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“Se trata de un intento meritorio de cuantificar las limitaciones de nuestra existencia en la Tierra y
proporcionar una buena base para la discusión y el futuro. La definición de los límites para nuestro
crecimiento y existencia en este planeta no solo es un gran desafío intelectual; también es una
fuente potencial de información necesaria para los políticos”, dijo entonces Nature en su editorial.
Ahora, cinco años y medio después de haber dado a conocer esos nueve desafíos, un par de
nuevas investigaciones advierten sobre la realidad que la ciencia había vaticinado desde hace
tiempo: cuatro de esos límites planetarios, entre los que se encuentran el uso de agua dulce, la
acidificación de los océanos y la modificación de organismos, ya fueron superados. Se trata del
cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el cambio en el uso de la tierra, y los altos niveles de
nitrógeno generados por el excesivo uso de fertilizantes.
Esa fue la conclusión a la que llegaron dos estudios publicados en la revista Science y coordinados
por Will Steffen, director del Instituto del Cambio Climático de la Universidad Nacional de Australia
(ANU) e investigador del Centro de Resiliencia de Estocolmo.
De acuerdo con Steffen, el auge económico que vive la humanidad desde 1950 ha acelerado la
transgresión de esos límites. “La población urbana se ha multiplicado por siete, el uso de energía
se ha quintuplicado y la cantidad de fertilizantes es ocho veces mayor. La pérdida de biodiversidad
es cien veces más rápida de lo experimentado hasta mediados del siglo XX. Nos estamos acerando
a unos puntos críticos que será mejor no atravesar”, dice.
Entre las amenazas más graves que hoy enfrenta el mundo están la expansión de zonas urbanas, la
sobreposición, las altas emisiones de CO 2 (hasta el momento hemos lanzado 1.900 gigatoneladas,
cando el máximo posible es 2.900) y la excesiva deforestación de zonas tropicales como los
bosques del Amazonas. En esta región, el área de selva destruida en los últimos cuarenta años fue
equivalente a dos veces la superficie de Alemania: 763.000 km 2.
Estar al límite no implica estar al borde del precipicio, pero sí es una gran advertencia, a la que
debería sumarse otro factor que ratificaron el pasado viernes la Nasa y la Administración para el
Océano y la Atmósfera de Estados Unidos: 2014 fue el año más caluroso de toda la historia.
Para losa autores del artículo, esto indica que en un futuro no muy lejano el mundo va a ser menos
hospitalario para las sociedades. “Estos cambios están llevando a la Tierra a un estado más hostil
para los humanos”.
Tomado y adaptado de: Medio Ambiente (2015, 18 de enero). La Tierra sobrepasa sus límites planetarios.
Recuperado de http//www.elespectador.com/medio-ambiente/tierra-sobrepasa-sus-límites.
1. ¿Con cuál de las siguientes palabras puede reemplazarse el término “vaticinado”, que aparece
en el tercer párrafo del texto anterior, sin alterar el sentido de la oración?
A) Analizado.
B) Adivinado.
C) Profetizado.
D) Pronosticado.
2. El enunciado “cuatro de esos límites planetarios, entre los que se encuentran el uso de agua
dulce, la acidificación de los océanos y la modificación de organismos, ya fueron superado”
significa que
A) los límites ya no representan ningún peligro para la humanidad.
B) la humanidad progresa mediante la ciencia y la tecnología.
C) ahora el reto es superar los demás.
D) los límites fueron excedidos.
Cuando me informaron sobre mi participación aquí, pregunté sobre el tema que pretendían que
abordase. Me dijeron que debía de ser algo apropiado para la juventud – algo didáctico,
instructivo, o algo en los órdenes del bueno consejo-. Muy bien. Tengo algunas cosas en mente
que desde hace tiempo quiero decir para instrucción de los jóvenes, pues a tan tierna edad es
cuando cosas por el estilo arraigan mejor y son más duraderas y valiosas. Primero, entonces, les
diré a ustedes, mis jóvenes amigos – y lo diré en tono urgente y suplicante-: obedezcan siempre a
sus padres. Esta es la mejor política a la larga, porque si uno no lo hace ellos lo obligan. Los padres
en su mayoría creen tener mejor criterio que uno, y uno por lo general se la pasa mejor honrando
semejante superstición que actuando según su mejor criterio.
Ahora, sobre el asunto de mentir. Debes ser muy cuidadoso en esta materia; de otra manera es
casi seguro que serán atrapado. Una vez atrapado, no puedes volver a ser, a los ojos de los buenos
y de los puros, lo que eras antes. Muchos jóvenes se han lastimado a sí mismos de forma
permanente a causa de alguna mentira torpe y mal ejecutada, siendo el descuido consecuencia de
un entrenamiento incompleto. Algunas autoridades afirman que los jóvenes no deberían de
mentir para nada.
Esta opinión, desde luego, es algo exagerada; con todo, aunque no me es dado llegar a tal
extremo, mantengo, y creo tener en ello la razón, que los jóvenes han de moderarse en el uso de
este gran arte hasta que la práctica y la experiencia les hayan dado la confianza, la elegancia y la
precisión sin las cuales no se consiguen resultados pulcros y ventajosos. Paciencia, diligencia
atención al más mínimo detalle – he ahí los requerimientos; sobre estos, y solamente sobre estos,
se ha de cimentar toda futura eminencia-.
Piénsense en los años de estudio tedioso pensamiento, práctica y experiencia que hubo de
requerir el entrenamiento de aquel incomparable maestro de la Antigüedad que fue capaz de
imponer al mundo entero la pulida y sonora máxima de que la “verdad es poderosa y prevalece” –
la más majestuosa impostura de los hechos comprobables que hasta el día de hoy un nacido de
mujer haya logrado acreditar-. Pues la historia de nuestra raza, para no hablar de las experiencias
individuales, está densamente tejida con la evidencia de que una verdad no es difícil de extirpar en
tanto que una mentira bien contada es inmortal.
Tomado de: Twain, M. (1882). Consejos para la juventud. Recuperado de http://salaciencia.blogspot.com
9. ¿Cuál de las siguientes opciones expresa mejor los consejos del autor?
A) Obedece siempre a tus padres y nunca mientas, a menos que sea inevitable.
B) Obedece a tus padres solo si su criterio es mejor que el tuyo, y miente con elegancia.
C) Obedece algunas veces a tus padres, y miente hasta que tengas confianza y precisión.
D) Obedece siempre a tus padres y cuando se trate de mentir, hazlo con prudencia y
precaución.
11. El autor emplea el término “superstición” al final del primer párrafo con la intención de sugerir
que
A) La creencia de que hay que obedecer siempre a los padres es injustificada.
B) La idea de que los padres tienen mejor criterio que los hijos es injustificada.
C) Los jóvenes deben honrar solamente las creencias injustificadas de los padres.
D) Los jóvenes, a diferencia de los padres, tienen creencias injustificadas.
12. El discurso del autor es
A) Intransigente.
B) Dogmático.
C) Irónico.
D) Serio.
Un insensato, viendo a un hombre santo caminar en la noche alumbrando con gran dificultad el
camino para no matar a las hormigas que lo atravesaban, le dijo: “¡Oh virtuoso varón, yo puedo
solucionar tu problema: apaga tu vela, ¡marcha en la oscuridad y ya no tendrás remordimientos!”.
Alejandro Jodorowsky
Tomado de: http://www.taringa.net/posts/info/17210069/Microcuentos---Alejandro-
Jodorowsky.html
13. La expresión que se opondría a la idea del hombre insensato es
TEXTO 1
El panorama es peor de lo que imagina la opinión pública. Los jóvenes se han convertido en la
población donde más está creciendo la enfermedad debido, en la mayoría de los casos, a prácticas
sexuales inseguras. Sin embargo, el incremento del contagio de mujeres heterosexuales por sus
parejas estables también es considerable, lo mismo que en los hombres que tienen sexo con
hombres, en especial en Bogotá. La lucha contra el sida ya no puede minimizarse en Colombia. En
diez años, según los estimativos, los infectados podrían llegar a más de 800.000 personas.
Ante semejante panorama, resulta indispensable superar los obstáculos culturales y religiosos que
entorpecen la masificación del uso del condón. Las taras machistas implican que la sola exigencia
del preservativo por parte de la mujer se refleje en problemas de pareja. A esto se suma la
campaña de las jerarquías de la Iglesia Católica y otros grupos laicos, que exageran o inventan las
estadísticas sobre la seguridad que ofrece el condón. Cruzadas no exentas de fanatismo, en las
cuales invierten enormes cantidades de dinero para cuestionar su utilización y promover la
abstinencia sexual. Una fórmula irreal, falaz e irresponsable por sus consecuencias. Ejemplo
notorio son los anuncios de prensa francamente fraudulentos publicados por grupos laicos,
liderados por el rector de la Universidad La Gran Colombia, J. G., que cuestionan la seguridad que
ofrece el condón.
TEXTO 2
La vida de Iván Ilich era una historia que no podía ser más vulgar y corriente, y más horrible.
Iván Ilich, muerto a los cuarenta y cinco años como miembro de la Cámara Judicial, era hijo de un
funcionario que había hecho en Petersburgo, en distintos ministerios y departamentos, la carrera
que lleva a los hombres a una situación en que, a pesar de mostrar su completa incapacidad para
ejercer unas funciones realmente útiles, atendiendo su puesto en el escalafón y sus dignidades, no
pueden ser despedidos, y por eso ocupan cargos imaginarios y ficticios, por lo que gozan de unos
sueldos no ficticios entre los seis mil y los ocho mil rublos, con los que viven hasta la vejez más
avanzada.
Así era Iliá Efimovich Golovín, consejero secreto y miembro innecesario de diversas e innecesarias
instituciones.
Había tenido tres hijos varones. Iván Ilich era el segundo. El primogénito había hecho la misma
carrera que el padre, aunque en otro ministerio, y se acercaba a la edad, dentro del escalafón, en
que da comienzo esta inercia de los sueldos. El hijo tercero era un fracasado. Siempre, en diversos
puestos, había quedado muy mal, y ahora prestaba servicios en los ferrocarriles; lo mismo el padre
que los hermanos, y particularmente las esposas de estos, se resistían a verse con él; es más, salvo
una necesidad extrema, ni siquiera se acordaban de su existencia. […] Iván Ilich era, según decían,
le pohenix de la famille [El fénix de la familia]. No era tan frío y cumplidor como el mayor ni tan
alocado como el menor. Ocupaba un término medio; era un hombre inteligente, vivo, agradable y
decoroso. Había estudiado con el hermano menor, en la Escuela de Jurisprudencia. El menor no
llegó a acabar los estudios, siendo expulsado en el quinto curso; Iván Ilich, en cambio, acabó con
aprovechamiento. En la escuela era ya lo que había de ser toda su vida: una persona capaz, alegre,
bondadosa y comunicativa, pero que cumplía rígidamente lo que consideraba su deber; y un deber
era para él cuanto se consideraba como tal por los hombre más encumbrados. No fue adulador ni
de chico ni luego, de adulto, pero desde sus años mozos se sintió atraído, como la mosca hacia la
luz, por las personas encumbradas en la sociedad; hacía suyas sus maneras y conceptos de la vida
y entablaba con ellos relaciones amistosas. Todas las pasiones de la infancia y la juventud pasaron
por él sin dejar grandes huellas; se entregó también a los placeres sensuales, a la vanidad y, - ya al
final, en los últimos cursos – al liberalismo, pero todo dentro de ciertos límites que le señalaba
fielmente su sentimiento de la medida.
Tomado de Tolstoi, L. (1969). La muerte de Iván Ilich (trad. José Laín Entralgo). Madrid: Salvat.
17. A partir de la información suministrada en el texto, puede afirmarse que Iván Ilich era
A. ingeniero de ferrocarriles.
B. consejero secreto del zar.
C. miembro del partido liberal.
D. un abogado del Gobierno.
RESPONDA LA PREGUNTAS 53 A 55 A PARTIR DEL TEXTO:
En esto, parece ser o que el frío de la mañana que ya venía, o que Sancho hubiese cenado algunas
cosas laxantes o que fuese cosa natural – que es lo que más se debe creer-, a él le vino la voluntad
y deseo de hacer lo que otro no pudiera hacer por él; más era tanto el miedo que había entrado en
su corazón, que no osaba apartarse un negro de uña de su amo. Pues pensar de no hacer lo que
tenía gana tampoco era posible; y, así, lo que hizo, por bien de paz, fue soltar la mano derecha,
que tenía asida al arzón trasero, con lo cual bonitamente y sin rumor alguno se soltó la lazada
corrediza con que los calzones se sostenían sin ayuda de otra alguna, y, en quitándosela, dieron
luego abajo y se lo quedaron como grilletes; tras esto, alzó la camisa lo mejor que pudo y echó al
aire entrambas posaderas, que no eran muy pequeñas. Hecho esto, qué él pensó que era lo más
que tenía que hacer para salir de aquel terrible aprieto y angustia, le sobrevino otra mayor, que
fue que le pareció que no podía evacuar sin hacer estrépito y pero, con todas estas diligencias, fue
tan desdichado que al cabo vino a hacer un poco de ruido, bien diferente de aquel que a él le
ponía tanto miedo. Oyólo don Quijote y dijo:
Tomó otra vez a probar ventura, y sucedióle tan bien, que sin más ruido ni alboroto que el pasado
se halló libre de carga que tanta pesadumbre le había dado. Mas con do Quijote tenía el sentido
del olfato tan vivo como los oídos y Sancho estaba tan junto y cosido con él, que casi por línea
recta subían los vapores hacia arriba, no se pudo excusar de que algunos no llegasen a sus narices;
y apenas hubieron llegado, cuando él fue al socorro, apretándolas entre los dos dedos, y con tono
algo gangoso dijo:
Tomado de: Cervantes, M. (2014). Don Quijote de la Mancha. Capítulo XX. Punto de lectura.
D. Seducir al lector por medio de imágenes agradables que recrean situaciones ordinarias.
2. ¿Por cuál de los siguientes términos se podría remplazar la palabra ´laxantes´ al inicio del primer
párrafo?
A. Somníferas C. Vigorizantes.
B. Nutritivas D. Purgantes.
3. Con la expresión “hacer lo que otro no pudiera hacer por él”, al inicio del primer párrafo, el autor
quiere decir que Sancho quería
A. Perder el miedo. C. Caminar
B. Hacer sus necesidades D. Dormir.
RESPONDA LAS PREGUNTAS 56 Y 57 CON BASE EN EL SIGUIENTE TEXTO:
Su cuerpo apareció en la sala. La policía lo encontró acurrucado sobre una alfombra sucia. Una
vecina dio la alarma, alertada por el olor fétido que salía del apartamento. La vivienda pertenecía a
un tal George Bell que vivía solo, así que era fácil suponer que el cuerpo era suyo. Sus vecinos le
habían visto por última vez seis días antes, el domingo. El auto que movía de lado a lado de la calle
para evitar las multas de tráfico se había quedado desde el jueves en el lado equivocado con una
sanción en el parabrisas. Su vecina le llamó por teléfono sin obtener respuesta…
Cincuenta mil personas mueren al año en Nueva York. La mayor parte de quienes mueren tiene
amigos y parientes que se enteran de inmediato. Unos pocos mueren solos, sin testigos. Nadie
reclama sus cuerpos, nadie guarda luto. Apenas un nombre en la lista. En la de 2014, George Bell,
de 72 años, fue uno de ellos. George Bell, nombre simple, dos sílabas. Sin respuesta sobre quién
era, cuál fue su vida, qué le preocupó, a quién amó o quién le amó. Como la mayor parte de los
neoyorkinos, su vida transcurrió al margen. Cuando los bomberos forzaron la puerta, la policía
irrumpió en una vivienda llena de cosas. No cabía duda de que se trataba de uno de esos ancianos,
aquejados de síndrome de Diógenes, que lo acumulan todo. En la oficina del condado trabajan tres
investigadores que peinan las viviendas de los fallecidos y buscan pruebas de qué pudieron poseer
en vida o de quiénes pudieron ser sus familiares. Es un trabajo peculiar ese de ver lo que alguien
guardó. El 24 de julio, dos investigadores, Juan Plaza y Ronald Rodríguez, ingresaron al
apartamento de Bell. Habían visto cosas peores. Como una vivienda tan llena de cosas que su
inquilina murió de pie porque era imposible caerse. O un lugar del que tuvieron que salir
espantando pulgas…
Rebuscaron entre la anarquía del apartamento, de 74 metros cuadrados. El aire, denso y
hediondo. Por única cama, el sofá. Parecía que alguien había saqueado dormitorio y baño. La
cocina estaba llena de basura, inservible. El grifo no funcionaba. Hacía mucho que la estufa no se
usaba para cocinar. Hurgar entre las posesiones de los muertos, percibiendo su miseria, ha
cambiado a estos hombres. Rodríguez, de 57 años, divorciado, siente la urgencia: “Trato de vivir la
vida como si fuera el último día… nunca sabes cuándo te vas a morir”. La soledad de tantas
muertes ha hecho mella en Plaza, tiene miedo de ser él quien acabe tirado en el suelo. “Este
trabajo enseña mucho… Aprendes que debes compartirte. La gente se muere sin tener con quién
hablar. Se muere y los parientes salen de quién sabe dónde. 'Era mi tío. Era mi primo. Dame lo que
tenía'. Dame, dame. Pero en vida nunca le hicieron una visita. Me cambió la vida desde que
trabajo en esta oficina”…
Kleinfield, N.R. (2015, diciembre). Morir solo en Nueva York. The New York Times.Recuperado y
adaptado el 23 de junio de 2016 dehttp://www.nytimes.com/2015/10/18/universal/es/george-
bell-morir-solo-en-nueva-york.html?_r=0