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Con la caída de Espartero se propuso el adelanto de la mayoría de edad de Isabel II, que es
declarada mayor de edad a sus trece años comenzando así un reinado personal en el cual se
construyó definitivamente el Estado liberal en España cuyos protagonistas serán los
moderados que gobernarán durante la mayor parte del mismo. Su primera medida, no
obstante, fue nombrar jefe de gobierno al progresista templado Olózaga. Pero esto provoca la
reacción de los moderados que lo acusan de haber forzado a la reina a firmar la disolución de
las Cortes y se ve obligado a huir de España. Su puesto de presidente lo ocuparía, hasta las
elecciones, González Bravo.
Para los ayuntamientos, las leyes de administración local y provincial de 1845 establecían la
designación de los alcaldes de los municipios de más de 2.000 habitantes y de las capitales de
provincia por la Corona y los de los demás por los gobernadores civiles, autoridad máxima en
las provincias, encargados de presidir las diputaciones provinciales.
Se llevó a cabo la reforma de la Hacienda de 1845, impulsada por el ministro Alejandro Mon y
por Ramón Santillán, acabó con el viejo sistema fiscal y estableció las bases del sistema
tributario liberal moderno en España, basado más los impuestos directos que en los indirectos
y se intentó unificar el sistema el sistema fiscal para todo el territorio. El sistema se basaba en
5 impuestos, de los cuales el impuesto de consumos, que perjudicaba a las clases humildes, fue
muy impopular.
La división interna entre los mismos moderados contribuyó a que cayera el gobierno de Bravo
Murillo y ello abrió un nuevo periodo de inestabilidad política, con fuerte desgaste de los
moderados. El gobierno terminó siendo acusado de escándalos administrativos en la
construcción del ferrocarril, facilitando negocios sucios y enriquecimientos escandalosos.
Cuando el Senado decidió votar en contra de las concesiones ferroviarias propuestas por el
gobierno éste decidió perseguir a cuantos habían votado en contra suya.
En este ambiente se produjo el acercamiento de los moderados y los progresistas que entran
en contacto con el general Leopoldo O’Donnell y otros generales como Domingo Dulce y Ríos
Rosas para organizar un pronunciamiento que obligase a la reina a destituir a su jefe de
gobierno. Se pronuncian en la Vicalvarada de 1854 y hacen público el Manifiesto de
Manzanares prometiendo la ampliación de la ley electoral, la ley de imprenta, la vuelta de la
milicia nacional y la bajada de impuestos. Este manifiesto desata una Revolución por todo el
país. La Reina ante esto se ve obligada en 1854 a nombrar jefe de gobierno a Espartero
prometiéndole la convocatoria de Cortes Constituyentes.
En cuanto a los partidos políticos de esta época encontramos, por supuesto, a los moderados y
los progresistas, pero además comienzan a surgir otros partidos:
Se produce la quiebra interna de la tendencia moderada y una nueva formación
política nacía en torno a la figura del antiguo moderado Leopoldo O’Donnell: la Unión
Liberal.
En el ala progresista se produce también una escisión en 1849, naciendo el Partido
Demócrata, que demandaba el pleno reconocimiento de los derechos ciudadanos y las
libertades individuales, el sufragio universal y la desamortización de todos los bienes
de la Iglesia.