Está en la página 1de 5

Competencia Nº 1: Capacidad de aceptar fallas en el desempeño.

Indicador A: Implicarse en la actividad realizada.

En una actividad, reside la posibilidad de admitir que se ha cometido un error,


de comprender que no siempre las cosas salen de la manera prevista por más
que se haya puesto mucho esfuerzo en ello. Sólo de este modo, un sujeto será
capaz de saltar los obstáculos y de construir a partir del reconocimiento de
sus fallas.
Implicarse significa autoconocimiento y autocrítica. En un trabajo en equipo,
por ejemplo, será común que todos sean responsables del resultado, tanto
éste sea un futuro éxito o un total fracaso. Implicarse e integrarse en el
equipo, contribuye a dar lo mejor de sí en pro del objetivo.
Una negociación, aprender a aprender, planificar y organizar, etc., requieren
compromiso de nuestra parte. Si entregamos todos nuestros esfuerzos hacia el
cumplimiento de nuestros deseos, la satisfacción será infinita, y un eventual
fracaso será tomado de manera más racional y constructiva. La entrega total
hacia un objetivo, refleja compromiso e implicancia de nuestra parte.
Implicarse elimina posibilidades de fracaso.
Indicador B: Aceptar un “no” como respuesta
Normalmente, nos toparemos con situaciones en las que no encontremos una
falla, error, deficiencia, etc. Quizás por distracción, quizás por negligencia o por simple
accidente, erramos. En el caso de que no hayamos sido capaces de
detectar por nosotros mismos las fallas, es importante que podamos aceptar
que compañeros de trabajo o superiores nos las señalen; que nos den un “no”
como respuesta a una idea propuesta o a una trabajo realizado, y no tomar
ese “no” como el fin del mundo.
Poder responsabilizarnos de los efectos erróneos del accionar, y no
adjudicarlos únicamente a factores externos (es decir, sentirse implicado en
la tarea realizada y no tirar la piedra a un compañero o cosa), permitirá crear
un clima cálido en el equipo, y sobre todo gozaremos de un futuro éxito.
El “no”, aclaremos, jamás debe ser tomado como una suerte de fin del
mundo. Un “no”, nunca significa que somos incapaces para desarrollar una
tarea; a veces cometemos pequeños errores, y solucionarlos depende de ese
“no”. Es un “no” restrictivo, pero funciona en pro de nuestros intereses.
“No” como respuesta, aparecerá en el trabajo en equipo. Respondiendo
adecuadamente, conseguiremos el éxito.

Competencia Nº 2: Encontrar salidas a los problemas generados por las


propias debilidades.

Indicador A: Tolerar la impulsividad.


Imaginemos: Estamos trabajando en la prensa de un diario, ocurre una falla
en las rotativas y la tinta apenas es la suficiente para que se note algo sobre
el papel. Nuestro supervisor no está y, asustados, en vez de pedir ayuda,
paramos la cadena. ¿Cuál fue el resultado? Horas enteras perdidas para
reiniciar el proceso, simplemente por no avisar sobre el desperfecto tan fácil
de solucionar como apretar el botón que paró todo el recorrido.
¿Cuál fue el error? Impulsividad. La impulsividad es proceder sin reflexión,
dejándonos llevar por la impresión del momento. Actuar sin pensar,
obviamente, nunca es recomendado. La impulsividad suele ser sinónimo de
rapidez. Tomar decisiones aceleradamente. Tal situación es posible, si una
formación por detrás y buen tino respaldan nuestro acelerado accionar (y si
nuestro trabajo consiste en algún punto en tomar rápidas decisiones). De
modo contrario, jamás debemos proceder así.
Tolerar la impulsividad evitará constantes errores y fallas que, con solo un
momento de reflexión, hubiéramos evitado. Y no sólo evitar desperfectos, si
no que también hubiéramos conseguido grandes logros. Es útil identificar este
tipo de reacción en nuestros compañeros: sabremos cómo ayudarlos a fin de
que tampoco cometan errores por no detenerse un segundo y pensar qué
decisión tomar.
La impulsividad es enemiga de la razón.

Indicador B: Posibilitar el desarrollo de la capacidad analítica.

Desarrollar la capacidad analítica será de utilidad en nuestras planificaciones.


El análisis consiste en descomponer el todo en sus partes hasta conocer sus
principios y elementos. Conocer, por lo tanto, cada parte de un plan, de una
organización, de un equipo, de una adaptación, en fin, de toda situación
planteada, depende de nuestra mente y autoconocimiento.
La capacidad mencionada requiere una formación firme y, sobre todo, un ojo
crítico. Observar sin prejuicios en vistas al progreso, permitirá un análisis
completo y certero.
El análisis confiará información sobre el cómo: “¿cómo llegamos al éxito?”,
“¿cómo es que fracasamos?”, “¿cómo conseguimos un correcto desarrollo de
nuestros planes?”, etc. Asimismo, sugerirá información sobre el qué: “¿qué es
necesario para el éxito?”, “¿qué ha salido bien y qué mal?”, etc. Gracias al
análisis, siempre sabremos cómo ganamos y cómo perdimos, y cuál es la mejor
manera de utilizar ese conocimiento en pro de nuestros intereses.
El análisis es indispensable para contestar el qué,
cómo, por qué, para qué, etc.

Competencia Nº 3: Capacidad de autocrítica.

Indicador A: Identificar logros y fallas.

La autocrítica es indispensable en este punto. Identificar logros y fallas


permite conocer mejor todo el proceso que permitió llegar a ellos. De este
modo, tareas similares no formarán un reto para nosotros: sabiendo
ciertamente cómo conseguir un objetivo, es mucho más fácil que, mediante
ensayo y error, crear un plan estratégico que no sabemos si va a funcionar.
La autocrítica estudiará nuestras reacciones e influirá en cómo movernos a
continuación. Por ejemplo, hay personas que frente a un resultado, sea bueno
o malo, son muy severas consigo mismas e intentan mejorar cueste lo que
cueste, con los sacrificios que sean necesarios; otros, en cambio, simplemente
no ven sus errores ni tampoco sus aciertos.
La autoestima depende de cómo aceptemos los logros y fallas. Es siempre
importante tomar un error como futuro acierto. Mejorará la autoestima, y no
frustraremos nuestros deseos de éxito en una simple falla.
Reconocer los logros y fallas, asimismo, es esencial en el trabajo en equipo. Si
reconocemos las fallas, podremos dar una mano al compañero para elevar la
calidad de su trabajo; los logros crean confianza y aumentan la autoestima
del compañero. Lo mismo sucede en una negociación: saber dónde estuvo el
error, supondrá que en la próxima charla obtengamos nuestro éxito. Un plan
con fallas, impide la implantación efectiva de la nueva organización, o
simplemente impide una organización del plan. Por lo tanto, reconocer crítica y
constructivamente las fallas y logros, supondrá nuestro éxito personal y
profesional.
Identificar logros y fallas reforzará nuestra autoestima.

Indicador B: Analizar la propia posición y situación.


La situación en que nos encontramos dice más de lo que imaginamos. Saber
analizarla, permitirá que nuestro desarrollo sea continuo y que el control sea
permanente.
Primero, el objetivo será analizar la situación en todo su ser, y tomarla como
si fuera algo desconocido. Analizándola desde lejos, objetivamente, en frío,
estaremos capacitados para reconocer todos los matices, todas las partes, y
todos los aciertos y errores, sin involucrarnos emocionalmente ni tomar
decisiones impulsivas.
Reconocer dónde está el logro y dónde la falla, permitirán cambiar la
situación, o replantearla si es necesario. Descubrir a tiempo las variantes
indeseadas, mejorar las deseadas, preparar planes estratégicos para posibles
eventualidades, etc., posibilitarán que estemos un paso más cerca del éxito, y
que no nos tome por sorpresa la situación.
Analizar la situación, y conocerla a fondo, genera control.

Competencia Nº 4: Reconocer y analizar errores, y poder reencaminar el


curso de la acción.

Indicador A: Identificar la procedencia de los fallos de la acción.

Como ya dijimos, el autoconocimiento y la autocrítica (constructiva) son


indispensables para identificar las fallas de la acción. En un plan, quizás haya
puntos débiles que en la acción imposibiliten el desarrollo de la nueva
organización. Un equipo funciona como un reloj; pero si falla, alguna o todas
las piezas han errado al sincronizarse, y volver a la marcha requiere de
identificar dónde estuvo la equivocación.
Una sola falla puede ser el único causante de la derrota. Saber identificarla es
indispensable, puesto que al volver a intentar, si esa falla no fue eliminada,
volveremos a sufrir el mismo problema: nuestro objetivo no se cumplirá.
El autoconocimiento y la autocrítica funcionarán como herramientas para
comprender cómo y dónde nos equivocamos. Si el error fue nuestro, o de un
tercero, actuar con rectitud y entereza permitirán evitar más conflictos de los
deseados.
El autoconocimiento y la autocrítica permitirán encontrar los errores.
Indicador B: Tolerancia a la frustración como motor del cambio.
La frustración es motivo de desánimo. Hemos mencionado que frente al
fracaso, el desgano y el retraimiento impedirán el desarrollo. De hecho,
impedirán la acción: directamente no volveremos a intentar.
La tolerancia a la frustración debe funcionar como herramienta y motor para
el cambio. Una derrota, lejos de frustrarnos, será motivo de revisión y
mejora; en vez de empezar con una nueva tarea, será preferible terminar la
empezada. Para conseguirlo, veremos la frustración como sinónimo de
motivación.
La frustración motivará mejoras, soluciones, progresos. La nueva motivación,
que nace del incumplimiento del objetivo deseado, creará una fuerza aún más
poderosa que nos llevará a actuar en pro de nuestro desarrollo personal y
profesional.
La tolerancia a la frustración será un sinónimo de motivación.

Actividades

1. Definir tolerancia a la frustración


2. Dar un ejemplo de tolerancia a la frustración en el trabajo
3. Ordenar y definir las siguientes características;
A) Tolerancia
B) Agresión
C) Manipulación
D) Retracción
4.
“Capacidad y Limitaciones”
El objetivo de esta actividad es tomar conciencia de las propias capacidades
y limitaciones y cuáles son factibles de desarrollo y cambio.
Deberán completar del lado derecho debemos completarlo con: habilidades,
talentos, capacidades, recursos y fuerzas positivas y del lado izquierdo
debemos con: debilidades, limitaciones, incapacidades y errores.

En ambos casos tendremos presente incluir por lo menos un ítem de las


siguientes áreas: Física, Intelectual, Emocional, Espiritual y Social.
Una vez finalizado el listado, analizarán y pondrán junto a cada una: una “C”
si es creemos que se puede cambiar, “D” si es creemos que la podemos
desarrollar y “A” si no es posible ninguna de las dos alternativas.

Habilidades, talentos, capacidades, Debilidades, limitaciones,


recursos y fuerzas positivas incapacidades y errores

5. “Comunicación Frustrada”
El objetivo de esta actividad es reflexionar sobre la reacción ante la
frustración y explorar la capacidad personal para enfrentarla.

También podría gustarte