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PENSIL DE IBERIAi
PERIÓDICO DE LITERATURA, CIENCIAS, ARTES Y TEATROS.
Ayuntamiento de Madrid
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El pobre amante
L A CONCESION D E M A T ILD E. de gozo lleno
leaí y bueno , . . 1
roe presentó
á su Mecenas,
A las nuisas ííccU flores bello, opulento,
Para un ramillele bueno; con nías talento
Me las dieron sin olores, qil& el novioy yo.
Con macilentos colores ,., r
Y destilando veneno. •[Con que finura,
con qué atenciones
láéifeijir-iones •
Carito p rim ero . liizo crecer! !
;Oh! qué esperanzas i
•tan .pLaceotei*as,í......................
De muy honrados padres nací en ImmiUle cuna, de mil maneras
nos hizo ver!
Matilde me dió en nombre la pila bauLismaU
Dicen que de belleza dotóme la fortuna,
Si bella fui y sensible, lo fui para mi mal. Nunca á su lado,
Adelantóme en vida, di-s aiios y una luna vivió pobreza,
Un bermano, modelo de afecto fraternal: ni la lristc?a
mosíró capuz.
Calan y franco
Crecimos solazados, cnliiegos infantiles se le veia,
Gozando y compartiendo dulce paterno amor, siempre por guia •t'
y apenas yo contaba completos quince Abriles, con la virtud.
Ceñuda nuestra suerte, mostrónos su rigor. i
De mi adorada madre los, cuidados sutiles
Perdimos.... imurió!.... iMadrel escucha mi clamor! Séquito falso,
red invisible
é irresistible
Un jóven, pobre artista, y do mi hermano amigo, fué para iní,
Logró modesto, atento, mi casa visitar; que descuidada,
>Alli debió guiarle su destino enemigo, pisando flores
Me vió y amor ardiente le comenzó á abrasar. fruto de amores '
Mostró casto deseo de enlazarse conmigo, al fin bebí.
V aunque ganó mi aprecio, nunca le pude amar.
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bles, y desaparece de la vista. Tal seria el hombre que eu- Es un olor placentero
que al corazón enardece;
tregado al recio embate de las pasiones, atravesase el océano y la mente se enloquece
de la vida sin la fé que en el corazón producen plácidas y siempre pensando en la flor.
consoladoras creencias. .
E n la amistad, en el amor, en la esperanza, en la fami
lia, necesitamos fé y creencias. Son estas móvil del cora jTú si que vives felice
zón que quedarla estéril y mudo sin el rocío^ saludable que entre el aura vaporosa,
lo alienta y vivifica. Sin creencias no existiría ni el porve tú, festiva mariposa,
nir, el porvenir causa y origen de afanes y sacrificios, de ? ue á la flor das besos mil!
obstáculos vencidos, de laureles conquistados, y la opinión ú que en su seno te anidas
desaparecería sin hacernos conocer siquiera la idea de la y en sus ramas te recreas,
gloria, delirante entusiasmo del espíritu que lo inflama y y en sus hojas jugueteas
lo arrebata en las brillantes alas del deseo, lanzándolo en vagando inquieta y sutil.
las mágicas regiones de un mundo cuya estension es mas
inmensa á medida que lo es la intensidad de nuestras creen
¿Y desprecias su ternura
cias con tu instinto de coqueta,
E l sosiego de la vida privada, los goces mas puros e y^entre el lirio y la violeta
inocentes, el amor de la familia, la honra de nuestros hi tornas á juguetear?
jos, el progreso que la civilización y las costumbres impri Corriendo vas bulliciosa
men, los descubrimientos científicos, el adelanto de las le entre mil flores perdida
tras, todo nace, crece y adquiere gigantescas formas al sua cuando es la gloria, la vida,
ve calor de las creencias que los sostienen. E n medio del tan grata flor contemplar.
silencio de la noche, cuando todos reposan en brazos de
apacible sue^^ pensamientos crueles turban nuestro so
siego, alármanse las pasiones, ruge en el pecho sorda tem Al aparecer la aurora,
pestad: entónce? vierten las creencias del corazón dulcísima eres, flor, bella y ufana,
paz, su blando arrullo nos trae prolongado descanso, y con y al entrarse la mañana
fortado luego el espíritu, aleja la postración y la muerte eres de gracias crisol:
pura estrella a' medio dia
que amenazan destruimos. de célicos resplandores;
Dolores v^laceres, amarguras y quebrantos, goces y que abrasan mas tus fulgores
martirios, anfcífes y esperanzas, contradicciones y alegrías, que los destellos del sol.
ventura, felicidad, desgracia, todo esetorbelUno que los sen
timientos y las pasiones levantan y en el cuál vivimos y nos
agitamos: ora sonriendo en el placer, ora abismándonos en Mas agrada por la noche
el pesar, todos necesitan d u d a s y c r e e n c i a s ; dudas y ver tu rostro que la luna...,
que creencias que también suelen ser en los arcanos del cora ¿quién deja, flor, por fortuna,
>ta> zón, agudas espinas que lo atraviesan, ó bálsamo celestial mas gratos recuerdos, di?
en las negras turbulencias que lo devoran. La luna queda olvidada
si nubes ante ella giran,
mientras sin verte suspiran
(Habana.) M, Costales. mil corazones por tí.
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— Ciertamente, replicó éste, el efecto iio es muy desagra ponen todo en cuestión, conmueven el crédito, y ocasionan
dable ])ara 1 que viaja sin gastar; pero para los empresa paralizaciones periódicas <á los millonarios, y mortales á los
rios rivales, que no son bastante ricos para sostener la trabajadores, que solo viven de su salario.
apuesta, y que abandonan la parte arruinada que’es mas de —Ciertamente, añade el fabricante, bien ciego seria aqtu-1
la mitad, el efecto no es de los mas satisíactorios; pero que pretendiera que el comercio y la industria, abandona
tampoco lo es mas á los viajeros que vienen de vuelta, dos como lo están, sin guia, sin brújula, á los caprichos de
cuando el vencedor, dueño de la gran vía, hace pagar con cada cual, no son fuentes inagotables de donde saltan en
usura el dinero que regaló.á los anteriores viajeros. ondas violentas males sin fin é indefinibles. Todas las exis
__Quó queréis! añadió el fabricante: á cada paso tócanse tencias, todas las posiciones búllanse incesantemente ame
los funestos resultados de la concuiTCncia: por mi parte co nazadas: nadie está seguro del dia de mañana: en parte al
nozco veinte casas respetables que se han arruinado por no guna se encuentra estabilidad, y todos tiemblan por su por
haber querido falsificar sus productos, al paso que sus com venir y el de sus hijos.
pañeros, menos escruptdosos, ofrecían aprecios iiiíeriorcs sus ¿Por qué, pues, no hay funcionario, encargado de ha
efectos adulterados. Yo mismo, que-jamás quise decidirme cernos conocer las necesidades del consumo, á fin de que
ú vender algodón por seda, fui víctima de esta honradez, en su vista arreglemos la producción? Pero no, cada uno
pues vela disminuirse cdii rapidez el iiuniero do mis parro marcha y obra como por casualidad y á ciegas; la ganan
quianos. cia es del mas atrevido, del mas bribón ó mas afortuna
E n verdad, señorps, al paso que van las cosas, pronto do. Tiempo seria ya, señores, de que se inventase vm pro
nos veremos obligados todos á ser nnos bribones para no ceder para organizar todo lo que esté en relación con la ])ro-
morir de liambre. ducoion, pues que los pueblos so han hecho productores,
Lo digo y lo diré mil voces. E sta concurrencia, que miren, y qué bien se han sabido oi’ganizar todos los ele
tanto se elogia, produce mas males'que la p>este y la guerra mentos de guerra cuando los pueblos abmidan en instintos
juntas. .Ideduciendo infmitanicutc lo4>beneficios del labri- de carnicería.
cante, obliga á disminuir el salario del trabajador, al propio —Bien se vé señores, que, sois negociantes, dijo á su
tiempo que lo impulsa á eonteccionar mas de lo que es me vez el magistrado : los males que resultan del modo de
nester, y de aquí sobrevienen aglomeraciones, escesqs de pro lucir, de cambiar y de repartir los productos, os han
productos que inevitablémento acarrean la paralización en chocado mas que todos los otros.
los negocios, y el fabricante, abogado con este esceso, del La concurpouciíi, bieu lo sé, atormenta al fabricante y
que le es imposible salir, no puede bacer frente á sus com al mercader: lo corrompe, lo íiace defraudador, falsifica
promisos, y se ve,en la afrentosa necesidad de hacer ban dor, le hace aparentar bancarrotas. Los trabajos del taller
carrota. no aseguran al obrero su pan cotidiano; destruyen su salud,
Y á proj)Ó3Íto de bancarrotas, que la concurrencia en desfiguran su cuerpo, depravan sus costumbres, dejan su
gendra á millares, ¿quién podrá calcular el numero de indi espíritu 'sin cultura, y lo envían á morir al hospital física
viduos que por bancarrotas ma.s o menos fraudulentas, se y moralmente degradado.
ven reducidos diariamente .á vejptar en profunda miseria Todos estos resultados deletéreos de la industria, estas
hasta la muerte, que no tarda en venir, agoviados do tris miles de plazas que- el comercio manda al género humano
teza. ..... .. os afectan mas que otros sufrimientos, señores industriales»;
•— Oh Dios miol'ctijo a su véz'ól‘comerciante, usted tiene sin embargo, estos no son nue.stros solos males acaso ni
mucha razón: los negocios van de mal en peor, y si esto que sean los mas punzantes.
se llama progreso dura veinte {WÍos;uas,.no.sé á donde ire Pensáis, señores, que solo los' negociantes est;in sumidos
JO. mos á'parar. EÍ mal es-yátan'-grande, qúo'si cada'uno de en el dolor y la tristeza? No, verosímilmente, pues vosotros
nosotros quisiera contar los ^lesastres comerciales de que ha no sufrís auu bajo otros a.spectos. E n cuanto á mí les tengo
sido testigo ó víctima, tendríamos para ocho dias y todo no que no hay persona que esté libre de cuidados, que no tenga
quedaría dicho. lastimadas algunas fibras del corazón. Permitidme que eche
¿Quién de nosotros, por ejemplo, no couoc-s muchas de una ojeada á las relaciones de familia solamente, y vereis
esas familias opulentas, que han caído hoy en una pobreza, que esos lazos tan dulces de padre, hijo, esposo, hermano,
tanto mas repugnante, cuanto que su pasado corrió ‘en el que deberían hacer nuestra felicidad, nos ocasionan penas
seno del lujo y todos los goces. que' proporciona la riqueza? sin cuento, acerbísimas.
¿y quién se atreverá á decir que estas familias han descen Los padres, no es esto cierto? sufren, y sufren mucho
dido de tanta altura por su culpa? Casi siempre la causa de por la mala conducta de sus hijos;.sufren ]>or sus dolores y
su caída fetal ■es esterior, hid^bndiént'e de ellas: su Tuina sus disgustos; esj^erimontan multitud de sinsabores y abur
proviene generalmente de la enfermedad ó de la muerte del rimientos en su educación, al procurarles estado, y á menu
gefe de la familia, de su mala conducta, de su incapa do no sacan otra cosa que ingratitud en premio de sus des
cidad, "de alguna empresa, mal concebida ó mal dirigida, de velos y sacrificio.s. He conocido, por ejemplo, un pobre pa
dü, y algún accidente imprevisto, como bancarrota, revolución, dre que habla labrado su fortuna, aumiue imponiéndose pri
lueña incendio, naufragio, etc., cosas todas que la madi-e y los vaciones y haciendo enormes gastos para dar á su hijo una
hijos no son dueños de impedir. h'illante educación, para la que hubo de emplear dilatados
CGsar ¿Quién de nosotros, señores, no conoce á algunos de esos años, y este desgraciado padre tuvo el sentimiento de ver
•, que pobres industriales, sobrios, laboriosos, de esos comercian que Su hijo se avergonzaba de su nacimiento y del estado
como tes acomodados, llenos de orden y economía, que desborda de SUS parientes, él (j^ue era una nulidad eu todo, y que des
ánen- dos por rivales de menos delicadeza ó mas ricos que ellos, preciaba altamente á su familia, porque no tenían como él
hom- avanzar ven su ruina con mas ó menos rapidez? Atroz ago la cabeza atestada de latín y de griego.
ivore- k nía! que engendra la desesperación y el suicidio, y esas ter He conocido también una pobre madre que murió de do
cul- ribles enfermedades del hígado, de estómago, esos- aneuris lor al ver á su hija seducida y deshonrada por un amigo de
0 gé- « mas y cápeei-es tan frecuentes eu nuestros dias y c ^ i des la casa.
conocidos de nuestros padrea? A cada paso se encuentran viejos que tienen la tri.stü
1 lado ¿Quiéii de nosotros no ha visto centenares de obreros convicción de que su muerte no hará derramar lágrimas, y
i hace , 4«i' en la imposibilidad de suministrar el preciso alimento á sus acaso sea deseada por ávidos herederos.
nos el »t familias, y reducidos á una humillante limosna á consecuen Todas nuestras ciudades eucierrau eseelentes ancianos,
s een- l-f' cia de la invencion- de rma máquina; ó en-el simpfe'perfec- que después de haber abandonado á sus hijos su escasa for
i para cionamiento de otra que les estalla sU-viendo de auxiliar? tuna, á condición de ser alimenta<los por ellos, conocen,
V
1 gra- Ademas, ¡(^uó de trastornos en todas las transaciones pero tarde, el bárbaro empeño con ipie aquellos tratan de
ésce- comérciales, qué de variaciones en las necesidades y en las desembarazarse, en provecho de sus hermanos, de carga tan
isien- modas caprichosas no destruyen las íbrtunasmas sólidas. Una pesada. He visto muchas veces acudir á los tribunales,
. Ved ) mala cosecha, un motín, un simple cambio de ministerio, lo apenas puede creerse tamaña ingratitud, á madres descou-
irron-
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soladas y hambrientas para reclamar de la justicia el que —Un sujeto muy avaro y gran jugador, decía cada vez
sus acomodados hijos Ies aseguren una misera pensión ali que perdía una gruesa partida: “á lo menos yo he perdido
menticia. sin quejarme." Eso es, respondió un chusco, porque Iq8 graiu
Sí, señores, las tiernas afecciones de familia no ser¿in en des dolores enibaryan la voz.
breve mas que una liccion. Los pleitos surgen entre liex-
inanos, y se encaniiiian de muerte por el interes mas mí
nimo, y hasta se disputan la mas insignificante herencia, —Un médico fue á ver á una joven enfei’ma, y que
caliente aun el cadáver de sus padres. riéndole tomar el pulso, observó que la joven se cubría la
Y si penetramos mas en el hogar doméstico; que de mano con la manga de la camisa que tenia puesta: viendo
ocultos sufrimientos, qué hondas penas devoradas en secreto esto el médico, se cubrió toda la mano con su capa, y to
no se apercibirán? Vénse aquí esposos que no se entienden, mando el pulso á la joven, le dijo: d imlso de lienzo médicQ
V para quienes todo es mollina, todo disputa, desamor y ce
los. Allí otros en guerra abierta sobre cuestiones de inte- de paño.
'reses, gastos de la plaza, tocador, menaje, educación que ha
de darse á los hijos, colocación á las solteras, etc. etc. Cada
casa es un infierno, y quizás no hay dos parejas entre ciento
<[ue estén real y constantemente satisfechas de su unión.
PAUTE MATERIAL.
Por la traduccioa, Este periódico se publica los dias 10, 20 y 30 de cada mei.
(Se continuará.) José Bartorelo Quintana. Precios de suscricion: en Cádiz 3 rs. mensuales llevado á
domicilio; fuera, 10 rs. trimestre, 19 el semestre, y 35 un ano
advirtiendo quena se servirá suscricion que no se pague
adelantada.
Puntos de suscricion' en Cádiz en la imprenta del Boletín do
V A R IE D A D E S . Comercio, calle del Fideo número 6 : en el Centro general de
suscriciones, calle Ancha esquinad la plaza de San Anto
nio: en la encuadernación de Aimé Bergerie, calle de S. Pedro
La isla de Palma ha sido descubierta por dos aman esquina á la calle de la Amargura; y en su redacción calle
tes. que desterrados de Cádiz, su patria, compraron un bar, de S. Rafael n.* 13 moderno; donde se dirigirán toda clase da
reclamaciones.
quicliuelo, se abandonaron á los vientos, y resolvieron no
Fuera, en las principales librerías.
.sobrevivir el uno al otro.
Después de haber errado mucho tiempo al capricho de
las olas, vieron esta isla, adonde abordaron con muchas di
ficultades, y que llamaron Palma por los muclios palmeros A N U N C IO .
que en ella vieron.
Todo el mundo sabe la fé que merecen estos cuentos de
Rimantes, y cuán corta seria la historia del mundo, si se su- LA 1WL6ER Y LA SOCIEDAD.
j>rimiesen los delirios de una imaginación poco reflexiva, y Pon LA Sta. DoSa Rosa Marina.
fivida siempre de maravillas.
precedido de un prólogo
POR DOÑA MARGARITA PEREZ DE CELIS.
ANECDOTAS. Un folleto perfectamente impreso y encuadernado;
se vende á DOS REALES en la redacción de este
Naker, beduino, tenia una hermosa yegua. Daher ofre periódico, calle de San Rafael, núm. ■!3 , y se remite
ció sus riquezas, pero Naker uo la vendía. Daher se vistió raneo, mandando su importe en sellos de franqueo.
de harapos y esperó á Naker en el camino; Al verlo le dijo;
—Hace 48 horas estoy aquí. Tengo hambre, no puedo mo
verme. Naker b^ó y colocó al mendigo sobre su yegua
JCntónces este echó á correr diciendo; Yo soy Daher. A D U L T E R A Y P A R R IC ID A ,
—Está bien. Pero 00 digas el medio de que te has va ó sea
lido para obtenerla, porque podría suceder que otro estu TER ESA G U IX (a) LA MASERA.
viese efectivamente enfernm, y no fuese socorrido por el
temor de ser engañado como yo. Leyenda histórica contemporánea,
Entonces Daher volvió atrás, abrazó á Naker y ie res publicada p<»
tituyó la yegua. Se juraron amistad, y estuvieron tres dias EDSEBIO PREIXA.
en casa de Naker.
U n tomo de 200 páginas perfectamente imi)re8o
—Un mal pintor decía que quería hacer blanquear su y encuadernado. Véndese en la redacción de este pe
casa para pintarla después: otro le dijo, créeme amigo, pín
riódico á 4 rs. para los suscritores á E l Pensil y á 5
tala primero y luego blanquéala,. para los que no lo sean. A los de provincias se remi
tirá franco de porte á 5 rs. y á 6 á los no suscritores.
=Habiéndose enamorado un joven de una muchacha
no se atrevía á declai-arle su pasión; así que ella Jo llegó á E d ito r responsable^ don P edro L u is Carniago,
notar, le dijo entre otras cosas que le enviara el retrato de
su amada: el joven aprovechó la oeasion y le mandó un bo
Imprenta y Litografía del Boletín de Comercio.
nito espejo,
á cargo de 1). Virginio Ramos, calle del Fideo, número 6.
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