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La Declaración de Quiebres
El Rabino Baal Shem Tov, estaba enseñando a sus discípulos, cuando de pronto
fueron interrumpidos por un golpe en la persiana. Un aldeano que arrastraba un carro lleno de
herramientas se paró del otro lado de la ventana y preguntó: ¿Necesitan arreglar algo?¿Alguna
mesa que se tambalee, alguna silla rota?¿Quizás falta un ladrillo en la chimenea? No, no fue la
impaciente respuesta de sus alumnos, que deseaban continuar la clase. Todo está en perfectas
condiciones. No necesitamos arreglar nada ¿De veras? ¿Nada para arreglar? Dijo el campesino. Es
imposible que sea así Fíjense bien y seguramente encontrarán algo que requiera de una corrección o
ajuste. En ese instante el rabino dijo a sus discípulos: “Muchas veces les enseñé que nada sucede por
casualidad. Cada evento tiene un propósito y de cada cosa que vemos o escuchamos nos debe
quedar una enseñanza. Reflexionemos acerca de las palabras que acabamos de escuchar de un
simple aldeano. Qué profundas y relevantes son para cada uno de nosotros ¿Está todo realmente en
perfectas condiciones? A veces parece ser así pero si uno realmente busca en su corazón y evalúa su
vida, encontrará seguramente algo para reparar....” Muchas veces decimos: "está todo bien" pero
dentro nuestro sabemos que hay una cantidad de espacios que requieren de nuestra atención. Pero
pareciera que si no los reconocemos es como si no existieran. Nos quedamos esperando como si se
pudieran solucionar solos. Lo único que necesitan es nuestra atención y la declaración de que no
queremos seguir así.
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La Declaración de Quiebres
La declaración de QUIEBRE es la posibilidad de decir BASTA cuando no queremos mas, de lo que está
pasando. Esta es una declaración que esta profundamente relacionada con el tiempo que transcurre
entre el momento en que necesitamos decir basta y el momento en que podemos hacerlo. Muchas
veces nos quedamos postergando nuestra atención sin darnos cuenta que ese momento no llega nunca
a menos que lo hagamos llegar nosotros mismos. Sin quiebres no hay aprendizaje ni crecimiento.
¿No te hubiera encantado haberte dado cuenta que podrías haber dicho BASTA mucho
antes de lo que lo hiciste?
Los quiebres provocan que aquello que era invisible para nosotros, se nos haga patente y presente.
Diremos que un quiebre es ese momento en que lo automático del devenir de la vida, es interrumpido
por un momento de atención y conciencia en la tarea que estamos ejecutando. El quiebre vive en la
interpretación de que el curso de los acontecimientos cambió. Sin ese juicio no hay quiebre. Muchas
veces solemos confundir la palabra quiebre con problema.
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La Declaración de Quiebres
La palabra problema trae con ella una connotación negativa, mientras que el quiebre puede ser
positivo o negativo. Los problemas suponemos existen por si mismos mientras que los quiebres
viven en nuestros juicios, y en el observador que somos. El problema deja un solo curso de acción,
que es el de resolverlo, mientras que sostenemos que muchos problemas mas que ser resueltos
necesitan ser nuevamente formulados. Si cambiamos la interpretación que lo constituye podemos
estar frente a una oportunidad. Sostenemos que muchos de los "problemas" que vivimos se
disuelven como tales o se convierten en oportunidad de aprendizaje si variamos el juicio y la
interpretación con la cual declaramos el quiebre.
Me gustaría en este momento llevarte a un espacio de reflexión: ¿Está todo bien en tu vida? ¿En
todas las áreas? ¿Qué es lo que estas tolerando y no es como a vos te gustaría? ¿Hasta cuando
pensás no enfocarte en ese tema? ¿Cuándo vas a declarar basta para tener la oportunidad de
encararlo y volver a empezar?
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Circulo de Preocupación VS Círculo de Influencia Para ver esta distinción necesito que piensen
mentalmente o escriban en una hoja 10 TEMAS QUE LES PREOCUPEN Circulo de Preocupación y
Círculo de Influencia
¿En que invertimos nuestro tiempo y nuestra energía?
• Círculo de Preocupación: En este círculo entran aquellos problemas o preocupaciones sobre las
que no tenemos ningún tipo de control directo. Ejemplo de problemas que entren en el círculo de
preocupación puede ser: la pobreza, la injusticia, las guerras, la personalidad de mi jefe, etc.
• Círculo de Influencia: En este círculo entran aquellas preocupaciones o problemas sobre las que
podemos hacer algo al respecto. Ej.: No me gusta mi trabajo, mala relación con mi pareja, con mis
hijos, bajar de peso, abandonar el sedentarismo, estar mas capacitado, etc.
• ¿En cual de estos dos círculos gira la mayor parte de nuestro tiempo y energía?
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La declaración de Quiebres
De los dos círculos, podemos decir entonces que hay 3 tipos de problemas:
• Problemas de Control directo: Son aquellos problemas que se resuelven modificando
nuestra propia conducta, trabajando sobre nuestros hábitos. Ej.: Dejar de Fumar,
adelgazar, cambiar de trabajo, etc.
• Problemas de Control Indirecto: Son aquellos que se resuelven modificando mi relación
con el otro. Aquí se encuentra involucrada la conducta del otro y yo puedo resolver el
problema indirectamente, cambiando nuestro método de relación con el otro, por lo cual
el otro también cambiara su forma de relacionarse conmigo. Indirectamente influyo sobre
el otro. Ej.: Mala relación con mi pareja, mi jefe, mis hijos, mis compañeros de trabajo, etc.
• Problemas de Control Inexistente: Son aquellos que no puedo resolver ni puedo
intervenir y se resuelve con la aceptación, aprendo a vivir con ellos y estoy en paz. Ej.: La
muerte.
• Es importante conocer en que problemas y círculos nos movemos y dedicamos tiempo la
mayor parte de nuestro día y focalizarnos y ampliar el circulo de influencia y achicar el
circulo de preocupación para poder estar mejor y efectivizar nuestro tiempo y nuestras
acciones. Una buena pregunta de Coaching seria ¿Que te preocupa? ¿Que podes hacer al
respecto? ¿Por que no actúas o que te detiene? ¿En que te beneficia o perjudica seguir en
esta situación? ¿Cuanto tiempo le dedicas a este problema?
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LA COLUMNA IZQUIERDA:
¿De qué hablamos cuando no hablamos de lo que deberíamos hablar? ¿Que es?
Al finalizar la conversación que vimos recién Daniel se sentía frustrado a nivel personal,
interpersonal (de la relación) y de la tarea. ¿Cuáles son los contenidos de la columna
izquierda? Básicamente, estará llena de juicios, además de supuestos, interpretaciones,
sensaciones y emociones. Y no sólo negativas. ¿Por qué no expresamos esos pensamientos y
sentimientos que quedan en la columna? Porque si lo hiciéramos tememos a las
consecuencias no deseadas, a quedar expuestos, etc. La columna izquierda no es una
elección, ocurre con independencia de la voluntad de la persona.
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¿Como procesar la Columna Izquierda?
Esto vendría a ser como puedo expresar honorablemente lo que siento sin lastimarme, sin
lastimar al otro y sin dañar la relación pero pudiendo decir lo que realmente quiero decir.
En las dos primeras hablo de mi, en las otras dos puedo diseñar acciones con el otro
2) Yo opino que sos un insaciable ( En este segundo paso me apropio mi opinión, asumo
responsabilidad de que yo pienso así del otro pero quizás otras personas no piensan lo mismo)
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3) Me siento angustiado ( En este tercer paso hablo desde mis sentimientos y es bueno
porque los sentimientos no se cuestionan, aquí ya no estoy acusando al otro sino que le
estoy hablando desde mis sentimientos)
4) No se que hacer para satisfacerte (hablo desde mi necesidad y puedo ahora diseñar
acciones con el otro y no acusar al otro)
Desde la primera frase no puedo hacer nada, me quedo acusando al otro, en el segundo
paso asumo responsabilidad, en el tercero expreso mis sentimientos, estoy dialogando con
el otro y en el cuarto paso ya puedo hablar desde mis necesidades y por ende puedo diseñar
acciones con el otro. Otro ejemplo de procesar la columna izquierda
1) Sos un Injusto
2)Yo opino que sos un injusto ( Asumo responsabilidad)
3) Me siento enojado, con bronca ( Hablo desde mis sentimientos)
4) Necesito que me reconozcas ( Hablo desde mi necesidad y puedo diseñar acciones con el
otro)
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En las dos primeras líneas hablamos del otro desde la descalificación. En la última
dialogamos con el otro.
Otro ejemplo:
Ejemplo: El ajedrez es difícil. El ajedrez no es fácil ni difícil, es un juego. Fácil, difícil son
apreciaciones que hablan más de la persona que las emitió que del objeto o persona de la
que se habló.
¿Cómo procesar la opinión?:
el ajedrez es difícil. ¿De qué estoy hablando, cuál es el sujeto? El ajedrez. Un primer paso
para procesar, sería, como vimos cuando hablamos de juicios, << apropiarnos >> de la
opinión: Yo opino que el ajedrez es difícil. Un segundo paso para ir más profundo, es buscar
en aquella verdad más esencial que se halla por detrás de la formulación. Me es difícil
aprender a jugar ajedrez. Aunque lo menciono, ya no hablo del ajedrez, sino de mí. Se
trataría no de definir la cosa o la cuestión, sino de mi relación con la cosa o cuestión.
Procesar la columna de la izquierda implica aprender a pensar de manera diferente, a ser un
observador diferente y a relacionarnos de un modo diferente; responsabilidad, porque
considero que somos co-creadores de nuestra realidad y desde allí elegimos asumir el poder
y la responsabilidad de dar nuevas respuestas en la acción. En el coaching, la escucha y la
indagación del coach para ayudar en distinciones es más que relevante, y abre nuevas
posibilidades de acción efectiva.
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Cada vez que tengas alguna conversación donde al finalizar la misma sentiste que
finalmente no dijiste lo que realmente querías decir y te quedaste con cosas en tu columna
izquierda, trata de hacer este ejercicio y de aprender a procesarla porque en ella se esconde
una fuente valiosa de riqueza que podrías aprovechar. Las preguntas de Coaching para ver la
columna izquierda de un Coachee podrían ser ¿Que estas callando? ¿Cual es el costo de decir
y de no decir? ¿En que te beneficiaria poder hablar y en que te perjudica no hacerlo? ¿Cuales
son tus miedos? ¿A que consecuencias les temes? ¿Cuanta responsabilidad estas dispuesto a
asumir? Hay una conocida frase de Oratoria que dice “ Es tan malo hablar cuando no se tiene
nada que decir, como no hablar cuando se tiene algo que decir”
LOS JUICIOS:
El supuesto de que el lenguaje describe la realidad nos hace considerar la aseveración “Isabel
es una ciudadana venezolana” e “Isabel es una ejecutiva muy eficiente” como equivalentes.
Suponemos que ambas proposiciones hablan de las propiedades o cualidades de Isabel y
que, por lo tanto, la describen. Decimos que la primera proposición emite a los hechos,
mientras que la segunda implica un juicio de valor. Reconocemos que la segunda representa
una opinión y que, en materia de opiniones, podemos encontrar varias.
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Muchas de nuestras concepciones acerca del bien y el mal, cerca de la justicia, Sabiduría,
belleza y verdad, están basadas precisamente en el supuesto de que Podemos tratarlas en
forma objetiva, con independencia del observador que las hace. Para poder distinguir
aseveraciones tales como “Carolina es la Gerente General de nuestra compañía” de
“Carolina es incompetente para dirigir reuniones”, debemos abandonar la creencia de que el
lenguaje describe realidades. Solo partiendo por admitir que el lenguaje es acción es que
podemos advertir la profunda diferencia entre ellas.
Si prestamos atención veremos que estas aseveraciones implican dos actos lingüísticos
diferentes y esta diferencia sólo puede advertirse cuando miramos el lenguaje como acción.
Decimos que el hablar no es inocente, que el orador se está comprometiendo en el acto de
hablar, modificando el mundo y las posibilidades personales. Por lo expresado sostenemos
que hay cinco actos lingüísticos fundamentales: Afirmaciones, declaraciones, promesas,
peticiones y ofertas. En la medida en que ellos implican compromisos sociales diferentes
pueden ser clasificados como acciones distintas.
Afirmaciones: son aquellos actos lingüísticos en los que describimos la manera como
observamos las cosas. El lenguaje de las afirmaciones es un lenguaje que se somete a un
mundo ya existente, podríamos decir que el mundo dirige y la palabra lo sigue. Es el
lenguaje de los “hechos”.
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Las afirmaciones, dijimos, pueden ser verdaderas o falsas, son por lo tanto, aquellos actos
lingüísticos mediante las cuales nos comprometemos a proporcionar evidencias de lo que
estamos diciendo, si se nos pide. Es lo que llamamos un testigo. Las afirmaciones operan
dentro de un determinado espacio de consenso social. Acordamos hablar del tiempo, por
ejemplo, utilizando las mismas distinciones, año, mes, día, horas, etc. Las diferentes
comunidades desarrollan diferentes consensos sociales mediante los cuales aceptan algo
como verdadero o falso. Estos consensos son obligatorios para todos los miembros de la
comunidad. Toda comunidad crea un espacio declarativo consensual en el cual sus
miembros pueden formular afirmaciones. En la medida que esos consensos cambian a lo
largo del tiempo, así también cambia lo que la gente considera verdadero o falso.
Los juicios:
Si nos detenemos en la expresión “Isabel es una ejecutiva muy capaz” nos daremos cuenta
que no se trata de una afirmación, en este caso el orador no está comprometido a
proporcionar evidencias. Cuando se anuncia que Miss Argentina es la más bella de las
concursantes y se le otorga el titulo de Miss Universo, ¿cuándo fue la más bella? ¿Lo fue
cuando se la Pronunció como tal? ¿O lo era antes de que el jurado emitiera este juicio?
Debemos reconocer que en cuanto a las características físicas de las concursantes no hubo
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demasiados cambios antes y después del pronunciamiento. Mis Argentina siendo lo que era,
no era las más bella de las concursantes. Solo llega a serlo cuando alguien emite el juicio de
que lo es. Y a raíz de este juicio emitido, todo cambia, el mundo cambia para esta
participante. Los juicios, decimos, pertenecen a la clase de actos lingüísticos llamados
declaraciones, y como sabemos, las declaraciones generan un mundo nuevo. A diferencia de
las afirmaciones, en las declaraciones, las palabras guían y el mundo las sigue. Los juicios
son como veredictos al igual que las declaraciones. Con ellos creamos una realidad nueva,
una realidad que sólo existe en el lenguaje. Los juicios son otro ejemplo importante de la
capacidad generativa del lenguaje. No apuntan hacia cualidades, propiedades, atributos,
etc. de algún sujeto u objeto. La realidad que generan reside totalmente en la interpretación
que proveen. El juicio siempre vive en la persona que lo formula. Si una comunidad le ha
otorgado autoridad a alguien para emitir juicios, éste puede ser considerado como un juicio
válido para esa comunidad. De todas maneras, si no estamos de acuerdo con ese juicio,
tenemos opciones diferentes. Los juicios no nos atan como las afirmaciones siempre hay
lugar para la discrepancia.
Los juicios son declaraciones, pero no todas las declaraciones son juicios. Muchas
declaraciones son formuladas exclusivamente en virtud de la autoridad que conferimos a
otros para hacerlas. Lo que las hace válidas es la autoridad que se ha conferido a quien las
hace. En muchos casos, cuando se nos pregunta por qué hemos hecho tales o cuales
declaraciones, podríamos decir, “porque sí y porque tengo el poder para hacerlas.
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Ejemplos de declaraciones serían: cuando un ejecutivo controla a alguien en su tarea,
cuando decide rediseñar un producto, cuando el juez dicta sentencia, cuando un árbitro
cobra una infracción. En todos estos casos lo que importa es el poder que se tiene para
hacerlas. Tal como lo reconociéramos previamente, cuando hacemos una declaración nos
comprometemos a su validez. Esto significa que sostenemos tener autoridad para hacer esa
declaración. Las declaraciones pueden ser válidas o inválidas, de acuerdo al poder que tenga
la persona para hacerlo. Los juicios, como hemos dicho son una clase de declaraciones, por
lo tanto es necesario validar la autoridad de la persona para emitirlos. Sin embargo la gente,
está continuamente emitiendo juicios, aun cuando no se les haya otorgado autoridad. Por lo
tanto, los juicios, como sucede con cualquier declaración, pueden ser, válidos o inválidos,
dependerá de la autoridad que tenga la persona para emitirlo.
Al mismo tiempo la proyectamos al futuro, como hacemos normalmente con los juicios.
Suponemos que ésta es la forma de ser de Carolina y que seguirá siendo así en el futuro.
Lo que no nos damos cuenta es que al cambiar nuestros actos permitimos que cambie
también los juicios acerca de nosotros.
Si alguien sostuviera el juicio sobre Carolina, podemos decir, ¿Por qué debiéramos siquiera
considerar a Carolina para dirigir reuniones, si sabemos que es incompetente? Al hacerlo
anulamos la posibilidad de aprendizaje.
Hemos sostenido que no sólo actuamos de acuerdo a como somos, sino que también somos
de acuerdo a como actuamos. Hemos dicho también que la acción genera ser.
Hemos planteado que los juicios representan el núcleo de la identidad de las personas. Por lo
tanto concluimos: que en la medida en que modifiquemos nuestras acciones (como
acontece, por ejemplo, como resultado del aprendizaje) modificamos nuestra identidad:
transformamos nuestro ser.
Cómo se fundan los juicios: Llamamos fundamentos a la forma en que el pasado puede
utilizarse para formular juicios que nos apoyen efectivamente en tratar con el futuro. Hemos
dicho que el futuro es la clave de los juicios.
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Dividimos el proceso de fundar un juicio en cinco condiciones básicas:
1. Siempre emitimos un juicio por o para algo. Según el juicio que emitamos tendremos
algunas acciones disponibles y otras no. Cuando hacemos un juicio de comportamiento, lo
hacemos por una acción que anticipamos en el futuro. Esta acción le da sentido al juicio.
2.Cada vez que emitimos un juicio estamos suponiendo que se compara con un conjunto de
estándares de comportamiento para juzgar el desempeño de los individuos, que nos
permiten evaluar la efectividad de sus acciones. Sin embargo no solamente evaluamos
acciones de las personas, juzgamos su apariencia, juzgamos los días de la semana, la altura
de las montañas, etc. Podemos decir Nicolás es delgado, el día Lunes hizo calor, la montaña
es muy alta. Todos estos son juicios donde utilizamos estándares que provienen de
tradiciones particulares que nos dicen qué esperar y por lo tanto de expectativas sociales.
Los juicios son históricos, puesto que los estándares que utilizamos para hacerlo cambian
con el tiempo. Lo que hoy es un auto veloz, dentro de algunos años puede no serlo. Y como
estamos hablando de juicios elaborados de acuerdo a estándares, a menudo podemos
establecer una polaridad. Si nos encontramos frente a una distinción para la cual podemos
producir exactamente la opuesta, podemos sospechar que estamos frente a un juicio.
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3. Cuando emitimos un juicio, generalmente lo hacemos dentro de un dominio particular de
observación. Cuando evaluamos conductas, estos dominios de observación corresponden a
dominios de acción. Cuando emitimos un juicio, lo que normalmente hacemos es dictar un
veredicto basado en ciertas observaciones. Este juicio está limitado al dominio particular en
el cual se hicieron las observaciones. Ellas determinan que el juicio sea más o menos
fundado. Si, por ejemplo, alguien rompe sistemáticamente sus promesas de devolver el
dinero que le hemos prestado, tendremos una buena razón para decir que esa persona no es
confiable en el dominio del dinero. Sin embargo, a menudo extendemos nuestros juicios
más allá de nuestro dominio de observación. A partir del juicio de que alguien no es de fiar
en el dinero, podemos suponer que esa persona es poco confiable en relación a sus
responsabilidades laborales o de familia. El juicio generalizado carece de fundamentos aun
cuando el juicio en el dominio del dinero esté muy bien fundado.
Recapitulando podemos decir que se necesita de las siguientes condiciones para fundar
un juicio:
1. La acción que proyectamos hacia el futuro cuando lo emitimos
2. Los estándares sostenidos en relación a la acción futura proyectada
3. El dominio de observación dentro del cual se emite el juicio
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4. Las afirmaciones que proporcionamos respecto de los estándares sostenidos
5. El hecho de que no encontramos fundamentos suficientes para sustentar el juicio
contrario. Los juicios que no satisfacen estas cinco condiciones los denominamos juicios
infundados.
La doble cara de los juicios:
Como ya vimos, toda acción revela el tipo de ser que la ejecuta. Por lo tanto cada vez que
decimos algo revelamos quienes somos. Esta capacidad del lenguaje de revelar el ser de
quien habla, de por sí, válida para toda acción lingüística, es particularmente característica
cuando examinamos a los juicios. El juicio, sostenemos, tiene doble cara. Una de ellas mira
hacia el mundo, la otra mira hacia el ser que somos. Si alguien dice, por ejemplo, “los
extranjeros son peligrosos”, está claro que no sabré demasiado sobre los extranjeros pero si
sabré algo sobre quien emite el juicio. Un aspecto fundamental de la disciplina del coaching
ontológico es aprender a tratar los juicios que las personas hacen, como ventanas al alma
humana, ya que revela las emociones desde las cuales tales ideas se emiten.
Los juicios y el sufrimiento humano:
Los juicios son la base del sufrimiento humano. Para una mejor comprensión de lo que
decimos es importante distinguir el fenómeno del dolor del fenómeno del sufrimiento. Por
dolor entendemos un fenómeno con raíces fundamentalmente biológicas y que afecta
nuestro sistema nervioso.
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Por sufrimiento entendemos algo diferente. Aquí ya no se trata de un fenómeno que puedo
circunscribir al dominio de la biología, aunque ésta se verá afectada por él, como lo estará siempre
con todo lo que nos suceda.
El sufrimiento, a diferencia del dolor, surge de las interpretaciones que hacemos sobre lo que nos
acontece y, muy particularmente, de los juicios en que dichas interpretaciones descansan.
En consecuencia, si el sufrimiento descansa en los juicios que hago sobre lo que acontece, significa
que se abre un inmenso campo de intervención para tratar el sufrimiento humano. Modificando los
juicios que hago sobre aquello que nos sucede, podemos encontrar un mecanismo efectivo para
aliviarnos del sufrimiento. Cabe aclarar que no estamos sosteniendo que haya que eliminar toda
forma de sufrimiento humano. Este cumple una función determinada en la existencia humana,
pero es cierto que no toda forma de sufrimiento tiene un papel positivo en la vida y hay mucho
sufrimiento que más valdría erradicar.
Juicios y formas de ser:
Los juicios tienen un impacto directo en la vida de las personas y particularmente en la forma de
ser. Podemos referirnos a tres dimensiones de inefectividad en particular:
1- la primera de ellas podemos referirnos a aquellas personas que se caracterizan por vivir los juicios
ajenos y que, por lo tanto, no se constituyen como centro generador de los juicios que rigen su
propia existencia. La llamaremos la condición de inautenticidad. Quienes viven en ella delegan en
los demás la autoridad para emitir los juicios que les importan.
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Su actuación está orientada a complacer al otro, los que adquieren autoridad para emitir sus
juicios los que obviamente afectan a la persona inauténtica. Sus vidas pasan a estar dirigidas por
fuerzas que no controlan y que son resultados de los variados juicios que reciben. Vivir en la
inautenticidad se traduce frecuentemente en una condena al sufrimiento, en la medida que resulta
imposible satisfacer a todos alrededor. Basta un solo juicio negativo para afectar la estabilidad
emocional de la persona inauténtica.
2- La segunda dimensión es aquella que consiste en tratar a los juicios como afirmaciones, sin
hacer la distinción entre ambos. Para los que operan así la consecuencia suele ser la rigidez, la
intolerancia y el cierre de posibilidades de aprendizaje. Un juicio diferente es tratado como error,
como falsedad. El espacio de discrepancia es tomado como un espacio de confrontación.
En la medida que tomamos los juicios como afirmaciones, cierro el espacio para la transformación,
tratando los juicios como rasgos permanentes.
3-La tercera dimensión se refiere a quienes viven sin ser capaces de distinguir entre juicios
fundados y juicios infundados. Las consecuencias, son la decepción permanente con respecto a
sus expectativas y una gran dificultad para diseñar el futuro. Sus propias incapacidades para
fundar juicios pueden conducirlos a posturas de resentimientos, dado que viven como una
injusticia tanto los logros de los demás como los fracasos propios. Cuando no caen en el
resentimiento, caen en la euforia u optimismo ficticio.
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Una cuestión de confianza:
Dijimos que cada acto lingüístico provocaba distintos compromisos sociales al ser ejecutados:
Las afirmaciones - nos comprometíamos a la veracidad y relevancia de lo que decimos. Las
declaraciones - nos comprometíamos a que nuestro comportamiento posterior sea consistente a lo
declarado y a su validez. Los juicios - nos comprometíamos a tratarlos como declaraciones y
además de fundarlos. Las promesas, pedidos y ofertas - nos comprometíamos a la sinceridad de lo
que prometemos o vamos a prometer, como a que tenemos la competencia para ejecutar lo
prometido. Todos estos compromisos que hacemos en cada uno de los casos, involucran juicios, y
estos juicios sientan las bases para un juicio que es fundamental en la forma de convivencia
humana: el juicio de la confianza. Sin confianza se socavan las relaciones de pareja, las relaciones
con nuestros padres y con nuestros hijos, las relaciones de trabajo, las relaciones de negocio, etc.
no hay relación humana que pueda desarrollarse adecuadamente cuando no existe la confianza.
Dada la capacidad recursiva del lenguaje, podemos incluso hablar de auto confianza, o de la
confianza que nos tenemos a nosotros mismos. Si aceptamos que la confianza se construye a partir
de un juicio, cabe preguntarse la que clase de juicio estamos aludiendo? Para indagar en esta
pregunta es quizás conveniente partir de aquellos juicios particulares que guardaban relación con
los compromisos que asumimos al hablar.
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La confianza, se constituye como un juicio y es, por lo tanto, un fenómeno estrictamente lingüístico.
Pero el juicio que constituye a la confianza puede hacerse tanto sobre las acciones lingüísticas como
sobre cualquier otra acción humana. Hay un ejercicio muy bueno que se utiliza mucho en los Cursos de
Coching Presenciales que se llama el juego de las etiquetas y trata de poner a los alumnos en ronda y
ponerle a cada uno una etiqueta en la frente, la persona no sabe que etiqueta le toco. Las etiquetas
tendrán juicios como: Tonto, Inteligente, Capaz, Mentiroso, Egoísta, Incapaz, Bueno, Soberbio, etc. Se le
propone al grupo que elija un tema para conversar, algo fácil como donde podemos irnos de vacaciones
y la consigna es que cada uno le hable al otro desde la etiqueta que tiene y no desde la persona que es.
Entonces al tonto cuando quiere hablar no lo van a escuchar, al egoísta lo van a mirar mal, al inteligente
le van a dar siempre la palabra, etc.
Luego del juego, se hace una bajada y se les pregunta como se sintieron tratados desde la etiqueta y se
trata de ver en la vida si estamos etiquetando a los demás y haciéndole creer a los demás que son de una
determinada forma, hay que tener cuidado porque uno se puede creer que es la etiqueta y eso puede dar
mucha rigidez para el cambio.
Yo te pregunto: Te pasa que te sentís etiquetado por los demás? Estas vos etiquetando a otros? Te das el
permiso de revisar los juicios que tenés sobre los demás? Y sobre vos mismo?