EL JUEGO DEL SUJETO Y LAS INTERVENCIONES DEL

ANALISTA

El juego es muy importante para el psicoanálisis, el psicoanálisis se sirve de él en

el encuentro con un niño. Aunque los animales también juegan, en sus juegos no

tienen la capacidad de hacer de. El interés por el juego se manifestó desde el

origen del psicoanálisis. El interés diagnostico del juego sirve para delimitar

tiempos del sujeto, su cumplimiento y su incumplimiento. El juego se tomara como

respuesta indicadora de una recreación. Cada vez que el niño arme la escena del

juego, al mismo tiempo delimitará el espacio del otro y producirá tiempos de

construcción de la escena del sujeto. La dirección en la que dirijamos nuestros

pasos, las variadas posiciones del cuerpo y sus recorridos muestran en el trato

con el espacio una relación temporal con la escena. El analista deberá distinguir

tempranamente y para tiempo de la infancia, cuando es el sujeto el que responde

y cuando es el niño que realiza la presencia del objeto en el fantasma materno.

Los tiempos de la infancia son los tiempos oportunos para edificar el fantasma.

Cuando el analista promueve el juego, interviene motorizando la recreación de la

escena. En algunas ocasiones el espacio de endogamia puede subsistir en

diferentes ámbitos, también para un adulto, impidiendo la escena exogámica, pues

nadie va por el mundo sin el fantasma. Una de las situaciones más preocupantes

para el analista es cuando el juego no llega a armarse, esto sucede más en los

adolescentes. Un juego común que se presenta en los niños, en sus primeros

meses de vida es el de tirar los objetos fuera del lugar del otro, lo cual perturba al

otro, pero esto ocasiona gran júbilo en el niño, porque en esa acción pone en
juego al sujeto. La persistencia de un goce sin discontinuidad en los tiempos de la

infancia divide las aguas entre neurosis, psicosis y perversión, sin embargo, el

destino del sujeto varía notablemente si la perdurabilidad se interrumpe.

KARLA JANETH VALDEZ GAMEZ 704

18 DE AGOSTO DEL 2018