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ENTRE PERSONAS
Una mirada cuántica a nuestras
relaciones humanas
Crecimiento personal
C O L E C C I Ó N
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Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
1. ¿Atrapados en la red? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
El apasionante mundo de las relaciones humanas . . . . . . . . . 17
Una analogía para las relaciones humanas . . . . . . . . . . . . . . . 24
Cada uno ve el mundo a su manera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Redes que nos atrapan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
2. El despertar de Cenicienta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Nuestro lugar en el mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Modos de comprendernos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
¿Causas, motivos o razones? La pregunta incierta de los
filósofos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
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INTRODUCCIÓN
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ENTRE PERSONAS
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Tomeu Barceló
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1. Para una exhaustiva consulta sobre las aportaciones de Lewin puede consul-
tarse el libro LEWIN, K. (1978), La teoría de campo en la ciencia social, Buenos Aires:
Paidós.
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3. MARÍAS, J. (1994), Mapa del mundo personal, Madrid: Alianza Editorial, 25.
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¿ATRAPADOS EN LA RED?
Los padres que tienen varios hijos de una cierta edad y los
maestros de escuela, sobre todo cuando ejercen de vigilantes en el
patio del colegio, se ponen nerviosos porque dicen que los niños
están continuamente peleándose. No son peleas graves sino “cosas
de niños”. Los niños a veces discuten por la posesión de una pelota,
por un pequeño insulto o por cualquier otra cosa trivial. Entonces
acuden sulfurados al maestro para dar cuenta de su conflicto y éste
reclama que le cuenten lo que acaba de suceder. Uno de los niños
empieza su relato acusando al otro de que lo ha insultado mientras
estaba jugando tranquilamente con su pelota, por lo que es inte-
rrumpido inmediatamente por el otro chaval quien argumenta que
él no comenzó sino que el otro niño previamente lo había empujado.
El maestro intenta buscar una explicación racional y lógica al asunto
y pregunta de nuevo para saber quien de los dos ha iniciado el con-
flicto, porque para la mente del maestro es evidente que uno de los
dos tiene que haber empezado con un hecho concreto que ha des-
encadenado la situación. Sin embargo los niños mantienen la acusa-
ción al otro de haber iniciado el conflicto, y cada uno parece estar
absolutamente convencido de que el otro realmente ha comenzado.
El maestro finalmente decide castigarlos por un momento a los dos
estando de pie en el pasillo del colegio, uno en cada parte, y dejarlos
con menos tiempo de recreo. Ambos niños se sienten injustamente
tratados porque para cada uno el conflicto ha sido provocado por
el otro.
¿Miente uno de los dos niños y acusa al otro injustamente?
¿Quién empezó realmente la pelea? Es posible que hubiera un hecho
detonante, sin embargo, a pesar de ello, cada niño tiene su propia
percepción. Un niño jugaba y el otro, sin querer, pasó y lo rozó, y el
que jugaba se sintió agredido y lo insultó a lo que el otro respondió
con otro insulto y la situación interaccional producida desencadenó
el conflicto. Así que ningún niño miente. Para cada uno, según su
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6. BRIGGS, J. y PEAT, F.D. (1994), Espejo y reflejo: Del caos al orden. Guía ilustrada
de la teoría del caos y la ciencia de la totalidad, Barcelona: Gedisa, 26.
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¿ATRAPADOS EN LA RED?
Porque si vagamos de acá para allá, sin otro guía que el griterío y la
barándula discordante que nos llama hacia diferentes direcciones, mal-
gastaremos nuestra corta vida, aunque, por otra parte, nos afanemos en
cultivar día y noche nuestra alma. Decidamos, pues, adónde queremos ir
y por dónde. Pero no sin ayuda de persona experimentada, que conozca
bien el camino por donde queremos ir, pues en este viaje no se dan las
mismas condiciones que en los otros. En éstos siempre hay algún sen-
dero, y los lugareños a quienes preguntamos no permiten extraviarnos.
Aquí, en cambio, el camino más trillado y más conocido es el que más
nos engaña.
Nada, pues, hay que cuidar tanto como no seguir al estilo de las ove-
jas, al rebaño de los que van delante de nosotros, con la mira puesta no
allá a donde se ha de ir, sino a donde se va. Nada, en efecto, nos implica
en mayores males que aceptar el rumor de la gente creyendo que lo mejor
es aquello que sigue la mayoría y de lo cual se nos ofrecen numerosos
ejemplos. Así no se vive racionalmente, sino por acomodación. Conse-
cuencia de esto es esa multitud ingente de personas que se agolpan unas
sobre otras: una gran catástrofe humana, en que la gente misma queda
aplastada, nadie cae sin arrasar en su caída a otro, siendo los primeros
motivo de la pérdida de los que les siguen. Esto mismo lo puedes ver
realizado en toda la vida: nadie se descarría solo, sino que es causa y
autor del error ajeno.
Es dañoso, por consiguiente, pegarse a los que van delante. Y, como
quiera que todos prefieren creer a juzgar, jamás se juzga de la vida,
siempre se cree, y el error, transmitido de mano en mano, nos arrastra y
lleva al precipicio. Perecemos por el ejemplo ajeno; nos curaremos si nos
apartamos de la masa.
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EL DESPERTAR DE CENICIENTA
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Modos de comprendernos
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medio de una larga serie de sucesos evolutivos. Así que, para los
constructivistas, mi decisión de dejar mi trabajo político quizá tuvie-
ra que ver con que alguien hubiera logrado transmitirme, por algún
medio, algunos valores distintos a los que tendría anteriormente
que, mediante un proceso de internalización, habrían hecho posible
un cambio en mis actitudes y mis relaciones interpersonales más
alejadas de los contextos partidistas. En este caso y aun percibiendo
por mi parte que esta decisión fuera absolutamente consciente y
libre, provendría de alguna sugestión provocada en el ámbito de
mis interacciones.
Sin duda esta visión entra en conflicto con una serie de elemen-
tos conceptuales por cuanto ignora la infinita complejidad del mun-
do. Ni todas nuestras decisiones son fruto de una serena reflexión a
través de la cual interiorizamos algunos nuevos valores y actitudes
que faciliten una acción específica, ni todas nuestras relaciones inter-
personales tienen que ver con un proceso de sugestión y aceptación
internalizada de las cualidades y defectos de la persona con la que
nos relacionamos. Este paradigma, en algún sentido, nos mantiene
enmarañados en la red, aunque esta vez, tanto a mí como a Cenicien-
ta, un hada madrina nos permitió salirnos de la resignación y nos
ayudó a alejarnos de la malvada madrastra y las feas hermanastras
habiendo, por fin, calzado nuestro zapato y encontrado nuestro
lugar en el mundo.
Sigmund Freud (1856-1939) nos introdujo en la mirada de la
sinrazón. Para él hay que buscar el fundamento de nuestra conducta
en los instintos inconscientes, en los impulsos, porque lo inconscien-
te ejerce una presión constante sobre nuestra conciencia y nuestra
conducta y, por ende, en nuestras relaciones. El descubrimiento del
ello, del inconsciente, en cuanto condicionante de nuestra conducta,
constituyó un golpe a la filosofía racionalista del momento. En este
espacio de pasiones, pulsiones e impulsos tiene lugar, para Freud,
nuestra experiencia y es una fuente enigmática del sentir, del pensar
y del actuar de las personas que emana permanentemente.
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galaxias. Pero los propios humanos quizá seamos los mayores des-
conocidos para nosotros mismos. Y es que somos muy complicados.
Tenemos rutinas y también tenemos reacciones inesperadas de noso-
tros mismos. Nos queremos y luego nos odiamos. Sentimos atracción
y más tarde indiferencia. Ponemos en marcha nuestro pensamiento
más sofisticado y luego adoptamos una decisión trascendente porque
intuimos un no sé qué que nos lanza a realizar un cambio repentino.
Y con toda esta complejidad seguimos buscando el sentido de nues-
tra existencia porque necesitamos comprendernos.
Desde el siglo XVI el pensamiento científico occidental ha que-
rido discurrir por los caminos de la abstracción matemática, la bús-
queda de causas eficientes y el dominio tecnológico de naturaleza.
Sin duda la física ha cumplido a la perfección estos objetivos y ha
acabado por constituirse en un paradigma para otros saberes que lo
deben seguir para poder ser tratados de científicos. La filosofía posi-
tivista, el empirismo lógico del Círculo de Viena y otras corrientes
filosóficas contribuyeron a delimitar los saberes sociales que, si que-
rían ser considerados científicos, debían abogar por explicaciones
causales. Así, la sociología, la psicología, la psicología social y otras
disciplinas; si querían ser consideradas científicas, no tenían otra
vía que seguir el ejemplo de la física o de su trasvase a la biología:
metrizar y medir, aducir a causas eficientes en las explicaciones y
suministrar tecnología social. La “mente” cedió su lugar a la conduc-
ta como objeto de análisis.
Por ello, cuando acudimos al psicólogo, a veces nos proponen
testes de personalidad o de inteligencia, o nos catalogan con algún
trastorno a partir de los síntomas que manifestamos. O incluso nos
dejamos llevar por mecanismos menos científicos e intentamos jus-
tificar nuestras acciones y nuestras relaciones en base al signo del
zodíaco a qué pertenecemos o al número del eneagrama que explica
nuestra manera de ser y de estar en el mundo. Es muy curioso todo
lo que hacemos las personas para comprendernos un poco más a
nosotros mismos.
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El existencialismo es un humanismo
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La amenaza determinista
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experiencia juvenil. Sin embargo, aun así no fue hasta una colonia
del verano siguiente cuando nos enamoramos y decidimos intentar
una relación formalizada de pareja. Con mi esposa mantenemos una
relación muy intensa, a pesar de que en algunos períodos también
hemos tenido nuestros conflictos. Percibo, sin embargo, que es una
relación consistente y profunda. Sigo todavía enamorado de mi
esposa y nuestra convivencia me genera muchas gratificaciones.
Ciertamente nuestra relación se conformó como producto de
muchas casualidades: el curso de formación, haber decidido justa-
mente llamarla a ella en vez de otra en aquel momento, su presencia
en casa para coger el teléfono, haber podido compaginar sus vaca-
ciones para poder asistir a la colonia... en fin, muchísimos factores
azarosos que confluyeron en una relación que dura más de veinti-
cinco años.
Muchas amistades que tengo han surgido también mediante
algún acontecimiento casual. Por casualidad he conocido y me he
relacionado con muchas personas con las que en algunos casos
hemos protagonizado procesos relacionales y en otros nunca más
hemos sabido nada uno del otro. Y los derroteros por donde han
caminado nuestras relaciones se han condicionado, en multitud
de ocasiones, por eventos casuales o inesperados. Al menos en el
ámbito de la interacción social y de las relaciones humanas, existe
un componente azaroso.
Pero parece que este elemento azaroso también opera en la natu-
raleza. Einstein (1879-1955) presentó en 1916 una nueva deducción
de la ley de radiación de Planck. Einstein consideraba que las transi-
ciones de los electrones entre estados estacionarios obedecían a una
ley estadística que se había desarrollado para las desintegraciones
radiactivas. De ahí obtenía la ley de Planck siempre que estas transi-
ciones fueran acompañadas de una interacción con la radiación que
consistía en la absorción o emisión de cuantos. Einstein comprobó
que, en el equilibrio, las tasas de absorción y emisión eran iguales
pero que se producía una pequeña tasa de emisión espontánea que
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El papel de la conciencia
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A tientas
Mario Benedetti
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EL HADA FLUYE
EN LAS PROFUNDIDADES
Parece que no existe un agente más eficaz que otra persona para dar
vida a un mundo propio, o para marchitar la realidad en la que uno
habita mediante una mirada, un gesto o un comentario.
(E. Goffman)
Busquen el dios que está dentro de ustedes. Allí está él, allí están
ustedes también: entren en contacto. Sientan cómo fluye la energía
del centro de su ser y se irradia hacia afuera: he ahí la fuerza que
llevan en su interior. Dejen que esa fuerza se vierta al exterior y se
una con la energía de los demás, y hagamos lo que está dentro de
nosotros, solos o reunidos. Todos somos uno.
(W. Schutz)
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Entrar en contacto
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Ser genuinos
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Las cosas que vemos son las mismas que están en nosotros. No
hay más realidad que la que tenemos en nosotros. Por eso la mayoría
de los hombres viven de manera tan irreal, porque consideran las
imágenes externas como si fueran realidad y, en cambio, no dejan que se
manifieste su propio mundo interior. Se puede ser feliz así, pero cuando
se conoce la otra posibilidad no cabe ya la elección de seguir el sendero
de la mayoría.
Hermann Hesse
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INICIATIVAS, RESONANCIAS
Y SIMETRÍAS
Hace no mucho tiempo una persona con la que tenía una buena
relación, con altibajos pero que percibía de manera gratificante para
nuestro mutuo crecimiento, tuvo una actitud desconcertante para
mí que viví como de distancia y de exclusión. Las interacciones de
esa relación nos producían afectación mutua en nuestros campos
experienciales personales y experimenté esa actitud con dolor y pre-
ocupación. Escuché profundamente las sensaciones de mi cuerpo y
realmente me noté herido, enfadado y triste. Sin embargo, supongo
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Relaciones intensas
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Sucesos extraños
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en el mismo momento. Puede que todo sea casual, pero serían dema-
siadas casualidades y coincidencias azarosas. Tengo la profunda
convicción de que todo esto tiene algún sentido.
Este tipo de sucesos extraños, por lo que parece, suceden a
mucha gente. Pero me resulta difícil hablar de ello porque tengo un
cierto temor a que puedan tratarme de loco. Sin embargo cada vez
me doy cuenta de más fenómenos de esta clase. Recuerdo incluso
que cuando era estudiante y estaba a punto de dormirme unos días
antes de un examen, intuía y veía realmente las preguntas. A la
mañana siguiente lo comentaba con algunos compañeros que pare-
cían creerme. Siempre ocurrió, cuando tuve esta experiencia, que
las preguntas del examen coincidían con las que habían surgido en
mi conciencia. ¿Es posible que alguna información, que se supone
sólo tenia el profesor, me indicara estas preguntas? Naturalmente
no tuve esta experiencia con todos los exámenes de mi vida de estu-
diante. Ni por tener esa experiencia dejé de estudiar otros temas que
no eran objeto de las famosas preguntas, por si acaso. No me fiaba
mucho en aquella época de estos acontecimientos extraños. Ahora,
sin embargo, a medida que me suceden más fenómenos similares,
confío más en mi propia intuición y capacidad de anticipación. Com-
prendo que para mucha gente estos fenómenos son exclusivamente
fruto del azar, también algunos físicos –como Einstein– no llegaron
a dar crédito absoluto a los descubrimientos cuánticos; pero para mí,
estos fenómenos tienen algún significado.
La física moderna estableció la no localidad de la mecánica cuán-
tica. Por localidad de una teoría la filosofía de la ciencia entiende que
en la evolución de los sucesos acontecidos en un punto sólo inter-
vienen magnitudes en dicho punto y no elementos “a distancia”, y
así la teoría es causal. En la teoría de la relatividad de Einstein, por
ejemplo, la localidad viene establecida por el límite de la velocidad
de la luz. Pero en física cuántica no, la mecánica cuántica obliga a
una filosofía del conocimiento que renuncie al determinismo, a la
objetividad, incluso al principio de realidad. Naturalmente Einstein
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François Mauriac
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Un juego de roles
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del que, casi siempre, hay fotos para mostrar. A veces acaba la noche
en un bar de copas o en algún sitio donde pueden bailar.
Los domingos, Marta y Alberto suelen acudir a alguna comida
familiar, a veces en su propia casa pero generalmente en casa de sus
padres, suegros o unos tíos que tienen un chalé en un pueblo cercano
a la ciudad. Por la tarde noche regresan a su casa, bastante agotados,
se mecen en el sofá, preparan algo ligero para cenar, miran la televi-
sión y sostienen alguna conversación muy monosilábica sobre lo que
les depara mañana o lo que ha sucedido en el día.
Marta y Alberto, en el fondo, como muchos de nosotros, partici-
pan en un juego de roles socialmente convenido. Parece razonable
porque las personas no habitamos un mundo solitario. Estamos
inmersas en un contexto social en el que no nos queda más remedio
que relacionarnos con otros seres humanos. Vivimos colectivamente,
no podemos dejar de interaccionar con otras personas que también
forman parte de nuestro mundo. La mayoría de interacciones que
establecemos en nuestra vida diaria son de carácter social, conoce-
mos otras gentes, saludamos, mantenemos conversaciones triviales
y nos comportamos de acuerdo a patrones socialmente convenidos.
Este tipo de interacciones nos permite sobrevivir. En realidad lo que
hacemos en estas interacciones es representar nuestro rol, jugamos
un juego de representaciones en el que nuestra expresión implica
más lo que hacemos que lo que somos y en el que siempre hay una
separación entre quien representa y aquello que es representado.
Más que personas somos, en estas situaciones, personajes en el teatro
de nuestra coexistencia. No es que la separación entre los actores y lo
que representamos sea necesariamente una oposición entre lo real y
lo fingido, sino que es un modo basado en el acuerdo implícito entre
las partes, una convención social.
En esta clase de interacciones casi nunca ocurre nada significati-
vo. Me imagino a dos personas en interacción recurrente de este tipo,
dos compañeros de trabajo, dos vecinas, dos paisanos cuyas vidas
transcurren como en líneas paralelas y en el pasar de la vida van salu-
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2. HAWKING, S. (2006), Historia del tiempo. Del big bang a los agujeros negros,
Barcelona: Crítica, 141.
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El profeta
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que habitan la isla y se comunica con ellos imitando sus gritos. Hayy
vive en un estado natural, como un animal más, ajeno a toda huella
cultural humana. Parte de cero, sin influencia familiar, sin religión,
carente de principios éticos y es ajeno por completo a toda organi-
zación social o política. Hayy, de manera progresiva, iba tomando
conciencia de su propia debilidad, cuando se contemplaba veía su
desnudez, su falta de armas, su lentitud por la carrera y su poca
fuerza con respecto a los animales que le disputaban su alimento, se
apropiaban de su comida en contra de su voluntad y le vencían en
la lucha sin que pudiera repelerlos ni escapar de ellos.
Hayy, en los primeros años, se vestía con hojas y plumas y utili-
zaba ramas de árboles como armas contra los animales. Aprendió a
cazar y pescar, descubrió el fuego y aprendió poco a poco a sobrevi-
vir. Le causó tristeza y desolación la muerte de la gacela que lo había
criado, sin embargo algún instinto interno le ayudó a sobrevivir y
reponerse. Cuando tenía veintiún años Hayy ya había progresado
mucho en el dominio de la técnica, se vestía con pieles procedentes
de la caza, tejía, se construyó una choza y era capaz de dominar ani-
males salvajes. Lo que más le interesaba ahora era conocer el mundo
de los minerales, plantas y animales y se esforzaba en buscar si exis-
tía alguna unidad esencial en la diversidad de especies. Más adelan-
te centró su interés en la estructura hilemórfica de los cuerpos, en el
estudio del alma y en la contemplación e investigación del cosmos.
A los treinta y cinco años Hayy tiene una experiencia mística.
Llega a conocer la existencia de Dios, capta la esencia del alma
humana y empieza a vislumbrar un mundo nuevo. En el grado más
elevado de contemplación Hayy ve el reflejo de Dios en el universo
y la esfera celeste más cercana a él, finalmente, al llegar al éxtasis,
ve cómo Dios se emana en distintas esferas celestes y desciende a
una multitud de seres humanos, algunos puros y salvados, otros
impuros y condenados. Todo este camino ha sido recorrido de for-
ma intuitiva y ha significado un continuo progreso en la toma de
conciencia de lo que existe, en percatarse de la unidad intrínseca que
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Sistemas complejos
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EL REFLEJO DE LO IMPLÍCITO
Un orden implícito
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donde se mezclan los surcos, así que cada círculo llega a contener al
otro como en un holograma. También los rayos laser generan estas
interferencias y se van conteniendo unos a otros. En un holograma,
si su diapositiva se rompe en pedazos, cada trozo separado contiene
la imagen del original. También cada célula de nuestro cuerpo con-
tiene información genética sobre la totalidad del cuerpo codificada
en las moléculas de ADN. Esta propiedad es la que hace posible la
clonación a partir de una sola célula.
Esta imagen se corresponde con una de las más modernas inter-
pretaciones del modelo del universo físico formulada por el físico
David Bohm (1917-1992) quien concibe los fenómenos como mani-
festaciones de un holomovimiento que relaciona todo lo existente
en un proceso de pliegue y despliegue en el que subyace un orden
implicado. Bohm sostiene la teoría de que todos los fenómenos
están interrelacionados en una red espacio-temporal. Así, una gota
de tinta que se desplaza en un frasco de aceite describe una trayec-
toria lineal azarosa que, independientemente de su apariencia, tiene
el mismo volumen y las mismas propiedades de la gota inicial. Al
principio está plegada, en la trayectoria está desplegada. Para Bohm
en cada punto de materia existe un orden implicado que es una
gran totalidad indivisa que genera un movimiento constante que
lo relaciona todo. Nosotros conocemos el orden explicado que se
manifiesta como campos y partículas separadas con sus leyes pro-
pias, pero la realidad más profunda, el potencial cuántico es lo que
permite la interconexión y forma el sistema en el que se desenvuelve
toda la realidad. Bohm argumenta que esta complejidad implicada
significa que el orden del todo está implícito en el movimiento de
cada parte. Existe, para Bohm, una estructura subyacente que abar-
caría las distintas fases de los fenómenos y relacionaría todos los
acontecimientos entre sí. La flecha del tiempo, entendida más que
como duración como proceso de cambio inherente a todo tipo de
eventos, es la que permite conjugar esta visión con la teoría del caos
y la mecánica cuántica.
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ENTRE PERSONAS
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EL REFLEJO DE LO IMPLÍCITO
1. PARSONS, T. (2006), Lo que es. El secreto abierto a una vida despierta. Madrid:
Gaia, 63.
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ENTRE PERSONAS
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siempre resulta fácil darse cuenta de ello, porque las personas, gene-
ralmente, nos centramos en nuestra dimensión verbal y, por consi-
guiente, la gesticulación tiende a escapar de nuestra atención. Pero
basta con observar una conversación entre terceras personas a cierta
distancia, o interrumpir el sonido del televisor durante la emisión
de un debate, para ver aparecer de forma manifiesta la multitud de
movimientos que esbozan, a menudo tan sólo de forma incipiente y
vaga, contenidos del discurso. La forma del objeto evocado, su movi-
miento, su relación con otra cosa, sus atributos, su localización en el
espacio... se manifiestan unos tras otros en los gestos. En tiempos
fuertes de la expresión verbal, estos gestos pueden invadir incluso
toda la actividad corporal, constituyendo la mímica. Aunque, gene-
ralmente, sólo la mano y el rostro “hablan” y, la mayor parte del
tiempo, de manera apenas alusiva. Una parte de estos gestos son
sincrónicos, imitativos de los gestos del otro interlocutor.
Es verdad que, a veces, las personas producen sincronicidad
corporal cuando están solas –frente al televisor o viendo una pelí-
cula, por ejemplo–, pero esto puede explicarse por analogía con el
lenguaje. Cuando estamos solos, a menudo pensamos con palabras
y estas palabras a veces las pronunciamos. De manera semejante,
representamos algunas reacciones de manera no verbal y éstas tam-
bién pueden expresarse incluso cuando estamos solos. O pudiera
ser que participemos en una experiencia de “personificación” de la
pantalla en cuyo caso ésta se convertiría en un “receptor”.
Sea como sea, aunque el estímulo que genera sincronicidad cor-
poral puede suscitar reacciones intrapersonales, parece que no son
éstas las que conducen a una manifestación visible. La empatía cor-
poral es una función de la situación interpersonal y comunicativa, no
un producto secundario de una experiencia privada.
Quizás se trate de procesos paralelos: el mismo estímulo puede
inducir las reacciones internas y las manifestaciones externas pero
ambas funcionan de manera independiente, como ocurre en el caso
del lenguaje verbal. El lenguaje no es el simple producto de la emo-
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Un cerebro empático
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Jacobo L. Moreno
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DE INTERFERENCIAS
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Las interferencias
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significativo que la meta que sigue siendo utópica pero que nos sirve
como referencia en el horizonte de recrear un mundo fundamentado
en la convivencia, en el respeto a las diferencias y en la comprensión
profunda de los motivos de los otros.
Quizá usted y yo podamos participar también de este nuevo
tipo de relaciones interpersonales y sentirnos más en crecimiento
y desarrollo. Podemos aprender a ser más felices en este marco de
interacciones más intensas y profundas, podemos percatarnos de
la necesidad de escuchar más activamente a las demás personas,
podemos saborear la sutil y delicada sensación de hacernos más
vulnerables y transparentes y podemos confiar en el despliegue
de lo implícito que nos indica nuevos pasos para nuestro propio
despliegue constructivo. Y podemos, sin duda, estar presentes en el
mundo como agentes de esta revolución silenciosa en aras a seguir
facilitando condiciones para compartir un espacio más habitable,
más humano y más centrado en las personas.
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ENTRE PERSONAS
Todo se transforma
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UN BREVE EPÍLOGO DE INTERFERENCIAS
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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ENTRE PERSONAS
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DIRECTORA: OLGA CASTANYER
1. Relatos para el crecimiento personal. CARLOS ALEMANY (ED.). (6ª ed.)
2. La asertividad: expresión de una sana autoestima. OLGA CASTANYER. (28ª ed.)
3. Comprendiendo cómo somos. Dimensiones de la personalidad. A. GIMENO-BAYÓN. (5ª ed.)
4. Aprendiendo a vivir. Manual contra el aburrimiento y la prisa. ESPERANZA BORÚS. (5ª ed.)
5. ¿Qué es el narcisismo? JOSÉ LUIS TRECHERA. (2ª ed.)
6. Manual práctico de P.N.L. Programación neurolingüística. RAMIRO J. ÁLVAREZ. (5ª ed.)
7. El cuerpo vivenciado y analizado. CARLOS ALEMANY Y VÍCTOR GARCÍA (EDS.)
8. Manual de Terapia Infantil Gestáltica. LORETTA ZAIRA CORNEJO PAROLINI. (5ª ed.)
9. Viajes hacia uno mismo. Diario de un psicoterapeuta en la postmodernidad. FERNANDO
JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN. (2ª ed.)
10. Cuerpo y Psicoanálisis. Por un psicoanálisis más activo. JEAN SARKISSOFF. (2ª ed.)
11. Dinámica de grupos. Cincuenta años después. LUIS LÓPEZ-YARTO ELIZALDE. (7ª ed.)
12. El eneagrama de nuestras relaciones. MARIA-ANNE GALLEN - HANS NEIDHARDT. (5ª ed.)
13. ¿Por qué me culpabilizo tanto? Un análisis psicológico de los sentimientos de culpa.
LUIS ZABALEGUI. (3ª ed.)
14. La relación de ayuda: De Rogers a Carkhuff. BRUNO GIORDANI. (3ª ed.)
15. La fantasía como terapia de la personalidad. F. JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN. (2ª ed.)
16. La homosexualidad: un debate abierto. JAVIER GAFO (ED.). (3ª ed.)
17. Diario de un asombro. ANTONIO GARCÍA RUBIO. (3ª ed.)
18. Descubre tu perfil de personalidad en el eneagrama. DON RICHARD RISO. (6ª ed.)
19. El manantial escondido. La dimensión espiritual de la terapia. THOMAS HART.
20. Treinta palabras para la madurez. JOSÉ ANTONIO GARCÍA-MONGE. (11ª ed.)
21. Terapia Zen. DAVID BRAZIER. (2ª ed.)
22. Sencillamente cuerdo. La espiritualidad de la salud mental. GERALD MAY.
23. Aprender de Oriente: Lo cotidiano, lo lento y lo callado. JUAN MASIÁ CLAVEL.
24. Pensamientos del caminante. M. SCOTT PECK.
25. Cuando el problema es la solución. Aproximación al enfoque estratégico.
RAMIRO J. ÁLVAREZ. (2ª ed.)
26. Cómo llegar a ser un adulto. Manual sobre la integración psicológica y espiritual.
DAVID RICHO. (3ª ed.)
27. El acompañante desconocido. De cómo lo masculino y lo femenino que hay en cada
uno de nosotros afecta a nuestras relaciones. JOHN A. SANFORD.
28. Vivir la propia muerte. STANLEY KELEMAN.
29. El ciclo de la vida: Una visión sistémica de la familia.
ASCENSIÓN BELART - MARÍA FERRER. (3ª ed.)
30. Yo, limitado. Pistas para descubrir y comprender nuestras minusvalías.
MIGUEL ÁNGEL CONESA FERRER.
31. Lograr buenas notas con apenas ansiedad. Guía básica para sobrevivir a los
exámenes. KEVIN FLANAGAN.
32. Alí Babá y los cuarenta ladrones. Cómo volverse verdaderamente rico. VERENA KAST.
33. Cuando el amor se encuentra con el miedo. DAVID RICHO. (3ª ed.)
34. Anhelos del corazón. Integración psicológica y espiritualidad. WILKIE AU - NOREEN
CANNON. (2ª ed.)
35. Vivir y morir conscientemente. IOSU CABODEVILLA. (4ª ed.)
36. Para comprender la adicción al juego. MARÍA PRIETO URSÚA.
37. Psicoterapia psicodramática individual. TEODORO HERRANZ CASTILLO.
38. El comer emocional. EDWARD ABRAMSON. (2ª ed.)
39. Crecer en intimidad. Guía para mejorar las relaciones interpersonales.
JOHN AMODEO - KRIS WENTWORTH. (2ª ed.)
40. Diario de una maestra y de sus cuarenta alumnos. ISABEL AGÜERA ESPEJO-SAAVEDRA.
41. Valórate por la felicidad que alcances. XAVIER MORENO LARA.
42. Pensándolo bien... Guía práctica para asomarse a la realidad. RAMIRO J. ÁLVAREZ.
43. Límites, fronteras y relaciones. Cómo conocerse, protegerse y disfrutar de uno mismo.
CHARLES L. WHITFIELD.
44. Humanizar el encuentro con el sufrimiento. JOSÉ CARLOS BERMEJO.
45. Para que la vida te sorprenda. MATILDE DE TORRES. (2ª ed.)
46. El Buda que siente y padece. Psicología budista sobre el carácter, la adversidad y
la pasión. DAVID BRAZIER.
47. Hijos que no se van. La dificultad de abandonar el hogar. JORGE BARRACA.
48. Palabras para una vida con sentido. Mª. ÁNGELES NOBLEJAS. (2ª ed.)
49. Cómo llevarnos bien con nuestros deseos. PHILIP SHELDRAKE.
50. Cómo no hacer el tonto por la vida. Puesta a punto práctica del altruismo.
LUIS CENCILLO. (2ª ed.)
51. Emociones: Una guía interna. Cuáles sigo y cuáles no. LESLIE S. GREENBERG. (3ª ed.)
52. Éxito y fracaso. Cómo vivirlos con acierto. AMADO RAMÍREZ VILLAFÁÑEZ.
53. Desarrollo de la armonía interior. La construcción de una personalidad positiva. JUAN
ANTONIO BERNAD.
54. Introducción al Role-Playing pedagógico. PABLO POBLACIÓN KNAPPE y ELISA LÓPEZ BARBERÁ
Y COLS.
55. Cartas a Pedro. Guía para un psicoterapeuta que empieza. LORETTA CORNEJO.
56. El guión de vida. JOSÉ LUIS MARTORELL.
57. Somos lo mejor que tenemos. ISABEL AGÜERA ESPEJO-SAAVEDRA.
58. El niño que seguía la barca. Intervenciones sistémicas sobre los juegos familiares.
GIULIANA PRATA; MARIA VIGNATO y SUSANA BULLRICH.
59. Amor y traición. JOHN AMODEO.
60. El amor. Una visión somática. STANLEY KELEMAN.
61. A la búsqueda de nuestro genio interior: Cómo cultivarlo y a dónde nos guía. KEVIN FLANAGAN.
62. A corazón abierto.Confesiones de un psicoterapeuta. F. JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN.
63. En vísperas de morir. Psicología, espiritualidad y crecimiento personal.
IOSU CABODEVILLA ERASO.
64. ¿Por qué no logro ser asertivo? OLGA CASTANYER Y ESTELA ORTEGA. (5ª ed.)
65. El diario íntimo: buceando hacia el yo profundo. JOSÉ-VICENTE BONET, S.J. (2ª ed.)
66. Caminos sapienciales de Oriente. JUAN MASIÁ.
67. Superar la ansiedad y el miedo. Un programa paso a paso. PEDRO MORENO. (7ª ed.)
68. El matrimonio como desafío. Destrezas para vivirlo en plenitud. KATHLEEN R. FISCHER y
THOMAS N. HART.
69. La posada de los peregrinos. Una aproximación al Arte de Vivir. ESPERANZA BORÚS.
70. Realizarse mediante la magia de las coincidencias. Práctica de la sincronicidad
mediante los cuentos. JEAN-PASCAL DEBAILLEUL y CATHERINE FOURGEAU.
71. Psicoanálisis para educar mejor. FERNANDO JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN.
72. Desde mi ventana. Pensamientos de autoliberación. PEDRO MIGUEL LAMET.
73. En busca de la sonrisa perdida. La psicoterapia y la revelación del ser.
JEAN SARKISSOFF.
74. La pareja y la comunicación. La importancia del diálogo para la plenitud y la
longevidad de la pareja. Casos y reflexiones. PATRICE CUDICIO y CATHERINE CUDICIO.
75. Ante la enfermedad de Alzheimer. Pistas para cuidadores y familiares. MARGA NIETO
CARRERO. (2ª ed.)
76. Me comunico... Luego existo. Una historia de encuentros y desencuentros. JESÚS DE LA
GÁNDARA MARTÍN.
77. La nueva sofrología. Guía práctica para todos. CLAUDE IMBERT.
78. Cuando el silencio habla. MATILDE DE TORRES VILLAGRÁ. (2ª ed.)
79. Atajos de sabiduría. CARLOS DÍAZ.
80. ¿Qué nos humaniza? ¿Qué nos deshumaniza? Ensayo de una ética desde la psicolo-
gía. RAMÓN ROSAL CORTÉS.
81. Más allá del individualismo. RAFAEL REDONDO.
82. La terapia centrada en la persona hoy. Nuevos avances en la teoría y en la práctica.
DAVE MEARNS y BRIAN THORNE.
83. La técnica de los movimientos oculares. La promesa potencial de un nuevo avance psico-
terapéutico. FRED FRIEDBERG. INTRODUCCIÓN A LA EDICIÓN ESPAÑOLA POR RAMIRO J. ÁLVAREZ
84. No seas tu peor enemigo... ¡...Cuando puedes ser tu mejor amigo! ANN-M. MCMAHON.
85. La memoria corporal. Bases teóricas de la diafreoterapia. LUZ CASASNOVAS SUSANNA.
86. Atrapando la felicidad con redes pequeñas. IGNACIO BERCIANO PÉREZ. CON LA COLABORA-
CIÓN DE ITZIAR BARRENENGOA. (2ª ed.)
87. C.G. Jung. Vida, obra y psicoterapia. M. PILAR QUIROGA MÉNDEZ.
88. Crecer en grupo. Una aproximación desde el enfoque centrado en la persona.
BARTOMEU BARCELÓ.
89. Automanejo emocional. Pautas para la intervención cognitiva con grupos.
ALEJANDRO BELLO GÓMEZ, ANTONIO CREGO DÍAZ.
90. La magia de la metáfora. 77 relatos breves para educadores, formadores y
pensadores. NICK OWEN.
91. Cómo volverse enfermo mental. JOSÉ LUÍS PIO ABREU.
92. Psicoterapia y espiritualidad. La integración de la dimensión espiritual en la práctica
terapéutica. AGNETA SCHREURS.
93. Fluir en la adversidad. AMADO RAMÍREZ VILLAFÁÑEZ.
94. La psicología del soltero: Entre el mito y la realidad. JUAN ANTONIO BERNAD.
95. Un corazón auténtico. Un camino de ocho tramos hacia un amor en la madurez. JOHN
AMODEO.
96. Luz, más luz. Lecciones de filosofía vital de un psiquiatra. BENITO PERAL.
97. Tratado de la insoportabilidad, la envidia y otras “virtudes” humanas. LUIS RAIMUNDO
GUERRA. (2ª ed.)
98. Crecimiento personal: Aportaciones de Oriente y Occidente. MÓNICA RODRÍGUEZ-ZAFRA (ED.).
99. El futuro se decide antes de nacer. La terapia de la vida intrauterina. CLAUDE IMBERT. (2ª ed.)
100. Cuando lo perfecto no es suficiente. Estrategias para hacer frente al perfeccionismo.
MARTIN M. ANTONY - RICHARD P. SWINSON. (2ª ed.)
101. Los personajes en tu interior. Amigándote con tus emociones más profundas. JOY CLOUG.
102. La conquista del propio respeto. Manual de responsabilidad personal. THOM RUTLEDGE.
103. El pico del Quetzal. Sencillas conversaciones para restablecer la esperazanza en el
futuro. MARGARET J. WHEATLEY.
104. Dominar las crisis de ansiedad. Una guía para pacientes. PEDRO MORENO, JULIO C.
MARTÍN. (6ª ed.)
105. El tiempo regalado. La madurez como desafío. IRENE ESTRADA ENA.
106. Enseñar a convivir no es tan difícil. Para quienes no saben qué hacer con sus hijos, o
con sus alumnos. MANUEL SEGURA MORALES. (9ª ed.)
107. Encrucijada emocional. Miedo (ansiedad), tristeza (depresión), rabia (violencia), alegría
(euforia). KARMELO BIZKARRA. (3ª ed.)
108. Vencer la depresión. Técnicas psicológicas que te ayudarán. MARISA BOSQUED.
109. Cuando me encuentro con el capitán Garfio... (no) me engancho. La práctica en psico-
terapia gestalt. ÁNGELES MARTÍN Y CARMEN VÁZQUEZ.
110. La mente o la vida. Una aproximación a la Terapia de Aceptación y Compromiso.
JORGE BARRACA MAIRAL. (2ª ed.)
111. ¡Deja de controlarme! Qué hacer cuando la persona a la que queremos ejerce un
dominio excesivo sobre nosotros. RICHARD J. STENACK.
112. Responde a tu llamada. Una guía para la realización de nuestro objetivo vital más pro-
fundo. JOHN P. SCHUSTER.
113. Terapia meditativa. Un proceso de curación desde nuestro interior. MICHAEL L. EMMONS,
PH.D. Y JANET EMMONS, M.S.
114. El espíritu de organizarse. Destrezas para encontrar el significado a sus tareas. PAMELA
KRISTAN.
115. Adelgazar: el esfuerzo posible. Un sistema gradual para superar la obesidad. AGUSTÍN
CÓZAR.
116. Crecer en la crisis. Cómo recuperar el equilibrio perdido. ALEJANDRO ROCAMORA. (2ª ed.)
117. Rabia sana. Cómo ayudar a niños y adolescentes a manejar su rabia. BERNARD GOLDEN,
PH. D.
118. Manipuladores cotidianos. Manual de supervivencia. JUAN CARLOS VICENTE CASADO.
119. Manejar y superar el estrés. Cómo alcanzar una vida más equilibrada. ANN WILLIAMSON.
120. La integración de la terapia experiencial y la terapia breve. Un manual para terapeutas
y consejeros. BALA JAISON.
121. Este no es un libro de autoayuda. Tratado de la suerte, el amor y la felicidad. LUIS
RAIMUNDO GUERRA.
122. Psiquiatría para el no iniciado.RAFA EUBA.
123. El poder curativo del ayuno. Recuperando un camino olvidado hacia la salud. KARMELO
BIZKARRA. (2ª ed.)
124. Vivir lo que somos. Cuatro actitudes y un camino. ENRIQUE MARTÍNEZ LOZANO. (3ª ed.)
125. La espiritualidad en el final de la vida. Una inmersión en las fronteras de la ciencia.
IOSU CABODEVILLA ERASO.
126. Regreso a la conciencia. AMADO RAMÍREZ.
127. Las constelaciones familiares. En resonancia con la vida. PETER BOURQUIN. (3ª ed.)
128. El libro del éxito para vagos. Descubra lo que realmente quiere y cómo conseguirlo sin
estrés. THOMAS HOHENSEE.
129. Yo no valgo menos. Sugerencias cognitivo- humanistas para afrontar la culpa y la ver-
güenza. OLGA CASTANYER.
130. Manual de Terapia Gestáltica aplicada a los adolescentes. LORETTA CORNEJO. (2ª ed.)
131. ¿Para qué sirve el cerebro? Manual para principiantes. JAVIER TIRAPU.
132. Esos seres inquietos. Claves para combatir la ansiedad y las obsesiones. AMADO
RAMÍREZ VILLAFÁÑEZ.
133. Dominar las obsesiones. Una guía para pacientes. PEDRO MORENO, JULIO C. MARTÍN,
JUAN GARCÍA Y ROSA VIÑAS
134. Cuidados musicales para cuidadores. Musicoterapia Autorrealizadora para el estrés
asistencial. CONXA TRALLERO FLIX Y JORDI OLLER VALLEJO
135. Entre personas. Una mirada cuántica a nuestras relaciones humanas. TOMEU BARCELÓ
Ser ie M AIOR
1. Anatomía Emocional. La estructura de la experiencia somática STANLEY KELEMAN. (7ª ed.)
2. La experiencia somática. Formación de un yo personal. STANLEY KELEMAN. (2ª ed.)
3. Psicoanálisis y análisis corporal de la relación. ANDRÉ LAPIERRE.
4. Psicodrama. Teoría y práctica. JOSÉ AGUSTÍN RAMÍREZ. (3ª ed.)
5. 14 Aprendizajes vitales. CARLOS ALEMANY (ED.). (11ª ed.)
6. Psique y Soma. Terapia bioenergética. JOSÉ AGUSTÍN RAMÍREZ.
7. Crecer bebiendo del propio pozo.Taller de crecimiento personal.
CARLOS RAFAEL CABARRÚS, S.J. (11ª ed.)
8. Las voces del cuerpo. Respiración, sonido y movimiento en el proceso terapéutico.
CAROLYN J. BRADDOCK.
9. Para ser uno mismo. De la opacidad a la transparencia. JUAN MASIÁ CLAVEL
10. Vivencias desde el Enneagrama. MAITE MELENDO. (3ª ed.)
11. Codependencia. La dependencia controladora. La depencencia sumisa. DOROTHY MAY.
12. Cuaderno de Bitácora, para acompañar caminantes. Guía psico-histórico-espiritual.
CARLOS RAFAEL CABARRÚS. (4ª ed.)
13. Del ¡viva los novios! al ¡ya no te aguanto! Para el comienzo de una relación en
pareja y una convivencia más inteligente. EUSEBIO LÓPEZ. (2ª ed.)
14. La vida maestra. El cotidiano como proceso de realización personal. JOSÉ MARÍA TORO.
15. Los registros del deseo. Del afecto, el amor y otras pasiones. CARLOS DOMÍNGUEZ
MORANO. (2ª ed.)
16. Psicoterapia integradora humanista. Manual para el tratamiento de 33 problemas
psicosensoriales, cognitivos y emocionales. ANA GIMENO-BAYÓN Y RAMÓN ROSAL.
17. Deja que tu cuerpo interprete tus sueños. EUGENE T. GENDLIN.
18. Cómo afrontar los desafíos de la vida. CHRIS L. KLEINKE.
19. El valor terapéutico del humor. ÁNGEL RZ. IDÍGORAS (ED.). (3ª ed.)
20. Aumenta tu creatividad mental en ocho días. RON DALRYMPLE, PH.D., F.R.C.
21. El hombre, la razón y el instinto. JOSÉ Mª PORTA TOVAR.
22. Guía práctica del trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Pistas para su liberación. BRUCE
M. HYMAN Y CHERRY PEDRICK.
23. La comunidad terapéutica y las adicciones Teoría, Modelo y Método. GEORGE DE LEON.
24. El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas. WALEED A. SALAMEH Y WILLIAM F.
FRY.
25. El manejo de la agresividad. Manual de tratamiento completo para profesionales.
HOWARD KASSINOVE Y RAYMOND CHIP TAFRATE.
26. Agujeros negros de la mente. Claves de salud psíquica. JOSÉ L. TRECHERA.
27. Cuerpo, cultura y educación. JORDI PLANELLA RIBERA.
28. Reír y aprender. 95 técnicas para emplear el humor en la formación. DONI TAMBLYN.
29. Manual práctico de psicoterapia gestalt. ÁNGELES MARTÍN. (4ª ed.)
30. Más magia de la metáfora. Relatos de sabiduría para aquellas personas que tengan a
su cargo la tarea de Liderar, Influenciar y Motivar. NICK OWEN
31. Pensar bien - Sentirse bien. Manual práctico de terapia cognitivo-conductual para niños
y adolescentes. PAUL STALLARD.
32. Ansiedad y sobreactivación. Guía práctica de entrenamiento en control respiratorio.
PABLO RODRÍGUEZ CORREA.
Este libro se terminó
de imprimir
en los talleres de
RGM, S.A., en Bilbao,
el 10 de noviembre de 2008.