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A raíz del crecimiento y del desarrollo económico, se ha producido un crecimiento de la

población, que ha aumentado, a partir del siglo XIX, de forma exponencial. Tienen relevancia el
factor trabajo, el tamaño de los mercados, así como la oferta y los cambios tecnológicos en los
distintos sectores económicos, como en el año 1350 ocurrió en el sector primario, ya que, por
aquel entonces, la sociedad estaba basada en la agricultura y la ganadería.

Como vemos, un aumento de la población conlleva un aumento de recursos que, bien


aprovechados, pueden conducir a un desarrollo económico.

Pero este crecimiento, viene dado como consecuencia de una crisis previa, siendo comunes en
la época: las guerras, la peste, el hambre… hasta los siglos XVIII-XIX donde la tendencia cambia
por completo.

Hay que analizar al detalle tasas como la de natalidad (TN), mortalidad (TM), la de fertilidad, así
como también en el factor migratorio.

Otros factores que provocan el aumento de los nacimientos son las migraciones de los
habitantes locales a otros destinos exteriores, así como el número de fallecimientos de éstos o
la reciente incorporación del sector femenino de la sociedad al trabajo.

Al aumentar la población, aumentó también la presión sobre los recursos. Los rendimientos a
escala decrecientes conllevaron a un descenso de la productividad marginal del trabajo, y cabe
destacar la trampa malthusiana, según la cual, se llega a un ‘techo’ donde el alimento crece a un
nivel menor que la población, que termina con hambrunas.

Los alimentos son un recurso clave según Malthus, ya que gracias a ellos se desarrolla la vida y
su carencia provoca hambre. Es importante mencionar aquí la ley de rendimientos decrecientes,
que consiste en el aumento, menor cada vez, de la producción y productividad debido al
incremento en un factor productivo, manteniendo el resto constantes (ceteris paribus).

Esta gráfica muestra la trampa Malthusiana.


Si la población aumenta debido al incremento en la natalidad, se da también, un incremento de
la demanda de los bienes alimenticios y su precio también crece, pero en cambio, los sueldos
disminuyen. Esto conlleva un claro descenso en el nivel de vida de los habitantes, y para que
esto no llegue a suceder, lo que Malthus hace es proponer que se activen unos ‘frenos
preventivos’ para que no varíen de ningún modo esas condiciones de vida. Estos no actúan de
forma muy brusca, y menos aún en países con mucho desarrollo en su civilización. Malthus
detalla un límite demográfico definido por la producción máxima de alimentos posibles. Un
límite que no admite ruptura a no ser que la productividad alcance el máximo.

Hace cientos de años, se creía que un aumento de la población seguiría de uno en la economía,
en cambio, durante la I Rev. Industrial, esta idea perdió su validez. Lo importante no es el
crecimiento de la población, sino la existencia de recursos en esa sociedad.

Siguiendo el ejemplo de la alimentación, vemos como a lo largo de la historia, la agricultura y la


ganadería han dado al hombre el alimento necesario para vivir. Es contrastable ver cómo las
innovaciones tecnológicas en la agricultura y la ganadería, han hecho que evolucione el nivel de
producción y la productividad de dicho sector. Hoy en día, existen alimentos completamente
distintos que no se conocían siglos atrás. Esto es, también, gracias al desarrollo de la ciencia y
su implantación en los procesos productivos, y esto conlleva un crecimiento exponencial de la
población.

La organización se va volviendo más compleja con el aumento de la población, esto se estudia


en la división del trabajo, donde cada persona lleva a cabo una parte del proceso productivo,
como se puede ver en la película ‘’Tiempos modernos’’ de Chaplin. Aunque, además, esto
conlleva el nacimiento de las economías de escala: logramos aumentar la producción
disminuyendo el coste marginal de los productos, es decir, el coste de producir una unidad más.

A partir del año 1819, se dio en el sector de la agricultura y la ganadería lo que se conoce como
la revolución verde, sobre todo hubo una variación en el PIB per cápita.

Los europeos fueron pioneros en iniciar un modelo nuevo sobre el matrimonio, retrasando el
momento del casamiento y la inmigración provoca el crecimiento de la población.

Como he mencionado anteriormente en el tema de la agricultura, se comenzaron a emplear


técnicas novedosas hasta el momento, como la técnica del barbecho o la rotación de pesticidas
para conseguir una mejor producción.

La población es crucial para estudiar el crecimiento económico, y en todo el planeta seguimos


tendencias similares. La teoría de Malthus se desmontó, como hemos visto, gracias a la
Revolución Industrial y sus mejoras en las técnicas de producción. Cuanta mayor es la población,
mayor es la especialización en el trabajo. Así, se desarrollan las economías de escala, donde se
optimizan los costes marginales.

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