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¡Qué hombres tan maduros! ¡Ojos - espero llegar a ser un loco ensancharse y temblar como un amoroso.

alelados a la manera de la noche de muy malvado. espectro este cuerpo adorado; XXX
estío, rojos y negros, tricolores, de heridas escarlatas y negras ¡Oh la faz cenicienta, el escudo
acero punteado por estrellas de oro; III estallan en las carnes magníficas. de crin, los brazos de cristal! ¡El
semblantes deformes, plomizos, Los colores propios de la vida se cañón sobre el que debo arrojarme
lívidos, incendiados; alocadas En un granero donde fui oscurecen, danzan, y se disipan por entre la refriega de los árboles
ronqueras! ¡El paso cruel de los encerrado a los doce años co- en torno a la Visión, en el taller. y el aire leve!
oropeles! - Hay algunos jóvenes, - nocí el mundo, ilustré la Y los escalofríos se levantan y
¿cómo mirarían a Querubín? - comedia humana. En una gruñen, y el furioso sabor de estos VIDAS
dotados de voces espantosas y de bodega aprendí la historia. En efectos cargándose de los silbidos
algunos recursos peligrosos. Los alguna fiesta nocturna en una mortales y las roncas músicas que I
envían a pavonearse en la ciudad, ciudad del Norte encontré el mundo, allá lejos tras nosotros, ¡Oh las enormes avenidas del
ridículamente ataviados de un lujo todas las mujeres de los lanza sobre nuestra madre de país santo, las terrazas del templo!
repugnante. antiguos pintores. En un viejo belleza, - ella retrocede, se ¿Qué se ha hecho del brahmán
pasaje de París me enseñaron yergue. que me explicó los Proverbios?
¡Oh el más violento Paraíso de la las ciencias clásicas. ¡Oh, nuestros huesos se han ¡De entonces, de allá lejos,
mueca rabiosa! revestido de un nuevo cuerpo todavía veo incluso
Sin comparación con vuestros

- La muchedumbre, los tejados Conocido suficiente. Los parones y emplean la comedia magnética. ¡Veo la continuación! Mi
de oro, los bellos animales de la vida. - ¡Oh Rumores y Llamean los ojos, la sangre sabiduría es tan desdeñada como
seguían existiendo. Visiones! canta, los huesos se ensanchan, el caos. ¿Qué es mi nada, ante el
¡Cabe extasiarse en la ¡Partida en el afecto y el ruido las lágrimas y unos hilillos rojos estupor que os espera?
destrucción, rejuvenecer mediante nuevos! chorrean. Su burla o su terror
la crueldad! El pueblo no dura un minuto, o meses enteros. II
murmuró. Nadie ofreció la ayuda Sólo yo tengo la clave de este
de sus puntos de vista. REALEZA desfile salvaje. Soy un inventor de muy distinto
Una tarde galopaba altivo. mérito que cuantos me
Apareció un Genio, de belleza Una hermosa mañana, en un precedieron; un músico incluso,
inefable, inconfesable incluso. pueblo muy amable, un hombre y ANTIGUO que ha encontrado algo así como
¡De su fisonomía y de su porte una mujer soberbios gritaban en la clave del amor. Ahora,
destacaba la promesa de un amor la plaza pública. «¡Amigos míos, ¡Gracioso hijo de Pan! En gentilhombre de una campiña
múltiple y complejo! ¡De una quiero que sea reina!» «Quiero derredor de tu frente coronada de áspera en el sobrio cielo, trato de
felicidad indecible, insoportable ser reina». Ella reía y temblaba. florecillas y de bayas tus ojos, emocionarme con el recuerdo de
incluso! El Príncipe y el Genio se Él hablaba a los amigos de bolas preciosas, se mueven. una infancia mendicante, del
aniquilaron probablemente en la revelación, de prueba terminada. Manchadas de heces pardas, tus aprendizaje o de la llegada en
salud esencial. Se extasiaban el uno junto el otro. mejillas se sumen.
a las viejas! Me acuerdo de las Relucen tus colmillos. Tu pecho En una magnífica morada ¿Cómo habrían podido no morir
horas de plata y sol hacia los ríos, parece una cítara, circulan cercada por el Oriente entero, por ello? Juntos, pues, murieron.
la mano del campo sobre mi tintineos por tus brazos rubios. realicé mi inmensa obra y pasé Pero ese Príncipe falleció, en su
hombro, y nuestras caricias de pie Tu corazón late en ese vientre mi ilustre retiro. He agitado mi palacio, a una edad ordinaria. El
en las llanuras de pimienta. - Un donde duerme el doble sexo. sangre. Mi deber me ha sido Príncipe era el Genio. El Genio era
revuelo de palomos escarlatas Paséate, de noche, moviendo condonado. Ni siquiera hay que el Príncipe.
truena alrededor de mi suavemente ese muslo, ese seguir pensando en eso. Soy La música sabia falta a nuestro
pensamiento. - Exiliado aquí, he segundo muslo y esa pierna realmente de ultratumba, y basta deseo.
tenido una escena donde izquierda. de encargos.
representar las obras maestras
dramáticas de todas las literaturas. PARTIDA DESFILE
Os señalaría las riquezas BEING BEAUTEOUS
inauditas. Observo la historia de BEINGVisto suficiente. La visión se ha
BEAUTEOUS Solidísimos bribones. Muchos
los tesoros que encontrasteis. Ante una nieve un Ser de vuelto a encontrar en todos los han explotado vuestros mundos.
Belleza de elevada estatura. aires. Sin necesidades, y poco dispuestos
Silbidos de muerte y círculos de Tenido suficiente. Rumores de a poner en práctica sus brillantes
música sorda hacen subir, las ciudades, por la noche, y al talentos y su experiencia de vues-
sol, y siempre. tras conciencias.

zuecos, de las polémicas, de Faquires y demás bufonadas De hecho fueron reyes toda una Fuese o no una aberración de
las cinco o seis viudeces, y de escénicas. En trajes mañana en que las colgaduras piedad, así lo quiso. Poseía
algunas nupcias en las que mi improvisados con el sabor del carmesíes se desplegaron en las cuando menos un poder humano
testarudez me impidió estar a mal sueño representan casas, y toda la tarde, en que bastante amplio.
tono con mis camaradas. No endechas, tragedias de juntos avanzaron hacia los Todas las mujeres que le
añoro mi antigua porción de malandrines y de semidioses jardines de palmas. habían conocido fueron asesi-
alegría divina: el aire sobrio de espirituales como nunca lo han nadas. ¡Qué saqueo del jardín de
esta áspera campiña alimenta sido la historia o las religiones. la belleza! Bajo el sable, ellas lo
muy activamente mi atroz Chinos, hotentotes, zíngaros, A UNA RAZÓN bendijeron. No encargó otras
escepticismo. Pero como en necios, hienas, Molocs, viejas nuevas. - Las mujeres
adelante ese escepticismo no demencias, demonios siniestros, Un golpe de tu dedo sobre el reaparecieron.
puede ponerse en práctica, y mezclan giros populares, tambor descarga todos los Mató a cuantos le seguían,
como además me he entregado maternales, con las posturas y sonidos e inicia la nueva después de la caza o las li-
a una nueva turbación, - espero las ternuras bestiales. armonía. baciones. - Todos le seguían.
llegar a ser un loco muy Interpretarían piezas nuevas y Un paso tuyo. Y es el Se divirtió degollando los
malvado. canciones para «señoritas». alzamiento de los hombres nue- animales de lujo. Hizo arder los
Maestros juglares, transforman vos y su caminar. palacios. Se abalanzaba sobre la
el lugar y las personas gente y los descuartizaba.
el bosquecillo, o que desciende por FRASES Soy dueño del silencio. ¿Por qué Tu cabeza se vuelve: ¡el nuevo
el sendero corriendo, adornado con una apariencia de tragaluz amor! Tu cabeza gira, - ¡el nuevo
cintas. Cuando el mundo sea palidecería en el rincón de la amor!
reducido a un solo bosque bóveda? «Cambia nuestros lotes, criba
Hay una compañía de pequeños negro para nuestros cuatro ojos las plagas, empezando por el
comediantes con trajes de escena, atónitos, - a una playa para dos CUENTO tiempo», te cantan esos niños.
divisados en el camino por entre niños fieles, - a una casa «Eleva no importa adónde la
la linde del bosque. musical para nuestra clara Se sentía vejado un Príncipe por sustancia de nuestras fortunas y
simpatía, - yo te encontraré. no haberse dedicado nunca más nuestros anhelos», te ruegan.
Hay en fin, cuando se tiene Que no haya aquí abajo más que a la perfección de las
hambre y sed, alguien que os que un anciano solo, calmo y generosidades vulgares. Preveía Llegada desde siempre, tú que
echa. hermoso, rodeado de un «lujo asombrosas revoluciones del irás por todas partes.
IV inaudito», - y yo estaré a tus amor, y sospechaba en sus
pies. mujeres mejores capacidades que MAÑANA DE
Yo soy el santo, orando en la esa complacencia adornada de EMBRIAGUEZ
terraza, - como los animales cielo y de lujo. Quería ver la
pacíficos pacen hasta el mar de verdad, la hora del deseo y de la ¡Oh mi Bien! ¡Oh mi Bello!
Palestina. satisfacción esenciales. ¡Charanga atroz en la que ya no
Yo soy el sabio en el sillón tropiezo!

en el sur. - Se sigue el sendero rojo Únete a nosotros con tu voz retamas. Se nos ha prometido enterrar en la
para llegar al albergue vacío. imposible, ¡tu voz!, único El aire está inmóvil. ¡Qué lejos sombra el árbol del bien y del mal,
El castillo está en venta; las adulador de esta vil desesperanza. están los pájaros y las fuentes! deportar las honestidades tiránicas,
persianas están desprendidas. - El Esto sólo puede ser el fin del con el fin de que trajésemos
cura se habrá llevado la llave de mundo, que avanza. nuestro purísimo amor. Empezó
la iglesia. - Alrededor del parque, [FRASES II] con ciertas repugnancias y acabó, -
las casetas de los guardas están V al no poder agarrar en el acto esa
deshabitadas. Las empalizadas Una mañana cubierta, en julio. eternidad, - acabó por una
son tan altas que sólo se ven las Un sabor a cenizas vuela en el Que me alquilen por fin esa desbandada de perfumes.
cimas rumorosas. Además, aire; - un olor a leña sudando en tumba, blanqueada a la cal con Risa de niños, discreción de
dentro no hay nada que ver. el fogón, - las flores enriadas - el las líneas del cemento en relieve - esclavos, austeridad de vírgenes,
destrozo de los paseos, - la muy lejos bajo tierra. horror por las figuras y los objetos
Los prados suben hacia las llovizna de los canales en los de aquí, ¡sacrosantos seáis por el
aldehuelas sin gallos, sin campos - ¿por qué no ya los Me acodo en la mesa, la recuerdo de esta vigilia!
yunques. La esclusa está juguetes y el incienso? lámpara ilumina vivamente estos
levantada. ¡Oh los Calvarios y los periódicos que, idiota de mí,
molinos del desierto, las islas y XXX releo, estos libros sin interés.
las muelas!
¡Mágico potro de tormento! A una distancia enorme por Que yo haya cumplido todos tus Zumban flores mágicas. Los
¡Hurra por la obra inaudita y por el encima de mi salón subterráneo, recuerdos, - que yo sea aquella taludes le mecían. Circulaban
cuerpo maravilloso, por la primera las casas se implantan, las que sabe darte garrote, - yo te animales de una elegancia
vez! Empezó bajo las risas de los brumas se reúnen. El barro es ahogaré. fabulosa. Las nubes se agolpaban
niños, acabará por ellas. Este rojo o negro. ¡Ciudad sobre la alta mar hecha de una
veneno ha de permanecer en todas monstruosa, noche sin fin! Cuando somos muy fuertes, - eternidad de cálidas lágrimas.
nuestras venas aun cuando, agriada ¿quién retrocede?, cuando
la fanfarria, seamos devueltos a la No tan alto, están las cloacas. A estamos muy alegres, - ¿quién III
antigua armonía. ¡Oh, ahora los lados, nada más que el hace el ridículo? Cuando somos
nosotros, tan digno de estas espesor del globo. Acaso los muy malvados, - ¿qué harían con En el bosque hay un pájaro; su
torturas!, recojamos abismos de azur, pozos de fuego. nosotros? Engalanaos, bailad, canto os detiene y os hace
fervientemente esta sobrehumana Acaso sea en esos planos donde reíd. - Nunca podré arrojar el sonrojar.
promesa hecha a nuestro cuerpo y se encuentran lunas y cometas, Amor por la ventana. Hay un reloj que no suena.
a nuestra alma creados: ¡esa mares y fábulas. Hay un hoyo con un nido de
promesa, esa demencia! ¡La - ¡Compañera mía, mendiga, niña animales blancos.
elegancia, la ciencia, la violencia! En las horas de amargura monstruo!, qué poco te importan Hay una catedral que baja y un
imagino bolas de zafiro, de estas desdichadas y estas lago que sube.
metal. artimañas, y mis apuros. Hay un cochecito abandonado en

Empezaba con la mayor zafiedad, Las ramas y la lluvia se arrojan He tendido cuerdas de del «querido cuerpo» y «querido
y concluye por ángeles de llama y contra el ventanal de la campanario a campanario; corazón».
de hielo. biblioteca. guirnaldas de ventana a ventana;
Breve vigilia de embriaguez, cadenas de oro de estrella a II
¡santa!, aunque sólo fuera por la Yo soy el peatón del camino real estrella, y bailo.
máscara con que nos has entre los bosques enanos; el XXX Es ella, la pequeña muerta,
gratificado. ¡Nosotros te murmullo de las esclusas cubre detrás de los rosales. - La joven
afirmamos, método! No olvidamos mis pasos. Veo largo rato la El alto estanque humea mamá difunta baja la escalinata. -
que ayer has glorificado cada una melancólica lejía dorada del continuamente. ¿Qué bruja va a La calesa del primo rechina en la
de nuestras edades. Tenemos fe en poniente. erguirse en el blanco crepúsculo? arena. - El hermano pequeño -
el veneno. Sabemos dar nuestra Con gusto sería el niño ¿Qué frondas violetas han de (¡está en las Indias!) ahí, ante el
vida entera todos los días. abandonado en la escollera que descender? crepúsculo, sobre el prado de
He aquí el tiempo de los partió hacia alta mar, el pajecillo XXX claveles. - Los viejos que han
Asesinos. que sigue la alameda cuya frente enterrado totalmente tiesos en la
toca el cielo. Mientras los fondos públicos se muralla de los alhelíes.
gastan en fiestas de fraternidad,
Los senderos son ásperos. Los suena una campana de fuego rosa El enjambre de hojas de oro
montículos se cubren de en las nubes. rodea la casa del general. Están
La sangre corrió, en casa de las orillas cargadas de cúpulas prados, desnudez que Avivando un agradable sabor a
Barba Azul, - en los mataderos, - pierden altura y menguan. ensombran, atraviesan y visten tinta china, un polvo negro llueve
en los circos, donde el sello de Algunos de estos puentes todavía los arco iris, la flora, el mar. dulcemente sobre mi velada. -
Dios palideció las ventanas. La están cargados de casuchas. Otros Damas que dan vueltas en las Bajo la luz de la lámpara, me
sangre y la leche corrieron. sostienen mástiles, señales, terrazas vecinas al mar; echo en la cama y, vuelto del
Los castores construyeron. Los frágiles parapetos. Acordes infantas y gigantas, soberbias, lado de la sombra, os veo, ¡hijas
«mazagranes» humearon en los menores se cruzan, y se pierden, negras en el musgo cardenillo, mías!, ¡mis reinas!
cafetines. de los ribazos suben unas cuerdas. joyas alzadas sobre el suelo XXX
En la casona de cristales, Se distingue una chaqueta roja, feraz de los bosquetes y de los
todavía chorreante, los niños de acaso otros trajes e instrumentos jardincillos deshelados, -
luto contemplaron las de música. ¿Son canciones jóvenes madres y hermanas OBREROS
maravillosas imágenes. populares, fragmentos de mayores de miradas llenas de
Una puerta crujió, - y en la conciertos señoriales, restos de peregrinaciones, sultanas, ¡Oh aquella cálida mañana de
plaza de la aldea, el niño hizo himnos públicos? El agua es gris princesas de andares y atuendo febrero! El Sur inoportuno vino a
girar sus brazos, comprendido y azul, ancha como un brazo de tiránicos, pequeñas forasteras y reavivar nuestros recuerdos de
por las veletas y los gallos de los mar. - Un rayo blanco, cayendo personas dulcemente indigentes absurdos, nuestra
campanarios de todas partes, bajo desde lo alto del cielo, aniquila desdichadas. joven miseria.
el resplandeciente aguacero. esta comedia. Menudo aburrimiento la hora

- Mana, estanque, - rueda, En un charco dejado por la


Espuma, sobre el puente, y por inundación del mes anterior en
dv encima de los bosques; - paños un sendero bastante alto, me hizo
negros y órganos, - relámpagos y reparar en unos pececillos
trueno, - subid y rodad; - Aguas y diminutos.
tristeza, subid y reanimad los La ciudad, con sus humos y sus
Diluvios. ruidos laborales, nos seguía
Porque desde que se disiparon, - desde muy lejos por los caminos.
¡oh las piedras preciosas ¡Oh el otro mundo, la morada
enterrándose, y las flores bendecida por el cielo y las
abiertas! - ¡qué aburrimiento!, y umbrías! El Sur me recordaba los
la Reina, la Bruja que enciende miserables incidentes de mi
su brasa en la olla de barro, infancia, mis desesperaciones
nunca querrá contarnos lo que estivales, la horrible cantidad de
ella sabe, y que nosotros fuerza y de ciencia que el destino
ignoramos.
Henrika vestía una falda de INFANCIA DESPUÉS DEL DILUVIO
algodón a cuadros blancos y
marrones, que debió llevarse en I Tan pronto como la idea del
el siglo pasado, una cofia con Diluvio se hubo serenado, Una
cintas, y un pañuelo de seda. Este ídolo, ojos negros y crin liebre se detuvo entre las
Aquello era mucho más triste que amarilla, sin padres ni corte, más esparcetas y las campanillas
un duelo. Dábamos una vuelta noble que la fábula, mexicana y móviles y dijo su plegaria al arco
por las afueras. El tiempo estaba flamenca; su dominio, azur y iris a través de la tela de araña.
nublado y aquel viento del Sur verdor insolentes, corre sobre ¡Oh!, las piedras preciosas que
excitaba todos los infames olores playas nombradas, por olas sin se ocultaban, - las flores que
de los jardines asolados y de los bajeles, de nombres ferozmente miraban ya.
prados resecos. griegos, eslavos, célticos. En la ancha calle sucia se
Aquello no debía fatigar a mi En la linde del bosque, - las alzaron los tenderetes, y
mujer tanto como a mí. flores de ensueño tintinean, arrastraron las barcas hacia el
estallan, relumbran, - la mar escalonado arriba como en
muchacha de labio de naranja, los grabados.
con las rodillas cruzadas en el
claro diluvio que surge de los

siempre mantuvo alejada de mí. Madame *** instaló un piano


¡No!, no pasaremos el verano en en los Alpes. La misa y las
este avaro país donde nunca primeras comuniones se
seremos más que unos novios celebraron en los cien mil
huérfanos. Quiero que este brazo altares de la catedral.
endurecido deje de tirar de una Partieron las caravanas. Y el
querida imagen. Splendide-Hôtel fue edificado
en el caos de hielos y noche
LOS PUENTES polar.
Desde entonces, la Luna oyó
Cielos grises de cristal. Un gimotear a los chacales por los
extraño trazado de puentes, desiertos de tomillo, - y a las
rectos éstos, arqueados aquéllos, églogas en zuecos gruñir en el
otros en descenso o en ángulos huerto. Luego, en el oquedal
oblicuos sobre los primeros, y violeta, lleno de brotes, Eucaris
esas figuras reproduciéndose en me dijo que era la primavera.
los demás circuitos iluminados
del canal, pero todos tan largos y
ligeros que

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