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LIBRO CUARTO (Γ)

C a p ít u l o p r im e r o

(LA CIENCIA DE LO QUE ES EN TANTO


QUE ALGO E S )'

H ay una ciencia que estudia lo que es, en tanto que algo


que es, y los atributos que, por sí m ismo, le pertenecen. Esta
ciencia, por lo demás, no se iden tifica con ninguna de las de
nom inadas particu lares. N ingu n a de las otras (c ie n c ias), en
efecto, se ocupa universalmen te de lo que es, en tanto que algo

1 T ras proclam ar el proyecto de una ciencia de «lo que es, en tanto que
algo que es» (on héi ón), ciencia que cabe denom inar con toda propiedad On-
tología, aun cuando el térm ino sea m uy posterior a A ristóteles, se com ienza
subrayando su universalidad frente a las ciencias particulares. En el segundo
páTTafo del capítulo (1003a26-32) se caracteriza a esta ciencia, desde la pers-
pectiva causal, com o ciencia de los principios y causas supremos, es decir,
m áxim am ente universales y referidos, por tanto, a todo lo real, y por consi-
guiente, a lo que es eo tanto que algo que es.
S obre la traducción adoptada para el participio del verbo etnai: ón/ónta,
cf. supra. «Inlrod.», págs. 56-57.
que es, sino que tras seccionar de ello una parte, estudia los ac-
25 c id e n t es 2 de ésta: así, por ejem plo, las cien cias matemáticas.
Y puesto que b usc a m os 3 los principios y las causas supre
mas, es eviden te que éstas han de serlo necesariamen te de al
guna naturaleza por sí misma. Y, ciertamen te, si también bus
caban estos principios quienes buscaban los elemen tos de las
cosas que son, también los elementqs je n ía n que ser necesaria-
30 mente elemen tos de lo que es, mo accidentalmente>£Íno en tan
to que algo que es. D e ahí que también nosotros hayamos de
alcan z ar las causas prim eras de lo que es, en tanto que algo
que es.

C a p ít u l o s e g u n d o

(LA E N TID A D . LA U N ID A D Y SUS C LA SES.


LO S C O N T R A R IO S ) 4

L a expresió n ‘ algo que e s’ se d ice en m uchos sen tidos,


pero en relación con una sola cosa y una sola naturaleza y no

2 Los «accidentes» (to symbebékós) han de entenderse aquí com c^propie-


d a d e s .o a in b u to s q u e pertenecen necesaria y um versalm ente a la cosa. Sobre
este sentido del térm ino, cf. infra, V 30, 1025a30-33.
3 Sobre la sabiduría com o ciencia de las causas y principios suprem os, cf.
supra, I 1-2.
4 Una vez establecida program áticam ente, en el capítulo anterior, la exis-
tencia de una ciencia que se ocupará universalm ente de «lo que es en tanto
que algo que es» (O ntología), este capítulo se dedica a I) mostrar su posibili-
dad (1003a33-b22), y a II) especificar sus contenidos ( 1003b22-fm al).
I) Esta ciencia es posible — com o ciencia u nitaria— en la m edida en que
la pluralidad de sentidos de Ί ο que es’ (ón) y de ‘se r’ (eínai) no constituyen
un caso de m era hom onim ia: tal m ultiplicidad de sentidos posee una cierta
unidad de convergencia, puesto que todos ellos se constituyen «por referencia
a una sola cosa y una sola naturaleza» (prós hén). T al foco de convergencia
por mera h o m o n im ia \ sino que, al igual que ‘ san o’ se dice en 35
todos los casos en relación con la salud — de lo uno porque la
conserva, de lo otro porque la produce, de lo otro porque es
signo de salud, de lo otro porque ésta se da en ello— y 'm é- 1003b
d ic o ’ (se dice) en relació n con la c ie n c ia m éd ica (se llam a
médico a lo uno porque posee la ciencia médica, a lo otro por
que sus propiedades naturales son adecuadas a ella, a lo otro

referencia) es la entidad (ousía) que, de este m odo, aparece com o lo que «es»
en sentido primario y más propio y, por tanto, com o el objeto prim ero y fun-
dam ental de la ciencia en cuestión.
II) En cuanto a los contenidos de esta ciencia. las indicaciones de este ca-
pítulo pueden resum irse en las siguientes líneas del com entarista Alejandro:
«En este libro m uestra de qué cosas trata la sabiduría, a la cual denom ina tam -
bién «filosofía» y «filosofía prim era»; 1) y en prim er lugar, prueba que se
ocupa umversalmente de lo que es, 2 ) y puesto que «uno» se identifica, según
el sujeto, «con lo que es», que se ocupa también de aquello; 3) y también de
las nociones que caen bajo la de «uno», a las que pertenecen «lo mism o»,
«igual» y «sem ejante»; 4) y tam bién de los opuestos de lo «uno», es decir, de
ia p lu ralid a d ...; 5) y tam bién de todos los contrarios. En efecto, todos los con-
trarios caen bajo la diversidad, y la diversidad bajo la pluralidad, y la plurali-
dad y lo «uno» son opuestos. Y es obvio que, si se ocupa de todos los contra-
rios y opuestos, se ocupará tam bién acerca de todo lo que es%ya que en los
contrarios consisten todas las cosas que son: éstas, en efecto, o bien son con-
trarias, o bien provienen de contrarios» (238, 3-14).
5 To on légetai pollachós: «la expresión ‘algo que e s ’ se dice en muchos
sentidos», o bien, «lo que es se dice tal en muchos sentidos». La polisem ia del
verbo ‘se r’ constituye la m ás grave dificultad para una ciencia unitaria de «lo
que es». En efecto, y com o ha señalado P. Aijbenque {El problema del ser en
Aristóteles , c. II, 4, págs. 214 ss.), A ristóteles se halla com prom etido con las
tres tesis siguientes, las cuales resultan claram ente inconsistentes en su con-
junto, puesto que la conjunción de dos cualesquiera de ellas es incom patible
con la restante: I ) solam ente puede haber unidad de ciencia cuando se deter-
m ina unívocamente un género (cuando haya sinonim ia, unidad de género): 2 )
«lo que es» (ón) no determ ina unívocam ente un género, sino que com porta la
equtvocidad propia de la homonimia\ 3) hay una ciencia de lo que es en tanto
que algo que es
porque es el resultado de la ciencia médica), y podríamos en-
5 con trar cosas que se dicen de modo semejante a éstas, así tam
bién ‘ algo que es’ se dice en muchos sentidos, pero en todos
los casos en relación con un único principio: de unas cosas (se
dice que son) por ser en tidades, de otras por ser afecciones de
la entidad, de otras por ser un proceso hacia la entidad, o bien
corrupciones o privacion es o cualidades o agentes productivos
o agen tes generadores ya de la entidad ya de aquellas cosas
que se dicen en relación con la entidad, o bien por ser n egacio
nes y a de alguna de estas cosas ya de la entidad. Y de ahí que,
10 incluso de lo que no es, digamos que es «algo que no es». A sí
pues, del mismo modo que de todas las cosas sanas se ocupa
una sola ciencia, igualmen te ocurre esto en los demás casos.
Corresponde, en efecto, a una única cien cia estudiar, no sola
mente aquellas cosas que se denominan según un solo sign ifi
cado, sino también las que se denominan en relación con una
sola naturaleza: y es que éstas se denominan también, en cierto
15 modo, según un solo sign ificado. Es, pues, eviden te que el es
tudio de las cosas que son, en tanto que cosas que son, corres
ponde también a una sola (ciencia).
A hora bien, en todos los casos la cien cia se ocupa funda- ·
mentalmente de lo p rim ero8, es decir, de aquello de que las de
más cosas dependen y en virtud de lo cual reciben la denomi-

La solución ofrecida por A ristóteles pasa por ablandar las exigencias de


las tesis 1) y 2). R especto de 2). A ristóteles reconocerá una cierta unidad en la
noción de «lo que es» basada en la referencia o relación de sus distintos senti-
dos a uno y el m ism o principio, unidad que supera la «m era» hom onim ia, aun-
que sea más débil que la sinonim ia o univocidad. R especto de 1), A ristóteles
reconocerá que es posible una ciencia unitaria cuando se da este tipo m ás d é-
bil de unidad (1003b 11-16).
6 La reducción del estudio «universal» acerca de lo que es al estudio de la
entidad vendrá exigida por la propia dinám ica que im pone la unidad de con-
vergencia pros hén.

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