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Domesticando
al Salvaje
Paulette Oakes
Créditos
3
Coordinador del proyecto
Traductor
Correctora
Portada y edición:
Ok, este es el primer romance gay que he escrito para que sea
publicado con mi nombre real. Para los amigos y familiares que han leído
mis otras obras, esta será poco familiar y un poco diferente de los otros
libros que he escrito. En primer lugar, si la idea de dos hombres
enamorándose y teniendo sexo entre ellos es incómodo para ti, entonces
no disfrutarás de esta historia. Pero, sin embargo, si estás interesado en
personajes únicos con una química increíble que arriesgan todo el uno por
el otro, entonces por favor léela. No me juzgues. Solo ámame. No todo el
mundo ha sido creado para pensar de la misma manera.
Seamos honestos. Sé solamente una pizca acerca de: Indianápolis,
Chicago, la Pequeña Italia, los italiano-estadounidenses, el procedimiento
policial, y de los hombres en general. Hice la mejor investigación que Google
y YouTube me podían ofrecer, y en todo caso, lo hice lo mejor que pude
para hacerlo tan creíble como mi limitado conocimiento de los conceptos
me podía permitir. Creo que lo hice bien, pero dejadme recordaros a todos
que esta es una historia con propósito de entretenimiento. Piensa en ella
como un episodio de tu telenovela favorita. Y deja que tu imaginación corra
libre. Sé que ciertamente lo hice bien.
CAPÍTULO UNO
7
Tony
TONY
3 Es un término peyorativo usado en Estados Unidos para definir a los habitantes de ciertas áreas remotas, rurales o
montañosas.
4 Técnico en Informática.
los bolsillos y miró como Mick sacudía el ratón inalámbrico para arrancar su
ordenador.
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Mick estaba absorto en su ordenador portátil y contestó
distraídamente: —Suena bien, hombre. Tal vez podríamos repasar algunos
durante el almuerzo. Nunca se sabe lo que puede aparecer con una mirada
fresca.
Su incómodo intercambio fue interrumpido por la voz en grito del
sargento Thomas O´Brien. —¡Salvaje! ¡Coge a tu nuevo compañero y traed
vuestros traseros aquí!
Mick se levantó y se puso de pie mientras Tony se dirigía con cortesía
al hombre. —Después de ti, compañero, —sonrió el italiano—. Parece que
vamos a aterrizar en el suelo rápidamente.
Mick rio entre dientes y se dirigió hacia el despacho del sargento. —
Trata de mantenerte a mi lado, Chicago. Odiaría que te ahogues con mi
polvo.
CAPÍTULO TRES
20
MICK
5Última novela de Elmore Leonard, -escrita en 2012, falleció en 2013- que trata sobre el Agente Judicial Raylan Givens,
hombre de pocas palabras conocido por su sombrero de cowboy y su rapidez para desenfundar.
Mick maldijo en silencio en su cabeza y se volvió para mirar por la
ventana. —Esa es la única razón que importa. ¿Y qué hay de ti? ¿Por qué te
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mudaste aquí desde Chicago si era tan buen lugar para vivir?
Podía ver a Tony enderezándose en su asiento por el reflejo de la
ventana. Estudió a su compañero de cerca y pudo ver cuando cayó abajo la
máscara de indiferencia en el hombre guapo. —Nunca dije que Chicago
fuera un gran lugar para vivir. Aunque la Pequeña Italia sigue siendo mi casa.
Tengo mis propias razones para mudarme aquí, pero digamos que no me
dieron muchas opciones.
Mick rio entre dientes y respondió: —Está bien. Acabaré en el
despacho de la vieja Mag para enterarme de todo. Escuché que ella tiene el
informe 411 de todo el mundo. Tal vez incluso pueda explicarme por qué
todos en la estación te llaman “Salvaje”.
El músculo de la mandíbula de Tony saltó y sus generosos labios se
tensaron ante la mención de su apodo. —Selvaggio significa “Salvaje” en
italiano. Y eso es todo lo que tienes que saber. —Miró al asiento del
pasajero y agregó: —Y ahora que estamos con el tema de los nombres, ¿qué
pasa con Mick? ¿Es el diminutivo para Mickey o Michael, o algo así?
Mick apoyó su cabeza en el reposacabezas y la giró hacia un lado para
mirar a su compañero. No veía ninguna razón para guardarse la información,
aunque podría hacerlo solo por ser desagradable. En cambio, le explicó: —
No, es solo Mick. Mi madre siempre ha sido una gran fan de la música, y su
banda favorita es Fleetwood Mac. Tengo suerte de que me haya puesto el
nombre del baterista, Mick Fleetwood, en lugar del guitarrista, Lindsey
Buckingham. Ya es bastante difícil ser un hombre gay sin estar atrapado por
un nombre como Lindsey.
Tony no resopló ni se rio como Mick pensó que lo haría. Él
simplemente asintió y respondió: —En realidad es genial. Tenía miedo de
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que me fueras a decir que te pusieron el nombre por el ratón o algo así, y
luego no me iba a poder contener la risa. Esto me ahorra un ojo morado.
Mick no pudo detener el movimiento de la comisura de sus labios. —
Estoy encantado de que lo apruebes. —Miró por la ventana y preguntó: —
¿Cuánto falta para que lleguemos?
El Sargento O`Brien les había asignado un caso caliente y estaban de
camino a la escena del crimen. —El parque Barton está a unos diez minutos
de aquí. Abarca hasta Fall Creek donde encontraron el cuerpo en la orilla
del arroyo.
Mick asintió, y antes de poder contestar su teléfono zumbó en su
bolsillo. Lo sacó fuera y frunció el ceño cuando vio el identificador de
llamadas. —Hey, es mi hermana ¿te importa si contesto?
Tony giró su mano y le contestó: —Por supuesto. La familia lo primero,
compañero.
Mick inclinó la cabeza en agradecimiento y presionó el botón para
contestar la llamada.
—Hola, hermana, ¿todo bien? No te has puesto de parto ¿verdad? —
preguntó con voz ansiosa.
La voz se oía fuerte a través de la conexión y Mick se estremeció
mientras alejaba el teléfono de él cuando ella exclamó: —¡Claro que no!
Todavía no estoy de parto, tonto. Este chico no va a ningún lado hasta que
no haya aplastado completamente mi vejiga. Solo te estoy llamando para
ver cómo va tu primer día, ¿ya has conocido a tu nuevo compañero?
Podía ver a Tony sonriendo con su visión periférica y suspiró
pesadamente. —Todo va bien, Chris. Sí, he conocido a mi nuevo compañero.
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De hecho, estamos en camino a la escena de un crimen en este momento.
—¡Ohhh! ¡Suena emocionante! Cuéntame, ¿es caliente? ¿Qué
aspecto tiene? ¿Cuál es su nombre? ¿Cuándo lo conoceré? —Disparó sus
preguntas como una profesional.
Tony eligió este momento para hablar y gritar: —Mi nombre es Tony,
y estoy malditamente bueno, muñeca.
Mick gimió mientras su hermana pequeña gritaba de placer. —¡Oh
Dios mío! Déjame hablar con él, Bub. Tiene acento sexy de New Yawk6.
—En realidad, es acento de Chicago, hermana. Es un buen chico
italiano de buena fe y de buen ver y con una boca inteligente. Está a mi
altura, —dijo Mick mientras sostenía el teléfono hacia Tony—. Es mi
hermana, Christine. Se bueno.
Tony lo miró enfadado mientras tomaba el teléfono y lo ponía entre
su hombro y su oreja. —Hey, ¿cómo estas, muñeca? —Tony saludó a la
hermana de Mick. Mick se sorprendió al ver como el chico encendía su
encanto como si fuera una estación de radio—. Mi nombre es Tony
Selvaggio.
—Vaya —Mick oyó a su hermana canturrear encantada—. Si eres tan
guapo como suenas, entonces no puedo esperar a conocerte.
Tony sonrió mientras acercaba el coche a un pequeño
estacionamiento rodeado de un pequeño bosquecito. Aparcó junto a la
furgoneta del forense. Puso el vehículo en el parking, y respondió: —Dime
MICK
7 También llamada generación Y. Los comentaristas dan como inicio a esta generación el año 1980.
hacer es identificarla. Podría llevarle unos días al Dr. Frankenstein retirarle
un implante dental y comprobar el número de serie. A falta de avisos de
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personas desaparecidas, ¿cómo crees que nos vamos a enterar de su
nombre?
Tony se apartó de un salto y sacó su teléfono inteligente del bolsillo.
—Mira, sé que eres de la selva y todo eso, pero seguramente has oído
hablar de internet, ¿verdad?
Mick se aferró a las trebillas del pantalón con un apretón de muerte y
dijo entre dientes: —No soy un idiota, Tony. Por supuesto que puedes
buscar en agencias de acompañantes en la ciudad. Yo te lo iba a sugerir
también, antes de que decidieras insultarme. Estoy tratando de establecer
una relación contigo. Es esa pequeña parte que los compañeros llaman
“comunicación”. Para eso estamos trabajando juntos, en caso de que no lo
sepas. Se supone que debemos comunicarnos y compartir ideas uno con el
otro, así podemos trabajar juntos. Como compañeros. Y eso no significa que
puedas marginarme o hacerme parecer idiota, ¿lo entiendes?
La expresión altanera de Tony se fundió en piedra y una luz peligrosa
se encendió en sus ojos. Mick en realidad se echó hacia atrás por la
expresión de su pareja, pero enderezó su columna para el ataque. Tuvo que
esforzarse para escuchar la voz baja de Tony cuando el hombre gruñó: —
Bueno, perdona la mierda que sale por mi boca, Capitán América. No he
tenido el mejor historial de compañeros, por lo que he tenido que aprender
a resolver los casos yo solo. Trabajo rápido, trabajo inteligente, y detengo
al malo. Y tu puedes aprender a estar a mi altura, o buscarte un maldito
compañero nuevo. Me da lo mismo en todo caso, ¿capisce8?
9 Es una serie alrededor de Raylan Givens. No solo retrata la parte de los personajes dentro de la ley sino que también da
protagonismo a los delincuentes.
10 Viejo conocido de la adolescencia de Raylan en la serie.
Tony se giró para mirarlo, y Mick chasqueó los dedos y señaló el
camino delante de ellos. Tony volvió de mala gana su mirada de nuevo a la
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carretera y le dijo: —¿en serio?, ¿quieres ser un Fed?
Mick sintió su propio rubor tiñendo sus mejillas mientras miraba por
la ventana. —Quiero decir, ¿y por qué no? Un mejor sueldo, grandes
beneficios, posibilidad de viajar y un trabajo interesante. Esto es un hecho,
y ya hice mi solicitud antes de mudarme aquí. Estoy en el proceso para
conseguirlo, hay que pasar una completa verificación de antecedentes y
entrevistas, pero ¿quién sabe? Tal vez el próximo año me pueda comprar
un sombrero de vaquero y podré perseguir a mi propio Boyd Crowder.
Tony solo tarareó sin comprometerse y después se calló. El resto del
viaje a la comisaría de policía lo hicieron en un silencio tenso. Mick maldijo
por dejar caer esa bomba tan pronto, solo poco después de reparar los
daños de su primer choque. Anunciar que él podría no estar en ese trabajo
para un largo plazo de tiempo no era una buena manera de ganarse la
confianza del detective. Uno de estos días, Mick realmente debería
aprender a cómo dejar de hablar, y no dar un paso adelante y dos atrás.
CAPÍTULO CINCO
40
TONY
TONY
MICK
MICK
17Tipo de salsa de color rojo italiana que lleva tomates, ajo, hierbas aromáticas: albahaca entre otras y cebolla. Se deja
como en el original.
Mick resopló y se metió en el tráfico. —Estoy seguro de que no tengo
que probar la marinara de tu Ma para querer montarte, Tony. De hecho, he
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resistido el impulso al menos una docena de veces desde que te conocí esta
mañana. —El sonido de la risa de su compañero llevó la propia sonrisa de
Mick a plena potencia mientras se alejaban.
CAPÍTULO NUEVE
73
TONY
TONY
MICK
26 En jerga idiota.
Tony y Mick bajaron de su vehículo y tomaron posiciones. Mick vio
como Tony se arrastró al patio trasero y esperó unos minutos más antes de
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acercarse a la puerta delantera. Dando un puñetazo en voz alta, Mick
anunció: —¡Amber Nichols! ¡Policía de Indianápolis!¡Abra la puerta,
tenemos una orden de registro!
Mick no esperó a que ella respondiera a la puerta antes de girar el
picaporte. Maldijo cuando la encontró asegurada. Si Amber no abria
voluntariamente la puerta, iba a tener que ponerse agresivo. Esperó unos
segundos más antes de repetir su orden. Se esforzó por escuchar cualquier
movimiento, pero nada se movió en el interior. Maldijo y rápidamente
buscó en el marco de la puerta y en las plantas cercanas una llave de
repuesto, y la encontró debajo de la estatua de cerámica de un gnomo
frente a los escalones. Corrió de vuelta por las escaleras e introdujo la llave
en la cerradura y giró la manilla. Palmeó su arma y le quitó el seguro
mientras entraba cautelosamente en la pequeña casa. Intentó una vez más
llamar a la chica, pero no obtuvo respuesta.
Mick rápidamente recorrió la sala y la cocina, deteniéndose para dejar
entrar a Tony en el edificio. Su compañero tenía su propia arma en la mano,
y se dirigió hacia el garaje mientras que Mick se separó para entrar en el
primer dormitorio. Continuó rápido y en silencio recorriendo cada
habitación, limpiando cada lugar y encontrándolos todos vacíos, hasta el
último cuarto. Y Mick no fue tan cuidadoso como debería haber sido, él lo
admitiría después de los hechos, y bajó su arma antes de mirar en el armario
cerrado.
Apenas tuvo tiempo para ver a la joven escondida ahí antes de que
hubiera un destello de luz y una fuerte explosión, una fracción de segundo
antes de que el calor abrasador pasara a través de su brazo izquierdo. Sus
intestinos fueron pateados, mientras ignoraba los gritos frenéticos de su
compañero y se precipitaba hacia la joven mujer hasta que la dejó atrapada
contra la pared del armario. Le arrancó el arma de las manos mientras ella
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gritó lastimando sus oídos, y él apretó los dientes para evitar gritar por el
dolor en su brazo.
Y aunque le pareció una eternidad, pasaron sólo unos segundos hasta
que Tony llegó allí mismo, metiéndose perfectamente en el espacio
reducido hasta que pudo deslizar las esposas alrededor de las muñecas de
Amber. Cuando Tony se aseguró de que su gritona prisionera no iba a
ningún lado, miró ansiosamente a Mick y le dijo: —¿Qué te pasó, Mickey?
¿Cómo es de malo?
Mick hizo una mueca y presionó su mano derecha firmemente sobre
el parche de sangre de su camisa en la parte superior de su brazo. —Me
sorprendió, Tone. Estaba escondida en ese puto armario y me disparó tan
pronto como entré. —Mick se estremeció mientras el recuerdo del disparo
jugaba en su mente. Volvió a mirar hacia su brazo y le echó un vistazo—. No
es tan malo, en absoluto. Ella solo me rozó. Tal vez un par de puntos de
sutura. No es tan malo.
—¿Qué no es tan malo? ¡No es tan malo! —la voz de Tony se elevaba
con cada repetición.
—¿Estas mal de la maldita cabeza? ¡Podría haberte matado, Mick!
Podrías haber muerto justo ahora, —Tony gruñó, sus nudillos se pusieron
blancos en sus puños fuertemente apretados. Tomó una respiración
profunda, cerró sus ojos y dejó salir el aire lentamente.
—Voy a sacar a esta mujer de aquí y llamaré a un EMT. Hablaremos de
esto más tarde.
Mick observó con consternación como Tony acompañó bruscamente
a la bailarina por el pasillo. No estaba del todo seguro de por qué Tony
estaba tan cabreado. Recibir un disparo entraba en la naturaleza del trabajo.
Era de esperar de vez en cuando. Siguió detrás de su compañero,
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manteniendo una firme presión sobre la herida, y siguió mirando a Tony
mientras el hombre escupía instrucciones y peticiones en su móvil. Amber
estaba sentada rígidamente en el sillón, con lágrimas de furia bajando por
su rostro.
Mientras Tony estaba ocupado pidiendo refuerzos, Mick decidió
intervenir y leerle las acusaciones a su sospechosa. —Amber Nichols, está
bajo arresto por asalto a un oficial de policía con un arma y por intentar el
asesinado de un oficial de policía, así como, el secuestro y asesinato de
Natalie Woodson. Tiene derecho a un abogado. Si no puede pagar uno, le
será proporcionado uno de oficio. ¿Entiende los derechos que le acabo de
leer?
La bonita rubia levantó la punta de su nariz en el aire y se burló. —Sí,
lo entiendo. Quiero un abogado ahora. No voy a responder a sus preguntas,
cerdo.
Mick se encogió de hombros y respondió con ligereza: —No
necesitamos tu confesión para encerrarte, Amber. La evidencia lo hará por
nosotros.
Unos minutos más tarde, el lugar estaba repleto de policías
uniformados y técnicos forenses. Mientras Mick permitió a regañadientes
al EMT limpiar e inspeccionar su herida, Tony acompañó personalmente a
Amber a la parte posterior de un coche patrulla y dio instrucciones al
uniformado de tomarla como retenida. Ahora que la tenían con el cargo de
asalto a Mick, no iba a ninguna parte, y la podrían interrogar cuando
quisieran después de reunir más pruebas.
Mick siseó mientras el EMT limpiaba la herida con un antiséptico para
obtener una mejor visión. La hemorragia había disminuido a pequeños
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borbotones, pero la parte donde la bala le rozó era un profundo surco que
definitivamente requería puntos de sutura. Tony se acercó a echar un
vistazo y sus labios se adelgazaron y su nariz se movió. Girándose hacia el
EMT, Tony ordenó: —Llévelo al hospital y haga que lo cosan.
La espalda de Mick se puso rígida. –¡De ninguna manera! Puede
coserla aquí mismo. No voy a ir al hospital por un rasguño, Tone. Todavía
tenemos mucho trabajo que hacer aquí.
Tony se volvió hacia él y Mick se encogió ante el calor abrasador en los
ojos dorados de su compañero. —Acabas de ser disparado, Mick. Creo que
has hecho suficiente por hoy.
La mandíbula de Mick se apretó por su cabreo. Tomó una respiración
profunda con paciencia y la dejó salir despacio. —¿Por qué no te adelantas
y empiezas? tan pronto como Greg me haga la costura aquí, estaré listo para
acompañarte. No voy a ir al hospital, Tony. Fin de la discusión.
Tony apretó los puños, pero se dio la vuelta y se alejó de nuevo hacia
la pequeña casa. Él EMT sacó su kit y advirtió a Mick. —Normalmente no
hago estas cosas en la calle, hombre. ¿Seguro que quieres que lo haga aquí?
Mick asintió bruscamente. —Te aseguro que iré al médico en los
próximos días si veo signos de infección. Sólo adorméceme y pon algunos
puntos de sutura, amigo. Todavía tengo trabajo que hacer.
El técnico se encogió de hombros y respondió: —Tú lo pediste, amigo.
Solo recuérdalo en caso de que algo salga mal.
Mick asintió y apretó los dientes mientras el técnico deslizó la jeringa
llena de Novocaína bajo la piel para adormecer la zona de alrededor. Dio
respiraciones profundas y calmadas a través de la nariz antes de liberarlas
lentamente por la boca y permitió que el dolor rodara sobre él y saliera de
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nuevo, mientras Greg cerró y cosió la herida. En el momento en que terminó,
el estómago de Mick sintió un poco de mareo, pero nada que no pudiera
manejar. Dio las gracias al EMT efusivamente y prometió al joven que iría a
que lo revisara un médico al día siguiente.
Mick entró en la casa, haciendo una pausa para observar a los
numerosos técnicos que estaban ocupados buscando huellas dactilares y
otras pruebas, y siguió el sonido de la voz de su compañero hasta el garaje.
Tan pronto como entró en el espacio cerrado, la nariz le picó con el pesado
olor de la lejía. Vio a Tony de pie junto a un técnico que estaba rociando
cantidades abundantes de Luminol27 en el suelo de cemento. Y una gran
mancha de color púrpura fluorescente brilló en el suelo con la atomización
adicional de la botella.
—Parece que hemos encontrado nuestra escena principal del crimen,
—comentó Mick, ganando la atención de Tony.
Su compañero lo miró y asintió bruscamente. —El único problema es
que ella fue lo suficiente inteligente como para limpiarlo con lejía. Es posible
que no podamos obtener una muestra de ADN en este lugar.
Mick echó un vistazo alrededor del oscuro interior y le agitó la mano a
Tony desde atrás a unos pocos metros, y poniéndose en postura de disparo,
le dijo: —Bob estima que los disparos se hicieron desde un metro y medio
de distancia. Sabes lo que eso significa, ¿verdad?
Los ojos de Tony buscaron alrededor de la habitación y se fijaron en
las pilas de cajas y la puerta del garaje. —Sí. Dependiendo del lugar donde
se encontraba la víctima, debe haber manchas de sangre por todos lados.
27 Es una sustancia utilizada para detectar restos de sangre.
Voy a por los técnicos para que rocíen la puerta y las cajas. Encontraremos
una muestra utilizable, te lo garantizo.
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Mick asintió y añadió: —Tengo otros técnicos trabajando en su coche.
Con suerte, vamos a encontrar más pruebas dentro de la camioneta.
También me di cuenta que la cortina de la ducha es nueva. Todavía tiene los
pliegues de estar doblada en el paquete. Suma la pistola, literalmente, y
tenemos un caso cerrado.
Tony se encogió de hombros y respondió: —Nunca se sabe, Mickey.
He visto casos más claros que este caer en el último momento. —Suspiró
profundamente y añadió: —estos chicos van a estar ocupados aquí por un
tiempo. ¿Quieres ir rápidamente a tomar un bocadillo?
Mick puso su mano sobre su estómago todavía revuelto y sacudió la
cabeza. —No creo que pueda comer nada en este momento. Vamos a ver
cómo van en el coche.
Tony y Mick pasearon tranquilamente por la casa, haciendo una pausa
para comprobar con cada técnico si habían encontrado algo que tuviera que
ver con el caso. Cuando uno de ellos sacó un ordenador portátil, Tony lo
instruyo a que se lo llevaran a Ahmed para una mayor investigación.
Llegaron al camino de entrada, y se detuvieron en seco cuando vieron al
Sargento Thomas O’Brien enfrascado en una conversación con un técnico
de CSU. Cuando la mirada del hombre mayor se reunió con la de Mick, el
hombre frunció el ceño e imperiosamente les hizo señas a los dos detectives
para que se le acercaran. Mick y Tony compartieron una mirada preocupada,
pero se acercaron directamente a su supervisor con aire arrogante.
—Fletcher, ¿qué coño pasó aquí? —ladró el hombre bruscamente sin
más preámbulo.
Mick dio una respiración profunda y respondió con voz uniforme: —
estábamos en el proceso de revisar la casa, señor. Cuando llegué a la última
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habitación, bajé la guardia antes de buscar en el armario. Ella me disparó
casi de inmediato, además contaba con el elemento sorpresa.
Inmediatamente me moví para desarmarla e incapacitarla, Tony llegó sólo
un momento después para esposarla.
El sargento cruzó sus musculosos brazos sobre el pecho y observó
cuidadosamente a los dos hombres. —Sabes que teníais que esperar por
respaldo, pero supongo que Salvaje te convenció de ir en caliente a por ella.
Estoy casi decidido a sacarlos a ambos del caso.
Mick se encrespó bajo el supuesto de que esto fuera culpa de su
compañero. —Con el debido respeto, señor, este incidente fue totalmente
culpa mía. Tony y yo, ambos, acordamos dar la orden, pero fue mi falta de
mi atención lo que provocó mi lesión. Si usted cree que necesita retírame,
lo entiendo y lo acepto, pero Tony no tiene ninguna culpa en esto. Él solo
debería ser capaz de llevar la investigación hasta el final.
Podía ver el cuerpo de su compañero tensándose a su lado y Tony
abrió la boca para hablar. Mick apretó el brazo de Tony poniéndolo en alerta,
y los labios de Tony se adelgazaron mientras el sargento los examinaba
cuidadosamente mientras sopesaba las palabras de Mick. Por último, su
supervisor dijo: —Lo bueno es que tengo más que la mitad de mi mente,
Fletcher. Voy a pasar por alto este lapso de juicio solo por esta vez, pero no
dejes que te pase de nuevo. Vosotros muchachos hicisteis un buen trabajo
en este caso, y creo que ambos os merecéis llevarlo hasta el final. —E hizo
una pausa mientras consideraba a ambos hombres—. Creo que tú puedes
ser justo lo que necesitamos para domesticar a el Salvaje, detective Fletcher.
Mantén un estricto control sobre él, y creo que vuestra pareja podría llegar
a ser uno de nuestros mejores detectives.
Mick murmuró un agradecimiento, y el sargento exigió actualizaciones
cada hora sobre sus progresos antes de irse. Cuando el hombre estuvo fuera
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y no les podía oír, Tony retiró su brazo del agarre de Mick y se volvió hacia
él para gruñir: —No necesito que pelees mis batallas por mí, Mick. Soy un
chico grande y puedo hablar por mí mismo.
Mick agarró el brazo de Tony otra vez y lo arrastró lejos de los oídos
curiosos de los técnicos de CSU. Se inclinó hacia el espacio de Tony y siseó:
—Ese es el problema contigo, Tony. No parece que entiendas que no todo
tiene que ser una lucha. Pensé que te había demostrado en los últimos dos
días que se cómo leer a la gente, hombre. El sargento solo estaba buscando
una buena excusa para mantenernos a ambos en el caso. Si hubieras abierto
la boca y comenzado a discutir, él no habría tenido más remedio que
cumplir su amenaza. Le di una salida fácil echándome la culpa de lo que
pasó, lo que le puso en la posición de ser capaz de ceder con gracia. Alguno
de estos días, tu boca va a anotar un punto que tu culo no podrá cobrar,
Tone.
Tony se acercó más a Mick y se burló: —Ah, ¿y tú vas a ser quién me
domestique, Mick? Seguro, te lo tienes muy creído si piensas eso. Puede
que tenga mucho genio, y se pueda sacar lo mejor de mí, a veces, pero no
soy un salvaje. Y no te necesito para mantenerme en la fila como un canguro
en su bolsa, no vuelvas a poner tus manos sobre mí para controlarme de
nuevo, ¿capisce? No soy tu perro para que me entrenes.
Los ojos marrones dorados de Tony ardieron con calor, y Mick resistió
el impulso de ahogarse en sus ardientes profundidades. Una vez más, Mick
compuso su gesto y dio un paso atrás. —No me culpes por las palabras de
otros, Tone. Nunca dije nada de eso, y por lo poco que he visto, tu no
necesitas una niñera. Eres un maldito buen investigador, hombre, pero yo
también. Cada uno tiene sus puntos débiles, y si me dejas hacer mi trabajo
como tu compañero, podemos equilibrarnos el uno al otro y hacer un
infierno de equipo. —Finalmente unió su mirada con la mirada hostil de su
100
compañero y habló con un tono de voz acerada cuando añadió: —Y eso no
significa que voy a dejar que me utilices como tu poste de flagelación verbal.
Creo que tenemos un buen comienzo de amistad, Tony, pero si sigues
empujándome, voy a dar marcha atrás. Y no golpeo en vano, tampoco.
Tony apretó la mandíbula y respiró con dificultad antes de romper el
contacto visual con Mick y dio un paso atrás. Se metió las manos en los
bolsillos del pantalón y se encogió de hombros. —Está bien. Haz lo que
quieras, Mickey. ¿Crees que soy demasiado bocazas? Pues todo lo que
tienes que hacer es aclararte la garganta para decirme que quieres tomar la
iniciativa. Eso no significa que te dejaré hacerlo, pero al menos
conseguiremos entendernos, ¿eh?
Mick suspiró y concedió con gracia. —Sí, Tone. Puedo hacerlo así. Y lo
mismo va para ti.
Mientras caminaban hacia la casa, Tony bromeó. —Por lo tanto,
¿conseguiste su número?
Mick miró a su compañero como si estuviera loco, llegados a este
punto, Mick no apostaría en contra. —¿Si obtuve el número de quién?
Tony mantuvo la puerta abierta para que Mick entrara primero y
respondió: —Greg. Lo recuerdas ¿verdad? ¿El chico que te cosió hace unos
minutos?
Mick hizo un ruido grosero. —Por supuesto que no. Greg no es gay. Y
no solo eso, no tiene que ser necesariamente mi tipo. Es guapo y todo, pero
es demasiado joven. —Hizo una pausa para dar tiempo a su compañero para
digerirlo todo antes de añadir: —además, me gusta que mi hombre sea alto,
moreno y guapo con buen carácter.
Tony resopló y respondió con aspereza: —¿No os gustan a todos así?
por eso yo siempre tengo tanta demanda, Mickey.
101
El gran detective rubio rio y pensó para sí mismo, Dios, estoy tan jodido.
CAPÍTULO DOCE
102
MICK
La tarde del viernes el caso ya estaba bien encaminado para poder ser
resuelto. Mick y Tony se sentaron en sus escritorios, absortos en la escritura
de sus informes y en la revisión de las evidencias que se iban a remitir a la
oficina fiscal. Aunque nunca recuperaron el bolso, las cartas, o el móvil de
Natalie, si encontraron el anillo de compromiso con un diamante de dos
quilates escondido en el cajón de la ropa interior de Amber. También
encontraron pruebas de sangre en la camioneta de Amber, así como varios
cabellos que estaban siendo analizados con la prueba del ADN. Sumado a
todo esto, también encontraron manchas de sangre en el garaje,
coincidencias de balística en la pistola con la que Amber disparó a Mick, y,
por último, las imágenes de seguridad. Parecía que Amber estaría encerrada
un tiempo muy largo.
Mick y Tony interrogaron a la mujer durante más de cuatro horas
hasta que consiguieron obtener la mayor parte de la historia. Con el
abogado de oficio presente, lograron reunir las piezas de lo que había
pasado. Amber y Patrick Moynihan habían tenido una ligera aventura
durante más de un año antes de que él conociera y trajera a casa a Natalie.
Amber estaba enamorada de Moynihan, pero él nunca le había dado nada
más que sexo de vez en cuando, aunque ella no había dejado de tener
esperanza de algo más algún día. Pero cuando él trajo a Natalie a
Indianápolis y de inmediato la trasladó a su casa, Amber perdió la cabeza.
Atormentó y acosó a Natalie, dejándole notas amenazadoras y poniendo en
su contra a las otras chicas, esperando así llevar a la nueva chica lejos, de
regreso a Cleveland.
103
Su plan era que no volviera a trabajar, pero Amber fue testigo de la
proposición de su jefe/amante a Natalie la noche que regresó a PM después
de la fiesta. Amber sabía que, si quería tener alguna posibilidad de
convertirse en la señora de Patrick Moynihan, tenía que deshacerse de su
competencia. Y, por lo que ella les contó, engañó a Natalie mediante
mensajes de texto disculpándose por su mal comportamiento y diciéndole
que le gustaría pasar a darle un regalo de bienvenida. Por eso Natalie dejó
entrar a Amber en su casa, y en vez del regalo, la bailarina rubia había
llevado un arma de fuego y había amenazado a la joven víctima con usarla
si no dejaba la ciudad inmediatamente. Cuando Natalie se negó
rotundamente a obedecer, Amber pensó que no tenía otra alternativa que
secuestrarla y llevársela a su casa para “convencerla”.
Con grandes lágrimas de cocodrilo, Amber insistió en que no había
tenido la intención de disparar a Natalie. Solo había querido dar un disparo
de advertencia para que viera que iba en serio, pero, en su lugar, le había
dado en el pecho. Llegada a ese punto, Amber había dicho: así que me dije
a mí misma, ¿por qué parar ahora? Si la mato, entonces ella realmente no
puede volver y arruinarme esto. Y así ella le disparó una segunda vez. Y
como Mick había sospechado, Amber había envuelto el cuerpo en su cortina
de ducha, la cargó en el maletero de su coche y la dejó en el arroyo.
Mick nunca olvidará la mirada en la cara de Moynihan cuando él y
Tony le dijeron que habían arrestado a Amber por la muerte de Natalie. La
cara del hombre había recorrido toda la gama de emociones, desde la
sorpresa al enojo, y de la culpa a la profunda tristeza. —Esto es culpa mía,
¿verdad? Les hice eso a las dos. Todo esto es por mi culpa, dijo Moynihan
antes de hundirse en su silla y beberse un vaso lleno de whisky.
Habían prometido mantenerle informado de los procedimientos
judiciales, pero Moynihan no escuchó nada más. Dejaron al hombre roto y
104
muy cerca de tener sus propios problemas legales si Gómez se salía con la
suya.
Mick terminó de escribir su informe sobre el incidente de Amber
disparando contra él, guardó su trabajo, y lo envió al sargento para que lo
revisara antes de que fuera archivado. Se fue hacia atrás en su silla, estiró
sus brazos abriéndolos de par en par, y echó un vistazo a su compañero.
Tony se veía hoy malditamente bien. El hombre estaba vestido con pantalón
azul marino, camisa de vestir azul claro y una corbata azul marino a rayas.
Su pelo negro estaba peinado impecablemente para destacar su cabello
grueso y brillante, y su barba y bigote estaban muy recortados para dar la
impresión de sombra oscura de media tarde que mejoraba mucho los
hoyuelos en sus mejillas. A pesar de que no había tenido la oportunidad de
ver a Tony sin camisa, podía ver el contorno de sus músculos a lo largo de
sus brazos, hombros, y pecho, y Mick apostaría todos sus ahorros que el
hombre tenía una tabla de abdominales donde se podría rallar queso. Tony
Selvaggio era posiblemente el hombre más guapo en el que Mick había
puesto los ojos, y se estaba convirtiendo en su particular lucha diaria
mantener las manos quietas.
—¡Hey, Tone! —Mick llamó a su compañero—. Son casi las seis pm.
¿Qué tal si no trabajamos esta noche? tal vez tengamos suerte y tengamos
un fin de semana entero para descansar sin ser llamados para un nuevo caso.
Tony hizo clic en su ratón unas cuantas veces más y apagó su
ordenador. —Esa es la mejor idea que has tenido en toda la semana. ¿Qué
tal si celebramos el cierre de nuestro primer caso? Podemos ir a un bar de
deportes que conozco y tomarnos un bistec y un par de copas, ¿qué dices?
Mick se levantó y agarró la chaqueta del traje. —Creo que suena
también como la mejor idea que has tenido en toda la semana. Vámonos.
105
La primera ronda la pago yo.
Cuando salieron de la estación de policía, le dijeron adiós a Jackie e
incluso a Berkis, que se esforzó en ser amistoso. Mick se rio para sí mientras
él y Tony se subían en el SUV. Desde que había comenzado a crecer y a
ponerse más musculoso, no tuvo ningún problema de acoso debido a su
sexualidad. Aunque cuando era un adolescente flaco, nunca habló de su
atracción por otros chicos, y su secreto siempre estuvo en el armario. Su
madre siempre lo había animado a luchar por sus creencias si consideraba
seguro hacerlo, y ella felizmente firmó las tres advertencias que había
recibido en la escuela por pelearse. Había sido su primera y más fuerte
defensora, y los maestros y directores la conocían por su nombre y por su
cara. De hecho, fue ella la que lo había inspirado a convertirse en un agente
de la ley. Ver cómo lo había defendido y protegido todos estos años le había
provocado las ganas de hacer lo mismo por los demás. Él sabía cómo se
sentía al ser una víctima, y haría todo lo que estuviera en sus manos para
defender a otras personas que no podían hacerlo por ellos mismos.
Tony le dio indicaciones a Mick para ir a su bar deportivo favorito, y
los dos hombres encontraron una buena mesa en el bar. Había lista de
espera para las cabinas, pero Mick prefería el ruidoso ambiente del bar.
Además, ahí era mucho menos probable ser escuchado por otros. Desde
finales de septiembre, había continuos partidos de los Colts en las grandes
pantallas y un montón de fans ruidosos bebiendo cerveza e insultando a los
contrarios. Mick y Tony se detuvieron en una mesa vacía y una bonita
camarera morena se acercó a su mesa para tomar sus órdenes.
—¡Tony! Tenía la esperanza de verte pronto por aquí, —la joven
hermosa arrulló a su compañero. Un destello de celos se encendió en el
106
corazón de Mick, pero lo detuvo rápidamente.
Tony levantó la vista del menú y ofreció su patentada sonrisa de
seductor. —Ya sabes que no podría estar muy lejos, —y Tony la miró
durante una fracción de segundo antes de decir: —Stacy.
Mick estaba seguro de admitir que esa era la prueba visible de que su
compañero no tenía interés en la mujer, y sonrió con orgullo. Si ni siquiera
recordaba su nombre y había tenido que hacer una pausa para leer su
tarjeta de identificación, entonces era probable que él no hubiera salido
nunca con ella. ¿Por qué ese pensamiento tenía tanta importancia para
Mick? Se negó a admitirlo, incluso a sí mismo.
Tony pidió por los dos, pero a Mick no le importó. Se dio cuenta de
que el hombre le había estado prestando mucha atención los últimos cinco
días, y ya sabía que solo bebía Michelob ultra y que no iba a comer
aperitivos. Era solo una cosa más que añadir a la lista de cosas, cada vez
mayor, que le gustaban de su nuevo compañero. Y aunque había algunas
cosas que no le gustaban del hombre, los pros superaban con creces los
inconvenientes. Hasta ahora.
Se bebieron sus cervezas y charlaron un poco más sobre el caso, pero
no pasó mucho tiempo antes de que los hombres, con impaciencia,
empezaran una conversación más personal. Y como estaban en un bar de
deportes, la charla de manera natural, volvió a girar en torno a deportes.
—¿Cómo puede no gustarte el fútbol, Mickey? Mírate. Me sorprende
que no fueras reclutado directamente a la NFL con tu constitución, —le
comentó Tony, y sus ojos brillaban con diversión.
Mick se encogió de hombros. –¿Qué quieres que te diga? Crecí en una
familia forofa del baloncesto. Kentucky es conocido por sus grandes
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aficionados universitarios al baloncesto. ¿Piensas que las batallas
territoriales son malas? Trata de ponerte en medio de un fan de la
universidad de Kentucky y un fan de la universidad de Louisville.
Tony se atragantó con un sorbo de Corona y balbuceó: —¿qué acabas
de decir? ¿Universidad de `Loo-a-Vul’?
Mick entrecerró los ojos. —No empieces a vacilarme, Chicago. He
tenido que instalar una aplicación de traductor de Sopranos en mi
Smartphone desde que te conozco. Y, solo para que lo sepas, mi familia y
yo somos todos fans del baloncesto UK. De hecho, yo quería jugar con ellos,
pero no pasé el corte. Me ofrecieron un infierno de beca en el este de
Kentucky, así que me fui allí. Y cuando llegué, descubrí que tenían un
excelente programa de justicia judicial, sólo entonces tuvo sentido.
Los ojos de Tony volaron hasta su frente. —Mierda, Mick. ¿Tuviste una
beca completa de baloncesto para ir a la universidad? Eso es jodidamente
increíble. Recuérdame nunca volver a jugar uno y uno contra ti.
El diablo tentó a Mick y le respondió: —No te preocupes, Tone. No me
importa llevarte a la escuela y enseñarte algunos nuevos trucos.
Una chispa de electricidad saltó entre ellos, y el pene de Mick se movió
contra su pierna. Pellizcó su muslo, duro, debajo de la mesa para distraerse
a sí mismo, pero no funcionó. Todo acerca del hombre le gustaba a Mick. La
forma en que Tony había declarado públicamente su apoyo a la comunidad
gay, su actitud arrogante, la atención inmediata de su compañero a la
hermana de Mick y su agudo intelecto, todo había succionado a Mick como
una aspiradora. Aunque el factor decisivo de verdad, era el exuberante
cuerpo de Tony. El hombre era como un gourmet cebo-Gay. Excepto que
Tony, por lo que Mick podía decir, era completamente hetero. Y a pesar de
que los instintos de Mick le estaban gritando que Tony le estaba enviado
108
señales, eran demasiado poco claras para que Mick se sintiera seguro. No
es que Mick pudiera realmente hacer algo con su propio compañero. Él era
un profesional, ¡maldición! y los profesionales no follan con sus compañeros
de trabajo. O como diría su madre: muchacho cara de ángel, no cagues
donde comes.
Tony parpadeó lentamente y se aclaró la garganta. —Yo, uh, tendré
eso en mente, socio. Aunque, para ser justos, yo no soy mucho de
baloncesto. Crecí con béisbol y hockey. Incluso he jugado de portero para
mi equipo de la escuela secundaria y ganamos el campeonato estatal en mi
último año. Mi Pop aún sigue teniendo el trofeo de esa victoria encima de
nuestra chimenea.
La risa de Mick tuvo una nota de alivio, y su conversación continuó
como si nada hubiera pasado. Hablaron y rieron mientras tomaban su
comida, y Mick insistió sobre la elección de comida de Tony. Mick había
ordenado el mayor solomillo del menú, pero combinó su carne con una
ensalada y espárragos a la parrilla. Tony, por el contrario, había ordenado
un chuletón de casi cuatrocientos gramos, macarrones con queso, y una
patata horneada. Mick sacudió la cabeza con asombro por los hábitos de
alimentación del hombre, ¿cómo podía mantener el italiano un trasero tan
estupendo y una figura musculosa si comía como si fuera un adolescente?
Cuando terminaron de comer, seguía siendo temprano para ser un
viernes por la noche, y Mick no quería tener que volver a la soledad de su
apartamento. Claro, que podría salir con su hermana, pero ella tendía a
quedarse dormida por todas partes desde que tenía que levantarse cada
pocas horas para orinar gracias a las travesuras de su futuro sobrino. No
estaba seguro de si Tony tenía planes esa noche o no, ¿y si a su nuevo
compañero le apetecía pasar algo más de tiempo con él?
109
Mick se aclaró la garganta, y se aventuró: —Entonces, ¿tienes algún
plan con Gómez esta noche?
La ceja de Tony se arqueó y respondió: —Ninguno. De hecho, creo que
tiene una cita con Jerome Miller de Narcóticos esta noche. ¿Por qué?
¿Quieres hacer algo?
Mick consideró sus opciones, pero salir no era exactamente lo que
quería. —Solo estaba pensando que podríamos ir a beber algo a tu casa. Tal
vez así nos podríamos conocernos un poco más, y finalmente puedes
explicarme por qué todo el mundo en la comisaría de policía te llama
‘Salvaje’.
Mick vio una sombra de duda en el rostro de su compañero antes de
contestar.
—Suena como un plan. Pero si vamos a hablar del pasado,
necesitaremos alcohol más fuerte que cerveza. Podríamos comprar una
botella de whiskey, si te apetece.
Mick resopló. —¿Estas bromeando? crecí a menos de treinta minutos
del festival del Bourbon. Prácticamente corre por mis venas. Vámonos.
Pagaron la cuenta, agradeciendo el servicio a su estupenda camarera,
y se dirigieron hacia el vehículo. Mick tenía ganas de ir a la casa de su nuevo
compañero. Tony tenía una hermosa casa pequeña en la ciudad donde
presumía de tener suelos de madera y una increíble terraza. El hombre,
además, tenía buen gusto para la decoración. Cada habitación estaba
decorada con cuadros en las paredes y todo muy ordenado y en su sitio,
pero, aun así, la casa de Tony parecía vacía y solitaria.
Media hora más tarde, se habían quitado los zapatos y los calcetines,
y estaban bebiendo whisky con hielo recostados en los sillones de cuero de
110
la terraza cubierta mientras la chimenea eléctrica crepitaba alegremente.
—¡Maldita sea, Tone! Esto si que es buena vida, —comentó Mick con un
suspiro de felicidad.
La risa de Tony era autocrítica. —Ya, deberías haber visto mi
apartamento de mierda en Chicago. Esto es un puto castillo en comparación
con lo que podía permitirme en la ciudad de los vientos. Además, mis cuatro
hermanas tuvieron que venir aquí y poner sus toques personales en todo.
El resultado final es agradable, ¿pero el proceso? Puro infierno, te lo digo
de verdad Mick.
Mick sabía que no podía ir de forma directa a averiguar lo que quería
saber sobre el pasado de Tony, por lo que continuó preguntándole a su
socio más cosas sobre su familia. Y él pasó la siguiente hora contándole
historias sobre sus hermanas y el resto de su gran y extensa familia. Mick
estaba fascinado. Él no tenía una gran familia como la de Tony. Su madre
había sido hija única, y sus abuelos habían fallecido varios años antes. Y
desde que su padre había salido de su vida hacia tantos años, él y Christine
no habían tenido mucha relación con el lado paternal de la familia, así que
escuchar a Tony charlar sobre los suyos con tanto amor y anhelo hizo que
algo punzara en el pecho de Mick. Él se imaginaba perfectamente cómo se
sentía Tony estando tan lejos de sus seres queridos.
Cuando el tema se terminó, continuaron en un amigable silencio, y
Mick aventuró: —Suena como si dejaras atrás a un montón de personas que
te quieren, Tone. ¿Por qué te mudaste a Indianápolis? ¿Qué paso en
Chicago que hizo que te mudaras?
Tony miró su vaso de licor y lo hizo girar un segundo antes de tomarse
el resto con tres grandes tragos. Tosió en su mano, y parpadeó por el picor
en los ojos, y dijo: —pasó con mi último compañero. Él mató a mi mejor
amigo, y luego yo lo maté a él.
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CAPÍTULO TRECE
112
TONY
TONY
Era por la tarde, un poco después de las cuatro pm, cuando llegaron a
casa de Christine. Tony y Mick entraron cargando con bolsas de comestibles
y paquetes de aperitivos y se dirigieron a la puerta. Mick esta vez no se
molestó en llamar, y mantuvo el pomo de la puerta abierta para permitir
que Tony pasara con su carga. Mientras se abrían paso a la cocina, Tony
pudo escuchar los familiares sonidos de los Stones llegando por las ventanas
abiertas, preparándose para Gimme Shelter.
No había señal de ninguna mujer, pero eso no pareció preocuparle a
Mick, así que Tony siguió su ejemplo, vació su carga y puso los filetes a
marinar. Las cosas entre Tony y su compañero habían transcurrido de
manera sorprendentemente fácil y relajadas en las últimas horas mientras
habían ido desde la tienda de comestibles a la tienda gourmet, y discutieron
con buen humor las ventajas nutricionales de la ensalada de patata. Tony
disfrutaba de la compañía de Mick, y el fácil carácter de su compañero
consiguió aliviar el dolor de la soledad que había tenido en su interior desde
hacía más de un año, tras la muerte de Jimmy.
Tony se estaba lavando las manos en el fregadero cuando su nariz
reconoció el olor dulzón de su juventud. —Uh, ¿Mickey? ¿Estoy imaginando
cosas, o huelo el distintivo aroma de la María?
Su compañero suspiró y respondió: —tenía la esperanza de que no la
trajera con ella. No importa cuántas veces le regañe, se niega a dejar de
fumarla. ¿Sabes que algunas madres beben mucho vino o se fugan por ahí?
Bueno, pues mi madre fuma hierba. Mucha.
Tony sonrió, totalmente encantado con la madre de su compañero, y
ni siquiera la había conocido aún. —Eso es… Tengo que conocerla ahora
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mismo. Vamos, Mickey.
Mick lo llevó al patio trasero a regañadientes, donde Christine estaba
reclinada sobre una mullida chaise longue y bebía un vaso de té helado
mientras veía a una impresionante mujer moverse y bailar al ritmo de The
Joker, de Steve Millar Band. Tenía más o menos 1’80 metros de altura, un
espeso cabello rubio ondulado que le caía hasta casi la mitad de la espalda,
y sus vaqueros estaban un poco demasiado ajustados a su cuerpo, y sus
redondos y abundantes pechos estiraban la tela de una camiseta con el
dibujo de un clásico Led Zeppelin en concierto. Movía su cuerpo como una
mujer de la mitad de su edad y tamaño, y tenía un porro a medio fumar
entre el índice y el pulgar.
Mick hizo un gesto a la envejecida diosa del rock y dijo secamente: —
Tony, te presento a mi madre, Ramona Hobbs.
Los expresivos ojos verdes de Ramona se agrandaron cuando vio a
Mick, e inmediatamente le dio un abrazo y un fuerte beso golpeando su
mejilla. —¡Ahí está mi ángel! —gritó con alegría. Su mirada acabó por
encontrar a Tony, que estaba con una sonrisa en su cara y sus manos
metidas en los bolsillos de sus vaqueros—. Y tú debes de ser el infame Tony.
He oído hablar mucho de ti. Ven a bailar conmigo, cariño.
Tony rio y aceptó su mano libre. Tiró de ella hacia su cuerpo y
comenzaron a balancearse al compás de la guitarra mientras Steve Miller
aullaba. —Eres la cosa más bonita que haya visto nunca, me encantan tus
melocotones, quiero sacudir tu árbol. —Su exuberante cuerpo se pegó a
Tony con confianza, pero a él no le importó. Tony apreciaba y respetaba a
las mujeres de todas las edades, formas y colores de forma sana, y no tuvo
ningún problema en bailar con la preciosa madre de su compañero.
Ella le dio una bocanada rápida al porro que tenía en la mano y lo puso
a un lado antes de preguntarle: —dime, Tony. ¿Cuál es tu canción favorita?
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De alguna manera, el policía italiano sabía que estaba siendo puesto a
prueba, por lo que se tomó su tiempo y lo pensó con cuidado antes de
responder: —es imposible de responder, muñeca. Es lo mismo que si me
preguntaras cuál de mis quince sobrinos es mi favorito. Y eso sería más fácil
de responder, por cierto.
Ella le dedicó una sonrisa brillante mientras él le dio una vuelta antes
de tirar de ella de nuevo contra su pecho. —Buena respuesta, cariño. Nadie
debe limitar sus opciones musicales a unos pocos cantantes o canciones.
¿Por qué limitarse solo al plato principal cuando hay tantos sabores por
probar en el buffet musical?
—¡Oh, Dios mío, mamá! Deja de acaparar totalmente a Tony. ¿No
tienes una cazuela de brócoli que hacer o algo así? —Christine se quejó lo
suficientemente alto para ser escuchada por encima de la música.
La canción llego a su fin, Tony la besó la mano y ella se rio con
galantería. Tony estaba inclinado a medias mientras ella enrolló su brazo
alrededor de su cintura y lo condujo a su asiento. —Siéntate aquí, cariño, y
haré que Mick te traiga algo de beber. Mi bebé gruñona necesita un poco
de atención. —Se volvió hacia su hijo que tanto había penado y le hizo una
seña—. Vamos, cariño. Acompáñame a la cocina. —Y le envió una mirada
de acero a su hijo, y Tony ya sabía lo que significaba esa mirada. Quería
hablar a solas con Mick.
Tony se echó hacia atrás en la tumbona junto a Christine y enganchó
sus manos detrás de su cabeza. —¡Hey, Mickey! No olvides la rodaja de
limón para mi Corona esta vez, ¿capisce?
Tony rio mientras su compañero negaba a espaldas de Ramona. Y se
giró con mucho gusto para prestar atención a la hermosa Christine. Pasó
129
casi media hora antes de que Mick saliera al exterior de la casa con la
cerveza de Tony y un plato de filetes a la parrilla que humeaban
alegremente. Ramona se les unió poco después, y pasaron la siguiente hora
riendo y discutiendo sobre los méritos de diferentes estilos de música,
mientras que la madre de Mick se animaba y rompía a cantar cada pocos
minutos. Tony estaba encantado con la mujer. Cantaba como un ángel del
rock´n roll, era divertida como el infierno, y dijo lo que le dio la gana sin
flirtear.
Después de una deliciosa comida de carne, ensalada de patatas,
cazuela de brócoli, rolls y otras cosas, se instalaron en las mullidas sillas en
la terraza y disfrutaron de las llamas crepitantes del fuego portátil. Tony no
podía recordar la última vez que se había divertido y reído tanto como lo
había hecho esa noche. Adoraba a la pequeña familia de Mick, y cada uno
de ellos lo hizo sentir como si estuviera en casa. Mientras la tarde se volvió
fría y comenzó a anochecer, un ligero ronquido le llamó la atención. Miró a
su izquierda y vio a Christine dormitando en su silla. Parecía la viva imagen
de una Madonna con las mejillas sonrosadas, los rizos rubios
resplandecientes y el vientre redondeado por su niño.
—Hey, Mickey, —Tony llamó a su compañero en voz baja—. Parece
que tu hermana necesita irse a la cama.
Mick le echó una mirada de esperanza a su madre, pero ella se limitó
a mover la cabeza negando. —Oh no. Es toda tuya, bebé. Además, quiero a
Tony para mí durante un rato. Así que después de poner a tu hermana en la
cama, ¿por qué no limpias un poco la cocina?
Tony rio al ver la expresión de pánico en la cara de su pareja, y Mick
de mala gana se puso de pie y llevó a su somnolienta hermana al interior.
130
—¡Compórtate, mamá! —le dijo por encima del hombro mientras entraba.
—¡Nunca! —respondió ella con una gran risa.
Cuando la puerta se cerró firmemente detrás de ellos, le ofreció su
porro a medio fumar. Se encogió de hombros, se lo quitó y le dio una firme
calada a la potente hierba y dejó salir el aire lentamente. —Es una mierda
de calidad, Ramona. Nunca hemos tenido nada tan bueno en el vecindario.
Su risa fue ronca y extrañamente seductora cuando respondió: —es
una de las pocas ventajas de vivir en Kentucky, dulzura. Si hay algo que
nuestro estado tiene bueno, son los caballos, el bourbon y la hierba.
Tony afirmó con la botella de su cerveza y se bebió el resto mientras
el pequeño sistema de audio reproducía Dreams de Fleetwood Mac.
Escuchó la música y se relajó en la flotante sensación de la marihuana
mientras Ramona cantaba en voz baja. —Tienes un buen gusto musical,
tengo que decir, —remarcó Tony mientras finalizaba la canción.
La mujer mayor suspiró y le respondió: —la música es la única cosa
que siempre ha tenido sentido para mí. Crecí en una casa religiosa y lo único
que teníamos permitido escuchar era música cristiana.
Tony hizo una mueca. —Eso es terrible. Yo crecí escuchando a Dean
Martin, Sinatra, Tony Bennet y Jim Croce. Y, además, como mis cuatro
hermanas crecieron en la década de los 80, también había un montón de
bandas de hair metal incluidas en el pack.
Ramona comenzó inmediatamente a entonar Ain’t That a Kick in the
Head de Dean Martin y Tony no pudo resistir ponerse a cantar hasta que
ambos rompieron en risas. Cuando se calmaron, Ramona suspiró y dijo: —
me alegro de que Mick te tenga como compañero, Tony. Creo que vais a ser
buenos el uno para el otro. Tenía miedo de que se mudara aquí después de
131
lo que le pasó en Louisville, pero ahora que te he conocido, ya no estoy
preocupada.
La ceja de Tony se arqueo y él se enderezó. —¿Qué quieres decir?
¿Qué le paso en Louisville?
La madre de Mick miró a Tony por el rabillo de sus brillantes ojos
verdes. Tomó otra bocanada de su porro y liberó el humo antes de
responder: —me sorprende que no te lo haya dicho aún. Estaba en una
relación tóxica con un bombero llamado Jeremy Watson. Vivian juntos, pero
el tipo era un verdadero idiota. Quería monopolizar todo el tiempo de Mick
e incluso se negaba a pasar tiempo con nosotros. Era realmente controlador,
¿sabes lo que quiero decir? Constantemente espiando a Mick para estar
seguro de que no estuviera hablando con otro hombre y celoso de cualquier
cosa que lo excluyera. Cuando Chris fue obligada a ponerse en reposo en la
cama, Mick vio la oportunidad de escapar y la tomó. Nunca he estado más
feliz de ver a mi bebé moverse tan lejos de mí. Ese tipo era un idiota, y Mick
está mejor sin él.
Tony estaba estupefacto. —Eso no parece algo que Mick soportaría,
según he podido ver la semana pasada. ¿Por qué permitió que continuara?
Ramona se encogió de hombros y tomó un sorbo de su dulce té helado.
—¿Por qué cualquiera de nosotros haría algunas cosas estúpidas por otra
persona? Pensó que estaba enamorado, pero yo sabía que no. Solo estaba
solo y cayó con el primer hombre guapo que giró la cabeza. —Suspiró
profundamente y continuó: —nunca quise esta vida para él, Tony. No me
malinterpretes; no tengo absolutamente ningún problema con la
homosexualidad, pero entiendo que puede complicar mucho la vida. Sabía
que era gay desde que tuvo ocho años de edad. Traté de protegerlo y
prepararlo lo mejor que pude. Solo quería que estuviera seguro y feliz,
¿sabes?
132
Tony asintió con comprensión. —Sé cómo te sientes. En mi barrio, ser
gay no era algo que gritaras a los cuatro vientos, créeme. Jimmy, mi mejor
amigo, pasó por un infierno en la escuela, y yo hice todo lo que pude para
protegerlo. Hiciste un buen trabajo con Mick, muñeca. Es un buen hombre.
Su mirada se posó en el rostro de Tony y le dijo suavemente: —crecí
creyendo que la homosexualidad era un pecado y que todos ellos irían al
infierno por su ‘estilo de vida’. Mientras crecía empecé a cuestionar todos
los supuestos pecados con los que me educaron. E ir a la escuela me vino
bien, allí fueron más agradables que la gente de la iglesia y que esos a los
que no les caía bien. Pero en lugar de cuestionar a Dios, empecé a
cuestionar a todos los demás. Me llevó años darme cuenta que tienes que
desconectarte de lo que las otras personas dicen y confiar en tus propios
instintos. Así es como he criado a mis hijos y ambos salieron bastante bien,
si se me permite decirlo. Les dejé explorar su propia espiritualidad y formar
sus propias creencias, y a confiar siempre en sí mismos. ¿Ves a donde voy
con esto, dulzura?
Tony no estaba muy seguro de lo que le estaba tratando de decir, pero
asintió con la cabeza de todos modos. —Te escucho, muñeca. Es difícil para
mí dejar de pensar así, sin embargo. Ser criado en la iglesia católica fue una
parte importante de mi vida e ir en contra de las creencias que tus padres
te enseñaron es difícil, por decirlo de alguna manera. Mick tuvo suerte de
tenerte de su lado.
Se lamió su labio inferior hasta que estuvo brillante y añadió: —y
ahora te tiene, Tony. Os he visto a los dos juntos toda la noche y hay una
visible chispa de conexión entre ambos. Creo que están destinados a estar
uno en la vida del otro. Cuando Mick habla de ti, todo su rostro se ilumina y
no puede borrar su sonrisa incluso cuando se queja de tu temperamento,
—Tony pudo sentir el calor que se arrastraba por su cuello y dejó caer sus
133
ojos a donde estaban sus dedos pelando con nerviosismo la etiqueta de su
botella de cerveza. Y ella añadió en voz baja: —solo quería decirte lo mismo
que le he dicho a mis hijos todos estos años. No tengas miedo de tomar el
amor donde lo encuentres, cariño. Todo lo demás se va por el desagüe, pero
el amor es valioso y maravilloso. Y tirarlo a la basura por algo tan ridículo
como lo que las otras personas piensan es el colmo de la estupidez y de la
mediocridad. Mick ha tenido antes su corazón roto y no importa la cara que
ponga, es tan vulnerable y está tan solo como el resto de nosotros. Solo te
estoy tratando de decir que quiero que cuides de mi ángel. Cuida sus
espaldas y su corazón, Tony. Lo dejo en tus capaces manos.
Tony estuvo agradecido por la oscuridad que había caído sobre ellos
como un manto. Años de negación saltaron a su boca cuando respondió: —
lo entendiste todo mal, muñeca. Mick y yo somos compañeros y trabajamos
en nuestra amistad a medida que avanzamos. No soy gay, y aunque lo fuera,
no es una buena idea tener un lío romántico con tu compañero en este tipo
de trabajo.
Ramona sopló anillos de humo en el aire y se encogió de hombros. —
¿Por qué te molestas en ponerte una etiqueta o restricciones? Ser amigos y
compañeros ésta bien por ahora, Tony, pero ¿qué estoy viendo entre
vosotros? Es el inicio de mucho más. Solo te digo que vayas con cautela,
pero mantén abierta la mente y el corazón, y puede que encuentres lo que
has estado buscando toda tu vida.
Antes de que Tony pudiera responder, y con todas sus emociones
atascando su garganta, la puerta del patio se abrió y Mick salió. —Ya está,
tengo a Chris en la cama. ¿Qué me perdí?
Ramona se rio y palmeó la silla vacía a su lado. —Solo la peor
interpretación de Ain´t That a Kick in the Head que hayas escuchado, bebé.
134
Estoy bastante segura que Dino se está revolcando en su tumba en este
momento.
—Oh, Señor, —gimió Mick cuando se desplomó en su asiento—. Me
alegro de habérmelo perdido.
Tony se aclaró la garganta y añadió en voz baja: —Sí, es realmente
difícil de explicar. Mickey. Tu madre es lo más.
CAPÍTULO QUINCE
135
MICK
TONY
TONY
Tony se quedó sin aliento por la intensad del beso de Mick. Mick vio
su oportunidad y deslizó su lengua dentro para probar y aplastar la lengua
del italiano, y todo lo demás se desvaneció. Tony se olvidó de su
culpabilidad, se olvidó de que era una mala idea besar a su compañero y se
olvidó de que nunca había besado a otro hombre antes que a Mick. Por el
contrario, Tony se agarró con ambas manos a la camisa de Mick y tiró de él
acercándoselo más, mientras subía para encontrarse con cada avance de la
lengua de su compañero. La cabeza de Tony se inundó con el sabor de la
pasta de dientes y con el de la salsa de tomate, y también con el aroma del
propio gel de ducha de Tony en la piel de Mick. Tony no podía obtener
bastante del sabor y la sensación del hombre.
Mick se echó hacia atrás lenta y gradualmente, haciendo varias pausas
para besar y chupar los labios de Tony antes de apoyar finalmente su frente
contra la de Tony, y así se mezclaron sus respiraciones mientras
recuperaban el equilibrio. —¡Wow! —exhaló el gran hombre rubio—. Eso
fue… ¡Dios! fue asombroso.
Tony pudo sentir temblar su cuerpo por la fuerza del deseo que se
arrastraba a través de su torrente sanguíneo. Tenía miedo de abrir los ojos,
asustado de que Mick desapareciera y que esta cosa loca entre ellos
también desapareciera entre sus dedos como si fuera niebla. No quería que
la realidad se entrometiera y se llevara la felicidad. —Tal vez, uh,
165
deberíamos intentarlo de nuevo. Ya sabes, solo para saber si fue un golpe
de suerte o algo así, —Tony respondió en voz baja, ya lamiéndose los labios
con anticipación.
Mick gruñó bajo en su garganta antes de presionar sus labios de nuevo
contra los de Tony. Esta vez, sin embargo, presionó a Tony hacia atrás hasta
que se tumbó contra los cojines del sofá, y el sólido cuerpo de Mick lo
aplastó con sus caderas acunándose en el espacio abierto entre las piernas
de Tony. Podía sentir la dureza del pene de su compañero moliéndose
contra su propia erección y un gemido bajo de necesidad salió de la
garganta del italiano mientras Mick se separaba para chupar y morder su
cuello en toda su longitud.
Tony no pudo dejar de empujar con todo su peso contra el maravilloso
cuerpo de Mick mientras jadeaba. —¡Jesús, Mickey! ¿Qué coño estamos
haciendo, eh?
Mick le dio un beso final en el desnudo trozo de piel por encima del
cuello de su camisa antes de apoyarse en sus codos para atrapar la mirada
del italiano con la suya. —No estamos haciendo nada que no quieras hacer,
Tone. Y puedo parar ahora mismo y tratar de olvidarlo todo como si nunca
hubiera ocurrido si es lo que quieres que haga.
Tony sabía que estaba en el filo del cuchillo en equilibrio entre algo
aterrador y emocionante. Y Mick dejó la decisión en las manos de Tony. Para
ganar tiempo, Tony le preguntó: —¿ tú qué quieres hacer, Mick?
Una lenta sonrisa se extendió a través del hermoso rostro de su
compañero y Tony sintió crecer su polla, poniéndose imposiblemente más
dura. —Es una gran pregunta, Tone. Verás, me he pasado las tres últimas
semanas imaginando todas las formas en que te podría follar, por lo que
sería más fácil que me dijeras lo que no quieres que haga contigo.
166
El estómago de Tony se desplomó y siseó entre dientes, mientras que
el pene de Mick se deslizaba junto a sus propios pantalones sueltos. —No
sé qué hacer, bebé. Nunca he hecho esto con otro hombre antes, así que
esto es nuevo para mí. Pero sí sé que nunca he deseado a nadie más en mi
vida de lo que te quiero en este momento.
Mick tarareó y pasó una mano bajo el dobladillo de la camiseta de
Tony hasta que le pudo tocar la piel desnuda. —Esa no es realmente una
respuesta, Tony. Si lo quieres, si me quieres a mí, entonces puedo trabajar
en eso. Podemos pensar en todo lo demás el día de mañana, pero por ahora
solo necesito saber una cosa. ¿Quieres ir al dormitorio y ver a dónde va esto,
o quieres que me vaya a mi casa para que puedas pensar en esto un poco
más?
En realidad, no era una decisión que Tony tuviera que tomar. Ya la
había tomado la noche anterior cuando Mick le había suplicado a Tony que
lo besara. Lógicamente, sabía que esto iba a cambiarlo todo, pero como
Mick dijo, podrían averiguarlo mañana. Y ahora, sin embargo…
—Lo bueno es que tengo una cama King Size, —respondió Tony a la
ligera, mientras su pulso se aceleraba y el sudor de las palmas de sus manos
aumentaba con sus nervios.
Los dedos de Mick se clavaron en la piel del abdomen de Tony y dijo
entre dientes: —Gracias a Dios, —antes de reclamar la boca de Tony una
vez más.
Esta vez, Tony se sacudió todas sus dudas. Permitió explorar a sus
manos a lo largo de la espalda de su compañero mientras hacía todo lo
posible para corresponder a la pasión de Mick con igual fervor. Subió la
camiseta del hombre grande y metió sus manos más abajo de la cintura
elástica del short hasta que sus palmas estuvieron llenas con su culo firme
167
y redondo, y lo oprimió. Mick se separó de su beso con una fuerte maldición,
por lo que Tony apretó más fuerte y tiró del rubio apretándolo hasta que la
dura polla de Mick estuvo presionando dolorosamente la suya.
Mick pasó su nariz por un lado del cuello de Tony hasta que se oyó su
fuerte respiración contra la oreja del italiano y dijo: —Necesitamos más
dormitorio y menos ropa. ¿Estas seguro de esto, Tone?
—¿Sobre lo que estoy haciendo? Demonios, no. ¿Sobre lo que estás
haciéndome? Infiernos, sí, —Tony le aseguró con honestidad.
Mick se separó de él, moviéndose sorprendentemente rápido para un
hombre tan grande y extendió su mano para darle un asidero a Tony. El
italiano deslizó su palma en la gran mano del rubio y el hombre lo arrastró
por sus pies. Mick no soltó la mano de Tony mientras caminaban por el
pasillo y entraban en su dormitorio.
Tony ni siquiera se detuvo cuando Mick sacó fuera sobre su cabeza la
camisa del italiano y la tiró por el cuarto. ¡Dios! Tony no se había encendido
tanto en su vida como cuando Mick se sacó su propia camiseta sobre su
cabeza y comenzó a caminar directamente hacia él. Los ojos de Mick
estaban cargados de pasión, y eso envió un escalofrío de deseo por la
espalda del policía italiano, que pudo leer toda la intención detrás de la
mirada del hombre.
Tony se sorprendió de encontrarse a sí mismo caminado lenta y
coquetamente hacia atrás con una sonrisa de anticipación. De hecho,
estaba disfrutando de la emoción de ser perseguido. Por lo general, Tony
era siempre el agresor y desempeñaba el papel dominante durante las
relaciones sexuales. Nunca había estado en el lado receptor con
anterioridad, pero no podía negar que le excitaba. Confiaba en Mick a un
nivel profundo del alma como en nadie que hubiera conocido antes,
168
incluyendo a Jimmy. Con Mick, Tony se podía finalmente dejar ir y dejar que
otra persona se hiciera cargo por una vez. Mick era lo suficientemente
fuerte y honorable para protegerlo cuando él fuera vulnerable, así que ¿por
qué no dejar que ese hombre lo dominara? Y eso no hizo sentir a Tony
castrado o mal. De hecho, tener a su compañero abalanzándose sobre él
mientras devoraba a Tony con sus ojos hizo que el policía italiano se sintiera
poderoso, seguro y atractivo.
De alguna manera, Tony encontró su sentido del humor cuando Mick
arrastró lentamente su callosa mano sobre los bordes de los abdominales
de Tony y fue directo hacia la obvia erección del moreno. —Has hecho esto
varias veces, ¿eh?
Mick mordió y lamió un sendero por el pecho de Tony hasta que llegó
a su meta, y succionó el pequeño pezón entre sus labios con un leve
contacto de los dientes. Tony maldijo entrecortadamente y Mick rio contra
la sensible carne. —Unas pocas. Pero nada tan bueno como esto, —añadió
mientras su mano se deslizaba sobre la parte superior de los pantalones
flojos para agarrar la polla de Tony.
Las rodillas de Tony casi se doblaron ante la sensación del enorme y
caliente puño agarrando su polla. Se estabilizó hundiendo su mano derecha
en los mechones cortos y rubios de Mick y arrastró al hombre hacia atrás
para otro áspero e intenso beso. Tony volcó toda su pasión, gratitud y
confianza en ese beso, y Mick se lo bebió mientras le correspondía de vuelta.
Tony arrancó su boca lejos, con su pecho asfixiado por respirar. —
Cama, —jadeó—. Ahora.
Mick retrocedió lentamente hasta que se detuvo en el borde de la
cama. Tony no podía apartar sus ojos de ese dios griego, mientras el hombre
169
metía sus pulgares en sus shorts y los dejaba caer al suelo junto con su ropa
interior.
—Marone, —silbó Tony entre dientes. Tony había tenido la noche
anterior una buena idea de lo grande que era su compañero por todas
partes, pero el ver el pene del hombre desnudo dejó a Tony sin aliento. Mick
tenía un paquete impresionante con un eje grueso y venoso cubierto con
una franja de piel sin cortar donde asomaba la punta de la corona. Las
yemas de los dedos de Tony se movieron para extender y tirar del prepucio
hacia atrás para verlo mejor—. Este deber ser el famoso ‘Louisville
Slugger’30 he oído hablar mucho de él.
Una carcajada brotó de la garganta de Mick. El rubio miró hacia abajo
para agarrarse a sí mismo y tiró de su pene perezosamente. —Lo creas o no,
es la primera vez que he oído eso. Esto es un buen agarre, también.
Tony se humedeció los labios y cerró la distancia entre ellos. Y cuando
apenas había una brizna de aire separando sus cuerpos, Tony levantó una
ceja mientras dejaba caer sus pantalones y su ropa interior. Mick maldijo
entre dientes mientras Tony empuñaba su propia polla dura y circuncidada.
Tony sabía que él no tenía nada de qué avergonzarse en esa área. Estuvo
seguro de eso muchas veces a lo largo de los años. —Eso da un nuevo
significado a ‘interruptor bateador’ ¿no es así? —bromeó Tony.
Los párpados de Mick cayeron y tiró de Tony hacia su amplio pecho.
Agarró lentamente a Tony por el cuello y le dijo contra sus labios: —
Esperemos que pueda noquearlo en el juego.
MICK
MICK
TONY
Mick se echó a reír mientras pasaba la toalla suave y blanca por encima
de su propia e impresionante erección. —Te prometo que haré lo imposible
para no tentarte mientras estés en el trabajo, Tony. Pero en cualquier otro
momento, no te hago ninguna promesa.
El sonido del teléfono de Tony interrumpió sus bromas en el
dormitorio y el italiano inmediatamente dejó caer la toalla y salió en su
195
busca. Las únicas personas que lo llamaban después de la media noche un
sábado eran los que necesitaban atención urgente, como el sargento con
un nuevo caso, una emergencia familiar o una mujer caliente en busca de
sexo. En cualquiera de los casos siempre intentaba contestar rápidamente.
Cuando miró el identificador de llamadas, su estómago se cayó. Tocó
la pantalla y pegó el teléfono a su oreja. —¿Qué pasa, cara de muñeca? ¿es
la hora?
La voz de Christine estaba presa del pánico y entrecortada cuando
respondió. —Mierda ¡mierda! ¡no lo sé, Tony! Estoy bastante segura de que
he roto aguas y no puedo ponerme en contacto con Mick, y mi madre está
a dos horas de aquí y mi maldito esposo está en la maldita Virginia. ¿Qué
hago? ¿Debería ir conduciendo yo misma?
Pudo sentir el calor que irradiaba el cuerpo de Mick cuando el hombre
se acercó con curiosidad. Tony dio una respiración profunda y respondió
calmadamente. —Oye, no, muñeca. No debes conducir a ninguna parte,
¿capisce? Mick y yo estaremos ahí en quince minutos y te llevaremos. ¿Ya
tienes contracciones?
—¿Contracciones? ¿es Christine? ¿está bien? —preguntó Mick
mientras hacia un gesto para coger el teléfono.
Tony le echó una mirada intimidante a su compañero y levantó el dedo
para indicar silencio. —¿Qué me dices, muñeca? ¿no sientes ningún dolor o
contracciones? —confirmó Tony. Él sonrió y dijo: —¡Hey! Esas son buenas
noticas. Quiere decir que tenemos tiempo.
Su estornudo fue lamentable por el teléfono. —Eres tan dulce, Tony.
Si vais a estar aquí en quince minutos entonces será mejor que me limpie y
196
me cambie de ropa. Parece que me oriné por encima.
Tony contuvo su risa alegre y le aseguró, —oye, te tenemos, mammina.
Vamos a estar ahí.
Mick estaba bastante nervioso y con muchas preguntas, y Tony
empezó a hablar antes de que su compañero pudiera explotar. —Tu
hermana está muy bien, Mickey. Solo rompió aguas. Ve a vestirte y la
llevamos al hospital. —Cuando Mick se quedó allí, congelado en su sitio,
Tony levantó la voz y le dijo: —ropa, Mickey. Lavé tu ropa de ayer por la
noche y está colgada en mi armario.
Mick finalmente comenzó a moverse con movimientos espasmódicos,
demasiado rápidos. Tony no escondió su sonrisa mientras se ponía la ropa
interior, sus vaqueros favoritos y un suéter negro. —¡Oh, mierda! ¡Esto no
tenía que pasar todavía! —estaba diciendo Mick con tono de pánico—. ¡Se
suponía que su médico se lo iba a provocar el miércoles! lo tenían todo
planeado. Alex iba a volar el martes por la noche y mamá también iba a
estar aquí. —La cabeza de Mick giraba de un lado a otro buscando sus
zapatos—. ¿Qué pasa si él bebé llega antes que ellos? ¿quién la va a ayudar?
Tony tomó a su compañero por el codo y tiró de él por el pasillo hacia
la cocina. Se detuvo para agarrar los zapatos de Mick en el armario del
pasillo y los empujó contra los duros abdominales del hombre. —¿Qué
quieres decir con ‘quien’ la va a ayudar? Lo vas a hacer tú, giamope31. Es tu
hermana y tu sobrino, y vas a estar y a hacer lo que tengas que hacer, ¿de
acuerdo?
31 Idiota.
Mick pareció ofendido cuando respondió: —¡por supuesto que sí!
¿Qué clase de pregunta es esa, Tone?
197
Tony agarró las llaves de su coche y maldijo en silencio al hecho de que
el SUV de Mick estaba en medio del pueblo, no en su apartamento. —
Exactamente lo que yo digo. Vamos, Mickey, —y Tony sonrió feliz—. Vamos
a tener un bebé.
CAPÍTULO
198
VEINTIDÓS
TONY
Una hora más tarde, Tony se encontraba mirando desde lejos, a través
de la sala de espera del hospital, las largas piernas de Mick vestidas en un
short. Había sido casi una comedia de enredo que la amazónica mujer
embarazada viajara en el asiento delantero, mientras que su hermano
tamaño-Thor iba comprimido en el asiento trasero con la maleta en su
regazo. Tony inmediatamente se hizo cargo de la situación, Mick era inútil
en ese momento, y Christine estaba compresiblemente presa del pánico.
Bromeó, alabó y encantó a la joven hasta que finalmente había logrado que
le sonriera.
Una vez que entraron en el servicio de urgencias, las enfermeras de
maternidad llegaron inmediatamente a comprobar los signos vitales y a
monitorizar al bebé, mientras Mick y él enfriaban sus talones en la sala de
espera. Tony se echó hacia atrás en la mullida silla y sorbió su café de
máquina mientras leía sus mensajes de texto. —Por lo tanto, tu Ma dice que
está de camino. En este momento de la noche, el tráfico debería ser bueno,
así que estará aquí en poco más de dos horas, —le informó Tony a su
impaciente compañero.
—Bien. Eso está bien, —confirmó Mick mientras miraba a través de la
ventana de cristal de la puerta que lo separaba de su hermana—. Christine
me dijo que Alex se va a subir al próximo vuelo, pero probablemente no
estará aquí hasta cerca de las seis am. Seguramente ya habrá tenido al bebé
199
para esa hora, ¿verdad?
Tony se encogió de hombros y respondió: —depende, Mickey. Podría
dar a luz en cualquier momento, ahora o mañana por la tarde. Sabremos
más en pocos minutos. Las enfermeras van a ayudar a cambiarla y a sentarla
en la cama, después le ponen los monitores y también le colocan un IV. A
partir de ahí, le harán controles periódicos para ver si está dilatando y
comprobarán el progreso de las contracciones. Y si no hay complicaciones,
ella y el pequeño Freddie estarán bien. ¿Por qué no te sientas un poco, bebé?
Me estás poniendo cómo un manojo de nervios.
Mick continuó con su movimiento agitado. —No me puedo sentar
hasta que no sepa cómo está.
El seguro electrónico de la puerta sonó y una enfermera con uniforme
azul pálido salió de la habitación. Y buscando a los dos hombres, les llamó:
—¿Mick? ¿Tony?
Tony se puso de pie y se unió a su compañero. Fue la cosa más natural
del mundo para él poner su mano de forma posesiva en la cadera de Mick
mientras el rubio respondía: —sí, somos nosotros. ¿Cómo está mi hermana?
La enfermera era joven, tal vez cercana a los veintiochos años, tenía
un cuerpo pequeño lleno de curvas y un atractivo pelo dorado que brillaba
bajo las luces fluorescentes. Académicamente, Tony admitió que era sexy
como el demonio, pero, por otra parte, no se parecía en nada a su
compañero. Ella sonrió brillantemente, mientras con mirada exhaustiva
repasaba el cuerpo de Mick, y respondió: —Christine lo está haciendo muy
bien. De hecho, ella me pidió que los llevara a su habitación.
La respiración de Mick se liberó con un audible silbido y miró a Tony.
—¿Quieres venir conmigo, Tone? Ella pidió que tu también vinieras.
200
Tony era plenamente consciente de su audiencia y dejó que la
pequeña chispa de celos que la pequeña enfermera le había provocado
tomara el control del siguiente movimiento. Así que tiró de Mick más cerca
de su cuerpo y se inclinó a pellizcar el labio inferior de su compañero. —No
podría quedarme lejos, bebé. Somos familia.
La sonrisa de Mick fue casi beatífica mientras se extendía por su rostro.
Y dando un lento y tierno beso a los labios de Tony se agachó para susurrarle
al oído: —sutil. Realmente sutil, Tone. —Se puso de pie y se dirigió a la
decepcionada enfermera—. Te seguimos.
Cuando la joven estuvo lo suficientemente lejos de ellos, Tony
finalmente le respondió: —No me gustó la manera en la que te estaba
mirándo, Mickey. Pensé que lo mejor era dejar su serio ligoteo fuera de la
caja.
Mick sacudió su cabeza mientras una risa incrédula burbujeó en su
garganta.
—Exactamente, hombre. ‘Serio’ es la palabra clave aquí. ¿Qué vas a
hacer si un tipo guapo coquetea conmigo? ¿Pegarle un golpe?
El pensamiento de otro hombre poniendo sus manos sobre su
compañero volvió a enviar un torrente ardiente de furia a través de las
venas de Tony. Con un esfuerzo de voluntad, tragó hacia abajo y respondió
oscuramente: —Mejor le pongo unos zapatos de cemento. No comparto,
Mickey. Ya te lo digo.
Mick miró a Tony por el rabillo del ojo y le dijo en voz baja: —No
tendrás que hacerlo, Tone, pero vas a tener que confiar en mí o esto no va
201
a funcionar. También te lo digo.
Tony levantó su mirada para reconocer que había recibido el mensaje.
Mick todavía no había podido hablar sobre su ex con Tony, pero Ramona le
había dado la suficiente información acerca del chico para que el italiano
entendiera lo que su compañero le quería decir. Mick le quería hacer saber
a Tony que ser celoso estaba bien hasta cierto punto. El policía italiano no
tenía problema con eso, y de hecho Tony le respetaba aún más por eso.
Estaba orgulloso de Mick por establecer límites. Pero eso no pararía a Tony
de reclamarlo posesivamente en cada momento que creyera necesario.
Entraron en una habitación grande y abierta donde Christine estaba
recostada en una cama rodeada por pitidos de monitores y máquinas. El
corazón de Tony se estrujó en su pecho al verla. Sus rizos de rubia
mantequilla estaban peinados hacia atrás en un moño descuidado del que
salían zarcillos que enmarcaban su cara redonda y enrojecida. La piel debajo
de sus ojos estaba hinchada por la falta de sueño y sus ojos verde claro
estaban irritados. Estaba agotada, y él sabía que su trabajo todavía no había
acabado.
Cruzó la distancia entre ellos y dejó a Mick dando con torpeza unos
pasos lejos de la cama. Tony instaló su cadera en el colchón, a su lado y se
inclinó para besarla en la cabeza. —¿Cómo te sientes, muñeca? ¿os están
cuidando bien a los dos?
La hermana de Mick sopló y apoyó la cabeza en el hombro de Tony. —
Oh, sí. Ha habido una fiesta en mi vagina durante la última hora. Cada uno
de los auxiliares ha metido sus dedos dentro. Me estoy acordando de mi
primer año en la universidad, cuando fui a Bannaroo con los chicos de Phi
Beta Kappa.
—¡Christine! —Mick la regañó con tono escandalizado, pero Tony se
rio.
202
—¿Qué? —espetó ella, claramente irritada por su situación—. Tu no
eres el que está en esta cama con una bola de casi cuatro kilos preparándose
para salir por tu entrepierna, así que ya te puedes callar, Bub.
Tony rio y le preguntó: —¿qué te dicen? ¿cuánto te falta?
Christine suspiró y respondió: —sólo estoy dilatada unos pocos
centímetros en este momento. Dijeron que si las contracciones no se hacían
más fuertes, tendrían que ponerme una medicación para inducirlas. —Se
estremeció con el pensamiento y agregó: —¡por Dios! los medicamentos
son increíbles, es todo lo que voy a decir.
Mick finalmente se acercó y se inclinó a besar la mejilla de su hermana.
Sus ojos se encontraron con los de Tony en el camino de vuelta hacia arriba
y el calor en ellos hizo temblar al italiano. Christine miró hacia un lado y a
otro entre ellos un segundo antes de elevar la voz y decir: —entonces,
¿vosotros, chicos me vais a explicar que estabais haciendo juntos después
de media noche un sábado por la noche? ¿o por qué teníais los dos el pelo
mojado cuando aparecisteis en mi casa? ¿o por qué mi enfermera se
quejaba que todos los chicos calientes son gays?
La cara de Mick se iluminó con un furioso rubor, pero Tony
simplemente se rio. —Veo que ser observador y lector de lenguaje corporal
es de familia, —dijo bromeando a la ligera. Se paró para dejar a Mick tomar
la palabra, pero su compañero permaneció en silencio. Tony se acomodó en
la almohada y ajustó la cabeza de Christine para encajarla en el hueco de su
hombro antes de continuar: — es lo que pasa, muñeca. Pensé que como
fuiste atrapada por tu marido, yo me tendría que conformar con el segundo
mejor de por aquí. —La cabeza de Christine se levantó para mirar con
incredulidad, pero presionó firmemente la mejilla de nuevo en su pecho—.
Todavía es algo muy nuevo, muñeca. Estoy hablando de tan nuevo como de
203
esta noche, así que todavía no te emociones.
Christine de acurrucó contra el cuerpo de Tony y pasó su brazo por su
cintura. Su voz fue petulante cuando le respondió: —¡maldita sea, Bub! ¡No
es justo! ¡Yo vi a Tony primero!
Mick se rio y se acomodó suavemente a los pies de la cama. —Estoy
bastante seguro de que Alex diría algo al respecto, hermana. Ahora no seas
codiciosa. Podrás seguir teniendo todos los hombres calientes para ti.
Ella suspiró dramáticamente y respondió: —supongo que tienes razón.
Vale, puedes tener a Tony. Pero me lo vas prestar cada vez que lo desee.
El pecho de Tony retumbó con su risa. —Trato hecho, muñeca. ¿Por
qué no descansas un poco mientras todavía puedes? Mick y yo estaremos
en el pasillo por si nos necesitas.
Su largo y rollizo brazo apretó su cadera por última vez antes de que
ella lo dejara ir.
—No prometo nada. Al menos mamá ya estará aquí cuando Freddie
haga su debut, así que parece que no te va a tocar cortar el cordón, Bub.
Mick se estremeció e hizo una mueca antes de cambiar rápidamente
la expresión de su cara. —Estoy aquí si me necesitas, hermana, pero con
mucho gusto le cedo el honor a mamá. Sin problema.
Christine se acomodó de nuevo en las almohadas y les hizo un gesto
para que salieran de la habitación. Los ojos de Tony se cerraron mientras
fueron de regreso a la sala de espera y sintió el tirón del agotamiento
tirando de él hacia abajo. —Estoy muy cansado, bebé. Voy a intentar dormir
algo mientras esperamos. Despiértame si pasa algo emocionante.
204
Mick se instaló en la mullida silla junto a Tony y echó el brazo
alrededor del cuello del italiano. —Sigue durmiendo, Tone. Voy a hacer el
primer turno.
CAPÍTULO
205
VEINTITRÉS
MICK
MICK
33 Pene.
El latido del corazón de Mick tronó a través de sus venas con las
palabras de Tony. Era la segunda vez que Tony mencionaba por casualidad
219
la palabra con A en lo que respecta a Mick y eso envió al detective rubio en
picado. Él no sabía con que intención la usaba Tony, así que Mick fue a lo
seguro y mantuvo sus propios sentimientos dentro de su pecho. Cuando el
momento fuera el adecuado, Mick podría decirle al hombre como se sentía
exactamente, pero eso seguía siendo muy nuevo entre ellos, sobre todo
para semejantes declaraciones.
—¿Qué no te amaré? —Mick bromeó a la ligera—. Estoy seguro de
que todo saldrá bien, Tone. Suena como que tu familia te quiere. Ya lo
resolveremos.
Tony asintió mientras sacaba el coche de la carretera y apagaba el
motor. Miró el reloj en su teléfono y dijo: —son solo las diez y media de la
mañana. ¿Qué dices si dormimos un par de horas y después lo retomamos
donde lo dejamos esta mañana en el ascensor?
Una amplia y depredadora sonrisa asomó a la cara de Mick cuando
respondió: —pensé que sólo necesitabas diez minutos, Tone. Piensa en lo
bien que vas a dormir sin la vara que está en tus pantalones.
Tony abrió la puerta y dijo: —Vamos, bebé. Tenemos por lo menos
quince minutos antes de que colapse.
Mick se rio y siguió a su compañero al interior. Este parecía que iba a
ser el mejor domingo de su vida.
CAPÍTULO
220
VEINTICINCO
TONY
Habían pasado dos semanas desde el fatídico fin de semana y Tony era
más feliz de lo que tenía derecho a ser. Para su sorpresa, Mick y él habían
seguido trabajando juntos como compañeros sin muchos contratiempos y
ya habían resuelto dos casos más. Fue una rutina agradable para ellos; una
vez entraban a la comisaría de policía, su relación se transformaba en una
amistad que les ayudaba a trabajar juntos y resolver sus casos. Incluso a
través de las largas horas de investigación a través de pruebas, entrevistas
a testigos y estudiando informes de autopsias, Tony fue capaz de convertir
el deseo por su compañero en un zumbido agradable de anticipación
mientras se concentraban en su trabajo. Pero una vez que estaban en casa
por la noche, todas las apuestas estaban fuera.
Desde esa primera noche juntos, Mick prácticamente había vivido en
la casa de Tony. Solo regresaban al apartamento de Mick para recoger
alguna cosa que el hombre podría necesitar antes de regresar a la casa de
Tony a comer, ver TV y follar como conejos. Tony se encontró haciendo
espacio en su armario para la ropa de trabajo de Mick, lanzando la ropa
interior y los calcetines del hombre a la lavadora con los suyos y comprando
una caja de la cerveza favorita de Mick para meterla en la nevera. Disfrutó
de tener a Mick en su espacio y, de hecho, llegó a pensar que era también
su espacio en una alarmantemente corta cantidad de tiempo. Tony nunca
había vivido antes con un amante, así que él seguía esperado el inevitable
instinto de retirarse y poner distancia entre él y su compañero, pero parecía
221
que lo que ocurría era lo contrario. Tony había odiado las tres noches que
Mick había insistido en dormir en su propio apartamento, dejando a Tony
solo en su cama. No había sido capaz de dejar de insistir a Mick de que fuera
a dormir a su casa con la excusa de ahorrar tiempo y recursos, pero la
verdad es que él extrañó a su compañero cuando se fue. Se había
acostumbrado a quedarse dormido en el gran círculo de los brazos de Mick
y pasar los dedos a través de su rubio cabello mientras discutían durante un
partido de fútbol en el televisor. Tony simplemente no podía tener
suficiente del hombre y no iba a luchar contra lo inevitable.
El sábado por la tarde, Mick y Tony habían pasado el día con Christine,
Freddie y Ramona. Alex había salido temprano por la mañana para volver a
regañadientes a Quantico, pero les había pedido a los dos hombres que
mantuvieran un ojo en su familia hasta que se graduara en unos meses.
Había sido un día muy relajado de estar con la familia y Tony había amado
cada minuto. Ramona había cantado y horneado pan de plátano mientras
que un asado a fuego lento se cocinaba para la cena, y Christine les contó
sus penas por tener un bebé tan hambriento.
Tony había enseñado a Mick como cambiar un pañal y se rio hasta
llorar cuando el pequeño hombre salpicó un chorro de orina por la camisa
de su mortificado tío. Habían pasado un agradable día mirando a Christine
en su silla alimentando al voraz Fredie, y simplemente disfrutando de la
novedad de tener él bebe alrededor mientras ellos hablaban y se reían.
Tony se encontró sonriendo mientras revivía el día en su mente.
Estaba tumbado en el sofá mientras Mick corría al supermercado para
comprar las cosas del desayuno, y el italiano estaba planeando lo que iba a
hacerle al cuerpo del hombre cuando regresara. Sus fantasías eróticas
fueron interrumpidas por el timbre de su móvil y lo descolgó con una sonrisa
mientras contestaba al ver el identificador.
222
Tony pulsó la pantalla para aceptar la llamada y sonrió cuando dijo: —
¡Ciao, amore! ¿ven stai?34
Tony sostuvo el teléfono lejos de la oreja mientras una voz femenina
gritó: —¿qué coño, Tony? Han pasado casi dos semanas desde que hemos
sabido algo de ti. Ma está muy enfadada.
Tony rio con la actuación dramática de su hermana. Angie era la más
parecida de edad, pero aun así era cinco años mayor que él. Mientras que
sus otras tres hermanas actuaban como las madres de Tony, Angie siempre
había sido su amiga y colega. Era audaz, franca, maldecía como un marinero
y tenía el corazón más grande que nadie que conociera. —Lo siento, Ang. —
Respondió con un tono no tan-lo siento—. He estado un poco ocupado.
—¿Qué? ¿Muy ocupado para dejarle saber a tu familia que sigues vivo?
¿Qué te tiene tan ocupado para incluso no llamar a tu Ma, uh? —y Angie se
enfadó con él.
Tony respiró hondo y soltó el aire lentamente. Era ahora o nunca. —
Es complicado, bella. Yo, uh, he estado viendo a alguien.
—Oh. Mi Dios. Debería saber que habría un pedazo de culo que te
distraía de tus obligaciones con la familia. ¿Quién es ella? ¿cómo es? ¿es
más guapa que yo? —su hermana le exigió impaciente.
Tony se apretó el puente de la nariz con dos dedos y respondió: —esa
es la cosa. La persona que he estado viendo no es precisamente una mujer.
35 Hermanito.
—Gracias, Tone. Ahora tengo imágenes en mi cabeza de mi pequeño
hermano siendo sucio con el Capitán América. —Se detuvo durante un
225
segundo reflexivo y añadió: —envíame algunas fotos, ¿eh? No de ti, por
supuesto, pero me gustaría tener una buena imagen de tu compañero sin
camisa. Eso también podría apaciguar a Tess y Maria.
Tony puso los ojos en blanco y sacudió su cabeza con fingido disgusto.
—Veré que puedo hacer, Ang. Dale a Ma mi amor y dile que la llamaré
mañana por la noche. Ti voglio bene, bella36.
—Te quiero, también, fratellino. Espera a que el teléfono suene
mañana. Hablamos pronto. —Le contestó Angie antes de colgar.
Tony todavía estaba sentado sosteniendo el teléfono en su mano
cuando la puerta del garaje se abrió y Mick caminó dentro. Sus manos
estaban cargadas con las bolsas del supermercado y le llamó: —¡Échame
una mano, Tone!
Tony guardó su teléfono, se puso de pie desde el sillón y caminó hacia
la cocina. Estuvo callado mientras acomodaba los huevos, tocino, leche,
jugo de naranja, vegetales frescos y bagels. Mick lo observaba con cuidado,
pero el hombre mantuvo la paz por el momento. Después de poner la última
caja de cereal en el armario, Mick se apoyó contra el mostrador y cruzó los
tobillos y los brazos sobre el pecho.
—Algo pasó desde que salí al supermercado. ¿Qué fue, hombre?
Tony acortó la distancia entre ellos como si fueran polos opuestos de
un imán. Pasó las manos atrevidamente bajo la camisa apretada de su
compañero de manga larga y disfrutó de la sensación de los abdominales
TONY
MICK
MICK
38 Lomo de cerdo.
a Mick, pero nadie fue abiertamente hostil y, de hecho, todos parecían
intentar a su manera que estuviera cómodo y tenerlo bien alimentado.
266
Cuando Tony no estaba comiendo o riendo, estaba sosteniendo a uno de
los cuatro niños pequeños que circulaban constantemente de una persona
a otra. Y cada vez que Mick intentó levantarse para ayudar con cualquier
cosa, una de las mujeres lo empujaba de regreso y le decía que se sentara
hasta que Tony le susurró al oído: —Relájate, bebé. Es tu primera vez. No te
permitirán mover un dedo.
Cuando fueron las cinco pm, Mick ya estaba agotado y
sobreestimulado por el ruido y la actividad de tantas personas en una casa
pequeña. Se sintió aliviado cuando Sophia les llamó a todos a cenar y él
siguió a Tony a la mesa larga y estrecha que estaba prácticamente gimiendo
por el peso de la comida. Otra mesa, más pequeña, era el sitio de los
miembros más jóvenes del clan Selvaggio. Mick esperaba que sus ojos no
fueran más grandes que su estómago mientras contemplaba la gran
variedad de comida que había encima de la mesa. Había dos grandes pavos,
uno asado con relleno de romero y el otro con vegetales de temporada,
montañas de puré de patata y al menos media docena de rebanadas y
bollitos de pan. El sonido de los corchos del vino se perdió en el murmullo
de la conversación mientras todos tomaron asiento.
–¿Tony? —su madre le preguntó a la pareja de Mick—. ¿Bendecirías
la mesa, por favor?
Mick se quedó fascinado al ver a todos, incluso a los niños pequeños,
inclinar la cabeza y juntar las manos mientras la voz profunda de Tony
procedía a decir la bendición. —Bendícenos, Señor y a todos estos dones,
que estamos a punto de recibir de tus manos generosas, por medio de Cristo
nuestro Señor, Amen. —Todo mundo le hizo eco con amen, seguido de una
loca carrera por la comida. Y Tony llegó a llenar el plato de Mick hasta tal
punto que se tuvo que detener cuando los macarrones comenzaron a
desbordarse por fuera hasta caer al mantel.
267
Cuando todo el mundo empezó a comer, las mujeres de la familia
tomaron su turno de freír a Mick a preguntas. Gabby comenzó diciendo: —
Así que, dime, Mick. ¿Fuiste educado en la iglesia?
Mick deslizó una mirada a Tony, pero su pareja estaba demasiado
ocupada metiéndose relleno de pavo en la boca para servir de mucha ayuda.
Mick se aclaró la garganta y respondió con honestidad: —No, señora. Mi
madre tuvo un enfrentamiento con la iglesia en su juventud, así que nos
enseñó religión en casa y nos dejó tomar nuestras propias decisiones.
Las cejas de Gabby se subieron a su frente, pero antes de que pudiera
responder, Angie la interrumpió. —Háblanos más sobre tu madre, Mickey.
¿Tienes muchos hermanos o hermanas?
Mick le echó una mirada de agradecimiento y ella le guiño un ojo con
descaro. Mick pasó los siguientes diez minutos hablando de su pequeña
familia, de Christine y Ramona, y el nuevo añadido de Freddie. Desde el otro
lado de la mesa, Tess dijo: —¿un bebé? ¿tienes fotos de él, Mick?
Antes de que Mick pudiera recuperar su teléfono, Tony sacó el suyo.
—¿Estas de broma, muñeca? Tenemos semanas de fotos aquí, —abrió la
aplicación de su cámara y puso su teléfono encima de la mesa antes de
ponerse a excavar otra vez en su comida. Cada mujer decía: ohh, y aww,
sobre las fotos de Mick y Tony sosteniendo a Freddie mientras ellas se
peleaban por ver quién sería la siguiente en verlas.
—¡Mira ese pelo! —arrulló María, pellizcando con los dedos para
hacer zoom sobre la imagen.
Angie cogió el teléfono y suspiró. —¡Oh, Dios mío! ¡esas mejillas! Ma,
mira este bebé, ¿no quieres comértelo?
268
Shopia tomó el teléfono y sus ojos se suavizaron mientras pasaba a
una imagen de Mick con el brazo echado sobre los hombros de Tony
mientras su compañero acunaba al regordete bebé. —Me gusta esta, amore
mio. ¿Me haces una copia? —le pidió a su hijo. Cuando Tony asintió
obedientemente, su madre le devolvió el teléfono y le preguntó: —por lo
que dices, tú y tu madre estáis muy unidos. ¿Qué piensa ella sobre Tony y
tú… juntos?
Mick remojó su garganta con un buen trago de su copa de vino antes
de contestar.
—Sí, señora. Mi madre es mi mejor amiga y mi mayor apoyo, al igual
que mi hermana. Ella adora a Tony y nos apoya al cien por cien. Se preocupa
por nosotros, como haría cualquier buena madre, y solo quiere que yo sea
feliz. Y, Tony me hace más feliz que, bueno, que todos. Así que, supongo,
que ella piensa que somos buenos el uno para el otro.
Pudo sentir el peso de los ojos dorados de Tony en él, pero bajó su
propia vista a su plato para evitar el silencio que se había producido en la
mesa. Se rompió con la suave respuesta de la madre de Tony cuando dijo:
—parece una sabía y amorosa mujer, caro. Y no tienes que llamarme señora.
Aquí todos somos familia. Llámame Shopia o Ma. Lo que te parezca más
cómodo, ¿vale?
Pudo sentir los dedos de Tony clavándose en su rodilla debajo de la
mesa mientras le ofrecía una beatífica sonrisa a la madre de Tony. —Gracias,
Shopia. Significa mucho para mí y sé que para Tony también. Habla de
vosotros constantemente. Sé que esta es una situación extraña para todos,
pero cada uno de vosotros me ha hecho a su manera sentir bienvenido.
Gracias. A todos. —Y Mick se aseguró de enfocar los ojos del señor Anthony
para que él pudiera ver su sinceridad.
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El resto de la cena transcurrió sin incidentes mientras las voces se
levantaban para competir unas sobre otras, y los platos se vaciaron y se
volvieron a llenar. Mick estaba tan lleno que pensó que podría vomitar, pero
no se atrevió a rechazar la porción de tarta de calabaza y cannoli casero de
Sophia, que era definitivamente mejor que el de la mamá de DiCarlo. A
pesar de sus protestas, Mick ayudó a llevar los platos sucios a la cocina, pero
las mujeres se negaron rotundamente a que se pusiera a lavarlos. Después,
se empaquetaron y guardaron las sobras, y todos comenzaron lentamente
a irse a sus propias casas, pero Mick aún tenía una última misión que cumplir.
Encontró al padre de Tony, una vez más, cómodamente instalado en
su sillón delante de la televisión. Mick se aclaró la garganta y dijo: —Sr.
Selvaggio, gracias de nuevo por invitarme a su preciosa casa. Fue una
maravillosa comida.
El hombre más viejo gruñó asintiendo a regañadientes. —No te
preocupes por eso. No es nada.
Mick buscó el sobre de su bolsillo y continuó tenazmente. —Tony y yo
estaremos por aquí hasta el sábado para que pueda enseñarme los lugares
más interesantes de Chicago. Él, uh, me dijo que era un gran aficionado a
los Blackhawks, así que compré unas entradas para el partido que jugarán
aquí mañana por la noche. Pensé que le podría apetecer ir con nosotros, así
que compré una entrada extra.
Ahora tenía la plena atención del hombre. Las cejas del señor Anthony
bajaron y entrecerró los ojos, mirando a Mick sin pestañear por primera vez
desde que se conocieron horas antes. —No sabía que fueras un fan del
hockey, Mick.
Mick se encogió de hombros y respondió con honestidad: —nunca he
tenido la oportunidad de serlo. Crecí viendo básicamente partidos de
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baloncesto, pero a Tony le gusta mucho, así que pensé que sería divertido
poder ir al partido. —Se detuvo cuando vio los pensamientos
contradictorios que se reflejaban en la cara del hombre. Mick podía ver que
quería negarse por despecho, pero el atractivo de ver jugar a su equipo
favorito era muy fuerte. Y Mick decidió dar al hombre un pequeño
empujón—. Entiendo si no puede ir. Y le podemos preguntar al hijo de Angie,
Joey, para que venga en su lugar.
El señor Anthony chupó sus labios antes de preguntar: —¿Qué tipo de
asientos tienes ahí?
Mick sabía que había tenido éxito, pero mantuvo el rostro impasible y
fingió una ligera confusión mientras leía las entradas. —Uh, parece que el
nivel central 218 hielo ¿son buenos?
El padre de Tony gruñó mientras cambiaba los canales en el televisor.
Hizo un gesto a Mick unos momentos después antes de responder a
regañadientes: —Sí, voy a ir. —Finalmente se encontró con la mirada de
Mick de nuevo cuando dijo: —eso no significa que yo apruebe lo que están
haciendo ustedes dos, pero no me voy a perder una entrada gratis para ver
a mi equipo favorito.
Mick sonrió con alivio. —Lo entiendo, señor. Solo quiero tener la
oportunidad de conocerlo mejor. Es importante para Tony que nos llevemos
bien, y como Tony me importa, hare lo imposible para que pase. Gracias por
aceptar mi invitación.
Mick se acercó para otro apretón de manos y esta vez, el hombre no
dudó ni un segundo en estrechársela. Su voz fue ronca cuando respondió:
—joder con eso. —E hizo una pausa antes de agregar: —y puedes llamarme
Anthony. Todo ese ‘señor’ y ‘Mr. Selvaggio’ me hacen sentir malditamente
viejo.
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Mick sonrió y respondió suavemente: —está bien, entonces. Nos
vemos mañana por la noche en United Center a las siete pm.
El hombre claramente había llegado a su límite de intercambio
amistoso, por lo que Mick se excusó y se fue. Casi se chocó con Tony que
había estado rondando justo fuera de la puerta de la sala de estar,
claramente espiando. Sus ojos dorados brillaron de felicidad y Mick se
sorprendió cuando Tony lo acercó para un beso rápido y duro.
—No me quejo, pero ¿a qué se debe esto? —murmuró Mick al oído
de Tony.
Tony usó su pulgar para limpiar la humedad en el labio inferior de Mick
mientras respondía: —esas entradas son casi imposibles de conseguir,
especialmente tan cerca del día del juego. ¿Cuánto te costaron, bebé?
Mick se encogió de hombros mientras el calor subió a su rostro. —
Tone, no importa lo que hayan costado, valdrán cada centavo si me ayudan
a ganarme a tu padre.
Tony pasó la mano por el pecho de Mick para suavizar las arrugas
inexistentes: —espero que no estés muy lleno, porque cuando volvamos a
nuestra habitación voy a enseñarte exactamente como de feliz me has
hecho esta noche.
Mick sonrió y respondió: —voy a llamar a un taxi.
CAPÍTULO
272
VEINTINUEVE
TONY
39 Pijama de una sola pieza, que puede incluir capucha u orejitas o rabito.
nachos. Y aunque el juego había estado estupendo, sobre todo porque los
Blackhawks habían dominado el hielo, lo mejor para Tony había sido ver
275
cómo Mick se transformaba en un fan y a su Pop animar a Mick. Tony se
cansó de moverse apartándose del camino de su Pop mientras le explicaba
a Mick la historia del equipo, así que finalmente intercambiaron sus asientos.
Además, Mick encajó perfectamente con el grupo grande de Chicago que
había venido a apoyar a su equipo con todas sus fuerzas, y Tony se enamoró
nuevamente del hombre mientras veía cómo Mick transformaba a su Pop
en el hombre sonriente con el que había crecido.
Mientras abandonaban el estadio al final del partido, Pop le dio a Mick
un abrazo de solo un brazo y golpeó suavemente su mejilla y le dijo: —fue
un buen partido, Mickey. ¿Vas a volver en Navidad?
Mick lo miró sorprendido, pero asintió y le aseguró al hombre mayor
que estaría de vuelta en un mes para las fiestas. Pop se volvió a Tony y tiró
de él en un apretado abrazo y besándolo en ambas mejillas, le dijo en voz
alta: —no está nada mal para ser un medigan’palpetto40. Id con cuidado en
vuestro regreso a casa y llama a Ma más a menudo, ¿eh? Ya sabes cómo se
pone.
Tony estuvo de acuerdo y se quedó mirando cómo Pop se subía a su
coche y se marchaba a su casa. El corazón de Tony se llenó de felicidad y
buena voluntad mientras él y Mick regresaban al hotel para pasar su última
noche en Chicago. Mientras caminaban hacia el vestíbulo del hotel, Tony
unió sus manos con las de Mick y sonrió mientras las cejas de su pareja se
elevaban con sorpresa. Tony utilizó su agarre para llevar a Mick al ascensor
y lo empujó dentro. Cuando una familia de cuatro trato de subirse al
—Por última vez, Tone, no me voy a vestir con eso para ir a casa de tu
Ma en Navidad, —insistió Mick con tono exasperado.
Tony sonrió, sin arrepentimiento, mientras lo engatusaba. —Vamos,
bebé. Te ves muy caliente con eso. Me tienes totalmente excitado, ¿sabes
que quiero decir? —y Tony movió las cejas sugestivamente.
Mick se rio y negó con la cabeza. —Pasa algo muy malo contigo, Tony.
Ni siquiera me puedo creer que incluso lo compraras. ¿No podrías haber
elegido cualquier otra cosa en el mundo para un regalo de graduación? y
además, tenías que conseguir un sombrero de vaquero. En la oficina se
reirán de mí si aparezco con eso en la cabeza.
Tony puso una expresión de decepción mientras trazaba el ala del
sombrero vaquero color canela con añoranza. Solo habían pasado dos
semanas, y Mick se había graduado de su curso de cinco meses para
convertirse en un U.S. Marshal. Como la escuela se encontraba en Glynco,
Georgia, había sido un periodo largo y difícil para ellos, pero habían
conseguido sobrellevarlo bien con visitas de fin de semana dos veces al mes.
Mick había tenido la suerte de ser destinado a Indianápolis y comenzaría su
trabajo a principios del nuevo año.
Tony sonreía mientras respondió: —Creo que lo voy a guardar para el
dormitorio. Podemos jugar a ‘Raylan y Boyd’. Incluso tenemos las esposas
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para que puedas arrestarme. Piensa en todas las posibilidades, bebé.
Mick terminó de cargar las bolsas y regalos envueltos en la camioneta
y respondió: —Oh, puedo pensar en una gran cantidad de posibilidades con
las esposas, cariño, pero, ¿con el sombrero? No tantas la verdad.
Tony rio y acercó el sombrero a la encimera de la cocina y lo puso en
el lugar de honor. Comprobó dos veces la casa por seguridad y se subió al
vehículo de su compañero para dirigirse a Chicago. Mientras conducían
hasta la interestatal, Tony le preguntó: —¿A qué hora le dijiste a Ramona y
a Duke que llegaran allí?
Mick señalizó un cambio de carril y respondió distraído: —deberían
aterrizar en O’Hare cuando estemos llegando a la ciudad. Su avión llega
alrededor de las once am. Christine, Alex y Freddie ya están en el Hotel.
Condujeron la noche pasada así el pequeño podría pasar durmiendo la
mayor parte del viaje. Ellos recogerán a mamá y a Duke, y nos
encontraremos en el hotel, así todos podremos llegar a la casa de Angie
juntos.
Desde que la familia de Mick había aceptado viajar a Chicago para
celebrar las fiestas con la familia de Tony, habían movido la celebración a la
casa de Angie que estaba en un suburbio a las afueras de Chicago. Su casa
era más grande y tenía más habitaciones para la amplia familia. El año
pasado ya organizaron varias visitas de ida y vuelta ambas familias, y Angie
y Christine habían entablado una amistad que encantó a Tony y a Mick.
Ramona y Shofia, sus madres, hablaban por teléfono con frecuencia y
constantemente intercambiaban recetas y chismes de familia. Y a pesar de
la diferencia de edad y el conflicto de creencias, las dos mujeres se habían
educado con la convicción de cuidar a los demás. Había sido
sorprendentemente fácil convencer a la pequeña familia de Mick de viajar
a Chicago para Navidad ese año, y Tony estaba en la luna por eso.
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Varias horas más tarde, mientras entraban en el estacionamiento del
hotel, Tony se volvió hacia Mick y le dijo: —entonces, ¿cuándo crees que
deberíamos decírselo?
Mick le lanzó una mirada y dijo: —¿qué tal, nunca? ¿te das cuenta de
la cantidad de mierda que nos va a caer encima por eso? —y Mick se
estremeció de miedo—. Dios, incluso Gabby nos arrojará alguna por
mantenerlo en secreto, y Chris y Angie pondrán nuestras cabezas en una
bandeja por no decírselo. Todas ellas.
Tony rio y tiró de Mick para darle un descuidado beso rápido. —Sabes,
podríamos decirles que planeamos casarnos el verano que viene y dejar que
hagan sus planes, será divertido. No tienen que saber que en realidad nos
casamos hace unos meses.
Durante un fin de semana largo, Tony y Mick habían hecho un viaje
improvisado a Las Vegas para unas merecidas vacaciones. Lo que había
comenzado como una noche llena de juegos de azar, baile y bebidas, había
terminado con ellos casándose en una ceremonia presidida por un
entusiasta imitador de Elvis. Cuando habían despertado a la mañana
siguiente, ninguno de los dos se había arrepentido de su decisión de
borrachos, pero habían guardado la información para ellos.
Mick consideró esta idea antes de asentir con entusiasmo. —Si eso nos
salva de una vida de regañinas y decepciones, estoy de acuerdo. Lo
anunciamos después de la cena. No quiero correr el riesgo de que tu Pop
me saque a patadas de la casa antes de disfrutar de la comida de tu Ma.
Tony rio y respondió: —Vamos, bebé. Ya sabes que le gustas a Pop.
Después de que compraste los abonos de temporada para los Cubs el
verano pasado, literalmente no puedes hacer nada malo a sus ojos. De
hecho, estoy bastante seguro de que le gustas más que yo ahora mismo. No
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te voy a mentir.
—No lo sé Tone. Hay un mundo de diferencia en ser tu amigo y ser tu
esposo. No sé si voy a conseguir que tu Pop lo pueda pasar por alto, aunque
los Cubs ganen la serie mundial por segundo año consecutivo, —le confesó
Mick mientras comenzaban a descargar el equipaje.
Tony presionó a su marido secreto encerrándolo contra la camioneta
y arrastró sus manos sobre todo su musculoso pecho. —Cruzaremos ese
puente cuando lleguemos a él, bebé. Haremos todo el trabajo, como
siempre. No te preocupes por eso.
Mick dejó caer la bolsa de lona al suelo y tiró de Tony aún más,
apretándolo contra su cuerpo. Pasó su nariz por la línea de la garganta de
Tony y suavemente mordió el lóbulo de la oreja de su esposo. —Ya sabes,
finalmente creo en ti cuando me dices eso. Por fin estoy convencido de que
no hay nada que nos pueda separar. Tú, cariño, eres una fuerza de la
naturaleza y estoy contigo en este viaje.
Tony tarareó profundo en su pecho y respondió: —me gusta cómo
suenas cuando me cabalgas. Tenemos una hora libre antes de tener que
estar en la casa de Angie. ¿Me quieres hacer feliz, bebé?
Mick rio y agarró el culo de Tony con sus grandes manos para moler
sus erecciones al mismo tiempo. —En realidad, nos va a llevar cuarenta y
cinco minutos llegar hasta allí, así que solo tenemos quince minutos, Tone.
Los labios de Tony se curvaron en una sonrisa lenta y seductora. —
Puedo hacer mucho en quince minutos, bebé. Ya lo sabes.
Mick se echó a reír, y su alegría causó arrugas en las comisuras de sus
fascinantes ojos esmeralda. —No lo dudo, Tone, pero deberíamos esperar
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hasta esta tarde cuando tengamos más tiempo para hacer todas esas cosas
que quiero hacerte. Además, tenemos el resto de nuestra vida para tener
sexo con el otro, pero solo tenemos una hora antes de que nuestros
teléfonos empiecen a sonar.
Tony suspiró decepcionado y de mala gana se alejó del caliente cuerpo
de su esposo. —Tienes razón, Mickey. Puedo esperar hasta luego. Como
dijiste, tenemos el resto de nuestra vida, lo cual es bueno, porque ese es el
tiempo que me llevará tener bastante de ti.
Mick enmarcó la mandíbula con patillas de Tony con sus manos y le
dio un caliente beso con sus labios. —Dios, te amo, Tony. Eres lo mejor que
me ha sucedido nunca.
Tony sonrió, y sus ojos dorados brillaron con emoción. —¿Estas de
broma, bebé? Yo era una cáscara vacía y enfadada antes de que entraras en
mi vida con tu mal humor y tu cuerpo caliente. Domesticaste al salvaje y me
salvaste. Te estaré siempre agradecido. Te amo más de lo que te puedo
decir.
Mick le hizo un guiño y respondió: —¡Oh! todavía eres un salvaje, Tony.
¿Recuerdas eso que me hiciste en nuestra luna de miel en Las Vegas?
Tony gruñó profundamente en su pecho y pasó su mano hacia abajo
para acunar la erección de Mick en su palma. —Oh, lo recuerdo. Estoy
pensando que ya va siendo hora de hacerlo otra vez. Quizás incluso esta
noche.
Mick gimió y se empujó en la palma de Tony. —Sabes, creo que no
importará que lleguemos un poco tarde, ¿verdad? Podemos hacer mucho
en quince minutos.
—Déjamelo a mí. Bebé. Te tengo. Siempre lo hago, y siempre lo haré.
Mick suspiró felizmente y respondió: —sí. Nos tenemos uno al otro,
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Tone. Para siempre.
FIN
Acerca del Autor
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Paulette Oakes. Ella está casada con tres adorables hijas que me le sacan
canas todos los días. Ha vivido en Kentucky toda su vida y ama su estado y
las personas que lo habitan... la mayoría de las veces. Es una ávida lectora y
ha estado escribiendo de forma intermitente desde que tenía 12 años y
quería ser autor para siempre. Empezó publicando su primer libro, "El jardín
del bien y el Edén" en septiembre de 2013 y ¡no podía estar más
emocionada! Le encanta escribir ficción paranormal/fantasía mezclada con
una dosis de realidad, pero también tiene algunas novelas románticas
contemporáneas.
Más que cualquier otra cosa, solo quiere que la gente disfrute de su libro y
ame a los personajes tanto como ella.
Le encanta cuando los lectores le dan comentarios honestos en las reseñas,
incluso si solo son una o dos frases. Si la mayoría de los lectores disfrutan
sus libros, esa sería la verdadera medida de su éxito como narrador.