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"Año del Bicentenario del Perú: 200 años de Independencia”

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD ESCUELA PROFESIONAL DE


PSICOLOGÍA
ASIGNATURA:
Psicología Social
DOCENTE: MG.
Susana Velásquez Temoche
CICLO: IV
GRUPO: “PURPURA”
INTEGRANTES:
Arimana Huarcaya, Mayra Mayome
Esteban Matamoros Marleny
Gaspar Ventura Alfredo
Valencia Gadea Jessica
Ponce Poma Juan Carlos
Ludeña Carrasco Rafael
Lazaro Paucar Naldo Daniel
Torres Romero Kelly
Paquiyauri Llallahui kriss Antonieta
Jhelitza Evangelista

AYACUCHO – PERÚ
2021
Introducción

El tema de los afectos es una cuestión esencial en el hombre. Tan esencial que creo
que es por eso que nos cuesta tanto llegar a la "médula". Es un tema que camina al borde de
lo psicológico y de lo antropológico. En este último caso es como lo intento encarar.
Trataré de ser lo más preciso y específico posible dentro de mis limitaciones y mi
poco conocimiento. Con esta humilde investigación, pobre seguramente, quisiera ponerle
nombres a algunas realidades que nos tocan vivir, estoy seguro que a todos, en este campo
afectivo.
Somos seres incompletos, necesitados de los demás, de su reconocimiento, de su cariño, de
su amor y de su manifestación en los afectos. Necesitamos una sonrisa, un gesto cariñoso,
un abrazo para poder seguir. Un abrazo nos puede descontracturar más que una sesión de
kinesiología, nos puede consolar más que mil palabras. Y, sin embargo, nos ponemos
centenares de limitaciones. Estas limitaciones pueden ser prejuicios, cuestiones culturales y
hasta alguna traba psicológica.
Estas cosas nos hacen que seamos afectivamente inmaduros, nos dejan incompletos, nos
hacen sufrir nuestra soledad. Alcanzar la madurez afectiva es tarea de todos los días.
El papel de la afectividad es un elemento fundamental en la formación de
nuestra personalidad porque nos integra de una forma especial, en nuestra relación con
nosotros, con los demás, en nuestra sexualidad, en nuestro trabajo o profesión, cultivando
relaciones sociales amistosas. Podemos considerar la madurez afectiva como requisito
indispensable para el óptimo funcionamiento de nuestra personalidad.
El tema es muy amplio en este caso, hablaremos de los afecto como -amor-amistad y
atracción que se les explicamos líneas más abajo.
La tracción, la amistad y el amor

La Atracción

A lo largo de nuestra vida conocemos a miles de personas, pero sólo un puñado de


ellas nos llama la atención, y sólo unas pocas acaban siendo nuestra pareja. ¿Por qué
escogemos a unos candidatos y no a otros? ¿Qué hace que una persona nos atraiga?

Son preguntas que han preocupado a los filósofos durante toda la historia, y a la
psicología desde que nació como tal. Y, aunque parece un tema tan viejo como la humanidad
misma, todos los años se publican nuevas investigaciones al respecto.
Los estudios sobre el asunto están más o menos enmarcados en torno a dos teorías
principales:
La teoría evolucionista cree que nuestra elección de pareja se basa en criterios
puramente biológicos: buscamos a un compañero con el que tengamos más posibilidades de
sobrevivir y reproducirnos. Es por esto que los hombres prefieren a las mujeres más fértiles
(es decir, las más jóvenes y con mejores genes y, por tanto, más guapas) y las mujeres a
aquellos hombres que garanticen la estabilidad de la familia –los más adinerados y
comprometidos. (Silvia Ubillos, 2009)
La teoría social cree que nuestra elección de pareja está guiada por procesos sociales,
no biológicos. Según esta, las leyes de la atracción están guiadas por los roles que hombres
y mujeres ocupan en la sociedad. Buscamos, por tanto, la pareja que nuestro entorno
social espera que encontremos. Según la psicóloga Alice Eagly, una de las principales
defensoras de esta teoría, las mujeres se sienten atraídas por los hombres con más dinero y
poder porque la sociedad ha limitado su habilidad para tener dinero y poder, y no porque la
biología les empuje a ello como piensan los evolucionistas.
Las leyes de la atracción más ampliamente consensuada
La ley de la familiaridad
“El roce hace el cariño”, dice el refrán, y eso mismo piensan los psicólogos. Si no
tenemos contacto frecuente con una persona es imposible que nos enamoremos de ella y,
mucho menos, que pensemos en ser su pareja. Cuanto más tiempo pasamos con una persona
más posibilidades hay de que nos guste. También hay un refrán que dice que “donde hay
confianza da asco”, y es cierto que algunas personas se enemistan según pasan más tiempo
juntas, pero según Shpancer esto es sólo la excepción que confirma la regla.

La ley de la atracción física


Por mucho tiempo que pasemos por una persona no nos gustará si no la encontramos
atractiva. El físico influye, claro, y de manera determinante. La cruda realidad es que nadie
está dispuesto a pasar sus días con una persona que considera físicamente repelente. Por lo
demás, como explica Shpancer, la atracción física se rige por leyes de mercado: “La mejor
mercancía es la más cara, así que los compradores que no pueden ofrecer lo que se pide tienen
que optar por lo que se pueden permitir. En el fondo, los ricos van en Mercedes, la clase
media en un Toyota y los pobres cogen el bus. Pasa lo mismo con el atractivo físico, la gente
más guapa acaba con otros que son muy guapos, los mediocres con los mediocres, etc”.

La ley de la personalidad
Las investigaciones han identificado dos rasgos de personalidad que hacen a una
persona particularmente atractiva: la competencia, es decir, el nivel de inteligencia y
habilidades sociales de una persona; y su “calidez”, es decir, su capacidad para ser cercana y
cariñosa. Si eres sabio y afectuoso ligarás con más facilidad.

La ley de la proximidad
Como sabe todo aquel que ha tenido una relación a distancia, o las partes se juntan
pronto o el noviazgo fracasará estrepitosamente. Lo habitual es que escojamos como pareja
a alguien que tengamos cerca, al que podamos ver sino a diario, casi, pues es lo más sencillo
para ambas partes.

La ley de la semejanza

Los estudios no dejan lugar a dudas: nos atraen las personas que son como nosotros.
Es cierto que nuestra pareja no tiene porque ser exactamente igual, pero al menos tiene que
compartir ciertas aficiones, valores e inquietudes. Si podemos elegir ente varias personas
(como así hacemos todos) preferimos a alguien que tenga cosas en común que a una persona
que sea muy distinta.

Estas cinco leyes operan por igual en hombres y mujeres, y son determinantes para
elegir a los posibles candidatos, pero ¿cómo tomamos la decisión final? ¿Por qué algunas
parejas nos duran meses, otros años y otras toda la vida?

Según Shpancer, “estas leyes sirven para elegir a los candidatos, pero no funcionan
en la selección final”. En su opinión, “la biología y el entorno nos empujan a ir a la tienda
adecuada, pero no puede determinar qué vamos a comprar. Eso lo decidimos nosotros
mismos. En la selección final interviene un proceso interno subjetivo, oscuro y caprichoso,
que no obedece necesariamente a los dictados de la razón, la evolución, la presión cultural y,
ni siquiera, a nuestros planes e intenciones”.

La Amistad

La amistad es una relación afectiva que se puede establecer entre dos o más
individuos, a la cual están asociados valores fundamentales como el amor, la lealtad, la
solidaridad, la incondicionalidad, la sinceridad y el compromiso, y que se cultiva con el trato
asiduo y el interés recíproco a lo largo del tiempo. (Declaire, 2003)
La amistad puede surgir entre hombres y mujeres, novios, esposos, familiares con
cualquier clase de vínculo, personas de distintas edades, religiones, ideologías, culturas,
extracción social, etc. Incluso, una amistad se puede establecer entre un ser humano y un
animal (no por nada el perro es el mejor amigo del hombre). (Declaire, 2003)
Relaciones de amistad pueden nacer en los más diversos contextos y situaciones: el
lugar donde vivimos, el sitio donde trabajamos, la escuela, la universidad, fiestas, reuniones,
el café que frecuentamos, a través de otros amigos, redes sociales, etc.
Las amistades, no obstante, tienen diferentes grados de compenetración. Desde los
amigos con quienes sentimos relaciones más lejanas, hasta aquellos con quienes el trato es
tan estrecho que los consideramos “mejores amigos”, otorgándole a esa amistad un grado
de superioridad sobre las otras amistades. (Lanza Escobedo, Moreno Martín, De Diego Pérez,
& Ruz González, 2012)
La amistad no solamente surge con quienes tenemos más afinidades en cuanto a
gustos e intereses, o con quienes tenemos más parecido, sino que puede aparecer entre
personas muy dispares.

El Amor

En el amor existe cierto componente biológico, lo sabemos. Todos hemos oído hablar de

esa tormenta química conformada por neurotransmisores como la dopamina, la

serotonina, la oxitocina… Ahora bien, tampoco podemos dejar de lado otro tipo
influencias, en este caso, externas. Hablamos de nuestra cultura y el peso de la sociedad

como mecanismo de influencia. (Rocha-Narváez, 2017)

Según la ciencia, cuando estamos enamorados se activan regiones cerebrales

relacionadas con la recompensa y la motivación, como el hipocampo, el hipotálamo y el

córtex del cíngulo anterior. Adicional a esto, la oxitocina y la vasopresina, produ cidas

bajo el efecto del enamoramiento, estimulan la liberación de dopamina y nos generan

sensaciones placenteras asociadas a la persona amada, su presencia y sus recuerdos.

Este coctel neuroquímico, que nos hace sentir tan a gusto cuando estamos empezando

una relación, también es la causa de los malestares emocionales que aparecen tras la

ruptura.

Desde el punto de vista puramente psicológico, el amor es una experiencia afectiva

conformada por un conjunto de variables muy concretas: necesidad de vincularnos a

alguien, necesidades de intimidad, pasión, sexualidad… Todos esos principios quedan

recogidos en la teoría triangular de Steiner. (Rocha-Narváez, 2017)

En 1986, Robert Stenberg, profesor de la Universidad de Yale, dio una primera

definición psicológica en su libro La teoría triangular del amor sobre las dinámicas que
edifican una relación de pareja. Sobre lo que en esencia busca y define el amor. (Rocha-

Narváez, 2017)
 Intimidad: son los sentimientos que promueven el acercamiento, la conexión y la
construcción del vínculo. Es la aceptación del otro y el sentimiento de confianza
y cariño que establecemos con esa persona. (Sangrador, 2001)
 Pasión: es el deseo, pero no se refiere solo al deseo físico y sexual con todo el
componente neuroquímico que de ello se deriva. La pasión también se expresa
mediante la admiración del otro, mediante esa implicación psicológica donde
surge el afecto más profundo y la necesidad de estar cerca de la persona amada.
(Sangrador, 2001)
 Compromiso: es la decisión expresa y auténtica de construir un proyecto con la
otra persona. Es serle fiel, y saber erigir un presente y un futuro donde se lleven
a cabo actividades en común. Es crear un “nosotros”, un espacio propio donde
consolidar la relación. (Sangrador, 2001)

Estas tres dimensiones pueden formar diferentes combinaciones que, de acuerdo con

Sternberg, dan lugar a siete estilos de relación afectiva:

 Cariño: el cariño suele estar presente en las relaciones de amistad. Implica


intimidad sin pasión y con una forma diferente de compromiso.
 Encaprichamiento: se refiere a relaciones pasajeras y poco significativas. En
estas suele existir pasión, pero no intimidad ni compromiso.
 Amor vacío: puede tratarse de relaciones construidas desde el interés y el
egoísmo. En este tipo de relaciones suele haber compromiso sin pasión, ni
intimidad.
 Amor romántico: se trata de parejas en las que hay fuerte presencia de pasión e
intimidad, pero en las que luego de un tiempo no aparece compromiso.
 Amor sociable: suele aparecer en relaciones muy largas pues hay intimidad y
compromiso, pero ya parece haberse extinguido la pasión.
 Amor fatuo: en el amor fatuo no hay pasión y compromiso peor no intimidad, es
decir, es posible que sean dos personas que se gustan y quieran estar juntas, pero
que realmente no tienen muchas cosas en común para construir afinidades.
Conclusiones

Uno de los primeros requisitos a la hora de que las personas nos sintamos atraídas
unas a otras, es la proximidad física (siempre y cuando la persona inicialmente nos resulte
positiva o neutra). No obstante, es importante que en el momento de conocernos las personas
estemos experimentando un estado afectivo positivo más que negativo. El atractivo físico,
sobre todo en los primeros encuentros, también favorece la atracción, y de forma particular
en el caso de los hombres. Junto con estos atributos físicos, ciertas características de
personalidad sobre todo los rasgos que pueden beneficiar la relación son los que más se
valoran, mientras que aquellos que pueden perjudicarla son los que se consideran más
negativos. Además, es más fácil que nos atraigan las personas cuyas actitudes y opiniones
sean similares a las nuestras. También la semejanza en otras características de personalidad,
preferencias, ideología, etc aumentan la atracción entre las personas. Por último, uno de los
factores que también influye en el establecimiento de relaciones afectivas es la existencia de
reciprocidad en la relación.
En conclusión, el motivo por el cual es importante la amistad se lo de cada uno de los
individuos. Si aprendemos a ser más humildes, abiertos y honestos podremos ser expuestos
a una hermosa amistad. La amistad es algo que es gratis y cuenta con pocas fallas. Es algo
duradero, honesto y bello. La amistad es tan importante para el desarrollo humano, su
estabilidad y el mejoramiento de la sociedad que es un verdadero valor, que debemos cuidar
y fomentar para mejorar como seres humanos.
En conclusión, defino que el amor, es pensar, sentir, y demostrar. El amor nace del
diálogo, crece en la amistad y en la dificultad, lo nutre la generosidad, lo protege la
comprensión, lo consolida la definitiva unión, lo resguarda la fidelidad, lo exalta la delicada
mezcla de intimidad y respeto. El perdón y la tolerancia deberán estar siempre presentes para
no caer en discusiones estériles, para limar asperezas, para "aceitar" la relación, buscando el
equilibrio entre ayudar al otro a crecer y aceptarlo como es. El amor todo lo disculpa, todo lo
cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor es paciente, es servicial, agradecido, se regocija
con la verdad.
Referencia Bibliográfica

Declaire, J. &. (2003). Guía del amor y la amistad. Barcelona:


http://www.nl.gob.mx/pics/pages/s_valores_amistad_base/def_amistad.pdf.
Lanza Escobedo, D., Moreno Martín, G., De Diego Pérez, A., & Ruz González, C. y.
(2012). Concepciones a cerca de la amistad . Madrid:
https://www.redalyc.org/pdf/3498/349832339030.pdf.
Rocha-Narváez. (2017). Amor, Estilos de amor, relaciones de pareja, género. Bogota:
http://www.scielo.org.co/pdf/prasa/v8n16/2216-0159-prasa-8-16-00155.pdf.
Sangrador, J. L. (2001). Reseña de "El Amor desde la Psicología Social: ni tan libres, ni
tan racionales". España: https://www.redalyc.org/pdf/727/72721325.pdf.
Silvia Ubillos, D. P. (2009). Relaciones intimas :atraccion, amor y cultura. Madrid:
https://www.ehu.eus/documents/1463215/1504276/Capitulo+XV.pdf.

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