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La revolución armada fracasó: la basada en el aspecto económico; es decir, el socialismo del

siglo XX. Por ello, los nuevos socialistas (Socialismo del siglo XXI) decidieron hacer la revolución
desde la cultura.

En virtud de ello, hegemonizaron la causa oprimido vs opresor, reuniendo a la lucha feminista,


al colectivo LGBT, al movimiento indigenista, entre otros grupos marginados socialmente.
Especialmente a los dos primeros grupos sociales les plantearon la idea de que el capitalismo
era la madre de todas sus desgracias; por tanto, para que la mujer se libre del patriarcado
opresor, debería también liberarse antes del capitalismo como sistema económico.

En ese sentido, Engels manifiesta de que, en el paraíso comunista, la mujer ya no sería


oprimida, dado que los servicios de restaurantes y lavanderías públicas serían totalmente
gratuitos, hecho que terminaría aligerando la pesada carga de la mujer en el sistema
capitalista.

No obstante, ello no es más que una falacia en tanto que, a través del capitalismo, se
fabricaron lavadoras de ropa, que contribuyeron a la limpieza del vestido familiar.

A pesar de ello, si considerásemos válido el postulado de Engels, entonces en un Estado donde


se haya abolido el capitalismo debería haber mejorado significativamente la figura femenina.
En el presente caso, estudiaremos a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En la
ya desaparecida nación, hubo una socialización de las mujeres, las cuales eran propiedad de la
República.

Los soviéticos consideraban a la abstinencia sexual y a la maternidad como productos de la


mentalidad burguesa; por tanto, cualquier mujer que se negare a acostarse con ellos también
poseía una “mente desfasada”, que no llegaba a la “altura” de la cosmovisión revolucionaria.
En ese sentido, los comunistas soviéticos reducían el concepto de sexo a un plano meramente
fisiológico (solo destinado a satisfacer una necesidad humana), ignorando el componente del
amor. Ello debido a que basaban sus ideas en un materialismo dialéctico.

Las dictaduras socialistas del siglo pasado superaron con creces en número de víctimas
mortales a la cantidad que generó el régimen hitleriano, el cual sí es censurado a diferencia del
primero.

Una de las misiones de la URSS fue la destrucción de la familia, núcleo de la sociedad, ya que
dentro de esta no podía interferir el Estado comunista, sino que los padres reproducían sus
propias tradiciones y formas de pensar a sus descendientes.

Además, se suponía que, tras la eliminación de la propiedad privada, vendría la liberación


femenina. El mito del buen salvaje terminó siendo evidentemente una falacia. De hecho, en la
URSS, sucedieron diversas violaciones tanto individuales como colectivas por parte de agentes
masculinos hacia las mujeres. El macho soviético también subyugaba a su esposa.

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