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Introducción:
El reinado de Isabel II fue un periodo en el que se produjeron muchas
transformaciones en el ámbito político, social y económico. Tras la muerte de
Fernando VII se produce la implantación en España de un sistema político liberal,
quedando el absolutismo ligado a la ideología carlista. Desde el punto de vista
económico, se intentará transformar el sistema de propiedad a través de las leyes
de desamortización y también se iniciará la industrialización.
Ideologías políticas:
Durante esta etapa se consolidarán varias ideologías políticas. La primera es la
ideología carlista, que son los partidarios de la sucesión de Carlos María Isidro, el
cual tras la muerte de su hermano publica el Manifiesto de Abrantes reclamando el
trono de España. Estos carlistas protagonizarán una guerra civil al principio de la
regencia de María Cristina y varios levantamientos en todo el periodo.
Los liberales progresistas por su parte defiende que la soberanía nacional resida
en los ciudadanos, siendo las cortes bicamerales pero sin estar elegidas por la
corona. Los poderes locales tampoco estarían elegidos por el rey. El sufragio sigue
siendo censitario pero es más amplio que el de los moderados. Tienen una mayor
tolerancia religiosa y defienden los derechos individuales. En lo económico,
defendían el desarrollo de lo industrial. Los grupos sociales que apoyan este partido
son la alta burguesía y las clases medias, aunque durante el reinado de Isabel II
estarán en el poder únicamente mediante pronunciamientos.
Los demócratas surgen a mediados del siglo XVIV. Estos defienden la soberanía
nacional, el sufragio universal, la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos, la
plena división de poderes y la separación de la iglesia y el estado. Este partido
también estará apoyado por obreros y tomará mucho más poder en el sexenio
revolucionario.
Regencia de Espartero
Espartero se hizo cargo del gobierno del 1840 al 1843, comenzando así su
regencia. Igualmente pronto encontró una fuerte oposición debido a su política
económica y su autoritarismo. El descontento formó un levantamiento popular en
Barcelona debido a que se aprobó un arancel librecambista en 1842. Espartero dió
así orden de bombardear Barcelona. Finalmente la sublevación militar del general
Narváez puso fin a la regencia de Espartero.
Reinado de Isabel II
Para terminar con la inestabilidad política, se decide proclamar a Isabel II reina a los
13 años de edad, que encarga la formación del gobierno al partido moderado
liderado por Narváez.
A partir de 1858 y hasta 1863 volvería a hacerse con el gobierno O’Donnell. Este
periodo fue el más largo debido a la prosperidad económica provocada por la
especulación y la construcción ferroviaria. Lo más característico de este gobierno
fue su política exterior enfocada a devolver prestigio a España y desviar la atención
de los problemas internos. En 1863, la oposición de progresistas y demócratas y el
declive económico provocaron la dimisión de O’Donnell.
De nuevo el general Nárvaez se hace cargo del gobierno y vuelve a este con un
gobierno conservador y represivo. Así se abre el proceso que acabará con el
reinado de Isabel II. La crisis económica que fue clave en este proceso estuvo
provocada por la falta de algodón en el mercado. Esto desembocó en el
hundimiento de los mercados y se le sumó el crack de las bolsas europeas de 1866.
Además de esto también existía un descontento político generalizado porque la
actitud de los gobiernos era cada vez más autoritaria. Por tanto sucedieron varias
sublevaciones.
La primera fue la noche de San Daniel, que fue una protesta estudiantil en la que
se saldará con la muerte de varios estudiantes. La Sublevación de Villarejo de
Salvanés fue una revuelta dirigida por Prim, líder progresista que se opone al
régimen. Por último se puede mencionar la Sublevación del Cuartel de San Gil,
que fue un levantamiento de los sargentos de este cuartel madrileño. Ante estos
intentos de sublevación la represión fue muy dura, lo que provocó una pérdida de
popularidad de la reina. Dos meses después de la sublevación del cuartel de San
Gil, progresistas, demócratas y republicanos firmarían el Pacto de Ostende, que
planeaba el destronamiento de la reina, a quién consideraban la causante de la
situación. Tras la muerte de O’Donnell y Nárvaez, la Unión liberal dirigida por
Serrano se sumó al pacto, cosa que en 1868 provocó la revolución de “La
gloriosa” que terminó con el reinado de Isabel II.
Conclusión:
Como conclusión se podría decir que la monarquía de Isabel II fue liberal de
tendencia conservadora. En el gobierno solo participaron los componentes de una
oligarquía ya que el sufragio era censitario y muy restringido. También se puede
destacar la clara participación de militares como gobernantes, y también la
presencia exclusiva en el parlamento de partidos burgueses. Como la población
trabajaba en condiciones más bien infrahumanas, España se encontraba en una
situación llena de protestas a las que respondía con una fuerte represión. Por tanto
no es de extrañar que las ideas del movimiento obrero entraran tan fácilmente en la
sociedad de la época.