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El término, sin embargo, suele confundirse con la política de la empresa en general. Y aunque
tienen que estar alineadas, se trata de conceptos distintos. Es decir, la política general se
encuentra configurada por los valores empresariales y marcada por procesos diseñados desde
dirección y las distintas facciones. Incluso pueden existir políticas de ejecución o salariales –por
ejemplo– diferentes en función del departamento al que se apliquen
Políticas específicas: es aquí donde se engloban las políticas de Recursos Humanos por
funciones. Es decir, políticas de reclutamiento, de selección, de formación, etcétera. Las
desglosamos seguidamente.
Empezaremos por las políticas de Recursos Humanos de una empresa pensadas para la
selección de personal. Estas deben incluir normas como la igualdad en el proceso o cómo se
debe tratar a los postulantes.
También pueden incluir, entre otros, cuál es el rasgo más valorado en el proceso de selección.
Se trata de rasgos o valores intrínsecos a la empresa, que no suelen modificarse a la ligera.
Por ejemplo, se puede acordar que el rasgo más indicativo es la adecuación con la cultura
organizacional. Pero habría que matizar cuáles son los rasgos de esta cultura más importantes.
Tanto las políticas de Recursos Humanos que busca asentar la organización como las
competencias se pueden fijar en la criba curricular que permite nuestro ATS (applicant tracking
system)
Políticas de contratación de personal
Otros procedimientos que son importantes son los relativos a la incorporación. No estamos
hablando de la planificación del onboarding al completo, solo de lo fundamental con respecto
al trato de ese nuevo empleado.
Por ejemplo, se puede establecer que el onboarding debe ser realizado por su responsable
directo. O que hay que garantizar que el empleado conozca a sus compañeros más cercanos
para asegurar un buen clima laboral.
En las políticas de retribución de Recursos Humanos debe quedar claro cuál es la remuneración
mínima o cómo es para cada puesto. Incluso si existen planes de incentivos, beneficios
adicionales, si se contempla la retribución variable o flexible, etcétera.
¿Quién se encarga de la formación? ¿Cuál debe ser la base de los cursos? ¿El empleado debe
tratar de actualizar los conocimientos de manera independiente o se le proveerá de medios
formativos? ¿Qué tipo de formación va a ser más promovida? ¿A través de qué plataforma?
¿Qué seguimiento se va a llevar a cabo?
Todas estas preguntas deben ser respondidas en el manual de políticas de RR.HH de una
empresa. En cualquier caso, una herramienta de formación (LMS) como la de Bizneo HR agiliza
todas estas cuestiones.
Las políticas de RR. HH. centradas en la finalización de un contrato no solo aborda todo lo
relativo a los despidos, sino también a las jubilaciones, a las bajas voluntarias, etcétera..
Cómo se van a gestionar estas salidas o cuál es el feedback que se debe dar, quién es el
responsable de comunicarlo y cómo es el plan de retirada de un empleado. Inclusive lo que
tiene que ver con el finiquito.
También es interesante datar cómo se gestionaría la situación en caso de cierre de una unidad
entera.
En este punto se establecen varias normas. Los códigos de vestimenta, las relaciones entre
empleados o el sistema de feedback para incrementar la motivación. Es importante tener en
cuenta la cultura organizacional de la empresa, pues es lo que va a definir toda la sección.
Aquí es donde Recursos Humanos debe establecer pautas para toda la organización,
incluyendo qué tipo de vocabulario no está permitido o qué límite existe en las relaciones
entre empleados. Es probable que esta sección pertenezca a la política de la empresa en
general.