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En la antigua región de Misiones, en territorios que hoy pertenecen a Paraguay, Brasil y

Argentina, se desarrolló un fenómeno sociológico admirable: sin renunciar a los rasgos


fundamentales de su propia cultura, el pueblo guaraní asimiló en poco tiempo lo mejor de la
civilización occidental.

En 1608 los monarcas españoles enviaron a la zona a un grupo selecto de jesuitas para que
evangelizaran a sus habitantes, y les encargaron la gobernación de la provincia. Los jesuitas
basaron su labor en el respeto hacia las personas e instituciones locales y llegaron a crear
poblados modélicos en valores humanos y religiosos.

Los nativos eran sensibles, trabajadores y disciplinados. Supieron conjugar las enseñanzas
de los religiosos y sus propias experiencias. Conservaron su organización interna y nunca
confiaron el gobierno civil a los extranjeros. Aunque no renunciaron a su lengua, pronto
aprendieron español y llegaron a publicar diccionarios bilingües. Tuvieron imprentas
mucho antes que otras grandes ciudades americanas, y publicaron valiosas obras en ambas
lenguas.

Originalmente eran tribus nómadas; huían de los mercaderes de esclavos y, protegidos por
los jesuitas, se instalaron en Misiones. Tras obtener piedra de las canteras y elaborar
ladrillos en pequeñas factorías, construyeron ciudades de sólidas formas arquitectónicas. En
ellas se asentaron más de cien mil aborígenes que pronto empezaron a destacar en la
industria, en la agricultura y en las artes.

Mejoraron la producción ganadera y aprendieron nuevas formas de cultivar la tierra. En el


terreno industrial desarrollaron pequeñas empresas textiles y modernas fundiciones de
metales. Fabricaron cañones para defenderse de los asaltos de otros pueblos y construyeron
barcos que posibilitaban la industria y el comercio.

Pero donde alcanzaron niveles más espectaculares fue en el campo científico y artístico.
Los guaraníes son famosos por sus estudios astronómicos y matemáticos, y sus artesanos,
pacientes y habilidosos, nos han legado magníficas obras de arte. Pintores, escultores y
doradores trabajaban con mucho esmero y grandes dosis de imaginación.

Contaron incluso con fábricas de instrumentos musicales, y los religiosos escribían a


España admirados por su capacidad y buen gusto para interpretar música autóctona y
europea. Cada pueblo tenía su propia biblioteca a la que llegaban los indígenas a aprender y
a disfrutar de la lectura. En San Ignacio Miní funcionó uno de los primeros conservatorios
del continente, donde se llegaron a ejecutar óperas en ocasiones solemnes.

Tenían su propio sistema judicial; sin embargo no hubo excesivos conflictos pues los
guaraníes supieron armonizar sus antiguos principios sobre la propiedad privada con las
enseñanzas del Evangelio. Cada familia tenía asignada una pequeña parcela para cultivos
destinados a su propio consumo y todos contribuían a la agricultura e industria comunales.
Además de La Casa de los Desamparados —que acogía a huérfanos y viudas— los
colegios, hospitales y templos eran cargas comunitarias.
Desgraciadamente, el rey Carlos III expulsó a los jesuitas de España y sus colonias. Los
religiosos se vieron obligados a abandonar Misiones ciento sesenta años después de su
llegada. Pronto llegaron otros misioneros y autoridades civiles que tardaron en sintonizar
con los guaraníes. Los pueblos y sus instituciones empezaron a desintegrarse y los
indígenas huyeron a la selva. Algunos fueron apresados por mercaderes de esclavos y otros
sucumbieron a epidemias y calamidades. La minoría restante vive escondida en los bosques
paraguayos.

Abandonadas también quedan las ruinas de sus ciudades. En medio de la selva permanecen,
bellos y nostálgicos, las torres de las iglesias, los patios de los colegios y los muros de las
casas. Pero cuidadosamente guardados quedan en los museos excelentes pinturas y
esculturas, flautas y pergaminos que demuestran la calidad de las obras de arte de estos
pueblos.

¡Lástima que una decisión política arbitraria frustrara la culminación de una experiencia
que todavía hoy sigue asombrando al mundo!

Preguntas

1. ¿Qué son tribus nómadas?


2. ¿En qué aspectos se destacaron los nativos?
3. ¿En dónde funcionaba uno de los primeros conservatorios del continente?
4. ¿Por qué los jesuitas abandonaron Misiones?
5. ¿Cuál fue la razón del éxito de esta sociedad?
Antes de leer:

1. Pueblos y civilizaciones
Asociar aspectos generales de un pueblo o civilización a imágenes de
manifestaciones concretas de esos aspectos.
Rta: Un ejemplo claro de asociación es cuando los españoles llegaron a América
se apoderaron de toda la cultura y sociedad de los nativos desterrando el gran
potencial intelectual que tenían.

2.  Misiones, un viaje al pasado


Preguntas sobre el proceso de evangelización y las misiones en el sigloXV

Después de leer:

1. La clave del éxito 


Escribir adjetivos relacionados con sustantivos que se refieren a cualidades de un
pueblo.

Cultura-superior
Organización-Sistemática
Cooperacion-mutitudinal

2. ¿Objetivo o subjetivo?
Diferenciar adjetivos que expresan valoración subjetiva y adjetivos que expresan
descripción objetiva.

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