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Traducción del libro Audiología Infantil de Ieda Pacheco Russo, Teresa M. Momensonhn
Existen actualmente una infinidad de recursos y técnicas para evaluar la audición de los
niños, los recursos varían desde técnicas de observación del comportamiento a la
evaluación objetiva de la función auditiva a través de sistemas computarizados. Ninguno
es mejor que el otro.
El uso de varios métodos parece ser la mejor manera de evaluar. La evaluación realizada
en campo libre y posteriormente con auriculares, la utilización de diversos estímulos
acústicos (tono puro, tono modulado, habla) pueden mostrar la consistencia de las
respuestas auditivas de un niño.
1-Establecer una relación cordial y tranquila con la madre, permitiendo al niño observar
esa relación. Mantener a la madre cerca del niño, con el fin de que el niño se sienta
relajado y seguro.
2-No preguntar al niño si él quiere participar, simplemente decirle lo que debe hacer y lo
que pasará durante el examen. Los niños tienden a no querer participar si son
cuestionadas, pero pueden colaborar son orientadas adecuadamente.
La evaluación de la audición del niño en los primeros meses de vida está basada
primordialmente en la observación de las respuestas comportamentales al estímulo
sonoro. Las respuestas reflejas más comunes son: reflejo cocleopalpebral (RCP), reflejo de
susto y de despertar. Los reflejos de susto y cocleopalpebral tienden a desaparecer a
medida que se repite el estímulo.
De acuerdo con Wedenberg(1963) el reflejo cocleopalpebral en un bebé de hasta seis
meses de edad puede ser provocado por la presentación de un estímulo de 105 a 115 dB
SPL para frecuencias de 500, 1000, 1500, 2000 y 4000 Hz y debe despertar con estímulos
de 70 a 75 dB SPL o menos. De esta forma si un bebé no se despierta con un estímulo de
entre 70-75 dB pero presenta RCP con 105 a 115 dB se puede sospechar que el niño tiene
reclutamiento. Por otro lado si el niño se despierta con 70-75 dB pero no tiene RCP
podemos sospechar de problema auditivo retrococlear.
Un bebé que no responde en esta fase debe ser mejor investigado a través de retornos
periódicos, para acompañamiento su desarrollo. El tamizaje auditivo es la primera etapa
del diagnóstico de la deficiencia auditiva, la complementación debe ser hecha a través de
la audiometría de respuestas comportamentales, de potenciales evocados auditivos y de
impedanciometría.
Un niño que, a los 12 meses de edad, apenas mueve la cabeza lateralmente tratando de
localizar la fuente sonora, se está comportando como un bebé de tres a seis meses de
edad. Esto muestra que el proceso de desarrollo de su función auditiva está de alguna
forma desfasada.
El mismo procedimiento deberá ser usado para niños entre cuatro y siete meses,
pudiendo aumentar algunas emisiones orales a la prueba de alerta a la presencia del
habla, frases como: ¿dónde está el pie del nene? ¡Adiós, adiós! La investigación debe
hacerse a través de parlantes de forma alternada y rápida, utilizándose nuevamente la
técnica ascendente.
Prueba de BOEL
Elaborado por Karin Stensland Junker (1978), en Estocolmo. El test de BOEL que
significa “la mirada guiada por el sonido”, consiste en un equipo para ser utilizado no
solamente para evaluar superficialmente la audición de bebes de siete a diez meses de
edad, sino que también sirve para evaluar el desarrollo perceptual, motor, visual y de
contacto del niño con el examinador.
Instrumentos:
Las fuentes sonoras deben ser evaluadas según sus posibilidades y deben combinar las
siguientes cualidades:
El levantamiento del espectro acústico de las fuentes sonoras mostró que la campana,
cuando es movida dos veces cada vez, varía de 4000 a 12500 Hz con intensidad de 45 dB a
20 cm de la fuente.
Las cuatro pequeñas campanas de plata o los sonajeros de plata, que representan
frecuencias por encima del área de los sonidos del habla, deben ser colocados dos en cada
mano. Para ser más fácilmente manipulados y produzcan los sonidos sin ser vistos por el
niño. Estas pequeñas fuentes son sujetadas a través de pequeños círculos a finos anillos
de plata. Estos anillos deben ser colocados en los dedos de la mano: los sonajeros, uno en
cada dedo índice y las campanas, una en cada dedo anular, todos hacia la palma de la
mano, lo cual permite esconder completamente las fuentes.
El sonajero es fácilmente colocado en funcionamiento por un leve movimiento del índice
ayudado por el dedo pulgar y la campana será puesta en funcionamiento con ayuda del
dedo meñique.
Con el objetivo de facilitar la tarea de evaluar la audición del niño pequeño, dos
investigadores japoneses, Suzuki y Ogiba (1961) elaboraron una técnica de
condicionamiento del reflejo de orientación (COR- Conditioned Orientation Reflex)
a) Equipo:
Dos altoparlantes
Un dispositivo que controle tanto la salida del sonido como la luz del muñeco
Otros estímulos pueden ser utilizados en la técnica de Suzuki y Ogiba, como estímulo
del habla y ruidos de banda estrecha. También podemos hacer una variante de esta
prueba colocando los auriculares y mantenemos la relación tono –luz, con
presentación alternada, es posible determinar el nivel mínimo de respuesta para cada
oído separadamente.
El objetivo de esta prueba es reforzar cualquier respuesta presentada por el niño, que
puede ser: cese de actividad, mostrar que percibió el estímulo sonoro, orientarse hacia
la fuente sonora, parpadear los ojos o sonreír.
También se puede mantener el refuerzo visual y colocar los auriculares para poder
obtener respuestas auditivas de cada oído.
Los niños con pérdida auditiva severa tienen gran dificultad para localizar la fuente
sonora, pues según Hodgson (1978) no aprendieron a localizar el estímulo, por eso
sugiere que la prueba sea hecha con una caja acústica o parlante, usándose la luz del
otro lado como medio para distraer la atención del bebé.
Hemos observado que la evaluación de bebés debe ser siempre iniciada por una
evaluación comportamental, o sea, debe siempre partir de la identificación preliminar
de la franja de audición del niño, a través del estudio de sus respuestas para estímulos
no calibrados tales como: instrumentos musicales, ruidos ambientales, etc. Después
de este levantamiento y que sería indicado a inicio del proceso de condicionamiento
con refuerzo visual o cualquier otro tipo de refuerzo.
La prueba debe iniciarse cuando la actividad exploratoria del niño haya disminuido y
su atención pueda ser controlada. Los estímulos auditivos y visuales, en el inicio,
deben ser presentados de forma lenta con un relativo intervalo entre una
presentación y otra.
1. Orientar a los padres en el sentido de no interferir o dirigir las respuestas del bebé.
2. Mantener el bebé en estado de alerta para el sonido.
3. Distraerlo cuando se pone impaciente.
4. Observar sus reacciones durante y después de la presentación del estímulo.
Los juguetes seleccionados para distraer al niño durante los intervalos del examen no
deben ser muy absorbentes, de forma que la atención de él no quede fijada en ellos.
Juguetes muy atrayentes, ruidosos o que se mueven mucho no son recomendables en
ese momento. Nuevamente es importante recordar que los juguetes deben estar
fuera de la vista del niño, deben ser presentados uno a la vez y aquellos que no están
usados debe ser guardado o escondido.