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Inmunidad especializada en las barreras

epiteliales y en los tejidos con privilegio inmunitario


Sistema inmunitario regional: Conjunto de componentes de células y
moléculas inmunitarias que sirven a
funciones especializadas en una localización anatómica.
Estos abarcan el sistema inmunitario mucoso (el digestivo, broncopulmonar
y genitourinario) y el sistema
inmunitario cutáneo
Organización anatómica básica de los sistemas inmunitarios en las barreras
epiteliales:
• capa epitelial externa: esta puede ser muy grueso o no tanto, depende
de la región anatómica
• capa de tejido conjuntivo subyacente o lámina propia: contiene las
células inmunitarias: el tejido linfático asociado a las mucosas
(MALT), -ganglios linfáticos de drenaje más alejados:empiezan y
amplifican las respuestas adaptativas
*Los linfocitos efectores que se generan en una zona regional MALT en
particular, se alojarán de forma preferente en el mismo órgano
*Los sistemas inmunitarios regionales deben impedir respuestas no
deseadas a microorganismos comensales y sustancias extrañas pero si
reaccionar ante bacterias patógenas.

INMUNIDAD EN EL TUBO DIGESTIVO


contiene 2 propiedades notables:
1.-la mucosa del intestino grueso y delgado tiene un área superficial total
de más de 200 m2
2.- la luz del intestino está lleno de microbios
comensales que viven allí. se calcula que son
unas 1014 lo cual es 10 veces más del
número de células que tiene el cuerpo. Estos
comensales compiten con microbios
patógenos e impiden infecciones peligrosas,
pero pueden ser mortales si atraviesan la
mucosa

Tolerancia oral y vacunas


La tolerancia oral es una tolerancia
inmunitaria adaptativa sistémica a antígenos
que se ingieren o se administran de otro modo
por vía oral; se utiliza el término más general
de tolerancia mucosa para describir la
tolerancia inducida por la administración oral
o nasal del antígeno. Se especula con que el papel fisiológico de la tolerancia
oral es la prevención de posibles respuestas inmunitarias lesivas frente a
proteínas alimentarias y bacterias comensales. Los intentos de tratar las
enfermedades autoinmunes o las alergias mediante la administración oral o
nasal de antígenos propios o alérgenos relevantes han sido, hasta ahora,
insatisfactorios.
La administración por vía oral del antígeno en el marco de una estimulación
concomitante de la inmunidad innata puede llevar a respuestas
inmunitarias adaptativas productoras, como ocurre con el uso de las
vacunas orales víricas para inducir respuestas protectoras de anticuerpos
frente a los virus.
La función del microbioma comensal en la regulación inmunitaria
El microbioma intestinal incluye todas las bacterias comensales que
normalmente residen en los intestinos, así como miles de especies de virus,
hongos y protozoos. El microbioma cambia con la edad, la dieta y la
enfermedad, y estudios realizados indican que estos cambios influyen en la
función inmunitaria en el propio
intestino y de forma generalizada.
Los microorganismos comensales de
los intestinos son necesarios para las
respuestas inmunitarias innatas en el
intestino y las regulan, y también
influyen en la inmunidad innata
sistémica. Estudios realizados en
ratones han demostrado que las
bacterias comensales son necesarias
para la proliferación y reparación de la
barrera epitelial intestinal después de
la lesión; la microflora del intestino
estimula la expresión de mucinas y
péptidos antimicrobianos que impiden
la colonización de las bacterias
grampositivas.
INMUNIDAD EN OTROS TEJIDOS MUCOSOS
Como la mucosa digestiva, las mucosas del sistema respiratorio, el sistema
genitourinario y la conjuntiva deben mantener una barrera contra la
invasión de microbios diversos en el ambiente.

Inmunidad en el sistema respiratorio


La flora microbiana de las vías respiratorias es mucho menos densa y menos
diversa que la del intestino y las vías respiratorias profundas, y los alvéolos
tienen menos microorganismos que las vías superiores. No obstante, han
evolucionado mecanismos análogos en el sistema inmunitario de la mucosa
respiratoria para conseguir un fino equilibrio entre la activación inmunitaria
para proteger contra los microorganismos patógenos y la regulación
inmunitaria para evitar respuestas innecesarias o excesivas que podrían
alterar las funciones fisiológicas.
Inmunidad innata en el sistema respiratorio
El epitelio cilíndrico ciliado seudoestratificado que recubre la mayor parte
de la mucosa respiratoria, incluidas las vías nasales, la nasofaringe y el
árbol bronquial, realizan funciones de barreras física y química similares a
las del epitelio intestinal; el moco en las vías respiratorias atrapa las
sustancias extrañas, como los microbios, y los cilios mueven el moco y los
microbios atrapados hacia arriba para sacarlos de los pulmones.
Las respuestas innatas en los alvéolos ejercen funciones antimicrobianas,
pero están muy bien controladas para evitar la inflamación, las proteínas
surfactante A (SP-A) y D (SP-D), que se secretan en los espacios alveolares,
participan en la neutralización de los virus y en la eliminación de los
microbios de los espacios aéreos, pero también suprimen las respuestas
inflamatorias y alérgicas en el pulmón.
Inmunidad adaptativa en el sistema respiratorio
La inmunidad humoral protectora en las vías respiratorias está dominada
por la IgA secretora; Las localizaciones anatómicas de la activación,
diferenciación y cambio la clase IgA del linfocito B virgen pueden variar. Las
respuestas IgE a los antígenos en la vía respiratoria son frecuentes y
participan en las enfermedades alérgicas del sistema respiratorio, incluidas
la fiebre del heno y el asma. La IgE realiza sus funciones efectoras
inflamatorias cuando se une a los mastocitos, que abundan en las vías
respiratorias.
Las respuestas de los linfocitos T en el pulmón las inician las células
dendríticas que recogen antígenos y los presentan a los linfocitos T vírgenes
en los ganglios linfáticos peribronquiales y mediastínicos, estos tienen
tendencia a dirigir la diferenciación de estos linfocitos T al subgrupo TH2.
Los linfocitos TH2 vuelven a la mucosa bronquial, donde son reactivados
por alergenos presentados por células dendríticas en la lámina propia.

Inmunidad en el sistema genitourinario


La defensa inmunitaria innata contra la invasión microbiana y la infección
en la mucosa genitourinaria se apoya, sobre todo, en el recubrimiento
epitelial, como en otras barreras mucosas. El epitelio escamoso estratificado
recubre la mucosa vaginal y la región terminal de la uretra masculina. El
epitelio vaginal contiene células de Langerhans y varias células dendríticas,
y se han descrito macrófagos por debajo del epitelio de la vagina, el
endocérvix y la uretra. También residen linfocitos B y T en la mucosa genital.
La mayoría de los anticuerpos de las secreciones genitales son IgG,
alrededor de la mitad de las cuales las producen células plasmáticas de la
mucosa de la vía genital; el resto viene de la circulación.

EL SISTEMA INMUNITARIO CUTÁNEO


La piel tiene dos capas principales, la epidermis externa y la dermis
subyacente. Dentro de las dos capas, diversos tipos celulares y sus
productos, que conforman el sistema inmunitario cutáneo, proporcionan
una barrera física y una defensa inmunitaria activa contra los microbios. No
obstante, dada su localización más externa, la piel está colonizada
normalmente por muchos microbios y con frecuencia se rompe en
traumatismos y quemaduras. Por tanto, es una puerta de entrada de una
amplia variedad de microbios y otras sustancias extrañas, y es el lugar de
muchas respuestas inmunitarias.

Respuestas inmunitarias innatas y adaptativas en la piel


La epidermis constituye una barrera física a la invasión microbiana;
consiste en múltiples capas de epitelio escamoso estratificado, compuesta
casi por completo de células epiteliales especializadas llamadas
queratinocitos. Además de formar
una barrera física, los queratinocitos
responden activamente a los
microorganismos patógenos y a las
lesiones, produciendo péptidos
antimicrobianos, que matan a los
microbios, y varias citocinas, que
promueven y regulan las respuestas
inmunitarias. Los péptidos
antimicrobianos que los
queratinocitos producen son las
defensinas, S 100 y las catelicidinas.
Los linfocitos T de la piel expresan
moléculas de alojamiento que dirigen
su salida de los microvasos dérmicos.
Cuando los linfocitos T vírgenes
reconocen a los antígenos presentados por las células dendríticas en los
ganglios linfáticos que drenan la piel, reciben señales de las células
dendríticas que no solo inducen la proliferación y diferenciación en células
efectoras, sino también la expresión de las moléculas de alojamiento
cutáneo CLA, CCR4, CCR8 y CCR10.

Enfermedades relacionadas con las respuestas inmunitarias en la piel


Hay muchas enfermedades inflamatorias diferentes causadas por unas
respuestas inmunitarias cutáneas mal reguladas o mal dirigidas.
o La psoriasis, una enfermedad inflamatoria crónica de la piel
caracterizada por placas rojas descamativas, se debe a una alteración
en la regulación de las respuestas inmunitarias innatas y mediadas
por el linfocito T desencadenadas por varios estímulos ambientales.
o La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la
piel caracterizada por erupciones pruriginosas que es dirigida por
respuestas TH2 frente a antígenos ambientales en sujetos con una
predisposición genética.

TEJIDOS CON PRIVILEGIO INMUNITARIO


Las respuestas inmunitarias y la inflamación asociada en ciertas partes del
cuerpo, conllevan un riesgo alto de disfunción mortal del órgano o de fracaso
reproductivo. Estos tejidos, que han evolucionado para protegerse, en un
grado variable, de las respuestas inmunitarias, se llaman tejidos con
privilegio inmunitario.
o El ojo: La visión puede afectarse fácilmente por una inflamación
dentro del ojo. La desviación inmunitaria asociada a la cámara
anterior es un fenómeno en el que la introducción de antígenos
proteínicos extraños en la región anterior del ojo induce activamente
la tolerancia sistémica a ese antígeno. Este fenómeno reduce
probablemente la posibilidad de que se monten respuestas
inmunitarias adaptativas a antígenos extraños que puedan localizarse
en el ojo. Al contrario que la tolerancia inducida a antígenos extraños
introducidos en la cámara anterior, los antígenos propios en el ojo
están aislados del sistema inmunitario y no se induce la tolerancia
sistémica a estos antígenos. Esta falta de tolerancia se convierte en
un problema solo cuando un traumatismo ocular expone los
antígenos oculares al sistema inmunitario.
o El encéfalo: Las características anatómicas del encéfalo que reducen
la inmunidad adaptativa a los antígenos son la falta de un drenaje
linfático tradicional y la escasez de células dendríticas. La llegada de
células inmunitarias y mediadores inflamatorios al encéfalo se ve
reducida por la barrera hematoencefálica. El encéfalo es rico en
macrófagos residentes, llamados microglía, que se activan en
respuesta a la lesión tisular o a las infecciones del encéfalo. El umbral
para su activación, sin embargo, puede ser más alto que el de los
macrófagos de otros tejidos.
o El testículo: El privilegio inmunitario en el testículo sirve para limitar
una inflamación que puede alterar la fertilidad masculina. Muchos
antígenos propios del testículo del adulto se expresan por primera vez
en la pubertad, mucho después del desarrollo de un sistema
inmunitario competente, que puede incluir linfocitos T y B
precursores específicos frente a antígenos del testículo. Tiene una
barrera hematotisular que limita la llegada de células y moléculas a
las zonas donde tiene lugar la espermatogenia, esta barrera la forman
las células de Sertolli.

Privilegio inmunitario del feto de los mamíferos


El feto de los mamíferos expresa genes heredados del padre que son
alógenos respecto a los de la madre, pero la madre no rechaza normalmente
a los fetos. En esencia, el feto es un aloinjerto natural, pero que está
protegido del rechazo.
Varias observaciones experimentales indican que la localización anatómica
del feto es un factor fundamental para la falta de rechazo. Por ejemplo, los
animales en período de gestación son capaces de reconocer y rechazar
aloinjertos singénicos del feto colocados fuera del útero sin que se vea
afectada la supervivencia fetal. Una simple explicación de la supervivencia
fetal es que las células trofoblásticas no expresan moléculas paternas del
MHC.
Las respuestas inmunitarias al feto pueden estar reguladas por las
concentraciones locales de triptófano y sus metabolitos en la decidua. La
enzima indolamina 2,3-dioxigenasa (IDO) cataboliza el triptófano, y el
fármaco inhibidor de la IDO 1-metil-triptófano induce abortos en ratones
por un mecanismo dependiente del linfocito T.

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