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De hecho, hay personas que “buscan los problemas”. Son personas que, tras momentos de
éxito y logro, manifiestan la necesidad de proponerse nuevos desafíos, salir de su zona de
confort para aventurarse en la conquista de nuevos horizontes, reactivando la motivación de
superación personal.
También podemos hablar de personas que no se enfrentan a los problemas, que renuncian a
sus metas ante las primeras dificultades. Que tienen un bajo nivel de tolerancia a la
frustración, o a cometer errores, que les cuesta afrontar la adversidad y tienden
definitivamente a la evitación. Os propongo leer el artículo de Julia Vidal sobre la tendencia
a evitar, que incluye un muy interesante vídeo sobre el tema.
1º- Adoptar una actitud adecuada ante el problema. Aceptar que los problemas son algo
inherente a la vida, y además algo que puede ayudarnos a crecer. Aceptar que en ocasiones
no hay una solución perfecta, sino una menos mala. Entender que no siempre sabremos con
antelación qué estrategia funcionará mejor y aceptar la incertidumbre asociada.
2º- Concretar el problema. Analizar la situación desde un punto de vista más amplio.
Buscar más información para poder enfocar adecuadamente el problema.
3º- Concretar cómo solemos responder por costumbre a ese problema y a situaciones
similares que se han dado en el pasado.
4º- Hacer una lista con soluciones alternativas. Elaborar una lista de posibles soluciones
alternativas siguiendo la técnica de la «Tormenta de ideas». Se trata de que usted anote
todas las posibles soluciones que se le ocurran, sin criticar ninguna de ellas, aunque de
inicio no le parezcan las más válidas. Cuantas más ideas se nos ocurran más posibilidades
de encontrar una solución que más nos satisfaga.
5º- Valorar las consecuencias de cada alternativa. Valorar racional y emocionalmente las
consecuencias previstas para cada solución ideada. Se puede en este caso hacer una lista de
las ventajas e inconvenientes para cada solución ideada y ver puntos positivos y negativos
totales.
6º- Valorar los resultados. Consiste en planificar cómo vamos a implementar la solución,
los preparativos a realizar o los recursos o apoyos que vamos a necesitar. Poner en práctica
esa solución y comprobar si se cumple el objetivo del paso anterior. Si no está satisfecho
con los resultados tendrá que emplear otras de las soluciones posibles o incluso
reconsiderar si lo que definió usted como problema era en realidad el problema origen.
Este punto es muy importante, no lo olvides nunca porque es lo que hará que tu balance no
se pierda. Es válido y muy necesario estar atento de los problemas que puedan tener los
integrantes de tu grupo de trabajo. Pero diluir la línea entre compañero de trabajo y amigo,
aunque es fácil, trae consigo consecuencias y posibles complicaciones, así que piensa bien
cómo le puedes ayudar sin que tu relación laboral entre compañeros, jefe y trabajador o,
reclutador y trabajador, se vea afectada o pueda comprometerte con los demás integrantes
de la empresa.
Anónimo. (SF). Método para aprender a afrontar los problemas. AGS Psicólogos Madrid.
Recuperado el 25 de mayo de la página web:
https://www.ags-psicologosmadrid.com/blog/metodo-para-aprender-a-afrontar-los-
problemas/
El Desarrollo Personal
Una “meta” puede ser cualquier cosa que se desee hacer o conseguir. Plantearse una meta
de forma clara y concreta ayuda a tener éxito porque nos ayuda a identificar lo que
queremos conseguir Es importante que sea una meta:
– SINCERA, que sea algo que realmente queramos hacer o deseemos alcanzar.
– PERSONAL, que no sea algo que venga impuesto por otro/s desde fuera.
– REALISTA, que nos permita su consecución en un plazo relativamente corto de tiempo
(unas cuantas semanas a lo sumo).
– DIVISIBLE, que podamos determinar los pasos o cosas que hemos de hacer para
conseguirla.
– MEDIBLE, que podamos comprobar lo que hemos logrado y lo que nos falta para
alcanzarla.
Pensar en lo que hay que hacer para conseguir nuestra meta. No todo se consigue en un día;
para conseguir mejorar en cualquier aspecto que nos propongamos se tiene que hacer
pequeños esfuerzos día a día. Es como en una carrera ciclista, todos quieren llegar a la
meta, pero para eso tienen que pasar las distintas etapas.
3. Organizar las tareas en el orden en que se deben realizar. Si se llevan a cabo todas las
tareas al mismo tiempo, lo más probable es que no se consiga nada. Para lograr una meta
es, por tanto, necesario ordenarlas y establecer un plan de trabajo. (después veremos un ej.)
Ordenar lo que hay que hacer de forma lógica, según la secuencia temporal en las que se
tengan que realizar (para hacer una casa antes del tejado habrá que hacer los cimientos) o,
empezar por las tareas más sencillas y que requieran menos esfuerzo, dejando para el final
las más difíciles o costosas, son formas de organizar lo que tenemos que hacer de una
forma racional y asumible.
4. Ponerlas en marcha y evaluar los logros que se vayan consiguiendo. Una vez elaborado
el proyecto personal hay que comprometerse con él y ponerlo en práctica. Para llegar a
conseguirlo es importante ir evaluando los esfuerzos realizados. Esto puede ser difícil
hacerlo
uno mismo, pero es relativamente sencillo si se pide a un familiar o a un amigo que nos
ayude a evaluar nuestros progresos.
De esta manera dando pequeños pasos día a día, se irán materializando los cambios que nos
hemos propuesto como objetivo y nos sentiremos aún mejor al comprobar que somos
capaces de conseguir aquello que nos propongamos si lo hacemos de forma adecuada.
Nuestra AUTOESTIMA, por tanto, saldrá reforzada de esta tarea.
Sanz, M. (2014). Superación personal. Msgpsicologia. Recuperado el 25 de mayo de la
página web: https://msgpsicologia.com/superacion-personal/