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HABITOS Y ESTILOS DE VIDA SALUDABLES: ASESORAMIENTO EN

ATENCIÓN PRIMARIA EN SALUD

Autor: Margaret Guzman


Docente: -----------------------------
Universidad Del Sinú Elías Bechara Zainum
Facultad de Enfermería
Diplomado en cuidado para la salud cardiovascular
Montería – 2021-II

Se conoce como hábitos saludables a todas aquellas conductas que tenemos asumidas
como propias en nuestra vida cotidiana y que inciden positivamente en nuestro bienestar físico,
mental y social. Dichos hábitos son principalmente la alimentación, y la práctica de la actividad
física correctamente planificada. Con relación a las enfermedades crónicas no trasmisibles, estas
comparten cuatro factores de riesgo: mala alimentación, inactividad física, el consumo de tabaco
y el uso nocivo del alcohol, la inactividad física, además de factores fisiológicos (metabólicos)
como la presión arterial elevada y los niveles elevados de colesterol y de glucosa en sangre.

Lo anterior permite afirmar que los factores de riesgo cardiovascular son conductas o
trastornos que aumentan la posibilidad de desarrollar una enfermedad cardiovascular y por lo
tanto es evidente que el llamado a realizar cambios en el estilo de vida es una prioridad en el tema
de salud mundial a partir de la los servicios de atención primaria de salud (APS), por tanto es
hora de crear conciencia, fundamentando valores sociales y responsabilidades públicas que
orienten a desarrollar estrategias y conductas que permitan preservar la salud y mejorar la calidad
de vida. Una vida saludable es la base de una sociedad sana, que garantiza a sus individuos gozar
plenamente sus años de vida.
La OMS define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social”,
lo que significa que más que una vida sana se debe hablar de un estilo de vida saludable del que
forman parte la alimentación, el ejercicio físico, el trabajo, la relación con el medio ambiente y la
actividad social. Frente a esto, nuestros resultados resaltan que la salud debe asumirse de forma
integral, en donde las estrategias para el fomento de EVS no se centralicen únicamente en la
Alimentación Saludable y/o la Actividad Física, sin desconocer su importancia en la promoción y
mantenimiento de una buena salud durante todo el ciclo vital 31 sino también intervengan el
tiempo de sueño, la recreación, el sexo seguro y protegido, la salud oral, el manejo del estrés y las
habilidades sociales, como determinantes de la salud en las personas. (1)

Sin embargo, con el paso de los años ha sido posible la desmitificación de la salud como
un estado simplemente de bienestar corporal, abriendo nuevos campos para el estudio e
investigación de esta ciencia como un todo. "La salud es la vida en el silencio de los órganos",
escribió el cirujano francés René Leriche (1879-1955); pero un estado de bienestar va más allá
del funcionamiento de nuestros órganos y sentidos, involucra cada ámbito que conforma al ser
humano y que lo aleja de dolencias físicas, emocionales y sociales.

Asi mismo, cuando se habla de salud en una población, se deben tomar en cuenta
aspectos tan diversos como la estructura familiar, preferencias de ocio, hábitos alimentarios,
medios de transporte, condiciones de vivienda, medios de comunicación, aspiraciones laborales y
tiempo libre; todo ello marca la evolución social y desencadena cambios que determinan varios
aspectos de la vida de un individuo, hasta llegar a modificar sus costumbres y su forma de vida,
condicionando hacia rutinas que no siempre son favorables. Gran número de estos cambios han
conllevado al abandono de la actividad física como dinámica de vida, que junto a unos hábitos
alimentarios inadecuados, desembocan en situaciones de riesgo para la salud y elevan el índice de
enfermedades como la obesidad, hipertensión arterial,

En relación con lo anterior existen los indicadores de salud poblacional y calidad de


vida, uno del más importante es la esperanza de vida al nacer, que refleja el número de años,
basado en estadísticas conocidas, que individuos con una edad determinada, pueden
razonablemente esperar vivir. Aunque la media mundial al hablar de esperanza de vida es de
69,64 años (1), existen diferencias abismales entre las distintas zonas del planeta, ya que muchos
factores pueden influir en el incremento o disminución de este valor, como un mayor aumento del
ingreso per cápita, mayor acceso a la educación (escolaridad de la persona), acceso a la salud y
servicios sanitarios, disminución en el gasto per cápita en salud, aumento del número de médicos,
una aventajada ubicación geográfica, entre otros.(2)

Simultáneamente los problemas alrededor del mundo se globalizan debido a las diversas
dinámicas sociales, culturales, políticas, económicas e ideológicas que denotan la multiplicidad
de factores a los cuales se ven expuestas las personas, este hecho concatena las miradas y
acciones tanto de la Promoción de Salud (PS) como de la Prevención de la Enfermedad (PE) ya
que estas aportan al proceso salud- enfermedad-atención y demandan cambios desde el sector
sanitario, el Estado, las instituciones educativas, el lugar de trabajo, la familia y, sobretodo, de la
participación de las personas como comunidad; no solo la mundialización de modos de vida poco
saludables aportan a los grandes problemas de salud pública del siglo XXI, , sumado a estos
surge la insuficiente reorientación del sector sanitario hacia un modelo de atención con mayor
énfasis en la atención primaria. (3)

Al mismo tiempo a nivel mundial, el impacto de las enfermedades crónicas no


trasmisibles que pueden ser prevenidas está creciendo de forma sostenida y representan la causa
de defunción más importante, con un 63% del número total de muertes anuales. En todo el
mundo las enfermedades cardiovasculares ocupan el primer lugar de las muertes por
enfermedades crónicas, seguidas del cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes. (4)

Por su parte, la hipertensión arterial y la obesidad son los principales factores de riesgo
para las enfermedades crónicas, y cifras oficiales indican que la tensión arterial alta es la causante
de alrededor del 51% de las muertes por accidentes cerebrovasculares y el 45% de las
enfermedades cardiacas que se registran anualmente en el mundo. Se considera directamente
responsable de aproximadamente 7,5 millones de fallecimientos anuales. Por otra parte, cada día
el mundo pesa más, y es que cada año mueren 2,8 millones de personas debido al sobrepeso o la
obesidad. La prevalencia mundial de la obesidad con un índice de masa corporal mayor de 30kg /
m2, casi se duplico entre los años 1980 y 2008, registrándose los mayores porcentajes de
personas obesas en la Región de las Américas. (4)
Es evidente que el llamado a realizar cambios en el estilo de vida es una prioridad en el
tema de salud mundial. Es hora de crear conciencia, fundamentando valores sociales y
responsabilidades públicas que orienten a desarrollar estrategias y conductas que permitan
preservar la salud, mejorar la calidad de vida y aumentar la longevidad. Una vida saludable es la
base de una sociedad sana, que garantiza a sus individuos gozar plenamente sus años de vida. En
base a estos cambios, ha surgido la idea de aportar una lista de pasos, que sirvan como
herramienta a la sociedad en general, para poner en prácticas hábitos y conductas que conduzcan
a una vida plena y saludable.

De acuerdo con lo anteriormente expuesto, entre los factores de riesgo para la


enfermedades cardiovasculares (ECV) se encuentran factores comportamentales como el
consumo de tabaco, la alimentación poco saludable, el consumo nocivo de alcohol y la
inactividad física, además de factores fisiológicos (metabólicos) como la presión arterial elevada
y los niveles elevados de colesterol y de glucosa en sangre. Tanto los factores de riesgo
comportamentales como los fisiológicos están relacionados con determinantes y condiciones
sociales subyacentes.

Con respecto a los factores comportamentales, estos se pueden describir por separado y
de distinguen en cuatro principales:

Alimentación poco saludable: El riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular (ECV)


aumenta por una alimentación poco saludable, la cual se caracteriza por un bajo consumo de
frutas y verduras y un consumo elevado de sal, azucares y grasas (grasas saturadas y grasas
trans). Una alimentación poco saludable contribuye a la obesidad y el sobrepeso, los cuales a su
vez son factores de riesgo para las ECV. En tal sentido, los hábitos alimenticios no saludables
también pueden dar lugar a otro tipo de enfermedades entre las que se encuentran el cáncer, la
diabetes y las deficiencias de micronutrientes. (5)

Consumo de tabaco: El tabaco mata a casi la mitad de sus usuarios y causa seis millones
de muertes cada año. El 10% de estas muertes se produce por la inhalación pasiva de humo ajeno
en hogares, restaurantes, oficinas u otros espacios cerrados. (6) Todos los productos derivados del
tabaco son perjudiciales para la salud. El humo del tabaco contiene al menos 250 químicos
nocivos, de los cuales al menos 69 causan cáncer. El consumo de tabaco puede afectar todas las
partes del cuerpo y es uno de los principales factores de riesgo para las ECV. Se estima que la
exposición a productos derivado del tabaco es responsable del 10% de todas las muertes
ocasionadas por ECV. (5)

Consumo nocivo del alcohol: El consumo nocivo del alcohol es un factor de riesgo para la
aparición de ECV y tiene muchas consecuencias negativas para la salud y a nivel social. El
consumo nocivo de alcohol es un factor causal de más de 200 enfermedades y lesiones. Más allá
de las consecuencias para la salud, el consumo nocivo de alcohol trae importantes pérdidas
sociales y económicas a los individuos y a la sociedad en general. Al igual que el tabaco, el
alcohol puede tener un marcado impacto en la salud de las personas que rodean al bebedor. (7)
cuando es definido como un problema de salud pública se refiere al “consumo que causa
consecuencias perjudiciales para la salud y de tipo social para el bebedor, las personas que lo
rodean y la sociedad en general, así como patrones de consumo asociados con un mayor riesgo de
efectos adversos en materia de salud”. (8) Además, el consumo nocivo incluye la ingestión diaria
de alto niveles de alcohol, así como también episodios únicos o repetidos de consumo de alcohol
hasta la intoxicación.

Los riesgos relacionados con el alcohol están asociados con el patrón de consumo, la
cantidad y, en ocasiones, la calidad del alcohol consumido. No existe una definición para el uso
seguro o no dañino de alcohol. Sin embargo, generalmente se considera que las personas tienen
un menor riesgo de consecuencias negativas del consumo de alcohol si no beben más de dos
unidades de alcohol por día y no beben al menos durante dos días a la semana.

Los altos niveles de consumo de alcohol y los episodios regulares de consumo excesivo
están claramente asociados con un mayor riesgo de ECV, puesto que el consumo nocivo de
alcohol lesiona el miocardio, aumenta el riesgo de ataque cerebrovascular y puede causar
arritmias cardíacas. También puede haber un mayor riesgo en aquellos bebedores leves o
moderados que tienen episodios de consumo excesivo, intenso e irregular. En tal sentido, si bien,
en algunos casos un nivel de consumo bajo sin episodios de consumo excesivo puede estar
relacionado con una reducción del riesgo de sufrir ECV, en general el consumo de alcohol se
asocia a múltiples riesgos para la salud, los cuales pueden superar los potenciales beneficios. (9)

Al respecto, las intervenciones breves a nivel de la atención primaria han demostrado ser
útiles para identificar y tratar a las personas con problemas de alcohol. (10) Sin embargo, la
intervención breve contenida en las 5A sobre el consumo nocivo de alcohol presentada en este
módulo debe usarse solo para detectar posibles consumos perjudiciales y para proporcionar
información básica a los pacientes sobre los efectos nocivos del alcohol.

Cabe entonces señalar que hay que entender que es el cambio de comportamiento para
reducir los riesgos para la salud. El cambio de comportamiento es un tema complejo y no es un
evento único, por el contrario, comprende un conjunto de diferentes etapas por las que debe
atravesar una persona.

El cambio de comportamiento lleva tiempo, y distintas personas avanzan a través de las


mismas etapas a ritmos diferentes. Algunos pueden permanecer indefinidamente en una etapa:
por ejemplo, pueden reconocer y pensar que necesitan cambiar, pero no estar listos para hacerlo.
Incluso aunque una persona tenga la intención de comenzar o mantener un nuevo
comportamiento, por diversas razones puede retroceder a una etapa previa. En tal sentido, una
recaída en un viejo comportamiento puede ocurrir en cualquier momento y no significa
necesariamente que no se cambie. Muchas personas que finalmente adoptan un nuevo
comportamiento hacen varios intentos antes de que se mantenga a largo plazo y puede ocurrir que
una persona se sienta decepcionada, frustrada y cansada y que a consecuencia de ello se produzca
una recaída. (10) Comprender el cambio de comportamiento es importante para los prestadores
de servicios a nivel de la atención primaria de salud, ya que generalmente estos son el primer
punto de contacto entre el paciente y el sistema de salud.

Por lo tanto, es necesario que el personal de salud a nivel de la atención primaria evalúe y
comprenda las diferentes etapas de preparación para que el paciente realice el cambio de
comportamiento requerido. Esto permite una asesoría ajustada al contexto, relevante y centrada
en el paciente. Cada visita o interacción con un profesional de la salud es una oportunidad para
proporcionar información y asesoramiento sobre los factores de riesgo, en especial para aquellas
personas con enfermedades no transmisibles.

Frente a ello, a través de la atención Primaria en salud se realiza el Asesoramiento para el


cambio de comportamiento a través de intervenciones breves. El asesoramiento sobre estilos de
vida saludables implica guiar y ayudar a los pacientes a realizar cambios en ciertos
comportamientos para reducir el riesgo de infarto agudo de miocardio, ataque cerebrovascular y
otras enfermedades como la diabetes, los trastornos pulmonares y el cáncer. Una intervención
breve es una interacción corta de tres a 20 minutos entre el profesional de salud y el paciente,
cuyo objetivo es identificar un problema real o potencial, proporcionar información al respecto y
luego motivar y ayudar al paciente a hacer algo al respecto. Una breve intervención involucra dos
aspectos importantes: el cómo y el qué.

El cómo se refiere al estilo de comunicación que el profesional de la salud utiliza para


interactuar con el paciente durante la intervención breve. Las técnicas de comunicación y la
entrevista motivacional pueden utilizarse como métodos para llevar a cabo las intervenciones
breves.

El qué se refiere a la estructura del proceso de asesoramiento y al contenido que debe


cubrirse durante la intervención breve. Un ejemplo de una intervención breve que se puede usar
para el asesoramiento sobre estilos de vida saludable son las 5ª: averiguar, asesorar, apreciar,
ayudar y arreglar.

Por otra parte se cuenta con otra tecnica como la entrevista motivacional la cual es un
estilo de conversación con una persona que puede ser útil para motivarla a realizar un cambio. En
la entrevista motivacional, el consejero no trata de convencer a la persona para que cambie, por el
contrario, la orienta para que llegue a conclusiones por sí misma e identifique las motivaciones
internas específicas de cada persona.

Una idea central en las entrevistas motivacionales es que la mayoría de las personas
experimentan alguna ambivalencia o sentimientos encontrados sobre el cambio. Las personas
tienen algunas razones para cambiar y también algunas razones para permanecer igual, y pueden
permanecer atrapadas en el medio, sin poder cambiar. Las entrevistas motivacionales alientan a
las personas a explorar estos sentimientos encontrados de modo que puedan avanzar hacia un
cambio positivo.

Dentro de estas intervenciones, es importante resaltar el papel que desempeñan los


profesionales de la salud a nivel de la atención primaria para ayudar a los pacientes a cambiar sus
comportamientos poco saludables y mantener aquellos saludables. Las interacciones breves de
tres a veinte minutos de duración, denominadas intervenciones breves, tienen como objetivo
identificar un problema real o potencial, proporcionar información al respecto, además de
motivar y ayudar al paciente a hacer algo al respecto. (11)

Las 5A es una herramienta utilizada para llevar a cabo intervenciones breves, la cual
resume lo que puede hacer un profesional de la salud para ayudar a alguien que está listo para
adoptar nuevos comportamientos. (12) Esta herramienta se puede integrar en las consultas que
regularmente realizan los profesionales de la salud en cualquier nivel de atención, ya sea a nivel
comunitario o en los centros, puestos o instituciones prestadoras de servicios de salud. Lo
anterior implica que la asesoría sobre los factores de riesgo debe integrarse a los programas ya
existentes en todos los niveles de atención.

Tambien se habla de enfoque educativo como estrategia para promover los estilos de vida
saludable que se considera un primer paso para la adquisición de conductas saludables, en la
medida que generan conocimiento y facilitan la adecuada toma de decisiones (12), estas
estrategias presentan puntos importantes en lo concerniente a la efectividad no solo individual
sino de impacto en las familias. (13) La efectividad de las estrategias giran en torno a factores
como el reconocer las percepciones subjetivas de los individuos, identificar las razones y
motivaciones de las personas para cambiar su estilo de vida (14), los contextos sociales y
culturales, el estadio de cambio en el que se encuentren las personas o el nivel de atención en
salud dentro del cual se hallen.(14) Las estrategias de PS en este contexto resaltan el uso de la
información como factor clave para la promoción de EVS, empero, algunos estudios señalan que
no siempre esta estrategia resulta eficaz (16) ya que la información aunque necesaria no siempre
es suficiente. (17)

En el escenario de familia la promocion de la salud genera procesos de empoderamiento y


otorga los recursos necesarios a sus integrantes para que logren desarrollar conductas saludables.
Como se puede inferir, la responsabilidad de la familia es determinante en la PS, puesto que es el
primer sistema encargado de influir sobre los hábitos y costumbres de las personas. Aunque los
resultados del estudio presentan muy pocas evidencias sobre estrategias desarrolladas en este
contexto, las que fueron objeto de análisis permiten evidenciar estrategias efectivas provenientes,
por ejemplo, de la enfermería familiar, la cual representa una estrategia para la atención directa a
las familias, otorgando educación para la salud de forma personalizada y buscando conocer el
funcionamiento familiar para promover la salud. (18)

Lo anterior debe llevarse a acabo a nivel de cada país por grupos de trabajo pertinentes
que tengan conocimiento sobre el tema, conozcan la dinámica del país, su cultura y el lenguaje
apropiado a nivel local, además de contar con información sobre experiencias que hayan
funcionado en otras áreas relacionadas con la salud.
Teniendo en cuenta que múltiples estudios demuestran que determinados cambios en el
estilo de vida son eficaces para mejorar la salud de las personas y disminuir la carga de
enfermedad. (19) Sin embargo, la evidencia sobre la mejor forma de recomendar esos cambios en
las consultas de atención primaria (AP) es más escasa y controvertida. Aunque el grado de
eficacia del consejo depende del tipo de cambio propuesto en el estilo de vida, las estrategias
cognitivo-conductuales han probado ser útiles en el abordaje de estos cambios. Las
intervenciones más intensivas, y las de mayor duración, se asocian con mayor magnitud del
beneficio y más cambios mantenidos en las conductas saludables. Se recomienda la participación
de otros profesionales (psicólogos, dietistas, etc.) siempre que sea necesario y factible. Los
materiales didácticos impresos ayudan a la práctica del profesional, aunque no se ha determinado
su impacto sobre los resultados del paciente. (20)

Asi mismo tener encuenta tambien que el consejo médico realizado en la consulta de AP
es una herramienta útil para producir cambios de vida en los pacientes, aunque estos cambios no
se mantienen a lo largo del tiempo si no establecemos un refuerzo en las consultas posteriores.
Prescribir ejercicio físico de forma personalizada es más efectivo. (21)

A manera de conclusion se puede decir que modificación de estilos de vida conlleva


beneficios muy importantes para la salud. Por ello, los servicios de atención primaria de salud
(APS) deben integrar programas de promoción de estilos de vida saludables en las condiciones de
práctica clínica habitual.

Las estrategias de intervención pueden ser efectivas contra el tabaco y el abuso del
alcohol. Asi como para modificar la dieta y aumentar el nivel de actividad física, las evidencias
científicas disponibles son insuficientes, pero se recomienda su abordaje por los demostrados
efectos saludables que conllevarían estos cambios.

La traslación a la práctica clínica de APS de intervenciones que han probado su eficacia,


como la estrategia de las 5 Aes, exige una adaptación de dichas estrategias al contexto en el que
van a ser aplicadas, así como una reorganización de los centros. El proceso de adaptación mutua
entre intervenciones eficaces y actividad en los centros de salud debe ser investigado y requiere la
cooperación entre investigadores, profesionales de APS y responsables de estos servicios
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