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Se conoce como hábitos saludables a todas aquellas conductas que tenemos asumidas
como propias en nuestra vida cotidiana y que inciden positivamente en nuestro bienestar físico,
mental y social. Dichos hábitos son principalmente la alimentación, y la práctica de la actividad
física correctamente planificada. Con relación a las enfermedades crónicas no trasmisibles, estas
comparten cuatro factores de riesgo: mala alimentación, inactividad física, el consumo de tabaco
y el uso nocivo del alcohol, la inactividad física, además de factores fisiológicos (metabólicos)
como la presión arterial elevada y los niveles elevados de colesterol y de glucosa en sangre.
Lo anterior permite afirmar que los factores de riesgo cardiovascular son conductas o
trastornos que aumentan la posibilidad de desarrollar una enfermedad cardiovascular y por lo
tanto es evidente que el llamado a realizar cambios en el estilo de vida es una prioridad en el tema
de salud mundial a partir de la los servicios de atención primaria de salud (APS), por tanto es
hora de crear conciencia, fundamentando valores sociales y responsabilidades públicas que
orienten a desarrollar estrategias y conductas que permitan preservar la salud y mejorar la calidad
de vida. Una vida saludable es la base de una sociedad sana, que garantiza a sus individuos gozar
plenamente sus años de vida.
La OMS define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social”,
lo que significa que más que una vida sana se debe hablar de un estilo de vida saludable del que
forman parte la alimentación, el ejercicio físico, el trabajo, la relación con el medio ambiente y la
actividad social. Frente a esto, nuestros resultados resaltan que la salud debe asumirse de forma
integral, en donde las estrategias para el fomento de EVS no se centralicen únicamente en la
Alimentación Saludable y/o la Actividad Física, sin desconocer su importancia en la promoción y
mantenimiento de una buena salud durante todo el ciclo vital 31 sino también intervengan el
tiempo de sueño, la recreación, el sexo seguro y protegido, la salud oral, el manejo del estrés y las
habilidades sociales, como determinantes de la salud en las personas. (1)
Sin embargo, con el paso de los años ha sido posible la desmitificación de la salud como
un estado simplemente de bienestar corporal, abriendo nuevos campos para el estudio e
investigación de esta ciencia como un todo. "La salud es la vida en el silencio de los órganos",
escribió el cirujano francés René Leriche (1879-1955); pero un estado de bienestar va más allá
del funcionamiento de nuestros órganos y sentidos, involucra cada ámbito que conforma al ser
humano y que lo aleja de dolencias físicas, emocionales y sociales.
Asi mismo, cuando se habla de salud en una población, se deben tomar en cuenta
aspectos tan diversos como la estructura familiar, preferencias de ocio, hábitos alimentarios,
medios de transporte, condiciones de vivienda, medios de comunicación, aspiraciones laborales y
tiempo libre; todo ello marca la evolución social y desencadena cambios que determinan varios
aspectos de la vida de un individuo, hasta llegar a modificar sus costumbres y su forma de vida,
condicionando hacia rutinas que no siempre son favorables. Gran número de estos cambios han
conllevado al abandono de la actividad física como dinámica de vida, que junto a unos hábitos
alimentarios inadecuados, desembocan en situaciones de riesgo para la salud y elevan el índice de
enfermedades como la obesidad, hipertensión arterial,
Simultáneamente los problemas alrededor del mundo se globalizan debido a las diversas
dinámicas sociales, culturales, políticas, económicas e ideológicas que denotan la multiplicidad
de factores a los cuales se ven expuestas las personas, este hecho concatena las miradas y
acciones tanto de la Promoción de Salud (PS) como de la Prevención de la Enfermedad (PE) ya
que estas aportan al proceso salud- enfermedad-atención y demandan cambios desde el sector
sanitario, el Estado, las instituciones educativas, el lugar de trabajo, la familia y, sobretodo, de la
participación de las personas como comunidad; no solo la mundialización de modos de vida poco
saludables aportan a los grandes problemas de salud pública del siglo XXI, , sumado a estos
surge la insuficiente reorientación del sector sanitario hacia un modelo de atención con mayor
énfasis en la atención primaria. (3)
Por su parte, la hipertensión arterial y la obesidad son los principales factores de riesgo
para las enfermedades crónicas, y cifras oficiales indican que la tensión arterial alta es la causante
de alrededor del 51% de las muertes por accidentes cerebrovasculares y el 45% de las
enfermedades cardiacas que se registran anualmente en el mundo. Se considera directamente
responsable de aproximadamente 7,5 millones de fallecimientos anuales. Por otra parte, cada día
el mundo pesa más, y es que cada año mueren 2,8 millones de personas debido al sobrepeso o la
obesidad. La prevalencia mundial de la obesidad con un índice de masa corporal mayor de 30kg /
m2, casi se duplico entre los años 1980 y 2008, registrándose los mayores porcentajes de
personas obesas en la Región de las Américas. (4)
Es evidente que el llamado a realizar cambios en el estilo de vida es una prioridad en el
tema de salud mundial. Es hora de crear conciencia, fundamentando valores sociales y
responsabilidades públicas que orienten a desarrollar estrategias y conductas que permitan
preservar la salud, mejorar la calidad de vida y aumentar la longevidad. Una vida saludable es la
base de una sociedad sana, que garantiza a sus individuos gozar plenamente sus años de vida. En
base a estos cambios, ha surgido la idea de aportar una lista de pasos, que sirvan como
herramienta a la sociedad en general, para poner en prácticas hábitos y conductas que conduzcan
a una vida plena y saludable.
Con respecto a los factores comportamentales, estos se pueden describir por separado y
de distinguen en cuatro principales:
Consumo de tabaco: El tabaco mata a casi la mitad de sus usuarios y causa seis millones
de muertes cada año. El 10% de estas muertes se produce por la inhalación pasiva de humo ajeno
en hogares, restaurantes, oficinas u otros espacios cerrados. (6) Todos los productos derivados del
tabaco son perjudiciales para la salud. El humo del tabaco contiene al menos 250 químicos
nocivos, de los cuales al menos 69 causan cáncer. El consumo de tabaco puede afectar todas las
partes del cuerpo y es uno de los principales factores de riesgo para las ECV. Se estima que la
exposición a productos derivado del tabaco es responsable del 10% de todas las muertes
ocasionadas por ECV. (5)
Consumo nocivo del alcohol: El consumo nocivo del alcohol es un factor de riesgo para la
aparición de ECV y tiene muchas consecuencias negativas para la salud y a nivel social. El
consumo nocivo de alcohol es un factor causal de más de 200 enfermedades y lesiones. Más allá
de las consecuencias para la salud, el consumo nocivo de alcohol trae importantes pérdidas
sociales y económicas a los individuos y a la sociedad en general. Al igual que el tabaco, el
alcohol puede tener un marcado impacto en la salud de las personas que rodean al bebedor. (7)
cuando es definido como un problema de salud pública se refiere al “consumo que causa
consecuencias perjudiciales para la salud y de tipo social para el bebedor, las personas que lo
rodean y la sociedad en general, así como patrones de consumo asociados con un mayor riesgo de
efectos adversos en materia de salud”. (8) Además, el consumo nocivo incluye la ingestión diaria
de alto niveles de alcohol, así como también episodios únicos o repetidos de consumo de alcohol
hasta la intoxicación.
Los riesgos relacionados con el alcohol están asociados con el patrón de consumo, la
cantidad y, en ocasiones, la calidad del alcohol consumido. No existe una definición para el uso
seguro o no dañino de alcohol. Sin embargo, generalmente se considera que las personas tienen
un menor riesgo de consecuencias negativas del consumo de alcohol si no beben más de dos
unidades de alcohol por día y no beben al menos durante dos días a la semana.
Los altos niveles de consumo de alcohol y los episodios regulares de consumo excesivo
están claramente asociados con un mayor riesgo de ECV, puesto que el consumo nocivo de
alcohol lesiona el miocardio, aumenta el riesgo de ataque cerebrovascular y puede causar
arritmias cardíacas. También puede haber un mayor riesgo en aquellos bebedores leves o
moderados que tienen episodios de consumo excesivo, intenso e irregular. En tal sentido, si bien,
en algunos casos un nivel de consumo bajo sin episodios de consumo excesivo puede estar
relacionado con una reducción del riesgo de sufrir ECV, en general el consumo de alcohol se
asocia a múltiples riesgos para la salud, los cuales pueden superar los potenciales beneficios. (9)
Al respecto, las intervenciones breves a nivel de la atención primaria han demostrado ser
útiles para identificar y tratar a las personas con problemas de alcohol. (10) Sin embargo, la
intervención breve contenida en las 5A sobre el consumo nocivo de alcohol presentada en este
módulo debe usarse solo para detectar posibles consumos perjudiciales y para proporcionar
información básica a los pacientes sobre los efectos nocivos del alcohol.
Cabe entonces señalar que hay que entender que es el cambio de comportamiento para
reducir los riesgos para la salud. El cambio de comportamiento es un tema complejo y no es un
evento único, por el contrario, comprende un conjunto de diferentes etapas por las que debe
atravesar una persona.
Por lo tanto, es necesario que el personal de salud a nivel de la atención primaria evalúe y
comprenda las diferentes etapas de preparación para que el paciente realice el cambio de
comportamiento requerido. Esto permite una asesoría ajustada al contexto, relevante y centrada
en el paciente. Cada visita o interacción con un profesional de la salud es una oportunidad para
proporcionar información y asesoramiento sobre los factores de riesgo, en especial para aquellas
personas con enfermedades no transmisibles.
Por otra parte se cuenta con otra tecnica como la entrevista motivacional la cual es un
estilo de conversación con una persona que puede ser útil para motivarla a realizar un cambio. En
la entrevista motivacional, el consejero no trata de convencer a la persona para que cambie, por el
contrario, la orienta para que llegue a conclusiones por sí misma e identifique las motivaciones
internas específicas de cada persona.
Una idea central en las entrevistas motivacionales es que la mayoría de las personas
experimentan alguna ambivalencia o sentimientos encontrados sobre el cambio. Las personas
tienen algunas razones para cambiar y también algunas razones para permanecer igual, y pueden
permanecer atrapadas en el medio, sin poder cambiar. Las entrevistas motivacionales alientan a
las personas a explorar estos sentimientos encontrados de modo que puedan avanzar hacia un
cambio positivo.
Las 5A es una herramienta utilizada para llevar a cabo intervenciones breves, la cual
resume lo que puede hacer un profesional de la salud para ayudar a alguien que está listo para
adoptar nuevos comportamientos. (12) Esta herramienta se puede integrar en las consultas que
regularmente realizan los profesionales de la salud en cualquier nivel de atención, ya sea a nivel
comunitario o en los centros, puestos o instituciones prestadoras de servicios de salud. Lo
anterior implica que la asesoría sobre los factores de riesgo debe integrarse a los programas ya
existentes en todos los niveles de atención.
Tambien se habla de enfoque educativo como estrategia para promover los estilos de vida
saludable que se considera un primer paso para la adquisición de conductas saludables, en la
medida que generan conocimiento y facilitan la adecuada toma de decisiones (12), estas
estrategias presentan puntos importantes en lo concerniente a la efectividad no solo individual
sino de impacto en las familias. (13) La efectividad de las estrategias giran en torno a factores
como el reconocer las percepciones subjetivas de los individuos, identificar las razones y
motivaciones de las personas para cambiar su estilo de vida (14), los contextos sociales y
culturales, el estadio de cambio en el que se encuentren las personas o el nivel de atención en
salud dentro del cual se hallen.(14) Las estrategias de PS en este contexto resaltan el uso de la
información como factor clave para la promoción de EVS, empero, algunos estudios señalan que
no siempre esta estrategia resulta eficaz (16) ya que la información aunque necesaria no siempre
es suficiente. (17)
Lo anterior debe llevarse a acabo a nivel de cada país por grupos de trabajo pertinentes
que tengan conocimiento sobre el tema, conozcan la dinámica del país, su cultura y el lenguaje
apropiado a nivel local, además de contar con información sobre experiencias que hayan
funcionado en otras áreas relacionadas con la salud.
Teniendo en cuenta que múltiples estudios demuestran que determinados cambios en el
estilo de vida son eficaces para mejorar la salud de las personas y disminuir la carga de
enfermedad. (19) Sin embargo, la evidencia sobre la mejor forma de recomendar esos cambios en
las consultas de atención primaria (AP) es más escasa y controvertida. Aunque el grado de
eficacia del consejo depende del tipo de cambio propuesto en el estilo de vida, las estrategias
cognitivo-conductuales han probado ser útiles en el abordaje de estos cambios. Las
intervenciones más intensivas, y las de mayor duración, se asocian con mayor magnitud del
beneficio y más cambios mantenidos en las conductas saludables. Se recomienda la participación
de otros profesionales (psicólogos, dietistas, etc.) siempre que sea necesario y factible. Los
materiales didácticos impresos ayudan a la práctica del profesional, aunque no se ha determinado
su impacto sobre los resultados del paciente. (20)
Asi mismo tener encuenta tambien que el consejo médico realizado en la consulta de AP
es una herramienta útil para producir cambios de vida en los pacientes, aunque estos cambios no
se mantienen a lo largo del tiempo si no establecemos un refuerzo en las consultas posteriores.
Prescribir ejercicio físico de forma personalizada es más efectivo. (21)
Las estrategias de intervención pueden ser efectivas contra el tabaco y el abuso del
alcohol. Asi como para modificar la dieta y aumentar el nivel de actividad física, las evidencias
científicas disponibles son insuficientes, pero se recomienda su abordaje por los demostrados
efectos saludables que conllevarían estos cambios.
2. Yorde ES. Cómo lograr una vida saludable. An Venez Nutr. 2014; 27(1): 129-142.
6. Global strategy on diet, physical activity and health: What is moderate-intensity and
vigorous-intensity physical activity? Ginebra: Organización Mundial de la Salud (http://
www. who.int/dietphysicalactivity/physical_activity_intensity/en/
8. Global status report on alcohol and health 2014. Ginebra: Organización Mundial de la
Salud; 2014
10. World Health Organization. HEARTS Paquete técnico para el manejo de las
enfermedades cardiovasculares en la atención primaria de salud. Hábitos y estilos de vida
saludables: asesoramiento para los pacientes. 2018.
11. Toolkit for delivering the 5A’s and 5R’s brief tobacco interventions in primary care.
Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2014 (http://www.who.int/tobacco/
publications/ smoking_cessation/9789241506953/en/
12. Menezes K, Saboia P, Sales T, Alves R, Sousa T, Gomes T, et al. Promoción de una vida
sana en la infancia: una investigación-acción. Procedia. Soc. Behav. Sci. 2015; 174; 1695-
1699.
14. Jenkins D, Boucher B, Ashbury F, Sloan M, Brown P, Sohemy A, et al. Efecto de las
recomendaciones dietéticas actuales sobre la pérdida de peso y los factores de riesgo
cardiovascular. Mermelada. Coll. Cardiol. 2017; 69 (9): 1103-1112.
18. Mena I, Cadena J, Troncoso D. Intervención de Enfermería en una familia mexicana con
factores de riesgo para enfermedades crónico-degenerativas. Enfermería Universitaria.
2014; 11(2): 67-72.