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CAMBIOS EN EL LIDERAZGO ECONÓMICO.

El artículo detalla el caso de los Países Bajos, el Reino Unido y los Estados Unidos. El
indicador que sigue Maddison para indicar el liderazgo económico es el de la
productividad en dichos países.

Caso holandés.
Durante el siglo XVI en Holanda, se dio un crecimiento demográfico en las zonas urbanas,
lo que conllevó un aumento del comercio internacional, una transformación de la
agricultura y destaca la importancia de la industria textil, que se acrecentó al conseguir
la independencia respecto a España.
El Reino Unido, su principal competidor, duplicaba por cinco veces la población de los
Países Bajos, aun así, la productividad de los británicos, era menor. La especialización
holandesa fue un factor clave, así como la inversión en infraestructuras, aprovechando
las innovaciones tecnológicas.
Con todo, concluimos su éxito en 3 motivos:
1. La modernidad institucional, gracias a la empresa capitalista con poder burgués.
La tolerancia religiosa y la inmigración (protestantes y judíos).
2. La geografía. Dominio de ríos para crear puertos. La turba como combustible
esencial.
3. Políticas mercantilistas. El éxito determinado por perjudicar al país vecino.

Los Países Bajos perdieron su liderazgo debido a la destrucción de los privilegios del
comercio monopolístico debido a sus conflictos con británicos y franceses. Todos sus
puntos fuertes entraron en declive (comercio internacional, producción,
exportaciones…). Mientras tanto, el auge del Reino Unido y Francia era imparable.
Caso británico.
El progreso británico más significativo se da en el siglo XVIII con una evolución del
modelo holandés (capitalista mercantil). La diferencia clave estuvo en un veloz progreso
técnico en los textiles de algodón, en el uso del carbón y la fábrica de hierro.
Las instituciones británicas permitieron iniciativas económicas y fomentaron la ciencia.
Al igual que los holandeses utilizaron la turba, los ingleses aprovecharon el carbón. De
enorme trascendencia fue el liderazgo del Reino Unido en el comercio internacional, lo
que produjo el lanzamiento de la nueva tecnología textil, con el dominio de los
monopolios comerciales británicos.
Además, en Francia también tuvo lugar un desarrollo económico significativo, como en
el sector textil. Las innovaciones como la máquina o el bastidor para hilar (1764-1768)
fueron claves para duplicar la producción de este sector, esto repercutió en el resto de
la economía, donde se adoptaron actitudes nuevas ante la innovación (fuerza del vapor,
acero, ferrocarriles…)
El crecimiento de la productividad británica no fue tan dinámico como el americano, la
política fue una de las causas, como por ejemplo las barreras proteccionistas como
obstáculo del crecimiento.
La sobrevaloración de la moneda británica conllevó a una disminución de la
productividad. Aun así, la política del Reino Unido resultaba beneficiosa al resto del
mundo, ya que fomentaba el comercio y las inversiones en el extranjero.

Caso norteamericano.
La principal causa del liderazgo técnico de EEUU fue su gran ímpetu en las inversiones.
Duplicando la tasa de otros países coetáneos. Se debe también al aprovechamiento de
los recursos naturales y minerales disponibles en el país. También se realizó una fuerte
inversión en investigación y desarrollo.
Así, el liderazgo norteamericano se diferencia en que, no sólo se registró un cambio en
el proceso productivo, sino también en los productos.
Las dos guerras mundiales fueron dos de los acontecimientos más importantes del siglo
XX, que hicieron a los EEUU fortalecerse económicamente, y crecieron las diferencias
con el resto de países ‘seguidores’, que sí salieron muy perjudicados.
Por último, desde 1973, la productividad en la economía norteamericana se ha visto
desacelerada, reduciendo así la ventaja con otros países, como los europeos o Japón.

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