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Sidewinder 02
Cruz y Corona
Por Abigail Roux
Sidewinder | Abigail Roux
Sinopsis
Capítulo 1
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ilesa. Sea lo que sea que hubo dentro no había estado bajo llave―. Quiero
decir, ¿qué otra cosa se exhibe en una librería, además de libros?
Nick se encogió de hombros.
―He visto algunas donde tienen antigüedades en exposición. Por lo
general sirven como decoración, por lo tanto, nada que valga la pena un
asalto sangriento.
Hagan levantó una ceja por detrás del borde de su taza de café.
―Sí. Un asalto… Todo lo que tenemos aquí se parece a un trabajo
profesional. La alarma estaba desactivada, no hay señales de entrada
forzada y como el comerciante se desangró en la acera donde cayó, es
probable que no debiera haber estado allí y los ladrones literalmente
corrieron hacia él en su huida y entraron en pánico.
―Eso es un montón de suposiciones sobre lo poco que tenemos.
Nick se encogió de hombros.
Siempre tuvo un don para ver la escena del crimen de una manera
más profunda. Nunca negó que podría estar equivocado, pero por lo
general no lo estaba.
―Una cosa muy extraña en este caso, uno de los chicos muertos
tenía una bolsa con él. La encontraron cuando trasladaron el cuerpo y
contenía cuatro libros.
―¿De la tienda? ―preguntó Hagan.
―Sólo podemos suponer que sí, hasta que la hija aparezca para
identificarlos. También, todos los libros son viejos.
―¿Sólo viejos? ¿O antiguos?
Nick se rió antes de que pudiera detenerse.
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―Lo último, supongo. Tres de principios del siglo XIX, uno que data
de la época de la Guerra de la Revolución Americana. Probablemente
podemos asumir que estaban en esa vitrina junto con los objetos que se
llevaron, porque todo lo demás es papel sin importancia y no lo han
robado.
―Por lo tanto, tú eres dueño de una librería y tienes esta vitrina de
exposición de libros raros ―reflexionó Hagan.
―Uh... ¿eh?
―Los objetos expuestos ahí para la decoración estarían
relacionados con los libros, ¿verdad? ¿De alguna manera?
―En mi mundo sí, así sería. ―Nick estuvo de acuerdo.
Reflexionó sobre esto brevemente, después sacudió la cabeza y
llamó a uno de los agentes uniformados que trabajaban en las
inmediaciones.
―Hazme un favor, amigo, envía algunos investigadores a las casas
de empeño de la ciudad y negociantes, que estén atentos en busca de
artefactos que datan de 1750-1820. Podrían ser robados.
El oficial asintió y se fue.
Hagan frunció de nuevo el ceño a la imagen.
―¿La vitrina estaba limpia? ¿Por qué la limpiaron si llevaban los
guantes puestos?
―No lo hicieron. Mira esto. El mejor laboratorio del crimen puede
decirte esto, que el hijo de puta limpió el polvo de la estantería para
borrar las marcas de los objetos que estaban allí.
―Cubrir las pistas ¿o...?
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Nick resopló.
–Por lo menos todavía le queda su sentido del humor. Eso es algo.
Abrió el archivo de nuevo. Insignificante en el mejor de los casos.
Sin valor.
―¿Ellos decidieron llamarle John Doe?
―Sí, así es... Es un nombre, supongo.
―Sí y creo que esto se está volviendo obsoleto. Mire, todos a los
que he conocido como John Doe ya están muertos, así que ¿qué tal si le
llamamos JD? ¿Qué me dice?
Asintió y le dio una sonrisa cansada.
―Sí. Sí, si esto funciona.
Se quedó en silencio por un momento estudiando al hombre.
Parecía aún más extenuado que ayer, en la escena del crimen. Debajo de
todo esto, podía ver el miedo.
―¿Alguien le ofreció un café? ¿Algo de comer?
―Comí un panecillo. No tengo mucho apetito.
―Todo bien. ―Nick puso los codos sobre la mesa―. ¿Recuerda algo
nuevo? ¿Cualquier cosa?
―No, detective, lo siento mucho. Los médicos dijeron que tengo
amnesia causada por un trauma. Realmente no me pueden decir si es
física o mental. Asimismo, no pueden decir cuándo o si la memoria
volverá. Me dijeron que la amnesia varía de un caso a otro, así que... Todo
esto podría resolverse de un momento a otro, o la memoria podría volver
en fragmentos. O tal vez no volver. Nunca más.
―¡Vaya! Esto es difícil.
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Nick lo miró a los ojos durante unos segundos, dejándole ver cómo
la sospecha a menudo parecía: un policía endurecido e inteligente, que lo
pondría tras las rejas si ha cometido el menor deslizamiento.
―Todo bien entonces. Eres un sospechoso. Nuestro único
sospechoso en este momento.
A pesar de su número de bravuconería, JD palideció.
Nick no pudo evitar sentir lástima por el chico. Sin saber quién era o
la clase de hombre que podía ser, tenía que sentirse aterrado. ¿Añadir a
esto el hecho de que se enfrentaba a una posible acusación de asesinato?
Tendría que ser asombroso.
Tomó su bloc de notas y un bolígrafo del bolsillo, los colocó sobre la
mesa y luego los deslizó hacia JD.
―Le voy a ofrecer un lugar seguro para esta noche. Mientras estoy
fuera, trate de escribir algo acerca de sí mismo que se acuerde.
JD frunció el ceño.
―¿Cómo qué? Ya le dije que no recuerdo nada.
Nick se encogió de hombros.
―Cualquier cosa. Cualquier cosa que pudo haber notado. Sus
sentimientos, sus pensamientos, tatuajes o cicatrices, su tamaño, si tiene
lentes de contacto o si está usando ropa interior. Cualquier cosa.
JD se rió y se acercó al bloc de notas mientras Nick lo observaba.
―Todo bien.
Nick sonrió y lo dejó allí, esperando que el ejercicio pudiera, al
menos, distraer la mente de JD de sus problemas, mientras él estaba
tratando de encontrar un lugar para que se quede esta noche.
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―Sí señor.
―Ni siquiera yo sería tan cruel. Disfruta del fin de semana. Vamos a
dejar que Hagan haga de policía malo durante unos días. Después de eso,
O'Flaherty, acudirás a su rescate, ¿entendido?
―Por supuesto, señor.
Branson le dio una palmada en la espalda. Nick lo vio alejarse,
respirando aliviado y miró al policía en la puerta.
―¿Incluso sabes cómo jugar al policía bueno, detective? ―El
hombre esperó.
―No lo sé, nadie nunca me dejó hacerlo. ―Nick apoyó el hombro
contra la puerta y entró en la habitación. JD levantó la cabeza
rápidamente. Se había quedado dormido. Nick le sonrió suavemente.
―¿Ha hecho algún progreso?
―Creo que sí. ―Empujó el bloc de notas sobre la mesa.
―Escribí todo lo que recuerdo.
Nick cogió el bloc de notas y le dio la vuelta. JD había escrito con
fibrón2 sus impresiones en el bloc.
Resopló. Era un tipo de escritura difícil como el infierno de analizar.
El tipo de escritura que las personas que trabajan como black ops3 a
menudo tenían la costumbre de usar, el propio Nick ya había utilizado este
tipo de escritura.
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N de T: Soldados de élite, que están autorizados a utilizar métodos poco ortodoxos y a
menudo ilegales en sus misiones. Ellos son los que hacen el trabajo sucio para el gobierno.
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N. de T.: Principal protagonista y villano de la serie Star Wars
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eso era un indicio de que podría estar asociado con las fuerzas armadas de
alguna manera. Estrechamente asociados.
―Ni siquiera puedo decirte si soy una buena persona o no
―comentó JD. Sus ojos traicionaron la frustración y el miedo que había
estado escondiendo tan bien hasta entonces―. Quiero decir, ¿qué estaba
haciendo allí en medio de la noche, en mi perfecto juicio, en una librería?
¡Podría ser una especie de criminal y ni siquiera saberlo! ¡Podría ser un
asesino a sangre fría, y tú estás sentado aquí comiendo tranquilamente
patatas fritas conmigo!
―Escúchame ―dijo Nick con dureza. Se inclinó hacia delante sobre
la mesa, viendo el tumulto de su propio pasado reflejado en los ojos de
JD―. Vamos a descubrir quién eres.
―No puedes prometer eso, detective.
―¡El infierno que no puedo! Y te diré una cosa más. He tratado con
mucha gente mala antes. Ninguno de ellos se torturaba preguntándose si
era una buena persona o no.
JD tragó saliva, pero las palabras parecían apaciguarlo. Se calmó, sus
hombros perdieron la tensión. Suspiró y le dedicó una débil sonrisa.
―Cuando lo pones así…
―Malditamente correcto ―dijo Nick.
JD sonrió suavemente.
―Eres muy optimista para un policía.
―¿Qué se supone que significa eso?
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N. de T.: Jerga militar: Procedimiento operacional estándar.
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Capítulo 2
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había conocido que no tenía una sola suscripción a una revista de armas o
cuchillos colgados en sus paredes. Kelly no estaba seguro de donde Nick
mantenía sus medallas, porque seguro que no las tenía colgadas para
exhibirlas.
La mesa de café estaba cubierta de archivos que Nick había llevado
a casa del trabajo. Había tenido la intención de tomar unos días de
vacaciones, pero Kelly le había convencido de no hacerlo. Había utilizado
suficientes días de sus vacaciones del año pasado para casos de
emergencia; Kelly no quería que perdiera más por quedarse en casa.
Quería que se tomara unas verdaderas vacaciones este año.
Preferentemente en algún lugar cálido. Preferiblemente con él.
Durante la cena Nick había mencionado algunos detalles del caso en
el que estaba trabajando, un robo que salió mal y que había terminado en
homicidio. Luego se había disculpado por traer el trabajo a casa cuando
Kelly estaba allí para pasar tiempo con él y había empujado los archivos a
un lado apoyando la cabeza en el regazo de Kelly mientras veían una
película en Netflix.
Kelly sonrió suavemente con el recuerdo. Nick rápidamente se había
quedado dormido y Kelly había ignorado la película a favor de torcer los
dedos por el cabello rizado de Nick.
Ese recuerdo hizo que el barco en silencio se sintiese mucho más
solitario. Luchó contra la sensación que de repente comprimía sus
entrañas. Tenía dos semanas más aquí. No iba a empezar a sentirse
melancólico sobre su partida, Jesús.
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Se estiró para encender una lámpara al lado del sofá para que no
estuviese sentado en la oscuridad como una enredadera y luego
distraídamente ojeó las páginas de los archivos de Nick sobre la mesa.
¿Era ilegal si estaba mirando esta información? Se encogió de hombros y
examinó las notas escritas a mano de Nick. Amaba la manera de escribir
de Nick; impresión de bloque11, sin peculiaridades discernibles, sólo un
mínimo indicio de una inclinación zurda. Pero cuanto más rápido escribía o
más agitado, más se evidenciaba y más bonitos los garabatos resultaban.
Dejaba deslizar el bloqueo y tomaba una personalidad propia, una mezcla
de códigos y letras con curvas precisas y floridas. Eso decía mucho de la
personalidad de Nick, la parte oculta de él sólo unas pocas personas
llegaban a entrever.
Sin embargo, debe haber escrito las notas en taquigrafía o algún
tipo de código, porque todo se veía como un disparate. Kelly colocó la
libreta de vuelta donde la había encontrado y suspiró profundamente
mirando en busca del control remoto. Podría dormir con el televisor
encendido.
Encontró el mando encima de un libro al lado de la lámpara:
“Misterios del Oro y Rosa Cruz”.
Kelly frunció el ceño mirando el título. A Nick le gustaban los libros
de aventuras, sobre todo los que añadían un poco de misterio histórico a
la historia. Quizás Kelly podía leerlo para dormir y no correría el riesgo de
despertar a Nick con el sonido del televisor.
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N de T: Escritura en códigos que imposibilita cualquier tipo de identificación, inclusive sobre
la personalidad de la persona que escribe.
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Cuando abrió el libro, sin embargo, una hoja de papel se cayó. Kelly
revoloteó por ella antes de que pudiera caerse al suelo o desaparecer en
los cojines del sofá. Era el mismo tipo de papel como en el bloc de notas
Moleskine que Nick llevaba siempre con él. Obviamente la habían
arrancado y sobre ella había dos rejillas de líneas paralelas, como tableros
y dos X, todos ellos con símbolos en cada espacio vacío. Un código
masónico, un simple cifrado de sustitución que utiliza generalmente
puntos en lugar de símbolos. Kelly había enseñado a los niños en el
campamento en Colorado donde trabajó cómo hacer esto, tratando de
conseguir que se interesen en la lingüística.
Kelly pasó el pulgar por las páginas del bloc que se habían pegado
entre sí y en ellas se encontró con el mismo tipo de cifrado, esta vez con la
serie correcta de puntos y una anotación explicando cómo se había
utilizado. No es que Nick tuviera que descifrar un texto masónico; era el
único que le había enseñado a Kelly cómo hacerlo.
Kelly hojeó el resto del libro. No era una novela, después de todo,
sino un libro sobre las sociedades secretas, específicamente una llamada
los Rosacruces. Kelly nunca había oído hablar de ellos.
―¿Qué te traes entre manos, Nick?
Después de unos minutos de contemplación del sistema de cifrado,
que él no podía entender porque los símbolos eran ajenos a él, se le
ocurrió que esto podría tener que ver con el caso en cual Nick estaba
trabajando. Metió el papel en el libro y lo puso de vuelta donde lo había
encontrado.
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olía a Nick. Kelly tenía un tiempo difícil en descifrar qué era lo primero que
le venía a la mente.
―Podemos conseguir un hotel, si quieres ―ofreció Nick. Estaba
despertando, su voz cada vez más clara y fuerte, incluso mientras
descansaba la cabeza contra el pecho de Kelly―. Estarás aquí por dos
semanas más, no puedes quedarte sin dormir todo este tiempo.
Los labios de Kelly se torcieron en un suspiro.
―Prefiero estar aquí.
Nick apoyó la barbilla en el pecho de Kelly, rodó sobre su estómago
y lo miró. Kelly le acarició el cabello, y luego dejó que sus dedos vagaran
por la espalda, trazando los duros músculos bajo la piel desnuda. Nick se
estremeció cuando los dedos de Kelly se arrastraron sobre una de las
largas cicatrices en la espalda.
―Necesito acostumbrarme a esto de todos modos, ¿verdad?
―preguntó Kelly y la pregunta le provocó una oleada de mariposas en el
estómago. Él y Nick no había hablado mucho sobre el futuro. De hecho,
sólo habían llegado suficientemente lejos como para decirse el uno al otro
que estaban en esta relación a largo plazo, pero todavía no habían
elaborado los detalles. ¿A dónde irían?, ¿qué harían? ¿Iban a
comprometerse y mudarse a un lugar nuevo, uno de ellos dejaría su
trabajo, o tendrían que compartir el tiempo entre dos casas, tal como lo
estaban haciendo ahora? Ni siquiera habían empezado a pensar en nada
de eso.
Nick le había pedido a Kelly que se casara con él no hace mucho
tiempo, pero había sido recién salido de la cirugía para donar una parte de
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Kelly se río. Colocó las dos manos en los hombros de Nick y empezó
un deslizamiento de caderas, frotando la polla endurecida de Nick contra
la suya.
―No, no lo estamos.
―Perfecto, entonces cállate la boca ―gruñó Nick.
El siguiente beso fue devorador, como si quisiesen consumirse,
claramente la intención de silenciar a Kelly era ya un hábito cuando Nick
estaba tratando de seducirlo.
El agarre de Nick se tensó y antes de que Kelly se diera cuenta de lo
que estaba ocurriendo, éste le había envuelto y les hizo rodar, clavándole
en el colchón con la cabeza a los pies de la cama y las piernas envueltas
alrededor de la cintura de Nick.
―Está bien, eso fue divertido ―jadeó Kelly.
Nick le hizo callar con un beso y giró las caderas. Ya habían atendido
estas necesidades una vez esta noche; casi tan pronto como sus pies
habían golpeado la cubierta del yate, Nick tenía a Kelly presionado contra
el casco, besándolo hasta dejarlo tonto. Pero había sido casi un mes desde
que se habían visto el uno al otro, y Nick finalmente se había curado
completamente de su cirugía. Kelly no había esperado menos. De hecho,
estaría un poco molesto si Nick no le maltratara un par de veces al día
durante la primera semana de su visita.
El teléfono de Nick comenzó a sonar mientras se besaban, el sonido
amortiguado como si viniera desde el interior de algo. Nick se empujó
hacia arriba con una maldición de frustración.
―No voy a responder eso.
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podía salvar una vida bajo el fuego enemigo o podría romper el cuello de
un hombre antes de que este supiera que estaba allí.
Pero no era un policía. No sabía nada acerca de la investigación o de
la ley. La única razón por la que estaba allí era porque acompañaba a su
novio. No le gustaba la sensación.
Nick se dirigió a la habitación 319, donde otro oficial estaba de
guardia, una silla de plástico cerca de él contra la pared. Nick mostró su
placa de nuevo, a pesar de que cada hombre que había pasado,
obviamente, lo conocía de vista. Cuando entraron en la habitación de
hotel, un hombre fornido con el cabello plateado estaba cerca de la puerta
del baño, moviendo la cabeza a Nick.
―¿Qué diablos pasó? ―preguntó Nick.
―Se asustó. No lo sé. No quiere hablar conmigo. Me imaginé que
has forjado una relación con él, podría responderte
Nick asintió, frunciendo el ceño ante la puerta del baño y mirando
por encima del hombro hacia Kelly.
―Uh, Kels, este es el detective Alan Hagan, mi compañero. Es un
inútil cuando se supone que tengo la noche libre
Kelly estrechó la mano del hombre, presentándose a sí mismo. No
ofreció su relación con Nick, sin embargo. Ese era el trabajo de Nick, y
francamente, Kelly no sabía lo sensible que este asunto era para él. Sabía
que Nick había salido como bi para básicamente todo el mundo en su vida
no mucho después de que había salido para Kelly. Cómo todo el mundo
había lidiado con esto, Nick nunca se lo había dicho.
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Nick hizo una pausa, y sus ojos se encontraron con Kelly. Sonrió
suavemente y le hizo un guiño. Kelly se mordió los labios para no sonreír
en un momento tan inadecuado. Había visto a Nick hablar con docenas de
jóvenes marines asustados y en pánico. Podía ser calmante, cuando se
decidía a serlo.
―Ahora, me gustaría saber que te asustó, sin embargo ―continuó
Nick―. ¿Te gustaría decírmelo?
―¿Tiene hijos, detective? ―El hombre en el baño preguntó.
Nick frunció el ceño en confusión.
―No.
―Me imaginé que podría tener niños pequeños o algo. En este
momento me está hablando a mí como a uno.
Los ojos de Nick se estrecharon, miró a la puerta con un ceño
fruncido, insultado.
―¡Muy bien! Entonces, ¿por qué no consigues tu culo fuera del
baño y hablamos como adultos?
Hagan inhaló profundamente y el guardia de la puerta se tensó. El
hombre en el baño estaba en silencio. Kelly hizo una mueca cuando
parecía que la táctica de Nick había fracasado, pero luego se oyó una risa
suave a través de la puerta.
La cerradura clicó y la puerta se abrió un poco. Kelly medio que
esperaba una especie de hombre un poco calvo de aspecto neurótico con
gafas o algo así, pero el hombre que se asomó era de tal vez de un metro y
ochenta y tres centímetros de altura, sólo tres o cinco centímetros más
bajo que Nick. Era delgado y en forma, bronceado y saludable, con un
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―Sí. Pero estaba con resaca y... no sólo. Mi punto, sin embargo, es
que despertar y salir en busca de seguridad no es nada de lo que
avergonzarse. Me despierto en pánico todo el tiempo. Traté de matar a mi
novio con el mando a distancia de la televisión una vez, por lo que... Se lo
que estás sintiendo. No hay vergüenza en el miedo.
JD tomó una bocanada de aire inestable y se pasó una mano por el
rostro.
―¿Todavía no puedes recordar nada?
―Creo que soñé con la librería. Yo estaba allí. ―JD negó con la
cabeza―. Pero eso ya lo sabíamos, ¿eh? Todo lo que recuerdo es algo
acerca de un libro, no sé
Nick cogió su cuaderno Moleskin, tomando notas. Asintió para JD
que continuara hablando mientras escribía.
―Creo... Me sentía como si no estuviera en el lugar correcto,
¿sabe? Como si supiese que no debía estar allí. No podía alejarme sin
embargo.
Nick hizo un asterisco y escribió la posibilidad de que JD se había
visto obligado a acompañar a alguien durante el robo. Miró hacia arriba
para encontrar a JD balanceándose más rápido. Era un hábito con el cual
estaba familiarizado, y por lo general significaba que era hora de cambiar
de tema.
―Bueno. Te diré qué, amigo, ¿por qué no tratas de conseguir algo
de descanso esta noche? El lunes por la mañana espero tener algunas
fotos para mostrarte; vamos a ver si ellas despiertan algún recuerdo.
JD asintió.
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―Lo tienes, hermano. Lidias con esta mierda mejor que yo ―dijo
Hagan, y luego tropezó hacia su cama y se dejó caer en ella.
Kelly todavía estaba sentado con la espalda contra la pared,
parpadeando adormilado hacia Nick.
―Puedes quedarte dormido en menos de cinco minutos sentado en
el vestíbulo de un hotel, pero no puedes dormir en mi cama suave y
agradable en mi barco.
Kelly pasó la lengua por los labios y extendió la mano para que Nick
lo ayudara a ponerse de pie.
―Tal vez deberíamos dormir en la cubierta, de nuevo ―dijo
mientras se dirigían a los ascensores―. Dormí como un bebé una vez, con
Ty, encima de una boya.
Nick resopló y apretó el botón del ascensor.
―Vamos a buscar un hotel.
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N de T: Para los residentes de Massachusetts es un título alcanzado por conducir demasiado rápido,
sin ninguna educación, adelantando indebido y tener poca paciencia con los otros conductores. Para los
de fuera es un término despectivo sobre la gente de Massachusetts que conduce como idiota.
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N de T: Un sentimiento de gran emoción en un empollón o friki, una sobrecarga sensorial, un clímax
en el interior del cerebro cuando reconocen informaciones específicas sobre un tema que no todo el
mundo realmente conoce. Como por ejemplo cuando oyen hablar de un nuevo descubrimiento
científico, un video juego oculto, etc.
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―¡Nick!
Nick simplemente persiguió la boca de Kelly con la suya, besándolo
con fuerza, tirándole del cabello, el beso consumiéndoles a los dos. Las
caderas de Kelly comenzaron a moverse de nuevo por su propia voluntad.
Nick lo celebró como si Kelly pudiera tratar de alejarse de él.
―Vamos a llegar al barco ―dijo Kelly apretando los dientes―. Te
quiero dentro de mí.
―Jodidamente tarde, no pares de moverte. ―Nick se quedó sin
aliento contra los labios de Kelly. Tomó una respiración profunda mientras
se retorcía debajo.
Kelly gruñó su nombre de nuevo cuando se dio cuenta de que Nick
estaba a punto de correrse. El agarre de Nick se endureció.
―Kels ―susurró casi con reverencia. La forma en que lo miraba, el
amor y la devoción absoluta en sus ojos, era algo que Kelly veía cada vez
que se tocaban, cada vez que hacían el amor. Nunca había visto a Nick
mirando a cualquier persona o cualquier otra cosa de esta misma manera.
Kelly se acarició contra su rostro y luego le mordisqueó el cuello
cuando cedió a su propio orgasmo, apretando los dientes en la piel de
Nick para no gritar por misericordia. Nick gritó por él, sin embargo.
―Te amo. ―El jadeo entrecortado en el oído de Kelly envió
escalofríos por todo su cuerpo.
Kelly le dio un beso, ya que ambos bajaron de la altura post-
orgasmo.
―También te amo ―susurró.
―Incluso si empiezas a cazar bibliotecarios intergalácticos.
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refugios locales se habían cerrado así que tuvimos que llevarlo a pasar la
noche. El bastardo me dijo que no podía tenerlo en su barco porque se
caería por la borda y se ahogaría. ¡El puto cachorro era demasiado débil
para caminar y me convenció de que se golpearía la cabeza si lo dejara
fuera, en el barco!
Kelly no pudo detener la sonrisa.
Hagan parecía casi tímido.
―Todavía tengo ése maldito callejero. Pesa cuarenta y cinco kilos. El
mejor amigo que he tenido nunca.
Kelly se rió.
―Bueno, él tampoco puede mantener este perdido. ¿Tienes espacio
para un amnésico con gran estructura ósea?
―No, si se mea en la alfombra como el último ―se quejó Hagan
mientras se dirigía a los ascensores.
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N. de T.: La Academia (antigua Blackwater) es una empresa de mercenarios con sede en Mayock
―Carolina del Norte, Estados Unidos. Formada por varios tipos de paramilitares, ex integrantes de los
Seals y otras llamadas fuerzas de elite.
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N. de T.: Así bautizó Nick su barco.
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―Por favor ―dijo Kelly con risa débil―. Si no tuviéramos una cosa
juntos, estarías sobre él.
Nick abrió la boca para protestar, pero la cerró con un chasquido de
dientes.
―Probablemente tienes razón ―admitió. Una sonrisa maliciosa se
apoderó de él, se aproximó y enganchó el dedo en el cinturón de Kelly―.
Pero nosotros somos una cosa.
Kelly le permitió un breve beso, lo justo para congraciarse de nuevo
con Kelly, entonces juguetonamente le empujó y se volvió para ir detrás
de Hagan y JD.
―¡Haciéndolo en los callejones! ―le gritó Hagan a Nick.
―Los viejos hábitos cuestan morir, ¿verdad, amigo?
―¡Cállate!
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N del T: Patada en el culo. Expresión sarcástica para provocar a Julian.
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―Hey, amigo, no necesitas prepararte para una lucha cada vez que
hago una pregunta. Lo entiendo, ¿de acuerdo? Y te dije que te ayudaría.
No te estoy atacando, ¿de acuerdo? Sólo tratando de entenderlo.
Julian les echó un vistazo a todos y luego se encontró con los ojos de
Nick una vez más y asintió.
―No estás sólo en esto ―le aseguró Nick.
Kelly se encontró acercándose más a Nick a medida que su voz fluía
más suave y éste le apretó cerca, probablemente ni siquiera consciente de
lo que estaba haciendo.
―No confío en nadie ―dijo Julian finalmente―. Entiéndeme, no es
personal.
―Suficientemente justo. Tu cubierta era como un comerciante de
antigüedades, ¿verdad?
―Eso es correcto.
―La Alemania nazi era notoria por las excavaciones arqueológicas
en busca de reliquias religiosas. ¿Tienes algo en tus habilidades ocultas
que te coloca evidente para un trabajo como este? ¿Caza... mitos? ¿CIA?
¿IRA?
―Estoy seguro, debido a un contacto muy próximo dentro de la
compañía que la CIA no tiene nada que ver con esto, tampoco ninguno de
los otros tantos que me he cruzado. Es... es un asunto privado. Eso es todo
lo que puedo descubrir sin ponerme en una posición incómoda.
Nick sonrió, riendo en silencio.
―Eso no fue lo que pregunté.
Julian resopló.
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castillo de Dublín en Irlanda y vas a una librería en Boston sin una pequeña
pista acerca de a dónde ir, ¿sabes lo que quiero decir?
―Ahí es donde vamos a empezar mañana ―declaró Nick, señalando
a su compañero.
―Iniciar una búsqueda en Dublín ―sugirió Julian.
―Ah, y tengo el retrato robot que JD proporcionó al dibujante
―dijo Hagan y se levantó palmándose los bolsillos y extrayendo un trozo
de papel doblado. Se lo entregó a Nick.
Nick lo desdobló y lo alisó. Kelly sintió como el cuerpo de Nick se
tensó tan pronto como vio el dibujo.
―¿Qué? ―susurró Kelly.
―Esto podría complicar las cosas un poco. ―Nick se volvió hacia
JD―. ¿Estás seguro de que este hombre te disparó?
―No, no. Es sólo que... lo recordé cuándo empezaron los disparos.
No tengo ni idea de quién es.
Nick asintió, los ojos en el dibujo de nuevo.
―Yo sé quién es.
Hubo un estallido general de preguntas, pero la boca de Nick se
contrajo en una línea sombría. Encontró los ojos de Julian cuando giró el
dibujo.
―Es Cam.
Julian palideció y le arrancó el papel de la mano. Se puso de pie,
mirándolo fijamente durante varios latidos antes de volverse hacia JD, con
los ojos negros en llamas.
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―¿De verdad?
―Es como... Sureño, con una floritura.
―¿Qué? ―Ty se estaba riendo, pero Nick no encontró en su
frustración motivo para la diversión.
―Lo digo en serio. Es como el tuyo, pero diferente. Como si fuese
de Inglaterra y colocase los dos acentos juntos. Yo…
―¿Puedes imitarlo?
―¡No! Lo he intentado y mi lengua no hace ese sonido con una R.
―¡Tu lengua no puede hacer ningún tipo de R!
―Lo que tú digas, hillbilly18.
―Bueno, si quieres, me envías una grabación mañana o déjame
hablar con él. Tal vez pueda bombear mi contacto del FBI para obtener
más información.
―Jesús, Ty, ya hemos hablado sobre Garrett y chistes sexuales.
Ty rió.
―Lo digo en serio. Si yo no lo reconozco, quizás Zane pueda
conseguirlo con el personal de lingüística en la Oficina. Me deben algunos
favores.
―¿Puedes escucharlo ahora?
―¿Qué, como en este momento? ¿Tienes una grabación de él
contigo, ahora?
―No, pero lo tengo a él.
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N de T: es un término peyorativo usado en Estados Unidos para definir a los habitantes de ciertas
áreas remotas, rurales o montañosas. En particular, el término se usa para describir a los residentes de
los Apalaches, cordillera montañosa situada paralela a la Costa Este de los Estados Unidos, actualmente
una de las zonas más deprimidas del país.
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Ty canturreaba en el teléfono.
―¿Lo suficiente para reacercarnos?
―No empieces con esa mierda, Ty, no en este momento ―gruñó
Nick.
―¿Si no es ahora, entonces cuándo?
―Me tengo que ir ―dijo Nick y apartó el teléfono, pero la voz de Ty
lo detuvo.
―Hey, ¿Nick?
Nick respiró hondo y cerró los ojos, volviendo a poner el teléfono a
la oreja de nuevo.
―¿Qué?
―Sólo... ten cuidado, ¿de acuerdo?
Nick asintió, poniendo los ojos en blanco.
―Entendido.
Nick colgó el teléfono antes de que Ty pudiera decir nada más.
Estaba cansado de lidiar con este dolor de cabeza esta noche. Deslizó el
teléfono en el bolsillo y miró hacia las escaleras con el ceño fruncido. JD
obviamente tuvo que venir aquí por algo, y Nick no estaba comprando el
“necesitaba aire” como excusa. Miró por encima de la barandilla en la
cubierta inferior de su barco. Sabía que Julian estaba en una de las literas,
con Hagan manteniendo un ojo en las cosas allí hasta que fuera la hora de
que Nick le sustituyera.
Se dirigió escaleras abajo escuchando con atención, esperando que
JD hubiera vuelto a la cabina VIP a dormir. Bajó despacio y cuando llegó a
la parte inferior de la escalera casi rodó sobre JD.
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tesoro para ellos. Me estaba quedando sin ideas, por lo que estaba
intentando pensar en nuevas pistas.
Kelly señaló el código.
―¿Esta es una pista para un niño?
―Sí. Tengo el libro, porque el ejemplar que tienen de ese símbolo
es muy adornado ―dijo Nick. Pasó la página y golpeó el dibujo en el
libro―. Lo seguí y entonces añadí símbolos de otras pistas en la búsqueda
de tesoros. Parecen jeroglíficos para nosotros, pero los niños sabrán lo
que significan los símbolos en el momento en que se encuentren con uno.
Kelly se mordió el labio inferior, intentando no sonreír. En cambio,
asintió. Por supuesto que Nick no estaba haciendo nada nefasto. Estaba
haciendo un juego para los niños. Los niños a los que decía no ser
aficionado. Kelly finalmente resopló.
―¿Qué pensabas que estaba haciendo? ―preguntó a Nick con una
sonrisa burlona.
Kelly negó con la cabeza, avergonzado de haber sacado el tema.
―Ni siquiera lo sé muy bien. Lo siento.
Nick dejó el vaso sobre la mesa y luego se echó hacia atrás,
hundiéndose en el sofá suave. Puso los pies encima de la mesa y levantó el
brazo para que Kelly se apoyase en él. Kelly lo hizo con gusto,
descansando sus pies a su lado y la cabeza en su hombro. Se cubrieron con
la manta que mantenían en el sofá. Nick lo apretó cerca y luego enterró su
nariz en el cabello de Kelly.
―Prometo que la próxima vez que esté haciendo algo malo, vas a
ser mi socio en el crimen ―susurró.
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Kelly resopló.
―Es triste lo cierto que es, amigo.
Se quedaron así durante mucho tiempo, con el brazo de Nick
envuelto alrededor de Kelly y la cabeza de éste en su pecho.
―Lo siento por esto ―dijo Nick finalmente.
―¿Por qué?
―Este caso. Está arruinando nuestro tiempo juntos. Debería
haberme tomado unos días de vacaciones.
Kelly se giró para que pudiera verle. Apoyó la barbilla en el pecho de
Nick, mirándole.
―Creo que necesitábamos esto ―admitió Kelly.
―¿Qué?
―Creo que estamos fundamentados en asesinatos y caos. ―Kelly se
empujó hacia arriba, con las piernas cruzadas en frente―. Nunca nos
hemos encontrado en tiempos de paz.
―Claro que lo hicimos ―sostuvo Nick intentando incorporarse,
pero Kelly le puso una mano en el pecho y lo empujó hacia abajo. Por
alguna razón, era más fácil hablar con Nick cuando él estaba descansando,
vistiendo un par de pantalones de pijama de los Red Sox y poco más.
―No, no lo hicimos, ―contrarrestó Kelly―. Incluso después de
haber sido dado de alta, cada vez que nos reunimos, nos metimos en
problemas. O los problemas nos buscaban. Está en nuestra naturaleza,
nene. Y entonces sucedió lo de Nueva Orleans. Me tomó recibir una bala
en el pecho y casi morir para darme cuenta de que me sentía atraído por
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camisa de Nick. Probablemente le había visto sin camisa mil veces antes,
pero esto nunca dejó de ser su parte favorita de conseguirle desnudo. El
juego de músculos en hombros y espalda, la forma en que la tinta oscura
de sus tatuajes contrastaba con su piel. Era jodidamente glorioso.
Nick se sacó la camisa y la lanzó a un lado, retrocediendo hacia la
cama con una sonrisa. Sabía lo que esto le hacía a Kelly, pero no tenía
ningún miedo en devolverle el favor y mostrarle cuan encendido estaba.
Se bajó los pantalones más allá de su pene duro, dejándolos cuando
llegaron a los muslos.
―Maldita sea ―dijo Kelly entre dientes, y tiró de su camisa por la
cabeza. Empujó sus pantalones de chándal hacia abajo y los pateó hacia
un lado.
Nick le estaba mirando de arriba abajo con ojos depredadores,
lamiéndose los labios. Kelly le dio un codazo para empujarle a la cama,
luego se le subió encima y le sujetó las manos.
Nick sonrió maliciosamente, levantando las caderas para que la
cabeza de su polla rozara las bolas de Kelly.
Kelly negó con la cabeza.
―Vas a tener que trabajar más duro para eso.
Cuando Nick sonrió, Kelly podía ver que se estaba mordiendo la
lengua.
―¿Estás seguro de eso? ―preguntó astutamente―. La última vez
que me montaste, te corriste con tanta fuerza que me salpicaste hasta
que me lo lamí de los labios.
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Kelly gimió y bajó la cabeza. Era cierto, maldita sea. Soltó las manos
de Nick y alcanzó bajo las almohadas donde habían estado escondiendo su
lubricante. El cajón quedaba demasiado lejos cuando llegaban a la etapa
en que lo necesitaban.
Cuando iba hacia el lubricante, Nick le agarró de las caderas,
manteniéndolo en el lugar. Le lamio la punta del pene y sus dedos cavaron
en su culo.
―Oh Dios, cariño ―gruñó Kelly, bajando la cabeza y jadeando
mientras todo su cuerpo pulsaba con necesidad.
Nick le tiró de las caderas, incitándole a gatear sólo un poco más
cerca de la cabecera. Le pasó la lengua por las bolas, luego fue más abajo,
lamiéndole el culo. Kelly casi gritó. Se llevó el puño a la boca y lo mordió
para no hacer ningún ruido. Nick le lamió de nuevo todo el camino hasta
sus bolas y se llevó una a la boca.
Arqueó la espalda descendiendo hasta agarrar un puñado del
cabello de Nick. Sus muslos empezaban a arder, pero maldita sea si iba a
preocuparse por esto cuando Nick estaba a punto de hacerle lo que
pensaba que le haría.
Las manos de Nick le apretaron el culo tirando de sus mejillas
abiertas antes de que su lengua estuviera allí de nuevo, lamiendo y
masajeando los músculos que intentaban luchar cuando Kelly se tensó.
―Jesucristo, haces ejercicios de lengua cuando yo no estoy cerca,
¿verdad? ―preguntó Kelly, la última palabra saliéndole con un gemido
cuando la lengua de Nick empujó más allá de esos músculos y se adentró
en él.
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necesidad de guiarlo. Éste abrió la boca y clavó los dedos en los músculos
del culo de Kelly―. Joder, cariño.
Kelly lo besó de nuevo, lamiendo su lengua, chupando, mordiendo.
Nick gimió en su boca y empujó las caderas de nuevo cuando Kelly no
soltó la lengua. Esta vez entró y ambos se quejaron desenfrenadamente.
La cabeza de su polla empujó en Kelly, abriéndole. Avanzó y la fricción fue
suficiente para que ambos gritaran por más. Kelly se dejó caer duro y Nick
empujó profundamente dentro de él.
Ninguno de los dos podía gritar, ya que todavía estaban luchando
para ver quién podía mantener la lengua de Nick. Kelly lo besó una vez
más y se sentó, moviendo las caderas cuando Nick apretó fuerte sus bolas.
―Joder, ahora recuerdo por qué esto es tan divertido ―gimió Kelly
cuando dejó caer la cabeza hacia atrás. Las manos de Nick estaban por
todas partes, deslizándose hasta sus costillas, alisándose sobre el pecho,
tirando de él por los hombros hacia abajo mientras intentaba empujar
más profundamente en él.
Kelly comenzó un vaivén lento y rítmico de sus caderas, los dos se
retorcían de placer. Nick llevó las rodillas hacia arriba, empujando hacia
los movimientos de Kelly. Ésto dio una dimensión más a la fricción que a
los dos los colocaba en llamas. Kelly le pasó las uñas por el pecho.
―No te detengas ―ordenó sin aliento.
Nick se mordió el labio y asintió.
―¡Joder! ―dijo entre dientes. Le agarró las caderas, muy
apretado―. Joder, sabía que no seríamos capaces de hacer esto en
silencio.
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N de T: Fuerza Aérea Real (inglés: Royal Air Force) es la Fuerza Aérea Independiente más antigua del
mundo. Fue creada el 01 de abril de 1918, durante la 1ª Guerra Mundial, por la mezcla del Cuerpo Real
de Vuelo (Royal Flying Corps) y del Servicio Aeronaval Real (Royal Naval Air Service).
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N de T: Ejército Republicano Irlandés.
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los cojines, luego rebuscó en el interior. Kelly ni siquiera sabía que esos
bancos eran huecos.
Nick salió con un artilugio que se parecía a uno de los teléfonos
móviles originales que venían en bolsas. Lo dejó caer sobre la mesa y lo
abrió. Dentro había una gran variedad de dispositivos de escucha y GPS. Le
hizo a Julian un gesto para que se acercara, y como éste hablaba por
teléfono con su novio secuestrado, Nick enchufó el dispositivo en su
teléfono. Tuvieron que contorsionarse para hacerlo y Julian terminó con
crema de afeitar sobre todo el hombro.
Julian le dio a Nick una de las más sucias miradas que Kelly había
visto nunca en un hombre, pero Nick se encogió de hombros y volvió la
atención al dispositivo de seguimiento. Giró el dedo en el aire, sin palabras
diciéndole a Julian que alargara la conversación. Entonces le entregó la
toalla casi con timidez.
Julian se limpió el hombro, todavía ceñudo.
Nick llevó a Kelly a un lado, dejando caer su voz a un susurro casi
inaudible.
―¿Qué es lo que quieren?
―Él sólo exigió hablar con su novio antes de que les diera cualquier
información.
―Quieren una actualización sobre su progreso. Significa que están
poniéndose nerviosos. Mierda.
―Van a matar a este chico si él no encuentra el tesoro ―dijo Kelly.
Nick estaba observando a Julian por encima del hombro de Kelly. Su
mandíbula saltó cuando apretó los dientes.
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―¿En qué?
―El robo. Los asesinatos ―dijo Nick con voz dura―. ¿En cuál de
ellos actúas?
―No, detective. Sólo estaba siguiéndoos. Y lo hacía desde una
distancia considerable. Nunca vi nada, aparte de la furgoneta que
conducíais. Llegué allí y la escena ya estaba como la encontraste.
―¿Les estabas siguiendo? ―gritó Nick―. ¿Por qué no lo dijiste
antes? ¿De dónde vienen? ¿Tienen la base en algún lugar en Boston?
Julian permaneció irritantemente tranquilo delante del estallido de
Nick. Kelly estaba impresionado.
―Llegaron desde el aeropuerto. Les seguí el rastro. No estoy
ocultando información, detective. Quiero detenerlos tanto como tú lo
haces. Más que tú, sería capaz de apostar.
Nick le apuntó amenazadoramente con el dedo. Sin embargo, se
calmó rápidamente reconociendo la lógica de la explicación de Julian.
―Voy a acabar de afeitarme ―dijo entre dientes cuando salió.
Julian lo vio alejarse, luego se volvió hacia Kelly con un suspiro.
―Parece tenso.
Kelly concordó.
―Me pareció tan equilibrado antes, cuando lo conocí. Relajado.
Bien ajustado. Ya no es así.
Kelly apretó los labios en una fina línea, asintiendo.
―¿Dijiste que estuvo en el ejército?
―En pocas palabras, sí.
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―El equipo fue llamado de nuevo el año pasado. Cualquiera que sea
el trabajo que tuvieron que hacer, les jodió un poco.
―¿Por qué? ―preguntó Julian. Su preocupación parecía genuina.
El estómago de Kelly se agitó y desvió la mirada por el barco para
ver si Nick estaba cerca.
―Nunca lo dirá.
Se excusó antes de que Julian pudiera hacerle más preguntas. Casi
colisionó con Nick que regresaba a la cubierta.
Nick ya había terminado de vestirse. Había renunciado al traje, en su
lugar permaneció con los pantalones vaqueros que había estado usando y
se puso una camisa negra, lisa. Tenía sobre el brazo su chaqueta favorita
de cuero y la placa en una cadena alrededor del cuello. También llevaba
un arnés con un arma en cada lado, en lugar de la que generalmente
mantenía en su cadera.
―¿Qué estás haciendo? ―preguntó Kelly.
―Voy a trabajar. Levantó su teléfono. ―El rastreador no consiguió
su ubicación, la llamada no fue lo suficientemente larga.
Julian suspiró temblorosamente y asintió.
―Sin embargo, nos dio una región ―añadió Nick.
―¿En serio? ―Saltó Julian―. ¿Dónde lo están reteniendo?
Nick endureció la expresión y lo miró a los ojos.
―Están en Boston.
Julian se tomó unos momentos para mantener la paciencia y
obtener los nervios bajo control; Kelly en realidad podía ver las emociones
pasando por su rostro.
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―Entendido.
Nick le dio otro beso, demorando más que unos momentos y en
seguida se dirigió por el muelle hacia el estacionamiento situado más allá.
Julian se unió a Kelly poco después, llevando una camisa que había robado
del armario de Nick. Se quedaron juntos en la cubierta, mirando a Nick
alejándose.
―¿Te gustaría aprovechar una excursión de campo sin supervisión?
―preguntó Julian después de unos momentos.
―Si digo que no, ¿te vas a escabullir a la primera ocasión que pare
para echar una meada?
―Sí.
Kelly asintió abatido.
―Permíteme ponerme unos zapatos.
Nick dejó su Range Rover para Kelly y Julian, a sabiendas de que tan
pronto como él estuviera fuera de la vista, los dos hombres estarían fuera.
Confiaba en Kelly para cuidar de sí mismo, sabía que no necesitaba que le
sostuviera la mano. Y, infiernos, tal vez consiguiesen alguna cosa.
Dejó una nota en el parabrisas para Kelly, luego se fue al depósito
de almacenamiento donde guardaba su moto. De todos modos, le gustaba
montar en moto cuando estaba corriendo por las calles. Era más fácil
encontrar aparcamiento, incluso con las placas de policía.
Se dirigió primero a la estación, para averiguar sobre las peticiones
que había lanzado sobre la identidad de JD. Había entrado un informe
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referente a los otros robos que andaban buscando. Nick se sentó a leerlo y
luego se dio cuenta que había un mensaje de la Universidad de Boston en
su escritorio. Uno de los profesores había respondido a sus preguntas,
diciendo que reconoció a JD.
Nick arrojó los archivos de robo a un lado y cogió el teléfono en su
lugar. Cuando llamó al número que le habían dejado, respondió una
mujer.
―Soy el detective Nicholas O'Flaherty, estoy buscando al profesor
Kris Singleton.
―Soy Kris ―le dijo la mujer.
Nick había estado esperando a un hombre, pero se encogió de
hombros. Le gustaba su voz; era suave y un poco ronca.
―Profesora, ¿tiene un momento para hablar conmigo en lo que
respecta a las fotos que mis oficiales circulaban ayer?
―¡Oh! Sí, por supuesto, detective. ¿Qué le puedo decir?
―¿Usted reconoció el hombre de la foto? ―preguntó Nick.
―Sí.
―¿Es un profesor de la Universidad de Boston? ¿Un empleado?
―Oh no, no. Es un escritor.
Nick frunció el ceño y saltó a por su bloc de notas.
―¿Escritor?
―Enseño uno de sus libros para un curso. Lo reconocí por la foto en
la contraportada. Mis alumnos me preguntan cada año si conseguiría
convencerle de que acuda para dar algunas charlas.
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Kelly podía ver el aparcamiento de en frente del yate, así que sabía
que Nick había dejado el Range Rover. Sin embargo, después de rebuscar
en todos los cajones de la casa, no pudo encontrar un juego de llaves.
―Podemos llamar un taxi o hacemos un puente directamente al
motor ―dijo finalmente Julian cuando perdió del todo la paciencia.
Saltó del barco directamente al muelle sin darle a Kelly la
oportunidad de discutir, que tuvo que correr para alcanzarlo.
―Sabes, es como que pierdes algo sin el largo abrigo negro. Un
poco de aire de misterio se ha ido ―le dijo Kelly mientras se dirigían al
aparcamiento.
Julian miró con un gruñido ofendido los pantalones de color caqui y
la camiseta prestada de Nick. Kelly se encogió de hombros.
―Es verdad.
Kelly desaceleró cuando llegaron al auto y vio una nota blanca bajo
el limpiaparabrisas, aleteando en la brisa. La arrancó y desdobló.
Las llaves están encima de la rueda. Por favor, no hagáis un puente
directo.
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―Sí. Sólo esperaba que descubrir mi nombre sería... como ver la luz
o algo así, ¿sabes? Hacerme recordar. Ni siquiera se siente correcto, sin
embargo. Infiernos, JD se siente más como mi nombre que Casey.
Kelly se sentó en el borde de la mesa, mirando a Nick de nuevo.
―Se necesitan tres días para desarrollar un nuevo hábito. Te hemos
estado llamando JD durante tres días, así que...
―Sí, supongo ―murmuró JD―. ¿Podéis continuar llamándome así?
Sólo por un tiempo, quiero decir.
―Lo que quieras ―dijo Nick en voz baja.
Señaló hacia Julian y Kelly.
―¿Puedo hablar con los dos por un minuto?
Siguieron juntos, sin dudar, en dirección a una de las salas de
interrogatorio. Julian miró con inquietud alrededor en cuanto la puerta se
cerró detrás de ellos.
―¿Has estado alguna vez en una de estas? ―le preguntó Nick con
diversión. Se apoyó en la pared y cruzó los brazos por costumbre. Siempre
fue su primera posición cuando interrogaba a un sospechoso.
Julian puso los ojos en blanco, pero se negó a sentarse en la mesa.
―¿Qué estáis haciendo aquí? ―les preguntó Nick.
―Hemos encontrado algo ―respondió Julian.
Nick arqueó las cejas.
―¿En la librería?
Kelly daba pequeñas patadas a las patas de la mesa bien ancladas al
suelo, pero se detuvo en seco.
―¿Cómo sabes que fuimos a la librería?
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―Lo siento ―dijo JD, colocándoselos. Pasó los dedos con cuidado
sobre la madera―. Está en muy buenas condiciones. No puedo ver marcas
evidentes.
Julian suspiró profundamente y empujó su cadera contra la vitrina,
haciéndola vibrar hacia abajo en sus patas.
―¡Cuidado! ―gritó JD, y Nick y Hagan se estremecieron tanteando
sus armas.
El panel decorativo en el extremo derecho de la vitrina se sacudió,
soltó y cayó. Julian lo atrapó hábilmente, como si acabara de sacarlo del
aire. Levantó la vista hacia ellos, sonriendo.
―Vendo antigüedades ―ironizó.
Tanto JD como Nick lo miraron, pero Kelly se movió hacia adelante y
miró en el compartimiento oculto.
―¿Qué hay ahí? ―preguntó Nick.
Kelly levantó una ceja.
―Adivinad.
―¿Qué hacen estas cosas ahí? ―preguntó Hagan―. ¿Cómo
llegaron allí? A menos que el dueño supiera que iba a ser robado, ¿qué
coño?
―Yo las coloqué ahí ―dijo JD, la comprensión iluminándole. Asintió
con entusiasmo y puso su mano sobre la vitrina, donde el contorno se
mantuvo en el polvo. Lo barrió cuando agarró los dos elementos, y su
movimiento siguió la estela de polvo a la perfección.
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Nick se rio entre dientes, pero levantó el dedo antes de que Kelly
pudiera alcanzar los papeles de dentro de la caja.
―Escena del crimen.
Kelly se quedó de hombros caídos y puso los ojos en blanco. Nick
sacó su teléfono para llamar a los técnicos.
―¿Usa su placa de identificación para tener sexo en un automóvil
estacionado, pero no me deja tocar un pedazo de evidencia del Tesoro
Nacional? ―murmuró mientras se alejaba Kelly.
―¿En el estacionamiento? ―preguntó Julian, siguiéndole afuera.
―Es más divertido cuando está fuera de servicio.
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forma de cruz de una antigua prisión, que Kelly sabía que lo había sido una
vez. Una enorme ventana decorativa adornaba la entrada principal, y un
sonriente portero los saludó mientras les sostenía la puerta. Kelly estiró el
cuello para admirar el impresionante vestíbulo.
―Jesús, esto es genial ―señaló JD. Estaba haciendo lo mismo que
Kelly, y probablemente parecían pollos bajo la lluvia, mirando las
maravillas por encima de ellos. El ladrillo estaba expuesto, así como los
restos de las barras de las celdas. Las pasarelas suspendidas todavía
rodeaban el vestíbulo, donde grandes arañas de hierro exhibían
destellantes luces en lo alto.
Kelly sonrió. Por supuesto que Nick amaba este lugar. Tenía todo
por lo que Nick estaba atraído: una historia oscura, una historia de
regeneración y retribución, un ambiente lujoso y alcohol. Se quedó sin
aliento cuando vio la escalera mecánica que los llevaba al vestíbulo
principal y se dio cuenta de que el hombre que estaba allí observándolo
era su novio.
Nick llevaba un elegante traje de tres piezas con una delgada
corbata de seda verde y un pañuelo a juego en el bolsillo de la solapa.
Probablemente había sido adaptado, porque le sentaba perfectamente.
Kelly nunca lo había visto en él antes, pero maldición. Nick miraba a Kelly
con una pequeña sonrisa, una mano en un bolsillo.
Kelly silbó cuando se acercó a él. ―No te ves elegante.
Nick caminó hacia él y lo besó en la esquina de la boca, justo donde
sabía que enviaría escalofríos a través del cuerpo de Kelly.
―No es tan malo ―susurró al oído de Kelly.
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Kelly tardó unos segundos en darse cuenta de que Julian estaba con
Nick, y que él y JD estaban esperando a que dejaran de flirtear el tiempo
suficiente para seguir adelante con las cosas. Los dos parecían un poco
divertidos, sin embargo.
―Perdón ―ofreció Kelly.
Nick resopló.
―Yo no.
Aunque Nick estaba tratando de mantener una sonrisa fácil en su
rostro, Kelly podía sentir la tensión en el cuerpo de Nick. Se estaba
poniendo nervioso otra vez. Supuso que cualquier persona que se
reuniera con un famoso jefe de la mafia tendría tensión, pero
especialmente alguien como Nick, quien tenía vínculos infantiles con la
organización y un trabajo que era inherentemente opuesto a todo lo que
la mafia representaba.
Era un caballero blanco, adentrándose en las sombras.
―Vamos, él está arriba esperándonos ―dijo Nick.
Un hombre los esperaba en el vestíbulo cuando llegaron a la cima
de la escalera mecánica. Era atractivo, con cabellos oscuros y ojos amables
que parecían estar en contradicción con su trabajo. Estaba vestido con un
traje gris suave, su corbata azul cielo era la única anomalía. Nick frenó
cuando lo vio y se detuvo unos metros delante de él.
Se pararon uno frente al otro, silenciosos, sus expresiones severas.
Kelly miró inquieto a Julian y JD. Esto iba a ir tan mal. Podía sentirlo, iban a
destruir este hermoso vestíbulo del hotel en un tiroteo.
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pasado difícil porque le daba ese aire de autoridad entre los otros marines
o si había sido serio.
La mirada en sus ojos ahora, completo temor y resignación apenas
cubiertos por acerada determinación, le dijo a Kelly que no había estado
exagerando todos esos años atrás.
Nick iría a los confines de la tierra, tallaría pequeñas piezas de su
alma, para cumplir una promesa. Kelly podía verlo tallando en este
momento, preparando otra pieza para tirar al fuego.
―Hey ―susurró Kelly―. Lo que sea que te cueste, estoy aquí para
pagarlo contigo. ¿De acuerdo?
Los ojos verdes de Nick brillaban en las luces del ascensor. Se inclinó
más cerca y besó a Kelly, su mano suave sobre la mejilla de Kelly, sus
dedos arrastrándose por el cuello de Kelly cuando se apartó.
El ascensor se detuvo bruscamente, y Mikey estaba allí
esperándolos cuando las puertas se abrieron. Había visto el último pedazo
de su beso, y frunció los labios y el ceño.
―Tengo que decirte, Nicky, estoy bien con eso y todo, pero sigue
siendo raro. Quieres mantener tu rostro bonito, es posible que quieras
mantener tus manos dentro hasta llegar a las salidas.
Nick soltó una carcajada y siguieron a Mikey por el pasillo. Mikey se
volvió hacia Kelly y le dio unas palmaditas en el brazo.
―Este tipo me enseñó a besar cuando éramos niños ―susurró―.
Landed Mary Katherine McDowell en esa lección.
Kelly se echó a reír a pesar de los nervios que lo atravesaban.
―¿Cómo va ese trabajo?
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―Te lo enseñaré más tarde. ―Prometió Nick con una sonrisa casi
juguetona.
―Hey Nicky, ¿eso me hace gay indirectamente? ―preguntó Mikey.
―Sí, Mikey. ―Nick respondió sin expresión―. Lo hace.
―Mierda. ―Llegaron a la habitación y Mikey giró su espalda a la
puerta. Se encontró con los ojos de Nick, su expresión seria―. Sabes que
estás con él ahora ―dijo suavemente―. Todavía hay tiempo de regresar.
Nick no respondió, simplemente devolvió la mirada de Mikey.
Mikey suspiró pesadamente.
―Si no te hubieras ido, estarías en esa habitación ahora mismo, y
yo revisaría a tus visitantes. ¿Lo sabes bien?
Kelly apenas pudo contener la conmoción, o sus preguntas. Miró
entre los dos hombres, con los ojos muy abiertos. ¿Cómo diablos Nick
habría terminado en esa posición cuando su amigo de la infancia seguía
siendo básicamente un guardaespaldas?
Nick asintió bruscamente.
―Por eso tuve que irme.
Mikey asintió secamente, ojos melancólicos y ceño fruncido. Luego
se sacudió el oscuro humor y dio al resto de ellos una sonrisa que parecía
un poco falsa. Señaló a Nick.
―El tipo más legal que he conocido.
Devastación pura brilló en los ojos de Nick cuando Mikey habló.
Kelly quería acercarse a él, para consolarlo de alguna manera. Pero no
creía que pudiera hacerlo mejor para Nick.
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N. T. El cifrado francmasón es un cifrado por sustitución simple que cambia las letras por símbolos
basándose en un diagrama. Sin embargo, el uso de símbolos no impide el criptoanálisis, y el
criptoanálisis es idéntico al de otros métodos de cifrado por substitución simple.
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tiró de Nick en otro abrazo. Para un infame jefe de la mafia, seguro que sí
parecía encariñado con la policía.
Esta vez, Nick devolvió el abrazo un poco más sinceramente.
―Gracias ―dijo Nick, casi inaudible.
Paddy golpeó la mejilla de Nick con la punta de los dedos.
―No seas un extraño, muchacho.
―No aguantes la respiración, viejo.
Paddy soltó una carcajada.
―¿Esto nos deja parejos?
―Tengo uno más ―le dijo Nick―. Márcalo en tu maldito libro para
que tus hijos lo sepan.
Paddy seguía riendo cuando la puerta se cerró detrás de ellos.
―¿Uno más? ―le preguntó Mikey a Nick mientras los conducía al
ascensor. Nick estaba en silencio, pero Kelly deseaba que Mikey lo
presionara por detalles para que Kelly no tuviera que hacerlo más tarde.
Mikey lo detuvo a mitad del pasillo, de pie frente a él con la mano en el
pecho de Nick―. ¿Me estás diciendo que Paddy te debe un sólido? ¿Te
debía dos sólidos?
Una lenta y torcida sonrisa se extendió por el rostro de Nick. Fue su
única respuesta.
―Jesús jodido Cristo, hijo de puta ―exclamó Mikey
afectuosamente, y se apartó para que pudieran entrar al elevador. Kelly
golpeó el botón. Mikey tiró de Nick en un abrazo, apretándolo
fuertemente―. Ten cuidado ahí fuera, ¿eh? Dejaste Boston para salvar tu
puta vida y luego pasas todos los putos días tratando de morir.
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que había esperado que nadie volviera a ver. No sabía lo que Kelly haría
con eso.
―¿Vosotros dos tenéis que ir a vuestra habitación? ―preguntó
Julian con un largo y sufrido suspiro.
―Pronto ―respondió Kelly, su voz ronca y grave. Nick le dio un
movimiento de cabeza apenas perceptible y ambos se enderezaron. Kelly
se aclaró la garganta―. Esto dice que los círculos pueden representar
cualquier cosa, desde la eternidad a la fidelidad a la reunión del espíritu y
la materia.
―¿Espíritu y materia? ―repitió Julian―. ¿Por qué?
―La línea sólida que rodea la parte interior que está hecha de nada.
―resumió Kelly cuando leyó lo que había encontrado en su teléfono. Hizo
clic fuera y lo guardó.
―¿El arco lateral? ―preguntó JD.
―Es probable que sólo un arco ―supuso Nick―. Tenían que
trabajar dentro de los límites de su tarea, que consiste en hacer que se
vea como un trébol. En lugar de una línea recta, sin embargo, optaron por
la curva para hacerla un arco. ¿Con qué números terminamos?
JD le entregó la servilleta. Había dibujado la estrella, con los círculos
representando cada gema. Había sombreados las piezas que eran de color
rojo o verde, y copió la escritura en los diamantes. No eran números
después de todo, sino más símbolos.
―¿Estás seguro de que esto es correcto? ―preguntó Nick.
JD asintió, pareciendo un poco perturbado de que Nick pudiera
poner en duda su memoria.
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―En serio, ¿me estás dando una cara de perro por dudar de la
memoria de alguien que no puede recordar su propio nombre?
JD trató de mantener su ceño, pero finalmente resopló y le dio a
Nick una sonrisa tímida.
―Es correcto. Lo prometo.
―Esto no es una cifrado de pigpen ―comentó Nick―. No hay
suficientes cartas.
―¿Cuántas están representadas? ―preguntó Julian.
―Sólo ocho. Tú tienes los cuatro símbolos en la cruz que están
representados por las esmeraldas, entonces él tiene cuatro más aquí
dentro de los diamantes.
―Así que ocho símbolos. Sin punto de referencia en cuanto a lo que
significan ―concluyó Kelly―. Estupendo.
Nick todavía estaba sacudiendo la cabeza, examinando la servilleta.
Estaba completamente perdido.
―Yo… No sé qué hacer con esto. No sé a dónde vamos desde aquí
con esto.
―Espera ―dijo Julian con un movimiento de su mano―. No estás
rindiéndote, ¿verdad? Esta es información que los otros no tienen,
información que no conseguirán a menos que tengan la intención de ir a la
sangrienta mafia por ella. No muchas personas tienen las piedras para
hacer lo que acabas de hacer. Finalmente estamos un paso por delante. Y
nosotros lo tenemos a él ahora; ellos no.
JD asentía con las palabras de Julian.
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―¿Oh si?
―Sí, sólo mantén tus manos fuera de mis pantalones.
Kelly rió. El sonido era como un bálsamo sobre los deshilachados
nervios de Nick. Apretó el muslo de Kelly con más fuerza, manteniendo
sus dedos entre las rodillas de Kelly mientras bebían y hablaban durante la
siguiente hora. Nick habría dado cualquier cosa por haberse marchado tan
pronto como los labios de Kelly tocaron los suyos, por llevarlo arriba y
simplemente tomarlo tantas veces como pudieran manejarlo.
Pero estaban aquí por una razón. Tenía que ser visto esta noche.
―¿Cómo se gana un favor de la mafia? ―preguntó Kelly después de
su séptima u octava bebida.
Nick casi escupió su alcohol por toda la mesa. Tuvo que luchar por
tragar, y bajó su bebida antes de derramarla. Se acercó más a Kelly, su voz
llena de grava.
―Mantienes la puta boca cerrada en público, así es como se hace.
Kelly parpadeó, luego asintió obediente. Miró a los ojos de Nick
durante unos cuantos segundos, y luego una sonrisa se extendió por sus
labios.
―Eso realmente me hizo temblar. ¿Puedes hacerlo de nuevo?
Los labios de Nick se torcieron.
―No, en serio, fue lo más caliente que te he visto hacer. ¿Me
amenazas cuando me estés jodiendo más tarde? O mejor aún, ¿podrías
follarme justo aquí?
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―Me gusta esto ―dijo Kelly, caminaban por el vestíbulo, sus dedos
entrelazados―. Tomando tu mano. Caminando. Tú en ese traje,
Jesucristo.
Nick lo acercó, levantando su mano para besarla.
―Recordaré eso.
Llegaron al ascensor sin incidentes y sin indecencia pública, pero tan
pronto como las puertas del ascensor se cerraron, Kelly agarró a Nick y lo
empujó contra la pared. Su mano trabajó en el cinturón de Nick y los
botones de su chaleco, y le dio una patada a los pies de Nick para
separarlos y poder deslizarse a sí mismo entre los muslos de Nick y
presionar sus ingles juntas.
Nick agarró las caderas de Kelly, sosteniéndolo para que no se
cayera de culo cuando sus zapatos se deslizaron contra el suelo de
mármol. Kelly lo besó desordenadamente, sus torpes movimientos
suficientes para encender a Nick aún más. Amaba jodidamente cuando
Kelly se ponía así. Rudo, desordenado y ruidoso.
Gruñó una advertencia de que iba a moverlos, y Kelly gimió en
respuesta, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Nick. Nick los
hizo girar, presionando a Kelly contra la serie de botones.
Kelly agarró dos puñados de cabello de Nick y dio un tirón.
―Mierda ―siseó Nick. Frotó su endurecido pene contra Kelly―.
¿No podrías haber esperado cinco putos minutos más para iniciar esto?
―Lo siento ―jadeó Kelly―. Lo hago, pero no podía jodidamente
evitarlo. Fuiste todo puto mal genio maligno conmigo con la mafia
irlandesa. Entonces estabas hablando de comienzos, finales, eternidad,
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anillos y ese puto tono de voz tuyo que usas cuando te pones todo duro y
bebido. ¡Dios! ¡Esto es culpa tuya!
El ascensor sonó, y Nick golpeó su palma contra el botón de parada
de emergencia. Las luces parpadearon y el ascensor se sacudió en un alto.
Se presionó más cerca.
Kelly parpadeó hacia las luces de emergencia.
―Realmente vas a follarme en el ascensor, ¿verdad?
―No ―gruñó Nick. A pesar de que quería hacerlo. Joder―. No hay
suficiente lubricante para ir medio tan duro en ti como quiero. Voy a
llevarte de regreso a nuestra habitación. Voy a doblarte sobre el final de
nuestra maldita cama, y te llenaré tanto de mí que gritarás con acento de
Boston. Te haré olvidar todo lo que has visto y oído esta noche.
Kelly se lamió los labios lentamente.
―¿Prometido?
Nick cerró los ojos, tomando una respiración profunda antes de
golpear el botón de nuevo. Las puertas se abrieron, y Nick escoltó fuera a
Kelly con una mano en su espalda baja. Afortunadamente no había nadie
allí para ver sus trajes desaliñados o rostros ruborizados. Había tenido su
cuota de momentos de exhibicionismo y la mayoría había valido la pena.
No quería eso con Kelly, sin embargo. Quería a Kelly para él sólo.
―Eres como un maldito caballero blanco cuando comienzas a
beber. ―Kelly se dejó caer contra la pared al lado de su puerta, enclavado
en la esquina de la parte que sobresalía alrededor de las puertas―. Tu
tolerancia al alcohol es un asco para ti, pero es impresionante para mí.
Nick lo bloqueó y se inclinó para besar su cuello.
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Nick sólo se había alejado. Pero seguía sonriendo. Kelly siempre estaba
sonriendo.
Nick miró hacia la puerta de la habitación de los otros hombres,
luego de vuelta a Kelly. Kelly merecía algo mejor que ser abandonado por
un juego de pistas. Cuando se trataba a fin de cuentas, si Nick tenía que
tomar una decisión, siempre elegiría a Kelly.
―A la mierda, eso puede esperar hasta mañana.
Sacó la llave de su bolsillo y se dirigió de nuevo a su amante. La
sonrisa de Kelly se amplió y empezó a desabrochar su propia camisa con
anticipación. Nick lo agarró por la cintura, besándolo, y luego levantándolo
sobre los dedos del pie para profundizar el beso. Las manos de Kelly
fueron una vez más a su cabello.
―¿Estás tratando de barrer sobre mis pies? ―preguntó Kelly, un
poco sin aliento.
Nick sonrió.
―No. Pero voy a tomarte la palabra sobre esa descuidada mamada
que ofreciste.
Kelly rió cuando Nick lo arrastró dentro.
―¿Quién dice que el romance está muerto?
Nick atacó a su ropa, dejando caer el costoso material aquí y allá.
Ambos torpemente patearon fuera sus zapatos, y Kelly ni siquiera estaba
fuera de sus calzoncillos antes de que Nick lo arrojara sobre la cama. Kelly
se estiró, empujando hacia abajo sus calzoncillos cuando se acercó más a
la mitad de la cama extra grande. A pesar de que había visto el cuerpo
duro de Kelly mil veces antes, todavía casi tropezó con sus propios pies
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después de que Nick casi se atragantó con él, cuanto más molía los labios
de Nick, más encendido Nick se volvía.
Kelly se arqueó sobre él, apretando los dientes y gritando el nombre
de Nick. Volvió a gritar y se encontró con los ojos de Nick, el puño cerrado
en su cabello.
―Si me corrí por todo tu rostro, tomarás mi culo, ¿verdad?
Nick clavó los dedos en las caderas de Kelly, asintiendo.
Kelly giró la cámara de vídeo para enfocarlo a él, y le dio una sonrisa
maliciosa.
―No suele ser recomendable, pero esto va a valer la pena.
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Capítulo 8
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―Sí, estoy apostando a que Dios fue invocado mucho anoche ―dijo
JD en voz baja.
―Shhh ―rogó Kelly. Se llevó una mano a la cabeza―. ¿Qué
estamos haciendo, por qué estamos levantados? Oh por Dios del Cielo.
―Hay dos cementerios principales que tenemos que mirar ―explicó
Nick―. Si empezamos temprano, no tendremos que separarnos para
cubrir el suelo.
―Creo que hemos demostrado que trabajamos mejor como una
mente colmena de lo que lo hacemos en solitario ―añadió JD.
―Ciertamente. ―Nick estuvo de acuerdo con descaro.
Kelly estaba gimiendo cuando rodó fuera de la cama. Tuvo que
levantar la cabeza para asegurarse que permanecía unida.
―Déjame bañarme y vomitar ―murmuró. Se tambaleó hacia el
baño, ni siquiera consciente de estar con el culo al aire. Especialmente
extraño, ya que estaba bastante seguro de que había una marca de
mordida en su culo. Si no querían verlo post-follado, sin embargo, no
deberían haber estado en su habitación a las seis de la mañana.
Julian simplemente puso los ojos en blanco cuando Kelly pasaba,
pero JD hizo todo lo posible para no mirar. Kelly le dio una palmada en el
hombro, luego deslizó la puerta del baño para cerrarla y sin demora
vomitó todo lo que había bebido la noche anterior.
―Encantador. ―Escuchó el comentario de Julian después de unos
segundos de ahogarse con la cabeza en el inodoro.
Iba a ser un largo día.
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ladrillo rojo a través de la vieja cuidad que conducía a los turistas a lo largo
del Freedom Trail. Era un paseo agradable que llevaba a la gente de lugar
histórico a lugar histórico, todos relacionados con la Revolución
Americana. Recogieron el rastro rojo y lo siguieron hacia el Granary
Burying Ground.
El sol de la mañana aún no se elevaba sobre los edificios a su
alrededor, lanzando al cementerio una lúgubre neblina. Nick abrió el
camino a través de la puerta, mirando a su alrededor en las torcidas
lápidas con sus tallas macabras. Era un extraño pequeño lote. Incluyendo
tumbas de los héroes revolucionarios, entre ellos Sam Adams y Paul
Revere. En el centro había un enorme monumento dedicado a la familia
de Ben Franklin. Los edificios que habían surgido alrededor del viejo
cementerio estaban tan cerca de los límites que sus paredes de ladrillo
incorporaban lápidas en ellas. Muchas de las lápidas que una vez habían
estado aquí habían sido eliminadas y se usaban como aceras, y allí se
estimaba que cientos de cuerpos aún permanecían bajo tierra, sin marcar
y perdidos para la historia.
Lo que quedaba era una mezcla de veneración del pasado y
compromiso hacia el futuro. Nick siempre se había sentido un poco
incómodo cuando había visitado este lugar.
―Las lápidas son… irreverentes, por decir lo menos ―comentó JD.
Estaba de rodillas frente a una. Muchas de ellas tenían cráneos sonriendo
maliciosamente, con alas detrás de ellos. Nick había visto algunos con
esqueletos bailando, brincando alrededor como si la muerte los
persiguiera.
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control en Boston. Mira, en ese tiempo, Boston era una península; había
sólo una manera de entrar por tierra. Las tropas británicas ocuparon la
ciudad, pero las tropas coloniales controlaban el campo. Tenían un
acuerdo de caballeros para permitir el paso hacia y desde la ciudad,
siempre que el viajero estuviera desarmado. Un vagón robado lleno de
oro siendo conducido como el infierno por soldados británicos no iba a
estar haciendo el corte. Habrían tenido que esconderlo entre Lexington y
aquí.
Julian frunció el ceño.
―Suficientemente justo.
JD estaba mirando a Nick, sus ojos azules ilegibles.
―¿Qué? ―preguntó Nick.
―Sabes un infierno de mucho más de esto de lo que dejas ver.
La única respuesta de Nick fue un pesaroso encogimiento de
hombros.
―¿Dónde está la cruz en la maldita servilleta? Vamos a conseguir
esta mierda de nuevo ―murmuró Kelly.
JD la sostuvo en alto, posicionando los dos puntos de referencia
principales apropiadamente. Nick señaló la cruz en la servilleta, y todos se
volvieron hacia el lugar en el cementerio indicado.
Julian miró hacia la acera cuando Nick y los demás se movieron
hacia adelante.
―Voy a mantener la fortaleza. ―Ofreció―. No soy muy bueno en
estas cosas de todos modos.
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Esto debió haber sido la única forma en que los soldados podían decir lo
que habían hecho, dejando un monumento al robo, un mapa señalando el
camino.
Kelly sacó su teléfono del bolsillo y luego tomó una fotografía de la
lápida.
―¿Qué estás haciendo? ―preguntó Nick.
―Siendo impresionante, ¿y tú? ―dijo Kelly arrastrando las palabras.
Abrió el disparo que apenas había tomado en su aplicación de fotos y
empezó a jugar con el contraste, añadiendo sombras, iluminando los
trozos más ligeros. Pronto tuvo una representación de lo que el marcador
probablemente leía. Se puso de pie y se lo mostró a Nick.
Nick sonrió y asintió.
―Siendo impresionante en verdad.
―¿Qué es lo que dice? ―preguntó JD y ellos se amontonaron
alrededor del teléfono.
―Russell B. Norte ―leyó Kelly―. ¿Es importante?
―No para mí ―admitió Nick.
―Norte ―dijo JD con un movimiento de su mano―. Y las Batallas
de Lexington y Concord. El viejo North Bridge. Fue donde se realizó el
primer disparo de la guerra.
―¿Cómo habría retrocedido allí para dejar algo? ―argumentó Nick.
―Obviamente, se quedó atascado en Boston el tiempo suficiente
para encargar el grabado en una jodida lápida. Eso habría sido ¿qué, al
menos una semana? ¿Unos pocos días? Tiempo para camuflarse fuera de
Boston, mientras se estaba llevando a cabo. Un sólo hombre viajando
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―Si los dos estáis hablando de nuevo, él sería un buen punto para
llamar por esta mierda, ¿sabes?
―¿Estamos hablando de Tyler? ―preguntó Julian, inclinándose
adelante para poner su rostro entre los dos desde el asiento trasero―. Por
favor, llámalo, he extrañado ser esposado a todas las superficies posibles
cada vez que hablo.
Nick lo miró por el espejo retrovisor, sonriendo ligeramente. Luego
golpeó la rodilla de Kelly y sacudió la cabeza.
―Tenemos esto. Llama a Hagan.
―Bien. ―Kelly encontró el número de Hagan y marcó, luego le pasó
el teléfono a Nick. Él lo observó, sin embargo, su resaca olvidada. Ty y Nick
se conocían desde que tenían diecisiete años. Pensar que su amistad
estaba desmoronándose, o peor, llegando a su fin, hizo a Kelly
inmensamente triste. Era como perder a un miembro de la familia.
―Hagan. Sí, lo siento, debí haberme reportado anoche. Lo sé.
―Nick miró a Kelly y puso los ojos en blanco―. Nos distrajimos. En fin,
escucha, estamos de camino a Concord.
Kelly volvió su atención al paisaje que pasaba cuando Nick informó a
Hagan. Se removió alrededor tratando de ponerse cómodo. No estaba
seguro de lo que Nick le había hecho anoche, pero esperaba que lo hiciera
de nuevo cuando Kelly pudiera recordar los detalles de cómo había
conseguido ponerse tan jodidamente dolorido. Probablemente fue
divertido.
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hinchado con ella. Para ver las caras de las piedras tendrían que mojarse.
Hizo un gesto a Julian.
―Vosotros dos revisad el otro extremo.
Julian y JD se dirigieron al otro lado del puente, sus pasos resonaron
en los tablones. Era un día tranquilo, lleno de los sonidos de pájaros
gorjeando, de grupos de turistas charlando, y del chapoteo del agua
fluyendo debajo de ellos. Kelly estaba disfrutando de esto.
―¿Quién va al agua? ―preguntó Nick a Kelly.
Kelly levantó el puño. Nick lo imitó, y contaron. Kelly tiró papel,
luego se echó a reír y cubrió el puño de Nick con su mano. Siempre la roca.
―Lo que me hace preguntarme por qué tiras tijeras la mitad del
tiempo.
Kelly sonrió maliciosamente.
―Depende del castigo. A veces me gusta perder.
Nick entrecerró los ojos.
―La próxima vez que tome días de vacaciones, no estaremos
usando pantalones.
―Hecho.
―Ayúdame aquí ―se quejó Nick mientras se quitaba el abrigo de
cuero. Kelly lo tomó y lo arrojó sobre la barandilla.
Nick giró alrededor del extremo del puente y avanzó por la
empinada orilla. El suelo estaba blando y sobresaturado; las botas de Nick
hicieron profundos surcos en el barro, se agachó para agarrar las tablas de
madera del puente. Kelly se tendió y deslizó el brazo bajo la barandilla,
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sólo podríamos esperar para luchar contra las actuales. Incluso hay
fuentes contemporáneas que implican que fueron capaces de curar el
cáncer.
―¿Los Rosacruces tenían una cura para el cáncer? ―preguntó JD.
Había alcanzado su verdadera altura cuando Alex habló, una expresión de
reconocimiento se alzó en su rostro. Se estremeció y se golpeó la frente―.
Escribieron las fórmulas sobre pergaminos de oro para evitar que fueran
destruidos.
―Exactamente ―comentó Alex―. Después de todo, no has perdido
todo ese conocimiento.
―¿Pergaminos de oro? ―repitió Nick.
―Cuando los masones subieron al poder, trataron de proteger ese
conocimiento. Estaban en guerra con la Iglesia Católica, que estaba en
medio de una toma de poder. El Papa decretó que todo lo que los
Rosacruces habían descubierto era magia, del diablo, toda esa basura. Los
florecientes poderes masónicos no podían arriesgarse a que la Iglesia
consiguiera los pergaminos y los derritiera. Todo ese conocimiento,
perdido…
―Lo entiendo ―dijo Kelly de repente―. La cruz está hecha de capas
de oro. Está envuelta en los pergaminos, ¿no?
―Sí. ―Alex era solemne―. Sabían que la Iglesia nunca profanaría
una cruz. Los pergaminos estarían seguros hasta… Bueno, supongo que
hasta que las mentes más iluminadas puedan descubrirlas.
―¿Mentes iluminadas como la tuya? ―preguntó Nick.
Alex puso los ojos en blanco.
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―No pretendas que buscas ese tesoro por razones altruistas. Por
favor. El Dr. Hunt y yo fuimos contratados por Alco Pharmaceuticals. Se
supone que debemos encontrar las fórmulas antiguas.
Julian se burló de ella.
―¿Una compañía farmacéutica contrató a cazadores de tesoros?
―El cáncer es un gran negocio ―dijo Alex con tristeza.
Nick le soltó el brazo.
―¿Por qué pretendiste ser una profesora en el Boston College para
darme una identificación? ¿Por qué no sólo venir y reclamar a JD?
Alex encontró los ojos de JD.
―Porque se escapó de nosotros. Una noche nos dimos cuenta de
que el sendero nos llevaba a Massachusetts, y terminamos con una botella
de vino en celebración. A la mañana siguiente, se había ido. Pensé que
estaba buscando el tesoro para una compañía rival, así que tuve que
seguirlo en silencio.
JD se encontró con los ojos de Nick. Estaba respirando con
dificultad, la comprensión barriendo por su rostro.
―¡Oh, Dios mío! ―susurró.
―JD…
―Entonces todo es cierto ―dijo JD―. ¡Soy un chico malo! ¡Soy un
asesino y un ladrón y…! ¡Y tal vez un secuestrador! ¡Y traicioné a personas
que se suponía eran mis amigos y colegas! ¡Tú incluso dijiste que
confiabas en mí! ¡Jesús! ―Se pasó las dos manos por el cabello y se dio la
vuelta para dar un paso lejos.
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―¿Así que tenemos tres partidos en juego aquí? ¿El grupo de Alex,
el grupo de JD y Julian?
―Eso es lo que me llevo de todo esto ―respondió Nick. Llegó a su
cinturón, sacando las esposas de su funda―. Una cosa que sí sé…
Kelly asintió.
―La evidencia dice que tienes que arrestarlo, ¿eh?
Nick suspiró. JD se volvió y detuvo su paso cuando vio a Nick
observándolo. La mirada en sus ojos era una de resignación y de traición.
―¿Realmente me vas a arrestar ahora?
Nick levantó las esposas y se acercó a él.
―Da la vuelta ―dijo suavemente.
JD bajó la cabeza y dio la espalda a Nick, con los hombros caídos.
Nick tomó una muñeca en su mano, pero antes de que pudiera ponerle las
esposas, JD sacudió el codo. Apuntó un golpe en el costado de Nick y las
rodillas de Nick cedieron. JD giró y sacó el arma de Nick de su funda
mientras Nick caía al suelo, sus manos temblaban. Él retrocedió, el arma
apuntando de una persona a la siguiente.
―Lo siento ―le dijo a Nick―. Siento haberte hecho daño. Pero no
puedo dejar que me arrestes, todavía no. Tengo que encontrarlos y
averiguar la verdad primero.
Nick apoyó una mano en el sendero de hormigón, jadeando y
haciendo una mueca de dolor mientras sus ojos ardientes rastreaban a JD,
que aún se mantenía alejado de todos.
Los ojos de JD se arremolinaron alrededor de las hordas de turistas,
y luego señaló el arma al aire, apuntándolo en la dirección general del río.
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de allí y él siguió diciendo que su marido nos encontraría, que era una
especie de espía.
Cameron cerró los ojos, tragando saliva.
―Tenían a Julian tras las Joyas de la Corona, así que me pusieron a
estudiar los escritos contemporáneos, tratando de determinar cuándo y
dónde el vagón del tesoro había sido visto. Yo sabía lo de las cartas en la
librería, ya que las había solicitado para leerlas hace un par de meses.
Tenía las copias digitales, pero necesitaba ver los originales. Tanto en ese
período de tiempo se hizo en secreto, los originales podrían haber tenido
mensajes ocultos en ellas. Es por eso que fuimos a la tienda, por eso es
que las robaron. Escondí las cartas de ellos tanto como pude hasta que
alguien descubriera que necesitábamos ayuda o pudiéramos huir.
Nick no podía apartar los ojos de JD mientras hablaba. Su voz era
temblorosa, sus ojos sinceros. Todos los huesos en el cuerpo de Nick le
decían que JD estaba diciendo la verdad.
―¿Cómo descubriste que estaba aquí? ―preguntó Kelly sin darse la
vuelta.
―Cuando empecé a recordar cosas, recordé una entrada en el
diario sobre este lugar. Cómo un vagón fue visto siendo vigilado por los
casacas rojas. Fue el último avistamiento. Y luego el nombre en la lápida,
Russell. Tan pronto como lo recordé todo, supe que tenía que estar aquí.
―Hicimos lo mismo ―ofreció Julian―. Tan pronto como le dije a
ella lo que sabía, nos dirigió aquí.
Nick gruñó suavemente,
―Sí, tenemos que hablar sobre el robo de evidencias.
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―Entonces serás tú, colega ―añadió Kelly, su voz estaba muy lejos,
haciendo eco en los recovecos de los recuerdos de Nick―. Estarás bien.
No te vayas.
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Capítulo 10
Kelly se paró a un lado, con las manos metidas en los bolsillos para
no tener la tentación de saltar y ayudar. La bala que había golpeado a Nick
había perforado limpio a través del músculo sobre sus costillas, justo por
encima de otro roce de bala que había recibido recientemente, y junto
con la enorme incisión en forma de Y de su cirugía reciente, el torso de
Nick iba a ser más cicatriz que piel después de esto. Conociendo a Nick,
convertiría esas cicatrices en una especie de tatuaje con el tiempo.
La herida no era probablemente demasiado seria, pero la pérdida
de sangre significaba que lo estaban cargando en una camilla y prepararlo
para ponerlo en una de las ambulancias estacionadas.
A JD no le había ido tan bien. El secuestrador con el acento de
Boston le había disparado cuando habían luchado, y mientras la bala había
ido todo el camino a través, había recortado algunas piezas vitales en su
salida. Lo habían cargado en una ambulancia y trasladado con una escolta
policial antes que Kelly y Nick siquiera hubieran salido del edificio.
Alex Kincade, que realmente era quien había dicho que era esta vez,
estaba cooperando con todo el interrogatorio al que había sido sometida.
Había sido legalmente contratada para encontrar el paradero del tesoro.
Kelly sintió una especie de lástima por el hecho de que estaba fuera de un
trabajo ahora. Su colega, Colin, había aparecido cinco minutos después de
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Kelly parpadeó.
―¿No lo hice?
―No podías decir nada. Lo intentaste.
Kelly esperó un segundo, con el ceño fruncido.
―Siempre pensé que lo dije porque… me sostuviste todo el tiempo.
―Miró hacia arriba mientras se acercaban a la ambulancia. Cuando volvió
a mirar hacia abajo, los ojos de Nick estaban sobre él, esa misma herida e
indulgente mirada a la que Kelly se había acostumbrado a lo largo del año
pasado. Su mano se apretó en Nick―. Creo que lo dije. Nunca me soltaste.
―No pude ―jadeó Nick. Kelly no sabía si tenía dolor o si el recuerdo
de la experiencia cercana a la muerte de Kelly en Nueva Orleans le fue
abrumador―. No podía soltarte, Kels.
Kelly luchó por tragar, moviendo la cabeza y aguantando las ganas
de llorar. Apretó la mano de Nick con más fuerza.
―Tampoco yo. ―Tenía que hacerlo, sin embargo, para que los
técnicos de emergencias médicas cargaran a Nick en la ambulancia. Kelly
los siguió al hospital en el Range Rover, su mente corriendo y girando
sobre los acontecimientos del día. ¿Realmente habían rastreado un tesoro
de siglos de antigüedad? ¿Era posible que la nómina Continental fuera
más que simplemente barras de oro, era realmente un tesoro masónico
desaparecido? Su mente daba vueltas con las posibilidades, pero todo lo
que realmente quería era llegar a Nick. Tendría que ir sobre las
implicaciones de los últimos días más tarde, cuando supiera que Nick
estaba bien.
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Kelly estaba tan cerca del rostro de Nick que podía oír la voz en el
otro extremo.
―JD salió de la cirugía, está despierto y está recordando más y más
―estaba diciendo Hagan―. Sólo hablará contigo, sin embargo.
―Bien ―dijo Nick en un suspiro―. Estaré ahí.
Colgó y se miraron el uno al otro durante unos segundos, ambos en
silencio, ambos con el ceño fruncido.
―Tengo que ir ―murmuró finalmente Nick―. Tomar su
declaración, envolver esto.
Kelly asintió, sin saber por qué esta simple llamada telefónica, fuera
de todo lo que había sucedido en los últimos días, era lo primero que le
molestaba de verdad. Trató de no mostrarlo, pero Nick podía leerlo como
un libro. Había sido capaz desde el día en que se conocieron.
Nick tragó saliva.
―Siempre va a ser así ―dijo lentamente―. Siempre será otro caso.
Otra llamada.
―Lo sé. Pero amas todo lo relacionado con tu trabajo.
Nick se mordió el labio y bajó los ojos. Su dedo trazó la cicatriz
rosada en el pecho de Kelly, donde una bala destinada a la cabeza de Nick
se había detenido justo debajo del corazón de Kelly en su lugar.
―No va a funcionar ―dijo Nick finalmente con un suspiro.
El aire dejó el pulmón de Kelly tan rápido que tuvo que jadear para
recuperarse. Su cuerpo se estremeció, y un escalofrío le recorrió el cuerpo
antes de que pudiera manejar una triste sonrisa. Pasó sus dedos a través
del cabello de Nick.
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―Ven conmigo.
Kelly sonrió.
―Voy a estar oyendo eso un montón los próximos cincuenta años,
¿verdad?
―Puedo garantizarlo.
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de libros sobre la mesa al lado de la cama de JD. Eran todas sus aventuras,
contadas por él.
―Su historia toda revisada, O ―ofreció Hagan―. Fue sacado de su
habitación de hotel en Nueva York por un grupo que había sido
contratado por una empresa llamada Sanco Farmacéuticos.
Aparentemente, no es raro que estas grandes empresas tomen rutas
inusuales para curaciones milagrosas. Primera vez que una de ellas
termina en secuestro y asesinato, sin embargo.
―Compañías farmacéuticas siguiendo pergaminos medievales
―reflexionó Kelly―. Seguro Por qué no.
―Lamento haberte pateado en la cicatriz del trasplante ―ofreció
JD, mirando a Nick con lo que sólo podría describirse como esperanza.
Nick ladeó la cabeza, con el ceño fruncido.
―¿Cómo sabías que estaba ahí?
―La vi la noche en que estuve hablando con tu amigo al teléfono.
―Genial. Gracias ―refunfuñó Nick. Pero no pudo evitar sonreír. JD -
o Casey Hunt, supuso que iba a tener que empezar a pensar en él así- era
un hombre interesante. Inteligente, agudo, capaz y observador. Había
manejado el trauma al que había sido sometido mejor que la mayoría. A
pesar de todo lo que había sucedido, a Nick le gusta el tipo.
―Por lo tanto, ¿estás sin trabajo ahora? ―preguntó Kelly.
―No, al parecer, trabajo en un museo como un especialista de
adquisiciones errantes ―explicó JD con una risa―. Alex estaba
contándome acerca de algunas de mis aventuras más sórdidas. Parece que
soy una gran cosa. Debes leer mis libros. Sé que voy a tener que hacerlo.
Sidewinder | Abigail Roux
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Nick se rió.
―Creo que todavía tienes mucho trabajo por hacer entonces si
quieres encontrar una Dorada y Rosada Cruz. ¿Eh?
―Supongo que sí. Podrías haberme sólo puesto en una celda,
dejarme pudrir allí ―comento JD rápidamente―. No tenías que creerme.
Pero lo hiciste. Me llevaste contigo. Confiaste en mí. Me salvaste la vida.
No puede agradecerte lo suficiente.
―Bueno, puedes intentarlo ―comentó Hagan. Todos se rieron―.
En el siguiente libro que escribas.
―Trataré de recordar eso. ―JD se tocó la sien y sonrió.
―Y hey, cuando consigas salir de aquí puedes llevarnos a cenar.
―Ofreció Nick―. Las bebidas tú.
―Eso es lo menos que puedo hacer. ―JD estuvo de acuerdo. Estaba
sonriendo, aunque había un deje de tristeza en ello―. Y… Nick. Si tú y Doc
no funcionáis… ―Sonrió casi tímidamente, señalándose a sí mismo―. Mis
libros dicen que soy increíble en la cama.
Nick se rio. Palmeó el brazo de JD de nuevo.
―Yo no contendría la respiración por eso si fuera tú. Me iré antes
que Kelly haga algo que lamentaré.
Nick se despidió de JD, le dijo a Hagan que lo vería por la mañana, y
luego se fue a buscar a su rebelde novio. Kelly probablemente ya había
reclutado a Alex, llamado a Emma, contratado el viaje a Siberia, y
comprado por teléfono el equipo para frío extremo.
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FIN