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Maleta Didactica Calima Banrepcultural
Maleta Didactica Calima Banrepcultural
Banco de la República (Bogotá) y Ana María González Galvis, con la colaboración del
filósofo, etnógrafo y poeta Fernando Urbina y la bióloga Claudia Campos. Las ilustraciones
de animales son de Juan Manuel Ramírez. Nuestro agradecimiento a la Fundación de
Investigaciones Arqueológicas Nacionales del Banco de la República, al Instituto
Vallecaucano de Investigaciones Científicas INCIVA y a la Asociación Artística Totolincho.
Esta maleta didáctica que propone el Museo del Oro del Banco de la República está llena de vida:
es un conjunto de exploraciones, lecturas y juegos sobre los animales americanos y los mitos
indígenas, con lo que esperamos que los estudiantes avancen en su propia búsqueda de
conocimiento sobre el pasado de Colombia y, más aún, sobre la cultura y el medioambiente donde
ellos mismos viven hoy en día.
Las actividades diseñadas y propuestas en esta maleta permitirán a los estudiantes:
• Apreciar los mitos como un patrimonio inmaterial de nuestra cultura. Valorarlos al igual que el
patrimonio arqueológico y el ecológico, como riquezas que debemos conocer, respetar y
transmitir a las generaciones futuras.
• Valorar la literatura en general como un elemento de disfrute y fuente de experiencias que le
da calidad a nuestra vida.
• Aprender a leer, no sólo textos, sino objetos de cultura material como documentos para
construir hipótesis, adquirir y afianzar un conocimiento nuevo, tal como lo hacen el arqueólogo
y el visitante de museos.
• Aprovechar el deseo que tienen los niños por investigar sobre animales para crear un interés
por la diversidad biológica de Colombia, de la mano del armadillo y el jaguar, y motivar a los
escolares para interesarse por la biología.
• Reconocerse como un ser vivo que comparte algunas características con otros seres vivos y
que se relaciona con ellos en un entorno (biológico pero también cultural) donde todos nos
desarrollamos. Acercarse a la ecología de la mano de los grupos indígenas del pasado y del
presente de nuestro país.
• Poder presentar las sociedades indígenas del pasado prehispánico de Colombia en general, y
en particular aquellas que en diferentes periodos de la historia habitaron en la región Calima.
• Comprender que cuidar los objetos de la maleta (para que no se pierdan o se deterioren) es
parte del cuidado que debemos darle al patrimonio cultural de Colombia.
La maleta puede usarse desde el jardín infantil a la universidad y en las áreas de español y
literatura, sociales y biología. Usted, el maestro o maestra, deberá escoger y adaptar la actividad
que más convenga, según el grado y los intereses de sus alumnos, y de acuerdo con sus propios
objetivos.
• El material que usted está leyendo, al que nos referiremos como “la cartilla” para los docentes.
En ella encontrará objetivos, actividades y anexos.
• Fragmentos originales calima y réplicas de cerámica y metal, según un inventario gráfico que
acompaña la maleta.
• Tarjetas plastificadas, una por cada objeto.
• 8 tarjetones laminados “La Mujer-Jaguar y el Cerbatanero”.
• CD de audio con las narraciones de los mitos.
• Libro de Isabel Crooke Ellison: “Sueños con jaguares. Mitos y cuentos de los indígenas
colombianos”, Intermedio, Bogotá, 2004.
• 6 ejemplares del libro ilustrado “Animales míticos”
• 7 tableros del juego “El animal en el mundo Calima”
• 36 cartas del juego “El animal en el mundo Calima”
• Catálogo “Patrimonio inmaterial” del Instituto Colombiano de Antropología e Historia.
• Videos:
- “El animal en el mundo Calima”
- “El baile del muñeco”
Actividades de la maleta
Las distintas actividades sugeridas han sido diseñadas con el propósito de desarrollar habilidades,
conocimientos y valores en estudiantes de todos los niveles.
• Ver un video
• Los objetos y sus poderes
• Narraciones indígenas
• Animales míticos: ¡inventa tu historia!
• Como dice el dicho...
• El juego “El animal en el mundo Calima”
Las maletas didácticas del Museo del Oro han sido desarrolladas para promover en los estudiantes
un mejor acercamiento a los objetos y a los temas del mundo que los rodea, desde una mirada
constructivista de exploración e investigación donde —tanto en un proceso individual como de
trabajo en grupo— el estudiante conoce, se apropia y transforma el conocimiento. Es justamente el
mismo proceso que deseamos que los visitantes apliquen en el museo: lo invitamos a
complementar estas actividades propuestas con la visita a un museo de su ciudad.
Ver un video
DOCUMENTAL: imágenes y sonidos tomados de la realidad,
que transportan y cautivan los sentidos.
Situación: Imágenes y sonidos impactan la mente del joven y la llenan de experiencias, como un
viaje donde se descubren paisajes, personas y objetos. Este bagaje interactúa con las actividades
de la maleta y permite construir nuevas imágenes, contextos y conocimientos.
Los objetos y
PATRIMONIO: aquello que me es propio,
que me identifica y que debo conocer,
sus poderes apreciar y proteger.
Recuerde: el aprendizaje memorístico de fechas, medidas y otros datos no aporta nada. Estos
datos que aportan las tarjetas apoyan, en cambio, la investigación y la imaginación que deben
conducir a la apropiación, creación y expresión. Fomente en este ejercicio las ideas nuevas, las
conexiones con la experiencia de cada uno, la buena comunicación y el placer del descubrimiento.
ACTIVIDADES
Narraciones
TRADICIÓN ORAL: conjunto de representaciones
indígenas colectivas elaboradas por una cultura a través del tiempo y
transmitidas verbalmente de generación en generación1
“Más que ociosa fantasía, el mito es ante todo un ingrediente indispensable en toda cultura:
el mito expresa, da bríos y codifica el credo, salvaguarda y refuerza la moralidad, responde
de la eficacia del ritual y contiene reglas prácticas para la guía del hombre”
Bronislaw Malinowski, “Magia, ciencia y religión”
Situación: Sus estudiantes van a sumergirse en el mundo de los mitos, atravesando las fronteras
de lo fantástico para entender estas narraciones no como historias artificiales o falsas que dan
cuenta de hechos inverosímiles, sino como relatos que explican el origen de todo lo que hay en el
Mundo y que condensan el saber de las comunidades indígenas.
Mito: Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por
personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia interpreta el origen del mundo o
grandes acontecimientos de la humanidad 2.
Leyenda: Relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de
históricos o verdaderos 3.
Duración: 90 minutos
Objetivo: Con la lectura de mitos de otra cultura, sus estudiantes comprenden que las personas
tienen diversas formas de comunicarse y de explicar el mundo. El placer de la lectura está en
conocer mundos y modos de pensar diferentes que me hacen pensar en mi propia identidad.
Necesita:
- 8 tarjetones “La Mujer-Jaguar y el Cerbatanero”.
- CD de audio “La Mujer-Jaguar y el Cerbatanero” (30 minutos) y reproductor de CD. El CD
contiene, además de la narración del mito, pistas instrumentales que ilustran musicalmente
los distintos animales. El primer texto (epígrafe) es poético y muy evocador.
- Mapa de Colombia (opcional).
Cómo desarrollar la actividad:
• Los estudiantes se organizan en ocho grupos.
• El maestro les hace escuchar las dos primeras pistas del CD “La Mujer-Jaguar y el
Cerbatanero” para ambientar la actividad en las selvas del Vaupés Colombiano. Los
estudiantes escucharán los sonidos y luego deberán adivinar a qué animal se refieren
(aves). Luego escucharán con respeto el Epígrafe para captar su sentido poético.
1
Galindo Mauricio, García Carlos A, Valencia Jorge, “Mitos y leyendas de Colombia: tradición oral indígena y campesina”,
Intermedio Editores, Bogotá, 2003 p.19.
2
Real Academia de la Lengua Española.
3
Real Academia de la Lengua Española.
ACTIVIDADES
• El maestro distribuye entonces a cada grupo un tarjetón con un fragmento del mito “La
Mujer-Jaguar y el Cerbatanero”.
• Cada grupo lee y analiza su tarjetón tratando de entender todas las palabras y el sentido
de la narración.
• Cada grupo nombra un relator.
• El relator del primer tarjetón “Llegando de la chagra” resume e introduce para toda la clase
el fragmento del mito que le correspondió a su grupo.
• El maestro hace escuchar la pista correspondiente en el CD “La Mujer-Jaguar y el
Cerbatanero”.
• Así se continúa hasta terminar el mito. Según la disponibilidad de tiempo, el maestro hará
escuchar o no las pistas musicales, que le dan diversidad y ambiente selvático a la clase.
Usted encontrará más mitos en el Anexo 3 de esta cartilla y en el libro “Sueños con jaguares” que se
incluye en la maleta.
ACTIVIDADES
Animales míticos
CREATIVIDAD: actitud o capacidad de las personas para
¡Inventa tu historia! formar combinaciones donde relacionan o reestructuran
elementos de la realidad, logrando productos, ideas o
resultados a la vez originales y valiosos.
Situación: Como inventor de historias, el escritor se inspira bien sea de la realidad o de la ficción
para crear mundos maravillosos. Sus estudiantes toman el papel del creador de mitos,
inspirándose en imágenes de animales fantásticos que ellos mismos recrean.
Duración: 45 minutos
Objetivo: En esta actividad sus estudiantes hacen la labor del escritor que narra una historia con
sus palabras. Ponen en acción su conocimiento sobre los animales, le dan sentido a lo que ven,
generan ideas alrededor de lo visto y producen textos que expresan ideas originales 4.
Necesita:
- El libro ilustrado “Animales míticos”.
- Lápiz y papel.
- El Anexo 2.
Cómo desarrollar la actividad:
Es indispensable que el maestro conozca el Anexo 2: allí encontrará toda la información sobre los
animales. Le sugerimos realizar antes la primera actividad “Los objetos y sus poderes”.
• Organice a los estudiantes en 6 grupos.
• El maestro les entrega un libro ilustrado “Animales míticos” a cada uno.
• El grupo se pone de acuerdo y, combinando distintas partes, crea un animal mítico que le
servirá de inspiración para la historia que va a escribir.
• Individualmente cada estudiante
escribe una historia maravillosa
sobre el animal que inventó ¡No
olvides ser creativo!
4 Competencia Interpretativa: Implica comprender el sentido de un texto, entendido como un tejido complejo de
significación. Básicamente es responder a la pregunta ¿qué dice el texto?
Competencia Argumentativa: Consiste en hacer explícitas las razones y motivos que dan cuenta del sentido de una
situación, de un texto o de un contexto específico. Aquí la pregunta que se debe responder es ¿porqué el texto dice eso?
Competencia Propositiva: Es una actuación crítica y creativa, caracterizada por plantear opciones o alternativas de solución
a las problemáticas suscitadas por una situación o explicitadas en un texto. Aquí se trata de ir más allá del texto.
ACTIVIDADES
Estas son algunas preguntas que pueden hacerse para contar su historia:
• ¿Cómo se llama este animal? ¿En dónde vive?
• ¿Cuál es su labor en la tierra?
• ¿Cuáles son sus características biológicas?
• ¿Qué poderes puede sugerirle a los humanos según sus características biológicas?
¡Inventa tu historia! Puede tener la forma de un informe biológico o de un mito indígena.
ACTIVIDADES
Situación: En el mundo animal muchos comportamientos nos recuerdan los de los seres
humanos. ¡No te dejes confundir!, no siempre son los hombres los que salen perdiendo cuando les
dicen ¡no sea animal!
Duración: 45 minutos.
Objetivo: Reconocer aspectos de nuestra cultura y tradición a partir de dichos y símiles divertidos
con los cuales se da un uso simbólico a los animales en el mundo occidental moderno,
comparando el comportamiento animal y el humano.
Cómo desarrollar la actividad:
El maestro puede realizar la actividad desde el tablero o distribuyendo las palabras y expresiones a
distintos grupos para que las analicen y luego compartan con la clase su reflexión.
1. La siguiente lista comprende animales cuyo comportamiento tipifica el de algunos individuos;
averigua qué tipo de comportamiento están representando:
Objetivo: Jugando por el saber sobre los animales del continente americano, sus estudiantes se
entrenarán en seguir secuencias explicativas, en entender instrucciones, en obedecer las reglas
del juego y en respetar las normas de convivencia.
Duración: 45 min.
Contenido: En el salón de clase usted debe usar un solo paquete de 36 cartas y un tablero por
cada 6 estudiantes. Estos elementos son prestados y deberán devolverse completos y en buen
estado.
Edad: 8 años en adelante
Jugadores: 2 a 6
Apreciado profesor, para obtener una experiencia que le será muy útil, juegue “El animal en el
mundo Calima” antes de llevarlo al salón de clase.
OBJETIVOS:
El objetivo del juego es conocer acerca del mundo mítico de las sociedades que habitaron la región
Calima y en particular sobre el simbolismo y características biológicas de los animales. El juego
consiste en completar el mayor número de series. Cada serie se forma por dos o más cartas. Las
cartas se ganan contestando acertadamente la pregunta que cada una de ellas contiene.
RECOMENDACIÓN
La mayoría de las preguntas pueden contestarse observando cuidadosamente la ilustración que
aparece en el tablero-afiche.
Separe las cartas en dos clases. Las de la clase A o cabeza de serie dan 2 puntos. No están
numeradas y representan un animal en su estado natural. En la parte inferior aparecen varios
números encerrados entre paréntesis que corresponden a las cartas que forman la serie de ese
animal.
ACTIVIDADES
Las cartas de clase B dan un punto. Están numeradas en la parte superior derecha y su imagen es
la de un animal como fue representado en objetos arqueológicos de oro o cerámica. Esta imagen
aparece, con frecuencia, como una silueta punteada. La figura completa se observa (con el mismo
número) en la cenefa del afiche. La franja verde oscura señala el uso, material y periodo
arqueológico de cada objeto.
PUNTAJE
1. Cada carta de clase A o cabeza de serie da 2 puntos.
2. Cada carta de la clase B tiene además un valor de 1 punto.
3. Adicionalmente, cada serie completa da 2 puntos.
¡A jugar!
1. El maestro conserva los dos grupos de cartas. Las cartas cabeza de serie A se ponen
boca abajo en un montón. Las de clase B se ordenan numéricamente.
2. Se divide el salón en grupos de a seis estudiantes y se entrega a cada grupo un afiche. Se
define el orden en que jugarán.
3. Un jugador del grupo 1 escoge al azar una carta cabeza de serie (A) y se la entrega, sin
mirarla, al profesor para que lea el título, la pregunta y las posibles respuestas en voz alta.
El grupo 1 deberá responder expresando el contenido de la respuesta. Es importante que
antes de contestar, el grupo esté de acuerdo con la respuesta definitiva. NO SE VALE UNA
SEGUNDA RESPUESTA EN UN MISMO TURNO.
4. Si la respuesta es acertada el maestro lee el “Sabías que...” y entrega la carta al grupo.
5. Si la respuesta no es acertada, el grupo siguiente tiene la oportunidad de responder (y si
falla, el siguiente), pero el maestro no relee la tarjeta.
6. De esta forma se continúa con cada grupo.
7. Una vez haya obtenido una carta cabeza de serie, cada grupo podrá empezar a formar la
serie correspondiente pidiendo el primer número que aparece encerrado entre paréntesis y
así sucesivamente. El maestro busca la carta de la clase B y lee el titulo, la pregunta y las
posibles respuestas. Si el grupo responde acertadamente recibe la carta.
El juego termina cuando todas las cartas han quedado en poder de los participantes.
Gana el grupo que obtenga mayor puntaje, aunque al final todos ganan conocimiento sobre el
“Animal en el mundo Calima”.
PARA P ROFUNDIZAR
Anexo 1
¿Cómo se comenta un texto?: propuesta metodológica 1
El texto histórico es el punto concreto a partir del cual se puede dar vida a la historia. Cualquier
documento escrito que permita una mejor comprensión del pasado se puede considerar como texto
histórico. Los libros de literatura de hecho lo son.
CONCEPTO DE COMENTARIO:
Para comentar un texto hay que analizar la relación que mantiene con el marco histórico en el cual
fue creado y sacar conclusiones de carácter objetivo.
El error más frecuente es que se trata de explicar o resumir todo el texto repitiendo o
parafraseando todo lo que el texto dice. Se debe ser crítico pero no criticón: es fundamental
argumentar la crítica.
1
Este método fue tomado de: LORENTE LLORET, Alberto, (1988), Cómo se comenta un texto
histórico en los niveles de BUP y COU, Colección Nueva Escuela, Editorial Bruño, Madrid.
PARA P ROFUNDIZAR
ACTITUD CRÍTICA
No todos los textos son fidedignos y, por tanto, no deben ser tomados al pie de la letra. Hay que
tomar en cuenta que todo escrito está teñido de subjetividad porque como es lógico es difícil ver
objetivamente el mundo en que se vive.
El punto de partida del comentario es el contenido del texto —las ideas que lo integran, una
a una; el orden lógico que las une, sus referencias al momento histórico— y no las
opiniones personales sobre él.
PARA P ROFUNDIZAR
Anexo 2
Los animales y sus características biológicas.
(Dasypus novemcinctus)
Es un animal curioso y un poco asustadizo que se adapta a vivir tanto en selvas como en bosques
y áreas abiertas. Se distingue por su caparazón, que es como una armadura, compuesto por nueve
bandas separadas entre sí por piel suave lo que lo hace flexible y le permite doblar el cuerpo.
Anda principalmente de noche, aunque su vista no es muy buena. Sin embargo, tiene muy
desarrollado el olfato y el oído. El primero le sirve para buscar su alimento que consiste
principalmente en cucarrones, hormigas, termitas, gusanos y caracoles, los que encuentra
escarbando el suelo con sus largas garras y su hocico; el oído lo alerta sobre posibles peligros.
Mientras busca la comida hace mucho ruido con su hocico y removiendo la hojarasca con sus
erráticos movimientos. Cuando siente peligro se detiene a oler, luego corre unos metros sin rumbo
fijo y para de nuevo. Puede dar grandes saltos si el peligro es cercano.
Nada bien y puede cruzar arroyos. Es un buen cavador que para vivir construye madrigueras con
varias entradas. Adentro hace un nido con hojas o con pasto que carga con su cuerpo. Es solitario
aunque no territorial, y sólo en una época especial del año se juntan los machos con las hembras
para reproducirse. Luego de aproximadamente 70 días, la hembra tiene cuatro crías que son
idénticas entre sí, ya que todas nacen de un mismo óvulo. Algunas semanas después de su
nacimiento salen a comer con su madre. Los armadillos dejan a su paso, como evidencia de su
presencia, la hojarasca removida y pequeños huecos cónicos en el suelo que hacen con el hocico
cuando escarban por comida.
PARA P ROFUNDIZAR
BÚHO
En Colombia existen 22 especies de búhos. Su tamaño varía entre 15 centímetros y casi los 60
centímetros, dependiendo de la especie. Tienen cabezas grandes, caras cubiertas de plumas que
forman lo que se denomina el “disco facial” y unos grandes ojos dirigidos hacia adelante. En
algunos casos las plumas de la coronilla son alargadas y forman como “orejas”. Son aves
principalmente nocturnas aunque algunas especies son activas durante el día.
Cazan presas vivas: roedores, aves, culebras, pequeños mamíferos, tortugas, anfibios, peces e
inclusive insectos, aunque el tipo de presa cambia dependiendo de la especie. Sus características
físicas son adaptaciones importantes para conseguir el alimento: tienen muy desarrollada la visión
y el oído; las plumas de las alas son suaves y amortiguan el aire, de tal forma que cuando vuelan
no hacen ningún ruido y pueden localizar las presas y acercarse a ellas silenciosamente. Pueden
comer presas que son dos o tres veces más pesadas que ellos. En algunos casos las desgarran
con la ayuda de sus picos curvos y patas de dedos fuertes y garras muy afiladas, pero
normalmente los búhos tragan a su presa entera y unas horas después de comer regurgitan bolas
compactas en donde expulsan las partes que no digieren de los animales, como los huesos, la piel
o las escamas de los peces.
Auque la mayoría de las especies son solitarias, algunas viven en colonias o por parejas. Ocupan
diferentes hábitats dependiendo de la especie: desde áreas abiertas con poca vegetación hasta
bosques y selvas, y desde zonas secas hasta muy húmedas. Algunos búhos viven en el suelo,
mientras que otros son arbóreos. De estos últimos, unas especies prefieren el dosel mientras que
otras permanecen en niveles más bajos para vivir ya sea sobre ramas, en huecos, o incluso en los
nidos de otras aves. Los búhos que viven en el suelo pueden anidar en madrigueras hechas por
ellos mismos o en medio de pastos y de raíces.
Los huevos son blancos y alargados y el número en cada postura depende de la especie. En
algunos casos tanto el macho como la hembra incuban los huevos. Ambos son agresivos cuando
se trata de defender sus huevos y crías. Las crías permanecen unas semanas en el nido donde
son alimentadas.
Es difícil ver búhos, pero los puedes reconocer fácilmente por sus llamados o canciones. La
mayoría de especies colombianas son muy poco conocidas.
PARA P ROFUNDIZAR
CANGREJO
Hay cangrejos marinos, de agua dulce y terrestres. Los que viven en el agua tienen branquias para
respirar, mientras que los de tierra tienen unas cavidades que funcionan como los pulmones. El
alimento de los cangrejos depende de la especie: algunos solo comen plantas, otros, animales
pequeños, otros consumen carroña y finalmente otras especies son omnívoras.
Tienen bien desarrollado el olfato y el gusto, lo que les sirve para identificar su alimento y también
sus parejas para reproducirse. Algunos tienen rituales complejos de cortejo y de comunicación, en
los cuales danzan con sus pinzas. Los cangrejos tienen sexos separados y los machos pelean
entre sí por las hembras. De los huevos que las hembras cargan en el abdomen salen unas larvas
diminutas, llamadas nauplio, que se desplazan con las mareas y corrientes y le sirven de alimento
a los peces. Estas larvas permanecen en el agua entre 30 y 45 días dependiendo de la especie,
para luego empezar a tomar la forma de cangrejo.
PARA P ROFUNDIZAR
JAGUAR
Panthera onca
El jaguar o “tigre”, es el felino más grande de América. Vive en selvas, sabanas y en algunas
montañas. Se distingue por tener una silueta robusta, una cabeza grande con largos colmillos y
una piel con manchas en forma de círculos o rosetas, que lo hace inconfundible. Sin embargo,
algunos individuos nacen con la piel oscura y es difícil distinguirles las manchas, por lo que la
gente piensa que no son jaguares.
El jaguar camina tanto de día como de noche. Es un animal de poder o fuerza más que de
velocidad. Puede correr rápido pero no por mucho tiempo porque se cansa. Aunque anda
principalmente por el suelo, es un buen trepador de árboles y también nada muy bien. Se dice que
el jaguar “pesca” de una manera muy particular: con su cola simula el ruido de un insecto cayendo
en el agua, engañando así a los peces que se acercan para comérselo. Sin embargo, la
especialidad del jaguar es la caza en tierra donde hace uso de sus herramientas más poderosas:
sus garras y sus colmillos, además de la astucia. Entre su alimento preferido están venados,
dantas, chigüiros, borugos, armadillos, micos y diversas aves. Cuando ha cazado, arrastra sus
presas a un lugar escondido para comérselas allí con tranquilidad.
Es difícil ver a un jaguar pero podemos saber de su presencia por las huellas y por los rasguños
que hace en los árboles para marcar su territorio. Un solo jaguar vive en un área de
aproximadamente 25 km2. Los machos, por lo general, no permiten la entrada de otros machos
pero toleran que las hembras cacen en su territorio. El encuentro entre machos y hembras se da
principalmente para reproducirse. Después de 3 meses de gestación, una hembra puede tener de
1 a 4 crías por camada, las cuales permanecen con la madre durante 18 meses. Pasado este
periodo de aprendizaje, las crías abandonan a la hembra y cada una busca un territorio para vivir.
Cuando su hábitat es destruido y sus presas naturales disminuyen, el jaguar empieza a comer el
ganado de la gente por lo que a veces es un animal muy perseguido. Su población ha disminuido
mucho, y actualmente es una especie amenazada.
PARA P ROFUNDIZAR
PALOMA
Familia Columbidae
Se encuentran en casi todos los hábitats, desde bosques tropicales hasta ciudades. Hay especies
solitarias y otras muy sociables que andan en grupos en los que suelen presentarse jerarquías.
Hay palomas terrestres y otras arbóreas; algunas se alimentan de frutos mientras que otras lo
hacen principalmente de semillas, y a través de sus excrementos dispersan semillas en los lugares
donde viven. Ocasionalmente comen insectos, caracoles, gusanos, hojas, brotes y flores. Las
diferencias de tamaño entre las palomas a menudo reflejan variaciones en la dieta y distribución de
los recursos; así, por ejemplo, las más grandes se comen las frutas de mayor tamaño dejando las
pequeñas a las de menor talla.
Cada especie tiene un canto propio y distintivo. Las palomas tienen una gran variedad de cantos y
llamadas que usan para encontrar pareja, avisar sobre peligros y defender sus territorios. Algunas
vocalizaciones de los machos son exclusivas para cortejar a las hembras. También realizan una
gran variedad de demostraciones de cortejo, ya sea en el suelo o en el aire. En el suelo, por
ejemplo, los machos de ciertas especies pueden levantar la cola, bajar la cabeza, sacudir las alas y
rasguñar el suelo con sus pies, mientras que vocalizan. También se hacen demostraciones en el
aire para señalar los límites territoriales.
Para algunas especies la época de reproducción está definida por la disponibilidad de comida en el
hábitat donde viven. Unas palomas hacen nidos en grupo y otras anidan solas, y dependiendo de
la especie los nidos son en árboles o en el suelo. Por lo general ponen de uno a dos huevos y
aunque los machos pueden ayudar a incubarlos, son las hembras las que lo hacen principalmente.
Los primeros días alimentan a las crías con “leche de buche” que, como su nombre lo dice, se
produce en el buche de los adultos y es muy nutritiva. Las crías empiezan a volar a los pocos días
de haber nacido aunque sus padres continúan alimentándolas por un tiempo más. Las palomas
son alimento para aves rapaces, y sus huevos, para las culebras.
PARA P ROFUNDIZAR
SAPO
Los sapos son anuros, es decir, anfibios sin cola, y por lo general tienen una piel áspera y con
verrugas. Entre sus características físicas se destacan por tener las patas posteriores más largas
que las anteriores, el cuerpo corto y redondo, la cabeza plana y sin cuello. Es por no tener cuello
que tienen que mover todo el cuerpo para poder orientar la cabeza hacia la dirección que quieren.
Con su fuerte musculatura se desplazan por medio de saltos.
Los sapos presentan metamorfosis. De los huevos, depositados en el agua, salen larvas con un
cuerpo rechoncho, una cola comprimida lateralmente y branquias externas para respirar bajo el
agua. A los pocos días sus branquias se hacen internas y toman la forma de lo que se denomina
renacuajos, estado en el que se mantienen durante semanas o meses, dependiendo de la especie.
Después comienza la metamorfosis y toman la apariencia de adulto: aparecen las patas, se
reducen las branquias y la cola, y se desarrollan los pulmones. Con esta forma los sapos salen del
agua y solo vuelven a ella para reproducirse. La larva y el adulto tienen dietas muy diferentes: los
primeros pueden comer material vegetal y animal, mientras que los adultos son carnívoros. Para
esto usan su lengua que es larga y pegajosa. La mayoría de sapos carecen de dientes. Los sapos
en general son excelentes depredadores de insectos y hasta de pequeños ratones, por lo cual
constituyen un control natural de plagas agrícolas o de plagas asociadas a viviendas humanas.
La piel de los adultos tiene capas superficiales de células ricas en queratina, lo que hace que en la
región dorsal de algunos sapos se formen unas elevaciones cónicas de la piel: las verrugas. Estas
capas se vuelven rígidas y como no se ensanchan a medida que el animal crece este muda o
cambia de piel. El sapo se la desprende en jirones rascándose con las patas traseras y delanteras
y generalmente se la come una vez que ha caído. La piel es permeable y el animal respira a través
de ella. También respiran por la boca pues su interior tiene muchos vasos sanguíneos por donde
se intercambian los gases. En la piel tienen glándulas mucosas y granulosas. Las primeras
producen una secreción que los protege de la deshidratación o desecación, y las segundas
producen diversas secreciones tóxicas o venenosas, que les sirven de defensa contra los
depredadores pues producen quemaduras en las mucosas de la boca de los animales que intentan
cazarlos y comerlos.
SERPIENTE O CULEBRA
Estos animales tienen cuerpos largos, sin patas, flexibles y cubiertos de escamas. Para moverse
en la tierra usualmente se resbalan sobre su abdomen usando sus músculos. Las escamas
protegen el cuerpo y evitan la pérdida de humedad. La culebra muda de piel cada cierto tiempo a
medida que el animal va creciendo. Los ojos están cubiertos por escamas transparentes y no por
párpados, por lo que siempre permanecen abiertos. Actúan como el lente de una cámara, capaces
de enfocar según la distancia del objeto que mira.
Es común verlas sacando su delgada y bifurcada lengua para llevar los olores a un órgano
sensitivo que tienen en la boca, llamado órgano de Jacobson. Así reconocen el alimento y los
peligros. Ellas no tienen oídos pero a través de sus mandíbulas y la cabeza pueden sentir las
vibraciones del suelo.
Las serpientes o culebras no regulan internamente su temperatura corporal, por lo que deben
realizar ciertas actividades para controlarla: se ponen al sol para calentarse o a la sombra para
enfriarse. Viven en casi todos los ecosistemas: desiertos, selvas, ríos, arroyos, océanos y lagos,
entre otros. Algunas permanecen en el suelo o debajo de él, otras en los árboles y otras pasan la
mayor parte de su vida en el agua.
Todas las culebras se alimentan de otros animales, inclusive de otras culebras. Las más pequeñas
comen insectos y gusanos; otras se alimentan de caracoles, huevos, anfibios, reptiles, aves o
mamíferos. Sus mandíbulas se mueven de manera independiente, lo que le permite comer presas
más grandes que sus bocas y tragárselas enteras. Matan a sus presas usando dos métodos,
dependiendo de la especie: unas las sofocan con su cuerpo y otras les inyectan veneno.
La cópula se realiza internamente, y el macho y la hembra juntan sus cloacas para aparearse. Los
machos poseen dos penes, llamados hemipenes, que les sirven par realizar la cópula y para
estimular y sostener a la hembra durante la misma, porque no tienen brazos. Las serpientes se
reproducen mediante huevos, y los períodos de incubación casi siempre se prolongan por varios
meses. Las serpientes pueden ser ovíparas u ovovivíparas. Las primeras ponen huevos que
pueden ocultar entre la hojarasca, en troncos podridos o en otros lugares. En este caso los huevos
se incuban sin la intervención de la hembra. En el caso de las serpientes ovovivíparas, los huevos
son retenidos en los oviductos y los animalitos salen vivos del vientre materno. El número de crías
depende de la especie y puede llegar a más de treinta.
PARA P ROFUNDIZAR
ZARIGÜEYA
Didelphis marsupialis
La zarigüeya es conocida en el campo también como chucha rabipelada. Este nombre se debe a
que su cola no tiene pelos, a diferencia del resto del cuerpo que está cubierto por unos pelos
ásperos y largos, que le dan una apariencia desgreñada. Es un animal pequeño que pesa cerca de
dos kilos cuando es adulto, siendo los machos más grandes que las hembras. Muy abundante, vive
tanto en hábitats naturales como intervenidos. Es solitario y principalmente nocturno aunque a
veces se le puede ver en las madrugadas. En las noches, cuando se alumbra una zarigüeya con
linterna, sus ojos se ven de color rojo brillante.
Anda principalmente por el suelo pero trepa bien a los árboles usando su cola prensil que le sirve
de apoyo y para agarrarse. Cuando la zarigüeya es molestada sube a los árboles y si se siente
amenazada emite un sonido similar a un silbido, se balancea de un lado a otro cambiando el peso
sobre sus pies delanteros, y a veces orina y defeca mientras se enrolla y da vueltas sobre sí
misma. Igualmente, cuando está en peligro, tiene un mecanismo de defensa muy particular: simula
estar muerta.
Este animal vive en huecos de árboles o en lugares donde hay muchos bejucos, aunque a veces
su madriguera está al nivel del suelo o debajo de éste, en cuevas, grietas de rocas, troncos huecos
o en refugios construidos por otros animales. Sus viviendas no son permanentes y cambian de
lugares constantemente. La zarigüeya tiene una dieta muy amplia y variada: vertebrados
pequeños, invertebrados, carroña, frutas y néctar.
El periodo de vida de una zarigüeya es de apenas dos años, por lo que las hembras ya son
maduras sexualmente a los siete meses. En la época de reproducción el macho corteja
activamente a la hembra y la gestación dura solo 14 días. Ella hace un nido con hojas y pastos que
carga enrollados en su cola. Una hembra puede tener dos o más camadas en un año, con un
promedio de 6 crías por parto, a las que carga en un marsupio o bolsa que queda cerca de las
tetillas, de donde las crías maman leche. A los 3 meses ya empiezan a alimentarse de comida
sólida.
PARA P ROFUNDIZAR
Anexo 3
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Hace mucho, mucho tiempo, vivía sobre la tierra un ser llamado Yiba, quien se alimentaba de
frutos silvestres porque en nuestro mundo aún no se sabía cultivar. En el mundo del agua vivía por
esa época una gran boa llamada Ide Jino, quien sí cultivaba yuca, plátano, ñame, chontaduro y los
otros alimentos que hoy se encuentran entre nosotros los Makunas.
Lo que les voy a contar ocurrió en este mismo territorio donde vivimos los Makunas, a orillas del río
Vaupés que lleva sus aguas al Amazonas.
Un día cualquiera, las cuatro hijas de Ide Jino salieron del agua en busca de los frutos del único
árbol comestible que existía sobre la tierra. Yiba quedó fascinado por la belleza de las jovencitas, al
punto que tramó la forma como podría retener a una de ellas para que fuera su esposa.
Yiba sabía que era difícil enamorar a alguna de ellas y por eso decidió utilizar sus poderes y
convertirse en cortadera, una planta con largas cintas que cortan a quien pasa sin cuidado. Al día
siguiente, cuando las jóvenes regresaron, notaron la presencia de la cortadera y cuidaron de no
enredarse en ella; pero Yavira, siempre descuidada y distraída, enredó su cabello en la mata. Así
fue como Yiba tomó como mujer a Yavira.
Yavira enfermó al poco tiempo por la falta de alimentos en el mundo de su esposo. Ella estaba
acostumbrada a comer yuca, plátano, ñame, chontaduro y otros alimentos que cultivaba su padre,
Ide Jino, la gran boa. Su vida transcurría triste y aburrida, cuando un día, estando recostada en la
hamaca, le cayó la pepa de un fruto que comía una ardilla. Por curiosidad la probó y de inmediato
reconoció el sabor de uno de los frutos que cultivaba su padre. Fue un golpe que le hizo tomar
fuerzas para recuperarse y decidirse a visitar a su padre, Ide Jino.
Le comentó a su esposo Yiba su deseo y él decidió acompañarla. Al llegar a la orilla del río Yavira
se convirtió en boa y se metió en el agua. Yiba la esperó un rato pero luego de unas horas se
aburrió y se fue a casa. Yavira regresó cargada de alimentos deliciosos que naturalmente
compartió con su marido. Como le gustaron tanto, éste ordenó a su esposa que pidiera a su padre,
Ide Jino, las semillas de los alimentos.
Ide Jino sintió que no podía negarse a lo que pedía su hija. Sin embargo, dudó un poco pues sabía
que su yerno, Yiba, era flojo, desobediente y perezoso y quizás no los cultivaría bien. A pesar de
esto, le dio las semillas a su hija.
Cuando Yavira entregó las semillas a su esposo le dijo que para tener una buena cosecha su
padre le aconsejaba limpiar la maleza de un terreno extenso y dejar todo preparado para que él
mismo, Ide Jino, sembrara. Yiba dijo que sí. Pero mentiras, no limpió nada y la chagra, es decir, el
terreno de cultivo, quedó en malas condiciones.
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Al anochecer Ide Jino fue a sembrar las semillas, pero al intentar desenrollar su enorme cuerpo de
boa en el terreno no tuvo el espacio suficiente para sembrarlas. Se enojó mucho con su yerno y
decidió plantar solamente las semillas de coca.
A pesar de lo ocurrido, Yiba convenció nuevamente a Yavira para que regresara a casa de su
suegro a solicitar más alimentos; esta vez Ide Jino solo envió unos pescados quemados cubiertos
con hojas secas. Antes de que Yavira saliera, Ide Jino le advirtió que le dijera a Yiba que no
comiera del atado sino que lo sembrara alrededor de su gran casa comunal, la maloka.
Cuando Yiba recibió el mensaje se enfureció, no hizo caso y se comió todo. Al rato, enfermó de
mareo y empezó a vomitar en el patio. De este vómito nacieron las primeras plantas de tabaco.
Yiba no perdía las esperanzas de que su suegro, Ide Jino, le regalara algunas semillas de
alimentos bien ricos, por esto convenció otra vez a Yavira para que pidiera la semilla de yuca. Ide
Jino de nuevo le mandó a decir que tumbara una chagra y que esta vez sus hijas irían a sembrar.
Le advirtió además que cuando ellas fueran no podía mirarlas.
Yiba limpió la chagra y tenía la intención de no mirar a sus cuñadas; sin embargo, al escucharlas
presintió que se estaban burlando de él, se enfadó y salió a reclamarles. Las mujeres
desaparecieron y dejaron el cultivo sin terminar.
Yavira regañó a Yiba por lo que había hecho y se enojó muchísimo. Pensando en arreglar las
cosas, él organizó una fiesta de pepas comestibles y decidió invitar a su suegro. Lo hizo porque
creía que su suegro llevaría frutas y muchos ricos alimentos.
Ide Jino se negó a ir a la fiesta y de hecho no fue, pero envió a sus hijos varones para que
acompañaran a las frutas, pepas y alimentos, quienes irían al baile con forma humana. Yiba, con la
furia que tenía porque su suegro no había aceptado la invitación, no pensó ni por un solo momento
que esas personas fueran los frutos y alimentos que tanto quería.
Yavira tuvo que atender y bailar con todos los invitados, tomando el lugar de dueña del baile y de la
maloka. Al amanecer, ya aburrida de ver que su esposo era un flojo incorregible decidió irse con
los invitados y dejó abandonado y a su suerte a Yiba, a la maloka y a los primeros cultivos que
existieron en el mundo.
Los Makunas de hoy no somos perezosos como lo fue Yiba. Preparamos muy bien los espacios de
cultivo y trabajamos con empeño para obtener los alimentos básicos para nuestra vida. Cuidamos
la selva y esta es generosa con nosotros.
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Anexo 4
Para reflexionar
Los mitos son historias con funciones sociales y rituales, que buscan guardar la memoria de los
pueblos (etnohistoria) y que atesoran una forma de ver y entender el mundo (etnociencia). El mito
se entiende como opuesto a lo histórico pero no a lo real. Por tratarse de tradiciones orales que se
dicen en circunstancias especiales (y con frecuencia sagradas) en las comunidades indígenas,
nosotros los conocemos principalmente por las transcripciones que han realizado de ellos los
antropólogos y lingüistas. Así, los mitos que conocemos pertenecen a las tradiciones actuales. El
único registro que existe sobre mitos prehispánicos es el de las versiones hechas por los cronistas,
que con frecuencia son etnocéntricas (es decir, no podían aceptar que otras gentes y otras culturas
pensaran distinto o tuvieran distintas religiones).
La especie humana se diferencia de los animales ante todo porque para vivir en sociedad produce
un sinnúmero de convenciones ajenas por completo a la herencia biológica, que se transmiten de
generación en generación al interior de cada grupo mediante la enseñanza y el ejemplo. Son la
cultura: el conjunto de experiencias, ideales, normas, reglas de vida, conocimientos, tradiciones,
lenguaje, etc., que caracterizan a cada grupo social.
No hay ni puede haber personas sin cultura. Los humanos requerimos este bagaje para suplir
varias de nuestras deficiencias biológicas (no volamos pero inventamos el avión, no tenemos
fauces como el león pero descubrimos el cuchillo, no resistimos el frío como el oso polar pero
desarrollamos el igloo o el Dupont); además, compartir una cultura es indispensable para
establecer qué está permitido y qué es correcto o indebido para la vida en conjunto (no sólo los
modales en la mesa, sino qué idioma hablamos, con quienes nos podemos casar y con quienes
sería pecado hacerlo, a quién obedecemos, en qué confiamos). La cultura es de tal importancia
que con frecuencia la damos por hecho y se nos olvida que estamos viviendo en, para y gracias a
ella, y que ella define y da forma a cada uno de los elementos que nos rodean. Todos tenemos
cultura, pero cada grupo humano tiene una propia y distinta.
territorio con sus vecinos silvestres. No pudiendo evadir la presencia animal este comenzó a formar
parte de las creencias y actitudes indígenas.
Para los indígenas, en el principio no había diferencia entre hombre y animales. Cuando vino la
muerte, apareció el tiempo y los hombres quedaron por fuera de ese mundo primordial, fuente de
poder. Por medio del ritual, con sus bailes, cantos y máscaras los hombres regresan a ese estado
de hombre-animal que le proporciona el control del universo.
No hay línea divisoria estricta entre el hombre y el animal. Los animales se consideran
esencialmente como seres dotados de todas las características del hombre con la sola excepción
de su aspecto exterior. Se cree que los animales hablan, piensan, tienen alma y viven una vida
organizada como los seres humanos. Incluso, para varias comunidades amazónicas los animales
“en sus casas” tiene apariencia humana, pero se visten con pieles al venir entre nosotros.
Fueron muchas las razones para que el indígena representara al animal: le sirvió de alimento, le
intrigó por su aspecto o lo admiró por sus poderes. El vuelo, la agudeza de la vista, la agresividad,
la capacidad de camuflaje o de simular la muerte fueron cualidades que le llamaron la atención
profundamente. Por ello, los animales se convirtieron en auxiliares de los chamanes y las
máscaras zoomorfas le permitieron identificarse con ellos.
El águila, el cóndor, la serpiente y el jaguar fueron los animales que con mayor frecuencia se
repitieron en la iconografía y cada uno de ellos tuvo un significado especial. Los primeros dominan
el aire, la serpiente muda cíclicamente de piel en lo que parece ser un eterno renacer y el tercero
domina y devora a todos los animales.
La representación de la fauna en la zona Calima aparece a partir del período Ilama, siendo
especialmente abundante en las alcarrazas cuyo cuerpo representa al del animal. Plasmaron
animales de hábitos diurnos y nocturnos como el armadillo y la zarigüeya y otros que por su
aspecto atractivo o su comportamiento llamaron la atención como el búho, los monos y el pájaro
carpintero. En las vasijas llamadas canasteros representaron al hombre mezclado con animales
como serpientes y murciélagos que por ser de hábitos nocturnos y vivir en cueva se asociaron con
la oscuridad y el mundo de la muerte.
En el período Yotoco se continúan representando micos y sapos en las alcarrazas. En el trabajo
orfebre hay representaciones de animales en narigueras, orejeras, cuentas de collar y alfileres,
bien sea solos o en combinación con otros animales y hombres.
En el período Sonso los patrones culturales y el medio natural cambian alejando al hombre del
animal y por consiguiente desaparece esa estrecha relación y las correspondientes
representaciones en cerámica y orfebrería. Hay unas pocas vasijas con figuras poco definidas
como aquella que parece representar un perro mudo, especie domesticada por los indígenas.
PARA P ROFUNDIZAR
Anexo 5
La arqueología del Valle del Cauca
En las colinas del alto y medio río Calima y en la suela plana del río Cauca, en el Valle del Cauca,
se observan vestigios de casi 9.000 años de poblamiento: antiguas viviendas, campos de cultivo,
cementerios y caminos de sociedades que inicialmente fueron de cazadores-recolectores y luego
de agricultores, ceramistas y orfebres. Los arqueólogos dividen esta historia en períodos que
denominan Precerámico, Ilama, Yotoco-Malagana y Sonso.
Felinos, armadillos, búhos y palomas fueron animales de la región Calima que los alfareros
plasmaron en representaciones realistas. Otros seres fabulosos, probablemente míticos, combinan
rasgos de humano, felino, anfibio, murciélago y serpiente, tal vez con la intención de hacer propia
la fuerza, audacia, fiereza y agilidad de estos animales.
En el primer milenio de nuestra era la población aumentó en el valle de Calima. Las viviendas se
construyeron sobre plataformas en las laderas, se abrieron caminos y se despejaron áreas de
bosques para adecuarlas al cultivo con tecnologías de camellones elevados y canales de drenaje.
Los líderes se rodearon de especialistas que les produjeron objetos suntuarios y vistosos de
orfebrería y otros materiales que a su muerte los acompañaron como ajuares funerarios.
El oro fino se prestaba para elaborar estos adornos porque es maleable y puede ser martillado,
repujado, recortado y pulido para crear objetos que juegan con el sonido y los reflejos de luz. En
anillos y narigueras de la región Calima, como en la Costa Pacífica, se usó la granulación o
soldadura por fusión.
Pero más allá de la tecnología es el simbolismo el que explica la importancia del metal sagrado.
Eterno, brillante y amarillo, el oro está relacionado en el cosmos amerindio con el sol que renueva
la vida todos los días. Al vestirse de oro, los caciques comunicaban a la comunidad que su poder
propiciaba la fertilidad y la vida.
Las figuras de hombres y mujeres muestran los adornos y tocados típicos del período Yotoco-
Malagana de la región Calima. Los lóbulos de las orejas se distendían para llevar orejeras en forma
de carrete, de las que se suspendían grandes platos de metal. En las diademas usadas en la
frente, en los pectorales, y en colgantes cuyo uso no es muy claro, se repite, uniforme y
enigmático, un mismo rostro humano dorado. Es un rostro emblemático que lleva puestas una
nariguera en forma de felino y orejeras en forma de carrete con colgantes. Este ícono expresaba
valores, creencias e ideales de belleza y respaldaba el poder y rango de quienes lo usaban.
Parafernalia ritual
La comunidad se reúne en el ritual para expresar los lazos sociales, políticos, económicos y
religiosos que la unen. Los objetos sagrados, los poporos y las máscaras, el uso de bebidas y de
plantas asociadas a la divinidad, los bailes, cantos y ceremonias, marcan los momentos más
importantes de la vida tanto de los individuos como del grupo social.
Se llama poporos a los recipientes para guardar y llevar la cal usada en la masticación ritual de la
hoja de coca. Tienen formas de figuras humanas; de animales como conchas, aves, caimanes y
felinos, y de vegetales como maíces, totumos y calabazas.
Los sarcófagos de madera y los ajuares compuestos por elementos cotidianos de trabajo, como
arpones, lanzas y dardos de palma, reflejan el cambio en el significado de los objetos materiales.
En la restauración de este sarcófago, fechado por carbono 14 en 1250 d.C., fueron hallados restos
de textil, madera y vegetales como semillas de algodón. Se develaron además las huellas del
amarre exterior de la tapa. El material orgánico se preservó gracias a que las tumbas estuvieron
inundadas con agua estancada, sin oxígeno y por ende sin vida bacteriana que pudiera
deteriorarlo.
PARA P ROFUNDIZAR
Anexo 6
J I R A Y A U M A
Fernando Urbina Rangel
fernandourbinarangel@hotmail.com
Este relato junto con muchos otros fue hecho por don José Octavio García, en La
Samaritana (Pto. Leguízamo, Putumayo) en el año de 1971. Octavio —en la foto—
es hablante de uitoto (dialecto bue), y es hijo del gran sabedor Don José García,
gente de Muinanî. Actualmente vive en Leticia.
Todo mito se inscribe dentro de un conjunto de relatos que se van engarzando
hasta constituir una constelación desde la cual cada símbolo termina por develar
siempre un poco más su sentido, sin poder agotarlo. Es la «máquina mitológica», la
que más incentiva crear en la eterna búsqueda del sentido. Además, los mitos
hacen parte a su vez de ese código inmenso que es cada cultura; es desde ella
desde donde se pueden cosechar los más profundos y valederos significados de
los mitos. Sólo que toda cultura está siempre incompleta. No estarlo sería ir contra
la esencia misma del hombre. Lo creado siempre requiere de una nueva creación
que la trate de englobar y así siempre. Con lo opuesto jamás se habría salido de la
nada, o, lo que es lo mismo, del paraíso: sería en el fondo la «jartera» infinita. Por
fortuna ésta no es posible.
Todo mito queda en cierta medida abierto. Nunca concluye de manera total; su
trama generalmente se despliega y continúa en otros. Recordemos Las mil y una
noches.
La presente versión ya cuenta con una corrección del pedregoso castellano de
quien hizo el relato original.
PARA P ROFUNDIZAR
En ese tiempo vivía una mujer mala que tenía una hija muy bonita. Todos los hombres que se
comprometían con ella, terminaban siendo víctimas de la mamá. Esa mujer se llamaba Jîdobariño 1
era una temible asesina; a la hija la tenía como negocio.
Cuentan nuestros viejos que Jirayauma tenía un hermano menor. Una vez el muchacho
salió de cacería y no volvió ni ese día ni al siguiente.
Jirayauma se fue en busca del joven e inexperto cazador; le seguía el rastro. Después de
andar varios días, llegó a la maloca de esas mujeres. Cuando el hombre entró, encontró sola a la
muchacha; le pareció tan bonita que inmediatamente le propuso amores.
Resulta que la vieja poco lo pasaba en la maloca; todos los días salía de cacería para
comer, sola, pues era terriblemente golosa. Siempre llegaba por la tarde, y cuando encontraba
algún hombre en la maloca, de los muchos que llegaban atraídos por la belleza de la hija, pues ahí
mismo lo mataba y se lo comía. Pero con el héroe las cosas no iban a ser iguales.
Primeramente, la muchacha negó que alguien hubiera llegado allí; es que se había
enamorado perdidamente de Jirayauma, tanto, que hasta llegó a revelarle el secreto (Poder) de la
mamá. Así le dijo:
-Mi mamá llegará tarde y querrá comerte; en ese caso harás lo que yo te diga. Ella te
ordenará que te pares en el vano de la puerta; luego, se volteará y, agachándose, te disparará un
pedo. Si pretendes salvarte, cuando ella se incline, tú has de saltar y esconderte detrás de uno de
los estantillos de la entrada; tan pronto ella haya terminado de disparar, debes regresar al punto
donde ella te mandó parar.
Así estuvieron hablando. Cuando sintieron que la vieja se acercaba, la muchacha
escondió a Jirayauma en una gran olla, cosa que con ningún pretendiente había hecho antes. Al
poco rato entró la mamá diciendo, como de costumbre:
-–Por aquí huele a mi comida; por aquí percibo el aroma de mis frutas2.
Y empezó a buscar por todos lados. Entonces, al ver que la mamá ya le iba a descubrir a
su enamorado, dijo:
-–Mama, ¿por qué no me dejas vivir tranquila con el hombre que ha llegado? El es
cazador. El traerá carne para que tú no tengas que buscar más; así podrás permanecer tranquila
en la maloca.
Jîdobariño preguntó en forma muy interesada:
–¿Y dónde está ese hombre? Quiero conocerlo.
Entonces la muchacha levantó la olla que cubría a Jirayauma; el hombre se enderezó y
saludó a su suegra y le formuló el deseo de vivir con su hija. Oída la petición, la formidable anciana
le contestó diciendo:
-Si quieres ser mi yerno tienes que pararte en mitad de la puerta.
El hombre ya sabía lo qué iba a pasar. Cuando Jirayauma se colocó en el vano de la
puerta, la vieja se volteó para disparar su flato, pero, inmediatamente, el héroe se hizo a un lado.
Entonces, el rayo disparado por la ogresa pasó de largo; tan pronto falló el disparo, el cazador se
1
El nombre de esta ogresa viene de jîdo órgano sexual femenino, vulva, vagina. El relato mismo
da cuenta y razón suficiente del por qué de su nombre.
2
Con frecuencia se da la asimilación entre hombre y fruta. Una expresión corriente en las charlas
rituales es decir "el hombre es como fruta", "somos frutas". Con esto se alude a una tradición que
hace ver al hombre como originándose en una matriz vegetal, contraponiéndose a otras mitologías
paralelas en las que prima la matriz animal.
PARA P ROFUNDIZAR
paró otra vez en medio de la entrada. Luego la vieja, pensando que lo había matado, se volteó a
ver y mucha fue su sorpresa al encontrar al hombre todavía allí, sin ningún daño. Al ver que no lo
había podido matar, pidió disculpas y le dijo:
-Ya eres mi yerno. Tú sí puedes vivir con mi hija porque fuiste capaz de burlarte de mí.
Entonces, Jirayauma comenzó en secreto la investigación sobre el paradero de su
hermano.
Al día siguiente se fue de cacería, y ya por la tarde volvió con muchas y buenas piezas
de monte para darle de comer a su suegra. Cuando entró en la maloca, encontró a la ogresa
renegando por causa del hambre. El cazador le entregó inmediatamente las numerosas presas, las
que ella devoró en un instante, quedando con la misma hambre. Siguió renegando, a pesar de que
el yerno le había entregado muchos animales. Alegaba diciendo:
-A mí eso no me sirvió para nada. Mañana yo misma iré a buscar.
Resulta que ella era la Dueña-de-los-salados, esos lugares a donde muchos animales
llegan a lamer el barro. De esa manera ella podía conseguir la cantidad necesaria de bestias para
satisfacer su espantoso apetito. Ella convocaba a todos los animales a lamer en ese salado.
Llegaba una danta y ¡tras...po!, la mataba y se la comía, de un solo bocado y ya por la tarde,
repleta, regresaba a la maloca.
Jirayauma le siguió los pasos a la suegra para saber qué tanto hacía en el monte y cómo
era su técnica de caza; por fin vio y supo todo. Y es que la vulva de la mujer era el salado. Ella se
espernancaba y de su vagina manaban las sustancias minerales que tanto apetecen los animales
del monte 3.
Jirayauma había recibido el encargo de vigilar por la noche el búho de su suegra. En
ocasiones era la propia vieja quien lo cuidaba, y en otros momentos era a él a quien le
correspondía la tarea. Se trataba de no dejarlo hablar; cuando lo intentaba, lo espantaban. Es que
la vieja no quería que la bestezuela hablara, no fuera, de pronto, a revelar la forma en que había
muerto el hermano de Jirayauma. Cada vez que el bicho comenzaba a cantar, le arrojaban una
bola de almidón; así dejaba de hablar. Hasta que un día, el hermano de la víctima entró en
sospecha de esa tarea y dijo entre sí:
–Esta noche averiguaré por qué mi suegra no deja que el pajarraco ese hable. Despejaré
ese secreto.
Entonces se alistó para esa noche. Lo primero que hizo fue infundirle un profundo sueño
a las dos mujeres. Esperó un rato. Cuando ya comprobó que estaban bien dormidas, dejó que
cantara el pajarraco. La bestezuela en su canto dijo:
-Del hermano
de Jirayauma
bajo la ortiga
está la cabeza.
3
Los salados son lugares barrialosos en donde afloran sustancias minerales. Son frecuentados
por infinidad de especies animales que se acercan a consumir dichas sustancias. Los cazadores
suelen armar en ellos sus asechanzas; pero como son sitios cargados de Poder, el frecuentarlos
está sujeto a una serie de restricciones rituales, muchas de las cuales estructuran un correcto y
equilibrado manejo del entorno. Estas normas han ido perdiendo vigencia dentro del paulatino
abandono de la tradición estricta, contribuyendo con ello a al colapso faunístico por exceso de
predación.
PARA P ROFUNDIZAR
Tan pronto Jirayauma escuchó la canción, lleno de furia, en lugar de arrojarle una bola de
almidón, la tiró un tizón. La brasa se estrelló contra el palo en que estaba posado el búho y volaron
chispas. Ese fue el origen de la candelilla 4 que escribe en el aire en las noches oscuras.
Enseguida, el hombre corrió a comprobar si era cierto lo que había cantado el pájaro.
Buscó la cabeza debajo de la mata de ortiga y la encontró, y no solamente halló la del hermano:
había muchas más, las de toda esa juventud que la vieja había exterminado a causa de su
insaciable apetencia. Luego, Jirayauma regresó al lugar donde hacía guardia habitualmente. En
ese momento se despertó la ogresa y dijo:
–¿No cantó el pájaro? Yo me quedé dormida.
Entonces el hombre, solapadamente, contestó:
–No. Iba a cantar, pero no dejé que lo hiciera.
Luego la mujer volvió a quedarse dormida y el astuto héroe permaneció a su lado
haciendo planes para vengar a todos esos jóvenes que murieron por causa de la angurria de su
suegra. Al otro día le dijo a su mujer:
–No vayas a regresar muy pronto de la chagra porque voy a preparar el veneno para mis
flechas 5. No está fuerte y por eso ayer se me escaparon muchos animales.
Fue así como él se quedó solo en la maloca; pero antes de irse para la finca, la mujer
regó ceniza alrededor del marido, donde éste permanecía sentado, de tal manera que dejara sus
huellas marcadas en caso de cambiar de puesto. Ella le había prohibido moverse de allí.
Tan pronto se marchó la mujer de la maloca rumbo al sembradío, él se transformó en
picaflor. Su suegra había salido hacía rato a cazar; convertido en pajarito voló desde la maloca,
resuelto a eliminarla para tomar venganza del asesinato de su hermano. Como él sabía ya a qué
lugar se encaminaba ella, se fue directo y la encontró sentada con las piernas abiertas, esperando
que los animales se pusieran a su alcance para agarrarlos y tragárselos. Entonces, el hombre se
ubicó frente a ella y le comenzó a disparar dardos; pero sólo logró matarla cuando una de las
flechas acertó en su sexo.
Al expirar la ogresa, el cielo se encapotó y tembló la tierra. Enseguida, él hombre retiró el
cuero de la cara del cadáver y de inmediato regresó a la maloca para que su mujer no cayera en
cuenta de nada.
Fue así como terminó esta mujer asesina que tanta juventud había exterminado.
No obstante la treta empleada por Jirayauma, la hija supo, por causa del temblor y de la
oscuridad, que la mamá había muerto. Regresó de la chagra muy triste. Cuando llegó a la maloca
encontró al marido sentado en el mismo lugar en que ella lo había dejado al irse. En su mano tenía
un pajarito de color azul y amarillo. Eso lo hizo con el cuero de la cara de la suegra. La avecilla
tenía los colores con que la suegra se pintaba habitualmente. Al ver a su mujer dijo:
–Yo creo que mi veneno ahora sí está bueno porque pude matar este pajarito, desde
aquí, cuando entró a la maloca.
Ella, con tristeza, contestó:
4
Luciérnaga.
5
La presencia de la mujer puede echar a pique el veneno, lo que implica un manejo ritual de
asimilación y manejo de poder. Esa es la razón que tiene en cuenta Jirayauma; y es una razón sufi-
ciente. La mujer dentro de la sistemática de los uitotos y muinanes –y en la de infinidad de
culturas– está cerca de lo caótico fontal; de ahí su extrema fuerza. De no poseerla en grado sumo,
no podría dar vida; pero esa misma potencia la hace peligrosa para el orden de la cultura cuyo rol
el varón cree generar, manejar y pretende usufructuar prioritariamente. La preparación del veneno
es un «acto cultural estrictamente masculino».
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–¿Tú no le hiciste algo a mi mamá? Porque yo creo que a ella algo le pasó.
Prestamente él alegó diciendo:
–¡Yo qué voy a saber de tu mama! Ni sé a dónde se habrá ido, ni tampoco me he movido
de aquí; tan sólo me levanté a matar ese pájaro.
Entró la noche y nada que aparecía la vieja. La mujer andaba maliciosa, no le creía
mucho a Jirayauma aunque él insistía sobre no saber nada acerca de la suegra; para consolarla le
decía:
–Yo creo que tu mamá se ha ido muy lejos buscando cacería; no te enojes ni te pongas
triste, ya llegará.
Siempre él y ella andaban con los mismos reproches y palabras hasta que, de pronto,
oyeron la voz de la mamá que venía cantando, así:
–¡Hija, hija!:
mi yerno Jirayauma
flechó mi sexo.
Ya no vendré más junto a ti.
Al oír que ella venía cantando, él dijo:
–¿Cómo dijiste que yo maté a tu mamá? ¿No oyes que es ella quien viene cantando?
Enseguida, ella cambió de ánimo y se puso muy contenta. Sin embargo, pasaban y
pasaban las horas y la vieja nada que llegaba. Esa voz que ellos oyeron era el espíritu de ella
anunciando su muerte.
Cuando ya pasó mucho rato de espera inútil, se fueron a dormir. Entonces, la mujer
abrazó al marido. No era por cariño que lo hacía; era por todo lo contrario: para que nada
sospechara y para que no pudiera escaparse. Durmieron bien. Al despertar Jirayauma, se dio
cuenta que estaba abrazado a un enorme tigre. De veras se asustó.
Muy despacio y con mucho sigilo se liberó del mortal abrazo y, poniendo en su lugar
una cáscara de palma de chonta, salió de la maloca. Con presteza, trepó a un palo de balso que
había en el patio. A medida que subía iba pelando el tronco de tal manera que el tigre no tuviera en
dónde clavar las garras para subir. Estando sentado allí arriba, en la copa, oyó cuando se despertó
la fiera y comenzó a morder y a desgarrar la cáscara esa. El dijo entre sí:
–¡Que tal si yo no hubiera salido, me hubiera hecho lo que le hace a la cáscara de chonta
y me hubiera tragado!
Cuando la tigresa se dio cuenta de que no era su marido lo que estaba entre sus garras,
salió de la maloca en busca del enemigo. Rastreó sus huellas por todos los caminos. Al no
encontrar nada regresó a la maloca, pero cuando pasó junto al árbol de balso, alcanzó a ver una
sombra que la luna proyectaba en la cepa del palo; la fiera se abalanzó sobre ella. Jirayauma
pensó que bien pronto iba a dar con él, a causa de su sombra, y así fue.
El hombre se movía pues la tigresa mandaba zancudos y tábanos para descubrir a su
enemigo 6. Después de tanto arañar la sombra 7, la bestia se cansó y miró hacia arriba y vio a su
marido sentado en las ramas del balso. La tigresa preguntó en rugido amable 8:
6
La presencia de los grandes mamíferos en la manigua va acompañada de una verdadera legión
de insectos: zancudos, tábanos, garrapatas... que viven a sus expensas. Se los considera «sus
servidores» o «huérfanos» (jaîenikî).
7
Es creencia muy extendida en varias culturas amazónicas que cuando un jaguar araña el rastro
dejado por una persona, ésta se enferma. En este caso el rastro es la sombra, entidad que tiene
una especialísima connotación entre los uitotos y muinanes. Se cree que posee una cierta
PARA P ROFUNDIZAR
autonomía. Un bello mito antropogónico de los muinanes habla de cómo el Padre Creador buscaba
la manera de conformar un ser como él para que le sirviera de interlocutor. No olvidemos que en
estas culturas un hombre sólo llegará a la plenitud cuando es padre, es decir cuando pueda tener
al frente alguien que le responda en las charlas rituales del mambeadero. Pues bien, el dios
buscaba. De pronto vio su propia sombra cuando la primera luz proyectó su cuerpo en el suelo de
la primera maloca, base del primer mundo. Vio que se movía. Con ella formó al primer hombre.
Comenzó a hablarle. La sombra respondía pronunciando las últimas palabras del dios. Somos,
según los uitotos y muinanes, la sombra y el eco del Padre Primordial (el eco es la sombra del
sonido).
8
El ronroneo de los felinos es un «rugido amable».
9
La luz solar –al igual que en la cultura occidental– trae aparejado el destierro de lo primordial, lo
cual guarda estrecha relación con lo «indeterminado». El simbolismo se refiere a que en la luz
diurna las cosas quedan en sus límites, es decir «definidas»; así, la extraordinaria mujer-jaguar
vuelve a ser mujer normal. Entre las sombras nocturnas las cosas al difuminar sus límites, permiten
retrotraer las fuerzas originales.
PARA P ROFUNDIZAR
–¿Guizirre?10
Y éste le contestaba, confirmándole a la mujer que aún se encontraba con vida. Sucedía
todos los días de igual forma, hasta que una vez, el prisionero, que ya estaba planeando su fuga,
resolvió no contestar cuando ella lo llamara. Ese día pensó la mujer que su marido por fin había
muerto. Regresó como a los tres días con el ánimo de confirmar si realmente había fallecido. Fue
cuando Jirayauma le hizo una picardía: defecó en el centro de la maloca y aguardó a ver qué
pasaba.
Llegó la mujer-jaguar y lo llamó, pero no obtuvo respuesta alguna. Entonces para
cerciorarse plenamente de la muerte del hombre, ella introdujo una vara por la cumbrera de la
maloca y tanteó con ella en el piso. Luego extrajo la pértiga y olió la punta. Dijo:
–¡Ah...! Indudablemente Jirayauma murió hace tiempo porque ya está podrido.
El prisionero alzó la vista y alcanzó a distinguir el agujerito dejado por la vara al penetrar
y salir por el techo. Por ahí se colaba un rayito de sol. Entonces metió su bodoquera por ese orificio
y a continuación, tomando la forma de un lagartijo 11, se introdujo por el tubo y salió. Es por eso que
los rayos del sol cuando penetran en la maloca, por los agujeros que se hacen en las crisnejas
deterioradas del techo, nos recuerdan «la cerbatana de Jirayauma», o también nos recuerdan «las
lanzas de Sol» 12.
Cuando salió en forma de lagarto, notó que el tigre andaba por ahí gozándose con su
presunta muerte; la bestia alardeaba:
–¿¡Cómo decía él que nadie lo podía matar!?
Al oír esto y para echarle a pique su regocijo, Jirayauma, quien ya había tomado
nuevamente la forma de picaflor, se rió y alzando el vuelo gritó:
–A Guizirre nadie mata.
Al ver la mujer-jaguar que el hombre se burlaba de ella, le dió la orden a todos los
animales para que lo mataran. Así les dijo:
–Allá va el cerbatanero, el cazador que mató a mi madre, la poderosa Dueña-de-los-
salados, la temible Jîdobariño. Hay que detenerlo en su huida para que yo le dé alcance y pueda
tomar venganza por su muerte.
Todos le contestaron dando su asentimiento, temerosos del formidable poder de la nueva
ogresa; sólo que algunos lo hicieron de mala gana pues poco o nunca iban a los salados 13. Tan
10
.- Uno de los nombres que adopta el Sol, en idioma de muinanî. Casi todos los héroes son en el
fondo «advocaciones» de una única Fuerza divina. El héroe por excelencia es Sol.
11
Este animal es llamado konago en uitoto. Se trata de una especie arborícola que se deja
aquerenciar en las malocas, donde se convierte en un control de plagas, toda vez que hace del
techo de palma su coto de caza. Las cucarachas constituyen su principal presa. Es la razón para
que los indígenas denominen el beneficioso animalito «el baygón de las malocas», por ser éste un
conocido insecticida.
12
El polvillo suspendido en el aire y el humo que despiden los fogones en la semioscuridad propia
de las malocas, propicia la clara visualización de los rayos del sol al penetrar por los intersticios de
la techumbre.
13
Entre las múltiples características sobre las cuales se pueden elaborar clasificaciones
(taxonomías) prácticas, figura ésta. Hay muchas más –recuerdan las bellas y agudas
clasificaciones borgianas–, tengamos en cuenta algunas entre las múltiples referidas a las aves y
cuya memorización resulta tan útil a las cazadores: «pájaros que cantan sólo en la aurora porque
festejan el movimiento», «pájaros que sólo cantan en el crepúsculo porque festejan el reposo»,
«pájaros que sólo cantan cuando llegan a la orilla de las chagras para advertir a sus congéneres y
tener mucho cuidado con el hombre»: «pàjaros que sólo cantan cuando se posan en las ramas
PARA P ROFUNDIZAR
pronto Jirayauma salió volando, ella inició su persecución por tierra, saltando y lanzándole
zarpazos, pero como no pudo agarrarlo, desencadenó un huracán para que diera con él en el
suelo. Y así fue. El cayó y se transformó de nuevo en hombre, siempre perseguido por la mujer-
tigre.
Cuando ella notó que no lo podía alcanzar, hizo un gesto de poder para atajarlo, creando
una barrera con troncos espinosos de palma cumare. Llegando a ese punto, que le cortaba el
camino de la huida, Jirayauma pensaba cómo iba a superar el obstáculo creado por semejante
espinero. Estaba él parado ahí, cuando de repente apareció Jayo, la culebra. Ella le habló diciendo:
–¿Qué haces ahí parado?
–Estoy mirando cómo pasar. Es que hay mucha espina –contestó el fugitivo y luego
agregó:
–¿Por qué no me ayudas a cruzar al otro lado?
–Entonces la serpiente le contestó:
–No, porque cuando tú estabas en buenas condiciones me matabas.
Pero Jirayauma repuso:
–Eso era cuando yo estaba libre; de hoy en adelante te respetaré; tampoco tú le harás
daño a nadie. Para que me lleves, yo te pagaré obsequiándote la bodoquera de mi padre.
Entonces, él se sentó encima de la serpiente y pasó al otro lado continuando su huida. La
culebra quedó muy contenta con el regalo, que desde ese tiempo luce en su lomo 14; además ella
cumplió su otro compromiso y de venenosa que era, pasó a ser inofensiva para los humanos. En
tanto, la perseguidora, creyendo que con ese espinero lograría parar al fugitivo, llegó muy contenta
a ese lugar; pero un buen disgusto se llevó pues allí no había nadie, tan sólo estaba la víbora
arrastrándose encima de las espinas y luciendo muy orgullosa su nuevo atuendo. Ella preguntó a la
sierpe:
–¿No viste llegar a alguien aquí?
La serpiente dijo que no; sin embargo, la rastreadora siguió preguntando, hasta que al fin,
de tanta preguntadera el reptil se disgustó y le espetó esta respuesta:
–Ya te he dicho que no. Si alguien hubiera llegado, yo lo habría agarrado; para eso soy el
guardián de este lugar.
La ogresa sabía que el enemigo continuaba su huida, hacia adelante. Volvió a hacer otro
gesto de poder y puso frente al prófugo una cerca de piñuelo silvestre, algo muy espinoso también,
para que no pudiera pasar. Y otra vez ocurrió algo parecido: estando el hombre parado, cavilando
cómo sortearía ese nuevo obstáculo, vio llegar una perdiz. Ese animal le preguntó:
–¿Qué haces aquí?
El hombre, fingiendo calma, le respondió:
–Estoy parado pensando cómo voy a pasar al otro lado. ¿Por qué tú no me ayudas? Yo
te pago si lo haces.
Pero la perdiz contestó de mala gana:
porque festejan el alimento», «pájaros que cantan sólo cuando levantan el vuelo porque festejan
los viajes», «aves cuyo canto hace madurar los frutos y sólo aparecen en verano» … o aquella que
alguna vez alguien me dijo: ‘aves que sólo cantan cuando se posan en ramas sin flor, para no
exagerar la alegría’, o esta otra, recordando a los muiscas: ‘aves negras que tras un largo vuelo
llegan a los cementerios, porque para poder volar necesitan nutrirse de tristeza’.
14
Esta culebra llega a tener varios metros de largor. Ostenta una librea que según los indígenas
uitotos y muinanes recuerda la figura de una cerbatana.
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15
Yera es la pasta de tabaco, o miel de tabaco, el ambil; yerakî es el recipiente en donde se suele
cargar, que no es otro que el coquillo de una palma.
16
Son infinidad los signos biológicos que conforman el calendario indígena: voces y sonidos de
animales que anuncian verano o invierno y sus múltiples interfases, lo que permite saber cuándo
ha de sembrarse, cuándo cazar o pescar tal o cual especie, etc.
17
Arbotantes de los grandes árboles.
18
La espiral es la figura paradigmática de la creación entre los uitotos y muinanes; simbología que,
en el caso del caracol –que lleva su maloca con él–, refuerza aquella que ve en la maloca un ícono
del universo. Además, el Caracol merece mayor atención toda vez que está clasificado entre «los
animales que escriben». Es que estos animalitos cuando se van arrastrando por las piedras o
sobre las hojas o troncos, dejan su baba. Al fin de la cuenta son babosas con caparazón. El hecho
es que los uitotos y muinanes le atribuyen este poder, que comparten con otros bichitos que de
alguna manera dejan su marca sobre algunas superficies. Algunos indígenas del Caquetá me han
dicho que en descifrar esos «códigos naturales», distintos según cada especie escritora, se
empeñaron en antigua algunos Sabedores. El asunto hace recordar de inmediato uno de los varios
cuentos esenciales de Borges, aquel que protagoniza un sacerdote maya, torturado y encarcelado
por Alvarado, quien se ha desvelado toda la vida en encontrar y descifrar la escritura del Dios:
encuentra la clave en la celda contigua donde agita su nostalgia de selvas un poderoso jaguar: sus
pintas son la escritura el dios, cuyo desciframiento colma del más imbatible poder a quien lo logre;
sólo que una vez llegado a esa perspectiva, que es la misma del dios, ya nada importa y el
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Y comenzó con el dedo a trazarle una figura en el casco. Anteriormente Goyoda era liso.
Ahora quedó con la espiral en su casa. Así le pagó Jirayauma al Caracol, con tal que lo pasara al
otro lado para huir de su implacable perseguidora. Y el caracol quedó dichoso porque de ahí en
adelante podría alardear que él ostentaba el signo de la creación.
Llegó la mujer-jaguar a ese punto y vio que el Cerbatanero ya no estaba allí; sólo
quedaba Goyoda tratando de subir la bamba, y fingía no poder hacerlo. Le preguntó la
perseguidora:
–¿Alguien ha llegado hasta aquí?
–No. De haber llegado alguien no habría logrado pasar.
Viendo ella que a ese paso no podría agarrarlo, dio orden expresa a la gente de Mooka 19,
una variedad de hormigas, para que lo atajaran a como diera lugar al llegar a ese sitio.
Resulta, entonces, que cuando el prófugo llegó, esas gentes se encontraban pescando,
pero lo hacían de una manera muy cómica, así: amarraban un bejuco a una vara, y luego al bejuco
le ataban un tronquito, u hojas, cualquier cosa, y después tiraban eso al río. Estaban en esa tarea
cuando llegó Jirayauma quien, extrañado ante tan inútil comportamiento, les preguntó qué era lo
qué hacían, y ellas le contestaron que estaban pescando. Jirayauma se puso a reír y les comentó:
–Ustedes no están pescando; lo que hacen es jugar. Yo les voy a arreglar un buen
anzuelo, uno de verdad, pero con la condición de que no dejen pasar a la mujer que me viene
persiguiendo.
Las hormigas, contentas y agradecidas, dijeron que sí. Entonces, Jirayauma dobló un
palito, y se lo entregó y siguió su viaje. Ese palito doblado como anzuelo les quedó a ellas. Son sus
tenazas. Así, cuando llegó la mujer se pusieron a pescar; lanzaban sus anzuelos y no la dejaban
cruzar. Cada vez que ella pretendía pasar, ellos le cerraban el paso gritando:
–¡No te acerques porque de pronto te engarzamos la oreja!... ¡No te acerques porque te
podemos pinchar la nariz!... ¡No te acerques porque de pronto te sacamos un ojoooooo... o te
engarzamos la vulva…!
Le iban sacando infinidad de pretextos con el fin de impedirle la persecución, o al menos
demorarla un poco para darle más tiempo al fugitivo. Finalmente ella, sin hacer caso de las
advertencias de las hormigas, pasó de largo.
Mientras ella era entretenida por los insectos, él llegó a la orilla del río y allí encontró a
Naîma, el caimán negro. Le dijo:
–Abuelo: ¿por qué no me pasas al otro lado?
El caimán dijo:
–Yo te pasaría con tal que no me vayas a despreciar. Además, ¿con qué me vas a
pagar?
–Yo te voy a dar el banco en que mi padre se sentaba en el mambeadero a contar
historias.
sacerdote prefiere no hacer nada. Otros Sabedores amazónicos aplicaron su poderosa atención a
descifrar el código (en realidad son varios) del arte rupestre, en el que tanto aparece precisamente
la marca del caracol: la omnipresente y poderosa espiral, en cuya contemplación y bajo el influjo de
los poderosos enteógenos (plantas de poder) era posible concentrarse, viajar en ella y acceder a la
zona del sentido: otra escritura.
19
Variedad de hormiga cuyos soldados poseen grandes tenazas; de ahí su analogía con los
anzuelos. Además, los acuciosos pescadores uitotos y muinanes se las ingeniaban para utilizar
esas mínimas pinzas como anzuelos para pescar sardinitas.
PARA P ROFUNDIZAR
Y se lo implantó en la cabeza, que desde entonces le quedó en forma de banco. Por eso,
cuando el caimán se asolea, llegan las mariposas y se posan en su frente 20 y allí se reúnen a
narrar sus coloridos cuentos.
Entonces, el hombre se sentó encima de Naîma y cruzó el río. Al llegar a la orilla opuesta
se colgó de una rama y, de paso, escupió al caimán, quien muy disgustado se hundió en lo
profundo del río. Jirayauma continuó su camino, alejándose y alejándose de su enemiga, de tal
manera que ella nunca logró tomar venganza por la muerte de su madre, la espantosa Jí-dobariño.
La mujer-jaguar al llegar a la orilla del río no pudo pasar y, simplemente, dio la orden a sus demás
servidores para que dieran muerte a su exmarido.
Siguiendo su ruta de escape, el hombre llegó a la casa de una viejecita que estaba
tomando una cauana 21 hecha con pepa de siringa. Ella le obsequió un poquito. A Jirayauma le hizo
falta porque la sintió muy sabrosa. La vieja le dijo:
–Es de esas pepas hay en la quebrada, pero yo no puedo bajarlas porque los racimos
están muy altos. Yo sólo recojo las que caen al piso.
El sediento, entusiasmado con la perspectiva de saciarse con ese manjar tan refrescante
trepó por el tronco para bajar las frutas; pero cuando ya estaba en la copa, la vieja hizo un gesto de
Poder y el palo se alargó y la cepa se engrosó tanto que el héroe ya no pudo bajar y tuvo que
quedarse arriba.
Al ver el problema en que estaba, Jirayauma echó mano a su bodoquero y utilizándolo
como garrocha saltó desde allí y siguió su camino. Pero aquí no pasó el peligro. Luego de este
episodio llegó a donde estaba instalada una trampa para coger pájaros. y se puso a burlarse
diciendo entre sí:
–¿Cómo es que hacen para capturar pájaros si esto no sirve para nada?
Comenzó a hacer la prueba con la mano y la trampa no se disparó. Luego metió el brazo
y tampoco. Finalmente metió el pié; ahí sí se disparó y lo dejó bien agarrado. Él se estrelló con la
cepa de un árbol que suelta leche. Lo golpeó con el bodoquero y brotó la resina. Ya de tarde, el
dueño de la trampa llegó a examinarla. Quedó muy contento al descubrir que Jíyauma había caído
en ella. Exclamaba alardeando:
–¿Cómo decía que nadie lo iba a agarrar? ¡Pero aquí, por fin, cayó en mi trampa!
Recogió su presa junto con la leche del palo, pensando que eso eran los sesos del
fugitivo. Cuando estaba próximo a su maloca, avizorando con mucho contento el banquete que se
iba a dar con Jirayauma, éste hizo un gesto de poder y con él obtuvo que se oyera un rumor, como
el que se percibe cuando hay mucha gente hablando dentro de una casa. Entonces el viejo, que
era muy mezquino, dijo:
20
Los uitotos y muinanes –al menos los actuales– no le dan mucha importancia al banco en el
aspecto formal. Para el efecto utilizan un simple trozo de madera de escasa altura. Incluso, he visto
a uno que otro anciano apoyar el coxis sobre el palito que les sirve de bastón. Resulta una mínima
apoyatura. En estas culturas los hombres y mujeres suelen pasar períodos muy largos de tiempo
en cuclillas en diferentes actividades. Las mesas no existen. La posición que adoptan los hombres
al estar en el mambeadero, rodeando con sus brazos las rodillas, simboliza un canasto: recipiente
que se va llenando de palabras sagradas. El cuerpo mismo es inteligible en cuanto es un canasto.
No obstante el descuido en que se tienen los bancos en la cotidianidad, la mitología de uitotos y
muinanes es riquísima al respecto, lo cual demuestra la enorme importancia que tuvo este ícono en
un pasado nada remoto.
21
Colada que se confecciona con almidón de yuca y zumo de alguna fruta, silvestre o cultivada. Al
quedar muy espesa, adopta la consistencia de una gelatina (espejuelo). Resulta muy refrescante.
Es la bebida del huésped, recién arriba sudoroso y sediento.
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–Ahora que tengo buena carne, viene mucha gente y no me van a dejar comer tranquilo.
Si llego con esto, tendré que compartirlo.
Dejó el morral en que traía a Jirayauma a un lado del camino, oculto entre las malezas y
solamente se llevó los «sesos» que había recogido. Así, se dirigió hacia la maloca para ver
quiénes eran los que habían llegado; pero al entrar no encontró a nadie. Entonces, se puso a asar
los sesos y se los comió. Definitivamente no estaban sabrosos, razón por la cual fue más
rápidamente de lo pensado a buscar el resto de su presa.
Resulta que mientras el viejo dejaba su cacería y se encaminaba a la maloca, el
Cerbatanero aprovechó para salir del tancho 22 y en su lugar dejó un nido de comején. Trepó luego
a un guamo y esperó atisbando.
Vino el viejo y se devolvió con su carga a su maloca; cuando llegó, miró con cuidado y se
dió cuenta que su presa ya no estaba, que sólo aparecía un nido de comején. Se devolvió a
buscar. Al llegar junto al guamo, el cazador exclamó burlándose:
–¡Nadie se come a Jirayauma!
Y alzó el vuelo.
El flechador, Jirayauma, dejó al comején como espíritu de él. Esa es su seña. Por eso los
nidos de esos animales nos recuerdan esta historia.
22
Morral provisional; generalmente se confecciona entrelazando dos ramos de palma; los pecíolos
sirven de soportes.