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La gestión ambiental en el sector saneamiento.

Apuntes para construir una política de vertimiento cero,


bajo un enfoque de economía circular

Víctor A. Varillas Borja1


victor.varillas@gmail.com
955 612 950

Palabras clave:

Aguas residuales, Autoridad Nacional del Agua (ANA), autorización de reúso, autorización
de vertimiento, economía circular, estándares de calidad ambiental, fiscalización ambiental,
gobernanza, infraestructura de tratamiento, instrumento de gestión ambiental, Ley de los
Recursos Hídricos, límites máximos permisibles, Ministerio de Vivienda, Construcción y
Saneamiento (MVCS), prestadores de servicios de saneamiento, proceso de adecuación
progresiva.

1
Abogado egresado de la Maestría en Derecho Constitucional (UNMSM), con estudios de Segunda Especialidad en
Derecho Ambiental y de los Recursos Naturales (PUCP) y en Derecho Internacional de Aguas (Centro de Formación de la
Cooperación Española - becario). Actualmente se desempeña como Coordinador Legal en la Dirección General de Asuntos
Ambientales del MVCS. Docente en temas relacionados a gestión ambiental y saneamiento.
Resumen:

El autor realiza un análisis de la legislación ambiental vigente, enfocándose principalmente


en la regulación nacional de los recursos hídricos y su aplicación dentro de la prestación de
los servicios de saneamiento, cuyo contexto se encuentra caracterizado por la problemática
de calidad ambiental ocasionada por las descargas no autorizadas de las aguas residuales
producidas durante estas actividades, las cuales son finalmente dispuestas en los cuerpos
naturales de agua de todo el país, con un tratamiento previo insuficiente o, incluso, muchas
veces sin él. En el desarrollo del presente trabajo, el autor formula algunas ideas que resultan
relevantes tener en cuenta para plantear una política de vertimiento cero, a través del reúso
de este tipo de aguas residuales, como propuesta de solución técnica, dialógica e institucional
a la referida problemática, en el marco de las nuevas tendencias de economía circular que se
vienen desarrollando a nivel mundial.

Abstract

The author performs an analysis of current environmental legislation, focusing mainly on the
national regulation of water resources and its application within the provision of sanitation
services, whose context is characterized by the environmental quality problem caused by
non-discharges. authorized wastewater produced during these activities, which are finally
disposed of in natural bodies of water throughout the country, with insufficient prior
treatment or even many times without it. In the development of this work, the author
formulates some ideas that are relevant to take into account in order to propose a zero
dumping policy, through the reuse of this type of wastewater, as a proposal for a technical,
dialogical and institutional solution to the aforementioned problem, within the framework of
the new trends in the circular economy that are developing worldwide.

Prólogo:

En el año 2015, los Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas adoptaron
un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y mejorar la
calidad de vida de todas las personas. Los diecisiete (17) objetivos de desarrollo sostenible
(ODS) contienen metas específicas que deben alcanzarse dentro de los quince años
posteriores a su adopción, en términos programáticos; la implementación de dichas metas
responde a la denominada Agenda 2030. Al respecto, dentro del ODS 6, se establece como
meta la mejora de la calidad del agua, la reducción de la contaminación y la eliminación del
vertimiento, así como la reducción a la mitad del porcentaje de aguas residuales sin tratar,
contribuyendo a su reutilización de manera segura; de otro lado, en el ODS 12, se ha
propuesto la meta la reducir considerablemente la generación de desechos mediante
actividades de prevención, reducción, reciclado y reutilización2.
2Agenda 2030, Resolución aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 25 de setiembre de
2015, que incorpora los diecisiete (17) objetivos de desarrollo sostenible.
Objetivo 6. Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos. (…)
6.3 De aquí a 2030, mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación, eliminando el vertimiento y
minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos, reduciendo a la mitad el porcentaje de
aguas residuales sin tratar y aumentando considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel
mundial.
Objetivo 12. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. (…)
Las precitadas metas y objetivos de desarrollo sostenible nos otorgan el marco para el
desarrollo de los diversos tópicos que se exponen en el presente trabajo, el cual tiene por
objeto inicial reseñar los distintos factores que han contribuido a construir el contexto actual
de la calidad de los cuerpos hídricos en todo el país, a causa de las descargas de aguas
residuales provenientes de los servicios de saneamiento, para lo cual es necesario repasar
aspectos vinculados con la legislación vigente sobre recursos hídricos, principalmente sobre
los mecanismos mediante los cuales se obtienen los títulos habilitantes para proceder con la
disposición final de las aguas residuales. Frente a ello, resulta relevante analizar los avances
del proceso sectorial de adecuación progresiva para el cumplimiento de la normativa
ambiental y sanitaria, el cual se viene implementando por parte de los prestadores de servicios
de saneamiento, en virtud del Decreto Legislativo N°12853.

No obstante, el objeto principal de este trabajo consiste en analizar los desafíos y


oportunidades que identificamos durante la elaboración y ejecución de una política de
vertimiento cero y reutilización de aguas residuales domésticas en actividades asociadas a la
agricultura, riego de áreas verdes, entre otras; asumidas como alternativas sostenibles en
contrapartida al diseño tradicional de vertimientos de agua residual en cuerpos hídricos, en
atención a las actuales necesidades y tendencias en todo el mundo para aplicar modelos de
economía circular en los diferentes procesos productivos. En nuestro país, tales desafíos y
oportunidades poseen especiales matices dibujadas por una institucionalidad pública que no
ha logrado articularse por completo, por la informalidad imperante en las actividades que se
desarrollan tanto en el ámbito urbano como rural, pero que también atienden a los potenciales
beneficios económicos y ambientales que el contexto nacional permite.

Capítulo 1: El régimen jurídico de los recursos hídricos aplicable al sector saneamiento,


instrumentos de gestión ambiental sectoriales y los títulos habilitantes otorgados por
ANA.

Si revisamos la evolución de la regulación legal de los recursos hídricos en el Perú,


identificaremos como primer antecedente en su era republicana al Código de Aguas de 1902,
el cual tenía implícita una marcada influencia de la Ley de Aguas de España (1877), bajo un
enfoque privatista y que privilegiaba los derechos adquiridos por los hacendados; de este
modo, la propiedad de la tierra estaba ligada a la propiedad del agua. Posteriormente,
mediante el Decreto Ley N° 17752, dictado por el Gobierno de Juan Velasco Alvarado, se
promulgó la Ley General de Aguas de 1969, en esta norma se reconoció al agua como un
patrimonio del Estado y no era más objeto de propiedad privada; además, en el marco del
proceso conocido históricamente como “la reforma agraria”, vinculó sobremanera la utilidad
del recurso hídrico a los fines agrarios, estableciendo que el agua debía gestionarse a través
de los entonces distritos de riego.

12.5 De aquí a 2030, reducir considerablemente la generación de desechos mediante actividades de


prevención, reducción, reciclado y reutilización.
3 Decreto Legislativo N°1285, Decreto Legislativo que modifica el artículo 79 de la Ley Nº 29338, Ley de

Recursos de Hídricos y establece disposiciones para la adecuación progresiva a la autorización de vertimientos


y a los instrumentos de gestión ambiental, publicado en el diario oficial “El Peruano” el 29 de diciembre de 2016.
Muchos años después, en el 2009, se promulgó la vigente Ley General de Recursos Hídricos4
y en ella se reafirma que el agua es patrimonio de la nación, considerando necesario que se
tome en cuenta el enfoque de gestión integrada de los recursos hídricos con la participación
de las organizaciones de usuarios; además, en virtud de este dispositivo legal se creó la
Autoridad Nacional del Agua, la cual se constituye en el ente rector del sistema nacional, con
goce de autonomía funcional. Asimismo, es importante destacar que entre los principios que
sostienen su régimen legal, se encuentran recogidos el valor sociocultural, económico y
ambiental del agua, la participación de la población y cultura del agua, la sostenibilidad, la
eficiencia, la descentralización, la tutela jurídica, entre otros. Cabe acotar que la referida Ley
mereció algunas modificaciones y cuenta con una reglamentación que ha sido desarrollada a
través del Decreto Supremo N° 001-2010-AG5.

En líneas generales, todo titular de actividades productivas o servicios en las que se emplea
el recurso hídrico dentro de sus procesos puede generar aguas residuales6, salvo en los casos
en que se realice un uso totalmente consuntivo del recurso; dichas aguas residuales son objeto
de regulación dentro del Título V denominado “Protección del Agua” dentro de la precitada
Ley, por lo cual su manejo y principalmente su disposición final han merecido disposiciones
específicas que han sido desarrolladas en clave de títulos habilitantes, nos estamos refiriendo
específicamente a dos mecanismos: i) autorización de vertimiento y ii) autorización de reúso,
los cuales cuentan además con un desarrollo reglamentario específico y procedimientos
administrativos especiales para su obtención u otorgamiento a nivel de la Autoridad Nacional
del Agua.

Al respecto, las referidas normas definen al vertimiento como las descargas de aguas
residuales previamente tratadas en un cuerpo natural de agua continental o marítima7;
asimismo, en un precedente administrativo vinculante, el Tribunal Nacional de Resolución
de Conflictos Hídricos estableció que para otorgar la autorización de vertimiento, las aguas
residuales tienen que ser sometidas a un tratamiento previo a fin que no se generen impactos
ambientales negativos en el cuerpo receptor, distinguiendo que para la configuración de la
infracción “realizar vertimientos sin autorización” (establecida en el numeral 9 del artículo
120 de la Ley de Recursos Hídricos) no es relevante analizar el “tratamiento previo”, sino la
preexistencia de la autorización; en todo caso, el tratamiento previo es una condición
aplicable para el otorgamiento (o denegación, de ser el caso) de la solicitud de autorización
de vertimiento8.

4 Ley N°29338, Ley Nº 29338, Ley de Recursos de Hídricos, publicada en el diario oficial “El Peruano” el 31 de
marzo de 2009, modificada por la Ley N° 30640 y el Decreto Legislativo N°1285.
5 Reglamento de la Ley de Recursos Hídricos, aprobado por Decreto Supremo N°001-2010-AG, publicado en

el diario oficial “El Peruano” el 24 de marzo de 2010, modificado por los Decretos Supremos N° 005-2013-AG,
N° 023-2014-MINAGRI, N° 006-2017-MINAGRI y N° 012-2018-MINAGRI.
6 Conforme al literal “a” del artículo 131° del Reglamento de la Ley de Recursos Hídricos, se entiende por aguas

residuales, aquellas cuyas características originales han sido modificadas por actividades antropogénicas y que
por sus características de calidad requieren de un tratamiento previo. Se excluye a aquellas que por sus
características de calidad no requieren de un tratamiento previo en función a los Límites Máximos Permisibles
de la actividad, según lo establecido expresamente en el Instrumento de Gestión Ambiental aprobado.
7 Conforme al literal “b” del artículo 131° del Reglamento de la Ley de Recursos Hídricos, se entiende por

vertimiento de aguas residuales a la descarga de aguas residuales previamente tratadas, en un cuerpo natural
de agua continental o marítima, excluyendo a la proveniente de naves y artefactos navales.
8 Fundamento 6.3 del precedente vinculante (de observancia obligatoria) emitido por la Autoridad Nacional del

Agua mediante Resolución N°139-2014-ANA/TNRCH, de fecha 22 de julio de 2014.


Asimismo, a través de la Dirección de Calidad de Recursos Hídricos, la Autoridad Nacional
del Agua podrá autorizar el vertimiento de aguas residuales, únicamente cuando concurran
las siguientes condiciones: i) exista un tratamiento previo que permita cumplir los Límites
Máximos Permisibles, ii) cuando no se transgreda los Estándares de Calidad Ambiental –
Agua, iii) cuando las condiciones del cuerpo receptor lo permitan, iv) no cause perjuicio a
otro uso de agua, v) cuente con instrumento de gestión ambiental aprobado; entre otros. La
vigencia de estas autorizaciones puede establecerse entre dos (02) y seis (06) años, la cual se
computa desde el inicio de la operación del proyecto, sin perjuicio que dicho plazo pueda ser
prorrogado. En todos estos casos, la Autoridad Nacional del Agua se encuentra facultada para
la supervisión del cumplimiento de las obligaciones provenientes de los títulos habilitantes y
de las disposiciones legales en materia de recursos hídricos.

De otro lado, con relación a la autorización de reúso de agua residual, ésta se define como el
título habilitante que permite la utilización del agua residual tratada resultante de las
actividades antropogénicas. No obstante, la normatividad hídrica realiza algunas precisiones
al establecer que el titular de un derecho de uso de agua está directamente facultado para
reutilizar las aguas residuales tratadas que él mismo genere, bajo la condición que sea
empleada para el mismo fin por el cual se otorgó dicho derecho; de no ser el caso, cuando el
agua residual sea empleada con una finalidad distinta por la cual se otorgó el derecho de uso
de agua, será necesario obtener una autorización de reúso otorgada por la Autoridad Nacional
del Agua, a través de la Autoridad Administrativa de Agua correspondiente9.

La autorización de reúso cuenta con las mismas reglas aplicables al plazo de la autorización
de vertimiento, con la salvedad que si el reúso es ejecutado por un ente distinto al titular del
sistema de tratamiento, la vigencia de la autorización será igual a aquella del acuerdo legal
que expresa la conformidad de interconexión entre ambos que incluso puede ser superior a
seis (06) años; cabe señalar que dicho acuerdo legalizado constituye además un requisito de
admisibilidad de la solicitud de autorización de reúso10. En dicho procedimiento, se otorgará
el título habilitante siempre que las aguas residuales i) sean sometidas a los tratamientos
previos que permitan cumplir con los parámetros de calidad establecidos para los usos
sectoriales correspondientes, ii) cuenten con instrumento de gestión ambiental aprobado, en
cuya evaluación se estableció el reúso y iii) cuando no ponga en peligro la salud humana y
el normal desarrollo de la flora y fauna o afecte otros usos.

En los párrafos precedentes, hemos revisado las principales disposiciones para la obtención
de la autorización de vertimiento y de reúso, las cuales son aplicables transversalmente a
todos los sectores productivos y de servicios; no obstante, dado el ámbito de este trabajo, en
adelante nos limitaremos a analizar el referido marco legal en lo que resulte aplicable al sector
saneamiento; para lo cual se define la prestación de los servicios de saneamiento como la
prestación regular de cuatro (04) servicios: i) agua potable ii) alcantarillado sanitario, iii)
9 Artículo del Reglamento para el otorgamiento de autorizaciones de vertimiento y reúsos de aguas residuales
tratadas, aprobado mediante Resolución Jefatural N°224-2013-ANA y modificado mediante Resolución Jefatural
N°145-2016-ANA.
10 Conforme al literal “d” del artículo 149.2° del Reglamento de la Ley de Recursos Hídricos, en caso de reúso

de agua residual tratada por persona distinta al titular del derecho de uso de agua correspondiente: Conformidad
del titular del derecho de uso de interconexión de la infraestructura hidráulica que le permita captar las aguas
residuales, acreditada mediante copia del contrato o convenio extendido con firma legalizada por Notario Público
o Juez de Paz.
tratamiento de aguas residuales para disposición final o reúso y iv) disposición sanitaria de
excretas11. En el ámbito urbano, la prestación de estos servicios se realiza a través de las
Empresas Prestadoras, en virtud de un contrato de explotación o concesión y, de manera
excepcional, se encargará el Gobierno Local, a través de la Unidad de Gestión Municipal o
de un Operador Especializado.

En el ámbito rural12, la municipalidad distrital es responsable de la prestación eficiente y


sostenible de los servicios de saneamiento, siempre que no se encuentre dentro del ámbito de
una empresa prestadora; cuando la municipalidad distrital no se encuentre en capacidad de
asumirla, ésta recae en la municipalidad provincial. En todos estos casos, la prestación del
servicio es ejercida directamente por la municipalidad competente, a través de la Unidad de
Gestión Municipal, o indirectamente, a través de las Organizaciones Comunales,
comúnmente conocidas como Juntas Administradora de Servicios de Saneamiento (JASS),
las cuales constituyen la base de la pirámide de los prestadores a nivel nacional y, que según
los últimos estudios realizados por la SUNASS, superan las 24 mil en todo el país13; éstas se
caracterizan básicamente por su dispersión y precariedad en cuanto a infraestructura y
financiamiento, premisa que retomaremos más adelante.
Por su parte, la Política Nacional de Saneamiento14 reconoce que el objetivo principal del
Gobierno del Perú consiste en dotar del acceso a los servicios saneamiento a todos los
habitantes de las zonas urbanas al 2021 y lograr la universalización de estos servicios en
forma sostenible antes del 2030, de conformidad con los Objetivos de Desarrollo Sostenible
de las Naciones Unidas, a los cuales el Perú se ha adherido; por lo cual el cierre de la brecha
de acceso y calidad de los servicios saneamiento en los sectores más vulnerables cobra mayor
relevancia en el contexto actual de la pandemia. Por tanto, resulta necesario que en la
ejecución de los proyectos de inversión en saneamiento en beneficio de las poblaciones del
ámbito urbano y rural sean desarrollados bajo un enfoque de sostenibilidad, por lo cual, las
exigencias ambientales para viabilizar dichas inversiones deben ser proporcionales al
carácter significativo o no significativo de los impactos ambientales negativos y positivos
que estas intervenciones implican durante todo su ciclo.

En ese orden de ideas, de conformidad al Listado de Inclusión de los Proyectos de Inversión


sujetos al Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA)15, los proyectos de
inversión en saneamiento para una población beneficiaria menor o igual a 15000 habitantes,
que no involucren Áreas Naturales Protegidas o lugares donde se acredite la presencia de
restos arqueológicos, por su significancia ambiental no están sujetos al SEIA y, en

11 Conforme al artículo 1° del Decreto Legislativo que aprueba la Ley Marco de la Gestión y Prestación de los
Servicios de Saneamiento, Decreto Legislativo Nº 1280 (Texto Único Ordenado aprobado por Decreto Supremo
N°005-2020-VIVIENDA).
12 Conforme al artículo 32° del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1280, aprobado mediante Decreto

Supremo N° 019-2017-VIVIENDA, el ámbito rural comprende los centros poblados rurales que cuenten con una
población no mayor a dos mil (2,000) habitantes; mientras que las pequeñas ciudades, las zonas urbanas con
población entre dos mil uno (2,001) y quince mil (15,000) habitantes.
13 Portal Web de la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (SUNASS), consultada el 25 de

setiembre de 2020: https://www.sunass.gob.pe/prestadores/prestadores-del-ambito-rural/organizaciones-


comunales/
14 Política Nacional de Saneamiento, aprobada por Decreto Supremo N° 007-2017-VIVIENDA.
15 Listado de proyectos de inversión sujetos al SEIA considerados en el Anexo II del Reglamento de la Ley N°

27446, aprobado por Resolución Ministerial N° 157-2011-MINAM y normas modificatorias, en lo relativo al


Sector Saneamiento.
consecuencia, no están obligados a obtener la certificación ambiental, dado que la
implementación de dichos proyectos no generan impactos ambientales negativos
significativos, sin perjuicio de lo cual, el titular debe cumplir con lo establecido en las normas
ambientales generales en materia de agua, aire, suelo, residuos sólidos, entre otros16, para lo
cual aplicará al instrumento de gestión ambiental complementario denominado Ficha Técnica
Ambiental17, en virtud del cual se realizarán las acciones de supervisión ambiental.

Con relación a la certificación ambiental, se ha realizado una serie de actualizaciones en el


Listado de Inclusión de proyectos de saneamiento sujetos al SEIA18; asimismo, es importante
mencionar que el proceso de evaluación ambiental es ejercido actualmente por el Ministerio
de Vivienda, Construcción y Saneamiento, en su condición de autoridad ambiental
sectorial19; del mismo modo, un aspecto relevante para este trabajo, consiste en la inclusión
de la alternativa prevista por los prestadores de servicios de saneamiento para la disposición
final de las aguas residuales dentro del estudio ambiental correspondiente, a partir de ello, la
Autoridad Nacional del Agua podrá otorgar la autorización de vertimiento o reúso, en una
etapa posterior. No obstante, por tratarse de un sector en vías de formalización, se debe
reconocer que la gestión oportuna de la certificación ambiental no ha sido debidamente
atendida por los titulares de los proyectos y, por ende, es muy común identificar
infraestructuras de tratamiento de aguas residuales que operan sin instrumento de gestión
ambiental y sin autorización de vertimiento o de reúso, aspecto que profundizaremos en el
siguiente capítulo.

Capítulo 2: El proceso de adecuación progresiva a la normativa ambiental y sanitaria


de los prestadores de servicios de saneamiento, en el marco del Decreto Legislativo
N°1285

Desde hace algunos años, vía Ley de Reforma Constitucional, se incorporó en la Constitución
Política del Perú el derecho de toda persona a acceder de forma progresiva y universal al
agua potable20. En ese marco, considerando que los servicios de agua y saneamiento

16 Conforme al artículo 23° del Reglamento de la Ley del Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental
(SEIA) aprobado mediante Decreto Supremo N°019-2009-MINAM.
17 Ficha Técnica Ambiental para proyectos de saneamiento, aprobada mediante Resolución Ministerial N°036-

2017-VIVIENDA.
18 Conforme al Listado de Inclusión de Proyectos sujetos al SEIA, relacionados con el sector saneamiento, la

certificación ambiental se encuentra reservada para la siguiente tipología de proyectos de inversión:


7. Represamiento de agua para potabilización.
8. Proyectos integrales de agua y saneamiento para poblaciones mayores a 15,000 habitantes.
9. Proyectos integrales de agua y saneamiento o la ejecución parcial de cualquiera de sus componentes que se
ubiquen en Áreas Naturales Protegidas (ANP) o Zonas de Amortiguamiento, así como zonas donde se haya
comprobado la presencia de restos arqueológicos.
10. Sistemas de Tratamiento y Disposición Final de aguas residuales domésticas o municipales para
poblaciones mayores a 15,000 habitantes.
19 El MVCS ejerce sus competencias ambientales a través de la Dirección General de Asuntos Ambientales, no

obstante, existe por un lado un proceso de transferencia al SENACE de la evaluación de los Estudios de Impacto
Ambiental Detallados y, de otro lado, un proceso de delegación de competencias para evaluación de las
Declaraciones de Impacto Ambiental a los Gobiernos Regionales, en el marco de la Descentralización.
20 Constitución Política del Perú (Modificada vía Ley N°30588, Ley de Reforma Constitucional)

Artículo 7º-A.- El Estado reconoce el derecho de toda persona a acceder de forma progresiva y universal al
agua potable. El Estado garantiza este derecho priorizando el consumo humano sobre otros usos.
El Estado promueve el manejo sostenible del agua, el cual se reconoce como un recurso natural esencial y
como tal, constituye un bien público y patrimonio de la Nación. Su dominio es inalienable e imprescriptible”.
constituyen servicios públicos que inciden directamente en la satisfacción del derecho
constitucional a la salud de todas las personas21, conforme a sus características, su prestación
debe propender a expandirse en términos de cobertura (universalidad) y no puede dejar de
brindarse, en ningún caso, (progresividad). No obstante, durante décadas la prestación de
estos servicios ha ido generando volúmenes de aguas residuales, cuyo tratamiento no ha sido
gestionado ni planificado en su real dimensión, lo que a la fecha ha decantado en una
problemática compleja y generalizada a nivel país.

En este orden de ideas, la Política Nacional de Saneamiento advierte en su diagnóstico que


la contaminación de las fuentes de agua aún es un tema pendiente de resolver debido a la
problemática de los vertimientos de aguas residuales que generan los servicios de
saneamiento22, para lo cual formula como quinto lineamiento de política la promoción del
uso de tecnologías para el tratamiento de aguas residuales a fin de cumplir con los Límites
Máximos Permisibles y los Estándares de Calidad Ambiental - Agua. Sin embargo, en tanto
estas políticas se implementan, la reforma normativa establece acciones de reestructuración
y fortalecimiento de los prestadores de servicios de saneamiento, entre una de esas medidas
excepcionales tenemos la inaplicación de las sanciones por los vertimientos y/o reúsos no
autorizados como un beneficio temporal para los prestadores que se acojan al proceso de
adecuación progresiva, sobre el cual comentaremos a continuación.

Durante el año 2016, se advirtió la necesidad de llevar a cabo una reforma normativa en el
sector saneamiento, para lo cual el Congreso de la República delegó al Poder Ejecutivo
facultades para legislar en materia de agua y saneamiento 23, entre otros; mediante la Ley
N°30506; adicionalmente, dicha facultad estuvo destinada a simplificar, optimizar y eliminar
procedimientos administrativos. En ese contexto, se aprobó el Decreto Legislativo N°128524,
el cual tiene dos finalidades explícitas: i) simplificar el procedimiento de otorgamiento de las

21 OMS 2015. Por saneamiento se entiende el suministro de instalaciones y servicios que permiten eliminar sin
riesgo la orina y las heces. Los sistemas de saneamiento inadecuados constituyen una causa importante de
morbilidad en todo el mundo. Se ha probado que la mejora del saneamiento tiene efectos positivos significativos
en la salud tanto en el ámbito de los hogares como el de las comunidades. El término saneamiento también
hace referencia al mantenimiento de buenas condiciones de higiene gracias a servicios como la recogida de
basura y la evacuación de aguas residuales.
22 Conforme al Decreto Supremo N°007-2017-VIVIENDA, Política Nacional de Saneamiento

Numeral 4. Diagnóstico (…)


Inciso 4.3. Debilidad de la gestión de los prestadores (…)
Literal E. Los prestadores y la gestión sostenible del ambiente
23 4) Legislar en materia de agua y saneamiento a fin de:

a) Establecer medidas que permitan fortalecer las funciones y actividades del organismo regulador y de las
entidades involucradas con la prestación de los servicios de saneamiento. A efectos de fortalecer las entidades
prestadoras de servicios de saneamiento, los propietarios de las empresas deben ser integrados
progresivamente a su directorio como fecha máxima a partir del tercer año del proceso de apoyo transitorio,
garantizando y promoviendo un efectivo proceso de descentralización en el país.
b) Modernizar y fortalecer la gestión de las entidades prestadoras de servicios de agua y saneamiento, la
infraestructura y los servicios de saneamiento, así como modificar el marco legal sobre gestión integral de los
residuos sólidos, bajo un enfoque de sostenibilidad con la finalidad de asegurar su calidad y continuidad.
c) Promover, facilitar, optimizar, ampliar y agilizar las inversiones públicas en agua y saneamiento y público-
privadas en tratamiento de agua, garantizando la continuidad de las empresas públicas que prestan estos
servicios e incluyendo mecanismos con el objetivo de apoyar la ejecución de la política del sector y simplificar
la ejecución de proyectos en saneamiento, (…).
24 Decreto Legislativo que modifica el artículo 79 de la Ley Nº 29338, Ley de Recursos de Hídricos y establece

disposiciones para la adecuación progresiva a la autorización de vertimientos y a los instrumentos de gestión


ambiental, Decreto Legislativo N°1285, publicado el 18 de diciembre de 2019 en el diario oficial “El Peruano”.
autorizaciones de vertimiento de aguas residuales tratadas, y ii) que los prestadores de
servicios de saneamiento cumplan gradualmente con las normas ambientales y sanitarias
vigentes.

En la referida norma, se declaró la necesidad de establecer medidas para la adecuación


progresiva de los prestadores de servicios de saneamiento a las disposiciones contenidas en
los artículos 79, 80, 81 y 82 de la Ley de Recursos Hídricos, a fin que las aguas residuales de
los servicios de saneamiento a nivel nacional, sean del ámbito urbano o rural, cumplan con
los Límites Máximos Permisibles y, en consecuencia, los cuerpos receptores de dichas aguas
residuales cumplan gradualmente, cuando corresponda, con los Estándares de Calidad
Ambiental - Agua, como indicador ambiental25.

Asimismo, en el referido decreto se dispone un plazo máximo de nueve (09) años para la
adecuación progresiva de los prestadores de servicios de saneamiento, cuya reglamentación
e implementación se encarga al Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, a
través de la tercera disposición complementaria final; asimismo, se establece el beneficio de
no sujeción a las sanciones que se hayan generado o que se generen como consecuencia del
incumplimiento de los artículos 79, 80 81 y 82, en favor de los prestadores que se acojan al
proceso de adecuación progresiva, como se ha mencionado líneas arriba. En conclusión, se
privilegia la prestación efectiva de los servicios de saneamiento para garantizar la
satisfacción de necesidades básicas de la población, en tanto los prestadores se adecúan
gradualmente a la normatividad ambiental y sanitaria que hoy incumplen.

El referido proceso ha sido reglamentado y definido por el Ministerio de Vivienda,


Construcción y Saneamiento como aquél mediante el cual se establecen y administran los
requisitos, plazos y procedimientos para que el prestador sujeto de adecuación cumpla con la
legislación ambiental y sanitaria vigente26; para tal efecto, se han generado una serie de
instrumentos administrativos como el Registro Único del Proceso de Adecuación Progresiva
(conocido como RUPAP), al cual se inscriben dichos prestadores identificando los descargas
no autorizadas que se regularizarán a través de la solución técnica correspondiente, sea
mediante un proyecto de inversión u otra intervención que les permita alcanzar los
parámetros ambientales establecidos; al momento de su inscripción, se aprueba un
cronograma de actividades sobre las cuales deberá informar periódicamente, siendo los hitos
principales i) la viabilidad del proyecto, ii) la obtención del instrumento de gestión ambiental
y iii) la autorización de vertimiento o reúso, según corresponda.

A la fecha, se encuentran inscritos 573 prestadores en el RUPAP27, de los cuales casi la


totalidad de las empresas prestadoras de saneamiento se han sujetado al proceso, dado su
necesidad de adecuación; lo que evidencia el estado crítico de las descargas de aguas
residuales en las grandes ciudades del país. De otro lado, en el ámbito rural, existen 456
25 Exposición de Motivos del Decreto Legislativo N°1285
26 Conforme al artículo 6° del Decreto Supremo N°010-2017-VIVIENDA, Decreto Supremo que aprueba el
Reglamento de los artículos 4 y 5 del Decreto Legislativo N° 1285, Decreto Legislativo que modifica el artículo
79 de la Ley N° 29338, Ley de Recursos Hídricos y establece disposiciones para la adecuación progresiva a la
autorización de vertimientos y a los instrumentos de gestión ambiental, publicado el 12 de mayo de 2017.
27 Fuente: Base de datos del Registro Único para la Adecuación Progresiva, publicada en el Portal Web de la

Dirección General de Asuntos Ambientales del MVCS (consultada el 30.09.2020). En el ámbito urbano, de las
53 EPS que operan en las grandes ciudades se han inscrito 50 en el RUPAP.
municipalidades y 67 organizaciones comunales inscritas en el RUPAP, lo que no
necesariamente implica una baja cantidad de prestadores rurales que necesita adecuarse, por
el contrario, su ausentismo en el RUPAP refleja las fuertes debilidades de gestión para
obtener información sobre sus descargas, al carecer de capacidad analítica para identificarlas
y caracterizarlas, o sus limitaciones para gestionar el financiamiento de los proyectos de
inversión que requieren implementar como solución técnica de adecuación; todo ello,
sumado a su alto grado de dispersión, considerando que solo a nivel comunal, la SUNASS
ha identificado más de 24 mil organizaciones en todo el país.

En ese sentido, la implementación oportuna del proceso de adecuación requiere de estrategias


dinámicas e innovadoras que permitan conseguir los objetivos dentro del plazo legal
establecido, cuyo vencimiento es el 12 de agosto de 2026. Por tanto, al tratarse de un proceso
de formalización con antecedentes institucionales que no lograron consolidarse28, deben
tenerse en cuenta otros incentivos, en la medida que el prestador de servicios advierta que el
costo de oportunidad de no adecuar sus descargas, no solo se circunscribe a una protección
legal temporal, sino además involucra la generación de un nuevo valor productivo de sus
aguas residuales, dejando atrás el enfoque tradicional que los llevaba a considerarlas como
un pasivo dentro de la gestión de los servicios; no obstante, en el nuevo contexto legal del
sector saneamiento y las tendencias para desarrollar el enfoque de economía circular en los
diferentes procesos productivos, presentamos algunas ideas en el siguiente capítulo.

Capítulo 3: Las aguas residuales del sector saneamiento y su valor orgánico en el reúso
agrícola y de riego en áreas verdes. Desafíos y oportunidades.

3.1 El marco legal para la comercialización de las aguas residuales provenientes del sector
saneamiento:

En el sector saneamiento algunos paradigmas están cambiando, si antes las aguas residuales
domésticas y municipales eran gestionadas como un pasivo en los servicios de saneamiento,
de los cuales había que hacerse cargo para evitar sanciones administrativas y penales por la
afectación de los cuerpos hídricos durante su disposición final, hoy este tipo de aguas
residuales son comprendidas como un activo, incluso susceptible de comercialización,
aspecto que desarrollaremos de manera somera a continuación.

El Decreto Legislativo N° 1280 establece que los prestadores de servicios de saneamiento


están facultados para ejercer las siguientes actividades: i) comercializar el agua residual
tratada, residuos sólidos y subproductos generados en el proceso de tratamiento de agua para
consumo humano y tratamiento de aguas residuales, con fines de reúso, ii) brindar el servicio
de tratamiento de aguas residuales, para fines de reúso; y, iii) comercializar el agua residual
sin tratamiento, para fines de reúso, a condición que los terceros realicen las inversiones y
asuman los costos de operación y mantenimiento para su tratamiento y reúso.

28 En el año 2010, la Autoridad Nacional del Agua creó el Proceso de Adecuación de Vertimientos (conocido
como PAVER), a través de las Resolución Jefatural N°274-2010-ANA, cuya finalidad consistió en adecuar a las
disposiciones de la Ley de Recursos Hídricos, los vertimientos y reúsos en curso que no se encontraban
autorizados, respecto a las aguas residuales provenientes de todos los sectores. En dicha norma se estableció
que una vez acogido al PAVER, el titular de la actividad debía presentar dentro del plazo máximo de un (01)
año el PAMA, solo en caso de saneamiento el plazo era de cuatro (04) años.
Con relación a las referidas actividades de comercialización, se distingue que la Ley apertura
un mercado de aguas residuales, incluyendo una contraprestación a cambio de ellas29; no
obstante, los supuestos en que el prestador queda habilitado para su comercialización, desde
el enfoque de la “responsabilidad por el tratamiento”, son: i) cuando el prestador asume el
tratamiento de aguas residuales y ii) cuando el prestador traslada la responsabilidad por el
tratamiento al tercero, lo cual se desprende de una interpretación literal de la Ley, asumiendo
como primera conclusión que desde el referido enfoque solo existen dos supuestos para
comercializar aguas residuales.

No obstante, si por un momento dejamos de lado el enfoque de la “responsabilidad por el


tratamiento” y abordamos el análisis de “responsabilidad por el cumplimiento de los
parámetros” para el reúso del agua residual, de modo sistemático, debemos interpretar el
primer supuesto de comercialización “con tratamiento previo” reconocido en la Ley con el
desarrollo de responsabilidades del adquiriente establecidas en el artículo 132 del
Reglamento del Decreto Legislativo N°128030: 2. Asumir la responsabilidad por todo tipo
de riesgo desde la entrega o derivación por parte del prestador, según sea el caso; y,
3. Cumplir, desde el momento que adquiere el agua residual sin tratamiento, el agua residual
tratada, los residuos sólidos y/o subproductos generados en el proceso de tratamiento de
agua para consumo humano y de tratamiento de aguas residuales con fines de reúso, con los
deberes y obligaciones establecidos en la normativa aplicable, según corresponda.

Por su parte, las responsabilidades del tercero adquiriente dentro del supuesto de
comercialización “sin tratamiento previo” han sido desarrolladas en el artículo 137 del
precitado Reglamento del siguiente modo: 137.4 El tercero asume la responsabilidad del
manejo del agua residual sin tratamiento desde el momento de su captación en las
instalaciones del prestador de servicios, quedando este último exento de cualquier
responsabilidad, conforme a lo establecido en el inciso 2 del artículo 132 del presente
Reglamento. (el resaltado es nuestro).

En ese sentido, a partir de los dos supuestos de comercialización de aguas residuales “con
tratamiento” y “sin tratamiento” reconocidos en la Ley debe entenderse que su única
distinción radica en la concurrencia o no del proceso físico y químico al que se somete al
agua residual, previo a su venta, sea o no este proceso insuficiente para alcanzar los
parámetros de reúso establecidos, y esto se evidencia en el desarrollo reglamentario, por el

29 Decreto Legislativo que aprueba la Ley marco de la gestión y prestación de los servicios de saneamiento,
aprobado mediante Decreto Legislativo N°1285
Artículo 26 (…)
26.2. Los prestadores de servicios de saneamiento están facultados para brindar a terceros, con la
correspondiente contraprestación, las siguientes actividades:
1. Comercializar el agua residual tratada, residuos sólidos y subproductos generados en el proceso de
tratamiento de agua para consumo humano y tratamiento de aguas residuales, con fines de reúso.
2. Brindar el servicio de tratamiento de aguas residuales, para fines de reúso.
3. Comercializar el agua residual sin tratamiento, para fines de reúso, a condición que los terceros realicen las
inversiones y asuman los costos de operación y mantenimiento para su tratamiento y reúso.
La aplicación de lo dispuesto en el presente numeral se efectúa en concordancia con lo establecido en el
Reglamento y la normativa aplicable.
30 Decreto Supremo que aprueba el Reglamento del Decreto Legislativo N° 1280, Decreto Legislativo que

aprueba la Ley Marco de la Gestión y Prestación de los Servicios de Saneamiento, aprobado mediante Decreto
Supremo N°019-2017-VIVIENDA y modificatorias.
cual la responsabilidad por el cumplimiento de dichos parámetros para el reúso la asume
siempre el tercero, en virtud a la normativa sectorial vigente.

En ese orden de ideas, podemos establecer que, a partir de los dos supuestos de
comercialización de aguas residuales establecidos en la Ley, en virtud de la concurrencia de
un tratamiento previo o no, pueden desprenderse hasta tres supuestos de comercialización,
en virtud del grado de tratamiento para el cumplimiento de los parámetros de reúso, lo cual
se sustenta en el Reglamento de la Ley y son los siguientes: i) Comercialización de agua
residual sin ningún tratamiento y, por ende, sin cumplimiento de los parámetros para reúso;
ii) Comercialización de agua residual con tratamiento previo, pero insuficiente para cumplir
los parámetros para reúso; y, iii) Comercialización de agua residual con tratamiento previo
que permite el cumplimiento de los parámetros para reúso. En conclusión, en estos tres casos,
la responsabilidad por el cumplimiento de los parámetros de reúso está asignada siempre al
tercero adquiriente.

3.2 Fundamentos de reúso de agua residual desde un enfoque de protección:

En varias ocasiones, la Autoridad Nacional del Agua ha advertido que el mayor volumen de
agua residual que se vierte a los cuerpos receptores pertenece al sector saneamiento, lo que
no quiere decir que corresponda a la mayor cantidad de vertimientos autorizados por dicha
entidad, como ha quedado evidenciado a lo largo del capítulo 2 del presente trabajo. En
cambio, como podemos apreciar en el siguiente gráfico, el sector minero sí presenta una
relación directa entre autorizaciones otorgadas y el volumen de vertimiento, a diferencia del
sector saneamiento donde el volumen significativo de vertimiento no está en relación directa
con las autorizaciones correspondientes31:

Fuente: ANA, 2017.


31Aquino Espinoza, Raúl. Calidad de agua en el Perú. Retos y aportes para una gestión sostenible en aguas
residuales, página 70.
En ese sentido, es ineludible la realidad por la que atraviesan los prestadores de servicios de
saneamiento, en general, y de la calidad de sus aguas residuales que son dispuestas en los
cuerpos receptores, en particular; pues no solo existe un incumplimiento generalizado en el
plano formal (obtención de la autorización de vertimiento, que dificulta el debido control por
parte de la autoridad hídrica); sino además el incumplimiento de orden material, en que
incurren los prestadores respecto a los parámetros ambientales establecidos legalmente. De
este modo, la calidad de los cuerpos naturales de agua se ha visto seriamente afectada por el
modelo actual de gestión de servicios de saneamiento.

Asimismo, el vertimiento no controlado de las aguas residuales del sector saneamiento no


solo inciden en la calidad ambiental de los cuerpos hídricos, sino además directamente en la
salud pública. Como señala el ingeniero Villena Chávez, la calidad del agua potable en el
Perú está muy asociada a la calidad del agua de las fuentes, las mismas que, en su gran
mayoría, están expuestas a los metales de origen natural y antropogénico, y a la dificultad
tecnológica y económica de las empresas de saneamiento de llevar a cabo procesos para
depurarlas, para garantizar el tratamiento del agua y prestar servicios de saneamiento a
través de sistemas seguros y sostenibles32.

En ese orden de ideas, el reúso del agua residual se presenta como una alternativa sostenible
frente al vertimiento, a través de su recuperación y reutilización, lo cual contribuye con el
control de la contaminación y el abastecimiento de agua, teniendo en cuenta que en el país
existe una demanda actual de aguas residuales municipales, por su valor orgánico, en otras
actividades productivas, como es el caso de la agricultura, el riego de áreas verdes, entre
otras; pero además existe una demanda potencial que puede ser activada en mayor medida
dentro de un escenario que cuente con una institucionalidad de reúso más articulada. Por ello,
incidimos que la recuperación y reutilización óptima del agua residual se consigue de forma
más efectiva en el ámbito de una planificación integrada y estratégica33.

3.3 Fundamentos de reúso de agua residual proveniente del sector saneamiento desde un
enfoque de oportunidades productivas.

Desde un enfoque integral, el manejo del recurso hídrico comprende diversos procesos
destinados a la solución de conflictos entre los múltiples usuarios que dependen del recurso
compartido. De acuerdo a la Autoridad Nacional del Agua34, una administración eficiente
implica optimizar los usos del recurso hídrico mediante el uso racional y con una calidad
aceptable, debiendo esta gestión maximizar con criterio de equidad los beneficios
económicos, sociales y ambientales. En este contexto, el tratamiento de las aguas residuales
no puede desligarse del manejo integral del recurso hídrico y la ampliación de la cobertura
de tratamiento debe hacerse mediante planteamientos creativos e integrales.

32 Villena Chávez, Jorge. Calidad del agua y desarrollo sostenible, páginas 307 y 308.
33
Aquino Espinoza, Raúl. Calidad de agua en el Perú. Retos y aportes para una gestión sostenible en aguas
residuales, página 85.
34 Autoridad Nacional del Agua. Manual de buenas prácticas para el uso seguro y productivo de las aguas

residuales domésticas, página 22.


Asimismo, los servicios de saneamiento hacen un uso no consuntivo del recurso, siendo que
el 80% del agua potabilizada se convierte en agua residual35, cuyo volumen sigue el proceso
hasta su disposición final en las condiciones antes expuestas; por su parte, existen actividades
productivas que requieren un uso consuntivo del recurso como es el caso de la agricultura y
el riego de áreas verdes, lo que a nivel país constituye una gran demanda potencial para el
desarrollo de una política productiva de reúso, en virtud a que muchos de estos usos
consuntivos se hacen al día de hoy a través de agua extraída directamente de los cuerpos
naturales, pese al contexto mundial de estrés hídrico y en detrimento del principio de
eficiencia, reconocido en la legislación hídrica.

La Autoridad Nacional del Agua revela estadísticas relevantes al señalar que la reutilización
de los 17.7 m3/s de aguas residuales actualmente tratadas en el país permitiría regar 29,500
ha agrícolas ó 53,100 ha forestales; si se lograra cubrir el 100% de tratamiento de toda el
agua residual generada por las ciudades con más 10 mil habitantes (descontando 10m3 /s
producidos por Lima y Callao que se descargan al mar), los 31.4 m3/s restantes permitirían
el riego de 69,000 ha agrícolas o 124,000 ha forestadas. Al 2030 se dispondría de 43.9 m3
/s, esta vez deduciendo 15 m3 /s de Lima y Callao que se dispondrán en el mar, por lo que
la reutilización de efluentes en el Perú llegaría a las 73,200 ha agrícolas ó 131,700 ha
forestales36. Estas cifras muestran el potencial de ampliación de frontera agrícola y forestal,
especialmente en las extensas áreas desérticas de la costa.

Según FAO37, la utilización de efluentes urbanos para el riego de cultivos es una práctica
común de millones de pequeños agricultores en áreas urbanas y periurbanas en muchas partes
del mundo, incluyendo la región de América Latina y el Caribe (ALC). A lo largo de las
últimas décadas, diversos factores han favorecido la expansión de esta práctica, con multitud
de experiencias en toda la región. Por lo que, la utilización de aguas residuales municipales
es reconocida como alternativa viable para aumentar la disponibilidad local de recursos
hídricos y por su aporte de nutrientes fertilizantes para las plantas.

De este modo, con una adecuada política de reúso de agua residual, este recurso puede ser
aprovechado de manera controlada y segura, de manera productiva. Por tal motivo, es urgente
transitar de un “modelo de uso sectorializado del agua” hacia un paradigma de intercambio
intersectorial de aguas, bajo condiciones o contexto de escasez, es decir, hacia un “modelo
de cadena productiva de uso intersectorial del agua”, según se grafica a continuación:

35 Según la Norma Técnica OS.070 “Redes de aguas residuales”, el caudal de contribución al alcantarillado
debe ser calculado con un coeficiente de retorno (C) del 80% del caudal de agua potable consumida.
36 Ídem, páginas 44 y 45.
37 FAO. Reutilización de aguas para agricultura en América Latina y El Caribe. Estado, principios y necesidades,

página 22.
Fuente: FAO, 2013

Este diseño que proponemos denominado “cadena productiva intersectorial del agua” asume
total relevancia en el contexto mundial de economía circular, cuyo modelo apunta a priorizar
los recursos regenerativos, maximizar el ciclo de vida de los productos, usar los desechos
como recursos, re-imaginar los modelos de negocios y, en el proceso de diseño, pensar en
la vida de esos recursos (más allá de la vida del producto). Este modelo es virtuoso, porque
intenta que los recursos estén constantemente y el máximo tiempo posible durante el ciclo
productivo38. A partir de estas razones, el agua residual del sector saneamiento se convierte
en un producto o activo, dado su valor orgánico, siendo reutilizable de manera segura con un
adecuado tratamiento y manejo, lo cual debe realizarse en función a su destino específico y
en los términos establecidos por la autoridad competente39.

Finalmente, es innegable que el Sistema de Gestión de Recursos Hídricos mantiene un


modelo tradicional de uso sectorializado del agua, diferenciando el uso poblacional de los
usos productivos y otros (priorizando al primero, acertadamente), en función a los balances
hídricos por los cuales se obtiene el comparativo entre las demandas de los usuarios diversos
y la disponibilidad en las fuentes. En este punto, resulta importante considerar las
competencias intersectoriales en materia de saneamiento, en función del reúso de sus aguas
residuales; pues si la licencia de uso poblacional obtenida por el prestador de servicios es el
punto de partida por el cual los volúmenes del recurso hídrico son incorporados al sector
saneamiento, el aprovechamiento sostenible de las aguas residuales provenientes de esta
actividad deben ser gestionadas en virtud de una política de reúso del sector saneamiento que
asuma el modelo de cadena productiva intersectorial, en coordinación con los sectores
asociados a las actividades en que se reaprovecha el recurso.

3.4 Aspectos relevantes para promover un mercado de aguas residuales destinadas al


reaprovechamiento seguro

38 Centro de Innovación y Economía Circular. Economía Circular y Políticas Públicas. Estado del arte y desafíos
para la construcción de un marco político de economía circular en América Latina, páginas 17 y 18.
39 Conforme al artículo 150 del Reglamento de la Ley de Recursos Hídricos, las solicitudes de autorización de

reúso de aguas residuales tratadas serán evaluadas tomándose en cuenta los valores que establezca el sector
correspondiente a la actividad a la cual se destinará el reúso del agua o, en su defecto, las guías
correspondientes de la Organización Mundial de la Salud.
Como se ha expuesto, existe una considerable demanda actual y potencial de reúso de aguas
residuales provenientes del sector saneamiento; sin embargo, persisten limitaciones
coyunturales que son necesarias corregir con premura y que están relacionadas, por ejemplo,
i) con la informalidad, en la medida en que muchas de las actividades que constituyen la
demanda actual se han desarrollado sin mecanismos de control y vigilancia; ii) con la falta
de gobernanza, en virtud a la falta espacios de articulación de funciones e intereses entre los
actores públicos y privados intervinientes, que propenda a una gestión intersectorial de reúso
de aguas residuales, pues en varios lugares del país existen reusantes clandestinos que
violentan las infraestructuras de saneamiento para acceder al agua residual.

Otras dificultades están vinculadas a iii) la falta de capacidades analíticas sobre la calidad de
las aguas residuales que persiste en diversos prestadores de servicios de saneamiento; lo cual
está vinculado a iv) la falta de un debido control de las descargas industriales en el
alcantarillado mixto, incrementando algún riesgo probable en el reúso del agua residual,
aspecto que atañe también al Sector Producción; y principalmente, iv) a la falta de
conocimiento sobre el real valor del agua residual para generar una actividad rentable,
sustentada en aporte de nutrientes y en las diferentes opciones de reúso dentro del ámbito del
prestador.

Por tanto, además de la urgencia de fortalecer la investigación que genere evidencia científica
para ampliar las opciones de reúso, en función a las particularidades de cada ámbito de
prestación de servicios, y el necesario manejo de los riesgos implícitos, también se debe
propiciar el desarrollo de instrumentos políticos, normativos y administrativos que permitan
formalizar la actividad existente y promover nuevas experiencias de reuso seguras y
productivas, desde el modelo de cadena productiva intersectorial.

A modo de conclusión

Un examen de la demanda actual de agua residual proveniente del sector saneamiento permite
identificar los diversos escenarios que coexisten en el país. Por un lado, aún existen reúsos
mediante los cuales parte de los volúmenes de agua residual son entregados bajo convenios
legalizados, bajo contratos privados, bajo acuerdos verbales y, en fin, una serie de
modalidades en las que muchas veces, el prestador de servicios de saneamiento no recibe una
contraprestación por ello. En todos estos casos la conclusión es clara: no existe un criterio de
valor productivo del agua residual en la gestión de los servicios de saneamiento.

No obstante, existen experiencias nacionales que resultan alentadoras como es el caso de la


Región Ica, en la cual la empresa prestadora EMAPICA suscribió un contrato40 con la
empresa Agrokasa (empresa agroexportadora con presencia en 28 países) para la venta de 9
millones de m3 de aguas residuales sin tratamiento, con la finalidad de incrementar la frontera
agrícola en esta región desértica, bajo un procedimiento de subasta pública. En dicho ejemplo
queda claro que, para lograr una cadena productiva intersectorial, debemos necesariamente
garantizar la demanda de agua residual, incluso para generar la producción destinada al
mercado exterior; solo en ese caso tendremos una gestión mucho más eficiente económica,
social y ambientalmente de los servicios de saneamiento, al menos dentro del servicio de

40
Ver proceso de subasta pública en Portal Web EPS EMAPICA S.A: https://www.emapica.com.pe/contrataciones_l.html
tratamiento de aguas residuales, el cual ha sido uno de los menos atendidos en las últimas
décadas.

Bibliografía:

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CENTRO DE INNOVACIÓN Y ECONOMÍA CIRCULAR. Economía Circular y Políticas


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