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Revolución a la japonesa con el

efecto Shinkansen
Como hemos comentado, el efecto Shinkansen tiene su origen en la revolució n

empresarial que experimentó Japó n a mediados del siglo XX. Gracias a esta

nueva mentalidad, la nación consiguió desarrollar el primer tren bala, siendo

este uno de los mayores avances en materia de transporte a lo largo del siglo

XX.

A lo largo de nuestra vida, pasamos por numerosos cambios

personales. Algunos de ellos suponen pequeñ as mejoras o nos ayudan a

deshacernos de malos há bitos. Otros incluso nos permiten experimentar una

transformació n tan radical que prá cticamente empezamos una nueva vida.
Por tanto, a partir del efecto Shinkansen podemos aprender có mo, para

conseguir pequeñ as mejoras en nuestra vida, podemos limitarnos a hacer

pequeñ os cambios. Sin embargo, si queremos una transformación más radical,

nos veremos obligados a cambiarlo todo, de principio a fin. Algo muy fá cil de

decir, pero no tan fá cil de hacer ya que las resistencias para cambiar lo que ya

nos produce algú n rendimiento, aunque no sea suficiente, pueden ser muchas.

A modo de ejemplo, podemos aplicar el efecto Shinkansen a una pareja, la cual,

tras numerosos problemas y discusiones, se da cuenta de que los dos no son


capaces de entenderse ni compenetrarse. Quizá sea ese el momento de pasar a

una etapa completamente distinta en su relació n, hacer nuevos planes,

modificar algunos proyectos y dejar otros.

Tambié n se puede aplicar a algú n punto de una carrera profesional o tras un

grave problema de salud. En estos momentos puede ser necesario reconsiderar

nuestras rutinas y tratar de aplicar cambios desde cero para empezar a vivir de

un modo radicalmente diferente.

¿Cómo aplicar el efecto


Shinkansen?
La aplicació n de este cambio de mentalidad puede ser difícil, pero no

complejo. Para empezar, el objetivo será localizar el área de nuestra vida que

requiere de un cambio de mentalidad. Tras esto, tenemos que abordar ese

problema y tomar conciencia de qué há bitos necesitan una revolució n para

probar una solució n novedosa.

Por ú ltimo, siempre es conveniente buscar apoyo en otras personas que hayan

pasado por una situación similar, ademá s de amigos y familiares que nos

apoyen en nuestras decisiones. Así es como podremos realizar un cambio


radical en nuestra vida, dejando atrá s algú n problema grave y pasando a una

nueva etapa, como en una especie de renacimiento.

KIGAI – EFECTO
SHINKANSEN-
GANBARIMASU:
Aprendemos de la cultura
Japonesa
¿Qué es el efecto Shinkansen y cómo afecta al mundo empresarial? ¿Qué
es el IKIGAI?
Final del 2020, año complicado, diferente, que ha afectado a muchas empresas que han
tenido que unir fuerzas y recursos para adaptarse a las circunstancias del COVID-19.
Finaliza el año y siempre empezamos el nuevo con la ilusión de crear propósitos,
proyectos innovadores para cambiar y hacer crecer nuestros negocios, en definitiva
transformarnos.
Para ello vamos aprender de la cultura Japonesa, entendiendo a qué se refieren los
siguientes conceptos: Ikigai, Efecto Shinkansen y Ganbarimasu.

¿Qué es el efecto Shinkansen y cómo afecta al mundo empresarial?

Este fenómeno, conocido también como el milagro japonés, tiene su origen entre la
década de los 60 y la de los 80, y es una manera de gestionar las crisis tanto
empresariales como personales. Consiste en desarrollar una transformación plena, como
la que vivió Japón a mitad del siglo XX para reconstruirse tras las Segunda Guerra
Mundial.

Con él se muestra que, si se pretende conseguir una transformación completa, no se


pueden hacer solo pequeños retoques, sino que hace falta un cambio profundo.

El cóctel que forman el efecto Shinkansen e ikigai se resume en la expresión


ganbarimasu. La palabra ganbarimasu está en el origen de la expresión
ganbattekudasai, que significa “hazlo lo mejor posible”, pero cuya traducción más
literal sería “sé cabezota y firme hasta conseguir lo que te propones” Es decir, para
conseguir un objetivo hay que esforzarse al máximo.

¿Qué es ikigai?

Ikigai es un término japonés que se utiliza para identificar lo que motiva a empezar un
día. Para los japoneses, este concepto es muy amplio y se aplica en su cultura desde
hace muchos siglos. Se puede resumir como el propósito de esa energía que impulsa a
que una persona se levente por la mañana.

La palabra japonesa ikigai no tiene una traducción precisa al español, pero su


significado viene a decir algo así como aquello por lo que merece la pena vivir.
Según los nipones, todas las personas albergan uno varios deseos o motivaciones
profundas, aunque todavía no lo sepan.

El origen de esta terminología está en una pequeña isla nipona, Okinawa, donde residen
los habitantes más longevos del planeta, ya que llegan a tener más de 100 años. Su
secreto es vivir con pasión e intensidad, estableciendo firmes objetivos diarios. Siguen
a rajatabla el dicho “si se desempeña una labor que realmente apasiona, no será
trabajar, sino disfrutar.” - de Confucio.

Ikigai: clave para el desarrollo personal y el profesional

Esta es una fórmula perfecta para que se pueda desarrollar el talento. Solo si se tiene
claro a dónde se quiere ir, se podrá escoger cómo utilizarlo y desarrollarlo.

Cualquier propósito que tenga una persona, tendrá un impacto directo en varios aspectos
de su felicidad. En muchas ocasiones, la frustración tiene su origen en no actuar en base
a una serie de principios y valores. Con el propósito, una persona puede enfocarse en
lo que quiere hacer tanto en su vida profesional como en su vida personal.

Un estudio del Harvard Business Review consigue demostrar que cuando los
trabajadores están conectados con su propósito y con el de la organización, su
motivación aumenta de manera exponencial.

¿Cuál es el coste de no hacerlo?

 Se pueden desaprovechar los talentos. Si no se actúa en base a un propósito, no


se utilizará de manera eficiente el talento.
 Se trabajará de manera individual y no en equipo. Una organización que no
tiene un objetivo visible y claro para los trabajadores hará que estos trabajen de
manera egoísta y particular, porque no se reconocerán como parte de un todo
más importante.
 La desmotivación aumentará considerablemente. Si no se tiene un objetivo,
las personas no reconocerán el impacto real de su trabajo y eso les desalentará.
Cuando se trabaja sabiendo por qué se hace, mejora el compromiso para
conseguir los objetivos de la empresa.
¿Cómo implementar una estrategia de gestión y desarrollo del talento?

 Identificar las pasiones. Cuando una persona sabe lo que le gusta, puede
reconocer su propósito. Con una meta clara es más fácil hacerlo de manera
alineada con las pasiones.
 Confirmar los valores. Los valores representan las raíces de una persona. Si
esta los tiene presentes, le ayudarán a caminar hacia su propósito verdadero.
 Los resultados imprimen satisfacción y facilitan que se tome el camino deseado
en una carrera, planteando estrategias para alcanzarlo.
 Aúna las metas individuales con las del equipo. Si las metas de todos están en
armonía con la organización, el impacto personal es mayor. Redefine las metas
particulares y su trascendencia para con el objetivo general.
 Se recompensan los comportamientos en línea con la finalidad. Los
indicadores clave de rendimiento no solo deben premiar los objetivos tácticos,
sino que también han de prestar atención a los propósitos estratégicos que se
resuelven a largo plazo.
 Explicar el éxito en el seno de un equipo y redefinirse como tal con un
objetivo común.

Diagrama de Venn

La representación tradicional del ikigai nipón es con un diagrama de Venn. Esta imagen
se dibuja mediante un sistema de círculos que se cortan unos a otros y se describen los
cuatro componentes básicos del ikigai.

1. Lo que gusta hacer: lo que amas

En el siglo XIX, el trabajo se entendía como una resignación y algo que había que
hacer. No se entraba a cuestionar si la tarea gustaba o no. Pero a lo largo del siglo XX,
esta orientación comenzó a cambiar y los estudiantes pudieron escoger, en base a sus
gustos, diferentes carreras profesionales. En pleno siglo XXI, el mercado laboral se
presenta como algo vocacional y se escoge en qué se quiere formar cada persona.

Al establecer los dos siguientes círculos secantes y que corten al primero, se colocan
estos dos elementos:

2. Aquello en lo que se es bueno

Existen algunas actividades que a unas personas se les pueden dar bien de forma natural
o porque tengan una gran experiencia. Unas personas tienen un talento innato para los
negocios y otras han necesitado emprender en varias ocasiones para conseguir su
objetivo. Al conjunto que se define entre el primer círculo y este, el ikigai lo denomina
pasión.

3. Aquello por lo que una persona está dispuesta a pagar

Un círculo secante a los dos círculos anteriores englobará las aficiones de una persona.
Por ejemplo, en este lugar podrá aparecer la redacción de sinopsis, pues la lectura es un
hobby de muchas personas y por lo que pagan. Por tanto, en el espacio en el que se
cruzan los círculos dos y tres, aparecerán las posibles profesiones.

Los tres conceptos descritos hasta ahora, a pesar de que están relacionados, no tienen
por qué coincidir. Es decir, es posible ser perspicaz en el trabajo con una base de datos,
pero que esto aburra enormemente a un profesional. Por eso, una vez que aparecen estos
tres elementos, aún se puede añadir un cuarto pilar:

4. Lo que el mundo necesita

La actividad que una persona escoja debe tener cierta demanda. En caso contrario,
aunque se tenga una capacidad extraordinaria, eso no aportará valor. El ikigai cierra los
círculos con la misión personal y la vocación.

¿Es posible encontrar el ikigai?

La realidad es que sí es posible, pero la complejidad para encontrarlo reside en que es


necesario alcanzar un equilibrio entre los cuatro pilares mencionados anteriormente, sin
olvidar que cada uno de ellos también tiene su propia complejidad. Una vez que se ha
presentado este argumentario, un profesional tiene diferentes oportunidades con las que
desarrollarse personal y profesionalmente. De esto es de lo que trata el concepto nipón:
que las personas sean felices y tengan un propósito de vida personal y profesional.

La gran mayoría de las personas se encuentran en uno o dos de los puntos clave
descritos para el diagrama anterior. Cuando una persona tiene trabajo, se encuentra en lo
que el mundo necesita. Además, es probable que sea bueno en ello. Pero que le guste y
que disfrute con ello es algo más complejo de conseguir, aunque puede conseguirse.
Las actuales técnicas de gamificación amplían conceptualmente lo que es divertido a
ámbitos que anteriormente no lo eran. Esto añade un nuevo apartado en el ikigai. Otra
de las alternativas es trabajar de algo que gusta y motiva en una profesión remunerada.

Por otro lado, se puede ampliar el ámbito en el que una persona es competente gracias a
la formación en aquello en lo que no tenga demasiada habilidad. Lo que es más
complejo es que el trabajo de una persona se convierta en un hobby por el que pagaría,
aunque tampoco resulta algo imposible.

En definitiva, el ikigai o el hecho de tener un propósito en la vida junto con buenas


conexiones sociales, es la clave para tener una vida sana y feliz con éxito profesional.

Conclusión: reconstruirnos – Efecto Shinkansen, esforzarnos al máximo –


Ganbarimasuy encontrar nuestro propósito de vida – Ikigai.

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