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Los cambios tan dinámicos que se han producido en la sociedad, desde la llegada de la
revolución obligan a desarrollar una educación diferente, sustentada en una formación
afectiva, sana y espiritual donde se impartan los conocimientos a partir de la perspectiva del
amor. En tal sentido, en el marco de la Pedagogía del amor, la o el docente deben propiciar
la afectividad, teniendo presente la relevancia de la misma para lograr el éxito en este
proceso de transición de la niña y el niño, siendo el eje fundamental de esta pedagogía,
como es obvio, el amor; el que debe sentir y reflejar la maestra y el maestro en lo que hace;
que los invita a tener una actitud adecuada para comprender los sentimientos de las y los
estudiantes y, en cierto modo, prever su comportamiento, por lo cual constituye uno de los
pilares básicos en los que ha de sustentarse la educación. Tal como lo dijera Paulo Freire:
“La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor”.
En este orden de ideas, vale la pena analizar, reflexionar y preguntar ¿En qué consiste
entonces la Articulación Pedagógica?. Una de las definiciones que es necesario considerar
es la planteada por Durán (2005), citada por Rangel (2011), en su investigación denominada:
“Hacia la Articulación y Transición entre la Educación Inicial y el Primer Grado de Educación
Básica”, la cual refiere que la definición mencionada está circunscrita en los niveles de
Educación Inicial y Educación Primaria. El autor señala que: “La articulación es la
continuidad de técnicas, experiencias e instrumentos que respeten al niño como ser único e
irrepetible, porque el niño que ingresa al primer grado sigue siendo el mismo niño, con
interés de jugar, pintar, explorar, trabajar con material variado, de diversos colores, formas y
tamaños, un salón de clase con un ambiente que lo invite a experimentar”. Por otra parte,
Peralta (2006), coincide con Durán (2005), ya que asume que: “La articulación se define
como la continuidad de técnicas, experiencias e instrumentos, donde existe un enlace
funcional de todas las partes de un sistema a conjunto”.
Así mismo, otras investigaciones refieren acerca del significado del proceso de transición,
como el de la investigadora Zorelys León, en su trabajo denominado: “La transición entre la
Educación Inicial y la Escuela primaria en Venezuela“, de la Universidad Pedagógica
Experimental Libertador, en el cual refiere que la transición es una constante en el eje vital;
señala además, que quizás la más significativa y crucial transición se produce en el momento
mismo del nacimiento, cuando el individuo abandona el vientre generatriz para iniciar una
vida independiente.
La autora mencionada expresa que con los procesos de socialización se inicia un segundo
ciclo, donde se produce el desarrollo de progresivos momentos de transición con cambios
sistemáticos que llegan a uno de sus puntos culminantes, el día en que vestido con ropa
nueva, armado con unas hojas en blanco y unos lápices de colores, entra por la puerta del
Maternal. El simple hecho de abandonar el ritmo vital de la casa al cual está acostumbrado
para ir a la escuela todos los días, le obliga a adquirir y poner en práctica sobre la marcha,
nuevos hábitos individuales que necesariamente generan cambios en la vida cotidiana. La
entrada a la escuela donde va a interactuar con otros miembros de su misma especie y de su
misma edad, de diferente procedencia, posiblemente de otras razas, religiones y culturas
distintas, le inicia en la comprensión temprana de la sociedad compleja donde va a crecer y
desarrollarse como persona.
http://www.monografias.com/trabajos26/pedagogia-del-amor/pedagogia-del-
amor.shtml#afect#ixzz3OxWmIdhS.
(http://estrategiaspedagogicasariculacion.blogspot.com/2012/11/articulacion-
preescolar-primaria-la.html)