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ACV:

Introducción:
El accidente cerebro-vascular (ACV) es una enfermedad que se produce por afectación de
las arterias que llegan al cerebro; y que ocurre cuando el suministro de sangre a una parte
del encéfalo o Sistema Nervioso Central se interrumpe repentinamente por la presencia de
un coágulo, o por la ruptura de uno o varios de estos vasos sanguíneos produciendo una
hemorragia que se acumula en los espacios cerebrales.

Prevalencia:
A nivel mundial cada año cerca de 17 millones de personas sufren de un ACV, de las cuales
5 millones fallecen y 5 millones quedan permanentemente discapacitados y se proyecta que
para el año 2030 habrá 77 millones de sobrevivientes con esta patología en todo el mundo.
En Chile se han producido 8.437 muertes por ACV en el 2016. Se estima que este problema
de salud representa el 15% del total de muertes y discapacidad combinadas. (minsal 2018.-)

Es el 10 a 12% de la mortalidad en países industrializados.


Es la 3ra causa de muerte y la 1ra causa de invalidez.
El 88% de los casos ocurren en personas mayores de 65 años.
Hay una mayor incidencia en población masculina (1.1 a 2.2%).

Los signos y síntomas

Si tú o alguien con quien estás puede estar sufriendo un accidente cerebrovascular, presta
especial atención al momento en que comenzaron los síntomas. Algunas opciones de
tratamiento son más eficaces cuando se administran poco después de que comienza el
accidente cerebrovascular.

● Dificultad para hablar y entender lo que otros están diciendo. Se puede experimentar
confusión, dificultad para articular las palabras o para entender lo que se dice.
● Parálisis o entumecimiento de la cara, el brazo o la pierna. Puedes desarrollar
entumecimiento súbito, debilidad o parálisis en la cara, el brazo o la pierna. Esto a
menudo afecta solo un lado del cuerpo. Trata de levantar ambos brazos sobre la
cabeza al mismo tiempo. Si un brazo comienza a caer, es posible que estés
sufriendo un accidente cerebrovascular. Además, un lado de su boca puede caerse
cuando trates de sonreír.
● Problemas para ver en uno o ambos ojos. Repentinamente, puedes tener visión
borrosa o que ennegrecida en uno o ambos ojos, o puedes ver doble.
● Dolor de cabeza. Un dolor de cabeza súbito y grave, que puede estar acompañado
de vómitos, mareos o alteración del conocimiento, puede indicar que estás teniendo
un accidente cerebrovascular.
● Problemas para caminar. Puedes tropezar o perder el equilibrio. También puedes
tener mareos repentinos o pérdida de coordinación.

Clasificación Desde el punto de vista patológico, los ACV se clasifican en:


● Isquémico Corresponden al 75%-90% de los ACV y son producidos por la oclusión
de un vaso sanguíneo cerebral, lo que genera un área de necrosis denominado
“Core” y un área de isquemia reversible denominado “área de penumbra”. Esta
oclusión se puede deber a múltiples causas como:
Trombosis: obstrucción de un vaso sanguíneo por un coágulo sanguíneo
local.
- Embolia: obstrucción de un vaso sanguíneo por un coágulo de sangre
(émbolo) procedente de otra región corporal.
- Hipoperfusión sistémica
- Trombosis de un seno venoso cerebral: coágulo de sangre en los senos que
drenan la sangre del cerebro.
● Hemorrágico Corresponden al 10-25% de los ACV y se deben a la rotura de un
vaso, la cual puede ser:
- Intracerebral: sangre se vierte directamente en el tejido encefálico.
- Intracraneal: acumulación de sangre en cualquier zona dentro del cráneo.
Diagnóstico:
Se basa en la valoración clínica y en el diagnóstico de imágenes.

Síntomas:

● Debilidad subjetiva de la extremidad superior.


● Dificultad del habla.
● Parestesia de extremidades.
● Cefalea.
● Mareo o náuseas.
Signos:

■ Debilidad/paresia facial: sonrisa asimétrica


■ Debilidad de la ES: observar si puede elevar ambos brazos por igual -
Debilidad de la EI
■ Disfasia o disartria
■ Marcha hemiparética
■ Movimiento ocular anormal
■ Alteración del campo visual

El estudio de imágenes consta de:


• Tomografía Computarizada (TC): rápido y accesible, se realiza sin contraste y en primera
instancia para descartar hemorragia cerebral. No es muy sensible para ACV isquémicos
pequeños o con pocas horas de evolución.
• Resonancia Magnética (RM): es el gold standard para infartos cerebrales y permite
establecer la topografía exacta de lesión, sin embargo, toma varios minutos, es de alto
costo y poco accesible, por lo que se suele realizar en segunda instancia.

Además, se pueden realizar pruebas secundarias para determinar la causa del ACV como
ecografía de arterias carótidas, electrocardiograma, monitor de Holter, angiografía de los
vasos sanguíneos encefálicos y exámenes de sangre (Stokes & Stack, 2013
Complicaciones:

Las secuelas que deja el accidente cerebrovascular pueden ser bastante leves y los efectos
sólo temporales, mientras que otros ACV pueden ser más graves y provocar daños
duraderos como:

- Pérdida del movimiento o sensibilidad en una parte del cuerpo de forma permanente.
- debilidad o parálisis, generalmente en un lado del cuerpo (generalmente el lado
izquierdo)
- dificultad para tragar
- problemas con el habla, para leer y escribir
- problemas con la visión, por ejemplo, visión doble o ceguera parcial
- dificultades con la memoria y la concentración
- dificultad para controlar su vejiga y evacuaciones (incontinencia), o estreñimiento
- Disminución de la comunicación o interacción social y de la habilidad para actuar por
sí mismo o cuidar de sí mismo.
- Disminución de la calidad y esperanza de vida.
- Aspiración (llegada de comida, líquido a saliva a los pulmones) y desnutrición.

en pacientes con inmovilidad debido a un ACV se pueden producir:

- escaras (úlceras por presión de cubito)


- trombosis venosa profunda (TVP)
- neumonía
- contracturas (posición alterada de manos, pies, brazos o piernas debido a la rigidez
muscular)
- Fracturas óseas, y espasticidad muscular.

Factores de Riesgo
factores de riesgos no modificables:
● edad avanzada
● sexo masculino
● raza
● geografía , estación del año y clima
● factores genéticos
factores de riesgo modificables :
● hipertensión arterial
● diabetes mellitus
● tabaquismo
● alcohol y otras drogas
● dislipidemia
● patología cardiaca (fibrilación auricular y otras cardiopatías embolígenas)
● ataques isquémicos transitorios e ictus previos
● aterosclerosis carotídea asintomática

TRATAMIENTO:

El tratamiento de emergencia para el accidente cerebrovascular depende de si estás


teniendo un accidente cerebrovascular isquémico o un accidente cerebrovascular
que implique sangrado dentro del cerebro (hemorrágico).

Para tratar un accidente cerebrovascular isquémico, los médicos deben


restablecer rápidamente el flujo sanguíneo al cerebro. Esto se puede hacer con:

- Medicamentos de emergencia por vía intravenosa: La terapia con


medicamentos que pueden disolver un coágulo debe administrarse dentro de
las 4,5 horas a partir del momento en que se iniciaron los síntomas, si se
administra por vía intravenosa. Cuanto antes se administren estos
medicamentos, mejor. El tratamiento rápido no solo mejora las posibilidades
de supervivencia, sino que también puede reducir las complicaciones.

Una inyección intravenosa de activador tisular recombinante del


plasminógeno (tPA, por sus siglas en inglés), también llamado alteplasa
(Activase), es el tratamiento de referencia para el accidente cerebrovascular
isquémico. Por lo general, se aplica una inyección de tPA a través de una
vena del brazo durante las primeras tres horas. Algunas veces, el tPA se
puede administrar hasta 4,5 horas después de que los síntomas del derrame
cerebral comienzan.

Este medicamento restablece el flujo de la sangre al disolver el coágulo


sanguíneo que causa el accidente cerebrovascular. Al eliminar rápidamente
la causa del accidente cerebrovascular, puede ayudar a que las personas se
recuperen más completamente de un accidente de este tipo.

- Procedimientos endovasculares de emergencia: Los médicos a veces


tratan los accidentes cerebrovasculares isquémicos directamente dentro del
vaso sanguíneo bloqueado. Se ha demostrado que el tratamiento
endovascular mejora significativamente los resultados y reduce la
discapacidad a largo plazo después del accidente cerebrovascular isquémico.
Estos procedimientos deben realizarse lo antes posible:

● Medicamentos administrados directamente en el cerebro. Los médicos


insertan un tubo largo y delgado (catéter) a través de una arteria de la ingle y
lo llevan hasta el cerebro para administrar el tPA directamente donde se está
produciendo el accidente cerebrovascular. El margen de tiempo para este
tratamiento es algo más largo que para el tPA inyectado, pero sigue siendo
limitado.

● Extracción del coágulo con un recuperador de estent. Los médicos pueden


usar un dispositivo conectado a un catéter para extraer directamente el
coágulo del vaso sanguíneo bloqueado en el cerebro. Este procedimiento es
particularmente beneficioso para las personas con coágulos grandes que no
se pueden disolver completamente con tPA. Este procedimiento a menudo se
realiza en combinación con el tPA inyectado.

El margen de tiempo en el que se pueden considerar estos procedimientos se ha ido


ampliando debido a la nueva tecnología de imagenología. Los médicos pueden
pedir exámenes imagenológicos de perfusión (realizados con tomografía
computarizada o resonancia magnética) para que ayuden a determinar qué tan
probable es que alguien pueda beneficiarse de la terapia endovascular.

Para disminuir el riesgo de sufrir otro accidente cerebrovascular o un ataque


isquémico transitorio, el médico puede recomendar un procedimiento para abrir una
arteria que se haya estrechado debido a una placa. Las opciones varían según tu
situación, pero incluyen:

● Endarterectomía carotídea. Esta cirugía quita la placa que bloquea una


arteria carótida y puede reducir tu riesgo de apoplejía isquémica. Una
endarterectomía carotídea también implica riesgos, especialmente para
las personas con cardiopatía u otras afecciones médicas.
● Angioplastia y estents. En una angioplastia, un cirujano introduce un
catéter en las arterias carótidas a través de una arteria en la ingle.
Luego, se infla un globo para expandir la arteria estrechada. A
continuación puede insertarse un estent para mantener la arteria abierta.

El tratamiento de emergencia del accidente cerebrovascular hemorrágico se


centra en controlar el sangrado y reducir la presión en el cerebro causada por el
exceso de líquido. Algunas opciones de tratamiento son:

● Medidas de emergencia. Si tomas medicamentos anticoagulantes para


prevenir coágulos sanguíneos, se te pueden administrar medicamentos
o transfusiones de productos sanguíneos para contrarrestar los efectos
de los anticoagulantes. También se pueden administrar medicamentos
para reducir la presión en el cerebro (presión intracraneal), disminuir la
presión arterial, prevenir espasmos de los vasos sanguíneos y prevenir
convulsiones.
● Cirugía. Si el área del sangrado es grande, el médico puede realizar
una cirugía para extraer la sangre y aliviar la presión en el cerebro. La
cirugía también se puede utilizar para reparar problemas vasculares
asociados con accidentes cerebrovasculares hemorrágicos. El médico
puede recomendar uno de estos procedimientos después de un
accidente cerebrovascular o si un aneurisma, una malformación
arteriovenosa (AVM, por sus siglas en inglés) u otro tipo de problema
vascular causaron el accidente cerebrovascular hemorrágico:
● Recorte quirúrgico. Un cirujano coloca una pequeña pinza en la base
del aneurisma para detener el flujo sanguíneo hacia él. Esta pinza puede
evitar que el aneurisma estalle o puede evitar que un aneurisma que
haya sufrido recientemente una hemorragia vuelva a sangrar.
● Coiling (embolización endovascular). Por medio de un catéter
insertado en una arteria de la ingle y guiado hasta el cerebro, el cirujano
colocará diminutos espirales desmontables en el aneurisma para
rellenarlo. Esto bloquea el flujo sanguíneo hacia el aneurisma y hace
que la sangre se coagule.
● Extirpación quirúrgica de la malformación arteriovenosa. Los
cirujanos pueden extirpar una malformación arteriovenosa (AVM, por sus
siglas en inglés) más pequeña si está ubicada en un área accesible del
cerebro. Esto elimina el riesgo de ruptura y reduce el riesgo de
accidente cerebrovascular hemorrágico. Sin embargo, no siempre es
posible extirpar una malformación arteriovenosa si está localizada en lo
profundo del cerebro, si es grande o si su extirpación causaría un
impacto excesivo en la función cerebral.
● Radiocirugía estereotáctica Al aplicar múltiples haces de radiación
altamente enfocada, la radiocirugía estereotáctica es un tratamiento
avanzado mínimamente invasivo usado para reparar malformaciones de
los vasos sanguíneos.

Tratamiento farmacológico:

La mejor manera de tratar un accidente cerebrovascular es mediante


anticoagulantes como aspirinas o TPA, también se emplea la alteplasa, estatina,
antihipertensivos e inhibidores de la ECA.

Actualmente hay un tratamiento reciente que consiste en un medicamento


inyectable que normalmente se usa para la artritis llamado etanercept. aunque no
está aprobado por la FDA para pacientes con accidente cerebro vascular pero de
igual forma se utiliza

- KINÉSICO:

El proceso de rehabilitación está indicado ante ACV estables o establecidos y se ha de


iniciar de forma precoz. Se considera ACV estable si la clínica permanece sin cambios más
de 24 horas para los de territorio carotídeo y más de 72 horas para los vertebrobasilares. El
ACV establecido o permanente se considera a las 3 semanas. No está indicado iniciar la
rehabilitación (entendida en su enfoque de tratamiento de los déficit) en los ACV
progresivos o en evolución (progresión de síntomas en presencia del médico o en las 3
horas previas a la última valoración neurológica), pero esto no exige que la primera
valoración que realice el médico rehabilitador se deba retrasar al momento de la
estabilización, ya que conocer los cambios evolutivos a mejor o a peor en los primeros días
tiene un interés pronóstico, como ya se ha mencionado, y además se pueden iniciar
tempranamente medidas encaminadas a minimizar las complicaciones. En pacientes sin
capacidad de aprendizaje sólo estará indicada una rehabilitación pasiva de cuidados
“paliativos”. Desde un punto de vista temporal, podemos estructurar la rehabilitación en 3
periodos. Los objetivos que se enumeran en cada fase corresponden a un paciente ideal
con evolución temprana favorable. En función de la situación del paciente habrá que
adaptarse y es posible que algunos de los siguientes aspectos carezcan de indicación, así
como en los pacientes con mala evolución no será factible avanzar en todas las fases de
tratamiento:

Periodo agudo:

Comprende el curso inicial desde la instauración del ACV y su signo más determinante es la
hipotonía. Suele ser el tiempo que el paciente permanece encamado. Sus objetivos son los
siguientes:
» Evitar trastornos cutáneos y respiratorios mediante colchón anti escaras, cambios
posturales frecuentes y ejercicios respiratorios.
» Prevenir actitudes viciosas (hipertonía postural, hombro doloroso, equinismo) con
posturas protectoras u ortesis.
» Movilizaciones pasivas lentas de amplitud máxima seguidas de esquemas funcionales
normales en ambos hemicuerpos
» Aprendizaje de automovilización y transferencias.
» Iniciar equilibrio de tronco y sedestación.
» Estimulación sensorial del hemicuerpo afecto.
» Terapia ocupacional para adquirir autonomía elemental en cama

Periodo subagudo:

Se identifica con la aparición de espasticidad e hiperreflexia, y normalmente va


acompañado de recuperación motora en los casos favorables, por lo que marcará el inicio
de la fase de trabajo activo por parte del paciente para la recuperación de fuerza y
coordinación. Es la fase de rehabilitación propiamente dicha y más importante, al tratarse
del momento en que el paciente puede intervenir de forma activa con propósito de
recuperación del déficit y/o funcional. La duración habitual es de unos 3 meses, pero cada
caso es diferente y vendrá definida por la exploración física y la observación de cambios,
más que por un criterio temporal estricto.
» Corrección de deformidades ortopédicas ya instauradas con indicación de ortesis.
» Técnicas de regulación de la espasticidad
» Cinesiterapia: continuar con las movilizaciones pasivas, progresando a movimientos
activos-asistidos de lado parético y potenciación muscular
» Reeducación propioceptiva y de la coordinación
» Reeducación del equilibrio en bipedestación
» La electroestimulación según unos autores puede estar indicada, por ejemplo para
prevenir el hombro congelado asociado al ACV, pero otros la desaconsejan. Al no haberse
demostrado su utilidad en el ACV, no entra dentro de las recomendaciones habituales y sólo
se contempla en casos específicos, a criterio del rehabilitador. Sí puede ser útil la
electroterapia con fines analgésicos.
» Estimulación sensorial del hemicuerpo afectado.
» Ejercicios para la parálisis facial.
» Terapia Ocupacional orientada a las AVD personales básicas y AVD instrumentales.

Periodo de estado:

Es el tratamiento una vez se ha alcanzado la estabilidad del cuadro. La recuperación a


partir de este momento será relativa, de manera que el esfuerzo terapéutico ya no irá
encaminado a la recuperación del déficit perdido sino a la adaptación a la situación
funcional que resta y del entorno del paciente.
» Continuar la terapéutica previa, progresando en la potenciación muscular
» Técnicas de recuperación de la marcha (según la evolución, se puede iniciar en la fase
anterior)
» Reevaluación de ortesis funcionales.
» Valoración del uso de ayudas técnicas Debemos tener en mente siempre la consecución
de unos objetivos muy claros en la rehabilitación, que hacen que las terapias indicadas en
cada fase a veces trascienden su momento teórico de aplicación y se solapen entre los tres
períodos.
No hay que olvidar que la rehabilitación es siempre individualizada y que ningún paciente
evoluciona igual que otro ni desde el punto de vista funcional global ni tampoco en sus
déficits aislados. Así, siguiendo un criterio más práctico que el esquema temporal, para
establecer el plan terapéutico de nuestro paciente podemos plantearnos cuatro objetivos en
el tratamiento del ACV estabilizado:
» Prevención y tratamiento de las complicaciones
» Mantener o recuperar las funciones orgánicas
» Recuperar las capacidades funcionales perdidas
» Adaptación a las funciones residuales

conclusión

Bibliografía:
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/stroke/symptoms-causes/syc-2035011
3
https://kinesiologia.uc.cl/wp-content/uploads/2020/08/wiki-02.NR_.pdf

https://galiciaclinica.info/pdf/5/81.pdf

Shelat, A. M. (2020, 23 junio). Accidente cerebrovascular. Medlineplus.

https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000726.htm

Tomografía computarizada cerebral (TAC).

Se ha convertido en una prueba de fácil acceso, aunque sólo proporciona información útil
para el manejo del enfermo en algo menos de una tercera parte de los casos (28%). Debe
considerarse especialmente en los siguientes casos: 1) posibilidad de infarto o hemorragia
cerebelosa; 2) exclusión de sangrado en situaciones relevantes (pacientes con indicación o
en tratamiento con anticoagulantes, candidatos a endarterectomía); y 3) dudas sobre la
certeza diagnóstica. Respecto a las cuatro entidades agrupadas en el síndrome ictal, la TAC
nos aporta la siguiente información:
Isquemia cerebral (embolia o trombosis). En este caso puede ser normal hasta las
primeras 24 horas, por lo que el diagnóstico clínico cobra la máxima importancia. Se aprecia
en fase aguda una hipodensidad superponible al territorio vascular afecto, que puede
ejercer efecto de masa por el edema perilesional u ocasionalmente sufrir transformación
hemorrágica. Con el tiempo se produce transformación quística de la zona con efecto de
tracción sobre los ventrículos. La TAC puede mostrar pequeñas lesiones hipodensas,
características de los infartos lacunares. Su valor en los AIT todavía no está definido,
debiendo realizarse una evaluación individual de cada caso.
Hematoma cerebral. Detecta el 100% en la fase aguda, en la que aparece como lesión
hiperdensa, homogénea, intraparenquimatosa, con eventual extensión al sistema
ventricular, efecto masa o edema asociado. La lesión se vuelve isodensa en 3 a 4 semanas
y posteriormente hipodensa, asemejándose a una lesión isquémica residual. Si se sospecha
patología tumoral subyacente, debe realizarse un estudio con contraste.
Hemorragia subaracnoidea. El 80% de las veces detecta la sangre en las cisternas o
surcos cerebrales durante la primera semana. En ocasiones puede localizar el punto
sangrante (aneurisma, malformación arteriovenosa) tras la administración de contraste.
Otros. Permite descartar tumores, abscesos y hematomas subdurales. Por otra parte
esclarece algunas de las complicaciones neurológicas de la evolución de los ictus: edema
cerebral y herniación transtentorial, nuevo impacto isquémico, transformación hemorrágica
de ictus isquémico, resangrado, hidrocefalia e infarto por vasoespasmo en la HSA.
Resonancia Magnética Nuclear (RMN). Es el estudio de elección para ver lesiones de fosa
posterior y de pequeños vasos

https://www.smiba.org.ar/revista/vol_02/02_05.htm

https://www.minsal.cl/ataque_cerebral/

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