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Técnicas Cognitivas (5)

Yuvisela Analy Saucedo Malacara


Manejo de los Trastornos del Ánimo
Maestría en Psicología Clínica
Universidad Autónoma de Coahuila

Introducción

Las técnicas cognitivas son base en dentro de las terapias cognitivas conductuales,
pues propician los cambios en los pensamientos de los pacientes, específicamente en
los pacientes deprimidos, son las encargadas de modificar las percepciones negativas
que los pacientes tienen ante la vida y las ponen en cuestionamiento para que están
sean validadas.

Las técnicas cognitivas en conjunto con las conductuales y abreactivas


(emocionales), integran los tratamientos cognitivos conductuales para la depresión, y se
encargan de llevar al paciente a una nueva comprensión de su realidad.

Las técnicas cognitivas

Su objetivo es abrir la puerta a la organización cognitiva del paciente deprimido,


para que el terapeuta sea capaz de entender la estructura del paciente y como a partir
de esta explica su realidad. Las técnicas cognitivas son numerosas y se encaminan a la
modificación de las distorsiones que los pacientes tienen en relación a sí mismos, al
mundo y al futuro (triada cognitiva); a través de preguntas, identificación de
pensamientos automáticos, en primera instancia, logran que el terapeuta y el paciente
mismo puedan entender como está siendo interpretada la realidad, es decir, develan el
paradigma personal que el paciente tiene; y una vez expuesto se puede someter a duda
y a validarlo en todas sus formas.

Sin embargo, el terapeuta debe desarrollar habilidades que le permitan llevar al


paciente a cuestionar la validez de sus pensamientos, pues en ocasiones, los pacientes
tienden a buscar la anuencia del terapeuta y dar respuestas que creen que esta espera;
o por el contrario el terapeuta puede poner en boca del paciente palabras que le
pertenecen a él; así, el terapeuta debe estar consciente de su propio paradigma
personal.

El tener claro lo anterior, facilita que el terapeuta entre en el mundo del paciente y
encuentre aquellos patrones de pensamiento que generan o mantienen la depresión.
En cierto modo, adentrarse en la vida interna del paciente desata un espíritu de
aventura en el paciente (y el terapeuta), pues al ir develando su manera de ver la
realidad, el paciente se siente motivado centrándose en los acontecimientos y
atribuyéndoles un significado más apegado a la realidad.

A la larga, el paciente desarrollará una visión nueva y acorde a la realidad,


adecuada con los objetivos de vida que tienen; tendrá la capacidad de identificar los
obstáculos reales y valorarlos de manera adecuada, además de desarrollar estrategias
para vencer los obstáculos.

Explicar el fundamento teórico al paciente

Uno de los postulados de la terapia cognitiva conductual es el hecho de tratar los casos
de los pacientes de manera científica, a través de la validación de los pensamientos de
los sujetos y de sus consecuentes conductas y emociones; esto se hace a través de
experimentos conductuales, comprobación de hipótesis y también el encuadre teórico
de cada técnica utilizada dentro de los tratamientos.

En la terapia cognitivo conductual, es imprescindible que el terapeuta comprenda


cada modelo cognitivo y cada técnica utilizada, pues será una de sus tareas transferirla
al paciente con el fin de dar sustento a la terapia. Así el terapeuta, identifica los intentos
del paciente para definir su problema y resolverlo; además debe exponer el modelo
cognitivo de la depresión (en este caso), con el fin de que el sujeto comprenda la razón
de lo que le sucede física, mental y emocionalmente. No menos importante es
describirle al paciente la triada cognitiva y la manera en que esta afecta su percepción
de la realidad; enfatizando el efecto de las cogniciones negativas sobre las emociones y
conductas que presenta. Un paciente con esta información, adquiere mayor adherencia
al tratamiento, pues podrá tener un objetivo claro, una meta que alcanzar.

El tacto que el terapeuta tenga con los pacientes es importante, especialmente


con los pacientes en depresión, pues estos tienen plena seguridad de que sus
cogniciones son reales y validas, por esta razón, un terapeuta no debe llamar decirle al
paciente que tiene pensamientos irracionales, o que piensa de manera irracional; pues
dentro de su irracionalidad, esto lo tomará incluso como una agresión hacia él.

Por el contrario, el terapeuta busca y muestra evidencia al paciente de que su


modo de pensar es inadecuado y afecta su visión de las cosas, y como esto mantiene
la depresión (como en un círculo vicioso), llevándolo a comprender que las
conclusiones que hace de su realidad pueden ser incorrectas.

Debe ser consciente el terapeuta que los pacientes deprimidos piensan bajo dos
premisas, primero, tienen un pensamiento idiosincrático, es decir, que tienen un sesgo
en la triada cognitiva; y segundo, su percepción de las cosas contribuye a la depresión.

El terapeuta cognitivo conductual

La tarea del terapeuta cognitivo conductual difiere de otros enfoques pues este no
desprecia los pensamientos negativos de los pacientes, por el contrario, son la materia
prima con la que trabaja. En el caso de la depresión, el terapeuta muestra al paciente
que cuando existe un evento o situación esta es interpretada siempre de manera
errónea y negativa, y aun cuando dicho evento tenga varias formas de ver, el paciente
siempre elegirá aquella que sea más negativa; es labor del terapeuta formar junto con
el paciente un equipo colaborador y científico para investigar los pensamientos del
paciente y las connotaciones que este da. Así, en colaboración el terapeuta podrá guiar
las ideas del paciente sobre el origen de sus problemas, y no ofrecerle explicaciones
desde su propia perspectiva.

Resulta fundamental que el terapeuta busque comprender los factores que


influyen para que el paciente mantenga la depresión; pues de lo contrario, él podrá
imaginar que se debe a una situación de tristeza cuando en realidad lo que hay detrás
es culpa. Otro punto importante es que el terapeuta debe conocer las expectativas que
el paciente tiene sobre su tratamiento, hacerlas realistas y trabajar en conjunto con él
para establecer las metas terapéuticas. Debe diseminar las ideas erróneas que pueda
llegar a tener el paciente sobre la terapia, es común que se tenga una idea de lo que
debería ser acudir con un psicólogo (a), gracias a la publicidad, películas, etc; cuando el
paciente acude a terapia cognitiva debe quedarle claro que es una terapia diferente que
se enfoca en lo actual y que solo en caso necesario (cuando influya directamente en la
situación actual) se hará uso de los antecedentes remotos (infancia, etc).

Entrenamiento del paciente para observar y registrar sus cogniciones

El registro de los pensamientos es vital en el tratamiento cognitivo para la depresión,


pues ayuda al paciente a identificar cogniciones erróneas y distorsionadas sobre sí
mismo, el mundo y el futuro. Esta tarea no es fácil, pues los pacientes están renuentes
a ver la realidad; por lo que el paciente requiere aprender durante las sesiones a
discernir entre sus propios pensamientos y los acontecimientos de la vida real; además
de entender la relación entre pensamiento, emoción y conducta y el entorno. Los pasos
de este entrenamiento son los siguientes:

1. Definir lo que es un pensamiento automático (cognición)


2. Demostrar la relación entre cognición, afecto y conducta, mediante
ejemplos concretos.
3. Demostrar la presencia de las cogniciones, tomando como base la
experiencia reciente del paciente.
4. Asignar para casa la tarea de registrar las cogniciones
5. Revisar los registros del paciente y proporcionarle feedback.

Este procedimiento es básico en el tratamiento del paciente, pues solo cuando


pueda identificar las cogniciones, podrá hacer acciones para su modificación.

Ahora, el paciente común no comprende que es una cognición, Beck propone


explicar al paciente que una cognición es un pensamiento o imagen de la que uno no es
plenamente consciente, a no ser que se le preste atención (Beck, Rush, Shaw, &
Emery, 2010), es valorar un acontecimiento previo, actual o futuro. Hay cogniciones
comunes que se observan en los trastornos depresivos, estos son los pensamientos
automáticos (“soy un tonto, soy una inútil), las cogniciones se interpretan como reales y
objetivas, no se ponen en duda. La premisa de la TCC es que, si se aprendió a pensar
de esta manera, también se puede desaprender. En este sentido, las cogniciones de los
pacientes depresivos suelen ser automáticas y están profundamente familiarizados con
ellas, por lo que no es necesario que las pongan en duda.

Influencia de los pensamientos sobre los afectos y la conducta

Demostrar a los pacientes como los pensamientos afectan las emociones y la conducta,
puede resultar una tarea difícil si no se conocen las técnicas adecuadas, una de ellas
es la técnica de imágenes inducidas, consiste en que el paciente imagine una imagen
desagradable y si se manifiesta una emoción negativa el terapeuta comienza a indagar
en el contenido de ese pensamiento; posteriormente se pide imagine una escena
agradable y que describa sus sentimientos; así se espera que el paciente reconozca
que al cambiar los pensamientos puede modificar sus sentimientos. Usualmente se
utiliza esta técnica en pacientes con depresión moderada.

Cogniciones y experiencias recientes

A pesar de que la depresión es uno de los trastornos más recurrentes, cada paciente
deprimido es distinto; algunos pacientes tendrán dificultad para distinguir entre
pensamientos y emociones, mientras otros no puedan identificar los pensamientos
inadecuados. El terapeuta se puede apoyar en diversas técnicas para asegurarse que
el paciente ha comprendido y/o va avanzando; por el ejemplo, el hecho de que el
paciente se muestre siempre conforme con lo que dice el paciente, es indicio de que
algo no va bien, probablemente el paciente busque el agrado del terapeuta, lo que no
beneficia su tratamiento. Aquí el terapeuta puede hacer eco de los pensamientos que
tuvo el paciente previo a la primera cita, como será la terapia, el psicólogo (a), etc; y
contrarrestarlo con la situación actual.

Otros métodos que el paciente puede utilizar para la identificación de sus


pensamientos, es valorar su estado de ánimo, recordar eventos y pensamientos en un
determinado momento del día, e identificar las situaciones ambientales relacionadas
con su depresión.

Otras técnicas cognitivas

Técnicas de retribución

Basada en la premisa de que un acontecimiento valorado como negativo propicia la


aparición del sentimiento de culpa, la apropiación de la responsabilidad por parte del
paciente; la técnica de retribución busca atribuir la responsabilidad de un hecho a quien
pertenezca, ayudando al paciente a mejorar su auto concepto. Esta técnica permite
que el paciente revise los eventos aplicando la lógica en ellos, como revivir el momento,
pero visto desde fuera, donde pueda asimilar que la responsabilidad no fue de él y bajo
esa objetividad soltar el peso que le genera la culpa. Para hecho se deben revisar los
hechos y brindar distintos criterios que permitan al paciente ver que no es responsable
al 100% de las consecuencias.

Búsqueda de soluciones alternativas

El paciente deprimido se encuentra negado a observar alternativas, posee una visión de


túnel que le impide ver más allá de su desgracia. La búsqueda de soluciones se realiza
después de que el paciente ha sido capaz de identificar sus cogniciones y de comenzar
su reestructuración, pues solo de esta manera podrá ver alternativas que antes no
podía distinguir. Esta técnica propicia cambios en los pacientes al reconocer de manera
tajante que su problema puede no ser tan problemático.

Registro de pensamientos inadecuados

Como se mencionó anteriormente, el registro de pensamientos es básico en el


tratamiento para pacientes deprimidos, el objetivo es identificar, evaluar y modificar las
cogniciones de los pacientes, es decir, elaborar respuestas racionales a las cogniciones
negativas a través de una tabla como la siguiente:

Situación Pensamientos Respuesta razonable

La ventaja de esta técnica es que puede ser tan flexible como el paciente requiera,
pues se pueden agregar columnas acordes a lo que el terapeuta quiere trabajar.

Conclusiones

Las técnicas cognitivas aportan la base de la terapia cognitiva para la depresión, pues
promueven el análisis científico de los pensamientos para someterlos a comprobación
por parte de los pacientes y terapeutas. Es importante, se apliquen cuando el paciente
haya sido capaz de comprender como los pensamientos influyen en las emociones y las
conductas, de lo contrario, el paciente asumirá de forma superficial la información sin
comprender la relevancia de sus pensamientos.

Otro factor importante es que siempre se debe explicar la técnica al paciente, y


siempre se debe dar una fundamentación de su uso, con el fin de que el paciente
comprenda que cada fase del tratamiento tiene un para que, que lo acerca a su meta.

Bibliografía

Beck, A. T., Rush, A. J., Shaw, B. F., & Emery, G. (2010). Terapia Cognitiva de la
depresión. (D. de Brower, Ed.) (19a ed.). New York: The Guilford Press.

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