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EL MAL ANCLADO A NUESTRO
OBJETIVO
Poder discernir dónde
radica el mal que nos incita
a pecar y que esto nos
anime a seguir adelante en
nuestra carrera de la fe.
PREÁMBULO
La lucha entre el viejo y el
nuevo hombre, siendo éstas
realidades antagónicas e
inevitables y que nos
acompañarán toda la vida,
no debe ser frustrante al
punto de desanimarnos,
pues el Apóstol más que
solo disertar sobre el
asunto, en el capítulo 7
enmarca un preámbulo
para la victoria que es
posible mediante el poder
del Espíritu Santo (Ro.8) a
partir de un entendimiento
claro de dónde radica la
causa de nuestra continua
tendencia a pecar.
NOTA
*Cuando nos referimos a
que la ley potencializa el
pecado, no queremos decir
que esta sea su función,
sino que el pecado la
aprovecha como un medio.
CUERPO MORTAL
LA LUCHA ENTRE LA CARNE Y EL ESPÍRITU
ROMANOS 7:7-23
INTRODUCCIÓN
El capítulo 7 de la carta a los Romanos contiene uno de
los más grandes legados que el Apóstol Pablo pudo dejar
a la Iglesia en cuanto a la interacción entre el viejo y el
nuevo hombre, y la continua rivalidad de ambos. El
viejo hombre es definido aquí como: el cuerpo de
muerte, o por implicación, el hombre exterior. El nuevo
hombre, que fue creado por y en conformidad a Dios, es
llamado: el hombre interior.
Como hijos nacidos de Dios, por el Espíritu, tenemos una
nueva naturaleza que tiende hacia "arriba", a su Creador,
a la santidad propia de quien es nuestro Padre; sin
embargo, la parte de nuestro ser que aún no ha sido
redimida, es decir nuestro cuerpo mortal, siempre
tiende hacia abajo, a la iniquidad, a la rebelión. Esta es la
lucha constante del creyente (Léase Ga.5:17).
EL MAL NO ESTÁ EN LA LEY DE DIOS
7:7-13 La afirmación inicial (en ninguna manera la ley es
pecado) se da en torno al contexto previo (vv.4-6) con el
fin de evitar que cualquiera piense que la ley es el mal
que nos incita a pecar.
La ley divina juega un papel importante en cuanto a que:
1. Nos da conciencia del pecado al mostrarnos lo que es
malo (v.7b)
2. Es un conducto que el pecado aprovecha para producir
en nosotros la pecaminosidad (v.8).
MEZCLA
La expresión del v.8: “Sin la
ley el pecado está muerto”,
puede ser entendida con la
siguiente analogía: El
pecado es como el
cemento; el cuerpo como la
arena y la ley como el agua.
Aislados, estos elementos
tienen cualidades muy
distintas que cuando son
mezclados.
OBSERVA
En su disertación Pablo usa
expresiones que aunque se
refieren a sí mismo,
claramente en algunas
señalan a su hombre
interior y en otras a su
cuerpo de muerte. Esto es
importante pues refleja no
solo cuál fue su condición,
sino cuál es la nuestra
también.
LOS HIJOS
Mientras que el principio
universal de “carnales
vendidos al pecado” aplica a
todos, a partir del v.17
Pablo expresa que dentro
de él habita otro nuevo ser
que no está sujeto al
pecado, sino que vive para
agradar a Dios.
OBSERVA
** Juan se refiere también a
las dos naturalezas en el
creyente en un mismo
escrito. Observa y compara
1Jn.1:8-10 y 3:9.
3. Potencializa el pecado*, pues cuando el hombre es
niño (en su inocencia) el pecado está, por así decirlo,
inactivo; pero una vez que se es consciente, revive y
produce la muerte (vv.9-11).
4. La ley de Dios es esencialmente santa; es decir, no hay
en ella un ápice de mal. Por tanto, cuando ésta se expresa
a través de mandamientos, estos son santos (puros),
justos (rectos) y buenos (provechosos) (v.12).
Conclusión: La ley de Dios NO es lo que nos produce la
muerte, sino el pecado que por medio del mandamiento
produce en nosotros abundante pecaminosidad (v.13).
¿QUIÉN SOY?
7:14 El principio aquí muestra claramente la condición de
toda persona, creyente o incrédula: La ley de Dios es
espiritual, pero yo (todos y cualquiera) soy carnal, vendido
al pecado (Ro.3:10).
7:15-16 La comprobación de esta ley o principio universal
(yo soy carnal vendido al pecado) consiste en que
siempre, a pesar de que no comprendemos por qué
procedemos de cierta manera, estamos inclinados
inevitablemente al mal.
EL OTRO YO
7:17-20 Esta sección, que para muchos es como un
trabalenguas, es el centro de la disertación Paulina en
cuanto a dónde está anidado el mal en los hijos de Dios,
pero también pone de relieve que como tales, tenemos
una nueva naturaleza de la que se nos ha provisto que no
está de acuerdo y lucha contra el pecado que reside junto
a ella.
Desarrollemos la disertación y veamos qué quiso decir el
Apóstol.
1. El “ya no soy yo” (vv.17, 19-20) no es desligarse de su
responsabilidad ante su proceder, sino una referencia a
MEMORIZA
“Porque sabemos que la ley
es espiritual; mas yo soy
carnal, vendido al pecado.”
Ro.7:14
OREMOS
Señor, gracias por hacerme
saber que en mi viejo
hombre aún el pecado está
presente. Eso me hace
saberme vulnerable ante la
incitación a pecar. Pero
también sé que no me
dejarás caer en la tentación,
sino que mostrarás tu poder
al librarme, porque tuyo es
el reino, el poder y la gloria,
por los siglos de los siglos,
amén.
que no puede ser el nuevo Pablo el que desea hacerlo,
sino el mal que radica en su cuerpo mortal (Jer.17:1).
2. Su deseo de hacer el bien está integrado a la nueva
naturaleza que recibió de Dios (v.18). Este nuevo hombre
NO puede hacer mal, NO puede pecar y SIEMPRE desea
hacer lo correcto.**
DISCERNIMIENTO: SEPARACIÓN
7:21-23 La disertación de Pablo concluye en la separación
tangible de su carne y su espíritu; su viejo y su nuevo
hombre; su hombre interior y su hombre exterior; uno
sujeto al pecado y otro sujeto a Dios.
Pero es importante aclarar que cuando dice que es
cautivo de la ley del pecado, NO está diciendo que es
esclavo aún de él, sino que éste sigue teniendo influencia
y presencia en su cuerpo.
GUÍA PARA LAS SEMILLAS EN CASA
 ¿Qué papel juega la ley en cuanto a la intromisión
del pecado en el hombre?
 ¿Qué significa la expresión: yo soy carnal, vendido
al pecado?
 ¿Qué efecto produce en ti el estar consciente de
que el mal estará siempre presente en tu cuerpo
mortal?
 ¿Qué significa (y que NO significa) la expresión de
Pablo: estoy cautivo a la ley del pecado que está
en mis miembros? (v.23)