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Cap16.

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gir la reducción del ejercicio físico, tanto por — Un 8.34 % de los pacientes que recibían
la propia edad como por complicaciones direc- atención domiciliaria (AT DOM).
tamente derivadas de la diabetes. — Un 0.54 % de los mayores de 65 años.
— Un 0.11 % de los mayores de 14 años.

ÚLCERAS POR PRESIÓN Las lesiones presentes en los pacientes de


atención primaria son las de mayor antigüedad,
Alcance del problema gravedad y extensión, siendo en este medio asis-
tencial donde encontramos un menor número
Las úlceras por presión (UPP) siguen siendo de pacientes con UPP que están utilizando al-
en este comienzo del siglo XXI un importante gún tipo de superficie especial para el manejo
problema que afecta a pacientes de todos los de la presión (SEMP), un 38.5 %, cuando de
niveles asistenciales, especialmente ancianos, acuerdo con los datos disponibles la totalidad
discapacitados, enfermos en situación terminal de los pacientes con UPP deberían utilizar una
de su enfermedad, etc. SEMP en el tratamiento de sus lesiones.
El desconocimiento y la subestimación de La prevalencia media de UPP en los hospi-
estos procesos han sido la causa de una inter- tales según los datos es del 8.81 ± 10.21 (DS) %
vención mínima y ralentizada tanto en el pano- (IC95 %: 7.38; 10.24), con un valor mínimo
rama clínico como en la gestión de los respon- del 0 % y un valor máximo del 45.45 %.
sables sanitarios y sociales, y de una pasividad El hecho de que aproximadamente una dé-
absoluta en el resto de la sociedad ante un pro- cima parte de los pacientes ingresados en hos-
blema que se estima es previsible al menos en pitales, con gran variabilidad entre unidades,
el 95 % de los casos. tengan UPP nos sitúa ante un grave problema
Hasta hace apenas unos años no hemos dis- de salud con serias y encadenadas repercusio-
puesto en nuestro país de una información epi- nes para todos los niveles asistenciales, tenien-
demiológica sobre las úlceras por presión que do en cuenta la menor estancia media en el hos-
trascendiera las realidades locales concretas. pital y la rápida transferencia de esos pacientes
Con el nacimiento del Grupo nacional para el a otros niveles de atención.
estudio y asesoramiento en úlceras por presión El incremento del número de UPP en los
y heridas crónicas (GNEAUPP) en el año 1994, hospitales está relacionado con el aumento de
se canalizó la necesidad sentida de concienciar la complejidad de los cuidados en las unidades
tanto a los profesionales sanitarios como a la de enfermería o de los centros.
sociedad acerca de la importancia del proble- La prevalencia media de UPP en centros so-
ma de las UPP, y el medio empleado fue la ciosanitarios según los datos disponibles es del
realización durante el año 1999 de un estudio 7.6 ± 6.68 (DS) % (IC95 %: 6.15; 9.04), con un
de prevalencia de las UPP en la Comunidad valor mínimo del 0 % y un valor máximo del
Autónoma de la Rioja, que se completó dos 31.58 %, cifras que obligan a tener cierta cau-
años más tarde con la realización del primer tela y a considerar claramente como sesgo el
Estudio Nacional sobre Prevalencia de las UPP hecho de que los profesionales que informaban
en España. eran los más altamente motivados, en centros en
Dicho estudio se realizó a través de un cues- los que las UPP son un problema de primer ni-
tionario postal, con una tasa de respuestas muy vel y alta prioridad, faltando información de una
significativa, del 22.9 %. Para el cálculo de la gran cantidad de centros privados con ánimo de
epidemiología de las UPP se utilizaron las di- lucro en los que, a tenor de lo que se percibe en
rectrices de clasificación e indicadores epide- otros niveles asistenciales, las UPP constituyen
miológicos del GNEAUPP. un importantísimo problema sin controlar.
La prevalencia de UPP en el grupo de pa- Como conclusiones generales del análisis
cientes atendidos desde la atención primaria se de este primer Estudio Nacional sobre Pre-
estimó en: valencia de las UPP en España, cuya segunda
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edición ya está en marcha, referente epidemio- las úlceras por presión, todavía no son relevan-
lógico más fiel y reciente en España, convie- tes hasta la fecha, pero según los expertos en
ne señalar que, aun admitiendo el citado ses- esta materia no tardará en generarse jurispru-
go que nos podría llevar a una infravaloración dencia a la vista de diferentes sentencias que
de la situación real, las UPP constituyen hoy se han dictado en los últimos meses. Una rea-
en día un importante problema de salud que lidad ya en otros países cercanos. Quizá sea un
afecta primordialmente a personas mayores, triste revulsivo para conseguir que se reconoz-
sin olvidar a otros colectivos más jóvenes ex- ca su verdadera importancia y el valor que tie-
puestos a los mismos mecanismos causales de ne su prevención.
las UPP, de todos los niveles asistenciales, y Esperamos que estas primeras líneas dedi-
al Sistema de salud y de Bienestar social, don- cadas a valorar el alcance de este problema lla-
de la prevención aun no se considera una prio- mado úlceras por presión, un complejo y peli-
ridad. groso síndrome gerontológico, hayan servido
Este problema de salud afecta directamen- para sacarlo a la luz y tratarlo como un grave
te al bienestar, calidad de vida y supervivencia problema de salud pública. Pam Hibbs se refe-
del paciente y también a su familia, pudiendo ría a ellas como «una epidemia debajo de las
en algunos casos ser responsable directo de su sábanas».
muerte.
Paradójicamente, tratándose de un proble-
ma de salud muy importante, disponemos de Etiopatogenia
poca información acerca del coste global de la
atención de las UPP. Basándose en el estudio Las UPP son consecuencia directa del aplasta-
económico del tratamiento de las UPP en Gran miento tisular entre dos planos, generalmente
Bretaña realizado por John Posnett, de la uno perteneciente al paciente (hueso…) y otro
Universidad de York, en el año 2001 —sin duda externo a él (lecho, sillón, dispositivos terapéu-
el más amplio y metodológicamente certero en ticos, etc.). Dos procesos se conjugan en el de-
este cálculo— en el GNEAUPP, bajo la super- sarrollo de estas lesiones: por una parte, la oclu-
visión del propio Dr. Posnett, extrapolaron las sión vascular por la presión externa, y por otra,
bases de cálculo de coste por proceso emplea- el daño endotelial a nivel de arteriolas y de mi-
das y aplicaron las ecuaciones a la realidad eco- crocirculación, debido principalmente a la apli-
nómica de nuestro país y a los datos epidemio- cación de fuerzas tangenciales (cizalla) y de
lógicos disponibles más recientes, cifrándose fricción.
en 1687 millones de euros (más de 280000 mi- Podemos considerar a efectos prácticos los
llones de pesetas), un 5.20 % del gasto sanita- 20 mm Hg como presión máxima de referen-
rio total de nuestro país, lo invertido en un año cia (presión de oclusión capilar). Si se ejercen
en el tratamiento de las UPP, claramente in- presiones superiores a esta cifra en un área li-
fraestimado a priori. mitada y durante un tiempo prolongado, se ori-
Dado que la mayor parte de las úlceras por gina un proceso de isquemia que impide la lle-
presión pueden evitarse, la incidencia de es- gada de oxígeno y nutrientes, provocando una
tas lesiones puede ser considerada, a primera rápida degeneración de los tejidos por la respi-
vista, como una muestra de negligencia clíni- ración anaeróbica, que ocasiona alteraciones a
ca con importantes implicaciones legales y éti- nivel de la membrana celular y libera aminas
cas para los profesionales sanitarios, así como vasoactivas. Si esta situación se prolonga en el
para las instituciones en las que éstos prestan tiempo, puede llegarse a la necrosis y muerte
sus servicios y para los gestores de las mis- celular en ese territorio.
mas. Además de estas fuerzas de presión direc-
En España, las demandas formuladas ante tas, perpendiculares, hay otras tangenciales, o
la jurisdicción civil o penal contra profesiona- fuerzas de cizalla, que se producen con el en-
les sanitarios o instituciones, en relación con fermo sentado o acostado con la cabecera ele-
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vada, cuando se va resbalando, quedando la piel Clasificación-estadificación de las UPP


adherida al propio sillón o cama; también se (Doc. II GNEAUPP)
producen en el ejercicio de movilizar al pacien-
te, cambiarlo de postura o desplazarlo («subir- Estadio I
lo») sin haber separado totalmente su cuerpo
del colchón. Otra causa concurrente en áreas Alteración observable en la piel íntegra, rela-
especialmente vulnerables es el exceso de hu- cionada con la presión, que se manifiesta por
medad, responsable de eccemas o escoriacio- un eritema cutáneo que no palidece al presio-
nes de la piel, que rompen la barrera defensi- nar; en pieles oscuras, puede presentar tonos
va, permitiendo la introducción de bacterias y rojos, azules o morados (Fig. 16-1)
aumentando el riesgo de necrosis y sepsis. La En comparación con un área (adyacente u
fricción-roce (fuerzas mecánicas paralelas a opuesta) del cuerpo no sometida a presión, pue-
los tejidos), generada en ciertas áreas de la piel de incluir cambios en uno o más de los siguien-
especialmente frágiles por incorrectas manio- tes aspectos:
bras de higiene-secado, utilización de ropa de
cama inadecuada, etc., completaría el listado — Temperatura de la piel (caliente o fría)
de causas principales de las úlceras por pre- — Consistencia del tejido (edema, indura-
sión. ción)
Queremos señalar que por la redacción de — Sensaciones (dolor, escozor)
los apartados siguientes de este capítulo hemos
recurrido a los documentos técnicos del GNE- Estadio II
AUPP en su última edición, revisados en sep-
tiembre de 2003, en cuya elaboración hemos Pérdida parcial del grosor de la piel que afecta a
tenido la oportunidad de participar. la epidermis, a la dermis o a ambas (Fig. 16-2).

Figura 16-1. Úlcera por presión en estadio I.


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Úlcera superficial que tiene aspecto de abra- Directrices generales sobre


sión, ampolla o cráter superficial. la prevención de las UPP
(Doc. I GNEAUPP)
Valoración del riesgo
Estadio III
— Considere que todos los pacientes son
Pérdida total del grosor de la piel que implica de riesgo.
lesión o necrosis del tejido subcutáneo, que pue- — Elija y utilice una escala de valoración
de extenderse hacia abajo pero no por la fascia de riesgo (EVRUPP) que se adapte a las nece-
subyacente (Fig. 16-3). sidades de su entorno asistencial.
— La utilización de una EVRUPP le faci-
litará la identificación del nivel de riesgo glo-
Estadio IV bal y de los factores de riesgo presentes en cada
paciente, orientando la planificación de los cui-
Pérdida total del grosor de la piel con destruc- dados de prevención.
ción extensa, necrosis del tejido o lesión en — Utilice una EVRUPP validada en cuan-
músculo, hueso o estructuras de sostén (tendón, to a su sensibilidad, especificidad y variabili-
cápsula articular, etc.). dad interobservador.
En este estadio, como en el III, pueden pre- — Evite modificar escalas sin proceder a
sentarse lesiones con cavernas, tunelizaciones su validación.
o trayectos sinuosos (Fig. 16-4). — Efectúe la valoración de riesgo en el mo-
En todos los casos que proceda deberá re- mento del ingreso del paciente y periódicamen-
tirarse el tejido necrótico antes de determinar te a medida que se vayan produciendo cambios
el estadio de la úlcera. en su estado general que así lo sugieran.

Figura 16-2. Úlcera por presión en estadio II.


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Figura 16-3. Úlcera por presión en estadio III.

— Registre sus actividades y resultados. Lave la piel con agua tibia, aclare y realice
Evalúe. un secado meticuloso sin fricción.
No utilice sobre la piel ningún tipo de al-
coholes (de romero, tanino, colonias, etc.).
Cuidados específicos Aplique cremas hidratantes, procurando su
completa absorción.
1. Piel Valore la posibilidad de utilizar productos
con ácidos grasos hiperoxigenados en las zo-
Examine el estado de la piel al menos una vez nas de riesgo de aparición de úlceras por pre-
al día, teniendo en cuenta especialmente: sión, cuya piel esté intacta.
Utilice preferentemente lencería de tejidos
— Las prominencias óseas (sacro, talones, naturales.
caderas, tobillos, codos…) Para reducir las posibles lesiones por fricción
— Las zonas expuestas a humedad (por in- puede servirse de apósitos protectores (hidroco-
continencia, transpiración, estomas, secrecio- loides, películas y espumas de poliuretano).
nes…) No realice masajes directamente sobre pro-
— La presencia de sequedad, excoriacio- minencias óseas.
nes, eritema, maceración, fragilidad, tempera- Dedique una atención especial a las zonas
tura, induración... donde ya ha habido lesiones por presión, al pre-
sentar un elevado riesgo de aparición de nue-
Mantenga la piel del paciente en todo mo- vas lesiones (recurrencia).
mento limpia y seca.
Utilice jabones o sustancias limpiadoras con 2. Exceso de humedad: Incontinencia, trans-
potencial irritativo bajo. piración o drenajes de heridas.
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Figura 16-4. Úlcera por presión en estadio IV.

Valore y trate los diferentes procesos que pue- 3. Movilización


den originar un exceso de humedad en la piel
del paciente: incontinencia, sudoración profu- Elabore un plan de cuidados que fomente y me-
sa, drenajes y exudado de heridas. jore la movilidad y actividad del paciente.
Para ello puede utilizar productos barrera
que no contengan alcohol y que protejan con- 4. Cambios posturales
tra exudados y adhesivos.
Para minimizar el efecto de la presión como Cambie de postura cada 2-3 horas a los pacien-
causa de úlceras por presión habrán de consi- tes encamados, siguiendo una rotación progra-
derarse cuatro elementos: la movilización, los mada e individualizada.
cambios posturales, la utilización de superfi- En períodos de sedestación se efectuarán
cies especiales de apoyo y la protección local movilizaciones horarias. Si puede realizarlo por
ante la presión. sí solo, enseñe al paciente a movilizarse cada
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quince minutos (cambios de postura o pulsio- Pacientes de riesgo alto: superficies diná-
nes). micas (colchones de aire alternante, colchone-
En la realización de los cambios posturales tas de aire alternante de grandes celdas…)
tenga presente los siguientes puntos: Los pacientes de riesgo medio y alto debe-
rán utilizar un cojín con capacidad de reducción
— Evite en lo posible apoyar directamen- de la presión mientras estén en sedestación.
te al paciente sobre sus lesiones. Existen en el mercado superficies especia-
— Siga las recomendaciones de salud la- les diseñadas para niños (incubadora, cuna,
boral sobre manejo de pesos y cargas. cama pediátrica) y para adultos.
— Mantenga el alineamiento corporal, la dis- Tenga siempre en cuenta que las superficies
tribución del peso y el equilibrio del paciente. especiales son un material complementario que
— Evite el contacto directo de las promi- no sustituye al resto de los cuidados (moviliza-
nencias óseas entre sí. ción y cambios posturales) (Tabla 16-9).
— Evite el arrastre. Realice las moviliza-
ciones reduciendo las fuerzas tangenciales y la 6. Protección local ante la presión
fricción.
— En decúbito lateral, no sobrepase los 30°. En zonas de especial riesgo para la aparición
— Si fuera necesario, eleve la cabecera de de úlceras por presión, como los talones o la
la cama, pero procure que sea lo mínimo (má- región occipital, se pueden utilizar sistemas de
ximo 30°) y durante el menor tiempo posible. protección local ante la presión (apósitos, sis-
— No utilice flotadores. temas tipo bota-botín…) que:

5. Superficies especiales de apoyo — Faciliten la inspección de la piel al me-


nos una vez al día.
Son aquellas superficies que han sido diseña- — Sean compatibles con otras medidas de
das específicamente para el control de la pre- cuidado local.
sión. En este sentido, el fabricante debería apor- — No puedan lesionar la piel de esa zona
tar información fundamentada acerca de sus al tiempo de su retirada.
indicaciones de uso (tipo de pacientes a los que
va destinado el producto, niveles de riesgo y Contemple cualquier situación en la que los
características de las lesiones de estos pacien- dispositivos utilizados en el paciente puedan
tes, así como parámetros de efectividad respec- provocar problemas relacionados con la pre-
to del alivio-reducción de la presión). sión y rozamiento sobre una zona de prominen-
Utilice, preferentemente en todos los niveles
asistenciales, una superficie de apoyo adecuada
al riesgo detectado de aparición de úlceras por Tabla 16-9. Tipos de superficies de apoyo
presión y a la situación clínica del paciente. Superficies estáticas
Pacientes de riesgo bajo: preferentemen- Colchonetas-cojines estáticos de aire
Colchonetas-cojines de fibras especiales
te superficies estáticas (colchonetas-cojines (siliconizadas)
estáticos de aire, colchonetas-colchones-co- Colchonetas de espumas especiales
jines de fibras especiales, colchones de espu- Colchones-cojines viscoelásticos
ma especiales, colchonetas-cojines viscoelás- Superficies dinámicas
Colchones-colchonetas-cojines de aire
ticos…) alternante
Pacientes de riesgo medio: preferentemen- Colchones-colchonetas de aire alternante con
te superficies dinámicas (colchonetas de aire flujo de aire
Camas y colchones de posicionamiento lateral
alternante de celdas medias…) o superficies es- Camas fluidificadas
táticas de altas prestaciones (colchones de es- Camas bariátricas
puma especiales, colchones-colchonetas visco- Camas que permiten el decúbito y la
sedestación
elásticos…)
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cia o piel y mucosas (sondas, tiras de mascari- larga duración, a técnicas especiales (circulación
llas, tubos orotraqueales, gafas nasales, másca- extracorpórea, hipotermia…) o a medicamentos
ras de presión positiva, catéteres, yesos, féru- vasopresores, así como los ancianos frágiles.
las, sistemas de tracción, dispositivos de El caso de los pacientes en estadios termina-
inmovilización y sujeción…). En estos casos, les se aborda más adelante, al final de este apar-
los ácidos grasos hiperoxigenados y los apósi- tado. No obstante, adelantamos ya que, incluso
tos no adhesivos con capacidad de atenuación en la situación de agonía seguirá siendo necesa-
de la presión pueden ser de gran utilidad. rio realizar cambios posturales en el paciente.
Todos los elementos anteriores pueden com- Existen en el mercado distintos materiales di-
plementarse con el uso adecuado de un peque- señados específicamente para camillas, mesas de
ño arsenal de materiales que pueden servir para quirófano y radiología, incubadoras y nidos, etc.
reducir localmente la presión y evitar la fric- Existen también superficies especiales para
ción y fuerzas tangenciales, como pueden ser: el control de la presión que entre sus diversas
cojines, almohadas, protectores locales, etc. prestaciones contemplan la consecución de ele-
vadas cotas de bienestar, estando especialmen-
te destinadas a este grupo de pacientes.
Cuidados generales

Trate aquellos procesos que puedan influir en


Educación
la aparición de úlceras por presión: alteracio-
nes respiratorias, circulatorias, metabólicas...
Implique a todos los miembros del equipo asis-
Identifique y corrija los diferentes déficit
tencial o red de cuidadores informales en la pla-
nutricionales (calorías, proteínas, vitaminas y
nificación, ejecución y seguimiento de los cui-
minerales).
dados de prevención.
Recuerde que un paciente en el que exista
un alto riesgo de aparición de UPP requiere una
— Valore la capacidad del paciente para
dieta hiperproteica e hipercalórica y que en el
participar en su programa de prevención.
caso de que presente alguna UPP va a precisar
— Elabore un programa de educación:
el aporte de nutrientes que faciliten el proceso
de cicatrización. Existen en el mercado produc-
— • Organizado, estructurado y compren-
tos nutricionales que reúnen las características
sible.
necesarias para la prevención.
— • Dirigido a todos los niveles: pacien-
Asegure un estado de hidratación adecuado.
tes, familiares, cuidadores y gestores.
— • Que incluya mecanismos de evalua-
Algunas situaciones especiales ción sobre su eficacia.

Debido a su especial relación con la posibili- Continuidad de los cuidados


dad de que aumente el riesgo de aparición de
úlceras por presión, habrán de tenerse en cuen- — Garantice la continuidad de los cuidados
ta una serie de circunstancias especiales al tiem- de prevención en el posible tránsito de los pa-
po de planificar los cuidados de prevención. cientes entre los distintos niveles asistenciales.
Estos cuidados deberán iniciarse en el mismo — Incluya la descripción de sus cuidados
momento del ingreso del paciente en la insti- en los informes de alta.
tución y mantenerse en las distintas unidades
(servicio de Urgencias, servicios de Diag-
nóstico, quirófanos…). Registro, evaluación y monitorización
Es el caso de los pacientes con alteraciones
neurológicas (lesiones medulares, déficit neuro- El hecho de registrar las valoraciones de ries-
lógicos…), los pacientes sometidos a cirugía de go, los cuidados preventivos, las característi-
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cas especiales del paciente, así como la no dis- tos: estado del paciente, la lesión y su entorno
ponibilidad de los recursos materiales nece- de cuidados.
sarios para la prevención, es una medida de
gran ayuda en la protección legal de los profe- a) Valoración inicial del paciente
sionales responsables del cuidado de los pa-
cientes ante posibles demandas relacionadas Realice una historia y examen físico comple-
con la aparición de úlceras por presión. tos, prestando especial atención a los siguien-
El proceso de evaluación es un instrumento tes puntos:
básico para mejorar la eficacia de los cuidados y
actividades preventivas de las úlceras por presión. — Factores de riesgo de las úlceras por pre-
Es necesario establecer un programa de con- sión (inmovilidad, incontinencia, nutrición, ni-
trol de calidad con el fin de mejorar la atención vel de conciencia...). El uso de una escala de
prestada a los pacientes, facilitar el trabajo en valoración de riesgo de aparición de úlceras por
equipo y valorar de forma objetiva la práctica presión puede ser de gran utilidad (véase
asistencial. Documento IGNEAUPP: Directrices genera-
Los problemas que plantean estas lesiones les de prevención de las úlceras por presión).
deben abordarse desde un punto de vista inter- — Identificación de enfermedades que pue-
disciplinario implicando necesariamente a las dan interferir en el proceso de curación (alte-
estructuras de gestión. raciones vasculares y del colágeno, respirato-
Los resultados de la prevención pueden me- rias, metabólicas, inmunológicas, procesos
dirse basándose en la incidencia y prevalencia neoplásicos, psicosis, depresión...)
de las úlceras por presión.
Los estudios de incidencia y prevalencia de- — Edad avanzada
ben realizarse periódicamente. Lo ideal sería — Hábitos tóxicos: tabaco, alcohol...
su seguimiento continuo e integración dentro — Hábitos y estado de higiene
de una política local sobre úlceras por presión. — Tratamientos farmacológicos (corticoi-
des, antiinflamatorios no esteroideos, inmuno-
Prevalencia = Número de pacientes con supresores, fármacos citotóxicos, etc.
úlceras por presión/Total de
pacientes sometidos a b) Valoración nutricional
estudio en esa fecha
Utilice un instrumento sencillo de valoración
Incidencia = Número de pacientes que
nutricional para identificar estados de malnu-
padecen úlceras por presión
trición (calorías, proteínas, nivel de albúmina
en un período determinado/
sérica, minerales, vitaminas...)
Total de pacientes en estudio
Reevalúe periódicamente.
durante ese período
c) Valoración psicosocial
Directrices generales sobre
el tratamiento de las UPP Examine la capacidad, habilidad y motivación
(Doc. III GNEAUPP) del paciente para participar en su programa te-
rapéutico.
Valoración
d) Valoración del entorno de cuidados
Sería inapropiado centrarse exclusivamente en
la valoración de la úlcera por presión sin tener — Identificación del cuidador principal
en cuenta la valoración global del paciente. — Valoración de actitudes, habilidades, co-
La evaluación integral del paciente con úl- nocimientos y posibilidades del entorno cuida-
ceras por presión ha de contemplar tres aspec- dor (familia, cuidadores informales...)
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e) Valoración de la lesión Tabla 16-10. Parámetros de valoración local


de una UPP
A la hora de valorar una lesión, ésta debería Localización de la lesión
poder describirse mediante unos parámetros Clasificación-estadificación
• Estadio I:
unificados para facilitar la comunicación entre • Estadio II:
los diferentes profesionales implicados, lo que • Estadio III:
al mismo tiempo va a permitir comprobar ade- • Estadio IV:
cuadamente su evolución. Dimensiones
• Longitud-anchura (diámetro mayor y menor)
Es importante la valoración y el registro • Área de superficie
de la lesión al menos una vez por semana y • (en úlceras elípticas, dada su mayor
siempre que existan cambios que así lo acon- frecuencia: área = diámetro mayor ×
diámetro menor) x pi/4
sejen. • Volumen
Esta valoración debería de incluir al menos Existencia de tunelizaciones, excavaciones,
los parámetros recogidos en la Tabla 16-10. trayectos fistulosos
Tipos de tejidos presentes en el lecho de la
lesión
• Tejido necrótico
Alivio de la presión sobre los tejidos • Tejido esfacelado
• Tejido de granulación
Aliviar la presión supone evitar la anoxia, la Estado de la piel perilesional
• Íntegra
isquemia tisular y las lesiones relacionadas • Lacerada
con ellas (lesiones por reperfusión, etc.), in- • Macerada
crementando de esta manera la viabilidad de • Eccematización, celulitis...
los tejidos blandos y haciendo que la lesión Secreción de la úlcera
esté en unas condiciones óptimas para su cu- • Escasa
• Profusa
ración. • Purulenta
Cada una de las actuaciones estará dirigida • Hemorrágica
a disminuir el grado de presión, rozamiento y • Serosa
Dolor
cizallamiento. Esta disminución de la presión Signos clínicos de infección local
puede obtenerse mediante el empleo de técni- • Exudado purulento
cas de posición (encamado o sentado) y la elec- • Mal olor
• Bordes inflamados
ción de una adecuada superficie de apoyo. • Fiebre
Antigüedad de la lesión
Curso-evolución de la lesión
Técnicas de posición
apoyo de su peso cada quince minutos median-
a) Con el paciente sentado te el cambio postural.
Si no fuera posible variar la posición cada
Cuando se ha formado una úlcera sobre las su- hora, habrá que llevarlo nuevamente a la cama.
perficies de asiento, deberá evitarse que el in-
dividuo permanezca sentado. b) Con el paciente encamado
De modo excepcional y siempre que pue-
da garantizarse el alivio de la presión median- Los individuos encamados no se deben apoyar
te el uso de dispositivos especiales de apoyo, sobre la úlcera por presión.
se permitirá esta posición durante períodos li- Cuando el número de lesiones, la situación
mitados de tiempo, manteniendo así la buena del paciente o los objetivos del tratamiento im-
funcionalidad del paciente. piden el cumplimento de la anterior directriz,
La posición de los individuos sentados que se deberá disminuir el tiempo de exposición a
no presenten una lesión a ese nivel debe variar- la presión aumentando la frecuencia de los cam-
se al menos cada hora, facilitando el cambio de bios. Se puede emplear una amplia variedad de
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superficies de apoyo que pueden ser de utili- Se ha de utilizar una superficie que reduz-
dad en la consecución de este objetivo. ca o alivie la presión, de acuerdo con las nece-
sidades específicas de cada paciente.
c) En ambas posiciones En este sentido, se deberán tener en cuenta
los puntos siguientes:
No se deben utilizar dispositivos tipo flotador
o anillo. — Todo paciente que presente una o varias
El plan ha de ser individualizado y poner- úlceras por presión debe considerarse de alto
se por escrito. riesgo en lo que se refiere a la posibilidad de
En los distintos niveles asistenciales y es- sufrir nuevas lesiones. Por tanto, se le debe co-
pecialmente en el ámbito de la atención comu- locar siempre sobre una superficie especial para
nitaria, será necesario implicar a la persona cui- el control de la presión dinámica.
dadora en la realización de las actividades — En caso de que no sea posible, se puede
dirigidas al alivio de la presión. utilizar una superficie estática si el individuo
es capaz de admitir varias posiciones sin apo-
yar su peso sobre la úlcera por presión.
Superficies de apoyo — Se debe emplear una superficie dinámi-
ca de apoyo cuando el individuo es incapaz de
A la hora de seleccionar una superficie de apo- admitir varias posiciones sin que su peso recai-
yo, el profesional deberá considerar varios fac- ga sobre la úlcera por presión.
tores, entre los que se encuentran la situación
clínica del paciente, las características de la ins-
titución o del nivel asistencial y las propias ca- Cuidados generales
racterísticas de esa superficie de apoyo.
La utilización de superficies de apoyo es Prevención de nuevas lesiones por presión. Se
importante desde el punto de vista de la pre- reconoce que existe un mayor riesgo de apari-
vención, pero también como medida coadyu- ción de nuevas úlceras por presión en aquellos
vante en el tratamiento de lesiones instauradas. pacientes que ya presentan o han presentado
La elección de las superficies de apoyo de- alguna de estas lesiones.
berá basarse en su capacidad para contrarres- Por todo ello será necesario continuar, in-
tar los factores que pueden aumentar el riesgo cluso con mayor insistencia, con el programa
de aparición de estas lesiones o agravarlas, así de prevención anteriormente señalado.
como en la conjunción de otros valores, como
la facilidad de uso, el mantenimiento, el coste,
y el bienestar del paciente. Soporte nutricional
Las superficies de apoyo pueden actuar de
dos formas: las superficies que reducen la pre- La nutrición desempeña un papel relevante en
sión reducen los niveles de la misma, aunque la cicatrización de las heridas.
no necesariamente por debajo de los valores Habitualmente, en los pacientes con úlce-
que impiden el cierre capilar. En el caso de los ras por presión anidan otros problemas que pue-
sistemas de alivio de la presión, se produce una den dificultar una adecuada nutrición (edad
reducción del nivel de la presión en los tejidos avanzada, inapetencia, carencia de dientes, pro-
blandos por debajo de la presión de oclusión blemas neurológicos, bajo nivel de conciencia,
capilar, además de la eliminación de la fricción etcétera).
y el cizallamiento. Una situación nutricional deficiente hace
Es importante recordar que las superficies imposible o retrasa la cicatrización total de las
de apoyo son un valioso aliado en el alivio de lesiones y favorece la aparición de otras.
la presión, pero que en ningún caso sustituyen Un buen soporte nutricional no sólo favore-
a los cambios posturales. ce la cicatrización de las úlceras por presión
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sino que también puede evitar la aparición de en un déficit en la demanda de autocuidados y


éstas y de complicaciones locales como la in- en la habilidad de proveer a esos autocuidados.
fección. En el caso de las úlceras por presión, éstas
La desnutrición se puede diagnosticar me- pueden tener unas consecuencias importantes
diante la realización de medidas antropométri- en el individuo y su familia, en aspectos como
cas, la determinación clínica de la albúmina sé- la autonomía, autoimagen, autoestima, etc., por
rica (proteína visceral de vida larga), la trans- lo que habrá que tenerlos presentes a la hora de
ferrina sérica (proteína visceral de vida corta) planificar sus cuidados.
y el recuento linfocitario total. Otra variable a
tener en cuenta son las disminuciones o pérdi-
das involuntarias de peso. Cuidados locales de la lesión
Las necesidades nutritivas de una persona
con úlceras por presión están aumentadas de- El cuidado local de una úlcera de estadio I se
bido a las necesidades inherentes al proceso de ha de basar en:
cicatrización.
Hoy en día existen pruebas de que hay al- El alivio de la presión en la zona afectada.
gunos nutrientes específicos, como la arginina La utilización de ácidos grasos hiperoxige-
(un aminoácido semiesencial), que son básicos nados (para mejorar la resistencia de la piel y
para el proceso de cicatrización y cuyas canti- minimizar el efecto de la anoxia tisular).
dades necesarias son prácticamente imposibles El uso de medidas locales para el alivio de
de obtener de los nutrientes disponibles en una la presión (p. ej., apósitos que cumplan con los
dieta normal. En el mercado existen productos siguientes requisitos: que atenúen eficazmen-
que contienen arginina. te la presión, que reduzcan la fricción, que per-
La dieta del paciente con úlceras por presión mitan la visualización de la zona lesionada al
deberá garantizar el aporte como mínimo de: menos una vez al día, que no dañen la piel sana
y que sean compatibles con la utilización de
• Calorías (30-35 kcal × kg peso/día) productos tópicos para el cuidado de la piel).
• Proteínas (1.25–1.5 g/kg peso/día) (pu- Un plan básico de cuidados locales de una
diendo ser necesario el aumento hasta un má- úlcera de estadio II, III y IV debe contemplar:
ximo de 2 g/kg peso/día).
• Minerales: Cinc, hierro, cobre 1.° El desbridamiento del tejido necrótico.
• Arginina 2.° La limpieza de la herida.
• Vitaminas: C, A, Complejo B 3.° La prevención y, en su caso, el trata-
• Aporte hídrico (1cc agua × kcal día) (30 miento de la infección bacteriana.
cc agua/día × kg peso) 4.° La elección de un producto que manten-
ga continuamente el lecho de la úlcera húme-
En caso de que la dieta habitual del pacien- do y a temperatura corporal.
te no cubra estas necesidades, se debe recurrir
a dietas completas o suplementos nutriciona-
les formulados especialmente para pacientes Desbridamiento
con heridas crónicas.
La presencia en el lecho de la herida de tejido
necrótico bien sea como escara negra, amari-
Soporte emocional lla..., de carácter seco o húmedo, lo convierte
en el medio ideal para la proliferación bacte-
La presencia de una lesión cutánea puede pro- riana e impide el proceso de curación.
vocar un cambio importante en las actividades En cualquier caso, la situación global del
de la vida diaria debido a problemas físicos, paciente (enfermos con trastornos de la coagu-
emocionales o sociales que se pueden traducir lación, enfermos en fase terminal de su enfer-
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402 Principios de Geriatría y Gerontología

medad, etc.), así como las características del Existen en el mercado diversos productos
tejido a desbridar, determinarán el tipo de des- enzimáticos (proteolíticos, fibrinolíticos...) que
bridamiento a realizar. pueden utilizarse como agentes de detersión
De forma práctica podemos clasificar los química de los tejidos necróticos.
métodos de desbridamiento en: cortantes (qui- La colagenasa es un ejemplo de este tipo de
rúrgicos), químicos (enzimáticos), autolíticos sustancias. Existen datos científicos que indi-
y otros en desuso (mecánicos) o sin experien- can que ésta favorece el desbridamiento y el
cia en nuestro entorno (biológico o larval). crecimiento de tejido de granulación. Cuando
Estos métodos no son incompatibles entre se vaya a utilizar, es recomendable proteger la
sí. Sería aconsejable combinarlos para obtener piel periulceral mediante una película barrera,
mejores resultados (por ejemplo, desbridamien- pasta de cinc, silicona, etc., así como aumen-
to cortante asociado a desbridamiento enzimá- tar el nivel de humedad en la herida para po-
tico y autolítico). tenciar su acción.

• Desbridamiento cortante o quirúrgico • Desbridamiento autolítico

Está considerado como la forma más rápida de eli- El desbridamiento autolítico se favorecerá me-
minar áreas de escaras secas adheridas a planos diante el uso de productos concebidos para la
más profundos o de tejido necrótico húmedo. cura húmeda.
El desbridamiento quirúrgico es un proce- Se produce por la conjunción de tres facto-
dimiento cruento que requiere conocimientos, res: la hidratación del lecho de la úlcera, la fi-
destreza y una técnica y material estéril. Por otro brinólisis y la acción de las enzimas endóge-
lado, la política de cada institución o nivel asis- nas sobre los tejidos desvitalizados.
tencial determinará quién y dónde realizarlo. Esta fórmula de desbridamiento es más se-
El desbridamiento cortante deberá realizar- lectiva y atraumática, no requiere de habilida-
se por planos y en diferentes sesiones (salvo el des clínicas específicas y suele ser bien acep-
desbridamiento radical en quirófano), siempre tada por el paciente. Tiene un efecto más lento
comenzando por el área central, procurando lo- en el tiempo. Cualquier apósito capaz de crear
grar tempranamente la liberación de tejido des- unas condiciones de cura húmeda, de manera
vitalizado en uno de los lados de la lesión. general, y los hidrogeles de estructura amorfa,
Ante la posibilidad de la aparición de do- de manera específica, pueden servir para el des-
lor en esta técnica, es aconsejable la aplicación bridamiento autolítico.
de un antiálgico tópico (gel de lidocaína al 2 %, En el caso de heridas con tejido esfacelado,
EMLA, etc.). La hemorragia puede ser una los hidrogeles en estructura amorfa (geles), por
complicación frecuente que podremos contro- su acción hidratante facilitan la eliminación de
lar generalmente mediante compresión direc- tejidos no viables, por lo que deben considerar-
ta, apósitos hemostásicos, etc. Si no cediera la se una buena opción de desbridamiento.
situación con las medidas anteriores, se recu-
rrirá a la sutura del vaso sangrante. Una vez
controlada la hemorragia sería recomendable Limpieza de la lesión
utilizar durante un período de 8 a 24 horas un
apósito seco, cambiándolo posteriormente por Limpie las lesiones inicialmente y en cada
un apósito húmedo. cura, utilizando como norma suero salino fi-
siológico.
• Desbridamiento químico (enzimático) Utilice la menor fuerza mecánica posible
para la limpieza de la úlcera, así como para su
El desbridamiento químico o enzimático es un secado posterior.
método más a valorar cuando el paciente no to- Use una presión de lavado efectiva para el
lere el desbridamiento quirúrgico. arrastre de los detritos, bacterias y restos de cu-
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ras anteriores, pero que no pueda producir trau- Tabla 16-11. Variables a considerar en la
matismos en el tejido sano. La presión de lava- selección de un apósito de cura en ambiente
do más eficaz es la proporcionada por la grave- húmedo
dad o, por ejemplo, la que aplicamos a través • Localización de la lesión
• Estado de la lesión
de una jeringa llena con 35 mL con una aguja • Gravedad de la úlcera
o catéter de 19 mm, que proyecta el suero fisio- • Cantidad de exudado
lógico sobre la herida a una presión de 2 kg/cm2. • Presencia de tunelizaciones
• Estado de la piel perilesional
Las presiones de lavado de la úlcera más efec- • Signos de infección
tivas y seguras oscilan entre 1 y 4 kg/cm2. • Estado general del paciente
Como norma, no limpie la herida con anti- • Nivel asistencial y disponibilidad de recursos
• Coste-efectividad
sépticos locales (povidona yodada, clorhexidi- • Facilidad de aplicación en contextos de
na, agua oxigenada, ácido acético, solución de autocuidado
hiplocorito...) o limpiadores cutáneos. Todos
son productos químicos citotóxicos para el nue-
vo tejido y en algunos casos su uso continuo tes) las cavidades y tunelizaciones con produc-
puede provocar problemas sistémicos por su tos basados en el principio de la cura húmeda.
absorción en el organismo. La frecuencia de cambio de cada apósito
(Les remitimos para más información al vendrá determinada por las características es-
Documento VIII GNEAUPP: «Recomenda- pecíficas del producto seleccionado.
ciones sobre la utilización de antisépticos en el Será preciso elegir el apósito que permita
cuidado de heridas crónicas».) la óptima eliminación del exudado sin que se
deseque el lecho de la úlcera ni se lesione el te-
jido periulceral (Tabla 16-12).
Elección de un apósito Algunos apósitos de cura en ambiente húme-
do pueden combinarse entre sí, al igual que con
La evidencia científica disponible demuestra otros productos para el cuidado de las heridas.
la efectividad clínica y desde el punto de vista Para proteger la piel perilesional del exu-
coste/beneficio (espaciamiento de las curas, dado y otras agresiones, se aconseja la utiliza-
menor manipulación de las lesiones...) de la ción de películas de barrera no irritantes.
técnica de la cura de heridas en ambiente hú-
medo frente a la cura tradicional.
Un apósito ideal debe ser biocompatible, Colonización e infección bacteriana
proteger la herida de agresiones externas físi- en las úlceras por presión
cas, químicas y bacterianas, mantener el lecho
de la úlcera continuamente húmedo y la piel Todas las úlceras por presión están contamina-
circundante seca, eliminar y controlar los exu- das por bacterias, lo cual no quiere decir que
dados y el tejido necrótico mediante su absor- las lesiones estén infectadas.
ción, dejar la menor cantidad posible de resi- En la mayor parte de los casos una limpieza
duos en la lesión, ser adaptable a localizaciones y desbridamiento eficaz impide que la coloniza-
difíciles, respetar la piel perilesional y ser de ción bacteriana progrese a infección clínica.
fácil aplicación y retirada. El diagnóstico de la infección asociada a
Los apósitos de gasa no cumplen con la ma- úlcera por presión debe ser fundamentalmente
yoría de los requisitos anteriores. clínico.
La selección de un apósito de cura en am- Los síntomas clásicos de infección local de
biente húmedo deberá realizarse considerando la úlcera cutánea son los siguientes: inflama-
las variables recogidas en la Tabla 16-11. ción (eritema, edema, tumor, calor), dolor, olor
Para evitar que se formen abscesos o se «cie- y exudado purulento.
rre en falso» la lesión será necesario rellenar par- La infección de una úlcera puede estar in-
cialmente (entre la mitad y las tres cuartas par- fluida por factores propios del paciente (défi-
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404 Principios de Geriatría y Gerontología

Tabla 16-12. Apósitos basados en la técnica de la cura en ambiente húmedo y otros


Alginatos Poliuretanos
En placa En film/película
En cinta Espumas poliméricas en placa
Espumas poliméricas para cavidades
Espumas poliméricas con silicona
Espuma de gel de poliuretano
Hidrocoloides Apósitos combinados
En placa Hidrocoloides en placa con absorbentes
En gránulos
En pasta Hidrocoloides en placa con hidrofibra de hidrocoloide
Combinados con alginato cálcico
En fibra
En malla o tul
Hidrogeles Otros tipos de apósitos
En placa Apósitos con ácido hialurónico
En estructura amorfa (geles) Apósitos de carbón activado
Salinos Apósitos con plata en malla de carbón activado
En malla o tul Apósitos con plata de liberación directa
Apósitos de tul graso
Apósitos de malla de silicona perforada
Apósitos con carga iónica
Colágeno en polvo

cit nutricional, obesidad, fármacos —inmu- la recogida de exudado mediante frotis, que
nosupresores, citotóxicos—, enfermedades puede detectar sólo contaminantes de superfi-
concomitantes —diabetes, neoplasias, etc.—, cie y no el verdadero microorganismo respon-
edad avanzada o incontinencia) y otros relacio- sable de la infección. Identificado el germen se
nados con la lesión (estado, existencia de teji- habrá de plantear un tratamiento antibiótico es-
do necrótico y esfacelado, tunelizaciones, le- pecífico y reevaluar al paciente y la lesión.
siones tórpidas, alteraciones circulatorias en la
zona, etc.).
Ante la presencia de signos de infección lo- Ante situaciones terminales
cal deberá intensificarse la limpieza y el des-
bridamiento, El hecho de que un paciente se encuentre en el
Si transcurrido un plazo entre dos y cuatro estadio terminal de su enfermedad no signifi-
semanas, la úlcera no evoluciona favorable- ca que se haya de abandonar el objetivo de evi-
mente o continúa con signos de infección lo- tar la aparición de úlceras por presión; no obs-
cal, una vez descartada la presencia de osteo- tante, los procedimientos estarán guiados por
mielitis, celulitis o septicemia, deberá implan- estas consideraciones:
tarse un régimen de tratamiento durante un pe-
ríodo máximo de dos semanas con un antibió- — No culpar al entorno de cuidados de la
tico local con acción contra los microorganis- aparición de nuevas lesiones. Es una compli-
mos que más frecuentemente infectan las cación frecuente y en muchos casos, en ese es-
úlceras por presión (por ejemplo, sulfadiazina tado, probablemente inevitable.
argéntica, ácido fusídico) o bien utilizar apósi- — Plantear objetivos terapéuticos realistas
tos de plata de liberación directa, en la actua- de acuerdo con las posibilidades de curación,
lidad con muy buenos resultados. evitando en lo posible técnicas agresivas.
Si la lesión no responde al tratamiento lo- — Mantener la herida limpia y protegida
cal, deberán realizarse entonces cultivos bac- para evitar el desarrollo de la infección.
terianos, cualitativos y cuantitativos, preferen- — Seleccionar apósitos que permitan dis-
temente mediante aspiración percutánea con minuir la frecuencia de las curas para evitar el
aguja o biopsia tisular, evitando, a ser posible, malestar causado por estos procedimientos.
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Grandes síndromes gerontológicos 405

— Mejorar el bienestar del paciente, evi- ¿Por qué se produce la incontinencia?


tándole el dolor e intentando controlar, de exis-
tir, el mal olor de las lesiones (mediante apó- • Porque la uretra pierde su capacidad de
sitos de carbón activado, gel de metronidazol, cierre durante el llenado de la vejiga, siendo in-
etcétera). competente para evitar el escape de la orina.
— En situación de agonía se deberá valo- • Porque la vejiga se contrae y vacía. Sin
rar la necesidad de realizar cambios posturales poderlo evitar, la persona pierde el control vo-
en el paciente. luntario sobre su vejiga, siéndole imposible
mantenerla relajada hasta encontrar el lugar y
momento adecuados.
INCONTINENCIA URINARIA • Por un mal funcionamiento combinado de
la vejiga y la uretra. Tanto si la causa es la ve-
Es errónea la creencia de que el propio enveje- jiga como la uretra, o ambas, la alteración que
cimiento, o los cambios normales que se produ- la produce puede ser también múltiple.
cen en el organismo en esta etapa de la vida, sean
responsables de la aparición de la incontinen- El envejecimiento conlleva cambios en el
cia, aunque puedan actuar como factores predis- aparato urinario e intestinal, pero por sí mismo
ponentes. Por otro lado, en estos momentos, la no puede explicar todos los problemas de de-
incontinencia está considerada como uno de los pendencia a nivel de la eliminación. Problemas
grandes síndromes geriátricos debido a su ele- que, por otro lado, no afectan a todas las per-
vada prevalencia y al importante deterioro que sonas por igual: es la combinación de las trans-
produce sobre la calidad de vida del anciano. formaciones fisiológicas unidas al envejeci-
Son múltiples los factores que pueden con- miento con otros factores lo que resulta
tribuir a la presencia de trastornos en la elimi- determinante. Intervienen así:
nación. Así, además del envejecimiento fisio-
lógico que comporta una serie de cambios a) Las transformaciones del aparato geni-
anatómicos y funcionales, está la existencia tourinario
de pluripatología, unida a la polifarmacología,
sin olvidar las modificaciones físicas y men- Son las alteraciones anatómicas y funcionales
tales y los factores ambientales que rodean al de la vejiga, como la disminución del número
anciano. de nervios autónomos, la aparición de diver-
Con frecuencia, en algunas alteraciones re- tículos, la disminución de su capacidad, el
lacionadas con la eliminación, no se actúa con aumento del número de contracciones involun-
la premura que el problema requiere, unas ve- tarias y el aumento del residuo posmiccional;
ces debido a la aceptación de la persona que en- las alteraciones anatómicas y funcionales de la
vejece, otras a causa de diferentes factores so- uretra, como la disminución del número de cé-
cioculturales que radican en la población en lulas y su sustitución por tejido fibroso y la dis-
general, así como a la falta de sensibilización o minución de la presión de cierre; y finalmen-
de suficiente formación de los diferentes profe- te, el crecimiento prostático, la disminución de
sionales que están en contacto con personas ma- las células vaginales y el aumento de depósi-
yores. tos de colágeno, con la consiguiente fibrosis y
La incontinencia urinaria se podría definir debilidad muscular del suelo pélvico.
como la pérdida involuntaria de orina demos-
trable objetivamente, producida en un momen- b) Las transformaciones del aparato loco-
to y lugar no adecuados, y que provoca en la motor
persona que la sufre un problema higiénico, so-
cial y psíquico, así como una importante limi- Son las modificaciones que experimenta el apa-
tación de su actividad laboral, educacional, fa- rato locomotor, así como algunos elementos
miliar e individual (Martínez, 1989). del medio ambiente.

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