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Resumen

Todos cometemos errores y lo sabemos, pero no por ello dejan de afectarnos. Aprende a lidiar con
los errores en el trabajo para que el miedo al fracaso no te impida seguir asumiendo riesgos y
desafíos.

No importa cuál sea tu situación, es normal tener algún traspié de vez en cuando. Los errores son
parte de la condición humana. Además, son esenciales para crecer. Para aprender a caminar
cuando apenas somos unos pequeñitos, para atravesar la etapa escolar, para las relaciones
personales y también en el trabajo.

En definitiva, lo que importa es cómo te sobrepones.

Los errores en el trabajo


A pesar de que los errores son normales, cuesta asimilarlos cuando se producen. Cometer errores
en el trabajo es particularmente difícil, porque el trabajo nos importa mucho; especialmente si
dependemos (nosotros y nuestras familias) de los ingresos para tener casa y comida. El costo
parece ser demasiado alto, ya que el mínimo error puede generarnos una gran preocupación.

Pero pretender la perfección todo el tiempo no es realista. En algún momento cometerás errores, y
está bien. En la gran mayoría de los casos, los errores no son tan importantes como creíamos que lo
serían en un principio. Siempre y cuando reconozcas tus errores y trabajes para corregirlos (en vez
de esconder lo que haya sucedido), se transformarán en oportunidades de aprendizaje.

Tampoco se acaba el mundo si te equivocas. Tómalo como una oportunidad para aprender, crecer y
mejorar. El verdadero error reside en querer tapar los errores en vez de decírselos a alguien y
reconocer que se produjeron.

Perfeccionismo: el enemigo de la
productividad
Cuando intentas alcanzar la perfección, es más difícil hacer las cosas. Probablemente controles
constantemente el trabajo, te resulte difícil delegar tareas y procrastines cuando temas cometer
errores. Además, hay estudios que sugieren que el perfeccionismo extremo afecta a la salud mental
de manera negativa y aumenta el riesgo de padecer agotamiento (burnout), insatisfacción laboral y
depresión.
Ser un perfeccionista, o ser el gerente de un perfeccionista, puede resultar complicado. Pero puedes
combatir esos efectos negativos del perfeccionismo si tomas los errores con normalidad y hablas
abiertamente sobre cómo aprender de ellos. Es parte de un concepto
denominado seguridad psicológica: la convicción de que el ambiente de trabajo es seguro como para
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tomar riesgos interpersonales, como los de decir lo que piensas y expresar tus dudas,
preocupaciones o hablar sobre los errores.

A la larga, aún podrás sostener un estándar alto de trabajo sin pretender la perfección. Y si lo
piensas bien, en realidad, no quieres empleados perfectos, lo que quieres es tener un equipo con
procesos sólidos que te ayuden a hacer el trabajo lo mejor posible. Es el motivo por el que en los
periódicos hay correctores y editores. No esperan que el primer borrador sea perfecto; por el
contrario, han creado un proceso para aportar comentarios, mejorar el primer borrador y luego
publicar el producto terminado.

Qué hacer si cometes un error en el trabajo


¿Acabas de equivocarte? Mantén la calma. Aquí te contamos cómo manejar la situación, tomar
medidas y avanzar.

1. Respira profundo
Es normal sentir frustración, ansiedad e incluso un poco de vergüenza cuando cometes un error.
Mientras esas emociones sean normales, en cierto modo, pueden ser útiles para tomar buenas
decisiones. Es el motivo por el que es importante procesar primero lo que sentimos y después, tomar
medidas con la cabeza fría.

Tómate un minuto para sobreponerte a lo que estés sintiendo. Respira profundo, toma distancia del
trabajo, sal a caminar o habla con algún amigo de confianza. Con el tiempo, los sentimientos
negativos pasarán y estarás mucho más apto para manejar bien la situación.

2. Cuéntale a alguien
Cuando cometes un error, lo más importante es decírselo a alguien antes de que el error se
agrande. Rara vez los errores son tan malos como creemos y tratar de ocultarlos empeora la
situación. En cambio, será mejor hacerle saber lo que ha pasado a tu gerente o a algún otro
miembro del equipo de confianza. No te preocupes si no tienes la solución en el momento, ellos
pueden ayudarte a encontrarla.

Asumir los errores no es nada fácil, pero los psicólogos concuerdan en que aprender a admitirlos
resulta indispensable para mantener relaciones sólidas y para crecer (personal y profesionalmente)
con el paso del tiempo. En definitiva, al admitir que nos equivocamos, también demostramos que
tenemos la fortaleza suficiente como para ser vulnerables y mantener la objetividad con respecto a
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nuestras acciones. Finalmente, el equipo confiará en ti y en que, de ahora en más, harás lo correcto,
incluso aunque implique admitir que te has equivocado.

3. Reconoce tu error
Después de haber respirado profundo y haberle contado tu equivocación a alguien; a veces,
necesitas reconocer lo que sucedió y pedir disculpas. No significa, necesariamente, que te hayas
equivocado por completo o que trabajes mal. Simplemente, es que algo no salió bien y has
aprendido de la experiencia.

Cuando te disculpes por haber cometido un error, no exageres. Evita dar muchas explicaciones,
justificarte o hablar mal de ti mismo. En cambio, sé frontal y amable. Todo lo que debes decir es algo
como, “Ey, (nombre del compañero), cometí este error y estoy trabajando para corregirlo. Disculpa
por las molestias que esto puede haberte ocasionado”.

4. Piensa en las soluciones y aprovecha las


lecciones aprendidas
Es fundamental que cuando cometamos errores nos recuperemos pronto y los reparemos. Si tu error
tiene solución, desarrolla un plan de acciones para remediar la situación. Por ejemplo, si olvidaste
invitar a alguien esencial a la reunión de inicio de tu proyecto, envíale las notas de la reunión para
que te pueda aportar sus comentarios sobre las acciones pendientes y las decisiones que se
tomaron durante el evento.
No todos los errores se pueden reparar, y eso también es normal. En definitiva, lo importante es
aprender de los errores y plantear una estrategia para evitar volver a cometerlos en el futuro. Si
seguimos con el ejemplo anterior, lo que podrías hacer es un análisis de las partes
interesadas o stakeholders al inicio de cada proyecto, para asegurarte de incluir a las personas
adecuadas en el momento indicado.

5. Cuídate
Cuando cometes errores la carga emocional es enorme. Es muy importante que te cuides y que
procures manejar tus sentimientos negativos de manera saludable. Sigue con tu rutina normal en
vez de trabajar horas extra y evita aislarte debido a tu ansiedad, vergüenza o frustración. Todos los
días, date el tiempo necesario para tomar distancia del trabajo y dedicarlo a tu vida personal. Sal a
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caminar, cocina algo saludable, pasa tiempo con tus amigos o con la familia. Todas estas
actividades pueden distraer tu atención del error y ayudarte a entender que el trabajo es solamente
una faceta de tu vida.

Lee: ¿Qué es la ansiedad laboral? 10 consejos para combatir tus preocupaciones laborales

6. Pon la situación en perspectiva


¿Todavía te sientes mal por el error que cometiste? Puede pasar. No eres la única persona en el
mundo que siente ansiedad. El tema es que probablemente tu equivocación no sea tan grave como
crees, y al tomar cierta distancia y verlo en perspectiva lograrás manejar cualquier tipo de ansiedad
que aún permanezca.

Cuando cometemos errores, por lo general, caemos en una de las “trampas del pensamiento”:
patrones de pensamiento negativos que hacen que resulte muy complicado ver las cosas en
perspectiva y analizar cada situación con objetividad. Si te resulta difícil dejar de sentir ansiedad por
un error que has cometido, echa un vistazo a esta lista para detectar en cuál de estas “trampas del
pensamiento” puedes haber caído.

Pensamiento “blanco o negro”: creer que las cosas solamente son 100 % buenas o 100 % malas.

 Ejemplo: cometí un grave error y no puedo cumplir con un entregable en particular. Ahora, mi
proyecto se ha arruinado por completo.
 La solución: busca los grises. Rara vez las situaciones son perfectas o totalmente descartables.
Intenta hallar, al menos, un lado positivo.

Generalizar de más: ver el error como una serie interminable de derrotas.

 Ejemplo: pasé por alto otro vencimiento. Nunca más podré finalizar los proyectos a tiempo y nadie
volverá a confiar en mí.
 La solución: recuerda éxitos anteriores o hechos positivos. ¿Qué cosas lograste en el pasado de las
que sientes orgullo?

Leer la mente: suponer que otras personas pensarán mal de ti porque cometiste un error.

 Ejemplo: sentía nervios durante una presentación y me equivoqué al hablar. Ahora todos creerán
que soy incapaz y poco profesional.
 La solución: recuerda que no eres el centro del universo y que las personas tienen otras cosas por
hacer además de sentarse a pensar mal de ti. Cuando has visto a otros cometer errores, ¿recuerdas
que haya sido para tanto?

Razonamiento emocional: suponer que algo es cierto porque lo sientes así.

 Ejemplo: olvidé traer mis notas a una reunión con el cliente y me puse totalmente nervioso. Ya no
me ascenderán nunca más como quería y no puedo volver a presentarme en el trabajo.
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 La solución: toma algo de distancia. ¿Cuántas veces, realmente, ha pasado lo peor en casos como
este? Si romperse una uña es = 0 y un holocausto nuclear es = 100, ¿qué calificación le darías al
hecho que te incomoda? ¿Recordarás este error dentro de una semana, un mes o un año?

Catastrofizar: imaginar el peor de los escenarios y pensar que no podrás manejarlo.

 Ejemplo: acabo de arruinar una entrevista laboral y mi búsqueda laboral se hace cada vez más
difícil. Nunca lograré encontrar un trabajo nuevo y perderé el departamento cuando se me terminen
los ahorros.
 La solución: piensa en todos los recursos que tienes disponibles: personas, lugares o cosas. ¿Qué
es lo primero que harías si sucediera lo peor? ¿Y después, qué?

Personalizar: culpar a una persona (o a ti mismo) por una situación que tiene muchas causas.

 Ejemplo: mi iniciativa falló porque no sirvo para la gestión de proyectos. Debería haber gestionado
mejor a las demás partes interesadas para asegurarme de finalizar todo a tiempo.
 La solución: recuerda que nadie es perfecto. Céntrate en generar soluciones en vez de echar culpas.

Consejo para gerentes: qué hacer cuando


alguien que está a tu cargo comete un error
Como gerente, la manera en que actúes cuando los miembros del equipo cometan errores será
determinante. Definirá el tono de la cultura de tu equipo y ayudará a que se sientan
psicológicamente a salvo y con comodidad suficiente como para tomar riesgos sin que un miedo
abrumador les impida actuar.

Qué hacer cuando uno de tus empleados comete un error:

 No hacerlo sentir culpable: cuando alguien se responsabiliza por su error, evita hacerlo sentir
culpable y decirle que ha sido su error. En cambio, agradécele por venir a contarte y céntrate en lo
que realmente sucedió. Ayúdalo a identificar los pasos que hay que tomar en equipo para arreglar la
situación. Haz lo mismo si alguien admite inmediatamente que se ha equivocado. Muestra
compasión y enfócate en el problema, más que en el responsable.
 Demuestra curiosidad: en vez de hacer suposiciones sobre lo que ha sucedido, haz preguntas que te
lleven a entender la situación desde la perspectiva de quien cometió el error. Practica
la escucha activa para internalizar lo que te dice y hacerle saber que le prestas la debida atención.
De este modo, lograrás comprender el panorama general y obtener toda la información necesaria
para ayudar al equipo a resolver el traspié.
 Comunícate en persona o por video: cuando alguien de tu equipo comete un error, es importante
que no muestres visualmente ninguna molestia o enojo. Hay cosas que se pueden pasar por alto en
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medio de una conversación en Slack o por email. Entonces, de ser posible, es mejor hablar cara a
cara para evitar malentendidos.
 Permite que los miembros del equipo intenten encontrar la solución ellos mismos: cuando se delega,
es natural que se cometan errores. Y haces lo correcto si permites que los miembros del equipo
cometan sus pequeños errores y los reparen ellos mismos. Incluso aunque veas con anticipación
que están por cometer una equivocación. En vez de apresurarte y corregir el error, deja que tu
empleado, primero, intente resolverlo. De este modo, aprenderá de la situación y desarrollará sus
habilidades para resolución de problemas, además de ganar la autoconfianza necesaria para hallar
soluciones a sus propios errores en el futuro. También inspirará confianza y les mostrará a los
miembros del equipo que pueden cometer errores y no por eso serán menos valiosos.
 Transfórmalo en una experiencia de aprendizaje: después de darle al miembro del equipo la
oportunidad de resolver su error, bríndale tus comentarios para que aprenda de la situación y evite
volver a cometer el mismo error en el futuro. Si te parece bien, también puede ayudar que le cuentes
cómo has resuelto errores más graves en el pasado. Así generas confianza y demuestras que es
natural que los errores sean parte del crecimiento.
 Si los errores se repiten después de esa primera vez, piensen en varias soluciones juntos: cuando
se cometen los mismos errores una y otra vez, puede haber un problema o comportamiento de base
que impida que tu empleado trabaje bien. Piensa qué hábitos o cambios podrían ayudar a evitar
esos errores en el futuro. Por ejemplo, podrías ayudar a que el empleado configurara alertas en su
calendario, si el problema es que llega tarde a las reuniones.

En lugar de intentar alcanzar la perfección,


desarrolla muy buenos procesos
Los errores son parte de la vida diaria, no es realista pensar que podemos evitarlos por completo.
Mejor será centrarnos en crear procesos sólidos para los equipos en los que se haya considerado
que habrá errores y malentendidos. Por ejemplo, en vez de intentar producir un proceso perfecto
desde la primera versión, crea un proceso con el que puedas iterar y mejorar el producto a lo largo
del tiempo. De este modo, el equipo avanzará rápido, tomará riesgos y podrá adaptarse cuando se
presenten cambios.

El Generador de flujos de trabajo de Asana te ayuda a planificar, visualizar y perfeccionar los


procesos de los equipos. Gracias a esta función, tu equipo puede elaborar flujos de trabajo en los
que se incorporan diferentes capas de comentarios y aportes de las partes interesadas, asumiendo
la posibilidad de que se cometan errores y de que se hagan iteraciones, en vez de pretender
producir resultados perfectos de una sola vez.

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