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Ensayo

Sobre el Ocio y Tiempo libre

PREGUNTAS DESDE UN PARADIGMA INTEGRADOR


NO FRAGMENTARIO

Ocio

Ser
Humano
Tiempo Re
Libre Creación

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE


FACULTAD DE TURISMO

Maestría en Teorías y Políticas de la Recreación

Maestrando: Lic. Carlos Omar Rocha

Septiembre 2009
ENSAYO 1

Ensayo, composición literaria que tiene por objeto presentar las ideas del au-
tor sobre un tema y que se centra, por lo general, en un aspecto concreto. Con
frecuencia, aunque no siempre, el ensayo es breve y presenta un estilo informal.
El género se diferencia así de otras formas de exposición como la tesis, la diserta-
ción o el tratado.

DIVERSOS TIPOS DE ENSAYO 2

Comoquiera el ensayo se presta a la expresión de un amplio espectro de


preocupaciones personales y su estilo no es ni mucho menos fijo. Ni siquiera se
inscribe en los límites de la prosa, como ponen de manifiesto los poemas de Ale-
xander Pope, Ensayo sobre la crítica (1711) y Ensayo sobre el hombre (1733).
El ensayo es un género flexible que el autor desarrolla y cultiva a su antojo.
Puede ser de carácter formal, como los Ensayos o consejos civiles y morales
(1527-1625) del filósofo y estadista inglés Francis Bacón; o distendido y coloquial,
como Sobre el placer de la caza, del crítico inglés William Hazlitt. También puede
ser lírico, como Los bosques de Maine, de Henry Thoreau. En ocasiones puede
adoptar la forma epistolar, como se pone de manifiesto en las obras del escritor
británico Oliver Goldsmith (Ciudadano del mundo, 1762).
Entre los más atrevidos experimentadores del siglo XX destaca el escritor es-
tadounidense Norman Mailer, creador de un estilo que combina la biografía, el do-
cumental, la historia, el periodismo y la ficción en obras como Ejércitos de la noche
(1968), donde reflexiona sobre las protestas que levantó la Guerra del Vietnam.

1 (Microsoft ® Encarta ® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation)


2 Ibídem

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Ocio, Tiempo Libre y Recreación – Carlos Omar Rocha
Considerando el hecho de que sólo somos cons-
cientes de 2.000 BITS de información, de los 400 MIL
MILLONES DE BITS de información que procesamos
por segundo… cuando argumentamos en contra de
nuevos conocimientos, ¿qué cantidad de esa “con-
ciencia” es la que argumenta?
¿Cómo podemos saber todo acerca de todas las
cosas que no conocemos?
Arntz, Chasse, & Mark

La reducción del tiempo laboral hasta consolidarse en 8 horas diarias, fue uno
de los acontecimientos más relevantes de la historia del trabajo.
Después se dejó de trabajar los sábados por la tarde, y posteriormente se lo-
gró establecer una jornada laboral de cinco días; se normalizó el período de vaca-
ciones y se puso un límite a la edad laboral para definir las edades de retiro, jubi-
lación o pensión.
Estos logros laborales, se dieron en la mayoría de los países sudamericanos,
con algunas excepciones y características propias de cada cultura y lugar, y per-
mitieron deducir una tendencia a la reducción del tiempo dedicado al trabajo, y
creó en los sociólogos dumazedianos, la hipótesis que la sociedad capitalista iba
camino a una nueva civilización del ocio.

Hoy -según T. Bolaños (2007)- nos encontramos con un mundo globalizado


productor de riquezas concentradas, que paradójicamente produce un acelerado
empobrecimiento en regiones populosas. Tanto para aquellos que viven en la ri-
queza, como para los que viven en el empobrecimiento, los trabajadores tienden a
preferir jornadas adicionales para aumentar sus ingresos, que lógicamente son
mejores en los países menos empobrecidos.
Esta situación, esfumó las esperanzas sociológicas del siglo XX que había
elevado a una categoría de derecho al tiempo libre. Dice Bolaños: “Ciertamente es
un derecho, en vía de extinción”, y agregan Beltrán Villegas y Cardona Acevedo
(2005): “La paradoja de la modernidad se expresa en que abre posibilidades para
la realización de la libertad y la autonomía individual, al tiempo que termina de so-
juzgar y someter a los individuos”.

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Ocio, Tiempo Libre y Recreación – Carlos Omar Rocha
A lo largo de la historia, ocio y tiempo libre se han asimilado uno a otro en su
esencia.

Para los griegos, el tiempo que el ser humano dedicaba a la actividad deno-
minada ocio incluía la contemplación y a través de ella, el encuentro con los dio-
ses, la naturaleza y consigo mismo. El ocio era el ámbito del quehacer del hombre
que permitía el desarrollo y la creación a través de las ciencias, las artes y los de-
portes. Es decir, la potencialidad del ser humano que en un tiempo llamado ocio,
mediante la razón le permite la contemplación para una vida feliz. 3
Los romanos lo llamaron, “Otium”, agregándole la connotación de diversión
para todos.
Estas acepciones eran aplicadas a los considerados “ciudadanos” y no se
aplicaban a las personas que no entraban en esa categoría (esclavos, prisioneros,
etc.).
En la Edad Media, Ocio y Otium fueron condenados por la iglesia católica a
causa de su origen pagano; pero paradójicamente en la vida cortesana era am-
pliamente disfrutado por reyes y señores feudales. En el Renacimiento resurgen
los ideales clásicos griegos.
En las culturas precolombinas, el juego era valorado y estaba muy ligado a
los ritos; las artes tenían un papel ceremonial, y, a la vez utilitario, tal como pode-
mos observar en la cultura maya e incaica.
En la época moderna, con el nacimiento de la burguesía y el mercado; y con
la creciente influencia de la ética protestante (tradiciones puritanas y liberales) en
el mundo occidental, se condenaba la práctica del ocio y las actividades relaciona-
das con el Tiempo Libre, por ser actividades improductivas que apartaban a las
personas de sus deberes.
Desde la Revolución Industrial, y bajo la influencia de la concepción marxis-
ta de sociedad y proceso productivo, el ocio - Tiempo Libre se convierte en una
importante reivindicación de los trabajadores, como un bien al que se le da el valor
de derecho en justicia por el trabajo realizado, derecho particularmente defendido
en circunstancias de trabajo alienante; en una época en que las nuevas formas de

3
Segura Mungia S. – Cuenca Cabeza M. (2007) El Ocio en la Grecia clásica. Edit. Universi-
dad de Deusto. España.

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trabajo (grandes líneas de producción en serie) modifican el estilo de vida de las
personas y sus familias.
La OMS y la UNESCO han emitido declaraciones en su favor al considerar el
Tiempo Libre como un factor promotor del desarrollo de los grupos y pueblos.
En 1970 fue aprobada en Ginebra la Carta de Derechos Humanos al Tiempo
Libre, en el contexto de la Conferencia Mundial de Recreación y Tiempo Libre. Se
destacan los siguientes artículos:
Art. 2: “Disfrutar del tiempo de descanso libremente es un derecho absoluto”.
Los requisitos previos para ejercer la voluntad individual durante el tiempo libre
deben ser vigilados con el mismo afán que se dedica a aquellos pertenecientes a
la colectividad
Art.3: “Todo hombre debe tener fácil acceso a medios recreativos abiertos al
público, a reservas naturales, tales como playas, bosques, montañas y lugares al
aire libre en general”
Art.4:”Todo hombre tiene derecho a conocer y participar en todo tipo de re-
creación durante su tiempo libre, tales como deporte, juegos al aire libre, viajes,
teatro, arte visual, musical, ciencias y manualidades, sin distinción de edad, sexo o
nivel de educación”.
Art.7: “Toda persona tiene derecho a aprender cómo disfrutar de su tiempo li-
bre. La familia, el colegio y la comunidad deben instruirla en el arte de usar su
tiempo libre, de la mejor manera posible. En los colegios, clases y cursos de ins-
trucción se debe brindar a los niños, adolescentes y adultos, la oportunidad de
desarrollar los talentos, actividades y comprensión esencial en el conocimiento del
uso del tiempo libre.

En la sociedad moderna, es la revolución industrial la que establece la divi-


sión del tiempo social, y crea el actual enfrentamiento ideológico entre capitalismo
y socialismo.
En el modo de producción actual, se entiende el Tiempo Libre como el
tiempo no productivo económicamente; sin embargo el tenerlo, es decir tener la
posibilidad de acceder y contar con recursos para él, puede considerarse un indi-
cador de calidad de vida.

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Los vínculos sociales históricamente construidos entre trabajo, tiempo libre y
ocio datan desde el final del siglo XIX, promoviendo estudios y reflexiones de al-
gunos autores, que intensificaron sus investigaciones y pesquisas en el reciente
pasado siglo XX, evidenciando que el tema del ocio – tiempo libre, tiene gran
complejidad y dinamismo.
Esto se refleja en el extenso trabajo de Fréderic Munné (1992) Psicosociolo-
gía del tiempo libre. Su texto es un enfoque crítico, que funciona como un catálogo
muy accesible y completo, que incluye una síntesis de las principales posturas teó-
ricas y que nos permite abrir el debate y plantear las preguntas con las que pienso
concluir esta primer parte del ensayo.

En su texto Munné (1992) señala una primera división que incluye a: a) los
empíricos, b) los teóricos y c) los críticos. De la relación de autores, estudios y
aportaciones que presenta para cada uno, solo mencionamos a algunos de ellos
por considerar que son los más representativos de cada postura y por la utilidad
que representan para el presente ensayo.

a) Los empíricos. Munné (1992), indica que los estudios de cómo las pobla-
ciones organizan el tiempo de ocio, se inician en los Estados Unidos, Inglaterra,
Alemania y Francia. Destaca al francés Dumazadier, considerado un clásico para
el estudio del ocio, sobre todo por su contribución sobre las funciones que pueden
realizarse, y que se reconocen como las 3 Ds: 1 -descanso, 2 - diversión y 3 -
desarrollo de la personalidad.
b) Los teóricos. Menciona que David Riesman (1950) con su obra The lonely
crowd, relaciona las sociedades de consumo, de cultura y de ocio masivo de esos
años, que han pasado a depender de los mass media y los peer groups. En este
nuevo contexto Riesman dice que el hombre “no puede realizarse a través del tra-
bajo pero podrá hacerlo en ese espacio privilegiado del consumo forzoso o elegido
a la par que fuente de individualización y de autonomía, que es el ocio” (Riesman
mencionado por Munné 1992: 15).

Munné señala que las monografías más representativas de los americanos en


el campo del ocio son: Leisure in America (1969) de Max Kaplan en su intento por
integrar el ocio con el sistema sociocultural de vida, en sus aspectos instituciona-

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les. Work and leisure (1961) de Nels Anderson. Sebastián de Grazia (1962) con su
obra Of time, work and leisure, quien sostiene que el ocio es un “estado libre de
las necesidades diarias en el que el individuo realiza actividades cuyo fin está en
sí misma”. En la democracia existe el tiempo libre, pero no ocio. Agrega en su sín-
tesis el trabajo del inglés Stanley R. Parker (1971) The future of work and leisure,
del sociólogo francés Georges Friedman (influido por Marx y Elton Mayo), como
uno de los intentos más serios dentro de la teoría para estudiar el tiempo de traba-
jo y ocio y a Erich Weber (1963) con su obra Das Freizeitproblem, quien indica que
la esencia del tiempo libre esta en el comportamiento autónomo del hombre.

c) Los críticos burgueses, también desde países de occidente, Munné men-


ciona a Veblen con su Teoría de la clase ociosa, quien sostenía que la lucha por la
vida ha sido sustituida por la lucha por el prestigio. A Karl Mannheim (1950) quien
“expresa su creencia de que para la mayoría de la gente, el camino de la civiliza-
ción está más en el ocio que en el trabajo” y a C. Wright Mills para quien “el traba-
jo ha pasado de ser un valor evangélico a ser un simple medio de ganar dinero y
el ocio a ser una manera de gastarlo” (Munné 1992: 18-19).

En la segunda gran división que Munné denomina marxista, también hace


otra división: a) concepciones del propio Marx, b) los ortodoxos, c) los revisionistas
y d) la postura de la escuela de Frankfurt.

Los ortodoxos. Incluye a Lenin, a Sorokin (1935), Prudenski (1960) y otros


que realizan estudios en el bloque soviético sobre el tiempo libre, como parte de
una política social. Incluye en este grupo al italiano Gianni Toti (1961) de quien
resume que, “… el hombre tiene escindido su tiempo en, tiempo de trabajo y tiem-
po libre. Pero este último es un tiempo improductivo y vacío conquistado con el
dinero, tratado como mercancía y dependiente del trabajo, un tiempo que opera de
panacea de la esclavitud. Es fuga y negación del trabajo, su empleo es hoy un me-
ro problema de consumo” (Toti citado por Munné 1992: 29).
Gianni Toti (1975), en su libro Tiempo libre y explotación capitalista, realiza un
análisis del tiempo libre en relación a la actitud religiosa frente al trabajo, pues el
uso del tiempo improductivo podía parecer una herejía frente al concepto moralista
del tiempo libre. Entonces, el tiempo en el cual es hombre podría ser libre no es

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terrenal sino está en esa mejor vida prometida. Enfatiza que “no se trata de liberar
el tiempo que está libre de trabajo de los pesos que impone y de enfrentar los am-
biguos problemas que plantea, se trata de modificar la relaciones de producción
existentes, que transforman en mercancía también el tiempo libre del hombre”. De
igual manera reconoce que el trabajador, a partir de la jornada laboral deja una
máquina para pasar a otra, el transporte, el aparato electrodoméstico, el teléfono,
la televisión.

Los revisionistas. Munné (1992), parte de los aportes de Marx, primero en


Francia con Pierre Naville (1957) quien encuentra que en “las formas de no-
trabajo, que en nuestro mundo actual no son sino formas sociales de trabajo, úni-
camente son comprensibles a través del análisis de las condiciones económicas y
sociales que las producen”.
Después con Henri Lefebvre (1958) en Francia, a partir de su estudio sobre la
vida cotidiana. Incluye en este punto los aportes de algunos teóricos de la llamada
“primavera de Praga” como Radovan Richta y G. Luckás.
De acuerdo a la descripción que hace de estos últimos, se infiere que perte-
necen al enfoque del determinismo tecnológico, pues aún cuando parten del mar-
xismo clásico, consideran que sólo la técnica liberará al hombre de la producción
directa, lo que a su vez permitirá el desarrollo de las fuerzas humanas creadoras.
Cuando apareció la obra de Henri Lefebvre La vida cotidiana en el mundo
moderno (1962), empezaba a cuestionarse si la sociedad de la abundancia en
realidad nos había sacado de la escasez, pues la riqueza y el derroche de lo que
él llama sociedad técnica (refiriéndose a los países desarrollados) también produ-
cen islotes de miseria. “Si la abundancia no significa fiesta se pregunta Lefebvre
¿Para qué sirve y qué significa?” Por lo mismo la transición que señala como la
más importante, es el paso del trabajo al ocio. “El ocio entra a formar parte de las
necesidades y modifica las necesidades preexistentes” las vacaciones, un fenó-
meno nuevo a escala de la sociedad entera, han modificado la sociedad convir-
tiéndolas en el centro de las preocupaciones (Lefebvre 1984). Su principal aporta-
ción radica en la clasificación y análisis que hace del tiempo:
Los empleos del tiempo, analizados de forma comparativa por Lefebvre, dejan
también aparecer fenómenos nuevos. Si se clasifican las horas (del día de la se-
mana, del mes, del año) en tres categorías, el tiempo obligado (el del trabajo pro-

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fesional), el tiempo libre (el del ocio), el tiempo forzado (el de las exigencias diver-
sas fuera del trabajo: transporte, gestiones, formalidades etc.) observamos que el
tiempo forzado aumenta. Aumenta más que el ocio. El tiempo forzado se inscribe
en la cotidianidad y tiende a definir lo cotidiano por la suma de sus obligaciones
(por su conjunto). Es verdad que los “valores” unidos antiguamente al trabajo, al
oficio, a lo cualitativo en la actividad creadora, se disuelven. Pero los valores uni-
dos al ocio están aún en estado naciente… Por el momento, el ocio es ante todo y
casi para todos, la ruptura (momentánea) con lo cotidiano… El ocio ya no es la
fiesta o la recompensa del trabajo, todavía no es la actividad libre que se ejerce
por ella misma. Es el espectáculo generalizado: televisión, cine, turismo.
Lefebvre (1984) no solo vincula el tiempo libre al trabajo y al mercado, sino es-
tablece su relación con el manejo que la publicidad hace de las necesidades indi-
viduales bajo la racionalidad de la sociedad técnica. No se estudian las necesida-
des sociales o culturales, se crean y cuestiona el papel de la publicidad a quien le
otorga poseer un extraordinario poder.
En consecuencia la actividad consumidora ha hecho su gloriosa entrada en la
racionalidad organizada. La acción sobre las necesidades dispone, por otra parte,
de los medios más poderosos que el estudio del mercado y de las motivaciones,
pues conforma el deseo al servicio del capitalista, (la publicidad) ¿No provee al
consumo de una masa inmensa de signos, de imágenes, de discursos? ¿No ten-
derá la publicidad a proveer e incluso a convertirse en ideología dominante de esta
sociedad…? ¿No se convertirá en central, única mediación entre productor y con-
sumidor, entre técnica y práctica, entre vida social y poder político?, se pregunta
Lefebvre.
Según este mismo autor, el tiempo obligado, el tiempo forzado y el tiempo li-
bre son categorías susceptibles de aplicarse en el desarrollo de estudios empíri-
cos, en el tiempo libre incluye las tareas de ocio, como actividades de desarrollo
personal.

La escuela de Frankfurt. Munné desarrolla la postura de la escuela de Frank-


furt desde sus fundadores M. Horkheimer y T. Adorno hasta su más reciente ex-
positor Habermas.
De los autores de la escuela de Frankfurt menciona que Max Horkheimer sos-
tuvo “que los mecanismos que gobiernan al hombre en su tiempo de ocio, son ab-

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solutamente los mismos que lo gobiernan cuando trabaja”. Y cita también la gran
aportación de Theodor W. Adorno (1947), que acuña el término de industria cultu-
ral para señalar que “esclaviza al hombre con mucha mayor sutilidad y eficacia
que otros métodos anteriores de dominación”.
Bajo este enfoque el tiempo libre está unido al modo de producción que preva-
lece, sujeto a los controles de la industria y la propaganda, es un tiempo improduc-
tivo y “su consumo está regulado por la industria cultural, instrumento de dominio e
integración” (Munné 1992: 33).
Incluye en esta perspectiva a Jürgen Habermas (1958), perteneciente a la se-
gunda generación de la Escuela de Frankfurt de quien transcribimos el siguiente
párrafo:
“Sostiene que el ocio actual aparece, falsamente, como un asunto privado,
como un tiempo de disposición individual; en realidad, el ocio obstaculiza el libre
albedrío pues está determinado desde fuera por el trabajo. Es una categoría resi-
dual, prolongación de éste: sus funciones se limitan a ser un complemento y una
regeneración y la despersonalización. Las manipulaciones que operan sobre el
ocio lo convierten en una seducción para huir de la realidad, en una mentira para
vivir, que conduce al egoísmo en el seno de la familia y a una conducta irracional
en el consumo. El deporte y el juego no son sino un sector más de racionalización
del trabajo; el do-it-yourself es un ridículo autoengaño del hombre alienado; etc.
(Habermas en Munné 1992: 34)”. En resumen, dice Munné, el ocio es un modo
más de la despersonalizada vida en sociedad de clases que, con apariencia de
primacía ha degenerado desde hace tiempo en una verdadera mendacidad social.
De este párrafo se puede deducir que Habermas cuestiona el ocio como inde-
pendiente o libre, lo relaciona con el trabajo como una continuación de la lógica
del capital.

Continuando con el resumen de los autores de la escuela de Frankfurt Munné


(1992), incluye a Herbert Marcuse (1933) quien ya separado de la Escuela, pre-
senta en su libro Eros y civilización (1953) un esbozo de las relaciones entre el
tiempo libre, la sexualidad y la política, que después reconsidera en su texto del
Hombre unidimensional (1964). En el primero libro según Munné, refiere que Mar-
cuse señala que el tiempo libre “… únicamente puede servir para relajarlo y re-
crear su energía laboral; y, por añadidura, en el estado avanzado de la civilización

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industrial está manipulado por la industria de la diversión y controlado por el Esta-
do… Porque la esfera que define la libertad y su realización no es la del trabajo,
regido por la razón, la necesidad y la represión, sino la del juego y las libres po-
tencialidades del hombre. El tiempo libre, pues antes que el trabajo, determina el
contenido de la existencia humana (Marcuse citado por Munné 1992: 34).

En su segundo texto (Hombre unidimensional -1964), Marcuse reconsidera


que toda la lógica racionalista de la sociedad industrial avanzada, se impone sobre
el tiempo libre. Existe el ocio, pero el tiempo dedicado al mismo no es libre, porque
está determinado por los negocios y por la política. “La nivelación de gustos en el
ocio, condicionados por los medios masivos de comunicación, revela su función
ideológica de igualación de clases”.
Finalmente dentro de la corriente marxista se incluyen las contribuciones de
Eric Fromm al estudio del tiempo libre, en el sentido de que “el modo de produc-
ción industrial, común al capitalismo y al socialismo, provoca una alienación que
afecta también al tiempo libre. La diversión se ha convertido en una industria más
en la que el cliente compra su placer, lo que acarrea que el tiempo libre se valore
por su rentabilidad económica y no en términos humanos” (Munné 1992: 35).
Una de las conclusiones a las que llega Munné en esta parte es que “mientras
los burgueses centran su atención en lo que llaman ocio, los marxistas la ponen
en el tiempo libre” (Munné 1992: 37).

Del recorrido por el catálogo brindado por F. Munné, podemos inferir que si el
tiempo (en abstracto) se convirtió en un elemento de valorización del trabajo, el
tiempo libre pasó a depender del tiempo de trabajo, como jornada laboral. Por tan-
to esta relación es una construcción social que obedece a las circunstancias histó-
ricas del capital.
Por otra parte el ocio, ha sido considerado como las simples actividades o ta-
reas desarrolladas en el tiempo de no trabajo, y por esto, es más adecuado para
las posturas estructural-funcionalistas, pues no necesariamente se relacionan con
un contexto histórico ni más amplio, ni más dialéctico.
Surge así el enfrentamiento ideológico que plantea Munné (1992), cuando de-
fine la concepción burguesa del ocio.

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Capitalismo Socialismo

Ocio

Enfrentamiento ideológico

Es este enfrentamiento ideológico, el que debiera transformarse en una con-


vergencia conceptual que en vez de imponer posiciones, aporte claridad en pos
del bienestar del hombre como especie -que a mi entender- es en esa condición
donde radica la verdadera libertad que trasciende las banderías políticas propias
de un proceso social racional y fragmentado.

Entonces, será posible… ¿construir una idea de tesis que trate al Ocio y
Tiempo Libre, desde una perspectiva inclusiva, que compatibilice la filosofía mate-
rialista y la filosofía “vital” o espiritual?
Tal vez necesitemos una filosofía inclusiva, donde la consciencia es la que
elige4…
Tal Vez la ciencia y lo espiritual no son tan diferentes…

¿Podemos pensar que son distintas disciplinas tratando de comprender lo


mismo?...
Tal vez lo espiritual y la ciencia sean caminos válidos para buscar la verdad
de nosotros mismos, y el universo infinito que nos rodea…

¿Y qué es espiritualidad?
Lo más sencillo y fácil de comprender lo encuentro en las palabras de Fritjof
Capra:
“… la experiencia de estar conectado con toda la naturaleza y de pertenecer
al universo, es la esencia misma de la espiritualidad. “ 5
¿A esta percepción se referían los griegos, cuando definían el tiempo de ocio?

4
(Goswami, 2008, pág. 28)
5
(Capra, El Tao de la Física, 2006, pág. 15)

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En el libro que dio origen a la mundialmente conocida película ¿¡Y tú QU(∑)
S@βES!?, Dean Radin dice: “Desde un punto de vista clásico, somos máquinas, y
en las máquinas no hay lugar para la experiencia consciente. No importa sí la má-
quina muere; usted puede matarla, tirarla la tacho de la basura… eso no importa.
Sí así es el mundo, entonces la gente se comportará de esa manera. Pero hay
otra forma de pensar acerca del mundo, que está… señalada por la mecánica
cuántica, que sugiere que el mundo no es como un mecanismo de relojería, sino
más bien como un organismo. Es algo orgánico, sumamente interconectado…,
que se extiende a través del espacio y del tiempo. De modo que, desde un punto
de vista muy básico en lo referente a la moral y a la ética, lo que yo creo afecta al
mundo. En cierto sentido esa es, en verdad, la clave sobre por qué el cambio de la
visión del mundo es importante”. 6

Entonces, ¿Cómo comprender el ocio, el tiempo libre y la recreación, desde


una perspectiva más allá de la conflictiva dicotomía marxismo – capitalismo?

¿El hombre es tan solo el resultado de un tiempo histórico y un sistema eco-


nómico-social?
Teniendo en cuenta lo que le dijo Einstein a Heisenberg: “… lo que vemos de-
pende de las teorías que utilizamos para interpretar nuestras observaciones…
¿cómo construir un marco abarcativo, no fragmentario, utilizando e integrando los
nuevos descubrimientos del naciente paradigma del milenio que recién comenza-
mos a transitar…y que recupera sabidurías ancestrales?
Tal vez civilizaciones tan antiguas como los sumerios (3.800 a.C.) tengan ra-
zón, al comprender al mundo que nos rodea y al mundo espiritual, como la misma
cosa…
¿Y si consideramos la perspectiva oriental, que ve al mundo como un juego
dinámico de fuerzas energéticas, que están en permanente flujo que tiende al
equilibrio y armonía, donde nada es fijo ni estático, donde todo fluye, cambia o re-
crea permanentemente?....

6
(Arntz, Chasse, & Mark, 2007, pág. 27)

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¿Y si en vez de centrarnos en la siempre conflictiva dicotomía capitalismo-
marxismo; tiempo histórico-sistema socio-económico, partimos del maravilloso e
inconmensurable complejo que somos cada uno como humano, formando parte de
una red de fenómenos interconectados y al mismo tiempo independientes, que
engendra un profundo sentimiento de conectividad, de contexto, de relacionamien-
to y de pertenencia…? ¿No es este sentimiento lo que buscamos en nuestros
tiempos de ocio y/o tiempo libre y/o recreación?

Tal vez, esta idea nos aclare la teoría cognitiva de Santiago, que nos dice que
la mente no es una cosa, sino un proceso, un proceso de cognición, que es el pro-
ceso de la vida, y que la conciencia no es sino una forma más elaborada de ese
proceso. La totalidad del cuerpo y por supuesto el cerebro, es la estructura a tra-
vés de la cual se manifiesta este proceso. 7Como dice F. Capra, es un punto de
vista nuevo y antiguo a la vez, ya que en las antiguas cultura tanto orientales como
occidentales, la distinción no era entre cuerpo y mente, sino entre cuerpo y alma o
espíritu.
Es posible que esta forma de pensar, nos libere del conflicto fragmentario de
tomar posición marxista o capitalista, materialista o idealista… es probable que en
cada una de las posiciones haya un poco de razón y un poco de verdad, y que la
razón y la verdad están en lo uno que somos todos. Es probable que este cambio
de paradigma sea simplemente mirar con ojos nuevos, viejas situaciones que con-
sidera real lo medible, es decir lo que podemos percibir con nuestros cinco senti-
dos…

Tal vez, con el transcurrir de esta maestría, asimilando conocimientos de otros


módulos, podamos hacer posible lo probable, y mirar con nuevos ojos, desde una
perspectiva integradora, no fragmentaria, el actual enfrentamiento ideológico: capi-
talismo – socialismo. 

7
(Capra, El Tao de la Física, 2006, pág. 16)

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BIBLIOGRAFÍA

Arntz, W., Chasse, B., & Mark, V. (2007). Y tu qué sabes? (1ª ed.). (P.
Graciela, Trad.) Buenos Aires, ARgentina: Kier.
Bolaño T. (2007). Tiempo libre y recreación en el segundo milenio. Cuadernos
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Capra, F. (1992). El Punto Crucial. (D. L. Graciela, Trad.) Buenos Aires,
Argentina: Editorial Troquel S.A.
Capra, F. (2006). El Tao de la Física (8ª ed.). (M. M. Alicia, Trad.) Buenos
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Goswami, A. (2008). El médico cuántico (1ª ed.). (C. Antonio, Trad.) Buenos
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Munné Frederic (1980). Psicosociología del Tiempo Libre. México. Trillas

LINKS CONSULTADOS

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content/taxonomia-recursos/recurso/e8d04b36-e193-42cc-b357-
e6d40152f6ff.recurso/e26387fd-c2e2-49a7-b5a5-
d734848bfe03/Derechos%20culturales.pdf

http://unesdoc.unesco.org/images/0011/001140/114046s.pdf

http://www.redcreacion.org/documentos/congreso6/CAlzate.htm

http://www.scribd.com/doc/19589892/Lefebvre-M-s-All-Del-Estructuralismo

http://www.cafyd.com/HistDeporte/htm/pdf/2-32.pdf

http://es.wikipedia.org/wiki/Henri_Lefebvre

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