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MINISTERIO PÚBLICO

FISCALIA GENERAL DE LA REPUBLICA

Sucre - Bolivia

2010
NUEVO CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL
REDEFINICIÓN Y FINES DEL PROCESO PENAL

“En materia de justicia penal, se presenta un serio conflicto entre la necesaria protección de la
sociedad -que exige que se sancionen los delitos- y el respeto -también exigido- a los derechos
fundamentales del individuo, ya que ningún Estado de Derecho puede estar legitimado para
aplicar su aparato punitivo a una persona, con el propósito de proteger la sociedad dentro de su
territorio, con desconocimiento de los derechos que le son inherentes al hombre”.

LA REFORMA PROCESAL PENAL A FAVOR DEL SER HUMANO.-

Toda sociedad humana produce conflictos entre sus miembros, la mayoría de los cuales, se
resuelven sin la participación del Estado, sin embargo cuando el conflicto es de índole jurídico
penal, el Estado para resolverlo se arroga el monopolio del poder punitivo.

Los alcances y límites del derecho de penar del Estado, en un tiempo y lugar determinado,
responden, necesariamente a la naturaleza y esencia del sistema político imperante, si el
régimen es autoritario su sistema penal también lo será, por el contrario si el sistema político es
democrático sus instituciones jurídicas también lo serán o tendrán como meta serlo. En síntesis,
la decisión política que defina el sistema, debe optar básicamente por dos alternativas: primar el
interés público y fortalecer el poder del Estado en la persecución penal aún negando los
derechos del individuo, o en otorgarle al individuo las suficientes garantías para que enfrente a
ese poder punitivo, preservando su dignidad de persona en un plano en el que no se vea
absolutamente desprotegido frente a las instituciones públicas de la persecución penal.

La Constitución Política de Bolivia, catalogada en términos generales como desarrollada,


establece como no podía ser de otra manera, derechos y garantías de la persona y consagra
principios que deben regir el proceso penal, que se constituyen en verdaderas limitantes del
poder punitivo del Estado, son presupuestos básicos de la función represiva del Estado: debido
proceso, juez natural e independiente, principio de legalidad, principio de presunción de
inocencia, inviolabilidad de la defensa. En síntesis la Constitución formal vigente persigue la
consolidación de un Estado de Derecho, entendiéndose por éste a todos aquellos “principios y
procedimientos que garantizan la libertad individual y la participación en la vida política”.

Sin embargo, de los propósitos constitucionalmente planteados, el sistema procesal penal


establecido por el Código de Procedimiento Penal promulgado según D.L. No. 10426 de fecha
24 de agosto de 1973, que se inscribe dentro del sistema procesal penal denominado mixto o
inquisitivo reformado, no ha sido el instrumento idóneo para la realización de la primacía
constitucional, el divorcio entre Constitución y proceso penal ha sido tal, que por más de 25
años el Estado boliviano “administró justicia penal”, con criterios que desconocen la presunción
de inocencia y condición natural de libertad y dignidad del hombre, tal es así que por el solo
hecho de una sindicación de comisión u omisión criminal el imputado es tratado, desde el
primer acto de la prevención como culpable, sometido al injusto y humillante cumplimiento de
graves y anticipadas penas restrictivas de sus elementales derechos (detención preventiva,
arraigo, anotación de todos sus bienes), obligado a demostrar su inocencia y destruir la
presunción de culpabilidad que sobre él pesa, hipótesis sobre la que actúan policías, fiscales y
jueces, que reúnen en sí funciones: represivas, de investigación, de acusación y de decisión.
Se ha llegado a aplicar el Antiguo Código de Procedimiento Penal (ACPP) por encima de la
Constitución, con la agravante de que se reproducen formas de tramitación de las causas
excesivamente formalistas, casi ritualistas, sin que se dé lugar a la aplicación de los principios
de celeridad, concentración e inmediación. El resultado: Un sistema que no responde al diseño
constitucional, que no genera confianza, que es inaccesible, que no valora ni respeta la
condición humana de las partes, que obvia por completo a la víctima y sin capacidad de
responder los anhelos ciudadanos de justicia pronta y transparente.

El nuevo Código de Procedimiento Penal (NCPP) pretende la realización de la Constitución


formal, es decir, busca instrumentar una Constitución real, a través de un sistema que diferencia
claramente las funciones de acusación, defensa e investigación, generando mecanismos de
control jurisdiccional de la investigación, permite una amplia participación ciudadana, busca
eficiencia en la solución del conflicto penal, pero por sobre todo, destaca la condición humana
de los involucrados en el proceso penal.

El nuevo instrumento legal que regula el proceso penal establece una reforma estructural del
sistema de justicia penal en Bolivia, por ello engloba muchos aspectos relevantes que de forma
aislada no pueden ser adecuadamente comprendidos, las instituciones que reforma radicalmente,
como las medidas cautelares, las novísimas que incorpora, como las de salidas alternativas y la
conformación de Tribunales escabinos, como las que nos resultan familiares, cuando menos en
la redacción de los textos legales, (publicidad, celeridad, continuidad y oralidad del plenario), se
sustentan en principios que coherentemente han sido estructurados en el nuevo instrumento
procesal, que consagra el sistema procesal penal acusatorio, público y contradictorio.

Los bolivianos hemos resuelto democratizar la Justicia, devolviendo al ciudadano el derecho al


legítimo control social en la Administración de Justicia, los Órganos del Poder Público están
comprometidos a llevar adelante las reformas judiciales, con la finalidad de garantizar la
vigencia de un pleno Estado de Derecho que consagre Seguridad Jurídica.

El eje central de las reformas es la persona humana, sea imputado o víctima, de manera tal que
la autoridad que resuelva el conflicto entre esos principales actores del problema jurídico penal,
vuelque sus ojos fundamental y esencialmente a ellos y las circunstancias que les rodearon, son
las personas la que deben de interesar y no los expedientes que sobre su particular situación se
formaron dilatoriamente, así, normalmente se pierde la perspectiva de que esa particular
situación puede ser dramática y dolorosa.

Si analizamos con esa óptica la reforma que contiene el nuevo Código de Procedimiento Penal y
sus instituciones, la clara división de funciones de investigación, acusación y decisión, las
etapas que conforman el proceso, el régimen cautelar que se establece, las salidas alternativas
que se proponen, la participación con iguales derechos y obligaciones de jueces técnicos y
ciudadanos tienen una lógica razón de ser.

El nuevo sistema procesal pretende equiparar los poderes y facultades procesales del imputado y
de la víctima, esta última ausente de la preocupación de los redactores del Código de
Procedimiento Penal promulgado en 1973, en un plano de realización efectiva de los derechos
fundamentales, que son inherentes a la naturaleza humana y que son proclamados por la
Constitución como fuente de garantía para su cumplimiento y protección por parte del Estado.

La víctima, como el imputado, son seres humanos, personas con familia, con responsabilidades,
no son un simple nombre inserto en la carátula del expediente, piensan, sienten y esperan algo
del proceso penal, cada uno en su particular posición de parte contraria, si ese equilibrio no se
establecía, el sistema de justicia penal, por muy novedoso que fuere, estaría limitado
fuertemente de satisfacer las expectativas ciudadanas concretas de una solución pronta a sus
pretensiones.
Las facultades que el sistema acusatorio le confiere a la víctima responden a que “las nuevas
tendencias mundiales en materia penal buscan rescatar el papel de la víctima y el damnificado a
través de mecanismos que les permitan defender sus intereses, en forma adecuada, dentro y
fuera del proceso penal, aún sustituyendo al Ministerio Público en los casos que éste -por
razones de oportunidad o legalidad- estime que no debe continuarse con la investigación de la
acción atribuida”, lo que justifica el establecimiento de instituciones como la conversión de
acciones o la suspensión condicional del proceso.

El establecimiento de criterios de aplicación restringida de las medidas cautelares, ya en lo que


al imputado respecta, a mas de dar un giro radical a lo establecido en el Código de
Procedimiento Penal 1973, que dispone la aplicación irrestricta y con fines extra procesales de
medidas restrictivas de derechos de la persona sometida a la jurisdicción penal, tiene su base
esencial en el respeto de la personalidad y dignidad de la persona, cuyo estado natural de vida y
de realización es el de la libertad y del goce pleno de sus derechos fundamentales.

En un sistema social y político como el nuestro, donde el ciudadano, se siente marginado de las
decisiones, donde la persona se siente excluida del sistema, se siente utilizado mediante el voto;
siente ser mero elector y no partícipe en la toma de decisiones públicas, que se hable de un
sistema procesal penal que le brinda al imputado todos los derechos y garantías, que se
establezca obligaciones del Estado para con la víctima a quien se la dimensiona con justicia en
toda su magnitud humana.

La incorporación de jueces legos en el proceso penal constituye una variante de tal impacto que
el tema llama a las más acaloradas discusiones, pero es que no resultaría coherente el nuevo
sistema, sin un control ciudadano claramente establecido, en el que las pruebas, que han de
definir en última instancia, la veracidad o no de la acusación, se produzcan ante tribunales
compuestos sólo por profesionales del derecho que cumpliendo requisitos legales ejercen de
forma perrmanente la función jurisdiccional y por ello que la incorporación de ciudadanos
ajenos a la profesión del abogado, no destaca únicamente el reconocimiento a la valía de nuestra
población y el fundamental aporte que pueden brindar a la Justicia sino también “se acerca la
justicia penal a la realidad social, pues al generar el tránsito del lenguaje estrictamente técnico y
hermético del jurista hacia el lenguaje común, no sólo se facilita la comprensión y significación
del orden jurídico, sino que se facilita y promueve también una labor educativa que debe
cumplir la administración de justicia, labor que únicamente es posible, en la medida en que esa
función, pueda ser comprendida por la sociedad toda", además de que la actividad probatoria
debe realizarse en audiencias públicas, abiertas a todo ciudadano que desee presenciar el juicio,
se tratan de mecanismos de control social más efectivos que garantizan una participación
ciudadana que responde a un Estado sustentado en principios y valores democráticos.

Si la Constitución Política del Estado reconoce el carácter multiétnico y pluricultural de la


sociedad boliviana, es lógico respetar esa diversidad, en la normativa procesal penal con los
límites de la propia Constitución, de ahí que el reconocimiento explícito de las formas de
resolución de conflictos penales con criterios de justicia resulta en el establecimiento de una
medida que pretende la realización constitucional y, al fin, de cuentas, las comunidades
indígenas, están compuestas por seres humanos con una carga de valores propias y desarrolladas
que son respetadas.

Desde cualquier ángulo, el nuevo Código de Procedimiento Penal es un instrumento que


reconoce, en una forma de realización constitucional más efectiva y ojalá cotidiana, la condición
humana de los involucrados en el proceso penal y los derechos fundamentales que le son
inherentes al hombre.
LA ETAPA PREPARATORIA

Cuando surge la noticia de un hecho delictivo, por lo general se sabe muy poco
acerca del mismo y sus circunstancias, lo que hace evidente la necesidad de
investigar con el fin de reconstruirlo hasta donde sea posible, para comprobar si se
trata de un hecho delictivo o no, y si se dan los presupuestos para la aplicación de
la ley penal a un determinado sujeto. La etapa preparatoria tiene por finalidad la
preparación del juicio oral y público buscando la averiguación de la verdad,
mediante la recolección de todos los elementos que permitan fundar la acusación
Finalidad del fiscal o del querellante y la defensa del imputado. La fiscalía tendrá a su cargo
la investigación de todos los delitos de acción pública y actuará con el auxilio de la
Policía Nacional y del Instituto de Investigaciones Forenses. (Arts. 69,74,75,
277.). Cuando la ley condicione la persecución penal a una instancia particular o a
cualquier forma de antejuicio, el fiscal la ejercerá una vez que se produzca la
instancia o la autorización por los medios que la ley disponga, sin perjuicio de
realizar actos imprescindibles para conservar los elementos de prueba (Art. 278).
Tanto fiscales como policías actuarán en esta etapa bajo control jurisdiccional.
La etapa preparatoria puede dividirse en sub-etapas: a) los actos iniciales b) la
Contenido Etapa
investigación preliminar c) el desarrollo de la etapa d) los actos conclusivos
Preparatoria
(salidas alternativas, sobreseimiento y acusación)
Las diligencias que se realicen en la etapa preparatoria deben constar en un
cuaderno de investigaciones, siguiendo criterios de orden y utilidad, en el que se
incluirán los datos, informes y documentos que puedan incorporarse al juicio. Las
diligencias realizadas en esta etapa y que constan en el cuaderno, no tienen valor
Cuaderno probatorio para fundar un fallo condenatorio, salvo en los casos que la prueba se
Investigaciones haya recibido conforme a las reglas del anticipo de prueba. El cuaderno de
investigaciones debe contener solamente los documentos que puedan ser
incorporados al juicio, de manera que los apuntes personales sobre el curso de la
investigación y el resultado de las entrevistas con testigos, así como apreciaciones
sobre el caso, deberán quedarse fuera del mismo.
El cuaderno de investigaciones debe estar a la disposición de las partes hasta antes
del juicio, porque el imputado y su defensor así como la víctima, tienen derecho a
conocer la prueba que fundamentará la acusación. No cabe pues -de parte de los
Cuaderno a fiscales ni la policía- el ocultamiento o retardación en la entrega del mismo. De
disposición de otro lado, tampoco es necesario entregarlo al juez de instrucción al momento de
partes solicitarle una medida cautelar o salida alternativa. El juez no necesita verlo y
mucho menos debe retenerlo, lo que causa molestias y retardo en el trabajo de
fiscales y policías, pues el juez de instrucción a veces tarda hasta 10 dias en
devolverlo a la fiscalía.
La investigación del fiscal y la policía deben dirigirse a descubrir la verdad
objetiva de los hechos. De ello se deduce que a la sociedad le interesa tanto la
Objetividad en condena del culpable como la absolución del inocente. En consecuencia se deben
investigación investigar todos los hechos, así como identificar y poner a disposición, todos los
elementos probatorios con absoluta objetividad, independientemente de que
incriminen o favorezcan al imputado. (Art. 72)
Fundamentación Los fiscales formularán sus requerimientos y solicitudes de manera fundamentada,
explicando las razones por las cuales las solicitan. Lamentablemente en la
actualidad, algunos fiscales únicamente se limitan a consignar los artículos del
código que amparan su solicitud, pero no explican ni dan las razones adecuadas
para adaptar estos artículos al caso concreto que tienen. Particularmente en los
casos de solicitud de medidas cautelares, más grave es el hecho que los fiscales no
las fundamenten, pues está de por medio la libertad de las personas. La
fundamentación de las mismas es requisito indispensable para su interposición.
Aquellos requerimientos que no estuvieren debidamente fundamentados deben ser
rechazados por los jueces, pues no es serio requerir alguna diligencia sin indicar
para qué se pide tal autorización. Fundamentar es básicamente decir explicar
razonablemente al juez el objeto y motivo de la solicitud, resaltando el marco
jurídico aplicable. Las fundamentaciones procederán oralmente en las audiencias y
en el juicio y por escrito en los demás casos. (Art. 73).
La etapa preparatoria deberá finalizar en el plazo máximo de seis meses,
computable a partir del inicio del proceso sea por denuncia, querella o
intervención de oficio. (Art. 134). El proceso se inicia con cualquier sindicación en
sede judicial o administrativa contra una persona como presunto autor o partícipe
de la comisión de un delito (Art. 5). La extinción de la acción penal es la sanción
Plazo etapa
más efectiva frente a la injustificada prolongación del proceso. Se trata de un
preparatoria
eficaz correctivo frente a la retardación de justicia. Además, el incumplimiento de
todos los plazos establecidos en el código, dará lugar a la responsabilidad
disciplinaria y penal del funcionario negligente (Art. 135). Es por ello que el fiscal
debe planificar cuidadosamente su investigación, porque ya no cuenta con un
plazo ilimitado para ejercitar la acción penal.
La víctima es la persona que sufrió el daño y busca su reparo al abrigo de la ley.
La víctima tiene amplia participación y derechos en la etapa preparatoria, tales
como intervenir en el procedimiento, ser escuchada antes de cada decisión que
implique la extinción o suspensión de la acción penal y en su caso también
derecho a impugnarla (Art. 11), estar informada (art. 77), promover acción penal
La víctima
mediante querella (Art. 78); apelar, etc. Hay sin embargo también que decir, que
se han dado casos donde la víctima hace denuncias falsas o temerarias, buscando
en algunos casos únicamente venganzas personales y que -además de perjudicar el
honor de la persona injuriada-, demanda mucho tiempo de investigación policial,
mientras la mentira o fraude son comprobados.
La etapa preparatoria se inicia con: a) denuncia verbal o escrita que se presenta
Actos iniciales ante la Policía o la Fiscalía; b) querella c) intervención policial preventiva de
oficio
Normalmente la maquinaria judicial comienza a funcionar con la denuncia que
puede realizar cualquier persona que tenga noticia fehaciente de la posible
existencia de un hecho delictivo de acción pública. La denuncia se presenta ante la
Denuncia (Art. 284)
Fiscalía o ante la policía. En las localidades donde no exista Fiscalía o Policía, la
denuncia se la presentara ante el Subprefecto o Corregidor, los que deberán poner
en conocimiento del Fiscal más próximo en el término de 24 horas. (art. 284)
Actuación del El funcionario que reciba la denuncia debe: a) Comprobar la identidad y domicilio
funcionario que del denunciante. b) Informarle al denunciante que sus datos pueden mantenerse en
recibe denuncia reserva y que dicha reserva únicamente será levantada a efectos de hacerse
(Art. 285) efectiva su responsabilidad, por denuncia falsa o temeraria. (Art. 281). c) Ingresar
la denuncia al registro de denuncias. d) Entregarle copia de la misma (en original)
al denunciante donde constará fecha y hora de recepción de la denuncia, número
del caso, así como el nombre del fiscal e investigador asignados al caso. La
denuncia será firmada por el denunciante y el funcionario interviniente.
Lamentablemente la entrega de una copia no sucede aún en la práctica diaria, por
los escasos recursos económicos con que cuentan tanto la policía como la fiscalía
y es el denunciante quien debe sacar fotocopias de la misma si quiere tener una
copia. La advertencia sobre la reserva de los datos tampoco se hace en la práctica,
quizás por desconocimiento tanto del funcionario que recepciona las denuncia
como del denunciante que no conoce este derecho.
La denuncia contendrá, hasta donde sea posible: 1. Relación circunstanciada del
Contenido (Art.
hecho 2. Indicación de quiénes son sus autores, partícipes, víctimas, testigos y
285)
damnificados 3. Elementos probatorios que permitan acreditarlo.
Plazo para En todos los casos, el fiscal informará al juez de la instrucción, el inicio de las
informar al juez investigaciones dentro de las veinticuatro horas de recibida la denuncia y dirigirá
(Art. 289) la investigación.
Como hemos dicho, la denuncia también puede ser presentada ante la policía. El
Plazo policial para procedimiento es el mismo que ante la fiscalía. El investigador asignado al caso
informar al fiscal informará, dentro de las veinticuatro horas de recibida la denuncia al fiscal y
comenzará con la investigación preventiva (Art. 288; 293 ).
La presentación de querella es un importante derecho procesal que tiene la
víctima. A la víctima la normativa le confiere la titularidad de la acción penal
pública para su ejercicio autónomo. Tiene plena intervención en el proceso con la
sola presentación de la querella, la misma que será puesta en conocimiento del
imputado. (Art. 290). Es importante previamente constatar, que el querellante sea
en cada caso la persona directamente ofendida por el delito, para garantizar en
Querella
cierta medida que quienes pretenden impulsar o proseguir la acción no sean sujetos
ajenos al asunto, que sólo vendrían a entorpecer la administración de justicia. Es
tan relevante su participación, que aún si el fiscal superior jerárquico hubiera
ratificado el sobreseimiento de su causa, puede ir a la vía civil para el
resarcimiento de daños y perjuicios. La condición de querellante es también
requisito para la conversión de acciones.
El contenido de la querella es el siguiente: a) Nombre y apellido del querellante; b)
Domicilio real y procesal c) En caso de personas jurídicas razón social, domicilio
y nombre del representante legal; d) Relación circunstanciada del hecho, sus
Contenido querella
antecedentes o consecuencias conocidas y si fuera posible, la indicación de los
(Art. 290)
presuntos autores o partícipes, víctimas, damnificados, testigos; e) El detalle de los
datos o elementos de prueba; f) La prueba documental o la indicación del lugar
donde se encuentra.
El querellante tendrá autonomía para precisar los hechos de la acusación
Autonomía particular, su calificación jurídica y para ofrecer prueba, aunque podrá adherirse a
la que presente el fiscal, sin que ello se considere abandono de la querella.
La querella podrá interponerse en cualquier momento, hasta antes de finalizada la
Interposición
etapa preparatoria.
La querella puede ser objetada por el fiscal o el imputado ante el juez, en cuanto a
Objeción
la admisibilidad de la misma y la personería del querellante, en el plazo de 3 días a
admisibilidad (Art.
partir de su notificación. El juez convocará a una audiencia para que los
291)
involucrados fundamenten oralmente el por qué de su objeción.
Cuando la objeción se base en omisión o defecto de los requisitos formales de
Objeción sobre
admisibilidad, el juez instructor ordenará su corrección en el plazo de tres días,
omisión (Art. 291)
caso contrario se la tendrá por no presentada.
El rechazo de la querella no impedirá continuar con la investigación, cuando se
Rechazo (Art. 291)
trate de delitos de acción pública.
La resolución judicial sobre la procedencia o no de la querella, es susceptible de
Apelación
Recurso de Apelación Incidental. (Arts:284, 285, 288, 289, 290, 293, 291,403).
El hecho de presentar una querella no implica que el querellante no pueda desistir
o abandonar la misma en cualquier momento del proceso, con costas a su cargo y
sujeto a la decisión definitiva. La querella se considera abandonada cuando el
querellante: 1) No concurra a prestar testimonio sin justa causa 2) No concurra a la
Desistimiento y
audiencia conclusiva 3) No acuse o no ofrezca prueba para fundar su acusación 4)
abandono (Art.
No concurra al juicio o se ausente de él sin autorización del tribunal También se
292)
considerará abandonada cuando el representante o sucesor del querellante no
concurra a proseguir el proceso, dentro de los sesenta días siguientes a su
incapacidad o muerte. El abandono o desistimiento de la querella será declarado
por el juez o tribunal de oficio o a petición de parte.
Como consecuencia del abandono o del desistimiento se tiene que el querellante
Consecuencias
está impedido de toda posterior persecución al imputado que participó en el
(Art. 292)
proceso, por el mismo hecho que constituyó el objeto de su querella.
Cuando la acusación particular y la acusación fiscal sean contradictorias e
Contradicción irreconciliables, el tribunal precisará los hechos sobre los cuales se abre el juicio.
(Art. 342).
El procedimiento penal también puede iniciarse de oficio, por los órganos
encargados de la persecución penal, como son el Ministerio Público y la Policía.
La investigación se iniciará de oficio por la Fiscalía, en todos aquellos delitos de
Inicio de acción penal pública, sin perjuicio de la participación que se le reconoce a la
investigación oficio víctima (Art. 16). Existen algunos delitos de acción pública a instancia de parte, es
decir, delitos donde la fiscalía comienza a actuar cuando la parte denuncie el hecho
delictivo. La instancia de parte permite procesar al autor y a todos los partícipes,
sin limitación alguna (Art. 17).
Son las indagaciones propias que realiza la policía, inmediatamente después de
Intervención haber tenido noticia de la posible existencia de un hecho delictivo. Se trata de una
Policial Preventiva actividad típica de investigación, cuyo propósito consiste en reunir o asegurar los
(Art. 293) elementos de convicción y evitar la obstaculización, fuga u ocultamiento de los
sospechosos.
Para proceder a realizar su investigación preventiva, la policía debe realizar una
serie de actos tales como: a) vigilar y proteger la escena del crimen; b) evitar o
prohibir la circulación y permanencia de personas ajenas para evitar la pérdida,
Actos de
destrucción o contaminación de evidencias; c) aprehender a los presuntos autores o
prevención (Art.
partícipes en casos de flagrancia; d) disponer el arresto de los presentes según las
295)
reglas del art. 225; e) comunicarse con los investigadores especiales para que se
constituyan en el lugar del hecho; f) acordonar el lugar del hecho; g) entrevistar a
testigos; h) registrar, requisar personas, objetos, lugares y vehículos, etc.
La etapa preparatoria es la etapa de investigación y los actos que aquí se realizan
son actos procesales. La policía investiga los delitos de acción pública, sea por
iniciativa propia o por denuncia u orden de autoridad competente. El control sobre
las actuaciones de la policía los ejerce el Ministerio Público en el marco de la
dirección funcional. La policía tiene la obligación de impedir que los delitos
Funciones puedan agravarse en sus consecuencias. Debe por tanto recabar, asegurar y ordenar
los elementos de prueba que le sirvan al Ministerio Público para fundar su
acusación, decretar el sobreseimiento o aplicar alguna salida alternativa. Sus
funciones son de dos tipos: represivas y técnicas: represivas, -porque actúan
después del suceso delictivo-, y técnicas, -en virtud del grado de especialización de
sus miembros-, que exigen un alto grado de entrenamiento.
Plazo informe fiscal La policía tiene ocho horas, desde su primera intervención preventiva, para
informar al fiscal asignado al caso del hecho delictivo o que tiene un aprehendido.
El aviso inmediato constituye un mecanismo para que el fiscal intervenga desde el
inicio de la investigación, o al menos para que tenga esa posibilidad. También
constituye un mecanismo de control y vigilancia sobre la función policial. El juez
también controla la actividad de las partes, al tomar decisiones sobre los diferentes
aspectos que le son sometidos a conocimiento.

Se ha discutido mucho acerca de lo que significa la dirección funcional. El NCPP


en su artículo 297 no define la misma, sino más bien se limita a señalar sus
alcances. El fiscal en todo caso, debe ser un sujeto atento a orientar la labor
policial, en especial en lo que se refiere a las garantías procesales. Fiscales y
policías deben conformar un equipo técnico de trabajo para llevar a buen fin las
investigaciones. Si la policía no investiga bien, el fiscal no tiene sustento ni base
para fundamentar su acusación y pedir la condena del imputado. De otro lado, es el
fiscal quien conforme a ley, presentará los requerimientos necesarios (requisa,
registro, etc.) y demás autorizaciones legales para las diligencias que se tuvieran
Dirección que practicar, ya que el irrespeto a la forma legal trae como consecuencia la
Funcional inutilización de la evidencia, que de otra manera pudiera servir para acreditar en el
juicio la existencia del hecho y la participación y responsabilidad del imputado. En
otras palabras, muchas investigaciones policiales no tendrán mayor éxito en los
tribunales por haberse quebrantado las garantías procesales y derechos
fundamentales al momento de su descubrimiento, custodia e incorporación al
proceso, lo que implicaría la no admisibilidad de la prueba obtenida por medios
ilícitos. En la medida que se comprenda así la dirección funcional, desaparecerán
las susceptibilidades entre policías y fiscales y se podrá trabajar en forma conjunta
de una manera mucho más eficiente, pues finalmente se trata de una relación de
colaboración y dependencia técnica y no administrativa.
Probar significa crear en el juez la convicción sobre la existencia de los hechos. La
recolección de pruebas es indispensable en la etapa preparatoria, pero no puede
hacerse de cualquier modo ni bajo cualquier condición, pues conllevaría a su
inadmisibilidad en juicio. La investigación está limitada por la Constitución
Política del Estado, los Convenios y Tratados Internacionales y el NCPP. Dentro
Recolección de las
de las condiciones que se necesitan para que las pruebas recolectadas sean
pruebas
admisibles en juicio tenemos las siguientes: a) una solicitud válida del operador
judicial correspondiente; b) que la prueba sea útil para el descubrimiento de la
verdad; c) que tenga relación con alguno de los hechos acusados; d) que la prueba
conduzca a demostrar la responsabilidad del imputado e) que pueda demostrar la
personalidad del imputado;
No tendrá ningún valor en juicio, la prueba recolectada ni obtenida mediante
torturas, malos tratos, coacciones, amenazas, engaños o violación de los derechos
Prueba ilícita
fundamentales de las personas, ni la obtenida en virtud de información originada
en un procedimiento o medio ilícito. (Art. 13)
La prueba documental se incorporará al juicio oral a través de su lectura (Arts. 333
y 335). Durante el juicio también se podrán realizar careos, reconstrucciones,
Prueba documental
inspecciones judiciales y reconocimientos del imputado, por tanto no son
exclusivos de la etapa preparatoria (Art. 355 inc.3).
Anticipo de prueba El anticipo de prueba es una excepción, puede hacerse en la etapa preparatoria,
siempre que se cumpla con los siguientes requisitos de admisibilidad: 1. Que sea
necesario practicar un reconocimiento, registro, reconstrucción o pericia que por
naturaleza o características se consideren actos irreproducibles o definitivos; 2.
Que sea necesario tomar una declaración que por algún obstáculo se presuma no
podrá reproducirse en juicio. El fiscal o cualquiera de las partes pueden solicitar al
juez de la instrucción que realice este acto. Si el juez admite el pedido, citará a
todas las partes para que participen del mismo. Si lo rechaza, las partes o el fiscal
pueden acudir al tribunal de apelación, quien debe resolver dentro de las 24 horas
de recibida la solicitud. Si el tribunal de apelación no considera admisible la
solicitud, no hay recurso ulterior.
Dentro de las actividades de investigación de la etapa preparatoria tenemos entre
otras, registro del lugar del hecho (Art. 174), requisa personal (175) requisa de
vehículos (176); levantamiento e identificación de cadáveres (Art. 177); autopsia o
necropsia (Art. 178); Inspección ocular y reconstrucción (Art. 179); allanamiento
de domicilio (Art. 180); peritajes; inspecciones oculares; secuestro y destrucción
Instrumentos
de sustancias controladas (Art. 188); incautación de correspondencia y
investigación
documentos (Art. 190), etc.. Podrán utilizarse otros medios de prueba además de
los previstos en el NCPP. Serán admitidos si se refieren directa o indirectamente al
objeto de la investigación y siempre que sean útiles para el descubrimiento de la
verdad. (Art. 171,III) Para el allanamiento se requiere orden judicial y para todas
las otras actividades previa orden fiscal.
En los casos de urgencia y en aquellos en que no se encuentre presente el fiscal en
el lugar del hecho, la policía deberá proceder al registro del mismo así como de las
cosas, rastros y efectos materiales que sean consecuencia del delito. Para ello,
convocará a un testigo hábil y elaborará un acta que describa detalladamente el
Registro del lugar estado de las cosas y cuando sea posible recogerá y conservará los elementos útiles
del hecho que le puedan servir como prueba. De forma excepcional podrá prescindir de la
presencia del testigo, debiendo explicar en el acta el motivo de su no presencia. Se
entenderá como casos de “urgencia” aquellos en los cuales el policía debe actuar
inmediatamente con el fin de evitar que se ausenten las personas presentes o
desaparezcan los elementos de prueba.
El policía necesita previamente una orden fiscal para efectuar este tipo de requisas.
Requisa de (Arts. 175 y 176). Sin embargo, esta orden no tiene que ser escrita y puede hacerse
personas y también en forma verbal. Es importante que la requisa se haga con todas las
vehículos formalidades de ley, pues el acta de la misma, constituye un documento importante
que podrá incorporarse al juicio.
Existe alguna confusión frente a los términos registro y requisa de personas. Lo
relativo al registro personal está consignado en el NCPP en el art. 295, que norma
las facultades de la policía en diligencias preliminares, pero no señala el
procedimiento que debe usarse. El art. 175 que hace alusión a la requisa de
personas sí norma el procedimiento del mismo. De tal modo que se ha considerado
que en ambos casos deba utilizarse el procedimiento del art. 175, es decir, que
tanto registro como requisa de personas se realizarán previo requerimiento fiscal y
siempre que hayan motivos suficientes para presumir que la persona oculta entre
Registro vs.
sus pertenencias o lleva en el interior de su cuerpo o adherido a él, objetos
Requisa
relacionados con el delito. La advertencia previa que debe hacerse a la persona que
se va a revisar es muy importante y como dicho anteriormente, todo debe constar
en acta y debe realizarse ante la presencia de un testigo hábil. Excepción a esta
regla son los casos de narcotráfico, donde puede prescindirse del testigo o del
requerimiento fiscal, dejando constancia en acta de los motivos que impidieron la
autorización del fiscal y presencia del testigo. Únicamente si se cumplen con los
requisitos legales se podrá incorporar el acta al juicio, por su lectura. Caso
contrario, no se considera prueba válida.
Levantamiento e La Policía realizará la inspección corporal preliminar y la descripción de la
identificación de situación o posición del cuerpo y de la naturaleza de las lesiones o heridas. Al
cadáveres efecto, el funcionario policial a cargo del registro elaborará un acta que describa
detalladamente el estado de las cosas y, cuando sea posible, recogerá y conservará
los elementos probatorios útiles, dejando constancia. Se convocará igualmente a
un testigo hábil para que firme el acta, pues bajo esas formalidades podrá ser
incorporada al juicio por su lectura. Si excepcionalmente no se encuentra a un
testigo, se consignará esta circunstancia en el acta, debiendo asentarse igualmente
los motivos. Procederá a levantar el cadáver, disponiendo su traslado a los
gabinetes médicos forenses o al lugar en el que se practicará la autopsia, a su
identificación final y a la entrega a sus familiares.
Para poder allanar un domicilio, se requerirá en todos los casos resolución fundada
del juez y la participación obligatoria del fiscal. La policía y el fiscal pueden
allanar y requisar domicilios, cumpliendo estas formalidades exigidas por ley, con
Allanamiento el fin exclusivo de investigar hechos que se les encomienden. Sobre todo si
cuentan con indicios graves y precisos que en determinado lugar existen elementos
o vestigios relacionados con el delito, o se sospeche que en él se encuentra el
presunto imputado o alguna persona que ha evadido la acción de la justicia.
En la medida que por su naturaleza el allanamiento afecta derechos esenciales al
ciudadano (la intimidad, inviolabilidad de domicilio, etc.), tiene que manejarse con
criterios excepcionales y restrictivos. No puede llevarse a cabo “de cualquier
Orden de
manera” y por lo tanto se requiere previamente orden del juez y contar con la
allanamiento
presencia obligatoria del fiscal asignado al caso, quien además tendrá a cargo la
dirección de la diligencia. No puede llevarse a cabo durante la noche (19.00 hrs -
07.00 hrs), salvo en los casos de flagrancia.
El mandamiento de allanamiento tendrá una vigencia máxima de 96 horas, después
Vigencia
de las cuales caduca.
El mandamiento de allanamiento contendrá los siguientes requisitos (Art. 182) 1.
Nombre y cargo del juez o tribunal que ordena el allanamiento y una breve
identificación del proceso 2. Indicación precisa del lugar o lugares para ser
Contenido allanados 3. Autoridad designada para el allanamiento 4. Motivo específico del
allanamiento, su respectiva fundamentación, las diligencias por practicar y , en lo
posible, la individualización de las personas u objetos buscados 5. Fecha y firma
del juez
El mandamiento de allanamiento debe entregarse a la persona que habite, alquile o
custodie el inmueble. Esta persona debe ser mayor de catorce años y debe
Presencia
presenciar todo el registro. Si no hubiere nadie, se colocará el mandamiento de
allanamiento en la puerta del inmueble.
El mandamiento de allanamiento, según lo especificado por el art. 182 inc.4)
obliga al fiscal a: à0 fundamentar el motivo específico del allanamiento, à1 las
diligencias por practicar y à2 en lo posible la individualización de las personas y
objetos buscados. Esto es difícil de especificar en la medida que el investigador al
acceder al inmueble puede encontrar otros objetos relacionados con el delito que
Contenido del
no individualizó en su requerimiento. Por ello, es recomendable que con la orden
Mandamiento
de allanamiento se solicite paralelamente una de registro de personas u objetos,
para que se incluya la posibilidad que el efectivo policial pueda registrar el
inmueble, buscando personas u objetos relacionados con el delito que no
estuvieran a la vista y para los que requiriera orden especial, por encontrarse estos
objetos ocultos.
Para efectos de hacer el registro, el fiscal también podrá ordenar que las personas
que se encuentren en el inmueble no se ausenten del mismo, o incluso que
Facultades
comparezca cualquier otra persona. Si los que habitan el inmueble desobedecieran
coercitivas (Art.
esta orden, tendrán las responsabilidades que correspondan. En ningún caso podrá
181)
privarse de libertad a las personas más de ocho horas. Pasado este plazo, el fiscal
necesita obligatoriamente orden del juez instructor.
Se debe elaborar también un acta donde se describirá el estado de las cosas y
objetos, procurando consignar el modo, tiempo y causa de la alteración de los
Acta objetos y/o medios de prueba. Será firmada por todos los intervinientes en el acto
y el que presenció el registro. Si esta última persona no desea firmar, se consignará
la causa. Esta acta se podrá incorporar también al juicio por su lectura.
Es una técnica de investigación que consiste en la infiltración en las
organizaciones criminales de miembros de la policía nacional altamente
calificados, sin antecedentes penales o disciplinarios que deben prestar su
Agente Encubierto
consentimiento para actuar de forma encubierta en las investigaciones de delitos
(Art. 282)
vinculados al narcotráfico, en los casos de ausencia o insuficiencia de pruebas. Se
necesita previamente que el fiscal solicite fundamentadamente ante el juez de la
instrucción la orden correspondiente.
La resolución del juez de la instrucción que autorice la intervención del agente
encubierto, consignará la supuesta identidad del mismo que será mantenida en
reserva y se conservará fuera de las actuaciones con la debida seguridad, en sobre
cerrado y lacrado que contendrá además la identidad verdadera del agente. (Art.
Identidad del
282) Se ha discutido mucho sobre la seguridad del agente encubierto en las
agente encubierto
investigaciones de la etapa preparatoria, y en algunos casos se pensó incluso en
que el juez declare la reserva de las mismas (sobretodo en lo que concierne a la
investigación de narcotráfico). Esta reserva sin embargo no puede exceder de un
plazo de 10 días y sólo en dos oportunidades.
El agente encubierto debe mantener informado al fiscal de todas sus actuaciones
Información al
en la etapa preparatoria, sobre las actividades realizadas y por realizarse así como
fiscal
sobre la información que vaya obteniendo.
Las declaraciones testimoniales del gente encubierto en juicio, no serán suficientes
Declaraciones para fundar una condena, si no se cuenta con prueba adicional incorporada
válidamente al proceso.
Sobre el particular los defensores públicos temen que el agente pudiera actuar
ilícitamente en la investigación. Sobre este punto, no debemos olvidar que es la
fiscalía la que se encuentra a cargo de controlar las actuaciones del agente
encubierto y además existe la posibilidad del control del juez instructor. Por
Actos ilícitos
último, este problema no se produce únicamente con el agente encubierto, sino que
también puede serlo -en menor grado- de la policía y el fiscal. Si no existieran
indicios suficientes de una investigación ilícita los defensores no tienen ninguna
posibilidad de poner en duda lo lícito de la investigación.
Es la técnica consistente en permitir que remesas de sustancias controladas
circulen por territorio nacional o entren o salgan fuera de él, sin interferencia de la
autoridad competente, pero bajo su vigilancia. Esto se permite en casos de
Entrega vigilada ausencia o insuficiencia de medios de prueba, y debe haber pedido fundamentado
(Art. 283) del fiscal al juez de la instrucción. La entrega vigilada cumple tres fines: 1.
Descubrir o identificar a las personas involucradas en la comisión del delito; 2.
Aportar pruebas al proceso y, en su caso, 3. Prestar auxilio a autoridades
extranjeras para estos mismos fines.
Trámite Fiscal solicita, bajo su responsabilidad, al juez de instrucción autorización para
que miembros de la Policía Nacional (altamente calificados, sin antecedentes
penales ni disciplinarios, que presten su consentimiento), participen en entregas
vigiladas, sobre las que se pueda realizar una vigilancia y seguimiento efectivos.
La resolución del juez que autorice esta entrega vigilada será mantenida en reserva
y se conservará fuera de las actuaciones con la debida seguridad (en sobre cerrado
y lacrado). Los agentes policiales que intervengan mantendrán informado al fiscal
encargado de la investigación sobre las actividades realizadas y por realizarse en el
curso de la misma y sobre la información que vayan obteniendo. (Art. 283 IV).
A solicitud fiscal y siempre y cuando sea imprescindible para la eficacia de la
investigación, el juez de la instrucción podrá decretar la reserva de las actuaciones,
Reserva incluso para las partes. Esto lo hará por una sola vez y por un plazo no mayor de
Actuaciones 10 días. En el supuesto que se tratara de delitos de narcotráfico u otros vinculados
a organizaciones criminales, esta reserva podrá autorizarse hasta por dos veces,
por el mismo plazo.
El objetivo de la entrevista es obtener información para llevar a cabo operaciones
inmediatas o futuras y puede servir de sustento para desarrollar las diligencias
judiciales. El fiscal y la policía deben entrevistar a sospechosos y testigos en el
curso de la investigación, en forma directa y personal y en casos de indicios que
puedan tener relación con el hecho delictivo, tomarles su declaración informativa
en presencia de sus abogados. De lo contrario no estarán en capacidad de decidir si
Entrevistas se formula una acusación o de decidir si corresponde solicitar un sobreseimiento.
Hay que aclarar sin embargo, que los elementos de convicción que recoja el fiscal
durante la investigación en etapa preparatoria sólo tendrán valor probatorio para
dar fundamento a la acusación. Estos elementos probatorios no son para
fundamentar la sentencia, pues previamente deben producirse en juicio, bajo el
régimen del contradictorio, salvo los casos de anticipo de prueba legalmente
consignados en el código.
La entrevista inicial es probablemente la comunicación más importante entre el
Entrevista al
policía y el imputado. La misma no sólo habrá de ser fuente básica de información
imputado
sino también piedra angular de la relación de confianza y cooperación.
A pesar que la entrevista es un acto informal, está estructurado por la práctica de
quienes la realizan, en tres etapas: planeación, desarrollo e informe. En la etapa de
planificación del caso, se determinan los objetivos de la misma (antecedentes de
los entrevistados, relación con el hecho delictivo o con el imputado o víctima;
determinar orden adecuado de individuos a entrevistar; considerar el lugar donde
se llevará a cabo la entrevista; preparar esquema de preguntas, entre otros.). En la
Etapas de la
etapa del desarrollo mismo, se busca primero un acercamiento con el entrevistado
entrevista
(investigadores o fiscales se identifican y se le explica el por qué de su presencia).
Luego empiezan a hacerse las preguntas tratando en todo momento de verificar la
información . El informe al fiscal (tercera etapa), debe hacerse de manera
completa, exacta, concisa e imparcial. Debe contener los datos de identificación
del entrevistado, el resumen de la información obtenida y el nombre del
entrevistador, para que en caso de duda o consulta, el fiscal pueda ubicarlo.
Imputado es toda persona a quien se le atribuye la comisión de un hecho delictivo.
Por la garantía del nemo tenetur, no se podrá obligar al imputado a declarar en
contra de sí mismo y su silencio no podrá ser utilizado en su perjuicio. Es el fiscal
El imputado quien tiene la carga de la prueba. (Art. 6). El imputado siempre declarará en
presencia de su abogado, desde el primer acto del proceso hasta el fin de la
ejecución de la sentencia. Además tiene derecho a entrevistarse en privado con su
defensor.(Art. 9, Art. 84).
La policía sólo podrá interrogar al imputado con la presencia del fiscal y su
abogado defensor, excepto para constatar su identidad. Antes de tomarle su
Advertencias declaración, se le debe advertir: ·1 El hecho que se le atribuye ·2 Todas las
previas a circunstancias de tiempo, lugar y forma de la comisión del hecho delictivo,
declaración del incluyendo aquellas que sean de importancia para la calificación jurídica; ·3
imputado (Art. 92) Resumen del contenido de los elementos de prueba existentes en su contra ·4 El
hecho que puede abstenerse de declarar y que esa decisión no se tomará en su
contra. ·5 Que tiene derecho a estar asistido por un abogado defensor.
Durante la etapa preparatoria, el imputado declarará ante el fiscal, previa citación
formal. El funcionario policial podrá participar en el acto, también previa citación
formal, y podrá interrogar al imputado bajo la dirección del fiscal. Si el imputado
hubiera estado detenido, el policía informará dentro de las ocho horas siguientes a
su detención de esta circunstancia al fiscal, para que reciba su declaración en el
Desarrollo de plazo máximo de doce horas, contadas desde la recepción del informe. El
declaración (Art. incumplimiento de estos plazos se sancionará como delito de incumplimiento de
95) deberes. (Art. 97). Se le preguntará al imputado: ·1 Sus generales de ley (nombre,
apellido, edad, estado civil, profesión, nacionalidad, fecha y lugar de nacimiento,
domicilio real y domicilio procesal). ·2 Si tiene antecedentes penales (por qué
causa, ante qué tribunal, qué sentencia le dieron y si ésta fue cumplida). El
imputado podrá declarar libremente y el fiscal y defensor podrán pedir las
aclaraciones que tengan relación con la misma.
La declaración informativa que se le tome al imputado constará en un acta escrita
(u otra forma de registro), que reproduzca del modo más exacto lo sucedido.
Finalizada la transcripción de la declaración informativa, debe ser leída al
imputado y firmada por éste en señal de conformidad, así como por todas las
Acta
partes. Si el imputado se abstiene de declarar, este hecho también se hará constar
en el acta. Si se niega o no puede firmarla, se consignará el motivo de ello. La
declaración informativa del imputado o en su caso, la constancia que no
compareció, se adjuntará a la acusación y se presentará con ésta.
La declaración informativa no tendrá ningún valor y no se podrá utilizar para
Nulidad fundar ninguna decisión contra el imputado, si en la recepción de su declaración
no se observaron las normas antes expuestas. (Art. 100).
En realidad en la etapa preparatoria sólo puede entrevistarse, de manera informal a
testigos más no tomarles una declaración informativa, como lamentablemente se
Declaraciones de
está haciendo en la actualidad. El testimonio se da en juicio y no tiene sentido
testigos
hacer un acta de declaración que de ninguna manera se incorporará al mismo, en la
medida que no tiene ninguna validez legal.
La entrevista es un acto informal que no se registra y que no lleva firma del
entrevistado. Tampoco es una figura jurídica consignada en el NCPP. Las
entrevistas pueden realizarse oralmente, en el lugar de los hechos, en el domicilio
o lugar de trabajo de los testigos. Sobre el resultado de la entrevista, el fiscal
deberá llevar notar o apuntes personales, donde consigne también sus
observaciones, que le servirán para formular sus requerimientos. En esos apuntes
deberá consignar el nombre completo del testigo, su domicilio o lugar donde
Entrevista vs.
localizarlo y una referencia general y sintética sobre los aspectos que podría
Declaración formal
declarar. La declaración informativa ya es un acto formal que debe constar en
acta., por ende, se hace por escrito. Debe ser leída y luego firmada por el
declarante en virtud a su conformidad con el contenido de la misma. De lo anterior
se desprende la necesidad de que el fiscal que practique la investigación sea el
mismo que lleve adelante la acusación durante el juicio. Esto le permitirá tener un
conocimiento más exacto de lo ocurrido y contribuirá en mejor medida a hacer
más eficiente el descubrimiento de la verdad.
Participación del El imputado y su defensor podrán intervenir en todas las diligencias practicadas
imputado y por la policía y tendrán acceso a todas las investigaciones realizadas, salvo cuando
defensor se hallen bajo reserva, según lo establecido en este código. (Art. 293). Entre mayor
participación se le permita al imputado y a la defensa en el conocimiento de los
elementos de prueba, mayor será el grado de confianza que los jueces depositarán
en dichas pruebas, sobre todo en un sistema donde rigen los principios de libertad
probatoria y libre valoración, conforme a las reglas de la sana crítica. Con esta
medida se pretende evitar las actuaciones arbitrarias de las autoridades en materia
penal, pues su desempeño a lo largo del proceso será fiscalizado por un abogado
defensor a quien se le permitirá mantener una estrecha comunicación con su
cliente, a efectos de materializar su derecho de defensa.
Las investigaciones preliminares realizadas por la policía deberán concluir en el
Investigación
plazo máximo de 5 días de iniciada la prevención. Dentro de las veinticuatro horas
preliminar (Art.
siguientes, la policía remitirá a la Fiscalía los antecedentes y objetos secuestrados,
300)
salvo que éste decida otra cosa.
Es de resaltar que esto no significa que necesariamente el fiscal deberá imputar o
solicitar alguna medida cautelar dentro de estos cinco días de diligencias de
policía. El Ministerio Público tiene hasta seis meses para imputar formalmente, o
solicitar una salida alternativa e incluso medida cautelar si se dieran los requisitos
para ello. Si luego de estudiar las actuaciones policiales el fiscal aún no tuviera
todos los elementos necesarios o los requisitos legales para imputar, no debe
Plazo para imputar hacerlo y por el contrario, debe seguir investigando para reunir suficientes
indicios. Si existiera aprehendido, éste debe ser puesto en libertad a las
veinticuatro horas de su pérdida de libertad y si luego de la investigación
existieran suficientes indicios de su participación en un hecho delictivo, entonces
se le citará y si no se presenta a la citación se le declarará rebelde y buscará con la
fuerza pública. No se trata de imputar por imputar, ni de privar a una persona de su
libertad en forma ilegal.
Luego del estudio de las actuaciones policiales, el fiscal analizará su contenido
para: 1) Imputar formalmente el delito atribuido, si se encuentran reunidos los
Estudio de
requisitos legales 2) Ordenar complementación de diligencias policiales, fijando
actuaciones
un plazo al efecto 3) Disponer el rechazo de la denuncia, querella o actuaciones
policiales (Art. 301)
policiales y en consecuencia su archivo 4) Solicitar al juez instructor la aplicación
de alguna salida alternativa
El fiscal puede imputar formalmente a un imputado, si se encuentran reunidos los
requisitos legales, es decir, que existan suficientes indicios sobre la existencia del
hecho y la participación del imputado en el mismo. La imputación formal debe
hacerse en forma fundamentada (explicar la razón de cada supuesto) y deberá
Imputación formal
contener los datos de identificación del imputado y de la víctima o su
Art. 302
individualización más precisa; igualmente deberá contener el nombre y domicilio
procesal del abogado defensor, pues la imputación debe ponerse en su
conocimiento; la descripción del hecho o los hechos que se le imputan y su
calificación provisional.
Es necesario acotar, que el fiscal puede imputar a una persona sin necesidad de
solicitar la aplicación de medidas cautelares. Esta solicitud de medida cautelar no
es parte integrante de la imputación. El artículo 302 es claro al consignar que la
Imputación y solicitud de medida cautelar se requiere sólo en los casos en que proceda. La
medida cautelar imputación que contenga una solicitud de aplicación de medidas cautelares (en
virtud a que concurrieran los requisitos del art. 233) debe hacerse con anterioridad
a la Audiencia de Medidas cautelares y no en el mismo acto, como ha ocurrido en
algunos casos en el país.
La imputación debe hacerse necesariamente antes de solicitar alguna salida
alternativa. Esto principalmente porque extinguen la acción penal (salvo en el caso
Imputación y salida
de la suspensión del proceso mientras no se cumplan las reglas impuestas). Debe
alternativa
imputarse en virtud al principio procesal del ne bis in idem, es decir, que nadie
puede ser vuelto a juzgar por los mismos hechos.
Imputación vs. También es importante diferenciar la imputación formal consignada en el artículo
Imputación formal 302 del código de la simple imputación, tal como la define el artículo 5 del mismo
cuerpo legal. La imputación formal se hace ante la autoridad correspondiente en
tanto que la imputación a que hace referencia el artículo 5 es la denominación que
se da a una persona desde que se le atribuye la comisión de un delito ante los
órganos encargados de la persecución penal. Esa persona denominada desde el
inicio imputado, puede todavía no tener una imputación formal.
Cuando de la investigación preliminar se determine que las actuaciones policiales
son insuficientes, no se reúnan los suficientes elementos de convicción para
sostener una imputación penal, acusación y posteriormente un juicio, el Fiscal
puede disponer la complementación de la investigación, fijando un plazo para éste
Complementación
objetivo. (Arts 73 y. 301 num. 2). El código no prevé el plazo máximo que puede
de diligencias
otorgarle el fiscal al investigador para que complemente sus diligencias, pero la
razón nos dice que el plazo debe ser tal, que luego de complementadas las mismas
todavía le permita al fiscal tener el tiempo suficiente para acusar, antes que se
extinga la etapa preparatoria.
Dentro de las atribuciones del fiscal también se encuentran las de rechazar la
denuncia, querella o actuaciones policiales y siempre por resolución
fundamentada. El rechazo procede: 1. En los casos que resulte que el hecho no
Rechazo existió; 2. Si el hecho no está tipificado como delito; 3. Si el imputado no ha
participado en el hecho delictivo; 4. Si no se ha podido individualizar al imputado;
5. Si la investigación no ha aportado elementos suficientes para fundar la
acusación; 6. Si existe un obstáculo legal para el desarrollo del proceso (Art. 304)
Las partes pueden objetar la resolución de rechazo, en el plazo de 5 días contados
a partir de su notificación. El trámite de la objeción es el siguiente: 1. La objeción
se formula ante el fiscal que la dictó. 2. Este fiscal remitirá la objeción con los
Objeción del antecedentes al fiscal superior jerárquico, dentro de las 24 horas siguientes. 3.
rechazo - Trámite Fiscal superior, dentro de los 10 días siguientes a la recepción de las actuaciones,
(Art. 305) determina revocatoria o ratificación del rechazo. Si dispone revocatoria, ordenará
la continuación de la investigación. Si dispone rechazo, se archivan los obrados.
Esto último no impide la conversión de acciones a pedido de la víctima o del
querellante.
Las partes pueden proponerle al fiscal actos o diligencias en cualquier momento de
la etapa preparatoria, que estimen esenciales. El fiscal puede aceptarlos si los
Otras diligencias considera: ·1 útiles ·2 lícitos ·3 pertinentes En caso de negativa fiscal (rechazo de
la proposición), las partes pueden objetar este rechazo ante el superior jerárquico,
quien resolverá en el plazo máximo de 72 horas.
Las medidas cautelares son instrumentos procesales que se imponen durante el
curso de un proceso penal, con el objeto de restringir el ejercicio de los derechos
personales o patrimoniales del imputado o de terceras personas. Estas medidas se
Medidas denominan cautelares porque tienden a evitar los peligros de obstaculización del
Cautelares proceso y buscan asegurar el efectivo cumplimiento de la posible condena. Si
luego de comprobada la culpabilidad del imputado en juicio éste pudiera sustraerse
al cumplimiento de la sanción, la justicia se vería burlada y la sociedad perdería la
confianza en el derecho.
La medida cautelar no se impone de oficio por el juez y siempre requiere de una
imputación previa antes de solicitar la misma, pues el juez debe conocer qué hecho
Fundamentación delictivo se le imputa a la persona. Igualmente, debe siempre estar debidamente
fundamentada, explicando las razones por las cuales se hace necesaria su
aplicación.
Clases Pueden ser personales o reales. Las medidas cautelares de carácter personal, tienen
como finalidad asegurar la presencia del imputado en el juicio y evitar que
obstaculice la averiguación de la verdad (Nuevo Código de Procedimiento Penal
-NCPP- Arts. 221 par. I y III, 225, 226, 227, 231, 233 inc.2, 240). Las medidas
cautelares de carácter real tienen como finalidad garantizar la reparación del daño
y el pago de costas o multas. (Art. 252 par. I). Las medidas cautelares sobre bienes
sujetos a confiscación o decomiso tienen como finalidad asegurar que dichos
bienes queden a efectos de prueba en el proceso. (Art. 54 inc. 7 y Art. 253).
Nuestro Código de Procedimiento Penal reconoce entre las medidas cautelares de
carácter personal el arresto (Art. 225), la aprehensión (Art. 226, 227, 229), la
incomunicación (Art. 231), la detención preventiva (Art. 232 al 239) así como
las medidas sustitutivas a la detención preventiva enumeradas en el Art. 240.
Medidas
Tanto la presentación espontánea como la citación no son medidas cautelares
Cautelares
propiamente dichas, sino más bien medidas preventivas. La presentación
Personales
espontánea (Art. 223) como medida preventiva, posibilita que el imputado
mantenga su libertad y la citación trae como consecuencia, si el imputado no se
presenta a la misma, que se libre en su contra un mandamiento de aprehensión.
(Art. 224).
Entre las medidas cautelares de carácter real tenemos las previstas en el Código de
Procedimiento Civil, que deben imponerse únicamente en los casos expresamente
Medidas indicados en ese código, y siempre que se trate de bienes propios del imputado.
Cautelares Reales Entre ellas se consideran el embargo, la fianza, la anotación preventiva, la
hipoteca legal, el secuestro, la intervención, etc. (Art. 222 par. II, 252 del NCPP
y Art. 156 del CPC.)
Los requerimientos con solicitud de medida cautelar pueden presentarse durante
toda la etapa del proceso. No únicamente en la etapa preparatoria, pues
recordemos que su finalidad consiste básicamente en la de evitar la fuga del
imputado y que de alguna manera obstaculice la averiguación de la verdad. Si se
Momento de
diera por ejemplo el caso, que ya existiera acusación fiscal (y por ende el juez
solicitud
instructor no tuviera más jurisdicción pues concluyó la etapa preparatoria), será el
Juez de Sentencia o el Presidente del tribunal -según el caso- quien interponga esta
medida. Si el Tribunal de Sentencia todavía no estuviera constituido legalmente,
será el Juez Presidente y tome esta medida.
Son aquellos actos que finalizan la etapa preparatoria. Concluida la investigación,
el fiscal podrá: 1)Presentar acusación, si estima que la investigación proporciona
fundamento para el enjuiciamiento público del imputado; 2) Decretar
fundamentadamente el sobreseimiento, cuando resulte evidente que el hecho no
Actos Conclusivos
existió, no constituye delito, que el imputado no participó en él o los elementos de
(Art. 323)
prueba son insuficientes para fundamentar una acusación; 3)Requerir, la aplicación
de alguna salida alternativa, como la suspensión condicional del proceso, la
aplicación de un procedimiento abreviado, de un criterio de oportunidad o la
conciliación.

DATOS BASICOS QUE DEBE CONTENER LA IMPUTACION


FORMAL
REQUISITOS PREVIOS:

Para poder imputar, previamente deben existir:


Suficientes INDICIOS sobre la existencia del hecho
Suficientes INDICIOS sobre la participación del imputado

FORMA DE LA IMPUTACIÓN

ESCRITA: Sobretodo considerando el principio “ne bis in idem”, es decir, la garantía procesal
consignada en el artículo cuarto del NCPP, por la que nadie puede ser vuelto a juzgar por la
misma causa. El principio procesal del “ne bis in idem” asegura que la sentencia adquiera
calidad de cosa juzgada y así permite obtener seguridad jurídica. Este principio impide a los
órganos jurisdiccionales reabrir un caso cuando una sentencia quedó ejecutoriada (Ver Art.
308), cuando se indultó al acusado; cuando se extinguió la acción penal debido a la aplicación
de un criterio de oportunidad; cuando el fiscal ordenó el sobreseimiento o cuando el proceso
estuvo suspendido condicionalmente y el imputado cumplió con las condiciones impuestas en el
plazo fijado. Para que la garantía del “ne bis in idem” pueda aplicarse, deben concurrir tres
requisitos: que se trate de la misma persona; que se trate del mismo hecho delictivo y que se
trate del mismo motivo de persecución. El “ne bis in idem” es aplicable también en relación al
concurso de leyes, por eso impide que por un mismo hecho delictivo puedan imponerse dos
penas criminales (Art. 44 Código Penal).

Otra garantía procesal por la cual la imputación debe ser escrita es el “Derecho de Defensa” que
tiene el imputado, de leer aquello por lo cual se le imputa (es además mejor que quede
constancia de lo que se dice, pues es la única manera de probar algo, si queda por escrito.)

CLARA: Es indispensable para que no quepan dudas ni preguntas sobre cómo acontencieron
los hechos. Además, la claridad al escribir, denota seguridad , pues finalmente es un reflejo del
pensamiento.

PRECISA: Debe ser concreta, sin irse por las ramas o dar informaciones o datos que no sean
relevantes. Redactar un hecho con exactitud es una virtud que no permite interpretaciones que
puedan llevar a errores.

PARA EL JUEZ: La imputación no es para los fiscales ni para que conste en el expediente; la
imputación debe estar tan bien redactada, que EL JUEZ, sin necesidad de tener otros elementos
o indicios, pueda comprender de qué tratan los hechos.

CONTENIDO DE LA IMPUTACION FORMAL


DATOS DE IDENTIFICACIÓN DEL IMPUTADO

Nombre y apellidos del imputado


Número de cédula de identidad
Profesión, oficio u ocupación
Domicilio real
Domicilio procesal (si lo hubiera)

DATOS DE IDENTIFICACIÓN DE LA VICTIMA

Nombre y apellidos de la víctima


Número de cédula de identidad
Profesión, oficio u ocupación
Domicilio real
Domicilio procesal (si lo hubiera)

EN CASO DE NO CONOCER LOS DATOS DE LA VICTIMA

Su individualización, lo más precisa que se pueda (ej. Edad aproximada, sexo, características
físicas, etc.)

NOMBRE DEL DEFENSOR


DOMICILIO PROCESAL DEL DEFENSOR (Para poder hacerle llegar las notificaciones
del caso)

DESCRIPCIÓN DEL HECHO O LOS HECHOS QUE SE IMPUTAN

Se redacta en tercera persona, tal como si el denunciante hubiera presenciado el hecho.


Fecha del hecho delictivo
Descripción corta, clara y precisa del hecho o los hechos que se imputan, para configurar los
elementos del delito. Basta relación circunstanciada del delito. (resumido, pero tan claramente
explicado que el juez, sin necesidad de tener mayores datos, entienda de qué se trata el hecho y
cómo aconteció)

FUNDAMENTACIÓN DE LA IMPUTACIÓN

Se redacta en virtud a los elementos que tiene de la investigación sobre los hechos delictivos.
Solamente se nombran los más resaltantes.
El objetivo es informar al imputado la razón por la cual lo persiguen
No se refiere a pruebas sino únicamente a indicios
Debe enmarcarse cada supuesto en el artículo correspondiente del NCPP
Deben nombrarse los hechos sucedidos para los elementos del delito y la culpabilidad (No es
necesaria una amplia argumentación jurídica, -que sí exige la sentencia por ejemplo-, pues la
imputación no estará sujeta a apelación.).

CALIFICACIÓN PROVISIONAL DEL DELITO


SOLICITUD DE ALGUNA MEDIDA CAUTELAR

Para este supuesto, es imprescindible la fundamentación sobre la existencia de elementos de


convicción suficientes, que el imputado es con probabilidad autor o partícipe del hecho punible.
Esto implica explicar:

- que el hecho existió;


- que el imputado participó en tal hecho;
- y que el hecho es punible.

No basta indicar el tipo penal. Es necesario abundar en la relación histórica del hecho y su
descripción así como también la forma en que el imputado participó en el mismo.
y además, la existencia de elementos de convicción suficientes, de que el imputado no se
someterá al proceso (Peligro de fuga Art. 234) o que vaya a obstaculizar la averiguación de la
verdad (Peligro de obstaculización Art. 235).

Para demostrar el peligro de fuga, el fiscal debe fundamentar el hecho que la persona no tenga
familia, residencia habitual, trabajo, negocios asentados en el país. O asimismo, que pueda estar
realizando actos preparatorios de fuga o tener las facilidades para esconderse. Según la
gravedad del delito que se trate, pueden ponderarse las circunstancias concretas y analizar si el
imputado, -a pesar de contar con un domicilio fijo- estará o no presente al momento del juicio.
Es al fiscal a quien le corresponde fundamentar el peligro de fuga y no al defensor, pues es el
primero de ellos quien tiene la carga de la prueba. No cabe que el juez instructor le solicite al
defensor “pruebas” para demostrar que su defendido estará presente al momento del juicio.

El mismo tipo de argumentación debe hacerla el fiscal al solicitar al juez de instrucción una
medida cautelar en caso de peligro de obstaculización del proceso. Los extremos de tal
afirmación deben explicarse y fundamentarse. No basta decir que el imputado “podría amenazar
a testigos o peritos” sino que tal afirmación debe explicarse en virtud a la posición del
imputado, medios por los cuales podría lograr la intimidación, etc.
ES IMPORTANTE ACLARAR QUE LA MEDIDA CAUTELAR NO SE PIDE EN TODOS
LOS CASOS DE IMPUTACIONES FORMALES, SINO SOLO EN AQUELLOS CASOS EN
QUE FUERA PROCEDENTE.

SOLICITUD DE ALGUNA SALIDA ALTERNATIVA


Las Salidas alternativas son un instrumento eficaz para descongestionar el sistema y economizar
los procesos penales, cuidando al mismo tiempo, la seguridad ciudadana y las garantías del
imputado.

Previa a la solicitud, el fiscal debe haber imputado formalmente al imputado. Esto se debe
nuevamente a la garantía procesal del “ne bis in idem”, al derecho de defensa, pero además,
porque un procedimiento abreviado, un criterio de oportunidad, una suspensión condicional del
proceso o una conciliación, todas ellas extinguen la acción penal y mal podría volver a
imputarse a la misma persona por la misma causa.

La aplicación de una salida alternativa al juicio permite descongestionar el sistema, también que
la fiscalía se concentre en los delitos más graves y relevantes y además motiva al imputado a
reparar el daño. Debe haberse reparado el daño a la víctima o afianzado suficientemente esta
reparación. En caso de oposición de la víctima, ésta puede convertir la acción pública en privada
en los casos que el código lo permita (Art. 26). La aplicación de las salidas alternativas
posibilita una política criminal dependiendo del criterio con que se aplica. En todos los casos, el
requerimiento del fiscal depende de su criterio discrecional, pero siempre bajo control
jurisdiccional.

La salida alternativa puede solicitarse hasta antes de finalizada la etapa preparatoria.

CONTENIDO BÁSICO DE LA ACUSACIÓN


FECHA

AUTORIDAD A QUIEN SE DIRIGE LA ACUSACIÓN (Ej. Tribunal de Sentencia del


Distrito de Sucre)

TIPO DE DELITO Y SU RESPECTIVO ARTÍCULO

DATOS GENERALES DEL IMPUTADO

Nombres y apellidos del imputado


Número de cédula de identidad
Profesión u ocupación
Domicilio real
Domicilio procesal

DATOS DEL DEFENSOR

Nombres y apellidos
Número de cédula de identidad
Domicilio procesal
Nombre de la Víctima y si existe voluntad de constituirse en parte querellante o no

RELACIÓN CIRCUNSTANCIADA DEL DELITO ATRIBUIDO

Se escribe en tercera persona, tal como si se hubiera presenciado el hecho


Fecha de los hechos
Descripción del hecho delictivo en forma corta y clara
FUNDAMENTACIÓN DE LA ACUSACIÓN

FUNDAMENTAR: IMPLICA CONSIGNAR TODOS LOS ELEMENTOS QUE LA


MOTIVAN (motivos de hecho y de derecho)

Debe hacerse referencia a los hechos históricos que deben llenar los requisitos del delito
Debe tener una estructura lógica y cronológica (llenar los requisitos del delito)
No basta indicar las pruebas, sino que debe explicarse qué aspectos se quieren probar con cada
instrumento de prueba
Preceptos jurídicos aplicables
OJO:

"Mientras mejor la investigación policial, mayores elementos tendrá el fiscal para poder
acusar y buscar la condena del imputado"

PETITORIO

Solicitud de auto de apertura de juicio ante el Tribunal correspondiente

NUEVO CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL Y RÉGIMEN


CAUTELAR PERSONAL
EL RÉGIMEN CAUTELAR ANTERIOR Y EL NUEVO. COMENTARIOS
GENERALES.-

El régimen de medidas cautelares regulado por el D.L. 10426 promulgado en fecha 23 de agosto
de 1973, es decir, Código de Procedimiento Penal y la Ley 1685 de fecha 2 de febrero de 1996 o
Ley de Fianza Juratoria Contra la Retardación de Justicia Penal, es francamente distinto al
establecido en el nuevo ordenamiento jurídico procesal, sin embargo para comprender la
transformación a cabalidad no basta sólo el análisis del nuevo régimen de medidas cautelares
instituidas en la Ley 1970 o nuevo Código de Procedimiento Penal, es preciso, estudiarlas en el
contexto de los sistemas procesales diseñados en la normativa vigente y la nueva ley procesal
penal, sus enfoques doctrinales y sus propósitos finales.

Bajo el nomen juris de MEDIDAS JURISDICCIONALES, el Título V, del Libro Segundo del
Código anterior regula el régimen de medidas cautelares, el Capítulo I trata de la anotación
preventiva, requisa, allanamiento y arraigo, es decir, de medidas restrictivas de derechos, tanto
personales como reales; el Capítulo II trata de la detención preventiva; el capítulo III, reformado
en gran parte por la Ley de Fianza Juratoria, versa sobre la Libertad Provisional; el Capítulo IV
sobre la Calificación de Fianza.

Mientras que el sistema anterior propugnaba una aplicación amplia y casi irrestricta de las
medidas cautelares, el nuevo sistema diseña la aplicación restrictiva de las mismas, lo que era la
regla anteriormente debe ser la excepción hoy en día, en síntesis se tratan de dos enfoques sobre
el mismo tema diametralmente opuestos.

El régimen cautelar que se supera, sobre todo el personal, era atentatorio de derechos y garantías
fundamentales de la persona humana, especialmente los contenidos en los arts. 7, 9, 11 y 16 de
la Constitución Política del Estado, puesto que la persona aprehendida por la policía bajo la
dirección o no del Ministerio Público, debería ser remitida al Organo Jurisdiccional en el
término de 48 horas, según la disposición contenida en el art. 118 del Código anterior en franca
inobservancia del término constitucionalmente establecido para el efecto que es de 24 horas.
La policía aprehendía y liberaba personas aún sin el conocimiento del fiscal y, obviamente, sin
que exista control jurisdiccional sobre este de actuaciones, durante las diligencias de policía
judicial.

El fiscal, si conocía de la aprehensión tenía dos opciones: liberar al aprehendido o remitirlo al


juez de Instrucción conjuntamente las diligencias de policía judicial, dentro de las 48 horas
establecidas en el anterior Código de Procedimiento Penal, término que regularmente no se
cumplía rigurosamente, debido a que con la aprehensión recién empezaba la investigación y la
correspondiente elaboración de informes y requerimiento conclusivo.

El nuevo sistema pretende el cumplimiento estricto de la C.P.E., no sólo en cuanto a términos se


refiere, sino también a la aplicación real del principio de inocencia o presunción de inocencia,
de manera tal que la aplicación de las medidas cautelares no se convierta en el injusto o
anticipado cumplimiento de una pena por una persona a la que el Estado le reconoce su
condición de inocente en tanto no pese en su contra una sentencia condenatoria ejecutoriada.

La aplicación irrestricta de la limitación de la libertad personal del imputado con fines extra
procesales, característico del antiguo Código, como el aseguramiento del pago de daños,
perjuicios, costas y multas no corresponde al diseño constitucional ni a la doctrina procesal
penal contemporánea, frente a la triple finalidad de la detención preventiva y lógicamente de la
fianza: garantizar la presencia del imputado en los actos del proceso el pago de daños y multas
el nuevo sistema revierte esta situación, otorgándole a la medida cautelar personal una sola
finalidad: la de garantizar del presencia del imputado en los actos del proceso o de que éste no
obstaculice la averiguación de la verdad.

El antiguo régimen en cuanto a las medidas restrictivas de carácter personal, establece las
siguientes reglas para su aplicación:

- Para el arraigo (art. 193 ): la gravedad del delito, que existan razones fundadas de que el
imputado no permanecerá en el lugar donde fuere procesado (en la práctica esta medida se
aplicaba de forma irrestricta a veces de oficio o sólo a pedido de parte, sin que se analicen o
comprueben los requisitos formalmente establecidos)

- Para la detención preventiva: que el delito calificado, sea de acción pública o privada, merezca
pena privativa de libertad cuyo máximo legal exceda los dos años, que existan elementos de
convicción suficientes para sostener razonablemente, que el imputado, es con probabilidad autor
de un hecho punible o partícipe en él, que exista fundada presunción de que el imputado
dificultará la averiguación de la verdad o continuará con acciones delictivas (en los casos
concretos de la aplicación de esta medida, en la mayor parte de los casos el juez sólo apreciaba
la calificación del hecho, dispuesta en el auto inicial de la instrucción o en el auto de apertura de
juicio, disponiendo la detención preventiva o formal a través de un decreto que se limitaba a
señalar como fundamentación el hecho y los indicios de autoría del imputado).

En cuanto a imputables menores de 18 años, sólo procedía la detención preventiva en delitos


cuyo máximo legal sea igual o superior a los 5 años de detención preventiva, según el art. 4 de
la Ley de Fianza Juratoria.

- La libertad provisional podía ser solicitada aún sin que se halle detenido el imputado y se
establecía las siguientes reglas para su improcedencia: cuando el o los delitos imputados
merezcan pena privativa de libertad cuyo mínimo legal sea superior a los dos años; cuando
existan vehementes indicios de que el encausado obstaculizará la averiguación de la verdad
(arts. 12 al 15 de la Ley de Fianza Juratoria).
Sin embargo de que el art. 1 de la Ley No. 1685 de 2 de febrero de 1996, Ley de Fianza
Juratoria, establece la aplicación restrictiva de la detención preventiva y sus fines estrictamente
procesales, en la práctica forense se han mantenido, a tiempo de calificar la fianza el
aseguramiento del pago del posible daño civil (arts. 210 y 211 del Código de Procedimiento
Penal de 1973), elevando los montos de la fianza a sumas que exceden la fianza del haz (que
procedía como sustitución de una fianza económica en casos de delitos de acción penal pública
de hasta Bs. 13.000 y de acción penal privada de hasta Bs. 9.000) y, en muchos casos, por lo
elevado de los montos calificados se hacía inviable la libertad del imputado, a esa libertad se
denominaba “libertad provisional”, terminología que denota el autoritarismo del anterior
sistema, que consideraba la detención preventiva o formal del imputado como una regla y no
como una excepción al estado natural de libertad del ciudadano.

La libertad provisional bajo fianza juratoria por retardación de justicia o extrema pobreza,
instituida a través de la Ley de Fianza Juratoria, por lo menos desde la perspectiva de los
objetivos legislativos pretendía atenuar la dureza del sistema penal humanizándolo, conviene
recordar que aún la Ley 1685, no tuvo una aplicación plena, las prácticas y costumbres
anteriores a esa norma se impusieron en varios juzgados y tribunales de la República.

El nuevo régimen cautelar racionaliza también la aplicación de la aprehensión, medida de la que


se abusaba con fines no procesales y que no estaba sujeta a control jurisdiccional, en el contexto
del nuevo sistema se revierte esta situación pues aprehendida que fuere una persona sólo el juez
es competente para resolver su situación personal (art. 229 NCPP).

Control jurisdiccional que refuerza el sistema republicano de pesos y contrapesos, pues la


función del juez de instrucción se limita a ese control y ya no tiene funciones también de
investigador, esta directriz inspirada en los principios del sistema acusatorio basado en la clara
identificación de funciones, impone al Ministerio Público la obligación no sólo de solicitar y
fundamentar el pedido de aplicación de una medida cautelar sino también de presentar actividad
probatoria, denominada elementos de convicción sobre riesgo de fuga o de obstaculización, es
decir debe proporcionar al Juez del proceso la información y prueba necesaria para otorgar el
pedido, si los elementos de riesgo u obstaculización no se hallan acreditados el Organo
Jurisdiccional no puede indagar nada de oficio sino resolver el pedido en mérito a los
antecedentes que le son presentados tanto por la parte acusadora y la defensa.

Conviene puntualizar que si bien la carga de la prueba corresponde al que acusa, no es menos
cierto que la defensa puede ejercitar su derecho a presentar elementos de convicción que
enerven o destruyan los presentados por la parte acusadora. Lo que es obligación para el órgano
encargado de la persecución penal es oportunidad para la defensa.

EL CAMBIO RADICAL DEL RÉGIMEN CAUTELAR.-

La restricción de derechos de la persona sometida a la jurisdicción penal, de acuerdo al diseño


del Código de Procedimiento Penal de 1973, hacía de la detención preventiva, la más dura de
las medidas cautelares, una regla aplicable a los delitos que merezcan pena privativa de libertad,
cuyo máximo exceda de dos años y existan contra el imputado indicios manifiestos y graves de
haberlo cometido, esta decisión de oficio debía disponerla el Juez Instructor inmediatamente
recepcionada que fuera la declaración indagatoria del imputado, la resolución que disponía la
detención preventiva no admite recurso alguno y ni siquiera es objeto de una adecuada
fundamentación, en la mayoría de los juzgados y tribunales de la república la decisión de
restringir la libertad del imputado se limitaba simplemente a un: “Vistos, la calificación del
delito por la que se establece que el delito tiene prevista una pena superior a los dos años de
privación de libertad y existiendo suficientes indicios de culpabilidad se dispone la detención
preventiva ...”.
La exigencia de motivación y de que concurran además los requisitos de que exista riesgo de
fuga o peligro de que el imputado en libertad obstaculice la averiguación del hecho para que
proceda la detención preventiva, constituye una reforma reciente de la Ley de Fianza Juratoria
Contra la Retardación de Justicia Penal Nro. 1685, de fecha 2 de febrero de 1996, que no
alcanzó a aplicarse uniforme y correctamente en todos los distritos judiciales del país,
imponiéndose los criterios inquisitivos a los garantistas.

El arraigo, de acuerdo al régimen del 73, podía disponerse aún de oficio, sin justificación
fundamentada.

Sin importar la gravedad del hecho ni si se trata de un delito de bagatela o no, dictado el auto
inicial de la instrucción, el juez a pedido de parte podía ordenar la anotación preventiva de la
querella sobre todo el patrimonio del imputado por ante Derechos Reales, Tránsito y
Cooperativas Telefónicas, con el fin de precautelar la acción reparadora de daños y perjuicios,
no existía ninguna proporcionalidad entre lo que se pretendía precautelar y las limitaciones al
ejercicio del derecho de propiedad del imputado.

Las medidas cautelares personales y reales perseguían fines extrajudiciales y, lo que es más
grave, se constituyeron en aplicación de penas sin juicio previo, en franca violación del
principio de presunción de inocencia y de proceso debido.

El carácter francamente inquisitivo del régimen cautelar, regulado por el antiguo Código de
Procedimiento Penal bajo el erróneo Título de “Las Medidas Jurisdiccionales”, no respondía al
espíritu constitucional, sin embargo ha generado una cultura jurídica y ciudadana frente el
proceso penal, referida a que si no había detenido durante el proceso, la causa ya estaba perdida
para el querellante de inicio o viceversa, si él o los imputados estaban detenidos la causa estaba
ya ganada para el acusador, en todo caso el nuevo Código de Procedimiento Penal, establece un
régimen cautelar de aplicación restrictiva de los derechos del imputado, lo que debe entenderse
no sólo como “defensa de presupuestos constitucionales sino también como liberación
ideológica..” del que administra justicia penal.

La oficiosidad en la disposición de medidas cautelares por parte del órgano judicial, es


suprimida en el nuevo orden procesal penal, toda medida que restrinja derechos debe ser
ordenada a pedido de parte y mediante auto motivado, que es impugnable y revisable, eso sí,
aún de oficio, si las condiciones que han dado lugar a su aplicación desaparecen o se han
transformado, los fines de la restricción de derechos son estrictamente cautelares, en definitiva,
se trata de un giro de 180 grados con relación al sistema anterior.

En cuanto a la restricción de derechos, el nuevo Código de Procedimiento Penal amplía el


catálogo de medidas alternativas a la detención preventiva y se reduce el espectro de los delitos
en los que procede la detención preventiva, limitada a aquellos delitos de acción pública cuya
pena máxima exceda los 3 años de privación de libertad, debiendo concurrir además: la
probabilidad de participación en el hecho y el riesgo de fuga u obstaculización de la justicia.

LA NECESIDAD DE APLICAR EL NUEVO RÉGIMEN CAUTELAR CUANTO


ANTES.-

La aplicación irrestricta de medidas cautelares de derechos en el proceso penal, con fines


extraprocesales, acabaron favoreciendo actos extorsivos o se transformaron en injustos o, en
algunos casos, anticipados cumplimientos de pena sin juicio previo, extremo que no podía ser
sostenido por más tiempo, por lo que el nuevo Código de Procedimiento Penal, en su Parte Final
- Disposiciones Transitorias, bajo la modalidad de "Aplicación Anticipada", establece que, entre
otras disposiciones, entrarán en vigencia al año de la publicación del nuevo Código, las
disposiciones que regulan las medidas cautelares, Título I, Título II y Capítulo I del Título III
del Libro Quinto de la Primera Parte. Es decir el 31 de mayo de 2000 en que empezó a aplicarse
el nuevo régimen cautelar, debería recordarse como el día de la democratización de la Justicia,
sino también como el día de la humanización de la justicia penal boliviana.

La aplicación anticipada del nuevo régimen cautelar presentó un alto grado de complejidad pues
establecía no sólo nuevas concepciones sobre el sistema de administración de justicia penal y
criterios que favorecían la condición de inocente del imputado definiendo nuevas condiciones y
reglas para la restricción de derechos del indiciado sino que imponía una visión de corte más
democrático y propio de un sistema penal acusatorio frente a un esquema procesal penal
preponderantemente acusatorio, dentro de las estructuras del viejo sistema se impusieron nuevos
procedimientos y conceptos para facilitar el proceso de cambio el Fiscal General de la
República dos días antes de la vigencia anticipada dictó el instructivo 001/00 y la Corte
Suprema de Justicia de la Nación a los pocos días de la vigencia anticipada aprobó la Circular
21/00, en base a propuestas mejoradas que surgieron en el ámbito del Ministerio de Justicia a
través del Equipo Técnico de Implementación del nuevo Código de Procedimiento Penal.

Si bien se presentaron varios problemas en la aplicación del nuevo régimen cautelar, resistencia
algunos fiscales de sustancias controladas y aduanas de someter sus causas a las nuevas reglas
cautelares, éstas se fueron superando prontamente a través de la jurisprudencia uniforme
generada por el Tribunal Constitucional, por la que se reconoce la aplicación de las medidas
cautelares establecidas en la Ley 1970 tanto a materia ordinaria, aduanas y sustancias
controladas. Especialmente en el primer semestre de la vigencia anticipada jueces y tribunales
de la República, en muchos casos imponían fianzas económicas muy elevadas y por lo tanto de
imposible cumplimiento, situación que se supera paulatinamente. No todos los operadores han
alcanzado a comprender que a través de la detención preventiva se persiguen fines estrictamente
procesales.

Sin embargo de los varios problemas que se han verificado la experiencia ha sido altamente
provechosa para la consolidación del nuevo sistema procesal penal, debido a que través del
establecimiento de la aplicación restrictiva de las medidas cautelares y sus fines estrictamente
procesales (arts. 7, 85, 86, 141, 149, 181, 222 y 223 del NCPP), los operadores comenzaron a
visualizar la necesidad del establecimiento del control jurisdiccional sobre la investigación
dirigida por el fiscal, sin que el Juez de Instrucción se involucre en la investigación (art. 54, 70,
71, 279 NCPP), la necesidad de aplicar la primacía constitucional que parecía un postulado de
imposible cumplimiento, por ejemplo en lo que al cumplimiento estricto del término de 24 horas
para la remisión del aprehendido por la Policía o la Fiscalía ante el Organo Jurisdiccional (arts.
227 al 232, 291 NCPP), se refiere.

EL NUEVO RÉGIMEN CAUTELAR EN EL CONTEXTO DEL SISTEMA ORAL


ACUSATORIO BOLIVIANO.-

El 11 de febrero de 1993, mediante Ley No. 1430, Bolivia ratifica la Convención Americana
Sobre los Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica, aprobada en la Conferencia de
Estados Americanos celebrada en San José, Costa Rica del 7 al 22 noviembre de 1969, que en el
capitulo II referido a los Derechos Civiles y Políticos con relación al art. 8 establece que toda
persona tiene derecho a ser oída, con la debidas garantías que condiciona la legalidad,
tratamiento que deberá realizarse dentro un plazo razonable, con la participación de la autoridad
competente o sea un juez o tribunal que debe ser independiente e imparcial y que haya sido
establecido con anterioridad por la Ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal
formulada contra ella, o por la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil,
laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
Asimismo toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia
mientras no se establezca legalmente su culpabilidad a través de proceso judicial y que toda
persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:

En caso de inculpación a ser asistida gratuitamente por un traductor o interprete, en caso de no


comprender o hablar el idioma del tribunal, tener comunicación previa y detallada sobre la
acusación formulada en su contra; asimismo el derecho a tener el tiempo prudente y los medios
adecuados para la preparación de su defensa.

La persona inculpada está garantizada a defenderse personalmente en juicio (defensa material)


con el apoyo de un defensor técnico de su elección quien podrá diseñar y estructurar la
estrategia correspondiente a su favor, de igual forma tienen derecho a comunicarse libre y
privadamente con su defensor antes de cualquier actuación procesal; en caso de no tener un
defensor el Estado le proporcionará uno remunerado.

Las personas que comparezcan ante autoridad competente en ningún momento serán obligados
a declarar en su contra ni a declararse culpables de hechos que se les imputan; asimismo se
garantiza el derecho a recurrir los fallos ante una instancia superior.

Y por último, la persona imputada que haya sido declarada absuelta por una sentencia firme no
podrá ser sometida a nuevo juicio por los mismos hechos que ya fue juzgado y que el proceso
penal debe ser único y público, el principio “non bis in ibidem” no admite excepciones, sin
embargo, en casos concretos podrá disponerse la reserva de actuaciones.

En definitiva, Bolivia incorpora de manera sistemática los alcances de la Convención


interamericana a la normativa interna, recogiendo también, obviamente los principios de la
declaración Universal de Derechos Humanos, cuyos ejes rectores deben orientar también la
aplicación del régimen cautelar, debido a que las garantías se manifiestan y objetivizan no sólo
a los efectos del juicio sino a lo largo de todo el proceso.

REQUISITOS DE LA DETENCIÓN PREVENTIVA SEGÚN EL NUEVO RÉGIMEN


CAUTELAR.-

El art. 7 del nuevo Código de Procedimiento Penal señala: (Aplicación de medidas cautelares y
restrictivas) la Aplicación de medidas cautelares establecidas en éste Código serán excepcional.
Cuando exista duda entre la aplicación de una medida cautelar o de otras disposiciones que
restrinjan derechos o facultades del imputado deberá estarse a lo que sea más favorable a éste.”
Esta disposición, entre otros principios y garantías se refiere a la condición de inocente del
imputado en tanto una Sentencia condenatoria ejecutoriada no destruya esa condición y al
“indubio pro reo”.

La detención preventiva de personas debe ser de aplicación excepcional y no así una regla que
vulnere derechos y garantías individuales. Si una persona habiendo sido aprehendida o incluso
detenida preventivamente es puesta en libertad esta podrá estar subordinada a medidas que
aseguren la comparecencia del acusado a las actuaciones procesales, o las diligencias
correspondientes y, en su caso, para la ejecución del fallo, se trata del establecimiento de
equilibrio entre los intereses de una persecución penal eficiente y los derechos individuales, que
en cada causa penal se presenta objetivamente, corresponde al juez velar por la vigencia
necesaria de ese equilibrio propio de un sistema democrático.

Una consideración importantísima de estas garantías, es que una persona privada de su libertad
por detención o prisión tiene todo el derecho a recurrir ante un tribunal, a fin de que esta
instancia en aplicación del principio de celeridad decida a la brevedad posible sobre la legalidad
de su prisión y ordene su libertad si la misma fuera ilegal. En este ámbito el accionar del
Tribunal Constitucional ha sido tan vital e importante que no sólo ha generado una nueva
jurisprudencia, que es uniforme y tiene carácter vinculante, sino que se ha pronunciado
oportunamente, en los plazos y términos legales. Conviene recordar que antes de la vigencia y
funcionamiento del Tribunal Constitucional creado en la reforma constitucional de 1995, una
revisión de fallos emergentes de recursos de habeas hábeas o amparo demoraban como
promedio ante la E. Corte Suprema de Justicia de la Nación 12 meses.

La persona que haya sido ilegalmente detenida o presa, tendrá el derecho efectivo a obtener
reparación por el daño causado. Asimismo en caso que una persona esté privada de su libertad
deberá ser tratada humanamente y con el debido respeto a su dignidad personal. En este ámbito
el Tribunal Constitucional en uso de sus específicas funciones ha ejercido también una línea de
influencia altamente positiva y constructiva en la consolidación de la reforma procesal penal.

Precisamente, la regulación contenida en el Libro V de la Ley 1970, referida a las medidas


cautelares establece la finalidad, alcances, requisitos, formas de solicitud y resolución de la
otorgación de medidas restrictivas de derechos de la persona humana.

La aplicación de una medida cautelar de carácter personal sólo procede, en los delitos de acción
penal pública o privada, a pedido fundamentado de parte, es decir el Juez o Tribunal no puede
imponerla de oficio.

En los delitos de acción penal pública además de la solicitud fundamentada el fiscal debe
acompañar la imputación formal. Cuyo contenido es útil para acreditar el primer requisito de
procedencia de una medida cautelar, pues al ser una resolución escrita y fundamentada que
individualiza al o los partícipes del delito y que concretiza el hecho (calificación del delito) de
la persecución penal, señala el dato sobre la improcedencia de la detención preventiva, por
ejemplo si el delito atribuido tiene pena inferior a los tres años de privación de libertad.

La detención preventiva es la medida más fuerte que se puede imponer y sólo procede cuando
se cumplan las siguientes condiciones:

 Se establece como primer requisito para la consideración de la procedencia de la


detención preventiva: que el delito de orden público formalmente imputado contemple
pena privativa de libertad cuyo máximo legal sea superior a tres años.

 Además de que la calificación del hecho establezca la procedencia de la detención


preventiva, deben concurrir los siguientes requisitos: la existencia de suficientes
elementos de convicción para sostener que el imputado es, con probabilidad autor o
partícipe de un hecho punible y que existen elementos de convicción suficientes de que
el imputado no se someterá al proceso u obstaculizará la averiguación de la verdad (arts.
233 y 234 del NCPP).

 La decisión sobre la aplicación de la detención preventiva debe ser motivada, es


decir, resuelta a través de un Auto motivado expreso, revisable aún de oficio,
susceptible de impugnación y sólo procede cuando se cumplen los requisitos
establecidos y exista un pedido formal de parte al respecto (arts. 240, 234, 251 y 252
NCPP).

En resumen, la detención preventiva procederá una vez que se haya planteado la imputación
formal, exista solicitud formal expresa y se hayan establecido mediante elementos suficientes de
convicción el riesgo de fuga u obstaculización.

LAS MEDIDAS SUSTITUTIVAS A LA DETENCIÓN PREVENTIVA.-


La terminología utilizada por el legislador del nuevo Código de Procedimiento Penal de
medidas sustitutivas, para referirse a:

 La detención domiciliaria;
 La presentación periódica;
 El arraigo nacional, local o del territorio que fije el juez;
 La prohibición de concurrir a determinados lugares;
 La prohibición de comunicarse con personas determinadas;
 La fianza: juratoria, personal o económica.

No resulta ser la más precisa pues sustituir es reemplazar una cosa por otra, en el caso de
improcedencia de la detención preventiva por que el delito no es de acción penal pública o
siendo de este tipo no tiene asignada una pena privativa de libertad igual o superior a tres años,
aunque se haya establecido la probabilidad de participación del imputado y el riesgo de fuga o
de obstaculización, no se sustituye la detención preventiva por otra medida por que
sencillamente aquélla no se ha otorgado, no podría disponerse en ningún caso, por ello es que el
término más adecuado es el de MEDIDA ALTERNATIVA A LA DETENCIÓN
PREVENTIVA, pues alternativa significa “opción entre dos cosas” , en el caso del ejemplo
entre cualquiera de las medidas establecidas en el art. 240.

Remarco este comentario por que el término sustitutiva dio lugar en la práctica forense a
interpretaciones erradas, en el caso del ejemplo (improcedencia de la detención preventiva por
la calificación del hecho) la persona aprehendida no era liberada sino hasta que imponga la
fianza económica fijada por el juez, es decir operaba como una sustitución a la aprehensión.

Aún en el caso de que el delito sea de acción penal pública con pena igual o mayor a tres años,
algunos jueces no imponían al aprehendido la detención preventiva, pero sí una fianza
económica, más no se efectivizaba la libertad sino hasta que el monto fijado sea empozado, sin
embargo no se sustituía la detención, que nunca fue dispuesta, sino la aprehensión.

La regulación del art. 245 de la Ley 1970 se refiere a la sustitución de la detención preventiva
por la fianza económica. Cuando los jueces que han actuado manteniendo la aprehensión hasta
que se empoce la fianza, lo que en realidad pretendían, según sus propias explicaciones, era
viabilizar una medida alternativa a la detención preventiva no sustituirla y, en ese caso lo lógico
era disponer el cese de la aprehensión es decir la libertad del imputado y señalarle un plazo
prudente para empozar la fianza, según otros jueces que han actuado así su intención era
garantizar que se empoce la fianza antes de que el imputado recupere su libertad, en este caso
debió primero imponerse la detención preventiva y luego calificar la fianza, para aplicar el art.
245 del nuevo Código de Procedimiento Penal.

Más allá de lo semántico, es preciso aclarar criterios de aplicación e interpretación de la nueva


ley procesal, que tiene la virtud de ampliar las posibilidades de actuación de las partes y de
decisión de los jueces.

TRAMITE.-

En caso de delitos de acción penal pública, el fiscal debe solicitar la aplicación de medidas
cautelares mediante un requerimiento fundamentado, una vez que haya redactado la resolución
de imputación formal que concretiza el objeto de la persecución penal al calificar el delito el
hecho o delitos atribuidos individualizando al o los destinatarios de la persecución penal. La
imputación formal no puede ser expuesta o dictada en audiencia de consideración de la medida
cautelar. Al respecto al art. 302 del NCPP es suficientemente claro.
Ahora bien si la imputación formal además de contener los datos de identificación del imputado
y de la víctima o su individualización más precisa, la descripción del o los hechos que se le
imputan y su calificación provisional y la solicitud de medidas cautelares debe señalar también
el nombre y domicilio del defensor del imputado, si éste no se apersonó brindando estos datos,
es lógico prever que la imputación formal se producirá una vez que se haya recepcionado la
declaración del imputado conforme las reglas establecidas en los arts. 92 al 98, inclusive.

No toda imputación formal debe necesariamente contener la solicitud de aplicación de medidas


cautelares. Estas se solicitan si el fiscal está convencido de su procedencia y necesariedad.

Sin embargo, si el fiscal a tiempo de formalizar la imputación no ha solicitado la aplicación de


medida cautelar, pero luego por los datos que arroja el proceso de investigación reconoce su
procedencia, puede solicitarlas en cualquier momento posterior a haber dispuesto la imputación
formal.

La celebración de audiencia para la consideración de una medida cautelar no se halla


expresamente establecida en la Ley 1970, sin embargo a partir de la vigencia del Instructivo
001/00 del Ministerio Público y de la Circular 21/00 de la E. Corte Suprema de Justicia de la
Nación su práctica se ha impuesto facilitando la manifestación de garantías como la de defensa,
el derecho a ser oído antes de cualquier decisión fundamental y cumpliendo los principios de
inmediación y celeridad, sobre todo en el caso de personas aprehendidas. Sin embargo, si la
persona no se halla aprehendida el Juez podrá resolver la solicitud del fiscal sin necesariamente
celebrar audiencia.

En el caso de persona aprehendida, se han generado interesantes polémicas respecto a la


presencia del imputado y su defensor. En el caso del imputado las discusiones han arribado
fácilmente al consenso de que el imputado aprehendido sí debe ser presentado físicamente ante
al Juez de Instrucción.

Respecto a la presencia del defensor, el consenso se ha generado básicamente sobre la


obligación de notificación a éste para la audiencia, pero si no asiste ya las diferencias de opinión
comienzan a aflorar, para un sector de los operadores debe igualmente celebrarse la audiencia
por que no se trata de un acto del juicio, en el que expresamente se sanciona con nulidad la falta
de asistencia de defensa técnica del imputado, para otros operadores no debería realizarse la
audiencia sin defensor del imputado aprehendido, por que lo contrario significaría una grave
limitación a sus derechos de defensa y una debilitación del principio contradictorio.

La solución de consenso generada entre los operadores tiene que ver también con razones
prácticas y éstas se relacionan con el término de 24 horas en el que el Juez debe resolver la
solicitud de medidas cautelares, si se halla dentro del término puede señalarse en las horas
siguientes otra audiencia con expresa designación de defensor público o de oficio. Si no hay
esta posibilidad determinada por el tiempo el juez debe resolver el pedido con las partes y
sujetos presentes en sala. El mismo criterio sería aplicable al trámite de apelación sobre medidas
cautelares.

El juez resuelve la solicitud a través de un auto motivado, se trata de una resolución


fundamentada que valore no sólo los argumentos esgrimidos por las partes, sino también y sobre
los elementos de convicción puestos en su conocimiento por las partes.

Esa resolución es revocable o modificable aún de oficio, por el principio de aplicación mínima
restrictiva , por el mismo juez sólo a favor del imputado. También podrá revocarse o
modificarse la decisión sobre medidas cautelares para agravar o aliviar la situación personal del
imputado a pedido expreso y fundamentado de parte.
Otro tema de apasionante discusión es el relativo, en el caso de delitos cuyo conocimiento
corresponde a Tribunal de sentencia, a la competencia del Presidente del Tribunal para disponer,
modificar o revocar medidas cautelares personales entre la radicatoria de la acusación y la
celebración del juicio. El Código señala que es competente para conocer de las medidas
cautelares el Juez o Tribunal del proceso, en el caso de la etapa preparatoria el juez es el de
instrucción, en la etapa de juicio por delitos de acción privada o de acción pública de pena
menor a cuatro años es el Juez de sentencia, ambos órganos jurisdiccionales unipersonales, es
ante Tribunal de Sentencia donde se presentan problemas, pues el Presidente del Tribunal sólo
tendría competencia para organizar el juicio oral, conformación del Tribunal incluida, sin
embargo es probable que una persona acusada ante Tribunal a la que no se le ha impuesto
medida cautelar prepare fuga o realice actos de obstaculización de la averiguación de la verdad
ó por el contrario que hallándose detenida el término de su detención sea superior ya a dos años,
mientras se organiza el juicio o las causales que han impuesto la medida han cesado o
desaparecido. Se ha convenido consensuadamente entre los operadores participantes del
PRIMER CURSO DE INSTRUCUTORES DEL CIRCUITO PROCESAL PENAL MODELO
que el Presidente de Tribunal debería resolver los asuntos relativos a medidas cautelares
personales entre la radicatoria de la acusación y la celebración de la audiencia de juicio oral.

En cualquier caso, sea en etapa preparatoria o de juicio, el auto que resuelve la solicitud de
medidas cautelares es impugnable, es decir recurrible de apelación incidental.

APELACIÓN.-

El medio de impugnación que prevé la Ley 1970, contra el auto que imponga o rechace la
aplicación de una medida cautelar es el de la apelación incidental, siendo el órgano competente
para conocer del recurso de apelación incidental la Corte Superior de Distrito, en sus salas
penales, (arts. 51, 251, 403). Se trata, sin embargo, de un recurso de trámite especial.

El término para la interposición de este recurso es de 72 horas, es decir que el plazo se computa
de momento a momento. Interpuesto el recurso se remiten las actuaciones pertinentes a la R.
Corte Superior en el plazo de 24 horas.

Recibidas las actuaciones por el Tribunal Superior, éste señala audiencia dentro de los tres días
siguientes, debiendo resolver en audiencia el recurso, sin ulterior trámite. No son aplicables por
lo tanto las reglas procesales generales sobre apelación incidental establecidas en los arts. 404 al
406.

MEDIDAS CAUTELARES PERSONALES


1. Noción.-

Las medidas cautelares son instrumentos procesales que se imponen durante el curso de un
proceso penal, con el objeto de restringir el ejercicio de los derechos personales o patrimoniales
del imputado o de terceras personas.

Estas medidas son cautelares porque tienden a evitar los peligros de obstaculización del proceso
y buscan asegurar el efectivo cumplimiento de la posible condena. Si luego de comprobada la
culpabilidad del imputado en juicio éste pudiera sustraerse al cumplimiento de la sanción, la
justicia se vería burlada y la sociedad perdería la confianza en el derecho.

“Los actos coercitivos afectan por regla general al imputado,


a quien se puede restringir en el ejercicio de sus derechos
personales (por ejemplo, allanando su domicilio, abriendo su
correspondencia, privándolo de su libertad de tránsito o
locomoción, etc.) o patrimoniales (por ejemplo, embargando
sus bienes). Pero también puede afectar a terceros, como por
ejemplo al testigo que se ve obligado a comparecer a
declarar, la víctima de lesiones que debe someterse a un
examen corporal o el propietario de la cosa hurtada que se ve
privado temporalmente de su uso y goce mientras permanece
secuestrada con fines probatorios.” (José I. Cafferata Nores.
Medidas de Coerción en el nuevo código de procedimiento
penal. Edic. Depalma, Bs.As. 1992, p. 4)

2. Finalidad.-

Existen dos clases de medidas cautelares; las de carácter personal y las de carácter real.

Las medidas cautelares de carácter personal, tienen como finalidad asegurar la presencia del
imputado en el juicio y evitar que obstaculice la averiguación de la verdad (Nuevo Código de
Procedimiento Penal -NCPP- Arts. 221 par. I y III, 225, 226, 227, 231, 233 inc.2, 240).

Las medidas cautelares de carácter real tienen como finalidad garantizar la reparación del daño
y el pago de costas o multas. (Art. 252 par. I). Las medidas cautelares sobre bienes sujetos a
confiscación o decomiso tienen como finalidad asegurar que dichos bienes queden a efectos de
prueba en el proceso. (Art. 54 inc. 7 y Art. 253).

“La coerción personal es una limitación a la libertad física de la persona; la coerción real
importa una restricción a la libre disposición de una parte del patrimonio. Ambas tienen en
común la finalidad de garantizar la consecución de los fines del proceso y pueden afectar… al
imputado o a terceros.” (José I. Cafferata Nores. Medidas de Coerción en el nuevo código de
procedimiento penal. Edic. Depalma, Bs.As. 1992, p. 4)

3. Principios que rigen la aplicación de las Medidas Cautelares.-

Es importante conocer las características generales de las medidas cautelares, porque esto ayuda
a entender mejor el sentido de las mismas y saber aplicarlas con mayores criterios de justicia.
Además, también es importante conocer cuáles son las características intrínsecas de las mismas,
es decir, la “camisa de fuerza” que impide que sean aplicadas arbitrariamente.

Se pueden destacar como principios o características generales de las medidas cautelares los
siguientes:

Excepcionalidad, en vista del derecho a la libertad personal y al principio de


presunción de inocencia (que veremos con más detalle cuando analicemos la detención
preventiva), la regla sería la libertad y la excepción la aplicación de la medida cautelar,
y ésta nunca procedería de manera generalizada. “La principal exigencia que deriva del
principio de excepcionalidad es la de asegurar los fines del proceso a través de medidas
de coerción menos lesivas, distintas a la privación de libertad.” (Alberto Bovino, Prisión
Cautelar, El fallo Suárez Rosero, p. 671)

Proporcionalidad, porque deben estar en adecuada relación con el hecho que se imputa
y con lo que se busca garantizar.

“La violencia que se ejerce como medida de coerción nunca puede ser mayor que la
violencia que se podrá eventualmente ejercer mediante la aplicación de la pena, en caso
de probarse el delito en cuestión…si se trata de delitos que tienen previstas penas
menores o penas de multa leve, resulta claramente inadmisible la aplicación de la
prisión preventiva. Si en el caso concreto se espera una suspensión de la pena, tampoco
existiría fundamento para encarcelar preventivamente al imputado.” (A. Binder.
Introducción al derecho procesal penal. Edit. Alfa Beta, Bs.As. 1993, p. 201).

Empleo de la fuerza pública, para imposición de una medida cautelar, que implica que
se puede hacer uso de ésta para detener a un ciudadano (detención preventiva) o puede
amenazarse con aplicar la fuerza para hacer cumplir el mandamiento respectivo
(ejemplo, citación bajo apercibimiento de ser conducido por la fuerza pública en caso
de negativa a hacerlo).

Instrumentalidad, ya que la medida cautelar no tiene una finalidad en sí misma. “La


característica principal de la coerción procesal es la de no tener un fin en sí misma. Es
siempre un medio para asegurar el logro de otros fines: los del proceso. Las medidas
que la integran no tienen naturaleza sancionatoria -no son penas- sino instrumental y
cautelar: sólo se conciben en cuanto sean necesarias para neutralizar los peligros que
puedan cernirse sobre el descubrimiento de la verdad o la actuación de la ley sustantiva.

Así por ejemplo, para evitar que el imputado intente amenazar o sobornar a testigos,
alterar los rastros del delito, etc. - lo que haría peligrar el descubrimiento de la verdad-,
se permite restringir su libertad de locomoción mediante la detención. Y si se temiera
que, aún privado de libertad, pueda intentar todavía entorpecer la investigación por
medio de terceras personas, se podrá disponer su incomunicación. Asimismo, cuando en
el caso concreto sea presumible que el imputado preferirá darse a la fuga antes que
someterse a la pena que se le pudiera imponer, frustrando as{I la efectiva aplicación de
la ley sustantiva, se autoriza también la imposición de restricciones a su libertad
(detención preventiva).” (José I. Cafferata Nores. Medidas de Coerción en el nuevo
código de procedimiento penal. Edic. Depalma, Bs.As. 1992, p. 4)

Temporalidad.- La medida cautelar solo puede adoptarse estando pendiente el proceso


principal y tiene una duración limitada en el tiempo.

“Toda persona sometida a un proceso tiene derecho a que tal proceso


termine dentro de un lapso razonable. Con más razón aún, toda
persona que está privada de libertad durante el proceso, tiene el
derecho a que ese proceso finalice cuanto antes; y si el Estado es
moroso en el desarrollo del proceso, tal encarcelamiento preventivo
pierde legitimidad. Si el Estado utiliza un recurso tan extremo como
encarcelar a una persona para asegurar el desarrollo del proceso,
adquiere paralelamente la obligación de extremar todos los medios a
su alcance para concluir el proceso cuanto antes.” (A. Binder.
Introducción al derecho procesal penal. Edit. Alfa Beta, Bs.As. 1993,
p. 201).

Revisabilidad, porque su imposición responde a una determinada situación de hecho


existente al momento de adoptar la medida, que varía si las circunstancias que la
motivaron sufrieran modificaciones a lo largo del proceso, lo que obliga a su alteración
o revocación.

“Artículo 250.- (Carácter de las decisiones). El auto que imponga una medida cautelar o
la rechace es revocable o modificable, aún de oficio”. (Nuevo Código de Procedimiento
Penal).
“Artículo 251.- (Apelación) La resolución que disponga, modifique o rechace las
medidas cautelares, será apelable en el término de setenta y dos horas…” (Nuevo
Código de Procedimiento Penal).

Jurisdiccionalidad, pues su aplicación y control se encuentran reservados


exclusivamente a los jueces. “ Si son los jueces quienes tienen a su cargo la
vigencia de los principios de juicio previo y de inocencia, es coherente
-más aún dentro de la lógica de las garantías- que sean los jueces y
sólo ellos quienes autoricen medidas excepcionales como la que
tratamos. Carecería de sentido que se les encomendara a los jueces
la preservación de estos principios y se concediera a cualquier
autoridad la posibilidad de autorizar las excepciones. Por lo tanto, la
interpretación correcta de la norma constitucional indica que
solamente se puede privar de libertad a las personas mediante una
autorización judicial.” (A. Binder. Introducción al derecho procesal
penal. Edit. Alfa Beta, Bs.As. 1993, p. 197).

4. La Medida Cautelar y los Principios Constitucionales del Juicio Previo e Inocencia.-

Por restringir, limitar o afectar derechos constitucionalmente garantizados en la Constitución


Política del Estado como son la libertad y la propiedad patrimonial del imputado, las medidas
cautelares deben encontrar respaldo en las leyes fundamentales y estar expresamente previstas y
reglamentadas en las leyes procesales.

“Las garantías constitucionales no se hicieron para ser estudiadas en los manuales; al contrario,
deben formar parte de la conciencia cívica más elemental”. (A. Binder. Introducción al Derecho
Procesal Penal. Edit. Alfa Beta, Bs.As. 1993, p. 118).

Dado que pareciera que pudiera existir colisión o contradicción entre estas garantías y la
aplicación de medidas cautelares (tanto personales como reales) es que vamos a tratar en este
rubro dos de ellas, que tienen estrecha relación con la imposición de medidas cautelares y que
son: el principio del Juicio Previo y el principio de Inocencia.

4.1 Juicio Previo.-

“Art. 16, IV.- Nadie puede ser condenado a pena alguna sin haber sido oído y juzgado
previamente en proceso legal; ni la sufrirá si no ha sido impuesta con sentencia ejecutoriada y
por autoridad competente. La condena penal debe fundarse en una ley anterior al proceso y sólo
se aplicarán las leyes posteriores cuando sean más favorables al encausado.” (CPE, Art. 16, IV).

De este precepto constitucional se pueden deducir tanto la forma de imponer un castigo así
como la autoridad competente para imponerla, que es el juez.

La forma es la relativa al “cómo”, el “proceso que se sigue” para que se condene a un


ciudadano, y según el precepto constitucional, esto sólo ocurre luego de un juicio al cabo del
cual una sentencia declara la culpabilidad de la persona. La sanción penal no puede ser impuesta
por investigadores o fiscales, pues esto desnaturaliza el sentido del juicio. Las prácticas y la
rutina han hecho que tanto investigadores como fiscales presuman el dolo o inviertan la carga de
la prueba, es decir, obligando al detenido a demostrar su inocencia, violando sus derechos
humanos e incluso imponiéndole penas, lo que viola el juicio previo.

“La cuestión en principio, se mueve sólo entre dos extremos: libertad o su restricción por la
pena. Y como la sanción sólo se concibe después del juicio previo, durante la tramitación de
éste funcionará la garantía del Art. 16. Esto permite afirmar que el estado normal -por así
llamarlo- de una persona sometida a proceso, antes de ser condenada, es el de libertad.” (José I.
Cafferata Nores. Medidas de Coerción en el nuevo código de procedimiento penal. Edic.
Depalma, Bs.As. 1992, p. 8)

Pero si la sanción penal sólo puede ser impuesta luego de una sentencia condenatoria firme,
-pues hasta ese momento rige el principio de inocencia-, lo que implica que las personas no
pueden ser privadas de libertad anticipadamente, cómo pueden aplicarse medidas cautelares que
vulneran la libertad personal de un ciudadano?.

Nuestra Constitución Política del Estado dice:

“Art. 9,I.- Nadie puede ser detenido, arrestado ni puesto en prisión, sino en los casos y según
las formas establecidas por ley, requiriéndose para la ejecución del respectivo mandamiento,
que emane de autoridad competente y sea intimado por escrito" (CPE, Art. 9-I)

Tal como el precepto constitucional del párrafo anterior lo manda, “sino en los casos y formas
establecidas por ley”, nos obliga a recurrir al marco legal correspondiente, en este caso al Nuevo
Código de Procedimiento Penal, que en su artículo 221 dispone:

“Art. 221.- La libertad personal y los demás derechos y garantías reconocidos a toda persona
por la Constitución Política del Estado, las Convenciones y Tratados Internacionales vigentes y
este Código, sólo podrán ser restringidos cuando sea indispensable para asegurar la
averiguación de la verdad, el desarrollo del proceso y la aplicación de la ley.

Las normas que autorizan medidas restrictivas de derechos, se aplicarán e interpretarán de


conformidad con el artículo 7 de este Código . Esas medidas serán autorizadas por resolución
judicial fundamentada, según lo reglamenta este código, y sólo durarán mientras subsista la
necesidad de su aplicación.

No se podrá restringir la libertad del imputado para garantizar el resarcimiento del daño civil, el
pago de costas o multas.” (NCPP,art. 221).

Nuestro código de procedimiento penal también nos dice que el carácter de las medidas
cautelares es restrictivo y que las mismas deben ejecutarse del modo que perjudiquen lo menos
posible a la persona y reputación de los afectados. (Ver Art. 222 NCPP)

“En virtud de los perjuicios que su aplicación ocasiona al afectado, que -es conveniente reiterar-
goza de un estado jurídico de inocencia… se ha establecido que las normas que coarten la
libertad personal deben ser interpretadas restrictivamente” (José I. Cafferata Nores. Medidas de
Coerción en el nuevo código de procedimiento penal. Edic. Depalma, Bs.As. 1992, p. 10)

“Artículo 7.- (Aplicación de medidas cautelares y restrictivas)

La aplicación de medidas cautelares establecidas en este Código será excepcional. Cuando


exista duda en la aplicación de una medida cautelar o de otras disposiciones que restrinjan
derechos o facultades del imputado, deberá estarse a lo que sea más favorable a éste” (NCPP,
Art. 7)

Como dice Binder, “no se puede afirmar que estos principios tengan una vigencia absoluta,
porque la propia Constitución establece la posibilidad de aplicar el encarcelamiento durante el
proceso penal” (Binder, Alberto. Introducción al Derecho Penal, p. 196, Edit. Alfa Beta, Bs.As.,
abril 1993).
En consecuencia, los tribunales de la justicia penal deben tener en cuenta, en toda decisión
acerca de la restricción de la libertad de un inocente, que ellos constituyen la última protección
que existe entre el poder penal del Estado y los derechos fundamentales de las personas.

Ante toda omisión o acción de un órgano cualquiera de los poderes del Estado que afecte o
restrinja ilegítimamente la libertad de una persona inocente, es el Poder Judicial
exclusivamente, quien puede y debe cumplir la tarea de proteger sus derechos fundamentales y
de impedir o hacer cesar toda medida cautelar ilegítima, pues antes de su aplicación deben
cumplirse con todas las exigencias jurídicas formales y materiales propias de las mismas,
consignadas tanto en el NCPP como en la Constitución Política del Estado.

Si nuestra propia CPE manda, que sólo se puede quitar la libertad a un individuo siempre
que exista previamente un juicio, entonces la aplicación de medidas cautelares viene a ser una
violación a esta garantía?

No. La medida cautelar no debe ser vista como un castigo anticipado, por el cual se priva al
individuo de su libertad. Más bien debe ser entendida en su verdadero sentido, como un
instrumento que posibilita asegurar que el imputado esté presente en el juicio y no obstaculice la
averiguación de la verdad.

“La finalidad constitucional de -afianzar la justicia- hacia la que se orienta el juicio previo
requiere: a) que no se impida ni obstaculice su realización; b) que sus conclusiones se asienten
sobre la verdad; c) que se cumpla realmente lo que en él se resuelva.

Si el culpable, abusando de su libertad, pudiera impedir la condena -falseando las pruebas o no


compareciendo al proceso- o eludir el cumplimiento de la pena -fugando-, la justicia lejos de ser
afianzada sería burlada.” (José I. Cafferata Nores. Medidas de Coerción en el nuevo código de
procedimiento penal. Edic. Depalma, Bs.As. 1992, p. 8)

Corroborando lo anterior, Clariá manifiesta que: “La medida cautelar no se contrapone al


principio constitucional del juicio previo, en la medida que no debe considerársele “pena
anticipada”, sino un instrumento que garantice la presencia del imputado en el juicio. Es por ello
que la imposición de medidas cautelares debe producirse únicamente por la necesidad
-verificada en cada caso- de que el imputado no se someterá al proceso o obstaculizará la
averiguación de la verdad.” (Clariá Olmedo, Tratado de derecho procesal penal, t. V, p. 219)

En esa óptica, si la medida cautelar ya no es considerada una “pena anticipada”, puede


imponérsele durante el juicio, para los fines ya explicados. La garantía del juicio previo prevé
entre el supuesto hecho delictivo y la pena a imponer, un lapso de tiempo donde el imputado
tenga la garantía de un debido proceso.

“La circunstancia de que nadie pueda ser penado sin juicio previo, veda la posibilidad de
castigar durante el juicio. La Constitución ha desechado la posibilidad de sanción inmediata al
delito…interponiendo entre el hecho y la pena un plazo que es “ocupado” por el proceso.” (José
I. Cafferata Nores. Medidas de Coerción en el nuevo código de procedimiento penal. Edic.
Depalma, Bs.As. 1992, p. 12).

4.2. El Principio de Inocencia.-

Este principio fundamental del Estado de Derecho es el punto de partida para analizar todos los
problemas y aspectos de la aplicación de las medidas cautelares y sobretodo, la detención
preventiva, que analizaremos exhaustivamente más adelante.
Este principio nos dice, que toda persona debe ser considerada inocente mientras no se destruya
su estado jurídico de inocencia en un juicio, mediante sentencia ejecutoriada o firme.

“Según se observa, la necesidad emerge directamente de la necesidad del juicio previo. De ahí
que se afirme que el imputado es inocente durante la sustanciación del proceso” o que “los
habitantes de la Nación gozan de un estado de inocencia, mientras no sean declarados culpables
por sentencia firme, aún cuando respecto a ellos se haya abierto una causa penal y cualquiera
que sea el proceso de esa causa” (Maier, Derecho Procesal Penal , t.I, pags. 490 y ss. Edit. Del
Puerto, 1996).

Como explica Binder, el principio de inocencia no dice que el imputado sea en verdad inocente,
es decir, que no haya participado en la comisión de un hecho punible. Su significado consiste en
atribuir a toda persona un “estado de inocencia”. Es por ello que en virtud a esta presunción de
inocencia, es el fiscal quien tiene que probar la acusación y el acusado tiene el beneficio de la
duda. También nos dice este principio que nadie puede ser considerado culpable sino es en
virtud a una sentencia, dictada en un juicio. (Binder, Alberto. Introducción al Derecho Penal, p.
196, Edit. Alfa Beta, Bs.As., abril 1993).

“El principio de inocencia exige, entre otras cosas, que el imputado sea tratado como inocente
durante la sustanciación del caso penal en su contra. La consecuencia más importante de esta
exigencia, que obliga a tratar como inocente al imputado, consiste en el reconocimiento del
derecho a permanecer en libertad durante el proceso, y en las limitaciones que necesariamente
deben ser impuestas al uso excepcional de la coerción estatal durante el procedimiento penal,
sin importar la gravedad del hecho que se le atribuye o a la verosimilitud de la imputación.”
(Maier, Derecho Procesal Penal , t.I, pags. 490 y ss. Edit. Del Puerto, 1996).

La pregunta que surge entonces nuevamente es cómo compatibilizar la aplicación de las


medidas cautelares, y sobretodo la de la detención preventiva que viola el derecho a la libertad
de las personas, con el principio de inocencia?

No existe contradicción entre este principio y la imposición de medidas cautelares, porque como
ya lo dijimos al hablar sobre el juicio previo, la solicitud de imponer una medida cautelar no
debe considerarse como un castigo anticipado ni mucho menos responder a criterios tan
subjetivos como la peligrosidad del delincuente o la gravedad del tipo de delito cometido.
Reiteramos que la aplicación de medidas cautelares debe responder a un fin procesal, que es
asegurar la presencia del imputado al momento del juicio (evitando así su fuga o la
obstaculización de la averiguación de la verdad) y no puede responder a un fin de prevención,
que es el que tienen las penas.

“La realidad nos muestra, por el contrario, que existe una presunción de culpabilidad y que los
procesados son tratados como culpables; que en muchas ocasiones por defectos del
procedimiento, la sociedad “debe dejar salir” , a pesar que -ya- fueron -condenados- , en la
denuncia o por los medios de comunicación.” (Binder, Alberto. Introducción al Derecho
Procesal Penal, pág. 126)

Si permitiéramos que la imposición de medidas cautelares funcionara como un castigo


anticipado al imputado, éste se encontraría en la misma situación que un condenado, pero con la
diferencia que nunca tuvo juicio, ni acusación fiscal , que no se produjeron pruebas, pero
sobretodo no se respetó su estado de inocencia.

“Históricamente, la llamada -presunción de inocencia- no ha tenido como fin impedir el uso de


la coerción estatal durante el procedimiento de manera absoluta; la admite con carácter
excepcional. Por ello, las normas que limitan la libertad personal deben interpretarse
restrictivamente puesto que si el imputado goza de un estado de inocencia no se le puede
castigar anticipadamente con privación de libertad.” (Ledezma, Rosaly. Módulo I , Política
criminal y derecho penal., ETI, 2001, p. 11)

5. Clases de medidas cautelares.-

Como ya hemos dicho, las medidas cautelares pueden ser de carácter personal o de carácter real,
es decir que pueden recaer sobre los derechos personales de los ciudadanos o sobre los reales.

Nuestro Código de Procedimiento Penal reconoce entre las medidas cautelares de carácter
personal el arresto (Art. 225), la aprehensión (Art. 226, 227, 229), la incomunicación (Art.
231), la detención preventiva (Art. 232 al 239) así como las medidas sustitutivas a la
detención preventiva enumeradas en el Art. 240. Tanto la presentación espontánea como la
citación no son medidas cautelares propiamente dichas, sino más bien medidas preventivas. La
presentación espontánea (Art. 223) como medida preventiva, posibilita que el imputado
mantenga su libertad y la citación trae como consecuencia, si el imputado no se presenta a la
misma, que se libre en su contra un mandamiento de aprehensión.(Art. 224).

Entre las medidas cautelares de carácter real tenemos las previstas en el Código de
Procedimiento Civil, que deben imponerse únicamente en los casos expresamente indicados en
ese código, y siempre que se trate de bienes propios del imputado. Entre ellas se consideran el
embargo, la fianza, la anotación preventiva, la hipoteca legal, el secuestro, la intervención,
etc. (Art. 222 par. II, 252 del NCPP y Art. 156 del CPC.).

A continuación pasamos a desarrollar brevemente cada una de estas medidas:

5.1. La presentación espontánea (Art. 223) no es una medida cautelar propiamente dicha sino
más bien debe considerársele como una medida preventiva.

5.2. La citación trae como consecuencia, si el imputado no se presenta a la misma, que se libre
en su contra un mandamiento de aprehensión.(Art. 224). Si se tratara por ejemplo de un delito
con pena inferior a dos años, donde no pudiera ordenarse la aprehensión de una persona que no
concurre a la citación, entonces el fiscal debe solicitarle a juez que lo declare rebelde.

El juez o tribunal previa constatación de la incomparecencia a la citación, declarará la rebeldía


mediante resolución fundamentada, expidiendo mandamiento de aprehensión. (Art. 87,89)

5.3. El arresto es la privación de libertad de un ciudadano, que puede ser ordenado por el Fiscal
o la Policía. El arresto debe aplicarse como última opción, únicamente de ser esto necesario.

Deben existir algunas circunstancias para que se pueda arrestar a un ciudadano cuando sea
imposible individualizar a los autores, partícipes y testigos del hecho y cuando se deba proceder
con urgencia para no perjudicar la investigación, en esos casos, la policía o el fiscal dispondrán:
que los presentes no se alejen del lugar, no se comuniquen entre sí antes de informar no se
modifique el estado de las cosas y de los lugares. Si todo esto no fuera posible porque los
presentes incumplen las directrices impartidas, es que recién se ordena el arresto de los
presentes y puede conducírseles a las dependencias de la policía técnica para efecto de tomarles
sus generales de ley o incluso su manifestación, en presencia de su abogado defensor. (Art. 7,
Art. 74, Art. 221, 222, 225; Art. 9, I CPE; Art. 31 CPE).

El plazo del arresto no puede en ningún caso exceder el máximo de ocho horas y la policía
deberá comunicar este hecho a la fiscalía. (Art. 225; Art. 9,I CPE). Si la persona no es puesta a
disposición fiscal y permanece en sede policial por más de ocho horas, puede interponer un
recurso de Hábeas Corpus ante la Corte Superior de Distrito o ante cualquier juez de instrucción
(Art. 18 CPE).
Es importante aclarar que la citación no es requisito previo para la aprehensión de un imputado.
Basta que se configuren los requisitos de la aprehensión para que ésta pueda ordenarse, tanto
por el fiscal o en los casos de flagrancia donde policía y particulares pueden hacerlo. Esto
significa que los artículos 224 y 226 no son concurrentes y no dependen uno del otro. (art. 226,
227 y 229).

Hasta antes del cumplimiento de las ocho horas, la policía está facultada también a otorgarle su
libertad al arrestado pero ni ella ni la fiscalía pueden otorgarle su libertad a las personas
legalmente aprehendidas, pues ésta es potestad únicamente de los jueces.

5.4. La Aprehensión, es la privación de libertad de corta duración de un ciudadano, ordenada


por el fiscal o el juez y efectivizada por la policía y en otros casos también por particulares.

La policía y los particulares pueden aprehender a un ciudadano, sin necesitar orden fiscal en los
casos de flagrancia, es decir, cuando el autor es sorprendido en el momento de intentar el hecho
delictivo, de cometerlo o inmediatamente después, mientras es perseguido.

La flagrancia, es la prueba más directa del delito. Para proceder a la detención del sujeto
sorprendido in fraganti, se autoriza incluso a proceder al allanamiento de un local sin orden
judicial, cuando el delito que habría cometido fuese grave. (Arts. 180, 229 y 230).

Para que el fiscal pueda ordenar la aprehensión de un ciudadano deben concurrir las siguientes
circunstancia

Que existan suficientes indicios que es autor o partícipe de un delito de acción pública
sancionado con pena privativa de libertad cuyo mínimo legal sea igual o superior a dos años

Que pueda ocultarse, fugarse o ausentarse del lugar del hecho u obstaculizar la averiguación de
la verdad.

La persona aprehendida por el fiscal, será puesta a disposición del juez, en el plazo máximo de
veinticuatro horas contados a partir de su privación de libertad, para que resuelva, dentro de las
siguientes veinticuatro horas, sobre la legalidad de la aprehensión, la aplicación de alguna
medida cautelar o decrete su libertad por falta de indicios. En todo caso, el imputado puede
apelar la decisión que dispone su detención preventiva. (Art. 130, 226, II; Art. 251).

5.5. La Incomunicación.- Considerar a un aprehendido violento o peligroso, por el hecho


delictivo que se le atribuye, no justifica de ningún modo su incomunicación, así como tampoco
su detención preventiva. La incomunicación como regla, ya no puede imponerse. Sólo cabe
incomunicar a una persona en forma excepcional. Se tendrán que respetar los requisitos
siguientes:

La incomunicación será dispuesta por el fiscal encargado de la investigación sólo en los casos
de notoria gravedad cuando existan motivos que hagan temer que el imputado de otra forma
obstaculizará la averiguación de la verdad; Se fundará en los motivos señalados en el Art. 235 y
esté de acuerdo con los criterios señalados en los Arts. 7, 221, 222; Tendrán que estar cumplidos
los requisitos para la aprehensión, el arresto o la detención preventiva; La incomunicación será
comunicada inmediatamente al juez de la instrucción para que ratifique o deje sin efecto la
incomunicación; En ningún caso la incomunicación excederá el plazo de 24 horas; La
incomunicación no impide que el imputado sea asistido por su abogado defensor antes de la
realización de cualquier acto que requiera su intervención personal (Art. 84 II y IIII, 231, I; Art.
16 par. III CPE).
Se permitirá al incomunicado el uso de libros y material de escribir. Podrá también realizar
actos civiles impostergables siempre que no perjudiquen la investigación. (Art. 231, III; Art. 9
par. II CPE)

El NCPP no dice en ninguno de sus artículos que se necesite solicitar audiencia para la
imposición de una medida cautelar, sin embargo en la práctica se está haciendo. En realidad, la
doctrina dice que es importante escuchar al imputado, pero la audiencia propiamente dicha
puede celebrarse en algunos casos también con posterioridad a su detención y no previa a ésta.

Si por ejemplo, se tuviera a una persona aprehendida y al límite de las 24 horas no se presenta
su defensor, no es posible por lo corto del tiempo solicitar audiencia para imponerle una medida
cautelar (pues luego de las 24 horas debe salir en libertad). Por ello, la medida cautelar se
impone sin audiencia y se le detiene. Posteriormente puede convocarse a una audiencia, ya en
presencia de su defensor.

De otro lado, si por ejemplo no hubiera persona aprehendida porque ésta se dio a la fuga o no es
habida, también puede solicitarse la imposición de medida cautelar ante el juez instructor y
recién luego de ser detenida esta persona, convocar a una audiencia para escuchar lo que tiene
que decir.

5.6 La Detención Preventiva.- Los requisitos para la detención preventiva son concurrentes, y
los siguientes:

Se debe tratar de un delito de acción pública (Art. 232 inc. 1, Art. 20) que tenga prevista pena
privativa de libertad (Art. 232 inc. 2) cuyo máximo legal sea tres años o más (Art. 232 inc. 3);

Se debe haber realizado previamente la imputación formal, es decir, debe existir pedido
fundamentado del fiscal o del querellante (Art. 233, 302);

Deben existir elementos de convicción suficientes para sostener que el imputado es con
probabilidad autor o partícipe de un hecho punible (Art. 233);

Deben existir elementos de convicción suficientes de que el imputado no se someterá a juicio


(peligro de fuga) u obstaculizará la averiguación de la verdad. (Art. 233);

No debe existir otra medida cautelar mas favorable al imputado, que sea suficiente para asegurar
que el mismo se someterá a juicio y se abstendrá de obstaculizar la averiguación de la verdad
(Art. 7, 221, 222);

Tal como lo dice el art. 233, uno de los requisitos para imponer la detención preventiva implica
ser “con probabilidad autor o partícipe” del hecho punible. Es importante conocer el sentido
estricto de la palabra “probabilidad”, para poder saber si la persona puede ser considerada
sospechosa o no. Probabilidad significa, que existan suficientes indicios que lleven al fiscal a la
convicción de vincular directamente al imputado con los hechos delictivos. No se trata de
especulaciones ni de sospechas, sino de indicios claros que se puedan presentar como pruebas y
que relacionen al imputado con el delito.

Con relación al peligro de fuga o de obstaculización del proceso, es importante tomar en cuenta
las siguientes circunstancias:

Que el imputado no tenga domicilio o residencia habitual, ni familia, negocios o trabajo


asentados en el país; Las facilidades para abandonar el país o permanecer oculto; La existencia
de elementos de convicción suficientes de que el imputado no se someterá al proceso; La
evidencia de que el imputado está realizando actos preparatorios de fuga y el comportamiento
del imputado durante el proceso o en otro anterior, en la medida que indique su voluntad de no
someterse al mismo. (Art. 234)

Para decidir acerca del peligro de obstaculización para la averiguación de la verdad, se tendrán
que tener suficientes elementos de convicción que le permitan al fiscal considerar que el
imputado: Destruirá, modificará, ocultará, suprimirá o falsificará elementos de prueba; e Influirá
negativamente sobre los participes, testigos o peritos para beneficiarse. (Art. 235)

Solamente si existen el peligro de fuga o el de obstaculización del proceso, además de


considerar al imputado con probabilidad autor o partícipe del hecho delictivo, el fiscal podrá
requerir al juez que ordene la detención preventiva.

Entonces, si existen el peligro de fuga o el de obstaculización del proceso, además de considerar


al imputado con probabilidad autor o partícipe del hecho delictivo, el fiscal podrá requerir al
juez que ordene la detención preventiva del imputado.

La detención preventiva no la ordena el juez de oficio, sino siempre a pedido debidamente


fundamentado del fiscal del caso.

Sobre el particular es importante repetir, que todos los requerimientos de medida cautelar tienen
que estar fundamentados, es decir, explicar no solamente el por qué de la necesidad de la
medida cautelar sino también cada uno de los requisitos.

Muchos fiscales se limitan a indicar que la persona no tiene domicilio conocido, sin
fundamentar si además, es con probabilidad autor o partícipe del hecho punible y por qué lo es.

En caso que las solicitudes de detención preventiva no esté suficientemente fundamentadas por
el fiscal -quien como parte acusadora tiene esta obligación- , el juez instructor debe rechazarlas.

También puede solicitarse la aplicación de medidas cautelares cuando el imputado ya ha


fugado. En estos casos el fiscal imputa formalmente (según los requisitos del Art. 302) y
fundamenta su pedido de detención preventiva ante el juez instructor.

El juez, dispondrá la medidas cautelar y ordenará se proceda a la captura del imputado,


expidiendo al efecto mandamiento de aprehensión, mediante resolución fundamentada. Con
posterioridad a su captura debe solicitarse una audiencia cautelar, con el objeto de poder
escuchar al aprehendido pues entre las garantías procesales está la del derecho que tiene el
imputado a ser oído.

Es necesario también aclarar que en el supuesto que ya hubiera acusación fiscal -y por tanto el
juez de instrucción ya no tuviera competencia para imponer una medida cautelar-, y se
necesitara imponer la misma o modificar la existente, esta solicitud de interposición se hace ante
el Presidente del Tribunal, aunque aún el tribunal no se hubiere constituido legalmente. Este es
un puente legal que cubre el vacío del código y fue consensuado a nivel nacional con los
operadores instructores de justicia.

Es cierto que la gravedad del delito no se encuentra entre los requisitos de interposición de una
medida cautelar, pero no es menos cierto que la experiencia nos ha demostrado, que un
imputado que ha cometido un crimen grave, por el cual la sentencia lo será también, tiene
muchas más probabilidades de huir -para no estar en juicio- que permanecer esperando su
citación. Es por ello que consideramos que si bien la gravedad del delito no es requisito para
imponer una medida cautelar, por lo menos debe analizarse el contexto de la persona y sus
circunstancias, al momento de decidir la aplicación de una medida cautelar.
La imposición de medidas cautelares no debe volverse un trámite mecanizado por parte de los
jueces y su solicitud tampoco debe serlo de parte de los fiscales. Cada caso y circunstancia son
distintos y personalísimos y en ese mismo sentido y contexto deben analizarse.

Ningún juez puede ordenar la detención preventiva de un imputado, únicamente basado en la


gravedad del delito ni mucho menos en la peligrosidad del imputado.

Para efectos de ordenar la detención preventiva, el tipo de delito no es requisito para su


interposición. La detención preventiva únicamente puede imponerse, si existen el peligro de
fuga del lugar del hecho u obstaculización del proceso. Si como se dijera anteriormente, estos
presupuestos no se dan, es ilegal decretar la detención de la persona aprehendida.

“55. La seriedad de la infracción y la severidad de la pena, son elementos que pueden ser
tenidos en cuenta a la hora de evaluar el riesgo de que la persona acusada se evada de la justicia.
La privación de libertad sin sentencia sin embargo, no debiera estar basada exclusivamente en el
hecho de que el detenido ha sido acusado de un delito particularmente objetable desde el punto
de vista de la sociedad. La adopción de una medida cautelar privativa de libertad, no debe
convertirse así en un sustituto de la pena en prisión.” (Comisión Interamericana de DD.HH.
Caso 11.778)

No puede expedirse ninguna orden de detención preventiva contra el aprehendido, basada en el


hecho que no declare o no ayude a aclarar las circunstancias del hecho delictivo. El
aprehendido, en virtud del principio de inocencia, no está obligado a colaborar ni a confesar
contra sí mismo para aclarar los hechos y por el contrario, es a la Fiscalía y a los Investigadores
Policiales a los que les compete presentar todas las pruebas de cargo que prueben su
culpabilidad o participación en el hecho que se le atribuye. (Art. 6, I y III, Art. 92 par. 2 CPP).

En los procesos penales regidos por el sistema acusatorio, la imposición de una medida cautelar
debe necesariamente proceder a pedido de parte (fiscal o querellante), es decir, no puede ser
ordenada de oficio, pues de lo contrario el juez estaría atentando contra los principios
acusatorios ne procedat judex ex oficio y nemo iudex sine actore.

Los actos procesales cautelares no son una manifestación de la potestad punitiva del Estado,
pues esto lo impide el derecho a la presunción de inocencia que tiene todo ciudadano. (Art. 6
CPE).

Será el juez quien ordene la detención preventiva, que será notificada personalmente (Art. 163
inc. 3).

El mandamiento de detención preventiva emitido por el juez debe ser hecho por escrito y
fundamentado. Esto quiere decir que contendrá los motivos de hecho y de derecho en que basa
tal decisión. La fundamentación no podrá ser reemplazada por la simple mención del
requerimiento fiscal. (Art. 73; 124, 226; Art. 9 par. I CPE).

Un mandamiento de detención preventiva que no explica las razones por las cuales se priva de
libertad a una persona, atenta contra su derecho de libre locomoción y es por tanto ilegal.

El detenido preventivo tiene que ser internado en establecimientos especiales o al menos en


secciones separadas de los condenados, tal como lo manda la ley, y deberá ser en todo momento
tratado como inocente, mientras no se declare su culpabilidad en juicio, con sentencia
ejecutoriada. No se trata de someter al imputado a una condena anticipada, sino únicamente de
detenerlo con el objeto de garantizar su presencia en el juicio. (Art. 237 CPP; Art. 6 ,I; Art. 16
par. 1 CPE; Art. 110 Ley de ejecución de Penas (de 1996).
La duración de la detención preventiva no excederá el mínimo legal de la pena establecida para
el delito que se juzga (Art. 239 inc. 2) ni tampoco el plazo de dieciocho meses, sin que se haya
dictado sentencia o de veinticuatro meses sin que la sentencia hubiera adquirido la calidad de
cosa juzgada (Art. 239 inc. 3). Si transcurren los plazos, el juez tiene la obligación de otorgar la
libertad al detenido preventivo, pues no tiene fundamentos legales para mantenerlo preso.

“80. La presunción de inocencia se torna cada vez más vacía y finalmente se convierte en una
burla, cuando la detención previa al juicio es excesivamente prolongada, dado que a pesar de la
presunción, se está privando de libertad a una persona todavía inocente, castigo severo que
legítimamente se impone a los que han sido condenados”. (Comisión Interamericana de
DD.HH. Caso 11.245)

“81. Otra consecuencia grave de una detención preventiva prolongada es que puede afectar el
derecho a la defensa, porque en algunos casos aumenta la dificultad del acusado para organizar
su defensa. A medida que transcurre el tiempo, aumentan los límites de riesgos aceptables que
se calculan en la capacidad del acusado, para presentar pruebas y contra argumentos. Disminuye
la posibilidad de convocar a testigos y se debilitan dichos contra argumentos.” (Comisión
Interamericana de DD.HH. Caso 11.245)

Cesación de la detención preventiva.-

La detención preventiva debe cesar:

Cuando nuevos elementos de juicio demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o
tornen conveniente que sea sustituida por otra medida;

Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito que se juzga; y

Cuando su duración exceda de dieciocho meses sin que se haya dictado sentencia o de
veinticuatro meses sin que ésta hubiera adquirido la calidad de cosa juzgada.(Art. 239;)

En los casos de cesación de la detención preventiva, el juez del proceso tiene que levantar la
orden de detención, sin más trámite, y otorgar mandamiento de libertad al imputado de oficio,
en el plazo de veinticuatro horas desde que tomó conocimiento de la violación al régimen legal.
Ya no existe fundamento legal para detener al ciudadano y por el contrario, mantenerlo detenido
implicaría una violación de sus derechos. Para expedir el mandamiento de libertad en virtud a
los requisitos del art. 239, el código no manda convocar a Audiencia, más en la práctica esto se
está dando (Art. 7; Art. 128, 129 inc. 7, Art. 238, II; 239, 240).

Sobre la aplicación del artículo 245 (Efectividad de la libertad) en los casos en que se den
los supuestos de cesación de la detención preventiva del artículo 239, existían dos posiciones
opuestas sobre su interpretación.

La primera posición defiende la teoría que de darse los supuestos del artículo 239, para el cese
de la detención preventiva y por lo tanto, el juez impusiera como medida sustitutiva una fianza
económica o real, que el imputado no pudiera honrar, esto último no evitaría que el imputado
obtuviera su libertad. El supuesto del art. 245 que manda que “la libertad sólo se hará efectiva
luego de otorgada la fianza”, tendría validez únicamente mientras la detención preventiva es
legal, pero no luego de vencidos los plazos absolutos dispuestos por el art. 239, pues ya no
existirían los fundamentos legales para detener a la persona. Esta misma corriente sostiene, que
el art. 245 no puede extender el plazo máximo absoluto de la detención preventiva, lo que
constituiría en una burla a lo establecido por el artículo 239. Nosotros coincidimos plenamente
con esta posición pues consideramos que es la correcta y la forma en que debe ser interpretada
la norma, pues caso contrario, existiría contradicción entre los artículos 239 y 245 del Código de
Procedimiento Penal, hecho que no existe. Reiteramos que el artículo 245 es válido mientras la
detención es legal, más de ninguna manera si la detención preventiva deviene ilegal porque ya
transcurrieron los plazos absolutos del 239, donde incluso la libertad del injustamente detenido
debe darse de oficio por los jueces.

La segunda posición, considera que mientras no se honre la fianza, la libertad no debe hacerse
efectiva (Art. 245), independientemente si cesaron los requisitos para la detención preventiva o
no.

Al presentarse esta consulta al Tribunal de Garantías Constitucionales, falló en el sentido de la


segunda posición, lo que sienta jurisprudencia en el país y la hace obligatoria en tanto no exista
otra jurisprudencia en contrario. (Sentencia Constitucional 688/00).

Si todavía no se vencen los plazos máximos de detención preventiva de los incisos 2) y 3) del
art. 239 y el juez de instrucción impone al detenido preventivo una fianza, sea personal,
juratoria, real o económica, que éste último no puede cumplir inmediatamente, es entonces que
el art. 245 tiene, en nuestra opinión también, plena aplicación pues impide que la libertad se
haga efectiva mientras el detenido preventivo no otorgue la fianza, pues la detención preventiva
todavía tiene el fundamento de la legalidad.

Otorgar una fianza significa, que el imputado pueda hacerla efectiva.

Medidas Sustitutivas.-

Realmente el vocablo correcta debiera haber sido el de medidas alternativas.

No cabe imponer medidas sustitutivas a la persona que sale en libertad en virtud al inc. 1) del
art. 239, es decir, si nuevos elementos de juicio demuestran que no existen los motivos que
fundaron la detención preventiva, pues al no existir fundamento para la imposición de la
detención preventiva, tampoco lo existe para la imposición de las medidas sustitutivas. En los
casos de los vencimientos de los plazos (incisos 2 y 3) del art. 239, sólo cabe imponer medidas
sustitutivas de posible cumplimiento, si persistiera el peligro de fuga del lugar del hecho o el de
obstaculización del proceso.

Si el juez, a pesar de existir los requisitos para la cesación de la detención preventiva, no


quisiera otorgar el mandamiento de libertad o lo retardara ex profeso, el defensor del imputado
tiene el derecho de interponer un recurso de hábeas corpus ante la instancia judicial, en virtud
del Art. 18 de la CPE, independientemente de la responsabilidad disciplinaria y penal a la que se
expone el juez por retardación de justicia (Art. 135 NCPP).

Las medidas sustitutivas a la detención preventiva sólo pueden imponerse si concurren los
siguientes requisitos:

 Que sea improcedente la detención preventiva o cuando exista duda en la


necesidad de disponer la detención preventiva y se busque una medida menos
lesiva (Art. 7) y
 Que existan peligro de fuga o de obstaculización del procedimiento (Art. 240)

Caso contrario, no se imponen medidas sustitutivas por parte del juez y el imputado queda en
libertad.

No es necesario imponer primeramente la detención preventiva para poder pasar a las


sustitutivas. La medida sustitutiva puede ordenarse directamente.
A pesar que el fiscal solicite al juez la detención preventiva de un imputado, el juez puede
imponerle de oficio medidas sustitutivas por ser menos lesivas. Lógicamente tendrán que
concurrir los requisitos para la procedencia de las medidas sustitutivas. El auto que imponga una
medida cautelar o la rechace, podrá ser revocado o modificado en cualquier momento por el
juez, aún de oficio (Art. 7, 239, 221, 222, 250).

Los defensores públicos deben empezar a tener más confianza en los jueces instructores y no
solicitar ellos mismos, que se le aplique una medida sustitutiva a su cliente -como medida más
benigna-, en la suposición que en todos los casos los jueces les aplicarán la detención
preventiva.

SALIDAS ALTERNATIVAS

Definición.- Son instituciones jurídicas que permiten flexibilizar, economizar y descongestionar el


proceso penal, sin tener que ir a juicio oral. Las salidas alternativas procuran dar vías de solución
opcionales al juicio, cuando se reúnan determinados requisitos.

Ventajas para las partes.- Tienen ventajas tanto para la víctima, imputado como para el propio Estado.
La víctima obtiene una reparación oportuna al daño causado en un tiempo razonable; el imputado no se
ve sometido a un juicio público con el consiguiente daño moral para él y su familia, favoreciendo su
inserción social y el Estado resuelve ahorra recursos materiales y humanos que podría destinar a casos
de mayor gravedad y brinda satisfacción al ciudadano al dar soluciones prontas a los conflictos. Con la
aplicación de las salidas alternativas concluye la etapa preparatoria.

Imputación previa.- Dado que algunas de las salidas alternativas extinguen la acción penal, debe
previamente haberse imputado formalmente. Esto en virtud al principio ne bis in idem, por el cual nadie
puede ser juzgado por el mismo hecho dos veces.

Clases de salidas alternativas.- El Fiscal podrá requerir la aplicación de las siguientes salidas
alternativas: Criterios de Oportunidad; Suspensión Condicional del Proceso, Procedimiento Abreviado
y la Conciliación.
1. El Criterio de Oportunidad reglada Definición.- El criterio de oportunidad es una excepción al
principio de legalidad. Según este último principio, el Ministerio Público está en la obligación de
promover y dirigir la investigación de cualquier hecho que revista caracteres de delito de acción pública
y de someterlo a proceso, sin consideración de razón alguna de conveniencia o utilidad. Con el criterio
de oportunidad se concede al Ministerio Público la facultad de prescindir de la persecución penal
pública. El criterio de oportunidad está limitado a los supuestos del artículo 21 del NCPP, que son:

a) Escasa relevancia social por la afectación mínima del bien jurídico protegido. A esto tipo de
situaciones también se les denomina en la doctrina como situaciones de bagatela. Dado que el término
“escasa relevancia social” es bastante subjetivo, la doctrina ha convenido en dar algunos parámetros
sobre la misma. Puede decidirse en base a:

La magnitud del daño ocasionado a la víctima o al Estado;

El tiempo transcurrido entre la comisión del delito y su descubrimiento;


La posición social del imputado o de la víctima en la vida pública

El interés que haya despertado el hecho en la sociedad

b) Cuando el imputado haya sufrido a consecuencia del hecho, un daño físico o moral más grave que la
pena a imponerse. Esto se conoce como pena natural. La gravedad del daño debe ser tal, que la
aplicación de la pena resulte desproporcionada, inadecuada o incluso innecesaria. Este daño puede ser
físico (lesión corporal) o moral (como la muerte o grave lesión de un ser amado).

c) Cuando la pena que se espera por el delito de cuya persecución se prescinde carece de importancia en
consideración a una pena ya impuesta por otro delito. Sobretodo considerando que el delito previo tiene
una pena mayor a la que se impondría en un juicio. Acá se subsume la pena menor dentro de la mayor.

d) Cuando sea previsible el perdón judicial; En los casos que se trate de un primer delito y que la pena a
imponerse no sea mayor a dos años.

e) Cuando la pena a imponerse carezca de importancia en consideración a las de otros delitos o a la que
se impondría en un proceso tramitado en el extranjero y sea procedente la extradición solicitada. Se
trata con esto de evitar penas dobles. El fiscal, en cualquiera de estos supuestos, está facultado para
pedir al juez de la instrucción que se prescinda de la persecución penal. En los supuestos 1,2 y 4 es
necesario previamente que el imputado haya reparado el daño a la víctima, firmado un acuerdo con la
víctima en ese sentido o afianzado suficientemente esa reparación. La decisión judicial que prescinda de
la persecución penal extinguirá la acción pública en relación con el imputado en cuyo favor se decida.
(Art. 22)

Oposición de la víctima.- Si la víctima no estuviera de acuerdo con la aplicación del criterio de


oportunidad, puede solicitarle al juez instructor la conversión de acciones (Art. 26), convirtiendo así la
acción penal pública en privada, hecho que impediría la extinción de la acción.
2. La Suspensión Condicional del Proceso
Definición.- La suspensión condicional del proceso es un instrumento procesal que detiene el ejercicio
de la acción penal a favor del imputado por la comisión de un delito, quien se somete durante un plazo
(que no podrá ser inferior a un año ni superior a tres) a reglas que le impone el juez instructor y que
deberá cumplir satisfactoriamente, a cuyo término se declara extinguida la acción penal. En el caso que
no se cumplieran las reglas impuestas, el juez tiene la facultad para revocar la medida y retomar la
persecución penal.
Procedencia.- La suspensión condicional del proceso procede si se dan los requisitos de la suspensión
condicional de la pena, es decir, que la pena a imponerse no exceda de tres años y que el imputado no
haya tenido condena anterior por delito doloso en los últimos cinco años. Además, se requiere que el
imputado preste su conformidad (lo que implica que admita el hecho que se le atribuye de una manera
libre y voluntaria) y en su caso, cuando haya reparado el daño ocasionado a la víctima, firmado un
acuerdo en ese sentido con ella o afianzado suficientemente esa reparación. (Art. 23) Es importante
advertir que si el imputado no reconoce los hechos que se le imputan, porque considera que no los ha
realizado o porque piensa que el juicio oral le brindará mejores posibilidades de salir en libertad, está en
su derecho de hacerlo.
Reglas.- Las reglas consignadas en el artículo 24 del NCPP no son las únicas que puede imponer el
juez. Puede imponer otras reglas de conducta análogas que estime convenientes para la reintegración
social del sometido a prueba. (Art.24) Sin embargo, en cualquier caso, las reglas de conducta que
imponga el juez deben ser pertinentes al caso concreto.
1) Prohibición de cambiar de domicilio sin autorización del juez

2) Prohibición de frecuentar determinados lugares o personas

3) Abstención del consumo de estupefacientes o de bebidas alcohólicas

4) Someterse a la vigilancia que determine el juez

5) Prestar trabajo a favor del Estado o de instituciones de asistencia pública, fuera de sus horarios
habituales de trabajo

6) Permanecer en un trabajo o empleo, o adoptar en el plazo que el juez determine, un oficio, arte,
industria o profesión

7) Someterse a tratamiento médico o psicológico

8) Prohibición de tener o portar armas

9) Prohibición de conducir vehículos.


Notificación.- El juez notificará personalmente al imputado la suspensión condicional del proceso, con
expresa advertencia sobre las reglas de conducta así como las consecuencias de su inobservancia.
El Juez de ejecución penal.- El Juez de Ejecución Penal será el encargado de velar por el cumplimiento
de las reglas. Esta labor debe realizarse de forma adecuada para vigilar el cumplimiento de las
condiciones impuestas al imputado, pues si bien por un lado se persigue el descongestionamiento del
sistema de justicia en cuanto a asuntos que permitan una solución alternativa, sin la necesidad de agotar
el ejercicio de la acción penal, de otro lado no debe favorecerse la impunidad, que sería la necesaria
consecuencia de no supervisar al individuo a quien se le impusieron las reglas.
Revocatoria.- Si el imputado, de manera considerable e injustificada, se apartara de las reglas
impuestas, no cumpliera los acuerdo o promesas de reparación o si cometiera un nuevo delito, el juez de
la causa revocará la suspensión y el proceso seguirá su curso (Art. 25). Esto último lo debe hacer
mediante resolución fundamentada. Si procediera la revocatoria porque el imputado se aparta
considerablemente y en forma injustificada de las reglas, el juez podría optar por la ampliación del
plazo y/o la modificación de las medidas impuestas. Si se tratara de los demás supuestos, el juez
suspende el proceso a prueba. En este caso no se extingue la acción penal. Cabe agregar que aún si el
imputado no cumpliera con las reglas impuestas, su declaración no puede tomarse como confesión sino
que debe respetarse el principio constitucional de inocencia en el juicio, mientras no recaiga sobre él
sentencia ejecutoriada, lo que implica que necesariamente la fiscalía deberá demostrar en juicio la
culpabilidad del imputado para que se le pueda sancionar. La revocatoria de la suspensión del proceso
no impedirá el posterior perdón judicial o la suspensión condicional de la pena. (Art. 25).
Conciliación.- Definición.- La conciliación posibilita una fórmula de arreglo entre aquellos que tienen
un conflicto jurídico o económico con el objeto de evitar el pleito que una de ellas quiere entablar a la
otra. Es un acuerdo procesal que se da básicamente en delitos de acción privada. Se busca resolver el
conflicto de manera amigable. El resultado de la conciliación puede ser positivo o negativo. En el
primer caso las partes se avienen; en el segundo cada una de ellas queda en libertad para iniciar las
acciones penales que correspondan.
Procedencia.- Procede en los delitos de acción privada, en los delitos de acción pública a instancia de
parte y en las salidas alternativas (particularmente en la suspensión condicional del proceso), siempre
en delitos que sean culposos (sin intención y que no tengan como resultado la muerte). También
procede en delitos de contenido patrimonial o en aquellos contra el honor de una persona. El juez en
cada caso procurará que las partes se manifiesten sobre las condiciones en que aceptarían conciliarse. Si
se produce la conciliación, el juez homologará los acuerdos y declarará extinguida la acción penal.
No Procede.- Este beneficio no comprende los delitos graves de acción pública como los asesinatos,
homicidios, robos agravados, violaciones, etc. Tampoco procede si el juez tiene fundados motivos para
suponer que alguno de los intervinientes no está en igualdad de condiciones para negociar o lo ha hecho
bajo coacción o amenaza.
Acuerdos.- Nuestro código hace una distinción entre la reparación integral del daño causado y la
conciliación, pero en realidad puede afirmarse que -sin ser lo mismo- la conciliación abarca aspectos de
la reparación. Dentro de la práctica, se dan en algunos países los siguientes convenios. Damos algunos
como ejemplo:

1. Reparación ideal (sustitución del estado de cosas actual, al que tenía antes de ocurrir el hecho
delictivo)

2. Restitución (sobretodo en delitos contra la propiedad en los que se ha producido la sustracción de


cosas muebles o inmuebles).

3. Pago del valor de la cosa (si la restitución no puede hacerse, se está obligado a satisfacer el “valor de
la cosa”, sin pago adicional por indemnización).

4. Indemnización (resarcimiento económico tendiente a restablecer el patrimonio del damnificado;


puede ser suma de dinero equivalente al perjuicio que efectivamente sufrió o lo que a causa del delito
dejó de percibir)

5. Prestaciones relacionadas con el daño causado (autor del hecho delictivo realiza trabajos a favor de la
víctima directamente relacionados con el deterioro o menoscabo causado. Ej. reparación del vidrio de la
ventana que se destruyó).

6. Prestaciones no relacionadas al daño ocasionado (Ej. el jardinero, que para compensar el daño sufrido
por la víctima en su integridad física, cuida gratuitamente de su jardín por un tiempo).

7. Publicación de retractación en delitos contra el honor

8. Perdón o aceptación de explicaciones (cuando las partes llegan a algún acuerdo sin tener que cumplir
ninguna prestación de hacer o dar. Es un “arreglo” basado en el diálogo, en el cual la víctima acepta las
disculpas del imputado y los “perdona”.

9. Promesa de “no reincidencia”


Plazo.- La conciliación puede darse hasta antes de finalizada la etapa preparatoria.
Procedimiento Abreviado.- Definición.- Es una forma de obviar el proceso ordinario y representa una
alternativa al mismo, en aquellos casos que no exigen un extenso trámite, inspirado en una exigencia de
mayor rapidez y adaptado a un contexto particular.
Procedencia.- Para que proceda el procedimiento abreviado, el fiscal deberá contar con el acuerdo del
imputado y su defensor. El imputado debe admitir el hecho y su participación en él. La existencia de
varios imputados en un mismo procedimiento no impedirá la aplicación de estas reglas a algunos de
ellos. (Art. 373). Es condición implícita en este último supuesto, de no incluir en la confesión a los
coimputados que no entren al acuerdo.
Oposición de la víctima.- Como se observa, no se requiere para que se lleve a cabo este procedimiento
la conformidad de la víctima. Pero si ésta se opusiera al mismo de manera fundamentada, el juez puede
negar la aplicación de este procedimiento. El auto de apertura de juicio que dicte el juez no será
recurrible por el imputado ni por el fiscal. (Art. 342)
Trámite.- El juez instructor, en audiencia oral, comprobará antes de escuchar a las partes que el
imputado voluntariamente renunció al juicio oral ordinario y le explicará al mismo los derechos que
tendría en éste último (ej. contradicción). Asimismo, comprobará la existencia del hecho y la
participación del imputado en el mismo y si el reconocimiento de culpa fue libre y voluntario. Es
importante resaltar que el procedimiento abreviado se practica única y exclusivamente como resultado
de un acto libre y consciente.
Oportunidad de presentar pruebas.- Conjuntamente con la solicitud que hace el fiscal al juez para que
aplique el procedimiento abreviado, le ofrece las pruebas pertinentes, indicando lo que se pretende
probar con cada una de ellas. Durante la audiencia de procedimiento abreviado, el juez al comprobar la
existencia del hecho y la participación del imputado en el mismo, lo hará en virtud a las pruebas
presentadas por la fiscalía. Las pruebas están físicamente en la audiencia. Lo que no cabe en un
procedimiento abreviado, es el interrogatorio a testigos, pues no existe el principio de contradicción.
Interrogatorio por el juez.- En audiencia oral el juez oirá a las partes y a la víctima. Luego de escuchar
las generales de ley del imputado, podrá interrogarlo directamente sobre los hechos delictivos
planteados, en la medida que aceptar el procedimiento abreviado no significa que no se busque la
averiguación de la verdad real, que en ningún caso puede ser sustituida por una verdad consensuada
entre partes.
Atenuantes.- El juez no puede alterar la tipicidad del hecho y la pena a imponer debe respetar las
limitaciones legales. Sin embargo, el juez puede absolver por falta de pruebas o por ausencia de
responsabilidad. También puede dar una calificación más benigna a la solicitada por el fiscal e incluso
imponer una pena menor a la solicitada o no proponer ninguna pena. El defensor puede solicitar al
momento de su fundamentación oral que el juez considere atenuantes de la pena. El fiscal puede apelar
de ese pedido del defensor, pero el defensor no por ello está impedido de hacerlo. No puede en ningún
caso dar una pena mayor a la requerida por el fiscal (Art. 374).
Improcedencia.- El juez puede negar el procedimiento abreviado, si a su entender el procedimiento
común permitiera un mejor conocimiento de los hechos. En este caso, el requerimiento sobre la pena no
vincula al fiscal durante el juicio oral ni tampoco se podrá fundar la condena del imputado en la
admisión de los hechos que hizo en el procedimiento abreviado.
Apelación.- La sentencia que se de en el procedimiento abreviado es susceptible de apelación como
cualquier sentencia y cabe la apelación restringida. La víctima puede ir a la vía civil para el
resarcimiento de daños y perjuicios.

SITUACIONES PROBLEMA ETAPA PREPARATORIA


El juez de instrucción solicita al fiscal de materia que adjunte a su imputación formal -donde
además requiere una medida cautelar de detención preventiva-, el cuaderno de investigaciones:
a. El fiscal no desea adjuntarlo, por considerar que no es necesario. ¿Es esto correcto? ¿Por qué?

b. El juez solicita el cuaderno porque no tiene cómo comprobar de otro modo, que “existe el
peligro de fuga” ni si las actuaciones policiales y evidencias acumuladas estuvieron conforme a
derecho. ¿Es esto correcto? ¿Por qué?

El investigador de homicidios comunica al fiscal de turno, de su intervención preventiva en un


caso de asfixia por estrangulamiento. Le informa asimismo al fiscal, que tiene identificados a
los testigos que presenciaron los hechos y que ya les tomó sus declaraciones informativas.
Igualmente, el investigador policial ya ordenó a los otros miembros policiales, el levantamiento
de planos y la toma de fotografías del lugar del hecho. El fiscal sorprendido y molesto, le
informa al policía que ha sobrepasado sus atribuciones, pues no ha respetado la dirección
funcional que él ejerce.

c. ¿Es la apreciación del fiscal la correcta? ¿Por qué?

X es aprehendido en flagrancia, un viernes a las 18:00 horas, al momento de intentar robar un


celular. La víctima -que se percata del hecho y que recupera su celular inmediatamente- sienta
la denuncia por robo en la PTJ. No se encuentra a ningún fiscal de turno y el denunciado es
detenido en las celdas de la PTJ hasta el día siguiente. La víctima no se vuelve a presentar.

d. ¿Qué sucede con el aprehendido?

e. ¿Puede otorgarse una salida alternativa en vista que la víctima recuperó el bien aunque ésta ya
no aparezca por la PTJ? ¿Por qué?

El patrullero llega a la escena del crimen -un cuarto en la Av. Buenos Aires- y encuentra a la
víctima desangrándose. Mientras uno de los policías trata de auxiliarla y llevarla al automóvil,
el otro busca alejar a los curiosos del lugar del hecho y avisar a su unidad que se ha cometido un
hecho de sangre y que están procediendo a trasladar a la víctima. Igualmente pide a la PTJ que
envíe a un investigador. Cuando llega el investigador, el lugar no ha sido acordonado y dentro
de él se encontraban amigas de la víctima y vecinos del lugar, comentando el lamentable hecho.

Al momento del juicio, el defensor argumenta a favor del imputado, que las pruebas fueron
manipuladas, que la escena del crimen no fue acordonada y que no se recolectaron las pruebas
conforme a derecho y por tanto son ilícitas.

El fiscal argumenta que los patrulleros no han recibido capacitación, que la policía tuvo que
auxiliar a la víctima y que el argumento de la defensa no es de fondo y que sólo buscan
favorecer a los delincuentes.

¿Cómo debió haber procedido el patrullero? ¿Por qué?; ¿Pueden invalidarse las pruebas? ¿Por
qué?; ¿Qué opinión le merece la actuación del fiscal? ¿Por qué?

El juez instructor le impone al imputado una medida sustitutiva de presentarse cada viernes en
el Juzgado. El imputado incumple esta obligación y el Juez de Ejecución Penal le informa del
hecho al Juez Cautelar.

f. ¿Puede el juez cautelar de oficio, imponerle la detención preventiva al imputado? (En el


supuesto que aún los plazos para la detención preventiva están vigentes?) ¿Por qué?

g. Debe necesariamente existir previamente, pedido expreso del fiscal o del querellante, para
que el juez cautelar pueda dar esta orden de detención? ¿Por qué?

El imputado por robo agravado es reincidente. Señala como su domicilio particular la habitación
de un hostal que comparte con su concubina. No tiene trabajo fijo, sino que trabaja en forma
eventual, como obrero de construcción.

h. ¿Sería procedente la detención preventiva? ¿Por qué?

i. ¿Hasta qué punto deben tomarse en cuenta la gravedad del delito o la reincidencia, para la
correcta aplicación de la medida cautelar?

j. ¿Cómo fundamentaría esta medida como juez?


Faltan 3 días para que se cumplan seis meses desde que el fiscal de materia recibió una denuncia
por lesiones graves -la esposa del imputado (víctima) fue atacada con ácido sulfúrico que le
quemó la mano derecha-. El imputado estuvo aprehendido, pero no se le detuvo
preventivamente por contar con certificado domiciliario, certificado de trabajo de la empresa
donde labora y no tener ningún tipo de antecedentes penales ni policiales. El investigador de la
PTJ asignado al caso, fue destacado hace 2 semanas al Chapare, por necesitarse más efectivos
policiales en un caso de narcotráfico.

k. ¿Cómo debe proceder el fiscal para evitar que se extinga la acción penal?

l. ¿Puede solicitar ampliación de la etapa preparatoria? ¿Por qué?

m. ¿Ha existido interferencia o intromisión de parte de los mandos naturales de la policía al


asignar al efectivo policial a otra localidad? ¿Por qué?

El fiscal asignado al caso, en virtud al artículo 65 de la Ley del Ministerio Público, y tratándose
de un delito de contenido patrimonial, cita a las partes a su despacho con el propósito que
solucionar el conflicto. Las partes llegan a un acuerdo satisfactorio para ambas y se marchan.

¿Debió la fiscalía solicitar Audiencia al juez para considerar esta actuación? ¿Por qué?

¿Se extingue la acción penal por esta conciliación?

¿Qué sucede si el juez no reconoce la conciliación argumentando que en la reunión no existió


control jurisdiccional y por tanto, tampoco se ha extinguido la acción penal?

Al resolver la suspensión condicional del proceso, el juez le fija al imputado la prohibición de


cambiar de domicilio sin su autorización, abstención del consumo de estupefacientes y además
la de someterse a tratamiento médico. El imputado incumple la tercera regla impuesta. El juez
de ejecución penal informa sobre el incumplimiento al juez instructor y éste de oficio, revoca la
suspensión y ordena se le siga el juicio correspondiente.

¿Estuvo bien la actuación del juez o se necesita previamente requerimiento fiscal?

¿Debe informarse a la víctima y su defensor? ¿Por qué?

El artículo 289 del NCPP, que se refiere a las denuncias que se interponen ante la fiscalía dice
textualmente:

“Artículo 289.- El fiscal, al recibir una denuncia o información fehaciente sobre la comisión de
un delito, dirigirá la investigación conforme a las normas de este Código, requiriendo el auxilio
de la policía y del Instituto de Investigaciones Forenses. En todos los casos informará al juez de
la instrucción el inicio de las investigaciones dentro delas veinticuatro horas.”

Desde qué momento empiezan a correr las 24 horas con que cuenta el fiscal para informar al
juez:

¿desde el momento que recibió la denuncia o información fehaciente sobre la comisión de un


delito? ¿Por qué?

¿desde el momento del inicio de las investigaciones? ¿Por qué?

11. El artículo 124 del NCPP dice:


“Artículo 124.- Las sentencias y autos interlocutorios serán fundamentados. Expresarán los
motivos de hecho y de derecho en que basan sus decisiones y el valor otorgado a los medios de
prueba. La fundamentación ... .”

En su opinión, qué quiere decir ¿“y el valor otorgado a los medios de prueba”? De ejemplos.

El juez instructor ordena en audiencia, la detención preventiva del imputado por no tener
domicilio ni residencia habitual en el país. Este apela de la misma, argumentando que la PTJ
recién le entregará al día siguiente su certificado domiciliario y el de antecedentes policiales. El
juez ordena al efectivo policial que lleven al detenido a un centro penitenciario y se envía la
apelación al superior jerárquico. Al día siguiente, el defensor del imputado lleva al juzgado de
instrucción los certificados aludidos, para demostrar que el imputado cuenta con residencia en el
país, trabajo fijo y que además no tiene antecedentes policiales ni penales. El juez no acepta
dichos documentos, argumentando que primero debe resolverse la apelación planteada ante la
Corte de Distrito.

a. ¿Qué sucede mientras tanto con el detenido?

b. ¿Puede interponer su defensor un hábeas corpus?

c. ¿Es correcta la actuación del juez instructor?

d. ¿Pueden presentarse al juez documentos aclaratorios (ej. Certificados, etc.) fuera de


Audiencia?

En la Audiencia Conclusiva, el fiscal solicita al juez la suspensión condicional del proceso para
el señor F. El juez rechaza el pedido, argumentando que el fiscal no realizó ninguna imputación
formal.

a. ¿Es necesaria la imputación formal para solicitar una salida alternativa? ¿Por qué?

El artículo 300.- del NCPP dice textualmente:

“Artículo 300.- (Término de la investigación preliminar). Las investigaciones preliminares


efectuadas por la policía deberán concluir en el plazo máximo de cinco días de iniciada la
prevención. Dentro de las veinticuatro horas siguientes, la policía remitirá a la Fiscalía los
antecedentes y objetos secuestrados, salvo que el fiscal disponga en cualquier momento su
remisión.”

Existe entre los operadores de justicia, confusión frente a los plazos del artículo, y estas son las
dudas planteadas que debe absolver:

¿El plazo se computa desde la fecha de la denuncia en la PTJ o desde el momento en que el
primer informe es devuelto por la fiscalía?

¿Existe algún plazo establecido en el NCPP para que el fiscal devuelva los informes de la
actividad preventiva policial? ¿Cuál sería?

Si el fiscal ordenara la complementación de las diligencias policiales, fijando un plazo al efecto,


¿cuál debería ser este plazo?

Los investigadores de la FELCN ingresan legalmente a una residencia buscando a un traficante


de drogas (con la respectiva orden de allanamiento para buscar a esta persona). Lo encuentran
en un cuarto disimulado tras un espejo de pared y lo aprehenden. Junto al hombre, encuentran 2
Kg de clorhidrato de cocaína. En el juicio, el defensor objeta la prueba de la droga,
argumentando que los policías tenían orden de allanamiento para buscar al sospechoso, pero no
para incautación de sustancias controladas.

a) La droga puede considerarse prueba legalmente obtenida y válida para el juicio? ¿Por qué?

b) En el supuesto que en otro ambiente de la casa exista un escritorio y en uno de los cajones
cerrados, se encontrara droga, es esta prueba legal?

Requiere la declaratoria en rebeldía previamente una imputación formal? ¿Por qué?

¿Cuál es la diferencia entre declaración formal y entrevista?

¿Es la citación requisito previo para poder ordenar la aprehensión? ¿Por qué?

En los delitos con pena inferior a dos años donde no puede ordenarse la aprehensión del
sospechoso ¿qué medios jurídicos se utilizan? ¿Por qué?

¿Cuál es la diferencia entre registro personal y requisa de personas?

En un procedimiento abreviado, luego que el juez haya comprobado que el imputado renunció
voluntariamente al juicio oral ordinario y que el reconocimiento de culpabilidad fue libre y
voluntario ¿puede durante el procedimiento interrogarlo sobre su participación en el hecho
delictivo, motivos, causas, etc ?

En un procedimiento abreviado ¿puede el defensor solicitar al juez que considere atenuantes de


la pena? ¿Por qué?

En el supuesto caso que el juez otorgue una pena menor a la solicitada por las partes, ¿puede el
fiscal apelar la misma? ¿Por qué?

¿Es posible aplicar una medida sustitutiva sin previamente ordenar la detención preventiva del
imputado? ¿Por qué?

¿Cómo se procede en la constitución del tribunal de sentencia, si existen pluralidad de


imputados y sus defensores no se ponen de acuerdo al momento de recusar a los posibles jueces
ciudadanos sin fundamento?

¿Debe estar presente el imputado en la designación de los jueces ciudadanos? ¿Qué pasa si no
asiste?

Si se tiene a una persona aprehendida y al límite de las 24 horas no hay defensor, ¿puede
solicitarse audiencia para imponerle una medida cautelar? ¿Por qué?

En el caso que no haya aprehendido, ¿puede solicitarse una medida cautelar sin audiencia? ¿Por
qué?

¿Puede el juzgador determinar el orden de presentación de las pruebas y exigir que se presenten
en el orden que fueron ofrecidas con la acusación o esto lo pueden decidir las partes según su
estrategia?
¿Cómo se procede cuando el fiscal al acusar a varios imputados, sólo hace referencia a los
hechos delictivos cometidos por uno de ellos y no hace referencia al resto? ¿Por qué?

¿Es necesario requerimiento fiscal por escrito para proceder a una requisa de personas o de
vehículos? ¿Por qué?

EL ROL DEL FISCAL EN EL JUICIO ORAL

El fiscal tiene un papel fundamental durante el juicio oral, pues tiene como atribución
legal y constitucional, preparar la acción penal pública a través de la acusación, y por
lo tanto, la carga de la prueba. En base a las investigaciones desarrolladas en la etapa
preparatoria, buscará demostrar en juicio la existencia del hecho definido como
El Fiscal
delictivo, así como la participación y responsabilidad del imputado. La acusación
fiscal presenta el caso fundamentando y explicando la comisión de los hechos, sus
circunstancias y el grado de participación de los involucrados, ofreciendo la prueba
que acredite esa convicción acusatoria.
La misión de persecución penal debe ceñirse a los límites o garantías que el Estado
reconoce, pues los derechos fundamentales del ciudadano gozan de protección
también frente a las instituciones encargadas de las investigaciones. No cabe una
Derechos investigación de los hechos bajo cualquier condición. Tanto la CPE, el CP, Tratados
fundamentales Internacionales así como el NCPP tienen reglas y principios procesales obligatorios.
durante la Apartarse de ellos no es permitido, aún si esto sirviera para encontrar la verdad. Estos
investigación principios rigen igual para la práctica de pruebas y por eso, el nuevo Código dispone
en sus artículos 13, 71 y 172, que las pruebas tomadas contra las disposiciones de la
Constitución, Código Procesal Penal o Convenios y Tratados Internacionales, no son
válidas.
El juicio oral se divide en tres grandes rubros: la fundamentación de la acusación, la
etapa probatoria y las conclusiones finales. El objeto del juicio es la averiguación de
Fases del Juicio
la verdad en virtud a las pruebas ofrecidas en la acusación y en el caso particular del
fiscal, obtener la condena del imputado.
Durante el juicio, el fiscal o el querellante pueden ampliar la acusación. Para ello
deben darse las siguientes consideraciones:
Ampliación de la
acusación (Art. 1. Que se traten de hechos o circunstancias nuevas, que no hayan sido mencionadas
348) con la acusación;

2. Que estas nuevas circunstancias modifiquen la adecuación típica de la pena.


En el caso que el juez o tribunal admitieran la ampliación de la acusación, se recibirá
nueva declaración del imputado y se pondrá en conocimiento de las partes el derecho
Trámite que tienen a pedir la suspensión del juicio oral para ofrecer nuevas pruebas o preparar
su intervención. Esto es válido siempre que por las características del caso, no se
pudiera continuar inmediatamente. (Art. 335)
Suspensión del El juez o tribunal dispondrán la suspensión de la audiencia de juicio por un plazo no
mayor de diez días calendario, señalando día y hora de la nueva audiencia, con valor
juicio
de citación para todos los comparecientes. (Art. 336).
Primero Luego que el Presidente del Tribunal declare instalada la audiencia de juicio le dará el
fundamenta el uso de la palabra al Fiscal para que fundamente oralmente su acusación y presente las
fiscal pruebas de cargo, obtenidas durante la etapa preparatoria (fase de investigación).
Uno de los errores que cometen los fiscales al momento de fundamentar oralmente su
Error al
acusación, es volver a repetir prácticamente todo el contenido de la misma, lo que
fundamentar
cansa a los jueces en la medida que ya la oyeron cuando el secretario leyó el auto de
acusación
apertura de juicio.
1. Reduzca su información a lo más importante. (Puede hacerse un punteo de los
aspectos más resaltantes).

2. No incluya datos irrelevantes o impertinentes. Diga sólo aquello que usted quiera
que se tome en cuenta al momento de la fundamentación de la sentencia.
Algunas
3. Fundamente de un modo comprensible y con una secuencia lógica. Su exposición
recomendaciones
es también para aquellos que no han participado en el juicio oral, lo que implica que
de cómo
debe poder entenderse sin necesidad de la utilización de otros documentos.
fundamentar
oralmente
4. Debe tratar de ser breve y preciso. Ya tendrá tiempo al momento del interrogatorio
a testigos de explayarse e incluir nuevas informaciones, lo que le da interés al debate
y por tanto, mantiene atento al Tribunal.

5. Prepárese bien. Aquella persona que tiene el conocimiento del caso y además, una
capacidad de resumen, logra la atención y atrae simpatías.
Luego de la fundamentación oral del fiscal se resuelven las excepciones e incidentes,
si éstos hubieren sido planteados. Se ha discutido mucho si debe presentarse prueba o
documentación, según lo dispone el Art. 314. Sobre el particular cabe aclarar que no
toda excepción o incidente requiere la producción de prueba. Esto no es una exigencia
Excepciones e
de procedencia para considerar y resolver la excepción o el incidente. En aquellos
Incidentes
casos, que por la naturaleza de la cuestión planteada, a tiempo de formular la misma
se ofrezca prueba, se considera y valora la misma para fundamentar la decisión.
(Ejemplo: En caso de la excepción de “cosa juzgada”, puede presentarse como prueba
la sentencia).
La Prueba Es toda manifestación objetiva que lleve al conocimiento de un hecho.
En un juicio penal, el objeto de prueba principal es el hecho concreto previamente
Qué se prueba en descrito en la ley como delito y es objeto accesorio de prueba, aquello que no
juicio penal? constituye elementos del delito pero se encuentra vinculado al mismo en la práctica, y
de manera indirecta.
La fase probatoria en el juicio tiene como objetivo, presentar todas aquellas pruebas y
circunstancias que tengan relevancia, utilidad, necesidad y pertinencia para demostrar
Fase probatoria la culpabilidad del imputado ante el tribunal. Un medio de prueba será admitido si se
en juicio refiere, directa o indirectamente al objeto de la investigación y sea útil para el
descubrimiento de la verdad.(Art. 171,III). De este principio se deduce, que los
hechos notorios y evidentes para el público o para el tribunal, no se necesitan probar.
Los principios Para las pruebas es de suma importancia el principio de la libertad probatoria según
básicos para la el cual el juez admite como medios de prueba, todos los elementos lícitos de
práctica de convicción que puedan conducir al conocimiento de la verdad histórica del hecho, de
la responsabilidad y de la personalidad del imputado (Art. 171.) En estrecha conexión
está, que el tribunal asigne el valor correspondiente a cada uno de los elementos de
prueba con aplicación estricta de la sana crítica (Art. 173). El principio central del
derecho probatorio es el “in dubio pro reo” que se da a favor del imputado; se
presume su inocencia mientras no se haya probado su culpabilidad sin dudas en un
pruebas
proceso, a través de una sentencia ejecutoriada. (Art. 6) Otros principios que
caracterizan el proceso probatorio son la oralidad, con la consecuencia que la base
del juicio solamente pueden ser los hechos y pruebas que se hayan introducido en la
audiencia (Art. 333) y la inmediatez de la prueba, que obliga por principio que las
pruebas sean practicadas en presencia de las partes del juicio
Un medio de prueba será admitido si se refiere, directa o indirectamente al objeto de
la investigación y sea útil para el descubrimiento de la verdad (Art. 171,III). La
prueba además debe haber sido obtenida por medios lícitos e incorporada al proceso
Condiciones de conforme a las disposiciones de la Constitución Política del Estado y del código de
admisibilidad de procedimiento penal. (Arts. 13, 71, 93, 100, 169 y 172). La prueba a producirse se
la prueba exhibe primero al Tribunal y después a la parte contraria. Las partes
excepcionalmente, tienen derecho a ofrecer pruebas adicionales durante el juicio oral.
El juez limitará los medios de pruebas ofrecidos, únicamente cuando ellos resulten
manifiestamente excesivos o impertinentes, lo que depende de las circunstancias.
Son aquellas que se presentan durante el juicio oral. El fiscal puede presentar sus
Pruebas ofrecidas pruebas en el orden que considere mejor a la estrategia elegida. No tiene que
con la acusación presentarlas en el orden ofrecido en la acusación y los jueces no pueden obligarlo a
ello.
Existen algunos casos en los que por circunstancias extraordinarias, no se ofrecen
todas las pruebas con la acusación. La regla es que la prueba ofrecida con la
acusación, se produzca en juicio. La excepción es que se la ofrezca en la misma
audiencia. A esto se denomina prueba extraordinaria. En el supuesto que ello fuera
así, el procedimiento para considerar y resolver la incorporación de prueba
extraordinaria, es decir, para admitirla, es el siguiente:
Pruebas ofrecidas
durante el 1. Se debate si la prueba es extraordinaria;
desarrollo del
juicio no
2. Si tiene relación con el objeto principal o accesorio del juicio. Si se cumplen estas
consignadas en
dos condiciones previas:
acusación
3. Se le otorga la palabra a la otra parte para que sea oída;

4. Si se admite la prueba extraordinaria, el juez o tribunal, previa consulta a la otra


parte, podrá suspender la audiencia hasta por 10 días, para darle tiempo a la otra parte
de enervar o destruir la prueba.
Las limitaciones de la admisión de pruebas las puede ordenar el juez, sólo en aquellos
Limitaciones a casos que resulten manifiestamente excesivas o impertinentes. (Art. 171,III). Si la
presentación de prueba que se pretende incorporar en juicio es ilegal, se rechazará en la audiencia. Por
pruebas ello, es necesario consignar en la acusación y en el memorial de contestación a ésta,
qué es lo que se pretende probar con cada elemento de prueba obtenido.
No. A tiempo de solicitar la producción de prueba y sólo si existe objeción de la parte
Debe la fiscalía
contraria sobre ilicitud, podrá presentar los medios que acrediten que la misma ha
demostrar licitud
sido obtenida lícitamente. Solamente en este caso hay que presentar la
de pruebas?
documentación.
Sólo pueden incorporarse al juicio por su lectura las siguientes pruebas:

1 El anticipo de prueba (sin perjuicio que las o el tribunal exijan la comparecencia


personal del testigo o perito cuando sea posible);
Incorporación de
pruebas por 2 Las declaraciones o dictámenes producidas por comisión o informe, siempre que el
lectura (Art. 333) acto se haya producido por escrito (sin perjuicio que las o el tribunal exijan la
comparecencia del testigo o perito cuando sea posible);

3 La denuncia, la prueba documental, los informes y actas (reconocimiento, registro


o inspección) . Todo otro elemento de prueba que se incorpore por su lectura, no
tendrá ningún valor.
Las pruebas literales serán leídas y exhibidas en la audiencia, con indicación de su
Forma de origen. El juez o presidente del tribunal, si las partes estuvieran de acuerdo, podrá
presentación ordenar la lectura parcial de éstas. La prueba material (objetos) producida, se exhibirá
y describirá, haciendo constar en acta esta operación.
En el juicio oral puede objetarse una prueba presentada por la otra parte, si uno
considera que es ilícita o no reúne las condiciones legales. Esta objeción hay que
Objeción de hacerla antes de producir la prueba. Antes de presentar la prueba todavía no hay
prueba no ninguna razón para su objeción. El momento de la objeción es el de la presentación.
producida También se puede advertir que se va ha objetar una determinada prueba, cuando la
fiscalía o la defensa la presenten ofreciéndola. La decisión hay que tomarla en el
momento de la presentación.
La ilicitud de la prueba no está mencionada en el articulo 403 como un incidente ni
La ilicitud de la
tampoco en los artículos que se refieren a la prueba, especialmente el articulo 172. El
prueba se
articulo 172 solamente determina que las pruebas ilegales sean excluidas, esto
presenta como
significa, que no sean admitidas. Sobre la exclusión decide el tribunal en audiencia,
incidente?
circunstancia que debe fundamentarse con mayor detalle en la sentencia.
Si el fiscal ofrece una prueba pero no la produce en juicio, la defensa puede utilizarla
si es que también la hubiere ofrecido. En este caso debe referirse como prueba a lo
Uso de prueba que ha ofrecido el Ministerio Público si éste por alguna razón no quiere introducirla.
ofrecida por la Nadie puede impedir a la defensa aprovecharse de una prueba ofrecida por el MP pero
otra parte no introducida por el mismo en juicio oral. El código no regula este caso pero esto se
concluye de los derechos a la defensa de presentar cualquier prueba que la otra parte
no haya presentado.
En la etapa del juicio oral, si fuera necesario, también se podrán realizar careos,
reconstrucciones, inspecciones judiciales y el reconocimiento del imputado. No son
Careos,
pues únicamente instrumentos de la etapa preparatoria. Sin embargo no son actos que
reconstrucciones
el tribunal puede ordenar de oficio, sino que se requiere solicitud de parte. (Art.
355,III)
Testigo es, quien puede dar un testimonio. Testimonio es el conocimiento que un
hombre le comunica a otro. El testigo es la persona que ha visto, oído o conocido con
Testigo
sus sentidos un hecho sobre el cual puede dar información si es interrogado. Su
declaración es una prueba directa y original.
Clases de testigos Los testigos pueden clasificarse de la siguiente manera:

1 Presenciales (aquél que ha visto, oído, conocido con sus propios sentidos un hecho
sobre el cual puede dar información);

2 Externos (aquél que es extraño a la causa, es decir, que no tiene ningún interés
particular en el proceso);

3 Espontáneos (el que declara o expone en seguida y por propia iniciativa, sin
mandato ni solicitud de nadie, todo lo relacionado con el hecho.);

4 Voluntarios (es aquél que se presente a simple pedido del juez, antes de que se use
cualquier medio coercitivo);

5 Involuntarios (es aquél que no desea comparecer ante el juez para prestar su
declaración, por lo que se usan medios coercitivos contra él)

6 Preparados o baqueteados (son los testigos especialmente preparados para que


declaren en el sentido que interesa al que lo presenta. O se le enseña una historia para
que la repita como si la hubiera observado o puede haber observado el hecho en parte
y es preparado para que la tergiverse)

7 Comprados o perdularios (son los testigos que declaran a cambio de un beneficio


determinado)

8 Ante factum (son aquellos que presencian un hecho antes que se produzca Ej. la
persona que vio al homicida ingresar al inmueble donde posteriormente se produce la
acción homicida);

9 In facto (son los testigos del hecho mismo);

10 Post factum (son aquellos cuya declaración tiene por objeto las huellas dejadas
por el hecho que se quiere probar. Ej. el perito balístico)

11 Concordantes o contestes (son aquellos cuyas declaraciones armonizan en lo


sustancial. Declaran lo mismo sin discrepar en nada y coinciden en el contenido);

12 Discordantes o discordes (son aquellos en los que la versión de uno, discrepa del
testimonio de otro en lo sustancial, aún cuando pudiera haber alguna coincidencia
secundaria).
Garantías de Las garantías de la prueba testimonial son características especiales que premunen al
prueba testimonio de las condiciones mínimas para su validez. Estas garantías son las
testimonial siguientes:

1 Oralidad (el testigo hace su declaración de conocimiento sobre los hechos en


forma verbal);

2 Publicidad (declaraciones del testigo son realizadas en presencia de cualquier


ciudadano que concurra a la audiencia, sean o no parte en el proceso. Debe asumirse
como excepción a este principio, las declaraciones de testigos vulnerables);

3 Inmediatez (porque el tribunal debe recibir la declaración del testigo sin


intermediarios. Se exceptúan de la inmediación, los casos en los que por
imposibilidad material, la declaración deba hacerse con las reglas del anticipo o por
delegación ante otro juez, siempre y cuando al delegado se le remita también el
interrogatorio);

4 Judicialidad (porque el testimonio, para su mayor validez, debe rendirse ante el


juez);

5 Objetividad (porque debe reflejar la realidad tal y como es, despojada de


prejuicios). El testigo tiene la obligación de declarar. Puede ser llevado a los
tribunales aún en contra de su voluntad y tiene la obligación de decir la verdad. El
testimonio debe versar sobre las observaciones del testigo en relación a los hechos
que tienen relevancia con el objeto de la acusación en juicio. Bajo estas condiciones,
aquél que interroga al testigo, necesita mucha habilidad y destreza para lograr que el
testimonio del testigo pueda cumplir su función, de comprobar o no, los hechos sobre
los cuales versa la acusación y de esa forma facilitar una base firme para la decisión
judicial.
Más importante y difícil que los problemas jurídicos, es la aclaración de los hechos.
Aclaración de los
El proceso de aclaración de los hechos es subestimado, a pesar de constituir la única
hechos
fuente firme de cualquier decisión judicial o sentencia.
El arte de interrogar es un proceso individual que depende de la personalidad del que
interroga y de cómo logra comunicarse. Para esto no existe ni una definición ni un
esquema; únicamente pueden compartirse y transmitirse las experiencias vividas y
explicar los errores más comunes que se cometen en estos procesos. Existen sin
embargo, recomendaciones generales que pasamos a citar:

1. Compartir y explicar el por qué de la pregunta;

2. Formular un solo contenido por pregunta. Si para las personas con una elevada
educación es difícil responder a dos o más contenidos por pregunta, para las personas
Algunas con un nivel educativo menor, será imposible;
recomendaciones
al interrogar 3. Finalizar la pregunta en un tono de interrogación.

4. Ser lo más objetivo posible.

5. Formular el mínimo de preguntas personales necesarias

6. Aprender a controlar sus emociones;

7. No exagerar;

8. No involucrarse;
Otro de los aspectos que debe cuidar el fiscal es no permitir que el testigo exponga
No debe
sus propias conclusiones. Particularmente es el caso de los policías que son llevados a
permitirse
declarar. Al investigador le toman su testimonio como testigo pues él no es perito.
conclusiones del
Esto no excluye que en algún caso especifico el investigador pueda -a pedido de una
testigo
de las partes y sin objeción de la otra- dar alguna conclusión.
Objeciones sin Las objeciones no fundamentadas -si no son obvias- deberían ser rechazadas por el
causa tribunal. Si fueran obvias para el tribunal éste puede admitirlas.
La declaración del agente encubierto debe mantener en secreto su identidad y
Declaración el declarará bajo su identidad ficticia. Lo importante es que su verdadera identidad -en el
agente encubierto caso necesario- sea identificable a través de la decisión que tomó previamente el juez,
al permitir su intervención como agente encubierto.
El código no prevé la posibilidad que el agente encubierto declare en una sala
separada, solamente conectada por un sistema de audio con la sala de audiencias, que
permitiría mantener en secreto su identidad. Por otra parte el código tampoco permite
la ausencia del imputado de la audiencia aún si declara el agente encubierto. Esto no
Reserva
lo permiten el principio de inmediatez ni el derecho del imputado a una defensa
material. Si existiera el peligro de que el imputado descubra la identidad real del
agente encubierto, entonces es obligación de la fiscalía y de la policía darle la
protección adecuada contra posibles actos de venganza contra él o su familia.
Facilita conocimientos especiales que no tiene el Tribunal. Dan su dictamen para
descubrir o valorar un elemento de prueba. El perito debe ser tan imparcial y neutral
El Perito como el Tribunal. Esta es la razón por la cual las partes pueden recusar al perito según
el articulo 210 del NCPP y éste puede excusarse por los mismos motivos establecidos
para los jueces. (Art. 316).
El perito al momento de su declaración, puede hacer uso de documentos de consulta,
notas escritas, publicaciones y a utilizar medios técnicos. Esto lo diferencia
Consultar
básicamente del testigo, que no puede consultar notas ni documentos. La razón es que
documentos
el testigo debe responder a las preguntas formuladas basándose únicamente en su
memoria.
El consultor técnico asesora y coadyuva a la parte (fiscal, querellante o defensor) a
Perito vs. formular las preguntas adecuadas y técnicas a un perito, pues a ésta le faltan los
Consultor técnico conocimientos técnicos. El perito de otro lado, cumple funciones de asesoramiento al
Tribunal.
Luego de concluida la etapa probatoria, el Presidente del Tribunal ordenará pasar a las
conclusiones finales (alegatos). El lenguaje debe ser claro, sencillo y no altamente
técnico. Esto es de especial importancia tener también presente, que en el proceso de
juicio en el cual decide un tribunal de sentencia, participan jueces ciudadanos que no
son juristas y que por eso no dominan el lenguaje técnico-jurídico. No se permitirá a
las partes la lectura de memoriales ni de documentos escritos, pero si pueden utilizar
Conclusiones
medios técnicos y notas de apoyo a la exposición (Art. 356) En el supuesto que fueran
finales (alegatos)
dos o más fiscales (o querellantes), todos pueden dar sus conclusiones finales,
cuidando en lo posible de no dilatarlas ni repetirlas. Para ello es aconsejable que
previamente coordinen cómo las van a presentar y qué va a argumentar cada uno. La
duplicidad en las fundamentaciones de las conclusiones no sólo aburre y cansa al
tribunal sino que además denota una mala preparación y presentación del caso, lo que
le resta credibilidad al operador.
Estructura de las La estructura de las conclusiones se divide en 4 partes:
conclusiones
1. Presentación de los hechos comprobados

2. Valorización de los mismos en relación a los hechos

3. Calificación jurídica (subsunción)

4. Solicitud final La valorización de las pruebas, es decir, explicar cómo se ha llegado


a la comprobación de los hechos, es la parte más difícil de las conclusiones finales. Si
no se han podido aclarar los hechos, la posibilidad que el Tribunal absuelva al
imputado es bastante alta.
Es importante resaltar que sólo hay dos condiciones para la réplica:

Réplica a) limitarse a la refutación de los argumentos adversos,

b) que antes, estos argumentos no hubieren sido discutidos.

EL INTERROGATORIO EN JUICIO

El arte de interrogar es un proceso individual que depende de la personalidad del


El arte de que interroga y de cómo logra comunicarse. Sólo con el interrogatorio es como
interrogar (Art. el juez puede disipar dudas y esclarecer puntos oscuros, y llegar así a una
351) convicción razonada y segura, sin la cual es imposible pronunciar una condena
que no sea arbitraria.
El objeto del interrogatorio son los hechos objeto del delito, quedando excluidas
las opiniones o juicios de valor. Tampoco son objeto de interrogatorio los
Objeto del
conocimientos generales que tenga el testigo. El interrogatorio debe respetar la
interroga-torio
dignidad de la persona y los derechos humanos, sobretodo cuando a quién se
interroga es el imputado.
Para interrogar no existen reglas fijas. Únicamente pueden compartirse y
transmitirse las experiencias vividas y explicar los errores más comunes que se
cometen en estos procesos. Existen sin embargo, recomendaciones sobre el
interrogatorio en general, que pasamos a citar:

1. Compartir y explicar el por qué de la pregunta;

2. Formular un solo contenido (idea) por pregunta. Si para las personas con una
elevada educación es difícil responder a dos o más contenidos por pregunta,
para las personas con un nivel educativo menor, será imposible;

Recomendacione 3. Finalizar la pregunta en un tono de interrogación.


s generales
4. Ser lo más objetivo posible.

5. Formular el mínimo de preguntas personales necesarias

6. Aprender a controlar sus emociones;

7. No exagerar;

8. No involucrarse; El interrogatorio comienza por aquél que propuso al testigo.


Luego podrá ser interrogado por la otra parte, el juez o presidente del tribunal y
los jueces ciudadanos que así lo deseen.
Moderación El juez o el Presidente del tribunal moderará el interrogatorio, procurando que
se conduzca de la manera más fluida y evitando en todo momento que se ofenda
la dignidad del declarante. El juez debe hablar en voz alta y en palabras
sencillas, tanto para que lo comprendan los declarantes así como los jueces
ciudadanos. La misma regla cabe par los fiscales al momento de interrogar. En
caso que el juez pase por alto un acto de ofensa, cualquiera de las partes tiene la
obligación de advertirle al juez que su testigo está siendo hostigado.
Tanto el fiscal (o querellante) así como el defensor pueden objetar la
formulación de preguntas sugestivas, capciosas o impertinentes. Una pregunta
es sugestiva si conlleva una respuesta en sí misma o si cuestiona sobre un dato
antes no conocido. Son aquellas que insinúan una respuesta determinada y guían
al testigo. No es lo mismo preguntar ¿dónde asestaron el golpe?, que decir,
¿dónde asestaron el golpe, en la cabeza o en la espalda?, o por ejemplo: “usted
estaba en el domicilio mientras golpeaban al imputado, por tanto lo vio y puede
confirmar que lo hacían con la estatua de bronce de la sala”. Las preguntas
sugestivas están prohibidas porque perjudican la espontaneidad y sinceridad de
las respuestas del testigo. Una pregunta es capciosa cuando confunde al testigo.
Objeción de Son ambiguas y engañosas. Siempre son formuladas en forma dolosa. Se
preguntas formulan sobre hechos que se sabe no existen, sobre hechos imaginados por el
interrogador con el propósito de inducir a caer en mentira al interrogado. Tiene
apariencia inofensiva, pero en realidad tienen la intención de engañar al
interrogado. Por ejemplo, “señora X, quiere decir entonces que usted ya dejó de
amenazar de muerte a su cuñada?”. “Entonces, el letrero pintado sobre la puerta
de su casa, ¿no lo hizo el hombre que salió esa noche de madrugada de su casa y
que es su novio? Una pregunta es impertinente si no tiene relevancia ni
relación con el caso concreto. Ejemplo en caso de homicidio por emoción
violenta: “señora Z, a usted le gustan las telenovelas? O si se pregunta al testigo
cómo vestía el imputado, luego acotar “y usted, ¿gasta mucho dinero en ropa
para vestirse siempre a la moda?”
Objeciones sin Las objeciones no fundamentadas -si no son obvias- deberían ser rechazadas por
causa el tribunal. Si fueran obvias para el tribunal éste puede admitirlas.
Como ya dijimos, no existen reglas para el interrogatorio en juicio y el modo de
formular cada pregunta depende de la situación particular. Sobre las preguntas
abiertas o cerradas, en general se puede concluir lo siguiente: Las preguntas
abiertas permiten que el testigo hable más y nos de información. Por el
Preguntas
contrario, con la formulación de preguntas cerradas, el que interroga es aquél
abiertas y
que lleva el control del interrogatorio y el testigo sólo confirma reforzando de
cerradas
esa manera la pregunta. Estas preguntas se contestan con una afirmación (si) o
negación (no). Se pueden utilizar cuando un testigo ya dio su declaración y el
fiscal únicamente quiere reforzar la información, dándole énfasis a la misma.
Ejemplo: “usted dijo que vio esa chamarra verde la noche ... (etc.) , verdad?
Hubo duda sobre si el imputado podría interrogar a testigos y peritos y la
respuesta es que sí puede hacerlo. El código en ningún momento prohíbe
preguntas directas del imputado a un testigo o a un perito. Esto también está
regulado en la mayoría de los códigos procesales penales, tanto en Europa como
buena parte de América Latina. Si no se permitiera que el imputado formule
Interrogato-rio
preguntas a los testigos y peritos, se limitaría el derecho a su defensa material,
por el imputado
sin justificación. Además hay que tomar en consideración que muchas veces,
especialmente cuando se trata de testigos, el imputado también está presente,
por lo que no hay ninguna razón procesal de filtrar sus preguntas a través de su
abogado. Esto no excluye que en casos extraordinarios -como por ejemplo de
violación-, se limite esta facultad al imputado.
Interrogato-rio El código otorga al tribunal la facilidad de interrogar -después de las partes- al
de aspectos testigo, para aclarar puntos y profundizar la información ya obtenida que le
parezca relevante para tomar la decisión. En este sentido el Tribunal tiene la
facultad de interrogar a los testigos también sobre aspectos nuevos. Pero, esto
nuevos, por el
queda limitado al tema para el cual se ha nombrado al testigo, lo que significa
juez
que el Tribunal no puede abrir el interrogatorio sobre aspectos o temas para los
que el testigo no ha sido nombrado.
El proceso de la toma de la declaración a un testigo es complejo y requiere
Declaracio-nes de
conocimientos, habilidades y comprensión de quien toma la declaración, pues de
testigos
lo contrario, el testimonio pierde su posible valor probatorio.
El resultado del interrogatorio lo decide la comunicación con el testigo. La
experiencia práctica nos demuestra que en muchos casos el interrogatorio al
testigo fracasa, porque quienes preguntan y se comunican con los testigos, no
conocen cómo deben formularse las preguntas en forma adecuada. El testigo,
particularmente en los juicios orales, se encuentra en una situación de
excepción, pues es citado contra su voluntad, lo que en muchos casos lo
Comunica-ción incomoda y le da inseguridad, pues no sabe cómo comportarse. Es por ello que
una comunicación adecuada con el testigo es de suma importancia, pues el
grado de cooperación que el testigo pueda mostrar depende de crear un ambiente
de confianza y de respeto en la interacción con él. Si el testigo no sintiera un
ambiente de confianza, si no se le trata con respeto y por el contrario, se actúa
frente a él con autoritarismo u hostilidad, difícilmente hablará abiertamente
sobre todos los conocimientos que posea sobre el hecho delictivo.
La mayoría de las sentencias penales (absolución o culpabilidad a un imputado),
dependen de la comprobación de los hechos a través de testigos; y
paradójicamente, al mismo tiempo, la comprobación de los hechos por los
testigos, viene a ser la menos segura. - El ser humano, aunque preste toda
atención a los hechos, no puede precisar todos los detalles; - Mucho de lo que ve
Comproba-ción no lo percibe, porque su atención se concentra en otras cosas; - El ser humano se
de los hechos olvida luego de un tiempo, de por lo menos parte de lo que ha percibido y con
frecuencia en forma inconsciente, llena los vacíos de su memoria con
construcciones propias, de las cuales está convencido que son veraces. - Para la
mayoría de los testigos es muy difícil reproducir los hechos de tal forma que le
lleguen las mismas imágenes a aquél que tome su declaración. - Existe el peligro
que el testigo, por múltiples razones, no quiera decir la verdad
Estructura al Es importante que la persona que interroga tenga preparada con anterioridad una
interrogar a estructura lógica de las cuestiones que desea averiguar con cada testigo. Aquí
testigos algunas recomendaciones:

Aclarar, la relación del testigo con los hechos. Este debe ser el objetivo o
punto central del testimonio y la declaración del testigo debeser coherente. Para
lograr esto, hay que motivar al testigo.

Formularse preguntas abiertas o cerradas, según las circunstancias y


una sola pregunta a la vez. Si le hace muchas preguntas en una al testigo, el
resultado es entonces, que el testimonio es disperso y al final nadie sabe cuál es
el resultado de la declaración. Sólo evitando esto, se puede garantizar que para
la valoración de la prueba, se tenga registrado el desarrollo esencial del
testimonio.

No interrumpa frecuentemente al testigo No es aconsejable interrumpir


con frecuencia al testigo al momento que esté prestando su declaración, pues eso
lleva a perder fácilmente el hilo de lo que está informando. Solamente en los
casos que el testigo, por su débil capacidad intelectual no pueda dar una
declaración coherente, es aconsejable tomarle su declaración en forma de
preguntas concretas. Quien interroga debe tratar de concentrase en los puntos
que hay que evaluar. Si durante su testimonio surgen dudas, contradicciones,
etc. éstas se tienen que asentar por escrito y después evaluarse.

Motive al testigo Para motivar al testigo hay que hacerle entender que su
testimonio es importante y que se está interesado en lo que él relata.

Observe al testigo Es importante observar al testigo durante su declaración


para interpretar elementos paralinguísticos, tales como el tono de voz, la
velocidad con que se expresa, su seguridad y aplomo, sonrisas, llantos, pausas
en su declaración, su lenguaje corporal, etc.

Fíjese si declara en el orden que sucedieron los hechos o no Otra regla


para la toma de la declaración a un testigo es observar el orden histórico en su
declaración, pues de otra forma, pueden quedar vacíos no reconocidos, que
dejan una percepción equivocada o se puede confundir al tribunal.

Si el testigo declara hechos que no son importantes para el juicio Si el


testigo menciona hechos que a criterio de quien toma la declaración, no son
importantes o no tienen relación con el tema, no vale la pena interrumpirlo
porque esto únicamente lo pondría nervioso e inseguro. La experiencia ha
demostrado, que con frecuencia en los hechos accesorios, se encuentra
información importante para la decisión judicial del caso. Pero todo tiene
también un límite y depende de la habilidad y la intuición de quien toma la
declaración, saber en qué momento interviene y en qué forma lo hace.

Capacidad de expresarse del testigo El resultado de la declaración depende


en buena medida de la capacidad de expresarse del testigo. Muchas veces los
testigos tienen una capacidad de expresión muy limitada. En estos casos hay que
dejar que el testigo se exprese en su propio lenguaje y con sus propias palabras.
Solamente así se puede esperar del testigo una declaración suficientemente
precisa.

Juicios de valor del testigo Siempre existe el peligro, que un testigo mezcle
los hechos percibidos con juicios de valor. Quien toma la declaración debe
prestar mucha atención en estos casos, para limitar estos juicios de valor a los
hechos en los cuales se basan.

Preguntas sugestivas, capciosas o impertinentes Que ya fueron materia de


análisis, en el punto Objeción a preguntas.

FORMULACION Y FUNDAMENTACION DE LAS CONCLUSIONES DE LAS


PARTES Y DE LA SENTENCIA

Fundamentación de la sentencia La fundamentación de la sentencia ha recibido en el NCPP solamente


en el NCPP Funciones de la algunas regulaciones más bien formales. Como en casi todos los
fundamentación de la sentencia códigos procesales penales, se ha limitado a regular el contenido
Factores determinantes para necesario para la fundamentación de las mismas. El Art. 360 dispone
decisiones judiciales Requisitos al respecto, que la fundamentación de la sentencia contendrá:
para que una decisión jurídica
tenga poder de convicción - La enunciación del hecho y las circunstancias que hayan sido objeto
Estructura básica para la del juicio (Art. 360 inc. 2).
fundamentación de una sentencia
Elementos para la determinación - El voto de los miembros del tribunal sobre cada una de las
de la pena Consejos para la cuestiones planteadas en la deliberación, con exposición de motivos
formulación de la de hecho y de derecho en que se fundaron (Art. 360 inc. 3) Esta
fundamentación de la sentencia regulación no significa que no puedan incorporarse otros elementos
Las conclusiones y sus que se consideren necesarios.
fundamentos
La fundamentación de la sentencia debe ser realizada de manera tal,
que la misma pueda cumplir sus funciones, que son especialmente:

• Convencer, a los que participan en el juicio, que se dicta justicia;

• Posibilitar y facilitar una adecuada decisión en los casos que se


quiera interponer un recurso y poder fundamentarlo;

• Posibilitar la revisión de las decisiones en primera instancia

• Posibilitar, mediante la descripción precisa de los hechos, la


aplicación del principio ne bis in idem

• Orientar a los jueces de ejecución penal así como a la


administración penitenciaria, sobre la personalidad del condenado. La
fundamentación de la sentencia debe no solamente poder convencer al
imputado sino también al fiscal, a la víctima y en general a todas las
personas, que en un futuro participen en los juicios orales. Surge
entonces la pregunta ¿Cuáles son los factores determinantes, para que
las decisiones jurídicas y judiciales, tengan poder de convicción? La
estructura de fundamentación jurídica convincente, es similar para
todas las decisiones, y también lo es para una sentencia. La regla es,
que una decisión jurídica tiene poder de convicción, cuando es
consecuente, lo que implica que se pueda deducir de la ley y que se la
sienta como justa. ¿Cuáles son los requisitos para que esto sea así?
Para que esto sea así, deben realizarse tres pasos, que son los
siguientes:

1. La aclaración de los hechos (de qué hechos hay que partir, depende
de un proceso correcto en la toma de las pruebas y su valorización);

2. Estos hechos hay que subsumirlos en las normas, con un


procedimiento científico adecuado;

3. A través de la comparación de los hechos con el derecho, se


concluye la decisión. En el proceso penal este resultado no es fruto
solamente de una aplicación de la lógica, sino más bien, de la
consideración sobre los valores. Lo que uno considera como justo no
depende principalmente de la aplicación de las reglas de la lógica,
sino de sus valores. La justicia es un valor. Para la credibilidad de las
decisiones en lo penal entonces, es de suma importancia la
fundamentación de la sentencia, para que pueda convencer y así
cumplir sus funciones. La secuencia para la estructura de la
fundamentación de la sentencia, es la siguiente y se la puede resumir
en cinco puntos:

1. En ella se deben describir las condiciones de vida del imputado y


su personalidad. Esto es importante para poder valorar, desde el lado
subjetivo del imputado, los hechos y su grado de culpabilidad. Todos
estos hechos son importantes para la determinación de la pena.

2. En un segundo paso, hay que desarrollar los hechos que son objeto
de la acusación, según el resultado del proceso y la toma de las
pruebas. En esta parte hay que desarrollar todas las circunstancias que
influyan de una u otra forma en el dictamen, los hechos o el derecho.
Esto lo tiene que valorar el tribunal con mucha precisión teniendo en
cuenta los detalles, porque de esto depende el dictamen jurídico de los
hechos. Si no se han podido aclarar los hechos, la base de la sentencia
es siempre precaria. Si se han presentado hechos que han justificado
la interposición de excepciones, las respectivas constataciones hay
que presentarlas en esta parte de la fundamentación.

3. En un tercer paso se tiene que fundamentar sobre las circunstancias


sobre las cuales se basan los hechos, o sea, hay que valorar las
pruebas relacionadas. Esta parte, normalmente resulta siendo la parte
más difícil de la fundamentación de una sentencia.

4. La subsunción de los hechos bajo las respectivas normas legales en


que se ha basado la fiscalía para acusar y deducir cuáles son las
consecuencias en lo jurídico.

5. Si la sentencia contiene una condena, hay que decidir sobre las


consecuencias de la misma, o sea sobre la pena. Esta parte es de suma
importancia para la aceptación del juicio y su credibilidad. La pena no
es un resultado de una operación lógica sino de una valorización de
los hechos y del imputado mismo, su personalidad, la motivación, etc.
Para que la fundamentación tenga poder de convicción en los fiscales,
el imputado, la víctima y quienes hayan participado del proceso, la
redacción de la sentencia, en esta parte, requiere una atención
especial. El punto de partida para determinar la pena, es el marco
normativo del delito. Luego se tienen que explicar qué aspectos o
circunstancias agravan la pena, y cuáles la atenúan. Para el proceso de
la determinación de la pena, hay que tomar en cuenta especialmente
los hechos y las circunstancias de las condiciones de vida del
imputado, previos al delito. Igualmente las causas que llevaron a la
comisión del hecho delictivo y el hecho mismo. Cada uno de estos
elementos hay que tomarlos en consideración para fundamentar la
pena. Los consejos para la formulación de la sentencia son los
siguientes:

1 Solamente se hacen referencia a los antecedentes procesales si


tienen alguna importancia para fundamentar la decisión.

2 Todo aquello que no se tome en cuenta para fundar la sentencia, no


debe incluirse en la fundamentación de la misma, pues sólo la hace
menos clara y comprensible.

3 La fundamentación de la sentencia debe ser comprensible


solamente por su contenido, también para aquellos que no han
participado en el juicio oral, lo que implica que debe poder entenderse
sin necesidad de la utilización de otros documentos.

4 En el caso de una sentencia absolutoria, hay que aclarar si la


absolución responde a razones jurídicas o si se ha dictado en virtud
del resultado de la valorización de las pruebas. Esto es importante
porque facilita el proceso, en caso que se interponga un recurso legal
contra la sentencia.

5 Para que la sentencia tenga credibilidad y sea comprensible, es de


central importancia, el lenguaje con que se la fundamente, que debe
ser claro, corto y con el uso de las palabras adecuadas. Igualmente
debe ser neutral, objetivo y siempre sin tono polémico, aún si en el
proceso hubiera existido polémica.

6 El tribunal, como institución independiente del Estado con la


competencia de juzgar, debe mantenerse fuera de la polémica, caso
contrario pierde neutralidad, objetividad y asimismo, credibilidad en
la población. Para la formulación de las conclusiones, debe tomarse
en cuenta la manera en que el tribunal llega a la sentencia y cómo la
fundamenta. Considerando esto, las conclusiones deberían considerar
las siguientes orientaciones:

En su estructura, deberían contener principalmente la estructura


de los fundamentos de la sentencia, o sea, deberían en primer lugar
desarrollar los hechos como se los percibe después de la audiencia; en
segundo lugar valorar las pruebas para luego explicar cómo se ha
llegado a la comprobación de los hechos, a la subsunción de los
hechos bajo el derecho y concluir con la decisión que debe tomar el
tribunal.

El lenguaje debe ser, como en el caso de la fundamentación de la


sentencia, claro, sencillo y lógico. El requerimiento de una eventual
pena, debe coincidir con el resultado de la audiencia, tomando en
cuenta todos los elementos ya arriba mencionados. El lenguaje claro,
sencillo y no técnico es de especial importancia en el proceso en el
cual decide un tribunal de sentencia, pues en los mismos participan
jueces ciudadanos que no son juristas y que por eso no dominan el
lenguaje técnico.

PRINCIPIOS RECTORES Y LINEAMIENTOS GENERALES DE


LA NUEVA LEY ORGANICA DEL MINISTERIO PUBLICO

Introducción

Si bien la Ley Orgánica del Ministerio Público fue identificada en el Plan Nacional de
Implementación del Nuevo Código de Procedimiento Penal, como uno de los
principales requerimientos del área de la adecuación normativa e institucional; no es
menos cierto que la reforma de la antigua Ley Orgánica del Ministerio Público de 19 de
febrero de 1993 fue concebida como una oportunidad histórica par marcar el futuro
desempeño del órgano requirente en el marco del Estado democrático de derecho, para
lo cual, era necesario recuperar los elementos centrales para los cuales el Ministerio
Público fue creado.

En ese sentido, la mayoría de los autores identifican a la revolución Francesa como el


origen histórico del ministerio Público en la era actual, al haber estado influenciado por
dos ideas fundamentales:

a) la crítica al sistema judicial del antiguo régimen, basado en el modelo inquisitivo;

b) la defensa de la Ley como expresión de una aspiración igualitaria y racionalista.

Por ello, se afirma que los fines históricos perseguidos con la creación del Ministerio
Público, fueron:

 Crear un instrumento destinado a la abolición del proceso inquisitivo, que


concentró en el juez, las actividades de investigar, acusar y garantizar derechos y
garantías.

 Ser un custodio de la Ley, en el lugar de un organismo orientado


exclusivamente a la persecución unilateral.

 Ejercitar labores de control sobre la Policía, inherente al Estado de Derecho


y al sistema de pesos y contrapesos que le es propio.

Todo ese movimiento europeo repercutió también en Latinoamérica, con los


movimientos independistas, cuyo principal propósito estaba orientado a liberarse del
dominio de la corona española, teniendo también un fin más ambicioso que radicó en la
construcción de la república, concibiendo al sistema de administración de justicia sobre
la base de una crítica al sistema inquisitivo, introduciendo los jurados y los fiscales al
sistema.
En nuestro país, como resultado de ese movimiento se tiene la Constitución Política del
1826 ideada por Simón Bolívar que introdujo ya en ésa época el sistema de jurados y
también el Decreto de 27 de abril de 1825 dictado por el Mariscal Antonio José de
Sucre, que crea el primer tribunal judicial de Bolivia el ministerio público, mediante la
conformación de la Corte Superior de las provincias del Alto Perú compuesto por cinco
magistrados y dos fiscales, lo que fue recogido por el denominado código de procederes
Santa Cruz de 1834 y la Ley de organización Judicial de 1857.

Empero, esa legislación estuvo caracterizada por marcar una fuerte sujeción de los
Fiscales al órgano ejecutivo, con la resultante confusa tutela de los intereses sociales los
de la administración y, por concebir al fiscal como un acusador a ultranza.

En consecuencia, se puede concluir señalando que el movimiento independista no sólo


en Bolivia sino en Latinoamérica, logró la independencia de la corona española, pero no
pudo destruir el modelo inquisitivo de administración de justicia, el que ha pervivido
incluso hasta nuestros tiempos.

REFORMA DE LA LEY ORGANICA DEL MINISTERIO PUBLICO

En consecuencia el gran desafío histórico que se enfrenta con la nueva Ley orgánica del
ministerio Público, se funda en sentar las bases para que el organismo pueda contribuir
eficazmente a destruir el modelo inquisitivo de ejercicio del poder penal estatal, para lo
cual se debe asegurar pueda cumplir debidamente su función, sin injerencias de ninguna
naturaleza y su accionar tenga siempre como norte la vigencia del Estado de Derecho
los Derechos Humanos. ¿Cómo lograr esos propósitos?

 Recuperando su verdadera función de custodio de la ley, por ejemplo


obteniendo tanto la prueba de cargo como de descargo, sin menoscabar los
derechos fundamentales del ciudadano.

 Liberando al Juez Instructor de la investigación para entregársela al


Ministerio Público, debiendo éste asumir responsabilidad por su resultado.

 Desinformalizando el proceso de investigación, como un mecanismo para


desterrar la cultura registral propia del sistema inquisitivo así lograr preservar la
centralidad del juicio.

 Estableciendo un verdadero sistema de investigación, cuya dirección


funcional debe estar a cargo de la Fiscalía, contando para el efecto con el apoyo
de los organismos de investigación policial.

 Estableciendo un nuevo mecanismo de relacionamiento con la sociedad,


especialmente con la víctima: apoyándola y no compitiendo con ella.

 Diseñando una nueva organización establecida para el cumplimiento de sus


propios fines y acorde con su naturaleza, evitando que como antes, sea reflejo de
la estructura del Poder Judicial.

NUEVA LEY ORGANICA DEL MINISTERIO PUBLICO.


Con ese propósito, a iniciativa del Ministerio de Justicia, se conforma en febrero de
1998, la COMISION INTERINSTITUCIONAL PARA LA REFORMA Y
ADECUACION DE LA LEY ORGANICA DEL MINISTERIO PUBLICO, presidida
por el Fiscal General de la República e integrada por representantes del Ministerio
Público, ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Consejo de la Judicatura, Policía
Técnica Judicial, Colegio Nacional de Abogados, Asesores de la Cámara de Senadores,
un consultor - relator nacional, un experto internacional y el equipo técnico de ese
Ministerio; cuya labor resultó plasmada en los criterio rectores contenidos en el
documento “LINEAMIENTOS GENERALES PARA LA REFORMA Y
ADECUACION DE LA LEY ORGANICA DEL MINISTERIO PUBLICO” formulado
en 1999, el que por sus alcances netamente técnicos, estaba destinado a ser el punto de
partida de la nueva Ley Orgánica.

Por ello, en los rubros siguientes se hará un análisis de los lineamientos generales de la
nueva Ley Orgánica del ministerio Público, haciendo una comparación entre lo
propuesto por la Comisión y lo finalmente sancionado por el órgano legislativo en la
Ley 2175.

PRINCIPIOS RECTORES DE LA NUEVA LEY ORGANICA DEL


MINISTERIO PUBLICO (Ley Nº 2175 de 13 de febrero de 2001)

La Comisión Interinstitucional recomendó mantener la inclusión de principios rectores


en el texto de la nueva norma, debido al carácter vinculante que su observancia impone;
lo que ha sido correspondido por la misma en los términos siguientes:

Principio de unidad y Jerarquía. En sentido que el Ministerio Público es único e


indivisible ejerciendo sus funciones a través de los Fiscales que lo representan
íntegramente y que está organizado jerárquicamente.

Principio de Objetividad. Disgregado en dos aspectos principales que denotan la


naturaleza acusatoria de la nueva norma: a) cuando ejerciten la acción penal pública, los
Fiscales deberán tener en cuenta no sólo las circunstancias que permitan probar la
acusación sino también las que sirvan para excluir o disminuir la responsabilidad del
acusado; y b) cuando deban solicitar la aplicación de criterios de oportunidad y demás
salidas alternativas, actuarán en base a razones objetivas y generales.

Principio de Obligatoriedad. También, de manera coherente con la naturaleza


acusatoria del sistema, la NLOMP incluye este principio en sentido que el Fiscal
promoverá de oficio bajo su responsabilidad la acción penal pública, cuando tenga
conocimiento de un hecho punible y además, existan suficientes elementos tácticos para
verificar su comisión.

Así mismo, manteniendo coherencia con la naturaleza del nuevo sistema, puntualiza que
el condicionamiento de la acción penal pública a instancia de parte no impedirá realizar
los actos imprescindibles para conservar los elementos de prueba siempre que no se
afecte al interés de la víctima y también, que la acción penal pública no se podrá
suspender, interrumpir o hacer cesar, salvo en los casos y bajo las formas previstas por
ley.
La importancia de éste principio así como se encuentra descrito en la NLOMP, denota
claramente su adecuación al nuevo sistema procesal penal, al prever las excepciones
aceptadas por la doctrina y legislación comparada al principio de legalidad procesal
penal, propio del sistema inquisitivo que propugna que ante todo hecho supuestamente
delictivo, debe haber necesariamente una acción penal, sin excepción alguna. Antes -
pese a que la realidad nos mostraba una realidad totalmente diferente - precisamente por
la influencia de la cultura inquisitiva, resultaba imposible concebir siquiera que el
Ministerio Público no persiga todas las conductas que presuntamente eran delictivas; lo
que ahora como se ha visto es perfectamente posible, obviamente sólo en los casos
previstos por ley y bajo el control del órgano jurisdiccional.

Solución del Conflicto. Abandonando la clásica postura litigiosa del anterior sistema la
NLOMP establece que el Ministerio Público buscará prioritariamente dentro del marco
de la legalidad, la solución de conflicto penal mediante la utilización de las salidas
alternativas al proceso penal y aplicación de criterio de oportunidad. Además, considera
que es obligación del Ministerio Público, promover la paz social privilegiando la
persecución de los hechos punibles que afecten gravemente el interés público.

La introducción de éste principio tiene un alcance paradigmático, por cuanto ahora el


sistema procura brindar soluciones efectivas al ser humano que acude al mismo para ese
efecto, teniendo en cuenta sus intereses. Algo que el antiguo sistema jamás consideró
siquiera, lo que ocasionó su permanente divorcio con la sociedad.

Principio de probidad. Los Fiscales en todas sus actuaciones y uso de recursos,


procederán en base a criterios de justicia, transparencia, eficiencia y eficacia,
garantizando a todas las personas un acceso equitativo y oportuno a la institución.

Principio de Confidencialidad. Implica que los Fiscales cuiden que la información que
deban proporcionar se haga dentro del marco del respeto del honor y los derechos de la
personalidad de las partes, ni ponga en peligro las investigaciones en curso ni se atente
la reserva que se haya dispuesto conforme los arts. 116 y 281 del Nuevo Código de
Procedimiento Penal.

Así mismo, en concordancia con normas internacionales de protección a favor de la


niñez y adolescencia, prohibe revelar la identidad y la difusión de imágenes de niños,
niñas y adolescentes y, establece que los órganos de investigación del Ministerio
Público - es decir el instituto de investigaciones Forenses y la Policía Técnica Judicial
según los arts. 75 y sgtes., de la NLOMP - están impedidos de proporcionar información
sobre las investigaciones en curso.

Lo anterior no debe ser entendido como una prohibición para dar información sobre las
investigaciones y peor como un atentado a la libertad de información; sino más bien
pretende establecer criterios rectores sobre el tema, pero en el marco del respeto de
normas Constitucionales como son por ejemplo el estado de inocencia y el juicio previo,
dejando definida esa facultad en el director de la investigación, el Fiscal, y no en los
órganos de investigación dependientes.

Principio de gratuidad. Los servicios que el Ministerio Público y sus órganos de


investigación prestan son gratuitos; por lo que los trámites que conozca no podrán
gravarse con contribuciones distintas a las establecidas por ley, no siendo necesario el
uso de papel sellado.

Principio de Diversidad Cultural. Plasma en la legislación interna, la naturaleza


multiétnica y pluricultural del Estado boliviano, que se encuentra prevista en la
Constitución Política del Estado y el Convenio 169 de la Organización Internacional del
Trabajo sobre Pueblos indígenas y Tribales en Países Independientes (ratificado por Ley
de la República Nº 1257 de 11 de julio de 1991).

LINEAMIENTOS GENERALES DE LA NUEVA LEY ORGANICA DEL


MINISTERIO PÚBLICO

Del objeto de la NLOMP. Se encuentra descrito por el Art. 1º de la LOMP EN


SENTIDO DE REGULAR LA ORGANIZACIÓN ATRIBUCIONES Y
FUNCIONAMIENTO DEL Ministerio Público, conforme corresponde a una norma de
naturaleza orgánica.

De la Finalidad del Ministerio Público. La Comisión Interinstitucional consideró que


las funciones del Ministerio Público se hallan directamente relacionadas con los fines
que la Carta Política fundamental le atribuye y que constituyen su razón de ser. En este
sentido, el artículo 124 de la Constitución Política del Estado establece: “El Ministerio
Público tiene por finalidad promover la acción de la justicia, defender la legalidad, los intereses del
Estado y la sociedad, conforme a lo establecido en la Constitución y las leyes de la República”, es decir,
prevé amplios parámetros constitucionales en cuanto a sus funciones, lo que se
plasmaba en la antigua LOMP que establecía como principales funciones, el ejercicio de
la acción penal pública y la dirección de las Diligencias de Policía Judicial; la Defensa
del Estado de Derecho, las garantías constitucionales y los intereses de la sociedad; la
protección de la familia, de la minoridad y de los incapaces y la Defensa de los intereses
del Estado y de su administración. Funciones que fueron consideradas por la Comisión
Interinstitucional, no sólo difusas sino también, en algunos casos, hasta contradictorias
entre sí, especialmente en lo que se refiere al ejercicio de la acción penal, la promoción
de la justicia y la legalidad, frente a la defensa de los intereses del Estado y su
administración.

Por tanto, la Comisión Interinstitucional, planteó la creación de una Procuraduría para la


defensa de los intereses patrimoniales del Estado, creada al interior de la estructura
orgánica del ministerio Público y bajo la dependencia del Fiscal General de la
República.

La NLOMP respeta la disposición constitucional sobre la finalidad del Ministerio


Público, para lo que su art. 3º lo defina como un órgano constitucional que tiene por
finalidad promover la acción de la justicia, defender la legalidad, los inter4eses del
Estado y la sociedad, representándolos conforme a lo establecido por la Constitución y
las Leyes, para concluir estableciendo que en cumplimiento de su función, goza de
independencia funcional; mientras que con referencia a la creación de la Procuraduría
como organismo especializado de defensa de los intereses patrimoniales del Estado, la
NLOMP no dice nada al respecto, a partir del pronunciamiento formulado por el
Tribunal Constitucional sobre su inconstitucionalidad, de la forma en que estaba
prevista en el anteproyecto.
La NLOMP en su Art. 14 describe las funciones del ministerio Público, siendo las
principales: 1) Defender los intereses del Estado y la Sociedad en el marco establecido
por la Constitución política del Estado y las Leyes de la República; 2) Ejercer la acción
penal pública en los términos establecidos en la Constitución Política del Estado, las
Convenciones y tratados internacionales vigentes, el Código de Procedimiento Penal y
las Leyes; 3) Ejercer la dirección funcional de la actuación policial en la investigación
de los delitos y velar por la legalidad de estas investigaciones; 4) Informar a la víctima
sobre sus derechos en el proceso penal y sobre el resultado de las investigaciones,
aunque no se haya constituido en querellante; 5) Informar al imputado sobre los
derechos y garantías Constitucionales y legales que le asisten; 6) Asignar un defensor
estatal al imputado carente de recursos económicos o a favor de aquél que se niegue a
designar un defensor particular; 7) Velar porque se cumplan todas las disposiciones
legales relativas a la ejecución de la pena, contenidas en los pactos y convenios
internacionales vigentes, en el Código de Procedimiento Penal y en la ley de Ejecución
Penal; 8) Prestar la cooperación judicial internacional prevista en Leyes; tratados y
convenios internacionales vigentes; 9) Preservar el Estado de derecho y el respeto a los
derechos humanos, efectuando las diligencias necesarias ante los órganos competentes.

De lo anterior, se advierte que la orientación que la NLOMP respecto a las funciones


del Ministerio Público, está dirigida a asignarle funciones de índole netamente penal, lo
que no guarda correspondencia con el régimen de derogatorias y abrogatorias que la
norma contempla en sus Disposiciones Finales y Transitorias, en las que mantiene la
participación del Ministerio Público en todos los asuntos no penales en los que a la
fecha de vigencia de la NLOMP estuvieran actuando en representación del ministerio
Público y, no abroga y menos deroga el conjunto de normas de otras materias como por
ejemplo laboral, civil, familiar y otras, en las que la participación del ministerio Público
es exigida incluso bajo pena de nulidad.

De la ubicación institucional y ejercicio del Ministerio Público. La Comisión


Interinstitucional consideró que el Ministerio Público en cuanto a su ubicación
institucional, ha sido concebido como un órgano público independiente de los Poderes
del Estado, un órgano extra poder, por cuanto su definición constitucional reconoce,
tanto en el contenido de sus normas, como en su ubicación estructural, su independencia
y separación del órgano ejecutivo, la que al menos formalmente, fue consagrada por la
Ley del Ministerio Público Nº 1469 del 19 de febrero de 1993, instrumento normativo
que conceptúo al Ministerio Público como un organismo constitucional independiente
en lo funcional y con autonomía presupuestaria de los tres poderes del Estado.

Al respecto, la Comisión acertadamente consideró que en algunos aspectos, el Poder


Legislativo limita tal autonomía. En efecto, si bien la ubicación del Ministerio Público
como institución independiente, se halla claramente establecida en el texto
constitucional; en cambio, ella ha sido permanentemente desvirtuada por la
interpretación errónea que se hace del Art. 125 de la Constitución política del Estado
que establece en su parágrafo I. “El ministerio Público representa al Estado y la
Sociedad en el marco de la ley. Se ejerce por las comisiones que designen las Cámaras
Legislativas, por el Fiscal General de la República y demás funcionarios designados
conforme a ley”.
Se ha considerado erróneamente en base a esta norma, que las Comisiones Legislativas
constituyen cabeza del Ministerio Público y por lo tanto, se asigna a las mismas el
control funcional del Ministerio Público.

Por ello, la Comisión consideró que mediante ese mecanismo -y otros que luego
analizaré- se lesiona y debilita la independencia funcional del Ministerio Público y pone
en riesgo que la investigación se políticamente instrumentalizada y digitalizada; por lo
que puntualizó que la preservación de la independencia del ministerio Público,
constituía un elemento central para garantizar el mejor cumplimiento de los fines
constitucionales. En consecuencia, la nueva Ley Orgánica del Ministerio Público, debía
sustentarse en la correcta interpretación del texto constitucional como un todo orgánico
que orienta el verdadero sentido de los Arts. 125 y 126, conforme a los cuales el
Ministerio Público es un órgano constitucional defensor de los intereses de la sociedad
ante los tribunales de justicia, así como del régimen de la legalidad, para lo cual goza de
independencia funcional de los poderes del Estado.

Con ese marco conceptual, debía enmendarse la tendencia a asignar a las comisiones
camarales el rol de cabeza del Ministerio Público, por cuanto ello importaría hacer
depender su accionar del Poder Legislativo, lesionando gravemente la independencia
funcional del Ministerio Público.

Cabe aclarar, que lo manifestado no implica desconocer que las comisiones de las
Cámaras Legislativas ejercen funciones de Ministerio Público en los casos de
enjuiciamiento a magistrados del Tribunal Constitucional, Consejo de la Judicatura,
Corte Suprema de Justicia y Fiscal General de la República, conforme establecen los
Arts. 62 Inc. 3) y 66 Inc. 1) de la Constitución Política del Estado.

Sobre el particular, coincidentes criterios fueron formulados también por la COMISION


ANDINA DE JURISTAS, en su trabajo “Ministerio Público de Bolivia: un diagnóstico
institucional” que textualmente considera:

“...Mediante un interpretación alejada de lo que es la verdadero naturaleza del


Ministerio Público, algunos sectores del Congreso señalan que el mandato
constitucional del artículo 125, así como lo prescrito en el inciso 2) del artículo
126, convierten a la representación nacional en cabeza y mando del Ministerio
Público.

Pero por ser el Poder Legislativo un órgano estrictamente político, sus


comisiones no pueden ser cabeza y mando de una institución como el Ministerio
Público que desarrollo sus actividades en otro terreno. En un Estado de derecho,
la conformación de comisiones por parte de las cámaras, cualquiera sea su
objeto, sólo puede producirse en la medida en que estas comisiones tienden a
satisfacer información para el ejercicio de las atribuciones que la Constitución
concede al Poder Legislativo. Estas atribuciones no pueden ser otras que las de
control político y aprobación de leyes. Como observa Reinaldo Vanossi: sus
alcances están dados nada más ni nada menos - por la magnitud de las funciones
constitucionales que tiene acordadas ese órgano legislativo y que debe tratarse
de materias concernientes o vinculadas con el ejercicio de las funciones que
constitucionalmente corresponden al Congreso o a cada una de sus cámaras.
La consagración de estas atribuciones, en un Estado constitucional regido por el
principio de la división de los poderes, como es fácil de corregirse no puede
suponer el ejercicio por parte del órgano legislativo de funciones que sólo tienen
sentido en el ámbito de la labor jurisdiccional. Es la posibilidad de legislar la
que proporciona la medida del poder de las comisiones. O en su defecto, la
necesidad de controlar los excesos del Poder Ejecutivo; pero nunca como un
modo de ejercer competencias de acusación, persecución de delitos u obtención
de pruebas, ya que estas sólo son posibles en el marco de un proceso
jurisdiccional.

El error se reproduce en el artículo 5 de la Ley Orgánica (...) en el que se hallar


mezcladas instituciones constitucionales de distinta naturaleza jurídica, como
son el denominado “Juicio Político”, la prerrogativa del “Antejuicio”, y el
Ministerio Público. El Juicio Político, como señala Germán Bidart Campos, “no
es un juicio penal. Agota su objetivo cuando el funcionario se separa y no está
ya en el cargo que es lo que importa”. O bien como explicaba Summer, se trata
de un procedimiento “político, con propósitos políticos, que está fundado en
culpas políticas, cuyas consideraciones incumben a un cuerpo político y
subordinado a un juzgamiento político tan solo”. Su objeto es el de privar al
funcionario de su función o, como lo señala Rafael Bielsa, se trata de un
procedimiento dirigido a la revocación del mandato otorgado a determinados
agentes públicos.

En el Antejuicio constitucional, en cambio, no se juzga ni se sanciona. Bien dice


Valentín Paniagua Corazao, que su propósito final es levantar la inmunidad o
prerrogativa (exención de proceso y arresto) que protege al titular de una
función para que los o9rganos jurisdiccionales (ordinarios o especiales) procesen
y juzguen su conducta.

Mientras que el juicio Político destituye o aparta al funcionario de su cargo por


consideraciones de orden político, no necesariamente por razones penalmente
perseguibles, la prerrogativa del Antejuicio Constitucional suspende el ejercicio
del cargo para hacer posible el juzgamiento con las garantías de un debido
proceso.

Ni el juicio político ni la prerrogativa del antejuicio constitucional entrañan


funciones jurisdiccionales ni atribuciones de Ministerio Público. La redacción de
los artículos 125, en su parte pertinente y 126, ha venido produciendo
interpretaciones erróneas sobre la naturaleza jurídica de la institución del
antejuicio constitucional consagrado en la Constitución Política del Bolivia en
sus artículos 62 y 66...”

Sin embargo, la NLOMP en sus Arts. 12 y Sgts., establece que el Poder Legislativo
mediante las comisiones que designen sus cámaras, ejercerá funciones de investigación
y promoción de la acción penal en los juicios de responsabilidad que se siguen contra
Ministros de la Corte Suprema de Justicia, Fiscal General de la República, Magistrados
del Tribunal Constitucional y Consejeros de la Judicatura y que también ejercerá
funciones del Ministerio público, en la investigación de asuntos de interés nacional -
todos los asuntos podrían serlo- que se les encomiende por resolución camaral, siempre
que los hechos no se encuentren ya en sometidos a la jurisdicción ordinaria; con lo que
se mantiene aún ésa errónea concepción arriba destacada.

De las relaciones del Ministerio Público con los órganos estatales. La Comisión
Interinstitucional consideró que la independencia funcional del Ministerio Público, no
se opone a que el Fiscal General preste un informe anual al Congreso Nacional; no
obstante, recomendó que la nueva normativa debía establecer puntualmente el carácter
del informe, que no es otro que el detalle de sus actuaciones durante su gestión, la
política de persecución penal impresa y los problemas institucionales que confronta, con
la circunstancia de que el destinatario final del informe es la ciudadanía, a través de sus
representantes que conforman el Congreso Nacional.

También, en ese contexto, consideró que las solicitudes de informe de las comisiones
camarales, debían tener por objeto la ampliación o aclaración de los temas relativos al
informe de la gestión anual, de manera tal, que no se afecte la independencia funcional
del Ministerio Público.

Asimismo, consideró necesario establecer que el trámite de petición del informe


camaral, se realice vía Presidencia de la cámara correspondiente y debía ser dirigido al
jerarca del órgano, ya que este como autoridad que representa al Ministerio Público,
desarrolla funciones de coordinación y cooperación con los poderes del Estado, en los
ámbitos comunes del desempeño de sus propias funciones.

Al respecto, NLOMP establece en su art. 19 bajo el nombre de Fiscalización del Poder


Legislativo que las comisiones legislativas podrán citar al Fiscal General para informar
sobre asuntos de su correspondencia, salvo que se trate de causas penales ya sometidas a
la jurisdicción ordinaria; con lo que en alguna medida, se respeta el criterio de la
Comisión Interinstitucional, toda vez que la inclusión de la limitante de la última parte
de la norma, evitar a que la actividad del órgano requirente pueda ser objeto de
presiones o manipulaciones.

Por otra parte, con referencia a la coordinación esta vez con el Poder Ejecutivo,
NLOMP prevé que para orientar la política criminal del Estado, el Poder Ejecutivo
podrá solicitar al Fiscal General la emisión de instrucciones relativas al ejercicio de la
acción penal pública, al establecimiento de prioridades en la persecución penal y al
respecto de los derechos humanos en la lucha contra la delincuencia, no pudiendo
hacerlo por ningún motivo en casos concretos.

Empero, la dificultad surge con las dificultades que surgen con las disposiciones que se
refieren a los efectos y a la objeción (Arts. 21 y 22), por las que ante una solicitud de
esa naturaleza de parte del órgano ejecutivo, al Fiscal General no le cabe otra
posibilidad que acatarla o de lo contrario suscitar el procedimiento de objeción, con lo
que una vez más se limita la independencia funcional del órgano requirente.

De la estructura y organización del Ministerio Público. La Comisión


Interinstitucional consideró que la estructura que consignaba la anterior LOMP no se
hallaba en condiciones de responder a los desafíos y reasignación de funciones que ha
impuesto el nuevo sistema procesal penal; por lo que recomendó un cambió estructural
del Ministerio Público para responder al establecimiento de una clara división entre las
funciones administrativas, operativas y de decisión, creando las estructuras necesarias
que faciliten el cumplimiento de sus fines, contemplándose la conveniencia de entregar
la responsabilidad de la persecución penal a un solo funcionario, de manera que
responda por su actuación y se garantice un racional conocimiento del caso por el Fiscal
que debe promover la acción.

Asimismo, la Comisión consideró que la nueva normativa debía orientarse por la


simplificación de la estructura institucional, a fin de dotar de la necesaria flexibilidad al
Ministerio Público, sin descuidar por ello la necesaria jerarquía de los funcionarios
correspondiente a las atribuciones y deberes asignados, por lo que esa transformación
estructural del Ministerio público debía sustentarse en la adopción que no se reflejo del
judicial, es decir, en una estructura propia, directamente relacionada con sus fines y
funciones.La NLOMP a establecido a partir de los artículos 23 y sgts. ; una nueva
estructura que refleja fielmente su naturaleza y funciones conforme se puede apreciar en
el siguiente cuadro.

Antigua Estructura (Ley Nº 1469) Nueva Estructura (Ley Nº 2175)

Fiscal General Fiscal General


Fiscales de Sala Suprema
Fiscales de Distrito Fiscales de Distrito
Fiscales de Sala Superior Fiscales de Recursos
Fiscales de Materia Fiscales de Materia
Asistente Fiscal Fiscales Asistentes

Merece especial atención, el hecho que el órgano legislativo mediante la


Disposición Transitoria Segunda que mantiene por esta última vez en la órbita
de ése órgano, el poder de designación de los Fiscales de Distrito, a diferencia
de todas las demás instituciones similares, como por ejemplo el Poder Judicial o
la Defensoría del Pueblo en las que solo el máximo jerarca es nombrado por el
Congreso por dos tercios de votos, dejando a la institución la designación de sus
miembros departamentales, lo que como se ve, no ha ocurrido tratándose del
Ministerio Público, lo que afecta también a su independencia funcional.

TEORIA DEL DELITO

Teóricamente existen dos formas de comprensión del fenómeno cultural denominado


delito: i) la unitaria o total y ii) la estratificada o analítica. Se impone la elección de la
teoría estratificada o analítica del delito, tomando en cuenta que la finalidad principal de
una explicación ordenada y sistemática del mismo consiste en una aplicación segura y
uniforme del derecho penal, en resguardo de derechos fundamentales de la persona
como son los referidos a su vida, libertad, honor y propiedad. Al contrario, el enfoque
unitario o total, en lugar de consistir en un análisis científico del delito representa una
aproximación irracional e intuitiva a este fenómeno, cuyos resultados, particularmente
en la aplicación del derecho penal a los casos concretos, al ser tan disímiles y variados,
vulneran el valor seguridad e igualdad en desmedro de una sana política criminal en un
Estado Democrático de Derecho.
Dentro del enfoque estratificado o analítico del delito, dos corrientes doctrinarias,
durante mucho tiempo, disputaron la primacía en la explicación científica del mismo: i)
causalismo y ii) finalismo. La explicación causal del delito parte de un concepto ideal o
idealizado de conducta; en el comienzo de su análisis, concibe a la acción como un
movimiento voluntario físico o mecánico que produce un resultado captado por el tipo
penal, desplazando el análisis y valoración de su finalidad, principalmente, al momento
de ocuparse del elemento del delito denominado culpabilidad. La explicación final del
delito parte de un concepto real de conducta, concebida como un hacer voluntario final,
en cuyo análisis no pueden ni deben ser escindidos, en ningún momento, los aspectos
referidos a su manifestación exterior de los componentes relativos a la programación de
sus fines. La primera corriente considera preponderantemente los elementos referidos al
disvalor del resultado; la segunda, por el contrario, pone mayor énfasis, en el disvalor de
la acción.

En la aplicación del derecho penal, las consecuencias de seguir una u otra posición
doctrinal son importantes, particularmente en lo relativo: i) a la tipicidad de la conducta,
como su definición y alcance, la relevancia del nexo causal, determinación de la
tentativa, participación criminal y concurso de delitos, tipos activos y omisivos, tipos
dolosos y culposos, relevancia de los elementos subjetivos del tipo penal, capacidad
psicológica de reconocimiento de los elementos del tipo y de actuación conforme al
mismo, y causas de exclusión de la tipicidad; ii) a la antijuridicidad de la conducta,
como la determinación de las causas de exclusión de la antijuridicidad, el
reconocimiento de los elementos que constituyen una causal de justificación, la
finalidad de obrar conforme a los mismos y la capacidad psicológica necesaria para
esto; y iii) a la culpabilidad de la conducta, como su definición y alcance, la
determinación de las causas de exclusión de la culpabilidad, el reconocimiento de los
elementos que constituyen una causal de inculpabilidad, la finalidad de obrar conforme
a los mismos y la capacidad psicológica necesaria para esto.

En esta controversia doctrinal, prácticamente la mayor parte de los países que se basan
en el sistema jurídico de Derecho Continental, han adoptado el esquema teórico finalista
de comprensión y explicación del delito, dejando de lado la interpretación causal por
sus múltiples contradicciones e insuficiencias.

En la parte que sigue de este acápite expondré de manera resumida los aspectos más
importantes de la teoría del delito, según el marco legal de nuestro Código Penal, desde
una perspectiva de la teoría final de la acción, por considerarla la más adecuada para el
cumplimiento de los fines de la dogmática penal.

De las múltiples definiciones de delito, la más corriente es aquella que lo considera


como una conducta, típica, antijurídica y culpable, dejando para la teoría de la pena la
característica de su punibilidad.

Conducta:

La conducta es el pilar fundamental y la base óntica del delito; dato natural del que
podemos predicar en determinadas circunstancias y condiciones su tipicidad
(adecuación a un tipo penal), antijuridicidad (contrariedad con el ordenamiento jurídico)
y culpabilidad (juicio de reproche por la posibilidad de actuar conforme a derecho);
características normativas o valorativas que afirmadas con relación a una conducta
determinada permiten calificar a la misma como "delito". Desde un punto de vista
realista, la conducta consiste en un hacer voluntario final, concepto del que queda
excluida la omisión (el no hacer) que sólo tendrá relevancia jurídico penal a partir del
análisis de la característica denominada "tipicidad". En pruridad de conceptos hablar de
hacer voluntario y final es un pleonasmo puesto que todo hacer por el sólo hecho de ser
voluntario ya es final y, a la inversa, la finalidad forma parte inseparable de la
voluntariedad de la conducta. No existe un hacer voluntario que no tenga una
determinada y concreta finalidad.

Todos los tipos penales de la parte especial de nuestro Código Penal están
necesariamente referidos a un autor ( "el qué...", "quiénes....", los "que...", etc.) y, por lo
tanto, a una conducta determinada que se encuentra literalmente mencionada mediante
un verbo típico (matar, apoderarse, etc). Por lo tanto, el aspecto relevante en el análisis
práctico de la solución de casos o problemas consistirá en la falta o ausencia de
conducta en todos aquellos supuestos en los que el ente materia de nuestro examen no
presente todos los elementos objetivos y subjetivos que son necesarios para afirmar la
existencia de una conducta. Excluida la conducta no tiene sentido entrar al análisis de
los restantes caracteres del delito puesto que nos habremos quedado sin la base o
sustrato estructural de la dogmática jurídico penal.

El sustento legal para excluir la responsabilidad penal en los casos de ausencia de


conducta lo encontramos en el art. 20 del Código Penal que regula la autoría, teniendo
en cuenta que sin conducta no hay autor y que el calificativo de autor precisamente
corresponde a quien intervino en el mundo exterior mediante su conducta, y en el
correspondiente tipo de la parte especial que resulte de aplicación para el caso en
análisis, por cuanto todo tipo presupone un autor y todo autor presupone una conducta.

En cuanto a la ausencia de conducta porque no están dados los elementos o aspectos


objetivos de la misma (exterioridad), en cuanto fenómeno manifestado en el mundo
exterior que produce determinadas consecuencias o efectos, el ejemplo característico lo
encontramos en todos aquellos supuestos en los que se pretende responsabilizar
penalmente a una persona por fenómenos psicológicos que permanecen en la
interioridad de su conciencia, como es el caso de sus ideas, deseos y pensamientos. Para
que exista conducta, estas ideas, deseos y pensamientos, necesariamente tienen que
manifestarse en el mundo exterior y no quedarse recluidos en la interioridad del sujeto
al que pertenecen. Situación diferente es aquella en la que existe la manifestación
externa de la finalidad pero no corresponde a todos los elementos exigidos por el tipo
penal, en cuyo caso sólo estará ausente la tipicidad de la correspondiente conducta.

En cuanto a la ausencia de conducta porque no están dados los elementos o aspectos


subjetivos de la misma (finalidad), en cuanto a la programación de fines y medios para
alcanzarlos, los ejemplos característicos los encontramos en la fuerza física irresistible o
vis absoluta (persona que es empujada por otra contra una vidriera de un comercio,
quedando como resultado roto el cristal, para el tipo penal de daño simple), ya sea que
provenga del hecho de un tercero o de una fuerza de la naturaleza; los movimientos
realizados durante el sueño fisiológico o un estado de inconsciencia por efecto de
narcóticos (madre que se duerme al lado de su hijo recién nacido y lo asfixia);
movimientos realizados en estado de sonambulismo o de hipnósis (sonámbulo o
hipnotizado que da muerte a una persona), aun cuando en estos últimos casos se discute
si se trata de una situación de ausencia de conducta o de inimputabilidad (que excluiría
la culpabilidad de la conducta).

TIPICIDAD

La tipicidad consiste en la adecuación de la conducta a un tipo penal. A los efectos de la


imposición de una pena, no interesan las conductas antijurídicas y culpables que no sean
típicas porque no están contempladas en el catálogo de delitos del Código Penal. Del
universo de hechos ilícitos, el legislador penal, mediante la técnica del tipo legal,
selecciona todos aquellos hechos que por la gravedad o la forma de afectación del bien
jurídico protegido, considera merecedores de pena. Por esto el Derecho Penal, a
diferencia de otras ramas del derecho, es considerado como un sistema cerrado o
discontinuo de ilicitudes en el que no cabe la extensión de la responsabilidad penal por
medio de la analogía o de otra técnica de interpretación similar que no se ajuste a los
contenidos expresamente establecidos en los correspondientes tipos penales.

El tipo penal es el dispositivo legal que describe la conducta conminada con pena.
Según la finalidad de la conducta existen tipos penales dolosos y culposos; según la
forma de individualizar las conductas prohibidas existen tipos penales activos y
omisivos; categorías típicas que se combinan dando lugar a tipos penales activos,
dolosos y culposos, y tipos penales omisivos, dolosos y culposos. Por otra parte, los
tipos penales contienen diferentes elementos entre los que cabe destacar los
descriptivos, normativos y subjetivos que se caracterizan por su mayor o menor
precisión, mayor o menor complejidad, para identificar la conducta punible.

Básicamente, los tipos activos se caracterizan por describir a la conducta prohibida


merecedora de pena (Ej: CP art. 251 homicidio), en cambio los tipos omisivos describen
a la conducta debida, resultando prohibida y merecedora de pena toda conducta distinta
de la debida (Ej: CP 281 denegación de auxilio). Un caso especial es el de la omisión
impropia, en el que sin estar expresamente descrita la conducta debida, por la especial
posición de garante del autor, su conducta equivale a una conducta prohibida de un tipo
penal activo (Ej: CP 13 bis comisión por omisión y 251 homicidio).

Básicamente, los tipos dolosos se caracterizan por describir a la conducta cuya finalidad
coincide con la realización de todos los elementos constitutivos del tipo penal; en este
caso, la finalidad en sí misma es el dato determinante de la prohibición; admite
diferentes grados según se trate de dolo directo de primer grado (el autor persigue
directamente la producción del resultado); dolo directo de segundo grado o de
consecuencias necesarias (el autor persigue un resultado que conllevará necesariamente
la producción de otro); y dolo eventual (el autor no persigue directamente el resultado
pero lo acepta en su voluntad al actuar de manera indiferente frente a la lesión del bien
jurídico protegido). Los tipos culposos se caracterizan por describir a la conducta cuya
finalidad no coincide con la realización de todos los elementos constitutivos del tipo
penal, pero cuya forma de ponerla en práctica o llevarla a cabo, viola un deber de
cuidado, determinando la producción del resultado típico; la finalidad en sí misma no es
el dato determinante de la prohibición, sino la forma o modo de obtenerla.

Para que una conducta sea típica tienen que estar presentes todos y cada uno de los
elementos del correspondiente tipo penal, los objetivos y subjetivos. Es suficiente la
ausencia de cualquiera de éstos para que esa conducta resulte atípica y, por lo tanto, no
constituya delito.

En cuanto a la ausencia de tipicidad de la conducta porque no están dados los elementos


objetivos, constitutivos del tipo penal, se pueden presentar diferentes situaciones, entre
las que cabe destacar la falta o ausencia de tipo por inidoneidad del objeto, del sujeto
activo o del pasivo (Ej: homicidio de un cadáver, prevaricato cometido por un
particular, estupro de un hombre) y la ausencia de resultado típico, en cuyo caso, podría
quedar un remanente de tipicidad por tentativa, si se trata de un tipo penal doloso. Otro
caso importante de atipicidad se presenta en aquellas situaciones en las que no existe un
nexo causal adecuado entre la conducta y el resultado, como son los supuestos de
aberración por desvío del curso causal, error en el golpe y en el objeto. En ciertos casos,
la conducta resulta atípica de un tipo en particular, pero típica de otro que exige menos
elementos (Ej: robo con relación al hurto).

En cuanto a la ausencia de tipicidad de la conducta porque no están dados los elementos


subjetivos, los casos más importantes son los de incapacidad psicológica para conocer
los elementos objetivos del tipo penal (autismo) y de comportarse de acuerdo a este
conocimiento (CP art. 14) y los de error de tipo que está reconocido en el art. 16 del
Código Penal. Tratándose del error de tipo, si el autor yerra de manera invencible sobre
alguno de los elementos constitutivos del tipo penal su conducta no sólo será atípica del
correspondiente tipo doloso sino también del equivalente tipo culposo; por el contrario,
si yerra de manera vencible, tomando en cuenta sus cualidades personales y demás
circunstancias del hecho, su conducta atípica del tipo doloso puede ser calificada como
típica del tipo culposo equivalente.

En este contexto es importante distinguir el error de tipo del error de prohibición; el


error de tipo versa sobre los elementos constitutivos del tipo penal, el de prohibición
recae sobre la antijuridicidad de la conducta; en el error de tipo el autor no sabe lo que
hace, en el de prohibición sabe lo que hace pero no lo considera contrario a derecho.
(EJ: el cazador que dispara a un hombre creyendo que apunta su arma a un oso no sabe
que se trata de un hombre y, por lo tanto, no tiene la finalidad de matarlo - error de tipo
-; en cambio, la víctima de una agresión que dispara su arma contra la persona que
considera es la autora del ataque, sabe que se trata de un hombre y quiere dirigir su
conducta contra este hombre, pero considera que lo hace legítimamente o de forma no
contraria a derecho porque no se da cuenta de que en realidad no es su agresor - error de
prohibición).

Problemas especiales de la tipicidad que, por su extensión, importancia y complejidad,


justifican un curso complementario de capacitación, son los relativos a la tentativa,
participación criminal y concurso de delitos, de cuyo análisis exhaustivo recién se
tendrá una idea acabada acerca de la problemática integral de la tipicidad.

ANTIJURIDICIDAD O ANTIJURICIDAD

La antijuridicidad consiste en la contradicción de la conducta típica con el ordenamiento


jurídico considerado globalmente. La antijuridicidad no es un concepto específicamente
penal, sino que corresponde a la teoría general del hecho ilícito. Por esta razón, se
considera que el Derecho Penal es eminentemente sancionador y secundariamente
constitutivo, en este último caso, tratándose del ilícito de la tentativa y de los delitos de
peligro.

Por el principio de unidad del ordenamiento jurídico no se puede admitir la existencia


de contradicción entre sus diferentes disposiciones, razón por la cual, es suficiente que
exista una disposición perteneciente a cualquier rama del Derecho que permita la
realización de la conducta típica para que esta resulte justificada y, por lo mismo, exenta
de responsabilidad penal.

En el aspecto finalista y material, la antijuridicidad conlleva la afectación del bien


jurídico protegido por la conminación penal específica, ya sea en su modalidad de daño
o lesión (delitos de resultado) o en la de peligro y perturbación (delitos de peligro y
tentativa). El bien jurídico penalmente protegido cumple la función de determinar el
sentido y alcance de la prohibición, sin cuya existencia la antijuridicidad devendría en
un concepto meramente abstracto y formal, caracterizado únicamente por el
incumplimiento del deber o por la imposición del deber por el deber mismo (concepto
autoritario del Derecho Penal). El sentido teleológico del bien jurídico cobra su máxima
expresión en el Derecho Penal cuando se trata de casos que involucran una colisión de
bienes jurídicos protegidos, en los que solamente es posible salvar uno de estos a costa
del sacrificio del otro, en cuyo caso resulta primordial determinar cual es el valor
jurídico preponderante para establecer si la conducta en cuestión resulta conforme a
derecho, o solamente inculpable, o, en el peor de los casos, culpable pero con una
culpabilidad disminuida.

En cuanto a la ausencia de antijuridicidad de la conducta existen varias causales


reguladas en el Código Penal, constituyendo la relativa al ejercicio de un derecho, oficio
o cargo, cumplimiento de la ley o de un deber, reconocida en el art. 11 num 2), la de
mayor contacto con las restantes ramas del ordenamiento jurídico que, en los casos
ocurrentes, obligará a realizar una minuciosa investigación para descubrir su existencia,
sentido y alcance (Ej: la influencia del deber de educar a los hijos menores del art. 8 inc.
e) de la CPE en el delito de injurias contra los mismos; la influencia del derecho de
retención del art. 1404 del Código Civil en el delito de apropiación indebida, etc). Otras
causales de justificación como la legítima defensa que requiere además de la agresión
injusta y actual la necesidad de la defensa y la racionalidad o proporcionalidad del
medio empleado para defenderse (CP: art. 11 num. 1) o el estado de necesidad
justificante cuya diferencia con el exculpante o disculpante se basa en la preponderancia
del bien jurídico que se salva a costa del que se lesiona (CP: art. 12) - daño a la
propiedad para salvar la vida de un menor amenazada por el incendio de la casa en la
que se encuentra -.

Como principio general, lo importante para afirmar la existencia de las causales de


justificación, consiste en la coincidencia de sus elementos objetivos y subjetivos (en
este contexto podemos hablar de un tipo permisivo). Basta que falte cualquiera de estos
para que la conducta típica resulte antijurídica. Por ejemplo, si en la legítima defensa no
se trata de una verdadera agresión sino de la broma pesada de un amigo (ausencia de
elemento objetivo), podrá existir legítima defensa putativa (error de prohibición) que
tenga efecto a nivel de culpabilidad de la conducta, pero la misma no por ello dejará de
ser antijurídica. A la inversa, si existe verdadera agresión de mi enemigo, pero por las
circunstancias de hecho, ignoro esta situación y por esto mi finalidad no fue la de
defensa sino más bien la de ataque contra esta misma persona (ausencia de elemento
subjetivo), la conducta típica no estará justificada sino más bien resultará antijurídica.

Otro aspecto importante en este punto consiste en la capacidad psicológica necesaria


para reconocer los elementos objetivos de la causa de justificación y para comportarse
de acuerdo a esta comprensión; caso contrario los sucesos tendrán una mera
significación objetiva, a lo sumo, casual o coincidente, pero no responderán a una
verdadera voluntad del autor de conducirse conforme a las prescripciones del derecho.

Según la teoría predominante la conducta típica y antijurídica constituye un injusto


penal aún cuando no sea culpable; injusto penal que tiene importantes efectos en
materia de participación criminal, por la teoría de la accesoriedad limitada, y en cuanto
a las indemnizaciones civiles que correspondan por los daños causados.

CULPABILIDAD

La culpabilidad consiste en el juicio de reproche al autor por su conducta típica y


antijurídica sobre la base de que en las circunstancias concretas en las que se manifestó
su conducta le era exigible una conducta distinta conforme a derecho.

El principio de culpabilidad tiene dos manifestaciones: una a nivel de tipicidad, según el


cual no existe responsabilidad penal si el resultado no le puede ser imputado al autor del
hecho por lo menos a título de culpa, razón por la cual no deberían existir delitos
calificados por el resultado; si existen, los correspondientes tipos penales serían
inconstitucionales; otra a nivel de culpabilidad, según el cual no existe responsabilidad
penal si el derecho no le puede exigir al autor, considerado como hombre medio o
normal, tomando en cuenta las condiciones y circunstancias de su conducta, un
comportamiento diferente, ajustado a derecho.

La culpabilidad como característica del delito es reprochabilidad; i) a quién se reprocha:


al autor de una conducta típica y antijurídica, ii) porqué se le reprocha: porque le era
exigible un comportamiento adecuado a derecho, iii) sobre que base se le reprocha:
tomando en cuenta elementos objetivos y subjetivos que configuran las circunstancias
reales y personales en las que se desenvolvió su conducta.

La culpabilidad es un juicio de valor que relieva de manera preponderante la


personalidad del autor con relación a las exigencias del derecho. Si bien el autor y su
conducta son elementos inescindibles del análisis dogmático penal, en el estrato de la
culpabilidad cobran mayor énfasis las condiciones y características personales del autor
como son las referidas a su imputabilidad o capacidad penal de culpabilidad, que al
constituir en muchos casos un estado del autor, no se circunscriben a la concreta
conducta realizada, sino que trascienden este contexto espacial y temporal.

En cuanto a la ausencia de culpabilidad del autor de la conducta, resulta importante


destacar todas aquellas situaciones en las que por sus condiciones mentales o
psicológicas el derecho no puede razonablemente exigirle la comprensión de la
antijuridicidad de su conducta o un comportamiento conforme a esta comprensión. En
estas circunstancias, una comprensión de la antijuridicidad de su conducta o un
comportamiento de acuerdo a esta comprensión significaría por parte del autor un
esfuerzo de tal magnitud que pocas personas en sus mismas condiciones serían capaces
de realizarlo.

Esta valoración puede variar según el tipo penal que se esté considerando (no es lo
mismo el grado de comprensión para un complejo delito económico que para un
asesinato) y según el tipo de enfermedad mental e intensidad de la misma que aqueja al
autor. Necesariamente tiene que hacerse caso por caso y de acuerdo con las pericias
forenses disponibles sobre este particular, tomando en cuenta que lo decisivo no
consiste en establecer si el autor, al momento del hecho, padecía o no una enfermedad
mental, sino el esfuerzo que realizó, por esta razón, para comprender la contrariedad a
derecho de su conducta o para comportarse de acuerdo a esta comprensión.

Idéntica valoración cuando estamos en presencia de un estado de necesidad disculpante


o exculpante, siempre que el bien que se salva no sea desproporcionadamente de menor
valor con relación al bien que se lesiona, y con el añadido de lo explicado para el estado
de necesidad justificante en cuanto a la existencia de los elementos objetivos,
reconocimiento de los mismos y finalidad de actuar en consecuencia con ellos. Lo
propio con el error de prohibición, en la medida que sea invencible para que excluya la
culpabilidad; caso contrario, solamente tendrá el efecto de disminuirla pero no de
anularla, con el consiguiente reflejo en la medición de la pena.

Por último, una vez afirmada la existencia de un delito, por la presencia de una conducta
típica, antijurídica y culpable, todo lo referente a las condiciones legales para la efectiva
imposición de una pena, a los tipos o clases de penas y a los criterios para su medición,
tratándose de penas flexibles, corresponde al estudio de la teoría de la coerción penal y
no a la teoría del delito.

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