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Un Sistema de Gestión se desarrolla principalmente en 4 etapas:

1. Etapa de Ideación
2. Etapa de Planeación
3. Etapa de Implementación
4. Etapa de Control

Etapa de Ideación:
El objetivo de esta etapa es trabajar en la idea que guiará los primeros pasos del proceso de creación que se logra con el

sistema de gestión propuesto.

Etapa de Planeación (Planificación):


Dentro del proceso, la planificación constituye una etapa fundamental y el punto de partida de la acción directiva, ya que

supone el establecimiento de sub-objetivos y los cursos de acción para alcanzarlos.

En esta etapa, se definen las estrategias que se utilizarán, la estructura organizacional que se requiere, el personal que se

asigna, el tipo de tecnología que se necesita, el tipo de recursos que se utilizan y la clase de controles que se aplican en todo

el proceso.

Etapa de Implementación (Gestión):


En su significado más general, se entiende por gestión, la acción y efecto de administrar. Pero, en un contexto empresarial,

esto se refiere a la dirección que toman las decisiones y las acciones para alcanzar los objetivos trazados.
Es importante destacar que las decisiones y acciones que se toman para llevar adelante un propósito, se sustentan en los

mecanismos o instrumentos administrativos (estrategias, tácticas, procedimientos, presupuestos, etc.), que están

sistémicamente relacionados y que se obtienen del proceso de planificación. (Véase la figura: Esquema de gestión).

Etapa de Control:
Para este concepto se han desarrollado varias definiciones (Fuente: CABRERA, E., “Control” [En línea], Monografias.com,

[citado en marzo de 2005]. Disponible en www.monografias.com/trabajos14/control/control.shtml), a lo largo de su evolución,

sin embargo, todas se centran en la siguiente idea general:

El control es una función administrativa, esencialmente reguladora, que permite verificar (o también constatar, palpar, medir o

evaluar), si el elemento seleccionado (es decir, la actividad, proceso, unidad, sistema, etc.), está cumpliendo sus objetivos o

alcanzando los resultados que se esperan.

Es importante destacar que la finalidad del control es la detección de errores, fallas o diferencias, en relación a un

planteamiento inicial, para su corrección y/o prevención. Por tanto, el control debe estar relacionado con los objetivos

inicialmente definidos, debe permitir la medición y cuantificación de los resultados, la detección de desviaciones y el

establecimiento de medidas correctivas y preventivas.

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