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Objeto de la transacción:
Por aplicación del art. 1461, el objeto de la transacción debe ser comerciable.
- En cuanto a la transacción sobre acciones que nacen de un delito: recordar que
de todo delito nace una acción penal y puede nacer una acción civil para
reclamar la restitución de la cosa o su valor y la indemnización de perjuicios a
favor del perjudicado.
Sobre la acción penal no se puede transigir. (sin embargo, hay que distinguir si
se trata de delitos de acción pública o privada; sobre los primeros no se puede
transigir por el interés público que éstos presentan; en cambio los segundos si
son renunciables, es decir, si pueden ser objeto de transacción). (no se debe
olvidar que conforme al nuevo sistema procesal penal, muchos delitos
contemplan penas alternativas que muchas veces requieren o pasan por una
transacción).
En cambio, la acción civil que puede nacer del delito, si puede ser objeto de
transacción (art. 2449).
- Transacción sobre el estado civil: si bien, tampoco se puede transigir, si es
posible hacerlo respecto de sus consecuencias patrimoniales (art. 2450).
Ejemplo: heredero que recibe herencia de un familiar y éste cede sus derechos
hereditarios.
- Transacción sobre el derecho de alimentos (art. 2451): la transacción sobre
alimentos futuros de las personas a quienes se les deba por ley (ya sean
alimentos forzosos o legales) no vale sin aprobación judicial (art. 334, 335 y
336).
En cuanto a los alimentos voluntarios y los alimentos ya devengados o
atrasados, pueden ser objeto de transacción ya que se han incorporado al
patrimonio del alimentario.
- Transacción sobre derechos ajenos o inexistentes (art. 2452): una transacción
sobre derechos ajenos o inexistentes adolece de falta de objeto, debiendo ser
sancionada con la inexistencia (en nuestra legislación con nulidad absoluta al no
reconocerse la inexistencia como tal).
En todo caso, frente a la transacción sobre derechos ajenos la sanción no debiera
ser la nulidad sino la inoponiblidad, ya que en nuestro derecho rige la regla de la
validez de los actos sobre cosa ajena (simplemente son inoponibles respecto del
verdadero dueño).
(Enrique Barros matiza la afirmación de que no se puede transigir sobre
derechos o cosas que no existen, ya que defiende que si se puede transigir sobre
derechos o cosas que no existen pero que van a existir).
Efectos de la transacción:
Por aplicación del efecto relativo de lo contratos, los efectos se producen sólo entre las
partes contratantes (art. 2461: “La transacción no surte efecto sino entre los
contratantes”).
Este principio puede ser enfocado desde dos puntos de vista:
1. En cuanto a los contratantes. Si son varios los interesados en el negocio que se
transige, el consentimiento de uno con un tercero no aprovecha ni afecta a los
otros, salvo los efectos de la novación en caso de solidaridad. (art. 2461 inc. 2° y
1519. El art. 1519 dispone: “La novación entre el acreedor y uno cualquiera de
los deudores solidarios, libertad a los otros, a menos que éstos accedan a la
obligación nuevamente constituida”).
Si se transige con el poseedor aparente de un derecho, no puede alegarse esta
transacción contra la persona a quien realmente le corresponde ese derecho, es
decir, la transacción le es inoponible a la persona a quien verdaderamente le
corresponde dicho derecho (art. 2456 inc. 3°).
2. En cuanto al objeto. Aquí los efectos se limitan exclusivamente a los derechos
sobre los cuales se ha transigido. Consecuencias de esto son lo dispuesto en los
arts. 2462 y 2464.
La transacción produce el efecto de cosa juzgada (art. 2460). Luego la transacción tiene
rasgos contractuales pero también se vincula en sus efectos a una sentencia judicial.
Aunque los efectos de la transacción se asimilen a los de la sentencia, difiere de la
forma de impugnar una y otra; la primera se impugna mediante la acción de nulidad, lo
que supone un juicio diverso; en tanto la segunda, mediante recursos procesales
deducidos en el mismo proceso.
Es común que se recurra especialmente a la transacción procurando este efecto (celebro
una transacción para poner termino al juicio cuando ya casi no me quedan recursos que
interponer, y luego de celebrada la transacción, alego la nulidad de la misma, dilatando
de esa forma el cumplimiento de la misma). Incluso a veces se recurre a una suerte de
fraude procesal.