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SEXO CON LEX

Carol Lynne
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Carol Lynne

CREDITOS

TRADUCTORA: ZAMORITA28

Queda prohibida la distribución de esta traducción sin la


aprobación expresa del grupo Traducciones Ganimedes,
además esta obra es de contenido homoerótico, es decir
tiene escenas sexuales explicitas hombre/hombre, si te
molesta este tema no lo leas, además que su contenido no es
apto para cardiacos.
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Carol Lynne

RESUMEN

Nick Barker estaba muy emocionado. Un verano trabajando en el


rancho de la familia de su compañero de universidad era un sueño
hecho realidad para un estudiante de veterinaria. Sin embargo no
esperaba su reacción ante el padre de su mejor amigo y compañero de
habitación.

Lex Whitefeather al contratar al mejor amigo de su hijo Sam


durante el verano, pensaba que estaba siendo muy generoso al echarle
una mano al chico. Pero nunca esperó al joven Adonis que bajó del
avión. Nick Barker no era ningún niño. Años de deseos sexuales
reprimidos salieron a la superficie ese verano. Cuando Lex y Nick
finalmente se unen y admiten sus sentimientos, Lex se encuentra
plagado de culpas. Él no ha "salido del armario" ante su familia y
amigos. Lex aparta de su vida a Nick por su falta de voluntad para
mostrar quien realmente es ante su familia.

Unos años más tarde, Nick vuelve al rancho. ¿Lex estará


dispuesto a seguir manteniendo su secreto a costa de sacrificar el amor
verdadero?.
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CAPITULO 01

Lex Whitefeather1 colgó el teléfono con una sonrisa en su cara y


decidió ir a buscar Shorty, el capataz de su rancho Rio Perezoso. Salió de su
oficina y se dirigió hacia el granero encontrando a Shorty fijando el cuero en
una brida.

—Oye, acabo de hablar por teléfono con Sam. Me preguntó si podía


traer a casa a su compañero de habitación de la universidad para que
trabajara con nosotros durante el verano. Le dije que estaba bien, pero que
tenía que hablarlo primero contigo para asegurarme de que había suficiente
trabajo como para mantenerlo ocupado. Parece que el chico no tiene familia,
ni casa a donde ir durante el verano. Sam cree que a su compañero de
habitación podría beneficiarle pasar un tiempo en el rancho.

Shorty miró a Lex por un momento y volvió a poner sus ojos sobre la
brida en la que estaba trabajando. —Seguro, siempre es bueno poder usar
otra espalda fuerte por aquí. Hay un montón de heno que apilar y vallas que
reparar. ¿Vas a dejar que se quede en la casa o te gustaría que durmiera en
las literas con el resto de los vaqueros?.

Lex se frotó la barbilla. —Sam nunca me perdonaría si le diera una


patada al chico haciendo que se quedara fuera de la casa. Es decir, no es
como si no tuviéramos suficiente espacio, por el amor de Dios. —Lex pensó
en las seis habitaciones y la casa de piedra que su ex esposa había insistido
en que construyera. Desde luego esto había pasado un año antes de que ella
lo abandonara a él y a Sam.

Sam nunca tuvo la oportunidad de conocerla, lo que tal y como


resultaron las cosas, probablemente había sido lo mejor que pudo pasarles.
¿Cómo una mujer puede abandonar a su hijo ocho meses después del parto?.
Eso nunca lo entendería. Aunque ellos no se casaron por amor, él había
hecho todo lo posible para darle lo que ella quería. Era la forma en que él
compensaba sus propias deficiencias, pero eso no fue suficiente para ella y
decidió separase.

1
Yo sé que nadie sabe que mis antepasados son indígenas del resguardo de Coyaima en mi país Colombia,
por eso me dio curiosidad de saber cuál era el apellido de Lex, quien es nativo americano y su apellido en
español traduce como “Pluma Blanca”. Como dato curioso el mío es “Aguja”.
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Shorty interrumpió los pensamientos de Lex. —¿Este chico tiene un


nombre y cuándo llegarán?.

Lex sonrió. Shorty nunca había sido bueno para mantener una
pequeña charla. Él había sido el capataz de “Río Perezoso” desde que Lex
tenía nueve años. A sus sesenta y ocho años y con apenas ciento cincuenta y
dos centímetros de altura, Shorty realmente había vivido y respirado en “Río
Perezoso”. —Su nombre es Nick Barker y viajarán el viernes, después de sus
exámenes finales.

Shorty asintió y volvió a trabajar. Lex se acercó al corral y le silbó a su


caballo, Fiebre Nocturna. El corcel negro castrado de raza cuarto de milla2 se
acercó a la valla y mordisqueó el bolsillo de Lex. Éste se echó a reír y le frotó
la mancha blanca en la frente al caballo. —¿Qué es lo que estás buscando
fiebre?. —Sacó un par de terrones de azúcar de su bolsillo y se los ofreció en
su mano. —Bueno, puedo ver que aún tienes mi número3. Supongo que
tengo que dejar de echarte a perder.

Lex dejó que Fiebre retornara bajo la sombra de un grupo de árboles y


se dirigió a su oficina en la casa principal. Caminó a través de la puerta del
frente, se dirigió a su estudio y se sirvió un dedo de whisky antes de sentarse
delante de un gran ventanal. Había construido su casa con esta vista en
mente. Sabía que con una esposa como Terri necesitaría de un refugio y éste
era el suyo. Miró a su alrededor, fijando su mirada en el gran sofá de cuero
rojo oscuro y en el sillón suficientemente profundo como para poder sostener
cómodamente a un hombre grande como lo era él. Los artefactos nativos
americanos en los estantes y sobre la chimenea habían sido la herencia que
había dejado su abuelo, Jhon Whitefeather. Lex había heredado los artefactos
con la vieja casa cuando su padre falleció. El escritorio hermosamente tallado
había sido de su padre. Lex puso sus pies sobre el escabel y miró hacia la
puesta de sol, los colores rosas y morados se fundían en las montañas
cercanas.

2
Su origen se remonta a la llegada de los primeros colonos españoles a tierras americanas; estos colonos
acudieron cargados de caballos de diferentes razas. Durante la conquista muchos de estos animales se
dispersaron por los campos, originando los caballos salvajes que luego serían domesticados por los pieles
rojas (por 1680). Pero no fue hasta 1750 cuando estos caballos indios pasaron a ser conocidos como Quarter
Race (Cuarto de Milla). En ese tiempo la variedad había sido cruzada con pura sangre ingleses.
3
Hago la aclaración que esta frase está traducida literalmente, pero lo que Lex quiere decir es que el caballo
recuerda siempre que es él el que le da azúcar.
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Lex pensó en Sam. Había estado en la universidad durante cinco años,


sólo venía a casa en días festivos y en las vacaciones de verano. Estaba
trabajando fuertemente para conseguir su título de abogado y parecía estarle
yendo bien. El Señor sabía que él tenía el cerebro para eso. Lo que Lex no
sabía era si tenía la motivación necesaria. Sam parecía estar un poco
desubicado las dos últimas veces que había estado en casa. Bueno, no había
razón para obsesionarse con ello, su hijo estaría en casa dentro de una
semana más. Lex pensó en su nuevo huésped. Sam le dijo que Nick era un
año mayor que él y que trabajaba dos días a la semana. Le había preguntado
a Lex si aún tenía su viejo equipo de pesas en alguna parte porque Sam
pensaba que a Nick le gustaría hacer un poco de ejercicio en su tiempo libre.

Lex terminó su whisky y bajó al sótano. Una lenta sonrisa se abrió


camino a través de su cara. Mientras más veía el sótano, mas se convencía
que tal vez sería genial tener una sala de entrenamiento completo. Había
pasado mucho tiempo desde la última vez que había hecho algo
extravagante para él y qué mejor momento que ahora. Lex regresó a las
escaleras para hacer un par de llamadas.

El vuelo desde Austin a Missoula había sido bastante agitado y Nick


aún no se sentía bien. Había visto por la ventanilla del avión cómo
aterrizaban en Missoula, lugar que sería su hogar durante los próximos tres
meses. Nick se sentía nervioso a causa de la reunión con el papá de Sam.
Había visto un par de fotos y Sam se la pasaba hablando constantemente
sobre él, pero a él normalmente no le gustaba estar cerca de los padres,
aunque el papá de Sam era sexy. Nick aún recordaba el momento en que
había visto por primera vez su foto en el escritorio de Sam.

Él le había preguntado a Sam quién era ese tipo y Sam le había dicho
que era su padre. Nick asintió y se alejó de él sintiéndose como un verdadero
pervertido. Maldita sea, no debió haberse comido con los ojos al padre de su
compañero de cuarto. Sam le había dicho que su padre tenía cuarenta y
cuatro años, pero Nick se dio cuenta que él era todo un semental grado A.

Los pasajeros empezaron ponerse de pie y a buscar sus respectivos


equipajes en los compartimentos superiores y algunos ya hacían fila por el
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pasillo. Sam se levantó y sacó su mochila y luego le entregó a Nick la suya.


Bajaron por la rampa en la terminal. Cuando se abrió el portón de seguridad,
Sam agitó la mano y se acercó a su padre. Se abrazaron y el corazón de Nick
se detuvo.

—Oh dulce mierda —murmuró para sí mismo. El padre de Sam se veía


mucho mejor en carne y hueso que en las fotografías. Estando de píe medía
por lo menos ciento noventa y seis centímetros de altura, el hombre era como
una especie de dios digno de ser adorado. Su herencia nativa americana era
evidente en su largo y sedoso cabello negro y en su bronceada piel. Nick
permitió que sus ojos viajaran hasta los desteñidos vaqueros que le
mostraron un par de piernas que no tenían fin, terminando en el más grande
e impresionante bulto entre ellas. Nick tragó saliva, «Jesús, estaba en
problemas». ¿Cómo se supone que iba a evitar estar permanentemente duro
durante todo el verano?.

Nick permaneció de píe tratando de no mirar fijamente cómo padre e


hijo se saludaban con un caluroso abrazo.

Sam se apartó de su padre y le hizo señas a Nick para que se acercara.


—Nick, me gustaría presentarte a mi padre, Lex Whitefeather. Papá, este es
mi compañero de habitación y mejor amigo en la escuela, Nick Barker.

Lex Whitefeather le ofreció su mano a Nick. —Es un placer conocerte


Nick. Por favor llámame Lex.

¿Era su imaginación o la voz de Lex de repente había sonado un poco


más ronca?. Ya era de por si profunda y ronca, pero cuando Lex le había
hablado, en ese preciso instante el pecho de Nick vibró con cada palabra.
Tragó de nuevo, intentando en vano aliviar el nudo que se le había formado
en la garganta. —Gracias por darme trabajo y un lugar para quedarme este
verano. Sam me ha hablado mucho sobre “Rio Perezoso” y no puedo esperar
para verlo.

Lex dejó caer su mano y sonrió. «Oh, maldita sea, incluso tiene hoyuelos
en sus mejillas». —Vamos a buscar su equipaje y luego nos iremos a casa. —
Lex empezó a caminar hacia donde se reclamaba el equipaje con Sam a su
lado.
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Nick caminó detrás de Lex, lo que le dio una excelente vista de sus
desgastados vaqueros. La polla de Nick empezó a endurecerse en contra del
cierre de sus pantalones. No había forma en que él pudiera caminar detrás de
Lex y no mirar fijamente su perfecto culo. Golpeó discretamente su polla,
deseando que se desinflara. Pero ésta no parecía estar escuchándolo, así que
trató de mantener su mochila delante de su entrepierna mientras esperaban
por el resto del equipaje.

Tiempo después ellos viajaban por la autopista interestatal hacia el


rancho. Nick se sentó en el asiento trasero de la camioneta pickup azul
medianoche de doble cabina y platón. Sam estaba en el asiento delantero
hablando a mil por hora sobre todo lo que quería hacer cuando llegara al
rancho. Nick miró hacia el frente y se dio cuenta de que los ojos de Lex lo
observaban por el espejo retrovisor.

Lex se aclaró la garganta y le habló. —Sam no me dijo si tú sabías


montar a caballo.

Nick se reacomodó en su asiento, tratando de aliviar un poco su aún


duro palo dentro de sus vaqueros. —Um... no, yo esperaba aprender
mientras estuviera aquí. —En realidad esperaba que no fuera embarcado en
el siguiente avión rumbo a Texas por eso.

Lex sonrió y le guiñó un ojo. —No hay problema, yo puedo enseñarte.


Ya le he enseñado a varias personas a montar a caballo así que no hay
problema por eso. —Lex finalmente rompió el contacto con los ojos de Nick y
miró a Sam. —A qué no adivinas lo que hice esta semana.

Sam rodó sus ojos y puso un dedo sobre su barbilla. —Umm... déjame
adivinar. ¿Te sentaste en tu estudio y miraste por la ventana?. —Sam miró
hacia atrás, hacia Nick y se echó a reír. —Es una especie de broma en
progreso. Cada vez que papá no se ve por ahí, está escondido dentro de su
estudio, mirando por la ventana.

Lex juguetonamente golpeó a Sam en el brazo. —No, sabelotodo.


Construí un gimnasio en el sótano para que podamos trabajar juntos este
verano. —Él le sonrió orgullosamente a su hijo.
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La mandíbula de Sam cayó. —¿Qué quisiste decir con que podemos


trabajar juntos? ¿Alguna vez me has visto a mi levantando pesas, papá?.

Lex se encogió de hombros y lo miró un poco decepcionado. —Pensé


que sería una buena forma para que nosotros pudiéramos relajarnos en las
noches. No fue mi intención ofenderte.

Sam miró por la ventana. —Lo sé, papá. Lo siento, no quería ser brusco
contigo. Es que nunca voy a ser un hombre grande y fuerte como tú lo eres.
Creo que heredé el cuerpo de mi mamá, ¿eh?.

Lex alcanzó y apretó el hombro de Sam. —No. tu madre era alta. Creo
que tu constitución la heredaste del lado de la familia de mi madre, junto con
los ojos azules. —Condujo un rato en silencio. Después de unos kilómetros
giró de nuevo su cabeza hacia Sam. —¿Qué planes tienes para el verano?.

Sam aclaró su garganta y miró a su padre. —Bueno, espero poder


hablar con Justin Meyers, puso un despacho de abogados en Quintillizos y
creo que podría darme trabajo. He estado pensando mucho sobre ello y me
gustaría trabajar de abogado en una ciudad pequeña. Pienso que si pudiera
trabajar en una oficina de abogados como secretario o asistente durante el
verano podría decidir si esto es o no para mí.

Lex parecía como si pensara en ello por unos instantes. —Suena como
si tuvieras un buen plan para el verano. ¿Ya has hablado con Justin o te
gustaría que lo llamara cuando lleguemos a casa?.

Sam sonrió como si un gran peso se le hubiera quitado de encima. —


No quiero que llames al Señor Meyers. Esto quiero hacerlo por mi cuenta. Ya
le envié una carta solicitándole un trabajo de verano, pero aún no he recibido
noticias de él. Tenía la esperanza de que pudiera tomar prestada tu
camioneta e ir mañana en la mañana hasta la ciudad.

Lex negó con la cabeza. —Mañana es sábado. Si deseas hablar con


Justin tendrás que hacerlo cuando lleguemos a casa o esperar hasta el lunes
por la mañana. —Lex miró el reloj del tablero. —Estaremos en casa dentro de
media hora, eso te dará el tiempo suficiente para dejar tu maleta y regresar
de nuevo a la ciudad antes de las cinco. Estoy seguro que si llegas antes de
que Justin se vaya te dedicará algo de su tiempo para que hables con él.
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Sam asintió y luego se volteó para poder mirar a Nick. —Um...


¿podrías mostrarle el rancho a Nick por mí?.

Lex lo miró por el espejo retrovisor y asintió con la cabeza. —Claro que
puedo. Pensé en instalarlo en la habitación diagonal a la tuya. Así que tu
puedes mostrarle donde es y yo puedo mostrarle el resto del rancho.

—Genial. Gracias, papá... por todo.

Ellos siguieron el resto del camino cantando viejas canciones típicas


del país que sonaban en la radio. La voz de Lex era tan profunda y áspera
que le puso la piel de gallina a Nick. Ellos desviaron por un camino en el que
había un enorme tronco con letras grabadas que decía “Rio Perezoso”. Nick
pensó que sus ojos se le iban a salir de sus orbitas cuando vio la casa por
primera vez. Nunca había visto nada igual. Sam le había dicho con
anterioridad que su padre tenía dinero, pero demonios. Estaba construida un
tercio con rocas de río y el resto con troncos de madera, la casa parecía una
especie de estación de esquí en lugar de un hogar. El pórtico delantero era
del ancho de toda la casa y era lo suficientemente profundo como para tener
cómodos muebles de aspecto rustico y un columpio. Nick sonrió para sus
adentros cuando vio la enorme hamaca en el otro extremo del porche. Nick
nunca había visto algo tan fantástico, incluso ni en las revistas. Podía verse a
sí mismo recostado en esa enorme hamaca en la tarde con una cerveza fría en
la mano.

La camioneta se detuvo y todos se bajaron. Lex le entregó su maleta a


Sam y luego sacó la de Nick. —Sam te mostrará dónde queda tu habitación.
Yo voy a estar en el establo, búscame allí cuando estés listo para dar un
paseo.

Nick asintió con la cabeza y tomó su morral de lona. —Gracias. Saldré


dentro de poco. —Sam lo llevó hasta los escalones del ancho pórtico y
entraron en la casa.

Lex caminó hacia el establo, maldiciendo todo el camino. ¿En qué


demonios había estado pensando cuando dejó que el mejor amigo de Sam
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viniera a pasar el verano?. Había logrado mantener su secreto bien guardado


de todo el mundo durante todos estos años y ahora la tentación iba a dormir
cruzando el pasillo. Había ido siempre hasta Missoula a rascarse la picazón.
Su polla se sentía rígida y pesada dentro de sus pantalones, esto le recordaba
que tendría que hacer un viaje muy pronto.

Entró en el establo. —¿Shorty? ¿Estás aquí?.

Pete, uno de los vaqueros, sacó la cabeza de uno de los puestos del
establo mientras se limpiaba las manos con un trapo. —Se fue a la ciudad a
recoger sus medicamentos en la farmacia. ¿Necesitas algo?.

Lex se acercó y negó con la cabeza. —No. Sólo quería presentarle al


amigo de Sam. Va a vivir y a trabajar con nosotros durante el verano. —
Señaló hacia el caballo que estaba en el establo. —¿Qué le pasa a “Pastel de
Azúcar”?.

Pete se secó la frente con la manga de su camisa. —Ella se tropezó un


poco más arriba del acantilado esta mañana. Tiene algunas raspaduras y se
las estoy limpiando.

Lex asintió con la cabeza y se inclinó para mirar la pierna trasera de


Pastel de Azúcar. —Parece que estás haciendo un buen trabajo. Sólo
asegúrate de estarla observando. No quiero que se le vaya a infectar.

Pete asintió con la cabeza y siguió limpiándole las heridas a la yegua.


Lex salió hacia el corral y le silbó a Fiebre. Llegó trotando y como de
costumbre acercó su nariz al bolsillo derecho de Lex.

Lex estaba demasiado absorto en sus pensamientos como para hacerle


caso al acoso del caballo. No conseguía hacer una imagen de Nick en su
cabeza. Su cabello castaño oscuro, muy corto, tanto que los rizos que él sabía
que tenía apenas eran unas pequeñas ondas. Largas y gruesas pestañas
negras sobre ojos de color ámbar a la luz del sol. La polla de Lex se endureció
mientras pensaba en el cuerpo de Nick. Sólo medía ciento setenta y ocho
centímetros, pero tenía amplios hombros. Sus músculos estaban bien
definidos esto había sido evidente bajo la ceñida camiseta blanca que llevaba
puesta. Su pecho se contrajo al recordar sus estrechas caderas y su trasero de
acero. Lex miró a su alrededor y frotó su erección ahora cubierta por sus
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vaqueros contra el poste del corral frente a él. Cerró sus ojos y gimió. Joder,
deseaba ese pedazo de culo. Tenía que convencerse a sí mismo que no solo
estaba pensando en un tipo, sino en el mejor amigo de su hijo. Se frotó un
poco más fuerte, sin estar consciente de lo que estaba haciendo. Unos pasos
sobre la grava detrás de él lo sacaran del trance de lujuria en el que estaba.

Lex miró por encima de su hombro a Nick. —¿Estás listo para ver el
rancho?.

—Nick se acercó y se apoyó contra la valla a su lado. Extendió la mano


y le acarició la nariz a Fiebre. —No planeas que lo hagamos montando a
caballo, ¿verdad?. Me tomaría más de un par de minutos para aprender.

Lex negó con la cabeza y señaló el viejo camión estacionado detrás del
granero. —No, la mayoría del tiempo me desplazo en eso. Vamos. Voy a
darte una vuelta por cincuenta centavos.

Subieron al destartalado camión blanco de tracción en las cuatro


ruedas y Lex miró a Nick. —Ponte tu cinturón de seguridad. Algunos de los
caminos no son muy lisos, así que a menos que desees una conmoción
cerebral, es mejor que uses cinturón de seguridad.

Nick asintió con la cabeza y se puso su cinturón de seguridad. —Sam


me dijo que te avisara que no lo esperes para cenar. Se fue con la esperanza
de que pudiera encontrarse con el Señor Meyers y que le permitiera llevarlo
a cenar. Sam pensó que podría ser un poco más receptivo frente a un buen
plato de costillas.

Nick se encogió de hombros y miró por la ventana. —¿Esas colinas de


allí hacen parte de tus tierras?.

Lex frenó el camión y se inclinó acercándose aún más a Nick y miró


por la ventana del lado del pasajero. —No, esas no, pero las de allí —Él
extendió su brazo y con la mano señaló hacia otro grupo de colinas —Hacen
parte de Río Perezoso. Tenemos alrededor de ocho mil seiscientos acres, más
o menos. La mayor parte del terreno está dedicado a la cría de ganado, pero
hay algunos sectores que se le dejan a la naturaleza. —Lex miró a Nick y
sonrió, mostrando sus hoyuelos. —¿Ahora ya entiendes por qué uso este
viejo y destartalado camión la mayor parte del tiempo?.
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Nick sonrió y pasó su lengua por su labio inferior. —Sí, entiendo. Nos
tomaría una eternidad si esto se hiciera a caballo.

Lex miró la rosada lengua serpenteando cuando se lamió esos


deliciosos labios y casi gimió. Se aclaró la garganta y se sentó guardando las
debidas distancias. —Voy a llevarte hasta mi pozo favorito para pescar. Tal
vez tengamos suerte y logremos que Sam venga y pesque con nosotros este
verano. —Se detuvo y miró a Nick. —Lo siento, ni siquiera te lo he
preguntado. Te gusta pescar, ¿no?.

Nick volteó la cabeza para poder mirar por la ventana lateral de


nuevo. —Siempre quise aprender, pero me crié en varios hogares de acogida
en Houston. A nadie le importaba lo suficiente como para que me enseñara.

No dijo nada más y Lex sintió que se le había formado un nudo en la


garganta. Sin siquiera darse cuenta de ello, acabó poniendo su mano sobre el
muslo de Nick y lo apretó. —Bueno, a mi me importas lo suficiente como
para enseñarte. Te voy a enseñar esto y todo lo que quieras aprender acerca
de cómo vivir en un rancho.

Nick se agachó y puso su mano sobre la mano de Lex. —Gracias. En


verdad te lo agradezco.

Lex condujo hacia la parte más profunda del río, que era donde le
gustaba pescar. —¿Te molesta que te pregunte qué le pasó a tus padres?.

Nick respondió sin mirarlo. —Murieron en un accidente cuando tenía


seis años. El único miembro de la familia que me quedaba era una tía ya
anciana que apenas podía cuidar de sí misma por lo que me pusieron en un
programa de acogida. —Nick jugueteaba con la manija de la puerta mientras
hablaba. —Yo era ya demasiado viejo y todos quieren bebés, así que quedé
atrapado en el sistema hasta que cumplí los dieciocho años.
Afortunadamente, cuando estaba en primaria me matriculé en un programa
extraescolar de la YMCA4. Ahí fue cuando empecé con la gimnasia. Tuve un

4
La Asociación Cristiana de Jóvenes, más conocida por las siglas de su nombre en inglés: YMCA (Young
Men's Christian Asociation, The Y como se conoce popularmente o La Guay como se pronuncia en algunos
países americanos) es un movimiento social juvenil de raíces protestantes extendido por todo el mundo. Por
sus actividades se puede identificar como una de las mayores y más antiguas ONG. A nivel internacional está
integrada por más de 120 organizaciones nacionales autónomas repartidas por los cinco continentes, aunque
su implantación sea desigual. El mayor arraigo se da en países anglosajones, de cultura protestante y en los
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gran entrenador cuando llegué a la secundaria. Él sabía que yo no tenía otra


cosa más que una cama donde dormir en casa y por eso dejó que me quedara
en el gimnasio más tiempo que el resto del equipo practicando. Fue mucho
trabajo, pero valió la pena cuando gané una beca completa y un puesto
permanente en el equipo de gimnasia de la universidad. Esto pagó por casi
todo los primeros cuatro años de universidad.

Lex no podía creer que Nick fuera tan indiferente acerca de ser un
huérfano. La mayoría de estos chicos estarían amargados por tener que haber
pasado casi toda su vida al cuidado de extraños, pero Nick utilizó sus
circunstancias para mejorarse a sí mismo. Lex lo admiró por ello.

países donde han extendido su influencia ingleses y estadounidenses. Las actividades de la YMCA incluye
instituciones educativas, residencias, escuelas nocturnas, campamentos juveniles y grupos deportivos.
Existen universidades cuyo origen se debe a la YMCA. Actividades diversas para edades, economías, culturas
y credos distintos en cada zona o país. (gracias WIKIPEDIA).
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CAPITULO 02

Después de un mes y medio en el rancho Nick finalmente se sentía


cómodo. Se levantaba antes del alba y trabajaba en el gimnasio antes de
desayunar con Lex y Sam. Sam había comenzado a trabajar para Justin
Meyers en su despacho de abogados y le encantaba. Cuando llegaba a casa
en la noche les compartía algo nuevo que había aprendido ese día acerca de
la ley.

Nick trabajaba de lunes a viernes de seis y media de la mañana hasta


las cinco y media de la tarde. Él sabía que los demás vaqueros trabajaban
más horas y algunos fines de semana, pero Lex le había dicho que no era
necesario que él lo hiciera. Nick le gustaba trabajar en su tiempo libre en el
gimnasio por eso no discutió acerca de ello.

Lex le enseñó a pescar y a montar a caballo, aunque aún no era muy


bueno en ninguna de las dos. Le era aún más difícil mantener su pene a raya
en presencia de Lex, pero se divertían mucho cuando estaban juntos, por eso
valía la pena el dolor que le provocaba el mantener sus bolas azules. Cuando
Lex los llevaba de pesca, por lo general iban a caballo hasta la quebrada. Lex
siempre llevaba el almuerzo preparado y gracias a ello los tres pasaban la
mayor parte del domingo simplemente descansando en la orilla, pescando o
nadando. Las tardes en el arroyo, era el mejor momento para tomar una
tranquila siesta. A veces, Nick se mantenía despierto para poder ver dormir a
Lex. Era tan hermoso que Nick sentía que le picaban los dedos por la
necesidad de tocarlo.

Sam comenzó a trabajar hasta tarde y cada vez aún más tarde en las
noches. Casi a diario ni siquiera volvía a casa para cenar. Nick tenía la
sensación de que algo más que el trabajo lo estaba distrayendo, pero Sam no
le había mencionado nada acerca de eso, por lo que Nick decidió mantener
su nariz fuera del asunto. El problema era que las frecuentes ausencias de
Sam dejaba a Nick solo con Lex en las noches, por lo que casi todos los días
una vez pasada la cena Nick bajaba a entrenar después de ver cómo Lex
desaparecía dentro de su estudio. Era mejor así, pensaba Nick. Sus
sentimientos hacia Lex eran cada vez y cada día más fuertes. De vez en
cuando Lex lo agarraba mirándolo, pero cuando Nick se daba cuenta que
tenía su atención fijada en él miraba rápidamente hacia otro lado. Nick
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comenzó a sentirse paranoico de que tal vez Lex ya se había dado cuenta de
sus sentimientos.

Una noche a mediados de julio, Nick estaba en el sótano trabajando en


la máquina de pesas cuando Lex bajó las escaleras. Estaba vestido con ropa
típica para entrenamiento, pero para Nick éste se veía jodidamente bien para
ser un hombre de cuarenta y cuatro años de edad. El corto pantalón de punto
color gris luminoso de Lex dejaba a la vista sus largas, perfectas y
musculosas piernas y no llevaba puesta una camiseta, lo que satisfizo la
libido de Nick bastante bien.

Lex se acercó a los pesos libres y comenzó a colocarlos en la maquina


de presión de banca. —Espero que no te importe si trabajo contigo esta
noche. Me está golpeando duro la soledad al estar completamente solo todo
el tiempo allá arriba. No entiendo qué es tan importante como para que Sam
tenga que trabajar hasta tarde todas las noches.

Nick decidió no opinar sobre eso. —No, por supuesto que no me


importa. Mientras que seas un fan de Toby Keith5 —le dijo, señalando hacia
el estéreo. —Me gusta sentir el ritmo de sus canciones cuando entreno.

Lex sonrió y se tendió en el banco de pesas. —No, Toby es genial. Es


uno de los artistas country que mas me gusta en este momento, pero
ninguno de ellos puede tocar como Hank Williams6.

Nick quedó con la boca abierta por la cantidad de peso que Lex
fácilmente presionaba en el banco. Se le hizo agua la boca cuando los
músculos flexionados, desencadenaron una fina y brillante capa de sudor.
Trató de hacer todo lo posible para continuar con sus propios ejercicios, pero
se mantenía distrayendo a causa del dios de bronce que estaba en el banco.

Lex se detuvo y se sentó. Se levantó y fue a añadir más peso a la barra.


5
Toby Keith (Clinton, Oklahoma, Estados Unidos, 8 de julio de 1961) es un cantante de música country
norteamericano. Cinco discos suyos han alcanzado el número uno en la lista de mejores discos de música
country en Billboard, y quince singles han conseguido el número uno en la lista de mejores canciones del
Billboard. En 2006 fue el protagonista de la película Broken Bridges.
6
Hank Williams (Mount Olive (Alabama), 17 de septiembre de 1923 - Oak Hill (West Virginia), 1 de enero de
1953) fue un cantautor estadounidense, que se convirtió en un icono de la música country y en uno de los
más influyentes músicos del siglo XX. Destacado intérprete de la música Honky tonk, grabó numerosos éxitos
que, junto a sus carismáticas interpretaciones y composiciones, le proporcionaron una gran fama.
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Él miró a Nick. —¿Te importaría ayudarme en esta serie?. Este peso se


encuentra fuera de mi límite.

Nick pasando saliva se levantó. Su erección amenazaba con salirse de


sus cortos pantalones de punto rojos, pero ¿qué podía decir?. —Claro, no hay
problema. —«Joder» Nick esperaba que Lex pensara que su erección se debía
a la rutina y no que fuera causada por él. Dio la vuelta detrás del banquillo y
puso sus manos sobre la barra. Lex acomodó su agarre en la barra y Nick le
ayudó a levantarla del soporte.

Lex gruñó en la novena repetición y la polla de Nick saltó dentro de


sus pantalones cortos. Estaba viendo el juego de músculos en el abdomen de
Lex cuando vio literalmente el endurecimiento de la polla de Lex ante sus
propios ojos. Miró a Lex a la cara y se dio cuenta que estaba mirando
fijamente a su erección. Lex hizo su última repetición con las pesas y Nick le
ayudó a establecer el peso sobre el soporte.

Los dos hombres apenas si se miraron durante un rato, tenían mucho


miedo de moverse o de hablar. Finalmente Lex levantó la mano y la puso a
tientas sobre la parte delantera de la tienda de campaña que se había alzado
en el pantalón de Nick dejando escapar éste, un suave gemido. Lex lo miró a
los ojos y lo hizo nuevamente, sólo que un poco más fuerte esta vez. Las
caderas de Nick empujaron hacia adelante como si tuvieran voluntad propia.
Esta vez Lex fue el que gimió. Él levantó la mano una tercera vez y
sorprendió a Nick al deslizarla a lo largo de su pierna por encima de sus
pantalones cortos hasta cubrir con su mano la erección apenas contenida por
su ropa atlética.

Lex apretó la erección en su mano. —Dios me ayude, pero te quiero.

Liberó a Nick y se sentó. Nick caminó alrededor para hacerle frente a


Lex y se sentó a horcajadas en el banco de pesas. Sentados tan cerca que su
rodilla y la rodilla de Lex se tocaban, se inclinó hacia delante, presionando
sus labios contra los de Lex. El beso fue suave y gentil, como si quisieran
aprender el uno del otro. Pero poco a poco el beso se fue profundizando y
Lex pasó la lengua a lo largo de la comisura de la boca de Nick. Éste la abrió
de inmediato y acarició la lengua de Lex con la suya.

Lex enredó su lengua con la de Nick. —Dios, he querido hacer esto


SEXO CON LEX 18
Carol Lynne

desde el momento en que te vi. —Él enganchó las piernas de Nick alrededor
de su cintura y lo levantó en su regazo. Apretó su erección contra el culo de
Nick mientras lo chupaba en el cuello. —Aún no estamos lo suficientemente
cerca. —Lex miró a su alrededor y lo llevó a la alfombra de entrenamiento.

Nick estaba debajo del hombre de sus sueños y luchaba por respirar.
Lex besó y lamió por todo el camino hacia abajo por el cuerpo sin vello de
Nick. Le mordió los pezones y los chupó con su boca. Una línea de fuego
puro corrió desde los pezones de Nick hasta llegar a su polla. Lex pareció
darse cuenta de la contracción de la polla de Nick, porque levantó la cabeza y
le sonrió, mostrándole sus sexys hoyuelos. Lex se deslizó por su cuerpo hasta
llegar a los pantalones cortos de Nick.

Lex lo miró. —¿Estás de acuerdo con esto?.

Nick empujó su polla hacia la cara de Lex. —¿Podría decirte que no?.

Lex sonrió y tiró de los pantalones y calzoncillos de Nick bajándolos


por sus piernas y se los quitó. —Maldita sea, eres hermoso. Nunca he visto a
un hombre afeitado antes. ¿Cómo lo haces?.

Nick se pasó la mano por la suave piel de su pubis sin vello y acarició
su propia erección. —No es afeitado, me hice la cera. Al principio lo hice
porque eso es lo que todos los gimnastas hacen pero yo seguí haciéndolo
porque hay más sensibilidad cuando lo toco. Demás está decir que lo he
tenido que hacer un montón de veces durante este último mes y medio. —
Siguió acariciando su erección hasta que Lex quitó su mano y la reemplazó
con su boca.

Pasó la lengua por un lado de la polla de Nick. —Maldita sea, tienes


una enorme y gruesa polla, para alguien de tu tamaño.

Lex pasó la lengua alrededor de la corona y hacia abajo unas dos o tres
veces antes de envolverla entre sus labios y chuparlo con fuerza. Nick se
arqueó en la colchoneta. —Joder, eso se siente bien. —Lex soltó su polla y le
pasó la lengua por un lado de su erección una vez más, hasta llegar a sus
bolas las cuales chupó una por una dentro de su boca. —Oh Dios.
SEXO CON LEX 19
Carol Lynne

Lex arremolinó su lengua por detrás de las pelotas de Nick y lo miró a


los ojos. —Quiero probar tu culo.

Nick asintió con la cabeza y colocó sus manos en sus rodillas


jalándolas para así presentarle su culo sin pelo a Lex.

Lex gimió. —Joder. Me gustaría tener un condón. Quiero montar tu


culo. Quiero meter mi pene tan profundo en tu interior hasta que puedas
probarme. —Él se inclinó y pasó la lengua a todo lo largo del cráter de Nick.
Abrió las mejillas de Nick ampliamente y se inclinó pasando la lengua por el
borde de su capullo. Pegando su cara contra la grieta del culo de Nick, él
empezó a chupar y a mordisquear el fruncido hoyo. Lex finalmente empujó
dentro un dedo, luego dos y luego tres. Nick pensaba que iba a estallar en
cualquier momento.

Cuando Lex lo estiró lo suficiente volvió a usar su lengua. La puso


rígida y la clavó hacia dentro y hacia fuera del culo de Nick. —Oh... me voy a
venir.

Sentándose de nuevo, Lex se quitó sus pantalones y jaló a Nick hasta


colocarlo de rodillas frente a él.

Lex empezó acariciar su propia erección y Nick estaba fascinado por la


obra de arte en su mano. Más oscura que su piel bronceada, la polla de Lex
era larga y prontamente estuvo orgullosamente levantada. Parecía como si
Lex estuviera sosteniendo una rama de un árbol en su mano. Se acarició y se
inclinó para poder devorar la boca de Nick. Rompiendo el beso, él frotó su
pene contra el de Nick. —Vente sobre mi polla. Quiero sentir tu semen
chorreando por mi cuerpo.

—Maldita sea, esa es la cosa más excitante que alguien alguna vez me
haya dicho. —Dijo Nick, mientras que cada uno cubría con sus manos sus
respectivas pollas. Se besaron y se acariciaron el uno al otro hasta que Nick
no pudo aguantar más. Semen brotó de su polla como si fuese el Old
Faithful7, aterrizando sobre el pecho de Lex, su estómago y su polla.

7
Una de las zonas de géiseres más conocidas es la del Parque Nacional de Yellowstone, en Wyoming. Estados
Unidos. Ahí se encuentran unos 100 géiseres activos; el más conocido de entre ellos es el Old Faithful que
traduce Viejo Fiel que expulsa agua cada hora durante un periodo de 5 minutos y alcanza alturas de hasta 50
metros. (Gracias Wikipedia XD).
SEXO CON LEX 20
Carol Lynne

Gimiendo, Lex dio rienda suelta a su propio rocío de cordones blancos


nacarados. El sonido de sus gruñidos cuando se vino no solo hizo vibrar el
pecho de Nick, sino también sus bolas. Los dos hombres se derrumbaron
nuevamente sobre la estera, entrelazados en los brazos del otro.

Lex pasó los dedos por el cabello de Nick. —Joder, eso fue bueno.

—Mmm. —Nick asintió con la cabeza y se acurrucó más cerca de Lex.


—He estado queriendo hacer esto desde hace mucho tiempo. Me volvía loco
pasar tanto tiempo contigo y no poder tocarte.

Besándolo en la frente, Lex inclinó su barbilla hacia arriba. —Me


disculpo contigo si piensas que esto es un comportamiento inadecuado para
un hombre de mi edad, pero, joder, eres tan condenadamente sexy que no
pude contenerme más. Traté de mantenerme alejado. —Lex negó con la
cabeza. —Tenía tanto miedo de que esto pasara.

Liberando su barbilla, Nick comenzó a lamer el pezón como guijarro


de Lex. —¿Puedo dormir contigo esta noche?.

Lex hundió la cara en el pelo de Nick y se sintió realmente muy


tranquilo. —Esto no es justo para ti. —Lex suspiró y besó la parte superior de
la cabeza de Nick. —No puedo estar contigo abiertamente de esa manera. Me
estoy enamorando de ti fuerte y rápido, pero amo a mi hijo y esto lo mataría.
He escondido este lado de mi mismo de Sam durante toda su vida.
Demonios, he ocultado esto de todos, incluso de mí mismo a veces. Estoy en
el armario y ahí es donde me tengo que quedar. Me encantaría joderte por la
mañana, al mediodía y en la noche, pero nunca podría reconocer ante el
mundo entero que somos amantes.

Nick cerró los ojos y trató de calmarse. Él no entendía por qué Lex aún
estaba en el armario. ¿Debería quedarse el resto del verano y follar con Lex
tan a menudo como le fuera posible antes de que él tuviera que irse o debería
irse con su corazón roto ahora mismo?. Él extendió la mano y la pasó a través
de las hebras del largo y sedoso cabello de Lex. —Pienso que eso es pura
mierda. Sam es un adulto. ¡Tienes que dejar que se enfrente a la vida real, en
vez de la que tu has creado para él!. —Nick cerró sus ojos y trató de
calmarse. —Estoy enamorado de ti. —Le susurró en voz baja.
SEXO CON LEX 21
Carol Lynne

Lex gimió y tomó su boca en una danza de amor y añoranza. —Sé que
no puedes entender mis razones, pero algún día, cuando seas mayor... a lo
mejor lo entenderás. Desearía….

Nick no lo dejó terminar porque eso ya no era importante. —No puedo


quedarme. No voy a fingir que no siento nada por ti. Voy a decirle a Sam que
tengo que regresar antes. ¿Podrías llevarme al aeropuerto mañana?.

Vio como la feliz sonrisa de Lex se derrumbaba ante sus ojos. —Oh
Dios, bebé. Por favor, no me pidas que te envíe de regreso con una sonrisa.

Nick le dio un beso y trazó con sus dedos los afilados ángulos de su
rostro. —Yo no te estoy pidiendo que sonrías. Sólo te estoy pidiendo que me
lleves. Me duele mucho saber que tus temores a la final nos separarán. Si me
quedo voy a enamorarme aún más y sé que eso me va a matar cuando me
des la espalda al final del verano. —Nick se levantó y negó con la cabeza. —
Sólo llévame al aeropuerto y dame un beso de despedida. Eso es todo lo que
te pido.

A la mañana siguiente después del desayuno Lex llevó a Nick al


aeropuerto de Missoula. Después de salir y dejar atrás la pequeña ciudad de
Quintillizos, Lex lo jaló a su lado. Nick puso su cabeza sobre el hombro de
Lex, pero ninguno de los dos habló. Finalmente Lex se volvió y besó la parte
superior de la cabeza de Nick. —No puedo creer que haya tantas cosas que
no sé de ti. Parece que hemos hablado de todo bajo el sol, pero me di cuenta
de que nunca habíamos hablado sobre ti. Ni siquiera sé lo que estás
estudiando en la universidad.

Nick le dio una forzosa y triste sonrisa. —Estoy estudiando para ser
veterinario. Es un poco gracioso ya que ni siquiera sabía cómo montar a
caballo hasta hace un mes. —Dejó de hablar, recordando la paciencia que Lex
le había mostrado en los primeros días en que había tratado de montar a
Suerte. —Todavía me falta un año y medio para terminar.
SEXO CON LEX 22
Carol Lynne

Lex envolvió su brazo aún más apretado alrededor de Nick. —


Prométeme que me llamarás si alguna vez necesitas algo. No importa lo que
sea. Estaré allí para ayudarte.

—Gracias por todo. Te agradezco que me enseñaras a pescar y a


montar a caballo y el tiempo que compartiste conmigo, aunque fuera una
sola vez. Yo nunca te olvidaré. Quiero que sepas que si alguna vez decides
ser honesto contigo mismo y con tu hijo, puedes llamarme.

Lex parpadeó rápidamente, tratando de disipar las lágrimas que


amenazaban con formarse. —Hay mucho más detrás de todo eso, que el solo
hecho de decirle a Sam que su padre es gay. Créeme. Yo no te dejaría ir si las
cosas fueran así de fáciles.

Lex dirigió su camioneta hasta el edificio de la terminal. —¿Estás


seguro que no quieres que yo vaya contigo?.

Nick se mordió los labios y negó con la cabeza. —No quiero llorar en
un lugar público y si tú me dices adiós allí dentro, eso es exactamente lo que
haré. Ahora dame un beso y despídete.

Lex envolvió ambos brazos alrededor de Nick y lo jaló hacia él dándole


la madre de todos los besos.

Sintió las lágrimas en las mejillas de Nick antes de que él las viera. Él
se retiró y pasó la lengua por ambas mejillas para enjugar las lágrimas. —
Lamento que las cosas no puedan ser diferentes pero yo soy el único padre
que le queda a Sam y tengo que anteponerlo sobre todo lo demás, inclusive
sobre mi mismo o esto.

Nick se secó los ojos y tomó la cara de Lex. —Sam tiene suerte. Me
hubiera gustado tener un padre que se preocupara tanto por mí como lo
haces tu por Sam. —Él se apartó de Lex y se bajó de la camioneta. Lex, vió
como él agarró su morral de lona y lo sacó de la parte trasera de la
camioneta. Nick le dio con la mano un último adiós antes de caminar a través
de las puertas del aeropuerto. Lex apoyó la cabeza sobre el volante durante
unos segundos.

Un pito sonó y él se levantó y vió por el espejo retrovisor la patrulla de


SEXO CON LEX 23
Carol Lynne

policía detrás de él. Dándole un breve saludo con su mano, se secó los ojos y
puso su camioneta en marcha.
SEXO CON LEX 24
Carol Lynne

CAPITULO 03

Tres años después…

Justo estaba llegando Nick a casa después de un día de trabajo de doce


horas cuando sonó el teléfono de su modesto apartamento. Rápidamente
abrió la puerta y respondió al cuarto timbre. —Hola.

—¿Nick?. Hola, soy Sam.

Nick se hundió en el sofá, incapaz de sostenerse. No había tenido


noticias de él en casi tres años. Sam se transfirió a Missoula antes de que
empezara el semestre en otoño después de que Nick abandonara el rancho a
toda prisa. Él había recibido tarjetas de Navidad y de cumpleaños, pero eso
había sido todo. Echaba de menos a su viejo amigo. —¿Cómo diablos has
estado?.

—He estado bien, genial, en realidad. Finalmente me gradué de la


escuela de leyes y obtuve mi licencia de abogado el verano pasado. Pasé a ser
socio de Justin Meyers. De hecho, es por eso que te estoy llamando.

—Eso es genial. Has trabajado para Justin por largo tiempo. —Nick
pasó sus dedos por entre su hirsuto cabello, haciendo todo lo posible para
mantener a raya los recuerdos.

—Sí, pero yo tengo. Um... que decirte que la verdadera razón por la
que te estoy llamando es para ver si tu eh... podrías venir a Quintillizos.
Justin y yo... oh diablos, Nick, yo ni siquiera sé cómo decirte esto. Yo soy gay.
Justin y yo vamos a celebrar una ceremonia de compromiso y necesito que
estés allí. Yo... eh... Yo te culpé de un montón de cosas de las que no tenía por
qué hacerlo y quiero que me des la oportunidad de hacer lo correcto contigo.
Por favor, ¿dime si vas a venir?.

Nick dejó escapar un cansado suspiro. —Yo ya sabía que eras gay.

—¿En serio? ¿Cómo lo supiste?. Yo no me di cuenta de eso, sino hasta


después de que te fueras del rancho aquél verano. —Sam parecía totalmente
sorprendido ante la revelación de Nick.
SEXO CON LEX 25
Carol Lynne

—No lo sé. Solo siempre lo supe.

Sam se echó a reír. —Bueno, me hubiera gustado que me lo hubieras


dicho antes. Me habrías ahorrado un montón de angustia mental. Ahora,
¿por favor dime si vas a venir a Quintillizos?.

Nick cerró los ojos. Sabía que debía decirle a su viejo amigo que no,
pero él no se atrevía a hacerlo. —¿Cuándo?.

—La ceremonia será el último fin de semana de este mes, pero


esperaba que pudieras venir una semana antes para que pudiéramos tener la
oportunidad de resolver las cosas entre nosotros.

—Voy a tener que consultarlo con los otros veterinarios de la clínica.


Tengo un par de semanas de vacaciones pendientes, así que espero no tener
ningún problema. Si no se presenta nada más tomaré un vuelo antes de ese
fin de semana.

—Eso sería genial. Llámame y te recogeré en el aeropuerto.

—Bueno, creo que nos veremos en un par de semanas. Fue bueno


escucharte. Te he echado de menos.

—Sí, yo también. Adiós, Nick.

—Chao.

Dos semanas después, Nick estaba volando en un avión rumbo a


Missoula. Tuvo que ir al baño en el avión dos veces a vomitar, porque sus
nervios estaban tomando lo mejor de él. Nick no sabía cómo iba a enfrentar
el ver a Lex de nuevo. Sus sentimientos hacia el hombre aún no se habían
extinguido. Había intentado incluso tener relaciones sexuales un par de
veces en los últimos tres años, pero nunca fue capaz de llevarlo a cabo. Su
polla se negaba a trabajar para alguien más que no fuera Lex y Lex no lo
quería más.
SEXO CON LEX 26
Carol Lynne

Nick pensó de nuevo en la conversación telefónica que había tenido


con Sam. Aún no podía entender de lo que Sam le había estado hablando.
¿De qué había culpado a Nick para que él necesitara compensarlo ahora?.
Sabía que las cosas habían cambiado entre los dos cuando Sam se transfirió a
otra escuela después de aquél verano, pero él pensó que en eso había tenido
que ver Justin Meyers. Incluso pensó que tal vez había herido sus
sentimientos cuando cortó con él a principios de ese verano o que sólo quería
estar más cerca de Justin. Pero fuera lo que fuere las cosas no volvieron a ser
iguales entre ellos después de que Sam se transfiriera de escuela.

Cuando el avión aterrizó, Nick todavía podía ver algo de nieve aquí y
allá. Era ya finales de mayo pero el clima de Montana era imprevisible.
Recogió sus cosas y desembarcó con el resto de los pasajeros. Esperando ver
a Sam, se sorprendió cuando quedó cara a cara con Lex. Él rápidamente se
disculpó y corrió hacia el baño de hombres. Cerró la puerta de uno de los
cubículos y procedió a vomitar sus galletas, una vez más.

Estaba enjuagándose la boca en el lavamanos cuando Lex entró en el


baño. —¿Estás bien?.

Nick terminó de enjuagarse la boca y cogió una toalla de papel. Se secó


la cara y se limpió la boca. —Sí. Estoy bien ahora. Esto, eh... debió haber sido
algo que comí en el avión. —Caminó alrededor de Lex y salió del baño.

Lex lo siguió hasta el área de equipaje. Se detuvo junto a Nick y no dijo


nada más. Su maleta finalmente llegó y Nick la agarró de la cinta
transportadora.

Se volvió hacia Lex. —¿Por donde está tu camión?.

Lex señaló el camino y se fueron. Llegaron a la bahía del


estacionamiento y Lex lo llevó hasta el camión blanco de doble cabina y
platón.

Nick puso su maletín en el asiento trasero y se subió en él. —¿Camión


nuevo?.

Lex negó con la cabeza. —No, no es nuevo. Lo compré justo después


de que tu.... te fuiste. —Lex no dijo nada más y se retiró de la bahía del
SEXO CON LEX 27
Carol Lynne

estacionamiento después de pagar el peaje. —Sam me dijo que te dijera que


lo sentía mucho por no poder recogerte. Tuvo que comparecer ante el
tribunal de urgencia.

Nick se limitó a asentir y mirar por la ventana lateral. —Está bien.

Lex agarró con fuerza el volante hasta que sus nudillos se volvieron
blancos. Nick lo odiaba tanto, que incluso el solo verlo lo había hecho
vomitar. ¡Joder! Él sabía que era su maldita culpa, pero todavía sentía que
había hecho lo mejor para Sam. A pesar de que Sam recientemente había
salido del armario, él aún seguía firmemente encerrado en él, y si su vida se
había convertido en un infierno absoluto desde que Nick lo había dejado,
todo había sido por su maldita culpa. Ni siquiera había intentado volver a
Missoula nunca más. Nada ni nadie podría sustituir a Nick en su corazón o
en su cama.

Había oído el mismo sermón una y otra vez de Shorty y de Sam. «Saca
la cabeza de tu culo y haz algo contigo mismo». Se había encerrado tanto en sí
mismo que llegó hasta el punto de que rara vez montaba su caballo. Pasó
tanto tiempo en el estudio que tuvo que reemplazar su sillón de cuero el
invierno anterior, ya que se caía a pedazos por el uso excesivo. Bebió en
exceso por un tiempo después de que Nick se fuera hasta que Sam y Shorty
lo acorralaron en su despacho y le exigieron que les dijera la razón de por
qué estaba tratando de suicidarse con whisky. Lex no les dijo nada, pero él
llegó hasta tocar fondo por su consumo de alcohol. Nunca le ayudó de todos
modos. Incluso cuando llegó a estar tan borracho hasta casi desmayarse
todavía soñaba con Nick y despertaba sudando frío, con una furiosa
erección.

Ellos viajaron por un rato en silencio. Lex miró hacia el otro lado de la
cabina, hacia Nick. Era ahora o nunca. —Entonces, ¿Qué tal has estado?.

Nick se movió en su asiento, pero no lo miró. —Bien, supongo. Estoy


trabajando para dos veterinarios en Austin. Hacemos de todo, desde
serpientes hasta toros. Yo sólo he estado con ellos un poco más de un año, así
que siempre me tocan los trabajos donde tengo que meter el brazo en el culo
SEXO CON LEX 28
Carol Lynne

de una vaca y otros trabajos de mierda como esos pero todo el mundo tiene
que pagar sus deudas, supongo. Por lo menos me alegro por las largas horas
de trabajo. Cualquier cosa es mejor que ir a casa, a un apartamento vacío y
cenar comidas congeladas calentadas en microondas.

Lex se sorprendió al oír eso. —¿Tu no estás saliendo con alguien,


entonces?. —Sabía que no tenía derecho a preguntar, pero él tenía que saber.
Se mordió la mejilla y contuvo la respiración.

—No he tenido una cita, más que para una cena ocasional o una
película en los últimos tres años. Solo no estoy interesado. —Nick lo miró
rápidamente y luego se volvió hacia la ventana. —¿Y tú?. ¿Estás saliendo con
alguien?.

Lex se rió un poco demasiado severamente. —No sé si te lo dejé claro


antes, pero nunca he salido con alguien en mi vida, además de Terri, la mujer
con la que me casé. Yo solía ir a Missoula cada dos meses a rascarme la
piquiña, pero esos habitualmente eran cosa de una sola noche. Pero para
responder a tu pregunta, no, no he salido con alguien aparte de ti. No es que
alguna vez hubiéramos salido en realidad. Demonios, no he estado fuera del
rancho más que un puñado de veces desde te fuiste, me olvidé de volver a
Missoula. Ese tipo de sexo se acabó para mí.

Nick volvió su mirada a Lex. —¿Estás diciendo que ya no eres gay?.

Lex sonrió y negó con la cabeza. Puso su mano sobre el hombro de


Nick. —Estoy diciendo que por fin descubrí lo que había estado ausente en
mi vida. El sexo por el sexo es vacío y hueco. —Lex se aclaró la garganta y
quitó su mano del hombro de Nick, agarrando el volante de nuevo. —La
única vez que hicimos el amor fue superior a lo que yo alguna pudiera
haberme imaginado. Nada con un desconocido en una habitación de hotel
nunca podría compararse, por lo que yo sólo lo dejé de hacer.

Nick se movió en su asiento de nuevo y esta vez se volvió hacia él. —


¿Por qué vendiste la camioneta azul?. Creí que era nueva.

Lex se encogió de hombros y encendió la radio a volumen bajo. —Yo


no la podía manejar sin pensar en ti. Llegó a tal punto que en el momento en
que me subía en ella para tener que ir a cualquier lugar me sentía totalmente
SEXO CON LEX 29
Carol Lynne

deprimido. Yo daba la vuelta y volvía a casa y permanecía en el estudio


durante varios días. Finalmente entendí que tenía que venderla o poner una
pistola en mi cabeza.

Nick corrió su mano a través del asiento y la puso sobre el muslo de


Lex. —Siento que hayas tenido que pasar por eso. Si te ayuda en algo fue lo
mismo para mí. Todavía lo es. Salvo que tú te sentías culpable y yo me sentía
furioso.

Lex bajó una mano y cubrió la mano de Nick con la suya. Sacó el
camión a un lado de la carretera y lo apagó. Él se quebrantó. Los sollozos
eran tan fuertes que hicieron vibrar el camión. Nick jaló a Lex en sus brazos.
Quitó el pelo de su cara y le besó la mejilla. —Por favor, no. No soporto verte
así. Si el que yo esté aquí va a trastornarte tal vez no debería quedarme.

Lex agarró a Nick por los brazos y miró fijamente a los ojos de color
oro. —Por favor no me dejes ahora. Sam nunca me lo perdonaría y yo nunca
me lo perdonaré si te alejo de nuevo.

Entonces sucedió. Él jaló a Nick en sus brazos y le cubrió la cara con


besos apasionados, terminando con un sutil beso en la comisura de su boca.

Nick se sentó y lo miró. —No sé si puedo hacer esto de nuevo. Mis


sentimientos por ti no han cambiado. Por el contrario creo que se han hecho
más profundos, pero todavía no puedo ser tu pequeño secreto.

Lex apoyó la frente contra la de Nick. —Por favor, dame un poco más
de tiempo. He estado tratando de encontrar el valor para decirle a Sam que
estoy enamorado de ti. Sólo necesito un poco más de tiempo.

Nick ahuecó la mejilla de Lex. —Por favor, dime por qué tienes tanto
miedo de decirle a Sam que eres gay. Él es gay. Creo que él podría
entenderte.

Lex negó con la cabeza. —Él me haría preguntas acerca de por qué me
casé con su madre si yo era gay y no estoy listo para contestarlas.

—¿Por qué? ¿Cuál es la respuesta a eso?.


SEXO CON LEX 30
Carol Lynne

Lex cerró los ojos y respiró profundo. —Yo le pagué para que se casara
conmigo y tuviera a mi hijo. —Abrió los ojos y miró a Nick. —Terri sabía que
había algo mal conmigo cuando empecé a salir con ella, porque ella seguía
intentando meterme en su cama y yo seguía dándole excusas para no
hacerlo. Ella era de una familia pobre y sólo quería una salida. La familia de
mi madre era muy rica y conocida en todo Montana. Creo que Terri me vio a
mí y al dinero de mi familia como su boleto a una vida mejor. Le dije que si
ella se casaba conmigo yo transferiría dinero a una cuenta corriente a nombre
de ella.

Lex pasó el pulgar por la mejilla de Nick. —Después que nos casamos
traté de darle todo lo que ella quiso. Yo quería un hijo y me dijo que me
costaría más dinero porque ella sabía que yo era gay y que era su precio por
tener que acostarse con un maricón. Pero yo quería un hijo más de lo que
necesitaba el dinero, así que acepté de buen agrado. Gracias a Dios solo tuve
que joder con ella por un mes para que quedara embarazada. Después de
que Sam nació ella era más rica y se fue cuando Sam sólo tenía ocho meses
de edad. Creo que ella se habría ido antes, pero le llevó un tiempo recuperar
su figura. Ella nunca ha intentado verlo desde entonces.

Nick besó a Lex de nuevo. —Tienes razón. Creo que esa historia
realmente le haría daño a Sam, pero ¿por qué tienes que decirle todo eso?
¿No puedes decirle que eres gay y dejarlo en eso?. Sam dijo que quería hacer
lo correcto conmigo. Es por eso que estoy aquí una semana antes. Déjame ver
lo que él quiere decirme primero y lo podemos tomar desde allí.

—¿Te quedarás conmigo mientras estás aquí?. —Lex pasó las manos
sobre la espalda de Nick y le besó la frente. —No tenemos que hacer nada si
así lo prefieres, pero me gustaría tenerte en el rancho de nuevo. Te he echado
mucho de menos.

—Por supuesto que me quedaré contigo, gran tonto. Tu probablemente


solo podrás hablar conmigo de compartir tu cama hasta cuando Sam ya no
viva contigo.

Lex sonrió y negó con la cabeza. —Sam vive con Justin y me encantaría
tenerte en mi cama. —Lex se enderezó frente al volante y condujo a
Quintillizos. —Aunque primero, le prometí a Sam que nos encontraríamos
para cenar.
SEXO CON LEX 31
Carol Lynne

CAPITULO 04

El Gus’s no había cambiado ni un poco. Las mismas viejas mesas y


anuncios de cerveza. Nick esperaba que la comida fuera la misma también.
Gus Schumacher hacía las mejores costillas del estado. Era un anciano
desdentado, enjuto, negro y sin pelo. Le hablaba a todos acerca del secreto de
sus costillas. Él las hacía lo suficientemente tiernas como para que inclusive
él las pudiera comer.

Mirando a su alrededor, no vieron a Sam y a Justin cuando entraron en


el bar así que buscaron un puesto en la parte posterior y ordenaron cervezas.

Lex estaba sentado a su lado en el cubículo y su proximidad era casi


demasiado de manejar después de estar lejos del hombre que amaba durante
tres largos años. Nick trató de concentrarse en el menú.

Tomando el menú de sus manos, Lex lo puso de nuevo en el soporte.


—¿Por qué molestarse con eso? Tu ya sabes que vas a ordenar las costillas. —
Él sutilmente puso la mano en el muslo de Nick.

Nick cerró las piernas y las apretó, apretando efectivamente la mano


de Lex. —Estoy haciendo mi mejor esfuerzo para pensar en algo más que no
sea que voy a estar en tu cama esta noche y no me estás ayudando.

Lex se echó a reír. —Tengo el mismo problema. ¿Por qué crees que ya
puse la servilleta sobre mi regazo?. —Tomó un trago de su cerveza y la dejó.
—Así que dime qué es lo que te gusta más de ser un veterinario.

Nick estaba agradecido por la distracción, aunque Lex todavía tenía la


mano en su muslo. —Bien, creo que la mejor parte de mi trabajo es cuando
puedo devolverle una mascota a su dueño, sabiendo que pude ayudarle o
que incluso le salvé la vida. Las niñas con lágrimas en sus ojos me agarran
todo el tiempo. Aunque la mayoría de las veces me envían a los ranchos que
nos llaman. Esto tiene mucho sentido ya que soy no sólo el más joven
veterinario de allí, sino también, el más fuerte. Connie, una de los
veterinarios, es una cosita diminuta de un metro con sesenta centímetros de
altura y Al tiene aproximadamente unos sesenta años. —Él se encogió de
SEXO CON LEX 32
Carol Lynne

hombros. —Así que voy a cubrir las llamadas con una sonrisa, sabiendo que
estoy contribuyendo con mi parte en la clínica.

Lex asintió con la cabeza y le apretó la pierna. —Apuesto a que eres un


excelente veterinario. —Antes de que pudiera decir algo más Sam y Justin
caminaban a través del local.

Sam se deslizó en el cubículo seguido por Justin. Sam le tendió la mano


a Nick. —Es bueno verte amigo. Te he echado de menos. —Sam le soltó la
mano y señaló a Justin. —No creo que alguna vez te hayas encontrado con
Justin, ¿verdad?.

Nick negó con la cabeza y le tendió una mano. Justin era mayor que
Sam tal vez por el mismo margen de edad entre Lex y él y si no estaba mal su
conjetura, Justin era uno de los amigos de Lex. El abogado de más edad tenía
el pelo rubio corto y penetrantes ojos azules. Nick podía ver por qué este
hombre había logrado que Sam saliera del armario. —Es bueno conocerte
finalmente.

La mano de Justin envolvió la suya y la agitó. —Encantado de


conocerte también. Sam me ha hablado de ti muchas veces en estos dos
últimos años. Me alegro de que hayas aceptado nuestra invitación. —Justin
miró a Sam. —Sam realmente necesitaba verte.

Ordenaron las costillas y una jarra de cerveza y se fueron poniendo al


corriente de lo que les había sucedido en sus respectivas vidas.

Sam les habló de la nueva casa que Justin había construido para ellos a
las afueras de la ciudad y Nick podía ver el amor en sus ojos. —¿Te vas a
quedar en “Rio Perezoso” o con Justin y yo?.

Nick se tragó su cerveza antes de que él se atragantara. —Um... Lex ya


me invitó a quedarme en Río Perezoso. Tenía la esperanza de que pudiera
practicar algo de equitación allí. —Nick se volvió hacia Lex. —¿Aún tienes a
Suerte?.

Sam se echó a reír y golpeó su mano sobre la mesa. —¿Estás


bromeando?. Suerte es el caballo jodidamente más suertudo del estado. Papá
mima aquél caballo como si fuera un humano. Incluso le construyó un
SEXO CON LEX 33
Carol Lynne

puesto especial climatizado para los inviernos de por aquí. —Dejó de reírse y
miró a Nick como si acabara de darse cuenta de algo. —Había olvidado que
siempre montabas en Suerte aquél verano. —Miró a su padre y luego apartó
su mirada.

Lex se aclaró la garganta y quitó la mano del muslo de Nick. —Suerte


se está haciendo viejo. Él ya no puede aguantar los inviernos como antes, eso
es todo. —Lo dijo, obviamente tratando de justificar sus acciones.

Nick sintió en su interior un rayo de esperanza e hizo un baile muy


alegre en su cabeza. —¿Y en cuanto a la pesca? Ustedes aún van a pescar los
domingos, ¿no?.

Sam negó con la cabeza, parecía algo incómodo. —No lo hemos hecho
desde hace mucho tiempo. Yo... he... estado muy ocupado con el trabajo y
casi siempre he tenido que estudiar algún caso los fines de semana. Sin
embargo, me gustaría ir este domingo. ¿Qué tal si vamos solos tu y yo y así
nos pondremos al día con nuestras cosas?. —Sam le lanzó una mirada a Nick
que significaba que tenía que aclarar unas cosas con él en privado.

—Claro, suena muy bien. Te voy a esperar después del desayuno. —La
comida llegó y el grupo quedó en silencio mientras disfrutaban sus costillas.
Nick hizo rodar sus ojos y se chupó los dedos. —Maldita sea. Gus aún hace
las mejores costillas.

Lex se aclaró la garganta y asintió con la cabeza. —Es una cosa muy
triste que tengas que venir desde Texas hasta Montana con el fin de obtener
un buen plato de costillas.

Nick se rió entre dientes y se chupó los dedos de nuevo. Él vio la


llamarada de calor en los ojos de Lex. —Podrían haber buenas costillas en
Austin. La verdad no lo sé. Mantengo bastante ocupado con el trabajo y
cuando termino solo quiero volver a casa. Yo... eh... no tengo ni un amigo de
verdad allí y no me gusta comer en un restaurante solo.

Cuando ellos terminaron de comer Justin tomó la cuenta. —Esta vez va


por mi cuenta. Para la próxima alguien más puede pagar. —Se levantó y se
fue hasta la barra a charlar con Gus y a pagar la cuenta.
SEXO CON LEX 34
Carol Lynne

Lex se limpió los dedos con la servilleta. —Voy a entrar al baño antes
de salir a ver si puedo lograr quitarme la salsa de los dedos. —Lex dejó el
cubículo.

Sam se acercó y cogió la mano de Nick. —Necesito hablar contigo


acerca de papá, pero supongo que tendré que esperar otro día y medio. —Él
examinó los ojos de Nick. —Él no ha estado bien desde la última vez que lo
viste. Estoy preocupado por él. —Sam vio a Lex caminar hacia la mesa. —Me
alegro de que estés aquí.

Lex se acercó a la mesa. —Es malditamente bueno tenerlo de vuelta. —


Él vio que Justin seguía hablando con Gus en la barra y luego miró a Nick. —
¿Estás listo para ir al rancho?.

Nick asintió con la cabeza y se deslizó fuera del cubículo. Sam se


levantó y los dos hombres se abrazaron. —Se siente bien estar de vuelta. Te
veré el domingo por la mañana.

Sam le dio un espaldarazo a Nick. —Incluso llevaré el almuerzo.

Nick se despidió de Justin y siguió a Lex hasta el camión. Entraron en


él y Lex lo retiró de la bahía de aparcamiento enfrente del bar. Ellos estaban a
mitad de camino a casa antes de que Nick tuviera el valor de desabrochar el
cinturón de seguridad y correrse a través del asiento de banco para sentarse
al lado de Lex.

Lex puso su brazo alrededor de él y lo jaló aún más cerca. —Me alegro
de que hayas vuelto. —Él desaceleró la camioneta y le dio un beso rápido. —
Tengo que llevarte a casa. Me gustaría tenerte dentro y directamente en mi
cama, pero Shorty estará esperando por nosotros. Creo que ya lo hicimos
esperar demasiado.

Nick pasó la mano por el bulto en los vaqueros de Lex. —Shorty es


como un padre para ti, ¿no?.

Lex extendió sus piernas un poco y asintió con la cabeza. —Mi padre
era un borracho amargado. Se casó con mi mamá por el rancho y su dinero y
eso es todo lo que él dio, ni una mierda más. Shorty fue el que me enseñó
SEXO CON LEX 35
Carol Lynne

todo lo que sé acerca de la ganadería. Así que sí, Shorty fue sin duda la
figura paternal en mi vida. Aún lo es, de hecho.

Frotó la verga de Lex un poco más fuerte y Lex gimió. Nick comenzó a
desabrochar los apretados vaqueros de Lex para poder llegar hasta la dura
erección. —Bueno, no podemos dejar que estés cerca de Shorty con una
furiosa erección. Tal vez yo debería hacerme cargo de esto antes de llegar a
casa. —Se deslizó en el asiento y puso su cabeza en el regazo de Lex. Él
separó el dril de algodón y el largo y grueso pene con el que había soñado
durante los últimos tres años saltó en libertad, casi golpeándolo en la cara.
Miró a Lex buscando su aprobación.

Lex extendió aún más sus muslos y giró por un camino de grava. —
Sólo dame un segundo para poder detenerme. Aunque te advierto, no te va a
llevar mucho hacerme terminar. —Se detuvo al lado de la carretera y se bajó
los pantalones hasta los muslos. Lex inclinó la cabeza hacia atrás en el asiento
y extendió sus piernas tanto como pudo. —Hazme lo que quieras, bebé.

Nick sonrió con cariño y pasó los dedos por el largo y grueso pene.
Trazó las venas una por una, y cuando vio una gran gota de líquido pre-
eyaculatorio aparecer en la ranura, la lamió. —Dios, sabes tan rico. —Nick
golpeó con su lengua, una vez más la cabeza y abrigó entre sus labios la
gruesa verga. Él estaba fuera de práctica como para tomarlo por completo
pero él lamió sus palmas y tomó a Lex mientras él lamía y chupaba lo que
podía entrar en su boca.

Lex apoyó las manos en el pelo de Nick y suavemente empujó sus


caderas hacia arriba. —Joder, esto se siente bien. —Él empujó unas cuantas
veces más. —Me voy a venir.

Nick lo mamó más fuerte, girando su lengua alrededor de la palpitante


verga. Él se inclinó y apretó el saco de Lex. Y eso fue todo lo que necesitó Lex
para venirse en la garganta de Nick. Nick logró tragar hasta la última gota.
—Mmm... que bien sabes. —Él lamió a Lex hasta dejarlo limpio y se sentó,
aún frotándole la suave piel de la ingle a Lex. —¿Cuándo empezaste a
hacerte la cera?. —Lex lo miró con vergüenza en su rostro. —Después de que
te fuiste yo estaba casi que pegado a mi propia mano. Entonces me acordé
que me habías dicho que esto hacia que el pene y las pelotas fueran más
SEXO CON LEX 36
Carol Lynne

sensibles y bueno... yo necesitaba toda la ayuda que pudiera conseguir. —


Lex se acomodó sus vaqueros y se subió la cremallera.

Miró a la erección de Nick. —¿Y tú? ¿Necesitas ayuda antes de llegar al


rancho?.

Nick negó con la cabeza. —Solamente me sacaré la camisa de mis


jeans. Me veré como si fuera un viajero cansado. Puedo esperar. —Se inclinó
y besó a Lex. —Sólo necesitaba probarte. Quería recordar a lo que olía tu
semen. —Él le hizo un guiño a Lex. —Puedes devolvérmelo más tarde. —Se
inclinó y besó el lado izquierdo del cuello de Lex. —Me gustaría poder
hacerte un chupón y marcarte para que así todos supieran que has sido
agarrado.

Lex se volvió y tomó la boca de Nick a pesar de que ya estaba


conduciendo. —Algún día podrás marcarme en cualquier lugar que desees.
Sé paciente por un tiempo más. —Lex entró en el rancho y Nick a
regañadientes se deslizó de nuevo a su lado de la camioneta.

Tan pronto como se detuvo Shorty salió por la puerta de la cocina de la


casa principal. Se encaminó para reunirse con los dos hombres. —Me estaba
preguntando si ustedes dos alguna vez iban a aparecer. Hice una jarra de
margaritas. Entremos y démosle la bienvenida a Nick apropiadamente.

Shorty regresó a la casa y Lex le dio a Nick una mirada que lo decía
todo. Sí, Nick estaba seguro que Lex le daría la bienvenida «apropiadamente»
más tarde. Él llevó su maleta a la casa y la puso junto a la puerta. No quería
que Shorty lo viera tomar el camino hacia la habitación de Lex.

Shorty vertió líquido en una copa para cada uno y se sentó en la mesa
de la cocina. Nick sabía que nunca sería capaz de acostumbrarse al tamaño
de la casa. La propia cocina era más grande que su apartamento. Incluso
había una chimenea y un sofá de dos plazas en un extremo. Toda la casa
estaba decorada con un tema nativo americano, pero según Sam, quien había
visto fotos, no había sido así cuando su madre vivió aquí. Nick adivinaba
que Lex decidió redecorar por su propia cuenta cuando Terri se fue. El
resultado era impresionante. La enorme casa tenía una sensación casi íntima,
con sus rojos oscuros y dorados. El piso de tablones anchos siempre brillaba
a pesar de que había una gran cantidad de tráfico peatonal. Lex le dijo que
SEXO CON LEX 37
Carol Lynne

tenía a una mujer que venía una vez a la semana para limpiar el polvo y
asear los pisos.

Nick tomó un sorbo de su margarita. —Esto está muy bueno, Shorty,


gracias. Entonces, ¿cómo has estado?.

Shorty bebió toda su copa en tres tragos y lo llenó de nuevo. —Yo


estaría condenadamente mucho mejor si tu pudieras averiguar qué demonios
le pasa a Lex. Ha sido como un gran oso con una pata adolorida desde el día
que te fuiste. Incluso se las arregló para ahuyentar a mi maldito mejor
vaquero.

Nick miró a Lex. —¿Pete se fue? ¿Qué hiciste para que él hiciera
semejante locura?.

Lex negó con la cabeza y miró hacia abajo. —Es una larga historia.

Shorty resopló. —Es una larga historia, mi culo. —Miró a Nick y


sonrió. —Encontró a Pete montando a Suerte un día y lo golpeó dejándolo
noqueado para que se bajara de ese maldito viejo caballo, rompiéndole la
muñeca a Pete en el proceso.

Lex miró a Shorty como si quisiera explicarle una vez más sus acciones
al viejo. —Yo ya le había dicho a todos que Suerte se estaba poniendo
demasiado viejo como para ser utilizado como un maldito caballo de trabajo.
No fue mi culpa que a Pete se le olvidara.

Shorty hizo rodar sus ojos. —Pete está trabajando para los Lanham
ahora. Un manojo de malditos locos, es lo que es esa familia. Creo que le
gustaría volver, pero él dice que no puede hasta que el jefe se saqué la espina
de su pata. —Shorty miró a Nick como si supiera exactamente cuál había
sido el problema de Lex.

Terminaron la jarra de margaritas y Shorty se levantó y tomó su


sombrero de la clavija de la pared. —Ven al establo mañana y apuesto lo que
sea a que Lex te permitirá montar al viejo Suerte. —Él se rió y salió por la
puerta de la cocina rumbo al barracón.

Nick sonrió y miró a Lex. —Él lo sabe, sabe que eres gay.
SEXO CON LEX 38
Carol Lynne

Lex parecía como si Nick lo hubiera abofeteado. —Ni una mierda que
lo sabe. Ese viejo estaba aquí cuando salía con Terri y me casé con ella.

Nick hizo rodar sus ojos y se recostó en la silla. —Lo siento, pero te
digo que lo sabe. Dudo que alguna vez te dijera algo al respecto, pero él lo
sabe.

Lex miró hacia la puerta de maya metálica. Se mordió el labio mientras


pensaba. —¿Crees que es por eso que él es el único por aquí que no ha estado
tratando de emparejarme con alguna mujer desde que Terri me dejó?.

Nick se limitó a asentir. —Creo que él acepta lo que tu eres y nada de


lo que le digas va a cambiarlo.

Lex terminó lo que quedaba de su bebida y llevó las copas vacías al


fregadero. Él las lavó y las puso en el lavavajillas. Cuando regresó a la mesa
se quedó de pie delante de Nick y le separó las rodillas. Arrodillándose
delante de él, empezó a desabrochar los pantalones vaqueros de Nick. —Es
tiempo de que yo te de la bienvenida a casa apropiadamente.

Nick gimió y se quitó sus zapatos de lona y calcetines. Levantó el culo


para que Lex pudiera tirar de sus pantalones y ropa interior y quitarlos de
sus piernas extendidas. —Ya era hora.

Lex lo recogió y lo llevó al sofá de dos plazas delante del fuego. Se


alegró de que todavía estuviera haciendo el frío suficiente como para
prender un fuego, era agradable. Puso a Nick sobre el sofá y se arrodilló
delante de él una vez más. Se desabrochó sus propios vaqueros y comenzó a
acariciar su pene mientras que con su lengua trabajaba los lados y la cabeza
de la erección de Nick. —Mmm... oh mierda, esto es agradable. —Nick gimió
cuando Lex pasó la lengua por el saco de Nick y chupó una de sus nueces en
su boca. Mientras amamantaba el pesado saco, jaló a Nick más abajo en el
sofá de dos plazas por lo que su culo quedó colgando fuera del filo de éste.

Lex metió su dedo en la boca de Nick y después de que lo chupara lo


sacó. Luego con el mismo dedo comenzó a rozar la fruncida entrada de Nick.
Nick agarró el largo pelo de Lex y arqueó la espalda. —Se siente tan bien.
Cómeme, dulzura.
SEXO CON LEX 39
Carol Lynne

Lex retiró su boca del saco de Nick y sonrió. Se trasladó abriéndose


camino hasta el ano de Nick y lo lamió, chupó y besó. Nick recordó cuánto
Lex disfrutaba comiéndole el culo.

Lex forzó su lengua dentro del estrecho agujero y Nick gimió y se


abrió aún más para él. —Sí, Dios, sí. —Nick agarró su erección y comenzó a
bombear. —¿Quieres que te folle?. Quiero que montes mi verga.

Sacando la lengua del culo de Nick, Lex lo miró. —¿Tienes condones


en tu maleta?. —Mientras Nick negaba con su cabeza, Lex se humedeció los
labios. —Nunca he tenido relaciones sexuales en casa, excepto las que tuve
con Terri. No sé si confías en mí, pero estoy limpio. Me hice la prueba hace
un año para un examen físico que Sam hizo que me hiciera y yo no he estado
con nadie más que conmigo mismo desde entonces.

Nick seguía acariciando su propio pene. —Yo estoy limpio. Me hago


un examen físico cada año para el seguro y no he sido jodido desde que
estuve contigo.

Lex asintió con la cabeza. —Tengo lubricante en mi dormitorio. Voy a


ir a buscarlo. —Empezó a salir de la habitación.

Nick se levantó del sofá. —Podría ir contigo al dormitorio. Podemos


probar el sofá de dos plazas en otro momento. —Nick cogió su ropa y Lex
agarró su maleta.

Lex lo condujo por las escaleras hasta la última habitación del pasillo.
Nick nunca había visto la habitación de Lex y no se sentía decepcionado.
Decorada en varios tonos de azul, la habitación estaba dominada por una
cama extra grande y una chimenea. Dos sillas de cuero negro tipo club se
situaban frente a la chimenea con una bufanda blanca tejida en croché sobre
uno de los brazos. —Esta es una hermosa habitación.

Lex puso la maleta en el suelo y tiró a Nick en sus brazos. —Yo la


rehice hace aproximadamente un año. Necesitaba el azul para calmarme. He
tenido un pequeño problema con mi presión arterial últimamente. —Llevó a
Nick a la cama y bajó los cobertores, revelando las sabanas de seda azul
medianoche.
SEXO CON LEX 40
Carol Lynne

Nick se tendió en la cama y se movió alrededor. —Hombre, estas


sabanas se siente bien. No creas que voy a olvidar lo de la presión arterial. Lo
discutiremos más tarde. Ahora, ¿qué tal si encuentras aquél lubricante? Mi
pene ha estado rogando por tu culo durante tres largos años.

Lex abrió el cajón junto a la cama y sacó un tubo muy usado de


lubricante. Se lo entregó a Nick. —¿Quieres hacerlo o lo hago yo?.

Gimiendo, Nick acarició su eje que seguía duro como una piedra. —
Dame un poco y voy a lubricar mi verga mientras miro como te aflojas. Será
sexy verte con tus dedos en tu ano.

Lex se tendió junto a Nick y puso un poco de lubricante en la mano de


Nick. Lanzó un chorro en su propia mano y luego levantó las piernas en alto
con la ayuda de Nick y lanzó algunos chorros directamente en su agujero.
Cerró el lubricante y lo tiró sobre la mesa. Lex pasó los dedos alrededor de
su agujero para difundir el lubricante y luego trabajó dos dedos en su
apertura. Él arqueó la espalda y puso dos más.

Nick no podía creer lo rápido que Lex se aflojó quedando bien abierto.
—Pensé que habías dicho que no habías tenido relaciones sexuales en años,
¿cómo lo has hecho tan rápido?.

La cara de Lex se puso roja y metió la mano en el cajón y sacó un


consolador demasiado realista. —Te dije que sólo había sido conmigo
mismo.

Riendo, Nick tomó el consolador de color carne y pasó las manos hacia
arriba y hacia abajo por la larga longitud. —Yumi. Más tarde, me gustaría
que me jodieras, teniendo esto metido en tu culo.

Lex gimió y se arrastró hasta la mitad de la cama. Abrió sus anchos


muslos y metió los brazos por debajo de las rodillas. Presentándole así su
agujero bien lubricado y abierto a Nick. —He pensado en hacer la misma
cosa cada vez que lo he usado. Era la única manera en que me podía venir.
Ahora jódeme el culo. No puedo esperar más.

Avanzando por entre los muslos extendidos de Lex, Nick acarició su


erección una vez más y, sin preámbulos, se empujó lentamente hasta la
SEXO CON LEX 41
Carol Lynne

empuñadura. Le dio a Lex sólo unos pocos segundos para acostumbrarse a


su tamaño antes de que él comenzara un ritmo rápido y duro.

Lex arqueó y levantó el culo aún más alto en el aire para que Nick
pudiera ir aún más profundo. —Se siente mejor de lo que imaginé que sería.
Jódeme con fuerza. Haz que me venga.

Nick le dio una palmada en el culo a Lex y se retiró. —Date la vuelta.

Gruñendo su aprobación, Lex se dio vuelta y levantó su culo en el aire


mientras abrazaba una almohada debajo de él. Nick sostuvo su pene por la
base y lo clavó dentro y fuera de Lex, provocando que soltara salvajes
gemidos de placer. —Necesito más. —Gimió Lex.

Compadeciéndose de él, Nick sonrió y golpeó con mucha dureza


contra él. Él utilizó una mano para agarrar la cadera de Lex, mientras que
con la otra alcanzó y envolvió el chorreante pene de Lex, bombeándolo con
tanta fuerza como se atrevió a hacerlo.

Con su trasero arqueado, Lex aulló y se vino, salpicando con su semilla


la mano de Nick y las sábanas limpias. El poderoso olor del semen de Lex
envolvió a Nick como si fuesen un par de cálidos brazos. Enterrándose a sí
mismo tan profundamente como pudo, Nick explotó. No creía que alguna
vez se hubiera venido con tanta fuerza en toda su vida. Aún vibraba cuando
se retiró y se acostó en la cama junto a Lex. Nick se metió en los brazos de
Lex y comenzó a lamer el semen de su mano. —Me gusta tu sabor casi tanto
como te amo.

Lex lo miró con lágrimas en los ojos. —Te amo demasiado. Te amaré
hasta el día en que me muera.

Nick besó las lágrimas en los ojos de Lex. —Pase lo que pase en esta
semana, siempre tendrás mi corazón. Me refiero a esto. —Besó a Lex con
desenfreno, besando y lamiéndolo en la cara y el cuello antes de moverse
hacia abajo para succionar y pellizcar sus sensibles tetillas. Lex gimió y
sostuvo la cabeza de Nick en ese lugar. Él lo amamantó un poco más y volvió
a succionar la lengua de Lex.
SEXO CON LEX 42
Carol Lynne

Lex puso a Nick encima de él y le agarró el culo. Tomó los gemelos y


musculosos globos en sus manos y los apretó. —Maldita sea, tu culo sigue
siendo duro como una roca. ¿Qué has estado haciendo desde que dejaste la
gimnasia para mantenerse en forma?.

Nick molió su verga semi-dura en contra de la de Lex. —Voy a “The


Y”8casi todos los días antes de irme a trabajar. Hago ejercicio en las
maquinas o simplemente nado. La piscina me mantiene en la mejor forma.

Lex siguió apretando y extendiendo el culo de Nick, empujando para


arriba de vez en cuando. —Si la natación puede mantener este culo tuyo
como me gusta voy a poner una piscina mañana. —Lex pasó el dedo a lo
largo de la grieta.

Nick se empujó hacia su dedo. —No es muy económico tener una


piscina al aire libre en Montana, chico grande. —Él lamió un lado de la cara
de Lex y pasó los dedos por toda la longitud del pelo negro de Lex. —Me
encanta este pelo. He fantaseado muchas veces durante estos años teniéndolo
envuelto alrededor de mi pene.

Los dos hombres se molieron juntos hasta que se vinieron otra vez, el
calor salpicó hacia arriba por entre sus cuerpos. —Quiero follarte en todas las
habitaciones de esta casa y en cada hectárea de la propiedad que poseo.
Quiero joderte mañana, tarde y noche y dos veces los domingos, pero ahora
mismo soy un hombre de cuarenta y siete años de edad que necesita un
pequeño respiro.

Nick se rió entre dientes y se levantó del pecho de Lex. —Ew... y un


poco pegajoso también. ¿Qué tal una ducha?.

Ayudó a poner en píe a Lex y miró hacia las cinco puertas repartidas
por todo el cuarto. —¿Por cuál puerta?.

Lex se echó a reír y señaló las puertas una por una. —Esa puerta da a
la habitación de Terri con baño privado, aquella es un vestidor y un armario,
esta otra conduce al pasillo como ya sabes, esta es la del baño principal y la
última como puedes ver conduce al balcón exterior. Es uno de mis lugares
favoritos para hacerme una paja y pensar en ti por las noches. Decidí
8
Lo dejé con el nombre original, porque es el nombre de un sitio para hacer deportes de forma integral.
SEXO CON LEX 43
Carol Lynne

construirlo en esta parte de la casa para que mi habitación no tuviera ningún


edificio detrás de ella. No tiene sentido provocarle al viejo Shorty un ataque
al corazón.

Nick lo llevó al cuarto de baño. Se detuvo en la puerta y Lex corrió


directamente a la espalda de él. Él miró alrededor del espacio. —¿Tienes una
chimenea en el cuarto de baño?.

Lex se acurrucó contra su espalda. —Por supuesto, y no puedo esperar


para joderte delante de ella un día. Como tu probablemente ya te diste
cuenta tengo una especie de cosa por las chimeneas. Ellas son muy útiles
cuando hay más de dos metros de nieve sobre el suelo y la electricidad se va.
Me acuerdo como se me congelaba el culo en la vieja casa cada invierno
mientras crecía. Y decidí que si alguna vez la derribaba y construía mi propia
casa tendría una chimenea cerca dentro de cada maldita habitación. Los
canteros se mantuvieron ocupados durante más de un año con el exterior y el
interior de esta casa.

Lex besó en el cuello a Nick. —¿Qué prefieres tomar un baño o una


ducha?.

—Me gustaría tomar una ducha rápida y luego volver a la cama. Lo


siento, dulzura, pero vomité dos veces en el avión y luego una vez cuando
aterrizamos junto con todo lo demás me tiene muy agotado. Me gustaría
simplemente acurrucarme detrás de ti y enterrar mi cara en ese hermoso
cabello tuyo y dormir. —Miró a Lex sobre su hombro y le guiñó un ojo. —Tal
vez me despierte varias veces durante la noche para joder.

Lex le dio un beso y entró en la ducha y giró el grifo. Él hizo señas


hacia el gabinete. —¿Por qué no buscas un par de toallas y las pones sobre la
parrilla del calentador de toallas que hay en la pared.

Nick negó con la cabeza y fue a buscar las toallas. No creía que alguna
vez pudiera acostumbrarse a vivir así. Demonios, sólo tenía tres toallas en
casa. Nunca había visto un calentador de toallas. Puso dos gruesas toallas
blancas en el calentador y se le unió a Lex en la ducha.

La ducha tenía múltiples inyectores en las tres paredes. Nick se limitó


SEXO CON LEX 44
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a sacudir la cabeza y se volvió a los brazos de Lex. —Déjame lavar tu cabello


por ti.

Lex le dio la espalda a Nick y le entregó el champú a base de hierbas


que siempre utilizaba. —¿Cómo puede un hombre rechazar semejante
solicitud?. Voy a ser honesto contigo. Esta es una de mis fantasías. Solía
darme cuenta de la forma en que mirabas mi pelo al viento mientras
montábamos a caballo. He pensado mucho en cortarlo durante todos estos
años, pero no volví a pensar en ello ni una sola vez desde el primer día que
noté que a ti te gustaba.

Nick se inclinó y le mordió el hombro. —Espero que nunca más


pienses en recortarlo. —Lanzó un chorro de champú en la palma de su mano
y pasó sus manos por el cabello de Lex. Comenzó en la parte superior y le
frotó el cuero cabelludo antes de conseguir más champú y trabajar a todo lo
largo hasta llegar al extremo. El cabello de Lex rozó la parte superior de su
grieta y Nick no pudo evitar deslizar un dedo rápidamente por la grieta de
su culo. —Esto es endemoniadamente sexy.

Hizo voltear a Lex para que pudiera enjuagarle el pelo con el inyector
de mano. El cabello de Lex era tan espeso que Nick no creía que alguna vez
pudiera sacarle todo el jabón. Cuando terminó de enjuagarlo, se inclinó y
besó en el cuello a Lex. —¿Quieres que le ponga acondicionador?.

Nick acondicionó el cabello de Lex y enjabonó y enjuagó ambos


cuerpos hasta quedar limpios. Cuando salieron de la ducha Nick se enamoró
del calentador de toallas. —Oh, esto se siente como el cielo.

Lex se echó a reír y le dio una palmada en el culo. Se fue al lavabo y


sacó su secador de pelo. —Normalmente dejo que se seque al aire libre, pero
si vas a dormir con tu cara en él con mucho gusto me voy a tomar el tiempo
suficiente como para secarlo. —Poco a poco pasó un peine a través de él
hasta que quedó libre de enredos y conectó el secador de golpe.

Nick tomó el secador de su mano. Le señaló hacia el banquito al lado


del lavamanos. —Siéntate. Voy a secártelo.

Veinte minutos más tarde los dos hombres se metieron en la cama. Fiel
SEXO CON LEX 45
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a su palabra Nick se acurrucó contra la respalda de Lex y hundió su cara en


el pelo limpio y oloroso y se durmió casi que de inmediato.
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CAPITULO 05

Lex despertó la mañana siguiente viendo como unos hermosos ojos


dorados lo observaban a él. —Mmm... Estoy feliz de que todo esto no fuera
solo un sueño. Tenía miedo de que en realidad no estuvieras aquí cuando
abriera los ojos. —Lex pasó las manos hacia arriba y hacia abajo por el pecho
de Nick, deteniéndose sólo para pellizcar sus tetillas.

Inclinándose para conseguir un beso de buenos días, Nick rió entre


dientes. —Por la forma como se siente mi culo puedo decir con certeza que
no fue un sueño. Me hiciste el amor dos veces durante la noche y, muchacho,
aún puedo sentirlo. —Separó los labios y los presionó contra los de Lex.

Lex gimió y frotó su erección mañanera contra el muslo de Nick. Y


Nick se giró ligeramente para poder frotar su verga contra Lex. Sus manos
recorrían el cuerpo del otro, mientras sus bocas se batían a duelo.

Lamiendo en línea recta y hacia abajo por el cuello de Lex, Nick gimió.
—Dios, quiero marcarte. —Siguió bajando y acabó haciéndole un chupón
sobre su corazón. —Al menos con esto aquí sabré que ya estás
comprometido. Pero tienes que prometerme que algún día podré marcar tu
cuello. —Él se devolvió hacia la boca de Lex para darle otro beso de esos que
roban el aliento.

Empujándose sobre él, Lex extendió sus piernas y empujó su dura


verga contra la de Nick. —Te lo prometo, bebé. Sé que ahora estás un poco
lastimado así que vamos a frotarnos hasta que nos vengamos y después
saldremos a ver los caballos.

Cuarenta y cinco minutos más tarde se dirigieron hacia el establo de


caballos. Todavía era muy temprano y los sábados por lo general los
vaqueros empezaban a trabajar a las ocho de la mañana, por lo que Lex y
Nick tenían el granero para ellos dos solos.

Lex lo condujo hasta un puesto en especial en una de las esquinas.


SEXO CON LEX 47
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Cuando Nick se dio cuenta de lo que estaba viendo, sonrió. Suerte se estaba
dando la vida de un rey. No era de extrañar que todos le gastaran bromas a
Lex con respecto a eso. Su puesto era dos veces del tamaño del resto de los
que había en el establo y éste en verdad tenía una unidad de aire
acondicionado en la ventana, si es que estaban viendo bien los ojos de Nick
la unidad no solo soltaba calor, sino también aire frio. Lex incluso había
instalado una ventana mucho más grande para que Suerte pudiera mirar
hacia afuera por ella.

Nick se volvió hacia Lex y lo tomó de la mano. —¿Por qué hiciste


esto?.

Lex esquivó su mirada por un minuto y luego lo volvió a mirar. Se


encogió de hombros. —Yo quería cuidar de ti, pero como ya no era posible.
Supongo que transferí algunos de mis sentimientos por ti a Suerte. Sentía que
mientras Suerte estuviera bien cuidado tú estarías bien. Sé que suena
estúpido, pero esto me ayudó a afrontarlo.

Recogiendo la mano de Lex para besarle la palma, Nick negó con la


cabeza. —No suena estúpido en absoluto, pero alguien tiene que cabalgarlo.
A Suerte le encanta correr por los campos con alguien en la espalda así que
¿por qué golpeaste a tu mejor vaquero?.

Lex miró alrededor del establo por un minuto y luego jaló a Nick a sus
brazos. —Como Suerte eras tú, nadie más podía montarlo, excepto yo.
Cuando me acerqué y vi a Pete con Suerte no puedo ni siquiera tratar de
explicarte las emociones que me atravesaron. Sé que perdí el control, pero la
forma en que me sentí al verlo encima de ti... de Suerte... —Lex respiró
hondo y negó con la cabeza. —Debe estar muy agradecido de que yo no lo
matara. —Lex se inclinó, besó a Nick y luego se apartó de él. —¿Tienes ganas
de dar un paseo?.

Pero Nick no dijo nada más solo asintió. Él ensilló a Suerte mientras
Lex salía a buscar a Fiebre Nocturna en el pastizal. Él estaba apretando una
de las correas de la silla cuando Shorty entró en el establo.

—Hola Shorty.
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Shorty lo miró y se detuvo. —Buenos días. ¿Cómo te va?. Quiero decir,


¿no has encontrado aquella espina aún?.

Nick se quedó mirando a Shorty, confundido. —¿Espina?.

Shorty se rió entre dientes. —Sí, la espina clavada en la pata de ese oso.
¿La has quitado ya?. —Shorty se quedó mirando a Nick con cara de que lo
sabía todo.

—He estado trabajando en ello. Pero falta un último empujoncito para


que salga totalmente pero es necesario que lo haga por sí mismo o se va a
pudrir.

Escupiendo un taco de tabaco para masticar en el suelo, Shorty ajustó


su sombrero. —Creo que un poco de esfuerzo de su parte valdrá la pena si él
lo hace de una vez por todas. El tiempo nunca pudo hacer nada para que la
sacara. —Shorty inclinó la punta de su sombrero de nuevo y salió del
granero.

Nick negó con la cabeza y llevó a Suerte hasta la puerta trasera y luego
hacia afuera a los pastos. Vio como Lex estaba terminando de ensillar su
caballo y condujo a Suerte al lado de Fiebre Nocturna y lo acarició por el
frente de la nariz. —¿Estás listo?.

Lex apretó la cincha y se subió a la silla. —Listo y dispuesto.

Se pusieron en camino a un ritmo lento, no tenían un destino en mente,


sólo querían disfrutar de la naturaleza. Después de un par de horas Nick
comenzó a retorcerse en la silla. Ya no estaba acostumbrado a esto.

Lex le dio una sonrisa conocedora. —Vamos, regresemos a la casa.


Tengo una cita con uno de los vendedores de una nueva distribuidora de
comida y viene a hacer algunas cotizaciones.

Asintiendo con la cabeza, Nick le dio vuelta a la cabeza de Suerte y


dejó que el caballo corriera una milla antes de frenar y enderezarse en la silla.
Lex llegó hasta él y sonrió. Nick le devolvió la sonrisa. —Me encanta esto. El
viento fresco en mi cara me hace sentir totalmente libre. Es como si estuviera
en el cielo.
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Carol Lynne

Lex se inclinó sobre la silla y se estiró lo suficiente para darle un beso.


—Te ves malditamente bien con las mejillas rojas también. —Cabalgaron por
un tiempo y Lex se volvió hacia él con una pregunta en sus ojos.

Nick se dio cuenta de que Lex quería preguntarle algo, pero parecía ser
algo incómodo para él. —¿Qué quieres preguntarme?.

Encogiéndose de hombros Lex miró hacia las montañas. Estaban casi a


la vista de la granja así que no podía acercarse a Nick. —Me preguntaba si
alguna vez podrías considerar el mudarte aquí. Sé que tienes un apartamento
y un trabajo en Austin, pero no quiero vivir sin ti de nuevo.

—Tengo un apartamento en Austin. No un hogar, además trabajo con


dos desconocidos. Si tú finalmente sales, las cosas podrían funcionar y así no
habría manera en este mundo de que yo regresara a Austin. —Nick miró
hacia el frente hasta que llegaron a la granja. Él podía ver a los vaqueros
preparándose para salir hacia sus labores, algunos a caballo y una pareja en
cuatro ruedas. Sus ojos se desorbitaron cuando vieron qué caballo montaba
Nick.

Nick volvió la cabeza hacia Lex. —¿Cómo vas a explicarles por qué
está bien que yo monte a Suerte cuando nadie más puede?.

Lex miró a sus hombres. —No tengo que explicarles ni una maldita
mierda a ellos. Ellos trabajan para mí, recuerdas.

Entraron en el corral y desmontaron. Nick llevó a Suerte, a pesar de


que era obvio que lo estaban mirando fijamente. Él lo ató a un poste del
corral mientras lo desensillaba y lo cepillaba. —¿Podemos dejar afuera a
Suerte?. Creo que necesita más aire puro de la mañana.

—Suerte es tu caballo ahora, Nick. Puedes hacer lo que quieras con él.
—Lex terminó de cepillar a Fiebre Nocturna y lo dejó suelto en la pradera.

Nick hizo lo mismo con Suerte. Cogió la silla y se reunió con Lex. —
¿Qué quisiste decir con que es mi caballo? ¿Desde cuándo?.

—Desde el día en que te sentaste en su espalada por primera vez.


Nunca olvidaré la expresión de tu cara ese día. —Lex lo miró a los ojos. Bajó
SEXO CON LEX 50
Carol Lynne

la voz y se inclinó un poco más cerca. —Maldita sea, me gustaría poder


besarte ahora mismo.

Nick le guiñó un ojo y articuló —Después. —Entonces Shorty se les


acercó por el pasillo del establo. Lex fue a guardar las sillas de montar en el
sitio donde las colgaba y volvió con ellos.

—Lex, aquél tipo de la distribuidora de comida está aquí para verte.


Miró a los dos hombres. —¿Tuvieron un buen paseo?.

—Sí, lo tuvimos. —Dijo Nick. Y se volvió hacia Lex. —Voy a entrenar


un rato. Ven y reúnete conmigo cuando hayas terminado. —Lex asintió con
la cabeza y Nick caminó hacia la casa principal.

Cuando llegó al interior se fue directamente al dormitorio a cambiarse


de ropa. Él sacó sus viejos pantalones cortos de gimnasia y se los puso sin
ropa interior. Su flácida verga se veía casi obscena. Él no podía esperar a que
Lex se endureciera cuando lo viera con ellos puestos. Dejó su camisa y
zapatos y se dirigió al sótano. Acababa de empezar su entrenamiento cuando
sonó el teléfono. Encontró el inalámbrico en su base en la pared y lo contestó.
—Rio Perezoso.

—Soy Thelma de la farmacia en Quintillizos. Llamo para informarle a


Lex que su receta de recambio está lista y ya puede recogerla.

—Muy bien, gracias, le aseguro que se lo diré. —Nick colgó y regresó a


la máquina de pesas. No podía dejar de preguntarse si la prescripción tenía
algo que ver con la presión arterial de Lex. Tendría que preguntarle a Lex
sobre eso o no podría dejar de preocuparse. Decidió dejar a un lado la
maquina de pesas, se tendió sobre la estera y comenzó a hacer abdominales.

Él había hecho casi doscientas cuando Lex atravesó la puerta vestido


con un indecente viejo par de pantalones cortos y nada más. Parecía como si
hubiera tenido la misma idea que él había tenido, sólo que los pantalones
cortos de Nick eran ajustados y los de Lex holgados en las piernas. Nick
apostaba lo que fuera a que él podría llegar por la pierna de esos pantalones
cortos hasta la verga de Lex y tomarla con su boca. Ese solo pensamiento fue
suficiente para que el pene de Nick se endureciera como una roca. La cabeza
SEXO CON LEX 51
Carol Lynne

de su erección estaba tratando de impulsarse fuera de la cintura de sus


pantalones cortos. Bueno, eso era algo nuevo.

Lex señaló hacia los pesos libres. —¿Quieres ayudarme allí, bebé?.

Nick se rió. —Yo lo hubiera hecho al segundo de que entraste en esta


habitación. —Se levantó del suelo y se puso en la cabecera del banco de
pesas.

Lex frotó un poco de tiza en sus manos y se acostó. Encontró su punto


de apoyo sobre la barra y la levantó fuera de la parrilla. A diferencia de la
última vez ni siquiera estaba tratando de ocultar el hecho de que él estaba
mirando fijamente la erección de Nick.

Nick pensó en darle una pequeña lección y se bajó sus apretados


pantalones cortos por debajo de sus bolas. Este fue un grave error por parte
de Nick porque Lex casi pierde el control de la pesa. Si él no hubiera estado
allí para estabilizar la barra, Lex podría haberse lesionado gravemente.

Él ayudó a Lex a estabilizar la pesa y colocarla de nuevo en la parrilla.


Estaba a punto de pedirle disculpas cuando Lex lo agarró de la parte
posterior de sus piernas y tiró de él para acercarlo. En un abrir y cerrar de
ojos él tuvo la verga de Nick en su garganta. Con una mano en la parte
posterior de las piernas de Nick para mantenerlo allí y con la otra frotaba su
propio pene a través de sus holgados pantalones cortos.

Nick sacó su verga de la boca de Lex. —Recuéstate en la estera. Quiero


probarte también. Ah, y déjate puestos los pantalones cortos por ahora. —
Nick le guiñó un ojo y caminó alrededor de la maquina de pesas para
reunirse con Lex en la colchoneta. Se arrodilló sobre él con las rodillas justo a
cada lado de la cabeza de Lex. Gracias a Dios el hombre era solo piernas o
esto no habría funcionado. Su rostro había quedado al nivel del ojo de la
larga y gruesa verga que ya sobresalía por una las piernas de los holgados
pantalones. Levantó la tela de la pierna y chupó la cabeza con su boca pero
se detuvo abruptamente. Él gimió y empujó hacia abajo cuando Lex chupó
su erección llevándola hasta el fondo de su garganta. Él soltó la verga de Lex.
—Mierda, vas a hacer que me venga demasiado pronto si sigues haciendo
eso.
SEXO CON LEX 52
Carol Lynne

Lex ignorándolo totalmente, empujó su propia erección hacia la boca


de Nick como si estuviera dándole una silenciosa orden. Nick decidido a
igualar el marcador humedeció su propio dedo y buscó el punto más
vulnerable de Lex. Bordeó el apretado agujero del culo y empujó lentamente
su dedo en el interior. Los pantalones cortos se estaban interponiendo en su
camino por lo que decidió quitarlos. —Quiero probar tu culo. —Él se salió de
la boca de Lex y lo volteó. Se deslizó por detrás de Lex y la cabeza y el pecho
de Lex fueron empujados a la estera. —Maldita sea, tu puerta trasera es sexy.
Parece como si estuviera rogando por mi lengua. ¿Lo está?.

—Ohhhh Dios... comete este culo, bebé. Quiero que me lamas y me


jodas con esa hermosa lengua tuya. —Lex descansando sobre su pecho elevó
sus brazos detrás de él, extendiendo las mejillas de propio culo.

—Mmm... «Lametazo» —Taaan rico. «Lametazo» —Prepárate para mi


lengua. «Lametazo».

Nick mordió la tierna carne, lamiéndola y mordiéndola de nuevo hasta


que pensara que Lex estaba casi a punto de estallar. Endureció su lengua y
comenzó a clavársela en el culo a Lex. La semilla de Lex estalló por toda la
colchoneta azul y él se derrumbó.

Nick se levantó y se colocó en la posición sesenta y nueve con él. Lex


tomó en su boca la verga de Nick, mientras que Nick limpiaba la verga de
Lex y la estera bajo ellos. Él acarició y besó las bolas de Lex y chupó el ahora
flácido pene. A Nick no le importaba que no estuviera erecto, esto le
pertenecía a Lex y eso era lo único que importaba.

Lex tomaba con su boca toda la longitud de Nick. La mordía, la


chupaba y volvía y la tomaba en toda su extensión hasta que llegara al fondo
de su garganta tragándola. Finalmente, fue demasiado para Nick y estalló en
la garganta de Lex. Lex lamió y chupó hasta la última gota y chupó la cabeza
buscando más. Cuando terminaron bajó y se acurrucó en los brazos de Nick.
—Ahora esto es a lo que yo llamo un buen entrenamiento.

Ellos dormitaron desnudos en el suelo aproximadamente una hora


antes de levantarse para tomar una ducha rápida. Lex incluso tenía una gorra
de baño muy pequeña para el pelo. Nick no pudo evitar picarlo en las
SEXO CON LEX 53
Carol Lynne

costillas con esto un poco. —Te ves como la cosita más dulce que alguna vez
haya visto.

Se ganó una palmada en el culo por eso, pero valió la pena. —Olvidé
decirte que llamaron de la farmacia para avisarte que tu receta está lista. —
Esperó a que Lex le dijera algo al respecto, pero en lugar de eso Lex se limitó
a asentir y siguió enjabonando su cuerpo. —¿Vas a decirme para qué es?.

Enjuagándose, Lex se volvió hacia él. —Ya te dije, que he estado


teniendo problemas con mi presión arterial. Para eso es la medicina. ¿Te
gustaría ir a la ciudad conmigo a recogerla?.

Besándolo en el cuello, Nick asintió con la cabeza. Lamió las gotas de


agua de su piel. —¿El doctor te dijo qué niveles de actividad física no debes
cruzar?.

Las cejas de Lex se juntaron. —¿Tiene que ver eso con algo?. —Él
envolvió sus brazos alrededor de Nick y se enjabonó las manos. Él pasó las
manos arriba y abajo por el cuerpo de Nick.

—Es sólo que cuando te digo que voy a joderte hasta matarte no lo
hago literalmente. Ahora responde a mi pregunta, por favor. —Nick se giró
para enjuagar el jabón de su cuerpo y Lex se paró frente a él.

—Me dijo que no debería beber tanto y que vigilara lo que como. Y que
tratara de mantenerme alejado de situaciones estresantes y cosas por el estilo.
Él no dijo absolutamente nada acerca de joder y, francamente, si joderte va a
matarme, pues que me mate porque no pienso dejar de hacerlo. He esperado
toda mi maldita vida por alguien como tú y me ha tomado cuarenta y siete
años finalmente conseguirlo. No voy a renunciar a ello, voy a hacer todas las
otras cosas que me dijo que hiciera, pero no dejaré de joderte.

Nick se inclinó cerca de Lex y cerró el grifo de la ducha. Salieron y


Nick cogió la toalla. —Increíble cómo uno se echa a perder con un calentador
de toallas en tan poco tiempo. —Él sonrió y se secó.

Lex arrastró a Nick a sus brazos. —Voy a comprar uno esta semana
para instalarlo aquí.
SEXO CON LEX 54
Carol Lynne

—No, tú no lo harás. No quiero que compres más cosas para mí. Yo


tengo mi propia maldita carrera y mi propio dinero también. Si quiero un
calentador de toallas de mierda aquí yo voy a comprar uno. —Nick buscó
sus pantalones cortos y los alzó. No se molestó en ponérselos solo puso la
toalla alrededor de su cintura.

Lex hizo lo mismo y extendió un brazo envolviendo una mano


alrededor del brazo de Nick. —¿Por qué de repente estás tan cabreado
conmigo?.

Negando con la cabeza, Nick empezó a subir las escaleras. —Yo no soy
Terri, maldita sea. Tú no tienes que darme cosas para mantenerme aquí.

Lex se detuvo a mitad de camino por las escaleras. —¿Eso es lo que tu


piensas que estoy haciendo?. Pues te equivocas. Quiero comprar cosas
porque tengo un mierdero de dinero y tú eres la única persona no
emparentada conmigo que me gusta. Además yo no le compré cosas a Terri
para tratar de retenerla aquí conmigo. Traté de mantenerla aquí para su hijo.
Yo te quiero para mí. Y quiero echarte a perder dándote montones de cosas,
porque te amo, maldita sea. Y eso no me hace un anciano tratando de
comprar a un joven semental.

Nick cerró los ojos y contó hasta diez. Se dio la vuelta y volvió a bajar
por las escaleras hasta quedar a nivel de los ojos con Lex. Envolvió sus
brazos alrededor de Lex y lo besó. —Lo siento, perdí los estribos. Pero tú
tienes que recordar con quién estás tratando. He cuidado de mí mismo desde
que tenía seis años de edad. Nunca he recibido un regalo de cumpleaños en
mi vida adulta. Cuando yo era un niño tenía suerte si alguna de mis madres
adoptivas se tomaba la molestia de siquiera hornearme un pastel, pero eso
era todo. No estoy acostumbrado a que la gente me dé cosas. Es algo
incómodo para mí.

Las lágrimas corrían por la cara de Lex. —Creo que eso es lo más triste
que he escuchado en toda mi vida. Sin embargo, vas a tener que tratar de
acostumbrarte a eso. Compro cosas para la gente que amo, simplemente
pregúntale a Sam. Pero eso no significa que esté tratando de comprar lealtad
o afecto, o que tú no puedas darte el lujo de comprártelo tu mismo. Sólo
quiere decir que los amo y quiero compartir con ustedes todo lo que tengo.
SEXO CON LEX 55
Carol Lynne

—Lex lo besó una y otra vez. —Y muchacho, vas a tener una Navidad que
nunca olvidarás este año. A propósito, ¿cuándo es tu cumpleaños?.

Nick hizo rodar los ojos y le dio un mordisquito en el hombro a Lex. —


Cumplí el veintisiete de abril veintinueve años por lo que tendrás que
esperar para darme un pastel el año que viene. —Se dio la vuelta y jaló a Lex
para que subiera por las escaleras. —Vamos, tenemos que vestirnos e ir a la
ciudad. Mientras estamos allí quiero parar en el supermercado y abastecer tu
casa con algunos alimentos saludables. —Él se detuvo cuando sintió que Lex
paraba en la escalera. Se volvió a mirarlo. —Y no discutas. Si voy a renunciar
a mi casa y a mi trabajo para vivir aquí, será mejor que te quedes aquí
durante un buen y largo tiempo.
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Carol Lynne

CAPITULO 06

Se dirigieron hacia la ciudad y se detuvieron delante de la farmacia.


Nick se volvió hacia Lex con una sonrisa maliciosa en su rostro. —¿Qué me
harías si entro contigo y compro un par de tubos de lubricante?.

Lex le mostró su sonrisa con hoyuelos. —Pues simplemente les diría a


todos que eres amigo de Sam y con eso tu solo tendrías que asumir las
consecuencias. Aunque no creo que Justin esté muy feliz contigo después.

—¿Qué se dice en la ciudad porque ellos estén juntos?.

—Bueno, ellos no hacen publicidad sobre el asunto, pero sabemos que


la mayoría de la gente lo sabe y creo que lo aceptan. Justin y Sam son los
únicos abogados de los alrededores, así que supongo que la gente no tiene
muchas opciones a menos que quieran ir fuera de Missoula a conseguir uno.
—Lex salió del camión y esperó en la acera a que Nick saliera.

Entraron en la farmacia y Nick fue a la sección de folletos sobre salud.


Tomó un folleto sobre la presión arterial alta y se lo metió en el bolsillo. A
continuación se dirigió a la sección de vitaminas y eligió un frasco de un
multivitamínico bueno y lo llevó hasta el mostrador. Le preguntó al
farmacéutico si las vitaminas no tenían alguna contraindicación con respecto
a los medicamentos para la presión arterial y éste le dijo que no, siempre y
cuando no se excediera de la dosis. Él llevó las vitaminas hasta la cajera.

Le mostró a la chica el folleto que había guardado en el bolsillo. —


Supongo que esto es gratis, ¿no?. —Ella le dijo que el folleto era gratuito,
pero que si estaba realmente interesado había un pequeño libro muy bueno
sobre el tema por sólo un par de dólares. Nick asintió con la cabeza y la chica
fue a buscar el libro para él. Tomó sus compras y fue a sentarse en el camión.

Lex salió unos minutos más tarde y subió al volante. —¿Qué estás
leyendo?.

Nick levantó el libro. —Estoy aprendiendo como cuidar mejor de ti ya


que no has estado haciendo un buen trabajo por ti mismo. Aquí dice que
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Carol Lynne

debes comer mucha fruta rica en fibra como las manzanas, vegetales de hoja
crudos, pan y pastas integrales, productos lácteos bajos en grasa y lo más
importante no más de tres onzas de licor fuerte al día. Por lo tanto, al
supermercado, mi querido amigo.

Prendiendo el camión Lex se echó a reír. —No sé nada acerca de comer


como un conejo durante todo el día, pero voy a hacer un esfuerzo para comer
al menos una ensalada y una manzana al día. Sin embargo, ya mi doctor me
dio un sermón acerca del alcohol etílico.

Nick se acercó y puso su mano sobre el muslo de Lex. —Voy a


esforzarme para no convertirme en un regañón y me comprometo a comer
de lo que tú comas. ¿Trato?.

Lex cubrió la mano de Nick con la suya. —¡Trato hecho!.

Ellos fueron rápidamente a hacer las compras en el supermercado


antes de dirigirse de vuelta a casa. Lex le ayudó a Nick a descargar los
víveres y se fue a ayudar a Shorty en el granero mientras Nick preparaba la
cena. Lex silbaba cuando entró en el establo.

Shorty levantó la vista de su percha junto a la puerta. —¿Qué


demonios se te ha metido, muchacho? Yo no te había oído silbar en años. —
Él le dio una sonrisa cómplice a Lex.

Lex se encogió de hombros. —No lo sé. Creo que estoy teniendo un


buen día. Me imaginé que estarías feliz de que no viniera a arrancarte la
cabeza a mordiscos por cualquier cosa. —Lex acercó otro taburete y se sentó
junto a Shorty. —Nick está preparando pollo a la parrilla y ensalada para la
cena. ¿Quieres unírtenos?.

Shorty se rió y le dio una palmada en la pierna. —Tal parece que Nick
te va a poner a dieta para que cuides de tu presión arterial. Gracias por la
oferta, pero los muchachos y yo vamos a ir a la ciudad a beber algo. —Shorty
se calló por un minuto y luego se aclaró la garganta —Estoy feliz por ti. El
que esté ese joven en el rancho es justo lo que te recetó el doctor.
SEXO CON LEX 58
Carol Lynne

Lex quedó con la boca abierta. —¿Qué es exactamente lo que estás


tratando de decirme?.

Quitándose el sombrero, Shorty pasó una mano por su cabello casi


inexistente y suspiró. —Lo que hagas con tu vida es tu propio asunto, hijo.
Pero no tires a la basura algo especial, por lo que los demás puedan pensar.
¿Entiendes lo que te estoy diciendo?.

Lex cogió la punta de su trenza en su mano y con los dedos empezó a


jugar con los cabellos sueltos. —¿Desde cuándo lo sabes?.

—Bueno, eso depende de lo que exactamente me estés preguntando.


He sabido que eras diferente desde que estabas en la escuela secundaria.
Nunca había visto a un chico ser perseguido por tantas chicas y no querer
realmente ser atrapado por alguna como tu. Me di cuenta de los sentimientos
que tenías por el joven que ahora está en la casa desde el día en que te vi
enseñándole a montar. Y eso fue confirmado cuando él se fue a principios de
ese verano y caíste en el agujero más oscuro que alguna vez haya visto.

Lex ni siquiera podía mirar a Shorty. —Fue culpa mía que él se fuera.
Le dije que nunca sería capaz de amarlo abiertamente. Le expliqué mis
razones y él estuvo de acuerdo en que era una decisión muy difícil para mí,
pero que no podía vivir así.

Shorty se limitó a mirarlo. —¿Qué ha cambiado ahora? ¿Has decidido


finalmente decirle la verdad a Sam o simplemente vas a darle largas a Nick
por un tiempo?.

Lex negó con la cabeza y dejó caer la trenza por detrás de la espalda.
—No sé cómo decirle a Sam sin que él me haga preguntas acerca de Terri.
Me avergüenza lo que hice, la manera en que hice las cosas sólo para tener
un hijo. No quiero que me odie por eso.

Lanzando el sombrero al suelo, Shorty se puso de pie y por primera


vez en años le levantó la voz a Lex. —¡Maldita sea! Dale a tu hijo un poco de
crédito, por Dios. Has sido un jodido buen padre para él sin importar si eres
diferente o no. ¿Qué importa lo que tuviste que hacer para tenerlo?. El hecho
es que lo tuviste y lo has amado y le has enseñado lo bueno y lo malo todos
los días de su vida. Además, tú no tienes por qué responder a las preguntas
SEXO CON LEX 59
Carol Lynne

que te haga sobre Terri si no quieres. Dile a Sam que eso hace parte de tu
vida privada. Fin de la discusión. Eso sí, no te atrevas a dejar que Nick se
vuelva a ir de tu vida o me voy de aquí el día en que él se vaya. —Shorty se
inclinó y recogió el sombrero y caminó con enojo hacia el barracón. Se dio
vuelta cuando estaba a mitad de camino.—¡Hey, Lex!. Te quiero, hijo. —
Volvió a darse vuelta y se alejó.

Veinte minutos pasaron antes de que Lex pudiera tener la fuerza


suficiente como para levantarse del taburete. Se sentía completamente
entumecido. Nunca había tenido una conversación con Shorty como esa en
toda su vida. Regresó a la casa y entró por la puerta de la cocina.

Nick estaba en el patio trasero asando a la parilla el pollo. Abrió las


puertas francesas y se unió a él. Nick miró sobre su hombro por el sonido de
la puerta. —Hola, el pollo está casi listo. La ensalada ya está preparada y la
dejé en la nevera.

Lex caminó detrás de él y envolvió con sus brazos a Nick. Él apoyó la


cabeza sobre el hombro de Nick y le besó el cuello. Nick se puso tenso y miró
a su alrededor a ver si había algún vaquero que pudiera verlos a la distancia.
—Ya no me importa. Estoy cansado, muy cansado de negarme a mí mismo.
De negarte. Te amo y estoy dispuesto a hablar con Sam.

Girando entre sus brazos, los ojos de Nick se estrecharon. —¿Con


quién has estado hablando?.

Lex le dio un beso. —Con Shorty. Me dijo un montón de cosas que


tuvieron sentido para mí. Me dijo que debía decirle a Sam sobre nosotros,
pero que si no quería contarle acerca de las circunstancias de su nacimiento,
era mi decisión. Incluso me gritó. Shorty nunca me había gritado. Él me dijo
que si dejaba que te fueras otra vez de mi lado, él se iría el mismo día. —Lex
sonrió. —Viejo gruñón no se da cuenta de que no podría vivir sin él
tampoco.

Lex se ofreció a limpiar la cocina para que Nick pudiera descansar en


la hamaca del porche con una manta y un vaso de té helado. Estaba tratando
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Carol Lynne

de encontrar la manera de decirles a sus jefes de la clínica veterinaria que se


mudaba a Montana, cuando Lex salió a reunirse con él en el porche.

—¿Te importa si comparto la hamaca contigo para disfrutar de la


buena vista?.

Nick se corrió un poco y levantó la manta. Lex se deslizó a su lado y


los dos se acurrucaron en la hamaca. Nick lo besó en el cuello y puso su
cabeza sobre el pecho de Lex. —Estaba pensando en cómo voy a salirme de
la clínica. ¿Necesitarán de otro veterinario por aquí?.

Mientras pasaba sus manos hacia arriba y hacia abajo acariciando la


espalda de Nick, Lex bostezó. —Yo creo que sí. Además yo solo podría
mantenerte ocupado a tiempo completo. Siempre sucede algo aquí en el
rancho. Apuesto a que llamamos al veterinario dos veces a la semana de
manera regular, pero el doc Henry se está haciendo viejo y cascarrabias.
Podrías hablar con él acerca de formar alguna clase de sociedad. Puede que
incluso esté dispuesto a venderte su clínica. Tiene que tener ya por lo menos
setenta años.

Nick comenzó a desabotonar la camisa de Lex, botón por botón.


Necesitaba sentir el calor de la piel de Lex. —Voy a tener que encontrar un
trabajo con bastante rapidez. Tengo préstamos estudiantiles que aún estoy
pagando y antes de que lo digas, no, tu no puedes pagar mis préstamos por
mí. Esto es algo que quiero hacer por mí mismo. Mientras tanto, yo estaría
más que feliz de ganarme el sustento, cuidando de tu ganado.

Lex le quitó a Nick la camiseta por sobre su cabeza. Estar piel a piel,
bajo una manta caliente, se sentía como el cielo. —Por favor, no lo tomes a
mal, pero espero que no quieras trabajar todo el día, todos los días, como lo
hiciste en el pasado. Por fin el rancho está en una etapa en la que no tengo
que trabajar mucho si no quiero y me gustaría pasar mi tiempo libre contigo.

Nick se inclinó y arremolinó su lengua alrededor de la tetilla de Lex. —


Tal vez nosotros deberíamos simplemente olvidarnos de la clínica y podría
trabajar aquí en Río Perezoso y tal vez sustituir al doc Henry cuando él me
necesite. Eso sería suficiente por ahora. Hasta que tú te canses de mi. No lo
crees.
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Lex alcanzó la cremallera de Nick. —Eso no va a suceder. Sólo espero


que no te importe vivir al lado de un anciano en unos años. Voy a tener que
empezar a contratar sólo vaqueros feos a partir de ahora. —Llevó la
cremallera de Nick hacia abajo y sacó su verga.

Nick en acción refleja a lo que Lex estaba haciendo comenzó a acariciar


el pene de Lex. Ninguno de los dos tenía prisa. Sólo querían descansar y
tocarse. —Eres diecinueve años mayor que yo y sin embargo aún te ves como
si tuvieras mi edad. El único lugar en dónde se refleja que eres mayor que yo
es en el área alrededor de los ojos y creo que es endemoniadamente sexy.
Además, no sólo te quiero por tu cuerpo caliente y tu pelo matador. Te amo
por el hombre que eres. Un hombre que se negó a sí mismo la felicidad
durante veintiséis años por el amor que siente por su único hijo.

Pasando los dedos a través del cabello de Lex, Nick continuó. —Y


hablando de Sam. ¿Por qué crees que quiere ir mañana de pesca conmigo
solamente? Él siguió diciéndome que tenía que hacer lo correcto. Además de
haberse transferido de la universidad y haberse olvidado que yo existía no
me ha hecho nada como para que él tenga que pedirme disculpas.

Lex pasó el pulgar sobre la corona de la verga de Nick. Lo untó con


una gota de líquido preseminal y se lo llevó a la boca. —Mmm... no hables de
mi hijo mientras yo estoy pensando en tu polla. Sólo tendrás que esperar
hasta mañana para saber lo que quiere. Por ahora ¿qué tal si te quito estos
vaqueros y me ayudas a pensar en como podría yo joderte en esta hamaca?.

Riendo, Nick empujó sus vaqueros hasta el fondo y se los quitó. —


¿Cómo pudiste adivinar una de mis más ocultas fantasías de aquél verano de
hace tres años? ¿Te diste cuenta que pasé una cantidad impía de tiempo en
esta cosa?.

Lex se quitó sus pantalones también y tiró de Nick hasta colocarlo


arriba de él. —Por supuesto que me di cuenta. Te vi aquí casi todas las
noches desde la seguridad de la ventana del comedor. Debo confesarte que
incluso me puse duro una o dos veces solo con verte.

Nick consiguió acomodarse y lentamente Lex comenzó a acariciarlo.


Levantó la vista y lo miró con sus entrecerrados ojos negros llenos de lujuria.
—Móntame.
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Carol Lynne

—Me encantaría, pero no tenemos lubricante. —Nick comenzó a


mover sus caderas hacia adelante y hacia atrás sobre la polla de Lex. Le
acarició el rostro a Lex y luego acarició sus hombros, para terminar sobre su
pecho y le pellizcó las tetillas. Él se iba a venir con sólo frotar su ano a lo
largo de la enorme y gorda verga de Lex. —Ohhhh... dulzura... me voy a
venir...

Lex lo acarició más rápido mientras que Nick acariciaba la polla de Lex
con su culo. Nick se sentía como un jinete de toros sentado a horcajadas
sobre él. Inclinando la cabeza hacia atrás, Nick gimió, parecía como si
estuviera azotando con un látigo a Lex en un frenesí de golpes y empujones
hasta que los dos se vinieron. Nick se vino sobre el pecho de Lex y el semen
de Lex recubrió su culo. Lex lo derribó para un beso febril. —Nunca voy a
deshacerme de esta hamaca.

Gimiendo, Nick le dio un beso de nuevo. —Joder, eso fue dulce.


Vamos a limpiarnos y después puedes llevarme a la cama. Tengo una cita
para pescar temprano en la mañana. —Nick miró a su alrededor para
asegurarse de que nadie estuviera afuera de la casa y bajó de la hamaca.
Cogió su ropa y entró en la casa desnudo.

Lex lo siguió y cerró la casa. Nick acababa de entrar en la habitación


cuando sonó el teléfono. Miró el reloj. Eran las once y diez. ¿Quién diablos
llamaría tan tarde?. Nick lo miró perplejo mientras que Lex se encogía de
hombros y levantó el teléfono. —Hola.

—¿Hola, Lex, estás sorprendido de escucharme?.


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Carol Lynne

CAPITULO 07

Sentándose sobre la cama antes de que sus rodillas se doblaran, Lex se


pasó la mano por su pelo. —¿Qué quieres, Terri?

—¿Qué?. Ni un hola o un ¿cómo estás?. Estoy muy decepcionada de ti,


Lex.

—Te hice una pregunta. ¿Qué demonios quieres? —Lex sentía como
que iba a vomitar. No había tenido noticias de ella desde el día en que Terri
los abandonó. El único contacto que había tenido con ella había sido por
intermedio de su abogado hace veinticinco años, exigiendo un enorme
acuerdo de divorcio.

—¿Pensé que te gustaría saber que me llegó una bonita carta de mi hijo
en el día de hoy, invitándome a su ceremonia de compromiso. Puedo
apreciar que…. de tal palo, tal astilla, ¿eh?. Bueno de todos modos pensé que
podría aprovechar y hacer un pequeño viaje hasta Montana para ver
exactamente lo que has hecho de Samuel.

Lex se levantó y agarró el teléfono tan fuerte que le sorprendió que no


se rompiera en su mano. —Mantente lo más lejos posible de Montana.
Demonios, ya le has hecho demasiado daño a mi hijo.

—Oh, pero cariño, ni siquiera he empezado. Pensé que tal vez él quiera
saber todos los viejos secretos de su padre. Estoy segura de que aún tienes
algunos que no quieres que él sepa. ¿Estoy en lo cierto?.

Lex empezó a sentirse mareado por lo que apoyó su mano sobre la


mesita de noche y se sentó de nuevo. —¿Qué es lo que quieres? —Lex se
limpió el sudor frío de su rostro. Nick debió haber oído la angustia en su voz
porque él le trajo una toalla fría y la colocó en la parte posterior de su cuello.

Nick miró a Lex a los ojos. Él puso sus dedos en el cuello de Lex para
comprobar su pulso.

—Tienes dos minutos más y luego voy a colgar el maldito teléfono.


SEXO CON LEX 64
Carol Lynne

Lex asintió con la cabeza y esperó a que Terri le respondiera.

—Estoy quebrada y me divorcié por cuarta vez. Voy a necesitar una


buena suma de dinero por mi silencio, es para sostenerme mientras
encuentro a mi quinto marido. Sé lindo y envíale un cheque a mi abogado o
yo estaré en esa ceremonia. —Terri colgó.

Lex alejó el teléfono de su oído y trató de colgar pero sus manos


comenzaron a temblar y pensó que se iba a desmayar. El teléfono cayó al
suelo justo antes de que se derrumbara.

Nick iba en la ambulancia con Lex. Ellos lo hicieron sentarse en la


parte delantera, pero al menos estaba cerca de él. Supuso que los
paramédicos se dieron cuenta que no había manera de que pudiera haber
conducido él mismo. Él había llamado a Sam inmediatamente después de
que los paramédicos cargaran a Lex en la ambulancia, por lo que él debería
esperar por ellos en el hospital.

La ambulancia se estacionó en la bahía de la entrada a emergencias y el


médico salió a su encuentro. Nick hizo lo posible para responder a las
preguntas del médico sobre lo que pasó, mientras ellos llevaban a Lex en la
camilla con ruedas a la sala de emergencias. Desaparecieron detrás de otro
conjunto de puertas giratorias, pero no lo dejaron ir con Lex. Entonces se
dirigió al departamento de admisiones para llenar el papeleo necesario. Él
pudo pensar lo suficiente como para llevar con él la billetera de Lex con los
documentos necesarios para que el papeleo no durara demasiado.

Cuando Nick terminó fue hasta la sala de espera y encontró en ella


tanto a Sam como a Justin tomados de la mano y ambos parecían nerviosos.
Nick se paró derecho. Gracias a Dios había tenido el tiempo suficiente como
para vestirse una vez que los paramédicos llegaron. No estaba seguro de qué
decirle a Sam acerca de los acontecimientos que condujeron a que Lex le
diera un infarto. Estaba seguro de que a Lex no le gustaría que Sam supiera
acerca de la llamada de su madre. Sam interrumpió sus pensamientos.

—¿Cómo está papá?


SEXO CON LEX 65
Carol Lynne

Nick se paró frente a él y se mordió el labio. —No lo sé. Al menos


recuperó la conciencia antes de que los paramédicos lo cargaran en la
ambulancia. Parece que ha tenido un infarto, pero yo aún no sé qué tan grave
es.

Sam comenzó a morderse las uñas, era un mal hábito por el cual Nick
siempre lo había molestado. —¿Dónde estaba cuando se cayó?.

Nick tuvo que pensar rápido. No quería mentirle, pero él no dejaría


que el secreto de Lex se supiera todavía. —Él estaba hablando por teléfono.
Cuando lo bajó y trató de colgar, se desmayó.

Sam entrecerró los ojos. —¿Con quién estaba hablando mi papá que lo
perturbó tanto como para que le diera un infarto, por el amor de Dios?

Nick cerró los ojos y tragó saliva. —Yo sólo escuché su lado de la
conversación, pero creo que era... Terri. —Nick sentía que acababa de
traicionar al hombre que amaba. Ni siquiera esperó a que Sam le contestara.
Él sólo se acercó a la silla de plástico de color naranja y se sentó.

Puso su cara entre las manos, se negaba a escuchar más preguntas. Si


Sam no entendía el mensaje qué lástima, porque Nick realmente tenía miedo
de romper a llorar y eso haría explotar la tapadera de Lex. Incluso cuando él
escuchó a Sam de pie sobre él, no levantó la vista o reconoció su presencia.
Finalmente Sam solo se sentó a su lado.

La mano de Sam se cernió por la parte superior de la espalda de su


viejo amigo. Quería consolar a Nick, pero no estaba seguro de que eso sería
bienvenido. Él miró a Justin que aún estaba de pie en medio de la sala.
Cuando Justin cabeceó Sam puso su mano sobre la espalda de Nick. —Tu
amas a mi papá, ¿no?.

La cara de Nick salió disparada de sus manos y volvió la cabeza hacia


Sam y lo miró durante varios segundos. Sam vio como Nick finalmente dejó
caer sus lágrimas. —Sí, lo amo. Lamento que lo tuvieras que saber de esta
manera. Tu padre no quería que lo supieras aún, pero no puedo simplemente
sentarme aquí y fingir que no lo amo más que a mi propia vida.

Sam abrazó a Nick quien lloraba ahora entre sus brazos. —Para mi está
SEXO CON LEX 66
Carol Lynne

bien que tu lo ames. De hecho, estoy condenadamente feliz de que en


realidad lo ames. Él te necesitó durante años, pero yo no entendí eso. Lo
único que sabía es que te fuiste a principios de aquél verano y mi papá ya no
era el mismo. Él se encerraba en su estudio durante días y no hacía nada más
que beber. Pensé... pero este no es el momento ni el lugar para esta
conversación. ¿Podemos hablar de nuevo sobre esto más adelante, cuando
tengamos la certeza de que mi papá va a estar bien?.

Nick asintió con la cabeza y se secó las lágrimas. —Por favor no le


digas a tu papá que te lo dije. Es muy importante que él mismo se los diga.
¿Entiendes lo que te estoy diciendo?.

Sam sonrió y le dio unas palmaditas en la espalda. —Él tiene que salir
del armario. No ser sacado. Sí, realmente entiendo totalmente eso. No voy a
decir nada hasta que él no lo haga.

Nick se sentó en su silla finalmente con los ojos secos. —Gracias.

Sam se limitó a asentir y le hizo señas a Justin. Justin se sentó al otro


lado de él y lo tomó de la mano a pesar de las miradas que ellos estaban
recibiendo.

Después de esperar por más de dos horas un médico se acercó a ellos.


—¿Son ustedes los familiares de Lex Whitefeather?

Los tres se pusieron de píe. Sam asintió con la cabeza. —Yo soy su hijo
y él es Nick, su pareja. —Dijo, señalando hacia Nick.

El médico sonrió. —Así que es a ti a quien el señor Whitefeather tendrá


que darle las gracias por haberle salvado la vida. Los paramédicos me
dijeron que estuviste haciéndole compresiones de pecho hasta que llegó la
ambulancia. Es un placer conocerte. Mi nombre es Harold Rollins, el
cardiólogo de guardia esta noche. Ya he hablado con el Dr. Spencer, el
cardiólogo del Sr. Whitefeather, y lo puse al tanto de la situación. Al parecer,
sufrió un leve infarto que hemos decidido tratar solo con medicamentos. —
SEXO CON LEX 67
Carol Lynne

Miró a Nick un poco avergonzado. —¿Puedes decirme lo que estaban


haciendo justo antes de que el ataque ocurriera?.

Nick podía decir por la forma en que lo veía el Dr. Rollins que él había
oído de los paramédicos que los habían encontrado desnudos. —Estaba bien
hasta que recibió una llamada telefónica. No sé de qué se trató la
conversación exactamente, pero puedo decirle que a Lex lo alteró mucho. De
hecho, él estaba lívido. Lex empezó a sudar y se veía como si estuviera
mareado. Antes de colgar se agarró el pecho y se desmayó.

—El Dr. Spencer y yo estamos de acuerdo en que Lex se beneficiaría


con un cambio de estilo de vida y los nuevos medicamentos. Fue
condenadamente afortunado de que su ataque al corazón no fuera más grave
y tuvieras la formación adecuada para administrarle masaje cardiaco con
tanta eficacia. Lo vamos a mantener durante la noche y probablemente lo
ponga en libertad mañana por la tarde. Vamos a realizar algunas pruebas
más en la mañana, pero esperamos no encontrar nada nuevo. También me
gustaría que el Sr. Whitefeather se uniera a nuestro programa de
rehabilitación cardíaca. ¿Tienen alguna pregunta para mí?.

Nick se aclaró la garganta. ¿Cuándo lo podré ver?.

El Dr. Rollins miró su reloj. —Él ya ha sido llevado a una habitación


privada y probablemente está durmiendo en este momento. Para él lo más
importante ahora es descansar. Una vez que salga de aquí él necesitará
iniciar un régimen de ejercicio aprobado por el médico. ¿Por qué no vuelves
mañana en la mañana? Las horas de visita comienzan a las nueve en punto.

Él asintió con la cabeza y el Dr. Rollins se marchó. Nick se volvió hacia


a Sam. —No me gusta la idea de simplemente dejarlo aquí. Son las dos y
cuarenta y cinco ahora. Creo que me quedaré y trataré de dormir en la sala
de espera mientras comienzan las horas de visita por la mañana. Ustedes dos
vayan a casa los llamaré si pasa algo.

Sam negó con la cabeza. —A mi papá no le gustaría que durmieras en


la sala de espera y lo sabes.
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Carol Lynne

Miró a Sam directamente a los ojos. —Y tu sabes que si las posiciones


se invirtieran, no habría ninguna endemoniada manera de hacer que él
dejara este hospital. Yo me quedo y eso es definitivo.

Justin puso su brazo alrededor de Sam. —¿Hay por lo menos algo que
podamos hacer por ti?

Sintió un gran alivio al ver que no tendría que argumentar sobre su


punto más, Nick suspiró y sonrió. —Sí, en realidad si lo hay. ¿Podrían llamar
a Shorty cuando lleguen a casa y decirle lo que está pasando? Pídanle que
traiga el camión de Lex a la ciudad por la mañana y un cambio de ropa.
SEXO CON LEX 69
Carol Lynne

CAPITULO 08

A las casi nueve de la mañana, Nick estaba haciendo ruido con los
dientes ansioso por estar con Lex. A las nueve en punto se acercó al escritorio
de las enfermeras y preguntó el número de habitación de Lex. La enfermera
le dijo de manera cortés el número y Nick cruzó de un tranco el pasillo.
Cuando abrió la puerta Lex estaba sentado detrás de una bandeja de comida.
—Come tu desayuno para crecer grande y fuerte.

Lex extendió su mano hacia Nick. —Tú, ven aquí.

Nick fue directamente a sus brazos, por poco tira al suelo la bandeja en
el proceso. Lex se rió y deslizó la mesa con la bandeja la cual rodó hasta el
final de la cama. Nick se sentó en el borde de la cama y besó a Lex —Nunca
me vuelvas a preocupar así de nuevo, viejo.

Lex lo jaló hacia abajo para otro beso. —Te amo, bebé, pero te ves
como una mierda esta mañana. ¿Qué has hecho, dormir con tu ropa puesta?
—Lex deslizó sus manos por la camisa arrugada de Nick.

Nick miró la camisa y se encogió de hombros. —Las sillas de la sala de


espera de este hospital no son muy cómodas.

Lex entrecerró los ojos. —¿Quieres decir que dormiste en la maldita


sala de espera? ¿Por qué no te fuiste a casa?.

Acariciando la cara de Lex, Nick negó con la cabeza. —De ninguna


manera te dejaría aquí completamente solo. Sólo espero que te dejen salir de
aquí porque no creo que mi espalda pueda soportar otra noche más.

Sonriendo, Lex lo derribó de nuevo. —No me gustó que durmieras tan


incómodo, pero una parte de mí se alegra de que te hubieras quedado. —
Nick podía ver una pregunta formarse en los ojos de Lex. —¿Sam estuvo
aquí anoche?.

—Sí. Esperó hasta que el Dr. Rollins nos habló luego Justin lo llevó a
casa. —Nick no dijo nada más, pero sabía que Lex no iba a dejar pasar nada.
SEXO CON LEX 70
Carol Lynne

—¿Qué le dijiste? —Preguntó Lex con una voz sospechosa.

—Le dije que recibiste una llamada alrededor de las once de la noche y
que al parecer te había alterado. Yo no le dije nada acerca de que esa llamada
telefónica la tomaste en el dormitorio o que estábamos ambos desnudos,
cuando los paramédicos llegaron. Sam me preguntó con quién hablaste por
teléfono y yo le dije la verdad. Lo siento, yo no podía mentirle, pero yo no le
dije todo tampoco.

Asintiendo con la cabeza, Lex puso su cabello detrás de las orejas. —


Esto —Lex señaló el entorno de la habitación —me ha aclarado algunas
cosas. Le diré a Sam acerca de nosotros hoy. —Él tomó la mano de Nick. —
Terri recibió una invitación para la ceremonia de compromiso. Yo no sé
cómo Sam consiguió su dirección, porque hasta donde yo sé ella nunca, ni
una sola vez, se puso en contacto con él. Para ella que él sea homosexual es
asqueroso anoche me lo dejó muy claro y ella piensa que es por mi culpa.

Nick podía ver como los músculos de la mandíbula de Lex


comenzaban a tensarse lentamente a medida que la ira crecía en su interior.
—No dejes que esa gran puta de mierda te trastorne. No vale la pena, Lex.

—Terri dijo que si yo no le daba una buena suma de dinero le diría


todo a Sam. Si no le envío el dinero a través de su abogado se va a aparecer
en la ceremonia. —Lex puso su cabeza sobre la almohada y cerró los ojos. —
Voy a tener que contarle a Sam todo porque no pienso darle a esa mujer ni
un centavo más. Si Sam tiene que escuchar las cosas que he hecho, entonces
que lo escuche de mí y no de ella.

Nick miró el monitor cardiaco. Las lecturas se estaban volviendo


erráticas. —Cálmate. Nos ocuparemos de esto juntos como una familia. Sam
te ama y nada va a poder cambiar eso, pero si te fuerzas a ti mismo de nuevo
no te permitirán ir a casa hoy. —Él puso su mano a un lado de la cara de Lex.
—Necesito tenerte en casa donde pueda cuidar de ti.

Se oyó un golpe en la puerta y Nick comenzó a bajarse de la cama,


pero la mano de Lex lo detuvo. —Quédate donde estás, bebé. Estoy harto de
escondernos.

La puerta se abrió y Shorty entró a la habitación. Miró a Lex por un


SEXO CON LEX 71
Carol Lynne

buen rato. No parecía perturbarle para nada ver a Nick sentado a su lado. —
¿Cómo te sientes, muchacho?.

Lex le sonrió al anciano. —Cansado, pero bien. El médico dice que


probablemente van a dejarme ir a casa más tarde si me porto bien. Él quiere
que me una al programa de rehabilitación cardiaca después de que me deje
ir. Ellos me van a enseñar cómo comer y qué ejercicios tengo que hacer
diariamente para fortalecer mi corazón y bajar la presión arterial. —Lex
sonrió y mostró sus dulces hoyuelos como el pecado. —Tiene miedo de que
me deprima.

Nick le apretó la mano. —No vamos a permitir que te deprimas. ¿No


es verdad Shorty?.

Riendo, Shorty se acercó a ellos dentro de la habitación. —Diablos, te


mantendremos tan ocupado que no tendrás tiempo para deprimirte. En este
momento Belle se está preparando para parir a su potro. Creo que puede
ocurrir durante la noche o mañana en la mañana. Tienes que estar allí para
eso. Nunca te has perdido de un solo parto desde que has vivido Rio
Perezoso.

Bostezando, Lex asintió con la cabeza hacia Shorty. —Esa es la mejor


parte de ser el dueño de un rancho. Ver como una nueva vida llega a este
mundo. Debes decirle a Belle que se aguante hasta que pueda llegar allí. —
Lex volvió a bostezar nuevamente, pero esta vez cubrió su boca con el puño.

Shorty tomó esto como su señal para irse. —Traje tu camión y una
muda de ropa para ambos. Además de algunas cosas que pueden llegar a
necesitar. Todo está en una maleta en el asiento delantero. Dejé a Gil
esperando por mí para que me lleve de vuelta al rancho, así que nos vemos
luego. —Se acercó a la cama y puso su mano sobre la frente de Lex. —Vuelve
a casa pronto, muchacho.

Salió de la habitación y Nick miró hacia Lex —Voy con él y traeré la


maleta del camión. Tal vez me dejen afeitarme y cambiarme en tu baño.

Se inclinó para besar a Lex —Toma una siesta. Sam va a estar aquí
muy pronto y vas a necesitar de tus fuerzas.
SEXO CON LEX 72
Carol Lynne

Nick se encontró con Shorty en el ascensor. Caminaron hacia el


estacionamiento y Shorty le señaló en donde estaba estacionado el camión.
—¿Qué fue lo que pasó?.

Nick puso sus manos sobre sus caderas y miró alrededor de la playa
del estacionamiento. —Terri llamó justo antes de que él tuviera el infarto. —
Nick le contó lo que Lex le había dicho que Terri quería.

Cuando terminó Shorty tomó su sombrero de vaquero se lo quitó y lo


golpeó contra su muslo. —Esa maldita perra. Voy a matarla si se presenta y
arruina el día especial de Sam. Estoy pensando en matarla de todos modos
por provocarle un infarto a Lex. —Shorty miró a Nick a los ojos.—¿Qué va a
hacer Lex?.

—Él dijo que estaba cansado de esconderse y que tendría que contarle
todo a Sam. Lex dijo que no le daría ni un centavo más de su dinero a esa
perra.

Shorty asintió con la cabeza estando de acuerdo con la decisión de Lex.


—¿Qué dijeron realmente los doctores acerca de su condición?.

—Que él estaría bien con la nueva medicación, una dieta adecuada y


ejercicio. Pero necesita hacer unos cuantos cambios en su estilo de vida,
incluyendo alejarse de las tensiones de su vida cotidiana. Lo que significa
que tenemos que resolver este asunto con Terri ahora, ¿alguna sugerencia? —
Nick miró al anciano algo esperanzado.

Shorty se frotó su cabeza calva. —No sé, tenemos que encargarnos de


mantenerlo alejado de Terri de alguna forma. Supongo que podríamos
interceptar las llamadas telefónicas y yo voy a alertar a los vaqueros en caso
de que se aparezca en el rancho.

Nick asintió con la cabeza. —¿Y hablando de los vaqueros? ¿Crees que
alguien debería hablar con ellos acerca de mí y Lex? Normalmente yo
esperaría y dejaría que Lex lo manejara, pero que me condenen si me quedo
sentado viendo como alguien le dice algo a Lex que lo pueda molestar.

Shorty asintió con la cabeza y se puso de nuevo el sombrero. —Voy a


reunirme con ellos ahora mismo. Les diré que si no les gusta el estilo de vida
SEXO CON LEX 73
Carol Lynne

de su jefe bien pueden hacer sus maletas y largarse hoy mismo. No creo que
tengamos muchos problemas, sin embargo... —Shorty miró a Nick, tenía su
cara un poco roja— creo que la gran mayoría lo descubrió cuando te vieron
cabalgando a Suerte, pero verlo y saberlo son dos cosas muy diferentes. No
te preocupes por los vaqueros, Nick. Yo me ocuparé de ellos. Tu solo
concéntrate en Lex.

Inclinando su sombrero Shorty se dirigió hacia el maltratado camión


blanco de una sola cabina. Nick hizo un gesto con la mano hacia Gil, y él le
devolvió el gesto, se volvió y se dirigió hacia el camión de Lex.

Después de ponerse una camiseta blanca limpia y un par de jeans


limpios, Nick se sentía casi humano otra vez. Sacó el kit de afeitado de Lex y
se rió de la navaja de afeitar que había en el interior. Asomó la cabeza por la
puerta del baño y miró a Lex que ahora ya estaba despierto. —¿Cuánto
tiempo has tenido esta vieja navaja?.

Lex se frotó la mandíbula aún suave. —Bueno, ¿qué esperabas? Soy


mitad nativo americano. No es que tenga un montón de vello para afeitar. —
Él arqueó una ceja y le guiñó un ojo. —Y después de tu mala influencia tengo
aún menos vellos. —Sonrió y empezó a levantar su pijama de hospital. —
¿Quieres ver?.

Nick negó con la cabeza y volvió a entrar en el cuarto de baño. —Tal


vez más tarde, semental. —Nick se afeitó y se cepilló los dientes. Se miró en
el espejo y salió del baño. —Aquí me tienes. Finalmente parezco humano
nuevamente.

Lex se humedeció los labios. —Lo suficientemente bueno como para


comerte. —Le tendió la mano y le hizo señas a Nick. —Ven aquí y dame un
poco de tu sabor.

Nick estaba caminando hacia la cama con el calor en sus ojos cuando la
puerta se abrió y Sam y Justin entraron. Nick suspiró suavemente como para
que no lo notaran. Su hambre tendría que esperar hasta más tarde, pero se
alegraba de que Sam estuviera aquí. Lex necesitaba hablar con él hoy, antes
SEXO CON LEX 74
Carol Lynne

de que se fuera a casa. Nick estaba todavía un poco asustado de cómo iba a
reaccionar Sam con todas esas noticias y quería que Lex estuviera seguro en
el hospital por si algo lo trastornaba.

Sam le dio una palmada en la espalda a Nick. —Bueno, parece que te


las arreglaste para conseguir donde dormir un poco anoche. —Caminó hacia
su padre y lo besó en la frente. —¿Cómo estás hoy?.

Lex tomó la mano de Sam y tiró de él hacia abajo para que se sentara a
un lado de la cama. —Me siento bien y no dejes que Nick te engañe. No
pudo dormir mucho en toda la noche. Él sólo se ve bien naturalmente.

Nick levantó las cejas hacia Lex —Um... Justin, ¿te gustaría una taza de
café en la cafetería? No he tenido la oportunidad de comer aún y desde que
Sam esté aquí él puede cuidar de su anciano padre. —Miró a Lex y le dio una
sonrisa diabólica. —Probablemente volveremos en unos treinta minutos. —Él
le dio una mirada comprensiva a Lex cuando salía de la habitación con
Justin.

Observando como Nick salía por la puerta, Lex sonrió. —Ya no hay
respeto para los ancianos hoy en día. —Se volvió hacia su hijo. —¿Cómo
estás? Está todo listo para el próximo sábado?.

Sam apretó la mano de su padre. —Estoy bien y ya nos encargamos de


todo. Solo estoy preocupado por ti, pero ahora puedo cuidar de ti por un
ratico.

Lex respiró hondo y soltó el aire lentamente. —...Tengo que hablar


contigo sobre algunas cosas, Sam. He estado pensando en ello mucho
últimamente y este infarto ha solidificado un montón de cosas en mi mente.
—Tomó el vaso con agua que estaba sobre la mesa y tomó un trago. —Tengo
que ser honesto contigo acerca de algo y no estoy seguro de cómo vas a
reaccionar. En primer lugar tengo que decirte... que yo... uh... yo estoy
enamorado de Nick. Yo soy gay y he estado enamorado de él desde hace tres
años, pero tenía miedo de que los demás lo supieran.

Sam se inclinó y besó la mejilla de su padre. —Me alegra de que


finalmente me lo dijeras, pero he sabido que eras muy diferente a los demás
padres la mayor parte de mi vida. Sin embargo, me hubiera gustado que me
SEXO CON LEX 75
Carol Lynne

lo dijeras hace tres años. Le eché la culpa a Nick por la forma en que te
viniste abajo después de que él se fuera a principios de ese verano. No fue su
culpa, ¿verdad?.

Lex no podía ni siquiera mirar a su hijo. En cambio, miraba por la


ventana del tercer piso del hospital.

—No… No fue su culpa. Yo prácticamente lo obligué a irse. Yo no


estaba listo para anunciar mi orientación sexual ni a ti, ni a nadie de por aquí.
Le dije que lo amaba, pero que tendría que ser nuestro secreto. Nick me dijo
que me amaba también, pero que no podía vivir su vida como si fuese un
sucio secreto y se marchó. —Hizo una pausa para mirar a Sam. —Casi me
mata el estar lejos de él. Yo no me sentía lo suficientemente fuerte como para
decirte la verdad y aquí me entero de que ya lo sabías. —Lex levantó una
ceja. —¿De qué manera te diste cuenta?.

Sam sonrió. —Papá, has tenido a las mujeres prácticamente babeando


por ti durante toda mi vida, pero nunca le has dado a ninguna de ellas ni la
hora del día. Cuando era más joven me preguntaba por qué ibas a Missoula
un fin de semana cada dos meses y no me llevabas. Al crecer me di cuenta
del por qué, pero yo no sabía que Nick era gay. Me hubiera gustado haberlo
sabido. Tenerlo a mi lado hace tres años habría sido muy práctico cuando me
sentía tan confundido acerca de quién yo era. Pensé que era recto. Quiero
decir, he salido con muchas chicas, incluso tuve relaciones sexuales con ellas.
Pero había algo acerca de Justin que puso mi mundo de cabeza. Me gustaba
estar con él, pero no podía admitir ni siquiera a mí mismo que por alguna
razón desconocida me sentía atraído por él. Me tomó casi un año más para
poder admitir lo que sentía por él. Así que ya vez, no soy muy diferente de ti
cuando se trata de negarle al mundo quién eres y a quien quieres.

—Nick va a vivir conmigo. Sólo espero que el resto de la ciudad y los


vaqueros del rancho puedan aceptarlo, porque primero me voy de Río
Perezoso, antes que renunciar a Nick de nuevo. —Lex tragó el nudo que se le
había formado en la garganta. —Hay algo más que debo hablar contigo.
Recibí una llamada de tu madre anoche. Por cierto ¿cómo fue que la
encontraste?. Ella me dijo que había recibido una invitación a la ceremonia.

—He estado buscándola desde que tenía más o menos dieciocho años.
Yo... yo tenía un montón de preguntas qué hacerle, pero yo no quería herir
SEXO CON LEX 76
Carol Lynne

tus sentimientos preguntándote dónde estaba. Justin finalmente la localizó a


través de un amigo suyo de la policía. Le envié la invitación para que ella
supiera antes de que ella accediera a verme que yo era gay. Lo siento. Yo no
sabía que ella te llamaría. ¿Qué fue lo que te dijo como para que te haya
molestado tanto?.

Pasándose la mano por el pelo, Lex lanzó un largo suspiro. —Primero


ella me culpó de que seas gay. Entonces... siento tener que decirte esto, Sam,
pero entonces ella me dijo que si no le enviaba dinero te diría todo acerca de
mí y de mis errores del pasado.

—Puta. ¿Cómo se atreve a tratar de chantajearte? —Miró a su padre y


le apretó la mano otra vez. —Cuéntame todo. De esa forma no tendrá más
armas contra ti.

Lex miró hacia la ventana. —Tu ya sabes que mi mamá murió cuando
yo tenía trece años y luego mi padre murió de un ataque al corazón cuando
tenía apenas dieciocho. Lo que no sabías era que yo no podía heredar Rio
Perezoso hasta que no me casara y me estableciera. Yo sólo tenía dieciocho
años y además era gay, pero tenía que mantener a salvo mi hogar, así que
comencé a salir con Terri. —Lex continuó contándole toda la historia a Sam.
Cuando terminó se preparó para el momento fatídico.

Sam se inclinó y abrazó a Lex. —¿Eso era todo?. ¿Ese era el gran
secreto que has estado guardando bajo llave dentro de ti durante todos estos
años? No estoy enojado contigo por lo que hiciste. Demonios, si alguien tiene
la culpa sería esa perra avariciosa que me tuvo. Me conmueve que me
quieras tanto. Lamento que tuvieras que vivir tu vida en secreto por mí
causa.

Lex le devolvió el abrazo y lo besó en la parte superior de la cabeza. —


Te quiero y nunca quise correr el riesgo de perderte. Hasta que Nick llegó
nunca había sentido que estaba renunciando a algo por eso. Él es el primer
hombre del que alguna vez me haya enamorado. Me alegro de que no
me odies.

Sam se limpió una lágrima de su ojo. —Nunca.


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Carol Lynne

CAPITULO 09

Nick condujo a casa a Lex esa misma tarde. Después de conseguir


dejarlo instalado en el sofá en el estudio, se fue a preparar una olla de sopa
hecha en casa. Una vez que terminó con la sopa salió a buscar a Shorty.

Lo encontró en su percha habitual en el establo. —Hey, estoy haciendo


una gran olla de sopa de verduras para la cena. Pensé que podría incluso
acompañarla con un buen pedazo de pan de maíz dulce. ¿Te interesa?.

—Claro, suena muy bien. ¿Cómo está el paciente esta tarde? —Shorty
ni siquiera miró hacia arriba. Él sólo siguió trabajando la brida que tenía en
sus manos.

—Está en el estudio durmiendo como un bebé. El Dr. Rollins dijo que


le diera un día más de descanso o algo así antes de que él hiciera algo de
ejercicio. —Nick miró hacia abajo a Shorty. —Él le contó a Sam todo acerca
de Terri hoy en la mañana. —Movió los pies en la tierra suelta. —Y acerca de
nosotros. Hablando de eso, ¿cómo lo tomaron los vaqueros cuando se lo
dijiste?.

Negando con la cabeza, Shorty finalmente lo miró. —Tuvimos que


dejar que un chico se fuera. No había estado aquí el tiempo suficiente como
para saber lo buen jefe que es Lex cuando está de buen humor. La mayoría
de ellos han estado con nosotros desde hace más de cinco años. Son unos
jodidos buenos hombres, cada uno de ellos, pero seguimos necesitando que
Pete regrese.

Shorty dejó la brida en la que había estado trabajando. —Me estoy


haciendo demasiado viejo como para seguir siendo el maldito capataz de un
rancho tan grande. He pensado en pedirle a Lex que me venda un acre o dos,
en donde podría construir una pequeña casa y semi retirarme. —Shorty dejó
de hablar y miró a todo lo largo de la estancia. —Pete es el mejor hombre
para reemplazarme, pero alguien tiene que convencerlo de que vuelva. —
Shorty miró a Nick a los ojos. —¿Creo que tal vez podrías ir a hablar con él?
Al no tener que pagar mi salario le podrías ofrecer un generoso aumento y el
uso de la casa del capataz.
SEXO CON LEX 78
Carol Lynne

Nick asintió con la cabeza y suspiró. —Voy a hablar con él ahora. Dime
dónde encontrarlo, entonces tu podrías ir y ver a mi hombre. Esperemos que
cuando vuelva traiga buenas noticias antes de que la sopa esté lista.

Estacionándose en el patio del rancho, Nick miró el área entera antes


de salir del camión de Lex. No vio a Pete, pero pensó que era probable que
estuviera en alguna parte. Se bajó del camión y se dirigió hacia el establo.
Pasó junto a un vaquero de camino y le preguntó por Pete. El vaquero le dijo
que estaba en el corral adiestrando un caballo para el jefe.

Nick encontró a Pete justo donde el vaquero dijo que estaría. Pete aún
tenía el mismo aspecto, alto, con corte militar en su pelo rubio rojizo por lo
que podía ver debajo de su sombrero. Siempre había sido amable con Nick.
Nick sólo esperaba que él aún se sintiera de la misma manera.

Al notar a Nick, Pete le pidió a uno de los otros vaqueros que tomara
las riendas del caballo en el que estaba trabajando. Se acercó a la valla y le
tendió la mano. —Hola. He oído que estabas de vuelta en la ciudad. ¿Cómo
has estado?

Nick le estrechó la mano a Pete. —Bien, ¿y tú?

Pete echó su sombrero hacia atrás dejándolo arriba de su frente y se


secó el sudor. —Bueno, supongo que has oído cómo he estado. Ese maldito
idiota de Lex me rompió la muñeca y todo por un estúpido caballo.

Asintiendo con la cabeza, Nick le dio una patada a la tierra con sus
zapatillas de deporte. —Si, bueno, eso hace parte de la razón de por qué
estoy aquí. Quería disculparme por ello. Verás, Lex considera a Suerte como
mi caballo, así que... cuando se deprimió tan profundamente de algún modo
el caballo pasó a sustituirme cuando me fui. —Nick lo volvió a mirar. —
Mira, Lex y yo nos amamos, pero tenía miedo de que alguien se enterara. Es
por eso que preferí terminar con todo e irme hace tres años. Por lo que
entiendo Lex no lo tomó muy bien. He vuelto para quedarme y nosotros
necesitamos que vuelvas al rancho y que te conviertas en el nuevo capataz.
SEXO CON LEX 79
Carol Lynne

Dando un silbido, Pete se rascó el pelo corto. —¿Le sucedió algo malo
a Shorty?

—Shorty ha decidido que quiere construirse una casita en Río


Perezoso, sería algo así como una especie de semi retiro. Me dijo que eras el
único de por estos lares en el que confía como para sustituirlo.

Pete estrechó los ojos con desconfianza. —¿Sabe Lex que estás aquí
ofreciéndome esto?

Nick negó con la cabeza. —Lex tuvo un infarto anoche. El médico le


dijo que tenía que eliminar el estrés del día a día y eso es lo que estoy
tratando de lograr con esta visita. No tienes por qué preocuparte, puedo
garantizarte que Lex estará de acuerdo con mi oferta. Pienso que tal vez
podríamos ofrecerte un aumento del cuarenta por ciento y el que vivas en la
casa del capataz, siempre y cuando vuelvas con nosotros. —Ahora era el
turno de Nick para estrechar sus ojos hacia Pete. —A menos que el que los
dos estemos juntos sea un problema para ti. Amo a Lex y no lo voy a ocultar.

Pete sonrió. —Para serte honesto la razón principal por la que comencé
a trabajar en Rio Perezoso fue porque había oído rumores de que Lex era
gay. Ya ves, yo también lo soy y la vida no es fácil para un vaquero gay en
Montana. Yo pensé que tendría un poco de comprensión y de protección allí.
Así que no, que los dos estén juntos no me molesta en absoluto. Tendría que
darle el aviso a los Lanham, pero me gusta el trabajo. Dile a Shorty que voy a
volver con la condición de que él mismo me entrene para ser un buen jefe
como él lo ha sido. Dormiré en la barraca con el resto de los chicos hasta que
construya su casa también.

Nick y Pete se estrecharon la mano e hicieron planes para que Pete le


diera el aviso de sus dos semanas a su jefe de forma inmediata9. Por el solo
hecho de preguntarle a Pete antes de irse de que si estaría bien decirle a Lex
acerca de su orientación sexual, Pete parecía estar aliviado, y asintió con la
cabeza. Nick condujo de nuevo hacia el rancho, se sentía estupendamente. Le

9
N.T. En las leyes laborales de algunos estados de Norteamérica, los trabajadores al renunciar deben pagar
un preaviso con dos semanas de trabajo. En algunos países de Latinoamérica también es costumbre hacerlo
con el fin de que el contratante tenga un tiempo prudencial para preparar la liquidación por terminación del
contrato laboral y también conseguir un reemplazo del trabajador para no trastornar el normal desarrollo del
trabajo.
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Carol Lynne

gustaba hablar y tratar con los vaqueros. Tal vez podría sentirse satisfecho
con solo trabajar en Río Perezoso.

Shorty estaba en la cocina, mezclando muy bien una hornada de pan


de maíz, cuando Nick entró en la casa. Nick sonrió y agarró la bolsa de
azúcar. —Apuesto a que no le pusiste nada de esto a la masa, ¿verdad?.

Shorty resopló cuando vio la bolsa de azúcar. —Los vaqueros de


verdad no le ponen azúcar a su pan de maíz.

—Bueno, yo no soy un vaquero de verdad y ya que esta es


probablemente la última vez que voy a poder comer un pan de maíz dulce,
lo quiero con esto. Ahora que acabo de volver de contratar a un nuevo
capataz, lo menos que podrías hacer es ponerle una taza de azúcar a la
maldita masa. —Sonrió y puso sus manos en sus caderas.

Refunfuñando todo el tiempo, Shorty le puso media taza de azúcar a la


masa y lo miró.

—Está bien. Voy a considerar esto como un buen compromiso. ¿No le


habrás echado sal a la sopa, verdad?, ya que Lex debe llevar una dieta sin sal
a partir de ahora. Yo había pensado en ponerle un poco de especias bajas en
sodio después de que se cocinara por un rato.

Shorty se quejó de nuevo. —Soy viejo, no estúpido. Ahora dime lo que


Pete dijo y cuando estará aquí.

Nick comenzó a escarbar en los armarios de los condimentos. —Él dijo


que tenías que estar de acuerdo con entrenarlo y que él estará encantado de
dormir en la barraca hasta que se construya tu nueva casa. Estará aquí dentro
de dos semanas. Ahora voy a ir a ver a Lex y le llevaré su medicina. —Se
despidió de Shorty y se fue por el pasillo.

Abrió la puerta del estudio y fue capturado de inmediato por un par


de ojos negros. —Hola, cariño. No sabía que ya estabas despierto. —Nick
entró y le entregó a Lex un vaso de agua fresca y su píldora.
SEXO CON LEX 81
Carol Lynne

Tomando la píldora, Lex se la puso en su boca y se la tragó con un


poco de agua. Él dejó el vaso y abrió los brazos. —Ven y acurrúcate conmigo.

Nick se acurrucó en el sofá junto a Lex. Acariciando con sus manos el


pecho desnudo de Lex, estaba feliz de tenerlo en casa. Lex lo llevó a su
regazo y le pasó la lengua por un lado de la cara a Nick. Nick hizo rodar sus
ojos y gimió. —No podemos hacer esto aún. El médico te aconsejó que no
hicieras ejercicio hasta pasado mañana y luego nosotros tendremos que
trabajar lentamente para volver a esto.

Lex se quejó y le dio un mordisquito en el cuello a Nick. —¿Qué te


parece lento y fácil de amar? ¿El doc no dijo nada acerca de eso? —Movió sus
manos entre las piernas de Nick y masajeó primero el interior de los muslos,
para luego masajear su endurecido eje.

Nick ronroneó. —Mmm... Eso se siente bien, pero tengo algunas cosas
que discutir contigo y no lo puedo hacer si me distraes.

Lex chupó el lóbulo de la oreja de Nick y le bajó la cremallera a sus


vaqueros. —Esto primero, hablar después. Tengo que sentirte. —Lex le bajó
los pantalones a Nick hasta las rodillas y le quitó la camisa. —Dios, tienes un
cuerpo hermoso. Solo déjame amarte. —Pasó las manos sobre el cuerpo de
Nick, encontrando todos sus puntos buenos en el proceso.

Nick se retorcía en los brazos de Lex, amando todo lo que le estaba


haciendo. Se apartó y le dio una patada a sus pantalones antes de volver a
sentarse en el extremo opuesto del sofá. Recostó la cabeza en el cojín y abrió
sus muslos en invitación. —Ven a mi amor. —Acarició la longitud de su pene
de manera seductora.

Lex se quitó la sudadera y se metió lentamente por entre las piernas de


Nick y tocó, lamió y mordió su camino hacia la palpitante polla de Nick. Le
mordió la corona y golpeó en las gotas de humedad con la lengua. La polla
de Nick saltó con la sensación.

Abriendo la boca, Lex tomó la longitud de Nick hasta llevarla


profundamente a su garganta. Casi pierde el control cuando Lex empezó a
tararear con su profunda voz contra él, las bolas de Nick vibraban. Él estaba
tratando como un infierno mantener las cosas lentas y fáciles, porque lo
SEXO CON LEX 82
Carol Lynne

último que quería era que Lex se excediera de alguna forma. La boca de Lex
se deslizaba hacia arriba y hacia abajo por el eje de Nick cada vez más
rápido, mientras que con una mano sostenía su pene, con la otra le acariciaba
el saco.

—Oh… dulzura... ¡Dios mío!, esto es tan dulce... —Lex tragó a Nick
hasta la raíz nuevamente y Nick estalló en su garganta.

Lex había follado a Nick con tal fuerza que Nick sabía que tendría
hematomas por la mañana. Cuando se vino Lex, Nick sintió la tibia humedad
en la pierna que estaba sobre el sofá de cuero. Él acercó a Lex con sus brazos.
—Dios, me encanta esa boca tuya. —Derribó la cabeza de Lex hacia abajo y
devoró su boca.

Se acariciaron la piel el uno al otro y se besaron durante otros diez


minutos antes de que oyeran a Shorty llamándolos a cenar. Nick levantó una
ceja. —¿Cómo vamos a explicar el olor del amor en nuestra piel?.

Lex se echó a reír. —Tengo un medio baño con un inodoro y un lavabo


por esa puerta. Creo que si conseguimos despegarnos el uno del otro
podremos ser capaces de limpiarnos y vestirnos en algún momento.

Nick lo siguió hasta el pequeño baño. —Todavía tengo que hablar


contigo sobre algo que he hecho sin tu aprobación. —Nick se mordió un
poco el interior de su mejilla.

—Sólo dime. Somos socios ahora, en todo.

Nick se lavó la polla en el lavabo y luego levantó la pierna y puso el


pie en el lavabo. Él lavó el semen de Lex, aún pensativo. —Shorty me dijo
hoy que estaba listo para un semi-retiro. —Nick pasó a explicarle el trato que
había hecho con Pete. —Yo sé que no era mi lugar, pero estaba tratando de
hacerte las cosas más fáciles para ti ahora. Los dos sabemos que Shorty desea
que Pete vuelva.

Lex inclinó la cabeza hacia atrás y suspiró. —¿Y tu y yo? ¿Cómo se


siente Pete acerca de que nosotros dos estemos abiertamente juntos?

Nick dejó escapar el aliento que había estado reteniendo, ahora que
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Carol Lynne

sabía que todo iba a estar bien. —No será un problema porque él es gay
también. Estaba buscando un lugar donde sería aceptado y protegido cuando
vino a trabajar para ti.

Lex sonrió tristemente. —Y tuve yo que ir y romperle la muñeca al


pobre hombre. —Lex envolvió en sus brazos a Nick desde atrás. —No estoy
enojado porque hayas tomado decisiones para el rancho, esta es tu casa. Pero
hubiera preferido que habláramos primero al respecto, pero entiendo por
qué no lo hiciste. Sin embargo, voy a informarle a Pete en su primer día aquí
que el que te mire el culo no es aceptable. No sabía que tendría que
preocuparme que mis vaqueros traten de arrebatarte y te alejen de mi. No
estoy seguro de que me guste eso.

Dándose la vuelta en los brazos de Lex para mirarlo de frente, Nick se


inclinó para darle un beso. —Su pelo no es ni lo suficiente largo, ni lo
suficientemente negro para mi gusto. Tú eres el hombre más sexy que he
conocido. Nunca habrá ni un solo momento en el que tengas que cuestionar
mi amor o mi fidelidad hacia ti. ¿Lo entiendes?.

Lex le dio una palmada al desnudo culo de Nick. —Lo entiendo.


Ahora ponte la maldita ropa antes de que yo te folle aquí, en el baño.
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CAPITULO 10

El Miércoles en la tarde Nick encontró a Lex en el corral mirando a


Rudy domar un nuevo caballo. Se acercó por detrás y lo rodeó con sus brazos
alrededor de su cintura.

Lex se dio la vuelta y lo abrazó. —Pensé que aún estabas dormido. —


Habían pasado toda la noche en el establo con Belle. Quien finalmente había
dado a luz a eso de las cinco de la madrugada al más lindo y pequeño potro
que Nick hubiera visto nunca.

Acurrucándose en su pecho, Nick se quejó. —Lo estaba, hasta que


quise ponerme en cucharita contra tu cuerpo y encontré la cama vacía. ¿Qué
estás haciendo aquí?.

—Echaba de menos el olor. ¿Puedes creerlo? Necesitaba el olor del


cuero, el sudor y la mierda. Estoy cansado de permanecer en la casa todo el
tiempo. Tengo que estar aquí con mis vaqueros. No he sido un jefe muy
bueno por los últimos dos años y estaba parado aquí tratando de averiguar
cómo hacer para volver a serlo.

Nick besó la marca de mordedura en el cuello de Lex. —Esperemos


que después de tu cita de hoy con el Dr. Spencer puedas reanudar tus
actividades normales, aquí con los vaqueros.

Gimiendo, Lex frotó su dura y gruesa polla contra la parte inferior del
estómago de Nick. —Si el doctor dice que puedo retomar mis actividades
normales, voy a empezar contigo.

—Oh, sí, como si te hubieras privado de alguna forma últimamente. —


Nick sonrió y le frotó la espalda. Él le dio un beso, una vez más antes de
volver su atención hacia los corrales. —Me encantaría ayudarte a hacer algo
bueno por ellos. ¿Estás pensando en un aumento o tal vez algo como una
fiesta o... ya lo tengo. Deberías construirles una gran sala con un buen juego
de audio y video en el barracón. Tendrían un lugar agradable para jugar a las
cartas o ver una película. Tal vez podrías incluso ir más allá y hacer de nuevo
el mobiliario.
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Lex lo besó profundamente. —Eso es una gran idea. Voy a hablar con
Todd hoy, mientras estoy en la ciudad. Ya le dije que estaría cerca. Estoy
pendiente de que Shorty elija el plan para la casa que más le convenga.

Nick negó con la cabeza. —Todavía no puedo creer que ese viejo terco
no te permitiera pagar por su casa.

Haciendo rodar sus ojos, miró a Nick. —Sí, suena igual como alguien
que conozco. Pero, lo que Shorty no sabe es que le dije a Todd que le diera un
descuento del veinte por ciento en su presupuesto y que yo me encargaría de
eso. Él también va a utilizar solo los materiales de mejor calidad y me
enviarán la factura por la diferencia. Shorty probablemente invertirá todos
sus ahorros en esa casa y yo no quiero nada cayéndose a pedazos.

—Eres un buen hombre. —Él se salió del abrazo y se volvió hacia la


casa.

—Te voy a llevar a la ciudad. Por cierto, he quedado de encontrarme


con Sam para almorzar y luego vamos a comprar un auto y no, no puedes ir.
Le dije a Shorty que enviara a un par de vaqueros a recogerte a ti y a tu
camión en un par de horas.

Comenzaron a caminar hacia el camión de Lex cogidos de las manos.


—¿Qué tipo de vehículo estás buscando? Porque yo no quiero que te metas
en algo barato. Nunca has estado en Montana en invierno. Definitivamente
necesitarás algo con tracción en las cuatro ruedas y verificar las
características de seguridad. No quiero que tu hermoso cuerpo corra ningún
riesgo cuando venga la primera nevada. Probablemente le lleve un tiempo a
un chico de Texas convertirse en un experto conduciendo en la nieve.

—Sí, señor. —Saludó como un militar Nick a Lex.

Lex lo miró y le dio un puñetazo en el brazo. —Sabelotodo.

Nick estacionó el camión frente a la oficina del doctor. Apretó la mano


de Lex y se dirigió a Gus’s para cumplir la cita con Sam. Llegó unos minutos
SEXO CON LEX 86
Carol Lynne

antes, así que consiguió una mesa y pidió una cerveza. Mientras estaba
sentado tamborileando los dedos sobre la mesa con cicatrices pensaba acerca
de la llamada que le había hecho a sus jefes el lunes. No estaban nada
contentos de que no les hubiera dado el aviso, pero no tenían otra opción. De
ninguna manera iba a regresar a Austin y a su trabajo hasta que pudieran
encontrar a un reemplazo. Después de colgar el teléfono con ellos, había
llamado a su casero, y le dio el aviso sobre su apartamento. Él no tenía
necesidad de preocuparse por su auto, ya que nunca se había molestado en
comprar uno nuevo después de salir de la escuela. Su pickup de diez años de
antigüedad se podría vender fácilmente cuando ellos fueran a recoger el
resto de sus cosas.

Miró a su alrededor a la gente en el bar. Se podría decir por las


miradas que estaba recibiendo que la noticia ya se había extendido en toda la
pequeña ciudad. Sonrió para sí, al menos nadie era abiertamente insultante.
Nick pensó que era debido a que Lex había crecido aquí y, a pesar de todo,
todavía tenía el respeto de la gente de la ciudad.

Se bebió su cerveza y pidió otra. Lex probablemente lo mataría cuando


oliera su aliento. Había estado pidiendo una cerveza desde que dejó el
hospital, pero Nick se negaba a comprarle una sin el consentimiento del
médico. Vio entrar a Sam y lo saludó con la mano. Sam se acercó y se sentó
en el asiento frente a él.

—Hola. Gracias por almorzar conmigo. —Hizo una señal para que les
trajeran cerveza y se volvió hacia Nick. —¿Cómo está papá?.

—Él está bien. De hecho, está más que bien, ahora el doctor Spencer le
está haciendo un chequeo. Es probable que pueda reanudar sus actividades
normales a partir de hoy. Él está ansioso por volver a trabajar.

La camarera les trajo sus cervezas, Nick sonrió y le agradeció. Sam


tomó un largo trago y la dejó sobre la mesa. Parecía nervioso, pensaba Nick.
Sam se aclaró la garganta. —Quería disculparme por mi comportamiento
durante los últimos años. —Cuando Nick negó con la cabeza y comenzaba a
interrumpirlo Sam levantó la mano. —No. Tú te mereces una explicación
acerca de la forma en que te he tratado.
SEXO CON LEX 87
Carol Lynne

—Como ves he sabido durante años que mi padre era gay, pero yo no
me di cuenta de que tú también lo eras. Cuando dejaste el rancho tan de
repente aquél verano pensé que algo había sucedido. Luego, después de que
te fuiste, papá comenzó a hundirse en un hoyo profundo y oscuro. Y te culpé
por eso. Pensé que habías hecho o dicho algo para que él se sintiera
avergonzado de sí mismo porque era así como él estaba actuando. Hubo
muchas veces en que pensé que cuando viniera a casa lo iba a encontrar
muerto en su estudio y cada vez que pensaba en ello, tercamente te culpaba a
ti.

Sam apuró su cerveza e hizo señas por otra.

—No fue hasta el episodio con Pete que Shorty finalmente me puso al
tanto de lo que probablemente estaba mal con mi papá. Eso fue hace casi seis
meses y yo sé que debería haberte llamado antes, pero tenía miedo. Luego,
cuando Justin y yo decidimos tener nuestra ceremonia de compromiso se
convirtió en la excusa perfecta para hacer que vinieras hasta aquí. Lamento
mucho que las cosas sucedieran de la manera en que pasaron.

Nick se quedó en silencio por un tiempo. ¿Cómo podría su mejor


amigo, pensar tan mal de él? Sam había sido la primera persona que Nick
realmente dejó que entrara en su vida y a pesar de lo que le había dicho a
Sam el que lo abandonara le había dolido como el infierno. Él sabía que tenía
que ser honesto con Sam y decirle cómo se sentía, pero no quería volver a
abrir las heridas que ya comenzaban a sanar.

—Gracias por explicármelo. No voy a mentirte y decirte que no me


dolió, porque me dolió muchísimo, pero me alegra de que por fin hayamos
aclarado las cosas. Tal vez me tome un poco más de tiempo volver a ser más
cercano a ti, como lo era antes, pero voy a llegar allí.

Sam asintió con la cabeza y tomó otro trago de su cerveza. —¿Así que,
eh... Justin y yo nos preguntábamos si tal vez a ti y a mi papá les gustaría
“contraer su compromiso” junto a nosotros el sábado?.

Nick se rió de la frase utilizada por Sam y negó con la cabeza. —El
sábado les pertenece a ti y a Justin. Tengo la sensación de que Lex y yo
tendremos algún tipo de ceremonia un día de estos pero el sábado es la de
ustedes. Sólo tienes que disfrutarla. Vamos a estar en primera fila. Lex
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probablemente llorará como una niñita. —Nick miró su reloj. —Sé que me
citaste aquí para hablar pero si no comemos pronto no vamos a tener tiempo
para ir hasta el concesionario de autos. Venden autos usados, ¿cierto?.

Nick llegó a casa conduciendo su nueva «de cinco años de


antigüedad» Chevy Suburban, de color rojo bombero. Sentía como si
estuviera conduciendo un tanque para que Lex fuera feliz. Nick pensaba que
probablemente podría conducir desde Quintillizos hasta Rio Perezoso por
entre los ventisqueros y aún así llegar allí con seguridad. Se detuvo al lado
del camión blanco cuatro puertas de Lex y apagó el motor.

Lex debió haber estado pendiente de él, porque salió de la casa y se


reunió con él en la escalera. —Es una belleza, pero ¿por qué comprar una
SUV en vez de una Pickup?.

Nick le dio un beso y se volvió hacia su nueva SUV. —Te voy a decir si
no te ríes.

Lex levantó la mano. —Te prometo que no me reiré de ti.

—Bueno, cuando yo estaba viendo los diferentes vehículos pensé que


tal vez algún día podría tener un perro y que podría viajar en la parte de
atrás durante todo el tiempo. Nunca he tenido un perro porque nunca he
vivido en un lugar el tiempo suficiente. —Nick puso su cara de perrito triste.
—Entonces, ¿crees que yo podría tener un perro?.

—Maldita sea, si que eres lindo. —Lex se inclinó y lo besó. —Bebé,


puedes tener lo que quieras. Esta es nuestra casa. No es solo mía, sino
nuestra. Si tú quieres un perro, consíguete un perro.

Nick echó los brazos alrededor de Lex y lo abrazó. —Gracias, pero no


de inmediato. Estoy muy ocupado ahora cuidando del hombre que amo y en
instalarme permanentemente con él, pero algún día. ¿Sí?.

—Sí. —Lex y Nick entraron a la casa. —El médico me puso en un


programa de ejercicios. Tengo que caminar, ya sea afuera o en la cinta al
SEXO CON LEX 89
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menos treinta minutos al día para empezar. Doc dijo que si cuido de mi dieta
al píe de la letra y hago mis ejercicios junto con la medicación, debería vivir
una vida larga y feliz. —Llevó a Nick por las escaleras hasta el dormitorio. —
Yo le dije que era una buena cosa porque tenía un cachorrito como pareja. —
Volvió a mirar a Nick y le guiñó un ojo. —También me dijo que podía
reanudar la actividad sexual. —Él comenzó quitarle la ropa a Nick.

—Oh, ¿de verdad? Bueno, entonces ya que esas son las órdenes del
médico ¿huh? —Nick sacó la apretada camiseta de Lex por su cabeza. Llegó
por detrás de Lex y desató la cola de caballo en su cabello para luego
acomodarlo a lo largo de su pecho. —Por favor, no pienses que soy raro,
pero algún día te voy a comprar un taparrabos y te obligaré a que juguemos
“al indio que captura al vaquero".

Lex empezó a reír. —Maldita sea. ¿Qué haría yo sin ti? —De repente,
Lex se puso serio y tiró a Nick a sus brazos. Él le besó suavemente los labios
y lo miró a los ojos. —Por favor no me vuelvas a dejar porque te amo más
que a mi propia vida. Lex se detuvo y miró con amor a Nick. —Yo hice algo
hoy cuando estuve en la ciudad. Me detuve a ver a Justin y cambié el título
de propiedad del rancho. Es ahora, nuestro, quedó a nombre de los dos, es
por si acaso me llegara a pasar algo a mí.

Nick puso sus dedos sobre los labios de Lex. —Shh. No hables de esa
manera. Mi trabajo principal a partir de ahora es trabajar junto a ti en este
rancho y en mantenerte feliz y saludable.

Lex le mordió los dedos a Nick. —Hablando sobre eso de mantenerme


feliz, ¿qué tal si te quitas los pantalones y me haces muy feliz?.

Lamiendo y chupado a Lex alrededor de su cuello y hacia abajo a su


pecho, Nick lanzó sus zapatos y comenzó a desabrochar sus vaqueros. Sus
manos no se cansaban de la suave piel bronceada de Lex. Él seguía siendo
tan sólido y firme como si fuera veinte años más joven y la visión de sus
pezones cafés que parecían oscuros guijarros impulsaba la lujuria de Nick a
toda marcha a todo momento.

—Prométeme que nunca estarás sin camisa alrededor de Pete. —Él


mordisqueó los brotes en el pecho de Lex y luego los calmó con su lengua.
SEXO CON LEX 90
Carol Lynne

Frotando con sus manos la polla de Nick y su culo duro como el acero,
Lex se retiró y lo miró. —¿Te acuerdas que Pete estaba aquí antes que tu
vinieras y después de que tu te fueras y yo aún así lo tiré de tu caballo? —Él
abrió la cremallera de sus propios jeans y se inclinó para quitárselos.

Nick se aprovechó de la posición y lo hizo girar. Frotando su dura


verga hacia arriba y hacia abajo por entre la grieta de Lex, presionándose lo
suficiente como para conseguir una buena cantidad de fricción. Gimió y
mordió el hombro de Lex. —Voy a joderte. —Condujo a Lex hacia la cama
donde él podría alcanzar el cajón donde estaba el lubricante. Colocó a Lex
sobre sus manos y rodillas en el centro de la cama y se arrastró detrás de él.
Golpeó con su lengua la fruncida entrada del culo de Lex.

Los músculos de la espalda de Lex ondularon ante la sensación. —


Cristo, eso es bueno. —Bajó la cabeza a la cama y se brindó a Nick. Nick pasó
su lengua desde la parte superior de la hendidura, parando para arremolinar
su lengua alrededor de la fruncida abertura y luego bajó un poco más hacia
la sensible área detrás del saco de Lex. Él continuó y se zambulló por entre
los muslos de Lex y pasó su lengua alrededor del saco y siguiendo hasta la
cabeza de color marrón quemado de su polla. Nick mordisqueó la cabeza y
se abrió camino lentamente, saboreando cada pulgada de Lex antes de
devolverse de nuevo hasta su agujero y mordisquearlo. Nick tomó
lubricante.

Lex gemía tan profundamente que las vibraciones viajaron a través de


la lengua de Nick directamente a su polla. Después de aplicar lubricante en
los dedos, Nick comenzó a preparar la vaina de Lex. Sintiendo la necesidad
de Lex por un poco de dolor, metió dos dedos profundamente en su culo. Él
no estuvo en desacuerdo porque Lex tomó su propia polla y comenzó a
empujar hacia atrás en la mano de Nick.

—Jódeme. Jódeme ahora. —Lex siguió trabajando los músculos de su


interior en los dedos de Nick.

Dios, Nick quería esos músculos alrededor de su verga. Sacó sus dedos
y, sin lubricar su pene, se empujó hasta la empuñadura. Lex lanzó un
gruñido y gruñó su placer mientras Nick le tomaba brutalmente. Golpeó con
tanta fuerza contra el culo de Lex que tenía miedo de que los dos acabaran
con contusiones pero podría decir que esto era exactamente lo que quería
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Carol Lynne

Lex.

—Más, maldita sea. Más fuerte. Jódeme el culo. —Lex siguió gruñendo
las órdenes mientras Nick continuaba con su ritmo castigador. Quitó una de
sus manos de la cadera de Lex y metió dos dedos en el apretado agujero
junto con su polla. Lex aulló y se vino, apretando con fuerza la polla y los
dedos de Nick apresándolos con sus fuertes músculos.

Nick se empujó tan profundamente como pudo, y llenó a Lex con su


semen. Inclinó la cabeza y lo chupó hasta hacerle una marca en el hombro a
Lex mientras su polla seguía palpitando en su interior. Cayó hacia adelante y
los empujó a los dos en la cama. Nick se puso de lado, tratando como un
infierno de recuperar el aliento.

Lex se volvió y lo envolvió con sus brazos y piernas. —Eso fue


jodidamente fantástico. Maldita sea, me va a doler como el infierno en la
mañana, pero voy a dormir con una sonrisa en mi cara esta noche.

Nick frotó el trasero de Lex y lo besó. —Sam me preguntó si queríamos


participar en su ceremonia de compromiso del sábado. Le dije que ese día le
pertenecía solo a él y a Justin. —Nick comenzó a jugar con los pezones de
Lex que se habían puesto duros como guijarros. —Él me dijo por qué me
excluyó de su vida después de mi partida también. —Nick le contó acerca de
la conversación que tuvo con Sam. Cuando terminó miró a los ojos a Lex. —
No puedo perderte de nuevo. Tú, este rancho y todos sus vaqueros son mi
familia ahora. Tú eres todo lo que me importa en este mundo. Sólo espero
que no cambies de opinión acerca de nosotros. Sé que tengo mucho por hacer
para madurar, pero espero que tú estés allí para enseñarme.

Besando sus ojos cerrados, Lex llevó sus manos a ambos lados de la
cara de Nick. —Mírame. —Cuando Nick abrió los ojos Lex lo besó en los
labios. —Tú eres mío. Para siempre. ¿Considerarías el que tengamos una
ceremonia para nosotros dos un día de estos, preferiblemente pronto?

Sonriendo, Nick mordió el labio inferior de Lex y luego lo chupó. —


¿Qué tal en Nochebuena? La víspera de Navidad ha sido el día más solitario
del año la mayor parte de mi vida. Creo que es tiempo de que sustituya los
malos recuerdos con uno muy bueno.
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—Pero para eso falta un poco más de seis meses. ¿Qué pasa si cambias
de opinión hasta entonces? —Lex pasó una mano por su pelo.

Nick pensó que realmente Lex quiso decir lo que había dicho. Negó
con la cabeza, tratando de averiguar cómo hacer para que este hombre
maravilloso creyera que no se iba a ir a ninguna parte. —Podemos tener
nuestra propia ceremonia solo para nosotros dos antes de esa fecha y sólo
renovar nuestros votos el uno al otro en una ceremonia la víspera de
Navidad.

Una sonrisa lentamente se extendió sobre el rostro de Lex. Los


hermosos hoyuelos brillaron en todo su esplendor era la cosa más sexy en él.

—Es un trato. ¿Cuándo quieres hacerlo? —Lex acarició el cuello de


Nick.

Jugando con el pelo de Lex, Nick pensó. —¿Por qué no la noche del
viernes? Los vaqueros siempre van a la ciudad ese día y luego podríamos
montar hasta el arroyo, llevaremos unas mantas y otras cosas. Me gustaría
que nos comprometiéramos bajo las estrellas y sobre la tierra de Rio
Perezoso.

—El viernes me suena absolutamente perfecto. ¿Puedo comprarte un


anillo? —preguntó Lex con entusiasmo. —Te prometo que no será nada
llamativo, sólo una banda de oro.

Negando con la cabeza, Nick le dio un beso. —Si me vas a conseguir


un anillo me gustaría algo que me recordara a ti. Yo estaba pensando más en
un anillo de plata, tal vez con un poco de color turquesa en la banda y te
puedo conseguir uno que coincida. Aunque me gustaría encontrar
exactamente los correctos por lo que tal vez deberíamos guardar los anillos
para la ceremonia formal en Navidad.

Lex se inclinó y mordió el pezón de Nick. —¿Qué tal si vamos nosotros


dos a Missoula mañana y conseguimos un par de anillos a juego para pezón?
—Lex comenzó a reírse y se sonrojó sutilmente. —Si alguien me hubiera
dicho hace un año que yo conseguiría un anillo para pezón le hubiera dicho
que estaba loco. Quiero decir, nadie de mi edad se hace una perforación en
su pezón, pero por alguna razón esto se siente bien. Tal vez me estoy
SEXO CON LEX 93
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haciendo más joven en vez de más viejo. —Miró a Nick. —Entonces, ¿qué te
parece? ¿Te gustaría perforarte el pezón?

—Oh Dios, eso sería tan sexy como el infierno. —Nick frotó su
semiduro pene contra Lex. —Mi polla se pone dura con solo mirar tu pecho,
pero con un anillo de pezón...

Lex se rió y se subió encima de Nick. —Puedo sentir que se te puso


dura, bebé, pero yo soy un hombre viejo y me va a tomar un poco mas de
tiempo. —Lex empezó a frotar su pene contra la suave y ahora dura «como el
acero» verga de Nick.

Enterrando la cabeza más profundamente en la almohada, Nick gimió


y separó las piernas. Empezó a empujar hacia arriba y empezó a frotar su
polla de lado en contra de Lex. —Mmm... se siente bien.

Lex mordió el hombro de Nick un poco más fuerte de lo normal. Nick


gimió cuando sintió el endurecimiento de la polla de Lex. Se frotó contra él
mientras le pellizcaba los pezones. Lex llevó sus manos por debajo de Nick y
extendió sus mejillas. Gimiendo, Nick arqueó su espalda, moliéndose contra
Lex cuando un dedo rozó su entrada.

Nick raspó apenas con sus uñas la espalda de Lex. —Vengámonos...


vengámonos juntos... ¡Ohhhh! —El semen de Nick estalló entre sus cuerpos.
El calor y el olor eran tan intensos que Lex se vino justo después de él.

Lex rodó hacia un lado y revolvió con un dedo sus combinadas


esencias sobre el pecho de Nick, deteniéndose ocasionalmente para inclinarse
y lamerla. —Sabemos muy bien juntos —dijo Lex, chasqueando los labios.

Mirando hacia él, Nick se echó a reír. —¿Has terminado de pintarme


con tus dedos?. porque me vendría bien un buen y largo baño en esa
hermosa tina tuya.

Lamiendo una última vez un poco de sus jugos combinados, Lex


ronroneó. —Mmm... bueno. —Él se levantó de la cama y jaló a Nick y lo llevó
hacia el cuarto de baño.

Nick se detuvo y miró a Lex. —Si te perforas el pezón tienes que


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asegurarte de no salir o estar cerca a Pete sin camisa. —Él se inclinó hacia
adelante y mordió el pezón de Lex.

Lex sostuvo su cabeza contra su pecho y suspiró mientras Nick seguía


mamándolo. —Son solo tuyos, bebé.
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CAPITULO 11

Se dirigieron a Missoula en la Suburban nueva de Nick, con sus manos


entrelazadas sobre la consola entre los asientos. Nick miró a Lex y le sonrió.
—¿Vamos a hacernos la perforación en uno o en ambos pezones?.

Lex lo miró y se encogió de hombros. —Si te las hicieras en ambos


sería aún más sexy, pero tal vez deberíamos esperar y ver primero que tanto
duele. —Lex lo alcanzó a través de la consola y frotó con la parte posterior de
sus dedos el pezón derecho de Nick. Se puso duro como un guijarro con su
toque como siempre lo hacía. Lex gimió. —Eres tan sensible que no puedo
esperar hasta que pueda jugar y tirar de los anillos con mi lengua. Dios, de
sólo pensarlo me pongo duro.

Levantando una ceja, Nick miró hacia abajo, hacia el bulto que estaba
creciendo presionado suavemente contra la mezclilla de Lex. —Genial.
Guarda eso para más tarde y le haré justicia.

Ellos encontraron la tienda de tatuajes y perforaciones en el cuerpo y


pararon en el estacionamiento. Lex estaba empezando a ponerse un poco
nervioso, lo cual era completamente ridículo. Era un vaquero, por el amor de
Dios. Los vaqueros eran tipos resistentes que no se dejaban amilanar por un
poco de dolor. Miró a Nick, que casi saltaba por la anticipación.

Nick miró a Lex, cuando llegaron a la puerta. —Estás seguro de esto,


¿no?. Quiero decir, yo estoy seguro que quiero que lo hagamos, pero si esto
no es para ti entonces eso también estaría bien conmigo.

Lex puso su mano sobre la espalda de Nick. —Estoy un poco nervioso,


pero sí, estoy seguro de que quiero esto. —Abrió la puerta e hizo pasar a
través de ella a Nick. Miró a su alrededor, al arte en las paredes. Mostraban
tipos diferentes de tatuajes. Eso ni pensarlo. Él odiaba con todas sus fuerzas
su vacuna anual contra la gripe. Ni loco dejaría que alguien le hiciera eso a
él.

Caminaron hasta el mostrador y Nick le preguntó a la chica tatuada


sobre los piercings. Ella les mostró una vitrina que contenía toda la joyería
SEXO CON LEX 96
Carol Lynne

necesaria. Ella los dejó que conversaran al respecto y se dirigió a su taburete


detrás del mostrador, mirándolos totalmente aburrida.

Nick estaba revisando todos los pequeños aros para pezones, mientras
que los ojos de Lex vagaron a través de toda la joyería para todo tipo de
perforaciones. Vio un artilugio pesado en plata y levantó las cejas. Dándole
un codazo en el costado a Nick, lo señaló. —¿Qué es eso y en dónde va?

Riendo, Nick negó con la cabeza. —Olvídalo, eso se llama príncipe


Alberto y ni loco dejaría que pegaran esa cosa en mi polla.

—Oh, mierda. —La mano de Lex fue instintivamente hacia su polla. —


Estoy de acuerdo contigo en eso. Qué vamos a ponernos en los pezones. —
De pronto vio los aros perfectos y casi saltó de alegría. —Esos.

Los pequeños aros de plata tenían una cuenta de color turquesa


colgando de ellos, pero sólo había dos.

Se acercó de nuevo a la dependienta y le preguntó si podía ver si


tenían otros dos de esos mismos. La chica hizo rodar los ojos y empezó a
abrir los cajones de los armarios. Finalmente encontró solo uno más y le dijo
que probablemente podría pedir otro par. Lex le dijo que con uno más sería
suficiente. Lex se volvió y le dijo a Nick.

—Ella sólo tiene uno más, pero sinceramente creo que eso es más que
suficiente para este viejo de todos modos. Pensé que podrías hacerte ambos
hoy y yo podría hacerme uno. —Lex no podía creer que estaba usando la
joyería como una excusa para solo hacerse una sola perforación, pero,
honestamente, no podía verse a sí mismo haciéndose perforaciones en ambos
pezones.

Entraron en la Suburban cuarenta minutos después, Nick sonrió. —


Cada vez que me muevo mi camisa roza los anillos y mis pezones se ponen
duros. ¿Me pregunto si es sólo porque siento un poco de dolor o si voy a
tener que comprar camisas más gruesas para cuando venga a la ciudad?.
SEXO CON LEX 97
Carol Lynne

Lex sonrió. Podía ver el contorno de los aros de plata a través de la


delgada camisa blanca de Nick. —No lo sé, pero es una muy buena vista
para mi. Démonos prisa y vayamos a comer, luego, puedes llevarme a casa y
dejar que te los limpie. Quiero chuparlos, pero creo que necesitarán sanar un
poco primero.

Nick condujo hasta el restaurante de carnes favorito de Lex. Entraron y


se sentaron de inmediato. —Guau, que rápido servicio. Tenía miedo de que
tuviéramos que esperar un poco para conseguir una mesa —dijo Nick
sonriendo encima de la mesa a Lex.

Lex se humedeció los labios y miró a Nick. —La anfitriona te estaba


comiendo con los ojos. Creo que a ella también le gustaron los aros en tus
pezones. —Sus hoyuelos resplandecieron y recogió el menú. Nick negó con
la cabeza y estudió su propio menú. Él estaba tratando de decidir qué pedir
hasta cuando se dio cuenta que alguien parado al lado de su mesa estaba
haciendo carraspear la garganta.

—¿Qué estás haciendo aquí, Terri?.

La cabeza de Nick se levantó al escuchar el nombre y miró a la viuda


negra de pie al lado de Lex. Tenía un cuerpo bonito y apostaba que alguna
vez ella había sido preciosa, pero ahora parecía que había tenido un
estiramiento facial de más. Ella estaba francamente aterradora, parecía como
si apenas pudiera parpadear. No era de extrañar que se hubiera quedado sin
dinero tan rápido.

Terri tomó la silla vacía de su mesa y se sentó. —Yo vine a la ciudad


para hablar contigo acerca de mi pequeña proposición de negocios de la que
hablamos la otra noche. Aún no he oído nada de mi abogado y quería
asegurarme de que supieras que estaba hablando en serio.

Ella miró a Nick e hizo rodar sus ojos. Al menos pensaba Nick que era
eso lo que ella estaba tratando de hacer. La piel estaba un poco más que
demasiado ajustada como para hacer que cooperara por lo que ella terminó
mirándolo como si él fuera un tonto, pero tonto o no, Nick no permitiría que
la barracuda molestara a Lex.
SEXO CON LEX 98
Carol Lynne

Terri señaló con la cabeza hacia Nick. —¿Él es tu chico juguete, Lex? Se
ve lo suficientemente joven como para ser tu hijo. Por lo que veo sigues
siendo un pervertido.

Ella se preparaba para continuar, pero Nick la agarró del brazo. —Oye,
perra. No lo molestes más. ¿Me entiendes?. Ahora toma tu horripilante cara
de culo y vete. Nadie aquí está interesado en nada de lo que tengas que decir.

—¿En serio? ¿Nadie está interesado en lo que tengo que decir? —Ella
se puso de píe y recogió el bolso de la mesa. —Pues, eso lo veremos. ¿No es
cierto? —Terri se fue pisando muy fuerte hacia la puerta.

Lex intentó ir tras ella, pero Nick puso una mano sobre su brazo
impidiéndoselo. —Deja que se vaya. Sam es un hombre ahora y él ya conoce
todos tus secretos, Terri ya no puede hacerle daño con ellos. Él se ha
preguntado acerca de ella durante toda su vida. Deja que vea la clase de
perra que tiene por madre. Tú lo has criado bien, ahora ten un poco de fe en
él.

Cerrando los ojos, Lex se sentó de nuevo. —Sé que tú probablemente


tengas razón, pero Sam sigue siendo mi hijo y yo no quiero ver como alguien
intenta hacerle daño. Gracias por enfrentarte a ella. Me siento tan alterado
cuando estoy frente a Terri que me convierto en un completo idiota. Lamento
no haberte defendido. Eso realmente me hace sentir como una mierda.

Llegando a través de la mesa, Nick tomó la mano de Lex. —Esa, mi


amor, es una perra de miedo y si yo no estuviera seriamente interesado en
“proteger a mi amante de otro infarto” yo bien podría haber dejado que ella
hiciera lo que quisiera. Soy un chico grande también, y puedo cuidar de mí
mismo. Pero creo que sería una buena idea llamar a Sam y ponerlo sobre
aviso de que va a recibir una visita de la dama dragón.

Lex llamó a Sam y así pudieron ser capaces de tener aún una agradable
cena con carne asada. Después, se detuvieron en uno de los grandes
almacenes en Missoula y le compraron a Justin y a Sam un pequeño regalo
de bodas.

Lex llevó las bolsas a la camioneta, negando con la cabeza. —Cuando


pensé en darle a Sam un pequeño regalo seguro que no pensé en darle
SEXO CON LEX 99
Carol Lynne

sábanas de seda. Me parece que se vería un poco mal que un padre le diera
unas sabanas a su hijo. No sé como dejé que me convencieras de ello. Yo
estaba pensando más como en una tostadora o algo así. Tengo un verdadero
regalo hecho para ellos.

Nick se detuvo y lo miró. —No me has contado nada acerca de eso.


¿Qué tienes hecho para ellos?.

Encogiéndose de hombros, Lex continuó hacia la camioneta. —


Conozco a un tipo en la ciudad que les hizo un par de escritorios a juego
para su oficina en casa. Les oí discutir acerca de que los dos escritorios
simplemente no encajan, así que esperé hasta que se fueran a trabajar y se
acercó y tomó algunas medidas. —Lex miró hacia abajo. —Yo pensé que eso
tendría un poquito de valor simbólico para la ocasión —dijo tan bajito que
Nick apenas lo oyó.

Envolviendo sus brazos alrededor de él, Nick le dio un beso. —Va a


ser el regalo perfecto. Vas a ver que a ambos les va a encantar. ¿Quieres que
vaya de nuevo al almacén y devuelva las sabanas? Pensé que también tenían
un valor simbólico. Es por eso que las he elegido.

—No, las sabanas están muy bien. Sólo que me parece extraño darle
sábanas a mi hijo para la cama que va a compartir y tener relaciones sexuales
con su pareja. —Nick desbloqueó la puerta y Lex se subió a la camioneta.

Subiéndose por el lado del conductor, Nick puso en marcha el motor.


—Podríamos dejar las sabanas para nosotros y hacer una parada en la tienda
de Quintillizos y conseguirles una tostadora. Además, el solo pensar en verte
acostado sobre estas sábanas de seda color rojo hace que me ponga duro.

Los hoyuelos de Lex destellaron. —Bueno, en ese caso, considera tuyas


las sabanas. —Lex alcanzó a Nick a través de la consola y pasó la mano sobre
su bragueta. —Pienso que deberíamos visitar a Sam de camino a casa.

Nick podía ver la preocupación en el rostro de Lex. —Pienso que Sam


tiene que hacer esto por sí solo. Deja de tratarlo como si fuera un bebé todo el
tiempo, él es un hombre adulto.
SEXO CON LEX 100
Carol Lynne

—Hombre adulto o no, si está lastimado sé que me va a necesitar.


Simplemente pasa por su casa, lo harás. Yo me quedo en el porche, si todo
está bien.

Nick no estaba de acuerdo con lo que pensaba Lex, pero asintió con la
cabeza de todos modos. Tal vez era porque no recordaba lo que era tener un
papá, pero le parecía que Lex estaba tratando a Sam como si aún fuera un
niño.

Lex sostuvo la mano de Nick todo el camino hasta Quintillizos. Estaba


mirando por la ventana, pensando en la visita que le había hecho a su
constructor el día anterior.

Nick miró a Lex. —¿Estás soñando despierto o hay algo mal contigo?
No era mi intención molestarte sobre todo este asunto de Sam, pero si tengo
una opinión que darte espero que pueda ser capaz de decírtela sin que te
pongas malhumorado.

Apartando la mirada de la ventana hacia Nick, Lex sonrió. —Tienes


todo el derecho a darme tu opinión y no estoy enojado por eso. Yo estaba
pensando en el regalo de bodas que te conseguí.

—¿Me conseguiste un regalo de bodas, además de las sábanas de seda


de color rojo? Dime lo que es. Oh Dios, creo que podría acostumbrarme a
esta cosa de los regalos. ¿Vamos, Lex, dime?.

Lex se rió entre dientes. Nick aprecia como un niño en la mañana de


Navidad. —Yo iba a decírtelo mañana por la noche ya que no tendría nada
realmente para darte. Sin embargo, entre más pienso en ello, más me doy
cuenta que voy a estar demasiado ocupado haciéndote el amor como para
hablar de regalos de todos modos. —Miró la expresión emocionada en el
rostro de Nick. —Mierda, eres muy lindo. —Lex acarició la nariz de Nick con
el dedo. —Le pregunté a Todd acerca de diseñar y construir una clínica para
animales pequeños en el rancho. Pensé que sería bueno para ti tener un lugar
propio, donde pudieras atender los animales del rancho, así como cualquier
otro animal que alguien quiera llevarte.

La mandíbula de Nick cayó al suelo. —¿Me estas dando toda una


clínica veterinaria como regalo de bodas? ¿Por qué? Quiero decir, guau, eso
SEXO CON LEX 101
Carol Lynne

es... eso es demasiado. Pensé que tal vez era un reloj o algo así. ¿Tienes tu
alguna idea de lo mucho que te va a costar? ¿Eso es un compromiso
demasiado alto?. Por qué mejor no construir una adición en el establo. Una
sola habitación, eso es todo lo que necesito y comprar el equipo de segunda
mano. Sólo tengo veintisiete años, tendré un montón de tiempo por delante
para mejorarla una vez que empiece a hacer algo de dinero real. Es probable
que pueda conseguir un pequeño préstamo para ayudarte con eso.

Lex apretó la mano de Nick. —Déjame hacer esto por ti, por favor.
Además, no estoy siendo totalmente desinteresado. ¿Tienes alguna idea de lo
mucho que gasto al año en facturas del veterinario? La clínica probablemente
se pagará por sí misma antes de que te des cuenta.

Mirándolo de la forma como se mira a la luna, Nick sonrió. —Nunca


soñé que algún día tendría mi propia clínica. ¿Crees que Todd me dejaría
darle algunas sugerencias sobre el diseño?.

—Bebé, creo que Todd va a hacer todo lo que le digas que haga. Es tu
clínica después de todo. —Lex nunca le había dado a nadie un regalo que
fuera tan bien recibido. Por lo visto iba a disfrutar echar a perder a Nick.

Cuando se detuvieron frente a la casa de Sam, Nick no veía autos


extraños sobre la calzada. Se volvió hacia Lex. —Esperemos que la dama
dragón haya cambiado de opinión. —Caminaron hacia la puerta principal y
tocaron al timbre.

Después de unos momentos Justin abrió la puerta. Nick podía decir


por el aspecto de su cara que Terri ya había pasado por allí. —Me alegro de
que estés aquí. Sammy está arriba. Es posible que desees ir y hablar con él. —
Él dio un paso hacia atrás al interior de la casa y los dejó entrar. Lex miró a
Nick y lo besó. —Deséame suerte.

Nick negó con la cabeza. —No necesitas suerte. El que está allí es tu
hijo y es obvio que tú lo conoces mejor que nadie.
SEXO CON LEX 102
Carol Lynne

Lex asintió con la cabeza y subió por las escaleras y llamó a la puerta
de la habitación.

—Adelante.

Lex abrió la puerta y vio a Sam sentado a un lado de la cama. Era


bastante obvio que se veía como si hubiera sido pasado a través del
escurridor. Lex se acercó y se sentó a su lado. Él no dijo nada, sólo puso sus
brazos alrededor de Sam y lo sostuvo.

—Oh papá, ella es horrible. Me alegro de que me abandonara cuando


yo era un bebé. No me puedo ni imaginar siendo criado por una perra tan
absorta en sí misma como ella. —Sam sostuvo más apretado a su padre.

—Lo siento mucho. Tenía la esperanza de que nunca tuvieras que


encontrarte con ella, sobre todo después de que la oí decir que los gays
éramos unos pervertidos. ¿Hace cuanto se fue?.

Sam se limpió los ojos. —Tuvo Justin que echarla a patadas hace como
unos veinte minutos. Ella parecía una loca de atar en ese momento Justin
tuvo que empujarla hacia la puerta. Ella decía en todo momento que iba a
hacerte pagar por lo que hiciste de mí. —Miró a Lex. —En caso de que te lo
estés preguntando, no. No te culpo que yo sea gay. Más bien es algo que
debo agradecerte. Crecí sabiendo que tú eras gay, pero también sabía que te
avergonzabas de ello. Cuando finalmente me di cuenta que yo estaba
enamorado de Justin, decidí que tenía que ir por ello o pasar mi vida
completamente solo como tu lo habías hecho durante los últimos veinticinco
años o más. Me alegro de que ambos nos hubiéramos enamorado de las
personas adecuadas en el momento adecuado.

Lex le revolvió el pelo como lo hacía cuando Sam era un niño. —


Gracias, yo también me alegro.

Se puso de pie y jaló a Sam para que se parara a su lado. —Voy a ir a


decirle a Justin que vas a estar bien. El hombre se veía preocupado a muerte
cuando llegamos aquí. —Besó a Sam en la frente.

—Te amo.
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Carol Lynne

—Yo también te amo, papá.

Lex bajó por las escaleras y encontró a Justin y a Nick tomando una
copa de whisky en la sala de estar. —Él va a estar bien. No todos los días un
hijo descubre que su madre es la dama dragón. —Se acercó a Justin. —Sólo
tienes que ir y abrazarlo. Eso es todo lo que necesita ahora mismo.

Justin se puso de pie y le estrechó la mano a Lex. —Gracias. Voy a


hacer eso.

Lex jaló a Nick para que se levantara del sofá y se dirigió hacia la
puerta. Al llegar afuera Lex miró a Nick. —Tenemos que llegar a casa. Me
temo que Terri podría estar en modo de venganza por completo.

Nick saltó a la Suburban y encendió el motor. —No creo que ella


intente hacerle algo a la casa, ¿verdad? —Él corrió a toda velocidad hacia Río
Perezoso.

—Es Terri. Ella haría cualquier cosa con tal de hacerme pagar de una
manera u otra. —El pecho de Lex latía con fuerza y se alegró de que él
tuviera sus pastillas de nitroglicerina en el bolsillo, por si acaso. Tocó el
estuche de píldoras, mientras superaban el límite de velocidad rumbo a casa.

Cuando llegaron a la casa no había ninguna señal de Terri, pero Lex no


confiaba en ella. Se bajó y subió las escaleras de la casa. Abrió la puerta y él y
Nick comenzaron a buscar por todas las habitaciones, tarea que no era fácil
en una casa del tamaño de la suya.

Cuando terminaron la búsqueda se encontraron en el dormitorio. Nick


envolvió sus brazos alrededor de Lex. —No he encontrado ninguna señal de
que hubiera estado en la casa. ¿Y tu?.

Lex negó con la cabeza. —Nada. Vamos a olvidarnos de ella por esta
noche. —Él jaló la ajustada camiseta de Nick por su cabeza. Gimió cuando
los anillos de los pezones se movieron causando que Nick se pusiera duro. —
Además, te prometí que limpiaría tus hermosos pezones por ti.
SEXO CON LEX 104
Carol Lynne

Se metió en el baño y volvió con un poco de alcohol y una toallita.


Puso la toalla bajo el pezón de Nick y vertió lentamente el alcohol sobre la
nueva perforación. Ante la forzada inhalación de Nick, Lex se inclinó y
sopló. —Todo está bien bebé, sólo es un pequeño ardor.

—Dios mío. No puedes soplar en mis pezones y ponerme duro,


mientras que al mismo tiempo me hablas como si fuera un estudiante de
primaria. —Nick silbó cuando Lex vertió alcohol sobre el segundo piercing.
—Sopla, amor. Sopla.

Lex sopló y le pasó la botella a Nick. —Yo soy el siguiente.

Mientras que Nick estaba limpiando la perforación, la alarma de


incendio sonó en el patio del rancho.

Lex miró por la ventana y vio el establo en llamas. —¡Mierda, mierda,


esa puta!. —Gritó mientras corría por las escaleras. Saltó del porche y corrió
hacia el granero con Nick corriendo junto a él.

Encontraron a Shorty y a los vaqueros con mangueras y sacos de


arpillera húmeda atacando al fuego. Lex miró por encima de los pastos. —
¿Están todos los caballos? —Dios, él esperaba que si. El establo estaba casi
totalmente envuelto en llamas.

Shorty negó con la cabeza. —Lo siento, tenemos a casi todos, pero no
pudimos sacar a Suerte. Su puesto está demasiado lejos de la entrada del
establo como para que pudiéramos llegar a él. —Shorty siguió apuntando la
manguera en la esquina del establo donde estaba el puesto de Suerte. —
Algunos de los muchachos van a tratar de despejar el camino para él.

Lex negó con la cabeza. —No, parece como si el establo entero se fuera
a caer en cualquier momento. —Caminó hacia un lado del establo. Vió a
Suerte por la ventana y negó con la cabeza. —Mierda... alguien que me traiga
un hacha o un mazo. ¡Ahora!.

Unos momentos después Lester corrió y le dio un hacha a Lex. Él la


tomó y se acercó a la ventana. —Hazte a un lado. —Él balanceó el hacha
hacia la ventana. Cristales rotos saltaron por todas partes hacia él mismo y
Suerte. Una ráfaga de aire caliente se precipitó sobre Lex. Él usó el hacha
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Carol Lynne

para hacer el agujero más grande. Suerte cayó a un lado de la ventana y Lex
no estaba seguro de que fuera a ser capaz de arrastrarlo una vez que él
hiciera el agujero lo suficientemente grande como para sacarlo. Lester llegó
corriendo y le dijo a Lex que fuera a verificar a Suerte, mientras él continuaba
trabajando en la ventana.

Lex subió por la ventana rota. No podía creer la cantidad de calor en el


interior del establo. Él fue capaz de convencer a Suerte para que se pusiera
de pie mientras que Lester rompía el último pedazo de tabla con el hacha.
Rápidamente les gritó y recibió un saco de arpillera húmeda para poner
sobre la cara del caballo y lo llevó fuera. Suerte se había cortado con los
cristales rotos y Lex sabía que tenía algunos daños por el humo en sus
pulmones, pero pensaba que lo lograría.

Miró a su alrededor buscando como si su vida dependiera de ello a su


veterinario. Pero no lo vio. —Hey, Shorty, ¿dónde está Nick?.

—Se fue hacia esos árboles poco después de que ambos llegaran aquí.

Tan pronto como lo dijo Nick apareció por entre los árboles,
empujando a una Terri muy sucia delante de él. Mientras los dos se
acercaban Lex pudo ver sangre corriendo por la nariz de Terri. En realidad
parecía como si la nariz de Terri se hubiera roto. Él esbozó una sonrisa hacia
Nick.

Nick empujó a Terri dejándola delante de Lex. —La vi mirando a


través de los árboles. Fui tras ella y decidió correr. Grave error de su parte
porque tuve que empujarla muy fuerte por su espalda. Parece ser que a la
pobre de Terri se le rompió la nariz cuando cayó. Le dije que tenía suerte de
tener su maldita cara tan estirada por todos lados o si no su nariz hubiera
terminado encajada dentro de su cara.

Lex oyó los camiones de bomberos dirigirse hacia ellos por el camino
de entrada al rancho. —Espero que la policía venga con ellos. —Se volvió
hacia Terri. —Bueno, ¿qué te parece? ¿Valió la pena esto como para pasar
algún tiempo en la cárcel? Me pregunto cuántos hombres ricos de la alta
sociedad van a querer a una ex-criminal como esposa. —Rió entre dientes
con su ceño fruncido. —Creo que será mejor que le sigas el juego a algunos
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Carol Lynne

de los guardias de allí porque creo que es lo mejor que tu vas a conseguir por
algún un tiempo.

El lenguaje que salió de la boca de esa mujer hizo que todos los
vaqueros del rancho se ruborizaran.

Nick se acercó furtivamente a Lex. —Sí y asegúrate de elegir a un


ganador esta vez. No sigas esperando que tu segunda opción sea mejor.

Lex le dio un beso, haciendo gritar a Terri aún más. —Tú no eres mi
segunda opción. Siempre serás el número uno para mí.

Más tarde esa misma noche cuando la policía ya se había llevado a


Terri y los bomberos habían derrumbado lo que quedaba del establo, Nick
llevó a Lex hacia la ducha. —Dios, apestamos.

Lex agarró la botella de champú y vertió un poco en su mano para


poder lavarle el cabello a Nick. Cuando terminó Lex de aclararle el pelo
comenzó a trabajar con una barra de jabón y una toalla sobre su cuerpo. Lex
fregó y probó cada centímetro del cuerpo de Nick, mientras él lo limpiaba.

Nick hizo lo mismo con Lex, prestando especial atención a la parte


inferior de su cuerpo. Jugueteó con las bolas de Lex mientras pasaba la
lengua sobre la cabeza de su polla. Lex empujó hacia su cara. —Chúpame. —
Nick se sintió obligado de buena gana. Tomó la cabeza de la polla de Lex en
su boca y chupó con fuerza. Soltando la cabeza de su boca, Nick le pasó la
lengua por los lados. Sentía cada depresión y cada vena. Lex empezó a gemir
y abrió más las piernas.

Nick sonrió. Sabía exactamente lo que Lex estaba buscando. Él volvió a


subir a la cabeza y abrió ampliamente su boca para tomarlo de nuevo.
Mientras le chupaba la polla, Nick pegó tres dedos contra el culo de Lex. Él
bombeó con sus dedos más rápido a medida que sentía que Lex comenzaba a
temblar. El paró para tomar un último aliento y luego tragó a Lex hasta la
base. Esto parecía hacer el truco, porque Lex gritó su nombre mientras se
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vaciaba en la garganta de Nick. Nick tragó hasta la última gota del semen de
Lex y luego lo soltó jadeando.

Lex se puso de rodillas al lado de Nick. Él mismo se tendió en el piso


de la enorme ducha. —Hazme el amor.

Nick sonrió y extendió la mano hacia la repisa para tomar la botella de


lubricante resistente al agua. No se molestó en lubricar el culo de Lex. Él
sabía que a Lex le encantaba la sensación de placer-dolor por lo que solo
puso una pequeña cantidad de lubricante directamente sobre su polla. Nick
pasó la mano hacia arriba y hacia abajo de su pene mientras veía retorcerse y
gemir a Lex en el suelo de la ducha.

Nick miró primero su polla y luego de vuelta a Lex. —¿Estás listo para
esto? Porque va a ser duro y rápido.

—Hazlo. Hazlo de la forma en que tú lo desees. —Lex vio como Nick


puso sus rodillas sobre sus hombros.

—Abre la boca y di ahhh. —Con esas palabras que acababan de salir


de su boca estrelló la cabeza de su polla profundamente en el culo de Lex. —
Oh, maldita sea, esto se siente bien. Estás más caliente que cualquier maldito
incendio.

Nick bombeó en el culo de Lex como si fuera la cosa más importante


en el mundo. Nick gruñó y gimió como un animal salvaje. —No puedo llegar
lo suficientemente profundo. —Se hundió más y más profundamente con
cada empuje.

Lex puso sus manos sobre su cabeza para apoyarse contra la pared de
azulejos. —Sí, bebé. Jódeme, así es bueno.

Nick dio un último empuje profundamente dentro de Lex y llenó su


cuerpo con su semen.

Los tendones del cuello de Nick parecían como si estuvieran a punto


de reventar mientras su cuerpo se convulsionaba por el placer. Su cuerpo se
sacudió un par de veces más y se derrumbó encima de Lex. —Te amo.
Espero no haberte hecho daño.
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Carol Lynne

Lex levantó a Nick del suelo y lo puso entre sus brazos. —


Simplemente no hay nada mejor que esto. —Lex besó a Nick, degustándose a
sí mismo en la lengua de Nick. —Vamos a la cama. Tenemos dos largos días
solo para nosotros. —Nick dejó que Lex lo secara y lo llevara a la cama.
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Carol Lynne

CAPITULO 12
Dos años después

Lex se recostó en su sillón favorito frente a la ventana de su estudio,


viendo como Nick descargaba una yegua del remolque para caballos. Habían
pasado exactamente dos años desde que habían tenido su ceremonia de
compromiso privada y Lex había planeado algo especial para su aniversario.

Vio que Fred y Wilma salieron del granero para saludar a su mejor
amigo. Lex le había regalado a Nick dos perros labradores amarillos de
Navidad el año anterior. Él seguía sonriendo al recordar la cara que Nick
puso cuando vio a los cachorros en la cama la mañana de Navidad. Para un
hombre de veintinueve años de edad, Nick se rió y jugó con las crías como si
fuera un niño.

Nick ató la yegua al amarradero frente al establo y se fue hacia su


clínica veterinaria. Él había conseguido un montón de clientes por estos días,
de todo, desde perros y gatos hasta ovejas y ganado. Nick había iniciado un
programa de inseminación artificial en el rancho que estaba empezando a
despegar como un reguero de pólvora.

Lex se acercó y cogió el teléfono. Marcó al teléfono celular de Nick,


miró hacia la pintura sobre la chimenea que Nick le había dado en su
primera Navidad juntos. Era un retrato de Lex con un taparrabos montado
sobre la espalda de Fiebre Nocturna. Lex sonrió, a ese hombre si que le
gustaría verlo a él vestido con ese taparrabos.

—Hola, cariño. ¿Cómo ha estado tu día?.

Lex se agachó y frotó su endurecida erección a través de sus


pantalones vaqueros. —Solitario. Te echo mucho de menos cuando estás
lejos de mí todo el día. Acabo de verte llegar. ¿Vas a venir a la casa o tengo
que ir a buscarte?.

—Mmm... yo te he echado de menos también, pero tengo que


conseguir que Molly esté embarazada esta misma tarde. —Lex pudo oír la
sonrisa en la voz de Nick.
SEXO CON LEX 110
Carol Lynne

—Bueno, tu pene es lo suficientemente grande como para joder a un


caballo —dijo Lex broma.

—Gracias, lo voy a utilizar contigo esta noche. ¿Qué es lo que has


estado planeando?.

—Shh, es secreto. No puedo decirte nada porque te echaría a perder la


sorpresa. —Lex frotó su pene un poco más duro. —¿Estás seguro de que no
puedes venir por un rapidito? Tengo que decirte, bebé, que mi pobre polla
está llorando por ti.

Se hizo un silencio en el otro extremo del teléfono. —Voy a estar allí en


dos minutos. Desnúdate. Te voy a dar quince minutos de diversión antes de
tener que embarazar a Molly.

Después de un largo día con Molly y el perro de los Peterson, Nick


estaba cerrando la clínica cuando entró Shorty —Hola.

—Hola, tengo un gran favor qué pedirte. Sé que es un día especial para
ti y para Lex y todo eso, pero Pete acaba de regresar de los pastos del este y
dijo que Old Red se ha salido de nuevo y se cortó. Me preguntaba si podrías
ir y echarle un vistazo rápido antes de irte a la casa. Ya te ensillé a Suerte. No
debe tomarte más de unos treinta minutos.

Nick puso sus manos sobre sus caderas y dejó escapar un suspiro. —
Está bien. Voy a comprobar a Old Red, pero primero voy a tener que llamar a
Lex. —Shorty asintió con la cabeza y salió de la clínica.

Nick llamó a Lex a la casa pero al no obtener respuesta trató con su


teléfono celular.

—Hola, cariño. ¿Ya estás en camino?.

—No, lo siento, pero me dijo Shorty que Old Red se ha cortado de


nuevo. Desearía como el infierno poder entrenar a esa maldita vaca para que
SEXO CON LEX 111
Carol Lynne

permanezca lejos de las vallas. De todos modos, yo le dije a Shorty que iría a
la pradera del este y le echaría un vistazo antes de terminar por este día.

—¿Cuánto tiempo crees que te va a tomar?, porque la cena que estoy


haciendo debe estar fuera del horno en unos cuarenta y cinco minutos o
menos.

—Estaré de vuelta antes de eso, te lo prometo. No puedo dejar que una


vaca sufra cuando yo podría ayudarla. No importa lo cansado que estoy o lo
mucho que quiero estar contigo.

—Por eso te quiero tanto. Tienes un corazón muy bueno. Te voy a estar
esperando.

Nick colgó el teléfono y metió a su alforja algunos ungüentos y las


suturas, en caso de que los llegara a necesitar. Él se subió en Suerte y se
dirigió a los pastos del este. Buscó a Old Red, pero no vio nada. Con miedo
de que tal vez ella se hubiera acercado demasiado a la quebrada y no hubiera
sido capaz de salir de ahí se dirigió hacia allí. Llegó al arroyo y se bajó de su
caballo. Vagó por el arroyo en busca de cualquier signo de Old Red cuando
él oyó algo que parecía ser… ¿un ataque indio?. Se dio la vuelta en el
momento justo en que un cuerpo salió volando de un gran caballo negro y lo
tiró al suelo.

Negando con la cabeza, Nick miró fijamente a los ojos a un guerrero,


un hermoso guerrero bronceado con la cabeza llena de grueso pelo negro
que le llegaba hasta el culo. Hablando de culos, a este guerrero prácticamente
le colgaba del taparrabos diminuto que llevaba puesto. Nick comenzó a
luchar, tratando de conseguir que el hermoso guerrero se quitara de encima
de él. —Vengo en paz.

El guerrero ladeó la cabeza como si él no le entendiera al hombre


blanco debajo de él. Él pasó las manos por el pelo corto de Nick, perplejo. Se
retorció sobre la ingle de Nick hasta que la polla de Nick se endureciera.

El guerrero se echó hacia atrás sentándose en sus piernas y miró el


bulto que crecía en los vaqueros de Nick. Acercó una de sus manos de color
bronce y capturó el bulto. Apretó y se inclinó para oler la creciente erección.
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—Yo tomar hombre blanco en tipi10. Ser mi esposa. —El guerrero


arrastró a Nick de manera más o menos ruda, y señaló hacia el caballo negro.
—Montar hombre blanco.

Nick se mordió los labios y miró a Suerte. —¿Qué pasará con mi


caballo?.

El guerrero de bronce miró de Nick a su caballo. Sacó una madeja de


cuerda de la cabeza de la silla de Nick y le ató las manos. Apuntando hacia
suerte esta vez, el guerrero emitió una orden —Montar.

Nick se montó en Suerte y esperó instrucciones. El guerrero se subió a


pelo en su caballo negro, sin soltar las riendas de Suerte. Los llevó más abajo
por el arroyo, mirando sobre su hombro a menudo. Cuando rodearon un
yacimiento de rocas, Nick vio un tipi magnífico.

El guerrero se detuvo junto al tipi y se bajó de su caballo. Bajó a Nick


de Suerte y jaló de la cuerda con que estaban sus manos atadas y lo introdujo
en la carpa. Nick miró a su alrededor. El interior de la casa del guerrero era
mucho más grande de lo que parecía desde el exterior. En el centro de éste
un pequeño fuego ardía. Una gruesa tarima de pieles y mantas, descansaba
en el otro lado de la estructura. Nick cambió de un pie al otro, sin saber qué
le esperaba a él.

El guerrero se acercó a él, blandiendo un cuchillo de grandes


dimensiones, muy fuerte y largo. Nick le presentó sus muñecas al guerrero
con la esperanza de que cortaría sus ataduras dejándolo libre. En cambio, el
guerrero comenzó a cortar la camiseta que llevaba puesta por el medio.
Cuando miró hacia los vaqueros de Nick, Nick decidió que ya había tenido
suficiente del cuchillo. —Yo lo haré. —Poco a poco se desabrochó y bajó la
cremallera de sus vaqueros. Después de quitarse las botas, deslizó los
vaqueros y la ropa interior hacia abajo y se los quitó.

Miró al frente del taparrabo del guerrero. No había lugar a dudas que
su desnudez había despertado al hombre en su totalidad. El guerrero señaló

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El tipi es una tienda cónica, originalmente hecha de pieles de animales como el bisonte y popularizada por
los pueblos indígenas de los Estados Unidos de las Grandes Llanuras, pero también han sido construidos y
habitados en otras partes geográficas, como es el caso de la gente Timucua en la Florida. (Wikipedia).
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hacia la tarima. —Mío. Ser mío ahora. —Empujó a Nick hacia la tarima y
abajo.

Con las manos atadas Nick miró alrededor de la carpa casi vacía. El
guerrero se acercó a su cabeza y agarró sus muñecas atadas. Tirando de sus
muñecas sobre su cabeza, el guerrero aseguró la cuerda a una estaca clavada
en el duro suelo. Quedando totalmente expuesto, Nick trató de ocultar su
rostro mirando hacia la pared del tipi.

El guerrero se arrodilló junto a él en la tarima y lo recorrió con una de


sus rudas y morenas palmas desde el cuello hasta los pies. Nick estaba un
poco molesto de que su polla saltara buscando atención con un solo golpe de
la mano del guerrero. El guerrero comenzó con su exploración de nuevo,
sólo que esta vez lo exploró por completo. El comenzó por su nariz y trazó
una línea con sus dedos. Los movió alrededor de su rostro, hasta que él
arrastró sus dedos hacia abajo por el cuello de Nick. Se inclinó y mordió la
arteria palpitante con sus dientes. Nick luchó para que un gemido no se le
fuera a escavar de sus labios.

El guerrero se abrió camino hasta sus planos pezones marrones.


Cuando chasqueó los aros gemelos con su lengua, los pezones de Nick se
pusieron duros como guijarros. El guerrero lo miró y sonrió. Dios, era una
vista devastadora. La polla de Nick comenzó a menearse un poco, en busca
de su propia atención. El guerrero levantó una ceja y se fue a explorar la
erección entre las temblorosas piernas de Nick. Olió la polla de Nick por un
largo tiempo antes de alzar la mano y envolverla alrededor de la vibrante
longitud de Nick.

—Lindo —Declaró el guerrero justo antes de que envolviera sus labios


alrededor del eje de Nick. La sensación de la boca del guerrero era como el
nirvana para Nick. El caliente y húmedo calor lo envolvió y comenzó a
deslizarse hacia arriba y hacia abajo por su pene. Nick sabía que debía
permanecer inmóvil, pero su cuerpo traidor no quería hacerle caso. Empezó
a gemir y a empujar para arriba en la caliente boca del guerrero.

Soltando su pene de repente, el guerrero alcanzó un pequeño tazón de


madera. Metió los dedos en ello y empezó a frotar la sustancia grasosa en el
ano de Nick. El guerrero insertó un dedo a la vez hasta que cuatro de sus
dedos bombeaban dentro y fuera del culo de Nick.
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Carol Lynne

Nick gimió y se empujó hacia los dedos. Vio cómo el guerrero se retiró
y empezó a quitarse el pequeño taparrabo. El pene que golpeó contra el
abdomen del guerrero era grueso y largo y estaba muy excitado. Nick tragó
saliva cuando el guerrero metió los dedos en el tazón una vez más y engrasó
su propia polla, acariciándola desde la base hasta la corona.

Nick dejó escapar un suspiro que ni siquiera estaba consciente de que


había estado conteniendo. El guerrero volcó a Nick por lo que éste quedó
sobre sus codos y rodillas y, sin siquiera decirle un hola como estás, estrelló su
gruesa polla profundamente en el fruncido agujero de Nick. El guerrero
gruñó mientras bombeaba duro y rápido en Nick. La sensación de la
longitud del guerrero bombeando con tanta fuerza tuvo a Nick listo para
venirse en cualquier momento.

Luchó contra sus restricciones y se empujó hacia atrás contra el


guerrero. Sus bolas se prepararon y un entusiasmado rayo viajó desde su
saco hasta la punta de su polla mientras arrojaba su semen en las mantas bajo
él. El guerrero se vino con un poderoso grito de guerra mientras estaba
enterrado profundamente en el interior del culo de Nick.

El guerrero se inclinó sobre la espalda de Nick y lo mordió con fuerza


en el hombro. —Feliz aniversario, bebé.

Fin

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