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Juan V.

Alcalá HISTORIA DE ESPAÑA


Ies rusadir Curso 2021 / 2022

TEMA 5: EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN.


CARACTERÍSTICAS Y FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA CANOVISTA

1. INTRODUCCIÓN.
2. EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN. El restablecimiento de la Monarquía
Fracasados los intentos de implantar en España una monarquía democrática (la de Amadeo
I de Saboya) y una República, aumentó el número de quienes creían necesario “restaurar” la
monarquía borbónica en la persona del príncipe Alfonso, hijo de Isabel II. En esa labor destacaría,
Antonio Cánovas del Castillo, quien consiguió en 1872 la renuncia de sus derechos al trono de
Isabel II a favor de su hijo Alfonso.
A partir de ese momento, Cánovas desplegaría una gran actividad para sumar adhesiones
a la causa alfonsina, tanto dentro como fuera de España. Dentro, se atrajo rápidamente a los
sectores más conservadores: la aristocracia terrateniente, la burguesía, y amplios sectores del
Ejército. Fuera, Cánovas emprendió intensas negociaciones para que las potencias europeas
aceptasen como futuro rey al príncipe Alfonso.
El 1 de diciembre de 1874 un manifiesto firmado por el príncipe Alfonso, conocido como
Manifiesto de Sandhurst, y redactado por el propio Cánovas del Castillo, daba a conocer a la
opinión pública las bases y principios que inspiraban el proyecto de Restauración monárquica. El
futuro Alfonso XII se presentaba ante el pueblo español con el compromiso de ser el rey de todos
los españoles, respetar el liberalismo y el catolicismo.
Cánovas preparaba así una vuelta pacífica de la Monarquía borbónica. Sin embargo, los
generales Martínez Campos se le adelantó pronunciándose el 29 de diciembre en Sagunto a favor
de la Monarquía. El Gobierno no opuso resistencia y dimitió. Cánovas formó un gabinete de
regencia y comunicó a Alfonso, entonces en París, su proclamación como rey.
2.1. Desarrollo político de la Restauración (1875-1902)
Tres son los momentos, o las etapas en las que se suele subdividir el largo período de la
Restauración:
- Un primer momento con la instauración de Alfonso XII en el trono dónde se pone en marcha
el sistema ideado por Cánovas (Constitución de 1876, puesta en práctica del Turnismo y la
corrupción electoral) protagonizado por el propio Cánovas y su opositor Sagasta. La estabilidad
del régimen se vio favorecida por el fin de las guerras carlistas y cubana.
- Un segundo momento, a partir de la muerte de Alfonso XII (1885), dónde queda como regente
Mª Cristina, dónde los dos principales protagonistas de la etapa anterior se comprometerán a
apoyar la regencia, a facilitar el relevo en el gobierno cuando éste perdiera prestigio, y a no
echar abajo la legislación que cada uno de ellos aprobara en el ejercicio del poder (Pacto del
Pardo). Acuerdos decisivos para garantizar la estabilidad del régimen bajo la larga regencia
(1885-1902).
- El tercer momento dominado por el reinado de Alfonso XIII, donde se asiste a un proceso lento,
de descomposición política y social, caracterizado por una permanente crisis política, que
afectará a la propia esencia del sistema. Debido entre otras razones al intervencionismo
continuo del propio rey Alfonso XIII en la acción política; a la división interna de los partidos
del turno por el control del mismo, una vez que mueren sus grandes personalidades; a la
progresiva pérdida de influencia del caciquismo en la maquinaria electoral de los partidos,; a

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la aparición y el crecimiento de partidos políticos ajenos al sistema,; al aumento de las luchas


sociales y a la ineficacia y desinterés en resolver los graves problemas estructurales de España.
Todo culminará en 1923 en un golpe de Estado del general Primo de Rivera, cuya dictadura
puso fin al sistema político de la Restauración, y cuyo mismo fracaso arrastrará en 1931, tanto
al Rey como a la propia monarquía.
3. CARACTERÍSTICAS Y FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA CANOVISTA.
3.1. Fundamentos: Las líneas básicas del sistema
El primer objetivo de Cánovas del Castillo fue asentar firmemente la Monarquía, por
encima incluso de la Constitución. Para él, la Monarquía y las Cortes eran los dos pilares básicos
de la historia de España. La Corona debía recuperar, por tanto, el prestigio perdido durante el
reinado de Isabel II.
En segundo lugar, el marco constitucional debía acoger todas las tendencias liberales. Se
trataba de crear un sistema que fuera igualmente válido para los antiguos moderados, unionistas,
progresistas y demócratas, con la sola condición de aceptar la Monarquía y la alternancia en el
Gobierno.
Tercero, el ejército debía volver a los cuarteles y cumplir su misión constitucional. Para ello,
había que garantizar el mantenimiento del orden social, así como la posibilidad de acceso pacífico
al Gobierno, a través del sufragio, para todos los partidos integrados en el sistema.
Y cuarto, para construir este nuevo régimen era necesario la pacificación del país en sus
dos grandes problemas: la tercera guerra Carlista y Cuba. En 1876 se logró finalizar la tercera
guerra carlista y en 1878 la Paz de Zanjón
Esta visión de la política fue compartida por sectores de las clases medias, que identificaron
los años del Sexenio con la crisis económica, la anarquía y el miedo a las revueltas y a los
movimientos obreros. Por eso, aunque esas clases no participaron de hecho en la vida política, el
nuevo régimen tuvo un amplio respaldo.

3.2. La Constitución de 1876


La obra cumbre de los primeros momentos del sistema de la Restauración fue la
Constitución de 1876, , donde se obtuvo un compromiso de conservar el orden y la libertad bajo
la monarquía de Alfonso XII. Prescindiendo de la pureza de las elecciones, el texto Constitucional
vió la luz en julio de 1876.
En efecto, la Constitución de 1876, un texto, de sólo 89 artículos, pretendía ser una síntesis
de los textos de 1845 y 1869; Establecía un sistema político que habría de permitir el ejercicio del
gobierno a todos los partidos que aceptaran el sistema liberal y la Monarquía. La Monarquía es el
cimiento de la Constitución.
Por tanto, teniendo en cuenta que todo se prepara a partir de y para la Corona, los
principales aspectos del texto son los siguientes:
- La soberanía es compartida, la potestad de hacer las leyes reside en “las Cortes con el Rey”.
Se silencia expresamente la Soberanía Nacional y la separación de poderes.
- La Corona es la clave principal del sistema, en la cúspide de la decisión política del sistema. La
Corona no aparece como mero símbolo, sino una fuerza real y efectiva, decisiva, moderadora
y directora
- El poder ejecutivo, lo ejerce la Corona a través de los ministros, que sólo son responsables
ante él, por él nombrados y por él separados; además un ministro necesita el refrendo del rey
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ante cualquier norma que proponga. Así pues, El Rey elige libremente al presidente del
Gobierno,.
- El poder legislativo corresponde a las Cortes y al Rey, ambos con iniciativa legal, y la Corona
tienen la potestad de sancionar las leyes, de vetar una legislatura una Ley y de disolver las
Cámaras.
- Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores, iguales en facultades: el Senado, de
composición tripartita, una parte electiva, otra de designación real y otra de reconocimiento
social o de prestigio; y el Congreso de los Diputados elegidos por sufragio directo por cinco
años.
- El poder judicial queda reforzado en su independencia, en base a jueces salidos de
oposiciones.
- La declaración de derechos y deberes, propios del liberalismo es abundante, y recoge casi
todas las conquistas de 1869: seguridad personal, inviolabilidad del domicilio y de
correspondencia, libertad de residencia.
- En cuanto a la libertad religiosa del 69, se pasa a la Confesionalidad del Estado (“La religión
católica, apostólica y romana es la del Estado”) y a la obligación del mantenimiento del Culto
y Clero.
- Ayuntamientos y Diputaciones quedan bajo el control del gobierno.
3.3. Funcionamiento del Sistema Canovista:
La estabilidad política de la Restauración se basaba en la alternancia pacífica en el poder
de los partidos dinásticos, conservador y liberal. De ese modo se evitaban la monopolización del
poder por un partido como había ocurrido prácticamente con el partido moderado en la época
isabelina, y el pronunciamiento como procediendo para recuperarlo (práctica habitual de los
progresistas). Para que el sistema funcionara se requería el acuerdo de los políticos y la
complicidad de la Corona.
A Los partidos políticos
El partido liberal conservador, integrando básicamente a moderados. Su líder hasta 1897
sería Antonio Cánovas. A partir de 1884 este partido se llamaría únicamente conservador y
contaría fundamentalmente con el apoyo de la aristocracia y la burguesía terrateniente.
El otro partido dinástico era el partido liberal, al que se fueron uniendo grupos políticos
diversos: demócratas, constitucionalistas, e incluso republicanos moderados. El líder del partido
fue Práxedes Mateo Sagasta, que le dio una orientación progresista, intentando mantener las
conquistas políticas y sociales del sexenio democrático, principalmente el sufragio universal. La
base social del partido liberal la constituían la mediana burguesía industrial, profesionales liberales
y clases medias.
Los dos partidos dinásticos no estaban estructurados a la manera de los actuales partidos
políticos. Eran partidos de ‘notables’ (oligarcas, gentes con poder económico e influencia política),
sin una estructura organizativa permanente, sin estatutos y sin afiliados. Eran ante todo grupos de
políticos más o menos unidos en torno a figuras de gran influencia provincial o estatal.
Fuera del sistema quedaban los partidos antidinásticos o ilegales. A la derecha, se encontraban los
carlistas, leales al pretendiente Carlos VII, y a la izquierda, republicana, el socialismo, el
anarquismo, y algunas fuerzas nacionalistas.
B El turnismo y la manipulación electoral

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La alternancia regular en el poder por estos partidos del turno se garantizaba de manera
peculiar. Mientras que en un sistema democrático el partido que gana forma el gobierno, la
Restauración invertía el proceso: cuando un gobierno se desgastaba, o cuando los líderes políticos
consideraban necesario un relevo, se sugería al rey el nombramiento de un nuevo gobierno.
El nuevo presidente del Gobierno era siempre el líder de la oposición, que recibía su
nombramiento y el decreto para disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones. El resultado de
las elecciones era acordado de antemano por ambos partidos, de acuerdo con la oposición se
realizaba el encasillado, el ministerio de la Gobernación rellenaba las casillas correspondientes
con los nombres de los candidatos que el Gobierno tenía previsto que salieran elegidos, y con la
complicidad de los gobernadores provinciales y caciques repartidos por todo el país. La compra
de votos, la intimidación, incluso la utilización de electores fallecidos, fueron prácticas habituales
del pucherazo (farsa electoral).
El falseamiento electoral funcionó sin grandes problemas durante los primeros años pero
a partir de la década final del siglo, comenzó a resquebrajarse, con el establecimiento del sufragio
universal, la difusión de la prensa y el surgimiento de partidos ajenos al <turno>, como se llamó a
la monótona alternancia de conservadores y liberales.
C. El desarrollo del turno de partidos.
A lo largo del periodo que transcurrió entre 1876 y 1898, el turno funcionó con regularidad:
seis elecciones las ganaron los conservadores y cuatro los liberales. La primera gran crisis del
sistema se produjo en 1898 con el desastre de 1898 que erosionó a los políticos y a los partidos
dinásticos.
La primera etapa del gobierno conservador, va desde 1785 a 1881, cuando Sagasta forma
el primer gobierno liberal. Tras la muerte de Alfonso XII y ante el temor a que se desestabilizara el
sistema de la Restauración conservadores y liberales firman el Pacto de El Pardo, su finalidad
apoyar a María Cristina de Habsburgo y garantizar la monarquía y la alternancia de poder, dejando
fuera a carlistas y republicanos.
Durante la nueva etapa de gobierno liberal (1885-1890) se produce un importante avance
en las libertades individuales: se reguló y amplió la libertad de prensa, de expresión, se permitió
que empezaran a participar en la política las fuerzas opositoras, se abolió la esclavitud (1888) y se
aprobó el sufragio universal masculino varones mayores de 25 años.
En la última década del siglo se mantuvo el turno pacífico de partidos, pero tras el asesinato
de Cánovas en 1897 comenzó el declive de las grandes personalidad de los partidos del turnismo,
provocando la progresiva descomposición del sistema.
D. Caciquismo.
La implantación del sufragio universal masculino, no iba a significar que en España existiera
una democracia. La manipulación electoral, la fabricación de las Cortes, y el turno pacífico
continuaron después de 1890. La manipulación política era posible, por la existencia del
caciquismo. El caciquismo era la relación político social que se establecía entre una persona –el
cacique- y sus clientes.
Los caciques eran jefes locales de un partido político, que controlaban un área electoral
determinada, y donde actuaban como auténticos déspotas. Éstos, actuaban a nivel local-comarcal
y a lo sumo provincial; tenían influencia en una zona y la ponían al servicio de un grupo político u
otro en función de sus intereses. De acuerdo con las consignas procedentes del Ministerio de

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Gobernación y los gobernadores provinciales, hacían valer su influencia sobre sus clientes de la
comarca o de la localidad para que votasen al candidato encasillado.
Los clientes eran aquellas gentes que recibían favores del cacique a cambio de apoyar con
su voto a los candidatos avalados por él. Estas relaciones de clientelismo se mantuvieron por más
tiempo en el campo que en las ciudades por el alto grado de analfabetismo de la población rural y
por la situación de miseria e inseguridad de los campesinos españoles.
4. FUERZAS POLÍTICAS MARGINADAS EN LA RESTAURACIÓN.
- El CARLISMO: derrotado militarmente en 1876 se reduce a un movimiento ideológico que
se terminará organizando como partido político con dos tendencias: los integristas de
Ramón Nocedal y los tradicionalistas de Vázquez de Mella. La alianza entre la Iglesia y la
Restauración dejó al carlismo sin una parte de sus argumentos políticos y apoyos
tradicionales.
- El REPUBLICANISMO: duramente reprimidos al comienzo del régimen su representación
política era escasa, la tendencia más moderada era el Partido Republicano dirigido por E.
Castelar. Otro partido con representación era el partido Republicano Democrático Federal
de Francisco Pi y Margall .
Todas las tendencias se encontraban muy divididas hasta la fundación de Unión
Republicana en 1893. Este partido en 1893 y 1901 consiguió algunos pequeños éxitos
electorales en las grandes ciudades. A pesar de ellos y gracias al fraude electoral la
representación de los diputados republicanos en el Congreso fue siempre muy reducido.
- La expansión del PSOE: Creado en 1879 por un grupo de tipógrafos, destacando entre ellos
Pablo Iglesias no será hasta 1883 cuando comienza a destacar con un informe sobre los
horarios prolongados, los trabajos de mujeres y niños y los bajos salarios de los obreros.
En 1886 comenzó la publicación de El Socialista un periódico del partido, que durante
décadas fue el vínculo de unión entre las distintas agrupaciones socialistas del país. La
evolución política fue muy lenta hasta que en unión con los republicanos se eligió como
primer diputado socialista en 1910 a Pablo Iglesias.
5.- EL AUGE DE NACIONALISMOS Y REGIONALISMOS.
La tendencia centralizadora y unificadora delos sucesivos gobiernos de la República
buscaban la aplicación de leyes, impuestos comunes a toda España. Esta tendencia forzó la
aparición de tendencias que propugnaban un estado más descentralizado .
A) El catalanismo: en Cataluña predominaba una burguesía industrial y de negocios que
era una excepción en España. Su desarrollo socioeconómico coincidió con un
renacimiento en el uso del catalán. En la década de 1880 el catalanismo cultural se unió
al político y reivindicaron mayor autogobierno para Cataluña. Una corriente de
principios republicanos y federalista la creó Valentí Almirall que en 1882 fundó el
Centre Catalá que propuso la autonomía de Cataluña.
Más adelante en 1891 la consolidación del catalanismo creó la Unión Catalanista que
aprobó las bases para la Constitución Regional Catalana, donde se pedían amplias
competencias económicas y políticas para Cataluña.
Y por último destacar al margen de los partidos del turnismo la creación de la LLiga
Regionalista fundada en 1901 por Prat de la Riba y Francesc Cambó. El éxito de la LLiga
la convirtió en el principal partido de Cataluña durante los primeros años del S. XX.

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B) El nacionalismo Vasco: en el País Vasco, los fueros fueron suprimidos en 1876, lo que
provocó una reacción de defensa de sus instituciones y su lengua. La figura más
destacada de su creación es Sabino Arana, desde 1890 proclamó que los vascos
constituían una nación particular e independiente del resto de España, 1895 creó el
Partido Nacionalista Vasco en Bilbao y popularizó un nombre para su patria; Euskadi y
una bandera propia. El movimiento estaba impregnado de una gran sentimiento
católico que defendía la pureza racial del pueblo vasco. Poco a poco S. Arana fue
aceptando que la autonomía se debía alcanzar desde la legalidad y dentro de la unidad
del Estado español.
C) Los orígenes del galleguismo, la lengua gallega se utiliza sobre todo en medios rurales,
pero en esta época en la figura de Rosalía de Castro comenzó a utilizarse en la literatura,
eran una minoría culta insatisfecha con la situación política del país al que empezaron
a responsabilizar del atraso económico de Galicia que forzaba a muchos gallegos a
emigrar.

4. CONCLUSIÓN.

ESTÁNDARES DEL TEMA .


3.3. Funcionamiento del Sistema Canovista
3.2. La Constitución de 1876
5.- Resume el origen y evolución del catalanismo, el nacionalismo vasco y el regionalismo gallego

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