disturbios
articulatorios, podemos utilizar figuras, fotografías u objetos que las representen.
En niños mayores de 6 años, aplicar la audiometría vocal de la misma forma que
los adultos.

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