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BACTERIAS SOLIDARIAS.

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GARA, Iritzia, 18 de septiembre de 1999.
BACTERIAS SOLIDARIAS
Cómo la ciencia parece demostrar la superioridad
de la cooperación sobre la competencia.
Alfontso Martínez Lizarduikoa * Doctor en Ingeniería y filósofo

Uno de los descubrimientos más relevantes de la biología actual es el de la importancia


que, para la evolución de la vida en la Tierra, ha tenido y sigue aun teniendo el vasto mundo
microbiano, dentro del cual las bacterias brillan con personalidad propia. Las últimas
investigaciones nos confirman que, a pesar de su invisibilidad para el ojo humano, el mundo
microbiano conforma la mayor parte de la biomasa del planeta, biomasa en la que la vida
multicelular animal no es más que un leve matiz. Otra de las sorpresas que se han llevado los
científicos es comprobar que las bacterias han colonizado los nichos más extremos del
planeta, desde los helados desiertos antárticos, pasando por los lagos sulfurosos de
Yellowstone y llegando hasta las profundidades abisales de las dorsales oceánicas donde el
mundo bacteriano procrea, y es fuente de vida más compleja, en las proximidades de las
fugas termales que provienen del magma líquido que yace bajo la corteza terrestre.
Sin embargo, al comenzar a analizar el ADN del mundo bacteriano es cuando los
biólogos han encontrado un verdadero milagro evolutivo. Al parecer, todo el mundo de lo vivo,
tanto el microscópico como el macroscópico, evolucionó hace unos 3.800 millones de años a
partir de unas bacterias especializadas en metabolizar a altas temperaturas (termófilas). De
ellas surgirían, posteriormente, lo que los biólogos consideran las tres grandes ramas de la
evolución: las arqueobacterias (bacterias primitivas), las bacterias propiamente dichas, y otra
línea de la que surgirían las células con núcleo. Estas, a su vez, generarían múltiples ramas,
una de las cuales, perdida entre el follaje, representaría a los animales y al hombre como flor
de un día.
Este nuevo árbol evolutivo, que ya ha comenzado a ser enseñado en algunas
escuelas, no es más que el reflejo de la importancia que se le asigna hoy en día al mundo
bacteriano en medios científicos y de la relativa importancia que en términos evolutivos se
adjudica al ser humano. El ser humano no es más que un conjunto de colonias bacterianas
sincronizadas, y la muerte física del hombre no tiene su equivalente en términos bacterianos,
ya que las bacterias pueden vivir después de nuestra muerte en nuevos ecosistemas más
simples. El que el ser humano haya sido capaz de colonizar toda la Tierra e inventar
sofisticadas tecnologías, aunque a nosotros nos parezca determinante en términos evolutivos,
quizás no lo sea tanto. Si nuestra tecnología provocase una catástrofe nuclear o se produjera
una crisis bioclimática generalizada, ambos casos cada vez más plausibles, las
consecuencias serían fatales para la especie humana pero no así para el mundo bacteriano,
el cual seguiría reproduciéndose en sus nichos base preparándose para nuevas aventuras
evolutivas. En ese supuesto, la humanidad sólo habría sido un destello pasajero, un intento
fallido, de las múltiples posibilidades que ofrece la sincronización bacteriana.
Las bacterias son el mejor invento de la evolución. Son los primeros seres vivos
surgidos en nuestro planeta y, desde su nacimiento, han vivido en él ininterrumpidamente
durante miles de millones de años, sin que ningún factor desestabilizador pudiera acabar con
ellos.
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Además, las bacterias han sido origen de inventos fundamentales para la vida.
Inventaron la fotosíntesis y con ello la atmósfera que hoy respiramos tanto animales como
hombres; inventaron un tipo de sexualidad horizontal que les ha hecho poco menos que
inmortales; inventaron la respiración aeróbica y el movimiento y, como culmen, lograron
diseñar una nueva estrategia que les hizo crear un nuevo tipo de ser: la célula con núcleo
(eucariota), un invento revolucionario sin el cual nosotros no podríamos estar contando aquí
esta historia.
El invento de la célula eucariota fue fruto de una estrategia que está sorprendiendo
fuertemente a los científicos. Frente a las tesis del darwinismo social, que basan la
construcción del mundo vivo (y también del social) en la competencia, llegando a justificar el
competitivo mundo capitalista como mero producto de una ley natural frente a la que nada
puede hacerse, he aquí que las insignificantes bacterias nos proclaman que los mayores
logros evolutivos que se han dado en nuestro planeta se lograron con la cooperación. Las
mitocondrias, los cloroplastos o las espiroquetas celulares fueron, al parecer, bacterias que,
tras millones de años de vida independiente, al final, decidieron (es un decir) cooperar. Las
últimas investigaciones de Lynn Margulis llegan al extremo de considerar al cerebro como un
conjunto de bacterias cooperantes especializadas en enviar y recibir estímulos eléctricos.
Según esta visión, el cerebro humano no sería más que una colonia bacteriana especializada
en segregar pensamiento.
Estos nuevos caminos que la investigación científica está abriendo acerca del
micromundo sobre el que está construida la vida resultan francamente estimulantes, al
comprobar que la cooperación parece constituir la base de las mayores aventuras evolutivas
que se han dado en nuestro planeta, al tiempo que nos empujan a pensar que la cooperación
es una cualidad emergente de gran potencialidad y futuro, y no un error evolutivo como nos
quieren hacer creer machaconamente los pensadores del capital.

Alfontso Martínez Lizarduikoa.

-Natural de Donostia, Gipuzkoa, Euskal Herria Sur (4.10.1945)


-Doctor en Ingeniería por la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de Bilbao.
-Profesor titular de Filosofía de la Ciencia. Departamento de Lógica y Filosofía de la Ciencia
de Universidad del país Vasco (U.P.V.). Imparte cursos de doctorado: Aspectos
epistemológicos y ontológicos de la cosmología relativista (teoría del Big Bang).
-Director de la sección de divulgación científica de la editorial GAIAK ARGITALDARIA (San
Bartolomé, 36 Behea, 20007 Donostia, Gipuzkoa, TFNO 943 4713 04), especializada en la
elaboración en euskara de temas de divulgación científica generales o más específicos de
Euskal Herria.
-ENTRE SUS PUBLICACIONES FIGURAN:
Iraultza zientifikoa (Uzei, Donostia, 1983)
Materialismo eta zientzia (U.E.U, Bilbo, 1985)
Espazio eta denboraren eboluzio fisiko-filosofikoa (U.E.U., Bilbo, 1986)
Materiaren erdigunearen bila: quark-etik atomora (Gaiak, Donostia, 1991)
Zientzia, etika eta medikuntza (U.E.U., Donostia, 1994)
Genetika, etika eta ideologia.(Gaiak, Donostia, 1995)
La teoría del big bang y el modelo fractal (Curso de Doctorado, mimeografiado, 1997)
Investigación en curso: "Análisis de las bases (arqueológicas, genéticas, mitológicas y
lingüísticas para una definición científica del Pueblo Vasco"
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www.bbc.com/mundo/ciencia_tecnologia/2010/09/100901_bacterias_resistencia_men
BACTERIAS "SOLIDARIAS" CONTRA LOS ANTIBIÓTICOS
BBC Ciencia.- 1 septiembre 2010
Las bacterias son mucho más solidarias de lo que se cree y por eso se han vuelto tan
resistentes a los antibióticos.
Las bacterias producen un compuesto para ayudar a sus compañeras más débiles.
Ésa es la conclusión de científicos en Estados Unidos que encontraron que estos
microorganismos son capaces de sacrificarse a sí mismos para mejorar las posibilidades de
supervivencia de su propio grupo.
Los investigadores descubrieron que dentro de una colonia de bacterias, las más
resistentes pueden producir un compuesto que pasan a los miembros más débiles del grupo
para que, juntos, puedan luchar contra el ataque del medicamento.
Esto revela, dicen los científicos de la Universidad de Boston y del Instituto Médico
Howard Hughes, que las bacterias tienen una conducta "altamente altruista".
El hallazgo, afirman los investigadores, podría explicar porqué ha sido tan difícil
combatir la creciente resistencia a antibióticos de las bacterias.
Fuerza de grupo
Tal como señalan los investigadores en la revista Nature se creía que la resistencia de
las bacterias a los antibióticos funcionaba a un nivel individual.
Es decir, que el microorganismo adquiría una mutación genética que le daba
protección contra el fármaco permitiéndole sobrevivir y reproducirse.
Se pensaba que eventualmente las bacterias más vulnerables morían y los
descendientes de las bacterias más fuertes -las que habían mutado- podían repoblar a la
colonia.
Sin embargo, los científicos no habían logrado explicar porqué en años recientes se
han incrementado las poblaciones de las llamadas "superbacterias" -como el estafilococo
dorado resistente a la meticilina (EDRM)- que han causado graves problemas en hospitales
en todo el mundo.
Existen altas probabilidades de que surjan nuevas superbacterias más peligrosas, y me
preocupa que se está agotando nuestro arsenal de antibióticos
Dr. James Collins
La explicación, dicen los expertos, podría estar en un compuesto, llamado indol, que
producen las bacterias que tienen más resistencia para ayudar a sus compañeras más
débiles.
"No esperábamos encontrar esto" dice el doctor James Collins, quien dirigió el estudio
en la Universidad de Boston.
"Por lo general, esperaríamos que con el antibiótico sólo puedan sobrevivir las cepas
más resistentes y que las más susceptibles mueran con el ataque del fármaco".
"Pero nos quedamos verdaderamente sorprendidos al descubrir que las cepas más
débiles no sólo pueden también sobrevivir sino son capaces de prosperar en ese ambiente",
expresa el investigador.
Los investigadores estudiaron cómo poblaciones de bacteria E. coli desarrollaban
resistencia al antibiótico norfloxacin.
Durante el estudio incrementaron gradualmente la exposición del medicamento y a la
vez medían la resistencia que habían desarrollado al fármaco.
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Descubrieron que las poblaciones más capaces de soportar las dosis de antibióticos
son aquéllas en las que unas cuantas bacterias, las que mostraban más resistencia, se
sacrifican a sí mismas para producir la molécula indol para ayudar a sus compañeras.
Como un "esteroide"
Según el doctor Collins, el indol actúa como una especie de esteroide que ayuda a
fortalecer a las bacterias más vulnerables.
Pero esta producción tiene un precio para el individuo que elabora la molécula.
Nuevas cepas de bacteria como el EDRM se han convertido en un problema de salud.
"Debido a que estas bacterias están produciendo indol para los demás, no crecen al
mismo ritmo que lo harían normalmente" dice el doctor Collins.
El hallazgo, dicen los autores, quizás provoque un debate entre la comunidad de
biólogos evolutivos.
"Esta conducta altruista -que se ve en todas las especies del reino animal, incluido el
ser humano- presenta una conocida paradoja para los biólogos evolutivos: si la evolución
favorece a los más fuertes, ¿por qué un individuo debe sacrificar su propio bienestar por el
resto del grupo?", plantean los autores.
Aunque el estudio quizás no responda a esta pregunta, sí podrá tener implicaciones en
el campo de la salud pública donde en años recientes la resistencia a antibióticos ha causado
graves problemas de salud.
Como muchos tipos de bacteria pueden producir indol, los investigadores creen que
futuras investigaciones se podrían centrar en el desarrollo de nuevos antibióticos capaces de
bloquear ese mecanismo de producción.
"Existen altas probabilidades de que surjan nuevas superbacterias más peligrosas, y
me preocupa que se está agotando nuestro arsenal de antibióticos" expresa el doctor Collins.
"Tenemos tiempo ahora de responder, pero necesitamos voluntad política para ampliar
la investigación y desarrollo de nuevos antibióticos", agrega el investigador

www.elconfidencial.com/tecnologia/ciencia/2019-10-14/bacterias-sobreviven-colaboran-darwin-fuertes_2281836/
ESTUDIO REVOLUCIONARIO DE BIOTECNOLOGÍA
Las bacterias le quitan la razón a Darwin: sobreviven si colaboran
Según estudio, colaboran, ceden espacio y luchan juntas contra los antibióticos con el fin de
que sobreviva la comunidad
14/10/2019 05:00 - TIEMPO DE LECTURA 3 MIN
No siempre sobrevive el más fuerte, como preconizaba Charles Darwin en sus teorías
de la evolución, sino que sobrevive el más colaborativo dentro del mundo de las bacterias.
Eso, al menos, es lo que defiende una investigación de la Universidad de Copenhagen
(Dinamarca), publicado en la revista científica ISME Journal.
Según este estudio, citado por EurekAlert, las bacterias hacen espacio entre sí
y sacrifican propiedades si con ello se beneficia a la comunidad bacteriana en su
conjunto. El descubrimiento es un paso importante hacia la comprensión de interacciones
complejas de bacterias y el desarrollo de nuevos modelos de tratamiento para una amplia
gama de enfermedades humanas y nuevas tecnologías ecológicas.
La investigación revela que las bacterias prefieren unirse contra amenazas
externas, como los antibióticos, en lugar de luchar entre sí. Durante varios años los
investigadores han estudiado cómo las combinaciones de bacterias se comportan juntas
cuando están en un área confinada. Después de investigar muchos miles de combinaciones
se ha hecho evidente que las bacterias cooperan para sobrevivir y que estos resultados
contradicen lo que Darwin dijo en sus teorías de la evolución.
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Cooperativas y solidarias
"En la mentalidad darwiniana clásica, la competencia es la base. Los más fuertes
sobreviven y compiten contra los menos fuertes. Sin embargo, cuando se trata de
microorganismos como las bacterias, nuestros hallazgos revelan que los más cooperativos
sobreviven", explica el profesor Soren Johannes Sorensen.
"Las bacterias se organizan de manera estructurada, distribuyen el trabajo e
incluso se ayudan"
Los científicos aislaron unas bacterias de una pequeña hoja de maíz y las forzaron a
"luchar" por el espacio. Los científicos pudieron investigar el grado en que las bacterias
compiten o cooperan para sobrevivir. Las cepas bacterianas se seleccionaron en función de
su capacidad de crecer juntas.
Los investigadores midieron la biopelícula bacteriana, una capa protectora viscosa
que protege a las bacterias contra amenazas externas como antibióticos o depredadores.
Cuando las bacterias son saludables, producen más biopelícula y se vuelven más fuertes y
resistentes.
Una y otra vez, los investigadores observaron el mismo resultado: en lugar de competir
entre ellas en la producción de biopelículas, se cedió espacio a las bacterias más débiles,
permitiéndolas crecer mucho mejor. Al mismo tiempo, los investigadores pudieron ver que
las bacterias dividieron las tareas laboriosas, cerrando mecanismos innecesarios y
compartiéndolos con sus vecinas.
Mejor en comunidad
"Nuestro nuevo estudio demuestra que las bacterias se organizan de manera
estructurada, distribuyen el trabajo e incluso se ayudan mutuamente. Esto significa que
podemos descubrir qué bacterias cooperan y, posiblemente, cuáles dependen unas de otras,
al observar cuáles se sitúan juntas", ha declarado Sorensen.
La investigación revela que las bacterias prefieren unirse contra los antibióticos,
en lugar de luchar entre sí
Los investigadores también analizaron qué propiedades tenían las bacterias cuando
estaban solas frente a cuando estaban con otras bacterias. "Las bacterias llevan nuestra
comprensión de la sinergia de grupo y la inspiración a un nivel completamente
diferente. Inducen atributos en sus vecinas que de otro modo permanecerían inactivos. De
esta manera los grupos de bacterias pueden expresar propiedades que no son posibles
cuando están solas. Cuando están juntas, de repente pueden surgir nuevas características",
ha explicado Sorensen.
"La biotecnología se aborda actualmente como una solución para modelar muchos de
los desafíos a los que se enfrentan nuestras sociedades. Sin embargo, la gran mayoría de la
biotecnología actual se basa en organismos únicos. Esto contrasta con lo que sucede en
la naturaleza, donde todos los procesos son gestionados por consorcios cooperativos de
organismos. Debemos aprender de la naturaleza e introducir soluciones para aprovechar el
enorme potencial de la biotecnología en el futuro", ha concluido el profesor danés.
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https://www.muyinteresante.es/salud/articulo/las-bacterias-tambien-son-solidarias
LAS BACTERIAS TAMBIÉN SON SOLIDARIAS
Elena Sanz
Las bacterias son mucho más solidarias de lo que se pensaba, y por eso se han vuelto
tan resistentes a los antibióticos. Es la conclusión a la que ha llegado un equipo de
investigadores de Estados Unidos en un estudio que publica hoy la revista Nature. Según
revelan sus experimentos, cuando una bacteria consigue desarrollar resistencia a los
antibióticos no se conforma con sobrevivir y transmitir esa capacidad a su descendencia,
como se creía hasta ahora, sino que se sacrifica para mejorar las posibilidades de
supervivencia de las más débiles del grupo.
En concreto, James J. Collins, del Instituto Médico Howard Hughes (EE.UU.), y sus
colegas observaron el comportamiento de la bacteria Escherichia Coli en presencia del
antibiótico norfloxacín. Y comprobaron que las poblaciones más capaces de soportar altas
dosis de antibióticos eran aquéllas en las que unas cuantas bacterias resistentes se
dedicaban a producir un esteroide llamado indol, que ofrece a las bacterias indefensas
protección contra el antibiótico. Esto tiene un alto coste para la bacteria altruista, que "no
crece tanto como puede porque está fabricando indol para todas sus compañeras de la
colonia", explica Collins.
El hallazgo pone sobre la mesa una pregunta para los biólogos: "si la evolución
favorece a los más fuertes, ¿por qué un individuo debe sacrificar su propio bienestar por el
resto del grupo?", cuestiona Collins.

www.nacion.com/ciencia/aplicaciones-cientificas/en-nuestro-cuerpo-viven-unos-48-billones-de-bacterias-60-
billones-de-virus-y-varios-miles-de-millones-de-hongos/ZBPGABKRE5AZLJUVGTHZ2GMP4Q/story/
Aplicaciones Científicas
EN NUESTRO CUERPO VIVEN UNOS 48 BILLONES DE BACTERIAS,
60 BILLONES DE VIRUS Y VARIOS MILES DE MILLONES DE HONGOS.
En el mes de la ciencia, el microbiólogo Edgardo Moreno
responde las consultas de los lectores.
Irene Rodriguez <irodriguez@nacion.com> , Costa Rica, 17 Agosto 2017

Dentro del organismo humano conviven trillones de especies microscópicas, en su


mayoría con funciones definidas que ayudan en muchos procesos de nuestro metabolismo o
nos protegen de la acción de otros microorganismos que sí podrían resultar dañinos.
"Se ha calculado que un humano tiene cerca de 37 billones (millones de millones) de
células corpóreas y por cada una de ellas hay cerca de 1,3 bacterias, es decir, unas 48
billones. Esto sin contar el número de virus, que ronda en unos 60 billones (1’6 virus por
bacteria). Además, en el cuerpo habitan varios miles de millones de hongos y millones de
ácaros. Todos felices y contentos", apuntó Edgardo Moreno, microbiólogo especialista en
Inmunología, Microbiología Celular y Enfermedades infecciosas y miembro de la Academia
Nacional de las Ciencias (ANC).
Esta es una de las consultas planteadas por lectores de La Nación y que Moreno
respondió como parte de la iniciativa "Pregúntele al científico".
Al igual que en el 2016, este especial invita a los lectores a plantear sus consultas
sobre temas diversos. Especialistas de la ANC dan respuesta a las interrogantes formuladas y
estas se publican en este medio todos los viernes de agosto, mes de la ciencia.
BACTERIAS SOLIDARIAS.- 7
-¿Qué tipo de funciones realizan dentro de nuestro cuerpo los microorganismos?
El microbioma (microorganismos del cuerpo) protege contra enfermedades,
controlando a los agentes patógenos y estimulando las defensas. Además, desdobla los
alimentos para que sean digeribles y nos suministra micronutrientes como las vitaminas. El
microbioma también es responsable en parte del "tufillo" que despiden las personas y que los
identifica.
-¿Qué tipos de microbios conviven en nuestro organismo? ¿Tienen formas
diferentes de beneficiar o dañar nuestro cuerpo?
Mientras las bacterias, hongos y protozoarios (organismos unicelulares) son especies
autónomas que se multiplican, los virus como los que causan el dengue y la gripe, necesitan
de las células para replicarse. Por eso, los virus siempre son parásitos. Por otro lado, la
malaria y el papalomoyo son protozoarios, parásitos que causan enfermedad. Algunos son
animales, como los gusanos que viven en el intestino. Sin embargo, la mayoría de las
relaciones parasíticas son buenas, incluyendo algunos gusanos y protozoarios, y solo unas
pocas son malas.
- ¿Qué hay más: microorganismos beneficiosos o microorganismos que puedan
resultarnos dañinos y enfermarnos?
Por cada organismo dañino hay millones de millones de beneficiosos. Se ha calculado
que para los seres humanos el total de patógenos ronda en no más de 500 especies. De
estas solo cerca de 50 son realmente peligrosas.
¿Con cuál microorganismo no podría vivir el ser humano?
Hay patógenos más virulentos que otros, pero ninguno es 100% letal, aunque algunos
se aproximan. Por ejemplo la toxina del tétano y botulínica de bacterias son casi siempre
mortales; sin embargo, se han reportado sobrevivientes. El virus de la rabia es letal una vez
que los síntomas se manifiestan, aunque se han salvado algunas personas.
¿Hay algún microorganismo sin el cual la vida humana podría ser imposible?
¿Cuál función cumple?
Sin microbioma no se puede sobrevivir; pero como es muy diverso, no se sabe a
ciencia cierta cuales microorganismos son los esenciales. Muchos de los llamados Firmicutes
que habitan el organismo son necesarios, pero en su conjunto.
Los niños recién nacidos que no tengan Lactobacillus y Elifidobacterium en su tracto
intestinal tendrán grandes problemas para sobrevivir, ya que no podrán digerir la leche.
Staphylococcus epidermis es una bacteria esencial para proteger la piel; sin ella se
tendrían infecciones que podrían ser mortales.
¿Por qué existe la concepción de ver a las bacterias como algo solamente dañino
para nuestra salud?
Es una percepción equivocada que viene del siglo XIX, cuando se descubrieron los
primeros microorganismos causantes de enfermedad. Entonces, se estableció una sinonimia
entre microbio y enfermedad, lo que es un error. La microbiología contemporánea ha logrado
demostrar que el 99,999999999999% de los microorganismos son beneficiosos o indiferentes
para la vida de los humanos.
¿Dónde hay más microbios en la mano o en la boca?
En general, en la boca. Se estima que hay 100 millones de bacterias por cada
milímetro de saliva con un total de 615 especies. Por otro lado, debajo de una uña pude haber
más microorganismos que habitantes en todo el continente americano. El lavado de boca y
manos mata muchos microorganismos.
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Una boca limpia puede tener menos microorganismos que una mano sucia y viceversa.
Ambos son importantes, pues protegen. El aliento de la boca depende de los microrganismos
que la habitan y de la dieta. El ajo mata unos pero favorece otros...
¿Hay algún perfil de persona que sea más susceptible a tener más
microorganismos en su cuerpo (según edad, sexo, tipo de lugar en el que vive o
trabaja, etcétera.)?
Antes de nacer los fetos tienen poblaciones bacterianas y virales definidas y normales,
aunque en menos cantidad y variedad. Aparte de eso, no hay diferencias significativas en el
número de microrganismos, entre sexos, razas y edades. En general, no hay relación
significativa con el trabajo que desempeñan las personas. Incluso, las inmunosuprimidas y
enfermas no tienen más microorganismos que las sanas, aunque sí puede variar el tipo.
¿Lo que comemos o las actividades cotidianas que hacemos afectan la vida de
estos organismos?
Aunque el microbioma es parecido en todos los humanos, hay variaciones según en
dónde y cómo se viva. El microbioma varía con la dieta y edad: un niño recién nacido tiene un
microbioma intestinal algo diferente al de un adulto, y un vegetariano al de un carnívoro. Los
deportistas tienen la tendencia a cierto tipo de microbioma corporal, debido a la sudoración.
Los jabones, las cremas, talcos y demás menjurjes afectan y matan al microbioma
corporal. Por otro lado, las personas que no se bañan tienen un poco más de
microorganismos en la piel, uñas y pelo, aunque no en el intestino.
Del archivo: Obsesión por limpieza en niños más bien atrae enfermedades
- ¿Cómo se ve afectado un microorganismo cuando no tomamos bien un
tratamiento o cuando lo tomamos sin necesitarlo?
Hay varios tipos de fármacos que afectan al microbioma. Los más severos son los
antibióticos. Tomarlos irrestrictamente es un peligro, pues ellos eliminan a muchos
microorganismos beneficiosos, ya que no los distinguen de los patógenos. Los tratamientos
deben tomarse completamente a como se recomienden. De otra manera pueden inducir el
surgimiento de microorganismos resistentes a los antibióticos.
- ¿El cabello contiene microbios capaces de contaminar un campo estéril en una
sala quirúrgica?
Sí, y son una de las causas más frecuentes de contaminación. Por eso se obliga a usar
gorro. Cada cabello puede tener de miles a millones de microorganismos. Los microbios del
cabello representan un grupo particular: unos viven en el folículo y otros en el pelo
propiamente. Dependiendo del largo y de la higiene personal, el cabello puede tener más o
menos microorganismos. Si hay piojos el número de microorganismos es más elevado.
- Soy obsesiva con el lavado de manos, cuando no tengo cerca agua y jabón
paso untándome gel de alcohol, ¿eso genera algún problema? ¿Veo microbios en todo
lado? Para ver microbios por todos lados se necesita una visión microscópica: sin embargo,
ellos están por todos lados. Lo que es normal y beneficioso.
Acerca del científico: ¿quién es Edgard o Moreno?
Edgardo Moreno es especialista en Inmunología, Microbiología Celular y
Enfermedades infecciosas. Su área de investigación se enfoca en la comprensión de la
inmunología y de la patobiología de la brucelosis, una enfermedad infecciosa que afecta al
ganado y que podría transmitirse al ser humano si entra en contacto con un animal o consume
sus derivados. El mal se caracteriza por fiebres altas, fatiga, dolor de cabeza, escalofríos,
dolor abdominal, sudoración, ganglios inflamados, entre otros.
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Moreno ha trabajado en el diagnóstico de la enfermedad y en resolver la evolución,
taxonomía y virulencia del género Brucella, bacteria que transmite la enfermedad.
Es miembro del Sistema de Estudios de Posgrado de las menciones de Microbiología,
Biología, Fisiología y Bioquímica de la Universidad de Costa Rica (UCR) y Asesor del
Doctorado en Ciencias de la UCR. Es Catedrático, Coordinador del laboratorio de Inmunología
del (Programa de Investigaciones de Enfermedades Tropicales) PIET, profesor de varios
cursos de grado y de posgrado e investigador en la UNA y UCR, es miembro de la ANC,
revisor de proyectos de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos y revisor de
varias revistas internacionales.
Esté pendiente de la publicación en Facebook/lanacioncr o envíe un correo a una de
estas direcciones: irodriguez@nacion.com o ivannia.varela@nacion.com.
Irene Rodríguez <irodriguez@nacion.com>
Periodista en la sección El País. Máster en Salud Pública con Énfasis en Gerencia de
la Salud en la Universidad de Costa Rica. Ganó el Premio Nacional de Periodismo Científico
del Conicit 2013-2014, el premio Health Systems Global 2018 y la mención honorífica al
Premio Nacional de Periodismo de Ciencia, Tecnología e Innovación 2017-2018.

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