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Domesticando
al Salvaje
Paulette Oakes
Créditos
3
Coordinador del proyecto

Traductor

Correctora

Portada y edición:

¡Y no olvides comprar a los autores, sin ellos no podríamos disfrutar de tan


preciosas historias!
Sinopsis
4

El detective Tony “Salvaje” Selvaggio abandonó Chicago, su ciudad


natal, después de unos trágicos acontecimientos que lo dejaron solo y
desamparado. Y ahora, como detective del área de homicidios de la policía
metropolitana de Indianápolis, Tony esconde su corazón tras una elaborada
y cuidadosa máscara de suave y encantador chico italiano. Sin embargo, la
cólera y la rabia todavía estaban ocultas ahí, cocinándose a fuego lento bajo
la superficie, aunque Tony no dejará que nadie se le acerque lo suficiente
para hacerle daño de nuevo.
Hasta que……
El detective Mick Fletcher acaba de mudarse a Indianápolis para
escapar de su propio pasado. Está hasta arriba con su actual mudanza, y
llegar a su nuevo trabajo para escuchar que su sexualidad se había
convertido en tema de conversación no era lo que él necesitaba, como
tampoco lo era su nuevo compañero. Mick no sabía cómo tomarse a ese
italiano de cabeza caliente con cambios de humor radicales, pero estaba
empeñado en hacerlo funcionar. No importaba que Tony fuera magnífico,
porque al no tener noción de espacio personal, de inmediato se inmiscuyó
en la vida de Mick. Y entonces él, o ignoraba su creciente atracción hacia su
pareja hetero, o moría en el intento.
5 Dedicatoria
Para todas aquellas personas que hay por ahí que creen en el AMOR
en toda su misteriosa, exótica, fabulosa, dolorosa, y dichosas maneras. Y
aunque usted crea o no en un poder superior, no hay mayor fuerza que el
buen amor. Espero que disfruten tanto de esta historia como lo hice yo
cuando la escribí.
A mi marido, que ha apoyado de verdad la gran cantidad de tiempo
que me tomé para escribir y crear mis historias. Y a pesar de que no es un
ávido lector, especialmente de romance gay, nunca me ha juzgado y siempre
me ha animado, e incluso pagó la cubierta de este libro porque sabía lo
importante que era para mí. Gracias por ayudarme a hacer realidad mis
sueños.
Para la mejor amiga de todas. Tú eres y siempre serás mi alma gemela.
Y sí que no tengas pene no fuera tan demoledor para mí, me casaría en el
infierno contigo. Quédate así y se atrevida, amiga mía. Siempre nos queda
esto.
Y para mi madre. Sólo porque siempre te amaré y te echaré siempre
de menos.
Nota del autor
6

Ok, este es el primer romance gay que he escrito para que sea
publicado con mi nombre real. Para los amigos y familiares que han leído
mis otras obras, esta será poco familiar y un poco diferente de los otros
libros que he escrito. En primer lugar, si la idea de dos hombres
enamorándose y teniendo sexo entre ellos es incómodo para ti, entonces
no disfrutarás de esta historia. Pero, sin embargo, si estás interesado en
personajes únicos con una química increíble que arriesgan todo el uno por
el otro, entonces por favor léela. No me juzgues. Solo ámame. No todo el
mundo ha sido creado para pensar de la misma manera.
Seamos honestos. Sé solamente una pizca acerca de: Indianápolis,
Chicago, la Pequeña Italia, los italiano-estadounidenses, el procedimiento
policial, y de los hombres en general. Hice la mejor investigación que Google
y YouTube me podían ofrecer, y en todo caso, lo hice lo mejor que pude
para hacerlo tan creíble como mi limitado conocimiento de los conceptos
me podía permitir. Creo que lo hice bien, pero dejadme recordaros a todos
que esta es una historia con propósito de entretenimiento. Piensa en ella
como un episodio de tu telenovela favorita. Y deja que tu imaginación corra
libre. Sé que ciertamente lo hice bien.
CAPÍTULO UNO
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Tony

—¡Oye, Salvaje! —gritó una voz desagradable a través de la comisaría


de policía. Escuché que tu nuevo compañero comienza hoy, ¿te estas
poniendo duro con eso?
Anthony Selvaggio apartó los ojos a regañadientes del informe que
estaba escribiendo para echar un vistazo a su compañero de trabajo, el
detective de homicidios Andy Berkis. El sujeto era un completo estereotipo:
con chicle, bigote y barriga de policía como toda su vida había visto en las
películas y la televisión. Berkis era el tipo de hombre que siempre pedía
aplausos por sus bromas sin gracia, y estaba convencido de que tenía más
ingenio e inteligencia de la que realmente tenía. Tony realmente no lo podía
soportar, pero su madre lo había criado para ser, por lo menos,
aparentemente educado, así que apretó los dientes y gruñó: —jódete,
Berkis. Lo único duro por aquí eres tú.
—Se amable, se amable —replicó Berkis sarcásticamente—. ¿No me
digas que el gran malo “Salvaje de Chicago PD” está nervioso por conocer a
un novato?
El sonido de unos gruesos tacones anunció una nueva llegada a su área.
La detective era pequeña, aproximadamente 1.58 m, y gruesa por todas
partes a excepción de su pequeña cintura. Su piel era de un color rico:
caramelo y chocolate, mantenía su pelo arriba en un moño resbaladizo, y su
maquillaje era impecable, aunque un poco llamativo. Sostenía dos tazas
desechables de humeante café en sus manos, y se acercó a Tony para
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entregarle una de ellas.
—Aquí, bebé —Jacqueline Collins lo saludó afectuosamente—. Solo
bébete el café e ignora al idiota de mi derecha.
Tony le guiñó un ojo y le sopló a la mujer un beso al aire. —Eres una
muñeca de verdad, lo sabes, ¿verdad Jackie? ¿Cómo puedes soportarlo de
pareja?
Jackie apoyó la cadera contra el escritorio de Tony y sopló a través del
borde de su taza. Aunque Tony ya sabía que ella había probado su café,
porque había dejado una huella de lápiz de labios rojo manchando el borde
de la taza. —¡Eh!, no es tan malo una vez que te acostumbras a él. Hay tipos
blancos más viejos y feos, y este es más tolerable que la mayoría. —
Deslumbró a Tony con su brillante sonrisa y acomodó su peso con más
seguridad en el borde del escritorio. Lanzó una mirada rápida sobre su
hombro para mirar a su compañero, y cuando estuvo segura de que Berkis
estaba distraído, ella continúo en un tono más bajo: —La oficina entera está
rumoreando sobre tu nuevo compañero.
—¿Qué has escuchado? ¿El Sargento te dijo algo sobre este tipo? —
preguntó Tony.
—He escuchado unas cuantas cosas. Te diré lo que sé si me dices lo
que tú sabes —le contestó Jackie.
Tony estrechó sus ojos marrón dorado y respondió: —Todo lo que sé
es que es un traspaso de Kentucky. Se supone que es un detective caliente
de Louisville con más de sesenta casos cerrados a su nombre. Conociendo
mi suerte, probablemente se pase todo el tiempo con media botella de
Mountain Drew y escuchando todo el día música country.
Jackie se rio y se golpeó la rodilla. —Oh, hombre —suspiró, secándose
las lágrimas de risa con la punta de sus uñas rojas con manicura— suenas
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como yo cuando escuché por primera vez que tendríamos un policía italiano
de Chicago. Recuerdo haberle dicho a Berkis que probablemente habías
estado huyendo de la mafia y que tendrías manchas de espagueti en tu
corbata.
Tony sonrió mientras se lamía el pulgar y lo pasaba por su oscura ceja.
—Ma siempre me dijo que algún día sería un hombre adulto, guapa. ¿En
cuánto a las manchas de espagueti? Jódete. Yo nunca me ensucio de verdad.
Jackie se abanicó dramáticamente, y exclamó: —¡Demostrado, señor!
Me encanta cuando imitas a Robert de Niro, dulzura. Te juro que si no
estuviera casada con un hombre con tan buen culo, te invitaría a salir.
—En cualquier momento, en cualquier lugar, cara mía 1 — Tony
ronroneó, provocándola. Amaba coquetear con Jackie. Y aunque ella
también coqueteaba fuertemente con él, estaba completamente a salvo.
Tony había conocido a su marido, Tyrell Collins, y él no podía sostenerle una
vela al tipo. Tyrell era el dueño de una cadena de gimnasios de éxito, por lo
que no sólo era un tipo buenorro y guapo, si no que también era
malditamente rico, como Creso2. Tyrell y Jackie estaban locos el uno por el
otro, así que Tyrell ni siquiera veía a Tony como una amenaza. Lo que era
bueno para Tony, porque no tenía ningún deseo de que su perfecto rostro
fuera golpeado por los enormes puños del marido.
Jackie tocó ligeramente el brazo de Tony. —¡Eh, tú! —le reprendió
juguetonamente. Sus ojos color café oscuro, resaltados con la gruesa
sombra ahumada profesional, se volvieron y ella bajó la voz aún más: —

1 Querida, en italiano. Se deja como en el original.


2 Último rey de Lidia, que según cuenta la leyenda era tan inmensamente rico que se bañaba en oro.
Escucha Tony, oí algo acerca de tu nuevo compañero que pienso que
deberías saber. Un pajarito me dio la primicia.
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Los ojos de Tony se estrecharon y estudió a Jackie de cerca. —Un
pajarito ¿eh? Quieres decir Mags en su despacho, ¿verdad? Esa mujer lo
sabe todo. Juro por la lasaña de mi Ma que ella sabía que llevaba puestos
unos calzoncillos bóxer rojos el otro día. Incluso sabía la talla. Me asustó un
poco. No te voy a mentir.
Jackie se rio entre dientes. —Eso fue culpa mia. Te los vi un día y le
hablé de ellos a cambio de algunos cotilleos jugosos. Recuerdas ese día,
¿verdad? Ese en el caso de Jeffries cuando vomitó por toda tu entrepierna.
Accidentalmente te vi cambiándote la ropa en el despacho del Sargento.
Pero supongo que solo pensé en el tamaño. —E hizo una pausa para mirar
al detective. Y sus ojos brillaron cuando agregó: —Tengo que admitir que
tienes mucho ahí abajo para ser un chico blanco. Qué bueno para ti, dulzura.
El hoyuelo en la mejilla de Tony se profundizó en un lado con su
sonrisa torcida. Agarró su entrepierna y bromeó. —Por eso me llaman el
semental italiano, nena.
Jackie rompió en carcajadas y le llevó un buen rato conseguir
reponerse. Ella le dio unas palmaditas en su amplio pectoral y suspiró. —
¡Woo, eres demasiado! Bueno, ¿quieres oír el cotilleo o no?, no tengo todo
el día, cariño. Berkis se pone nervioso si no lo mandamos a patear las calles
a las 9 a.m.
La sonrisa coqueta de Tony se desvaneció de su rostro. No importaba
lo mucho que intentara olvidar a su nuevo compañero, la realidad insistía
en recordárselo en cualquier oportunidad. Tony presionó sus dientes y
asintió bruscamente a Jackie.
—Acaba de una vez con esto. Un hombre prevenido vale por dos, es
lo que siempre dicen.
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Jackie se inclinó más cerca, sus aros de oro en los lóbulos de sus orejas
tintinearon, y murmuró: —Mags tiene un contacto en el departamento de
Lousiville. Llamó para preguntar acerca de tu nuevo compañero, y chico, esa
chica siempre se entera de todo. Su nombre es Mick Fletcher, tiene treinta
y dos años, y solo ha sido detective desde hace cinco años. Fue el mejor de
su clase en la academia, acabó rápido en homicidios tras su paso por la
división de narcóticos, y ha sido directa o indirectamente responsable de
cerrar sesenta y ocho casos importantes en los últimos seis años. El Jefe de
la estación de Louisville Metro era muy reacio a dejarlo ir. Y aunque todo
esto es muy interesante, dulzura, no he llegado todavía a la mejor parte…
Las cejas de Tony subían arqueándose por su frente. Odiaba admitirlo,
pero estaba realmente celoso de esa pequeña mierda. Tony era tres años
mayor que ese Mick Fletcher, y no tenía más casos cerrados que ese chico,
y había trabajado resolviendo crímenes importantes en Chicago durante
ocho años antes de moverse a Indianapolis.
—En primer lugar, alguien llama realmente a su hijo ¿Mick? —se
preguntó en voz alta—. En segundo lugar, si la historia de este tipo mejora,
puedo también cortarme las venas y volver a casa. —Suspiró
dramáticamente y dijo: —Adelante. Golpéame.
Los labios rubí de Jackie se curvaron en una sonrisa que podría comer
a un hombre, mientras saboreaba la bomba que estaba a punto de dejar
caer. —¿La mejor parte, bebé? El contacto de Mag dice que tu nuevo
compañero es un hombre abiertamente gay.
CAPÍTULO DOS
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TONY

—¡Santa mierda! ¡Tienes que estar bromeando, Collins! —gritó Berkis


desde detrás de su compañero—. ¡Oh, mi Dios! esto es muy goloso ¿El tipo
duro de Chicago va a ser el compañero de un homosexual, de un rarito
presumido? Esto es demasiado. Voy a contárselo a los chicos.
Tras ver cómo era escuchada, el consternado rostro de Jackie no tuvo
precio. —Lo siento mucho, dulzura —le aseguro a Tony—. No le prestes
atención.
Tony estaba aturdido. Nunca había escuchado hablar de un detective
de homicidios que fuera gay. Aunque él supuso que este personaje, Mick,
no era el único en el mundo, pero, aun así, era el primero del que Tony había
oído hablar. Se tragó su conmoción, y se deshizo de la disculpa de Jackie. —
No te preocupes por eso, muñeca. No tengo problema con los gays, a menos
que vistan mejor que yo. No veo ningún problema aquí.
El rostro de Jackie se iluminó con orgullo y aprobación. —Bien por ti,
cariño. Ya va a ser lo suficientemente duro para el pobre chico el
introducirse en una nueva ciudad, así que asegúrate de ayudarlo, ¿me
escuchaste?
En este momento, Berkis estaba de vuelta con dos de sus compañeros
de narcóticos y los tres se detuvieron ante el escritorio de Tony. El detective
italiano suspiró profundamente, temiendo ya el acoso sin piedad que sabía
estaba a punto de empezar. Y no tuvo que esperar mucho.
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—¡Hola, Salvaje! Tal vez deberíamos salir y comprar un regalo de
bienvenida para tu nuevo compañero. Quizás una camisa que diga “Mick
chupa pollas” o una bandera arcoíris para su escritorio —Berkis rebuznó
como un burro.
Y Jason Petrarca, el joven detective de narcóticos, agregó: —Apuesto
a que va a ser un poco incómodo ducharos juntos en los vestuarios, ¿eh?
Solo asegúrate de que no se te caiga el jabón, Salvaje.
Su compañero, Jerome Miller, se rio y le dio una fuerte palmada a Tony
en el hombro.
—Y la siguiente cosa, ya lo sabes, veremos a nuestro Salvaje
marchando en el desfile del Orgullo con una boa alrededor del cuello. Estoy
bastante seguro de que hacen chaps de cuero en su talla, ¿verdad?
Tony sintió que su ojo izquierdo se crispaba cuando su legendario
temperamento se encendió. Empujo atrás su silla desde su escritorio, se
puso de pie en toda su altura de 1.82 m. y miró a cada uno de los hombres.
—Seguid así, idiotas ¿qué os pasa? ¿De verdad pensáis que el seminario de
diversidad y discriminación de la semana pasada fue una coincidencia?
Dejadme romper esto por vosotros idiotas, es muy simple, ¿de acuerdo?
Esa fue la manera de RRHH de poner el asunto sobre la mesa y protegerse
de los pleitos de ignorantes de mierda como vosotros, porque sabían que
algunos erais demasiado estúpidos para daros cuenta de lo rápido que una
discriminación puede acabar con una partida entera del presupuesto de la
ciudad. Se supone que vosotros sois chicos inteligentes. Sois detectives.
Solo dejad que el Sargento oiga que cualquiera de vosotros, idiotas, le dais
una paliza a un gay alguna vez, y os prometo que pondrán vuestros culos a
enfriar tan rápido que tendréis quemaduras de hielo en el colon.
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Jerome, el único hombre presente que podía igualar la altura de Tony,
inclinó su cabeza hacia atrás y estudió al italiano con astucia. —Nunca pensé
que fueras amigo de los maricones, Salvaje. Hombre, pensé que eras
católico practicante.
Tony sacó su collar de plata con la medalla de San Miguel y lo besó
antes de dejarlo caer de nuevo contra su corbata. —Nacido y criado católico,
pero si te escucho decir esa palabra otra vez, tendré mucho que confesar el
próximo domingo. Hay una lista de dos millas de larga de cosas que me
hacen ser un idiota, pero ¿ser un imbécil homofóbico? No es una de ellas.
—Bueno, eso sin duda es un alivio –y una nueva voz interrumpió la
discusión.
Todo el mundo se volvió a la vez para mirar al recién llegado. Tony
realmente dio un paso atrás en estado de shock al ver al hombre grande
parado detrás de él. Tony no se quedaba pequeño en ningún caso, pero ese
tipo era unos sólidos diez centímetros más alto que él y estaba construido
como una casa de ladrillos. Con músculos redondos y solidos apilados sobre
los hombros, los brazos y el pecho apretados contra la camiseta azul pálida,
y continuaba hacia abajo con unos anchos muslos. Su cabello estaba
cortado por los lados, pero arriba era más largo, y el color era parecido al
trigo pálido con destellos dorados en los mechones desordenados. Su piel
estaba bronceada por una evidente exposición a los elementos, lo que
resaltaba el verde brillante de sus ojos con un sorprendente efecto. Tony,
que había sido siempre un conocedor de las cosas hermosas de la vida, tuvo
que admitir que el tipo era demasiado guapo, a la manera de un jugador de
fútbol de la universidad de regreso a casa.
El chico nuevo miro a Tony y extendió su mano hacia delante. —
Detective Mick Fletcher. Tu debes ser mi nuevo compañero —anunció, con
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una profunda voz mezclada con acento country.
Tony arqueó una ceja y entrechocó la mano del tipo con la suya con
una firme sacudida.
—Hey, ¿cómo estás? Detective Anthony Selvaggio, pero la mayoría de
la gente me llama Tony.
Mick parecía muy poco impresionado cuando bromeó: —Por
supuesto, tu nombre es Tony. —Dejó caer su mano y sus ojos se dirigieron
hacia los tres hombres que ahora movían nerviosos sus pies y miraban a
todos lados menos al recién llegado—. Veo que mi reputación me ha
precedido, ¿tenemos algún problema aquí, muchachos? —preguntó con
voz sedosa y engañosamente tranquila.
El rostro de Berkis era de un rojo brillante y su bigote gris temblaba
nervioso. —Por supuesto que no, hombre. Todo era una broma. Estábamos
preocupados por Salvaje. No hay daño, no hay falta, ¿verdad?
Jason levantó las manos y sacudió la cabeza con firmeza. Petrarca
podría ser joven y arrogante, pero no era un idiota. Mick Fletcher le
sobrepasaba fácilmente por lo menos por treinta y cuatro kilos y, al menos,
treinta centímetros de altura. —No. No tengo nada contra ti, hombre.
Jerome cruzó los brazos y echó la cabeza hacia atrás desafiante. El
musculo de su mandíbula saltó antes de que él respondiera: —Eso está por
verse, Fletch. Si tu te preocupas por lo tuyo y yo por lo mío, nos llevaremos
bien.
Los labios del hombre grande se curvaron en una sonrisa cuando
respondió: —Me alegro de saberlo. No te preocupes, hombre. Tu p está
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completamente a salvo de mi q.
Jackie escogió ese momento para soltar una risotada. —¡Oh, señor! si
esto va a ser así nos vamos a divertir bastante, ¿cómo estás, dulzura? —le
preguntó al nuevo detective mientras él sostenía su delgada mano—. Soy la
detective Jackie Collins y este idiota de aquí es mi pareja, el detective Andy
Berkis. Ese de ahí es Jason Petrarca y el otro Jerome Miller de narcóticos.
Los labios de Mick se estiraron con la primera sonrisa genuina desde
su imprevista llegada y sacudió su mano suavemente. —Señora, es un
verdadero placer. —Y pasó su mirada esmeralda sobre los tres detectives y
agregó: —Y con el resto? Ya veremos. —Estudió cuidadosamente a la
hermosa mujer—. Lo siento, pero ¿dijiste que tu nombre era Jackie Collins?
¿Cómo la autora romántica?
Jackie puso los ojos en blanco y respondió: —Nunca había oído eso
antes, dulzura. —Ella movió su mirada de arriba abajo por su cuerpo macizo
y añadió: —Estás en buena forma para ser un niño de campo, Mick. ¿Has
encontrado ya algún gimnasio por los alrededores de Indy?
Mick flexionó sus bíceps y pectorales y Tony se encontró odiando un
poco al tipo. El detective italiano no estaba mal en el apartado de los
músculos, pero no tenía el volumen y peso de su nuevo compañero. —No
señora, todavía no, y estoy abierto a sugerencias. Acabo de mudarme el fin
de semana pasado.
Tony decidió que ya tenía suficiente de ser ignorado y se metió en la
conversación. —Jackie tiene el contacto para ti, He-Man. Su marido es
dueño de todas las franquicias de Power Lift Gym en Indiana y Ohio. Tyrell
Collins es buena gente. Te pondrá en contacto con un entrenador y no
tienes porque dominar el universo en ningún momento.
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Antes de que Mick pudiera hacer nada más que lanzar una mirada
molesta a Tony, Jackie hizo un ruido fuerte. —¡Uh-Uh! cariño. Una vez que
Tyrell le eche un vistazo a este ratón de campo, estará babeando por
entrenarle él mismo, —dijo, y clavando sus afiladas y rojas uñas en el bolso
sobre su hombro, sacó una maltratada tarjeta de negocios y se la pasó a
Mick—. Le hablaré a mi hombre sobre ti esta noche y le diré que le llamarás
cuando termines de instalarte. Tyrell te contestará, bebé.
Mick volvió a sonreír y saludó a la detective con la tarjeta entre dos
dedos. —Muchas gracias, señora. Y tengo que decir que Tyrell es
afortunado; es un hombre con suerte por tener a su lado a una mujer tan
bella como tu. Si no jugara para el otro equipo, competiría con él.
Jackie se puso de pie y apoyó sus manos en su estrecha cadera. —
Mmm,mmmm,mmm ¡Señor, ayúdame! primero tengo aquí a un diablo de
lengua plateada, —y señaló a Tony que sonrió— y ahora nos trajeron a un
dorado caballero sureño al que le sobra el encanto. Muchachos, seguro que
vosotros vais a hacer el panorama mucho más apetitoso, eso es seguro. —
Y se acercó al brazo de Mick cariñosamente y agregó: —Si necesitas algo,
solo llámame, dulzura. Y Jackie te cubrirá las espaldas.
—Señora, —Mick inclinó la cabeza respetuosamente mientras Jackie
pasaba a su lado. Tony gruñó cuando ella le dio un golpe rápido en la
espalda y sacudió la cabeza con tristeza mientras la detective cacareaba
durante todo el camino de regreso a su escritorio.
Tony volvió su atención a su nuevo compañero y lo estudió de cerca.
Maldición, el tipo estaba lleno de músculos y era tan grande. Tony estaba
en excelente forma, su vanidad no le permitía nada menos, pero aun así se
sentía pequeño al lado de su nuevo compañero. Este genuino-americano
rubio gigante del estado de Hilbilly 3 era la definición misma de “niño de
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campo alimentado con maíz”. Y Tony nunca había estado de verdad
expuesto a algo así, y menos desde que se había trasladado a Indianápolis
hacía un año.
Trató de ocultar su inseguridad con falsa confianza cuando dijo: —Así
que, uh, tu escritorio esta justo ahí al lado del mío. El chico de IT 4 estuvo
aquí antes para que tu ordenador estuviera listo y ya deberías tener
organizadas las sesiones de orientación, ¿es así?
Mick asintió y se acercó a su escritorio para mirarlo. —Sí, las tengo
organizadas. ¿Estas trabajando en algún caso abierto ahora mismo, hay algo
que tenga que saber?
Tony observó al tipo grande con ojo de halcón para ver si podía leerlo.
Él odiaba romper a los nuevos compañeros. El último, John Nowicki, se
había retirado finalmente después de desgastar su escritorio el año pasado,
y se había mudado felizmente a Florida con su mujer. En todo el tiempo que
había estado en IMPD, él había hecho el 90% del trabajo de calle en sus
casos, mientras que John había mantenido su silla pegada a su gordo culo
todo el tiempo. Y aunque Tony trabajaba bien por su cuenta, prefería tener
un compañero del que se pudiera fiar para intercambiar ideas y que cuidara
su espalda. Solo esperaba que Mick Fletcher estuviera listo para el trabajo.
—No hay nada caliente ahora mismo, aunque eso podría cambiar en
cualquier momento. Acabo de estar revisando unos casos antiguos y
tratando de encontrar nuevas pistas, —admitió Tony. Metió sus manos en

3 Es un término peyorativo usado en Estados Unidos para definir a los habitantes de ciertas áreas remotas, rurales o
montañosas.
4 Técnico en Informática.
los bolsillos y miró como Mick sacudía el ratón inalámbrico para arrancar su
ordenador.
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Mick estaba absorto en su ordenador portátil y contestó
distraídamente: —Suena bien, hombre. Tal vez podríamos repasar algunos
durante el almuerzo. Nunca se sabe lo que puede aparecer con una mirada
fresca.
Su incómodo intercambio fue interrumpido por la voz en grito del
sargento Thomas O´Brien. —¡Salvaje! ¡Coge a tu nuevo compañero y traed
vuestros traseros aquí!
Mick se levantó y se puso de pie mientras Tony se dirigía con cortesía
al hombre. —Después de ti, compañero, —sonrió el italiano—. Parece que
vamos a aterrizar en el suelo rápidamente.
Mick rio entre dientes y se dirigió hacia el despacho del sargento. —
Trata de mantenerte a mi lado, Chicago. Odiaría que te ahogues con mi
polvo.
CAPÍTULO TRES
20

MICK

Mick se movió incómodo en el asiento del pasajero del Chrysler 300


inmaculadamente limpio de su nuevo compañero. Era un vehículo muy
espacioso para la mayoría de la gente, aunque Mick no era como la mayoría
de la gente. Había dejado de crecer, por fin, a la edad de veinte y un años
cuando alcanzó los 1.95 mts de altura. Eso ya era ser muy alto para la
mayoría de la gente corriente, y, además, una vez que se le añadieron todos
los músculos, su tamaño aumentó considerablemente. Trabajó duro su
cuerpo, y entrenó para tener fuerza. Era increíble sentirse en buena forma
y estar fuerte como un buey, aunque eso también tenía inconvenientes.
Encontrar ropa que le quedara correctamente era el mayor, y el siguiente
en la lista seguramente sería la capacidad de caber cómodamente dentro
de la mayoría de los medios de transporte.
Podía ver a Tony lanzándole miradas por el rabillo del ojo. Y Mick no
estaba siendo capaz de obtener ninguna pista sobre ese tipo. Anthony
Selvaggio era una persona completamente ajena a él. Pensando en su casa
en Kentucky, recordó que no consigues aprender mucho sobre leer a la
gente, así que ahora Mick se sintió un poco fuera de su zona de confort
sentado en el asiento junto al suave y guapo buen chico italiano. Pero,
¡maldita sea! si el chico no estaba tocando ya cada uno de sus botones, y
eso lo molestaba totalmente. ¿Porque no podía haber sido emparejado con
Jackie o incluso con ese idiota, Berkis? Pues no, tenía que estar emparejado
con un maldito italiano caliente que podría ser modelo publicitario de ropa
interior o estar de pie sobre la parte superior de una peana y enseñando su
anillo para ser besado. El tipo era demasiado pulido, muy educado y
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mundano, y demasiado guapo para ser creíble. Mick comenzó a buscar la
cámara oculta, no había manera que este hombre fuera real.
—Así que dime, Mick —Tony arrastró las palabras, pronunciando su
nombre con una fuerte “CK” al final— ¿qué fue lo que te trajo de los gritos
de Kentucky a la gran capital de Indiana?
Mick suspiró pesadamente, aunque ya estaba preparado para las
bromas del Hillibilly. Amaba su Estado y todo lo que representaba, pero
¡maldición! siempre había algunos idiotas ignorantes. Era un pequeño
porcentaje, estaba seguro, pero esos fueron los únicos que recibieron los
periódicos. Le molestaba cuando la gente asumía automáticamente que él
tenía que ser de una manera determinada solamente por venir del lugar
donde vivía anteriormente, y también, a quien se parecía, y a quien jodía. Él
era algo más que su Estado, más que su aspecto y definitivamente más que
su sexualidad. Era Mick Fletcher, y quien no pudiera mirar más allá del
estereotipo no merecía la pena, ni tampoco merecía ni su tiempo ni su
esfuerzo.
—Oye, hombre —Mick trató de sonar paciente— ¿podemos saltarnos
la parte donde tú haces bromas de endogamia y Hilbilly, y pasar a
conocernos como lo hace la gente normal?
Las cejas oscuras de Tony se arquearon y levantó una mano para tapar
su ojo derecho.
—¡Whoa, vaquero! —le interrumpió su compañero—. Creo que ese
gran chip en tu hombro me sacó el ojo.
Mick respiró aire por la nariz y sacudió la cabeza. —Pon ambas manos
en el volante, Soprano. Prefiero no morir en mi primer día de trabajo porque
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mi nuevo compañero piensa que es un hombre listo.
Tony imitó el acento del estado de su compañero y dijo: —Mira,
hombre ¿podemos saltarnos la parte donde haces chistes malos y
simplemente lo superas?
Mick rechinó los dientes y luchó por tener paciencia. —Bien, lo
entiendo. Los dos somos idiotas con ideas preconcebidas sobre el otro. No
te voy a pedir la receta de la lasaña de tu madre, y tú no me preguntas si he
follado con mi primo. ¿Te parece justo?
Tony se encogió de hombros y sonrió, y Mick pudo ver el hoyuelo que
parpadeaba desde la mejilla de su compañero. —Me parece bien, Raylan5,
pero tú eres el que se lo pierde. La lasaña de mi madre es legendaria en el
barrio.
Mick puso los ojos en blanco y se frotó la mejilla. —Ya veremos,
hombre. —Y decidió ignorar el sentido del humor de su compañero y
respondió a su primera pregunta: —Me mudé aquí porque mi hermana
pequeña vive en Indianápolis. Está embarazada de ocho meses de su primer
hijo, y no tiene a nadie de familia para ayudarla. Mi madre no puede dejar
su trabajo para mudarse aquí, así que lo hice yo.
Tony le lanzó una mirada incrédula. —¿Me estás diciendo en serio que
la única razón por la que te mudaste a otro Estado es por tu hermana? Te
das cuenta de que soy un detective ¿verdad? No es por nada, pero algo aquí
no me cuadra, Mick.

5Última novela de Elmore Leonard, -escrita en 2012, falleció en 2013- que trata sobre el Agente Judicial Raylan Givens,
hombre de pocas palabras conocido por su sombrero de cowboy y su rapidez para desenfundar.
Mick maldijo en silencio en su cabeza y se volvió para mirar por la
ventana. —Esa es la única razón que importa. ¿Y qué hay de ti? ¿Por qué te
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mudaste aquí desde Chicago si era tan buen lugar para vivir?
Podía ver a Tony enderezándose en su asiento por el reflejo de la
ventana. Estudió a su compañero de cerca y pudo ver cuando cayó abajo la
máscara de indiferencia en el hombre guapo. —Nunca dije que Chicago
fuera un gran lugar para vivir. Aunque la Pequeña Italia sigue siendo mi casa.
Tengo mis propias razones para mudarme aquí, pero digamos que no me
dieron muchas opciones.
Mick rio entre dientes y respondió: —Está bien. Acabaré en el
despacho de la vieja Mag para enterarme de todo. Escuché que ella tiene el
informe 411 de todo el mundo. Tal vez incluso pueda explicarme por qué
todos en la estación te llaman “Salvaje”.
El músculo de la mandíbula de Tony saltó y sus generosos labios se
tensaron ante la mención de su apodo. —Selvaggio significa “Salvaje” en
italiano. Y eso es todo lo que tienes que saber. —Miró al asiento del
pasajero y agregó: —Y ahora que estamos con el tema de los nombres, ¿qué
pasa con Mick? ¿Es el diminutivo para Mickey o Michael, o algo así?
Mick apoyó su cabeza en el reposacabezas y la giró hacia un lado para
mirar a su compañero. No veía ninguna razón para guardarse la información,
aunque podría hacerlo solo por ser desagradable. En cambio, le explicó: —
No, es solo Mick. Mi madre siempre ha sido una gran fan de la música, y su
banda favorita es Fleetwood Mac. Tengo suerte de que me haya puesto el
nombre del baterista, Mick Fleetwood, en lugar del guitarrista, Lindsey
Buckingham. Ya es bastante difícil ser un hombre gay sin estar atrapado por
un nombre como Lindsey.
Tony no resopló ni se rio como Mick pensó que lo haría. Él
simplemente asintió y respondió: —En realidad es genial. Tenía miedo de
24
que me fueras a decir que te pusieron el nombre por el ratón o algo así, y
luego no me iba a poder contener la risa. Esto me ahorra un ojo morado.
Mick no pudo detener el movimiento de la comisura de sus labios. —
Estoy encantado de que lo apruebes. —Miró por la ventana y preguntó: —
¿Cuánto falta para que lleguemos?
El Sargento O`Brien les había asignado un caso caliente y estaban de
camino a la escena del crimen. —El parque Barton está a unos diez minutos
de aquí. Abarca hasta Fall Creek donde encontraron el cuerpo en la orilla
del arroyo.
Mick asintió, y antes de poder contestar su teléfono zumbó en su
bolsillo. Lo sacó fuera y frunció el ceño cuando vio el identificador de
llamadas. —Hey, es mi hermana ¿te importa si contesto?
Tony giró su mano y le contestó: —Por supuesto. La familia lo primero,
compañero.
Mick inclinó la cabeza en agradecimiento y presionó el botón para
contestar la llamada.
—Hola, hermana, ¿todo bien? No te has puesto de parto ¿verdad? —
preguntó con voz ansiosa.
La voz se oía fuerte a través de la conexión y Mick se estremeció
mientras alejaba el teléfono de él cuando ella exclamó: —¡Claro que no!
Todavía no estoy de parto, tonto. Este chico no va a ningún lado hasta que
no haya aplastado completamente mi vejiga. Solo te estoy llamando para
ver cómo va tu primer día, ¿ya has conocido a tu nuevo compañero?
Podía ver a Tony sonriendo con su visión periférica y suspiró
pesadamente. —Todo va bien, Chris. Sí, he conocido a mi nuevo compañero.
25
De hecho, estamos en camino a la escena de un crimen en este momento.
—¡Ohhh! ¡Suena emocionante! Cuéntame, ¿es caliente? ¿Qué
aspecto tiene? ¿Cuál es su nombre? ¿Cuándo lo conoceré? —Disparó sus
preguntas como una profesional.
Tony eligió este momento para hablar y gritar: —Mi nombre es Tony,
y estoy malditamente bueno, muñeca.
Mick gimió mientras su hermana pequeña gritaba de placer. —¡Oh
Dios mío! Déjame hablar con él, Bub. Tiene acento sexy de New Yawk6.
—En realidad, es acento de Chicago, hermana. Es un buen chico
italiano de buena fe y de buen ver y con una boca inteligente. Está a mi
altura, —dijo Mick mientras sostenía el teléfono hacia Tony—. Es mi
hermana, Christine. Se bueno.
Tony lo miró enfadado mientras tomaba el teléfono y lo ponía entre
su hombro y su oreja. —Hey, ¿cómo estas, muñeca? —Tony saludó a la
hermana de Mick. Mick se sorprendió al ver como el chico encendía su
encanto como si fuera una estación de radio—. Mi nombre es Tony
Selvaggio.
—Vaya —Mick oyó a su hermana canturrear encantada—. Si eres tan
guapo como suenas, entonces no puedo esperar a conocerte.
Tony sonrió mientras acercaba el coche a un pequeño
estacionamiento rodeado de un pequeño bosquecito. Aparcó junto a la
furgoneta del forense. Puso el vehículo en el parking, y respondió: —Dime

6 New York dicho con otra pronunciación, sin remarcar la r.


el nombre y el lugar, y yo iré. Así pues, ¿me puedes dar alguna indicación
para poder trabajar junto a tu susceptible hermano? Creo que voy a arder
26
en llamas, cara de muñeca. Ayúdame, ¿puedes?
Mick apretó los dientes mientras veía a su compañero coquetear con
su hermanita. Por supuesto, el pequeño mocoso se lo estaba comiendo con
una cuchara. —Me estas tomando el pelo, ¿verdad? Mick es un blando total.
Probablemente está solo hambriento. Ese hombre quema más combustible
que cualquier persona que conozco. Lo mejor es que mantengas aperitivos
a su disposición todo el tiempo para evitar sus ataques de hambre. ¡Oye!
¡Ya sé! ¿por qué no venís a cenar la próxima vez que estéis libres?
Mick se inclinó hacia el asiento de Tony y le dijo. —Estas de reposo
obligatorio en la cama, mocosa. No puedes hacer la cena a nadie.
—Yo no he dicho que fuera a cocinar, idiota. Estaba pensando en algo
como que vosotros me trajerais algo de cena y así poder conocer a tu
estupenda nueva pareja, —le respondió de vuelta su hermana.
Tony levantó una ceja y señalando el teléfono de Mick, y le dijo: —
¿Te importa? Estoy en mitad de algo aquí, —y Mick se echó atrás en su
asiento mientras Tony reanudaba el ligoteo con su hermanita panza
enorme—. Claro que vamos a llevar algo de comida, ¿cuál es tu veneno,
nena? Solo di la palabra, y Tony va a hacer que suceda.
Un suspiro se filtró a través del altavoz y Christine respondió: —No hay
nada que hacer. Estoy enamorada. Le daré la noticia a mi marido por
teléfono esta noche y podemos huir juntos, ¿de acuerdo? no te importa
tener el hijo de otro hombre, ¿verdad?
Tony rio de buena gana, y Mick tomó aire al ver el cambio que apareció
en la cara de su pareja. Parecía más joven con sus hoyuelos intermitentes,
y sus brillantes dientes que contrastaban con su tez olivacea. —He ayudado
a tener más de mi parte de los bebes de otros hombres gracias a las
travesuras prolíficas de mis cuatro hermanas. Mick y yo pasaremos esta
27
noche para llevarte algo de cenar y me puedes decir en ese momento si
todavía quieres dejar a tu marido por mí. Solo mándale un mensaje a tu
hermano de lo que quieres y lo pediremos cuando estemos en camino, ¿te
parece bien, muñeca?
Christine estuvo de acuerdo y dijo adiós antes de que Tony terminará
la llamada y le devolviera el teléfono a Mick. —¿En serio, amigo? Ni siquiera
pude despedirme de ella. —Mick frunció el ceño mientras guardaba su
teléfono.
Salieron del vehículo y se dirigieron hacia los policías uniformados que
ya habían acordonado el área con cinta policial. —¿Cuál es el problema? La
verás esta noche. —Y cuando Mick gruñó en voz baja, Tony continuó: –
entonces, ¿qué pasa con ella, de todos modos? ¿Por qué dijo que se lo diría
a su marido por teléfono? ¿Está con ella o no?
Mick pasó por debajo de la cinta amarilla que Tony levantó para él y
esperó a que su nuevo compañero se le uniera en el otro lado. Bajaron
juntos de forma natural, mientras seguían los marcadores hasta la escena
principal del crimen. —No, hombre, nada de eso. Es un buen tipo, supongo.
Está en Quantico entrenando para ser un Federal. Puede estar en casa con
solo una llamada y un viaje en avión, pero son bastante estrictos
manteniendo a los alumnos en la escuela tanto como pueden. Esa es la
razón principal por la que me mudé aquí. Christine no tiene a nadie, excepto
a su suegra, y Chris realmente no se lleva bien con ella.
Tony asintió, pero una sonrisa coqueteó en la comisura de sus labios.
—¿Y un agente del FBI no es suficiente para tu hermana? Supongo que eso
me pone fuera de la competición por ella. —Mick puso los ojos en blanco
mientras el italiano continuó: —¿y por qué esta en reposo en la cama? ¿El
niño está bien?
28
—Sí, el pequeño está bien, por lo que sabemos. Su médico la puso en
reposo por algo sobre el cuello del útero. No estoy seguro. Mi cerebro
tiende a apagarse cuando la gente empieza a hablar sobre partes femeninas,
Mick admitió con un estremecimiento.
La risa de Tony hizo eco a través de las hojas del bosque. Resolló y
suspiró antes de responder: —¡menudo hombre! Por suerte para ti, estoy
bastante familiarizado con partes femeninas, sobre todo cuando se trata de
embarazos. Tengo cuatro hermanas mayores y entre todas tienen 15 niños,
por lo que podría haber sido médico solamente por mi experiencia con ellas.
Si tuviera que apostar algo, diría que el cuello del útero ha comenzado a
borrarse demasiado rápido. Y solo si se queda en reposo, será capaz de
llevar al bebe a término sin problemas.
Mick se quedó mirando a su compañero con incredulidad. —Eres un
tipo muy extraño, Tony. —Y cuando el policía italiano se encogió de
hombros y se metió las manos en los bolsillos, Mick agregó: —y, de verdad,
no quiero hablar del cuello del útero de mi hermana ni contigo ni con nadie.
Le puedes dar tu diagnóstico más tarde cuando le compres la cena.
Tony se paró justo antes de entrar en el claro donde estaba la orilla
del arroyo y detuvo a Mick con un firme agarre en su bíceps. Mick bajó la
mirada hacia la mano con intención, pero Tony se negó a ceder. —Espera
un minuto ¿quién dijo que iba a comprar la cena? Solo dije que haría que
pasara, y por hacer que pase, me refería a llevarte a un restaurante y luego
a su casa a llevar la cena. Que no se te olvide, que yo si se la cantidad de
comida que una mujer embarazada puede comer.
Mick se rio y golpeó a su compañero con fuerza en la espalda. —Ten
tu cartera con el dinero preparado, Soprano. Acabas de ganar el tener dos
29
bocas más que alimentar.
CAPÍTULO
30
CUATRO

MICK

El detective rubio se puso de rodillas con cuidado en la seca y


cuarteada orilla del pequeño arroyo. Gracias a la sequía de finales de verano,
el nivel del agua se había reducido a casi la mitad de su altura habitual, pero
eso podía jugar a su favor. El cadáver de la mujer se encontraba a varios
metros de distancia, cerca de la línea del agua, pero no dentro, así que
cualquier evidencia en su cuerpo no debería haber desaparecido.
Su compañero interrogó al forense mientras Mick continuaba
estudiando el cuerpo desde una distancia segura. —Entonces, ¿qué te
parece, Bob? —Tony le preguntó al forense rechoncho, bajo y con gafas—.
¿Cuál crees que puede ser la causa evidente de la muerte?
Bob, que apenas se había dado por enterado de la presentación de
Mick con un movimiento de cabeza, se pasó una mano con guante por su
frente sudorosa y le respondió: —¿te refieres a algo más además de las dos
balas que le dispararon en el pecho? Además de unas pocas heridas en
defensa propia. Ha estado muerta… ah, cerca de unas ocho horas más o
menos. Sabré más cuando la ponga sobre la mesa, como de costumbre.
Bob sacudió la cabeza con disgusto y se volvió hacia un grupo de
policías uniformados.
—Jodete, Salvaje. Avísame cuando Thor y tú hayáis acabado aquí para
poder terminar con esto y poder volver al trabajo.
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Mick ni siquiera levantó la mirada mientras Tony se subía los
pantalones para poder ponerse en cuclillas en el extremo opuesto. —
Hombre, haces amigos donde quiera que vas, ¿verdad? Acabo de llegar, y
ya estoy en la lista negra de este hombre solo por mi asociación contigo.
—Es un tipo de mierda, —se burló Tony mientras utilizaba una pluma
para levantar el collar de la mujer teñido de sangre y poder echarle una
mirada desde más cerca—. Bob es un maldito flojo que hace su trabajo a su
manera. Solo está molesto porque le persigo sin parar hasta que consigo el
informe. Cuanto más presiono, más rápido consigo los resultados.
Mick volvió la cabeza para ver el cuerpo de la joven. Los forenses no
habían encontrado ni un bolso o identificación en la zona, por lo que las
únicas pistas de su identidad eran las que tenía por su apariencia. Era una
mujer impresionante y hermosa, incluso Mick lo pensó, que por lo regular
no notaba tanto esas cosas. Parecía estar en los finales de sus 20’s, con
cabello brillante y largo, cuerpo bien proporcionado, y llevaba un vestido
corto y ajustado de fiesta.
—Harás cualquier cosa que funcione, hombre, —respondió Mick con
brusquedad—. Entonces, ¿qué piensas? ¿La noche de chicas en la ciudad ha
ido mal? ¿Un marido celoso le tendió una trampa? Fuera lo que fuese,
estaba vestida para pasar un buen rato. Aunque esta no es la escena
principal del crimen, sin embargo. No hay salpicaduras de sangre.
Tony hacía ruidos con su garganta mientras sus sorprendentes ojos
marrones dorados recorrían a la joven mujer. —Llámame escéptico, pero
estoy bastante seguro de que ella es una profesional.
Mick suspiró pesadamente. —Mira, sé que estás acostumbrado a
trabajar en una gran ciudad como Chicago, pero en una ciudad más
32
pequeña, ciudades de tamaño medio como Indianápolis y Louisville, la
explicación más sencilla suele ser la correcta. Nada de esta chica me grita
“puta”. Por supuesto, estoy seguro de que probablemente has tenido un
montón de trato con ellas en Chinatown, pero esta chica simplemente no
me parece una prostituta, al menos no del tipo que estoy acostumbrado a
ver.
Tony miró fijamente a Mick y continuó hacia abajo sobre el cuerpo de
la mujer y se rompió. —¿Pero no lo ves? —y cuando Mick abrió la boca para
seguir hablando, Tony le cortó— deja que te lleve a la escuela por un minuto,
joven Padawan. Empezando con sus pies, puedes ver que lleva zapatos
caros. —Tony tomó de nuevo su pluma para apuntar el nombre escrito en
la suela—. Son unos Jimmy Choo, y esos chicos malos cuestan por lo menos
$500 dólares. A continuación, sus piernas. Sin vello, lo que significa cera, y
la piel agradablemente bronceada hace que todo coincida. Su vestido
parece de diseñador, también, y su collar es una amatista de buen gusto y
muy real. Y aún más evidente, tiene tetas falsas. Agrega el corte de
peluquería de su pelo y los detalles de su maquillaje, y estoy diciendo solo
lo más fácil. Esta mujer joven era muy probablemente una chica de
compañía o escort de gama alta. ¿Cuántos otros millennials 7 de su edad
conoces que se puedan permitir los miles de dólares que lleva encima?
Indiana no está exactamente frecuentado por las chicas tipo Paris Hilton.
Mick reprimió una maldición. Odiaba cuando sumaba dos y dos y
obtenía cinco.
Odiaba tener que admitirlo, pero su nuevo compañero tenía un punto.
—Bien, digamos que tu suposición es cierta. La primera cosa que debemos

7 También llamada generación Y. Los comentaristas dan como inicio a esta generación el año 1980.
hacer es identificarla. Podría llevarle unos días al Dr. Frankenstein retirarle
un implante dental y comprobar el número de serie. A falta de avisos de
33
personas desaparecidas, ¿cómo crees que nos vamos a enterar de su
nombre?
Tony se apartó de un salto y sacó su teléfono inteligente del bolsillo.
—Mira, sé que eres de la selva y todo eso, pero seguramente has oído
hablar de internet, ¿verdad?
Mick se aferró a las trebillas del pantalón con un apretón de muerte y
dijo entre dientes: —No soy un idiota, Tony. Por supuesto que puedes
buscar en agencias de acompañantes en la ciudad. Yo te lo iba a sugerir
también, antes de que decidieras insultarme. Estoy tratando de establecer
una relación contigo. Es esa pequeña parte que los compañeros llaman
“comunicación”. Para eso estamos trabajando juntos, en caso de que no lo
sepas. Se supone que debemos comunicarnos y compartir ideas uno con el
otro, así podemos trabajar juntos. Como compañeros. Y eso no significa que
puedas marginarme o hacerme parecer idiota, ¿lo entiendes?
La expresión altanera de Tony se fundió en piedra y una luz peligrosa
se encendió en sus ojos. Mick en realidad se echó hacia atrás por la
expresión de su pareja, pero enderezó su columna para el ataque. Tuvo que
esforzarse para escuchar la voz baja de Tony cuando el hombre gruñó: —
Bueno, perdona la mierda que sale por mi boca, Capitán América. No he
tenido el mejor historial de compañeros, por lo que he tenido que aprender
a resolver los casos yo solo. Trabajo rápido, trabajo inteligente, y detengo
al malo. Y tu puedes aprender a estar a mi altura, o buscarte un maldito
compañero nuevo. Me da lo mismo en todo caso, ¿capisce8?

8 Entiendes. Se deja como en el original.


Mick dejó escapar un suspiro mientras el golpe del puñetazo verbal de
Tony le dio directamente en el estómago. En primer lugar, sintió el rechazo,
34
seguido de cerca por el desconcierto de su mente antes de intentar
catalogar las emociones que cruzaban el cuerpo de su pareja. La cara de
Tony era una distante máscara congelada, pero Mick podía leer la lucha
entre la ira y el resentimiento iluminando sus ojos hasta que se volvieron
dorados. Sus puños estaban cerrados, y Mick notó el anillo de graduación
grueso y dorado que ceñía su dedo meñique. El cuerpo de Tony estaba
tenso como si se prepara para la lucha, aunque uno de sus pies estaba ya
desplazado hacia atrás, como si ya estuviera peleando en ese momento.
Mick había visto este comportamiento antes, muchas veces. Mientras
iba a la universidad de Kentucky, había trabajado media jornada en el
control de animales de Richmond. Y cada vez que había acorralado a un
perro callejero, había conseguido la misma reacción del animal. La mayoría
de esos perros estaban enfermos o muy maltratados, y solo intentaban
protegerse de más dolor. Mick sabía por instinto que tenía que retroceder,
hablar en voz baja, y engatusar al animal herido para que fuera a su lado y
así evitar que lo atacara. Había tenido que trabajar mucho para ganarse la
confianza de los animales, y solo así Mick podría darle la ayuda y la
comodidad que el animal herido necesitaba con desesperación. Tony
Selvaggio era un perro callejero herido, así que Mick podría tomar el camino
difícil para ganarse la confianza del hombre, o tomar el camino fácil y
devolverle el ataque antes de continuar adelante.
Y Mick ya sabía cuál iba a ser el camino que tomaría cuando se paró
lentamente a su lado. Dirigió su mirada a algún lugar sobre el hombro
izquierdo del hombre y con indiferencia dio un paso atrás. —Mensaje
recibido, Tony. Voy a acelerar un poco, pero tendrás que encontrarme a
medio camino, hombre. Solo te estoy pidiendo que hables conmigo. Es
posible que hayas tenido parejas de mierda hasta ahora, pero no soy un mal
compañero. Trabajé con un gran hombre en LMPD, y él me ayudó a saber
cuales son mis valores durante una investigación. Soy bueno en lo que hago,
35
Tony. Soy el mejor que vas a encontrar analizando perfiles de la gente. Y así
es como resolvimos nuestros casos; investigué todo lo que rodeaba a la
víctima mientras mi compañero se enfocó en su pasado, y lo pusimos todo
junto para resolver el caso. Hicimos un infierno de equipo, y creo que tú y
yo lo haríamos igual de bien si los dos nos esforzamos en hacerlo. ¿Crees
que podrías hacerlo? —Mick le preguntó con voz tranquila y sin ser
amenazante.
La confusión apareció sobre la cara de Tony un segundo antes de que
los músculos en su rostro se relajaran y sus puños se aflojaran, y Mick
mentalmente suspiró con alivio. A pesar de su difícil comienzo, a Mick le
había empezado a gustar el tipo. Tony era arrogante, seguro, pero parecía
más real cuando estaba bromeando y hablando sobre su familia. El rubio
detective podía ver instintivamente el diamante en bruto camuflado en la
actitud de su compañero. Todo lo que Mick tenía que hacer era pulirlo, y
hacer que de verdad se convirtieran en amigos.
Mick observó a Tony mientras aparentemente se cubría con un manto
de indiferencia mientras le daba un choque de hombros y metía las manos
en los bolsillos de su pantalón. —Por supuesto, sí. Puedo hacer eso. Solo,
uh, encontraremos algunos baches en el camino, porque veo más
problemas que en la revista Playboy, créeme. Intentaré hacerlo, pero tengo
que advertirte: soy conocido por liarme a golpes, pero solo lo hago cuando
me provocan.
Mick sonrió ante la advertencia de Tony, sabiendo que esa era la
manera en que el italiano se disculpaba por arremeter contra él. —Anotado.
Así que, ¿cómo quieres que lo hagamos? Todavía no es ni siquiera la hora
del almuerzo, así que dudo que vayamos a encontrar algo apareciendo en
los clubes que habitualmente son la fachada de estas operaciones. Podemos
regresar a la comisaría de policía y hacer allí alguna investigación o podemos
36
acercarnos a donde están los muchachos en Vice y ver si les parece familiar.
¿Qué crees que es mejor?
Tony reflexionó mientras continuó mirando hacia abajo al cuerpo
ensangrentado de la hermosa mujer. —Regresemos y veamos que podemos
encontrar en internet. Y a mi amigo en Vice, también le enviaré una foto de
la víctima y veremos si le parece familiar.
Tony tomó un primer plano de la cara de la víctima y le envió un
mensaje de texto a su contacto mientras Mick dejó de mirar el cadáver y
observó alrededor de la escena, teniendo cuidado con donde pisaba para
asegurarse de no contaminar las pruebas.
—Maldita sea, esta zona tan seca no nos ayuda a encontrar huellas o
marcas de neumáticos. A pesar de todo, puedo ver marcas de arrastre. —Y
Mick señaló hacia el rastro que cruzaba la línea de árboles.
Tony volvió la cabeza hacia allí y asintió. —Sí, eso es todo lo que
podemos ver. Parece que el arrastre se detuvo en la línea de árboles y
continuó llevándola por el bosque en algún tipo de lona o plástico. Las
marcas de arrastre son demasiado grandes y no hay residuos en el pelo de
la chica o restos de maleza. No veo ninguna otra cosa que nos pueda dar
más pistas, por lo que nos podemos ir cuando estés listo.
Mick asintió y los dos hombres comenzaron a regresar por donde
vinieron. En el camino, Tony se detuvo a hablar con el fotógrafo forense y
le pidió a la mujer que le enviara por email todas las fotos lo más pronto
posible. Y cuando se metía de nuevo en el auto de Tony, un sonido de besos
salió del bolsillo del hombre italiano. Mick puso los ojos en blanco mientras
Tony sacaba su teléfono y le explicaba: —es la respuesta de mi contacto en
Vice.
37
Se inclinó hacia él y se apiñaron en el espacio personal de Mick, el
detective rubio inhaló el olor a madera de la colonia del hombre. Mick
maldijo en silencio y ferozmente ordenó a su pene no responder. El hecho
de que su nuevo compañero fuera sexualmente atractivo, no significaba
que tuviera que ver al tipo de esa manera. —Veamos qué es lo que Gómez
nos cuenta ¿de acuerdo? —le dijo Tony mientras sus dedos golpeaban la
pantalla del teléfono.
Mick fijó su mirada en la burbuja verde de texto que decía: Qué pena.
Es una acompañante. No reconozco su cara, pero reconozco el brillo de la
joya. Pactrick Moyniham da una a cada una de sus chicas de élite después
de la fiesta. No me jodas mi investigación, Salvaje. Piensa que si él está
involucrado soy el mejor al que deberías llamar.
—Bonito, tenemos una pista, —murmuró Mick. Y antes de que Tony
pudiera responder, una nueva burbuja verde apareció y decía: No tengo que
trabajar esta noche. ¿Quieres venir a mi casa? —La ceja de Mick se levantó
cuando Tony cogió el teléfono de vuelta y furiosamente escribió una
respuesta—. Así que… Gómez, ¿eh? —Mick le soltó de forma interrogativa.
Juró que vio un rubor rosa pálido manchando el cuello y las mejillas de
su pareja mientras Tony golpeaba el botón para enviar su respuesta. —Uh,
sí, de vez en cuando. No es nada serio para ninguno de nosotros. Solo nos
rascamos la picazón uno con el otro entre casos. Es una buena detective.
Casi tan buena como yo. —Tony sonrió mientras guardaba el teléfono y
arrancaba el coche.
Mick se abrochó el cinturón con una sonrisa. —Eso es un gran elogio
viniendo de ti, Chicago. No puedo esperar a conocerla.
Tony se metió en el tráfico para regresar a la comisaría de policía. —
Es buena. No solo es inteligente y hermosa, también tiene un culo para
38
morirse.
Mick rodó los ojos. —Menuda forma de decirlo con clase, Tony.
Su compañero sonrió, mostrando ese maldito hoyuelo de nuevo, y
respondió: —ahora estas empezando a pillarlo, Raylan. Soy el hijo de puta
con más clase que jamás hayas conocido. Júntate conmigo, niño, y tal vez
se te pegue algo de eso.
Mick no pudo dejar de reír. El tipo era en verdad divertido de una
manera arrogante y exasperante. —Está bien, ahí tengo que darte la razón.
Eso hace la segunda referencia a Justified9 que haces. ¿Actualmente ves ese
programa?
Tony hizo un ruido grosero y exclamó: —¿estas bromeando? Me
encanta ese programa, hombre. Boyd Croeder10 es el mejor chico malo que
he visto. Es suave, elegante, inteligente, despiadado, y utiliza las palabras
para dominarlo todo. Es la mejor serie de televisión que he visto en mucho
tiempo.
Mick sacudió la cabeza con asombro. —Voy a admitir que es un gran
show, y el papel de Boyd era bastante impresionante, pero prefiero a
Timothy Olyphants, que como Raylan Gives, era un maldito genio. El tipo
representaba a un alguacil de USA, un tipo realmente duro. De hecho, he
estado pensando en tratar de encontrar trabajo en el programa de
alguaciles gracias a ese show.

9 Es una serie alrededor de Raylan Givens. No solo retrata la parte de los personajes dentro de la ley sino que también da
protagonismo a los delincuentes.
10 Viejo conocido de la adolescencia de Raylan en la serie.
Tony se giró para mirarlo, y Mick chasqueó los dedos y señaló el
camino delante de ellos. Tony volvió de mala gana su mirada de nuevo a la
39
carretera y le dijo: —¿en serio?, ¿quieres ser un Fed?
Mick sintió su propio rubor tiñendo sus mejillas mientras miraba por
la ventana. —Quiero decir, ¿y por qué no? Un mejor sueldo, grandes
beneficios, posibilidad de viajar y un trabajo interesante. Esto es un hecho,
y ya hice mi solicitud antes de mudarme aquí. Estoy en el proceso para
conseguirlo, hay que pasar una completa verificación de antecedentes y
entrevistas, pero ¿quién sabe? Tal vez el próximo año me pueda comprar
un sombrero de vaquero y podré perseguir a mi propio Boyd Crowder.
Tony solo tarareó sin comprometerse y después se calló. El resto del
viaje a la comisaría de policía lo hicieron en un silencio tenso. Mick maldijo
por dejar caer esa bomba tan pronto, solo poco después de reparar los
daños de su primer choque. Anunciar que él podría no estar en ese trabajo
para un largo plazo de tiempo no era una buena manera de ganarse la
confianza del detective. Uno de estos días, Mick realmente debería
aprender a cómo dejar de hablar, y no dar un paso adelante y dos atrás.
CAPÍTULO CINCO
40

TONY

Regresaron a la comisaría de policía y se separaron para realizar


investigaciones independientes. Mick fue a su ordenador e investigó a
Patrick Moyniham y páginas de scort, y Tony buscó en la base de personas
desaparecidas y comprobó las huellas dactilares de la chica. Quien quiera
que fuese, sin duda, la chica muerta era muy cuidadosa. No hubo
coincidencias con nada previo, y no había ningún carnet de conducir
expedido por el DMV de Indiana.
Tony maldijo mientras todos los sistemas dieron error, y se apartó de
su escritorio con disgusto.
Miró a su nuevo compañero y vio como el tipo grande hacía click en el
ratón y movía sus ojos rápidamente a través de la pantalla. Tony tenía que
admitirlo, su nuevo compañero era una completa sorpresa para él. No solo
no era cómo Tony lo había imaginado, si no que era incluso más misterioso
de lo que había pensado. Mick era un gigantesco y guapo hombre rubio,
pero debajo de su crujiente exterior estaba un tipo inteligente y
sorprendentemente perspicaz. Tony se había armado de valor para una
pelea en la escena del crimen, y habría arremetido con el fin de dar el primer
golpe, pero en lugar de contraatacar de vuelta, Mick se había retirado y
mantenido en calma. Eso había conmocionado al de Chicago, poniéndolo
como un cable en tensión. Tony estaba acostumbrado a pelear por todo,
pero Mick se había negado a caer en eso. Y así, en lugar de que Tony le
perdiera el respeto al hombre, se encontró impresionado e incluso
esperanzado por primera vez en más años de los que pudiera recordar.
41
Quizás, había finalmente encontrado al compañero adecuado después de
sufrir tantos desastres en su carrera.
Tony se apartó de su escritorio y se acercó a ver si Mick había
encontrado algo. Él vio cómo su compañero navegaba a través de una
galería de fotos en la web, pero ninguna de las chicas de las fotos se
correspondía con la descripción de su víctima. Tony apoyó el antebrazo
sobre sus amplios hombros y se inclinó para ver mejor. —¿No has
encontrado a nuestra chica todavía? Yo no encontré nada en los canales
oficiales.
Mick lo miró por el rabillo del ojo y respondió: —no, no la he visto,
pero, por otra parte, el tipo este, Moynihan, es demasiado inteligente como
para exponer así todas sus cartas. He visto a otro par de chicas en las fotos
de la fiesta con el mismo tipo de collar, pero ninguna de ellas es nuestra
víctima.
Tony se echó hacia atrás y golpeó a Mick en su hombro. —No hemos
errado el tiro de todos modos. —Miró hacia abajo a su reloj y agregó: —Son
alrededor de la 1:30 pm ahora, y el PM después de la fiesta no abre hasta
dentro de un par de horas. ¿Quieres ir a coger una porción de pizza antes
de ir allí?
Mick gimió y estiró sus brazos a sus lados, y la mirada de Tony se dirigió
al juego de músculos que se flexionaban y se amontonaban en la amplia
espalda del hombre. —Claro, podría ir por pizza. Incluso podría comprarte
una porción ya que te has ofrecido a comprar la cena. Hablando de eso,
Christine me mandó un mensaje y dice que quiere comida italiana,
¡sorpresa, sorpresa!
Tony rio, absurdamente alegre con la noticia. —Entonces, mi futura
esposa esta de suerte. Conozco el lugar adecuado.
42
Mick sonrió en respuesta mientras movía la cabeza. Cerró su
navegador, cogió las llaves, y se levantó en toda su altura. Tony todavía
estaba tratando de acostumbrarse a tener que mirar hacia arriba a alguien.
No era en absoluto un hombre pequeño, por lo que no estaba
acostumbrado a la rara sensación de ser la persona más baja en altura o de
tamaño. Conocía a su nuevo compañero desde hacía solo un par de horas,
y el hombre ya estaba metiéndose debajo de su piel de maneras tan
inusuales que no estaba muy seguro de cómo poder manejarlo. Había
rastros de humor, sombras de desafío, insinuación de amistad, y comienzos
nebulosos de atracción. Eso último fue lo que más le sorprendió a Tony.
Estaba confundido con el inesperado aumento de las ganas de estar más
cerca del tipo, tanto física como emocionalmente. Claro, Tony era lo
suficiente abierto de mente para reconocer a otros tipos atractivos en el
sentido físico, pero no había sentido nunca esa atracción por otro hombre.
Y Tony sofocó rápidamente los recuerdos que intentaron llegar a su mente,
y sin piedad, cerró de golpe la tapa de la caja de Pandora que amenazaba
con tirar de él hacia abajo.
Mientras caminaban de vuelta a la plaza de parking, Tony no pudo
evitar preguntarse si habría tenido la misma reacción si Mick hubiera sido
hetero, casado y con hijos. De alguna manera, a regañadientes admitió para
si mismo, no creía que eso hubiera marcado ninguna diferencia.
Tony se movió hacia su Chrysler, pero Mick lo detuvo con un fuerte
agarre alrededor de su bíceps. —¡Oh, no, no! —Mick le protestó a Tony—.
Tienes un buen coche y todo eso, pero no es exactamente el más espacioso
de los vehículos. Desde ahora, vamos a utilizar el mío.
Tony suspiró, aceptando la derrota con facilidad. No se había perdido
la incomodidad de su compañero sentado en el asiento del coche más
43
pequeño. Silbó bajo mientras Mick le llevó hasta un brillante Ford negro
Expedition XL. —¡Maldita sea, Mick! —exclamó Tony— ¿esto viene con un
lanzador de cohetes y un chico con gafas de sol que viaja en la parte de atrás?
Mick resopló y apretó el botón para desbloquear el vehículo. —Solo
estará si decides subirte allá atrás tú mismo, entra Miss Daisy 11 . Estoy
hambriento.

Una hora más tarde, se encontraban en una mesa pequeña en el lugar


de pizza favorito de Tony, y aunque seguro que no era lo mismo que la
comida que tenía en casa, no era demasiado malo para estar en Indiana.
Tony limpió la comisura de su boca con una servilleta de tela mientras
observaba con asombro a Mick devorar su quinta porción de pizza suprema.
Al parecer, la hermana del chico tenía razón, y no estaba bromeando sobre
Mick y la comida.
—Así que, eh, y solo cuando decidas respirar, por qué no me cuentas
más acerca de ti para saber con lo que estoy lidiando aquí, —le dijo Tony
mientras se apoyaba en la cabina para estudiar a su compañero.
Mick finalmente se echó hacia atrás de su plato y se pasó una mano a
través de su plano y musculoso estómago. Su aguda mirada esmeralda era
sospechosa cuando respondió: —¿qué quieres que te cuente?

11 Hace referencia a la película, titulada en España, Paseando a Miss Daisy.


Tony giró los ojos y le soltó: —algo como si eres activo o pasivo. —Y
antes de que Mick pudiera abrir la boca, Tony contesto: —no, tonto. Estoy
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hablando de dónde eres, quién es tu familia, y qué te gusta hacer. Ya sabes,
cosas importantes.
La expresión de Mick se había transformado con diversión durante el
discurso de Tony, y una luz brillante se encendió en los ojos del chico grande.
—No sé Tony. Creo que el sexo es muy importante, pero si no estás
interesando, entonces te contaré el resto.
Tony hizo un ruido grosero. —Nunca dije que no estaba interesado,
pero esa es una conversación para otro momento donde esté involucrado
el alcohol. Dime más sobre tu familia, ¿tienes otros hermanos aparte de
Christine? ¿Hay algún Stevie o John, necesito saberlo?
Mick rio profundamente y respondió: —nah. Si mi madre estuviera
aquí, te diría que solo hay un Stevie en el mundo, y no se refiere a Steve
Wonder. —Y compartió una sonrisa con Tony antes de continuar: —
estamos solo Christine y yo. Hay solo dos años de diferencia entre nosotros,
por lo que siempre hemos estado unidos, especialmente desde que nuestro
padre prácticamente desapareció cuando mi madre le dio la patada cuando
yo tenía cinco años.
Tony se inclinó hacia delante, con ganas de escuchar más. —¿Qué hay
de tu madre? ¿Nunca volvió a casarse?
Tony no se perdió el afecto que asomó en el rostro de su compañero
mientras decía: —sí, se volvió a casar hace diez años. Duke es un buen tipo.
No trata de ser nuestro padre y además, besa el suelo que ella pisa. Esa es
la razón por la que mi madre no puede mudarse aquí. Duke tiene una
cadena de lavado de automóviles, y ella le lleva la contabilidad, mientras
escribe su propio libro desde casa. Espero que la conozcas pronto. A ella le
encantarás, ten por seguro que te comerá entero.
45
La ceja de Tony se arqueó. —¿Oh, en serio? ¿Y cómo es, tu madre?
Mick sonrió y arrugó el envoltorio de papel de la pajita de su bebida
entre las puntas de sus grandes dedos mientras pensaba su respuesta. Y
finalmente le dijo: —es realmente especial, es una mujer única. Una mujer
muy divertida y coqueta con los pies en la tierra. También es la persona más
inteligente que he conocido en mi vida. No importó lo mal que estuvo
nuestra economía mientras crecimos, siempre hubo risas y música en casa.
Mientras que otros niños caminaban para ir a la iglesia los domingos por la
mañana, nosotros dormíamos hasta tarde después de ir a un concierto la
noche del sábado. Por lo general, eran bandas locales o cantantes que
actuaban en la taberna más popular de la ciudad, pero de vez en cuando
nos llevaba a un espectáculo más grande. Y así vimos a Joan Jett y los
BlackHearts una vez en un festival, y a ZZ Top en Fort Knox un verano, y por
supuesto, a Stevie Nicks tres veces distintas, y al menos una docena más de
grandes espectáculos. Realmente, nosotros nunca nos tomamos unas
vacaciones familiares; nuestros viajes siempre estuvieron organizados para
ver eventos musicales.
—Parece una gran madre, Mick. En serio. Así que, uh, ¿vosotros nunca
fuisteis a la iglesia o algo así? —le preguntó Tony, sorprendido de nuevo. La
mayoría de las personas que había conocido desde su mudanza eran
cristianos conservadores, normalmente de la iglesia Baptista.
Mick rompió el contacto visual y miró hacia abajo a la mesa. —Nop.
Mi madre no cree en eso. Por lo poco que se de eso, creo que fue tratada
bastante mal por una iglesia cuando era joven. Cree que cuanto menos
escuches lo que otras personas tienen que decir acerca de Dios, mejor para
ti. Siempre me decía que nadie conocía su propia alma mejor que uno
mismo, y que deberíamos seguir el camino que más nos atrajera. Mi madre
nos enseñó a tener nuestro propio código moral y a nunca permitir que
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nadie nos diga cómo pensar o en qué creer.
Tony estaba fascinado. —Eso es realmente increíble, Mick. Suena
como un infierno de mujer. A millas de distancia de mi madre, pero, aun así,
apuesto a que realmente te ayudó a aceptar tu homosexualidad.
Mick rio con pesar. —No tienes ni idea. Ella básicamente me sentó un
día cuando apenas tenía doce años y con paciencia me lo explicó. No
teníamos secretos en casa, por lo que ya habíamos hablado un poco sobre
eso antes de ese momento, pero todo llegó al culmen un día cuando confesé
estar enamorado de un chico mayor de mi escuela secundaria. Fue muy
comprensiva, pero también me explicó, sin rodeos, los desafíos a los que
me enfrentaría. No había muchos niños lo suficientemente valientes para
molestarme, incluso en aquel entonces, porque ya media más de quince
centímetros más que ellos, pero me preparó para lo peor mientras me
animaba de la mejor manera. Me compró mi primer juego de pesas cuando
tenía 14 años y me dijo que si iba a vivir mi vida de la manera en que quería,
entonces debería ser lo suficientemente fuerte para protegerme a mí
mismo y a cualquier amor futuro que me interesara. Y su consejo nunca me
ha fallado. —Cerró los ojos y el hombre italiano se permitió mostrar su
admiración antes de que sus propios malos recuerdos llegaran para apagar
su estado de ánimo. Mick buscó en su rostro de forma
desconcertantemente íntima y le preguntó: —¿Y qué pasa contigo, hombre?
Has hablado de tus hermanas y de tu madre. ¿No hay nadie más?
Tony se removió en su asiento y raspó con el tenedor las migas en su
plato. —Sí, y no te olvides de mis quince sobrinos, también, —le dijo Tony
en broma, arqueando las comisuras de sus labios—. La familia es lo más
importante para Ma y Pop. Son gente buena, honesta y trabajadora, y
siempre muy cariñosos, aunque también nos han dado azotes en el trasero.
Pop trabajó para la oficina de Correos antes de retirarse hace seis años, y
47
Ma sigue trabajando media jornada como cocinera en un pequeño
restaurante en el vecindario. A diferencia de tu niñez, parecía que
estábamos siempre en la iglesia por una cosa u otra: bautismos,
comuniones, confirmaciones, que se celebran incluso más que los
cumpleaños. Cuando era niño solía odiarlo ¿sabes? Tener que levantarse las
mañanas de los domingos y vestirme, ir a la misa de medianoche en la
víspera de Navidad, ser obligado a confesarme una vez al mes. ¿Pero ahora?
—Tony se encogió de hombros y trató de poner en palabras lo que sentía
por Dios—. Creo que es más bien por comodidad y un recordatorio de
tiempos mejores y de mi casa. Trato de ir a misa al menos una vez al mes,
pero estoy lejos de ser tan devoto como a mi madre le gustaría. Pop no tiene
ningún problema, siempre y cuando esté al tanto de cómo van los Cubs y
los Blackhawks. Es un verdadero placer ver los partidos con él, ya te digo, —
agregó con sarcasmo con un gesto en su boca.
Mick se rio y respondió: —creo que se no lo podemos permitir. No me
has visto aun durante un partido de baloncesto de la Universidad de
Kentucky. He sido expulsado de tres bares de deportes diferentes en los
últimos años por culpa de los playoffs. —Mick sacó la billetera de su bolsillo
trasero para pagar a la camarera que se acercó tímidamente con la cuenta.
Sacó su tarjeta de débito y se la entregó a la guapa adolescente que parecía
no poder quitar los ojos de encima del gigante hombre rubio—. Aquí tienes,
querida. Ponlo todo en una sola cuenta, si no te importa. —La cara de la
chica se inundó de color y asintió con la cabeza como un muñeco mientras
se alejaba.
El estómago de Tony dio una sacudida de placer ante la imagen mental
que el comentario fuera de lugar había traído a su cabeza. Podía ver
claramente a su Pop y a Mick gritando y maldiciendo juntos a la pantalla
durante un partido el día de Acción de Gracias mientras Tony era perseguido
por su Ma por robar los malvaviscos de la fuente. Fue la primera vez en que
48
había imaginado llevar a alguien a su casa para las fiestas, y Tony no tenía
idea de qué pensar sobre el hecho de que el primero fuera su muy guapo y
gay compañero de trabajo. Ocultó su confusión detrás de una cómoda
máscara de sarcasmo y bromeó. —A mí no tienes que mentirme, Mick. Te
echaron de tres bares por follar detrás de la barra, ¿verdad?
Mick parpadeó lentamente, y Tony temió durante una eterna fracción
de segundo haber ido demasiado lejos, antes de que su compañero
respondiera: —está bien, me echaron de dos bares por actuar como un
idiota durante un juego de baloncesto, y fui expulsado de un tercero por
follarme al barman en el cuarto de baño. ¿Qué puedo decir? Era calvo, con
piel suave y tenía tatuajes. Era como la hierba gay colgando enfrente de mi
nariz.
Tony escupió la bebida que acababa de tomar y salpicó con soda toda
la mesa y a su nuevo compañero. Tosió y se atragantó mientras Mick fruncia
el ceño y se limpiaba la cara con una servilleta. —Maldita sea, gilipollas, —
gruñó Mick cuando secó las manchas en su camisa de vestir—. –Si hubiera
sabido que ibas a ahogarte al decirte la verdad, me la hubiera guardado para
mí.
Tony finalmente recuperó el aliento lo suficiente para soltar una
carcajada. —¡Lo siento! Siento la ducha improvisada, Mickey. —Abrió la
boca y tosió para despejar el resto de refresco de su garganta—. Me
identifico totalmente con eso. Me vetaron de Papa DiCarlo’s Pizza en el
vecindario por follarme a su hija en la despensa, —le confesó con una
sonrisa.
La cara de Mick fue ilegible para Tony cuando el hombre le dijo en voz
baja: —me has llamado Mickey. Nunca he dejado que nadie me llame así
49
antes.
El buen humor de Tony desapareció y pensó en una respuesta correcta.
No quería alejar al individuo el primer día. Tony era bueno apartando a las
personas de su lado, pero se dio cuenta que en realidad quería mantener a
su nuevo compañero a su lado durante un tiempo. Y averiguar qué era lo
que hacía bueno al tipo.
Tony se encogió de hombros y su tono fue ligero cuando respondió:
—no te ofendas, amigo. Es como un reflejo natural para mí. Crecí en la
Pequeña Italia, ¿recuerdas? Todos los chicos del barrio eran Ricky, Nicky,
Paulie, Gianni… te haces una idea, ¿verdad?
Los labios de Mick se arquearon en una sonrisa cuando contestó: —
¿quieres decir cómo Tony? Así que ¿de verdad vamos a ser Mickey y Tony,
los detectives de homicidios? Suena como el anuncio de una mala serie en
la tele.
Tony rio mientras Mick aceptó el ticket y el boli de la mano oscilante
de la nerviosa camarera. Y mientras Mick garabateó su firma, Tony
respondió: —si va a ser así, me gustaría elegir quien va a ser mi novia. Y para
interpretar el papel de tu hermana, quiero que la sustituya Scarlett
Johansoon.
Mick le ayudó a salir del reservado del restaurante, ya que era más
alto que Tony. Y con una ceja arqueada, contestó a su compañero: —¿y por
qué supones, sin dudar, que tu amor en este show es una mujer? —se dio
la vuelta y dejó a Tony a su espalda con la boca abierta.
CAPÍTULO SEIS
50

TONY

Tony acomodó su espalda en el lujoso asiento de cuero de la SUV de


su compañero mientras Mick giraba la llave y arrancaba el coche. Tony no
estaba muy seguro de lo que estaba pasando entre los dos, pero sus otras
preocupaciones obligaron a su mente a volver a las principales prioridades.
Echando un vistazo a su reloj, Tony le dijo: —todavía tenemos una
hora de sobra antes de que Moynihan este abriendo las puertas del Club.
Podemos pasar por tu casa, tomar tu ropa y cambiarnos en mi casa. Está
más cerca.
Mick bajó la mirada hacia su regazo y dijo: —¿qué le pasa a la que llevo
ahora? ya ni se ven las manchas de la bebida que me escupiste.
Tony suspiró pesadamente y le explicó con paciencia. —Llevas puesto
el uniforme estándar de todos los detectives del país, Mick. Llevas camisa
de vestir, corbata, pantalones de vestir, y mocasines, sin mencionar la
pistola y la placa en tu cinturón. ¿Hasta dónde crees que vamos a poder
llegar así antes de ser detenidos por los matones de Moyniham, ¿eh? —hizo
una pausa para escuchar una maldición suave de Mick antes de continuar:
—además, no vas a poder acercarte a un gran jugador como este tipo
usando ropa de supermercado. Los tipos como él solo respetan una cosa: el
dinero. Viste de forma elegante, y te garantizo que obtendrás más de él.
Mick suspiró y giró su vehículo por una calle lateral. —Está bien, pero
vas a tener que ayudarme a escoger. No tengo ni idea de cómo hacer un
51
conjunto. Aparte de mi ropa de trabajo, me visto solo con vaqueros,
playeras o ropa deportiva.
Tony se estremeció de disgusto. —Es evidente que hay algo malo en
esa imagen. Tenía la impresión de que tu gente lo sabía todo acerca del
buen gusto en moda. Estoy decepcionado al ver que el estereotipo es falso.
No te voy a mentir.
Mick suspiró con dramatismo y le respondió: —siento desilusionarte,
Chicago, pero mis habilidades de decoración son incluso peores. La única
cosa que cuelga en mi pared en este momento es un anuncio de neón de
cerveza.
Tony levantó la mano y se tapó los ojos. —Detente. No digas nada más.
Estas aplastando todas mis ilusiones. Lo siguiente que me dirás, es que ni
siquiera sabes hervir agua.
Su compañero se rio mientras llegaba a un nuevo complejo de
apartamentos y aparcó su vehículo en su lugar de estacionamiento. Apagó
el motor mientras respondía: —oh, puedo cocinar, de acuerdo. Nada que
me quede bonito, en ningún caso, aunque puedo cocinar chiles o una sopa
de frijoles de infarto. Sé que no es nada comparado con la lasaña de tu Ma,
pero no está mal del todo, si se me permite decirlo.
Tony sonrió y se metió las manos en los bolsillos mientras se dirigía
hacia las escaleras que Mick había señalado. Y mientras trotaba por delante
de su compañero, le contestó: —eso es bueno. Es realmente bueno, Mickey.
Entre Ma, cuatro hermanas, y un barrio lleno de las madres de los otros
chicos, nunca he hecho nada más que preparar una taza de café. Puedes
probar tus especialidades conmigo a partir de mañana por la noche. Tengo
el presentimiento de que tu hermana me llevará a la quiebra esta noche, así
que tendrás que alimentarme hasta el siguiente día de pago.
52
Mick siguió detrás de él, y Tony le escuchó murmurar sus quejas hasta
que dijo en voz alta: —claro que sí, hombre. Fui ayer al mercado, por lo que
hay salmón, patatas y ensalada. Tengo la sensación de que no comes nada
más que basura. Así que a lo mejor puedo enseñarte a comer de forma más
sana.
—Y lo dice el hombre que devoró, no menos, de cinco porciones de
pizza en el almuerzo, —criticó Tony—. ¿Qué estas tratando de decirme,
Mickey? ¿Tratas de decirme que tengo el culo gordo o algo parecido?
Tony miró sobre su hombro para ver cómo reaccionaba su pareja.
Mick estaba cuatro pasos por detrás de él, con su línea de visión directa a la
cintura de Tony. El policía italiano contuvo el aliento al ver el intenso
examen al que su compañero lo sometió inclinando la cabeza y pasando sus
ojos con interés sobre el culo de Tony, y viendo aprobación y llamear fuego
en sus brillantes ojos verdes.
Tony se aclaró la garganta con fuerza y levantó una ceja cuando la
mirada culpable de Mick se encontró con la suya. Los labios de Mick se
separaron en una sonrisa avergonzada y se encogió de hombros. —Tú
preguntaste, hombre. Solo estaba investigando, eso es todo.
Tony rio, con su corazón acelerado por la adrenalina. Nunca había
coqueteado antes a propósito con otro hombre, pero estaba encontrando
que era excitante e incluso divertido. —Solo recuerda, Mick. Mis ojos están
aquí arriba. —Y señaló con dos dedos a sus glóbulos oculares, y añadió: —y
entonces, solo con fines científicos, ¿cuál es tu veredicto?
Mick aceleró los últimos pasos y pasó junto a Tony para tomar la
iniciativa. Y al mismo tiempo que sus torsos se rozaron, Mick sonrió y le
53
respondió: —diez de diez, bebé. Te lo haría.
Y mientras su compañero subió las últimas escaleras y se acercó a su
puerta entre risas graves, Tony se quedó congelado en el lugar. ¿Qué coño
está pasando en este momento? Pensó con incredulidad. Estoy tan lejos de
lo que me va, aquí. Sacudió la cabeza para despejar la inseguridad y para
forzarse a subir las escaleras. De ninguna manera iba a permitir que su
compañero tuviera la última palabra. Anthony Selvaggio siempre tenía una
respuesta para todo. Y su reputación estaba en juego, ¡maldición!
Tony empujó el cuerpo de Mick al mismo tiempo que abría la puerta,
asegurándose de hacer mucho contacto entre ellos, y dijo: —siempre me
gusta saber que tengo opciones, bebé. De todas maneras, no aguantes la
respiración. Puede que sea un hombre fácil, pero no soy esa clase de fácil.
Mick tomó aliento bruscamente, lo que no le pasó desapercibido a
Tony, y el pequeño gesto lo llenó de presumida satisfacción. Dejó que su
compañero entrara primero en la sala y se dio la oportunidad de echar un
vistazo a los dominios privados del detective Mick Fletcher. Fiel a su palabra,
la casa de Mick era bastante básica. Sí, y aunque el hombre había dicho que
se acababa de mudar, Tony no vio muchas cajas para desempacar. Era como
si Mick solo tuviera lo que estaba dentro de la sala.
Mick guió a Tony a su dormitorio, y el hombre italiano, con cuidado,
no miró hacia la cama King size mientras él se dirigía directamente al
armario. Abrió las puertas y estudió la colección de ropa con ojo experto. —
Joder, Mick. No estabas bromeando con el tema de la ropa, ¿verdad? —
Tony murmuró mientras ojeaba las camisas de rayas y los pantalones color
caqui.
Mick tiró de su corbata y el sonido de la tela comprimiendo el cuello
cortó el silencio del apartamento. —Traté de decírtelo, hombre. Buena
54
suerte con intentar encontrar algo adecuado ahí dentro.
Tony buscó más al fondo y finalmente encontró una camisa blanca
almidonada y abotonada colgando todavía del plástico de la tintorería. La
sacó y la sostuvo sobre los hombros de su compañero antes de volver a
excavar en el armario. Unos minutos más tarde había rescatado un par de
pantalones negros de vestir y una chaqueta a juego antes de pillar un par
de brillantes zapatos negros también de vestir.
Al salir del fondo del armario le dijo: —esto debería funcionar.
Básicamente no puedes ir mal de negro—. ¡Oh! ¡Ay ¡¿qué pasa contigo,
Mick? ¿Has nacido en un granero o algo así?
Mick terminó de sacarse la camisa de trabajo usada y se detuvo medio
desnudo en su habitación. Arqueó una ceja rubia y respondió
inocentemente: —¿qué? Tú dijiste que tenía que cambiarme, así que me
estoy cambiando.
Tony aspiró profundamente tratando de tener paciencia y dejó salir el
aire lentamente. Evitando sus ojos, empujó el resto de la ropa hacia su
compañero y apretó los dientes. —Sin corbata, y deja los dos primeros
botones abiertos. Te espero en la sala.
—Haz lo que quieras, —y su compañero se encogió de hombros,
flexionando sus músculos sobre su ancho pecho.
Como un imán, los ojos de Tony se apartaron del cuerpo abrumador
de Mick. El goombah 12 fue arrastrado hacia los músculos que tiraban y
empujaban con cada movimiento del cuerpo de Mick. Tatuajes caros y

12 Es un término en el argot que se refiere a personas de ascendencia italiana.


multicolores cubrían cada brazo hasta el codo, y su pecho era amplio y
ligeramente poblado con vello rubio nítido y oscuro. Sus abdominales eran
55
excepcionales. Cada músculo estaba claramente delineado, y dos zanjas
profundas enmarcaban cada uno de sus costados antes de achicarse hacia
un punto que desaparecía por debajo de su cintura. —¡Gesú! 13 —Tony
respiró, sintiéndose profundamente inquieto.
La cara de Mick se iluminó con una sonrisa brillante. —Gracias. Es lo
más bonito que me has dicho en todo el día.
Tony podía sentir el calor filtrándose en su cara, y tras girar sobre sus
talones, se alejó. No había querido ni mirar ni expresar esa exclamación,
pero su nuevo compañero parecía que era único para conseguir que Tony
hiciera cosas que normalmente no haría. —Lo que sea, He-Man. Solo
asegúrate de usar calcetines negros y ponte un poco de gomina en el pelo.
Eres un culo adulto, hombre, no un atleta de escuela, por el amor de Dios.
—¿Seguro que no eres el gay de esta pareja? —gritó gritó mientras
Tony llegaba al final del pasillo.
Tony no se dignó a responder a su compañero, pero una pequeña voz
dentro de su cabeza le susurró: ya no estoy seguro de nada en este
momento.

13 Jesús. Se deja como en el original.


CAPÍTULO SIETE
56

MICK

En el momento en que se detuvieron en la pequeña casa de Tony para


que el italiano se cambiara de ropa y se fueron al Club, eran cerca de las
5:00 pm. Cuando salían juntos por la puerta principal, Mick tiró de las
mangas de su chaqueta y se removió mientras observaba a Tony ponerse
una capa gruesa, que protegía su encanto italiano como si fuera un abrigo.
—Deja de tirar ya de tu ropa, Gabbadost14, —le exigió Tony mientras
sus agudos ojos dorados no perdían detalle sobre él— . Te ves bien. No
espectacular, pero suficiente.
Mick suspiró e intentó relajarse. No le gustaba vestirse para una
ocasión formal, y le gustaba menos hacerlo mientras trabajaba. Prefería la
comodidad de tener fácil acceso a su arma, y la pistolera que llevaba ahora
cortaba su piel. Al mismo tiempo, Tony parecía como si acabara de salir de
la portada de GQ con su camisa de seda negra y un traje gris oscuro con la
chaqueta abotonada en el medio. Se había alisado su negro pelo corto con
algún producto para que los resultados fueran elegantes, y su incipiente
barba era uniforme y estaba perfectamente esculpida para parecer travieso
y guapo. Su nuevo compañero había nacido para usar traje, y ¡maldición!,
lo llevaba bien. Tony tenía un trasero para morirse, y Mick moriría cada
cinco minutos si llegara a tocarlo. Mick no sabía de qué iba el tipo que se

14 En argot americano-italiano, algo así como capa dura.


estaba metiendo debajo de su piel, pero rápidamente se encontró fascinado
y enamorado a cada minuto que pasaba. Y cada vez que él miraba al italiano,
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tenía que respirar profundamente y recordarse a sí mismo que su
compañero estaba fuera de los límites. El detective italiano era demasiado
hermoso para el bien de Mick, y nunca era inteligente mezclar negocios y
placer.
—No puedo evitarlo, —y Mick gruñó cuando se recolocó la chaqueta—.
No he vuelto a usar este traje desde que Christine se casó hace cuatro años.
Y por si no lo has notado, me está un poco ajustado.
Tony suspiró y dio un paso atrás para mirar a Mick de arriba abajo con
ojo crítico. —Seguro, está bien, te está un poco apretado alrededor de los
bíceps y los muslos, pero el problema es tu actitud, no la ropa. Piensa en
este traje como tu armadura. Permite que la ropa hable por ti y
complemente tu personalidad. Tú tienes que llevar la ropa, no dejes que
ella te lleve a ti.
Mick puso los ojos en blanco y respondió con sarcasmo. —Seguro que
eso tiene sentido para ti, Tony, pero suena como un montón de mierda para
mí. No todos podemos ser tan suaves y pulidos como tú.
Tony sonrió hasta que su hoyuelo se profundizó y sus dientes blancos
y brillantes resplandecieron bajo la luz del sol de la tarde de otoño. —Tienes
suerte, y estoy dispuesto a tomarte bajo mi ala. Júntate conmigo, bebé, y
llegaras lejos.
Mick resopló y agarró la manija para abrir la puerta. —Sí, al manicomio.
En el momento en que los hombres entraron al Club, Mick miró
alrededor y se metió en el ambiente. PM después de la fiesta era un lujoso
‘Club de caballeros’ que atendía a hombres de negocios de clase alta con
mucho dinero y poca atención en casa. El local estaba en penumbra, pero
todavía había suficiente luz para ver el resto de la sala. Aparte de la pista
que se extendía hasta el medio del cavernoso espacio, había varias áreas de
58
baile decoradas con cómodos sofás y mesas robustas que sostendrían a
cualquier bailarina que deseara enseñar su mercancía. Había una barra a lo
largo de uno de los lados, y al menos una docena de mesas para cualquiera
que realmente quisiera cenar. Los colores eran apagados y con clase,
principalmente escarlata y negro, y la decoración era de buen gusto. Era
posiblemente el bar de tetas más bonito al que hubiera entrado en su vida,
y habían sido unos cuantos. Desde que se convirtió en policía, Mick había
descubierto que un alarmante número de llamadas al 911 provenían de
stripteases de mala muerte.
Mick suspiró cuando Tony sacó su billetera para pagar la entrada. Se
inclinó y murmuro en el oído de su compañero: —si hubieras mostrado la
placa, podríamos haber entrado gratis.
Tony mantuvo la boca cerrada y esperó para responder hasta que
estuvieron lejos de la ventanilla y caminaron al interior de la sala. —Si, y
podríamos también ofrecerle el coche de escape a Moynihan. Seguro, y
aunque entrar aquí me costó un poco de pasta, también nos compró tiempo
para mirar alrededor, y quizás, poder hablar con algunas personas.
Mick soltó una risa mientras seguía la mirada de su compañero al
escenario, donde una chica joven y delgada, en topless, elevaba la
temperatura del personal. —¿Quieres decir que compraste la oportunidad
de comerte con los ojos a un par de strippers?
Ambos se detuvieron y observaron a la mujer joven de pelo largo y
oscuro, inclinarse totalmente mientras su culo se balanceaba en el aire
hasta que sus manos se apoyaron en el escenario. Tony volvió la cabeza
hacia un lado y comentó a la ligera. —¿Y me dices que eso no provoca
absolutamente nada en ti?
Mick suspiró profundamente y dejó que sus ojos vagaran sin control
hasta que fueron a parar junto a la barra de bar. El tipo grande apoyado en
59
la pared tenía que ser de seguridad. Y si el auricular escondido en su oído
no lo delatara, lo hacía el bulto de la pistolera. —Nada en absoluto, ¿pero
el hombre de allá? Ese sí es totalmente mi tipo.
Tony arrancó la mirada de la ágil bailarina y vio al matón de Moynihan.
—¿En serio? El tipo tiene una cara que haría llorar a su propia madre. Y yo
que estaba pensando que en realidad tenías buen gusto…
La mirada de Mick se detuvo otra vez con la llegada de otra señorita
que estaba haciendo la ronda a media docena de clientes que estaban
emborrachándose un lunes por la tarde. Era alta, con curvas exuberantes,
tenía el pelo rubio largo, y un colgante de plata con una amatista idéntica a
la de la víctima. —Mira Tony, —le dijo Mick a su compañero.
Tony inmediatamente enfocó y concentró su mirada en el
descubrimiento de Mick. Una lenta y torcida sonrisa apareció en la cara de
su compañero. —Hey, Mick. Hazme un favor y ve a sentarte a esa cabina.
Mick frunció el ceño. —¿Por qué? Deberíamos intentar interrogarla.
Tony le golpeó el hombro y sonrió. —Y para eso te voy a comprar un
baile privado.

Mick se echó hacia atrás en el mullido cojín de terciopelo de la cabina


de bailes privados para apartarse de la nube abrumadora de tanto perfume
y del pecho desnudo balanceándose y rebotando en frente de su nariz. Juró
que su pene estaba tratando de arrastrarse dentro de su cuerpo mientras
la joven giraba contra su regazo al ritmo de la machacona música de los
altavoces.
60
—¿Cómo te llamas, querida? —preguntó Mick, levantando la voz para
hacerse oír por encima de la música.
La esbelta joven batió sus pestañas postizas y se lamió los brillantes
labios rojos antes de responder: —Amber. Pero tú me puedes llamar con el
nombre que tú quieras, bebé.
La paciencia de Mick con el juego de su compañero ya estaba
peligrosamente cerca de acabar. Y miró por encima a Tony, que estaba
tumbado en el asiento junto a él con una sonrisa de comemierda estirada
en su rostro. Tony guiñó un ojo con descaro a Mick, y llamó a la bailarina. —
Por mucho que esté disfrutando del espectáculo, muñeca, y créeme, lo
estoy disfrutando, voy a necesitar que te sientes. Tenemos algunas
preguntas para ti.
La cara de Amber se congeló y Mick vio una chispa de miedo en sus
ojos antes de esconder sus emociones. Lenta y sensualmente, ella se deslizó
fuera del regazo de Mick y se paró frente a los dos hombres con las manos
en sus generosas caderas. —¿De qué va esto? ¿Quiénes son ustedes?
Mick observó su reacción mientras anunció: —somos detectives de
homicidio en IMPD. Estamos investigando la muerte de una chica y creemos
que quizás tú nos puedas ayudar.
Su espalda se puso rígida y Mick vio como sus brillantes ojos azules se
movieron alrededor en busca de ayuda. —¿Sabe Patrick que están aquí? No
le gustan que los policías husmeen aquí.
Tony no se movió de su posición perezosa y relajada contra los cojines
y respondió: —no hagas girar tu tanga, corazón. Solo necesitamos que nos
61
digas un nombre, y luego iremos a hablar con tu jefe.
Se echó hacia atrás y sus altos tacones tambalearon. —¿Qué les hace
pensar que se algo sobre un asesinato?
Mick sacó su teléfono móvil y le enseñó la foto de la víctima. —Porque
ella llevaba un collar como el tuyo, Amber. Sabemos de buena fuente que
Moyniham le da uno a todas sus chicas de élite. —Le mostró la foto en su
teléfono, y un estremecimiento de ira y odio pasó rápidamente por el rostro
de la mujer—. Supongo que sabes quién es la víctima, ¿verdad?
Se humedeció el labio inferior nerviosamente, y asintió. —Sí, es
Natalie Woodson, es la nueva chica de Patrick. Acababa de mudarse desde
Ohio hace aproximadamente un mes. —E hizo una pausa antes de agregar:
—y qué, uh, ¿qué le pasó?
Tony ya estaba enviando un mensaje de texto con el nombre a alguien
de la comisaría mientras le respondió con indiferencia. —La asesinaron.
¿Cuándo fue la última vez que viste a Natalie?
La chica se encogió de hombros, agitó sus manos. Y resopló. —No sé…
¿hace dos noches? Sí, fue hace dos noches después de que el club cerró.
Ella se quedó con Patrick, yo me subí a mi coche y me fui. No la he visto
desde ese momento.
Los ojos de Mick se estrecharon. La chica les estaba ocultando algo,
pero Mick no podía averiguar qué. Para tranquilizarla, Mick sonrió
amablemente y le dijo: —gracias por tu ayuda, Amber. ¿Puedes hacernos
otro favor?
Observó al gran hombre rubio con desconfianza y desprecio. —
Depende de lo que me estés pidiendo.
62
Mick sacó un billete de $20 de su billetera y se lo dio. Ella lo tomó de
su mano mientras él le decía: —esto es para ti. Solo queremos que le digas
a Patrick Moyniham que tiene dos nuevos clientes potenciales que quieren
hablar con él.
Ella se lo pensó por un segundo antes de responder: —¿quieren que
le mienta a mi jefe por solo $20? Jódete, amigo. Mi tiempo vale más que
eso.
Mick miró a Tony, y el hombre se limitó a mirarlo como si Mick fuera
estúpido. Mick suspiró, sacó su cartera, y añadió un billete de $50 a la mano
extendida. Ella cerró su puño alrededor del dinero, y se alejó con sus
abundantes pechos balanceándose por sus movimientos. —Denme cinco
minutos, y luego caminen hacia la puerta que está junto a la barra. Y esto
queda entre nosotros.
—Sólo mientras no nos lleves a una trampa, cara de muñeca. No hago
más promesa que esa, —Tony le respondió mientras deslizaba el teléfono
en el bolsillo de su abrigo.
Cuando la chica rubia semidesnuda desapareció a lo lejos, Mick se giró
para mirar cabreado a su compañero. —Hiciste esa mierda a propósito,
Tony. Realmente no tenía que hacer un baile privado.
Tony rio, su voz rica y profunda se elevó por encima de la música y
atrajo muchas miradas apreciativas de las chicas que trabajaban en el club,
y del propio Mick. Tony agarró su estómago, se secó una lágrima de los ojos
y dijo sin aliento: —los mejores $50 que has gastado en tu vida, juro por
Dios. Debería haber tomado una foto. ¡La mirada en tu cara! —Tony volvió
a arrancarse con más carcajadas.
—Te odio tanto ahora, —gruñó Mick mientras se ponía de pie—. Si no
podemos conseguir aquí más que el nombre de nuestra víctima, serán los
63
peores $70 que alguna vez haya gastado en mi vida.
CAPÍTULO OCHO
64

MICK

Cuando pasaron los cinco minutos, Mick se encontró siendo escoltado


a un salón en la parte de atrás por el mismo matón que había visto antes.
Tony se acercó a su lado y miro de arriba abajo al tipo antes de girar hacia
Mick y decirle: —¿este tipo? ¿en serio?
La nariz de Mick se arrugó y dijo entre dientes: —hay un tiempo y lugar,
Tony. Y este no lo es.
Tony se encogió de hombros, sin inmutarse de ninguna manera por la
presencia hostil del guardia. —Su propia madre llora. Solo te digo eso,
Mickey.
El detective rubio se salvó de responder gracias a que llegaron a una
gruesa y sólida puerta. El matón golpeó tres veces con sus nudillos del
tamaño de una nuez y dio un paso atrás. Unos instantes después, la puerta
se abrió y se vio a un guapo señor mayor vestido con un traje de diseñador
y que apestaba a colonia cara. Las líneas en la cara bronceada del hombre
eran lo suficientemente profundas para darle a Mick la idea de que tendría
unos cincuenta años, pero seguía estando en plena forma, y era bastante
elegante con su pelo negro canoso haciendo juego con su barba.
—Caballeros, —el hombre les dio la bienvenida antes de dar un paso
atrás— ¿por qué no pasan?
Tony tomó la delantera mientras pasaba por el umbral de la puerta,
mientras le respondía: —lo hago, si no te importa.
65
Mick le tendió la mano cuando la puerta se cerró detrás de él. —
Gracias por acceder a reunirse con nosotros. Mi nombre es Mick Fletcher.
—Patrick Moyniham, pero seguramente ya lo sabían, ¿verdad,
detective? —y dirigiéndose a la pareja de Mick, añadió: —y este debe ser el
infame detective Anthony Selvaggio. ¿Qué trae a dos detectives a mi lugar
de trabajo?
Mick se tensó, pero mantuvo el rostro impasible cuando respondió: —
¿quien le dio la pista?
Patrick se acercó a una barra lateral y se sirvió una copa de licor ámbar.
Señaló el líquido en cuestión, pero los dos detectives negaron con la cabeza.
—Mi sistema de seguridad me alertó de su presencia en cuanto cruzaron la
puerta, caballeros. En mi línea de trabajo, vale la pena saber quiénes son los
principales jugadores de la ciudad, y eso en especial incluye a la policía.
Tony de despegó de la pared donde había estado apoyado y se movió
hasta quedar de pie al lado de Mick. —En este caso, ¿qué tal si nos devuelve
el ticket de entrada que hemos pagado?
Patrick tomó un largo trago de su licor antes de sonreír y encogerse de
hombros.
—Considérelo el precio de hacer negocios, detective. Y ahora, ¿qué
puedo hacer por ustedes esta tarde, caballeros?
Mick mantuvo los ojos fijos en la cara del hombre de negocios cuando
le dijo: —estamos investigando el asesinato de una de sus chicas, y nos
gustaría hacerle unas cuantas preguntas.
La conmoción que apareció en el rostro del hombre mayor fue genuina,
tosió antes de farfullar: –¿qué? ¡Oh Dios! Por favor, por favor, dime que no
66
es Natalie.
Tony sacó su teléfono y le mostró la imagen a Patrick. —¿Cómo supo
que era Natalie Woodson?
Mick observó como el rostro de Patrick perdió todo el color. Se
balanceó, y Mick se lanzó hacia adelante para ayudar al hombre a sentarse
en la silla. —¿Qué paso? ¿Dónde la encontraron?
Las cejas de Tony se redujeron con consternación. Claramente había
llegado a la misma conclusión de Mick que pensaba que Patrick Moynihan
no era el culpable de este crimen. —Fue encontrada por un corredor esta
mañana en las orillas de Fall Creek. Recibió un disparo y la tiraron allí. ¿Qué
nos puede decir sobre Natalie?
Patrick se pasó las manos por la cara, y los dos hombres le dieron
tiempo para reponerse. Después de un momento de tragar
convulsivamente, la voz de Patrick era áspera cuando respondió: —conocí
a Natalie en un viaje de negocios a Cleveland hace un mes. Quedé al instante
encandilado por ella, y le ofrecí un trabajo aquí si se podía mudar a
Indianápolis.
Tony y Mick tomaron asiento en las sillas de cuero frente al escritorio
de Moynihan.
—¿Y cuándo fue la última vez que la vio? —le preguntó Mick.
—Ayer por la tarde. Tuvimos un almuerzo tardío y la llevé de compras
antes de dejarla de vuelta en su casa. Cuando no se presentó en el club para
su turno anoche, fui a buscarla, pero no la pude encontrar. Su móvil estaba
apagado y su bolso había desaparecido. He tenido a mis hombres peinando
la ciudad buscándola desde entonces, —explicó Patrick, con los ojos
enrojecidos y roto de dolor.
67
Los ojos de Tony se estrecharon. —Es un gran esfuerzo para gastarlo
en una chica nueva. Quizás ella había decidido regresar a Cleveland y eso te
hizo enfadar. Quizás estabas lo suficientemente cabreado como para
dispararle.
Patrick bebió lo último de su copa e hizo una mueca mientras lo
tragaba. —Imposible, detective. Verá, le acaba de proponer matrimonio a
Natalie hacía dos noches. Nos vamos… íbamos a casar. Estábamos
enamorados uno del otro, y estábamos de verdad haciendo planes para
nuestro futuro. Natalie nunca me habría dejado. Ella es la primera mujer
que vio más allá de mi dinero, al hombre que está debajo, y aun así siguió
amándome. —Su voz se quebró y tragó antes de añadir: —haré todo lo que
pueda para ayudarles a descubrir quién hizo esto, detectives. No se merecía
morir. Era la cosa más cálida y amable que he conocido, lo mejor que me
había sucedido nunca.
Mick y Tony intercambiaron miradas. Mick se aclaró la garganta y le
dijo: —es bueno saber eso, Mr. Moynihan. Si fuera el caso, ¿le importaría
decirnos la dirección de ella para poder continuar la investigación?
Patrick suspiró pesadamente y se echó hacia atrás en su silla. –Ella
vivía conmigo, detective. Y sé que esto suena contrario a lo que acabo de
decir, pero tengo que insistir en pedirles una orden de registro. No es
ningún secreto para mí que hay una investigación en curso por mis negocios
en el IMPD, así que mis abogados querrían mi culo si les dejo que vayan a
mi casa. Vayan a por su papel, y no tendré ningún problema en dejarles
mirar sus cosas.
Tony entrecerró sus ojos y se quedó mirando al hombre de negocios
desde arriba. —Solo por las dudas, ¿dónde estaba esta mañana, entre la
68
media noche y las 4 a.m.?
La mandíbula de Moynihan se apretó y sus fosas nasales se abrieron.
Los profundos ojos azules del hombre se endurecieron cuando respondió:
—estuve aquí hasta la media noche, con otros cuatro empleados que
pueden avalar que estábamos haciendo el inventario y los horarios. Las
cámaras de seguridad mostrarán que salí de aquí aproximadamente a la
media noche. Conduje directo a casa, con la esperanza de que Natalie
hubiera aparecido después de su repentina desaparición. También tengo
cámaras de seguridad alrededor de mi casa, y enseñarán que llegué y que
no me fui de nuevo hasta las siete de esta mañana.
Mick levantó la ceja. Había subestimando enormemente a este
hombre y a la profundidad de sus bolsillos. Si estaba diciendo la verdad,
entonces parecía tener una coartada sólida como una roca. Lo que quería
decir que su investigación se acababa de volver más complicada. Mick se
aclaró la garganta y dijo: —necesitaremos tener acceso a los videos y a las
declaraciones de los testigos para poder verificar su coartada. ¿Necesita una
orden judicial también para eso?
Patrick hizo una mueca y sacudió la cabeza. —No. Eso se lo entregaré
libremente. Nosotros guardamos tres días de material descargado en los
discos duros antes de ser borrados automáticamente. Envíen a su técnico
cuando quieran y díganle que pregunte por Chris Newman. Él es mi jefe de
seguridad y cooperará dándoles cualquier material de los archivos que
deseen mirar.
Moynihan se puso de pie para indicar que la entrevista se había
terminado. A medida que fueron dirigidos hacia la puerta, Mick se detuvo y
le preguntó: —¿Natalie le mencionó algún problema o conflicto que tuviera
en Indianápolis o en Cleveland, y que la pudiera seguir hasta aquí?
69
Los hombros de Patrick se encorvaron y pareció diez años mayor que
cuando entraron por primera vez en la habitación. —Nada en Cleveland,
aunque ha habido pequeños temas de celos que han surgido aquí, entre las
chicas. Natalie realmente no me habló de nada de eso. No quería crear
problemas o ser la causa para que cualquier chica perdiera su trabajo, por
lo que no reveló nombres o no me dio más que vagos detalles.
Tony asintió y añadió: —sería de gran ayuda obtener una lista de los
nombres y los horarios de las trabajadoras para poder entrevistarlas. Aquí
está mi tarjeta. Cuanto antes pueda conseguirme esa lista, más rápido
podremos continuar con nuestra investigación.
Patrick asintió y se guardó la tarjeta de Tony en el bolsillo de la
chaqueta. —Son bienvenidos a buscar en su casillero y en el tocador del
área de ensayo, pero aquí no tenía más que ropa y maquillaje. No me
gustaba que trabajara mucho aquí, nosotros ya habíamos hablado de que
dejara de trabajar una vez que nos casáramos.
Mick asintió, y aunque sabía que Moynihan era un vendedor
ambulante de carne de mala calidad, su corazón todavía se encogía por el
tipo. —Deberíamos tener la orden de registro a primera hora de la mañana,
así que lo veremos mañana. Gracias por su tiempo, Mr. Moynihan, y
sentimos su pérdida.
El hombre mayor asintió y cerró la puerta con suavidad. Mick y Tony
intercambiaron idénticas miradas de consternación, y Tony dijo: —esto no
fue para nada como yo esperaba.
Regresaron por el pasillo al salón principal, también esta vez
acompañados por el matón, cuando Mick replicó: —estoy de acuerdo
contigo. —Tuvo una idea y murmuró en el oído de su compañero: —oye,
¿recuerdas ver algún anillo de compromiso en el dedo de la víctima?
70
El hombro de Tony rozó el brazo de Mick mientras seguían caminando
y respondió sotto voce15: —nada más de joyería fue encontrado en o cerca
de su cuerpo, solo el collar. Sabes que un gran despilfarrador como
Moynihan habría conseguido para ella una roca del tamaño de Epcot16. Le
podemos preguntar mañana por esto.
Siguieron al matón que les llevó de nuevo a la zona de descanso de las
bailarinas.
Por desgracia, la habitación estaba vacía, era temprano un lunes por
la noche, y la única chica que trabajaba en el club, aparte de Amber, estaba
ocupada en el escenario.
La búsqueda en el casillero de Natalie y en su tocador no dio ningún
fruto. Moynihan había dicho la verdad. Lo único que encontraron fueron
artículos de maquillaje y ropa.
Mientras regresaban a la parte delantera del club, se detuvieron e
interrogaron a los empleados que trabajan por la noche, que eran solo el
matón, el barman, y la chica morena que estaba al principio en el escenario
cuando llegaron al club. Como la mayoría solo hablaba español, no tuvieron
suerte obteniendo ningún avance en la investigación, y el barman tampoco
fue mucho más explícito. El matón solo se limitó a gruñir y no les hizo caso
a ninguno de los dos, solo les mostró la puerta con educación.

15 En voz baja. Se deja como en el orignal.

16 Parque temático ubicado en Walt Disney Word de Florida. Y este es su símbolo.


Antes de salir del parking, Tony llamó al Sargento y le explicó los
avances en el caso, y la necesidad de una orden de registro para la casa de
71
Moynihan. Como el empresario ya estaba bajo investigación, Mick sabía que
les llevaría algún tiempo obtener lo que necesitaban y que tendrían que
coordinarse con Vice para estar seguros de que sus respectivas
investigaciones no se superpusieran o prepararse para ser golpeados. Sus
sospechas se confirmaron cuando Tony hizo una llamada a Gómez y la mujer
amenazó con cortarles las pelotas si metían la pata en su caso.
Cuando Tony terminó sus llamadas, el italiano suspiró y le dijo: —el
sargento dice que nos tomemos el resto de la noche y descansemos un poco.
Deberíamos tener los resultados de balística y la autopsia preliminar
mañana por la mañana, y así podremos empezar a trabajar. ¿Qué tal si
vamos a recoger la comida y vamos a alimentar a tu hermana?
Mick asintió y comenzó a mover su vehículo fuera de la zona de
aparcamiento. —Me suena bien, hombre. Me ha mandado cerca de diez
mensajes de texto preguntándome cuándo vamos a llegar.
—Te voy a dar indicaciones para ir a mi restaurante italiano favorito.
No es tan bueno como mi Ma, pero sigue siendo muy bueno, —reconoció
Tony.
Mick se rio y sacudió la cabeza. —Uno de estos días, voy a tener que
conocer a tu madre y ver por mí mismo si todo este tema es verdad.
—Oh, es verdad, Mickey, —contestó Tony con una sonrisa—. Su
marinara17 hará que quieras ir a casa y montar a alguien.

17Tipo de salsa de color rojo italiana que lleva tomates, ajo, hierbas aromáticas: albahaca entre otras y cebolla. Se deja
como en el original.
Mick resopló y se metió en el tráfico. —Estoy seguro de que no tengo
que probar la marinara de tu Ma para querer montarte, Tony. De hecho, he
72
resistido el impulso al menos una docena de veces desde que te conocí esta
mañana. —El sonido de la risa de su compañero llevó la propia sonrisa de
Mick a plena potencia mientras se alejaban.
CAPÍTULO NUEVE
73

TONY

—¡Jesus, Tony! —Mick resopló mientras arrastraba dos grandes bolsas


hacia la puerta principal de la casa de su hermana—. ¿Qué hiciste?
¿Comprar el restaurante entero?
Tony se encogió de hombros, con sus propias manos notoriamente
vacías, mientras llegaba hasta el timbre para tocarlo. —Te lo dije, Mickey,
se cuanta comida pueden comer las embarazadas. Seguro. Además, así
tendrá sobras para un par de días, y no tendrá que cocinar.
Su compañero suspiró pesadamente y comentó: —eso puede ser
verdad, pero aquí hay suficiente comida para alimentar a un ejército de
mujeres embarazadas. ¿Realmente tenías que comprar dos docenas de
canelones?
Tony dio al niño rubio campesino una mirada incrédula. —Estás yendo
muy lejos. ¿Alguna vez has comido uno? Mama Dicarlo’s tiene el mejor
cannoli18 que vas a probar nunca. A parte del de mi Ma, por supuesto.
—Por supuesto, —repitió Mick con sarcasmo.
Fueron interrumpidos por la apertura de la puerta revelando a una
hermosa mujer rubia, una amazona con embriagadores ojos verdes sólo un
tono o dos más claros que los de Mick. Su cabello era espeso y dorado y
18 Es un dulce típico de Sicilia. Se deja como en el original.
estaba amontonado en la parte superior de su cabeza en un moño
descuidado del que caían mechones flotando alrededor de su rostro
74
creando un efecto de halo. Su cuerpo se había ablandado y rellenado con
su avanzado embarazo, dándole una apariencia angelical reforzada por sus
mejillas y labios rosados. Tony estaba sorprendido por su altura, aun
sabiendo que Mick era su hermano. Ella tenía al menos 1.78 mts de altura,
y lo sabía porque era capaz de mirar a Tony a los ojos sin tener que inclinar
la cabeza.
—¡Por el amor de Dios y el helado! ¿Dónde habéis estado? ¡Me muero
de hambre! —y esa hermosa visión les dio la bienvenida.
Mick sonrió a su hermana y respondió: —y ahora, ¿quién es la que se
enfada por todo? Mantén tu camisa puesta, hermana. —Dio un paso atrás
para dejar pasar a los hombres, y añadió: —Christine, te presento a mi
nuevo compañero, Anthony Selvaggio.
Tony curvó sus labios con su coqueta mejor sonrisa y le extendió las
anchas manos. —Ven aquí y dale a tu futuro esposo un abrazo, cara de
muñeca. —La hermana de Mick se rio de buena gana y se apretó contra el
cuerpo de Tony con un abrazo ligero. Dios, y Tony se enamoró de la mujer
embarazada—. Mírate. ¿qué estás haciendo de pie? Vamos, bella19. Vamos
a sentarte. Mickey, ¿por qué no haces algo útil y nos sirves un poco de
comida?
Christine deslizó su largo brazo alrededor de la cintura de Tony y le
permitió llevarla al sofá. —Oh, ¡Dios mío! Lo amo, Bub. ¿Puedo quedármelo
—¿preguntó a su hermano gimoteando.

19 Belleza. Se deja como en el original.


Mick se quejó mientras llevaba las dos bolsas a la cocina. Y le dijo por
encima de su hombro. —En este momento, estoy dispuesto a regalártelo.
75
Tony metió una almohada detrás de la espalda de Christine y otra
debajo de sus pies mientras se sentó a su lado. —¿Cuál es tu veneno,
muñeca? Compramos algo de pollo Piccata, manicotti20, ravioli y espaguetti
a la boloñesa. Lo que quieras.
Christine suspiró en trance, y se frotó el vientre hinchado. —Todo
tiene tan buena pinta que no sé qué escoger.
Tony se acercó y agarró su barbilla, y le sonrió. —Entonces, escógelo
todo. Aguanta mammina21. Tony cuidara de ti.
Dejó a la hermosa hermana de su compañero y se unió a Mick en la
cocina. Sin pedir permiso, Tony empezó a abrir los armarios hasta dar con
los platos y cubiertos mientras Mick abría los envases de comida.
Trabajaron juntos, sin problema, como si hubieran sido compañeros
durante años en lugar de unas horas. Tony le entregó los platos a Mick, y su
compañero sirvió comida en cada uno de ellos antes de que Tony abriera la
puerta del frigorífico para buscar bebidas.
—No parece que tengas ningún problema para sentirte como en casa,
¿verdad? —le preguntó Mick secamente mientras Tony revolvía en la
nevera para sacar una botella de agua de coco y dos cervezas.
Tony se encogió de hombros mientras añadía un chorrito de jugo de
limón al agua de coco de Christine y la colocó en la bandeja que Mick estaba
preparando para su hermana. —En la forma en que yo lo veo, somos
famiglia22 ahora. No me lleva mucho tiempo hacerme una idea sobre las
20 Tipos de pasta.
21 Diminutivo de mama. Se deja como en el original.
22 Familia. Se deja como en el original.
personas. Es así cómo me criaron, ¿sabes? No demasiados amigos. O bien
eres familia o eres un gilipollas, y serás tratado de acuerdo con eso.
76
Mick le dio una mirada extraña, pero una pequeña sonrisa asomó en
sus labios. —Eso es, uh, algo bueno, Tony. Vamos a comer.
Enseguida, cada uno tuvo un plato de comida delante, y Tony
levantando la botella de cerveza, brindó. —¡Salud!
Los ojos de Christine brillaron cuando ella hizo eco de su brindis, y la
mirada de Mick se pegó a Tony con un calor indescifrable mientras
murmuraba: —¡Salud!
Pasaron la hora siguiente comiendo, hablando, y riendo mientras Tony
les contó divertidas historias sobre sus cuatro hermanas mayores y sus
embarazos. Cuanto más hablaba, con más fuerza crecía en su pecho el dolor
de la nostalgia.
Y todo se reflejaba en su cara, porque Christine le comentó con
simpatía: —las extrañas, ¿verdad?
Tony miró hacia abajo y jugueteó con el tenedor. Era doloroso hablar
sobre su familia, y no solo porque los extrañaba. Los recuerdos de la
Pequeña Italia le trajeron de vuelta también recuerdos desagradables de
Chicago. —Sí, por supuesto que lo hago. Trato de volver a casa a visitarlos
cada pocos meses y en las vacaciones, pero no es lo mismo, ya sabes.
Cuando uno crece en un barrio como el mío, uno se acostumbra a tener una
gran comunidad de personas que cuidan de ti.
Mick se puso de pie y se inclinó a tomar el plato de Tony de su mano.
Tony miró arriba hasta que se encontró con los amables ojos de Mick, y su
compañero le dijo: —podemos no ser una gran comunidad, pero me tienes
a mí, y ahora también a Christine. ¿Y que fue lo que dijiste en la cocina?
Somos una familia, ¿verdad?
77
El corazón de Tony tamborileó en su pecho y no fue capaz de apartar
la mirada del gigante rubio. Su voz fue débil cuando le respondió: –sí,
Mickey. Familia.
Cuando su compañero salió de la habitación cargado con los platos
sucios, Tony volvió su atención a Christine. Ella estaba mirando a Tony tan
de cerca que se sintió desnudo. Y antes de que ella pudiera decir algo
potencialmente embarazoso, sonrió y fue a sentarse a su lado en el sofá.
Puso los pies de ella en su regazo y usó una firme presión para masajear los
dedos de sus pies con calcetines.
Ella gimió suavemente y se apoyó en los cojines del sofá, —¡Dios, Tony!
—suspiró fuertemente—. ¿Cómo es que no estas casado todavía? Eres
magnífico, tienes ese acento italiano caliente, y al parecer sabes cómo
rehacer a una mujer deshecha. Diablos, todavía estoy medio tentada a dejar
a mi marido por ti, y lo amo hasta la muerte.
Tony se encogió de hombros con galantería y continuó masajeándole
los pies. —Simplemente no he encontrado a la persona adecuada, supongo.
El ser un detective no es demasiado fiable cuando se trata de formar y
mantener una relación. Además, crecí en una casa con cuatro hermanas
mayores y mi Ma, por lo que lo último que necesito es a otra mujer
mandona en mi vida.
Christine arqueó una ceja rubia y remarcó ligeramente. —¿Quién sabe?
Quizás has estado buscando en la dirección equivocada todos estos años.
Tony le lanzó una mirada sospechosa, pero ella se estaba
inspeccionando las uñas con mucho interés. Mick regresó a la sala
sosteniendo otro plato, y con la boca llena murmuró: —¿cómo es que nunca
probé los cannoli antes? Es la mejor cosa que he comido en mi vida.
78
—¿Cannoli? —Christine se animó, sus manos ya buscaban el plato.
Mick asintió y se los pasó. —Oh, sí. Tony trajo dos docenas, pero me
estoy comiendo una entera yo solo.
Y después de que la mujer embarazada se comiera dos de los dulces,
puso la mano en su vientre que se movía y se rio: —parece que a Freddie
también le gusta el cannoli.
Tony rio y extendió una mano. —¿Puedo? —y cuando ella asintió, colocó
una palma de su mano sobre su abultado vientre. Y sus ojos se iluminaron
cuando el bebé se agitó—. Así que, Freddie, ¿eh? Déjame adivinar…
¿Mercury?
—Lo has adivinado, guapo, —respondió con una sonrisa—. Y si voy a
continuar la tradición de nombrar a mis hijos como los dioses del rock,
entonces no hay nada mejor que The Queen para el chico.
El bebé giró otra vez, haciendo que su estómago creciera con tensión
y Tony miró por encima del hombro a su compañero. —Hey, Mick. Ven a ver
esto. ¡Es asombroso!
Su compañero parecía incómodo y movió sus pies. —No, estoy bien.
Ya lo sostendré cuando haga acto de presencia a este lado del cuerpo de mi
hermana.
Tony rodó los ojos y se estiró para agarrar el brazo de Mick. Tiró del
hombre hacia abajo hasta que Mick estuvo prácticamente inclinado sobre
su espalda y puso su mano en el estómago movedizo de su hermana. —Deja
de ser tan boombots23 y ven a conocer a tu sobrino.
79
Tony podía sentir el calor del cuerpo de Mick presionando contra el
suyo, y una sacudida de conciencia lo inundó. Estaba tan abrumado por el
olor embriagador de la colonia de su compañero que casi se perdió la
maravilla en la cara del hombre mientras su sobrino se movía bajo la palma
de Mick. Tony no podía apartar los ojos de su cara cuando esta se iluminó
con una enorme sonrisa.
—¡Chris, es increíble! —le soltó el gran hombre.
Tony se echó hacia atrás en el cojín para poner un poco de espacio,
algo muy necesario entre él y su compañero. Evitó los ojos vigilantes de
Christine y permitió que los hermanos hablaran del milagro de los bebes
mientras luchaba para tratar de poner sus emociones bajo control. No
debería sentir estas cosas por su pareja. No debería estar sintiendo esas
cosas por un hombre. No otra vez.
Media hora más tarde, los dos hombres salían por la puerta después
de asegurarse de que Christine tenía todo lo que necesitaba. Tony había
insistido en guardar su número de móvil en los contactos de Christine, y
también le insistió en que podía llamarlo en cualquier momento e iría
corriendo. Le dio un beso en la cabeza, escondió una botella de Tums24 en
su mano con la explicación de “por si lo necesitas, cara de muñeca,” y la
dejaron cómodamente instalada en el sofá frente a Netflix viendo la última
temporada de Hawaii Five-0.

23 Aparte de ser un videojuego, también se refiere que no sea idiota…


24 Es un antiácido.
A medida que salían del aparcamiento, Mick le preguntó: —¿quieres
que te lleve a la comisaría de policía a por tu coche, o te llevo a tu casa?
80
Puedo pasar por ti por la mañana a recogerte.
Tony lo pensó un momento antes de contestar: —vamos a terminar
en tu coche de todos modos, por lo que llévame directamente a casa. Estoy
agotado. Recogeré mi coche mañana.
—De acuerdo, hombre, —respondió Mick.
El silencio dentro del vehículo era denso pero cómodo mientras
conducía. La mente de Tony estaba llena de conflictivos pensamientos y
sentimientos, y sabía que no ayudaría nada discutirlos con su nuevo
compañero ya que él era la fuente de toda su agitación. Lo peor de todo era
que no era la primera vez que eso le había sucedido a Tony. Claro, esos
nebulosos indicios de atracción por otro hombre solamente le habían
ocurrido antes una vez, y él nunca había actuado contra ellos.
De hecho, la misma noche que Tony finalmente se había decidido a
decirle como se sentía, el hombre había muerto salvándole la vida al italiano.
Y esa fue la misma noche que había cambiado la vida de Tony para siempre,
y sintió algo más que un poco de miedo de que todo estuviera a punto de
cambiar otra vez.
CAPÍTULO DIEZ
81

TONY

—¡Fanabola!25 —Tony maldijo en voz alta mientras se quitaba un par


de guantes de látex.
—Tenía la sensación de que no íbamos a encontrar nada, pero
esperaba estar equivocado.
Acababan de terminar la exhaustiva búsqueda de pistas en las
habitaciones compartidas de Patrick Moynihan con Natalie. Desde que el
técnico forense verificó la coartada del hombre, la orden se había
restringido sólo a las zonas comunes de la casa, las habitaciones que la
pareja habían compartido. Eso dejó la oficina privada de Patrick fuera de los
límites, lo cual enviaba a Gómez en picado a su posición de trabajo. Aunque
ella, por supuesto, apareció durante la ejecución de la orden, y siguió a Mick
y a Tony por todas las habitaciones con la intención de encontrar algo para
continuar su propio caso. Cuando se hizo evidente que no iba a aparecer
nada que hiciera avanzar ningún caso, se fue como un huracán lleno de furia.
Mick suspiró y se apoyó contra la pared. —No hay salpicaduras de
sangre, nada en su ordenador, todavía no hay bolso o anillo de compromiso,
y ninguna señal de su teléfono móvil. ¿Consiguieron la orden para los
registros de su teléfono?

25 ¡Mierda! Se deja como en el original.


Tony dio una última mirada alrededor de la habitación
inmaculadamente arreglada y asintió con la cabeza. —Esperemos que esos
82
registros lleguen en algún momento de hoy o mañana y que nos den alguna
pista. Mientras tanto, todavía tenemos varios testigos a los que no hemos
interrogado. ¿Estas listo para irte?
Mick dejó la pared y giró sus costados para conseguir pasar a través
de la puerta de la habitación. Tony sacudió su cabeza, todavía maravillado
por el gran tamaño de su nuevo compañero, y siguió al hombre por las
escaleras. Al salir, se dieron la mano con Moynihan y le dieron las gracias
por su cooperación, asegurando al mismo tiempo al caballero que lo
mantendrían informado del avance de la investigación.
Muy temprano por la mañana, el gerente de Patrick le había enviado
por correo electrónico a Tony una lista de todos los empleados del PM
después de la fiesta, junto con su información de contacto. Y mientras ellos
esperaban que fuera firmada la orden de registro, habían comenzado el
interrogatorio con algunas de las mujeres que trabajaban en el escenario y
detrás de las cortinas, en las sombras del negocio. Por supuesto, Moynihan
tenía interés en proteger sus activos, y Tony y Mick tuvieron que soportar
la presencia de su abogado durante el interrogatorio, pero, en todo caso, el
hombre no interfirió salvo que considerara que las preguntas pedían
demasiados detalles del trabajo que los empleados de Moynihan realizaban
allí.
Hasta ahora, lo único que sabían era que las mujeres no estaban muy
contentas con la llegada de Natalie, y no sólo porque perdieran clientes con
ella. Para los detectives era evidente que desde que Moynihan tenía
sentimientos por la nueva chica, ninguna de ellas estaba contenta. Parecía
que su jefe era muy popular entre las damas, y casi todas tenían la
esperanza de que el jefe un día sentaría la cabeza con una de ellas. La única
pista que obtuvieron había sido de la chica hondureña a quien Tony y Mick
habían tratado de entrevistar sin éxito la noche anterior. Gómez había
83
aceptado de mala gana traducir la conversación para ellos a cambio de que
se le permitiera hacer algunas preguntas por su parte. Después de explicarle
rápidamente a la exótica belleza que los detectives no estaban interesados
en su situación legal, Gómez puso manos a la obra para hacerle las
preguntas que ellos le pidieron.
La trabajadora, llamada Larisa, le explicó a regañadientes que las otras
chicas no daban un peso por ella porque no podía hablar muy bien el inglés,
y así, tendían a decir o hacer cosas en frente de ella como si fuera invisible.
Cuando Gómez la presionó para colaborar, Larisa dijo que las otras chicas le
robaban las pertenencias a Natalie y después las utilizaban a propósito
frente a la mujer. La belleza hondureña pasó a contarle que Natalie había
sido acosada mediante anónimos, cartas amenazantes al lado de su coche
y bromas desagradables, como encontrar una pila de caca de perro en su
casillero. Cuando Tony le preguntó a la testigo que pasó con las cartas,
declaró que Natalie siempre las había tirado dentro de su bolso. Gómez
encauzó el interrogatorio preguntándole si le parecía que algún compañero
de trabajo había estado especialmente hostil con Natalie, y Larisa había
dudado antes de soltar: Amber.
Mientras Tony se deslizó en el asiento del pasajero del SUV de Mick,
su compañero le dijo: —¿qué piensas, Tony? Se lo que mis instintos me
están diciendo, pero quiero escuchar primero lo que tú tengas que decir.
Tony se sentó con incredulidad. Nunca había tenido un compañero
que le cediera el turno, y eso lo dejó descontrolado. Sus últimos tres
compañeros habían sido agobiantes, insoportables, deshonestos o
francamente perezosos. Le parecía sorprendentemente bueno tener un
compañero con el que realmente podía trabajar en lugar de sólo tener que
soportarlo. Tony se aclaró la garganta y comenzó. —Bien, creo que los dos
estamos de acuerdo en que Patrick Moynihan es, casi con seguridad,
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inocente. Hasta el momento no hemos tenido ninguna evidencia ni
tampoco hemos conocido ningún problema que haya seguido a la chica
desde Cleveland, pero un montón de testigos han confesado que Natalie
tenía un montón de enemigos entre sus nuevos compañeros, no sé tú Mick,
pero donde se ve humo, por lo general hay fuego.
Mick sacó el coche al tráfico con el propósito de encontrar algún sitio
donde poder comprar un bocado para comer en el camino de regreso a la
comisaría de policía. —Estoy de acuerdo contigo, amigo. De hecho, creo que
con seguridad deberíamos enfocar nuestra investigación en Amber. Sus
reacciones cuando la interrogamos por primera vez en el club fueron
sospechosas, por decirlo rápido. Vi miedo, ira, odio y desafío, todo en los
pocos minutos que hablamos con ella.
Las cejas de Tony se elevaron y silbó bajo. —Maldición Mickey. Tienes
un montón de talento. Si crees estar seguro, entonces deberíamos
profundizar un poco más en ella. Vamos a empezar por dejar a Ahmed que
vuelva a revisar el material de vigilancia. Amber dijo que fue la última en ver
a Natalie la noche antes de que desapareciera. Si ella dejó el club cuando
nos contó, entonces las cámaras la debieron captar saliendo del parking.
Mick asintió mientras se paraba en un restaurante de hamburguesas.
—¿No fue esa, también, la misma noche que Moynihan nos dijo que le
propuso matrimonio a Natalie? No crees que haya sido lo suficiente
empalagoso como para proponérselo en el club, ¿verdad?
Tony echó un vistazo a la tabla del menú, mientras pensaba. —No lo
sé Mick. Los hombres enamorados hacen cosas estúpidas todo el tiempo,
—y se detuvo antes de ordenar— quiero una hamburguesa doble con
beicon y patatas fritas con un Dr. Peper grande.
Mick le lanzó una mirada molesta antes de volverse hacia el altavoz.
—Sí, vamos a tomar dos sándwiches de pollo a la parrilla con ensalada y dos
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botellas de agua, por favor.
Tony miró a su compañero mientras la cajera repitió su orden de
nuevo. Ella preguntó: —¿con qué aderezo su ensalada?
Mick miró a Tony y sonrió, sin arrepentimiento. —Pienso que lo
italiano sabe mejor, —y Mick gritó para que su voz alcanzara el altavoz.
Mientras avanzaba hacia la ventana de delante, Tony tragó y se burló.
—Estupendo. Realmente estupendo, Mickey. Yo quería una hamburguesa
con queso, gilipollas. Que sepas que no voy a pagar esa mierda saludable.
Mick sacó su billetera del bolsillo trasero y sacó un billete de $20 para
entregárselo a la cajera en la primera ventana. —Vale la pena asegurarme
de que no te mueras de un ataque al corazón en medio de nuestra
investigación. Además, esto debería cubrir la docena de cannoli que me
lleve a casa la noche pasada.
Todo tipo de visiones no deseadas aparecieron en la mente de Tony
con Mick comiéndose el cremoso relleno de los postres, y el policía italiano
sacudió su cabeza para despejarla. Puso su mente de nuevo en orden, y se
metió de nuevo en la conversación. —Si Amber regresó al club y vio a
Moynihan haciendo la gran pregunta, eso pudo ser suficiente para ponerla
al límite si fuera tan celosa como Larissa nos quiere hacer creer. Vamos a
pedir también los registros telefónicos de Amber, y ver si encontramos
alguna coincidencia con los de Natalie.
Mick recogió su almuerzo y se lo pasó a Tony, que hizo una mueca
mientras miraba con tristeza hacia abajo, dentro de la bolsa. Mick ignoró el
poco entusiasmo de Tony y respondió: —suena como un plan. Creo que
debemos entrevistarla de nuevo cuando tengamos más información.
Cuando terminemos de comer y de entrevistar a los otros dos testigos, ya
deberíamos de tener lo que pedimos de balística, de Bob, y de la compañía
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de teléfonos.
Se dirigieron de regreso a la comisaría de policía, con todas las nuevas
ideas y teorías rebotando entre ellos, y comieron juntos su almuerzo
mientras Tony se quejaba de la comida sana. Mick se mantuvo
imperturbable ante las continuas quejas de Tony y pacientemente se comió
toda su comida y también la ensalada de Tony. Cuando regresaron de nuevo
a sus escritorios, encontraron correos electrónicos de balística y otro de Bob
detallando sus hallazgos preliminares. Natalie había recibido dos disparos
con una pistola calibre 22, pero no encontraron coincidencias en el patrón
de estriado en el sistema con crímenes anteriores. Su víctima tenía algunos
moretones alrededor de una muñeca y su mandíbula izquierda, lo que
indicaba que había sido golpeada por un atacante diestro, pero el
hematoma era debido a un puño más pequeño. Esta pequeña información
daba crédito a su teoría de que el asesino era una mujer.
Las dos entrevistas antes de la de Amber fueron un completo desastre.
Una fue a otro barman y la otra era a un trabajador de la cocina, ambos
negaron todo conocimiento y solo reconocieron haber tenido una
curiosidad pasajera por la llegada de otra chica. Y aunque la falta de
confirmación frustró más a Tony, él aun confiaba en que estaban en el
camino correcto. Las sospechas sobre Amber fueron reforzadas cuando
Ahmed les llamó tras revisar el material de vigilancia del parking del club de
la noche anterior a la desaparición de Natalie. Y aunque Amber había dejado
el estacionamiento en su coche, había regresado a pie y fue grabada
entrando a escondidas de nuevo en el club. Ella estuvo dentro del edificio
durante siete minutos antes de volver a aparecer en la cámara y arrastrarse
de vuelta a la calle. Estaba definitivamente en algo, y Tony estuvo decidido
a llegar al fondo.
Mientras estaban esperando los registros telefónicos de ambas
mujeres, Tony y Mick escupieron toda la información que tenían hasta
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ahora sobre el caso y crearon una secuencia temporal. El forense había sido
capaz de determinar que la hora de la muerte se produjo alrededor de las
doce am, por lo que reconstruyeron los eventos que sabían que habían
ocurrido hasta ese momento. Usando las declaraciones de testigos y las
evidencias en video, comprobaron las ubicaciones de cada uno de los
empleados de Moynihan. La única cosa que faltaba era la entrevista de
Amber.
Una alarma sonó en el teléfono de Tony, y lo sacó para comprobar su
correo electrónico. Eran los registros telefónicos de ambas, tanto de Amber
como de Natalie. —¡Oye, Mick! Ya tenemos los registros. Vamos a verlos en
tu ordenador.
Mick rodó la silla hacia atrás en su escritorio y abrió su cuenta de
correo electrónico. Tony le reenvió el email y apareció en su cuenta
segundos más tarde. Mientras su compañero hizo clic para abrir el correo
electrónico y los archivos adjuntos, Tony apoyó el antebrazo en el hombro
del tipo grande y se inclinó hacia delante para ver mejor. Mick le miró por
el rabillo del ojo y le preguntó: —¿estas cómodo?
A Tony le encantaba la idea de poder meterse debajo de la piel de su
compañero tanto como el hombre se metía en la de él. Sonrió e inclinó aún
más peso contra el amplio hombro de Mick y le respondió: —tan cómodo
como puedes estar cuando te apoyas contra una pared de ladrillo. —Y
cuando Mick solo suspiró y volvió a mirar la pantalla, Tony añadió: —abre
las dos listas de las llamadas telefónicas y ponlas una al lado de la otra y las
vamos a cotejar desde el momento en que Moynihan dijo que la dejó en su
casa. ¿A qué hora dijo que fue?
Sin siquiera pensar en ello, Mick respondió: —la dejó en su casa
alrededor de las siete pm. Su turno iba a comenzar a las diez pm, así que
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quería vestirse en casa antes de salir a el PM después de la fiesta.
Los ojos de Tony rastrearon a través de los números. Era bueno en la
detección de patrones numéricos y en los patrones de comportamiento de
las personas. Sus ojos se detuvieron en la pantalla y señalaron. —Ahí. Justo
ahí. Amber le envió un mensaje a Natalie a las 9:24 pm de esa noche.
Mick tomó aliento y señaló al registro de Natalie. —Lo veo. Se
mandaron mensajes una a la otra, otras tres o cuatro veces en los siguientes
diez minutos antes de parar.
—¡Mierda! —juró Tony—. Lo que daría por tener esos textos. —En la
vida real, obtener los detalles de los mensajes de texto de una persona a
otra no era tan sencillo como pulsar unos botones en una gran pantalla. En
su lugar, tenían que solicitarlo a la compañía telefónica, y podían tardar
hasta 30 días dependiendo de la urgencia de la solicitud. Habían presionado
al proveedor de teléfonos móviles para obtener el listado de llamadas
rápidamente, pero todavía podría tardar una semana o más antes de que
les enviara los mensajes de texto.
—Tenemos que ver el video de seguridad de la casa de Moynihan en
este fragmento de tiempo. Natalie debió de ir hacia el trabajo media hora
más tarde de estos textos, pero nunca apareció, lo que significa que algo le
pasó en esa media hora de tiempo, —comentó Mick, con un tono distraído
cuando se perdió en sus pensamientos.
Tony apretó el hombro de Mick y le dio un golpe firme por su
excitación. —Nos estamos acercando, Mickey. Puedo saborearlo. Nos
estamos preparando para resolver este caso.
Mick rio y estiró los brazos hacia los costados. —Estaría bien comenzar
mi nuevo trabajo con un golpe sólido. Vamos a rastrear a Ahmed y a ver si
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puede encontrar rápido ese material para nosotros.
Tony miró su reloj e hizo una mueca. —Son casi las cinco pm, y Ahmed
es muy estricto con su horario. Incluso lo he visto pelearse con el sargento
cuando le pidió que viniera un sábado para un caso caliente. Será mejor
correr si queremos pillarlo.
Ahmed estaba preparándose para dejar su escritorio cuando los dos
hombres llegaron disparados por la vuelta de la esquina. Tony tuvo que
parlotear rápidamente y ofrecerle como soborno una docena de cannoli
antes de que el hombre se sentara y pusiera las imágenes de la cámara de
seguridad. Mick y Tony las miraron de cerca, y exactamente a las 9:46 pm,
vieron un Ford Focus azul yendo hacia la casa y cómo una figura pequeña
con capucha salía del vehículo corriendo hacia la puerta principal. La cámara
estaba demasiado lejos para distinguir la cara, pero el ángulo era perfecto
para ver las placas de matrícula. Mick anotó el número mientras continuaba
mirando. Nada pasó durante casi una hora entera, y Ahmed pasó la película
rápidamente hasta que la puerta principal se abrió y apareció Natalie. Su
cabeza se giró y estiró como si estuviera buscando a alguien, y ella fue
llevada hacia el Ford por el individuo misterioso con capucha.
—Apuesto a que el criminal tiene una pistola apuntando en su espalda,
—murmuró Mick al oído de Tony mientras observaba por encima del
hombro de Ahmed.
—Y seguro que estás de acuerdo conmigo, —comentó Tony de regreso,
con sus ojos clavados en el drama que estaba enfrente de ellos.
El criminal encapuchado llevó a Natalie al asiento del conductor e hizo
que entrara antes de correr hacia el otro lado. Se movieron hacia el camino
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de entrada, y esa fue la última vez que Natalie fue vista con vida.
—Hey, voy a rastrear esta matricula y a ver si conseguimos alguna
coincidencia, —le dijo Mick a Tony antes de palmear la espalda de Ahmed y
darle las gracias por su tiempo.
Mientras se alejaba, Ahmed habló: —¡puedes agradecermelo
haciendo la vida segura a Salvaje hasta el final del caso!
De vuelta al escritorio de Mick, una vez más, Tony se apoyó en el
hombro de su compañero para mirar como introducía el número de
matrícula en el programa. Y cuando el registro dio como dueña a Amber
Nichols, Tony casi gritó. —Lo hicimos, Mick. Es suficiente evidencia para
conseguir una orden judicial y detenerla en su casa.
La sonrisa de Mick fue como un rayo de electricidad que zigzagueaba
arriba y abajo de la columna vertebral de Tony. —Vayamos a capturar a
nuestra chica mala, compañero.
CAPÍTULO ONCE
91

MICK

En el momento en que obtuvieron su orden de registro eran más de


las siete pm. Se detuvieron en la pequeña casa alquilada de Amber a las
afueras de la ciudad, e inmediatamente vieron el Ford Focus azul en la
entrada de coches. —Bien, todavía está en casa. ¿Cómo quieres que
hagamos esto? —le preguntó Mick mientras comprobaban sus armas y
ajustaban sus chalecos antibalas.
Tony echó una mirada a la casa y lo pensó por un momento. —Si nos
ve venir, puede tratar de huir por la puerta trasera. Entonces, llama a la
parte delantera y yo iré por detrás de la casa para así cortar cualquier ruta
de escape. CSU y más policías uniformados están en camino, pero quiero
entrar ya. No olvides que no hemos encontrado el arma homicida aun, así
que lo mejor es pensar que está armada.
Mick puso los ojos en blanco. —Está bien, papá. Gracias por el
recordatorio, —el policía rubio replicó con sarcasmo.
Tony frunció el ceño e hizo un gesto grosero. —¡Bien! Consigue que te
disparen en tu segundo día, ¡Jamoke26!
—Cálmate, Tone. No quería decir nada como eso. Venga. Vamos a
resolver este caso, —dijo Mick, abriendo la puerta del SUV.

26 En jerga idiota.
Tony y Mick bajaron de su vehículo y tomaron posiciones. Mick vio
como Tony se arrastró al patio trasero y esperó unos minutos más antes de
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acercarse a la puerta delantera. Dando un puñetazo en voz alta, Mick
anunció: —¡Amber Nichols! ¡Policía de Indianápolis!¡Abra la puerta,
tenemos una orden de registro!
Mick no esperó a que ella respondiera a la puerta antes de girar el
picaporte. Maldijo cuando la encontró asegurada. Si Amber no abria
voluntariamente la puerta, iba a tener que ponerse agresivo. Esperó unos
segundos más antes de repetir su orden. Se esforzó por escuchar cualquier
movimiento, pero nada se movió en el interior. Maldijo y rápidamente
buscó en el marco de la puerta y en las plantas cercanas una llave de
repuesto, y la encontró debajo de la estatua de cerámica de un gnomo
frente a los escalones. Corrió de vuelta por las escaleras e introdujo la llave
en la cerradura y giró la manilla. Palmeó su arma y le quitó el seguro
mientras entraba cautelosamente en la pequeña casa. Intentó una vez más
llamar a la chica, pero no obtuvo respuesta.
Mick rápidamente recorrió la sala y la cocina, deteniéndose para dejar
entrar a Tony en el edificio. Su compañero tenía su propia arma en la mano,
y se dirigió hacia el garaje mientras que Mick se separó para entrar en el
primer dormitorio. Continuó rápido y en silencio recorriendo cada
habitación, limpiando cada lugar y encontrándolos todos vacíos, hasta el
último cuarto. Y Mick no fue tan cuidadoso como debería haber sido, él lo
admitiría después de los hechos, y bajó su arma antes de mirar en el armario
cerrado.
Apenas tuvo tiempo para ver a la joven escondida ahí antes de que
hubiera un destello de luz y una fuerte explosión, una fracción de segundo
antes de que el calor abrasador pasara a través de su brazo izquierdo. Sus
intestinos fueron pateados, mientras ignoraba los gritos frenéticos de su
compañero y se precipitaba hacia la joven mujer hasta que la dejó atrapada
contra la pared del armario. Le arrancó el arma de las manos mientras ella
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gritó lastimando sus oídos, y él apretó los dientes para evitar gritar por el
dolor en su brazo.
Y aunque le pareció una eternidad, pasaron sólo unos segundos hasta
que Tony llegó allí mismo, metiéndose perfectamente en el espacio
reducido hasta que pudo deslizar las esposas alrededor de las muñecas de
Amber. Cuando Tony se aseguró de que su gritona prisionera no iba a
ningún lado, miró ansiosamente a Mick y le dijo: —¿Qué te pasó, Mickey?
¿Cómo es de malo?
Mick hizo una mueca y presionó su mano derecha firmemente sobre
el parche de sangre de su camisa en la parte superior de su brazo. —Me
sorprendió, Tone. Estaba escondida en ese puto armario y me disparó tan
pronto como entré. —Mick se estremeció mientras el recuerdo del disparo
jugaba en su mente. Volvió a mirar hacia su brazo y le echó un vistazo—. No
es tan malo, en absoluto. Ella solo me rozó. Tal vez un par de puntos de
sutura. No es tan malo.
—¿Qué no es tan malo? ¡No es tan malo! —la voz de Tony se elevaba
con cada repetición.
—¿Estas mal de la maldita cabeza? ¡Podría haberte matado, Mick!
Podrías haber muerto justo ahora, —Tony gruñó, sus nudillos se pusieron
blancos en sus puños fuertemente apretados. Tomó una respiración
profunda, cerró sus ojos y dejó salir el aire lentamente.
—Voy a sacar a esta mujer de aquí y llamaré a un EMT. Hablaremos de
esto más tarde.
Mick observó con consternación como Tony acompañó bruscamente
a la bailarina por el pasillo. No estaba del todo seguro de por qué Tony
estaba tan cabreado. Recibir un disparo entraba en la naturaleza del trabajo.
Era de esperar de vez en cuando. Siguió detrás de su compañero,
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manteniendo una firme presión sobre la herida, y siguió mirando a Tony
mientras el hombre escupía instrucciones y peticiones en su móvil. Amber
estaba sentada rígidamente en el sillón, con lágrimas de furia bajando por
su rostro.
Mientras Tony estaba ocupado pidiendo refuerzos, Mick decidió
intervenir y leerle las acusaciones a su sospechosa. —Amber Nichols, está
bajo arresto por asalto a un oficial de policía con un arma y por intentar el
asesinado de un oficial de policía, así como, el secuestro y asesinato de
Natalie Woodson. Tiene derecho a un abogado. Si no puede pagar uno, le
será proporcionado uno de oficio. ¿Entiende los derechos que le acabo de
leer?
La bonita rubia levantó la punta de su nariz en el aire y se burló. —Sí,
lo entiendo. Quiero un abogado ahora. No voy a responder a sus preguntas,
cerdo.
Mick se encogió de hombros y respondió con ligereza: —No
necesitamos tu confesión para encerrarte, Amber. La evidencia lo hará por
nosotros.
Unos minutos más tarde, el lugar estaba repleto de policías
uniformados y técnicos forenses. Mientras Mick permitió a regañadientes
al EMT limpiar e inspeccionar su herida, Tony acompañó personalmente a
Amber a la parte posterior de un coche patrulla y dio instrucciones al
uniformado de tomarla como retenida. Ahora que la tenían con el cargo de
asalto a Mick, no iba a ninguna parte, y la podrían interrogar cuando
quisieran después de reunir más pruebas.
Mick siseó mientras el EMT limpiaba la herida con un antiséptico para
obtener una mejor visión. La hemorragia había disminuido a pequeños
95
borbotones, pero la parte donde la bala le rozó era un profundo surco que
definitivamente requería puntos de sutura. Tony se acercó a echar un
vistazo y sus labios se adelgazaron y su nariz se movió. Girándose hacia el
EMT, Tony ordenó: —Llévelo al hospital y haga que lo cosan.
La espalda de Mick se puso rígida. –¡De ninguna manera! Puede
coserla aquí mismo. No voy a ir al hospital por un rasguño, Tone. Todavía
tenemos mucho trabajo que hacer aquí.
Tony se volvió hacia él y Mick se encogió ante el calor abrasador en los
ojos dorados de su compañero. —Acabas de ser disparado, Mick. Creo que
has hecho suficiente por hoy.
La mandíbula de Mick se apretó por su cabreo. Tomó una respiración
profunda con paciencia y la dejó salir despacio. —¿Por qué no te adelantas
y empiezas? tan pronto como Greg me haga la costura aquí, estaré listo para
acompañarte. No voy a ir al hospital, Tony. Fin de la discusión.
Tony apretó los puños, pero se dio la vuelta y se alejó de nuevo hacia
la pequeña casa. Él EMT sacó su kit y advirtió a Mick. —Normalmente no
hago estas cosas en la calle, hombre. ¿Seguro que quieres que lo haga aquí?
Mick asintió bruscamente. —Te aseguro que iré al médico en los
próximos días si veo signos de infección. Sólo adorméceme y pon algunos
puntos de sutura, amigo. Todavía tengo trabajo que hacer.
El técnico se encogió de hombros y respondió: —Tú lo pediste, amigo.
Solo recuérdalo en caso de que algo salga mal.
Mick asintió y apretó los dientes mientras el técnico deslizó la jeringa
llena de Novocaína bajo la piel para adormecer la zona de alrededor. Dio
respiraciones profundas y calmadas a través de la nariz antes de liberarlas
lentamente por la boca y permitió que el dolor rodara sobre él y saliera de
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nuevo, mientras Greg cerró y cosió la herida. En el momento en que terminó,
el estómago de Mick sintió un poco de mareo, pero nada que no pudiera
manejar. Dio las gracias al EMT efusivamente y prometió al joven que iría a
que lo revisara un médico al día siguiente.
Mick entró en la casa, haciendo una pausa para observar a los
numerosos técnicos que estaban ocupados buscando huellas dactilares y
otras pruebas, y siguió el sonido de la voz de su compañero hasta el garaje.
Tan pronto como entró en el espacio cerrado, la nariz le picó con el pesado
olor de la lejía. Vio a Tony de pie junto a un técnico que estaba rociando
cantidades abundantes de Luminol27 en el suelo de cemento. Y una gran
mancha de color púrpura fluorescente brilló en el suelo con la atomización
adicional de la botella.
—Parece que hemos encontrado nuestra escena principal del crimen,
—comentó Mick, ganando la atención de Tony.
Su compañero lo miró y asintió bruscamente. —El único problema es
que ella fue lo suficiente inteligente como para limpiarlo con lejía. Es posible
que no podamos obtener una muestra de ADN en este lugar.
Mick echó un vistazo alrededor del oscuro interior y le agitó la mano a
Tony desde atrás a unos pocos metros, y poniéndose en postura de disparo,
le dijo: —Bob estima que los disparos se hicieron desde un metro y medio
de distancia. Sabes lo que eso significa, ¿verdad?
Los ojos de Tony buscaron alrededor de la habitación y se fijaron en
las pilas de cajas y la puerta del garaje. —Sí. Dependiendo del lugar donde
se encontraba la víctima, debe haber manchas de sangre por todos lados.
27 Es una sustancia utilizada para detectar restos de sangre.
Voy a por los técnicos para que rocíen la puerta y las cajas. Encontraremos
una muestra utilizable, te lo garantizo.
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Mick asintió y añadió: —Tengo otros técnicos trabajando en su coche.
Con suerte, vamos a encontrar más pruebas dentro de la camioneta.
También me di cuenta que la cortina de la ducha es nueva. Todavía tiene los
pliegues de estar doblada en el paquete. Suma la pistola, literalmente, y
tenemos un caso cerrado.
Tony se encogió de hombros y respondió: —Nunca se sabe, Mickey.
He visto casos más claros que este caer en el último momento. —Suspiró
profundamente y añadió: —estos chicos van a estar ocupados aquí por un
tiempo. ¿Quieres ir rápidamente a tomar un bocadillo?
Mick puso su mano sobre su estómago todavía revuelto y sacudió la
cabeza. —No creo que pueda comer nada en este momento. Vamos a ver
cómo van en el coche.
Tony y Mick pasearon tranquilamente por la casa, haciendo una pausa
para comprobar con cada técnico si habían encontrado algo que tuviera que
ver con el caso. Cuando uno de ellos sacó un ordenador portátil, Tony lo
instruyo a que se lo llevaran a Ahmed para una mayor investigación.
Llegaron al camino de entrada, y se detuvieron en seco cuando vieron al
Sargento Thomas O’Brien enfrascado en una conversación con un técnico
de CSU. Cuando la mirada del hombre mayor se reunió con la de Mick, el
hombre frunció el ceño e imperiosamente les hizo señas a los dos detectives
para que se le acercaran. Mick y Tony compartieron una mirada preocupada,
pero se acercaron directamente a su supervisor con aire arrogante.
—Fletcher, ¿qué coño pasó aquí? —ladró el hombre bruscamente sin
más preámbulo.
Mick dio una respiración profunda y respondió con voz uniforme: —
estábamos en el proceso de revisar la casa, señor. Cuando llegué a la última
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habitación, bajé la guardia antes de buscar en el armario. Ella me disparó
casi de inmediato, además contaba con el elemento sorpresa.
Inmediatamente me moví para desarmarla e incapacitarla, Tony llegó sólo
un momento después para esposarla.
El sargento cruzó sus musculosos brazos sobre el pecho y observó
cuidadosamente a los dos hombres. —Sabes que teníais que esperar por
respaldo, pero supongo que Salvaje te convenció de ir en caliente a por ella.
Estoy casi decidido a sacarlos a ambos del caso.
Mick se encrespó bajo el supuesto de que esto fuera culpa de su
compañero. —Con el debido respeto, señor, este incidente fue totalmente
culpa mía. Tony y yo, ambos, acordamos dar la orden, pero fue mi falta de
mi atención lo que provocó mi lesión. Si usted cree que necesita retírame,
lo entiendo y lo acepto, pero Tony no tiene ninguna culpa en esto. Él solo
debería ser capaz de llevar la investigación hasta el final.
Podía ver el cuerpo de su compañero tensándose a su lado y Tony
abrió la boca para hablar. Mick apretó el brazo de Tony poniéndolo en alerta,
y los labios de Tony se adelgazaron mientras el sargento los examinaba
cuidadosamente mientras sopesaba las palabras de Mick. Por último, su
supervisor dijo: —Lo bueno es que tengo más que la mitad de mi mente,
Fletcher. Voy a pasar por alto este lapso de juicio solo por esta vez, pero no
dejes que te pase de nuevo. Vosotros muchachos hicisteis un buen trabajo
en este caso, y creo que ambos os merecéis llevarlo hasta el final. —E hizo
una pausa mientras consideraba a ambos hombres—. Creo que tú puedes
ser justo lo que necesitamos para domesticar a el Salvaje, detective Fletcher.
Mantén un estricto control sobre él, y creo que vuestra pareja podría llegar
a ser uno de nuestros mejores detectives.
Mick murmuró un agradecimiento, y el sargento exigió actualizaciones
cada hora sobre sus progresos antes de irse. Cuando el hombre estuvo fuera
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y no les podía oír, Tony retiró su brazo del agarre de Mick y se volvió hacia
él para gruñir: —No necesito que pelees mis batallas por mí, Mick. Soy un
chico grande y puedo hablar por mí mismo.
Mick agarró el brazo de Tony otra vez y lo arrastró lejos de los oídos
curiosos de los técnicos de CSU. Se inclinó hacia el espacio de Tony y siseó:
—Ese es el problema contigo, Tony. No parece que entiendas que no todo
tiene que ser una lucha. Pensé que te había demostrado en los últimos dos
días que se cómo leer a la gente, hombre. El sargento solo estaba buscando
una buena excusa para mantenernos a ambos en el caso. Si hubieras abierto
la boca y comenzado a discutir, él no habría tenido más remedio que
cumplir su amenaza. Le di una salida fácil echándome la culpa de lo que
pasó, lo que le puso en la posición de ser capaz de ceder con gracia. Alguno
de estos días, tu boca va a anotar un punto que tu culo no podrá cobrar,
Tone.
Tony se acercó más a Mick y se burló: —Ah, ¿y tú vas a ser quién me
domestique, Mick? Seguro, te lo tienes muy creído si piensas eso. Puede
que tenga mucho genio, y se pueda sacar lo mejor de mí, a veces, pero no
soy un salvaje. Y no te necesito para mantenerme en la fila como un canguro
en su bolsa, no vuelvas a poner tus manos sobre mí para controlarme de
nuevo, ¿capisce? No soy tu perro para que me entrenes.
Los ojos marrones dorados de Tony ardieron con calor, y Mick resistió
el impulso de ahogarse en sus ardientes profundidades. Una vez más, Mick
compuso su gesto y dio un paso atrás. —No me culpes por las palabras de
otros, Tone. Nunca dije nada de eso, y por lo poco que he visto, tu no
necesitas una niñera. Eres un maldito buen investigador, hombre, pero yo
también. Cada uno tiene sus puntos débiles, y si me dejas hacer mi trabajo
como tu compañero, podemos equilibrarnos el uno al otro y hacer un
infierno de equipo. —Finalmente unió su mirada con la mirada hostil de su
100
compañero y habló con un tono de voz acerada cuando añadió: —Y eso no
significa que voy a dejar que me utilices como tu poste de flagelación verbal.
Creo que tenemos un buen comienzo de amistad, Tony, pero si sigues
empujándome, voy a dar marcha atrás. Y no golpeo en vano, tampoco.
Tony apretó la mandíbula y respiró con dificultad antes de romper el
contacto visual con Mick y dio un paso atrás. Se metió las manos en los
bolsillos del pantalón y se encogió de hombros. —Está bien. Haz lo que
quieras, Mickey. ¿Crees que soy demasiado bocazas? Pues todo lo que
tienes que hacer es aclararte la garganta para decirme que quieres tomar la
iniciativa. Eso no significa que te dejaré hacerlo, pero al menos
conseguiremos entendernos, ¿eh?
Mick suspiró y concedió con gracia. —Sí, Tone. Puedo hacerlo así. Y lo
mismo va para ti.
Mientras caminaban hacia la casa, Tony bromeó. —Por lo tanto,
¿conseguiste su número?
Mick miró a su compañero como si estuviera loco, llegados a este
punto, Mick no apostaría en contra. —¿Si obtuve el número de quién?
Tony mantuvo la puerta abierta para que Mick entrara primero y
respondió: —Greg. Lo recuerdas ¿verdad? ¿El chico que te cosió hace unos
minutos?
Mick hizo un ruido grosero. —Por supuesto que no. Greg no es gay. Y
no solo eso, no tiene que ser necesariamente mi tipo. Es guapo y todo, pero
es demasiado joven. —Hizo una pausa para dar tiempo a su compañero para
digerirlo todo antes de añadir: —además, me gusta que mi hombre sea alto,
moreno y guapo con buen carácter.
Tony resopló y respondió con aspereza: —¿No os gustan a todos así?
por eso yo siempre tengo tanta demanda, Mickey.
101
El gran detective rubio rio y pensó para sí mismo, Dios, estoy tan jodido.
CAPÍTULO DOCE
102

MICK

La tarde del viernes el caso ya estaba bien encaminado para poder ser
resuelto. Mick y Tony se sentaron en sus escritorios, absortos en la escritura
de sus informes y en la revisión de las evidencias que se iban a remitir a la
oficina fiscal. Aunque nunca recuperaron el bolso, las cartas, o el móvil de
Natalie, si encontraron el anillo de compromiso con un diamante de dos
quilates escondido en el cajón de la ropa interior de Amber. También
encontraron pruebas de sangre en la camioneta de Amber, así como varios
cabellos que estaban siendo analizados con la prueba del ADN. Sumado a
todo esto, también encontraron manchas de sangre en el garaje,
coincidencias de balística en la pistola con la que Amber disparó a Mick, y,
por último, las imágenes de seguridad. Parecía que Amber estaría encerrada
un tiempo muy largo.
Mick y Tony interrogaron a la mujer durante más de cuatro horas
hasta que consiguieron obtener la mayor parte de la historia. Con el
abogado de oficio presente, lograron reunir las piezas de lo que había
pasado. Amber y Patrick Moynihan habían tenido una ligera aventura
durante más de un año antes de que él conociera y trajera a casa a Natalie.
Amber estaba enamorada de Moynihan, pero él nunca le había dado nada
más que sexo de vez en cuando, aunque ella no había dejado de tener
esperanza de algo más algún día. Pero cuando él trajo a Natalie a
Indianápolis y de inmediato la trasladó a su casa, Amber perdió la cabeza.
Atormentó y acosó a Natalie, dejándole notas amenazadoras y poniendo en
su contra a las otras chicas, esperando así llevar a la nueva chica lejos, de
regreso a Cleveland.
103
Su plan era que no volviera a trabajar, pero Amber fue testigo de la
proposición de su jefe/amante a Natalie la noche que regresó a PM después
de la fiesta. Amber sabía que, si quería tener alguna posibilidad de
convertirse en la señora de Patrick Moynihan, tenía que deshacerse de su
competencia. Y, por lo que ella les contó, engañó a Natalie mediante
mensajes de texto disculpándose por su mal comportamiento y diciéndole
que le gustaría pasar a darle un regalo de bienvenida. Por eso Natalie dejó
entrar a Amber en su casa, y en vez del regalo, la bailarina rubia había
llevado un arma de fuego y había amenazado a la joven víctima con usarla
si no dejaba la ciudad inmediatamente. Cuando Natalie se negó
rotundamente a obedecer, Amber pensó que no tenía otra alternativa que
secuestrarla y llevársela a su casa para “convencerla”.
Con grandes lágrimas de cocodrilo, Amber insistió en que no había
tenido la intención de disparar a Natalie. Solo había querido dar un disparo
de advertencia para que viera que iba en serio, pero, en su lugar, le había
dado en el pecho. Llegada a ese punto, Amber había dicho: así que me dije
a mí misma, ¿por qué parar ahora? Si la mato, entonces ella realmente no
puede volver y arruinarme esto. Y así ella le disparó una segunda vez. Y
como Mick había sospechado, Amber había envuelto el cuerpo en su cortina
de ducha, la cargó en el maletero de su coche y la dejó en el arroyo.
Mick nunca olvidará la mirada en la cara de Moynihan cuando él y
Tony le dijeron que habían arrestado a Amber por la muerte de Natalie. La
cara del hombre había recorrido toda la gama de emociones, desde la
sorpresa al enojo, y de la culpa a la profunda tristeza. —Esto es culpa mía,
¿verdad? Les hice eso a las dos. Todo esto es por mi culpa, dijo Moynihan
antes de hundirse en su silla y beberse un vaso lleno de whisky.
Habían prometido mantenerle informado de los procedimientos
judiciales, pero Moynihan no escuchó nada más. Dejaron al hombre roto y
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muy cerca de tener sus propios problemas legales si Gómez se salía con la
suya.
Mick terminó de escribir su informe sobre el incidente de Amber
disparando contra él, guardó su trabajo, y lo envió al sargento para que lo
revisara antes de que fuera archivado. Se fue hacia atrás en su silla, estiró
sus brazos abriéndolos de par en par, y echó un vistazo a su compañero.
Tony se veía hoy malditamente bien. El hombre estaba vestido con pantalón
azul marino, camisa de vestir azul claro y una corbata azul marino a rayas.
Su pelo negro estaba peinado impecablemente para destacar su cabello
grueso y brillante, y su barba y bigote estaban muy recortados para dar la
impresión de sombra oscura de media tarde que mejoraba mucho los
hoyuelos en sus mejillas. A pesar de que no había tenido la oportunidad de
ver a Tony sin camisa, podía ver el contorno de sus músculos a lo largo de
sus brazos, hombros, y pecho, y Mick apostaría todos sus ahorros que el
hombre tenía una tabla de abdominales donde se podría rallar queso. Tony
Selvaggio era posiblemente el hombre más guapo en el que Mick había
puesto los ojos, y se estaba convirtiendo en su particular lucha diaria
mantener las manos quietas.
—¡Hey, Tone! —Mick llamó a su compañero—. Son casi las seis pm.
¿Qué tal si no trabajamos esta noche? tal vez tengamos suerte y tengamos
un fin de semana entero para descansar sin ser llamados para un nuevo caso.
Tony hizo clic en su ratón unas cuantas veces más y apagó su
ordenador. —Esa es la mejor idea que has tenido en toda la semana. ¿Qué
tal si celebramos el cierre de nuestro primer caso? Podemos ir a un bar de
deportes que conozco y tomarnos un bistec y un par de copas, ¿qué dices?
Mick se levantó y agarró la chaqueta del traje. —Creo que suena
también como la mejor idea que has tenido en toda la semana. Vámonos.
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La primera ronda la pago yo.
Cuando salieron de la estación de policía, le dijeron adiós a Jackie e
incluso a Berkis, que se esforzó en ser amistoso. Mick se rio para sí mientras
él y Tony se subían en el SUV. Desde que había comenzado a crecer y a
ponerse más musculoso, no tuvo ningún problema de acoso debido a su
sexualidad. Aunque cuando era un adolescente flaco, nunca habló de su
atracción por otros chicos, y su secreto siempre estuvo en el armario. Su
madre siempre lo había animado a luchar por sus creencias si consideraba
seguro hacerlo, y ella felizmente firmó las tres advertencias que había
recibido en la escuela por pelearse. Había sido su primera y más fuerte
defensora, y los maestros y directores la conocían por su nombre y por su
cara. De hecho, fue ella la que lo había inspirado a convertirse en un agente
de la ley. Ver cómo lo había defendido y protegido todos estos años le había
provocado las ganas de hacer lo mismo por los demás. Él sabía cómo se
sentía al ser una víctima, y haría todo lo que estuviera en sus manos para
defender a otras personas que no podían hacerlo por ellos mismos.
Tony le dio indicaciones a Mick para ir a su bar deportivo favorito, y
los dos hombres encontraron una buena mesa en el bar. Había lista de
espera para las cabinas, pero Mick prefería el ruidoso ambiente del bar.
Además, ahí era mucho menos probable ser escuchado por otros. Desde
finales de septiembre, había continuos partidos de los Colts en las grandes
pantallas y un montón de fans ruidosos bebiendo cerveza e insultando a los
contrarios. Mick y Tony se detuvieron en una mesa vacía y una bonita
camarera morena se acercó a su mesa para tomar sus órdenes.
—¡Tony! Tenía la esperanza de verte pronto por aquí, —la joven
hermosa arrulló a su compañero. Un destello de celos se encendió en el
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corazón de Mick, pero lo detuvo rápidamente.
Tony levantó la vista del menú y ofreció su patentada sonrisa de
seductor. —Ya sabes que no podría estar muy lejos, —y Tony la miró
durante una fracción de segundo antes de decir: —Stacy.
Mick estaba seguro de admitir que esa era la prueba visible de que su
compañero no tenía interés en la mujer, y sonrió con orgullo. Si ni siquiera
recordaba su nombre y había tenido que hacer una pausa para leer su
tarjeta de identificación, entonces era probable que él no hubiera salido
nunca con ella. ¿Por qué ese pensamiento tenía tanta importancia para
Mick? Se negó a admitirlo, incluso a sí mismo.
Tony pidió por los dos, pero a Mick no le importó. Se dio cuenta de
que el hombre le había estado prestando mucha atención los últimos cinco
días, y ya sabía que solo bebía Michelob ultra y que no iba a comer
aperitivos. Era solo una cosa más que añadir a la lista de cosas, cada vez
mayor, que le gustaban de su nuevo compañero. Y aunque había algunas
cosas que no le gustaban del hombre, los pros superaban con creces los
inconvenientes. Hasta ahora.
Se bebieron sus cervezas y charlaron un poco más sobre el caso, pero
no pasó mucho tiempo antes de que los hombres, con impaciencia,
empezaran una conversación más personal. Y como estaban en un bar de
deportes, la charla de manera natural, volvió a girar en torno a deportes.
—¿Cómo puede no gustarte el fútbol, Mickey? Mírate. Me sorprende
que no fueras reclutado directamente a la NFL con tu constitución, —le
comentó Tony, y sus ojos brillaban con diversión.
Mick se encogió de hombros. –¿Qué quieres que te diga? Crecí en una
familia forofa del baloncesto. Kentucky es conocido por sus grandes
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aficionados universitarios al baloncesto. ¿Piensas que las batallas
territoriales son malas? Trata de ponerte en medio de un fan de la
universidad de Kentucky y un fan de la universidad de Louisville.
Tony se atragantó con un sorbo de Corona y balbuceó: —¿qué acabas
de decir? ¿Universidad de `Loo-a-Vul’?
Mick entrecerró los ojos. —No empieces a vacilarme, Chicago. He
tenido que instalar una aplicación de traductor de Sopranos en mi
Smartphone desde que te conozco. Y, solo para que lo sepas, mi familia y
yo somos todos fans del baloncesto UK. De hecho, yo quería jugar con ellos,
pero no pasé el corte. Me ofrecieron un infierno de beca en el este de
Kentucky, así que me fui allí. Y cuando llegué, descubrí que tenían un
excelente programa de justicia judicial, sólo entonces tuvo sentido.
Los ojos de Tony volaron hasta su frente. —Mierda, Mick. ¿Tuviste una
beca completa de baloncesto para ir a la universidad? Eso es jodidamente
increíble. Recuérdame nunca volver a jugar uno y uno contra ti.
El diablo tentó a Mick y le respondió: —No te preocupes, Tone. No me
importa llevarte a la escuela y enseñarte algunos nuevos trucos.
Una chispa de electricidad saltó entre ellos, y el pene de Mick se movió
contra su pierna. Pellizcó su muslo, duro, debajo de la mesa para distraerse
a sí mismo, pero no funcionó. Todo acerca del hombre le gustaba a Mick. La
forma en que Tony había declarado públicamente su apoyo a la comunidad
gay, su actitud arrogante, la atención inmediata de su compañero a la
hermana de Mick y su agudo intelecto, todo había succionado a Mick como
una aspiradora. Aunque el factor decisivo de verdad, era el exuberante
cuerpo de Tony. El hombre era como un gourmet cebo-Gay. Excepto que
Tony, por lo que Mick podía decir, era completamente hetero. Y a pesar de
que los instintos de Mick le estaban gritando que Tony le estaba enviado
108
señales, eran demasiado poco claras para que Mick se sintiera seguro. No
es que Mick pudiera realmente hacer algo con su propio compañero. Él era
un profesional, ¡maldición! y los profesionales no follan con sus compañeros
de trabajo. O como diría su madre: muchacho cara de ángel, no cagues
donde comes.
Tony parpadeó lentamente y se aclaró la garganta. —Yo, uh, tendré
eso en mente, socio. Aunque, para ser justos, yo no soy mucho de
baloncesto. Crecí con béisbol y hockey. Incluso he jugado de portero para
mi equipo de la escuela secundaria y ganamos el campeonato estatal en mi
último año. Mi Pop aún sigue teniendo el trofeo de esa victoria encima de
nuestra chimenea.
La risa de Mick tuvo una nota de alivio, y su conversación continuó
como si nada hubiera pasado. Hablaron y rieron mientras tomaban su
comida, y Mick insistió sobre la elección de comida de Tony. Mick había
ordenado el mayor solomillo del menú, pero combinó su carne con una
ensalada y espárragos a la parrilla. Tony, por el contrario, había ordenado
un chuletón de casi cuatrocientos gramos, macarrones con queso, y una
patata horneada. Mick sacudió la cabeza con asombro por los hábitos de
alimentación del hombre, ¿cómo podía mantener el italiano un trasero tan
estupendo y una figura musculosa si comía como si fuera un adolescente?
Cuando terminaron de comer, seguía siendo temprano para ser un
viernes por la noche, y Mick no quería tener que volver a la soledad de su
apartamento. Claro, que podría salir con su hermana, pero ella tendía a
quedarse dormida por todas partes desde que tenía que levantarse cada
pocas horas para orinar gracias a las travesuras de su futuro sobrino. No
estaba seguro de si Tony tenía planes esa noche o no, ¿y si a su nuevo
compañero le apetecía pasar algo más de tiempo con él?
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Mick se aclaró la garganta, y se aventuró: —Entonces, ¿tienes algún
plan con Gómez esta noche?
La ceja de Tony se arqueó y respondió: —Ninguno. De hecho, creo que
tiene una cita con Jerome Miller de Narcóticos esta noche. ¿Por qué?
¿Quieres hacer algo?
Mick consideró sus opciones, pero salir no era exactamente lo que
quería. —Solo estaba pensando que podríamos ir a beber algo a tu casa. Tal
vez así nos podríamos conocernos un poco más, y finalmente puedes
explicarme por qué todo el mundo en la comisaría de policía te llama
‘Salvaje’.
Mick vio una sombra de duda en el rostro de su compañero antes de
contestar.
—Suena como un plan. Pero si vamos a hablar del pasado,
necesitaremos alcohol más fuerte que cerveza. Podríamos comprar una
botella de whiskey, si te apetece.
Mick resopló. —¿Estas bromeando? crecí a menos de treinta minutos
del festival del Bourbon. Prácticamente corre por mis venas. Vámonos.
Pagaron la cuenta, agradeciendo el servicio a su estupenda camarera,
y se dirigieron hacia el vehículo. Mick tenía ganas de ir a la casa de su nuevo
compañero. Tony tenía una hermosa casa pequeña en la ciudad donde
presumía de tener suelos de madera y una increíble terraza. El hombre,
además, tenía buen gusto para la decoración. Cada habitación estaba
decorada con cuadros en las paredes y todo muy ordenado y en su sitio,
pero, aun así, la casa de Tony parecía vacía y solitaria.
Media hora más tarde, se habían quitado los zapatos y los calcetines,
y estaban bebiendo whisky con hielo recostados en los sillones de cuero de
110
la terraza cubierta mientras la chimenea eléctrica crepitaba alegremente.
—¡Maldita sea, Tone! Esto si que es buena vida, —comentó Mick con un
suspiro de felicidad.
La risa de Tony era autocrítica. —Ya, deberías haber visto mi
apartamento de mierda en Chicago. Esto es un puto castillo en comparación
con lo que podía permitirme en la ciudad de los vientos. Además, mis cuatro
hermanas tuvieron que venir aquí y poner sus toques personales en todo.
El resultado final es agradable, ¿pero el proceso? Puro infierno, te lo digo
de verdad Mick.
Mick sabía que no podía ir de forma directa a averiguar lo que quería
saber sobre el pasado de Tony, por lo que continuó preguntándole a su
socio más cosas sobre su familia. Y él pasó la siguiente hora contándole
historias sobre sus hermanas y el resto de su gran y extensa familia. Mick
estaba fascinado. Él no tenía una gran familia como la de Tony. Su madre
había sido hija única, y sus abuelos habían fallecido varios años antes. Y
desde que su padre había salido de su vida hacia tantos años, él y Christine
no habían tenido mucha relación con el lado paternal de la familia, así que
escuchar a Tony charlar sobre los suyos con tanto amor y anhelo hizo que
algo punzara en el pecho de Mick. Él se imaginaba perfectamente cómo se
sentía Tony estando tan lejos de sus seres queridos.
Cuando el tema se terminó, continuaron en un amigable silencio, y
Mick aventuró: —Suena como si dejaras atrás a un montón de personas que
te quieren, Tone. ¿Por qué te mudaste a Indianápolis? ¿Qué paso en
Chicago que hizo que te mudaras?
Tony miró su vaso de licor y lo hizo girar un segundo antes de tomarse
el resto con tres grandes tragos. Tosió en su mano, y parpadeó por el picor
en los ojos, y dijo: —pasó con mi último compañero. Él mató a mi mejor
amigo, y luego yo lo maté a él.
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CAPÍTULO TRECE
112

TONY

A medida que los recuerdos inundaron la mente de Tony, el dolor y la


angustia de las últimas semanas de detective en Chicago se abalanzaron
sobre él e hicieron que fuera difícil respirar. Se inclinó hacia la mesa y se
sirvió otro saludable trago del ardiente líquido ámbar. Inhaló
profundamente, y dejó salir el aire lentamente antes de comenzar su relato.
—No sé si lo sabes, pero tengo la reputación de ser algo cabeza caliente.
Mick resopló y respondió secamente: —no, tú no, Tone. Seguramente
estás bromeando.
Los labios de Tony se arquearon cuando le respondió: —cállate, listillo,
hablando en serio. ¿Crees que soy temperamental ahora? Deberías
haberme conocido hace dos años. Mi temperamento estaba fuera de
control. Tengo resultados, sin embargo. Mi compañero en ese momento era
un hombre mayor llamado Vic Stanley. Era respetado en el trabajo, y había
cerrado gran cantidad de importantes casos de homicidio antes de que yo
llegara. Nunca realmente le gusté, pero no fue hasta el final que descubrí
por qué.
Mick inclinó la cabeza y preguntó: —¿qué pasó?
Tony tomó otro trago profundo de su vaso y continuó: —en ese
momento, mi mejor amigo en el barrio era también policía, pero no del tipo
que se gana el respeto o la confianza. Jimmy Ricci y yo crecimos juntos. Era
mi mejor amigo, y yo lo quería y confiaba en él. Fuimos juntos a la academia,
pero nuestras carreras dieron un giro diferente. Mientras yo trabajaba
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haciéndome detective, él terminó en asuntos internos. —Hizo una pausa
mientras Mick tomó aire con sorpresa. Era una reacción instintiva en la
mayoría de los policías cuando se mencionaba a los de A.I—. Sé cómo te
sientes, Mickey. También fue difícil para mí aceptarlo, pero nada iba a
interponerse entre Jimmy y yo, ¿sabes?
Mick asintió, y sus brillantes ojos verdes estudiaron a Tony demasiado
cerca para la comodidad del policía italiano. —Lo entiendo, Tone. La lealtad
y la amistad son importantes para ti. Dime que pasó.
Tony tragó la bola de pesar en su garganta y continuó: —Tras pasar
cinco meses con Vic de nuevo compañero, Jimmy me llevó a su oficina y me
contó que mi pareja estaba siendo investigada por A.I. Parece que habían
descubierto que varias piezas clave de evidencias y algunos testigos habían
desaparecido de todos los casos que estaban relacionados con un nuevo
señor del crimen llamado Nikolai Petrov. El único denominador común
entre todos los casos durante el año anterior fue la participación de mi
compañero. —Los ojos de Tony se nublaron mientras miraba atrás en el
pasado—. ¡Dios! tuvimos una gran pelea. A pesar de que no me gustaba
mucho Vic, seguía siendo mi compañero, y pensaba que de ninguna manera
era un chico sucio. Le dije a Jimmy que, si confiaba en mí, entonces tenía
que confiar en Vic. Le dije algunas otras cosas que no fueron agradables, y
la tormenta estalló.
Mick silbó bajo y dijo: —estoy pensando en cómo será el final de eso.
Tony asintió, disfrutando de los efluvios del alcohol que flotaban a
través de su cuerpo y mitigaban el dolor de los recuerdos. —Empecé mi
propia investigación después de eso. Quería demostrarle a Jimmy que mi
compañero no era mala persona, por lo que me convertí en la sombra de
Vic tras separarnos para pasar la noche. Al principio, no vi nada fuera de lo
común. Compraba un poco de comida, hacia algunos recados, y luego se iba
114
a casa. No es gran cosa ¿verdad? —y esperó a que Mick cabeceara antes de
continuar: —después de tres semanas con mi investigación privada, nos
encomendaron un gran caso. Un jefe de la mafia rival había sido ejecutado
en su propia casa, y Vic y yo fuimos asignados a eso. Todo iba bien hasta
que Vic comenzó a actuar de forma extraña. Accidentalmente pisó alguna
salpicadura de sangre, cuestionó al equipo de forenses sobre lo que estaban
haciendo, y luego lo vi recoger un casquillo de bala usado y guardarlo en su
bolsillo. Fue entonces cuando me di cuenta que Jimmy tenía razón.
—¡Joder, Tony! —Mick respiró sentado en la silla—. ¿lo encaraste?
Tony sacudió la cabeza. —No, quería hablar primero con Jimmy, y
decirle lo que vi. Así que, después de acabar en la escena del crimen, le dije
a Vic que tenía una cita y me separé de él. Quedé con Jimmy para
disculparme. Le conté todo de lo que fui testigo, y me disculpé por no creer
en él. Jimmy… era un buen chico. Ni siquiera me reventó las pelotas por eso
o nada. Solo escuchó mi declaración y me enseñó algo de su investigación.
Tenía bastante mierda condenatoria, Mick. No voy a mentir. Estaba tan
cabreado con Vic, aunque estaba incluso más enfadado conmigo mismo por
no confiar en mi mejor amigo. Era más cercano a mi que si fuera un hermano,
y le debía el beneficio de la duda.
Tony pudo sentir cómo los ojos de Mick perforaban un agujero a través
de él, pero se negó a mantener la mirada de su nuevo compañero. La voz
del hombre fue baja y cuidadosa cuando le dijo: —parece como si vosotros
dos estuvierais muy unidos.
—Sí, —respondió Tony, con su voz ronca por la emoción reprimida—.
Jimmy, uh, era como tú, creo. Nunca tuvo ojo para las mujeres, y a pesar de
que era extremadamente celoso de su vida personal, no paró las
habladurías en el vecindario. Pasé mucho tiempo en el calabozo por
pelearme con cualquiera que se metiera con él. Y cuando nos graduamos
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en la escuela secundaria, ya nadie se metía con él porque sabían que el loco
de Tony Savage les cortaría las pelotas si miraban a Jimmy de mala manera.
—Bien por ti, Tone. A mí también me habría encantado tenerte
alrededor mientras estaba en la escuela, —murmuró Mick.
Tony no fue capaz de leer en la cara de su compañero. Había un poco
de efervescente emoción crepitando detrás de sus ojos esmeralda, y Tony
no había vuelto a ver esa mirada desde que había sostenido a Jimmy en sus
brazos mientras se moría. Tony no estaba completamente seguro de las
emociones que le generaba esa mirada, pero sí sabía que aceleraba su
corazón, sus palmas sudaban, y su pene se endurecía. Nunca había tenido a
nadie que lo hiciera sentir de esa manera, a excepción de Jimmy, y ahora…
Mick. ¡Mierda!
Tony se tragó el pánico y sonrió. —Parece que lo hiciste bien tu solo,
Mickey. Estoy seguro de que ahora nadie se mete contigo. Y no por estas
armas, y no estoy hablando de tu arma de servicio. El mejor día que he
tenido últimamente en la comisaría de policía fue cuando entraste por la
puerta hace cinco días. Esos tipos pensaron que eran muy divertidos con sus
mentiras, pero no se rieron cuando te vieron. Mierda que no, ahora Berkis
se cabrea un poco consigo mismo cada vez que te ve. Y Jackie piensa que
está histérico. No es por nada, pero yo también lo creo.
Mick sonrió, y sus ojos se arrugaron en las comisuras, y Tony contuvo
el aliento como si le hubiera golpeado en el estómago. Ese hombre, su
compañero, era la cosa más guapa que Tony había visto nunca. Después de
que Jimmy se murió, Tony no se había vuelto a permitir mirar a otro hombre
de esa manera. No importaba lo guapo o lo divertido que fuera, nunca sería
Jimmy.
Por lo tanto, se sumergió en las mujeres, pasando a su manera a través
de su dolor y su soledad, sabiendo que nunca volvería a tener tentaciones
116
de enamorarse con ninguna de ellas. Así su corazón estaba seguro. Su
secreto era suyo, y nadie podría acercarse lo suficiente para devastarlo de
nuevo. Pero luego, Mick apareció a través de la puerta. La mente y el cuerpo
de Tony, ambos, tomaron nota inmediatamente del gigante rubio, y desde
entonces, se preparó para que su vida carente de cualquier emoción
estuviera a punto de volver a cambiar.
La sonrisa de Mick se desvaneció y susurró: —Es el momento de
decirme lo que falta, hombre. ¿Qué pasó con tu compañero? ¿Qué le pasó
a Jimmy?
La nariz de Tony hormigueó, sus ojos se llenaron de un mar de lágrimas,
y tragó varias veces para empujarlas hacia atrás. Se bebió otros dos dedos
de whisky antes de aclararse la garganta y con voz ronca dijo: —Uh, Jimmy
quiso organizar una emboscada para atrapar a Vic en el acto, y se suponía
que yo le iba a ayudar. Llegó la oportunidad perfecta cuando interceptamos
una llamada telefónica entre Vic y su contacto ruso. Los dos se citaron en
una reunión donde Vic le iba a entregar lo que había robado a cambio de un
pago. Y aunque tuvimos menos de 24 horas para organizarlo, fuimos
capaces de hacerlo. Jimmy y yo íbamos a destapar a ese policía corrupto, y
además, estaba esperando que sucediera. Conseguimos que el SWAT nos
apoyara, establecieron la vigilancia y organizamos un plan para arrestarlos
a ambos. Toda la organización policial quería participar. Exigieron entrar en
el caso por si la detención pudiera derribar al propio Petrov. No nos importó.
Cuantos más mejor, pensé. Fui tan estúpido. Mick no respondió, por lo que
Tony se obligó a continuar: —Así que, eh, todo se fue al infierno. Algo debió
de pasarles y cambiaron su horario. Llegaron dos horas tarde. Cuando
estuvieron allí, el SWAT y la OC habían dado la misión por fallida y se habían
ido. Los únicos que nos quedamos fuimos Jimmy y yo. Cuando Vic y su
contacto se presentaron, los llamamos de nuevo, pero Jimmy se negó a
esperar. Tenía miedo de que perdiéramos nuestra oportunidad, así que
117
entramos solos.
Podía ver a Mick frotándose una mano por la cara como si se estuviera
preparando para el doloroso final. Gracias a la enorme cantidad de alcohol
que corría por las venas de Tony, fue capaz de continuar, aunque lo hizo
arrastrando sus palabras. —Jimmy y yo nos separamos. Yo tenía mi arma
apuntando al contacto mafioso y Jimmy tenía la suya puesta en Vic. Después
del intercambio de mercancía entre ellos, nos encontramos en medio. El
mafioso me pegó un tiro y yo lo abatí al suelo con dos balas en el pecho.
Mientras, Vic se cruzaba balas con Jimmy, y yo me volví hacia el traidor por
primera vez. No debería haber dudado, Mick. Debería haberle disparado
directamente, pero tenía que abrir mi enorme boca, ¿verdad? —la risa de
Tony fue amarga y burlona, y dio otro trago de whisky—. Así que le dije,
todo acabó Vic. Baja tu arma y no tendré que dispararte. Pero, él apuntó su
arma contra mí, se burló, y me dijo: —Vete a la mierda, Savage. Después de
que te mate, mataré también a tu pequeño novio. Y él apretó el puto gatillo.
—¡Jesús! —y Mick respiró con su voz llena de dolor—. Jimmy te salvó
la vida, ¿verdad?
Tony no pudo contener las lágrimas por más tiempo. Sentía las
calientes y húmedas lagrimas deslizarse por su cara mientras se repetía la
escena delante de sus ojos por enésima vez. —Sí. Corrió enfrente de mí, y
la bala le dio justo en la espalda, lo atrapé en mis brazos y cayó al suelo. Y
vi cómo se apagaba la luz de sus ojos marrones oscuros, Mickey. Él estaba
allí un segundo, y al siguiente se había… ido.
Tony estaba perdido en ese lugar de dolor y angustia, y se sorprendió
cuando sintió el sólido peso de la mano de Mick sobre el hombro. —Yo sé
que es difícil, Tone, pero tienes que conseguir sacar el resto afuera. ¿Qué le
pasó a Vic?
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Tony tartamudeó mientras aspiraba una bocanada de aire. —No tuve
tiempo para la lástima. Fue sólo rabia. Todo lo que recuerdo fue una neblina
roja que nubló mi visión, y al forense le llevó casi tres días aclarar lo que
sucedió después. Supongo que debí agarrar el arma de Jimmy y disparar la
primera bala en el vientre de Vic. La siguiente le dio en el hombro, y la
siguiente en la principal arteria de su corazón. En el momento que terminé
con él, había vaciado las siete balas restantes del cargador. Me dijeron que
cuando llegaron los de Seguridad, todavía estaba de pie sobre su cuerpo
apretando el gatillo de una pistola vacía. No recuerdo nada de eso. Solo
recuerdo a alguien arrancándome la pistola de la mano y un montón de
gritos.
La mano de Mick era algo sólido trayendo a Tony al presente. El
hombre le volvió a apretar el hombro y dijo: —no trataron de culparte de
nada ¿verdad?
Tony restregó su cara y se encogió de hombros. —Creo que algunos
querían hacerlo. Vic había sido uno de los mejores detectives del
departamento. Cuando A.I. compartió la investigación completa con el
capitán y mi sargento, sabía que no querían exponer a todo el
departamento al escrutinio público y ponerme en tela de juicio, ya que eso
solamente hubiera añadido más escándalo, y no lo necesitaban. En su lugar,
me dijeron más o menos que podía renunciar en silencio, o pedir una
transferencia a otra ciudad. Y después del funeral de Jimmy, en ningún caso
podría quedarme en Chicago. Ni siquiera por mi familia. Donde quiera que
miraba, veía su rostro o algún recuerdo de algo que habíamos hecho juntos.
Dolía demasiado. Así que tomé el primer traslado que me ofrecieron, y así
fue como llegué a Indianápolis. El resto es historia.
La gran mano de Mick masajeó con firmeza los nudos del cuello de
Tony y el italiano cerró los ojos para disfrutar de las manos de su compañero
119
que enviaban lejos toda la tensión. Flotó en un mar de endorfinas mezcladas
con alcohol durante un tiempo indeterminado, cuando Mick le susurró: —
¿estabas enamorado de Jimmy, Tone?
Tony no supo si fue el tacto de la mano de Mick marcando su cuello o
el whisky lo que aflojó su lengua, pero él respondió: —Sí, Mickey. Estoy
seguro de que lo estaba y, además, lo había estado durante años. Iba a
hablar con él sobre eso esa noche. Finalmente le iba a decir lo que sentía
por él, pero se murió. Él sólo se había ido, y yo perdí mi oportunidad.
Oyó suspirar pesadamente a Mick detrás de él. —Siento que hayas
tenido que pasar por eso, Tony. No sabes lo mucho que te agradezco que
confíes en mí lo suficiente como para hablarme de él. Podría haber sabido
la historia con un par de llamadas, pero para mí era importante escucharlo
de ti. Estoy encantado de haber esperado.
Tony asintió y se puso de pie tambaleándose. La habitación giró y giró
lejos de él y tropezó. Unos brazos fuertes lo llevaron contra una pared de
ladrillos macizos, y sus sentidos se pusieron en guardia. Miró hacia arriba,
al hermoso rostro de su compañero y le susurró: —creo que he tenido
demasiado de todo. Eres bienvenido a quedarte en la habitación de
invitados, Mickey.
Mick asintió brevemente, y sus hipnóticos ojos verdes buscaron la cara
de Tony. —Puede que acabe haciendo eso, amigo, vamos a llevarte a la
cama.
Tony se apoyó en gran medida en Mick mientras el gran hombre lo
guió por la casa y por el pasillo hasta su dormitorio. Mick retiró las mantas
y ayudó a Tony a sentarse en la cama antes de excusarse un momento. Su
compañero estuvo de nuevo a su lado al momento con el cubo de basura
del cuarto de baño y lo situó en el suelo, cerca de su almohada. La mano de
120
Mick agarró a Tony para que no se cayera, cuando dijo: —tú, uh, ¿necesitas
ayuda para desvestirte?
Tony casi dijo que sí, pero prevaleció algo de cordura. —No, creo que
puedo hacerlo solo. —Mick le apretó el hombro una última vez y se dirigió
a la puerta. Tony lo llamó: —hey, ¿Mickey?
—Sí, ¿Tone? —respondió su compañero.
—Finalmente no te he dicho por qué me llamaron ‘Salvaje’. Jimmy fue
el primero en llamarme así después de ganar una pelea en medio de la
escuela al mierdoso de Gianni Esposito por insultarlo y empujar su cabeza
en el inodoro. Y debido a eso, todo el mundo en nuestro vecindario me
llamó así. Y eso fue motivo de orgullo para mí, ¿sabes? Después de su
funeral, el nombre comenzó a circular hasta que todos en Chicago me
llamaron así por la forma en que maté a Vic. Antes me encantaba el apodo.
Ahora jodidamente lo odio.
Mick se lamió el labio inferior y le dijo lentamente: —Yo no creo que
seas salvaje, Tone. Eres un buen hombre que fue llevado muy lejos. Perdiste
a alguien que querías, pero todavía estás aquí, y todavía eres un buen
hombre. Tienes que aprender a perdonarte a ti mismo, Tony, o la tristeza te
destruirá. Estoy aquí para ayudarte. Te tengo, hombre.
Cuando la puerta se cerró en silencio detrás de su compañero, Tony
permitió que las odiosas lágrimas se deslizaran por su cara. Durante mucho
tiempo se lo había guardado todo, pero ahora por fin se había desatado. Se
permitió a sí mismo llorar a Jimmy y también llorar por las oportunidades
perdidas. Se permitió admitir que no había nada que el pudiera hacer para
cambiar nada. Y finalmente se permitió admitir que estaba enamorado de
Mick Fletcher.
121
CAPÍTULO
122
CATORCE

TONY

Los ojos de Tony se abrieron y movió su boca para soltarla de


pegamento del sueño y del whisky. Gimió mientras el palpitante golpeteo
de su cabeza presionó contra su cráneo enviado ondas de choque agónicas
recorriendo su piel. Maldijo con un taco y lentamente trató de sentarse. Su
cabeza le dolía demasiado para tratar de utilizar sus facultades mentales y
reconstruir lo que había pasado la noche anterior, y lo que le había llevado
a esa extrema resaca.
Después de darse a sí mismo una charla, tropezó y fue al baño para
aliviar su dolorida vejiga. Fue difícil de hacer, su miembro estaba rígido
como el hierro y su puntería no era la mejor, pero hizo el trabajo y se movió
a su siguiente objetivo que fue cepillarse los dientes para quitarse el sabor
a mierda de oso de su boca. Después se arrastró por el pasillo, rascándose
las bolas a través de sus boxers, mientras seguía el olor del café. Cuando dio
la vuelta en la esquina de la pequeña cocina, se encontró con la visión de su
compañero vestido con shorts de baloncesto y una camiseta del Reino
Unido. Estaba poniendo un poco de miel sobre un trozo de pan tostado,
pero se detuvo cuando sintió la presencia de Tony.
Los ojos de Mick se agrandaron y Tony arrugó sus cejas con confusión.
¿Qué coño hacia Mick en su cocina haciéndose una tostada y café? Y en ese
momento, Tony siguió la mirada de Mick que lentamente admiraba cada
pulgada de piel desnuda de Tony. El italiano solo llevaba puesto su bóxer, y
123
nunca se había sentido tan desnudo en su vida como en ese momento. Se
sintió desnudo bajo el escrutinio de su compañero, y pudo sentir cómo su
pene comenzaba a responder a la obvia apreciación con la que Mick lo
estaba mirando.
Tony pensó que o salía de la cocina para ponerse algo de ropa, o
actuaba como si no pasara nada raro. Aunque no era realmente una
decisión a tomar. Tony nunca se rendía ante un desafío. Enderezó los
hombros y fue a abrir el armario justo al lado de la cabeza de Mick. Su pecho
desnudo frotó el brazo de Mick mientras Tony llegaba a la cocina y sacaba
una taza de café.
Tony dio un paso atrás y sacó la taza. —Gracias por ser tan buen amigo
anoche, Mickey. Fue un desastre, y ahora estas aquí preparando café. Eres
el mejor compañero.
Mick terminó de ponerle el café y se encogió de hombros como un
niño tímido. —Nada que no hubieras hecho tú por mí, Tone. ¿Cómo lo dicen
en las películas? Fuhgettaboutit28.
Tony rio y luego gimió cuando su cabeza protestó por el inesperado
movimiento.
—Desearía poder olvidarme de este puto dolor de cabeza, —Tony se
quejó mientras inhalaba los vapores curativos de la humeante taza debajo
de su nariz.

28 Algo así como olvídalo.


—Ve a sentarte en la barra y te voy a hacer un poco de pan tostado
con miel. Es una cura para la resaca que aprendí de mi madre. Te juro que
124
funciona, —le ordenó Mick con humor en su voz.
Tony lo hizo con facilidad, intentando disimular su creciente interés por
cómo se veía Mick en ropa casual. Se dejó caer en el taburete de la barra y
tomó un sorbo de la negra bebida hirviendo cuando ya no le quemaba la
lengua. En seguida, Mick deslizó un plato delante de él con dos rebanadas
de pan integral perfectamente tostado lleno de suficiente miel como para
empapar la parte superior. Miró la comida con ojo crítico mientras decidía
si su estómago iba a dejar que se la comiera.
—Confía en mí, Tony. Me lo agradecerás en diez minutos. Solo come
el pan y bebe lentamente tu café. Te buscaré una aspirina mientras comes,
—explicó Mick mientras salía de la cocina para hurgar en el botiquín del
baño.
Tony mentalmente se encogió de hombros y cogió un trozo de pan
tostado. Dudaba del experimento de Mick, pero confiaba en el tipo, así que
tomó un bocado. Y cuando Mick regresó a la cocina unos minutos más tarde,
Tony estaba rebañando la última gota de miel fuera de su plato limpio y
lamiéndola de su dedo. Los ojos de Mick se clavaron en la lengua de Tony,
y el policía italiano simuló no darse cuenta mientras se lamía los labios para
recoger la última miga. Finamente dejó que sus ojos se encontraran con los
de su compañero, y le dijo con una lenta sonrisa: —Estaba buena hasta la
última gota, Mick. Tenías razón. Era justo lo que necesitaba.
Mick bajó la mirada y le deslizó dos pastillas a través de la barra. —
Aquí están las aspirinas. —Le dio la espalda a Tony y se ocupó de limpiar el
desorden y guardar el pan y la miel. Todavía de espaldas, habló sobre su
hombro: —Así que, ¿tienes planes para hoy? Recibí un mensaje de Christine
esta mañana de que mi madre estaba viniendo a pasar unos días aquí.
Christine tiene otra cita con el médico el lunes, y supongo que le dirán
alguna novedad sobre cuándo nacerá el bebé.
125
El ánimo de Tony cayó. Había esperado pasar el día con Mick, pero no
quería entrometerse en la visita de su madre. Tony se encogió de hombros
y respondió con ligereza: —Sí, tengo cosas que hacer. No te preocupes. Ve
a visitar a tu madre y a tu hermana. La familia es lo primero y todo eso
¿recuerdas?
Mick se volvió y miró a Tony de manera extraña. —No me has dejado
terminar. Iba a preguntarte si querías venir a casa de Christine por la noche
para conocer a mi madre. Chris le estuvo hablando de ti, y mi madre quiere
conocerte. —Hizo una pausa, y con un tenue sonrojo subiendo por sus
mejillas continuó: —Ya sabes, solo si tú quieres, claro.
El corazón de Tony se aceleró y sintió quitarse un gran peso del pecho.
Sonrió mientras tomaba las pastillas y las hacia bajar con un trago de su tibio
café. Suspiró ligeramente y respondió: —¿estas bromeando? Me encantaría
conocer a la valiente mujer que os parió a los dos.
El alivio alejó la tensión de la cara de Mick y se volvió a limpiar el
mostrador. —Buen trato, hombre. Se supone que hoy hará mucho calor
para ser principios de octubre. ¿Por qué no hacemos una barbacoa?
Siempre es mejor mantener a mi madre controlada en un lugar con pocos
testigos, —añadió irónicamente.
Tony se acabó la última gota de su café y se puso de pie. Acarició su
lleno estómago ligeramente y le respondió: —No puedo esperar a comerla.
Pero para que lo sepas yo no soy capaz de cocinar nada. Así que vamos a
hacer un trato. Yo compro los filetes y el resto de la carne, y tú haces la
barbacoa.
La potencia de la sonrisa de Mick casi cegó a Tony mientras le
mostraba su acuerdo. —Ese es un buen trato, compañero.
126

Era por la tarde, un poco después de las cuatro pm, cuando llegaron a
casa de Christine. Tony y Mick entraron cargando con bolsas de comestibles
y paquetes de aperitivos y se dirigieron a la puerta. Mick esta vez no se
molestó en llamar, y mantuvo el pomo de la puerta abierta para permitir
que Tony pasara con su carga. Mientras se abrían paso a la cocina, Tony
pudo escuchar los familiares sonidos de los Stones llegando por las ventanas
abiertas, preparándose para Gimme Shelter.
No había señal de ninguna mujer, pero eso no pareció preocuparle a
Mick, así que Tony siguió su ejemplo, vació su carga y puso los filetes a
marinar. Las cosas entre Tony y su compañero habían transcurrido de
manera sorprendentemente fácil y relajadas en las últimas horas mientras
habían ido desde la tienda de comestibles a la tienda gourmet, y discutieron
con buen humor las ventajas nutricionales de la ensalada de patata. Tony
disfrutaba de la compañía de Mick, y el fácil carácter de su compañero
consiguió aliviar el dolor de la soledad que había tenido en su interior desde
hacía más de un año, tras la muerte de Jimmy.
Tony se estaba lavando las manos en el fregadero cuando su nariz
reconoció el olor dulzón de su juventud. —Uh, ¿Mickey? ¿Estoy imaginando
cosas, o huelo el distintivo aroma de la María?
Su compañero suspiró y respondió: —tenía la esperanza de que no la
trajera con ella. No importa cuántas veces le regañe, se niega a dejar de
fumarla. ¿Sabes que algunas madres beben mucho vino o se fugan por ahí?
Bueno, pues mi madre fuma hierba. Mucha.
Tony sonrió, totalmente encantado con la madre de su compañero, y
ni siquiera la había conocido aún. —Eso es… Tengo que conocerla ahora
127
mismo. Vamos, Mickey.
Mick lo llevó al patio trasero a regañadientes, donde Christine estaba
reclinada sobre una mullida chaise longue y bebía un vaso de té helado
mientras veía a una impresionante mujer moverse y bailar al ritmo de The
Joker, de Steve Millar Band. Tenía más o menos 1’80 metros de altura, un
espeso cabello rubio ondulado que le caía hasta casi la mitad de la espalda,
y sus vaqueros estaban un poco demasiado ajustados a su cuerpo, y sus
redondos y abundantes pechos estiraban la tela de una camiseta con el
dibujo de un clásico Led Zeppelin en concierto. Movía su cuerpo como una
mujer de la mitad de su edad y tamaño, y tenía un porro a medio fumar
entre el índice y el pulgar.
Mick hizo un gesto a la envejecida diosa del rock y dijo secamente: —
Tony, te presento a mi madre, Ramona Hobbs.
Los expresivos ojos verdes de Ramona se agrandaron cuando vio a
Mick, e inmediatamente le dio un abrazo y un fuerte beso golpeando su
mejilla. —¡Ahí está mi ángel! —gritó con alegría. Su mirada acabó por
encontrar a Tony, que estaba con una sonrisa en su cara y sus manos
metidas en los bolsillos de sus vaqueros—. Y tú debes de ser el infame Tony.
He oído hablar mucho de ti. Ven a bailar conmigo, cariño.
Tony rio y aceptó su mano libre. Tiró de ella hacia su cuerpo y
comenzaron a balancearse al compás de la guitarra mientras Steve Miller
aullaba. —Eres la cosa más bonita que haya visto nunca, me encantan tus
melocotones, quiero sacudir tu árbol. —Su exuberante cuerpo se pegó a
Tony con confianza, pero a él no le importó. Tony apreciaba y respetaba a
las mujeres de todas las edades, formas y colores de forma sana, y no tuvo
ningún problema en bailar con la preciosa madre de su compañero.
Ella le dio una bocanada rápida al porro que tenía en la mano y lo puso
a un lado antes de preguntarle: —dime, Tony. ¿Cuál es tu canción favorita?
128
De alguna manera, el policía italiano sabía que estaba siendo puesto a
prueba, por lo que se tomó su tiempo y lo pensó con cuidado antes de
responder: —es imposible de responder, muñeca. Es lo mismo que si me
preguntaras cuál de mis quince sobrinos es mi favorito. Y eso sería más fácil
de responder, por cierto.
Ella le dedicó una sonrisa brillante mientras él le dio una vuelta antes
de tirar de ella de nuevo contra su pecho. —Buena respuesta, cariño. Nadie
debe limitar sus opciones musicales a unos pocos cantantes o canciones.
¿Por qué limitarse solo al plato principal cuando hay tantos sabores por
probar en el buffet musical?
—¡Oh, Dios mío, mamá! Deja de acaparar totalmente a Tony. ¿No
tienes una cazuela de brócoli que hacer o algo así? —Christine se quejó lo
suficientemente alto para ser escuchada por encima de la música.
La canción llego a su fin, Tony la besó la mano y ella se rio con
galantería. Tony estaba inclinado a medias mientras ella enrolló su brazo
alrededor de su cintura y lo condujo a su asiento. —Siéntate aquí, cariño, y
haré que Mick te traiga algo de beber. Mi bebé gruñona necesita un poco
de atención. —Se volvió hacia su hijo que tanto había penado y le hizo una
seña—. Vamos, cariño. Acompáñame a la cocina. —Y le envió una mirada
de acero a su hijo, y Tony ya sabía lo que significaba esa mirada. Quería
hablar a solas con Mick.
Tony se echó hacia atrás en la tumbona junto a Christine y enganchó
sus manos detrás de su cabeza. —¡Hey, Mickey! No olvides la rodaja de
limón para mi Corona esta vez, ¿capisce?
Tony rio mientras su compañero negaba a espaldas de Ramona. Y se
giró con mucho gusto para prestar atención a la hermosa Christine. Pasó
129
casi media hora antes de que Mick saliera al exterior de la casa con la
cerveza de Tony y un plato de filetes a la parrilla que humeaban
alegremente. Ramona se les unió poco después, y pasaron la siguiente hora
riendo y discutiendo sobre los méritos de diferentes estilos de música,
mientras que la madre de Mick se animaba y rompía a cantar cada pocos
minutos. Tony estaba encantado con la mujer. Cantaba como un ángel del
rock´n roll, era divertida como el infierno, y dijo lo que le dio la gana sin
flirtear.
Después de una deliciosa comida de carne, ensalada de patatas,
cazuela de brócoli, rolls y otras cosas, se instalaron en las mullidas sillas en
la terraza y disfrutaron de las llamas crepitantes del fuego portátil. Tony no
podía recordar la última vez que se había divertido y reído tanto como lo
había hecho esa noche. Adoraba a la pequeña familia de Mick, y cada uno
de ellos lo hizo sentir como si estuviera en casa. Mientras la tarde se volvió
fría y comenzó a anochecer, un ligero ronquido le llamó la atención. Miró a
su izquierda y vio a Christine dormitando en su silla. Parecía la viva imagen
de una Madonna con las mejillas sonrosadas, los rizos rubios
resplandecientes y el vientre redondeado por su niño.
—Hey, Mickey, —Tony llamó a su compañero en voz baja—. Parece
que tu hermana necesita irse a la cama.
Mick le echó una mirada de esperanza a su madre, pero ella se limitó
a mover la cabeza negando. —Oh no. Es toda tuya, bebé. Además, quiero a
Tony para mí durante un rato. Así que después de poner a tu hermana en la
cama, ¿por qué no limpias un poco la cocina?
Tony rio al ver la expresión de pánico en la cara de su pareja, y Mick
de mala gana se puso de pie y llevó a su somnolienta hermana al interior.
130
—¡Compórtate, mamá! —le dijo por encima del hombro mientras entraba.
—¡Nunca! —respondió ella con una gran risa.
Cuando la puerta se cerró firmemente detrás de ellos, le ofreció su
porro a medio fumar. Se encogió de hombros, se lo quitó y le dio una firme
calada a la potente hierba y dejó salir el aire lentamente. —Es una mierda
de calidad, Ramona. Nunca hemos tenido nada tan bueno en el vecindario.
Su risa fue ronca y extrañamente seductora cuando respondió: —es
una de las pocas ventajas de vivir en Kentucky, dulzura. Si hay algo que
nuestro estado tiene bueno, son los caballos, el bourbon y la hierba.
Tony afirmó con la botella de su cerveza y se bebió el resto mientras
el pequeño sistema de audio reproducía Dreams de Fleetwood Mac.
Escuchó la música y se relajó en la flotante sensación de la marihuana
mientras Ramona cantaba en voz baja. —Tienes un buen gusto musical,
tengo que decir, —remarcó Tony mientras finalizaba la canción.
La mujer mayor suspiró y le respondió: —la música es la única cosa
que siempre ha tenido sentido para mí. Crecí en una casa religiosa y lo único
que teníamos permitido escuchar era música cristiana.
Tony hizo una mueca. —Eso es terrible. Yo crecí escuchando a Dean
Martin, Sinatra, Tony Bennet y Jim Croce. Y, además, como mis cuatro
hermanas crecieron en la década de los 80, también había un montón de
bandas de hair metal incluidas en el pack.
Ramona comenzó inmediatamente a entonar Ain’t That a Kick in the
Head de Dean Martin y Tony no pudo resistir ponerse a cantar hasta que
ambos rompieron en risas. Cuando se calmaron, Ramona suspiró y dijo: —
me alegro de que Mick te tenga como compañero, Tony. Creo que vais a ser
buenos el uno para el otro. Tenía miedo de que se mudara aquí después de
131
lo que le pasó en Louisville, pero ahora que te he conocido, ya no estoy
preocupada.
La ceja de Tony se arqueo y él se enderezó. —¿Qué quieres decir?
¿Qué le paso en Louisville?
La madre de Mick miró a Tony por el rabillo de sus brillantes ojos
verdes. Tomó otra bocanada de su porro y liberó el humo antes de
responder: —me sorprende que no te lo haya dicho aún. Estaba en una
relación tóxica con un bombero llamado Jeremy Watson. Vivian juntos, pero
el tipo era un verdadero idiota. Quería monopolizar todo el tiempo de Mick
e incluso se negaba a pasar tiempo con nosotros. Era realmente controlador,
¿sabes lo que quiero decir? Constantemente espiando a Mick para estar
seguro de que no estuviera hablando con otro hombre y celoso de cualquier
cosa que lo excluyera. Cuando Chris fue obligada a ponerse en reposo en la
cama, Mick vio la oportunidad de escapar y la tomó. Nunca he estado más
feliz de ver a mi bebé moverse tan lejos de mí. Ese tipo era un idiota, y Mick
está mejor sin él.
Tony estaba estupefacto. —Eso no parece algo que Mick soportaría,
según he podido ver la semana pasada. ¿Por qué permitió que continuara?
Ramona se encogió de hombros y tomó un sorbo de su dulce té helado.
—¿Por qué cualquiera de nosotros haría algunas cosas estúpidas por otra
persona? Pensó que estaba enamorado, pero yo sabía que no. Solo estaba
solo y cayó con el primer hombre guapo que giró la cabeza. —Suspiró
profundamente y continuó: —nunca quise esta vida para él, Tony. No me
malinterpretes; no tengo absolutamente ningún problema con la
homosexualidad, pero entiendo que puede complicar mucho la vida. Sabía
que era gay desde que tuvo ocho años de edad. Traté de protegerlo y
prepararlo lo mejor que pude. Solo quería que estuviera seguro y feliz,
¿sabes?
132
Tony asintió con comprensión. —Sé cómo te sientes. En mi barrio, ser
gay no era algo que gritaras a los cuatro vientos, créeme. Jimmy, mi mejor
amigo, pasó por un infierno en la escuela, y yo hice todo lo que pude para
protegerlo. Hiciste un buen trabajo con Mick, muñeca. Es un buen hombre.
Su mirada se posó en el rostro de Tony y le dijo suavemente: —crecí
creyendo que la homosexualidad era un pecado y que todos ellos irían al
infierno por su ‘estilo de vida’. Mientras crecía empecé a cuestionar todos
los supuestos pecados con los que me educaron. E ir a la escuela me vino
bien, allí fueron más agradables que la gente de la iglesia y que esos a los
que no les caía bien. Pero en lugar de cuestionar a Dios, empecé a
cuestionar a todos los demás. Me llevó años darme cuenta que tienes que
desconectarte de lo que las otras personas dicen y confiar en tus propios
instintos. Así es como he criado a mis hijos y ambos salieron bastante bien,
si se me permite decirlo. Les dejé explorar su propia espiritualidad y formar
sus propias creencias, y a confiar siempre en sí mismos. ¿Ves a donde voy
con esto, dulzura?
Tony no estaba muy seguro de lo que le estaba tratando de decir, pero
asintió con la cabeza de todos modos. —Te escucho, muñeca. Es difícil para
mí dejar de pensar así, sin embargo. Ser criado en la iglesia católica fue una
parte importante de mi vida e ir en contra de las creencias que tus padres
te enseñaron es difícil, por decirlo de alguna manera. Mick tuvo suerte de
tenerte de su lado.
Se lamió su labio inferior hasta que estuvo brillante y añadió: —y
ahora te tiene, Tony. Os he visto a los dos juntos toda la noche y hay una
visible chispa de conexión entre ambos. Creo que están destinados a estar
uno en la vida del otro. Cuando Mick habla de ti, todo su rostro se ilumina y
no puede borrar su sonrisa incluso cuando se queja de tu temperamento,
—Tony pudo sentir el calor que se arrastraba por su cuello y dejó caer sus
133
ojos a donde estaban sus dedos pelando con nerviosismo la etiqueta de su
botella de cerveza. Y ella añadió en voz baja: —solo quería decirte lo mismo
que le he dicho a mis hijos todos estos años. No tengas miedo de tomar el
amor donde lo encuentres, cariño. Todo lo demás se va por el desagüe, pero
el amor es valioso y maravilloso. Y tirarlo a la basura por algo tan ridículo
como lo que las otras personas piensan es el colmo de la estupidez y de la
mediocridad. Mick ha tenido antes su corazón roto y no importa la cara que
ponga, es tan vulnerable y está tan solo como el resto de nosotros. Solo te
estoy tratando de decir que quiero que cuides de mi ángel. Cuida sus
espaldas y su corazón, Tony. Lo dejo en tus capaces manos.
Tony estuvo agradecido por la oscuridad que había caído sobre ellos
como un manto. Años de negación saltaron a su boca cuando respondió: —
lo entendiste todo mal, muñeca. Mick y yo somos compañeros y trabajamos
en nuestra amistad a medida que avanzamos. No soy gay, y aunque lo fuera,
no es una buena idea tener un lío romántico con tu compañero en este tipo
de trabajo.
Ramona sopló anillos de humo en el aire y se encogió de hombros. —
¿Por qué te molestas en ponerte una etiqueta o restricciones? Ser amigos y
compañeros ésta bien por ahora, Tony, pero ¿qué estoy viendo entre
vosotros? Es el inicio de mucho más. Solo te digo que vayas con cautela,
pero mantén abierta la mente y el corazón, y puede que encuentres lo que
has estado buscando toda tu vida.
Antes de que Tony pudiera responder, y con todas sus emociones
atascando su garganta, la puerta del patio se abrió y Mick salió. —Ya está,
tengo a Chris en la cama. ¿Qué me perdí?
Ramona se rio y palmeó la silla vacía a su lado. —Solo la peor
interpretación de Ain´t That a Kick in the Head que hayas escuchado, bebé.
134
Estoy bastante segura que Dino se está revolcando en su tumba en este
momento.
—Oh, Señor, —gimió Mick cuando se desplomó en su asiento—. Me
alegro de habérmelo perdido.
Tony se aclaró la garganta y añadió en voz baja: —Sí, es realmente
difícil de explicar. Mickey. Tu madre es lo más.
CAPÍTULO QUINCE
135

MICK

Pasaron dos semanas desde la noche en que Mick llevó a Tony a


conocer a su alocada madre. Y desde ese momento, los dos hombres
comenzaron de forma natural a pasar juntos todo el tiempo. Después de un
día de trabajo, o bien se encontraban en casa de Tony mientras Mick
cocinaba o bien se paraban en un bar a tomar unas cuantas copas antes de
ir por caminos separados. Tony lo acompañó a conocer a Tyrell Collins, el
marido de Jackie y el gran hombre negro había prácticamente salivado
mientras empezaba a pensar en la rutina que iba a ponerle en el gimnasio.
Además, Tony siempre aparecía en el gimnasio para entrenar con Mick,
aunque el hombre no ponía ni el esfuerzo y ni el tiempo que Mick le ponía.
Pero no le importaba en absoluto. Mientras estaban juntos todo parecía
más fácil, incluso cuando Mick le puso dieciocho kilos de peso en la barra
mientras Tyrell se ponía sobre él para darle instrucciones.
La única cosa que no le resultó fácil a Mick era mantener las manos
fuera de su compañero. Tener a Tony alrededor todo el tiempo estaba
causando estragos en la saludable líbido de Mick. Había perdido la cuenta
de cuantas veces se había tenido que largar al baño para masturbarse y así
no avergonzarse a sí mismo caminando con una erección todo el tiempo.
Tenía que echar un polvo pronto o iba a terminar cometiendo un error
colosal de proporciones épicas. Mick generalmente no iba buscando un
polvo de una noche, pero en este momento no podía permitirse el lujo de
ser selectivo. Necesitaba liberar la constante tensión sexual que cruzaba el
aire entre él y Tony, o simplemente explotaría.
136
Por eso cuando Tony le pregunto cuáles eran sus planes para ese
viernes por la noche, Mick le dio largas y le respondió vagamente: —Uh, hay
un lugar a donde tengo que ir esta noche. ¿Quieres que nos encontremos
en el gimnasio por la mañana?
Las cejas de Tony se alzaron con sorpresa, y Mick pudo ver que su
compañero parecía molesto, pero Tony no pudo decir otra cosa. —Sí, claro,
Mickey. Te veré mañana.
Mick no sabía por qué se sentía tan culpable por mentirle a Tony, pero
aplastó el sentimiento de culpa sin piedad. Se fue a casa, se duchó, se
cambió de ropa y se rocío con cualquier colonia y se dirigió a la ciudad en
un taxi. Planeó emborracharse, bailar y tener sexo esa noche, y no
necesariamente en ese orden. Seguramente, una noche coqueteando con
otros hombres conseguiría sacar a su compañero de su mente.
Eran cerca de las nueve pm cuando el taxi dejó a Mick en la acera
frente al Halo 69, el mayor club de baile gay de la ciudad. El guardia de
seguridad en la puerta miró a Mick de arriba abajo apreciativamente antes
de hacerse a un lado para dejarlo pasar y en diez minutos se encontró en la
barra con una cerveza. Le dio la espalda al camarero y escaneó la multitud
de hombres danzantes que se retorcían uno contra otro en la pista, pero
tiempos desesperados necesitan medidas desesperadas. Sus ojos pasaron
de los tiesos jovencitos y los osos calvos, de los papis de silicona y sus chicos
aduladores, hasta que aterrizaron directamente en uno alto, musculoso y
en forma, guapo como el pecado, hombre de ascendencia hispana. Se
miraron a través de la pista de baile y Mick dejó que su interés se reflejara
en su mirada mientras alzaba su cerveza saludando antes de girarse
lentamente frente al camarero. Y mientras sorbía su cerveza, esperó a ver
si el latino alto y oscuro mordía el cebo.
137
Mientras esperaba que el hombre se le acercara, fue abordado por
otro que tenía la clara intención de llegar a conocerlo mejor. —Bueno, hola,
guapo, el recién llegado canturreó en la oreja de Mick—. ¿Puedo invitarte a
una copa?
Mick miró al chico, pero rápidamente perdió el interés. No era un
chico mal parecido, pero algo del tipo lo apagaba. Era solo unos pocos
centímetros más bajo que Mick, pero su constitución era más delgada y se
podían intuir todos los tatuajes que tenía desde su cuello hacia abajo. Algo
en los ojos negros del hombre levantó sospechas en Mick. El hombre miró
a Mick como si ya fuera de su propiedad y esa mirada era demasiado
parecida a la expresión que había visto en los ojos de Jeremy antes de que
Mick se hubiera despertado y lo dejara con la mitad de sus pertenencias en
Louisville. No tenía deseos de liarse nunca más con ningún hombre que
pudiera pensar que podría controlarlo. Ya pasó por ahí, lo hizo y quedó lleno
de cicatrices emocionales.
—Gracias, pero no, hombre. Estoy bien, —respondió Mick con desdén,
ni siquiera dándole una oportunidad al chico.
Sin embargo, eso no pareció disuadirlo. —Hey, Johnny, llamó al
camarero—. Ponme otro Jack y coca-cola y lo que sea que él está bebiendo.
Ponlo en mi cuenta.
Mick suspiró profundamente y estiró el cuello para mirar al galán
latino que había visto antes. Finalmente lo encontró conversando con otro
hombre, y maldijo. Probablemente al tipo lo había espantado la presencia
del nuevo admirador de Mick. Eso no iba a ayudarle a lograr sus tres
objetivos de esta noche.
Cuando el tipo deslizó una nueva cerveza delante de Mick, Mick la
deslizó de regreso. —Mira, hombre. Traté de ser agradable, pero voy a tener
138
que ser grosero. No estoy interesado en ti o en tu cerveza gratis, así que
haznos un favor y piérdete. ¿Está bien?
El tipo fingió una expresión herida y se sentó en el taburete junto a
Mick. —Hey, sin presión, tipo grande. No estoy buscando una mamada o
cualquier otra cosa en el baño. ¿Qué pasó con lo de solo ser amistoso? Soy
nuevo en la ciudad y solo estoy tratando de conocer gente nueva. Mi
nombre es Will. —Extendió la mano delante de Mick y sonrió—. ¿Cuál es tu
nombre?
Mick suspiró pesadamente y se reprendió a sí mismo por ser un
estúpido. Tenía que dejar de juzgar a todo el mundo por las acciones de su
ex novio. No había nada malo en ser amigable unos pocos minutos. Se
bebería la cerveza gratis del chico, charlarían un poco y seguiría adelante.
Lo había hecho antes y no lo mataría perder media hora de su tiempo
conociendo a alguien nuevo.
Mick estrechó la mano del hombre con una ligera reticencia y
respondió: —Mi nombre es Mick. Un gusto conocerte, Will.
Pasaron los siguientes diez minutos charlando sobre cosas sin
importancia, y Mick incluso se bebió la cerveza que el tipo compró para él.
Nada de lo que dijo Will levantó ninguna bandera roja, pero seguía
habiendo algunas luces de advertencia parpadeando en la mente de Mick.
Cuanto más hablaban, Mick se sentía más a gusto, incluso eufórico. No fue
hasta que se acabó el final de su cerveza que Mick se dio cuenta que algo
estaba mal, muy mal. Se inclinó en el taburete de la barra y perdió el
equilibrio, y Will estuvo justo a su lado para agarrarlo. Mick sacudió su
cabeza, sus pensamientos estaban difusos y confundidos y él sabía que dos
cervezas no le podían haber hecho eso. El pequeño maldito le había puesto
algo a su bebida.
139
Mick hizo lo posible por sonreír y le dijo a Will: —creo que he bebido
esta noche más de lo que pensé. Voy al baño. Fue agradable conocerte, Will.
La sonrisa del tipo se desvaneció y se puso de pie con Mick y lo agarró
del brazo. –—Pareces un poco inestable sobre tus pies. ¿Te acompaño?
Mick no fue capaz de hacer que sus pies funcionaran correctamente y
sus pensamientos estaban demasiado diluidos. Necesitaba un plan o se iba
a encontrar en una situación muy mala. Tenía que alejarse de Will y hacer
una llamada, pero no era capaz de arrancar el brazo del agarre de acero del
tipo. Mick reunió todas sus fuerzas y se alejó, se fue hacia la relativa
seguridad del cuarto de baño. Por desgracia, Will lo siguió mientras
ruidosamente le explicaba a los demás clientes que su novio había bebido
demasiado y que se lo iba a llevar a casa.
—Creo que me voy a poner malo, —dijo Mick entre dientes,
agarrándose el estómago. Y aunque había otros tipos esperando su turno
en los urinarios, Mick tropezó en un cubículo vacío y cerró la puerta.
Él sabía que Will estaba justo fuera de la puerta cuando escuchó un
impaciente golpeteo con el pie. —Vamos Mick, bebé. Te llevaré a casa a
salvo. Vámonos.
La cabeza de Mick le daba vueltas y se sentía atrapado. No importaba
lo mucho que lo intentara, no podía poner dos pensamientos juntos, pero
una cosa que si sabía era que no podía irse con la serpiente que le estaba
esperando fuera. Sentía sus dedos gruesos y torpes cuando sacó su teléfono
del bolsillo. Necesitaba ayuda. Necesitaba un respaldo. Necesitaba a su
compañero.
Necesitó tres intentos para que su móvil llamara a Tony. Su
compañero respondió a la segunda llamada. —Hey, Mickey. ¿Qué pasa?
140
¿Cogemos una caja de cervezas o algo así?
Mick sintió su lengua gruesa y peluda dentro de su boca mientras
balbuceaba: —Tone.. drogado… Halo… ayuda.
Podía haber llorado cuando el teléfono se deslizó entre sus manos y
aterrizó en el inodoro con un chapoteo. Alguien estaba golpeando la puerta,
y una fuerte voz le exigió: —Abre amigo. Tu novio te va a llevar a casa.
Mick obligó a sus dedos a quitar la cerradura de la puerta, y tan pronto
como hizo clic, la puerta se abrió y Mick cayó hacia adelante al grueso pecho
de un gorila. Intentó hablar y decirle al tipo que llamara a la policía, pero sus
palabras fueron demasiado gruesas y arrastradas para tener algún sentido.
—Caray, eres un gran hijo de puta ¿verdad? —se quejó el gorila.
—Siento todo esto, hombre, Mick bebió demasiado esta noche. Si
pudieras ayudarme a ponerlo en mi coche, lo llevaré a salvo a su casa, —
escuchó como le decía la comadreja al corpulento gorila.
El tiempo se detuvo y su vértigo se aceleró mientras los dos hombres
medio cargaron medio arrastraron a Mick a la salida. Su cabeza daba vueltas
y pensó que podría vomitar de verdad esta vez mientras la fresca brisa
azotaba su cara. Parecía que había pasado una eternidad antes de llegar a
la calle. Mick sabía que, si no conseguía irse lejos en ese momento, se
convertiría en una víctima como tantos a los que él había visto todos estos
años. Con un esfuerzo hercúleo, se separó alejándose de los dos hombres y
tropezó con la multitud de personas que paseaban alrededor de la calle, en
frente del club. Oyó gritos indignados mientras se chocó con un grupo de
hombres que estaban esperando para entrar, pero se negó a reducir la
velocidad. Las manos de los hombres lo empujaron y tiraron de él, las
personas gritaban y maldecían, pero Mick tozudamente colocaba un pie de
hormigón frente a otro en un esfuerzo por poner distancia entre él y el
141
aspirante a violador.
Un puño de hierro aferró su brazo y el mundo giró mientras se caía
adelante hacia un pecho desconocido. Una voz desagradable le susurró al
oído: —¿crees que eres fuerte, no es así, tipo grande? Tengo planes para tu
dulce culo esta noche. Vas a venir conmigo.
Las rodillas de Mick se doblaron y su visión se desvaneció, pero fue
traído de vuelta desde el borde de la inconsciencia por los sonidos de una
sirena que se aproximaba. Se desvaneció, estuvo dentro y fuera durante
unos minutos, hasta que una voz profunda, con autoridad, anunció: —IMPD.
¿Qué pasa aquí?
Sintió a Will tirar de su brazo hasta que fue movido una vez más
mientras el tipejo lo mantuvo estable con un brazo alrededor de su cintura,
pero no importaba lo mucho que lo intentara, Mick no podía mantener sus
parpados abiertos. —Lo siento mucho oficial, —él sonrió tontamente—. Mi
novio ha bebido un poco de más esta noche. Lo estoy llevando a casa en
este momento.
El oficial guardo silencio un momento antes de responder: —¿tu novio?
¿De verdad? ¿Cuál es el nombre del chico grande?
—Es Mick… Johnson, —y tartamudeó nerviosamente.
Mick estaba tan fuera de sí que ni siquiera pudo reunir la energía para
protestar, pero podría haber jurado que la voz del oficial que respondió era
familiar cuando se burló.
—Johnson, ¿eh? Veras, es muy gracioso, porque estoy bastante
seguro de que es a mi compañero a quien tienes ahí. Realmente eres un
imbécil, ¿verdad? No solo al meter un roofie en un tipo bastante grande
como para parar tu culo, porque, además, escogiste a un policía.
142
Will chirrió en el oído de Mick y lo dejó caer en medio de la calle. Mick
sintió como se balanceaba peligrosamente antes de que unos fuertes brazos
tiraran de él en un fuerte abrazo. El familiar aroma amaderado de Tony le
llenó la nariz y Mick se arrastró hacia arriba por el hombre delgado.
—Tone… llevar lejos… —arrastró las palabras en el caliente rincón del
cuello de su compañero.
Los brazos de Tony abrazaron a Mick más cerca y palmeó la parte
posterior del cuello de Mick con la mano. —Oye, no te preocupes por ese
pedazo de mierda, bebé. Jackie ya lo tiene esposado en el asiento del
pasajero. —Él movió a Mick con cuidado hasta que fue capaz de ponerlo en
el asiento del pasajero de su coche. Mick quiso abrir sus ojos para
asegurarse de que no estaba soñando, pero su cuerpo ya no podía obedecer
sus órdenes. Sintió un roce fantasma de nudillos en su mejilla antes de que
Tony añadiera: —Siéntate bien, Mickey. Volveré y te llevaré a mi casa a
dormir, ¿eh?
Mick zumbó contestándole y Tony se alejó. La siguiente vez que se
despertó, Tony lo estaba obligando a ponerse de pie con suaves manos
fuertes. Se pasó el brazo de Mick alrededor de su cuello y le ayudó a ir con
paso inseguro hacia su casa. —¿Qué demonios estabas pensando para ir allí,
Mickey? —Tony lo reprendió sin calor—. ¿Por qué no me dijiste que querías
ir? Hubiera ido contigo sin pensarlo. Soy un gran acompañante. ¿Pensaste
que no cuidaría tu espalda porque estabas en un bar gay? ¿Qué coño,
Mickey? Pensé que éramos más amigos que eso.
—Lo siento, Tone, —Mick arrastró las palabras mientras Tony lo
ayudaba a sentarse en el borde de la cama. Su cabeza era demasiada pesada
para su cuerpo y la apoyó contra los tensos abdominales del cuerpo de su
compañero—. Hueles malditamente bien, —agregó mientras hundía su
143
nariz bajo su mejilla en el suave algodón de su ropa.
Oyó inhalar sonoramente a Tony y alegremente tatareó cuando los
dedos de su compañero pasaron a través de su cuero cabelludo. —Y tú no
hueles nada mal, grandísimo bobo, —susurró Tony, con voz ronca—. Venga.
Vamos a llevarte a la cama.
Los brazos de Mick se movieron por propia voluntad y sus manos se
arrastraron por la parte posterior de Tony hasta que llegaron a posarse en
el culo de su compañero. —Solo si vienes conmigo, —murmuró Mick contra
el estómago de Tony mientras sus dedos agarraban y apretaban el perfecto
culo de su compañero.
—Marone29, —Tony silbó entre dientes—. Me estas matando, Mickey.
No sabes lo que estás haciendo en este momento. Vamos, cariño. Tienes
que dejar que me mueva para que pueda ponerte en la cama.
Las manos de Mick cayeron como si fueran pesas de plomo, pero no
parecía poder alzar su cabeza. —Necesito quitarme la ropa... Tone.
Sintió el cálido aliento de su compañero rozando su cabello antes de
que las manos de Tony tomaran la camisa polo de Mick bajo sus axilas. El
mundo se inclinó de nuevo hasta que su espalda aterrizó al otro lado de la
cama y sintió las sábanas gozosamente frías contra su sobrecalentada piel
desnuda. Dejó caer la mano inútilmente en la hebilla de su cinturón hasta
que sintió que Tony movía su mano para hacer el trabajo. Incluso con sus
ojos cerrados y su mente nublada por la droga, el pene de Mick se endureció
con el contacto de las manos de su compañero aflojando su cinturón y
deshaciéndose de sus vaqueros. Gimió suavemente mientras Tony se
29 Palabra derivada de Madonna, se utiliza para resaltar sorpresa, algo así como la madre de Dios.
peleaba con el apretado tejido sobre su culo y sus muslos, dejándolo solo
vestido con su bóxer.
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La voz de Tony sonaba entrecortada mientras jadeaba. —Por favor,
Mickey. Ahora me tienes que ayudar, vamos a ponerte sobre la almohada,
amigo.
Sintió a Tony poner sus manos bajo sus hombros y tirar, por lo que
Mick usó una última pizca de energía y permitió a su compañero colocarlo
más arriba, en la cama. Y antes de que el hombre pudiera alejarse, Mick tiró
de Tony abajo contra su pecho. Sus caderas empujaron contra el peso sólido
de su compañero y sonrió ante la evidencia de su propio deseo. —Bésame,
Tone. Por favor, —susurró al oído de su compañero.
—Mickey, estás drogado y fuera de ti en este momento. No puedo
hacer esto, —Tony prácticamente lo rogó mientras trataba de alejarse de
los brazos de Mick.
Mick finalmente mantuvo sus ojos abiertos y tardó una eternidad en
que se enfocaran lo suficiente para poder tener una vista del guapo rostro
de su compañero. —Por favor, —le pidió en voz baja.
Tony se acercó para poner la mandíbula de Mick en su palma mientras
con su pulgar trazó un camino a su mejilla. —¡Qué demonios! De todas
formas, no recordaras nada mañana. —Y bajando la cabeza, puso sus labios
en los de Mick.
El beso fue dulce y tierno, sus labios se aferraron y se movieron
mientras sus respiraciones se mezclaban, pero Mick quería más. Necesitaba
más de Tony. Su cuerpo recuperó la consciencia y él profundizó el beso al
sumergirse dentro de la boca de su compañero para lamer y saborear todos
los sabores del hombre al que había deseado desde hacía casi un mes. Tony
respondió muy bien en la boca de Mick hasta que sus lenguas se
entrelazaron y se deslizaron un contra otra en un sensual baile. Mick podría
haber besado a Tony durante el resto de su vida, pero su compañero se
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retiró para apoyar su frente contra la de Mick mientras ambos trataban de
recuperar el aliento.
—Tengo que irme ahora, bebé o voy a hacer algo de lo que ambos nos
arrepentiríamos, —le confesó Tony mientras aflojaba el abrazo de Mick.
Él no pudo abrir sus ojos de nuevo y sintió que se hundía en la
oscuridad. Pero antes de caer en el infierno, murmuró: —Nunca me
arrepentiría, Tone. Nunca. —Y la oscuridad se lo llevó.
CAPÍTULO
146
DIECISÉIS
Los oídos de Mick sonaban con fuerza. Eso fue lo que lo trajo de vuelta
de un sueño tipo coma. Fue un ruido tan fuerte en el silencio de la oscura
habitación que lo hizo sentarse erguido en la cama. Su mano derecha voló
para sujetar su cabeza contra las diez mil campanas que sonaban en su
cerebro y tuvo que tragar convulsivamente la saliva que se escurría de su
boca. Sabía que tenía pocos segundos antes de arrojar el contenido de su
estómago y sus ojos se posaron con gratitud en la papelera puesta al lado
de la cama. Mick se movió y se dobló en dos, cada pulgada de su cuerpo se
agitó con cada arcada mientras su estómago desalojaba violentamente su
contenido. Después de cinco sólidos minutos, finalmente se detuvo seco y
agitado, y puso el cubo en su sitio con manos temblorosas.
Tardó otros cinco minutos en darse cuenta de dónde estaba. Estaba
en la habitación de invitados de Tony, pero no podía recordar cómo había
llegado hasta allí. No importó lo fuerte que trató de concentrarse, su
memoria se negó a ceder sus secretos. No tenía ni idea de cómo había
llegado tan borracho que no podía recordar nada. Mick nunca se había
permitido perder el control antes de esa manera. La idea le daba miedo y
su estómago se rebeló de nuevo, pero respiró profundo, con calma, y siguió
repitiéndose el mantra, Estás a salvo. Estás a salvo. Estás en casa de Tony.
Estas seguro. Estas en casa de Tony, lo hizo una y otra vez hasta que su ritmo
cardíaco se tranquilizó y sus náuseas disminuyeron.
No importaba lo que le hubiera sucedido, de todas formas, ahora Mick
sabía que estaba con sus facultades disminuidas. No tenía ni idea de que
hora era, por lo que se arrastró con pasos silenciosos a través del pasillo y
cerró la puerta del baño detrás de él y sin ruido. Suspiró de alivio cuando
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finalmente mitigó el dolor de su vejiga. Sus ojos se posaron mientras seguía
orinando en un nuevo cepillo de dientes, pasta de dientes, y un vaso para
agua. También había una mullida toalla roja doblada en la encimera, junto
al par de pantalones cortos de baloncesto y la camiseta del Reino Unido.
Arrugó la ceja antes de cambiar su expresión cuando su memoria
finalmente cooperó al recordarle que él la había dejado allí hacía dos
semanas. Tony debió de lavarlos y guardarlos aquí para una situación como
esta y Mick no podía estar más agradecido.
Como su compañero ya había abastecido a Mick con todo lo que
podría necesitar, el detective rubio lo aprovechó. Se cepilló los dientes y la
lengua hasta que casi la despellejó y luego se dio una ducha de agua caliente.
A medida que el agua se deslizaba sobre su piel, Mick permitió que su mente
se pusiera completamente en blanco. Nada más le importaba en ese
momento, a excepción de la sensación de estar limpio. El momento fue
interrumpido por el errante pensamiento de desear que Tony estuviera en
la ducha con él. Su imaginación explotó en detalles a todo color mientras
fantaseaba con acariciar a su mejor amigo.
Mick no podía esperar a tener toda esa piel tersa y olivacea al lado de
la suya y en fricción con el agua, y cerró la distancia entre ellos para clavar
a su pareja contra la pared de la ducha. Tony lo estaba mirando con una
sonrisa arrogante, y sus ojos dorados retaron a Mick a tomar lo que quería.
Y no necesitó ningún permiso adicional cuando se abalanzó para reclamar
los labios de Tony con el deseo reprimido que lo había estado persiguiendo
cada minuto desde que había conocido al exasperante policía italiano.
Mick gimió en voz alta mientras la visión continuó reproduciéndose
detrás de sus parpados. Su pene estaba duro y dolorido, y permitió que la
fantasía continuara mientras envolvía su gran puño alrededor de él y lo
comenzaba a acariciar.
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Tony estaba ahora de rodillas y tomaba el pene de Mick
profundamente en la caverna caliente y lisa de su boca. Mick hundió sus
dedos en el suave y negro cabello de Tony y usó su agarre para con suavidad
empujarse más profundo en la garganta de su pareja. Las manos de Tony
agarraron a Mick por la cadera como un salvavidas, pero en lugar de
empujar a Mick lejos uso su agarre para tirar de él con más fuerza, tragando
alrededor de la corona del pene de Mick.
—¡Joder! Tony, —gritó Mick mientras su cuerpo se tensaba ante el
inminente orgasmo.
Tony movió su mano derecha para tomar y tirar de las bolas de Mick
mientras chupaba y agarraba la polla hinchada de Mick con la otra mano.
Mick se apoyó contra la pared de la ducha y gruñó mientras su climax
explotaba y se corría por la garganta de Tony.
Los ojos de Mick se abrieron y se quedó sin aliento mientras seguía
eyaculando a través de su orgasmo. Se sintió débil y tembloroso tras la
fuerza de su corrida y continuó corriéndose durante el resto de su ducha
mientras trataba desesperadamente de aquietar su imaginación, la cual de
alguna manera parecía saber exactamente cuál era el sabor de los labios de
su compañero. Mick apagó la ducha y dio un paso fuera para envolverse con
la toalla con escasos y precisos movimientos antes de lanzarse a toda prisa
a ponerse su ropa limpia. Trató de no pensar en que llevaba los bóxers de
Tony, Mick obviamente no había dejado ninguno aquí, y pasó sus dedos por
su pelo antes de estar lo suficiente calmado para abrir la puerta, buscar a
su anfitrión y una taza de café.
Mick todavía se sentía un poco mareado y desorientado mientras se
encaminaba hacia la cocina. Por la luz proveniente de la ventana de la cocina
149
tenían que estar a mitad de la mañana, pero no tenía ni idea de donde
estaba su teléfono móvil para confirmar sus sospechas. Cuando llegó a la
cocina Tony estaba allí, sirviendo una segunda taza de café. Y no miró a Mick
a los ojos mientras sostenía la taza hacia él. —Ten, Mickey. Tenía la
sospecha de que lo ibas a necesitar.
Mick sonrió y aceptó la taza de café con un murmullo. —Gracias, Tone.
—Y observó mientras Tony se ocupaba de hacer pan tostado, y una pequeña
sonrisa curvó los labios de Mick.
—¿Soy yo o esto se está convirtiendo en un hábito entre nosotros?
Tony sacudió su cabeza y sus ojos se volvieron un poco salvajes cuando
respondió: —¿Qué?
Mick ladeó la cabeza y trató de leer la expresión de Tony. Había en su
cara un indicio de pánico por algún motivo, pero maldita fuera si Mick sabía
por qué. Señaló a la tostada y la botella de miel y respondió cuidadosamente:
—Cura la resaca. Quizás es un buen momento para nosotros despedir la
salsa por un rato.
—Oh, —Tony suspiró, con gesto consternado—. Realmente no
recuerdas lo que pasó anoche, ¿verdad? Pensé que no lo harías, pero nunca
se sabe.
Mick sintió una sensación de escalofrío en el estómago. —Bebí mucho,
¿verdad? ¿Te llamé para que vinieras a buscarme o algo así? ¿Tomé un taxi
para venir aquí? —Mick se apagó mientras se esforzaba en recordar algo de
lo que había sucedido después de llegar al club. Cuando Tony no respondió
de inmediato, Mick repitió para sí mismo con pánico—. ¿Qué diablos pasó
anoche, Tone? ¿Por qué no lo puedo recordar?
Tony se acercó a él con cuidado, y con suavidad tomó a Mick por el
brazo y lo sentó en el taburete. —Siéntate, Mickey. Esto no te va a gustar
150
nada, pero tienes que saberlo.
Mick se estaba asustando. En silencio, durante un instante, se hizo un
chequeo para buscar en su cuerpo cualquier trauma y no encontró nada
diferente o algún dolor inexplicable. Y cuanto más estrujaba su mente en
busca de respuestas, más fuerte le latía la cabeza en protesta hasta que
sintió como si sus globos oculares le fueran a explotar por la presión. —La
última cosa que recuerdo es tomar un taxi al Halo 69. ¿Por qué no puedo
recordar nada después de eso?
Tony puso el plato de las tostadas junto a su compañero antes de
tomar asiento al otro lado de la barra frente a él. —Porque no te
emborrachaste la pasada noche, bebé. Te hice soplar en el alcoholímetro y
solo llegó a 0.04. Alguien puso algo en tu bebida, Mick.
Mick sintió todo el color de su rostro desaparecer y su visión se redujo
a un túnel oscuro. Se sintió caer en el vacío del olvido, pero Tony estaba ahí
y lo trajo de vuelta otra vez. —¡Hey! ¡Nada de eso, Mick! Cómete tu pan
tostado, amigo. Ahora todo está bien. Estas bien y nada te pasó. ¿Me
escuchaste? Te tengo, bebé. Vamos, come un poco. Eso es todo, —Tony lo
alentó mientras Mick, sin ninguna expresión, masticaba su bocado de pan
tostado.
Tony se negó a continuar hablando hasta que Mick hubo tragado una
tostada entera. Se la bajó con un sorbo de café y le dijo con voz rasposa: —
Vamos, Tone. Quiero escuchar el resto.
Tony jugueteó con el mango de su propia taza humeante y dijo: —Uh,
no estoy exactamente seguro de todo lo que te sucedió, pero me hiciste una
llamada telefónica anoche alrededor de las diez pm. Tu voz era confusa y
gruesa, pero entendí las palabras ‘drogado’ y `Halo’ y ‘ayuda’ antes de que
la comunicación se cortara. Me asuste un montón, Mickey. No te voy a
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mentir. Llamé a Jackie y le dije que nos encontráramos allí porque ella vive
cerca y salí corriendo con las sirenas encendidas. En el momento que llegué,
estabas en el centro de una pelea en la acera y un idiota tenía sus manos
puestas en ti. Cuando me enfrenté a él, trató de decirme que eras su novio.
—Tony calló y sus fosas nasales llamearon con furia—. Le dije que eras mi
compañero y un policía, y en ese momento él echó a correr.
Mick levantó la vista, con los ojos abiertos por el miedo. —Dime que
no se escapó, Tone.
Tony sacudió su cabeza mientras removía los restos de su café. —Por
supuesto que no. Jackie lo arrestó mientras yo te cuidaba. Te senté en el
asiento del pasajero de mi coche y luego custodié al sospechoso.
Los ojos de Mick se centraron en la mano derecha de Tony con la que
agarraba la taza de café. Los nudillos estaban raspados y con costra, y la piel
estaba roja e hinchada. —¿Qué le paso a tu mano?
Tony flexionó y empuñó su mano hasta que las costras se agrietaron y
comenzaron a sangrar. —Digamos que el idiota se resistió al arresto,
dejémoslo así.
Mick se tragó el grueso nudo de miedo y preguntó: —¿y dónde está el
tipo ahora?
—Jackie se lo llevó arrestado, y así yo te pude traer aquí. No estoy
seguro de lo que él te dijo, pero el nombre del tipo es William Sanders y
tiene una lista de antecedentes de una milla de larga y cuatro órdenes de
detención abiertas en Illinois, —le explicó Tony en voz baja. E hizo una pausa
antes de continuar: —no lo acusamos de nada la noche anterior porque
quería comprobarlo contigo primero antes de hacer ninguna cosa.
Mick suspiró de alivio y apoyó la frente contra la palma de su mano.
—Gracias Dios, —respiró Mick respiró—. ¿Tenemos cargos suficientes para
152
mantenerlo en la cárcel una temporada?
—¡Oh, sí! Al parecer, cuando no está drogando a personas inocentes
GHB, le gusta robar identidades y falsificar cheques. Si extraditamos su culo
a Illinois, lo mantendrán en la cárcel por lo menos los próximos diez años, si
no más, —le explicó en voz baja el policía italiano—. Sin tu testimonio,
Mickey, no seremos capaces de acusarlo por lo que hizo la noche pasada.
Ya no tenía nada de la droga encima cuando Jackie lo cacheó y no tuvimos
tiempo para buscar testigos. ¿Quieres que lo dejemos pasar?
Mick suspiró profundamente y asintió. —Sí, Tone. Realmente
preferiría no tener mi nombre atado a ese tipejo si no hay necesidad. Lo
haría sin pensarlo más si no tuviéramos nada para arrestarlo, pero no estoy
seguro del bien que mi palabra pudiera hacer en todo caso, porque en este
momento no puedo recordar ni una mierda.
Tony se puso de pie y puso la tostada inacabada de Mick y su taza de
café en el fregadero. —El Rohypnol es una mierda complicada. Tus
recuerdos pueden volver en los próximos días o nunca. Lo que necesitas es
dormir un poco más. ¿Por qué no te vas a acostar un rato? No tenemos nada
que hacer hoy y ya llamé para comprobar a Christine. Y antes de que Mick
pudiera protestar, Tony añadió: —no le dije nada de lo que pasó, y ella está
fenomenal. Vuelve a la cama, Mickey. Podemos seguir hablando sobre esto
más tarde.
Mick asintió y se puso de pie lentamente. Antes de dejar la cocina, se
detuvo en la puerta y buscó la mirada de su compañero. —Lo siento por lo
de anoche, Tony. Debería haberte contado cuales eran mis planes, pero es
que… no sé. Fui estúpido y descuidado, y me salvaste el culo. Gracias.
La expresión de Tony era preocupada y desconcertada, Mick no podía
decidir cual, pero su compañero le dio una media sonrisa y respondió a la
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ligera: —Hey, olvídalo todo. Eso es lo que los compañeros hacen unos por
los otros, Mickey. Nos cuidamos las espaldas. ¿Eh?
—Sí, Tone, —susurró Mick—. Eso es lo que hacemos el uno por el otro.
CAPÍTULO
154
DIECISIETE

TONY

Tony no sabía qué hacer mientras Mick dormía toda la tarde en su


habitación de invitados. Paseó, recorrió todos los canales de la TV, llamó a
Jackie para que le diera una actualización y asomó la cabeza por la puerta
para comprobar a su compañero cada quince minutos. Nada parecía retener
su atención durante mucho tiempo y el remolino de emoción en su pecho
amenazó con desbordarlo. En los viejos tiempos, Tony habría perforado un
agujero a través de la pared para aliviar la tensión, pero ahora era más
inteligente que eso. En su lugar, sólo preparó y bebió demasiado café.
Sus nudillos le escocían cuando los flexionaba y bajó la mirada hacia
su herida. Gracias a Dios que Jackie había estado allí para pararlo y no matar
a ese tipo. De hecho, si Mick no hubiera caído literalmente en los brazos de
Tony, él se habría tirado sobre el idiota y habría hecho picadillo su cara. Tony
sintió el oleaje de rabia dentro de él por milésima vez desde que había
llegado de noche al club para ver a su grande e invencible compañero
prácticamente derrotado, y a un tipejo poniéndole las manos encima como
si le perteneciera. El hijo de puta tuvo suerte de que todo lo que le diera
fueran unos golpes y un puñetazo en sus bolas, cortesía del puño de Tony.
Tony pasó sus manos sobre su cara mientras colapsaba en el sillón.
Traer de vuelta a Mick a su casa había sido un verdadero infierno. Tony
había discutido consigo mismo sobre si tenía que llevarlo o no al hospital, y
al final había decidido que no, no respiraba con dificultad y su pulso era
155
estable. Pero sinceramente, tenía más que ver con no querer dejar que el
hombre estuviera fuera de su vista que con cualquier otra cosa. Se había
dado realmente cuenta de lo grande que era Mick cuando luchó y arrastró
al tipo hasta su casa y de allí a la habitación de invitados. ¡Oh Dios! y luego
Mick había puesto su cabeza en el estómago de Tony, con su nariz pasando
a lo largo de sus abdominales y viendo lo bien que olía Tony. Y el italiano
casi se perdió cuando su compañero pasó sus grandes manos por sus muslos
y le apretó el culo. Había conseguido ponerse duro casi al instante, incluso
cuando se insultó a sí mismo por ser un idiota pervertido y aprovecharse
cuando su compañero había sido drogado.
Mick no le había puesto nada fácil a Tony que se comportara. Entre
tener que quitarle la camisa y después los pantalones, Tony pensó que iba
a salivar por todo el pecho de su compañero. El cuerpo de Mick era un puto
país de las maravillas para el policía italiano. Montículos sólidos y gruesos
de músculos cubriendo el cuerpo del hombre, hombros y pecho como una
armadura medieval hecha de carne, y ambos bíceps estaban medio
cubiertos de coloridos tatuajes. Había sido capaz de vislumbrarlos varias
veces a lo largo de las últimas semanas, pero nunca había tenido suficiente
valor para pedirle a Mick que se los enseñara. Los pocos segundos que había
dedicado a admirar la obra de arte la noche anterior, había visto palabras y
frases tejidas a través de diseños como notas musicales. Tony recordó haber
resistido la tentación de tocarlos y trazarlos con el dedo.
Los boxers de Mick tampoco dejaban nada a la imaginación. Su pene
era enorme y había estado duro con la excitación, pero Tony se había
mantenido firme en su determinación de no echar un vistazo. Y había sido
como si Mick, incluso drogado, supiera exactamente qué sonidos hacer y
qué cosas decir para volver a Tony absolutamente loco. Los quejidos y
gemidos, y la invitación a quedarse con él, sumado al cuerpo desnudo del
hombre, le había provocado a Tony una gran erección, y siguió poniéndose
156
más y más duro hasta que se quedó totalmente dolorido. Y para rematarlo,
Mick tomó por sorpresa a Tony y tiró de él hacia abajo, contra toda esa
desnuda y musculosa piel, y la polla de Tony pensó que había muerto y
había ido al cielo. Cuando Mick susurró la orden de que le diera un beso,
Tony había levantado la vista al techo y silenciosamente le pidió fuerzas a la
Madonna.
La pura verdad de Dios, es que Tony había tratado de alejarse. No
había querido parecerse a William Sanders, pero Mick había abierto los ojos
y capturado a Tony con su mirada esmeralda. E incluso a través de la bruma
de la dilatación de las pupilas, vio directamente a través del corazón de Mick.
Había visto el deseo y el reconocimiento. Mick realmente quería a Tony, y
eso sacudió al hombre italiano hasta la médula. Él había buscado que Tony
entrara en su alma y le susurró entrecortadamente: Por favor. Y Tony había
sido incapaz de resistir la petición. A pesar de que él había bajado sus labios
para encontrar los de Mick, Tony se había justificado pensando que la droga
tenía como efecto secundario la amnesia, y Mick no lo iba a poder recordar.
Y había pensado, voy a darle solo un beso. ¿A quien podría herir solamente
un beso?
Y ¡Dios! que maldito beso había sido. Podía recordar con gran detalle
cómo la polla de Mick se pegaba contra su muslo. Y si Tony cerraba los ojos,
podía incluso oler el aroma de la colonia de Mick, el sabor de la cerveza y la
menta en su legua, y la presión de sus pollas moliéndose una contra otra.
Mick había besado a Tony con habilidad, y el italiano le había devuelto el
beso con igual pericia. Tony nunca había estado tan encendido en su vida, y
supo que se iba a correr en sus pantalones si no dejaba de tocar a su
compañero.
Finalmente se pudo separar y fue capaz de desenredarse de Mick “el
pulpo” Fletcher. Tony hizo todo lo necesario para alejarse antes de cruzar la
157
línea, y definitivamente necesitaba retirarse a controlar su cuerpo rebelde.
Cuando salió de la habitación, Mick había murmurado: Nunca me
arrepentiría, Tone. Nunca. Y Tony se apretó la mano sobre su palpitante
corazón y juró que podía sentir cómo crecía hasta salirse por su garganta.
Había tropezado por el pasillo y cerrado la puerta de su dormitorio
firmemente detrás de él y se recostó contra ella mientras jadeaba como si
hubiera corrido una maratón. Y en ese momento, solo tuvo que hacer unos
pocos movimientos fuertes sobre sus vaqueros para correrse. Tony gimió y
tembló a través del orgasmo más fuerte que tenía en su recuerdo, mientras
se imaginaba a Mick en el mismo estado.
Pero la euforia no le duró demasiado. En cuestión de minutos, la
vergüenza y la autorecriminación lo habían consumido, y no era solo por lo
que había hecho con el otro hombre, con su compañero. No, estaba
disgustado consigo mismo por aprovecharse de su amigo cuando no estaba
en su pleno juicio. ¿Qué carajo había estado pensando? No tenía que
importarle cuánto le hubiera rogado Mick, Tony nunca debería haber cedido
al deseo de darle un primer beso. Había permitido que su propio egoísmo
anulara su preocupación por el bienestar de su mejor amigo, y eso era
imperdonable a los ojos de Tony. Incluso antes de que se hubiera limpiado
y se hubiera deslizado en sus propias sábanas la noche anterior, Tony había
decidido que tenía que confesarse a Mick y aceptar cualquier consecuencia
que tuviera su acción. Todo pecado tenía su apropiado castigo.
A Tony le habría gustado que Mick pudiera recordarlo todo para así
salvarse de la obligación de tener que confesarse, pero Mick no había
recordado nada. Una parte de Tony estaba aliviada, pero con firmeza
bloqueó a la malvada vocecita que le insistía en mantener su boca cerrada.
Se negaba a mentirle a su compañero o a guardar secretos. Había hecho eso
con Jimmy durante años y mira en lo que había terminado la cosa. Tony
había empezado a tener miedo, pero eso no quería decir que estuviera
158
impaciente por decírselo.
Y eso fue, en última instancia, la razón por la que no había dicho nada
cuando Mick se había despertado antes, alrededor de las diez y media am.
Además, no había esperado que Mick se tomara el episodio tan mal como
lo había hecho. El hombre casi se había desmayado sentado en el taburete
de la barra después de oírle mencionar el roofie, le había tenido que dar un
toque para traerlo de vuelta al presente. Simplemente no era el momento
adecuado, y Tony le había insistido a Mick para que volviera a la cama a
descansar un poco más. La siguiente vez que hablara con su compañero,
Tony quería asegurarse que el hombre tenía de nuevo toda su fuerza y su
conciencia. Él no iba a tomar ventaja de su debilidad de nuevo.
Tony miró su reloj por tercera vez en los últimos diez minutos y suspiró.
Eran casi las cinco pm y estaba seguro de que Mick se despertaría en seguida.
Con eso en mente, sacó su teléfono y pidió una pizza autentica-Chicago de
su lugar favorito. Si las tres últimas semanas le habían dado una idea de
cómo comía su compañero, Mick iba a estar hambriento. Mick podía pensar
que comía más sano que Tony, pero también comía casi tres veces más que
él. Y Christine tenía razón: si el italiano no mantenía alimentado a Mick, su
compañero se ponía de mal humor y sombrío.
Efectivamente, los oídos de Tony se alegraron al oír cómo se abría la
puerta de la habitación de Mick. Tony escuchó moverse al hombre a través
del pasillo y entrar al baño. Para darse algo que hacer aparte de ponerse
nervioso, Tony se levantó de un salto y corrió a la cocina a buscar un par de
botellas de agua fría. Unos minutos más tarde, Mick entró en la cocina
mientras extendía sus brazos sobre su cabeza y bostezaba ampliamente.
—Maldita sea, Tone. No puedo creer que haya dormido hasta tan
tarde, ¿qué hora es de todos modos? —murmuró Mick, y sus ojos miraron
159
alrededor mientras buscaban algo.
Y como Tony se había mantenido hiperactivo durante las últimas
diecinueve horas, respondió rápidamente: —Son casi las cinco pm, —y giró
la tapa de una de las botellas y la sostuvo para su compañero—. Si estás
buscando tu móvil, no lo vas a encontrar.
Mick dejó de hurgar en los periódicos buscándolo y preguntó con
sorpresa: —¿por qué no?
Tony se encogió de hombros y respondió: —Ni idea, Mickey. No estaba
contigo o con el idiota ese cuando lo buscamos anoche. Supongo que lo
perdiste en el club o afuera en la acera. Llamé para bloquearlo hasta que
consigamos otro, y Christine y Ramona ya saben que me pueden llamar si
necesitan algo hasta que te encontremos otro teléfono.
Mick bebió casi toda la botella de agua y con agradecimiento aceptó
la segunda cuando Tony la sostuvo para él. —¿Quién coño lo sabe? No
puedo recordar nada de eso, —se quejó Mick. Su estómago gruñó alto y
Tony rio.
—Acabo de pedir una pizza y debería estar aquí en unos pocos
minutos. ¿Cómo te sientes, Mickey? —preguntó Tony, inspeccionando
cuidadosamente a su socio en búsqueda de cualquier señal de mareo o
confusión.
Mick suspiró pesadamente y bebió lentamente su segunda botella de
agua. —Casi al cien por cien. Al menos lo estaré después de comer algo. —
Se detuvo y se frotó la parte posterior de su cuello—. Uh, gracias por limpiar
después de mí, Tone. No tenías que lidiar con ese cubo de basura. Lo iba a
limpiar yo.
Tony hizo un ruido grosero. —Por favor. ¿cuántas veces te tengo que
explicar el conjunto de problemas ‘cuatro hermanas con quince niños’?
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entre todos ellos y, además, trabajando de policía casi quince años, ¿de
verdad crees que un poco de vómito me va a asustar? No te preocupes. No
pienses más en eso.
—Aun así, es otra cosa que te debo hombre. Me cuidaste y no lo voy
a olvidar, —respondió Mick en voz baja.
Tony pudo sentir el calor subiendo por su cuello y se encogió de
hombros. —Somos familia, Mick. No le das las gracias a la familia por algo
así. Es solo lo que hacemos. —Tony se salvó de tener que decir nada más
por el sonido del timbre. Se escapó de la pesada tensión en la cocina para
pagar al repartidor y recoger la pizza.
Comieron en un silencio incómodo, pero eso no le impidió a Mick
tragar al menos cuatro porciones, aunque Tony no parecía tener apetito. El
tiempo pasaba rápidamente y debía confesar sus pecados a su compañero,
el estómago de Tony se oprimió y no fue capaz de disfrutar nada de la pizza
de masa gruesa de su pizzería favorita. Se dio cuenta de que Mick estaba
observándolo, pero Tony prefirió ignorarlo por el momento. Quería
asegurarse de que Mick estaba completamente en forma antes de dejar
caer la bomba que Tony tenía en la trastienda.
Mick se sentó en el sofá y echó la cabeza hacia un lado mientras
observaba a Tony con sus inteligentes y afilados ojos verdes. —No comiste
demasiado, Tone y eso no es normal en ti. ¿Dije algo que te molestó? ¿Hay
algo más que haya pasado que pienses que tengo que saber?
Tony pensó con añoranza en su botella de whisky, pero decididamente
lo apartó de su mente. Él no se merecía sobrellevar la culpa o la vergüenza
ayudado por el alcohol. Se merecía cada parte de la ira de Mick y la
borrachera no lo iba a ayudar de ninguna manera. Con un suspiro profundo,
Tony se inclinó hacia delante en el borde del sofá y cruzó las manos donde
161
colgaban entre las rodillas. —Sí, hay más, pero quería asegurarme de que
estabas a pleno rendimiento antes de contártelo.
La mano de Mick se envolvió alrededor del hombro de Tony y
suavemente giró a Tony para estar cara a cara. —¿Qué es, Tone? ¿Ese
imbécil logró salir bajo fianza o algo así?
—No, Mickey, nada por el estilo. Es sobre lo que ocurrió después de
regresar a mi casa anoche.
Tony le echó un vistazo a la reacción de Mick y vio la confusión y la
chispa de pánico. —¡Oh, Dios! ¿Qué he hecho, Tony? Solo dímelo ya,
hombre. Estoy listo, —declaró Mick con miedo mientras se preparaba para
lo peor.
El policía italiano frunció las cejas y extendió la mano para apretar el
brazo de su pareja. —Oye, no hiciste nada malo, Mick. Estabas bajo la
influencia de Rohypnol y no eras responsable de tus actos. Yo, sin embargo,
estaba sobrio y no tengo excusa.
Los labios de Mick se arquearon en la esquina y sus cejas se fruncieron
con diversión. —¿Qué pasó exactamente anoche, Tony?
Tony tragó el nudo de la garganta y obligó a las palabras a salir por su
boca. —Tú, uh, estuviste bastante cariñoso conmigo, Mickey. Traté de
mantener las cosas tranquilas, pero no me lo pusiste nada fácil. Te ayudé a
quitarte la ropa, pero cuando maniobré para ponerte sobre la almohada, tú
como que tiraste de mí hacia abajo, hasta que estuve tumbado sobre tu
pecho.
La expresión de Mick era de horror y ocultó su cara roja detrás de sus
grandes manos. Su voz sonó ahogada cuando replicó. —¡Oh, mi Dios! Lo
162
siento, Tony. Estoy muy avergonzado.
Tony se aclaró la garganta antes de continuar: —No he terminado
todavía, Mick. Como dije, no hiciste nada malo. Todo fue por mí culpa.
Recuerda eso ¿vale? —dio una honda respiración y soltó el aire despacio—.
Tú, oh, me pediste que te besara. Al principio, hice lo correcto, ¿sabes?
Traté de retroceder y de dejarte dormir, pero fuiste tan malditamente
insistente… Por lo tanto, te besé, Mick. Y no solo fue un pequeño pico. Te di
un beso largo hasta que la cordura se impuso finalmente y me fui.
La mandíbula de Mick se cayó y se quedó mirando a Tony como si
tuviera dos cabezas. —Tú… ¿me besaste? ¿Cómo no lo recuerdo? Dios sabe,
que es algo que nunca habría olvidado en circunstancias normales.
Tony miró hacia abajo y apretó su mandíbula. —No estoy orgulloso de
eso Mick. De hecho, me siento como una mierda por lo que hice. Me
aproveché de ti cuando no tenías la capacidad de dar tu consentimiento. No
soy mejor que William Sanders. No tengo excusa, Mickey. Lo siento.
Tony podía sentir el calor de la mirada de Mick en su cara hasta que el
policía italiano se vio obligado a encontrarse con la mirada de su compañero.
La voz de Mick fue profunda y áspera cuando respondió: —¿por qué lo
sientes, Tone? ¿Lo sientes porque me besaste o lo sientes porque tenías que
detenerte?
Tony palideció y sacudió la cabeza. —Lo siento porque me aproveché
de ti cuando estabas fuera de tu ser, Mickey. No importa lo mucho que
quisiera hacerlo y no importa lo mucho que me lo pidieras, eso no hace que
esté bien. ¿No lo ves, Mickey? Traicioné tu confianza. Se suponía que
debería cuidarte y en vez de eso actué como un puto perro en celo. Tendrías
que estar enfadado. Deberías querer golpearme o algo así. Y me lo merezco.
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Tony no pudo leer el gesto de Mick y eso lo puso muy nervioso. Se
retorció cuando Mick movió su gran cuerpo para acercarse a él en el sofá.
—Eres demasiado duro contigo mismo, Tony. Me cuidaste, de todas las
formas posibles y lo único que estoy es agradecido contigo. Si estoy
enfadado por algo, es porque no puedo recordar lo que se siente al besarte.
El corazón de Tony latió con fuerza contra sus costillas y pudo sentir la
tensión sexual y una hinchazón vertiginosa junto a su pene. Ocultó su
nerviosismo detrás de su patentada sonrisa arrogante y respondió: —Fue
bastante caliente, lo tengo que admitir. Pensé que yo tenía habilidades,
pero conseguí aprender cosas de ti, Mickey.
Mick se acercó aún más, y sus hipnóticos ojos se centraron en los
labios de Tony.
—Creo que es justo si lo compruebo por mí mismo. ¿Verdad? Estamos
aquí los dos y estamos sobrios, y yo estoy más que consiente. ¿Y tú, Tone?
Los músculos del estómago de Tony se apretaron con necesidad. Su
voz estaba ronca cuando respondió: —Sí, es una buena idea, Mickey. Lo
justo es justo, ¿verdad?
Mick enmarcó la mandíbula de Tony con su enorme mano y susurró:
—Bien. Es lo justo. —Y Mick bajó sus labios y los puso sobre los de Tony.
CAPÍTULO
164
DIECIOCHO

TONY

Tony se quedó sin aliento por la intensad del beso de Mick. Mick vio
su oportunidad y deslizó su lengua dentro para probar y aplastar la lengua
del italiano, y todo lo demás se desvaneció. Tony se olvidó de su
culpabilidad, se olvidó de que era una mala idea besar a su compañero y se
olvidó de que nunca había besado a otro hombre antes que a Mick. Por el
contrario, Tony se agarró con ambas manos a la camisa de Mick y tiró de él
acercándoselo más, mientras subía para encontrarse con cada avance de la
lengua de su compañero. La cabeza de Tony se inundó con el sabor de la
pasta de dientes y con el de la salsa de tomate, y también con el aroma del
propio gel de ducha de Tony en la piel de Mick. Tony no podía obtener
bastante del sabor y la sensación del hombre.
Mick se echó hacia atrás lenta y gradualmente, haciendo varias pausas
para besar y chupar los labios de Tony antes de apoyar finalmente su frente
contra la de Tony, y así se mezclaron sus respiraciones mientras
recuperaban el equilibrio. —¡Wow! —exhaló el gran hombre rubio—. Eso
fue… ¡Dios! fue asombroso.
Tony pudo sentir temblar su cuerpo por la fuerza del deseo que se
arrastraba a través de su torrente sanguíneo. Tenía miedo de abrir los ojos,
asustado de que Mick desapareciera y que esta cosa loca entre ellos
también desapareciera entre sus dedos como si fuera niebla. No quería que
la realidad se entrometiera y se llevara la felicidad. —Tal vez, uh,
165
deberíamos intentarlo de nuevo. Ya sabes, solo para saber si fue un golpe
de suerte o algo así, —Tony respondió en voz baja, ya lamiéndose los labios
con anticipación.
Mick gruñó bajo en su garganta antes de presionar sus labios de nuevo
contra los de Tony. Esta vez, sin embargo, presionó a Tony hacia atrás hasta
que se tumbó contra los cojines del sofá, y el sólido cuerpo de Mick lo
aplastó con sus caderas acunándose en el espacio abierto entre las piernas
de Tony. Podía sentir la dureza del pene de su compañero moliéndose
contra su propia erección y un gemido bajo de necesidad salió de la
garganta del italiano mientras Mick se separaba para chupar y morder su
cuello en toda su longitud.
Tony no pudo dejar de empujar con todo su peso contra el maravilloso
cuerpo de Mick mientras jadeaba. —¡Jesús, Mickey! ¿Qué coño estamos
haciendo, eh?
Mick le dio un beso final en el desnudo trozo de piel por encima del
cuello de su camisa antes de apoyarse en sus codos para atrapar la mirada
del italiano con la suya. —No estamos haciendo nada que no quieras hacer,
Tone. Y puedo parar ahora mismo y tratar de olvidarlo todo como si nunca
hubiera ocurrido si es lo que quieres que haga.
Tony sabía que estaba en el filo del cuchillo en equilibrio entre algo
aterrador y emocionante. Y Mick dejó la decisión en las manos de Tony. Para
ganar tiempo, Tony le preguntó: —¿ tú qué quieres hacer, Mick?
Una lenta sonrisa se extendió a través del hermoso rostro de su
compañero y Tony sintió crecer su polla, poniéndose imposiblemente más
dura. —Es una gran pregunta, Tone. Verás, me he pasado las tres últimas
semanas imaginando todas las formas en que te podría follar, por lo que
sería más fácil que me dijeras lo que no quieres que haga contigo.
166
El estómago de Tony se desplomó y siseó entre dientes, mientras que
el pene de Mick se deslizaba junto a sus propios pantalones sueltos. —No
sé qué hacer, bebé. Nunca he hecho esto con otro hombre antes, así que
esto es nuevo para mí. Pero sí sé que nunca he deseado a nadie más en mi
vida de lo que te quiero en este momento.
Mick tarareó y pasó una mano bajo el dobladillo de la camiseta de
Tony hasta que le pudo tocar la piel desnuda. —Esa no es realmente una
respuesta, Tony. Si lo quieres, si me quieres a mí, entonces puedo trabajar
en eso. Podemos pensar en todo lo demás el día de mañana, pero por ahora
solo necesito saber una cosa. ¿Quieres ir al dormitorio y ver a dónde va esto,
o quieres que me vaya a mi casa para que puedas pensar en esto un poco
más?
En realidad, no era una decisión que Tony tuviera que tomar. Ya la
había tomado la noche anterior cuando Mick le había suplicado a Tony que
lo besara. Lógicamente, sabía que esto iba a cambiarlo todo, pero como
Mick dijo, podrían averiguarlo mañana. Y ahora, sin embargo…
—Lo bueno es que tengo una cama King Size, —respondió Tony a la
ligera, mientras su pulso se aceleraba y el sudor de las palmas de sus manos
aumentaba con sus nervios.
Los dedos de Mick se clavaron en la piel del abdomen de Tony y dijo
entre dientes: —Gracias a Dios, —antes de reclamar la boca de Tony una
vez más.
Esta vez, Tony se sacudió todas sus dudas. Permitió explorar a sus
manos a lo largo de la espalda de su compañero mientras hacía todo lo
posible para corresponder a la pasión de Mick con igual fervor. Subió la
camiseta del hombre grande y metió sus manos más abajo de la cintura
elástica del short hasta que sus palmas estuvieron llenas con su culo firme
167
y redondo, y lo oprimió. Mick se separó de su beso con una fuerte maldición,
por lo que Tony apretó más fuerte y tiró del rubio apretándolo hasta que la
dura polla de Mick estuvo presionando dolorosamente la suya.
Mick pasó su nariz por un lado del cuello de Tony hasta que se oyó su
fuerte respiración contra la oreja del italiano y dijo: —Necesitamos más
dormitorio y menos ropa. ¿Estas seguro de esto, Tone?
—¿Sobre lo que estoy haciendo? Demonios, no. ¿Sobre lo que estás
haciéndome? Infiernos, sí, —Tony le aseguró con honestidad.
Mick se separó de él, moviéndose sorprendentemente rápido para un
hombre tan grande y extendió su mano para darle un asidero a Tony. El
italiano deslizó su palma en la gran mano del rubio y el hombre lo arrastró
por sus pies. Mick no soltó la mano de Tony mientras caminaban por el
pasillo y entraban en su dormitorio.
Tony ni siquiera se detuvo cuando Mick sacó fuera sobre su cabeza la
camisa del italiano y la tiró por el cuarto. ¡Dios! Tony no se había encendido
tanto en su vida como cuando Mick se sacó su propia camiseta sobre su
cabeza y comenzó a caminar directamente hacia él. Los ojos de Mick
estaban cargados de pasión, y eso envió un escalofrío de deseo por la
espalda del policía italiano, que pudo leer toda la intención detrás de la
mirada del hombre.
Tony se sorprendió de encontrarse a sí mismo caminado lenta y
coquetamente hacia atrás con una sonrisa de anticipación. De hecho,
estaba disfrutando de la emoción de ser perseguido. Por lo general, Tony
era siempre el agresor y desempeñaba el papel dominante durante las
relaciones sexuales. Nunca había estado en el lado receptor con
anterioridad, pero no podía negar que le excitaba. Confiaba en Mick a un
nivel profundo del alma como en nadie que hubiera conocido antes,
168
incluyendo a Jimmy. Con Mick, Tony se podía finalmente dejar ir y dejar que
otra persona se hiciera cargo por una vez. Mick era lo suficientemente
fuerte y honorable para protegerlo cuando él fuera vulnerable, así que ¿por
qué no dejar que ese hombre lo dominara? Y eso no hizo sentir a Tony
castrado o mal. De hecho, tener a su compañero abalanzándose sobre él
mientras devoraba a Tony con sus ojos hizo que el policía italiano se sintiera
poderoso, seguro y atractivo.
De alguna manera, Tony encontró su sentido del humor cuando Mick
arrastró lentamente su callosa mano sobre los bordes de los abdominales
de Tony y fue directo hacia la obvia erección del moreno. —Has hecho esto
varias veces, ¿eh?
Mick mordió y lamió un sendero por el pecho de Tony hasta que llegó
a su meta, y succionó el pequeño pezón entre sus labios con un leve
contacto de los dientes. Tony maldijo entrecortadamente y Mick rio contra
la sensible carne. —Unas pocas. Pero nada tan bueno como esto, —añadió
mientras su mano se deslizaba sobre la parte superior de los pantalones
flojos para agarrar la polla de Tony.
Las rodillas de Tony casi se doblaron ante la sensación del enorme y
caliente puño agarrando su polla. Se estabilizó hundiendo su mano derecha
en los mechones cortos y rubios de Mick y arrastró al hombre hacia atrás
para otro áspero e intenso beso. Tony volcó toda su pasión, gratitud y
confianza en ese beso, y Mick se lo bebió mientras le correspondía de vuelta.
Tony arrancó su boca lejos, con su pecho asfixiado por respirar. —
Cama, —jadeó—. Ahora.
Mick retrocedió lentamente hasta que se detuvo en el borde de la
cama. Tony no podía apartar sus ojos de ese dios griego, mientras el hombre
169
metía sus pulgares en sus shorts y los dejaba caer al suelo junto con su ropa
interior.
—Marone, —silbó Tony entre dientes. Tony había tenido la noche
anterior una buena idea de lo grande que era su compañero por todas
partes, pero el ver el pene del hombre desnudo dejó a Tony sin aliento. Mick
tenía un paquete impresionante con un eje grueso y venoso cubierto con
una franja de piel sin cortar donde asomaba la punta de la corona. Las
yemas de los dedos de Tony se movieron para extender y tirar del prepucio
hacia atrás para verlo mejor—. Este deber ser el famoso ‘Louisville
Slugger’30 he oído hablar mucho de él.
Una carcajada brotó de la garganta de Mick. El rubio miró hacia abajo
para agarrarse a sí mismo y tiró de su pene perezosamente. —Lo creas o no,
es la primera vez que he oído eso. Esto es un buen agarre, también.
Tony se humedeció los labios y cerró la distancia entre ellos. Y cuando
apenas había una brizna de aire separando sus cuerpos, Tony levantó una
ceja mientras dejaba caer sus pantalones y su ropa interior. Mick maldijo
entre dientes mientras Tony empuñaba su propia polla dura y circuncidada.
Tony sabía que él no tenía nada de qué avergonzarse en esa área. Estuvo
seguro de eso muchas veces a lo largo de los años. —Eso da un nuevo
significado a ‘interruptor bateador’ ¿no es así? —bromeó Tony.
Los párpados de Mick cayeron y tiró de Tony hacia su amplio pecho.
Agarró lentamente a Tony por el cuello y le dijo contra sus labios: —
Esperemos que pueda noquearlo en el juego.

30 Hace referencia a una marca de bates de béisbol.


CAPÍTULO
170
DIECINUEVE

MICK

El cuerpo de Mick se juntó con el suyo, apretándose como un arco


mientras reclamaba los labios de su compañero otra vez. Nunca, con ningún
otro hombre de su pasado, había sentido la abrumadora necesidad de
reclamar y marcar a alguien como suyo hasta que conoció a Tony. Sabía que
no era la misma mierda tóxica que había tenido con Jeremy durante dos
años. Esto lo sentía limpio, puro y recíproco. Lo sentía como si fuera amor.
Sin romper el beso con el italiano, Mick los movió hasta que Tony
estuvo tumbado sobre su espalda con Mick extendido sobre su torso.
Quería tocar y explorar cada pulgada del macho alfa bronceado,
impresionante y salvaje extendido debajo de él. Empezó desde arriba y se
puso a trazar un camino hacia abajo. Mientras lamía un sendero por el
arqueado cuello del italiano, Mick retumbó. —¡Dios! no tienes ni idea de
cuantas veces me imaginé esto, Tone.
Los dedos de Tony se clavaron en sus costados con un agarre firme. Y
su voz se tensó cuando le respondió: —¡Oh! seguro que coincido contigo en
eso, bebé.
Mick prácticamente ronroneó ante el sonido de la palabra cariñosa
que con tanta facilidad salió por la boca de su compañero. Mick se tomó su
tiempo dejando que sus manos bajaran por el torso de Tony. Siguió cada
alto y cada bajo que delimitaba los músculos del hombre, prestando
171
especial atención a los huesos a lo largo de sus caderas, y finalmente al
hermoso y grueso pene de su pareja. Mick ya había imaginado que Tony
estaría circuncidado, a diferencia de él, gracias a su estricta educación
católica. Pero la realidad del paquete de Tony era incluso mejor de lo que él
había imaginado. El policía italiano tenía que tener por lo menos nueve
pulgadas de largo con un eje grueso y con una corona ligeramente
acampanada en la punta. El culo de Mick pulsó a la espera de sentir esa polla
enterrada profundamente dentro de él mientras Tony susurraba sucias
maldiciones italianas en su oído.
El policía rubio respiró profundamente y cerró los ojos para recuperar
el control en su cabeza de su enloquecida lujuria. Lo último que quería hacer
era asustar a Tony por ir más rápido de lo que el hombre estaba preparado.
Mick tenía toda la intención de follar a su compañero o ser follado por él,
también, y tan pronto como fuera posible. Aunque siendo realista, Mick
sabía que era la primera experiencia de Tony con otro hombre y que llevaría
tiempo y experiencia poder llegar a eso con él. No le importaba esperar, y,
además, había otras muchas cosas pecaminosamente deliciosas que podían
hacerse el uno al otro.
Y, Dios, el detective rubio no podía esperar para ver a Tony ser
acariciado por su mano. Para eso, Mick se movió hacia abajo por el cuerpo
del hombre hasta que se encontró de rodillas entre las piernas abiertas de
su compañero. Mick pasó las manos hacia abajo con movimientos
sincronizados con los de los huesos de la cadera de Tony e infaliblemente
tomó y presionó la polla y los testículos del italiano. Tony gimió
profundamente en su pecho, y sus caderas empujaron con fuerza en las
manos de Mick.
La voz de Mick estaba pletórica de felicidad, y mientras respiraba le
decía: —Maldita sea, Tony. Eres la cosa más caliente en la que he puesto los
172
ojos nunca.
Los ojos de Tony eran rendijas y tenía los nudillos blancos teñidos de
rojo, y la sangre brotó desde sus agrietadas costras. Su voz sonó ahogada
cuando le contestó: —sigue diciéndome cosas así, Mickey y esto habrá
terminado antes de empezar.
La risa de Mick fue suave y profunda, y estuvo llena de promesas. —
Ningún problema, Tone. Eso sólo significará que podremos hacerlo todo
otra vez.
Tony maldijo cuando Mick bajó sus hombros para poder deslizar su
lengua todo el camino desde la base del pene del italiano hasta la punta
para robar la gota de pegajoso líquido con su lengua. El exótico sabor de su
compañero explotó en el paladar de Mick, e inició un gemido de profundo
anhelo en el pecho del rubio. No pudo contenerse de tomar la polla de Tony
profundamente en su boca para chupar y lamer cada milímetro disponible
mientras saboreaba el adictivo sabor picante del hombre que había
irrumpido y tomado el corazón de Mick como rehén. Pero él tenía que tener
más, y el tacto de los dedos de Tony pasando a través de su pelo rubio sólo
lo llevó a ser más salvaje. Él se balanceaba y chupaba, y mientras con una
mano masajeaba y tiraba de las bolas de Tony, con la otra exprimía y la
deslizaba a lo largo de su gruesa base.
—¡Mierda! Vamos, Mickey. No me quiero correr todavía, —Tony
prácticamente lo rogó mientras sus dedos alternativamente tiraban y
empujaban del cuero cabelludo de Mick.
Mick liberó la polla hinchada de Tony con un audible pop, pero no le
dio su premio. —Lo que te dije, Tony. Podremos hacerlo todo de nuevo. —
E hizo una pausa hasta que Tony abrió los ojos y centró sus dilatadas pupilas
en él—. Quiero hacer esto contigo tantas veces como me dejes, —le dijo
173
Mick.
—¿Qué te he dicho sobre decir cosas como esa, Mickey? ¡Mierda! —
Y Tony gimió mientras continuaba empujando en la boca resbaladiza de
Mick—. Ni siquiera he llegado a tocarte, —le confesó Tony, protestando con
tono quejumbroso—. Me he estado muriendo por tener mis manos sobre ti
desde el primer día que te conocí, Mickey.
El ritmo de Mick vaciló y se desaceleró con la confesión de Tony. Había
estado tan centrado en su propio deseo que no había hecho ninguna pausa
para permitirle al hombre que le correspondiera. Una pequeña parte de
Mick le había susurrado que tal vez Tony no lo quería tanto como Mick lo
deseaba, por lo que había seguido adelante con su propia seducción. Pero
dejó surgir al detective que tenía dentro para recoger las pistas de la
expresión y el lenguaje corporal de su compañero y pudo ver la verdad de
cómo Tony se sentía hacia él y lo que vio reflejado le hizo temblar. Vio el
deseo y el temor que brillaba en los ojos de oro fundido del italiano. Mick
vio la impaciencia y las ganas de tocarle en el movimiento de Tony, y sus
dedos impacientes deslizándose por el antebrazo de Mick. Fue testigo del
anhelo de amor y de aceptación que lo llamaba, y Mick no desperdició el
tiempo en responder la llamada.
Se dejó caer sobre el cuerpo de Tony para pasar sus antebrazos a lo
largo de los anchos hombros de Tony y se detuvo cuando estuvieron nariz
con nariz. —Quiero que me toques, jodidamente mal, Tony. Haz lo que
quieras. Soy tuyo.
La cara de Tony se iluminó con una amplia sonrisa y sus manos
comenzaron con impaciencia a acariciar los firmes músculos a lo largo de la
espalda y de los costados de Mick. —¿Qué tal si lo hacemos a la vez?
Mick se quejó y reclamó los labios de Tony otra vez. Colocó sus caderas
alineándolas con las de su compañero hasta que sus pollas se deslizaron una
174
contra otra. Y mientras las manos de Tony exprimían y amasaban la espalda
y el culo de Mick, Mick metió una mano entre ellos para sujetar sus pollas
juntas. Se bebió el gemido de aprobación de Tony cuando empezó a
acariciarlas, mientras se estrechaban uno contra el otro. Mick estaba ya tan
cerca que sabía que no le llevaría mucho más llegar, pero necesitaba algo
más.
Se separó de los labios voraces de Tony para jadear. —Estaríamos
mucho mejor con un poco de lubricante.
—Apuesto que le dices eso a todos los chicos, —comentó Tony con
una sonrisa histérica poco antes de romperse en un gemido—. En la mesilla
de noche, —añadió rápidamente.
Mick no perdió tiempo en buscar la botella en la mesilla. Apretó una
generosa cantidad en su palma derecha y la calentó extendiéndola por su
propio pene antes de darle el mismo tratamiento al de Tony. Y cuando el
italiano expulsó una sucia maldición, Mick le sonrió. —¿No tienes nada que
decir ahora o sí, sabelotodo?
Tony no se dignó a responder cuando el rubio volvió a su anterior
posición y agarró sus penes con su mano una vez más. Sus cuerpos
comenzaron a moverse en un vaivén como si hubieran sido hechos para eso.
Mick metió la nariz en el cálido y fragante punto, justo debajo de la oreja
derecha de su compañero, y se concentró en la sensación del balanceo del
cuerpo de Tony moviéndose contra él, y en el sonido de los gemidos y
maldiciones de su compañero; y el aroma embriagador de sus feromonas
combinadas hicieron que su inminente orgasmo fuera mucho más grande,
como un tsunami, y amenazara en convertirse en un turbulento océano de
éxtasis doloroso.
Como si se hiciera eco de los pensamientos más íntimos de Mick, Tony
gimoteo. —¡Oh, Jesús! ¡Oh, mierda! Mickey. Voy a… —y se interrumpió
175
cuando su cuerpo empezó a temblar con una pasión suspendida.
Mick echó la cabeza hacia atrás, con los tendones estirados al máximo
y gritó cuando el tsunami chocó para tomar a los dos y llevarlos para que se
ahogaran en su clímax.
El cuerpo entero de Mick se tensó y se liberó una y otra vez, mientras
una corriente combinada vino a recubrir su mano con un cálido abrazo. Mick
se dejó caer retorciéndose todavía sobre su pareja y ocultó su rostro en su
nuevo refugio favorito, detrás de la oreja de Tony, y esperó a que su cuerpo
volviera a la realidad. Su respiración fue dura y húmeda contra la nuca del
italiano, moviendo el cabello negro y húmedo a su paso. La única cosa que
le hizo de ancla en este momento fue la sensación de los brazos de Tony
sosteniéndolo más fuertemente mientras las réplicas del orgasmo recorrían
el cuerpo del hombre cada pocos minutos hasta que se detuvieron.
Mick tuvo miedo de ser el primero en hablar. Estaba terriblemente
asustado por revelar tanto demasiado pronto. Si hablaba en ese momento,
no sería capaz de pararse y de decirle a Tony que se estaba enamorando de
él. No era el momento adecuado, pero el impulso de confesarlo era muy
fuerte. Tenía que darle al policía italiano la oportunidad de crear ese
momento entre ellos. Mick tenía que dejar que el hombre tuviera una salida
fácil por si no estuviera dispuesto a aceptar la idea de tener un amante
masculino.
Tardaron casi diez minutos completos en que cualquiera de ellos
pudiera moverse. Los brazos de Tony finalmente dejaron su abrazo de
muerte y comenzó a acariciar la espalda de Mick con pereza. El hombre dio
una respiración profunda y la liberó con una exhalación entrecortada antes
de susurrar: —Mierda, Mickey. Me siento como si estuviera muerto. ¿Quién
necesita droga si el sexo contigo es tan bueno?
176
El cuerpo de Mick se relajó con alivió y su risa se tiñó de desesperada
esperanza. Y no se pudo contener y preguntar: —¿eso significa que es
posible que quieras volver a hacerlo otra vez?
Tony se echó hacia atrás en la almohada para mirar a Mick a la cara, y
el moreno le agarró la barbilla hasta que tuvo a Mick atrapado con sus
hipnóticos ojos dorados.
—Hey, vamos a hablar en serio, bebé. Esto no fue sólo un experimento
para mí, ¿capisce? No me he decidido a hacerlo para tenerte solo durante
un rato. Esto es algo serio para mí, Mickey. Me preocupo por ti más de lo
que parece que te das cuenta y eso es por mi culpa, así que déjame ser
totalmente franco y así no habrá malos entendidos.
Se detuvo para asegurarse que tenía toda la atención de Mick antes
de continuar: —te quiero, Mickey. No puedo decirte exactamente qué va a
querer decir eso en el futuro, pero sé que significa que te quiero en él. Te
quiero también en mi presente, y no sólo ‘a veces’. ¿Lo pillas?
Mick tragó con fuerza y asintió en silencio. Los ojos de Tony se
suavizaron y bajó el rostro de Mick para un beso tierno. Mick cerró los ojos
con fuerza intentando controlar el río de humedad bajando por sus ojos y
canalizó el exceso de emoción devolviéndole el beso a su compañero. Los
dos sonrieron como idiotas hasta que Mick murmuró su intención de
limpiarlos. Cuando terminó de lavarse las manos, empapó una toalla con
agua caliente, Mick no pudo detener la oleada de esperanza que creció
dentro de él hasta que casi no pudo respirar. Después del desastre de sus
relaciones anteriores, había empezado a dudar de que hubiera un hombre
allá afuera para él que fuera su equilibrio perfecto, y en ese momento
conoció a Tony.
177
Mick regresó a la cama con la toalla húmeda y otra toalla seca. Los ojos
de Tony estaban cerrados, pero sus manos estaban unidas detrás de su
cabeza como si estuviera descansando al sol poniéndose moreno. Mick no
se molestó en pedir permiso antes de empezar a limpiar a Tony con firmes
y gentiles movimientos de la toalla en su vientre y más abajo. Tuvo cuidado,
pero lo limpió a fondo, limpió el pene semi-duro de su compañero y debajo
del saco de sus testículos antes de deslizarse aún más atrás para limpiar el
lubricante sobrante y también el que pudo haberse colado por donde no
podía… todavía.
—Tengo que decir que podría acostumbrarme a que hagas todo el
trabajo, bebé, —le dijo Tony, con voz burlona.
Mick lanzó las toallas usadas en el cesto de ropa sucia y se metió de
nuevo en la cama para tirar de la sábana encima de ellos. Se detuvo solo un
momento antes de mover a Tony hasta que su espalda estuvo pegada a lo
largo del pecho de Mick y su culo estuvo alojado en sus caderas. Lanzó su
gran brazo alrededor de la cintura estrecha de Tony y se instaló en su
posición con su nariz, una vez más, en el lugar que le pertenecía, detrás de
la oreja de Tony. —No cuentes con ello, Tone. La regla de oro dice que el
que está arriba tiene que limpiar.
Tony tomó aire sorprendido y lo liberó con una suave risa. —Puedo
vivir con eso siempre y cuando entiendas que no seré siempre la cuchara
pequeña solo porque eres más grande que yo.
Mick sonrió contra su cuello y murmuró: —estoy abierto a negociar.
—Bien, —bromeó Tony—. Vamos a negociar un montón si piensas que
vas a follarme con ese bate de béisbol entre las piernas. Te lo digo ya,
178
Mickey, no va a funcionar.
Mick se estremeció mientras las palabras de Tony trajeron su cuerpo
a la vida. Podía sentir su pene hinchándose apretado contra los globos
firmes del culo de su compañero y empujó al hombre contra sus brazos. —
Oh, si va a encajar, Tone, pero tendremos que trabajar para llegar a eso.
Tony gruño entre dientes. —Pensé que yo era él que tenía la boca
sucia, bebé. Me estas matando.
La risa de Mick fue ligera y feliz antes de responder: —voy a darte una
hermosa muerte, Tone. Vas a gritar mi nombre todo el tiempo, hasta el final.
CAPÍTULO VEINTE
179

MICK

Tony se quedó dormido pocos minutos después, pero Mick


permaneció despierto. No se quería perder ni un solo momento de tocar y
empaparse de cada respiración y gesto que hacía su compañero mientras
roncaba suavemente en los brazos de Mick. Mick se permitió el lujo de pasar
los dedos por cada centímetro del hombre para tocar sus diferentes
texturas y reconocer a su amante por el tacto. El negro cabello corto de
Tony era pecaminosamente suave, y era lo suficiente largo en la parte
superior para que Mick pudiera agarrarlo. En contraste, la barba en su cara
era áspera y raspaba contra las yemas de los dedos, pero Mick no pudo
resistir la fricción hipnótica de la barba de Tony raspando contra sus dedos
mientras jugaba con los hoyuelos de las mejillas de su compañero.
Continuó su viaje de descubrimiento besando un sendero a través del
hombro del policía italiano, y así le echó un vistazo más de cerca a la única
tinta que decoraba el cuerpo del hombre. Estaba en el hombro derecho de
Tony, la cruz era pequeña, adornada con el nombre de ‘Jimmy’ entintado
en un listón elegante con la fecha del 16 de julio del 2015 colocada en la
parte inferior. Mick pasó el pulgar a través del hermoso tributo al hombre
que había salvado la vida de su pareja y mandó una silenciosa plegaria de
agradecimiento y gratitud a Jimmy por el regalo que le había dejado, antes
de moverse para explorar las crestas duras del abdomen de Tony.
Tony se movió y zumbó en sus brazos pero no se despertó, mientras
Mick cuidadosamente pasaba sus uñas a través del pelo oscuro y denso que
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formaba el sendero desde el ombligo hasta la gruesa polla del hombre. La
propia polla de Mick estaba de nuevo dura y empujó contra el mullido culo
de su compañero hasta que estuvo metida dentro de su grieta, con el deseo
de ser exprimida y ordeñada por los firmes y circulares músculos de los
gluteos de Tony. Mick cerró sus ojos y se revolvió por el exquisito placer que
encontró en tocar y sostener a su compañero de la manera en que había
querido hacerlo las últimas semanas.
La palma grande de Mick cogió y apretó ligeramente el eje y las bolas
de Tony hasta que su compañero gimió y empujó en su mano. La voz del
hombre era somnolienta, pero divertida, cuando le dijo entre dientes: —
sabes, es un poco difícil conseguir dormir con esa cosa dura metida en el
culo y tus manos sobre todo Tony junior.
Mick se rio y se molió contra su compañero de nuevo. Su tono fue
impenitente cuando le respondió: —¡Oh, bueno! estás despierto.
Tony se estiró y rodó hasta que estuvo frente a Mick. Los ojos del
hombre estaban somnolientos y nublosos, pero el pene del moreno estaba
definitivamente despierto y muy interesado, y yacía junto a la propia carne
hinchada de Mick. —Bueno, partes de mí lo están, —murmuró Tony
mientras pasaba sus manos sobre las crestas duras del pecho de Mick—. Y
como estoy despierto, puedo hacer un buen uso de mi tiempo, —le explicó
Tony, mientras sus malvados dedos apretaron y tiraron de los planos y
pequeños pezones en el pecho de Mick.
El rubio silbó entre dientes y mantuvo sus manos quietas. Si Tony
quería jugar y explorar a Mick, lo menos que podía hacer era tumbarse y
disfrutar. Cerró sus ojos y suspiró mientras Tony comenzó a trazar e
inspeccionar los tatuajes que cubrían sus brazos desde el codo hasta el
hombro. —Son increíbles, Mickey, —Tony dijo con sinceridad—. He estado
muriendo por echarles una ojeada desde más cerca. ¿Qué quieren decir
181
todas las palabras trabajadas en el diseño?
Mick estrechó sus ojos, y abrió y levantó un brazo para que Tony
pudiera verlos mejor. —Son mis frases favoritas de mis canciones preferidas,
—explicó Mick. Utilizó su dedo para señalarlas una a una—. Esta dice
‘puedes seguir tu propio camino’ de la canción de Fleetwood Mac del mismo
título y aquí esta una frase de Black de Pearl Jam que dice: ‘todo el amor
que salió mal volvió mi mundo negro, tatuó todo lo que veo, todo lo que
soy, todo lo que seré’.
El dedo calloso de Tony trazó otra frase y leyó en voz baja: —‘no hay
sentido en fingir, tus ojos te delatan’. Conozco esta canción, pero no me
viene ahora a la mente…
La voz de Mick era áspera mientras cantaba suavemente el siguiente
verso. —‘Algo dentro de ti se siente como yo, hemos dicho todo lo que hay
que decir’. Es una canción de Tom Petty llamada Breakdown. Tengo un par
de frases de sus canciones entre los dos brazos.
Tony frotó el pulgar a través unos peces Koi de colores pasando por
un aro hecho de letras. —¿Cuál es la letra más extraña que tienes?
Mick sonrió y sacó su brazo izquierdo y lo levantó sobre su cabeza.
Tomó la mano de Tony en la suya y llevó a su compañero a que trazara una
línea pequeña que decía: ‘es un nuevo amanecer, es un nuevo día, es una
nueva vida para mí’.
Cuando Tony ladeó la cabeza con perplejidad, Mick se rio y respondió
a su tácita pregunta. —Está en realidad es una canción que mi madre nos
cantaba cada mañana cuando nos despertaba para ir al colegio. Es de Nina
Simone, Feeling Good. Y no puedo escuchar esa canción sin pensar en ella.
Pasaron casi media hora hablando sobre sus diferentes tatuajes y lo
que significaban para él. A Mick le encantaba hablar con Tony. El hombre
182
tenía un ingenio rápido y era increíblemente inteligente. No importaba
cuánto tiempo pasaba con él, siempre se quedaba queriendo más. Siempre
quería más de Tony.
Incluso cuando las manos de su compañero continuaron explorando,
Tony se quedó en silencio y pensativo. Mick no podía dejar de estar nervioso
ante el estado de ánimo sombrío de su pareja. No importaba lo que el
hombre le había dicho sobre quererlo, la verdad es que Tony nunca había
estado con otro hombre antes y esa realidad tenía que ser chocante para él.
Mick rompió el silencio que había crecido de forma palpable susurrando: —
¿qué piensas, Tone?
Observó cómo le saltó el músculo de la mandíbula a Tony antes de que
respondiera.
—¿Por qué no me dijiste a donde ibas a ir ayer por la noche, Mickey?
Hubiera ido contigo en un segundo. Si hubiera estado ahí… —se interrumpió.
Mick suspiró y pensó en cómo responder a eso. Al final, decidió ser
honesto y esperaba que Tony lo entendiera. —No sé cómo decirte esto,
Tony, así que voy a ser sincero. Salí anoche con la esperanza de echar un
polvo. Normalmente no me gusta buscar ligues en los bares, pero estaba en
el punto en que tenía que hacer algo. Estar cerca de ti todo el tiempo y no
ser capaz de tocarte me estaba volviendo loco. Tenía la estúpida idea de
que, si sólo follaba con alguien, cualquiera, entonces tal vez podría dejar de
pensar en ti de esa manera, ¿me entiendes?
La expresión de Tony era inescrutable y el estómago de Mick se
precipitó con ansiedad. —Déjame entenderlo bien, —dijo Tony, con voz
calmada, pero mortal—. ¿Casi te secuestra y te viola un criminal porque
querías follarme? —y cuando Mick no respondió, Tony continuó: —y
entonces, tu solución a este problema fue ir a un bar a follarte a cualquiera
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en lugar de hablarlo conmigo.
Mick se puso a la defensiva. —Lo siento, Tony ¿vale? Fue una idea
estúpida, pero no sabía que otra cosa hacer. ¿Qué? ¿Realmente piensas que
si los papeles se invirtieran estarías tan ansioso por admitir ante tu
compañero supuestamente hetero, exaltado, macho alfa que quieres follar
con él? ¿Qué demonios, Tony? Con esa clase de mierda podría conseguir un
hombre gay ser herido seriamente o incluso ser asesinado.
Tony se levantó para mantener el equilibrio sobre un codo para poder
mirar hacia abajo a los ojos cautelosos de Mick. Incluso con la expresión
seria en su rostro, Tony era jodidamente impresionante para Mick. La otra
mano de Tony llegó hasta la mandíbula cuadrada de Mick mientras su pulgar
le acariciaba distraídamente el contorno de su pómulo. —Claro que sé eso,
Mickey. ¡Dios! ¿Crees que no lo sé? Soy un puto policía, Mickey. Mi mejor
amigo creció siendo gay en medio de una comunidad italiana muy religiosa.
Entiendo mejor que la mayoría lo peligroso que el entorno puede ser para
un homosexual. Eso no es lo que estoy tratando de decir. Lo que te quiero
decir es que tú no confiaste en mí, bebé. Entiendo porque lo hiciste, pero
supongo que pensé que habíamos llegado a ser más amigos, ¿sabes? Eso
me hace sentir malditamente culpable, porque si yo también hubiera sido
sincero, lo de la noche pasada nunca hubiera ocurrido.
El corazón de Mick se apretó con las palabras de su compañero. El
detective rubio giró sobre el lado de la cara de Tony otra vez, y deslizó su
pierna por el muslo del hombre hasta que se enganchó a sus pies. Se inclinó
para robar un descuidado beso húmedo de los labios de su compañero
antes de responderle en voz baja: —gracias a lo que sucedió la noche
anterior, estamos en tu cama esta noche. ¿Por qué no nos concentramos
en esto durante un rato?
184
Una de las comisuras de los labios de Tony se curvó en una seductora
sonrisa.
—Vamos a hacerlo, Mickey. —Tony se inclinó hasta que sus labios
estuvieron a un soplo de distancia y utilizó su pulgar para llevar hacia abajo
la barbilla de Mick haciendo que su boca participara en la invitación. Tony
lo tomó mientras su lengua fluía dentro de la boca de Mick para invadir,
lamer, rozar y reclamar al detective rubio. Mick gimió y usó su peso para
moler su erección contra los abdominales de Tony mientras envolvía el
salvajismo de su compañero con su dominante beso.
Mick quedó abrumado por el ardor de Tony y de buena gana rodó
sobre su espalda cuando el italiano se reclinó por encima de él y se instaló
entre sus piernas extendidas. El policía italiano abandonó el beso para
trazar un camino a lo largo de la garganta de Mick y luego con rapidez bajó
hasta que los labios del hombre capturaron un firme y oscuro pezón. La
lengua de Tony rodeó y encendió la pequeña protuberancia antes de
apretar suavemente la punta entre sus dientes, hasta que Mick gritó. El
rubio hundió sus dedos en el cabello negro de su compañero y gruñó bajo
en su pecho mientras Tony cambió al otro pezón para darle igual
tratamiento.
—¡Jesús! Tone, —gimió Mick, con aliento entrecortado mientras una
de las manos de Tony exploraba pasando directamente por la parte plana
inferior del abdomen hasta que su mano estuvo envuelta alrededor de la
longitud de Mick, y allí la exprimió—. Tú, uh, parece que tienes listo todo lo
que cuelga.
Tony se movió más abajo, a lo largo del cuerpo musculoso de Mick,
hasta que su aliento estuvo sobre la punta mojada del pene de Mick. Y él
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casi se salió de su piel cuando la lengua de su compañero se precipito a
robar la gota de fluido de la punta.
—Aprendo rápido, bebé, —bromeó Tony antes de tomar la corona en
su boca.
Tony fue lento y cuidadoso en la exploración del pene de Mick y el
hombre grande contuvo su respiración para evitar correrse cuando Tony
echó el prepucio hacia atrás y pasó su lengua sobre la sensible carne. Y
mientras el italiano trató el pene de Mick como si fuera un cono de helado,
el rubio alternativamente jadeaba y maldecía. Mick no pudo quitar los ojos
de la visión de Tony balanceándose y chupando su pene. Y justo cuando
pensó que tendría que alejar a Tony, el hombre subió a tomar aire y se
centró en usar sus manos para rodar y tirar de sus testículos antes de pasar
infaliblemente más atrás, se acercó al agujero y frotó sobre la fruncida
abertura de Mick.
Los ojos de Tony se precipitaron hasta encontrarse con la mirada de
Mick, que tenía una cauta pregunta en sus ojos dorados. —¿Esto está bien,
bebé? —le preguntó Tony, con voz ronca por el deseo.
Mick golpeó la mano alrededor por la cama desesperadamente hasta
que encontró la botella de lubricante y lo arrojó al alcance de la mano de
Tony. —No solo bien, Tony. Es un maldito sí.
El moreno no perdió tiempo en llenar sus dedos con el líquido
resbaladizo. Lo calentó entre sus manos antes de envolver su izquierda
alrededor del eje palpitante de Mick y uso su mano derecha para aplicarlo
y extenderlo alrededor de su agujero. El rubio echó su cabeza hacia atrás y
gimió cuando el dedo de Tony violó su apretada apertura, y se arremolinó
antes de retirarse y comenzar todo el proceso de nuevo. La piel de Mick se
puso cómo piel de gallina cuando Tony se sumergió en su interior hasta el
186
último nudillo, mientras que su otra mano se deslizaba arriba y abajo por el
eje de Mick.
—¡Joderrrr! —Mick gimió mientras Tony añadía un segundo dedo.
Tuvo una ligera quemadura mientras su canal se estiraba para acomodarse
a la invasión, pero desapareció tan pronto como Tony comenzó a empujar
dentro y fuera.
—Mírate, Mickey, —Tony respiró con asombro—. Podría estar
haciendo esto todo el día solo para ver cómo tus abdominales se contraen
y oír los sonidos que salen de tu garganta.
Mick se empaló a sí mismo en los dedos de su pareja y gritó cuando
los dedos de Tony presionaron contra su próstata. —Tony, ¡Por favor! —
Mick sabía que sonaba desesperado, pero no le importó—. Por favor, dime
que tienes un condón cerca. Necesito que me folles.
Los dedos de Tony se deslizaron fuera de su canal y se subió encima
del cuerpo de Mick para agarrar un paquete de aluminio del cajón de la
mesita de noche. Se detuvo en su camino de regreso y presionó un fuerte
beso lleno de urgencia en los labios de Mick. Se echó hacia atrás sólo lo
suficiente para preguntar: —¿Estás seguro?
Mick se humedeció los labios y asintió. —Sí, ahora.
Tony apoyó su frente contra la de Mick y cerró los ojos. Sus brazos
temblaban apoyados a cada lado de la cabeza de Mick y tomó respiraciones
profundas calmantes. —Sólo… —Tony se detuvo mientras parecía
recomponerse— solo no me dejes hacerte daño.
Mick cogió el condón, arrancó la envoltura con los dientes, y sacó el
látex enrollado del paquete. Metió sus manos entre sus cuerpos y Tony se
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movió lo suficiente para darle el espacio necesario para rodar el condón
ajustado sobre su duro eje.
—De lo último que debes preocuparte es de lastimarme, —le aseguró
Mick a su compañero con un beso firme.
Tony buscó a tiendas el frasquito de lubricante con sus dedos
resbaladizos y lo extendió hacia atrás a toda prisa por su pene. Mick abrió
descaradamente las piernas todo a lo ancho para dar más espacio a Tony
mientras el hombre se deslizaba más cerca y alineaba la cabeza de su polla
con el orificio de Mick. Tony se inclinó para presionar un dulce beso en los
labios de Mick. —Voy a ir lento, —bromeó Tony, y sus ojos brillaron con
malicia.
Mick se empujó contra la polla de Tony hasta que la corona atravesó
el anillo apretado de músculos. Ambos hombres sisearon, aunque Mick
también gimió por la deliciosa presión de Tony abriéndolo. —No soy el
virgen aquí, Tone, —Mick le recordó a su compañero innecesariamente—.
Fóllame como quieras.
Tony mordió debajo del cuello a Mick mientras empujaba su gruesa
polla sin pausa hacia delante hasta que tocó fondo en el culo de Mick. —
Marone, —Tony gimió en el oído de Mick—. Estoy tratando de ser bueno,
Mickey, pero si sigues diciéndome esas cosas que me hacen querer hacerte
cosas malas…
El cuerpo de Mick pronto estuvo inundado de múltiples sensaciones.
Cada pulgada de su piel vibró con el exquisito y doloroso éxtasis de felicidad.
Envolvió sus brazos alrededor de la espalda de Mick y pasó sus manos hacia
abajo hasta que tuvo un glúteo en cada mano y entró en el hombre de forma
imposiblemente más profunda. —Dios, sí, Tony. Hazlo.
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Tony tiró de sus caderas hacia atrás y les golpeó en su regreso, y Mick
gritó el nombre de Tony. El policía italiano empujó sin dar tregua mientras
sus caderas perforaban con su polla espesa y dura las profundas cavidades
del cuerpo de Mick.
—A la mierda, —Tony juró oscuramente mientras salía y entraba en el
culo de Mick.
Mick le apremió, susurrando una sucia letanía en el oído de su
compañero, mientras se movía para encontrarse con cada embestida de
Tony. El italiano se apartó del abrazo de Mick para mantener sus rodillas en
equilibrio y mirar mientras su polla desaparecía en el interior del culo de
Mick con cada empuje. Lamió la palma de su mano y envolvió su puño
alrededor de la polla hinchada de Mick y la acarició mientras daba sus
embestidas. —Vamos, bebé, —Tony jadeó—. No puedo durar más tiempo
y tienes que correrte conmigo.
El cuerpo de Mick se tensó y se mantuvo suspendido sobre un negro
abismo que prometía un atisbo de lo divino. Entre el resbaladizo
deslizamiento del puño de Tony en su polla y el hombre golpeando su
próstata con cada profunda embestida, Mick no tuvo más elección que
obedecer. Sus músculos se apretaron y el nombre de Tony salió de su
garganta mientras su orgasmo tomaba a Mick en sus glúteos y lo sacudió
violentamente hasta que su pene entró en erupción con un largo arco de
perlas que dejó un largo rastro a lo largo de su pecho.
—¡Oh, mierda! —Tony jadeó, sus caderas moviéndose más rápido y
menos coordinadas. El impacto de sus caderas se cerró con un golpe contra
el culo de Mick e hicieron eco en la habitación con cada embestida profunda
de su polla en el culo de Mick—. Maldición, Mickey, es tan jodidamente
bueno, —espetó y su propio clímax lo llenó de temblores y maldiciones.
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Tony gimió profundamente en su pecho mientras lentamente se deslizó
afuera y adentro unas cuantas veces más, hasta que finalmente pudo
descansar.
Les llevó a los dos varios minutos recuperar el aliento y ninguno de
ellos hizo ningún movimiento por debajo de la cintura, una pizca más de
estimulación habría sido demasiado para cualquiera de ellos. Finalmente,
Tony se dejó caer hacia abajo para cubrir el pecho de Mick con el suyo y
metió su rostro en el hueco del cuello de Mick. El rubio inmediatamente le
respondió envolviendo sus grandes y musculosos brazos alrededor de Tony
y lo sostuvo contra él con más fuerza. Estaban tan juntos como dos personas
podrían estar y eso a Mick le encantó.
Tony perezosamente colocó besos sobre la piel de Mick, bajó sus
labios y murmuró: —estoy seguro que la cosa educada que debería hacer
es sacar mi polla de tu culo, pero no quiero. No te voy a mentir, bebé.
La voz de Mick retumbó profundamente en su garganta. —Me gusta
donde está. Yo tampoco te voy a mentir, bebé, —le dijo, imitándole. Mick
se calló para dar efecto antes de añadir: —imagínate cómo se sentiría si no
hubiera condón.
Tony gimió y su relajado eje dio un valiente tirón con la parte que
todavía estaba enterrada en el cuerpo de Mick. —Pensé que eras tú el que
tenía la palabra en esta asociación, Mickey, —Tony se quejó, y sus labios
hicieron cosquillas en la piel del cuello de Mick—. Me estas matando.
¿Podríamos hacer eso?
Mick pudo sentir el calor de la vergüenza inundando sus mejillas, pero
le contestó al hombre en todo caso. —Claro que sí, Tone. Nos tenemos que
hacer la prueba primero, por supuesto, pero es algo que me gustaría hacer
contigo.
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—Está bien, —le respondió Tony simplemente—. ¡Wow! Esto nos está
pasando realmente ¿verdad? —le preguntó, con un tono sorprendido y casi
incrédulo.
Mick se rio nerviosamente y respondió: —Eso espero. ¿Te parece bien?
Tony hizo un ruido grosero en el oído de Mick y bromeó. —Mickey,
tengo mi pene en tu culo ahora mismo y ya estoy pensando en cuando
puedo volver a hacerlo otra vez. Estoy más que de acuerdo con eso.
Mick se rio y apretó su mano sobre el cuello de Tony. —Vamos, chico
listo. Vamos a ducharnos y a dormir un poco. Mañana cuando nos
despertemos, hablaremos de lo que quieras.
Tony suspiró feliz contra la garganta de Mick y dijo: —No me importa
lo que Christine dijo acerca de ti. Eres un tipo genial, bebé. Vamos.
CAPÍTULO
191
VEINTIUNO

TONY

Media hora más tarde, Tony se encontraba en la ducha con su


compañero, el gran hombre y se preguntó cómo en el infierno había
sucedido todo tan rápido. A pesar de que su mente se aceleró por el pánico,
sus manos amasaron y acariciaron el jabón queriendo hacer espuma en los
hombros definidos de Mick… y también más abajo, para limpiar
cuidadosamente el pliegue del culo de Mick. La mente de Tony se revolvía
con la velocidad a la que se había podido enamorar y, además, de entre
todo el mundo, de su compañero, lo que realmente le hacía ponerse muy
nervioso. Ni siquiera le preocupaba que Mick fuera un hombre. Eso no le
molestaba en absoluto. Lo que si le molestaba era que su relación
estropeara en serio su capacidad de hacer su trabajo. Iba a resultar muy
difícil que Tony se pudiera concentrar en un caso con la imagen en mente
de Mick usando pantalones de vestir todos los días. Tony estaba orgulloso
de su habilidad para cerrar casos con éxito y sabía, sin ninguna duda, que su
juicio se iba a ver afectado cuando se tratara de su pareja a partir de ahora.
Los brazos de Mick se apoyaron contra los azulejos mientras Tony
estaba detrás haciéndole cosas indecentes con sus manos enjabonadas. El
detective rubio sopló agua entre sus labios y se quejó. —Estas pensando
muy fuerte, Tone. Ya basta. Está matando mi zumbido.
Tony no pudo evitar inhalar y sacudir su cabeza con incredulidad. No
tenía ni idea de cómo hacía eso. El hombre tenía una habilidad increíble
192
para leer a la gente y eso nunca dejaba de sorprenderle. —¿Cuántas veces
has escuchado eso de Ramona mientras crecías? —le preguntó.
Los hombros de Mick se sacudieron riéndose mientras respondía: —
Todo el puto tiempo. Cada vez que Christine y yo nos peleábamos, se
enfadaba con nosotros por arruinar su ‘ambiente ligero’, —suspiró
profundamente mientras Tony seguía enjabonándolo bajando por sus
largos muslos—. No cambies de tema. ¿Qué pasa en tu retorcida cabeza?
¿estás finalmente empezando a tener tu gran salida gay?
Tony comenzó a enjabonar volviendo al pecho de Mick, lo que lo
obligó a presionar cerca de sus brazos para llegar al frente de su compañero.
—No, Putz. Seguro que no, es un poco desalentador y diferente follar a un
chico, pero eso no es lo que me tiene preocupado, —le confesó Tony
mientras dejaba de enjabonar las piernas velludas de Mick—. Yo, ¡uh! me
preguntaba cómo esto… entre nosotros nos va a afectar en nuestro trabajo,
es eso.
Mick tarareó apreciablemente cuando el italiano resueltamente le
cogió el pene y los testículos y los enjabonó con un firme y resbaladizo
agarre. Mick respondió: —no adelantes problemas, Tone. Nos encontrarán
tarde o temprano. Por ahora, creo que nos deberíamos tomar esto día a día.
Somos profesionales, ¿verdad?
Tony terminó de lavar a su compañero y empezó a enjabonarse a sí
mismo, y le respondió: —sí, por supuesto que lo somos, pero eso fue antes
de que descubriera lo bueno que eres en la cama. No es solo eso, también,
y lo sabes. Una vez que el sargento se entere de que nosotros somos,
también, compañeros fuera del horario de trabajo, él va a montar en cólera.
Y tendremos suerte si lo más que hace es reasignarnos a un nuevo
compañero.
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Mick cogió la pastilla de jabón de la mano de Tony y se hizo cargo de
lavarlo. Sus grandes palmas se deslizaron por su pecho mientras le
respondía: —deja de preocuparte, quedémonos así por unas semanas, y si
nos parece que afecta a nuestros trabajos, entonces salimos del armario.
Será difícil mantener mis manos lejos de ti ahora, pero estoy seguro de que
me puedo contener hasta que estemos fuera del horario laboral.
Tony apoyó la cabeza sobre el pecho de Mick y cerró los ojos para
tener una mejor sensación de su compañero pasando el jabón hacia abajo,
hasta su pene semi-duro. Suspiró profundamente y dijo: —no me gusta la
idea de ocultar o mentir a la gente, Mickey. Eres demasiado bueno para esa
mierda, y no es justo para ninguno de los dos.
Los pies de Tony se deslizaron sobre las baldosas húmedas mientras
Mick le daba la vuelta para enfrentarse a él. Tony apoyó sus manos en las
caderas del rubio mientras Mick le ahuecaba la cara con las palmas de sus
enormes manos. Los ojos esmeraldas se enfrentaron a los ojos dorados
mientras Mick se zambullía hasta el alma de Tony. —Nunca dejas de
sorprenderme, Tony. Aunque me gusta que no estés avergonzado de lo que
hemos hecho, creo que tiene sentido mantener las cosas en silencio durante
un tiempo, al menos en el trabajo. Me parece que es lo que tenemos que
hacer hasta averiguar cómo nos afectará en el trabajo. Y si termina por no
funcionar para ninguno de los dos, lo sabremos juntos, ¿te parece?
Tony se sintió totalmente atrapado en el embrujo de su compañero,
notando cómo iba cayendo, cayendo, cayendo de cabeza enamorándose
del chico. Era terrorífico y emocionante hasta la médula. —No tengo ni idea
de qué diablos estoy haciendo aquí Mickey, —confesó con la voz
entrecortada por la emoción—. Sólo, uh, sé paciente conmigo si meto la
pata, ¿capisce? Tengo muy mal temperamento y algunas veces digo la
mierda que no quiero decir cuando la cólera me golpea. No quiero joder
194
esto contigo porque pierdo el control.
Mick se inclinó para beberse las gotas de agua que se juntaban en los
labios de Tony antes de responderle: —no te preocupes por eso, Tone. Soy
bueno leyendo a la gente, ¿recuerdas? —y sus labios sonrieron con
humor— estoy seguro de que puedo ganarte si vienes buscando pelea. Solo
te pondré en una posición sumisa para que así me la chupes hasta que te
calmes.
Tony no pudo contener el gemido desigual que salió de su garganta.
—En serio, bebé. ¿qué pasa con esa boca tuya? No voy a conseguir dormir
nunca si sigues diciéndome mierda como esa.
Mick se echó a reír y le dio un fuerte beso al italiano en los labios antes
de soltarlo para cerrar la ducha. —Vamos, Tone. Vámonos a la cama y esta
vez voy a tener las manos quietas para que puedas dormir. Pero mañana
por la mañana, voy a enseñarte lo sucia que puede ser mi boca.
Tony agarró su miembro que se hinchó rápidamente contra su pierna,
y sacudió la cabeza. —¡Míralo! —ordenó a su compañero, sonriéndole—.
Aquí está Tony junior, actuando como si tuviera quince años otra vez. ¿Qué
va a parecer si tengo una erección mientras estoy parado frente a un
cadáver sólo porque tú te inclinas delante de mí? ¿eh? —tomó una toalla y
se la lanzó a Mick antes de empezar a frotarse su propio cuerpo con otra.

Mick se echó a reír mientras pasaba la toalla suave y blanca por encima
de su propia e impresionante erección. —Te prometo que haré lo imposible
para no tentarte mientras estés en el trabajo, Tony. Pero en cualquier otro
momento, no te hago ninguna promesa.
El sonido del teléfono de Tony interrumpió sus bromas en el
dormitorio y el italiano inmediatamente dejó caer la toalla y salió en su
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busca. Las únicas personas que lo llamaban después de la media noche un
sábado eran los que necesitaban atención urgente, como el sargento con
un nuevo caso, una emergencia familiar o una mujer caliente en busca de
sexo. En cualquiera de los casos siempre intentaba contestar rápidamente.
Cuando miró el identificador de llamadas, su estómago se cayó. Tocó
la pantalla y pegó el teléfono a su oreja. —¿Qué pasa, cara de muñeca? ¿es
la hora?
La voz de Christine estaba presa del pánico y entrecortada cuando
respondió. —Mierda ¡mierda! ¡no lo sé, Tony! Estoy bastante segura de que
he roto aguas y no puedo ponerme en contacto con Mick, y mi madre está
a dos horas de aquí y mi maldito esposo está en la maldita Virginia. ¿Qué
hago? ¿Debería ir conduciendo yo misma?
Pudo sentir el calor que irradiaba el cuerpo de Mick cuando el hombre
se acercó con curiosidad. Tony dio una respiración profunda y respondió
calmadamente. —Oye, no, muñeca. No debes conducir a ninguna parte,
¿capisce? Mick y yo estaremos ahí en quince minutos y te llevaremos. ¿Ya
tienes contracciones?
—¿Contracciones? ¿es Christine? ¿está bien? —preguntó Mick
mientras hacia un gesto para coger el teléfono.
Tony le echó una mirada intimidante a su compañero y levantó el dedo
para indicar silencio. —¿Qué me dices, muñeca? ¿no sientes ningún dolor o
contracciones? —confirmó Tony. Él sonrió y dijo: —¡Hey! Esas son buenas
noticas. Quiere decir que tenemos tiempo.
Su estornudo fue lamentable por el teléfono. —Eres tan dulce, Tony.
Si vais a estar aquí en quince minutos entonces será mejor que me limpie y
196
me cambie de ropa. Parece que me oriné por encima.
Tony contuvo su risa alegre y le aseguró, —oye, te tenemos, mammina.
Vamos a estar ahí.
Mick estaba bastante nervioso y con muchas preguntas, y Tony
empezó a hablar antes de que su compañero pudiera explotar. —Tu
hermana está muy bien, Mickey. Solo rompió aguas. Ve a vestirte y la
llevamos al hospital. —Cuando Mick se quedó allí, congelado en su sitio,
Tony levantó la voz y le dijo: —ropa, Mickey. Lavé tu ropa de ayer por la
noche y está colgada en mi armario.
Mick finalmente comenzó a moverse con movimientos espasmódicos,
demasiado rápidos. Tony no escondió su sonrisa mientras se ponía la ropa
interior, sus vaqueros favoritos y un suéter negro. —¡Oh, mierda! ¡Esto no
tenía que pasar todavía! —estaba diciendo Mick con tono de pánico—. ¡Se
suponía que su médico se lo iba a provocar el miércoles! lo tenían todo
planeado. Alex iba a volar el martes por la noche y mamá también iba a
estar aquí. —La cabeza de Mick giraba de un lado a otro buscando sus
zapatos—. ¿Qué pasa si él bebé llega antes que ellos? ¿quién la va a ayudar?
Tony tomó a su compañero por el codo y tiró de él por el pasillo hacia
la cocina. Se detuvo para agarrar los zapatos de Mick en el armario del
pasillo y los empujó contra los duros abdominales del hombre. —¿Qué
quieres decir con ‘quien’ la va a ayudar? Lo vas a hacer tú, giamope31. Es tu
hermana y tu sobrino, y vas a estar y a hacer lo que tengas que hacer, ¿de
acuerdo?

31 Idiota.
Mick pareció ofendido cuando respondió: —¡por supuesto que sí!
¿Qué clase de pregunta es esa, Tone?
197
Tony agarró las llaves de su coche y maldijo en silencio al hecho de que
el SUV de Mick estaba en medio del pueblo, no en su apartamento. —
Exactamente lo que yo digo. Vamos, Mickey, —y Tony sonrió feliz—. Vamos
a tener un bebé.
CAPÍTULO
198
VEINTIDÓS

TONY

Una hora más tarde, Tony se encontraba mirando desde lejos, a través
de la sala de espera del hospital, las largas piernas de Mick vestidas en un
short. Había sido casi una comedia de enredo que la amazónica mujer
embarazada viajara en el asiento delantero, mientras que su hermano
tamaño-Thor iba comprimido en el asiento trasero con la maleta en su
regazo. Tony inmediatamente se hizo cargo de la situación, Mick era inútil
en ese momento, y Christine estaba compresiblemente presa del pánico.
Bromeó, alabó y encantó a la joven hasta que finalmente había logrado que
le sonriera.
Una vez que entraron en el servicio de urgencias, las enfermeras de
maternidad llegaron inmediatamente a comprobar los signos vitales y a
monitorizar al bebé, mientras Mick y él enfriaban sus talones en la sala de
espera. Tony se echó hacia atrás en la mullida silla y sorbió su café de
máquina mientras leía sus mensajes de texto. —Por lo tanto, tu Ma dice que
está de camino. En este momento de la noche, el tráfico debería ser bueno,
así que estará aquí en poco más de dos horas, —le informó Tony a su
impaciente compañero.
—Bien. Eso está bien, —confirmó Mick mientras miraba a través de la
ventana de cristal de la puerta que lo separaba de su hermana—. Christine
me dijo que Alex se va a subir al próximo vuelo, pero probablemente no
estará aquí hasta cerca de las seis am. Seguramente ya habrá tenido al bebé
199
para esa hora, ¿verdad?
Tony se encogió de hombros y respondió: —depende, Mickey. Podría
dar a luz en cualquier momento, ahora o mañana por la tarde. Sabremos
más en pocos minutos. Las enfermeras van a ayudar a cambiarla y a sentarla
en la cama, después le ponen los monitores y también le colocan un IV. A
partir de ahí, le harán controles periódicos para ver si está dilatando y
comprobarán el progreso de las contracciones. Y si no hay complicaciones,
ella y el pequeño Freddie estarán bien. ¿Por qué no te sientas un poco, bebé?
Me estás poniendo cómo un manojo de nervios.
Mick continuó con su movimiento agitado. —No me puedo sentar
hasta que no sepa cómo está.
El seguro electrónico de la puerta sonó y una enfermera con uniforme
azul pálido salió de la habitación. Y buscando a los dos hombres, les llamó:
—¿Mick? ¿Tony?
Tony se puso de pie y se unió a su compañero. Fue la cosa más natural
del mundo para él poner su mano de forma posesiva en la cadera de Mick
mientras el rubio respondía: —sí, somos nosotros. ¿Cómo está mi hermana?
La enfermera era joven, tal vez cercana a los veintiochos años, tenía
un cuerpo pequeño lleno de curvas y un atractivo pelo dorado que brillaba
bajo las luces fluorescentes. Académicamente, Tony admitió que era sexy
como el demonio, pero, por otra parte, no se parecía en nada a su
compañero. Ella sonrió brillantemente, mientras con mirada exhaustiva
repasaba el cuerpo de Mick, y respondió: —Christine lo está haciendo muy
bien. De hecho, ella me pidió que los llevara a su habitación.
La respiración de Mick se liberó con un audible silbido y miró a Tony.
—¿Quieres venir conmigo, Tone? Ella pidió que tu también vinieras.
200
Tony era plenamente consciente de su audiencia y dejó que la
pequeña chispa de celos que la pequeña enfermera le había provocado
tomara el control del siguiente movimiento. Así que tiró de Mick más cerca
de su cuerpo y se inclinó a pellizcar el labio inferior de su compañero. —No
podría quedarme lejos, bebé. Somos familia.
La sonrisa de Mick fue casi beatífica mientras se extendía por su rostro.
Y dando un lento y tierno beso a los labios de Tony se agachó para susurrarle
al oído: —sutil. Realmente sutil, Tone. —Se puso de pie y se dirigió a la
decepcionada enfermera—. Te seguimos.
Cuando la joven estuvo lo suficientemente lejos de ellos, Tony
finalmente le respondió: —No me gustó la manera en la que te estaba
mirándo, Mickey. Pensé que lo mejor era dejar su serio ligoteo fuera de la
caja.
Mick sacudió su cabeza mientras una risa incrédula burbujeó en su
garganta.
—Exactamente, hombre. ‘Serio’ es la palabra clave aquí. ¿Qué vas a
hacer si un tipo guapo coquetea conmigo? ¿Pegarle un golpe?
El pensamiento de otro hombre poniendo sus manos sobre su
compañero volvió a enviar un torrente ardiente de furia a través de las
venas de Tony. Con un esfuerzo de voluntad, tragó hacia abajo y respondió
oscuramente: —Mejor le pongo unos zapatos de cemento. No comparto,
Mickey. Ya te lo digo.
Mick miró a Tony por el rabillo del ojo y le dijo en voz baja: —No
tendrás que hacerlo, Tone, pero vas a tener que confiar en mí o esto no va
201
a funcionar. También te lo digo.
Tony levantó su mirada para reconocer que había recibido el mensaje.
Mick todavía no había podido hablar sobre su ex con Tony, pero Ramona le
había dado la suficiente información acerca del chico para que el italiano
entendiera lo que su compañero le quería decir. Mick le quería hacer saber
a Tony que ser celoso estaba bien hasta cierto punto. El policía italiano no
tenía problema con eso, y de hecho Tony le respetaba aún más por eso.
Estaba orgulloso de Mick por establecer límites. Pero eso no pararía a Tony
de reclamarlo posesivamente en cada momento que creyera necesario.
Entraron en una habitación grande y abierta donde Christine estaba
recostada en una cama rodeada por pitidos de monitores y máquinas. El
corazón de Tony se estrujó en su pecho al verla. Sus rizos de rubia
mantequilla estaban peinados hacia atrás en un moño descuidado del que
salían zarcillos que enmarcaban su cara redonda y enrojecida. La piel debajo
de sus ojos estaba hinchada por la falta de sueño y sus ojos verde claro
estaban irritados. Estaba agotada, y él sabía que su trabajo todavía no había
acabado.
Cruzó la distancia entre ellos y dejó a Mick dando con torpeza unos
pasos lejos de la cama. Tony instaló su cadera en el colchón, a su lado y se
inclinó para besarla en la cabeza. —¿Cómo te sientes, muñeca? ¿os están
cuidando bien a los dos?
La hermana de Mick sopló y apoyó la cabeza en el hombro de Tony. —
Oh, sí. Ha habido una fiesta en mi vagina durante la última hora. Cada uno
de los auxiliares ha metido sus dedos dentro. Me estoy acordando de mi
primer año en la universidad, cuando fui a Bannaroo con los chicos de Phi
Beta Kappa.
—¡Christine! —Mick la regañó con tono escandalizado, pero Tony se
rio.
202
—¿Qué? —espetó ella, claramente irritada por su situación—. Tu no
eres el que está en esta cama con una bola de casi cuatro kilos preparándose
para salir por tu entrepierna, así que ya te puedes callar, Bub.
Tony rio y le preguntó: —¿qué te dicen? ¿cuánto te falta?
Christine suspiró y respondió: —sólo estoy dilatada unos pocos
centímetros en este momento. Dijeron que si las contracciones no se hacían
más fuertes, tendrían que ponerme una medicación para inducirlas. —Se
estremeció con el pensamiento y agregó: —¡por Dios! los medicamentos
son increíbles, es todo lo que voy a decir.
Mick finalmente se acercó y se inclinó a besar la mejilla de su hermana.
Sus ojos se encontraron con los de Tony en el camino de vuelta hacia arriba
y el calor en ellos hizo temblar al italiano. Christine miró hacia un lado y a
otro entre ellos un segundo antes de elevar la voz y decir: —entonces,
¿vosotros, chicos me vais a explicar que estabais haciendo juntos después
de media noche un sábado por la noche? ¿o por qué teníais los dos el pelo
mojado cuando aparecisteis en mi casa? ¿o por qué mi enfermera se
quejaba que todos los chicos calientes son gays?
La cara de Mick se iluminó con un furioso rubor, pero Tony
simplemente se rio. —Veo que ser observador y lector de lenguaje corporal
es de familia, —dijo bromeando a la ligera. Se paró para dejar a Mick tomar
la palabra, pero su compañero permaneció en silencio. Tony se acomodó en
la almohada y ajustó la cabeza de Christine para encajarla en el hueco de su
hombro antes de continuar: — es lo que pasa, muñeca. Pensé que como
fuiste atrapada por tu marido, yo me tendría que conformar con el segundo
mejor de por aquí. —La cabeza de Christine se levantó para mirar con
incredulidad, pero presionó firmemente la mejilla de nuevo en su pecho—.
Todavía es algo muy nuevo, muñeca. Estoy hablando de tan nuevo como de
203
esta noche, así que todavía no te emociones.
Christine de acurrucó contra el cuerpo de Tony y pasó su brazo por su
cintura. Su voz fue petulante cuando le respondió: —¡maldita sea, Bub! ¡No
es justo! ¡Yo vi a Tony primero!
Mick se rio y se acomodó suavemente a los pies de la cama. —Estoy
bastante seguro de que Alex diría algo al respecto, hermana. Ahora no seas
codiciosa. Podrás seguir teniendo todos los hombres calientes para ti.
Ella suspiró dramáticamente y respondió: —supongo que tienes razón.
Vale, puedes tener a Tony. Pero me lo vas prestar cada vez que lo desee.
El pecho de Tony retumbó con su risa. —Trato hecho, muñeca. ¿Por
qué no descansas un poco mientras todavía puedes? Mick y yo estaremos
en el pasillo por si nos necesitas.
Su largo y rollizo brazo apretó su cadera por última vez antes de que
ella lo dejara ir.
—No prometo nada. Al menos mamá ya estará aquí cuando Freddie
haga su debut, así que parece que no te va a tocar cortar el cordón, Bub.
Mick se estremeció e hizo una mueca antes de cambiar rápidamente
la expresión de su cara. —Estoy aquí si me necesitas, hermana, pero con
mucho gusto le cedo el honor a mamá. Sin problema.
Christine se acomodó de nuevo en las almohadas y les hizo un gesto
para que salieran de la habitación. Los ojos de Tony se cerraron mientras
fueron de regreso a la sala de espera y sintió el tirón del agotamiento
tirando de él hacia abajo. —Estoy muy cansado, bebé. Voy a intentar dormir
algo mientras esperamos. Despiértame si pasa algo emocionante.
204
Mick se instaló en la mullida silla junto a Tony y echó el brazo
alrededor del cuello del italiano. —Sigue durmiendo, Tone. Voy a hacer el
primer turno.
CAPÍTULO
205
VEINTITRÉS

MICK

Mick se removió en su asiento y colocó su brazo en donde había caído,


al lado de los ronquidos suaves de su compañero. Ya habían pasado dos
horas y todavía no había ningún progreso apreciable en el parto de su
hermana. Mick tuvo que admitir que no le importaba, aunque eso
significara un parto más largo y más difícil para Christine. Al menos así Alex
podría tener la oportunidad de llegar a tiempo para ver nacer a su hijo, y
Mick no tendría que ver partes de su hermana que lo dejarían marcado de
por vida.
Levantó su mano para peinar el pelo negro de Tony por enésima vez,
y alejarlo de sus ojos cerrados. Parecía que no podía dejar de tocarlo, como
si se tuviera que convencer de que el italiano todavía seguía allí. Había
sentido algunas miradas extrañas de otras personas que salían y entraban
en la pequeña sala de espera, pero a Mick eso no le importaba. La única
cosa que le importaba era Tony. El policía italiano había pasado las últimas
veinticuatro horas cuidando a Mick y ahora a su hermana, y se merecía
tener un poco de descanso mientras esperaban. Y además así, Mick podía
tener la ocasión de tocar, acariciar y mirar a su compañero con fascinación
y asombro.
Una sombra bloqueó el marco de la puerta y Mick miró para ver a su
madre apoyada con los brazos cruzados sobre su amplio pecho cubierto con
206
una sudadera gris con el logotipo de los Rollings Stones. Sus ojos verde
oscuro se suavizaron con esperanza y levantó una ceja interrogativa
mientras inclinaba la cabeza hacia el dormido detective escondido debajo
del brazo de Mick. El rubio sintió el rubor en su cara y sonrió mientras
asentía en respuesta a la pregunta no formulada. Siempre había sido así
entre su madre y él. Podrían tener una conversación completa sin decir una
sola palabra.
Se apartó del marco de la puerta y caminó suavemente a través de la
habitación, con sus zapatillas de deporte chirriando. Se inclinó y le dio un
beso suave en la mejilla a Mick antes de dejar caer uno en la desaliñada
mandíbula de Tony. Puso sus labios en la oreja de Mick y le susurró en voz
baja: —lo apruebo de todo corazón, ángel. Finalmente te conseguiste uno
bueno.
—Gracias, mamá, —murmuró Mick en respuesta—. Todavía es muy
reciente, pero creo que podría salir bien.
Ella revolvió sus cortos mechones rubios y apretó su nariz. —Voy a
echarle un ojo a tu hermana y te avisaré cuando llegue Freddie. Te quiero,
cariño.
—Yo también te quiero, mamá, —le respondió en voz baja y con
convicción.
Se movió para recolocar la cabeza de Tony en su hombro y apoyó su
mejilla contra los rizos negros y suaves del italiano. A él le gustaba el pelo
de Tony cuando se lo alisaba con productos de lujo, pero encontraba que
los rizos salvajes del hombre eran lo más sexy y suave debajo de su mejilla.
El corazón de Mick dio una feroz sacudida en su pecho cuando el brazo de
Tony le apretó el muslo donde descansaba de forma inconsciente, y cerró
los ojos para tratar de que su polla se desinflara. Resopló con irritación. Se
207
suponía que debía estar pensando en el bebé y preocupándose por la salud
de su hermana, pero en lugar de eso, se distraía con el pensamiento de
tener a su compañero otra vez desnudo en su cama lo más pronto posible.
Pasó las horas antes del amanecer en silencio reviviendo en su cabeza
una y otra vez los momentos en que se habían besado. Tony le había
sorprendido con su afán de sumergirse y explorar el sexo con otro hombre.
Mick había pensado, por lo menos al principio, que tendría que introducirle
en ello y manejarlo como un manojo de nervios, pero el hombre italiano
había sido audaz, apasionado y sin miedo. Mick no podía creerse su buena
suerte e incluso ahora, todavía no confiaba en que algo que no pudiera
preveer lo pusiera todo de cabeza. Siendo realista, Mick sabía que su
relación podría no sobrevivir en el trabajo, tal y como Tony temía. Mick sólo
esperaba que su relación no explotara junto a él.
También debió de haberse dormido, porque lo siguiente que supo fue
que Tony se estaba separando de su abrazo. El rubio se estiró y se quejó
antes de pasar las manos por su rostro. —¿Qué hora es? —preguntó a su
somnoliento compañero.
Tony pulsó un botón en su teléfono y respondió: —Son las cinco y
media am pasadas. ¿Tu Ma llegó bien?
—Sí, llegó unas pocas horas después de que te quedaras dormido.
Probablemente todavía está con Christine. ¿Podrías mandarle un mensaje
de texto por mí y preguntarle cómo está Chris? —le preguntó Mick mientras
se ponía de pie para estirar la espalda.
Los dedos de Tony se movieron como un rayo por la pantalla de su
teléfono y un momento después respondió. —Dice que está cerca. Christine
está dilatada casi ocho centímetros en este momento, así que el pequeño
Freddie debería nacer en cualquier momento en las próximas una o dos
208
horas. Dice que tu hermana insiste en que le traigamos panqueques y tocino
para el desayuno.
Mick se echó a reír. —Creo que eso es lo menos que podemos hacer,
¿verdad? —Mick se puso serio y añadió: —hombre, espero que Alex llegue
pronto. Se va a enfadar mucho si se pierde el nacimiento de su primer hijo.
—¿Mick? —una profunda voz masculina lo llamó desde el pasillo—
¿eres tú?
El gesto de Mick se alivió en su rostro cuando se volvió mientras
respondía: —hey, hombre. ¡Aquí estamos!
En un momento, el cuñado de Mick asomó la cabeza por la puerta.
Alex era más bajo que Mick y Tony, pero solo unas pocas pulgadas. Su piel
era de color crema en gran medida café, y Mick todavía podía distinguir las
ojeras de cansancio bajo sus sorprendentes y pálidos ojos color avellana.
Tenía el cabello negro, muy rizado y muy corto, y una sombra de barba
bordeaba su mandíbula cuadrada. Su cuerpo era delgado y fibroso por su
entrenamiento en Quantico, y los músculos de su pecho y de sus brazos
tensaban las costuras de su camiseta negra de manga larga.
El hombre cruzó la habitación y tomó la mano de Mick para darle una
firme sacudida. —Dime que no llego tarde. Chris pondrá mis bolas en un
plato si me perdí el nacimiento del bebé.
Mick sonrió y dio una palmada en el brazo de Alex. —Está todo bien,
Alex. Mi madre me acaba de enviar un mensaje y dice que debería de nacer
en la siguiente hora o así.
El alivio y la alegría recorrieron el rostro del hombre. —¡Gracias, Jesús!
—exclamó. Sus ojos siguieron a donde estaba Tony, detrás de Mick,
209
observando de cerca la conversación entre ambos. Mick observó como los
ojos de Alex se endurecían mientras miraba a Tony cuidadosamente—. Este
debe ser el infame Anthony Selvaggio ‘Salvaje’ del que he oído hablar
mucho, —añadió Alex, y sus palabras fueron casi un reto.
El vello del cuello de Mick se levantó y tragó un gruñido. Le gustaba su
cuñado la mayor parte del tiempo. El chico trataba a Christine como una
reina, pero eso no le daba derecho a poder ser un idiota con el compañero
de Mick. —No lo llames así. Su nombre es Tony y gracias a él, para empezar,
Chris pudo llegar a tiempo a este hospital, así que te sugiero que cuides tu
tono.
Mick escuchó como Tony se aclaraba la garganta con fuerza y recordó
el acuerdo que tenían. Así que dio un paso atrás y permitió que su
compañero se pusiera delante. Tony se adelantó y le ofreció su mano, y Alex
la estrechó sin dudar. —Tendría que haber sabido que un Fed novato
hurgaría en mi pasado. ¿Alguna cosa más que tengas que decir? —preguntó
Tony con tono cauteloso.
Alex cruzó los brazos sobre su pecho y se balanceó en sus talones. —
Por supuesto que busqué tu información. Mi mujer habla continuamente
de ti los últimos tiempos y es mi trabajo mantenerlos a ella y a mi bebé a
salvo. Quiero ser honesto contigo, Tony. El incidente de Chicago no se ve
bien en tu expediente, pero el capitán no tenía nada más que cosas buenas
que decir sobre ti. Dijo que eras un buen policía y un hombre de familia.
Tienes más amigos allá arriba de lo que seguramente te das cuenta.
Tony asintió lentamente y respondió: —es bueno saberlo. ¿Algo más
que tengas que decir?
Alex se encogió de hombros y respondió: —nada más que ‘gracias’ por
ayudar a Mick a cuidar de mi chica mientras yo no estaba. Mientras
210
recuerdes que ella está comprometida, no vamos a tener ningún problema.
La sonrisa de Tony fue arrogante mientras se contoneó hasta quedar
de pie cerca de Mick. Su brazo se puso alrededor de la cintura del rubio y el
brazo de Mick bajó naturalmente a descansar en el hombro de Tony. Y
elevando una oscura ceja en desafío al marido de Christine, le respondió: —
no es por nada, pero estoy bien con lo que tengo con Mickey. Christine se
ha convertido en la pequeña hermana que nunca tuve y yo cuido de la
familia, ¿capisce?
Las cejas de Alex se elevaron con sorpresa y sus gruesos labios se
arquearon en las comisuras. —Es así, ¿verdad? Christine esperaba que
vosotros dos os juntarais, pero pensé que eso no iba a pasar después de leer
tu expediente. Solo haz feliz a Mickey y todos estaremos contentos, hombre.
—Y le tendió su mano para estrechársela otra vez y Tony se la tomó—.
Bueno, será mejor que entre ahí. Os enviaré a Ramona cuando el bebé nazca.
Los hombres intercambiaron despedidas y buenos deseos, y Alex
partió con un gesto amistoso. Mick vio al hombre irse con consternación y
se volvió hacia su compañero. —Bien, fue mejor de lo que esperaba, —le
dijo vacilante.
Tony se encogió de hombros y se pasó la mano por sus rizos salvajes.
—Hubiera hecho lo mismo si yo estuviera en sus zapatos. Parece un tipo lo
suficientemente bueno, supongo. ¿Trata bien a Christine?
Mick asintió y respondió: —¡Oh, sí! Le da todo lo que ella quiere y
cumple todos sus caprichos. Sólo entre tú y yo, Tone. Está totalmente
dominado.
Tony soltó una risa sobresaltada. —Bien por ella. A mi Pop le gusta
actuar y fanfarronear como si él fuera el que está a cargo, pero todos
211
sabemos que Ma manda. Así es como debe ser, ¿sabes?
Tony señaló al ascensor con un interrogante en sus cejas y Mick se
encaminó con su compañero dirigiéndose hacia él. —Ni idea, Tone. Mi
padre no ha estado cerca la mayor parte de mi vida y como hombre gay, los
roles a veces son un poco más difíciles de definir. —Presionó el botón para
llamar al ascensor y miró a su compañero: —¿Y quién crees que está al
mando de nosotros dos?
El ascensor estaba felizmente vacío cuando los dos hombres entraron.
Y tan pronto como las puertas se cerraron, Tony arrinconó a Mick contra la
pared y con su cuerpo presionó duramente el de Mick. El policía italiano
apoyó sus manos en la pared del ascensor, a cada lado de la cabeza de Mick,
e invadió totalmente el espacio personal del rubio. Tony se inclinó hacia los
labios de Mick y susurró: —supongo que depende del humor. Me encanta
la idea de la negociación, ¿sabes?
La risa de Mick retumbó profunda en su pecho mientras su polla volvía
de nuevo a la vida con la cercanía de su compañero. —¿Y ahora quien es él
que tiene la boca sucia? — preguntó Mick, mientras rodeaba con sus manos
a Tony para ajustarlo más a su cuerpo.
El policía italiano lamió su labio inferior y respiró. —Tú. —Y se inclinó
para invadir la boca de Mick con pasión y todo lo que Mick pudo hacer fue
aceptarlo. Tony no pidió permiso ni le hizo ninguna advertencia. Solo se
movió y tomó lo que quería de Mick, y por Dios, Mick lo amó. El hombre
rubio se deleitó con la pasión dominadora de su compañero, y estuvo
perdido. Y sí Tony le hubiera dicho que lo quería follar justo en ese
momento, Mick hubiera respondido dejando caer sus pantalones. Tony era
el que estaba a cargo en ese momento y Tony conseguía lo que quería.
Cuando el ascensor sonó para indicar una próxima parada, Tony se
apartó y respiró pesadamente. Suspiró. —Apuesto… que hay una habitación
212
vacía… en algún lugar de este hospital.
Mick tiró de las caderas de Tony para apretarse contra él y molió
conjuntamente sus erecciones. —Sí, quiero decir, ¡no! Tony, somos policías.
¿Qué pasaría si dos de los mejores hombres del IMPD fueran atrapados
follándo en el armario de la limpieza del Hospital?
Tony gruñó y le robó otro beso rápido antes enderezarse de mala gana,
y se apartó de Mick justo cuando las puertas del ascensor se abrieron. Los
dos hombres hicieron su mejor actuación, como si no hubieran estado hace
unos segundos muy cerca de hacer el amor en el ascensor, y Mick evitó la
sonrisa pícara de una enfermera madura que entró en el ascensor cuando
ellos salían. Mick hizo una mueca de dolor mientras trataba de recolocar
discretamente su erección en un lugar menos visible, mientras Tony y él
seguían las indicaciones hacia la cafetería.
Mientras estaban de pie en la fila del desayuno, Tony miró hacia atrás
a Mick y le dijo: —Aún pienso que es una buena idea.
Mick resopló en su taza de café. —Olvídalo, Tone. Podemos esperar
un par de horas más hasta que estemos de regreso en tu casa.
Sostendremos al bebé, tomaremos una docena de fotos y entonces nos
escaparemos.
Tony apiló un montón de patatas fritas en su plato para acompañar la
montaña de huevos revueltos y las seis piezas de tocino. —En serio, bebé,
se puede hacer. Nos llevaría… ¿qué? ¿Cinco, tal vez diez minutos regresar?
¿quién nos va a echar de menos diez minutos?
La risa de Mick tenía una nota histérica. —No, no va a suceder, Tone.
¿De verdad crees que tendré suficiente de ti con menos de diez minutos?
Infiernos, no, —le dijo con su acento country resonando como un arco sobre
un violín—. Voy a necesitar al menos tres o cuatro horas para lo que quiero
213
hacer contigo.
La espalda de Tony se puso rígida y gruñó. —Tú y esa maldita boca
tuya, Mickey. Cuando estemos de regreso en mi casa, voy a darte algo mejor
que hacer con ella que hablar.
La polla de Mick ya dura, se elevó contra su cadera izquierda.
Enganchó una manzana para agregarla al plato de fruta, tres waffles, cuatro
salchichas, un muffin de arándanos y tres cartones de leche. Mientras
sacaba la cartera para pagar sus comidas, Mick murmuró: —¡Maldición!
¿Cuándo va a nacer este niño?
CAPÍTULO
214
VEINTICUATRO

MICK

Exactamente a las 6:54 am, el pequeño Freddie DeWayne Green hizo


su gran aparición para deleite de su estático padre y el profundo alivio de
su madre. El sobrino de Mick inclinó la balanza con una friolera de cuatro
kilos seiscientos gramos y midió cincuenta cm del talón a la corona. Mick
contempló con asombro a su sobrino. Freddie había heredado la piel
ligeramente más oscura de la raza mestiza de su padre, pero los rizos de
plumón en la cabeza rubia eran como los de su madre. Sus mejillas estaban
redondas y enrojecidas, y sus turbios ojos azules estaban cerrados con
fuerza como si fingiera que había regresado al lugar tranquilo y oscuro de
su creación.
—¡Buen Dios, Chris! —dijo Mick—. Es increíble, —añadió, con un tono
lleno de asombro e incredulidad.
Christine frunció el ceño, con sus ojos color peridoto nebulosos por los
medicamentos para el dolor. —¡Oye! Cuida tu maldita boca, —reprendió a
su hermano— ahora tenemos oídos impresionables. ¿Qué maldito
problema hay contigo?
La risa de Ramona resonó, sorprendiendo a Alex despertándolo de la
siesta que estaba durmiendo en la silla de al lado de la cama. Mick también
se rio y sus ojos inmediatamente buscaron a Tony. Pero, Tony no estaba
mirando a Mick. Tony estaba mirando a Freddie con una expresión de
215
anhelo y afecto. El corazón de Mick saltó a su garganta, pero se lo tragó y
dijo: —¿Quieres abrazarlo, Tone?
Tony miró los ojos de Mick antes de mirar deliberadamente a Alex. El
esposo de Christine se frotó la cara con cansancio mientras le dijo: —
adelante, hombre. Te lo has ganado.
Y eso era, aparentemente, todo lo que el compañero de Mick
necesitaba oír. Con manos confiables y con experiencia, Tony tomó el
paquete caliente de los brazos de Mick y, sin problemas, pasó al bebé a los
suyos. Mick observó con fascinación como Tony se inclinaba para inhalar
profundamente desde la coronilla de la cabeza de Freddie.
Con un suspiro de placer, Tony dijo: —es la fuente de la juventud,
Mickey. ¿Alguna vez has olido la cabeza de un bebé?
Los ojos de Mick se abrieron y negó con la cabeza. —No puedo decir
que lo haya hecho, Tone. No he tenido muchas oportunidades en mi vida
hasta ahora.
Tony levantó el codo para elevar la cabeza de su sobrino. —Vamos,
cariño. Toma una respiración de este y trata de decirme que no es lo mejor
del mundo.
Mick se encogió de hombros y se inclinó para rozar la nariz con los
rizos rubios y suaves. Respiró profundo, tomándose tiempo para clasificar
los olores mientras se filtraban a través de su cerebro. Detectó un indicio de
antiséptico superpuesto al dulce aroma floral del talco para bebé. Debajo
de todo eso, sin embargo, él olisqueó algunos olores indefinibles que
evocaban inocencia, y eso encendió su instinto de protección y estrujó su
corazón.
—Mierda, —murmuró Mick mientras daba otra respiración profunda
desde la cabeza de su sobrino—. Devuélvemelo.
216
Tony se alejó bailoteando y le dio la espalda mientras le hablaba al
dormido bebé en sus brazos. —¿Qué codicioso está aquí, Freddie? Ese es tu
tío Mickey. No te dejes intimidar por su actitud de mal humor, amigo. No es
un mal tipo. —El bebé se estiró y chirrió en sus brazos, y Tony continuó: —
¿qué es eso, patatino32? ¿quieres saber quién soy? Oye, esa es una pregunta
fácil. Soy tu tío Tony. No hay relación de sangre, pero ¿a quien le importa?
Todo lo que necesitas saber es que somos familia, ¿capisce?
Mientas Mick observaba a su compañero hablar con Freddie, todo lo
que podía pensar era en cómo sería como padre. Mick nunca había
considerado antes realmente tener hijos, pero ver a Tony interactuar con
su sobrino había despertado un nuevo deseo dentro de él. Tony había sido
hecho para tener hijos y a Mick le gustaría dárselos. Algún día.
La voz de Christine interrumpió el momento bomba de Mick
anunciando. —¡Oh, mi Dios, Bub! Acabo de tener una gran idea. Tú y Tony
deben tener un bebé juntos. —Y se calló en el conmocionado silencio de la
habitación—. Bueno, no juntos, juntos. Eso es imposible, obviamente.
Quiero decir, podríais tener un bebé con el otro, —susurró de manera
espectacular, con sus dos dedos índices moviéndose de uno al otro entre
los dos hombres—. ¡Pueden utilizar mis óvulos!
Alex gimió y enterró la cara en sus manos. —Ramona, ¿Cuánta
medicina para el dolor le dieron?
La madre de Mick rio y puso sus pies en el suelo para detener el
movimiento de la mecedora. —No tengo ni idea. Cada vez que una
enfermera le pregunta que evalúe su dolor en una escala de uno a diez, ella
32 Pollito.
le responde diciendo: ‘acabo de tener un bebé de más de cuatro kilos. ¿En
qué número piensas que esta mi dolor’?
217
Antes de que Mick o Tony, o cualquiera de ellos, pudiera decir algo
para cambiar de tema, Christine intervino. —Estoy hablando muy en serio
en este momento. Esta fábrica de bebes está cerrada y está en proceso de
venta de la mercancía restante.
Tony rio con nerviosismo, colocó un tierno beso en la cabeza de
Freddie y lo pasó a los brazos extendidos de su abuela. —Bueno, creo que
esa es nuestra señal para dejar que todos descanséis. —Él le dio un beso en
la cabeza a Ramona y estrechó la mano de Alex con todo su corazón—
felicidades, Alex. Es hermoso. Simplemente guapo. —Fue al lado de
Christine, se dobló por la cintura y la besó en la mejilla—. Lo hiciste bien,
mammina. Estoy orgulloso de ti.
Mick pudo escuchar a Christine susurrar en su oído lo suficientemente
alto para que todos lo escucharan. —Sólo imagínatelo, Tony. Podríamos
hacer preciosos bebes juntos en el vientre de otra persona. —Ella le guiñó
un ojo y añadió: —piensa en ello.
Tony rio y negó con la cabeza mientras el rostro de Mick ardía de
vergüenza. Mick hizo su propia ronda de despedidas y prometió regresar
más tarde por la noche con la cena. Los dos hombres no hablaron mientras
bajaban en el ascensor hasta el estacionamiento. Estaban casi llegando a la
casa de Tony cuando Mick suspiró profundamente y dijo: —lo siento. Al
parecer mi hermana no heredó la frialdad de mi madre cuando está drogada.
Tony rio suavemente. —No te preocupes por eso, bebé. Deberías ver
a mi hermana Angie cuando nacieron sus gemelos. Estaba tan drogada que
le ofreció al doctor un millón de dólares para que cortara el cazzo33 de su
marido. Sucede. Al diablo con eso.
218
Mick se rio por lo bajo. —Tengo que decir que estoy esperando con
interés conocer a tu familia algún día.
La expresión de Tony se suavizó. —Oye, ¿quién sabe? Quizá podamos
ir el día de Acción de Gracias o algo así. Mi hermana te comerá para cenar.
Más pavo y relleno para mí.
El pecho de Mick se calentó con el pensamiento de pasar las
vacaciones con Tony, pero una duda le perseguía. —¿Estas seguro de que
quieres dejar caer esto en vacaciones? ¿cómo crees que se lo van a tomar?
Los labios de Tony bajaron con un gesto ceñudo e hizo una pausa antes
de responder: —Eh… mis hermanas y sus hijos se lo tomarán bien. Me
reventaran las pelotas durante un tiempo, pero ellos son de mente más
abierta. ¿Ma y Pop? Merda, no tengo ni idea. Ma intentará que no se le note,
pero es muy religiosa. Pop es un hombre típico italiano soplado con fuerza,
así que puede portarse un poco difícil conmigo. No te mentiré, Mickey, mi
Pop puede ser un culo a veces.
Mick trató de aliviar las líneas de ansiedad en el rostro de su
compañero con una broma. —Nooo, ¿bromeas? No tengo ni idea de cómo
manejar a un italiano cabeza caliente con temperamento.
Tony resopló y Mick sonrió. —Qué gracioso, bebé. Realmente
divertido. —Tony se mordió el labio antes de admitir—. Estoy nervioso con
eso, pero creo que una vez que te conozcan te querrán igual que yo.

33 Pene.
El latido del corazón de Mick tronó a través de sus venas con las
palabras de Tony. Era la segunda vez que Tony mencionaba por casualidad
219
la palabra con A en lo que respecta a Mick y eso envió al detective rubio en
picado. Él no sabía con que intención la usaba Tony, así que Mick fue a lo
seguro y mantuvo sus propios sentimientos dentro de su pecho. Cuando el
momento fuera el adecuado, Mick podría decirle al hombre como se sentía
exactamente, pero eso seguía siendo muy nuevo entre ellos, sobre todo
para semejantes declaraciones.
—¿Qué no te amaré? —Mick bromeó a la ligera—. Estoy seguro de
que todo saldrá bien, Tone. Suena como que tu familia te quiere. Ya lo
resolveremos.
Tony asintió mientras sacaba el coche de la carretera y apagaba el
motor. Miró el reloj en su teléfono y dijo: —son solo las diez y media de la
mañana. ¿Qué dices si dormimos un par de horas y después lo retomamos
donde lo dejamos esta mañana en el ascensor?
Una amplia y depredadora sonrisa asomó a la cara de Mick cuando
respondió: —pensé que sólo necesitabas diez minutos, Tone. Piensa en lo
bien que vas a dormir sin la vara que está en tus pantalones.
Tony abrió la puerta y dijo: —Vamos, bebé. Tenemos por lo menos
quince minutos antes de que colapse.
Mick se rio y siguió a su compañero al interior. Este parecía que iba a
ser el mejor domingo de su vida.
CAPÍTULO
220
VEINTICINCO

TONY

Habían pasado dos semanas desde el fatídico fin de semana y Tony era
más feliz de lo que tenía derecho a ser. Para su sorpresa, Mick y él habían
seguido trabajando juntos como compañeros sin muchos contratiempos y
ya habían resuelto dos casos más. Fue una rutina agradable para ellos; una
vez entraban a la comisaría de policía, su relación se transformaba en una
amistad que les ayudaba a trabajar juntos y resolver sus casos. Incluso a
través de las largas horas de investigación a través de pruebas, entrevistas
a testigos y estudiando informes de autopsias, Tony fue capaz de convertir
el deseo por su compañero en un zumbido agradable de anticipación
mientras se concentraban en su trabajo. Pero una vez que estaban en casa
por la noche, todas las apuestas estaban fuera.
Desde esa primera noche juntos, Mick prácticamente había vivido en
la casa de Tony. Solo regresaban al apartamento de Mick para recoger
alguna cosa que el hombre podría necesitar antes de regresar a la casa de
Tony a comer, ver TV y follar como conejos. Tony se encontró haciendo
espacio en su armario para la ropa de trabajo de Mick, lanzando la ropa
interior y los calcetines del hombre a la lavadora con los suyos y comprando
una caja de la cerveza favorita de Mick para meterla en la nevera. Disfrutó
de tener a Mick en su espacio y, de hecho, llegó a pensar que era también
su espacio en una alarmantemente corta cantidad de tiempo. Tony nunca
había vivido antes con un amante, así que él seguía esperado el inevitable
instinto de retirarse y poner distancia entre él y su compañero, pero parecía
221
que lo que ocurría era lo contrario. Tony había odiado las tres noches que
Mick había insistido en dormir en su propio apartamento, dejando a Tony
solo en su cama. No había sido capaz de dejar de insistir a Mick de que fuera
a dormir a su casa con la excusa de ahorrar tiempo y recursos, pero la
verdad es que él extrañó a su compañero cuando se fue. Se había
acostumbrado a quedarse dormido en el gran círculo de los brazos de Mick
y pasar los dedos a través de su rubio cabello mientras discutían durante un
partido de fútbol en el televisor. Tony simplemente no podía tener
suficiente del hombre y no iba a luchar contra lo inevitable.
El sábado por la tarde, Mick y Tony habían pasado el día con Christine,
Freddie y Ramona. Alex había salido temprano por la mañana para volver a
regañadientes a Quantico, pero les había pedido a los dos hombres que
mantuvieran un ojo en su familia hasta que se graduara en unos meses.
Había sido un día muy relajado de estar con la familia y Tony había amado
cada minuto. Ramona había cantado y horneado pan de plátano mientras
que un asado a fuego lento se cocinaba para la cena, y Christine les contó
sus penas por tener un bebé tan hambriento.
Tony había enseñado a Mick como cambiar un pañal y se rio hasta
llorar cuando el pequeño hombre salpicó un chorro de orina por la camisa
de su mortificado tío. Habían pasado un agradable día mirando a Christine
en su silla alimentando al voraz Fredie, y simplemente disfrutando de la
novedad de tener él bebe alrededor mientras ellos hablaban y se reían.
Tony se encontró sonriendo mientras revivía el día en su mente.
Estaba tumbado en el sofá mientras Mick corría al supermercado para
comprar las cosas del desayuno, y el italiano estaba planeando lo que iba a
hacerle al cuerpo del hombre cuando regresara. Sus fantasías eróticas
fueron interrumpidas por el timbre de su móvil y lo descolgó con una sonrisa
mientras contestaba al ver el identificador.
222
Tony pulsó la pantalla para aceptar la llamada y sonrió cuando dijo: —
¡Ciao, amore! ¿ven stai?34
Tony sostuvo el teléfono lejos de la oreja mientras una voz femenina
gritó: —¿qué coño, Tony? Han pasado casi dos semanas desde que hemos
sabido algo de ti. Ma está muy enfadada.
Tony rio con la actuación dramática de su hermana. Angie era la más
parecida de edad, pero aun así era cinco años mayor que él. Mientras que
sus otras tres hermanas actuaban como las madres de Tony, Angie siempre
había sido su amiga y colega. Era audaz, franca, maldecía como un marinero
y tenía el corazón más grande que nadie que conociera. —Lo siento, Ang. —
Respondió con un tono no tan-lo siento—. He estado un poco ocupado.
—¿Qué? ¿Muy ocupado para dejarle saber a tu familia que sigues vivo?
¿Qué te tiene tan ocupado para incluso no llamar a tu Ma, uh? —y Angie se
enfadó con él.
Tony respiró hondo y soltó el aire lentamente. Era ahora o nunca. —
Es complicado, bella. Yo, uh, he estado viendo a alguien.
—Oh. Mi Dios. Debería saber que habría un pedazo de culo que te
distraía de tus obligaciones con la familia. ¿Quién es ella? ¿cómo es? ¿es
más guapa que yo? —su hermana le exigió impaciente.
Tony se apretó el puente de la nariz con dos dedos y respondió: —esa
es la cosa. La persona que he estado viendo no es precisamente una mujer.

34 Hola amor, ¿cómo estás?


No tuvo que esperar mucho para la explosión. —¡Marone! En nada,
¿me estás diciendo que estas follándote a un chico? No es que me moleste,
223
¡que importa! pero sigue siendo sorprendente. No te voy a mentir. ¿Quién
es él y cómo es de seria la cosa?
Tony sacó el teléfono de su oreja para mirar a su hermana a través de
la pantalla.
—¿Qué quieres decir con que no estas sorprendida? ¿qué carajos, Ang?
Su hermana hizo un ruido grosero en el teléfono y respondió: —¿qué?
¿estas bromeando, Tone? todos en este vecindario pensaban que tú y
Jimmy estuvisteis follando años. Nadie dijo nada en ningún momento, sin
embargo, porque nadie quería terminar como Gianni Esposito. Nadie se
quería meter con Tony Salvaje. A duras penas nos decían eso a mí y las
chicas, sabiendo que les cortarías las pelotas si te enterabas, ¿sabes? Ma ha
estado rezando el rosario todos los días desde que tenías catorce años y ella
pensaba que tú y Jimmy os acostabais juntos, y Pop se ha estado quejando
durante años de cómo Ma y nosotras te echamos a perder y te convertimos
en un marica. ¿Por qué es una sorpresa para ti?
Tony apretó los dientes ante la odiosa palabra ‘marica’. —Sabes que
no me gusta esa palabra, Angela. No olvides que esa palabra es la razón por
la que Gianni Esposito terminó en el hospital nuestro último año. —Se
detuvo para tomar una profunda respiración y calmarse antes de continuar:
—sí, seguro, yo tenía sentimientos hacia Jimmy, pero nunca estuve con él,
¿está bien? No me puedo creer que todos pensaran que yo era gay, si me
estuve follando a Teresa Bianchi durante cuatro años.
—No lo sé, todos asumimos que estabas con los dos. ¡Marone! Olvida
lo que te dije. No pasa nada. —Contestó ella a la defensiva.
Tony contó hasta cinco para controlar su temperamento antes de
decir: —lo que sea. Lo pasado, pasado y lo que importa es el presente. El
224
hecho es que creo que este chico es el indicado, ¿sabes? Es importante para
mí. Mick es importante para mí.
—¡Whoa! ¡Tony! —Angie lo interrumpió con un grito—. ¿Estas
follándote a tu nuevo compañero? ¿Ese gran dios griego rubio del que me
mandaste una foto hace un mes? ¡Oh, mi Dios! Tess y Maria van a cagar
ladrillos, te lo digo. Gabby por otro lado va probablemente a arrastrarte a
que te confieses con el padre Angelo. No te voy a mentir.
Tony rio de su proyección de las reacciones de sus hermanas. —
Escucha, bella, quiero llevar a casa a Mick el día de Acción de Gracias dentro
de unas semanas. ¿Hablas con todos y los prepararas? Así les damos a Ma y
Pop algo de tiempo para acostumbrarse a la idea antes de presentarnos,
¿sabes? Es un buen hombre, Ang, y me preocupo por él. Estoy pensando en
pedirle que se venga a vivir conmigo, así que es algo serio entre nosotros y
quiero que os conozca a todos.
Su hermana suspiró pesadamente en el teléfono. —No me lo puedo
creer. Nuestro pequeño Tony finalmente se ha enamorado y es de un chico
de campo hermoso y rubio de Kentucky. Las vacaciones van a ser muy
divertidas este año, —bromeó con una risa malvada—. No te preocupes por
eso, fratellino35. Yo me encargo de Ma y las chicas. Pop, sin embargo, es
todo tuyo.
—Eres un verdadero angel, bella, —respondió Tony con sequedad—.
Pero, uh, tal vez espera hasta mañana para contarles. Tengo planes con
Mick esta noche y no quiero que mi teléfono suene mientras estoy ocupado,
¿capisce?

35 Hermanito.
—Gracias, Tone. Ahora tengo imágenes en mi cabeza de mi pequeño
hermano siendo sucio con el Capitán América. —Se detuvo durante un
225
segundo reflexivo y añadió: —envíame algunas fotos, ¿eh? No de ti, por
supuesto, pero me gustaría tener una buena imagen de tu compañero sin
camisa. Eso también podría apaciguar a Tess y Maria.
Tony puso los ojos en blanco y sacudió su cabeza con fingido disgusto.
—Veré que puedo hacer, Ang. Dale a Ma mi amor y dile que la llamaré
mañana por la noche. Ti voglio bene, bella36.
—Te quiero, también, fratellino. Espera a que el teléfono suene
mañana. Hablamos pronto. —Le contestó Angie antes de colgar.
Tony todavía estaba sentado sosteniendo el teléfono en su mano
cuando la puerta del garaje se abrió y Mick caminó dentro. Sus manos
estaban cargadas con las bolsas del supermercado y le llamó: —¡Échame
una mano, Tone!
Tony guardó su teléfono, se puso de pie desde el sillón y caminó hacia
la cocina. Estuvo callado mientras acomodaba los huevos, tocino, leche,
jugo de naranja, vegetales frescos y bagels. Mick lo observaba con cuidado,
pero el hombre mantuvo la paz por el momento. Después de poner la última
caja de cereal en el armario, Mick se apoyó contra el mostrador y cruzó los
tobillos y los brazos sobre el pecho.
—Algo pasó desde que salí al supermercado. ¿Qué fue, hombre?
Tony acortó la distancia entre ellos como si fueran polos opuestos de
un imán. Pasó las manos atrevidamente bajo la camisa apretada de su
compañero de manga larga y disfrutó de la sensación de los abdominales

36 Te quiero tanto, bella.


de Mick moviéndose contra sus palmas. Miró a los ojos preocupados del
rubio y le dijo: —quiero que te vengas a vivir conmigo, Mickey.
226
Las cejas de Mick se subieron a su frente y los brazos cayeron a sus
lados. Tony tomó ventaja del nuevo territorio que le ofrecía y movió sus
manos hacia arriba para agarrar y presionar los duros pectorales de su
compañero. Mick flexionó los músculos debajo de las palmas de Tony y
respondió con cuidado: —¿no crees que esto va muy rápido? ¿qué pasará
si la próxima semana decides que esto no va a funcionar? Tu tendrías un
lugar donde vivir y yo estaría acampando en el sillón de mi hermana.
Tony ladeó la cabeza y observó a su pareja con curiosidad. —¿Qué te
hace pensar que sería el primero en llorar ‘tío Mickey’? ¿o incluso al final?
Cada vez que trato de hacer planes contigo más allá de unos cuantos días,
siempre me das respuestas de mierda como ‘veremos’ o ‘si seguimos juntos’.
¿Por qué sigues diciendo esas cosas? —Tony se apartó de Mick y se puso
frente a su compañero. Podía sentir su infame temperamento quemando
con justa indignación y abrió su boca para permitir salir las llamas—. ¿Qué
parte de las últimas seis semanas desde que nos conocemos te ha hecho
pensar que no soy serio con esto? ¿fue cuando tuve el coraje de hablarte
sobre Jimmy cuando no había hablado con nadie sobre cómo me sentía
sobre él? ¿o fue cuando salvé tu culo de ser violado y tal vez asesinado por
un criminal con drogas? O espera, quizás, ¿fueron todas las veces que te
follé porque no podía tener suficiente de ti? —e hizo una pausa para dar
efecto dramático y añadió como golpe final: —o tal vez, Mickey, tal vez,
decidiste que te estaba mintiendo cuando te dije que te amo. No solo una.
Si no dos veces.
Tony observó como un color profundo se arrastró hasta el cuello de
Mick y llegó al máximo en su mandíbula de granito. Tony reprimió una
sonrisa de triunfo. Era tan difícil sacar de quicio a su compañero, pero
cuando sucedía, era electrizante. La última vez que llevó a Mick a ese punto
fue hacia una semana y el hombre clavó las manos de Tony en la cama y
227
literalmente llevó a Tony al orgasmo fuera de su cuerpo con su otra mano.
Fue la mejor follada de la vida de Tony y si pudiera llegar a un buen acuerdo
entre él y Mick, entonces tal vez podrían llegar a hacerlo aún mejor. Esta
noche.
Las fosas nasales de Mick se dilataron mientras exhalaba con fuerza.
—Mira, Tone, —comenzó Mick, con un tono condescendiente para los oídos
de Tony—. No voy a negar que tenemos mucha química juntos dentro y
fuera de la cama. Pero, lo que importa es que tú no eres un hombre gay,
Tony. Yo si lo soy. Crecí siendo gay, solo he tenido sexo con hombres y he
estado en otra relación de largo plazo con otro hombre. Sé de primera mano
los retos y la negatividad que vienen junto con amar a alguien del mismo
sexo. No es fácil vivir tu vida de forma normal cuando todos a tu alrededor
creen que es antinatural y no vacilan en decírtelo, —el pecho de Mick se
llenó de emoción y pasó su mano por la oreja con agitación—. No sé cómo
vas a reaccionar a eso y me asusta, ¿de acuerdo? En este momento, hay un
riesgo mínimo de exposición con las cosas como están y no quiero
precipitarme a algo más permanente hasta que no nos conozcamos uno al
otro un poco más.
Tony sacudió su cabeza con incredulidad. —¡Marone! ¿por lo menos
te escuchaste ahora? ¿como si fueras el único que creció con esa carga? —
Tony rio con amargura—. Acabo de hablar con mi hermana Angie y ¿sabes
que me dijo? —y no esperó a que Mick respondiera antes de continuar.
—Me dijo que nuestro vecindario entero pensó que yo era gay, igual
que Jimmy, durante años. Y que ellos estaban demasiado asustados de Tony
Salvaje para decir nada. ¿Sabes que hicieron en su lugar? Lo pagaron con
Jimmy, así que los enfrenté con mis puños. Al parecer, creían que había
tenido una relación gay con Jimmy durante años. Yo era el único que no lo
sabía.
228
Los hombros fuertes de Mick se desplomaron. —No sé qué decir, Tony.
Eso es horrible. Siento que hayas tenido que pasar por eso, pero estoy
contento por tu amigo. Cada Jimmy por ahí merece tener un Tony Salvaje
en su vida. Nunca tuve un defensor, aparte de mi madre, y supongo que eso
se siente demasiado bien para ser verdad. ¿Sabes?
El enfado de Tony desapareció tan rápido como había llegado. Se
acercó al cuerpo de Mick y lo mantuvo apretado por las caderas y le dijo: —
Bebé, está bien tener miedo. ¿Estas bromeando ahora? Estoy malditamente
asustado. Pero la forma en la que me siento cuando estoy contigo vale la
pena todos los riesgos, cada desafío y hacer frente a todos los miedos,
porque la recompensa es tenerte a ti.
Mick ocultó su cara detrás de la oreja de Tony y se agarró al hombre
italiano con más fuerza. Le llevó unos momentos responder: —me asusta lo
rápido que esto está ocurriendo entre nosotros. Se siente demasiado bien,
estoy muy bien aquí y no puedo esperar a que el otro zapato caiga. Sólo han
pasado dos semanas desde la primera vez que te besé y ahora quieres que
me mude contigo. Sólo… sólo necesito estar seguro, Tony, porque no creo
que pueda sobrevivir si cambias de opinión.
Tony cerró sus ojos e inhaló el aroma embriagador masculino de su
compañero.
—Mickey, no sé cómo decirte esto, pero ya vives aquí. Pasamos el
noventa por ciento de nuestro tiempo juntos desde el día que nos
conocimos y yo he odiado cada minuto del diez por ciento que no estamos
juntos. ¿De que otra forma tengo que probarte que estoy en esto todo el
camino? —se rio ligeramente y añadió: —si estás buscando zapatos que
tirar, vas a tener que esperar hasta mañana. Le dije a Ang sobre nosotros y
le pedí que corriera la voz de que iba a llevarte a casa el día de Acción de
229
Gracias. Afortunadamente, aceptó esperar hasta mañana.
Mick se alejó para encontrarse con los ojos de Tony. —No puedo creer
que realmente hicieras eso. No creí que fueras en serio cuando me lo dijiste
hace dos semanas. ¿Realmente quieres que conozca a tu familia?
Tony suspiró y respondió: —ya estamos otra vez, Mickey. ¿Cuándo vas
a creerme, uh? Tal vez en lugar de cuestionar mi compromiso contigo,
deberías preguntarme porque le dije a Ang que esperara hasta mañana.
Mick pareció suspicaz mientras repitió: —¿por qué le pediste a tu
hermana que esperara hasta mañana?
Tony se encogió de hombros y le dijo sin amabilidad. —Bueno, es solo
que finalmente me llegaron los resultados de la prueba ayer y estoy limpio.
Puesto que tu obtuviste los tuyos hace dos días, eso significa que podemos
dejar los condones. Pensé que podríamos celebrar la noticia haciendo esa
cosa que quieres hacer esta noche.
Mick gruñó bajo en su pecho y empujó su polla dura contra la de Tony.
—¿Estas seguro de que estás listo para eso? —le pregunto el rubio con
preocupación.
Tony estaba más que listo. Durante la semana pasada, Mick se había
puesto más audaz presionando los límites de Tony al explorar su culo. Al
principio, la idea de dejar a un hombre follarlo en un lugar tan vulnerable lo
hizo ponerse incomodo, pero cuando estuvo desnudo con Mick, no le
pareció tan mala idea. Ayudó que el compañero de Tony fuera
aparentemente muy experto en esa área. Mick había sido paciente y
cuidadoso al ponerle los dedos y Tony se dio cuenta de que los nervios
sensibles ahí habían contribuido a obtener algunos de los más poderosos
orgasmos de su vida. Justo la noche anterior, Mick había puesto dos dedos
profundamente en el culo de Tony y había golpeado su próstata mientras
230
Tony seguía adelante. El policía italiano se había corrido tan duro y
abundante como nunca antes en su vida. Mick incluso había tenido que
retirarse antes de que se desplomara. Así que… sí. Tony estaba listo para
más.
Tony se inclinó para lamer y besar los labios de su pareja antes de
responder: —¿por qué no vamos a nuestra habitación y te lo demuestro?
Mick comenzó a caminar hacia delante, forzando a Tony a caminar
hacia atrás a ciegas. Pero en ningún momento vaciló el paso del moreno. Él
confiaba que Mick lo iba a cuidar. —Vas a gritar mi nombre cuando tenga
mi polla en tu culo, —le advirtió Mick con voz grave.
Tony sonrió y se sacó la camiseta por la cabeza y la arrojó a un lado
mientras entraba tropezando en el dormitorio. Levantó una ceja con
arrogancia y le dijo: —es lo que estamos buscando, bebé.
CAPÍTULO
231
VEINTISEIS

TONY

El corazón de Tony estaba latiendo furiosamente mientras Mick


avanzó hacia él y vio como brillaban sus intenciones en sus ojos verdes
oscuro. El hombre parecía letal, un león de oro acechando a su presa, y él
era el objetivo. La polla del italiano estaba dura como el acero dentro del
material suelto de sus pantalones de chándal que se estiraba como una
obscena tienda de campaña ante la idea de lo que Mick iba a hacer con él.
Tony estaba excitado, nervioso y un poco asustado, pero el miedo añadía
un borde más afilado a la anticipación e intensificaba su deseo hasta un
extremo peligroso. Mick fue el único que pudo llevar al italiano a ese lugar
tan lleno de obsesión y posesión. Quería ahogarse en Mick, consumirlo y
marcarlo ante todo el mundo, y que todos fueran testigos de su reclamación.
La intensidad de sus sentimientos por su compañero lo aterrorizaba más
que la idea de su enorme polla follándo su culo.
Los bíceps de Mick se alisaron e hincharon con movimientos bruscos
cuando se quitó su camiseta por su cabeza, y reveló sus gruesos y anchos
hombros además de sus tatuajes en todo su esplendor. Tony contuvo el
aliento con asombro, como hacía siempre que veía su cuerpo y lo expulsó:
—Marone… nunca me cansaré de verte así, Mickey.
El detective rubio invadió el espacio personal de Tony y se abalanzó
sobre él envuelto en un manto de autoridad. Sólo les separaba el espacio
232
suficiente para que una brizna de aire pasara a través de ellos, y así se
enfriara el infierno de calor de sus cuerpos. Tony tembló bajo la intensidad
de la mirada de Mick, y se preguntó por qué parecía mucho más grande que
él en ese momento. Mick lentamente colocó su gran palma alrededor de la
garganta de Tony y usó su agarre para empujar la cabeza de Tony hacia atrás.
—En el momento en que acabe contigo esta noche, estarás arruinado para
cualquiera. No habrá mujer u hombre en esta vida que se pueda comparar
con cómo voy a hacer que te sientas.
Tony pensó que podría llegar a eso sin necesidad de las palabras de
Mick. Tragó nerviosamente pasando el nudo por su garganta cercada con el
peso de la palma de su compañero y le dijo: —ya estoy así, bebé. Desde la
primera noche.
Los ojos de Mick se nublaron cuando usó su mano en la garganta para
acercarlo hacia sus labios. El rubio no se molestó con sutilezas tales cómo
calentar los labios de Tony en un primer momento; el hombre directamente
le llenó con su lengua. Y desembocó en la boca de Tony como un río
embravecido de deseo y abrumó al policía italiano con su posición
dominante. Y todo lo que Tony pudo hacer fue soportar la lujuria de su
compañero, y de buena gana ahogarse bajo su el peso. Mick fue implacable
en su asalto a la boca de Tony, el hombre se sumergió y lamió,
alimentándose del néctar de la lengua de Tony, y el italiano gimió
profundamente en su pecho por el sentimiento de impotencia que sentía al
estar bajo el control de su pareja. Tony disfrutó, se empapó de ella y se
entregó a Mick con mucho gusto. No habría confiado en toda su vida en que
nadie cuidara su espalda más que ese hombre.
Mick se apartó para respirar en el oído de Tony antes de susurrar con
dureza: —Quítame los pantalones, Tone.
233
Las manos de Tony inmediatamente volaron al botón del cierre de los
pantalones vaqueros de su compañero para revelar un rastro rubio oscuro
de vello que desaparecía bajo la mezclilla. Los dedos de Tony temblaron
mientras trabajaba en el botón libre de la hebilla antes de bajar la
cremallera. Pasó ambas palmas por el culo desnudo de Mick mientras le
bajaba los vaqueros por las caderas hasta que cayeron en un charco
alrededor de sus pies. Tony maldijo al ver como la polla gruesa y dura del
rubio se liberaba contra su abdomen con un golpe audible. Un escalofrió de
nervios subió por su columna vertebral y se encontró con la mirada intensa
de Mick. —¿Estas seguro que esto va a funcionar, bebé? —le preguntó Tony
mientras sus manos instintivamente agarraron el eje de su compañero y
comenzaban a bombearlo.
Mick empujó duro en el agarre de Tony y le respondió: —Oh, sí.
Funcionará. Te tengo, Tone. Este soy yo, ¿de acuerdo?
Tony permitió que Mick lo empujara con firmeza sentado en la cama.
La gran mano de Mick enmarcó la cara de Tony mientras el pulgar calloso
del rubio trazaba de un lado a otro el sensible labio inferior del moreno.
Mick no tuvo que explicar que era lo que quería porque Tony ya lo sabía.
Separó sus labios y los lamió mientras Mick alineaba su corona mojada. Mick
usó su pulgar para presionar el mentón de Tony hacia abajo y lentamente
metió su pene en la caverna caliente y húmeda de la boca de Tony. Los
dedos de Tony se flexionaron contra la piel de las caderas de Mick, donde
ya había anclado sus manos, y su boca se inundó de saliva mientras el sabor
de la esencia de su compañero explotaba a través de sus papilas gustativas.
Mick gimió profundamente en su pecho mientras una de sus manos se
aferraba a los mechones negros de Tony y la otra continuaba guiando su
pene dentro de la boca dispuesta del italiano.
234
—¡Maldita sea, Tony! —maldijo Mick mientras el italiano lamia y
chupaba la corona gruesa que extendía su mandíbula—. Para esto está
hecha tu boca. —Se impulsó más profundamente y se incrustó en la
garganta abierta de Tony hasta que él se atragantó, y Mick se salió
inmediatamente con una disculpa—. Lo siento, cariño. A veces haces que
me descontrole.
El corazón de Tony se expandió sin esfuerzo con el primer término
cariñoso que salió de los labios de Mick. Subió hasta arriba, liberó su barbilla
y le sonrió. —Conozco el sentimiento, bebé. No te preocupes.
Mick respondió empujando a Tony hacia la mitad de la cama antes de
sacarle de un tirón los pantalones por sus piernas largas y bronceadas. El
aire de la habitación se volvió frío contra la carne caliente del italiano, pero
se calentó de nuevo cuando el sólido peso de Mick se instaló en el espacio
vacío entre las piernas abiertas de Tony. Mick inmovilizó las muñecas del
italiano en la almohada, a los lados de su cabeza, y se inclinó para robar otro
beso ardiente de sus labios. Y el moreno no tuvo ni idea de cuánto tiempo
había estado luchando contra la retención de Mick. Tony solo sabía que
estaba desesperado por tocar la carne musculosa que se apretaba contra él,
y que él solamente podía mover sus caderas en un esfuerzo desesperado
por más.
Mick se separó de los labios de Tony tras dejarlo sin aliento mientras
mordió y lamió un sendero hacia abajo atravesando el pecho definido de
Tony. Los labios de Mick flotaron sobre un pequeño y apretado pezón, y le
sopló una corriente de aire frío a la punta. Tony silbó entre dientes y su
mano se alzó hacia el pelo rubio de Mick con la intención de empujarlo más
cerca.
Los ojos de Mick se movieron para encontrarse con Tony y con voz
profunda y autoritaria le dijo: —mantén tus manos en la almohada, Tone.
235
Tony cumplió a regañadientes con el mandato y Mick recompensó su
obediencia deslizando su lengua a través de la sensible carne fruncida. El
italiano se retorcía bajo la tortura de su compañero mientras Mick
continuaba chupando y mordiendo cada delineada colina de carne que se
encontraba en el camino hacia la polla de Tony, que suplicaba por la misma
atención. El rubio capturó la cabeza húmeda de la polla del italiano y se
abalanzó sobre ella con un gemido de aprobación que envió vibraciones que
resonaron a través del eje de Tony.
—Dios, bebé, —dijo Tony con los dientes apretados mientras agarraba
la almohada hasta que sus nudillos se pusieron blancos—. Eres
malditamente bueno en esto.
Las manos de Mick se unieron a sus labios y lengua en su sensual
tortura a la polla de Tony. Una gran mano ahuecó y tiró de los testículos de
Tony mientras que con la otra envolvía su gruesa base para intentar
mantener a Tony estable para succionarla con firmeza e introducírsela
profundamente en su garganta. Tony no pudo contener sus gritos
desesperados pidiendo más, mientras Mick sistemáticamente llevaba a
Tony abajo con nada más que terminaciones nerviosas y placer.
Justo cuando Tony estaba a punto de llegar al límite y correrse en la
garganta de Mick, el rubio grande se apartó y sopló una corriente de aire
fresco a la sobrecalentada polla de Mick. Tony se estremeció mientras el
choque del aliento fresco lo trajo de vuelta del límite y parpadeó hasta que
la cara de suficiencia de Mick se volvió a enfocar. Su compañero agarró otra
almohada y la encajó bajo la cadera de Tony. —Date la vuelta sobre tu
estómago, magnífico, —le pidió Mick a Tony.
Le llevó al policía italiano varios intentos convencer a su lujurioso
cerebro que cooperase, pero finalmente se encontró sobre su estómago
236
con las caderas elevadas en la almohada que su compañero le había
colocado debajo. Tony luchó contra el rubor que subió a su cara ante la
sensación de tener el culo tan expuesto a los atentos ojos de su compañero.
Se retorció cuando sintió los dedos gruesos y largos de Mick avanzando por
debajo de su culo, dando vueltas en círculos y frotando la fruncida y
protegida entrada.
El tono de Mick fue casi de adoración cuando dijo: —¿te rasuraste y te
preparaste para esto? ¿cuándo tuviste tiempo?
Tony escondió su rostro en la almohada mientras se encogió de
hombros. Su voz sonó ahogada mientras respondía: —cuando te fuiste esta
tarde. Pensé que, si íbamos a hacer esto esta noche, lo haría lo más
agradable posible para los dos.
Mick zumbó con aprobación y Tony sintió como las grandes manos de
su compañero agarraban y apretaban los duros músculos de su culo para
que se extendieran y abrieran todavía más. Un escalofrió corrió por la
columna vertebral del italiano mientras una respiración húmeda y caliente
pasaba sobre su sensible agujero.
—Déjame demostrarte lo mucho que me gusta tu dedicación, —
murmuró Mick antes de que su lengua caliente y húmeda mojara a Tony
desde la base del perineo hasta el final de su columna vertebral con un
lengüetazo largo y sin interrupciones. Tony se incorporó de la cama con una
sucia maldición, pero Mick continuó con su labor de lamer y empujar su
lengua dentro de su culo mientras una riada de malas palabras salía de los
labios del policía italiano.
—Por favor, Mickey, —Tony jadeó mientras su compañero se burlaba
y llevaba su lengua a lo más profundo—. ¡Necesito más!
237
Mick finalmente lo soltó y se levantó sobre sus rodillas para llegar a la
mesilla de noche donde estaba la botella de lubricante. El sonido de la tapa
abriéndose hizo eco como un disparo en los confines de su dormitorio, y
Tony se tensó anticipándose a lo que estaba por llegar. —Tranquilo, Tone,
—le dijo Mick mientras lo acariciaba en la cadera con mano firme. Tony
obligó a su cuerpo a relajarse y sólo siseó cuando la corriente de líquido frío
y resbaladizo salpicó su abertura. Los dedos de Mick entraron con rapidez
con movimientos giratorios hasta llegar a lo profundo, antes de añadir más
lubricante. Un dedo grueso se hundió dentro del cuerpo de Tony y el italiano
se quejó de la ya familiar quemadura.
Mick fue paciente, pero firme, mientras lo trabajaba con un segundo
dedo. Esperó a que Tony se relajará tras la invasión y se aclimatara antes de
comenzar la recta final, y en seguida comenzó a bombear lentamente sus
dedos dentro y fuera con un ritmo estable. Tony gimió sobre sus brazos
cruzados y se encontró empujando hacia atrás contra cada embestida,
mientras Mick torcía y tijeretaba sus dedos para cepillar con insistencia
contra el haz de nervios ocultos en el interior del culo del italiano.
—¡Marone! —gritó Tony en estado de shock mientras un placer casi
doloroso explotaba en su vientre con cada impulso.
Mick se puso más del líquido frío que goteaba en su mano mientras le
decía suavemente: —ahora voy a añadir otro dedo, Tone. Va a estar muy
ajustado. Dime si es demasiado para ti.
Tony gimió mientras Mick con cuidado y lentamente añadió otro dedo
a los dos que ya estaban en la entrada de su agujero. El tramo ardió con
intensidad, pero Tony respiró hondo y empujó de nuevo hacia atrás para
facilitar su entrada. El cuerpo del hombre italiano se iluminó con ondas
pulsantes de agridulce dolor mientras Mick cuidadosamente salía y entraba
238
de su culo con sus tres dedos. El deslizamiento contra el apretado canal de
Tony fue divino, y cuando el dolor se desvaneció su polla comenzó a
endurecerse de nuevo en donde estaba, atrapada contra la almohada bajo
sus caderas. El tiempo perdió todo significado mientras el universo de Tony
se redujo a sólo la sensación de los dedos de Mick abriéndolo y allanando el
camino a su pene.
—Vamos, bebé, —le rogó Tony mientras empujaba hacia atrás contra
los dedos de su compañero—. Estoy listo.
Mick sacó lentamente y con cuidado los dedos de la amplia apertura
de Tony. Y el italiano pudo oír otra vez el clic de la botella y los sonidos de
Mick lubricando su polla, pero esta vez Tony lo esperaba arqueando su
espalda con impaciencia. Su compañero tiró de la almohada debajo de las
caderas de Tony y la tiró a un lado. Y la voz de Mick fue áspera y ronca
cuando dijo: —ponte sobre tus manos y rodillas para mí, Tone. Sí, justo así.
—Mick se acercó por detrás de Tony también de rodillas y pasó una palma
suave a lo largo de la arqueada espalda de Tony—. Eres malditamente
hermoso así, Tony. Podría correrme en este momento solo con verte.
La risa de Tony tuvo una nota de histeria mientras se ahogaba. —Eso
sería una especie de derrota en este ejercicio, bebé. Vamos, hagámoslo bien.

La mano izquierda de Mick agarró la cadera de Tony mientras con su


mano derecha posicionaba la corona de su polla en el anillo de músculos y
la empujaba con una presión firme y suave. Tony gimió mientras la cabeza
ancha y acampanada de la polla de su compañero lo dividía, abriéndolo de
una manera imposible. La quemadura fue intensa y dejó el cuerpo de Tony
ardiendo hasta que la corona llegó a su interior. El húmedo sudor corría por
el tembloroso cuerpo de Tony cuando Mick se detuvo y acarició
239
amorosamente la espalda de Tony y las mejillas de su culo. —¿Cómo estas,
querido? —le preguntó Mick, con la voz tensa por el esfuerzo de no empujar.
Tony dio varias respiraciones profundas y sintió que sus músculos
comenzaban a aflojarse lo suficiente para que la polla de Mick se deslizara
unas pulgadas más adentro. Tony gimió y empujó hacia atrás contra el eje
de acero, empalándose, hasta que otro destello de lacerante dolor detuvo
su avance. —¡Oh, mierda! —Tony gimió mientras Mick se retiró y se dejó
caer más allá—. Por el amor de todos los santos, Mickey. Eres jodidamente
enorme.
Mick se reclinó sobre la arqueada espalda de Tony y besó el sendero a
través de las protuberancias de la columna vertebral de Tony. Su mano
derecha se coló por la cadera de Tony, con la intención de capturar y
bombear la erección del italiano para volverla a la vida. El placer de la mano
de Mick combinado con el dolor punzante en su culo crearon un
embriagador coctel de éxtasis que llevó a Tony a golpear sus caderas hacia
atrás, contra la polla de Mick, hasta que estuvo enterrada profundamente
dentro de su cuerpo. Ambos hombres gritaron por la sensación de estar tan
cerca e íntimamente unidos, y el policía italiano casi deliró con tantas
sensaciones corriendo por su cuerpo.
Mick comenzó a mover sus caderas con un ritmo constante mientras
una letanía de maldiciones y alabanzas fluía de su boca con su acento
country. —¡Oh, Tony! ¡Oh Dios! Podría follarte así todos los días. Tu cuerpo
fue hecho para esto. Hecho para mí. —Y empujó profundamente, forzando
un gruñido de la garganta de Tony y continuó: –deberías de poder verte. Tu
culo está tan estrecho alrededor de mi polla que lo siento como si fuera un
tornillo. Es tan jodidamente hermoso, Tony.
Sus caderas se movieron más rápido, enviando su gruesa polla a más
profundidad, mientras que se escuchaba en la habitación el eco producido
240
por el aplauso del entrechocar de ambos cuerpos. La mano de Mick se
deslizó fácilmente hacia arriba y hacia abajo de la polla dura y húmeda del
italiano, y Tony casi lloró por la intensidad con la que su clímax se estaba
construyendo, y el policía continuó bombeando más y más fuerte hasta que
pensó que lo partiría por la enormidad del orgasmo. Mick lo folló con dureza,
y Tony llegó a lo más alto cuando su cuerpo se convirtió en un amasijo
confuso de necesidades y deseos. —Por favor, Mickey, —rogó Tony. Sabía
que su voz era lamentable, pero creía que no iba a poder hablar— por favor,
bebé… no puedo… —dijo entrecortadamente mientras Mick se hundía en él
y giraba sus caderas.
Fuertes manos lo engancharon por sus hombros y Mick lo levantó
hasta que su espalda se acunó en el círculo de sus brazos. El rubio lo puso
sobre sus musculosas piernas hasta que Tony estuvo sentado sobre el
regazo del hombre, y empalado de manera imposible por el pene de Mick.
Mick pasó su brazo izquierdo sobre el pecho de Tony como una bandolera
y agarró la polla purpura de Tony con su mano derecha y le susurró en el
oído: —Está bien, Tony. Te tengo. Déjate llevar.
Tony gritó mientras Mick comenzó a presionar profundamente en su
culo, mientras su gran mano ordeñaba el clímax en la polla de Tony con
rápidos y resbaladizos movimientos. El orgasmo de Tony se construyó hasta
que perdió la visión y ruidos rotos de lamentos salieron de su garganta
mientras que la voz de Mick siseaba en su oído: —Córrete para mí, Tony, —
y el cuerpo del italiano respondió a la oscura orden y se estiró dentro del
protector abrazo de su compañero cuando su gruesa semilla surgió de la
cabeza de su polla y salpicó contra la cama. Siguió gritando el nombre de
Mick con voz ronca mientras las olas de su clímax le atravesaban, cuando
sintió como su compañero mordía con sus dientes el músculo de su cuello.
Sentía como Mick le mordía mientras las caderas del rubio se flexionaban
con cada embestida profunda, y forzó su eje hasta que gruñó entre dientes
241
mientras su pene vaciaba su carga dentro del cuerpo de Tony.
Se quedaron congelados uno en los brazos del otro durante mucho
tiempo mientras lentamente los latidos de sus corazones se normalizaban.
Tony se sentía sin huesos y sin peso como consecuencia de su orgasmo y
agradeció la fuerza de los brazos de Mick que lo sostenían. La cabeza de
Mick colgaba sobre el hombro del italiano mientras el hombre lamía el lugar
donde lo había marcado con sus dientes, para después crear un camino de
besos húmedos con la boca abierta en la arqueada garganta del italiano. —
¿Estás bien, Tony? ¿Te lastimé? —le susurró Mick en su oreja, y su tono se
coloreó con preocupación.
Tony tarareó en respuesta mientras inútilmente trataba de abrir sus
párpados. —Sí a todas las preguntas, bebé, —Tony arrastró las palabras—.
Fue jodidamente intenso.
Mick se rio suavemente contra la piel de su cuello. —Voy a acostarte
ahora, maravilloso. Y voy a limpiarnos. —Mick se puso en acción bajando
con suavidad el cuerpo de Tony a la cama. Con el movimiento, su pene
resbaladizo y grueso se deslizó fuera del culo de Tony y el policía italiano
gimió por la ligera quemadura de su retirada.
Los ojos de Tony aún estaban cerrados cuando sintió los dedos de Mick
arremolinarse alrededor de su trabajado agujero antes de empujar en su
interior. La voz de Tony fue ininteligible mientras murmuraba: —¿qué
demonios estás haciendo de nuevo ahí, Mickey? Dame un descanso, ¿eh?
Mick deslizó y empujó sus dedos dentro de la estrecha abertura
mientras le respondió: —me estoy asegurando que mi semen se quede
donde pertenece, Tone. —Y cuando estuvo satisfecho con los resultados,
Mick se inclinó para colocar un descuidado beso en el hombro de Tony y se
bajó de la cama.
242
Tony flotó en ese lugar entre el sueño y la vigilia, donde el tiempo no
contaba, hasta que la cama se hundió a su lado anunciando el regreso de su
compañero. El calor de la toallita pasó con amor y ternura a través de su
pliegue, mientras Mick hacía grandes esfuerzos para limpiar el cuerpo de
Tony de sudor y lubricante, y tras eso lo arropó. Tony suspiró de placer con
el calmante calor contra su palpitante agujero y murmuró: —eres un
bastardo, Mickey. Lo sabes ¿verdad?
La risa profunda de Mick flotó en los oídos de Tony antes de contestar:
—no tienes ni idea, Tone. Si dependiera de mí, tu culo mantendría mi semen
dentro de ti durante el resto de la noche.
Tony silbó entre dientes mientras su saciado pene daba un impulso
afirmativo.
—Podríamos intentarlo cuando te mudes conmigo.
Mick golpeó el culo de Tony mientras se levantaba para poner la toalla
en el cesto. Se movió alrededor y rápidamente limpió las frías salpicaduras
de la corrida de Tony con otra toalla antes de meterse de nuevo en la cama.
Los ojos de Tony estaban cerrados cuando Mick tiró y atrajo el peso muerto
de Tony hacia su pecho hasta que estuvo satisfecho con los resultados. El
rubio enterró su nariz en los rizos suaves y cortos del pelo del italiano y le
dio un beso justo en ese lugar. Finalmente, respondió en voz baja: —¿te das
cuenta de que si me mudo contigo tendremos que avisar a Recursos
Humanos y al St. O`Brien, ¿verdad?
Tony pudo sentir cómo se caía en el hombro de Mick, donde
presionaba su mejilla. —¿Y eso es un problema para ti? —le preguntó
bruscamente, con sus argumentos para convencerlo preparados en su
cabeza.
243
–No, Tony, —Mick suspiró feliz—. No es ningún problema.
CAPÍTULO
244
VEINTISIETE

MICK

La siguiente semana y media hasta el día de Acción de Gracias pasó en


un instante para Mick. El lunes tras haber accedido a mudarse con Tony
estuvieron algo tensos, por decirlo suavemente. A las ocho am en punto,
Tony y él se encontraban sentados delante del Sargento Thomas O`Brien
mientras el hombre mayor malhumorado les clavaba cuchillos a los dos.
—¿Qué queréis decir con que los dos estáis en una relación? —bramó
el bruto hombre, mientras su bigote rojizo se retorcía con agitación.
Tony y Mick se miraron uno al otro antes de que Tony respondiera con
arrogancia: —Usted ya sabe de lo que estamos hablando, sargento, Mick y
yo, —señaló entre ellos mientras su voz destilaba condescendencia—
estamos saliendo. Lo que queremos decir es que estamos en una relación
romántica. Le puedo dar más detalles si los necesita.
Mick cerró los ojos y rezó para que todavía tuviera un trabajo cuando
esta conversación terminara. La áspera voz del sargento gruñó. —No será
necesario, Salvaje. ¿Cómo coño pasó esto? Mejor aún, ¿cuándo pasó?
Mick apretó la mandíbula, pero su voz fue tranquila y controlada
cuando respondió: —¿eso de verdad importa? Ya ha pasado bastante
tiempo, incluso hemos cerrado otros dos casos sin que nadie lo supiera, así
que realmente hemos probado que no afectará a nuestro trabajo.
245
La cara del hombre temblaba de indignación mientras miraba a Mick
y Tony con los puños cerrados. —Vosotros dos estabais en el camino de ser
mi mejor equipo. Os dais cuenta de que ahora no tendré más remedio que
dividiros, ¿verdad? ¿pensasteis en las consecuencias de esta… esta cosa?
Tony se volvió hacia Mick con un brillo maligno en sus ojos dorados y
exclamó: —¡Oh, mierda! Mick. Sabía que se nos olvidaba algo. De las
consecuencias. ¡Cualquier cosa, pero las consecuencias…!
Mick vio que la cara del sargento se ponía de un insano tono púrpura.
Y mirando directamente a Tony, Mick se aclaró la garganta con fuerza. Tony
suspiró pesadamente y se echó hacia atrás en su silla para dejar a Mick
tomar el mando. Volviéndose hacia su supervisor, Mick respondió con
calma. —Por supuesto que discutimos todas las posibles consecuencias de
sacar a la luz una relación, sargento. Nunca pensamos que esto iba a pasar,
se lo juro. Entendemos si siente la necesidad de reasignarnos con nuevos
compañeros y estamos preparados para eso. Tony ya habló con la detective
Collins esta mañana y estaba de acuerdo en ser reasignada con alguno de
nosotros si usted decide que es necesario.
Tony se enderezó en la silla y se ofreció. —Hey, yo incluso me pondré
con Berkis. No es gran cosa, ¿verdad?
El sargento se lo pensó durante unos largos y tortuosos minutos antes
de volver a hablar. —No puedo decir que esté complacido con esta noticia,
pero no es la primera vez que he tenido que deshacer una asociación por
algo así. Hasta encontrar otra forma de salvar este desastre, pondré a Berkis
con Fletcher y Collins puede tratar de domar a Salvaje. Si lo asocio con Berkis,
estaré sin otro detective dentro de una semana.
Mick pudo sentir como el calor subía por su cara, y antes de poder
pensárselo mejor escupió: —es detective Selvaggio o Tony para usted,
246
Sargento. Salvaje murió en Chicago hace un año. ¿Lo entiende?
La ceja cobre del hombre se arqueó cuando él y Mick enfrentaron sus
miradas en una lucha de voluntades. Mick supo que había ganado cuando
el Sargento bajó sus ojos hacia su escritorio para repasar una pila de
informes. —Bien. Como quieras, Fletcher. Tú y Selvaggio podéis
desaparecer de mi vista ahora. Ir a darles a Collins y Berkis las buenas
noticias.
Mick pasó el resto del día empacando e intercambiando escritorios
con Jackie mientras ella hablaba a mil por hora. Berkis estuvo nervioso con
el cambio brusco de su rutina, y Mick lo utilizó a su favor. El resto de la
semana fue sorprendentemente fácil tanto para él y como para Tony
mientras ellos se acomodaron en su nuevo arreglo. Y aunque Mick se perdió
el estar con Tony todo el día, en realidad encontró que el tiempo separados
los unía incluso más. Al final de sus turnos, volvían a su casa a preparar la
cena y hablaban de su día. Parecía que nunca acababan los temas sobres
los que hablar, además, el italiano era el mejor narrador de historias que
había conocido. Las manos del policía italiano no dejaban de moverse y
gesticular mientras hablaba, y su acento se volvía más intenso y más difícil
de entender cuando se excitaba o se enfadaba con su narración. Mick
amaba ver a Tony en acción. El tipo era tan malditamente hermoso que le
resultaba difícil quitarle los ojos de encima. Si Mick pudiera arrancar los
hoyuelos del rostro del hombre para llevárselos con él todo el día, lo haría
en un instante.
Como era típico en una comisaría de policía, la noticia de Mick y Tony
se extendió como la pólvora. En todas partes a donde fueron, hubo miradas
curiosas, susurros detrás de las manos y sonrisas conocedoras. Por primera
vez en su vida, sin embargo, eso no le molestó a Mick. Parecía que nada
podía perforar la armadura de su felicidad. De todas maneras, Mick estuvo
247
muy pendiente de la reacción de Tony. Había sido testigo muchas veces en
primera persona del temperamento del hombre y tenía miedo de lo que
pudiera pasar la primera vez que alguien lo suficientemente estúpido sacara
el tema.
Y eso finalmente pasó el jueves después de ser reasignados. Él y Tony
estaban charlando tomándose un café mientras esperaban que Jackie y
Berkis aparecieran para sus desplazamientos. Mick se puso rígido cuando
vio a Jerome Miller de narcóticos acercarse a ellos con clara intención y una
burla en su rostro. Mick miró con miedo cuando el detective se detuvo a
varios pasos de distancia y les dijo en voz alta: —he oído un rumor
fascinante acerca de ti, Salvaje. ¿Es cierto que tú y tu excompañero estáis
follando? ¿debo conseguiros una boa de plumas y las chaps de cuero para
el próximo desfile del orgullo gay?
—Jodete, Miller, —le respondió Mick en voz baja, y su voz tenía una
amenaza innegable—. Si tienes algo que decirme, lo puedes hacer fuera de
aquí, donde no tienes respaldo. Veremos cuanto orgullo tienes entonces.
Para sorpresa de Mick, sin embargo, Tony no mordió el anzuelo. Tomó
un sorbo cauteloso de su humeante taza de café y dijo: —Jesus, Miller. Si tu
vida sexual es tan aburrida que tienes que venir a meter las narices en la
mía, entonces lo siento por ti. —Y Tony cruzó los tobillos y continuó: —
déjame preguntarte algo, Miller. ¿Cuántas veces has tenido sexo esta
semana con alguien que no sea tu mano derecha? Sé que no sigues viendo
a Gómez, porque trató de ligar conmigo la semana pasada. Me dijo que no
podías hacer bien el trabajo.
Jerome cerró la distancia entre él y Tony, y gruñó. —¡Jódete, maldito
maricón! Al menos yo no tengo que dejar que un tío me folle por el culo
248
para conseguir tener sexo.
Mick comenzó a agarrar el brazo de Tony para retenerlo, pero el
destello de ira en los ojos dorados de su compañero se fue con un parpadeó.
Tony sonrió y respondió: —oye, no lo descartes hasta que no lo pruebes. Es
el mejor sexo de mi vida, te lo digo. ¿Cuántas veces nos hemos corrido esta
semana, Mickey? ¿diez? ¿once?
La sonrisa de Mick dividió su cara mientras respondía sin compasión:
—Nah, Tone. Yo diez y tu once. Me debes una después de la ducha de esta
mañana.
Ignoraron completamente la temblorosa furia de Miller mientras Tony
le respondió arrogantemente: —No te preocupes por eso, bebé. Te voy a
follar esta noche. —Le guiñó un ojo y sonrió, Mick rio, y su alegría y alivio le
hicieron sentir vértigo.
Jerome gruñó. —Vosotros dos os merecéis uno al otro. Los dos me
ponéis enfermo.
Tony volvió a mirar al hombre con sorpresa. —¿Sigues aquí, Miller?
¿Qué? ¿Todavía piensas que nos importa una mierda lo que piensas?
Lárgate de aquí, ya Gavone. Al parecer, a diferencia de ti, tenemos trabajo
que hacer.
La piel enrojecida de Jerome estaba casi oscura por la ira. —Esto no ha
terminado, Salvaje. ¿Crees que le tengo miedo a tu compañero? Puedo con
los dos con las manos atadas a la espalda.
Antes de que Mick o Tony pudieran responder, una nueva voz
sorprendente se elevó para decir. —Espero que no le estés haciendo la vida
difícil a mi nuevo compañero, Miller. Vuelve a narcóticos antes de que
saque los trapos sucios sobre de ti y Murphy en el despacho.
249
Las cejas de Mick se elevaron en estado de shock. La última persona
que esperaba que lo defendiera era Berkis. Él y Jackie se situaron detrás del
hombre superándolo en número con los brazos cruzados en idéntica pose.
Jackie sonrió y agregó: —Berkis, me estas creando curiosidad, dulzura.
¿Hablas sobre la guapa joven que trabaja en el turno de noche? ¿esa
Murphy? ¡Oh señor! Miller, tienes que darnos alguna pista.
Los ojos de Jerome se desplazaron por cada uno de ellos antes de
darse la vuelta indignado. Mientras Berkis y Jackie se reían, Mick se inclinó
al oído de Tony y susurró: —estoy orgulloso de ti, Tone. Lo manejaste muy
bien.
La expresión de Tony fue presumida mientras se encogía de hombros.
—Ese maldito tipejo. No valía la pena ni mi tiempo ni mi energía. Además,
así fue mucho más satisfactorio.
Mick sólo deseaba que todo fuera igual de fácil para Tony cuando
saliera del armario con su familia. A las diez am del domingo por la mañana,
el teléfono de Tony empezó a sonar. Se pasó todo el día hablando con su
madre y sus cuatro hermanas, y las llamadas telefónicas y textos iban a más
a medida que las vacaciones se acercaban. Por desgracia, todo lo que Mick
pudo saber de la situación era solamente el lado de la conversación de Tony.
Cada vez que trataba de hablar con su pareja acerca de eso, Tony lo dejaba
pasar diciéndole que todo estaría bien, pero Mick no estaba tan seguro tras
oír fragmentos de conversación, como: No Ma. No. No voy a hablar con el
padre Angelo sobre esto, a menos que me quiera ofrecer su
bendición…Vamos, Ma. No empieces con eso conmigo. Teresa Bianchi está
casada con otra persona. ¿Cómo se supone que eso va a funcionar, uh?... no
llores, Ma. ¿Qué quieres decir con que te estoy robando nietos? Ya tienes
quince nietos y cuatro bisnietos. ¿Cuántos más necesitas?
250
Y luego estaban las llamadas de sus hermanas. ¿Qué clase de pregunta
es esa, Tess? ¿yo te pregunto qué hacéis tú y ese Schmuck con el que te
casaste en tu dormitorio? deja de preguntarme esas cosas. Y ¿qué me
importa lo que tus amigos van a pensar, María? diles que se ocupen de sus
propios asuntos. ¿Qué? ¿piensas que Stephanie Romano tiene un halo
dorado o algo así? Si ella dice algo sobre mí, recuérdale el día que fui
arrestado por golpear a Anthony Colombo en el baño de Starbucks.
Lo peor había sido cuando su hermana mayor, Gabriella le llamó. La
cara de Tony parecía una nube de tormenta de ira cuando gritó: ¡Ay! ¿crees
que puedes sentarte en tu pedestal y decirme que me voy a ir al infierno por
querer a quien quiero? Tienes unos grandes cogliones, Gab. Que no se te
olvide, te has casado tres veces y tienes cuatro hijos de tres padres diferentes.
¿Quieres que comparemos pecados? Adelante. Mira lo que pasa cuando
empiezas a tirar piedras contra tu propio castillo de cristal.
La única que pareció no crearle un momento difícil fue su hermana
Angela e incluso creó sus propios problemas. No es por nada, Ang, pero no
va a funcionar. No me voy a quedar con Ma y Pop mientras Mickey se queda
contigo. Nos alojaremos en un hotel o no iremos. Sí, le puedes decir a Ma
que lo dije, también. No me importa si llora, bella. Mick y yo podemos comer
pavo con su familia este año. No pasa nada.
El único de la familia de Tony que se quedó en total silencio sobre el
asunto fue el Pop de Tony. El hombre no llamó y se negó a ponerse al
teléfono cuando Tony habló con su madre. Tony trató de actuar como si no
lo molestara, aunque Mick podía ver la decepción y la ansiedad que el
silencio del hombre había causado a su pareja, y Mick no sabía que hacer
para solucionarlo.
Cuanto más se acercaba Acción de Gracias, más nervioso y enfermo se
ponía el estómago de Mick. Había intentado excusarse de ir a casa con Tony
251
y se ofreció a quedarse en su casa, y así el hombre podría disfrutar de sus
vacaciones en paz, pero Tony no cedió. La última vez que Mick había sacado
el tema, Tony había alzado su mano en el aire y anunció: —absolutamente
no, bebé. Vamos los dos o ninguno. Cuanto antes lleguen a aceptar esto,
mejor estaremos todos. No te preocupes, Mickey. Una vez que te conozcan,
te querrán.
Tres días antes de que se suponía que tenían que salir de Chicago, Mick
fue a casa de Christine. Tony y Jackie estaban trabajando en un caso
importante y Mick sabía que pasarían unas horas todavía antes de que Tony
llegara a casa. Así que, Mick agarró una pizza y apareció en casa de su
hermana con el sonido del llanto de su sobrino.
Christine se veía demacrada y descuidada mientras mecía al enfadado
niño en sus brazos. Su camiseta estaba manchada de vomito maloliente, su
pelo se caía de su moño, y sus pálidos ojos verdes estaban rodeados de
sombras oscuras. —Oh, gracias, Jesús. Ven aquí, tómalo un momento.
Necesito una ducha.
Mick entró en pánico mientras su hermana lo empujaba al chillón de
cara roja de Freddie a los brazos y corría al cuarto de baño y cerraba la
puerta. El peso del bebé era sorprendentemente grande e hizo una mueca
mientras los pulmones de su sobrino alcanzaron un volumen del que se
habría sentido orgulloso su homónimo. Siguiendo el consejo que Tony le
había dado durante las pasadas semanas, Mick comprobó primero el pañal
del bebé y se encontró con que estaba seco. Intentó calentarle un biberón
de leche materna de su hermana, pero eso solo enfadó más a Freddie.
Acercó al bebé contra su pecho y le dio unas palmaditas en la espalda con
suavidad, pero el aire no llegó.
Después de media hora, cuando Christine aún no había salido del baño,
Mick se rindió y envió un mensaje a su pareja.
252
Mick: en la casa de Christine. El bebé no deja de llorar. Limpio,
alimentado y sigue molesto. ¿Ideas?
Sólo llevó un minuto para que la respuesta de Tony llegara volando.
Tony: ¿recuerdas la silla vibradora que compré? Trata de ponerlo en
ella y enciende la vibración. Si no la encuentras, ponlo en la sillita y colócala
en la parte superior de la secadora y enciéndela. Buena suerte, bebé. Estaré
en casa en unas horas.
Los ojos de Mick se movieron alrededor de la habitación, pero no la
vio. Con Freddie gritando en su oído todo el tiempo, Mick fue por el pasillo
hasta el cuarto de los niños. Maldijo cuando vio la silla todavía en la caja
junto con varios otros regalos que Christine no había tenido tiempo de abrir
en la esquina de la habitación rock’n roll del bebé. Con clara determinación,
Mick dio la vuelta y localizó el asiento de seguridad del coche en la cocina.
Envolvió al bebé como Tony y Christine le habían enseñado y con cuidado
lo puso en el asiento y lo subió a la secadora. Y como vio que había una
carga de ropa en la lavadora, aprovechó, la apiló en la secadora y la
encendió.
El efecto fue casi instantáneo. Freddie hipó, parpadeó y luego centró
sus ojos sobre Mick. Unos minutos más tarde, los ojos del pequeño bribón
se cerraron y se durmió. Mick dio un suspiro de alivio cuando se aseguró
que la sillita era segura antes de marcharse. La puerta del baño se
entreabrió y la cabeza de su hermana se asomó. —¿Qué le has hecho, Bub?
—le preguntó, y sus ojos se arrugaron en las esquinas por la preocupación—.
¿Está bien?
Mick sonrió mientras se metía un pedazo de pizza tibia en la boca.
Masticó y tragó antes de responder: —por supuesto que está bien. Está
253
dormido. Creo que tengo un toque mágico.
Christine no pareció impresionada. —Llamaste a Tony, ¿verdad? ¿qué
te dijo? Necesito saberlo para la próxima vez que le de un ataque.
Mick sacudió la cabeza y se rio. —Me dijo que lo pusiera en la
fantástica silla que le compró, pero tú todavía no la has abierto. Así que, me
dijo que sentara al niño en su sillita, y lo pusiera encima de la secadora, y la
encendiera. ¿A que es un encanto?
Su hermana suspiró con pesadez mientras se unía a él para comerse
su porción de pizza. —Ya lo sabes, realmente debes casarte con ese hombre,
Bub. Es oro puro.
Mick sintió cómo su sonrisa desaparecía mientras la ansiedad sacaba
afuera sus inseguridades y frunció el ceño. —En este tema, tendremos
suerte si pasamos de esta semana. Si su familia tiene algo que decir al
respecto, Tony me abandonará por alguien llamada Teresa Bianchi.
Christine hizo un ruido grosero. —Por favor. Ese hombre está
absolutamente loco por ti, Mick. ¿De verdad crees que Tony dejará a su
familia hablar mal de estar enamorado de ti? Seriamente, necesitas subir tu
autoestima y dejar de intentar sabotear tu felicidad. Eso está comenzando
a molestarme.
Mick mordió su segundo pedazo de pizza lentamente mientras
pensaba su respuesta. Tragó y le preguntó: —¿por qué soy el único que
piensa que todo esto se está moviendo demasiado rápido? En el espacio de
dos meses: nos conocimos, nos convertimos en compañeros de trabajo, nos
hicimos amigos, nos volvimos amantes y nos mudamos juntos. Si alguna
otra persona lo hubiera hecho, estarías sacudiendo la cabeza y hablando
acerca de lo tontos que eran precipitando las cosas.
254
—Bueno, por supuesto que lo haría, Mick. Pero la diferencia es que no
sois alguien más. Os vi a los dos juntos el primer día y las chispas
prácticamente saltaban entre los dos. Estáis destinados a estar juntos,
entonces ¿por qué sigues arrastrando los pies?
Mick se encogió de hombros y puso su tercera porción a medio comer
de nuevo en el plato. —No lo sé, hermana. Parece demasiado bueno para
ser verdad, ¿sabes? Tony es un chico increíble, caliente, inteligente y
cariñoso, y cuando estoy con él todo parece estar bien en el mundo. Pero
cuando estoy solo, las dudas y el miedo empiezan a asaltarme y me da
pánico. ¿Qué pasa si rompemos o él decide que quiere volver a salir con
mujeres? No sé si podría sobrevivir a eso Chris.
Christine lo miró con compasión y le respondió en voz baja: —incluso
si sucediera lo peor, siempre vas a sobrevivir, Bub. Es sólo la forma en que
lo planteáis. Pero, estoy muy segura de que no debes preocuparte por eso
con Tony. Él te quiere y no se avergüenza de decirle eso a nadie, ni siquiera
a ti. Mi pregunta para ti, Mick. ¿Por qué tú todavía no se lo has dicho? Está
exponiendo su vida entera por ti. Está arriesgando su carrera, abriéndote su
hogar y se enfrenta a la censura por parte de toda su familia, y todo por
amarte. ¿Qué has hecho para convencerlo de que sientes lo mismo por él?
En ese momento, Mick pudo sentir el calor de la vergüenza inundar su
rostro. Era fácil bordear las evidencias cuando eran Tony y él hablando, pero
que su hermana le señalara las diferencias entre las acciones de los dos
hombres no solo le abría los ojos, también era embarazoso. Christine tenía
razón y Mick era un idiota. Tony no había hecho más que demostrar sus
sentimientos por Mick, una y otra vez, mientras que Mick solamente había
aguantado el tirón y esperado a que ocurriera lo peor.
Mick se aclaró la garganta y respondió en voz baja: —tienes toda la
razón, Chris. Soy una triste figura para ser un novio, ¿verdad? de hecho, ni
255
siquiera entiendo que es lo que Tony ve en mí.
Christine se acercó para abrazar a Mick alrededor de su cintura.
Poniendo su cabello húmedo en el hombro de su camisa, dijo: —no quiero
que te sientas mal, Bub. Te juro que no. Pero no quiero ver como pierdes lo
mejor que has encontrado porque estas asustado. Tony no es igual que
Jeremy y los demás hombres que te han hecho daño durante los últimos
años. Deja de tratar de proteger tu corazón del hombre que es, finalmente,
digno de tenerlo.
Mick se fue rápidamente después de esa conversación. Después de
besar a su sobrino dormido en la cabeza, y prometer llamar a su hermana
al llegar a Chicago, Mick condujo a casa con su mente trabajando a toda
velocidad. Las palabras de Christine resonaban en sus oídos una y otra vez
mientras echaba un vistazo a su pasado, solo dos meses atras cuando había
conocido a Tony. Su compañero fue totalmente valiente y audaz con su
afecto, y nunca dejó de probarle a Mick que estaba dentro del juego. ¿Y
cómo le había devuelto Mick la confianza y la fe que había puesto en él?
Había arrastrado los pies, puesto en duda la sinceridad de Tony, buscado
razones para empujar lejos al hombre y, por último, había retenido las
palabras que lo habrían hecho todo más fácil.
Mientras Mick llevó su camioneta a la entrada de la casa de Tony, no,
a su casa, decidió que había sido poco cuidadoso. Tenía mucho que
compensar a su pareja y sabía exactamente lo que tenía que hacer para
probarle que estaba en esta relación por largo tiempo. Iba a ganarse a la
familia del italiano.
CAPÍTULO
256
VEINTIOCHO

MICK

A las seis am de la mañana de Acción de Gracias, Mick y Tony salieron


de su casa y viajaron hacia Chicago. Tony le aseguró que no deberían tardar
más de tres horas y media en llegar allí, pero Mick sabía que el tráfico de las
vacaciones podría causarles importantes retrasos. Incluso con la nerviosa
tensión retorciéndose entre ellos, el viaje fue bastante divertido.
Organizaron turnos para escuchar su música favorita, hablaron y rieron
sobre sus nuevos compañeros y se detuvieron a tomar café y un desayuno
que duró veinte minutos extra mientras bromearon alrededor del coche
como si fueran adolescentes.
Cuanto más se acercaban a Chicago, más crecían los nervios de Tony.
Su acento se volvió más profundo y más difícil de entender con nuevas
palabras italianas que no tenían ningún sentido para Mick. Sus expresivas
manos gesticularon más a medida que le contaba historias sobre cómo fue
crecer en la casa de ladrillos sin ascensor en la Universidad Heights. Mick le
pidió a Tony que le contara más cosas acerca de sus hermanas, sus hijos y
sus padres. Mick iba a necesitar toda la información que pudiera conseguir
si quería tener éxito con su plan. Afortunadamente, Mick tenía un plan B
oculto en su equipaje por si su encanto no funcionaba.
En el momento en que se detuvieron en su hotel, a unos pocos
kilómetros de distancia de la casa familiar de Tony, eran pasadas las diez am.
257
A pesar de que el registro de entrada no era hasta dos horas más tarde, el
conserje les aseguró que podían aparcar en el garaje y coger un taxi. Cuando
Mick le preguntó a Tony por qué no podían simplemente conducir los tres
kilómetros a la casa de sus padres, Tony se había reído con sarcasmo y le
respondió: —Babe, esto es Chicago. Mis padres tienen, exactamente, dos
sitios de estacionamiento en frente de su casa y el resto de la calle está llena
de coches. A esto añade los coches de todas mis hermanas, a los chicos que
tienen la edad suficiente para conducir y el resto de la familia, y tendríamos
suerte si encontráramos un lugar cerca de un kilómetro y medio más lejos
de nuestro hotel. Así que, salvo que quieras caminar los tres kilómetros a la
casa, lo mejor es tomar un taxi.
Después de aparcar en el garaje, Mick y Tony sacaron todo lo que
tenían que llevar con ellos durante su visita. Mick camufló su arma secreta
en su bolsillo trasero y llevó en sus manos las dos botellas de vino caro que
Tony había elegido y el regalo para la anfitriona, que su madre le había
insistido en que tenía que llevar. Mick miró la caja gourmet de bombones
rellenos de bourbon de Kentucky que tenía en sus manos y preguntó: —
¿estas seguro que a tu madre le gustan estos, Tone? Son bastante fuertes.
Tony aplastó a Mick contra el lateral de la camioneta y se inclinó para
presionar su cuerpo contra el de Mick. —¿Cuántas veces te tengo que
explicar esto, Babe? Somos católicos, no bautistas. A ella le encantarán.
Mick cerró la brecha entre ellos y lo besó con avidez. —Si mis manos
no estuvieran ocupadas en este momento, tú serias el que iba a estar
presionado contra el coche y así les daríamos algo bueno que ver a los
guardias de seguridad en el circuito cerrado de TV.
Tony tarareó profundamente en su pecho y mordió el labio inferior de
Mick. —Guárdalo para más tarde, cuando volvamos al hotel, Bebé. Mi
258
teléfono está que explota con tanto mensaje de cuánto vamos a tardar en
llegar.
Mick suspiró profundamente y le entregó una de las botellas a Tony.
—Tienes razón. No les daría la mejor primera impresión si me presento en
la puerta de tus padres con una erección. Vámonos.
Consiguieron el taxi fácilmente gracias a la ayuda del conserje y en
seguida estuvieron en camino. Antes de llegar a la casa, los ojos de Mick se
fijaron en un colorido letrero y le pidió al conductor que se detuviera. Tony
levantó una ceja preguntando, pero Mick sólo le dijo que volvía en un
momento. Unos minutos más tarde se deslizó en la parte trasera del taxi
con un gran ramo de flores en un jarrón color ámbar. Había rosas de color
melocotón, lirios amatistas, flores de color naranja con el centro verde
pálido y pequeños girasoles de mantequilla intercalados en la zona verde.
Era el ramo más bonito que había en la floristería y Mick estuvo feliz de que
estuvieran abiertos un día festivo.
Los ojos dorados de Tony se suavizaron y le preguntó: —¿para Ma?
Mick asintió vacilante y le preguntó: —¿crees que le va a gustar? pensé
que si iba a llevar chocolates debería de llevarle también flores.
—¿Estas bromeando? Le va a encantar. —Tony enganchó la mano
detrás del cuello de Mick y susurró: —ven aquí, —y tiró de Mick para darle
otro beso caliente que duró más de lo debido, teniendo en cuenta que
estaban en el asiento trasero de un taxi, pero Mick no tuvo energía
suficiente ni para preocuparse.
Cuando Mick se separó a tomar aire, el taxista ya conducía lentamente
por una calle estrecha llena de casas adosadas de ladrillo que formaban una
contra otra una línea continua de viviendas conectadas, o tan próximas
entre sí, que iba a tener problemas para caminar entre ellas sin ponerse de
259
medio lado. Tony le indicó al conductor que parara en frente de una casa de
ladrillo encalado con una puerta roja y una guirnalda festiva colgada en el
frente. Era un día hermoso en Chicago, el sol brillaba, aunque no era
suficiente para calentar la fría brisa que parecía atravesar el suéter de Mick,
aunque la piel de gallina que apareció en sus brazos poco tenía que ver con
la temperatura.
Antes de que incluso llegaran a la puerta, se escuchó toda una
cacofonía de sonidos dominados por una voz femenina que gritaba: —
¡Tony!, ¡Oídme, todos! ¡Tony está aquí!
La mujer no parecía mucho mayor que Tony y si Mick no lo supiera,
habría jurado que eran gemelos, hasta tenían hoyuelos idénticos. Su
constitución era delgada y curvilínea, y su pelo color café estaba peinado
con estilo, largo hasta la barbilla con capas. Su maquillaje era perfecto con
los ojos ahumados, delineador de ojos, mejillas con colorete y lápiz labial
rojo aplicado meticulosamente, y sus tetas turgentes hacían pantalla en el
cuello bajo de su suéter negro. Mick solo tuvo unos segundos para procesar
todo eso antes de que la mujer se arrojara hacia Tony y lo abrazara,
mientras saltaba de arriba abajo con sus botas hasta la rodilla de tacón alto.
Se apartó para besar toda la cara de Tony, mientras dijo: —¿dónde
demonios estabais? ¡Os esperábamos desde hace una hora!
La sonrisa de Tony llegó hasta la comisura de los ojos. —Te extrañé
también, Ang. —Y cuando sus ojos miraron con curiosidad a Mick, Tony
añadió: —Angela Thompson, me gustaría presentarte a Mick Fletcher.
—¡Oh. Mi. Dios! —Exclamó, y sus uñas con manicura francesa vueltas
hacia afuera mientras pasaba su mano por el brazo de Mick—. Eres más
260
grande en persona de lo que pareces en las fotos.
Mick sonrío nerviosamente y preguntó: —¿fotos?
Angie sonrió, mostrando los dientes de un blanco brillante y respondió:
—sí, las fotos. Tony las ha estado mandando con sus mensajes durante los
últimos dos meses. Dios, eres malditamente guapo. ¡Y esos músculos! —y
antes de que Mick pudiera decir nada, dijo por encima del hombro: —¡Oye,
Tess! ¡María! ¡venid a echar un vistazo al novio de Tony!
La voz de Tony dijo con divertida frustración: —¡Ey! si movieras tu culo
fuera del camino, podríamos entrar Ang.
Angie lo acalló antes de agarrar a Mick por el bíceps arrastrándolo al
interior. La primera cosa que Mick notó fue el ruido. Dos diferentes
televisores sonaban desde habitaciones opuestas, gente hablando y riendo
unos por encima de otros, y niños pequeños gritando y corriendo de una
habitación a otra. La siguiente cosa que notó fue los aromas del pavo asado,
la calabaza picante, y la vainilla dulce que se emanaban de la cocina, hacia
la que la hermana de Tony lo arrastró directamente. Mientras atravesaron
el comedor y la sala de estar, las cabezas salían a echar un vistazo a los
recién llegados y Mick se preguntó cómo se iba a poder acordar de todos
sus nombres.
Por fin se detuvieron en una pequeña cocina que estaba llena de
mujeres y niños pequeños. Mick no sabía a donde mirar o a quien saludar
primero, pero Angela se encargó por él. —Mirad quien está aquí, ¡a todo el
mundo! ¡son Tony y Mick!
Todos los ojos se volvieron hacia él antes de que un grupo de otras
cuatro mujeres se le acercaran. Apenas pudo quedarse parado, sin dar un
261
paso atrás, mientras las cuatro empezaron a hablar al mismo tiempo.
—¡Whoa! ¿qué les dan de comer a los niños en Kentucky? ¡Menudos
músculos!
—¡Marone! Mira esos ojos.
—Tony ¿vas a presentarnos a tu amigo? ¿qué pasa contigo? ¡Ma te
educó mejor que eso!
Y finalmente: —¡Ahí está mi cucciolo37! ven a darle un beso a Ma.
Tony finalmente se abrazó contra el cuerpo de la mujer. —¡Oh! ¡Oye!
¿qué estas tratando de hacer? ¿qué le de a Mickey un ataque al corazón o
algo así? ¿qué tal un poco de espacio, uh? —cuando las mujeres suspiraron
y de mala gana se echaron hacia atrás Tony continuó: —Mickey, te presento
a mis hermanas. La mayor, Gabriella o Gabby. —Señaló a una mujer
preciosa, agradable y regordeta con canas grises en su largo pelo negro—.
Esta es María. Es la que sigue, —explicó señalando a una mujer pequeña y
curvilínea con un bebé dormido sobre su hombro—. Y esta última es
ConTess, pero la llamamos Tess, —era guapa como el resto, pero su cabello
estaba muy corto, lo que le daba una traviesa chispa en sus ojos.
Mick reconoció a cada uno de ellos por la gran cantidad de fotos
esparcidas por toda su casa, pero verlas en la vida real era bastante
diferente. —Damas, —la voz de Mick retumbó, haciendo contacto visual
con cada una de ellas—. Es un placer conocerlas a todas.

37 Es una expresión cariñosa… bebé, cachorro…


Tess puso una mano sobre sus abundantes pechos y canturreó: —¡Oh,
Dios mío! ¿escucharon el acento? ¡Podría morir!
262
Tony la ignoró y condujo a Mick hacia la mujer que estaba al fondo. Se
inclinó para besarla en ambas mejillas y con sus ojos llenos de cariño, le dijo:
—Ma, este es Mickey. Es de quien te he hablado. —Con el orgullo brillando
en sus ojos, se volvió a Mick y añadió: —Mickey, esta es mi Ma, Shopia
Selvaggio.
La madre de Tony era aún más guapa que en las fotos y para nada
cómo se imaginó que sería. Era pequeña, tal vez de un 1’65 y delgada con
prominentes pómulos y profundos hoyuelos en sus mejillas. Para una mujer
de setenta y un años, tenía aspecto increíblemente joven, incluso tenía su
pelo largo, una mezcla de blanco y gris pizarra recogido en una cola de
caballo. Estaba sin maquillaje, pero no lo necesitaba para poner de relieve
sus penetrantes ojos dorados, y su piel aceitunada estaba arrugada
alrededor de sus rosados labios y en zona de la risa. Era la mujer mayor más
guapa que Mick había visto nunca y se quedó totalmente impresionado.
—Señora, es un verdadero placer conocerla. Las fotos no le hacen
justicia. Veo ahora de dónde sacó Tony su buen aspecto, —Mick la saludó
con una cálida sonrisa. Le entregó el ramo de flores que tenía en la mano y
añadió: —he traído esto para usted y esta caja de bombones es de parte de
mi madre.
Un coro de: ¡Awww!, sonó alrededor de toda la habitación mientras la
Ma de Tony tomaba los regalos con una sonrisa abarcando toda su cara. Le
pasó el ramo a Tess y le dijo: —Toma, ponlo en la mesa y deshazte de la
monstruosidad de centro de mesa que tenemos ahora.
Gabby exclamó: —¡Yo hice ese centro de mesa, Ma! — mientras Tess
se quejaba por haber sido expulsada del centro de atención.
La mujer mayor se volvió de nuevo hacia Mick y extendió los brazos.
—Gracias por tus hermosos regalos, Mickey. —Le dijo con sinceridad
263
mientras tiraba de él con un fuerte abrazo. Ella se retiró para darle un beso
firme y seco en cada mejilla antes de darle palmaditas en la cara—. Eres un
buen chico. Puedo verlo. —Y volviéndose a Tony, añadió: —tu Pop está en
la sala de estar con el resto de los chicos. Ve y haz las presentaciones
mientras las chicas y yo acabamos de preparar la cena.
Angie llenó el vacío y deslizó su brazo a través de la parte interior del
codo de Mick.
—No te preocupes por eso, Ma. Te ayudaré. —Una vez más, arrastró
a Mick a la sala con Tony siguiéndole los pasos—. Hay bebidas y aperitivos
en la sala de estar, Mickey. Te conseguiré un plato mientras Tony te
presenta a los demás.
El estómago de Mick se retorció en nudos cuando entraron en el
estrecho espacio atestado de muebles y de personas. Toda la sala se quedó
en silencio, con excepción del juego de fútbol en ESPN, mientras Tony
comenzaba las presentaciones. Una avalancha de nombres se apoderó de
Mick mientras Tony señalaba a los maridos de sus hermanas, a varios
sobrinos de edades entre los doce y los veintiocho y al menos, a otros tres
hombres más que Tony llamó ‘Tío’. Cada hombre que nombraba lo saludó
con un ¿cómo estás? y un gusto conocerte, y Mick devolvió cada saludo
estrechando las manos de cada uno hasta que llegaron al sillón reclinable
en el centro de la habitación.
El hombre era alto, probablemente cerca de 1’82, y tenía una
abundante barriga. Su pelo brillaba como la plata y llevaba bigote, tenía
unas gafas colocadas en la punta de su ancha y plana nariz, por encima de
su bigote gris. Estaba sujetando el mando a distancia con una nudosa mano
y con la otra mano sostenía a una pequeña niña dormida con una mata de
rizos negros. Tony se detuvo en frente de la silla y se inclinó a dar un beso a
cada una de las mejillas del hombre mayor.
264
—¿Cómo estás, Pop? —Tony se detuvo para rizar el pelo de la niña y
le dijo: —Quiero que conozcas a mi pareja, Mick. Mick, este es mi Pop, el Sr.
Anthony.
Mick asintió con la cabeza cordialmente y tendió la mano. —Me alegro
de conocerlo, Señor. Gracias por recibirme en su casa durante las
vacaciones.
Los ojos afilados y marrones del anciano estudiaron a Mick de arriba
abajo antes de hacer una pausa para mirar la mano extendida de Mick. La
sala se quedó en silencio una vez más y Mick pudo ver la cara de Tony
volviéndose tormentosa mientras el incómodo momento se prolongó. Mick
se quedó quieto ofreciéndole su mano y con el intenso contacto visual que
mantuvo con el padre de Tony. Mick observó de cerca como la expresión
del rostro del hombre se mezclaba en conflicto con sus emociones, mientras
su mano derecha apretaba el control remoto hasta que sus nudillos
estuvieron blancos. Antes de que la situación se fuera de control con Tony
o con su padre, la voz de Angie resonó con un grito. —¡Ma! ¡Pop está siendo
grosero!
El anciano frunció el ceño mientras la voz de Sofía hacía eco por toda
la casa. —¡ANTHONY AUGUSTO SELVAGGIO! ¡recuerda lo que hablamos!
El anciano dejó caer inmediatamente el mando a distancia y tomó la
mano de Mick para un firme y aplastante apretón mientras gritó: —¡basta,
Shopia! —y la niña que estaba durmiendo ni siquiera se inmutó con el tono
de voz mientras Anthony continuaba con un tono más moderado: —
Marone, las bocas de estas mujeres. —Dejó la mano de Mick y añadió: —
vosotros dos encontrad un asiento. No puedo ver el partido a través de
vosotros, ahí de pie.
265
Mick miró a Tony para medir cómo estaba y estuvo gratamente
sorprendido al ver una sonrisa en su cara. Algunos de los hombres se
mezclaron y reorganizaron hasta que Mick y Tony fueron capaces de
sentarse en el sofá junto a un guapo joven que dijo: —¡aquí, Tío Tone! —
Angie andaba alrededor, poniendo platos para los aperitivos que consistían
en embutidos como salami, jamón y algo llamado capocollo 38, junto con
champiñones marinados, una variedad de quesos, aceitunas rellenas y
rebanadas de pan focaccia. Y aunque solo era alrededor del mediodía, uno
de los tíos de Tony -Mick ya se había olvidado de su nombre. ¿Vinnie?
¿Pauline?- puso una cerveza en la mano de cada hombre, y brindó: ¡Salud!
Las siguientes horas fueron en realidad muy cómodas y agradables
para Mick, incluso aunque él que no estaba acostumbrado a los gritos y
maldiciones a la TV y a la docena de voces hablando unas encima de las
otras. Observó con fascinación cómo Tony se relajaba lo suficiente para
reírse, argumentar y comer mientras lo incluía todo el tiempo en la
conversación. En seguida, Mick se encontró hablando con el marido de
María, Kevin, que era policía en Chicago y discutiendo las diferencias en la
política y el procedimiento entre Chicago y Louisville. Tony se unió a la
conversación, y él y Mick deleitaron a su audiencia con algunos de sus casos
más extraños, mientras los más jóvenes preguntaban y hacían comentarios.
El único que se mantuvo en obstinado silencio fue el Pop de Tony, pero
nadie parecía preocupado, así que Mick continuó como si a él tampoco le
preocupara.
A medida que avanzaba la tarde, las mujeres y los niños pasaron
atravesando la sala para rellenar las bebidas, charlar y comerse con los ojos

38 Lomo de cerdo.
a Mick, pero nadie fue abiertamente hostil y, de hecho, todos parecían
intentar a su manera que estuviera cómodo y tenerlo bien alimentado.
266
Cuando Tony no estaba comiendo o riendo, estaba sosteniendo a uno de
los cuatro niños pequeños que circulaban constantemente de una persona
a otra. Y cada vez que Mick intentó levantarse para ayudar con cualquier
cosa, una de las mujeres lo empujaba de regreso y le decía que se sentara
hasta que Tony le susurró al oído: —Relájate, bebé. Es tu primera vez. No te
permitirán mover un dedo.
Cuando fueron las cinco pm, Mick ya estaba agotado y
sobreestimulado por el ruido y la actividad de tantas personas en una casa
pequeña. Se sintió aliviado cuando Sophia les llamó a todos a cenar y él
siguió a Tony a la mesa larga y estrecha que estaba prácticamente gimiendo
por el peso de la comida. Otra mesa, más pequeña, era el sitio de los
miembros más jóvenes del clan Selvaggio. Mick esperaba que sus ojos no
fueran más grandes que su estómago mientras contemplaba la gran
variedad de comida que había encima de la mesa. Había dos grandes pavos,
uno asado con relleno de romero y el otro con vegetales de temporada,
montañas de puré de patata y al menos media docena de rebanadas y
bollitos de pan. El sonido de los corchos del vino se perdió en el murmullo
de la conversación mientras todos tomaron asiento.
–¿Tony? —su madre le preguntó a la pareja de Mick—. ¿Bendecirías
la mesa, por favor?
Mick se quedó fascinado al ver a todos, incluso a los niños pequeños,
inclinar la cabeza y juntar las manos mientras la voz profunda de Tony
procedía a decir la bendición. —Bendícenos, Señor y a todos estos dones,
que estamos a punto de recibir de tus manos generosas, por medio de Cristo
nuestro Señor, Amen. —Todo mundo le hizo eco con amen, seguido de una
loca carrera por la comida. Y Tony llegó a llenar el plato de Mick hasta tal
punto que se tuvo que detener cuando los macarrones comenzaron a
desbordarse por fuera hasta caer al mantel.
267
Cuando todo el mundo empezó a comer, las mujeres de la familia
tomaron su turno de freír a Mick a preguntas. Gabby comenzó diciendo: —
Así que, dime, Mick. ¿Fuiste educado en la iglesia?
Mick deslizó una mirada a Tony, pero su pareja estaba demasiado
ocupada metiéndose relleno de pavo en la boca para servir de mucha ayuda.
Mick se aclaró la garganta y respondió con honestidad: —No, señora. Mi
madre tuvo un enfrentamiento con la iglesia en su juventud, así que nos
enseñó religión en casa y nos dejó tomar nuestras propias decisiones.
Las cejas de Gabby se subieron a su frente, pero antes de que pudiera
responder, Angie la interrumpió. —Háblanos más sobre tu madre, Mickey.
¿Tienes muchos hermanos o hermanas?
Mick le echó una mirada de agradecimiento y ella le guiño un ojo con
descaro. Mick pasó los siguientes diez minutos hablando de su pequeña
familia, de Christine y Ramona, y el nuevo añadido de Freddie. Desde el otro
lado de la mesa, Tess dijo: —¿un bebé? ¿tienes fotos de él, Mick?
Antes de que Mick pudiera recuperar su teléfono, Tony sacó el suyo.
—¿Estas de broma, muñeca? Tenemos semanas de fotos aquí, —abrió la
aplicación de su cámara y puso su teléfono encima de la mesa antes de
ponerse a excavar otra vez en su comida. Cada mujer decía: ohh, y aww,
sobre las fotos de Mick y Tony sosteniendo a Freddie mientras ellas se
peleaban por ver quién sería la siguiente en verlas.
—¡Mira ese pelo! —arrulló María, pellizcando con los dedos para
hacer zoom sobre la imagen.
Angie cogió el teléfono y suspiró. —¡Oh, Dios mío! ¡esas mejillas! Ma,
mira este bebé, ¿no quieres comértelo?
268
Shopia tomó el teléfono y sus ojos se suavizaron mientras pasaba a
una imagen de Mick con el brazo echado sobre los hombros de Tony
mientras su compañero acunaba al regordete bebé. —Me gusta esta, amore
mio. ¿Me haces una copia? —le pidió a su hijo. Cuando Tony asintió
obedientemente, su madre le devolvió el teléfono y le preguntó: —por lo
que dices, tú y tu madre estáis muy unidos. ¿Qué piensa ella sobre Tony y
tú… juntos?
Mick remojó su garganta con un buen trago de su copa de vino antes
de contestar.
—Sí, señora. Mi madre es mi mejor amiga y mi mayor apoyo, al igual
que mi hermana. Ella adora a Tony y nos apoya al cien por cien. Se preocupa
por nosotros, como haría cualquier buena madre, y solo quiere que yo sea
feliz. Y, Tony me hace más feliz que, bueno, que todos. Así que, supongo,
que ella piensa que somos buenos el uno para el otro.
Pudo sentir el peso de los ojos dorados de Tony en él, pero bajó su
propia vista a su plato para evitar el silencio que se había producido en la
mesa. Se rompió con la suave respuesta de la madre de Tony cuando dijo:
—parece una sabía y amorosa mujer, caro. Y no tienes que llamarme señora.
Aquí todos somos familia. Llámame Shopia o Ma. Lo que te parezca más
cómodo, ¿vale?
Pudo sentir los dedos de Tony clavándose en su rodilla debajo de la
mesa mientras le ofrecía una beatífica sonrisa a la madre de Tony. —Gracias,
Shopia. Significa mucho para mí y sé que para Tony también. Habla de
vosotros constantemente. Sé que esta es una situación extraña para todos,
pero cada uno de vosotros me ha hecho a su manera sentir bienvenido.
Gracias. A todos. —Y Mick se aseguró de enfocar los ojos del señor Anthony
para que él pudiera ver su sinceridad.
269
El resto de la cena transcurrió sin incidentes mientras las voces se
levantaban para competir unas sobre otras, y los platos se vaciaron y se
volvieron a llenar. Mick estaba tan lleno que pensó que podría vomitar, pero
no se atrevió a rechazar la porción de tarta de calabaza y cannoli casero de
Sophia, que era definitivamente mejor que el de la mamá de DiCarlo. A
pesar de sus protestas, Mick ayudó a llevar los platos sucios a la cocina, pero
las mujeres se negaron rotundamente a que se pusiera a lavarlos. Después,
se empaquetaron y guardaron las sobras, y todos comenzaron lentamente
a irse a sus propias casas, pero Mick aún tenía una última misión que cumplir.
Encontró al padre de Tony, una vez más, cómodamente instalado en
su sillón delante de la televisión. Mick se aclaró la garganta y dijo: —Sr.
Selvaggio, gracias de nuevo por invitarme a su preciosa casa. Fue una
maravillosa comida.
El hombre más viejo gruñó asintiendo a regañadientes. —No te
preocupes por eso. No es nada.
Mick buscó el sobre de su bolsillo y continuó tenazmente. —Tony y yo
estaremos por aquí hasta el sábado para que pueda enseñarme los lugares
más interesantes de Chicago. Él, uh, me dijo que era un gran aficionado a
los Blackhawks, así que compré unas entradas para el partido que jugarán
aquí mañana por la noche. Pensé que le podría apetecer ir con nosotros, así
que compré una entrada extra.
Ahora tenía la plena atención del hombre. Las cejas del señor Anthony
bajaron y entrecerró los ojos, mirando a Mick sin pestañear por primera vez
desde que se conocieron horas antes. —No sabía que fueras un fan del
hockey, Mick.
Mick se encogió de hombros y respondió con honestidad: —nunca he
tenido la oportunidad de serlo. Crecí viendo básicamente partidos de
270
baloncesto, pero a Tony le gusta mucho, así que pensé que sería divertido
poder ir al partido. —Se detuvo cuando vio los pensamientos
contradictorios que se reflejaban en la cara del hombre. Mick podía ver que
quería negarse por despecho, pero el atractivo de ver jugar a su equipo
favorito era muy fuerte. Y Mick decidió dar al hombre un pequeño
empujón—. Entiendo si no puede ir. Y le podemos preguntar al hijo de Angie,
Joey, para que venga en su lugar.
El señor Anthony chupó sus labios antes de preguntar: —¿Qué tipo de
asientos tienes ahí?
Mick sabía que había tenido éxito, pero mantuvo el rostro impasible y
fingió una ligera confusión mientras leía las entradas. —Uh, parece que el
nivel central 218 hielo ¿son buenos?
El padre de Tony gruñó mientras cambiaba los canales en el televisor.
Hizo un gesto a Mick unos momentos después antes de responder a
regañadientes: —Sí, voy a ir. —Finalmente se encontró con la mirada de
Mick de nuevo cuando dijo: —eso no significa que yo apruebe lo que están
haciendo ustedes dos, pero no me voy a perder una entrada gratis para ver
a mi equipo favorito.
Mick sonrió con alivio. —Lo entiendo, señor. Solo quiero tener la
oportunidad de conocerlo mejor. Es importante para Tony que nos llevemos
bien, y como Tony me importa, hare lo imposible para que pase. Gracias por
aceptar mi invitación.
Mick se acercó para otro apretón de manos y esta vez, el hombre no
dudó ni un segundo en estrechársela. Su voz fue ronca cuando respondió:
—joder con eso. —E hizo una pausa antes de agregar: —y puedes llamarme
Anthony. Todo ese ‘señor’ y ‘Mr. Selvaggio’ me hacen sentir malditamente
viejo.
271
Mick sonrió y respondió suavemente: —está bien, entonces. Nos
vemos mañana por la noche en United Center a las siete pm.
El hombre claramente había llegado a su límite de intercambio
amistoso, por lo que Mick se excusó y se fue. Casi se chocó con Tony que
había estado rondando justo fuera de la puerta de la sala de estar,
claramente espiando. Sus ojos dorados brillaron de felicidad y Mick se
sorprendió cuando Tony lo acercó para un beso rápido y duro.
—No me quejo, pero ¿a qué se debe esto? —murmuró Mick al oído
de Tony.
Tony usó su pulgar para limpiar la humedad en el labio inferior de Mick
mientras respondía: —esas entradas son casi imposibles de conseguir,
especialmente tan cerca del día del juego. ¿Cuánto te costaron, bebé?
Mick se encogió de hombros mientras el calor subió a su rostro. —
Tone, no importa lo que hayan costado, valdrán cada centavo si me ayudan
a ganarme a tu padre.
Tony pasó la mano por el pecho de Mick para suavizar las arrugas
inexistentes: —espero que no estés muy lleno, porque cuando volvamos a
nuestra habitación voy a enseñarte exactamente como de feliz me has
hecho esta noche.
Mick sonrió y respondió: —voy a llamar a un taxi.
CAPÍTULO
272
VEINTINUEVE

TONY

El viernes después de Acción de Gracias fue el mejor día en la memoria


de Tony y definitivamente el mejor día que había pasado nunca en Chicago.
La ciudad se llenó de gente de compras tras las fiestas, paseando buscando
algún chollo y digiriendo la gran comida del día anterior, y mirando por
todas partes había decoraciones y música navideña. Tony nunca se había
preocupado particularmente antes por las vacaciones, pero ahora que tenía
alguien con quien compartirlas, descubrió que le gustaba el entusiasmo y la
anticipación que estaba en el ambiente. Por supuesto, tener a Mick con él
en su ciudad natal lo hacía todo mejor.
Habían empezado el día durmiendo hasta que Mick había despertado
a Tony de la mejor manera posible, dándole una mamada hasta que se había
corrido por todo su estómago. Para el momento en que Tony le había
devuelto el favor, era casi la hora de comer, por lo que se habían duchado,
abrigado contra el gélido viento de Chicago y se dirigieron a la ciudad para
explorarla. El primer lugar al que Tony llevó a Mick fue el Wrigley Field. No
pudieron ver mucho, porque estaba cerrado por invierno, pero su pareja se
quedó totalmente impresionado y asombrado al ver la sede de los Cubs. A
pesar de que Mick le había insistido en que no quería hacer el tour turístico,
Tony dirigió el taxi al Parque Lincoln.
La primera parada, cuando Mick dio claras señales de mal humor, fue
el lugar favorito de Tony para pizzas estilo Chicago. Su tarta también era
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deliciosa y barata, y eran las dos cosas favoritas de Tony, y así disfrutaron
de una pizza suprema antes de continuar hacia el siguiente destino
planeado por Tony. Como Mick insistió en que necesitaban ejercicio,
caminaron un kilómetro y medio hasta el zoológico de Lincoln Park. Mick
miró a Tony con recelo al llegar, pero no le llevó mucho tiempo quedarse
impresionado.
—¡No puedo creer que la entrada sea libre! —le dijo por décima vez
mientras caminaban a través del área del León Kovler—. ¡Cuesta casi
sesenta dólares a una familia de tres ir a algo parecido a esto en casa y no
es, ni de cerca, tan asombroso!
Tony se rio mientras seguía a su novio, quien se había convertido
repentinamente en un niño. —Es el mejor lugar para tener la primera cita,
siempre, —Tony le respondió con picardía.
Mick arqueó una ceja rubia y remarcó. —Quizás. A lo mejor estamos
haciendo esto al revés, pero sí. Estamos en nuestra primera cita, bebé.
Un brillo travieso encendió un fuego esmeralda en los ojos de Mick
mientras bromeaba. —Odio decirte esto, Tone, pero no me tendrás en la
primera cita.
Tony había acorralado a su pareja y tras presionarlo contra el cristal
del recinto, encarceló a Mick entre sus brazos. —No es por nada, Mickey,
pero eso es lo que Teresa Bianchi también me dijo, y esa noche terminó
follando conmigo en el asiento trasero del coche de Pop. Sólo te digo eso.
Después de pasar dos horas en el zoológico, terminaron en medio de
una aglomeración de personas comprando recuerdos para Christine y
Ramona, y comprando un regalo de navidad para Freddie. Tony estuvo
orgulloso de sí mismo cuando localizó un onesie39 negro de manga larga con
el logotipo de la reina en ella, y arrastró a Mick a otras tres tiendas hasta
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que encontraron un par de vaqueros ajustados y unos tennis para
completar el look. Caminaron a lo largo de la calle bebiendo café, y
envueltos en sus ajustados suéteres, abrigos, bufandas y guantes
preparados para una temperatura de cinco grados y disfrutando
únicamente de pasar tiempo juntos. Compraron, comieron un auténtico
perrito caliente estilo Chicago -Tony le tuvo que explicar a Mick por qué el
vendedor no le ofreció salsa de tomate- y observaron a la gente mientras
dejaban pasar las horas hasta el comienzo del partido.
Antes de dirigirse a Union Center, se detuvieron en el Hotel para tomar
un bocado rápido y cambiarse de ropa. Tony había insistido en comprarle a
Mick una camiseta negra de manga larga con el logotipo de los Blackhawks.
Y mientras él forcejeaba con ella sobre su cabeza, Tony lo observó con
aprobación. La camiseta se aferraba a cada uno de sus músculos hasta el
punto que casi estiraba la imagen de la mascota.
Mick jugueteando con la camiseta le dijo: —creo que escogiste la talla
equivocada, Tone.
Tony sacudió la cabeza mientras miraba a su pareja de arriba abajo y
respondió: —Nah. Esta te queda realmente bien.
El Pop de Tony llegó al Center justo a tiempo, vestido con sus mejores
galas Blackhawks. Su actitud seguía siendo fría hacia Mick y el hombre
apenas miraba a Tony, pero todo cambió mientras el juego iba avanzando.
Su Pop era el típico fan bullicioso, y puesto que estaban jugando contra los
Detroit Red Wings, era más ruidoso que de costumbre. Los tres hombres
vitorearon, rieron, abuchearon y maldijeron mientras tomaban cervezas y

39 Pijama de una sola pieza, que puede incluir capucha u orejitas o rabito.
nachos. Y aunque el juego había estado estupendo, sobre todo porque los
Blackhawks habían dominado el hielo, lo mejor para Tony había sido ver
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cómo Mick se transformaba en un fan y a su Pop animar a Mick. Tony se
cansó de moverse apartándose del camino de su Pop mientras le explicaba
a Mick la historia del equipo, así que finalmente intercambiaron sus asientos.
Además, Mick encajó perfectamente con el grupo grande de Chicago que
había venido a apoyar a su equipo con todas sus fuerzas, y Tony se enamoró
nuevamente del hombre mientras veía cómo Mick transformaba a su Pop
en el hombre sonriente con el que había crecido.
Mientras abandonaban el estadio al final del partido, Pop le dio a Mick
un abrazo de solo un brazo y golpeó suavemente su mejilla y le dijo: —fue
un buen partido, Mickey. ¿Vas a volver en Navidad?
Mick lo miró sorprendido, pero asintió y le aseguró al hombre mayor
que estaría de vuelta en un mes para las fiestas. Pop se volvió a Tony y tiró
de él en un apretado abrazo y besándolo en ambas mejillas, le dijo en voz
alta: —no está nada mal para ser un medigan’palpetto40. Id con cuidado en
vuestro regreso a casa y llama a Ma más a menudo, ¿eh? Ya sabes cómo se
pone.
Tony estuvo de acuerdo y se quedó mirando cómo Pop se subía a su
coche y se marchaba a su casa. El corazón de Tony se llenó de felicidad y
buena voluntad mientras él y Mick regresaban al hotel para pasar su última
noche en Chicago. Mientras caminaban hacia el vestíbulo del hotel, Tony
unió sus manos con las de Mick y sonrió mientras las cejas de su pareja se
elevaban con sorpresa. Tony utilizó su agarre para llevar a Mick al ascensor
y lo empujó dentro. Cuando una familia de cuatro trato de subirse al

40 Algo así como medio palmito.


ascensor con ellos, Tony les advirtió. —Voy a hacérmelo aquí con mi novio,
chicos vais a tener que esperar al siguiente.
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Mick se echó a reír cuando las puertas se cerraron en sus caras desencajadas.
Las manos de Tony inmediatamente se enterraron debajo de la tela negra
de la camiseta de Mick y arrastró sus manos rodeando la espalda del
hombre más alto. Tiró de Mick apretándolo más contra su pecho y rozó sus
labios con los del rubio y murmuró: —¿te he dicho últimamente lo caliente
que eres, bebé? Me haces querer hacerte cosas malas.
Mick tarareó profundamente en su pecho y puso sus grandes brazos
alrededor de la cintura de Tony para estrecharla más. —Me lo has dicho
alrededor de cinco veces hoy, pero no me quejo si quieres decirlo otras
cinco. Y, me parece estupendo si me haces cosas malas cuando estemos de
vuelta en nuestra habitación.
Tony se retiró de mala gana cuando las puertas del ascensor se
abrieron en su piso y caminaron uno junto al otro hacia su habitación. Una
vez dentro, sin embargo, Tony dejó de lado su resistencia. Empujó a Mick
contra la pared y le agarró la mandíbula mientras lamía su camino a la boca
de Mick buscando un largo y apasionado beso en la boca. Las manos de Mick
estaban ocupadas mientras se besaban tirando del botón de los pantalones
vaqueros de Tony deslizando su callosa palma en el interior para agarrar y
apretar la tensa erección de Tony.
Tony se apartó jadeante y dijo: —hay demasiada ropa.
Cada uno de ellos tiró de la camisa y los pantalones vaqueros del otro
y se quitaron los zapatos hasta que estuvieron gloriosamente desnudos.
Con Mick todavía apoyado contra la pared, Tony cayó de rodillas y
contempló la longitud del largo y musculoso cuerpo de su amante. Tony se
acercó para pasar sus manos por los muslos hasta que pudo trazar los surcos
profundos que enmarcaban las caderas de Mick. La gruesa polla sin
circuncidar del rubio se balanceaba sólo a unas pulgadas de distancia de la
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boca de Tony, pero él retrasó su gratificación para poder mirar hacia arriba,
hasta los nublosos ojos verdes de Mick.
La voz de Tony estuvo ronca por el deseo cuando le dijo: —eres tan
hermoso, Mickey. ¿Qué hice para que estés conmigo?
Los dedos de Mick se enredaron con ternura en los cortos y oscuros
mechones de Tony y respondió: —me he preguntado lo mismo cada día,
Tone. Supongo que por eso me quedé tratando de echar el freno, pareces
demasiado bueno para ser verdad. Nunca me había sentido de esta manera
con nadie antes de conocerte.
Tony rompió el contacto visual antes de que Mick pudiera ver la
emoción en su mirada. Cerró los ojos y se distrajo a si mismo tomando la
longitud de acero de su pareja en su mano y bajando su boca sobre la corona
para lamer y chupar la punta. Mick gimió y apretó sus dedos en el pelo de
Tony mientras el policía italiano empezaba a tirar duro del eje y más
profundamente en su garganta. Tony estaba orgulloso de su nueva
habilidad para chupar pollas. Amaba los sonidos que podía sacar de Mick, y
la manera en que las piernas del hombre temblaban cuando estaba cerca
de correrse mientras Tony trabajaba en él. A Tony le encantaba el sabor de
la polla de Mick en su lengua y el olor de la esencia masculina que penetraba
por la nariz de Tony cuando se enterraba en la base de sus suaves rizos. Se
atragantaba siempre, pero eso no impedía que Tony tratara de tomar más
y más de él en su garganta.
—¡Dios, Tony! —la voz de Mick era desigual con el anhelo—. Tu boca
es como el cielo.
Tony se apartó para recuperar el aliento, pero su mano se seguía
moviendo arriba y abajo mientras le respondía con ligereza: —pensé que
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habías dicho que mi culo era el cielo, bebé. Decídete ya.
Una de las comisuras de los labios de Mick se torció y respondió: —me
puede llevar años de comparación poder decidirme, hermoso.
Un estremecimiento de deseo corrió sobre la piel de Tony con el
adjetivo cariñoso. Mick sólo llamaba a Tony `hermoso’ o ‘cariño’ cuando
estaban en la cama, pero escuchar esas profundas palabras con su acento
country ponía a Tony tan duro como una roca. Mick extendió una mano para
ayudar a Tony a ponerse de pie y comenzaron a girar juntos, cada hombre
rodando sobre el otro para quedar en la parte superior mientras se besaban
y lamían, y se tocaron por todas partes hasta que Mick y Tony estuvieron
clavados en la cama unidos por las muñecas y las caderas.
Mick reclamó los labios de Tony para un largo y profundo beso hasta
que se retiró y descansó su frente contra la de Tony para recuperar el
aliento. —Me vuelves loco, Tony. Estuve tan perdido durante años, y nunca
creí en el amor, porque nunca lo había visto o experimentado con mis
propios ojos. Entonces me mudé a Indi y me encontraste, me reclamaste y
me amaste con descaro y sin miedo. No voy a mentir, cariño. Me asustaste
a morir con tus sentimientos, pero ya he acabado con eso. He dejado de
correr asustado y soñando con los peores escenarios, porque ya no me
importa. Incluso si sólo tuviera un día más contigo, gastaría cada minuto
amándote.
Tony tragó con fuerza y parpadeó rápido. Mick había soltado las
muñecas de Tony durante su beso, y así el policía italiano puso su palma en
los pómulos de Mick. Suspiró profundamente y respondió: —¿piensas que
yo no tenía miedo, bebé? Estaba absolutamente petrificado en cada paso
del camino, pero ya sabía cuáles eran las consecuencias de contener mis
sentimientos cuando Jimmy murió y de ninguna manera iba a desperdiciar
la oportunidad contigo. Cada cosa que sentí por él después de veinte años
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fue solo una sombra de los sentimientos que tú provocabas en mi tras el
primer día. No podía dejar que se interpusieran en mi camino, Mickey,
porque el pensamiento de perderte y nunca probar tus labios era una
sentencia de muerte en sí misma. Sé que arriesgué todo para estar contigo,
pero la única cosa con la que no podría vivir es sin ti.
Mick le dio un beso urgente en los labios a Tony antes de abrazarlo
fuertemente y decirle: —déjame demostrarte cómo me haces sentir, Tony.
Déjame cuidarte esta noche.
Mick se puso manos a la obra y comenzó a hacerle el amor al italiano
como si estuviera poseído. Y mientras se aseguraba de no dejar marcas con
sus besos ásperos y húmedos contra el cuello de Tony, Mick no demostró la
misma precaución en el resto del cuerpo de Tony. El rubio mordió y chupó
dejando marcas rojas por todo el pecho de Tony antes de detenerse para
girar y apretar cada pezón hasta que Tony se retorció debajo de él. Pero en
lugar de moverse hacia abajo, Mick empujó los brazos de Tony sobre su
cabeza y enterró la nariz en el vello suave y oscuro de sus axilas e inhaló
profundamente.
—Maldita sea, siempre hueles malditamente bien, cariño, —Mick
gimió mientras lamía la piel sensible bajo el bíceps de Tony— me encanta
cuando estas sudoroso después del gimnasio y tu piel está salada y
resbaladiza bajo mi lengua.
Tony arqueó sus caderas y un gemido decididamente impropio de un
hombre salió de su garganta. Nunca dejaba de sorprenderle como su
tranquilo compañero fuera tan vocal y desinhibido para expresarse durante
el sexo.
Tony se había dado cuenta que Mick tenía una gran cantidad de
rarezas eróticas almacenadas que solo dejaba salir antes, durante y después
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de que follaran. Nunca nadie lo había encendido tan rápido y
continuamente como este hombre.
Mick encontró su camino hasta la dolorosa polla hinchada de Tony.
Humedeció el largo camino desde el centro antes de tragarlo hasta la parte
posterior de su garganta. Tony gimió mientras Mick movía de arriba abajo
su longitud, la lengua del hombre continuamente batía y arremolinaba,
antes de que lo tomara todo hasta la parte de atrás de su garganta y tragara
alrededor de la corona. Tony se elevó de la cama con un grito, pero Mick lo
sujetó por las caderas y continuó la tortura agridulce hasta que el italiano
pensó que se ahogaba. —¡Oh, santa mierda! Vas a hacer que me corra, bebé.
Mick se quitó el pene de Tony de la boca y cambió su atención a los
testículos. Chupó con su boca cada uno rodándolos, mientras enviaba
vibraciones a través de su saco. Cada golpe de la lengua de su pareja contra
su piel desnuda la sentía como terciopelo. Desde que él y Mick habían
empezado a dormir juntos, Tony se había afeitado desde sus testículos
hasta el camino atrás a su grieta. Así las sensaciones eran mucho más nítidas
y placenteras para los dos, y Mick nunca dejaba de demostrarle cuanto le
gustaba.
Mick por último se sentó sobre sus talones y movió sus intensos ojos
verdes sobre toda la longitud del cuerpo de Tony. Se lamió los labios y dijo:
—quédate donde estás. Tengo planes para ti.
Tony sonrió y se puso la almohada debajo de la cabeza para ver como
Mick recuperaba la botella de lubricante de la pequeña mesa al lado de la
cama. Tony miró al rubio con curiosidad para intentar ver lo que estaba
planeando, pero no estaba nada preocupado. No importaba lo que hicieran
juntos, siempre era el mejor sexo de su vida. Mick roció el líquido en sus
manos para acariciar de arriba abajo la polla de Tony hasta que estuvo
brillante y resbaladiza. Entonces subió de nuevo a la cama poniéndose a
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horcajadas sobre las caderas de Tony, y con una ceja arqueada sostuvo la
mirada de Tony mientras iba atrás a lubricar su agujero. Tony tragó
pesadamente mientras veía todos esos músculos extendiéndose y
amontonándose en el torso de Mick, mientras añadía más lubricante a sus
dedos antes de volver a la tarea de prepararse a sí mismo para la polla de
Tony.
—¡Jesús, Mickey! —exclamó Tony—. Esa es la cosa más caliente que
he visto en mi vida. Podría correrme sólo observando cómo te preparas de
esa manera.
Mick gimió mientras se sentaba en sus tres dedos mientras con la otra
mano acariciaba su propia polla. —No te atrevas a correrte hasta que estés
dentro de mí, —le advirtió a Tony.
Tony sólo tarareó de acuerdo mientras observaba el espectáculo
durante varios minutos hasta que Mick se quitó los dedos y se posicionó
más arriba en sus rodillas. Preparó la polla de Tony en su puño y poco a poco
se dejó caer hasta que estuvo empalado por el duro eje de carne. Sus
gemidos se hicieron eco por toda la habitación al unísono mientras Mick se
abría camino lentamente con el eje espeso de la polla de Tony hasta que su
firme culo descansó en los muslos de Tony. Tony estaba muy ocupado
agarrando los muslos de Mick mientras luchaba contra la urgencia de
correrse ante la apreciable vista quita aliento de su pareja sentándose a
horcajadas sobre él. El culo de Mick era como un tornillo caliente alrededor
de su polla y tuvo que emplear toda su fuerza de voluntad para no hundirse
profundamente y derramarse en su interior.
Mick vibró de placer mientras giraba sus caderas hacia atrás y hacia
delante, y haciendo círculos. —Lo juro por Dios, Tony, tu polla es tan grande
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que la puedo sentir en mi garganta.
Un temblor sacudió al italiano de la punta hasta abajo mientras sus
sentidos se saturaban con el magnífico cuerpo de su pareja. El olor de sus
sudores y la combinación de feromonas mareó a Tony, la visión del cuerpo
duro y fuerte de Mick montando la polla de Tony, la sensación de los
músculos del hombre agrupándose y liberándose bajo las palmas de Tony,
y el sonido de los gruñidos y gemidos de su novio, eran como la más fina
sinfonía para los oídos de Tony. Deseaba que se pudieran quedar así para
siempre, y así nunca tendría que dejar ir al hombre.
Mick cogió el lubricante y recubrió su propia polla con el líquido y
comenzó a mover su mano al mismo tiempo que sus caderas mientras se
levantaba y luego se volvía a bajar para introducirse la polla de Tony hasta
el fondo. Fue la vista más impresionante del mundo para el italiano mientras
Mick se movía sobre él. El moreno lamió sus labios resecos y con voz ronca
dijo: —déjame hacer eso por ti, bebé.
Los ojos de Mick estaban cerrados y su cara se arrugaba con la
concentración mientras le respondía con voz ronca: —no esta vez,
magnífico. Déjame hacer todo el trabajo esta noche.
Tony echó atrás su cabeza en la almohada mientras el culo de Mick
comenzaba a dar palmadas contra sus muslos con cada dura embestida. El
eco de su impacto resonaba en la tranquila habitación, intercalado con sus
suspiros, gemidos y maldiciones mientras Mick lo llevaba cada vez más y
más cerca del borde. Tony no sabía cuánto más podría resistir mientras el
canal apretado y pulido de Mick masajeaba arriba y abajo su polla, pero
estaba decidido a aguantar hasta que Mick se corriera primero. Y Tony supo
que el hombre estaba cerca cuando el ritmo de Mick comenzó a
tambalearse. Su gran puño no hacía más que amortiguar la velocidad de sus
golpes sobre su polla gruesa y sin circuncidar. Mick alineó su cuerpo para
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que cada embestida de la polla de Tony en su culo golpeará su próstata, y
Mick gritó su nombre cuando su orgasmo lo invadió mientras se corría con
furiosas ráfagas.
—¡Tony, Tony, Tony! —Mick cantó mientras sus abdominales se
presionaban, y mientras su mano apretaba y ordeñaba su grueso pene hasta
la última gota, hasta que el pecho de Tony estuvo todo rayado con el líquido
perlado blanco. Los pulmones de Mick estaban pesados por el aire y se dejó
caer sobre el pecho de Tony para enterrar su nariz detrás de su oreja—.
Fóllame, Tony. Tómame duro y córrete dentro de mí, —le rogó al hombre
italiano que estaba debajo de él.
Tony podía sentir cómo el culo de Mick anudado alrededor de su
oculto eje causaba un gemido leve en su garganta con cada réplica de su
clímax. Envolvió sus brazos alrededor de la cintura estrecha de Mick y utilizó
su ventaja para golpear el culo de su pareja mientras Tony empujaba sus
caderas arriba hasta que su polla estuvo enterrada tan profundamente
como podía estar. Le llevó sólo unas pocas embestidas más del cuerpo de
Tony agarrar con fuerza su clímax. —¡Oh, Dios! Mickey, —Tony gimió
mientras continuaba embistiendo a través de su orgasmo—. Ti amo tanto,
cuore mio.
Tony pasó las manos arriba y abajo de los tensos músculos sudorosos
de la espalda de Mick mientras continuaba susurrando cada cariñosa
palabra italiana que recordaba en voz baja. Los labios de Mick besaron la
piel sensible del cuello de Tony mientras sus cuerpos se enfriaban. Tony
flotaba en un mar de endorfinas del amor y alegría mientras valientemente
trataba de mantener su blando pene enterrado profundamente para
impedir que su semen se escapara del cuerpo de Mick, pero la biología y la
gravedad trabajaban en contra de él. Mick se quejó en el oído de Tony
mientras el eje se deslizaba fuera del culo del rubio seguido por la caliente
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inundación de la corrida de Tony.
Mick se quejó protestando mientras Tony lo rodó con suavidad en la
cama. Con un tierno beso en los labios amoratados e hinchados de su pareja,
Tony se fue de la cama susurrando promesas de volver rápido. En el baño,
Tony se lavó las manos y rápidamente se limpió antes de mojar un paño con
agua caliente. Regresó a la cama para encontrar a Mick sobre su espalda
con un brazo echado sobre sus ojos, causando una sonrisa divertida en los
labios de Tony. Con eficientes pero suaves movimientos, limpió el pene, los
testículos y el culo de Mick antes de arrojar la tela a un lado uniéndose a su
amante en la cama.
Después de apagar la luz, Tony se metió bajo el brazo musculoso de
Mick. Se puso de costado y tiró del cuerpo de Tony apretándolo contra él y
lo envolvió con un apretado abrazo. —¿Tony? —susurró Mick a través del
oscuro silencio de su habitación.
—¿Sí, bebé? —susurró Tony de regreso.
La mano de Mick viajó por el pecho de Tony hasta que se detuvo
contra su pezón izquierdo. —Sé que no te lo he dicho con todas las palabras,
pero sabes que te amo, ¿verdad?
El corazón de Tony se sacudió bajo la palma de Mick. Se tragó la bola
de emoción que obstruía su garganta y le respondió: —no tienes que decir
las palabras para que yo lo sepa, Mickey. Me demuestras cada día y de
muchas maneras lo que sientes por mí. Desde el primer día. —Se detuvo un
momento antes de añadir: —Aunque todavía me gusta escucharlo, sin
embargo. No te voy a mentir.
Mick se rio y se inclinó para darle un beso. —Entonces te voy a decir
todos los días y de todas las maneras que te amo. Gracias por ser paciente
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conmigo. Gracias por traerme a conocer a tu familia. Gracias por amarme.
Sé que no ha sido fácil.
Una solitaria lágrima corrió por la mejilla de Tony mojando la
almohada. —Nada que valga la pena es fácil, bebé. ¿Pero amarte y ser
amado por ti? Eso lo vale todo en el mundo.
EPÍLOGO
286

UN AÑO MÁS TARDE.

—Por última vez, Tone, no me voy a vestir con eso para ir a casa de tu
Ma en Navidad, —insistió Mick con tono exasperado.
Tony sonrió, sin arrepentimiento, mientras lo engatusaba. —Vamos,
bebé. Te ves muy caliente con eso. Me tienes totalmente excitado, ¿sabes
que quiero decir? —y Tony movió las cejas sugestivamente.
Mick se rio y negó con la cabeza. —Pasa algo muy malo contigo, Tony.
Ni siquiera me puedo creer que incluso lo compraras. ¿No podrías haber
elegido cualquier otra cosa en el mundo para un regalo de graduación? y
además, tenías que conseguir un sombrero de vaquero. En la oficina se
reirán de mí si aparezco con eso en la cabeza.
Tony puso una expresión de decepción mientras trazaba el ala del
sombrero vaquero color canela con añoranza. Solo habían pasado dos
semanas, y Mick se había graduado de su curso de cinco meses para
convertirse en un U.S. Marshal. Como la escuela se encontraba en Glynco,
Georgia, había sido un periodo largo y difícil para ellos, pero habían
conseguido sobrellevarlo bien con visitas de fin de semana dos veces al mes.
Mick había tenido la suerte de ser destinado a Indianápolis y comenzaría su
trabajo a principios del nuevo año.
Tony sonreía mientras respondió: —Creo que lo voy a guardar para el
dormitorio. Podemos jugar a ‘Raylan y Boyd’. Incluso tenemos las esposas
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para que puedas arrestarme. Piensa en todas las posibilidades, bebé.
Mick terminó de cargar las bolsas y regalos envueltos en la camioneta
y respondió: —Oh, puedo pensar en una gran cantidad de posibilidades con
las esposas, cariño, pero, ¿con el sombrero? No tantas la verdad.
Tony rio y acercó el sombrero a la encimera de la cocina y lo puso en
el lugar de honor. Comprobó dos veces la casa por seguridad y se subió al
vehículo de su compañero para dirigirse a Chicago. Mientras conducían
hasta la interestatal, Tony le preguntó: —¿A qué hora le dijiste a Ramona y
a Duke que llegaran allí?
Mick señalizó un cambio de carril y respondió distraído: —deberían
aterrizar en O’Hare cuando estemos llegando a la ciudad. Su avión llega
alrededor de las once am. Christine, Alex y Freddie ya están en el Hotel.
Condujeron la noche pasada así el pequeño podría pasar durmiendo la
mayor parte del viaje. Ellos recogerán a mamá y a Duke, y nos
encontraremos en el hotel, así todos podremos llegar a la casa de Angie
juntos.
Desde que la familia de Mick había aceptado viajar a Chicago para
celebrar las fiestas con la familia de Tony, habían movido la celebración a la
casa de Angie que estaba en un suburbio a las afueras de Chicago. Su casa
era más grande y tenía más habitaciones para la amplia familia. El año
pasado ya organizaron varias visitas de ida y vuelta ambas familias, y Angie
y Christine habían entablado una amistad que encantó a Tony y a Mick.
Ramona y Shofia, sus madres, hablaban por teléfono con frecuencia y
constantemente intercambiaban recetas y chismes de familia. Y a pesar de
la diferencia de edad y el conflicto de creencias, las dos mujeres se habían
educado con la convicción de cuidar a los demás. Había sido
sorprendentemente fácil convencer a la pequeña familia de Mick de viajar
a Chicago para Navidad ese año, y Tony estaba en la luna por eso.
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Varias horas más tarde, mientras entraban en el estacionamiento del
hotel, Tony se volvió hacia Mick y le dijo: —entonces, ¿cuándo crees que
deberíamos decírselo?
Mick le lanzó una mirada y dijo: —¿qué tal, nunca? ¿te das cuenta de
la cantidad de mierda que nos va a caer encima por eso? —y Mick se
estremeció de miedo—. Dios, incluso Gabby nos arrojará alguna por
mantenerlo en secreto, y Chris y Angie pondrán nuestras cabezas en una
bandeja por no decírselo. Todas ellas.
Tony rio y tiró de Mick para darle un descuidado beso rápido. —Sabes,
podríamos decirles que planeamos casarnos el verano que viene y dejar que
hagan sus planes, será divertido. No tienen que saber que en realidad nos
casamos hace unos meses.
Durante un fin de semana largo, Tony y Mick habían hecho un viaje
improvisado a Las Vegas para unas merecidas vacaciones. Lo que había
comenzado como una noche llena de juegos de azar, baile y bebidas, había
terminado con ellos casándose en una ceremonia presidida por un
entusiasta imitador de Elvis. Cuando habían despertado a la mañana
siguiente, ninguno de los dos se había arrepentido de su decisión de
borrachos, pero habían guardado la información para ellos.
Mick consideró esta idea antes de asentir con entusiasmo. —Si eso nos
salva de una vida de regañinas y decepciones, estoy de acuerdo. Lo
anunciamos después de la cena. No quiero correr el riesgo de que tu Pop
me saque a patadas de la casa antes de disfrutar de la comida de tu Ma.
Tony rio y respondió: —Vamos, bebé. Ya sabes que le gustas a Pop.
Después de que compraste los abonos de temporada para los Cubs el
verano pasado, literalmente no puedes hacer nada malo a sus ojos. De
hecho, estoy bastante seguro de que le gustas más que yo ahora mismo. No
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te voy a mentir.
—No lo sé Tone. Hay un mundo de diferencia en ser tu amigo y ser tu
esposo. No sé si voy a conseguir que tu Pop lo pueda pasar por alto, aunque
los Cubs ganen la serie mundial por segundo año consecutivo, —le confesó
Mick mientras comenzaban a descargar el equipaje.
Tony presionó a su marido secreto encerrándolo contra la camioneta
y arrastró sus manos sobre todo su musculoso pecho. —Cruzaremos ese
puente cuando lleguemos a él, bebé. Haremos todo el trabajo, como
siempre. No te preocupes por eso.
Mick dejó caer la bolsa de lona al suelo y tiró de Tony aún más,
apretándolo contra su cuerpo. Pasó su nariz por la línea de la garganta de
Tony y suavemente mordió el lóbulo de la oreja de su esposo. —Ya sabes,
finalmente creo en ti cuando me dices eso. Por fin estoy convencido de que
no hay nada que nos pueda separar. Tú, cariño, eres una fuerza de la
naturaleza y estoy contigo en este viaje.
Tony tarareó profundo en su pecho y respondió: —me gusta cómo
suenas cuando me cabalgas. Tenemos una hora libre antes de tener que
estar en la casa de Angie. ¿Me quieres hacer feliz, bebé?
Mick rio y agarró el culo de Tony con sus grandes manos para moler
sus erecciones al mismo tiempo. —En realidad, nos va a llevar cuarenta y
cinco minutos llegar hasta allí, así que solo tenemos quince minutos, Tone.
Los labios de Tony se curvaron en una sonrisa lenta y seductora. —
Puedo hacer mucho en quince minutos, bebé. Ya lo sabes.
Mick se echó a reír, y su alegría causó arrugas en las comisuras de sus
fascinantes ojos esmeralda. —No lo dudo, Tone, pero deberíamos esperar
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hasta esta tarde cuando tengamos más tiempo para hacer todas esas cosas
que quiero hacerte. Además, tenemos el resto de nuestra vida para tener
sexo con el otro, pero solo tenemos una hora antes de que nuestros
teléfonos empiecen a sonar.
Tony suspiró decepcionado y de mala gana se alejó del caliente cuerpo
de su esposo. —Tienes razón, Mickey. Puedo esperar hasta luego. Como
dijiste, tenemos el resto de nuestra vida, lo cual es bueno, porque ese es el
tiempo que me llevará tener bastante de ti.
Mick enmarcó la mandíbula con patillas de Tony con sus manos y le
dio un caliente beso con sus labios. —Dios, te amo, Tony. Eres lo mejor que
me ha sucedido nunca.
Tony sonrió, y sus ojos dorados brillaron con emoción. —¿Estas de
broma, bebé? Yo era una cáscara vacía y enfadada antes de que entraras en
mi vida con tu mal humor y tu cuerpo caliente. Domesticaste al salvaje y me
salvaste. Te estaré siempre agradecido. Te amo más de lo que te puedo
decir.
Mick le hizo un guiño y respondió: —¡Oh! todavía eres un salvaje, Tony.
¿Recuerdas eso que me hiciste en nuestra luna de miel en Las Vegas?
Tony gruñó profundamente en su pecho y pasó su mano hacia abajo
para acunar la erección de Mick en su palma. —Oh, lo recuerdo. Estoy
pensando que ya va siendo hora de hacerlo otra vez. Quizás incluso esta
noche.
Mick gimió y se empujó en la palma de Tony. —Sabes, creo que no
importará que lleguemos un poco tarde, ¿verdad? Podemos hacer mucho
en quince minutos.
—Déjamelo a mí. Bebé. Te tengo. Siempre lo hago, y siempre lo haré.
Mick suspiró felizmente y respondió: —sí. Nos tenemos uno al otro,
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Tone. Para siempre.

FIN
Acerca del Autor
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Paulette Oakes. Ella está casada con tres adorables hijas que me le sacan
canas todos los días. Ha vivido en Kentucky toda su vida y ama su estado y
las personas que lo habitan... la mayoría de las veces. Es una ávida lectora y
ha estado escribiendo de forma intermitente desde que tenía 12 años y
quería ser autor para siempre. Empezó publicando su primer libro, "El jardín
del bien y el Edén" en septiembre de 2013 y ¡no podía estar más
emocionada! Le encanta escribir ficción paranormal/fantasía mezclada con
una dosis de realidad, pero también tiene algunas novelas románticas
contemporáneas.
Más que cualquier otra cosa, solo quiere que la gente disfrute de su libro y
ame a los personajes tanto como ella.
Le encanta cuando los lectores le dan comentarios honestos en las reseñas,
incluso si solo son una o dos frases. Si la mayoría de los lectores disfrutan
sus libros, esa sería la verdadera medida de su éxito como narrador.

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