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Convierta los

problemas en
oportunidades

Carlos Devis • María Mercedes Pérez de Beltrán


Convierta
los problemas
en oportunidades

Carlos Devis
María Mercedes de Beltrán

C panamericana")
Contenido

Testimonios.................................................................................................................. 23
Reconocimiento............................................................................................................27
Prólogo........................................................................................................................... 29

PRIMERA PARTE
UN PROBLEMA ES UN DESAFÍO
DEL QUE SE PUEDE SALIR MUY EXITOSO

Capítulo I
¿Cuántas alternativas tiene usted ante los problemas? ..................25
¿Dónde puede hacer los cambios? ................................................ 26
La forma como usted interpreta la realidad,
es su realidad..................................................................................... 30
Querer + Creer = Poder................................................................... 32
Creer en limitaciones crea gente limitada.....................................34
Cuadro de creencias......................................................................... 35
Lo que usted ve no es lo único que existe....................................... 38
Su percepción está condicionada por el lenguaje
que usted utiliza................................................................................39
Permítase la posibilidad de estar equivocado..............................40
Haga conciencia de las limitaciones de su percepción................. 42

Capítulo II
¿Por qué un problema puede ser una oportunidad? ....................... 45
Los problemas lo obligan a buscar opciones diferentes............... 45
Un problema es una oportunidad,
porque funciona como una alarma en su propia vida..................48
Un problema es una oportunidad,
porque usted está más dispuesto a buscar información.......... 5C
Usted puede más de lo que cree que puede....................... 51
Ejercicio............................................................................................. 52
Reflexiones acerca de una situación presente
que quiere mejorar............................................................................54

Capítulo III
Trabaje en lo que depende de usted................................................. 55
Autodiagnóstico de su poder..........................................................57
Algunos se quejan de lo que no pueden cambiar
y no cambian lo que pueden............................................................. 58
Si quiere, puede manejar sus propios resultados.......................... 60
No se queje, actúe............................................................................. 62
Al primero que engañan las disculpas es a quien las utiliza....... 63
Las disculpas sabotean su poder....................................................64
Esas disculpas en voz baja que no conoce sino usted mismo..,..65
Los malos hábitos se pueden cambiar........................................... 66
Nadie le "hace" hacer nada.............................................................. 67

Capítulo IV
Sentirse víctima es su peor jugada............................................ 69
Al sentirse víctima usted pierde la confianza en sí mismo ..70
Características de una historia de víctima............................. ..72
Características de una historia responsable........................... ..72
Cambie su historia: el divorcio de mis padres...................... ..73
El socio que me arruinó............................................................. ..75
En mi casa nadie me ayuda...................................................... ..77
Estoy condenado a ser pobre................................................... ..78

Capítulo V
Cambie su lenguaje y cambiará la forma
de relacionarse con el mundo..........................................................81
¿Cómo se relaciona su lenguaje con sus resultados? ................... 81
El primero que cree lo que dice es quien lo dice............................84
Exprese su poder a través del lenguaje........................................... 84
Cambie su lenguaje y percibirá las cosas diferentes..................... 87
Con algunas expresiones nos convertimos en esclavos................87
Nadie puede producir en usted efectos que usted no permita ..89
Su percepción del mundo tiene una "puerta" preferida............... 89
¿Cómo puede identificar su sistema preferido?..........................91
Usted puede aprender el idioma de los demás..............................93
Entrénese conscientemente............................................................. 94
Su comunicación puede llegar a todos los canales........................95
Al pan, pan y al vino, vino..............................................................96
Sea específico..................................................................................... 97

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V

SEGUNDA PARTE
EL MODELO QUE UTILIZAN QUIENES CONVIERTEN SUS
PROBLEMAS EN OPORTUNIDADES
Tenga sus metas claras.................................................................... 106
Obre consistentemente con sus metas.......................................... 106
Comprométase a fondo con lo que hace....................................... 108
Busque siempre el balance............................................... 1.............108
Capítulo VI
Cuando el problema es que usted no sabe lo que quiere.............. 111
Permítase soñar............................................................................... 113
Un caso de la vida real......................................................................116
Aproveche la secretaria ejecutiva que tiene
dentro de su cerebro......................................................................... 119
Su sistema reticular, un radar que hay que programar.............. 120
Plantee sus metas en términos positivos.......................................121
Sea lo más concreto posible............................................................. 122
Establezca formas para saber
si se está acercando a su objetivo....................................................123
¿Va en la dirección correcta?......................................................... 124
Asegúrese de que sus metas dependan de usted.........................126
Planee la estrategia, no todos los pasos.........................................127
Busque metas sanas y convenientes para su medio....................128
Sus metas dependen de lo que usted quiere,
no de lo que tiene.............................................................................. 129
Piense en el qué y no en el cómo.................................................. #130
Capítulo Vil
Cuando el problema es que usted no sabe
cómo lograr lo que quiere.............................................................. 133
La acción da la dirección............................................................... 133
Muchos no actúan por miedo a equivocarse,
¿no será esta su mayor equivocación?...........................................135
Piérdale el miedo al fracaso.......................................................... 137
Fortalezca sus propósitos eligiendo de su ambiente
lo que los apoye................................................................................ 138
Lo nocivo, es nocivo a cualquier edad...........................................140
La dieta emocional: cuando se trata de alimento
para su espíritu, vuélvase muy selectivo...................................... 141
Hablar destructivamente de su ambiente
es sabotearse a sí mismo................................................................144
La gula informativa........................................................................145

9
Su actitud corporal influye sobre su estado anímico
y sus resultados............................................................................. 146
Los cambios en la actitud corporal producen
cambios neurológicos, ¡aprovéchelos!.........................................149
Curación a base de risa.................................................................. 150
Juegue a estar fuerte v feliz..............................................................150
El ejercicio físico: otra alternativa........... -......................................151

Capítulo VIII
Cuando el problema es que usted no disfruta lo que hace....153
Convierta lo ordinario en extraordinario....................................154
Todo puede volverse interesante................................................. 155
La aventura no está en lo que hacemos
sino en cómo lo hacemos............................................................... 156
¿Cómo conservar la magia de las primeras veces? .....................158
Haga que funcione para usted......................................................159

Capítulo IX
Cuando el problema es que ustedpierde el balance..................... 161
Área física/salud.............................................................................165
Área espiritual................................................................................. 166
Área intelectual/desarrollo personal.......................................... 166
Área social/comunidad................................................................. 167
Área profesional/ocupación.........................................................168
Área emocional/familia.................................................................169

TERCERA PARTE
RELACIONARSE CON LOS DEMÁS,
¿UN PROBLEMA O UNA OPORTUNIDAD?

Capítulo X
Las relaciones no tienen que ser un campo de batalla.................. 173
Las relaciones pueden ser tan buenas para usted
como para el otro...............................................................................174
Perder/Ganar: la eterna historia de la víctima............................ 175
Una relación insatisfactoria genera muchas iguales...................177
La sumisión no es dulzura, es falta de coraje...............................178
Ganar/Perder: ganar sin el otro es como serruchar
el piso que lo está sosteniendo................... .................................... 180
Usted puede dejar de ser impositivo en una relación.................184
Perder/Perder: la filosofía de la guerra........................................ 185
Ganar/Ganar o el principio de los vasos comunicantes............ 187

10
Las relaciones duraderas se basan en este principio...................188
Ganar/Ganar no significa perder la autoridad............................190
Ganar/Ganar no es quedarse en los mínimos..............................191
Autoevalúe sus relaciones (ejercicio)...........................................191

Capítulo XI
¿El resentimiento, le hace mal al otro o a usted mismo?.............. 195
Los resentimientos nacen de las expectativas frustradas........... 196
¿Cómo se crean las expectativas?................................................... 198
Nadie puede leer sus pensamientos. Si quiere
relaciones claras, establezca acuerdos claros............................. 199
El otro no tiene la culpa de lo que usted espera de él................. 201
No todas las expectativas son justas y razonables......................202
No extienda su resentimiento, no lo generalice.......................... 205
El resentimiento complica sus relaciones
con otras personas...........................................................................207
Acepte su responsabilidad en el hecho..........................................209
El perdón, máximo regalo............................................................. 210

Capítulo XII
Nutrientes para sus relaciones personales....................................213
Su relación es como una plantica....................................................214
Mantenga "frondosa" su relación de pareja.................................. 216
Gratitud: ¿de qué vale que le agradezcan
algo si no se lo dicen?..................................................................... 218
Aceptación: siempre es más lo que usted disfruta
que lo que soporta en una relación................................................ 219
Humor: una nueva manera de mirar los acontecimientos......... 219
Generosidad: recibir es una forma superior de dar.....................222
Perdón: el máximo regalo para usted mismo...............................222
Presencia: estar en lo que se está.................................................. 223
Calidez: cuando usted es gentil con los demás
lo es primero consigo mismo........................................................ 223
Lealtad: cuando habla de los suyos, habla de usted mismo...... 224

Bibliografía............................................................................................... 227

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Testimonios

Este libro es el producto de la investigación, reflexión y la


experiencia de sus autores, sumadas a una estrecha interacción
con la información que "TARGET INTERNATIONAL", equipo
humano del que hacen parte, ha llevado a muchas personas en
toda América. Esto a través de vídeos, seminarios presenciales,
conferencias, artículos de prensa y programas de televisión.

Después de haber recibido la información y haberla aplicado


en sus vidas, algunas personas han enviado testimonios como
estos:

"Su valiosa asesoría contribuyó para que cientos de niños de la


calle y de las alcantarillas tengan hoy un hogar lleno de amor... y
muchos otros, esperen la oportunidad de conseguir un trabajo, ya
que enseñándole a pescar a quien pide un pescado, podrá alimen­
tarse no sólo una vez, sino toda la vida".
Jaime Jaramillo
Ingeniero
Director y fundador de la
Fundación Niños de los Andes
Colombia

"Es una forma efectiva, duradera y práctica de demostrar en


una organización que Calidad Total no sólo le sirve a la empresa,
sino que es benéfica para la vida personal del funcionario".
Humberto Birchenall
Director Calidad Total
Siderúrgica Paz del Río
Colombia

13
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

"También se aprende a elegir lo que se quiere ser en la vida...


Este libro es una herramienta para encontrar en nosotros esa meta
que siempre hemos querido alcanzar y para reconocer que el
rumbo de nuestra vida sí se puede cambiar".
Gloria Luz Cano de Narváez
Periodista
Directora de la Revista del Jueves de El Espectador
Colombia

"Me enriquecí como mujer, como esposa y como madre y lo


más satisfactorio fue ver cómo mi hijo, después de trabajar con
esta información, encontró su seguridad en sí mismo, su autoesti­
ma y sus valores".
Olga Marina de Hoyos
Ama de casa
Colombia

"Sus técnicas son un invaluable y maravilloso apoyo al desa­


rrollo de la juventud".
Luis María Hidalgo
Director Colegio El Libertador
Colombia

"Su información es una forma maravillosa de llevar Calidad


Total a la vida personal y profesional".
Martín Oropesa
Ex funcionario de la Corporación Andina de Fomento, CAF.
Asesor de la Presidencia y coordinador de Calidad Total para el Grupo
Andino.

"Llegar al corazón de mí misma, encontrar allí todo el poten­


cial por explotar para ser una mejor hija, hermana, amiga, esposa,
compañera, profesional: una mujer feliz. Concluir que las rutas
para llegar son desconcertantemente simples y los pasos llenos de

14
Convierta los problemas en oportunidades

un sentido común asombroso... Encontrar al maestro y al alumno


que hay en mí".
Adriana Arango
Comunicadora Social
Presentadora del Noticiero 24 Horas
Colombia

"Me reencontré con la ciencia, el arte y el ser de mí mismo, y esto


me ayudó a reencontrarme con mis alumnos, pacientes y amigos".
Alejandro Gutiérrez
Psicólogo del Colegio La Salle
Colombia

"Por fin existe un seminario como Target que orienta su labor


a considerar al trabajador como persona, haciéndole que mejore
su calidad de vida tanto en el área laboral como personal".
Roberto Fantuzzi
Presidente Asexma
Chile

"Cuando conocí esta información, sentí que hay una manera


nueva de anunciar el Evangelio de Jesús: despertando toda la
potencialidad del corazón del hombre; además, viví la experiencia
de ser feliz perdonando".
Sor Lucía González
Religiosa Salesiana
Directora del Colegio Misionera
Colombia

"Con esta información aprendí que los seres humanos somos


la suma de nuestros resultados y las víctimas de nuestras
excusas".
Rodrigo Gómez
Gerente Flota Mercante Grancolombiana
Panamá

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Reconocimiento

ueremos expresar nuestro profundo agradecimiento a

Q más gente de la que podemos nombrar aquí. Esas perso­


nas saben cómo apreciamos el apoyo que nos dieron y
deben sentirse muy satisfechas al ver que en gran parte, gracias a
ellas, tenemos hoy realizado nuestro proyecto.

Un libro como este no es sólo el resultado de la investigación y


la experiencia con personas que han trabajado en el mismo campo:
es, ante todo, el producto de una semilla que comenzó a desarro­
llarse desde la infancia. Por esto, queremos agradecer en primer
lugar a nuestras madres: Leonor Estrada y María Helena Uribe de
Pérez, a quienes les debemos, sin lugar a dudas, todo el impulso y
el apoyo que nos condujeron por estos caminos.

A nuestro amigo, socio, colega, iniciador y coautor de varios


de los programas de desarrollo humano que realiza la empresa a
la cual estamos vinculados, Edgar Veytia, nuestro afecto y profun­
do reconocimiento. Edgar es un norteamericano con sangre latina
en sus venas, quien ha tenido un importante aporte intelectual en
la cristalización y realización de este libro.

Igualmente, para dos personas afectísimas: en Chile, Ángela


Ossa, y en Francia, Alain Houel, amigos entrañables que nos han
ayudado a mantener el ánimo en alto en los momentos de descon­
cierto o de duda.

A Gloria Luz Cano y a Luz Dary Vélez, directora y subdirecto­


ra de la Revista del Jueves de El Espectador, y a todo su equipo
que han creído en nosotros y han estado muy de cerca en la pro­
ducción de la obra que hoy presentamos.

17
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

A un grupo de periodistas talentosos con el cual trabajamos


todas las semanas durante más de doce meses y que nos apoyó
enormemente en nuestros propósitos. Ellos no sólo hacían anota­
ciones a lo que íbamos escribiendo, sino que aplicaban en su vida
la información y nos comentaban, asombrados, sus resultados.

Muy importantes fueron las extensas entrevistas que sostuvi­


mos con Marta Bossio de Martínez, Julio Sánchez Vanegas, María
Isabel Rueda, Juan Gossaín, Elkin Lucena, Alejandro Acero, Pepe
Sánchez, Luis Jorge Santos, Jaime Jaramillo y Jairo Clopatofsky.
Estas personas, quienes han producido resultados innegables en
sus vidas, nos permitieron analizar muy a fondo los factores que,
ellos consideran, los acercaron al éxito. Aun cuando dentro de la
obra apenas se hace alusión directa a sus casos personales, fueron
para nosotros orientadores y clarificadores de muchos de los con­
ceptos que aquí exponemos.

Y nuestra más emotiva voz de gratitud es para nuestras fami­


lias. María Mercedes desea hacer público su agradecimiento a
Alvaro, su esposo: "este libro te pertenece porque.es el producto
de tu apoyo, tu paciencia y el amor que siempre me has dado y
también el de nuestros hijos Juan José, María Clara y Nicolás, uste­
des han hecho mucho más fácil y apasionante todo lo que he
aprendido durante mi vida".

Carlos quiere decirles: gracias, a Karin, su esposa, y a Dani y


Andrea, sus hijos, quienes con su alegría, calidez e inconmensura­
ble paciencia, lo inspiran a dar lo mejor que hay en sí.

¡Gracias a todos por estimulamos!

18
Prólogo

l comenzar a leer un libro, la primera pregunta que usted

A se hace es: ¿qué puede esperar de la lectura? Nosotros


vamos a responderle inmediatamente.

Piense por un momento en sus amigos de infancia, en la gente


de su región y de su país. Haga mentalmente una lista de aquellos
que han llegado a la cima en cualquier actividad que se hayan pro­
puesto. Recuerde a las personas conocidas suyas que están o han
estado a la cabeza de una próspera empresa, de un partido políti­
co, de un gremio o que se han destacado como deportistas, artis­
tas o escritores.

¿En qué se diferencian ellos de una persona corriente? ¿Son


acaso más inteligentes, más capaces, más arriesgados, más ilumi­
nados? No. Esas personas no son ni peores ni mejores que los
demás: su secreto es que hacen las cosas de una manera especial.
Cuando termine de leer este libro, lo habrá comprendido a cabali-
dad y podrá aplicarlo en su vida.

¿Cuántos años tiene usted? El norteamericano Louis E. Tice,


autor de A better world a better you, propone a sus lectores esta
reflexión: "Imagínese que usted ha estado prisionero en una cár­
cel, encerrado tras una reja durante todo el tiempo que lleva de
vida, privado de la libertad y quejándose de su suerte. De pronto,
alguien viene y le dice: 'usted está ahí porque usted mismo se
encerró, pero la llave ha estado siempre en su bolsillo. Todo lo que
tiene que hacer es abrir la puerta y salir'".

Lo que pretende este libro es exactamente eso: hacer que usted


busque en sus bolsillos la llave y, si así lo desea, que abra la puer­
ta y salga corriendo hacia donde siempre ha querido ir.

19
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Escribir un libro como este nos ha llevado a un proceso mara­


villoso. Al intentar expresarle a usted muchas de las cosas que va
a leer enseguida, las hemos aclarado y entendido mejor que antes
y, sobre todo, las hemos experimentado más de cerca en nuestras
propias vidas.

En la tarea de escribir y reescribir buscando la comunicación


más cálida, más efectiva y más sencilla que somos capaces de ofre­
cer, hemos ido despojando estas páginas de todo lo que nos pare­
cía superfluo, dejando estrictamente aquello que creemos práctico
y razonablemente fácil de aplicar.

El propósito que nos motivó a escribirlo fue el de compartir


con usted aquello que nosotros, los autores -cada uno por un
camino diferente- descubrimos, y que se convirtió en el punto de
partida para que cambiáramos no sólo la forma como sentíamos y
pensábamos acerca de nosotros mismos sino los resultados que
hemos sido capaces de generar en nuestras vidas.

Esperamos que usted pueda encontrar en las técnicas, los ejer­


cicios y las reflexiones, que vamos a proponerle, algo tan podero­
so como lo que nosotros hemos encontrado: ¡descubrirá que tiene
el poder de transformar su vida en su más ambicioso sueño!

Nos encantaría tener un canal de comunicación directo con


cada uno de nuestros lectores, pero sabemos que no será posible y
que los verdaderos resultados de nuestro esfuerzo sólo los cono­
cerán los mismos lectores y sus personas cercanas, lo cual será más
que suficiente para sentirnos satisfechos.

Por otra parte, nada de lo que aquí decimos queremos presen­


tarlo como "la verdad". Pretendemos despertar sus inquietudes,
ayudarle a descubrir sus potencialidades y convertimos en guías
para irle mostrando, poco a poco, qué y cómo hay que buscar para
hacer sus propios descubrimientos. Estos son los que realmente
van a apoyarlo para alcanzar lo que desea.

Lo más lejano a nuestras pretensiones es que usted se aproxi­


me al libro buscando encontrar verdades irrefutables. Queremos

20
Convierta los problemas en oportir dades

que tome nuestras palabras únicamente como guía. De esta mane­


ra, ninguno de nuestros errores podrá desorientarlo y estará
poniendo en práctica lo único realmente importante que quere­
mos enseñarle: hacer usted mismo aquello que tantas veces ha
estado esperando que los demás hagan por usted.

LAS LLAVES QUE ESTA BUSCAN DO.

Para obtener el mejor provecho


Desde hace mucho tiempo, cuando un capitán de barco va a
emprender un viaje, prepara cuidadosamente su bitácora y no se
embarca hasta estar seguro de tenerla disponible. La bitácora es,
por decirlo así, el diario del viaje. El marino anota allí no sólo lo
que sucede sino en qué sitio hay dificultades, dónde es poco pro­
fundo el mar por el que hay que navegar, e innumerables datos
más que le permitirán que en cualquier momento repita su viaje
ya con la soltura de quien se mueve en lo conocido. Usted también
puede tener una bitácora para este viaje. Prepare un cuaderr: o
una libreta en la que va a anotar sus reflexiones, sus deseubrimkn-

21
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

tos o, simplemente, sus inquietudes. Algunos de los ejercicios que


le proponemos van a necesitar que escriba: es muy conveniente
que tenga sus anotaciones en el mismo lugar y, así, cuando haya
pasado el tiempo, usted podrá releer sabiendo por cuáles aguas
está cruzando.

El objetivo de este libro apunta a la ACCIÓN. Esa corta pala­


bra hace la diferencia. De muy poco servirá que lea y entienda si
esta información no comienza a hacer parte de su vida. Por eso,
nuestro consejo es: vaya despacio. Haga los ejercicios. Intente
ponerlos en práctica en su vida. Muchas inquietudes saltarán a su
mente a medida que avance la lectura. No se apresure. Al lado de
los ejemplos que vamos poniéndole, busque sus propias experien­
cias. De ellas aprenderá más que de todo lo escrito por nosotros.
Cuando descubra en su vida algo en lo que no ha tenido buenos
resultados, no pierda su tiempo culpándose, es más efectivo tomar
la decisión de cambiar y comenzar a obtenerlos.

Durante 20 meses hemos dedicado todo nuestro entusiasmo y


conocimientos para escribir estas pocas páginas, buscando una
sola cosa: que sean provechosas para usted. Estamos seguros de
que, con el compromiso que tiene consigo mismo de hacer de su
vida algo realmente satisfactorio, van a serle de mucha utilidad. Y
tenga presente todo el tiempo que UN PROBLEMA ES UNA
OPORTUNIDAD PERO ¡ÚNICAMENTE USTED PUEDE DECI­
DIR QUE LO SEA!
Los autores

22
PRIMERA PARTE

UN PROBLEMA ES UN DESAFÍO
DEL QUE SE PUEDE SALIR MUY
EXITOSO
CAPÍTULO I

¿CUÁNTAS ALTERNATIVAS TIENE


USTED ANTE LOS PROBLEMAS?

• Sabe usted cómo representan los orientales el vocablo


"crisis"? Con un ideograma compuesto por dos ele­

¿ mentos: "peligro" y "oportunidad". La misma palabra


les sirve para ambas situaciones. Esto significa para ellos
que entre los dos conceptos existe un continuo o que son
como las dos caras de la misma moneda. No puede existir el
uno sin el otro y están siempre presentes simultáneamente.
Aun cuando en español para referirse a los problemas se uti­
lizan palabras como reveses, contratiempos, dificultades,
momentos de crisis, tiempos difíciles, dilemas, conflictos,
contrariedades, inconvenientes, dudas, trabas o fracasos,
también podemos reconocer la oportunidad que hay detrás
de cada uno de nuestros problemas.
Algunas personas manejan sus dificultades como si estu­
vieran ante una "desgracia" -no importa que sean proble­
mas de poca monta como un trancón en el tráfico-. Otras,
aun cuando no se alegran de tenerlas, reconocen que es el
momento de utilizar todas sus reservas y son conscientes de
que cuando han manejado un desafío de una manera exito­
sa, no sólo se sienten muy orgullosas de sí mismas sino que
están preparadas para situaciones más difíciles.
Usted dice que existe un problema cuando, a su juicio
hay una diferencia negativa entre el modo como sor. as
cosas y el modo como USTED piensa que deberían ser. Esto

25
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

supone que para acabar con una situación que considera


problemática, necesita hacer un cambio que elimine la dife­
rencia. Este cambio puede hacerse, por lo menos teórica­
mente, en cualquiera de los dos lados.
En la práctica hay muchas situaciones en las que la reali­
dad puede ser cambiada para adaptarla a lo que deseamos
o suponemos que debe ser. Pero también innumerables cir­
cunstancias en las que nada puede hacerse para modificar el
actual estado de las cosas.
Un impactante descubrimiento que hemos ido compro­
bando a través de 15 años de experiencia dictando semina­
rios, es que casi todas las personas estamos habituadas a
plantear la solución a los problemas teniendo en cuenta casi
exclusivamente que el cambio debe hacerse en el modo
como son las cosas. Buscamos la forma de cambiar la reali­
dad -esperamos que la otra persona cambie; que las circuns­
tancias sean distintas; que lo que nos preocupa se solucione;
que la situación económica varíe- y pocas veces considera­
mos la posibilidad de hacer el cambio en el cómo deberían
ser las cosas, es decir, cambiando esas premisas o expectati­
vas que nosotros mismos hemos creado o definido.

¿Dónde puede hacer los cambios?

El reconocido lingüista y psicoterapeuta austriaco, Paul


Watzlawick, de la escuela de Palo .Alto California, ha llama­
do a esta primera forma de hacer el cambio sobre como son
las cosas (la realidad): cambio uno y a la segunda, o sea
cuando aplicamos e' cambio en el cómo deberían ser (lo que
espero de la realidad : cambio dos.

, Es posible solucionar nuestros problemas trabajando en


(cualquiera de los dos lados: la diferencia es que en muchas

26
Convierta los problemas en oportunidades

ocasiones no podemos cambiar la realidad y, sin embargo, la


mayoría de las veces el cambiar nuestras expectativas
depende en un cien por ciento de nosotros, ya que somos
quienes las hemos creado.

Ante el mismo acontecimiento, una persona puede reac­


cionar de una manera y, otra, en forma completamente
opuesta. Es más, la misma persona, en distintos momentos,
puede reaccionar en forma diferente, lo que quiere decir que
no es la realidad en sí misma la que hace que exista o ño un
problema, es la forma como la persona percibe dicha reali­
dad.

"Cuando Aura María nació -cuenta Aura López de


Ruiz, madre de una niña mongólica-, yo tenía 32 años y
otras dos hijas, una de tres años y otra de cinco. El día del
parto yo no me enteré de nada, pero al otro día el médico
llamó a mi mamá al pie de la incubadora donde estaba la
niña, le tomó el brazo a la bebita, y se lo soltó. Estaba com­
pletamente desgonzada. "Esta niña está afectada de mon-
golismo" -dijo-.

"Yo no sabía nada de esta enfermedad. Veía a mi hija


muy linda y muy normal, pero cuando comenzó a explicar­
me cuáles eran los rasgos característicos de estos niños, fui
encontrando que sí los tenía y me sentí desgraciada. Sólo
podía imaginarme a la niña en una cama de por vida.
Cuando me la llevé a la casa comencé a esconderla. No que­
ría que nadie la viera, ni siquiera los familiares, y la gente de
fuera, mucho menos. .

"Durante once meses estuve Nada ha cambiado, exce::::


buscando culpables. A veces creía mi actitud, por esto todo -a
que había sido mi vicio del cigarri­ cambiado.

llo en el embarazo. Otras, le echaba Anthony de Me:

ZJ
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

1 OPORTVNIPai]

28
Convierta los problemas en oportunidades

la culpa a una medicina que tomé en esa época. No descar­


taba tampoco que la causa hubiera sido el exceso de licor de
mi esposo. En fin, yo sólo pensaba que se nos había termina­
do la felicidad a todos. Un día salí al parque con las dos
niñas mayores y vi allí a un mongólico como de unos once
años, que jugaba muy contento en la rueda. Yo lo miré de tal
manera que su mamá comprendió que tenía algún interés
especial en él y se me acercó. Me contó con gran orgullo que
su hijo hablaba perfectamente, comía solo, sabía casi todas
las letras y estaba comenzando a leer... ¡Se sentía tan orgu-
llosa esta mamá de su hijo mongólico! Me contaba con tanto
entusiasmo que el niño era el más cariñoso y sensible de
todos sus hijos y que tenía unas extraordinarias habilidades
manuales...
"Esa misma mañana comencé a entender que la situación
podía mirarse de otra manera. Me di cuenta de que de nada
serviría seguir buscando de quién había sido la culpa, ya
que lo que necesitaba no era entender por qué había sucedi­
do esto, sino encontrar una forma de manejarlo. Comprendí
que podía hacer dos cosas: o seguir escondiendo a mi hija y
llevar esa terrible carga en el corazón o disfrutar de ella
como lo hacía esa mamá.
"Llevé a la señora a mi casa. Por primera vez, desde que
nació, mostré a mi bebita con orgullo de madre, y comencé
a verla llena de posibilidades. El propósito de sacar a la niña
adelante unió mucho a nuestra familia...".’
Quizás usted tenga la fortuna No hay virtud que no se
de no haber pasado por una situa­ pueda transformar en
ción como esta; sin embargo, se defecto, ni defecto que no
requiere la misma actitud para sal­ se pueda transformar en

var obstáculos extremos, que la virtud.

que necesitamos para salvar los Goethe

a
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

/
/ que la mayoría de las personas afrontamos a diario. La
madre de Aura María no podía cambiar las condiciones rea­
les de su hija. Sin embargo, el problema, más que el mongo-
lismo de la niña, eran las expectativas de la madre que no
aceptaba esta realidad. Se desgastaba pensando por qué le
había sucedido esto y escondiendo a la niña de todo el que
pudiera hacerle un comentario. Cuando la señora cambió
las expectativas y aceptó las limitaciones y las circunstancias
especiales de su hija, dejó de mirar el hecho como un proble­
ma y liberó sus energías para dedicarse a proporcionarle a
Aura María todo el bienestar que puede tener una persona
bajo esas condiciones. /

No todos tenemos dificultades como las de esta familia.


Lo que sí tenemos son motivos de queja. Piense, ¿de qué se
queja usted? ¿Con qué se siente inconforme? Eso lo puede
comenzar a enfocar con otra actitud.y

La forma como usted interpreta la realidad,


es su realidad

Existen dos realidades: una es la que funciona indepen­


dientemente de usted, y otra la interpretación que usted
hace de esta primera. Esto quiere decir que lo que afecta
realmente su vida no es la realidad por sí misma, es la forma
como usted la percibe. Cuando definimos una situación
como real, es real para nosotros en cuanto a sus consecuen­
cias. Henrv Ford lo decía de esta manera: "Ya sea que usted
crea que algo se puede hacer, lo que crea que no se puede
hacer, en ambos casos estará en lo cierto", y esto, porque la
forma como usted interpreta la realidad, es su realidad.

Las creencias son el punto de partida para lo que logra­


mos en nuestra vida. Si alguien cree que la gente es mala, va

30
Convierta los problemas en oportunidades

a encontrar sospechosas todas las cosas que los demás


hagan. Aun aquellas acciones que nunca tuvieron una mala
intención.
La mayoría de las personas asocia la palabra creencia a
un credo religioso o una doctrina política.
Aun cuando no es ese el sentido estricto que queremos
darla a la palabra, en el fondo el significado es igual, ya que
aquí la empleamos como una idea que le da dirección a
nuestra vida.
Cuando una persona tiene una creencia, la tiene porque
la considera correcta -así esta obre en contra suya-. De esa
manera, selecciona la información que confirma su punto y
actúa produciendo resultados que corroboran lo mismo.
Una señora, propietaria de un almacén de suéteres en
Bogotá, hablaba con un hombre de negocios. Ella le decía
que las ventas estaban un poco malas y que esto era debido
a la época, porque, desde que tenía su negocio, hace 20 años,
en marzo las ventas eran malas, en contraste con el mes de
diciembre, cuando eran excelentes. El hombre le preguntó si
hacía algo especial en diciembre y ella, entusiasmada, le
hizo una larga lista:
"-Arreglo especialmente la vitrina. Reparto volantes.
Tengo el mejor surtido que puedo. Hago promociones.
Contrato a una empleada extra para dar una buena aten­
ción. Ofrezco dulces a los clientes y, como si fuera poco, les
envuelvo sus compras en hermoso papel de Navidad".
"-¿Y por qué no hace usted eso El obstáculo más grande
mismo en marzo?" para el descubrimiento no

"-Porque en marzo las ventas es la ignorancia, es la

son muy malas" -le respondió la ilusión del conocimiento.

señora. Daniel Bourtin

31
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Cualquier cosa que usted haya decidido que es verdad


hace que sea verdad. Esa es la forma como funcionan sus
creencias: trabajan permanentemente buscando evidencias
para soportarse a sí mismas y para encontrar cada vez más
ejemplos que las apoyen.
Una vez nuestra creencia se ha formado, nosotros ten­
demos a suprimir o a tomar como excepciones todos los
ejemplos contrarios que encontremos. Esto lo explican
algunos autores al decir que "nuestras creencias son auto-
justificadoras" o sea que, cuando creemos algo, nos inven­
tamos la forma de comprobarlo. Una persona, por ejemplo,
puede creer que todo el mundo es amigo suyo (o enemigo).
De esta manera, emitirá mensajes y actuará en función de
esa creencia y así "empujará" al mundo a que confirme sus
convicciones.

Querer + Creer = Poder

Si yo creo que no puedo hacer algo, no es que no lo


pueda hacer: es que yo creo que no lo puedo hacer, y esto es
suficiente.
De la misma manera como una creencia creativa es una
enorme fuerza para lograr resultados en nuestra vida, las
creencias que niegan o ponen en duda nuestras posibilida­
des en cualquier campo, son un lastre que arrastramos y que
dificulta nuestras propósitos.

Si creemos que nuestra vida es definida por estrechos


límites, hacemos reales esos límites. ¿Cuántas personas in­
quietas, capaces e inteligentes se han privado de estudiar
una carrera universitaria -o de poner un negocio o buscar
una pareja- porque piensan que su condición económica,
social o personal no se los permite?, ¿y cuántas otras, con las

32
Convierta los problemas en oportunidades

mismas limitaciones, han encontrado la forma de apoyarse


a sí mismas y han salido adelante?

Hay quienes se sienten incapaces de algo y no es que su


mundo sea demasiado limitado o que no tengan alternati­
vas, sino que ellas mismas bloquean la posibilidad de ver
esas alternativas porque sus creencias limitan las opciones.

Cuando usted asegura que "no es capaz de realizar algo"


puede estar "hipnotizado" por una de sus creencias actua­
les. Aquello de "querer es poder" es una gran verdad pero
bastante simplificada. Por desgracia toma muchos años y
muchos ajustes aceptar que la acción deliberada y deseada
no es garantía absoluta de conseguir lo que buscamos (y, sin
embargo, tampoco es verdad decir que la acción deliberada
carece de resultados). No por el hecho de querer hacer algo
usted automáticamente lo puede hacer. Querer es el primer
paso para poder y tal vez el más importante. Sin embargo,
allí se inicia el proceso.

Algunas personas se sienten decepcionadas porque no


alcanzan objetivos que en verdad desean lograr, o porque no
los alcanzan en los primeros intentos. La frase "querer es
poder" no significa que usted pueda realizar, ahora mismo,
una tarea que exige un largo entrenamiento ni que por el
simple hecho de creer que puede, todo el trabajo previo que
los demás hacen para lograr lo que desean no va a necesitar­
se en su caso. Lo que quiere decir es que, si su deseo es tan
grande, usted encontrará la forma de superar todos los obs­
táculos, de perseverar, de trabajar arduamente si fuera nece­
sario, para conseguir lo que quiere.
Solamente en forma
Sin embargo, hay un punto limitada el hombre es un

fundamental. Además de querer, ser limitado.

usted debe creer que lo logrará. Viktor Frank

33
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Por eso, permítanos reescribir el viejo adagio: "Querer +


Creer + Actuar = Poder".

Creer en limitaciones crea gente limitada


Nuestras creencias tienen tanto poder sobre nuestras
acciones, que a veces el hecho de no tener creencias que nos
limiten es suficiente preparación para que iniciemos con
éxito el proceso de lograr lo que queremos.
Cliff Young, un campesino australiano de 62 años, parti­
cipó en 1983 en un gran maratón que se realizaba entre
Sidney y Melboume, 800 kms. aproximadamente. En esta
carrera participaban corredores de talla mundial, sin embar­
go, Cliff se presentó con su overol y zapatos de campesino,
como se había vestido toda la vida. Lo increíble de esta his­
toria es que él no sólo terminó la carrera, sino que la ganó
por una ventaja de muchas horas. ¿Qué ocurrió? Este hom­
bre ingenuo, que nunca antes había participado en un mara­
tón, desconocía la "verdad": la carrera estaba planeada para
correr 18 horas y dormir 6. La realidad para Cliff era que
debía correr sin descanso y así lo hizo. Por esto los superó a
todos por un amplio margen.
Mucha gente tiene la seguridad de que "es imposible
cambiar sus creencias". En este libro usted irá descubriendo
cómo ha programado su mente y hasta cierto punto la ha
"forzado" a tener las creencias que tiene y a ver la vida
como ahora cree que es. En estos primeros capítulos, usted
irá conociendo este proceso que inconscientemente ha
usado toda la vida -y que es el mismo que usamos todos los
seres humanos-, que antes no conocía ni controlaba, y, más
adelante, lo va a aprender a utilizar y a controlar conscien­
temente. Todo esto le servirá para lograr lo que usted deli­
beradamente escoja.

34
Convierta los problemas en oportunidades

Sin embargo, ver un problema como una oportunidad


no es cuestión de magia. No se trata de negar lo doloroso y
delicado de una situación. No se pretende cambiar una cara
larga por una sonrisa y suponer que desapareció el proble­
ma. La actitud con la que usted asuma la realidad externa
no cambia esta realidad, pero cambia la forma como a usted
lo afecta esta misma realidad y esto es en últimas lo que
importa.

Cuadro de creencias

La siguiente es una lista de algunas creencias comunes


entre las personas. Las agrupamos sin intención de clasifi­
carlas como buenas y malas ni como expuestas unas a otras,
sino con el objeto de mostrar que existen creencias diferen­
tes sobre la misma situación. Piense en sí mismo o en otra
persona que tenga una de estas creencias y observe los
resultados en esa área.

Léalas con cuidado y,, con la ayuda de estas, comience a


identificar cuáles son, en su caso, esas creencias que mol­
dean su conducta.

Yo creo que en la gente no se puede confiar.


Yo creo que en la mayoría de la gente se puede confiar.

Yo creo que el trabajo es un castigo.


Yo creo que el trabajo le da razón de ser a mi vida.

Yo creo que en este país no hay oportunidades.


Yo creo que este país está lleno de oportunidades.

Yo creo que como soy joven es difícil emplearme.


Yo creo que para conseguir Es mejor encender una vela
empleo tengo la ventaja de ser que maldecir la oscuridad.

joven. Proverbio chino

35
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Yo creo que es difícil emplearme porque soy viejo.


Yo creo que como tengo tanta experiencia conseguiré
empleo pronto.

Yo creo que se puede ser exitoso en el trabajo o en la


familia pero, en ambos, no.
Yo creo que se puede ser exitoso en el trabajo y en la
familia a la vez. Es cosa de mantener el balance.
Yo creo que nunca haré nada que valga la pena.
Yo creo que tengo mucho que ofrecer.

Yo creo que después de que la gente me conoce bien, se


aburre conmigo.
Yo creo que mientras la gente más me conoce, más me
aprecia.
Yo creo que no sirvo para tener jefe.
Yo creo que puedo tener muy buena relación con mis
jefes.
Yo creo que el estudio es para gente de plata.
Yo creo que en esta época el que verdaderamente quiere
puede estudiar.

Yo creo que en esta empresa pequeña no tengo posibili­


dades de ascender.
Yo creo que la ventaja de esta empresa es que es peque­
ña y que puedo crecer con ella.
Yo creo que en esta empresa tan grande ni se nota lo que
uno hace.
Yo creo que en esta empresa, por se tan grande, hay
muchas oportunidades.
Yo creo que soy una persona activa si vivo de afán.
Yo creo que vivir de afán es no tener bien planificado el
tiempo.

36
Convierta los problemas en oportunidades

37
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Yo creo que si uno tiene responsabilidades, es inevitable


vivir con tantas tensiones.
Yo creo que se puede vivir relajado y tranquilo, aun
teniendo las responsabilidades.

Yo creo que como mis creencias se formaron en la niñez,


ya es imposible cambiarlas.
Yo he cambiado muchas creencias y creo que si me pro­
pongo puedo cambiar todo lo que no me apoya.

Lo que usted ve no es lo único que existe

Tenemos una especie de lente personal por el que mira­


mos e interpretamos lo que está fuera de nosotros. Algunos
psicólogos han llamado a esto "el mapa", lo cual no es otra
cosa que la forma particular como cada persona ve el
mundo. ¿Desea tener una experiencia en ese sentido?

Trate de resolver el siguiente ejercicio. Presenta algunas


dificultades y, además, exige de toda su concentración.

Observe detenidamente este dibujo:

\ i
Estudie las figuras en negro. La primera es fácil de iden­
tificar: se trata de un sombrero puesto de lado. La siguiente
parece una copa. También es fácil de identificar al indio con
una pluma en la cabeza que aparece en la última figura. ¿Ya
la vio?

38
Convierta los problemas en oportunidades

Ahora la cosa se va complicando. Busque la flecha, el


trompo, el rifle y la cara del perro. ¿Los encontró?

Lo más difícil son las letras. Una es la "U"; la otra, la "M"


y, la última, la "Y", que forman la palabra "Muy". ¿Está
viendo usted la palabra "muy"?

¿Todavía no? Puede resultarle difícil. Concéntrese más e


inténtelo. ¿Listo?

Su percepción está condicionada


por el lenguaje que usted utiliza

Es asombrosa la influencia de nuestras palabras sobre lo


que percibimos en el mundo.

¿Se ha dado cuenta de la forma como comienza a leer un


libro cuando alguien le ha dicho: "Es tan pesado que todo el
que lo empieza lo deja en la mitad"? O se ha puesto a pen­
sar ¿cómo se siente un enfermo cuando las personas que lo
visitan le cuentan de los conocidos o parientes que murieron
o tuvieron horrorosos dolores con el mismo problema que él
tiene? O ¿ha experimentado lo que pasa cuando un amigo le
comenta que los exámenes de admisión de determinada
universidad son prácticamente imposibles de pasar al pri­
mer intento y agrega: "Yo logré ganarlos la tercera vez que
lo intenté"?

El lenguaje, tanto el nuestro como el de los demás, tiene


el poder de programar nuestra percepción.

Nosotros comenzamos diciéndole a usted que el ejercicio


era "difícil" y exigía concentración. Los problemas son las
Además, nos referimos a la tarea justificaciones del derrotado
con la palabra "estudie" que puede y el desafío del excelente.
tener un significado negativo para Anónimo

39
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

algunas persona. Luego lo condicionamos a que se fijara en


el sombrero, el indio y la flecha y, por último, le dijimos que
ver las letras sería lo más difícil del ejercicio. Posiblemente
todavía usted "no pueda" verla. Es que usted no ve única­
mente con sus ojos. Usted ve con su mente. Usted sólo per­
cibe la luz con sus ojos. Su cerebro después interpreta esa
luz, con base en "su mapa". Lo mismo pasa con todos sus
sentidos.

¿Quiere que le demos una ayuda para descubrir el


"muy"?

Al final del capítulo la encontrará (ver página 44) y, ade­


más, vamos a explicarle que una de las razones por las que
no vio esta palabra, fue porque usted, como muchos de los
lectores, ha estado condicionado por años a leer las letras en
negro y no a buscarle significado a los espacios blancos que
quedan entre ellas. La palabra "muy" está formada por
estos espacios en blanco.

Permítase la posibilidad de estar equivocado

En la vida diaria, muchas veces nuestros condiciona­


mientos nos hacen creer que una situación "es muy difícil",
que "es muy fácil" o que "no hay otra posibilidad", o que
"todas las posibilidades están agotadas...". De esta manera
nos limitamos, negando las infinitas alternativas que existen
y, muchas veces, no exploramos o no nos esforzamos por
encontrar otras posibilidades ya que, sencillamente, decidi­
mos que eso que nosotros vemos es "todo lo que hay". Si en
esos momentos alguien dice que hay otras posibilidades y
que en lugar de la cara de un indio ve allí una letra, lo podrí­
amos llamar "loco" o "soñador" y aseguramos que está lejos
de tener un sentido "cuerdo" de la realidad.

40
Convierta los problemas en oportu- dades

Un factor común entre las personas que logran grandes


resultados es estar abiertas a enriquecer sus puntos de vista,
a buscar en todas las formas posibles caminos que les per­
mitan alcanzar sus objetivos. Ellos entienden que su forma
de ver las cosas no es la única verdadera y que, si no logran
algún objetivo, no es porque "no se pueda" o porque sea
irreal; es porque quizás han estado dejando de percibir ele­
mentos determinantes que les permitirían alcanzarlo.

El lenguaje es una herramienta invaluable para condicio­


nar nuestra percepción.

Infortunadamente se encuentran profesores o jefes que,


cuando están enseñando o entrenando a alguien, comienzan
por resaltar "lo difícil, lo complicado, lo delicado, el gran
esfuerzo que requiere, todos los que han tratado y no han
podido...". Otras veces, buscando motivar a una persona, se
le pone de presente que "este trabajo no es para cualquiera",
que "esta zona es muy difícil para las ventas", que "aquí el
ambiente es muy pesado", que "aquí no se puede confiar en
la gente...".

Si se utiliza este lenguaje con alguien que está abierto a


aprender de otro "la realidad", posiblemente se estará con­
tribuyendo a crear una percepción limitante y bloqueada,
como les sucede a muchas personas ante el ejercicio
"muy".

¿Cuántas veces ha dejado de El mérito mayor del hombre


hacer cosas que le hubiera gustado consiste, sin duda, en
hacer porque alguien le dijo -o se dominar las circunstancias
dijo a sí mismo- que no tenía apti­ lo mejor posible y dejarse
tudes para hacerlas? Y ¿cuántas dominar por ellas lo mer ;s

veces, también, se ha permitido posible.

empezar a hacer algo, a pesar de Goethe

41
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

que le dijeron que no tenía facilidades para ello y usted, con­


fiado en sí mismo, lo hizo y obtuvo un gran resultado?

Si todavía no ha visto la palabra "muy", puede estar pen­


sando que es poco inteligente, que no puede hacer cosas
como estas y aun haciéndose reproches más serios. No se pre­
ocupe. Este ejercicio no tiene nada que ver con inteligencia ni
aptitudes. Tiene que ver con la incalculable influencia del len­
guaje sobre nuestro pensamiento y con los condicionamien­
tos que tenemos para ver las cosas de determinada manera.

Haga conciencia de las limitaciones


de su percepción

El libro Siete hábitos de las personas altamente efectivas, de S.


Covey, trae una interesante historia relatada en la revista
Proceedings del Instituto Naval de Estados Unidos. Dos
acorazados -enormes barcos de guerra, dotados de potente
artillería y blindados hacia el exterior-, fueron asignados a
un escuadrón de entrenamiento que tenía que pasar varios
días en un mar picado y peligroso. Una noche, la visibilidad
era muy mala y había mucha neblina. Entonces, el capitán
recomendó un "alerta total" a cualquier actividad.

"-Y que se me informe inmediatamente si algo sucede".


Tan pronto como oscureció, uno de los marinos anunció:
"-Una luz está brillando en dirección norte".
"-¿Se está moviendo o está quieta? -preguntó el capitán.
"-¡Se está moviendo, capitán!".
El capitán llamó al encargado de las señales:
"-Avísele a esa embarcación que está en riesgo de coli­
sionar con nosotros y aconséjele que cambie de rumbo 20
grados".

42
*
Convierta los problemas en oportunidades

Como no hubo ninguna respuesta, y la luz se acercaba, el


capitán mismo decidió hablar:
"-Habla el capitán de esta embarcación. Cada vez esta­
mos más cerca, cambie de curso 20 grados".
"-Aquí habla un marinero de segundo rango -le respon­
dió el otro-. Ustedes deben cambiar de rumbo 20 grados".
Ante esto, el capitán se salió de sus casillas, tomó el alta­
voz y dijo:
"-¡Escúcheme! Yo soy un acorazado. Cambie el curso 20
grados".
Y la respuesta que recibió fue:
"-Yo soy el faro. Usted debe cambiar el curso".

Cuando reconocemos que nuestra interpretación de la


realidad está, como en el caso del capitán, bastante condicio­
nada por la neblina, comenzamos a abrir nuestra mente.

Lo que nosotros percibimos como la verdad no es "todo"


lo que se puede percibir. No sabemos todo lo que hay que
saber en nuestro trabajo, ni en nuestras relaciones sentimen­
tales, ni en la educación de nuestros hijos. No tenemos siem­
pre la razón. Cada uno tiene su propia realidad y esta es
igualmente verdadera para todos.

Algunas veces nos pasa como al capitán: discutimos aca­


loradamente tratando de convencer al faro de que cambie de
rumbo. Eso sucede porque, aun cuando "entendemos" inte­
lectualmente que puede haber dis­ Nunca temas a las
tintas formas de ver la realidad, en sombras, sólo constituyen
el fondo estamos seguros de "ser el Indicio de que en un
un acorazado" y creemos que los lugar cercano hay una luz

demás deben ver las cosas como resplandeciente.

nosotros las vemos. Ruth Renkd

43
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Mientras más conscientes estemos de "nuestro mapa",


de "nuestra neblina", de que "asumimos" muchas cosas sin
comprobarlas, de que nuestras creencias y nuestro lenguaje
"programan" nuestra percepción, más abierta tendremos la
mente a examinar nuevas posibilidades, a "escuchar" y
tener en cuenta la realidad de los otros y a enriquecer nues­
tra percepción.

I » 1 » ■»*

44
CAPÍTULO II

¿POR QUÉ UN PROBLEMA PUEDE


SER UNA OPORTUNIDAD?

os problemas que nos afectan son de distinta índole.


Algunos parecen causados directamente por nuestra
acción u omisión y otros podríamos calificarlos de
gratuitos, es decir, que no tenemos ninguna responsabilidad
en el hecho de que se hayan presentado, como en el caso de
ciertos accidentes y ciertas enfermedades.

Si usted no puede hacer nada para cambiar la realidad -y


es importante distinguir cuándo se puede y cuándo no- sí
puede cambiar de actitud ante la forma como asume esa rea­
lidad y es allí donde está su responsabilidad.

De cualquier forma, un problema en su familia, en su tra­


bajo, consigo mismo o con su comunidad, puede manejarse
de tal manera que a pesar de los contratiempos y el dolor
que le cause, encuentre en éste valiosas oportunidades para
su vida.

Los problemas lo obligan


a buscar opciones diferentes

Uno de los aportes importantes que nos proporcionan


nuestros problemas es que ante ellos nos vemos forzados a
salir de nuestra "zona cómoda". Esto quiere decir, buscar
otras formas de actuar, no sólo distintas a las usuales sino

45
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

muchas veces aun, a ensayar alternativas que antes había­


mos calificado de "imposibles".

Cuando Jairo Clopatofsky, un joven congresista colom­


biano, tenía 21 años, era un despreocupado estudiante de
séptimo semestre de ingeniería y se destacaba por ser mag­
nífico deportista, campeón de salto alto, de vela y de tenis.
Además, su "estampa" le había ayudado a ser un popular e
interesante compañero para las chicas de su edad. Sin
embargo, un serio accidente de tránsito lo convirtió en
pocos segundos en parapléjico. Perdió para siempre el
movimiento de sus piernas y su capacidad para caminar. Al
principio, Jairo se rebeló contra todos los seres que podían
caminar y contra el hecho mismo de estar vivo.

"¿Por qué a mí? -se preguntaba a cada momento- ¿por


qué tenía que sucederme a mí?"

La limitación fue acabando poco a poco con sus ilusio­


nes. Se aisló en su mundo, lleno de resentimiento hacia la
vida. Sin embargo, en los ratos en que estaba menos depri­
mido, miraba el futuro...

"Papá -dijo una noche después de la cena-, estoy pen­


sando en dejar la ingeniería y comenzar a estudiar algo dife­
rente".

"Esa es una decisión tuya -le contestó el papá muy des­


concertado al saber que, a pesar de sus circunstancias, Jairo
estaba hablando de perder siete semestres de estudio-. Lo
que sí te pido es que lo pienses muy bien porque, al paso
que vas, terminarás por no hacer nada en la vida".

Aun cuando había sido una conversación un poco a la


ligera, esa noche Jairo no podía dormir: "¿Terminaré por no
hacer nada en la vida?" -se preguntaba con angustia. Era la

46
Convierta los problemas en oportunidades

primera vez después del accidente que pensaba en que ese


era el futuro que tendría si no se decidía por algo.

"En realidad, lo único que yo perdí fue el movimiento de


mis piernas... Tengo tantas otras posibilidades... No he per­
dido la juventud ni la inteligencia. Tengo capacidad para
organizar, para liderar gente. ¿Qué me impide llegar a ser
presidente de Colombia, que es lo que realmente deseo?".
Siete años después, Jairo Clopatofsky ha hecho una
nueva carrera; un posgrado y una especialización en el exte­
rior. Fundó un movimiento político independiente. Se lanzó
a hacer política activa y ahora ha sido elegido para el
Congreso de la República por miles de votantes. En su
nueva vida es profesor universitario y todos los días se
levanta a las 4:30 de la mañana a practicar en un gimnasio,
para que su organismo rinda al máximo, porque está con­
vencido de que, a pesar del diagnóstico médico, él un día va
a volver a caminar.
El presente de Jairo es mucho más satisfactorio para él
que su pasado. Es consciente de su enorme influencia sobre
los demás. Dicta conferencias, participa en seminarios de
positivismo hacia la vida y, permanentemente, suele repetir
a quienes lo escuchan:
"A partir de mi accidente yo
Una de las principales
cambié totalmente el rumbo de mi
diferencias entre una
vida. Puede parecerles extraño pero
persona de éxito y una
ahora me alegro de lo que sucedió.
fracasada, es que la que
He encontrado una forma de vivir
fracasó se cayó una vez y
tan satisfactoria como nunca me la de éxito se ha caído
había podido siquiera imaginar...". muchas veces y se ha

El problema de Clopatofsky no vuelto a levantar.

era realmente su limitación física: Anónimo

47
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

era la forma como estaba respondiendo a esa limitación.


Cuando encontró una manera más adecuada de manejar la
misma realidad, lo que él llamaba "problema" empezó a
convertirse en la herramienta con la cual iba a alcanzar lo
que había soñado.

Esta puede parecer una historia extrema, sin embargo,


mucha gente en nuestros seminarios, después de haber
conocido otras opciones de manejar sus problemas -grandes
o pequeños- ha decidido dejar de quejarse y comenzar a
actuar.

Un problema es una oportunidad, porque


funciona como una alarma en su propia vida

En algunos procesos industriales se utilizan enormes


recipientes llenos de agua que, sometidos constantemente a
altos niveles de calor, convierten el agua en vapor. Es lo que
se llaman calderas de vapor. Para este procedimiento es
esencial que la caldera mantenga un cierto nivel de agua en
su interior, para lo cual el operador debe ajustarlo perma­
nentemente. Varios sistemas de alarmas le permiten a esa
persona saber cuándo el agua está por debajo del nivel. Lo
primero que sucede es que suena una sirena que indica que
se va a llegar a un punto crítico. Al mismo tiempo, se pren­
de un bombillo rojo que refuerza el mensaje. Ante ese aviso,
el operador puede hacer dos cosas: atender la llamada y
subir el nivel del agua, o desatender la advertencia. Si se
resuelve por la segunda, seguramente apagará la sirena, ya
que se trata de un ruido molesto que perturba. Sin embargo,
el equipo está diseñado de tal manera que el bombillo rojo
no se puede apagar hasta que no cambien las condiciones
que produjeron esta alarma.

48
Convierta los problemas en opor:„- clames

Como la situación en el interior de la caldera no es estáti­


ca, llegará un momento en el que el agua baje a un nivel más
crítico y allí se encenderá una alarma más potente que la
anterior. Otra vez el operario puede obrar de la misma forma
-apagar la sirena-, pero ya tendrá dos bombillos rojos en­
cendidos. Es tan minucioso el diseño de estos equipos -de­
bido a la importancia de que se mantengan en buen estado
de funcionamiento- que si el nivel del agua sigue bajando,
hay un punto en el que la caldera se apaga automáticamen­
te y queda "fuera de servicio". De esta manera, el sistema de
alarmas permite que rara vez se funda una caldera.
Toda esta magnífica programación la tienen también
"nuestros equipos internos". En el caso de las calderas, es
claro que las alarmas no son obstáculos que se le suman a la
operación: son ayudas muy importantes para mantener el
nivel de agua que se necesita.
Nuestros problemas pueden ser, lo mismo que en las cal­
deras, alarmas que nos están advirtiendo que algo debemos
revisar. Podemos atender o desatender estas alarmas. El
hecho de que apaguemos la sirena no quiere decir que cam­
biaron las condiciones; el bombillo rojo seguirá prendido.
Hay problemas de distintos órdenes: de relaciones, eco­
nómicos, de salud, de adaptación... y todos tienen en común
una cosa: nos ponen ante la necesidad de revisar nuestros
métodos. Cuando se nos presenta un problema de relacio­
nes con los demás, es casi seguro que tenemos algo que
corregir. Algo que hacer de otra manera. Algo que mejorar.
Si el problema es de dinero, tam- El hombre no es criatura de
bién allí está nuestro mensaje. Uno las circunstancias, las
de los síntomas más útiles que circunstancias son enarcas
tenemos para replanteamos mu- be 'os hombra­
días cosas es que el dinero no nos Benjamín Disrae
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

alcance. O estamos produciendo menos de lo que podría­


mos -por miles de razones- o estamos gastando más de lo
que deberíamos. Ambas opciones pueden ser revisadas. En
muchos problemas de salud, incluso en algunos accidentes,
tenemos bastante que ver. Todas estas son acciones u omi­
siones que nos acercan peligrosamente al punto crítico.
Cuando a usted se le presentan los problemas se ve for­
zado a atenderlos y a solucionarlos y, a partir de esto,
encuentra muchos elementos para saber qué cosas no están
produciendo el resultado que esperaba.

Un problema es una oportunidad,


porque usted está más dispuesto
a buscar información
Cuando las cosas marchan como usted quiere, se siente
cómodo y dedica sus energías a planear y a expandir sus
resultados o, simplemente, a disfrutar de la calma que le
proporcionan las cosas bajo control. En este momento, usted
se exige menos a sí mismo y sus capacidades se acomodan a
ese nivel de exigencia. Algunas personas acostumbradas a
"dar al máximo" se aburren cuando pasan por un período
de calma en su trabajo, en su vida emocional o en su vida
social. Sienten como si estuvieran desperdiciando su poten­
cial. Cuando una persona tiene un cambio drástico en su
vida, por ejemplo, cuando se cambia de ciudad o de país, el
hecho de tener que "aprender" nuevamente a hacer las
cosas de todos los días le demanda tanto, que siente que ha
aprendido más en esos días que en toda su vida anterior.
Los problemas tienen el mismo efecto, pues nos enfren­
tan a situaciones que reclaman nuestra creatividad, nuestra
imaginación, nuestro compromiso, nuestra búsqueda de
otros caminos.

50
Convierta los problemas en oportunidades

Cuando necesitamos solucionar algo que no está bien,


nos vemos presionados a aceptar interiormente que la forma
como estábamos haciendo las cosas no funcionó y que
deben existir otras alternativas. Este es un paso muy grande,
una apertura hacia nuevos caminos. Cuando alguien va
donde el psicólogo, está buscando nuevas posibilidades.
Cuando un empresario contrata a un asesor, está haciendo
lo mismo. Cuando usted le cuenta su problema a un amigo,
lo hace porque tiene la esperanza de que el otro "lo vea dife­
rente". En todos estos intentos hay un factor común: como
usted necesita solucionar su problema, amplía su estado de
alerta hacia nueva información, hacia otras alternativas; es
decir, expande sus límites o, para decirlo de una manera
más sencilla, usted crece, gracias a sus problemas.

Usted puede más de lo que cree que puede

Muchas personas, después de haber solucionado una


situación difícil que les exigió dar más de lo que entregaban
en tiempo "normal", descubren en sí mismas capacidades
que nunca antes se habían reconocido porque quizá por pri­
mera vez las utilizaron. Si a partir de un problema organiza
su tiempo de tal manera que le rinda para lo que le alcanza­
ba antes y, además, para dedicarlo a la nueva situación,
quiere decir que utilizó sus recursos de una mejor forma y
aprendió a hacerlo no sólo para resolver este problema sino
para aplicarlo en otras circunstancias. Si tiene que hacer un
ajuste en el presupuesto y lo hace buscando optimizar los
gastos, seguramente encontrará que el inconveniente le
enseñó a ser más cuidadoso con la ^an tarde, tan tarde, que
forma de gastar el dinero. mUy pronto podremos dedr

Los países que vivieron la esca- 1ue es temprano,


sez de la Segunda Guerra Mun- William Shakespeare

51
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

dial, donde tuvieron que inventar toda clase de recursos


para sobrevivir, tienen en la actualidad, casi medio siglo
después, un enfoque distinto del empleo de sus recursos.
A veces comprendemos claramente que nuestra forma
de obrar en determinada situación no alcanza los resultados
que deseamos, y quisiéramos actuar de otra manera, pero
no sabemos cómo hacerlo. Muchos de nuestros problemas
tienen que ver con el no saber cómo cambiar estas conduc­
tas que no están funcionando porque creemos que estamos
haciendo las cosas de la mejor forma posible. En la mayoría
de los casos no obramos de otra manera, porque no conside­
ramos otras alternativas.

Blandes y Grinder, en su libro De sapos a príncipes, dicen


que quien tiene sólo una forma de responder ante una situa­
ción obra como un robot, está programado y, cada vez que
esa situación se presente, actuará igual. Si tiene dos formas
de responder, siempre estará ante un dilema. Si tiene tres o
más, tendrá flexibilidad. Cuanto mayores sean sus alternati­
vas para obrar, mayores opciones encontrará para cambiar
su conducta cuando no esté produciendo los resultados que
busca y desea. Sus problemas son la mejor herramienta para
buscar nuevas opciones. ¡Aprovéchelos! Una de las cosas
que usted aprenderá en los siguientes capítulos es a redes­
cubrir su propia flexibilidad. Aumentará sus alternativas
para obrar e irá encontrando otras formas también acepta­
bles y posiblemente más efectivas que las que usted está uti­
lizando ahora para solucionar las situaciones que no funcio­
nan como desea.

Ejercicio
El siguiente ejercicio ha sido diseñado para permitirle a
usted que, analizando sus propios problemas, pueda reco­

52
Convierta los problemas en oportu- dades

nocer las cualidades y talentos que ha utilizado para resol­


verlos. Aun cuando su tendencia sea mirar las preguntas y
responderlas mentalmente, le sugerimos que utilice su cua­
derno -bitácora- para contestarlas por escrito ya que, cuan­
do usted va a poner en palabras lo que piensa, hace un
esfuerzo más para aclararlo. Otro método efectivo es que se
reúna con alguna persona y entre ambos se hagan las pre­
guntas y se las contesten mutuamente.

Un aspecto muy importante para tener en cuenta mien­


tras realiza el ejercicio es que usted reconozca sus cualida­
des sin justificarlas ni minimizarlas. Algunos individuos
piensan erradamente que reconocer sus propias cualidades
es un acto vanidoso. Sin embargo, cuando usted lo hace no
para sentirse mejor que los demás, sino para sentirse mejor
consigo mismo, lo que está haciendo es apoyándose para
descubrir y expresar sus propios recursos y cualidades.

Recuerde ahora un problema o una situación específica


en su vida, que para usted fue difícil y, sin embargo, solucio­
nó exitosamente. Algo por lo que se siente orgulloso de la
forma como actuó o resolvió. Recuerde cómo, en un mo­
mento determinado, por cualquier razón usted decidió que
saldría adelante:

1. ¿Cómo cambió para usted la situación cuando decidió


resolver el problema?

2. ¿Qué fue lo que usted descubrió o reconoció que estaba


haciendo que creaba o agravaba el problema?

3. ¿Cuáles fueron las cosas buenas que, a pesar de todo, le


trajo esta situación?

4. ¿Qué acción específica realizó Las mejores oportindades


para superar el obstáculo? no aparecen, se rear

53
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

5. ¿Qué cualidades o recursos suyos utilizó para convertir


esto en un éxito?

6. ¿Qué resultados de los que se sienta orgulloso obtuvo a


raíz de haber decidido resolver el problema?

Reflexiones acerca de una situación presente


que quiere mejorar

1. ¿Qué actitud podría asumir o cambiar que mejoraría


notablemente la situación?

2. Tal vez usted está cansado de buscar culpables y discul­


pas y sabe que de todas maneras es usted el que con esa
actitud sigue perdiendo. ¿Qué puede reconocer que hizo
o está haciendo que está creando o agravando el proble­
ma?

3. Quizás hay dolor o decepción pero, a pesar de todo, ¿qué


cosas buenas ha encontrado o puede encontrar en este
problema?

4. ¿Qué acción específica puede tomar para superar este


obstáculo?

5. ¿Qué cualidades o recursos puede utilizar para convertir


su problema en éxito?
CAPÍTULO III

TRABAJE EN LO QUE DEPENDE


DE USTED
"Mientras perseguimos lo inalcanzable,
hacemos imposible lo realizable"

Robert Ardrey

M
uchos de nosotros caemos en la trampa mental de
considerar que aquellas personas que se han des­
tacado de alguna manera en la historia de la
humanidad han sido seres "especiales", criaturas privilegia­
das, dotadas con características particulares desde el mo­
mento de su nacimiento y que pudieron hacer lo que hicie­
ron, gracias a esas diferencias que tenían con todos los
demás mortales corrientes.

Sería tonto negar que esas personas que se hicieron a sí


mismas extraordinarias, tenían "algo" especial desde los
primeros años de su vida. Sin embargo, no nos hemos dado
cuenta de que ese "algo especial" también lo tenemos noso­
tros y se llama P O D E R . Poder sobre nosotros mismos,
sobre nuestra "suerte".

Una de las historias personales más impactantes del si­


glo XX ha sido, sin lugar a dudas, la del inglés Stephen
Hawking, a quien se le ha considerado el sucesor de
Einstein. ¿Quién es Hawking? ¿Qué le ha aportado a la
humanidad? ¿Por qué ha conmovido al mundo?
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Es un físico inglés. Un hombre paralizado de pies a cabe­


za por una enfermedad degenerativa que desde hace 26
años ha ido acabando, poco a poco, con sus movimientos.
Sin posibilidades de hablar, porque una traqueotomía le
dañó las cuerdas vocales. Condenado irremediablemente a
que lo bañen, lo vistan y lo alimenten es, sin embargo, uno
de los más grandes genios de la humanidad.
Aparte de sus famosas teorías acerca de los "agujeros
negros" -que son puertas de acceso a otros universos que
aún desconocemos-, Stephen Hawking nos ha enseñado al­
go importantísimo: a pesar de cualquier realidad, el ser hu­
mano puede decidir cómo quiere manejar su vida, tiene el
poder para hacerlo y la capacidad para lograrlo.
En el momento de escribir este libro, Hawking solamen­
te puede mover los dedos de una de sus manos y los ojos;
desde hace seis años no pronuncia una sola palabra; está
permanentemente sentado en una silla de ruedas a la que le
han acoplado un procesador de palabras especialmente
diseñado para él, con 2.600 expresiones programadas, de las
cuales escoge una con una levísima presión de un botón, y
así va formando las frases que luego pueden transformarse,
bien sea en voz -un sintetizador realiza esta tarea- o en texto
sobre papel. De esta penosísima manera, Hawking ha conti­
nuado su contacto con otros hombres de ciencia y sigue
escribiendo sus libros, porque esa ha sido su decisión; y lo
más maravilloso es que, aun rodeado de estas circunstan­
cias, ni siquiera se ha dado el lujo de perder el sentido del
humor. Cuando se entrevista con alguien por primera vez,
tiene el coraje de presentarle disculpas por el "acento grin­
go" de su sintetizador de voz.
Al contrario de lo que este hombre de 42 años hace con
su vida, algunas personas se descalifican a sí mismas para

56
Convierta los problemas en oportunidades

lograr lo que desean, porque suponen que "el no tener las


ventajas" que poseen otros, automáticamente los convierte
en "incapaces".

Stephen Hawking, en lugar de encerrarse en lo que no


puede hacer, actúa sobre lo que sí puede hacer.

Autodiagnóstico de su poder

La vida de cada ser humano se ve afectada por innume­


rables circunstancias que van desde su salud hasta su reali­
zación de pareja, pasando por el alza de la gasolina, los pro­
blemas de los hijos, el ambiente de trabajo, la paz del país, el
genio de su jefe. Algunos de estos factores están bajo nues­
tro control y otros no, porque no podemos hacer nada o
podemos hacer muy poco para cambiarlos.

Si desea tener más claridad en su vida sobre este punto,


haga una lista de por lo menos diez cosas que considere que
lo afecten y no puede cambiar. Sería interesante que las
escribiera porque va a hacer algunos descubrimientos al res­
pecto.

Ahora elabore otra lista de diez cosas que también lo


afectan y usted considera que dependen total o casi total­
mente de usted.

Vamos a proponerle una enumeración, a modo de ejem­


plo, para que la compare con la que elaboró.
Muchas veces
Circunstancias que puedo cam­
desperdiciamos nuestra
biar (dependen de mí):
energía quejándonos de
- Mi trabajo aquello ante lo cual nada
- Mi estado físico -salud- podemos hacer, mientas
- Mi relación de pareja descuidamos aquello que
- Mi situación económica podemos resotvec

57
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

- Mi interpretación del pasado


- Mi autoestima
- Mi estado de ánimo
- Mi genio
- Mis sentimientos
- Mis reacciones emocionales.

Circunstancias que me afectan y no puedo cambiar (no


dependen de mí):

- El estado del tiempo


- El genio de mi jefe
- El precio del dólar
- La hambruna de Etiopía
- La carrera armamentista
- La carestía de la vida
- Las reacciones de mi pareja
- Las decisiones del gobierno
- El comportamiento de los demás
- El tipo de programas que se emiten en la TV.

Puede ser que usted no tenga ninguna influencia en la


subida del dólar con respecto a nuestra moneda. Pero sí
puede afectar los planes que para el fin de semana está
haciendo su hijo de diez años.

Algunos se quejan de lo que no pueden


cambiar y no cambian lo que pueden

Hay personas que enfocan sus esfuerzos en renegar, cri­


ticar y quejarse por cosas sobre las cuales tienen muy poca o
ninguna influencia. Se lamentan de los puntos débiles de la
gente con la que conviven; reniegan de las fallas en las ins­
tituciones; de los inconvenientes de pertenecer a tal o cual
cultura o de tener tales costumbres: "es que aquí la gente...",

58
Convierta los problemas en oportunidades

"es que con gente que piense así...". Y dejan pasar muchas
cosas sobre las cuales sí tienen poder e influencia reales y
que estaría en sus manos cambiar.
Concebir así la vida las lleva a creerse impotentes para
cambiar las circunstancias y, por tanto, a sentirse víctimas de
ellas. Les parece que están manejadas por hechos externos;
no utilizan el poder que tienen para variar las cosas que
pueden cambiar y se convierten en seres pasivos y amarga­
dos a quienes frecuentemente se les oye decir: "hace mucho
tiempo dejé de luchar porque en este ambiente no se puede
hacer nada", "en este país las cosas son y seguirán siendo
iguales".
Estas personas se quejan por lo que no pueden cambiar,
mientras no cambian lo que sí pueden.

Quienes emplean su tiempo y energía en lamentarse y


criticar continuamente lo que no está en sus manos cambiar,
posiblemente no se dan cuenta del mal personal que se
están haciendo, pues centran su atención en eventos desa­
gradables que afectan su vida y que es necesario que
"soporten", porque "nada pueden hacer ante ellos".

Esta sensación de impotencia y de sentirse víctima


comienza a generalizarse y la persona termina convencién­
dose de que debe "aguantarse" las circunstancias que "le
tocaron" cuando, al mismo tiempo, está desconociendo y
desaprovechando el poder real
Si diez hombres quieren
que tiene en muchos aspectos de
entrar a una casa y nueve
su vida.
lo logran, el décimo no
A partir de allí, empieza a pen­ debe decir “Esto lo dispuso

sar en sus "desgracias" y a buscar Dios”; debe descubrir su

a los "culpables de ellas". Su inte­ propia falla.

rés se centra en encontrar quién o Idries Sha

59
Carlos Devls, María Mercedes de Beltrán

quiénes son los causantes de sus problemas, en lugar de cen­


trarse en buscarles la solución. En el trabajo, una persona
con este enfoque es represiva y castiga las fallas de los
demás sin dedicarle tiempo a buscar una solución para el
asunto. En la pareja, es quien señala por qué las cosas van
mal y no actúa para cambiar lo que está en sus manos.
Son personas que dicen frecuentemente: "Yo no cambio
hasta que tú cambies" o "¿para qué intentarlo si con esta
gente no se puede?".

Si quiere, puede manejar


sus propios resultados

Hay otras personas que, por el contrario, centran su


energía en lo que pueden cambiar. En lugar de sentirse víc­
timas e impotentes, buscan la manera de modificar lo que
no les gusta y reconocen que la mayor parte de las cosas que
afectan su vida dependen de sus propias decisiones.
Jaime Jaramillo es un joven ingeniero colombiano que
desde niño se sentía incómodo cuando veía pequeños que
dormían en las calles y estaban con hambre. Cuando comen­
zó a trabajar como ingeniero de petróleos, destinó parte de
su sueldo a la ayuda de los niños de las alcantarillas que
tanto le impactaban. Al principio fue duro para Jaime. Los
vecinos del barrio donde pretendió establecer la institución
protestaron bloqueándole la entrada y desinflándole las
llantas a su automóvil.
En lugar de desanimarse y pensar que en el fondo esta
era una labor que correspondía al gobierno, decidió emplear
su poder personal para lograr lo que quería.
Actualmente, la Fundación Niños de los Andes que
atiende a niños de las alcantarillas es reconocida y apoyada

60
Convierta los problemas en oportunidaae;

internacionalmente, y Jaime Jaramillo ha sido premiado por


su enorme labor.

Esta forma de actuar se llama "proactiva" y la premisa


más importante de quienes se comportan así es reconocer
que en la mayoría de las cosas que influyen en su vida tie­
nen poder y pueden crear y cambiar lo que decidan.

A partir de un reconocimiento como este, todos podemos


manejar nuestra vida para obtener los resultados que desea­
mos, siempre y cuando orientemos las acciones de todos los
días a apoyar nuestras metas.

Cuando obramos proactivamente no estamos disculpán­


donos y explicando por qué no pudimos hacer algo, sino
aceptando nuestra responsabilidad. No estamos culpando a
los demás o a la mala suerte por las cosas que no funcionan
como queremos, sino planeando cómo hacer para que sí
funcionen.

Ser proactivo es tomar la iniciativa para crear lo que se


desea y esto riñe con esperar que de alguna forma "mágica"
-por acción de la suerte, de la casualidad o de los actos aje­
nos- lo que deseamos se produzca. Las personas proactivas
van tras lo que quieren. En contraste con las pasivas, quie­
nes esperan que las cosas sucedan, las primeras se compro­
meten a hacer que sucedan.

En la medida en que más asu­ Usted puede realizar cosas


men lo que pueden cambiar, extraordinarias, no sólo
extienden más su círculo de poder. porque otras personas lo
Las personas efectivas, proactivas, han hecho, sino porque
actúan, resuelven; las víctimas llo­ usted mismo en su vida,
ran, se quejan, reniegan. cuando verdaderan-e-:e se
ha propuesto algo, io ~¿
logrado.

(t
Carlos Devls, María Mercedes de Beltrán

No se queje, actúe

La forma de obrar opuesta a la "proactiva" es la "reacti­


va", en la que las personas esperan que algo suceda, que
alguien obre, decida o comience algo para reaccionar. Es el
caso típico de quien "espera a ver qué pasa", o a probar
cómo se siente, o a ensayar a ver si se acomoda. Y también
de los que creen que su vida depende de que "les den la
oportunidad", "encuentren la persona a la que buscan" o
"tengan los recursos necesarios". Quien piensa de esta
manera está negando su poder para crear lo que desea tener,
está creyendo que algo externo a sí mismo va a definir, a
marcar o a influir su vida definitivamente.

Analice su caso personal. ¿Desde hace algunos años está


esperando la oportunidad de hacer algo que desea y que le
traería mucha satisfacción? Ensaye esta nueva forma:
¡Utilice su poder! Conviértalo en resultados y descubrirá
una inmensa mina de satisfacciones al alcance de su mano.

Todos hemos sido proactivos o hemos tenido el control en


algunas circunstancias de nuestra vida. Repase un poco sus
recuerdos y encuentre aquel momento en que tomó las rien­
das e hizo que sucediera lo que usted quería. No es necesario
que busque actos heroicos. Cuando conduce las cosas para
que sucedan como quiere, está siendo proactivo. Este poder
usted ya lo ha probado. "Proactividad", "tener el control",
"poder personal" son algunas de las expresiones y de las fra­
ses que se han usado para señalar las actitudes de quienes
son protagonistas, de quienes hacen que las cosas sucedan.

Una de las características de las personas proactivas es


que aceptan cuando han cometido un error, y aprenden de
esta situación. Por esta razón permítanos decirle algo bas­
tante elemental: el primer paso que tiene que dar para resol­

62
Convierta los problemas en oportunidades

ver un problema es reconocer que existe. Nadie puede solu­


cionar una dificultad que ni siquiera percibe.

Al primero que engañan las disculpas


es a quien las utiliza

Los deportistas de mayor éxito son los que no emplean


pretextos cuando evalúan su rendimiento. La razón es que
las disculpas impiden encontrar el verdadero obstáculo ya
que, cuando usted usa excusas, se centra más en encontrar­
las que en resolver los problemas. Un ciclista que culpa de
su mal rendimiento en una carrera al estado del tiempo o a
su contrincante, tiene menos posibilidades de mejorar en la
próxima competencia que aquél que evalúa su propio de­
sempeño, y le da a los otros factores la importancia que real­
mente tienen.

Algunos de nuestros problemas no los hemos resuelto


porque los negamos constantemente. Es tan común esta
situación que en la mayoría de los idiomas existen expresio­
nes populares que la consagran. En español decimos "hacer­
se el de la vista gorda", "seguir la política del avestruz".

Desafortunadamente, muchas perso­ La decisión de hoy es


nas se educan en una filosofía que pre­ el hábito de maña-a.
para el camino para la autojustificación. Viktor Franki

(3
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

En la práctica, han aprendido que las faltas personales hay


que echarlas sobre las espaldas ajenas.
Vamos a enseñarle aquí un método que va a darle mag­
níficos resultados: cuando esté ante un problema, no impor­
ta si piensa que es o no su responsabilidad, busque en qué
forma esta situación dependió de lo que usted hizo o dejó de
hacer. Si está dispuesto a cambiarla o no, es otra cosa, pero
haga el ejercicio interno de identificar su parte. Se sorpren­
derá de su enorme influencia en las cosas que le pasan, aun
en las que antes pensaba que dependían de los demás, del
gobierno, de la suerte.
Este ejercicio, hecho continuamente ante problemas
grandes o pequeños, va a ponerlo cara a cara con su poder.
No se trata de culpabilizarse, eso sería estéril. Lo que se pre­
tende es que cada persona se dé cuenta de que su vida y sus
resultados dependen, en un inmenso porcentaje, de lo que
haga o deje de hacer. No estamos determinados por las cir­
cunstancias, sino por nuestras propias decisiones.
Si usted enseña a los niños desde pequeños a identificar
las cosas que dependen de ellos, va a ayudarles dramática­
mente a que asuman el control de sus vidas.
En nuestro trabajo en seminarios con líderes empresaria­
les o comunales, este ha sido un punto vital. Cuando un
líder aprende a identificar en su propia vida las disculpas
que lo sabotean, casi se puede decir que duplica su poder.
Asume de una vez por todas la responsabilidad de lograr lo
que aspira... y lo logra.

Las disculpas sabotean su poder


Las justificaciones están destinadas a ocultar la verdade­
ra naturaleza de un problema y, en últimas, apuntan a

64
Convierta los problemas en oportu^ oaoe;

esconder la responsabilidad de quien podría solucionarlo.


Por eso, después de saber qué es un problema, lo que debe­
mos averiguar es de quién depende la solución.

Cuando alguien da una disculpa lo que se está expresan­


do es que ante un hecho determinado una persona media­
namente razonable -ella misma- no podría obrar de otra
manera. Es decir, está sugiriendo que la respuesta fue forza­
da e inevitable. Y, ante las respuesta inevitables, esperamos
la comprensión y la resignación de quienes se ven afectados:
"no está muy completo este informe porque no hubo tiem­
po", "llegué tarde porque el tráfico...", "no le cumplí porque
a mí me incumplieron", "no le puedo pagar ahora porque se
me cumple el plazo de...".

Sin embargo, rara vez la conducta de un ser humano


puede calificarse de inevitable.

Cuando usted llega tarde al trabajo porque vive muy


lejos podría hacer varias cosas para evitarlo: levantarse más
temprano, tomar otra ruta, variar de horario y... ¡hasta cam­
biar de trabajo! Llegar tarde no es inevitable. Si usted desea
solucionarlo, encontrará alternativas.

Esas disculpas en voz baja


que no conoce sino usted mismo

Hay distintas clases de disculpas. Unas se fabrican cons­


cientemente, como en el caso del estudiante que llega tarde
a un examen y trae su disculpa preparada. En este momen­
to, trata de evitar las consecuencias
Los seres humanos
de su retardo, engañando al profesor.
tenemos la tendencia a
Otras no son planeadas ni están pensar que nuestra
destinadas a quedar bien con los historia es la peor.
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

demás. Son justificaciones para sí mismo, y quienes las uti­


lizan piensan que son razones muy lógicas: "no puedo estu­
diar esa carrera porque soy malo para las matemáticas",
"tengo que hacer las cosas yo mismo porque nadie es capaz
de hacérmelas como se necesitan", "no puedo hacer eso por­
que es para gente de plata", "no puedo conseguir el puesto
porque no tengo un padrino que me impulse", "no puedo
pronunciar mejor el inglés porque tengo un pésimo oído".
Sin embargo, hacer un buen curso de matemáticas, aprender
a dar instrucciones, a delegar o a confiar en los demás,
tomar unas clases de fonética en inglés y proponerse hacer
lo necesario para lograr lo que se desea, son alternativas
relativamente fáciles de realizar.

Este tipo de pretextos o excusas para sí mismo son las


más peligrosas, porque se constituyen en un autoengaño.
Son disculpas en voz baja, que muchas veces nadie distinto
de usted conoce, pero que tienen efecto hacia el interior y
con ellas se niega toda la fuerza y el poder de actuar.

Darse disculpas a sí mismo, muchas veces, es parte de


esa falta de decisión que la gente experimenta ante la alter­
nativa de solucionar un problema. Las disculpas no sólo
ocultan la verdadera razón de las dificultades sino que
hacen que la persona vea más grandes los obstáculos y más
débiles sus capacidades y recursos, o que se desanime antes
de empezar la lucha.

Los malos hábitos se pueden cambiar

La mayoría de los psicoterapeutas conocen bastantes


casos en los cuales sus pacientes culpan de un comporta­
miento negativo, por ejemplo, ser tímido -no tener habilida­
des para el trato social- a un antiguo hábito personal o fami­

66
Convierta los problemas en oportunidades

liar: "en mi familia todos somos iguales: mi papá, mis her­


manos y hasta mi abuelo". Y eso hace que supongan que
cambiar está fuera de su control. Un comportamiento nega­
tivo, como cualquier otro, no es más que un hábito y no hay
hábitos irreversibles.

Un hábito no es nada diferente de una conducta que se


ha repetido muchas veces y que tiene una razón de ser. Si
usted es desordenado, irascible, inconstante, poco cariñoso,
intransigente, manipulador o incumplido, piense que se
pueden contar por millones las personas que tenían ese
mismo comportamiento y lo han dejado, aun cuando ante­
riormente argumentaban que era imposible cambiar.

Sin ir muy lejos, usted seguramente conoce a fumadores


o a personas con sobrepeso que antes se declaraban incapa­
ces de romper su hábito y, un buen día, tomaron una deci­
sión diferente y lo lograron.
Es más: en su historia personal hay buenos ejemplos de
estos. Piense en aquella conducta que modificó aun cuando
siempre había pensado que era imposible cambiar. Si usted
se da las razones suficientes, saca el valor suficiente. ¿Cree
que hay algún comportamiento suyo que no podría cambiar
si tuviera las razones suficientes para hacerlo?

Nadie le “hace” hacer nada

Es verdad que las otras perso­


Quien busca resultados
nas incitan, inducen, estimulan,
aprende de sus errores y
animan o provocan su conducta, sigue adelante, quien se
pero no la causan. Asignarle a la siente víctima llama fracaso
conducta de otro la propiedad de al error y se dedica a
actuar sobre la suya como cau­ buscar culpables y
sa-efecto, sería darle una respon- disculpas.

S7
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

sabilidad tan grande que equivaldría a cederle el poder de


su voluntad y esto no es posible. La ley no culpa al destina­
tario de la nota del suicida ni a la muchacha que, por conto­
nearse, hizo que el fulano al voltearse a mirarla atropellara
a un peatón. Cada uno es responsable de su conducta.

No es que las acciones de los demás no tengan influencia


sobre usted, sino que está lejos de ser una relación
causa-efecto. Si usted tiene esto claro, se sentirá libre para
actuar de acuerdo con los resultados que busca lograr.

68
CAPÍTULO IV

SENTIRSE VÍCTIMA
ES SU PEOR JUGADA

• Qué sucede cuando alguien no reconoce ni utiliza su


poder? Simplemente que le atribuye a otros la respon­

¿ sabilidad de lo que sucede en su vida: "Si yo hubiera


tenido...", "si mis padres hubieran sido adinerados...", "si
no me hubiera tocado esto...", "si se me hubiera presentado
la oportunidad de...".

Muchas personas se sienten desgraciadas, infortunadas


y oprimidas por las circunstancias. Están pendientes de lo
malo y lo injusto que es el mundo con ellas y se quejan per­
manentemente de la vida, pero no hacen nada por cambiar­
la. En el fondo, lo que estas personas hacen es compadecer­
se de sí mismas, negar el poder que tienen para actuar sobre
su destino y descargar toda la responsabilidad de lo que les
sucede en circunstancias externas. Cuando usted piensa que
algo o alguien es el causante de lo malo que le pasa y que,
además, no puede hacer nada para remediarlo, lo que está
sintiendo es que es una víctima de esta situación.
Frecuentemente encontramos a personas cuyas historias
podrían resumirse en una cierta cantidad de sucesos que
justifican el porqué no pudieron lograr esto o aquello, o la
mala suerte que tuvieron en determinados momentos o lo
injustas y desconsideradas que fueron algunas reglamenta­
ciones o los jefes con su caso particular.
Carlos Devis, María Mercedes de Bertrán

Cuando encontramos a personas así, tal vez al principio


sentimos pena por lo que les pasa y las consideramos o com­
padecemos, pero después empezamos a comprender que
están contándonos la misma historia una y otra vez, con
nombres y circunstancias diferentes. Sus relatos podrían
tener un título: "Mi historia de víctima", y el argumento
estaría centrado en mostrar cómo los demás tienen la culpa
de lo que les pasa. "Yo no podría haber obrado distinto y
ahora estoy pagando injustamente las consecuencias de lo
que sucedió". Estas personas que se sienten víctimas, muy a
menudo no asumen su responsabilidad en los hechos ni
aprenden de sus propios errores. Por lo tanto, aunque cam­
bien de ambiente y se relacionen con gente completamente
diferente, en poco tiempo van a estar en el mismo tipo de
situación. Como es obvio, no se trata de "su mala suerte",
como ellas mismas a veces lo califican, sino de que su acti­
tud ante los hechos y su forma de comportarse tienen
mucho que ver en la creación de sus propias dificultades.

Al sentirse víctima usted


pierde la confianza en sí mismo
Sentirse víctima es una posición cómoda a corto plazo.
Las personas nos compadecen, nos demuestran su afecto,
nos exigen poco debido a nuestras "circunstancias especia­
les" y hasta disculpan nuestra mediocridad en obtener
resultados.

A largo plazo, sentimos víctimas es un pésimo negocio.


Aparte de que perdemos nuestra confianza en nosotros mis­
mos y acabamos entregándole nuestro poder a cuanta cir­
cunstancia externa encontremos, los demás tampoco cuen­
tan con nosotros porque si no somos capaces de "manejar"
nuestra propia vida, mucho menos lo seremos de apoyar a

70
Convierta los problemas en oportun dades

otros. Las personas que sirven de modelo o inspiración para


otras, las que se recuerdan con admiración en la familia, en
el vecindario, en las empresas, en los países, no son las que
se pasaron la vida quejándose de la mala situación, de no
poder hacer lo que deseaban porque los demás no las deja­
ban o no las apoyaban; precisamente el liderazgo tiene que
ver con las personas que creen en su poder de actuar y de
obrar para buscar lo que desean en cualquier circunstancia.

No hay personas sin fuerza, hay personas que no la usan.


Cuando nos sentimos víctimas nos olvidamos de nuestro
poder, de nuestra fuerza. Ciertamente hay circunstancias
ante las cuales no podemos hacer nada: la familia en la que
nacimos, el ambiente y las influencias que tuvimos los pri­
meros años de vida. Sin embargo, es inconmensurable el
poder que los seres humanos tene­ Las buenas experiencias
mos para cambiar las cosas que no nos dejan buenos
nos gustan o que dificultan nues­ recuerdos, las malas
tros propósitos. Son miles y miles experiencias nos dejar

las historias de personas que, en buenas enseñanzas.

vez de quejarse de su mala suerte, Anónimo

71
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

de la injusticia social, de la vida que les tocó, lo que hicieron


fue comenzar a crear mayor bienestar y progreso para ellas
mismas y, en la medida en que lo hacían, fueron creando
prosperidad para su comunidad y para su medio.

Cuando usted relata algún episodio de su vida puede


hacerlo con dos enfoques distintos: uno como víctima y el
otro desde el punto de vista proactivo. A continuación va­
mos a enumerarle algunas de las características de una "his­
toria de víctima". Si desea hacer un revelador ejercicio, esco­
ja dentro de sus recuerdos alguno en el cual se sintió víctima
de otros e, imitando la lista que le damos, escríbalo emendó­
se a la forma como lo haría alguien que se siente víctima.

Después, trabaje exactamente con la misma historia, pero


adáptela lo más posible a la forma como la contaría alguien
que reconoce su poder. Alguien que está siendo proactivo,
responsable. Aquí están sus características:

Características de una Características de una


historia de víctima historia responsable
• La persona cuenta todo lo • La persona cuenta todo lo
que "ha perdido". que ha aprendido con esa
• Lo que más resalta es "lo experiencia.
malo" que fueron los • Asume los errores que
demás. cometió.
• Resalta y exagera "lo dolo­ • Busca soluciones.
roso", "lo terrible" y "lo • Reconoce lo positivo de la
increíble" que fue todo. situación y resalta que había
• Cuenta su historia como si podido ser peor y por fortu­
hubiera sido totalmente sor­ na no lo fue.
presiva, como si ninguna • Cuenta el hecho reflexio­
información anterior le nando sobre los datos que
hubiera podido indicar que tuvo que le permitían pre­
algo así podría ocurrir. ver que esto podía pasar y

72
Convierta los problemas en oportun oaoes

• Empieza a permitir que que no atendió confiado en


otras áreas de su vida se que "conmigo será diferen­
afecten para "demostrar" lo te".
terrible que fue e incluye • Evita al máximo el impacto
todo esto en su relato para de este hecho en otras áreas
buscar que le disculpen la de su vida.
falta de resultados en otras
• Cuando cuenta su historia,
situaciones.
busca opciones y apoyo pa­
• Cuando lo cuenta, busca ra continuar.
compasión, atención, soli­
• Se siente orgulloso de haber
daridad.
manejado la situación como
• Cuenta una y otra vez todos la manejó y de haber apren­
los esfuerzos que hizo para dido lo que aprendió.
"soportar" la situación.
• Se cree el cuento así mismo
y se convence de que no
tenía "otra salida".

A continuación le contaremos cuatro historias que se


repiten todos los días. Le sorprenderá lo distintas que pare­
cen cuando son contadas con un marcado acento de víctima
o con un enfoque responsable. Las historias son reales y han
sido extractadas de ejercicios hechos en nuestro seminarios.
El primer relato lo hace la persona cuando se siente víctima
y luego ella misma cuenta su historia de una manera proac­
tiva o responsable, después de haber trabajado con esta
información.

Cambie su historia: el
El grado más alto en la
divorcio de mis padres
cultura moral, es cuando
"Cuando tenía ocho años, mis nosotros reconocemos que
padres se separaron. Yo era la ma­ tenemos el control sobe

yor de cuatro hermanos. Nos que­ nuestros pensamientos

damos con mi papá dizque porque Charles Darwin

Ti
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

mamá no tema la madurez suficiente para cuidamos. Esto


fue terrible para mí. Crecer sin una mamá es muy triste.
Cuando uno no sabe qué pensar y no tiene quién lo mime y
quién lo acompañe a todas partes como los demás niños,
uno se siente como incompleto y desamparado. A veces me
daba pena no tener mamá y trataba de que las personas que
no lo sabían, no se enteraran. No tuve el apoyo que mis
compañeras de clase tenían, ni para el estudio ni para otras
cosas donde yo sentía que lo necesitaba. No estaba segura
de si lo que hada estaba bien o mal, porque no tenía con
quién comentarlo. No me gusta acordarme de mi infancia:
sólo tengo recuerdos tristes. Creo que nada agradable suce­
dió para mí en esa época. Sé que eso influyó mucho en mi
vida y en mi temperamento y muchas de las cosas que ahora
me pasan se deben a que tuve una infancia tan infeliz".

Historia responsable

"Cuando tenía ocho años, mis padres se separaron.


Nunca volví a ver a mi madre. Sin embargo, mi papá se
preocupó mucho por nosotros. Él estuvo siempre pendiente
de que no nos sintiéramos solos. Mis tías también. Cuando
yo tenía algún problema o cuando iba mal en el estudio, me
quejaba mucho por no tener a mi mamá. Esto hacía que la
gente sintiera lástima de mí y me considerara más.

"Muchos, adultos amigos de mi papá y de mis tíos eran .


muy cariñosos conmigo, pero yo no disfrutaba de esto, más
bien me decía a mí misma que era porque me tenían lástima
por no tener mamá, y me daba rabia con la gente y tristeza
conmigo.

"Siempre estuve más triste que todos mis hermanos y, tal


vez, a veces exageraba mi tristeza. Cuando algo me salía

74
Convierta los problemas en oportunidades

mal, yo misma me explicaba que mi situación era muy dura


y muy diferente a la de los demás.

"Unas veces consciente y otras inconscientemente desa­


provechaba lo bueno que tenía para sentirme víctima y
ganarme la compasión de los demás. Terminé teniendo
mucha lástima de mí misma y convencida de que esta situa­
ción, como era cosa del pasado, no la podía cambiar.

"Ahora he descubierto que sí puedo. He estado recor­


dando las cosas lindas que sucedieron en mi infancia. Me he
acordado y revivido todo lo bueno que hacía papá por mí.
He reconocido que durante mucho tiempo estimulé la tris­
teza y manipulé a la gente con la separación de mis padres,
sin darme cuenta de que me hacía un daño inmenso a mí
misma. Muchas cosas todavía no son como yo quisiera, pero
hay una que sí ha cambiado totalmente: he dejado de sentir­
me víctima y me he encontrado con unos sentimientos muy
diferentes tanto hacia mí como hacia las posibilidades que
tengo en la vida".

El socio que me arruinó

"No sé ni por dónde empezar. Me asocié con un amigo,


o con alguien a quien yo consideraba 'un amigo'. Pusimos
un negocio porque los dos queríamos salir adelante. Yo di
todo lo que tenía en trabajo y en dinero. Es mas: me endeu­
dé, vendí mi casa y trabajaba casi dos jomadas para sacar el
negocio adelante. Las cosas marcharon bien al principio.
Después, mi amigo tenía toda clase de disculpas para no
hacer lo que le tocaba y, además, como él manejaba la plata,
se hacía préstamos que 'iba a El último que ve el agua es

pagar después'. Como no tenía­ el pescado.

mos liquidez inmediata, perdimos Marshall Me Luhan

75
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

oportunidades de comprar de contado más barato. Además,


empleó allí a sus familiares y les permitía que hicieran lo
que quisieran.

"A pesar de esto, el negocio era tan bueno que comenzó a


producir dinero, y allí se agravaron las cosas porque comen­
zó a surgir la ambición de mi socio. Buscó la forma de reba­
jar la calidad del producto para tener más ganancias, con lo
que yo no estaba de acuerdo, y complicó tanto la vida que yo
le propuse que me comprara mi parte y se quedara solo.

"El momento de la negociación entre los dos fue el peor.


No me reconoció ni la mitad de lo que yo creí que era justo.
Fue un 'aprovechado', un 'vivo' porque le rebajó el precio a
todo para comprármelo bien barato. En fin, salí de esa sin
casa, endeudado, sin trabajo y, para completar, él a todo el
mundo le dice que por culpa mía se estaba quebrando el
negocio y que tuvo que sacarme para arreglar las cosas''.

Historia responsable

"Yo conocía a mi amigo desde hacía años. Él tenía muy


buena habilidad profesional pero yo sabía que él gastaba
dinero en forma desordenada y que trabajaba poco. Sin
embargo, conmigo nunca sucedió nada de eso y yo fui res­
ponsable por no haber previsto que él seguiría obrando de
la misma manera.

"Saqué todos mis ahorros y vendí mi casa, no porque él


me lo exigiera, sino porque yo quise pues, como le veía tanto
futuro al negocio, deseaba comenzar 'en grande' desde el
principio.

"Trabajaba más que él, lo que no quiere decir que mi


amigo no cumpliera con su compromiso. Lo que pasaba era
que yo estaba entusiasmado con el trabajo y quería hacerlo

76
Convierta los problemas en oportunidades

todo personalmente. Él fue desorganizado, manejó mal la


plata y empleó allí a sus familiares, en parte porque yo no lo
controlé a tiempo.

"La negociación que hicimos para que él se quedara con


todo el negocio fue verdaderamente injusta, también porque
yo preferí salir perdiendo y no tener que verlo más, ya que
estaba terriblemente ofendido con todo lo que me había
hecho. Yo sé que él ha contado las cosas acomodándolas
para quedar bien con sus amigos pero, después de analizar
todo lo anterior, me doy cuenta de que yo he hecho exacta­
mente lo mismo, porque me presento como una víctima
donde yo tuve casi tanta responsabilidad como él".

En mi casa nadie me ayuda

"Estoy casada y tengo tres hijos hombres, pero estoy de­


sesperada... Trabajo todo el día como mi esposo y, cuando
llego, me toca seguir trabajando en las cosas de la casa.
Estoy aburrida porque a nadie se le ocurre ayudarme: quie­
ren que esté todo listo en el momento en que lo piden y se
quejan de cualquier error. No tienen ninguna consideración
conmigo ni valoran lo que hago, ni les importa que yo esté
cansada y, lo peor, es que ese trabajo ni se ve. Cuando les
pido ayuda "están extenuados" y luego dicen que no saben
por qué me quejo...".

Historia responsable

"Estoy casada ya tengo tres hijos hombres. Siempre he


pensado que la mujer es la que tiene la obligación de las
tareas domésticas. Antes, cuando Tú eres lo que crees, c
alguno de ellos quería ayudarme, yo que ves, lo que habas,
le ponía peros a lo que hacía y acaba- oyes y piensas

77
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

ba diciéndole que prefería hacerlo sola, porque pensaba que


me rendía más. Si no, tenía que ponerme a enseñarles o a
volver a hacer lo que hacían mal.
"De cierta forma, yo he estimulado que ellos dependan
de mí en esas cosas, porque me siento más importante.
Otras veces, estoy renegando porque no me ayudan cuando
ni siquiera se los he pedido. Me quejo de que no valoran el
trabajo que hago en la casa, pero la primera que no lo valo­
ra soy yo. En realidad, hago lo que hago, porque me siento
bien siendo responsable y cumpliendo mi función en esa
forma. Tal vez a veces me canso, pero me gusta hacerlo así".

Estoy condenado a ser pobre


"Llevo más de diez años trabajando. Mi sueldo es una
miseria y cada vez me alcanza menos. Antes tenía la posibi­
lidad de salir a alguna parte con mi familia, pero ahora ni
eso podemos hacer, nos toca pasar las vacaciones en la casa
o hasta pedirlas en dinero. Mis ilusiones de progresar eco­
nómicamente cada vez son más lejanas: en lo que yo hago,
cada día hay más competencia y la gente trabaja por nada.
Ni pensar en independizarme con esta situación tan difícil.
Para eso se necesitan recursos y yo no tengo como cumplir
con mis obligaciones mientras empiezo a ganar".

Historia responsable
"Llevo varios años en este trabajo y muchas veces he
pensado en que aquí ya no es mucho lo que puedo progre­
sar, que me estoy anquilosando; sin embargo, aun cuando
he hablado de buscar otra cosa, en realidad nunca he hecho
nada en serio para encontrarla; en varias ocasiones mis ami­
gos me han ofrecido su ayuda para entrar a otro trabajo y no
he hecho nada por conseguirlo porque pienso que aquí

78
Convierta los problemas en oportunidades

estoy seguro, conozco a la gente y, sin hacer muchos esfuer­


zos, gano lo indispensable para vivir. Por otro lado, durante
estos años no me he preocupado por actualizarme, a pesar
de que otros colegas pasan mucho tiempo tomando cursos y
están pendientes de estar al día. Yo no lo he hecho porque he
pensado que ya con lo que sé es suficiente para hacer mi tra­
bajo. Por eso también es que no he progresado mucho. He
tenido varias oportunidades de independizarme como algu­
nos compañeros que, estando en las mismas condiciones, lo
hicieron y les fue muy bien, pero preferí la seguridad y tran­
quilidad de ser empleado, a tomar riesgos y angustiarme sin
necesidad.

"Sé que en cualquier momento tengo la posibilidad de


independizarme o de mejorar mi trabajo si me decido a
ello".

79
CAPÍTULO V

CAMBIE SU LENGUAJE Y CAMBIARÁ


LA FORMA DE RELACIONARSE CON
EL MUNDO

//T7 1 último que ve el agua es el pez". Esto mismo


|H nos sucede a los seres humanos con el lenguaje:
JL-J estamos tan acostumbrados a él, que no percibi­
mos sus enormes efectos sobre nuestra vida.

El lenguaje ha sido la forma de comunicación más estu­


diada de todos los tiempos. En las últimas décadas un grupo
de investigadores: matemáticos, lingüistas, psicólogos y
antropólogos de todo el mundo, han dedicado todos sus
esfuerzos a desentrañar la enorme relación que existe entre
la forma como nos comunicamos con los demás y la forma
como percibimos las circunstancias exteriores, la realidad, a
nosotros mismos... Han llegado tan lejos estos estudios, que
se asegura que cambiando nuestro lenguaje, cambiamos la
forma de relacionarnos con el mundo.

¿Cómo se relaciona su lenguaje


con sus resultados?

Aun cuando vivimos en un sitio al que llamamos


"mundo real", nosotros no nos relacionamos directamente
con ese mundo, sino que utilizamos la vista, el oído, el olfa­
to, el gusto y el tacto para percibirlo. Así, creamos nuestro
"modelo" o mapa de lo que es esa realidad.

si
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Después de haber percibido el mundo por medio de los


sentidos, nuestro cerebro decide qué hacer con esas percep­
ciones. Ese proceso se llama "pensamiento" y no es otra cosa
que la forma de "traducir" la percepción y las sensaciones a
palabras.

Así surge el lenguaje, que es quizás el medio más utiliza­


do por el ser humano para expresar su manera particular de
experimentar el "mundo real" en que vive. Esto nos lleva a
pensar que las palabras que seleccionamos para expresamos
no son tomadas al azar, tienen mucho que ver con nuestra
realidad intema.

PERCEPCIÓN

Z'
RESULTADOS PENSAMIENTO
a

i
CONDUCTA | LENGUAJE |

\ OPCIONES y

Como lo muestra la figura anterior, nuestro proceso de


comunicación comienza con la percepción. Esa percepción
es el primer punto de contacto que tenemos con el mundo,
y allí se inicia el ciclo:

Nuestra percepción determina nuestros pensamientos.

Nuestros pensamientos determinan nuestro lenguaje.

Nuestro lenguaje determina nuestras opciones (esto lo


analizaremos detenidamente en el presente capítulo).

Nuestras opciones determinan nuestra manera de actuar.

82
Convierta los problemas en oponte sao-K

Nuestra manera de actuar determina nuestros resulta­


dos, y

Nuestros resultados alimentan nuevamente nuestra per­


cepción.

Analicemos un caso concreto:

Pedro está desempleado. En su "mapa" o sistema de


creencias existe un punto claro: "conseguir trabajo sin tener
una profesión es muy difícil".

Percepción: Debido a su creencia, Pedro tiene sintoniza­


da su atención en las personas que no han podido emplear­
se y, cuando se entera de que alguien consiguió trabajo fácil­
mente, se lo explica a sí mismo debido a alguna percepción.

Pensamiento: "¿Para qué pierdo mi tiempo llevando


solicitudes de empleo que van a desechar cuando se enteren
de que no tengo una profesión?"

Lenguaje: Cuando habla del asunto, invariablemente


Pedro asegura: "Está muy difícil conseguir empleo. Yo sé
que voy a pasar mucho tiempo sin trabajo".

Opciones: Está seguro de que, para él, hay muy pocas


oportunidades. "Sería mucha suerte si encontrara trabajo
pronto".

Acción: Sólo cuando alguien le "asegura" y casi lo con­


vence de que en algún lugar hay trabajo, pasa una solicitud.

Resultados: Pasa mucho tiempo


Todo lo que viene de la
desempleado.
mente es basado en ¡a
Mapa: (refuerza su creencia). mente, es diseñado py ¿

"Yo sabía que conseguir empleo sin mente.

ser profesional era muy difícil". Pali Cannon


Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

El primero que cree lo que dice


es quien lo dice

Con nuestro lenguaje sucede algo muy particular: cuan­


do hablamos, estamos actuando en un doble escenario. Por
un lado, decimos algo para comunicamos con los demás;
por otro, eso que decimos se convierte en comunicación con
nosotros mismos.

Cuando Pedro dice que "está muy difícil conseguir


empleo", le está comunicando esto a otra persona; pero, a la
vez, se lo está creyendo él mismo.

El círculo del lenguaje es de doble vía: hacia dentro y


hacia fuera. Cuando usted habla, su pensamiento y su per­
cepción están siendo afectados por lo que dice. Todas las
veces que Pedro repite que está muy difícil conseguir
empleo, verá más lejana la posibilidad de hacerlo.

"El lenguaje no es sólo la forma como una persona se


comunica, sino cómo construye la casa de su conciencia",
escribía el lingüista Benjamín Lee Wohorf.

Exprese su poder a través del lenguaje

Las palabras tienen un poder inmenso de autoconvenci-


miento: nos hipnotizamos con el lenguaje que usamos.
Cuando hablamos, escribimos, cantamos o actuamos, nues­
tra comunicación va tanto hacia fuera como hacia dentro de
nosotros mismos.

En el idioma maidu, hablado por una tribu indígena del


norte de California -este caso lo citan Bandler y Grinder en
La estructura de la magia-, hay solamente tres palabras para
describir todos los colores del universo. Ellos usan la pala­
bra "lak" para definir el rojo, "tit" para verde y azul y

84
Convierta los problemas en oportu- oa-^e;

"tulak" para el amarillo, naranja y marrón. El espectro que


nosotros definimos en ocho palabras, para ellos se reduce a
tres. Si le presentáramos a un indígena de esta tribu dos
objetos -uno verde y uno azul- los describiría como si fue­
ran del mismo color. Según estudios realizados en esta área,
los seres humanos somos capaces de distinguir 7.500 mati­
ces cromáticos diferentes en el espectro visible de los colo­
res. Observa un paisaje verde: ¿cuántos matices de este color
puede distinguir? A todos usted los llama verde aun cuan­
do los vea muy diferentes.

Los maidus han reducido su percepción a tres y nosotros


a ocho.

A través del lenguaje limitamos o condicionamos nuestra


percepción, determinando la calidad y cantidad de opciones
que nos permitimos.

Lo mismo sucede con los problemas: el lenguaje que uti­


lizamos determina nuestras opciones. En nuestra forma
cotidiana de hablar utilizamos algunas expresiones que,
estrictamente hablando, "perjudican" nuestra percepción de
la realidad: si dice "tengo que", está percibiendo una tre­
menda obligación sobre su cabeza. Si dice "no soy capaz" o
"es imposible", ni siquiera se detiene a pensar cuál sería la
solución, descarta cualquier posibilidad. De esta manera,
niega su poder para decidir sobre las cosas que lo afectan y
limitan sus opciones. Veamos algunos casos:

Cuando usted dice "tengo que" trabajar, "tengo que"


aguantar el tráfico hasta mi trabajo, "tengo que" atender
gente, "tengo que" cuidar a los niños, "tengo que" hacer
informes... está diciendo que no Vemos las cosas, no c c ~ ;
tiene opciones, que "le toca" ha- son> 5¡no como so^os
cerlo así y que, si por usted fuera, H. R. Torlinson
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

no lo haría. En otras palabras, que otras personas o circuns­


tancias ajenas lo "obligan" a hacer lo que hace, y no dis­
fruta al hacerlo, lo que quiere decir que se está sintiendo
"víctima".

Si usted dice "quiero" o "elijo" o "voy" en lugar de "ten­


go que", está reconociendo que hace las cosas por su conve­
niencia -incluso cosas que no le gustan o desearía no hacer­
las- y no porque un poder externo lo obliga.

Lo que le queremos plantear es que usted no tiene que


hacer nada que no quiera. Por ejemplo, no "tiene que" tra­
bajar. Usted conoce casos de personas que, pudiendo y nece­
sitando trabajar, no lo hacen. Es posible que vivan de una
manera que a usted no le gustaría para sí mismo, pero el
hecho es que no trabajan.

No tiene que "soportar" el tráfico para ir a su trabajo:


podría no ir, tal vez perdería su empleo y no es lo que desea,
pero tendría la opción de no hacerlo.

No "tiene que" cuidar a sus niños. Algunos padres no lo


hacen. Lo más probable es que usted no quiera las conse­
cuencias de no hacerlo. Sin embargo, la opción existe.
Entonces, tiene la posibilidad real de no hacer nada de lo
que usted dice que "tiene que hacer". Lo hace porque prefie­
re sentirse una persona responsable que cumple sus com­
promisos consigo misma, con su familia y con la sociedad.
Porque haciéndolo se siente bien consigo misma.

Esto es aplicable tanto a las obligaciones que ha asumi­


do como a cualquier tipo de "tengo que". Y no quiere decir
que en lo que hace no existan momentos desagradables
sino que, de alguna manera, elige hacerlo, y lo hace porque
le conviene.

86
Convierta los problemas en oportunidades

Cambie su lenguaje
y percibirá las cosas diferentes

Expresarse de una manera que significa elegir, cambia


sustancialmente la percepción de cualquier tarea. Reem­
place el "tengo que" trabajar por el "voy a" trabajar o "voy
a" cuidar a los niños, y estará diciendo que es su elección,
estará utilizando un lenguaje que le permite tomar el control
de sus actos. De esta manera, no se sentirá víctima de las cir­
cunstancias y se permitirá reconocer lo grato de lo que usted
hace, ya que toda situación tiene aspectos de los cuales
puede disfrutar. Y, además, si tiene en claro que es usted
quien lo elige, tiene la opción de no hacerlo más cuando así
lo decida. Una persona efectiva no se siente víctima de lo
que hace: sabe y reconoce que obra así porque elige hacerlo.

Cuando hace algo, "le conviene" -sea por la razón que


fuere-, realmente lo hace porque lo elige. Si se levanta tem­
prano para ir a trabajar, no diga "tengo que levantarme tem­
prano para ir a trabajar". Esta forma de expresarse la perci­
be su cerebro como algo impuesto. Diga "voy a... quiero...
decidí... elegí... deseo... levantarme temprano a trabajar". De
esta manera, usted reconoce que "maneja" esa situación.

Con algunas expresiones


nos convertimos en esclavos

Si dice "me gustaría o me convendría", está tomando el


control. Si dice "necesito", está negando su poder, está sien­
do esclavo. Tomar conciencia a tra­ El lenguaje, más que una
vés de su lenguaje de que aquello herramienta de
que calificaba de "necesario" pue­ conocimiento, es una

de ser una buena opción, aún más, herramienta de percepc ;-

la mejor o la más deseable, pero Marshall Me Luhar

S7
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

que podría arreglárselas sin tenerla. Inclusive, al oírse decir


algo diferente a "necesito", es decir, al no "necesitar" a esa
persona, esa cosa, ese trabajo, ese dinero, usted puede darse
cuenta de que algunas de las cosas que tan arduamente
busca pueden no merecer ni la mitad del esfuerzo que hace
para conseguirlas, ya que su vida no depende de ellas.
Un aspecto muy importante de crecimiento personal es
descubrir que muchas de las cosas que usted a través de su
lenguaje decretaba como indispensables, son opciones, bue­
nas opciones, mas no las únicas. Descubrir esto le devolve­
rá su liberdad.
Todas esas expresiones como "debo" y "no debo",
"debería", "no puedo", indican imposiciones o reglas y,
cuando las empleamos en nuestro lenguaje, aceptamos que
son axiomas tan verdaderos como que el sol sale por el
oriente y de esa manera nos imponemos nuestras propias
limitaciones. Seguramente hay otras conductas posibles
pero, una vez que nosotros las restringimos por la forma de
hablar, ignoramos esas posibilidades. Hay reglas que no lle­
van sino a atormentamos y a limitamos las opciones. Por
eso, es muy importante cuestionamos y evaluar las reglas a
las que estamos autosometidos. Si les aplicáramos las pre­
guntas: ¿qué pasaría si no lo hicieras? o ¿qué pasaría si lo
hicieras?, podríamos tener muchas sorpresas. Aquí tenemos
ejemplos:
"-Para ser una persona de éxito, tengo que ir a la univer­
sidad".
"-Tengo que pensar de esta manera, porque así me edu­
caron".
"-Debería estar ahorrando mucho más".
"-Nosotros no deberíamos confiar en ella".

88
Convierta los problemas en oportunidades

En todas estas frases aparece la regla que limita nuestra


conducta a una sola forma lícita de obrar. ¿Quién dijo que la
única forma de ser exitoso es siendo profesional?

Nadie puede producir en usted efectos


que usted no permita

Los seres humanos no somos como las máquinas: nadie


puede prender o apagar los controles de nuestros sentimien­
tos si nosotros no se lo permitimos; sin embargo, a veces
decimos que determinada persona "me hace sentir bien",
"me hace poner bravo", "me daña el día", "me hace sentir
feliz", "me da seguridad". Estas expresiones están atribu­
yendo nuestro bienestar o malestar a una causa externa, a
otras personas y entregándole el poder más íntimo que tene­
mos: el de manejar nuestras propias reacciones y sentimien­
tos.

Algunas personas se bloquean a sí mismas porque creen


que no son capaces de algo y que no hay alternativa. De esta
manera, no se permiten probar y correr ciertos riesgos.
Están hipnotizadas con su "no soy capaz" o "es imposible"
-expresiones que nos quitan el control-. Si dice "prefiero" o
"decidí no hacerlo", la persona reconoce que fue su deci­
sión y que, si hubiera querido, lo habría hecho.

Su percepción del mundo


tiene una “puerta” preferida

Como ya lo dijimos, el proceso de la comunicación


comienza con la percepción. La
percepción de la realidad pasa a Las palabras son la

través de los sentidos que son, congelación de la realidad.

como algunos poetas prefieren 11a- Timoti Learly

89
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

marlos, "las ventanas" o "las puertas" de nuestros ojos,


oídos, nariz, boca y piel.

Estas puertas corresponden a los cinco sentidos, y es


especialmente interesante saber que cada persona tiene su
"puerta preferida"; es decir, aun cuando las utilizamos
todas permanentemente para percibir la realidad, lo hace­
mos más a menudo por una vía que por las otras.

Para efectos de entenderlo mejor, los estudiosos de la


programación neurolingüística han llamado estas formas de
percepción "sistemas representativos" y los han agrupado
así:

Visual, auditivo y sensitivo. Este último comprende lo


que tiene que ver con lo que ocurre en nuestra piel y dentro
de ella, y además el sentido del gusto y del olfato.

Haciendo la aclaración de que no se trata de una forma


de "ser" sino de una forma preferencial de obrar, podríamos
decir que hay personas visuales, auditivas y sensitivas.

Nuevamente aquí se comprueba cómo las palabras que


nosotros seleccionamos para comunicamos no son escogi­
das al azar. Si tenemos más desarrollada una forma de per­
cibir que las otras, utilizaremos con mayor frecuencia el tipo
de lenguaje que la describe.

La gente que es más auditiva que visual o sensitiva, tien­


de a ser muy selectiva y cuidadosa en su forma de expresar­
se; habla de una manera pausada, rítmica y mesurada.
Como las palabras significan mucho para ellos, precisamen­
te por ser auditivos, son cuidadosos con todo lo que dicen,
y usan expresiones que refieren su experiencia al sentido del
oído: "eso me suena", "soy todo oídos", "eso armoniza",
"óigame". La gente que es preferentemente sensitiva tiende

90
Convierta los problemas en oportunidades

a ser aún más lenta al hablar que la auditiva. Su voz es pro­


funda y usa términos del mundo físico para referirse a cosas
abstractas como "pesadamente", "estar en contacto", "dar
una mano", "dar un empujón", "sólidamente"; formas
metafóricas que hacen referencia a estados que pueden
"sentirse", ya que su percepción preferida se centra en las
sensaciones.

Las personas visualmente orientadas se expresan con


palabras como "enfocar", "ver", "mirar", "mostrar", "acla­
rar", que nacen de su experiencia visual del mundo.

¿Cómo puede identificar


su sistema preferido?

Según los expertos en programación neuro-lingüística,


hay diferentes formas de hacerlo. Sin embargo, aquí vamos
a referirnos específicamente al lenguaje.

Los visuales describirán sus experiencias diciendo: "yo


veo lo que usted dice. Su punto de vista es muy claro y esta­
mos enfocados en los mismos aspectos". -Veo, punto de
vista, claro, enfocados- son palabras que hacen referencia al
sentido de la vista.

El auditivo diría: "todo me suena muy bien. Estamos en


completa sintonía y yo creo que podemos tener una relación
muy armónica. -Suena, sintonía, armónica-.

Y el sensitivo: "me impacta lo que usted dice, porque se


acopla perfectamente a lo que yo
Aunque recorramos el
siento". -Impacta, acopla, siento-.
mundo en busca de belleza,
Estos descubrimientos acerca si no la sentimos dentro,

de cómo funciona nuestra percep­ nunca la encontraremos.

ción y el hecho de que exista un sis­ Emerson


Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

tema representativo preferido en todos nosotros, son útiles


en muchas áreas de nuestra vida, en especial en situaciones
de interrelación entre personas.

Es común que sucedan cosas como estas entre las pare­


jas: supongamos que el marido es muy sensitivo. Llega a la
casa después de trabajar todo el día y desea "sentirse cómo­
do". Se recuesta en la cama, se quita los zapatos, coge el
periódico y acomoda las almohadas a su gusto -todas esas
conductas buscan "sentir" agradable la realidad-. En ese
momento, entra su esposa que es muy visual. También ella
ha trabajado todo el día y ha llegado antes que él para tener
tiempo de darle los últimos toques al orden, para que todo
se vea muy bien -disfruta "viendo" la realidad muy agrada­
ble-. Ella, de inmediato, percibe que algo "anda mal". Le
reclama al esposo por dejar los zapatos tirados y por haber
desordenado la habitación. Él se queja poique "es mi casa y
quiero sentirme cómodo".

Aquí hay un conflicto entre sistemas, básicamente de


comunicación. Cada uno está en su sistema y no alcanza a
entender la incomodidad que el otro siente por su con­
ducta.

Otra situación: él es visual y ella, auditiva. Ella está estre­


nando un vestido que compró, imaginándose lo que él diría
cuando la viera. Él la ve hermosa y se queda mirándola
embelesado y, sin decir nada, suspira. La mujer se molesta
de inmediato. No quiere hablarle y, por último, le reprocha:
"¿por qué a veces te quedas mirándome así y no me dices
nada?, ¿es que no te gustó mi traje nuevo? Yo creí que ese
era el color que te gustaba".

Ella necesitaba "oírle decir’ que estaba hermosa. Para él,


con una mirada "así", sobran las palabras.

92
Convierta los problemas en oportumdaoes

Usted puede aprender el idioma de los demás

Utilizamos nuestros sistemas representativos de la


misma manera como hablamos diferentes idiomas. Ningún
sistema representativo es mejor que otro: todos cumplen la
misma función. Sin embargo, hablar y entender igualmente
bien los tres idiomas: visual, auditivo, sensitivo, nos abre
muchas posibilidades en la comunicación, enriquece nues­
tro contacto con el mundo -podemos entenderlo y disfrutar­
lo más- y, al mismo tiempo, facilita enormemente la relación
con los otros.

Imagínese que usted, cuyo idioma nativo es el español,


ha aprendido bastante inglés y conoce algunas palabras en
francés; está en una reunión en la embajada del Canadá,
donde se hablan inglés, francés y español. Usted no conoce
a la gente y no tiene ninguna preferencia por nadie.
Simplemente, está buscando un interlocutor. ¿Con quién se
sentiría más a gusto?

Seguramente con alguien que hable español o, si esto no


es posible, con quien hable inglés. Le parece que con esta
persona tiene algo importante en común, aun cuando ni
siquiera la conozca.

En nuestras relaciones de todos los días sucede lo mis­


mo. Si usted es primordialmente visual, bastante sensitivo y
más bien poco auditivo, se entenderá mucho mejor con
quien le hable en su propio idioma: el visual.

La comunicación comienza a facilitarse cuando las dos


personas hablan en un código que les es familiar.

Si alguien habla y comprende Aunque no lo veamos, el se!

bien los idiomas visual, auditivo y siempre está.

sensitivo, ha enriquecido su per- Joaquín Tello

93
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

cepción para disfrutar la realidad a través de todos sus sen­


tidos y tendrá una ventaja gigantesca en la comunicación
con los demás.

Entrénese conscientemente
Aprender el idioma de un sistema representativo no
requiere sino del entrenamiento consciente de su percep­
ción. Identifique su sistema preferido y planee la manera
que le resulte más práctica para estimular los otros dos hasta
llegar al nivel del que actualmente considere el dominante.
Haga conciencia de los estímulos auditivos que hay en sus
experiencias. Trate de recordar con todo detalle los estímu­
los visuales que estuvieron presentes en una determinada
situación pasada. Deténgase e identifique sus sensaciones
ante cualquier vivencia.
Si su percepción se amplía y enriquece, su lenguaje
incluirá estas experiencias. Si usted incluye conscientemen­
te en su lenguaje las expresiones propias de los otros siste­
mas representativos, comenzará a ser más sensible a este
tipo de estímulos.
Teniendo en cuenta estos conceptos, se pueden lograr
extraordinarios resultados en ventas, en educación y en
comunicación por medios masivos. Para venderle a alguien
hay que "llegarle" a través de su sistema preferido.
En educación, el uso consciente de la teoría de los siste­
mas representativos es de gran importancia. Muchos escola­
res tienen problemas de aprendizaje, sencillamente por falta
de coincidencia entre el sistema representativo del alumno y
el del maestro.
Si el profesor está pendiente de utilizar recursos para que
cada alumno reciba la información por su sistema preferido

94
Convierta los problemas en oportunidades

tendrá un gran resultado. La estrategia es utilizar volunta­


riamente el lenguaje y pasar por expresiones de cada siste­
ma; además, presentar equilibradamente las ayudas visua­
les, auditivas y vivenciales, y también tener en cuenta la
posibilidad de hacer evaluaciones orales, escritas y prácticas
que los incluya a todos.

Otra gran ayuda para un alumno será que su profesor


pudiera guiarlo para describir, con base en su sistema repre­
sentativo preferido, cuál sería, en su caso específico, el mejor
método para estudiar:

- Leyendo en voz alta, para los auditivos.

- Haciendo resúmenes escritos, para los visuales.


- Actuando, palpando, haciendo práctico el estudio,
"sintiendo" la información, para los sensitivos.

Su comunicación puede llegar


a todos los canales
Otra área en la que se conoce y se aplica la teoría de los
sistemas representativos es en publicidad. Conscientemen­
te, se escogen estímulos para impactar todos los sentidos y
esto da el resultado deseado.

Periodistas, conferencistas, escritores, líderes de grupos


y comunicadores, en general, pueden hacer más efectiva su
comunicación si balancean el lenguaje con el que llevan sus
mensajes. Es importante incluir los tres grupos de expresio­
nes, ya que, de esta manera, se "enganchará" a todas las per­
sonas, no importa por qué canal estén sintonizándose según
su sistema preferido.
No basta una actitud
Cualquier tipo de relación in- positiva, es indispensable
terpersonal es susceptible de mejo- una acción constructiva.

95
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

rar sustancialmente utilizando estos conocimientos. Una


vez que usted haya identificado claramente su propio siste­
ma representativo, y el de las otras personas -al final del
capítulo señalaremos ejercicios para hacerlo- y esté cons­
ciente de ello, puede aprender a manejar su lenguaje y a
hablar el idioma de la otra persona en aquellos momentos
en que usted considere que es importante una forma adicio­
nal de entendimiento entre los dos.

PALABRAS DE LOS TRES SISTEMAS

VISUALES AUDITIVAS KINESTÉSICAS


Ver Oír Sentir
Mirar Escuchar Tocar
Vista Sonido (s) Asir
Mostrar Musicalizar Agarrar
Vislumbrar Armonizar Deslizar
Revelar Sintonizar/ Enganchar
Prever Desintonizar Golpear
Iluminar Ser todo oídos Contactar
Parpadear Evocar Lanzar
Claro Silencio Duro
Enfocado Audible Concreto
Nebuloso Resonar Raspar
Centelleante Melifluo Inamovible
Claro como agua Disonancia Sólido
Destello Afinar
Desoído

Al pan, pan y al vino, vino

¿Ha tenido alguna vez la experiencia de relatarle un pro­


blema a un amigo que, inmediatamente, le da una solución
en la que usted nunca había pensado? Muchas veces no es
que esa persona sea muy inteligente ni que tenga una facili­
dad especial para encontrar soluciones. Lo que pasa es que

96
Convierta los problemas en oportunidades

tiene una percepción distinta de la suya y, por eso, tiene alter­


nativas que a usted no se le habrían pasado por la cabeza.

¿Sabe dónde está la clave de esta percepción diferente?


En el lenguaje.

Cuando los seres humanos nos comunicamos a través


del lenguaje, cuando hablamos,'argumentamos o escribi­
mos, por lo general no estamos conscientes del proceso de
selección de palabras que utilizamos para representar nues­
tras experiencias. Si usted es profesor, padre de familia, si
maneja personas a cargo, si es líder de algún grupo, si tiene
amigos que acuden a usted para pedirle apoyo o, simple­
mente, si quiere tener mayor claridad en el planteamiento y,
por consiguiente, en la solución de sus problemas o de los
de otras personas, y quiere aprender a utilizar estas herra­
mientas lingüísticas que mencionamos, vamos a darle algu­
nas claves para que lo haga.

Sea específico

La clave de esta técnica es muy sencilla: debemos ser


muy exactos en la forma como hablamos. ¿Qué quiere decir
esto? En cualquier idioma en que nos expresamos, los seres
humanos utilizamos un proceso de pensamiento que se
refleja en el lenguaje y se llama generalización. Podríamos
definirlo como el proceso de trasladar un conocimiento a
muchos otros similares pensando que, en todos los casos, las
características o los resultados van a ser los mismos que en
el primero. Dicho de otra manera, generalizamos cuando
tenemos una experiencia y creemos que las demás experien­
cias que tengan características Si no sabe para dónde va.
parecidas van a ser un duplicado no hay camino que lo
de esta. Si vemos que una mujer Mahorna

97
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

comete un error al conducir un automóvil, tendemos a gene­


ralizar: "las mujeres son muy torpes para manejar". Si escu­
chamos a alguien de determinada región hablar en tono
muy alto, concluimos: "los de tal parte hablan a gritos". Si
actuamos de manera poco brillante en una ocasión en la cual
teníamos que hablar en público llegamos a pensar: "soy
pésimo para hablar en público".

Usamos generalizaciones porque son útiles para noso­


tros, ya que así no tenemos que aprender nuevamente todas
las veces que estemos ante una experiencia similar.

Sin embargo, las generalizaciones son peligrosas, y las


que hacemos con nuestro lenguaje pocas veces se ciñen a la
verdad:

"-Mi pareja nunca es amable conmigo".

"-Nadie me pone atención cuando hablo".

"-Todas las veces haces lo mismo".

"-Mi pareja nunca me da gusto en lo que quiero".

"-Mi jefe todo lo resuelve de esa manera".

"-No sirven para nada".

Cuando generalizamos estamos ignorando la excepción


a la regla y en esas excepciones, muchas veces, están las res­
puestas o las alternativas que pueden ayudamos a descubrir
otra realidad.

Palabras como "todo", siempre", "nunca", "cada vez",


"cualquier", "jamás", nadie", "ninguno", "nada", pueden
estar indicándonos generalizaciones. Casi siempre estas
palabras engañan porque distorsionan la realidad y, ade­
más, cierran las puertas a las soluciones de los problemas.

98
Convierta los problemas en oportun:oaoes

Si usted desea descubrir las generalizaciones que hay


detrás de sus palabras o de las de otras personas, podrá
hacerlo. Supóngase que un amigo suyo, que es profesor,
viene angustiado y le dice: "definitivamente, no puedo más
con los alumnos de esa clase. Nadie me pone atención cuan­
do hablo. Voy a tener que renunciar a mi puesto". Usted
puede apoyarlo si le ayuda a que perciba la realidad sin
generalizaciones.

Hay varias formas de hacerlo. Una sería diciéndole:

"-¿Nadie nunca en ese grupo te atiende?" (La estrategia


aquí es poner especial énfasis en la generalización descrita
por su amigo, exagerándola con el tono de voz o comple­
mentándola con otras del mismo tipo, para ayudarlo a iden­
tificar la generalización que hay en su planteamiento del
problema).

"-No. Claro que nadie no. Hay un grupito que sí está


interesado".

"-Entonces, ¿quién específicamente no te pone atención


cuando hablas?"

"-Los que se sientan en la parte de atrás, que siempre


están hablando y pasándose papeles y nunca participan en
clase".

"-¿Te acuerdas si alguna vez Bueno, en primer lugar


alguno de ellos ha hecho alguna quiero que entiendas que
pregunta en clase? (Cuando ayu­ no existe un camino hacia
damos a que la persona identifique la felicidad, la felicidad es el
siquiera una excepción a la genera­ camino, la diferencia estriba
lización que hace, logramos que se en cómo decides tú pensar
forme una idea más real de su pro­ en cada momento.

blema). Wayne Dyer

99
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

"TODO EL MÜMDO
ESTA CONTRA MÍ".

"-Sí, una que otra vez se interesan. Sobre todo cuando no


está el gordito ese que es el que los distrae".

"-¿Cómo obra específicamente el gordito para distraer­


los?

"-¿Qué puedes hacer específicamente para que el gordi­


to no haga lo que hace?

Al final de esta conversación, el problema está delimita­


do a un individuo y a una conducta que el profesor puede
considerar mucho más manejable.

Utilizando el mecanismo de la especificación, encontró


una nueva alternativa para su problema. La solución estaba
escondida detrás de sus propias generalizaciones.

100
Convierta los problemas en oportunidades

Cuando nosotros decimos "todas las veces", "todas las


personas", "todo el tiempo", "todo", "nunca", "nadie",
"siempre", "nada", "todos", estamos seguros de que eso es
verdad y comenzamos a buscarle solución a un problema
que sólo existe en nuestra cabeza. El problema real es de
proporciones menores.

Al utilizar este método para aclarar problemas, usted


debe estar consciente de que es el otro el que va a encontrar
la forma específica de ver su situación. No es necesario que
comprenda cómo es el mecanismo de la generalización.
Simplemente, con cambiar su lenguaje cambia su percep­
ción del problema.

Si usted usa esta herramienta en una forma comprensiva,


sin reprochar ni tratar de "enseñarle" al otro a hacer las
cosas, con sólo preguntar la persona misma va a replantear
su forma de percibir la situación.

Este mismo proceso es válido para encontrar nuevas


perspectivas a nuestros problemas personales. Cuando
usted vea muy difíciles las cosas, pregúntese:

- ¿Qué me molesta específicamente de esta situación?

- ¿Cómo se manifiesta específicamente esto?

- ¿Qué pasaría si... hiciera o no hiciera?

ÉéÉR MI
SEGUNDA PARTE

EL MODELO QUE UTILIZAN


QUIENES CONVIERTEN SUS
PROBLEMAS EN
OPORTUNIDADES
EL MODELO QUE UTILIZAN
QUIENES CONVIERTEN SUS
PROBLEMAS EN OPORTUNIDADES

fectividad es producir la mayor cantidad de resulta­

E dos, con la menor inversión en tiempo, dinero y ener­


gías. Es decir, aprovechar al máximo los recursos dis­
ponibles.

Esto se aplica en todos los campos: financiero, industrial,


agrícola, deportivo y, también, en lo que se refiere a la con­
ducta humana.

De la misma manera que se sabe cuál es el método para


correr los cien metros planos sin desperdiciar energías o
para retinar un barril de petróleo y obtener los mejores
resultados o para hacer ventas millonarias, se ha investiga­
do cuál es la forma más universal y efectiva para obtener lo
que queremos en la vida. No se trata de "magia" ni de
"suerte", más bien, estamos hablando de un método, de una
forma de hacer bien las cosas.

Muchos estudios realizados en diferentes culturas, con


personas dedicadas a las más variadas disciplinas y con los
más disímiles propósitos, han llegado a sintetizar algunos
puntos importantes que, podría decirse, son como el patrón
o método utilizado por una gran cantidad de personas pro­
minentes y reconocidas, que han obtenido maravillosos
resultados en su vida.

Sin embargo, cuando se tratan Un hombre sin un sueño y


temas como el éxito, la efectividad, un plan, es un hombre sin
"lograr resultados", a veces parece futuro.

que se clasificara a las personas en Kerneth Walter

105
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

un extremo o en el otro, como si existieran, de un lado, los


grandes hombres, los ejecutivos exitosos, los pensadores
brillantes, y del otro, la gente común y corriente, y los úni­
cos que produjeran resultados valiosos fueran los primeros,
negando así el logro de millones de personas que día tras
día, utilizando el mismo modelo, tal vez sin saberlo, produ­
cen resultados deseables en su vida.

Todos los seres humanos estamos produciendo resulta­


dos permanentemente, muchos de éstos valiosos para noso­
tros y para nuestro medio.

Debido a factores que hasta ahora posiblemente no ha de­


finido, usted puede haber hecho todo lo necesario para alcan­
zar el éxito y, sin embargo, no lo ha conseguido -aun cuando
todos logramos el éxito en alguna forma- Esto tiene que ver
con el "cómo" actúa en su intento por obtener lo que quiere.

Lo que vamos a presentarle en los capítulos siguientes es


un método para que usted descubra los patrones de conduc­
ta que lo apoyan, y que maneje los que lo sabotean.

Tenga sus metas claras

Para algunas personas es totalmente claro que el deter­


minar lo que se quiere es un elemento primordial para
lograr resultados. Usted puede saber qué tan cerca está del
lugar a donde va, solamente si sabe para dónde va. Por eso,
el primer paso para lograr sus propósitos es saber cuáles son
esos propósitos.

Obre consistentemente con sus metas

El segundo elemento es la acción consistente. De nada


sirve que tengamos claro hacia dónde queremos ir si no

106
Convierta los problemas en oportunidades

empezamos a caminar en esa dirección. Un viaje de mil kiló­


metros comienza con el primer paso. Cuando usted lo haya
dado y haya resuelto los primeros detalles, tendrá la sensa­
ción, no solamente de que se ha acercado hacia su objetivo,
sino de que ha hecho el movimiento más importante:
comenzar a actuar.

Muchas personas esperan tener la fuerza interna -entu­


siasmo, motivación- suficiente para actuar, cuando en reali­
dad es a través de la acción como encontramos, expresamos
y reconocemos la gran fuerza que tenemos.

Quizás usted conoce algunas historias de personas que


se subestimaban a sí mismas y pensaban que nunca podrían
hacer las cosas tan bien como otras a quienes admiraban,
pero ante una situación inesperada se vieron forzadas a
actuar y en la medida en que lo hicieron, fueron encontran­
do más y más su fuerza, su capacidad, llegando, inclusive, a
superar con creces a aquellos que eran su modelo y veían
tan lejos de sus "limitadas capacidades".

Son frecuentes las anécdotas de mujeres dedicadas al


hogar y al cuidado de sus hijos que, inesperadamente, pier­
den el apoyo económico de su pareja y se ven urgidas a
suplir las necesidades de su familia. En poco tiempo se con­
vierten en personas productivas económicamente o en exi­
tosas mujeres de negocios.

Parece algo mágico que estas personas, sencillamente a


través de la acción, expresen cualidades y fortalezas que, sin
actuar, no las hubieran sospechado. No quiere decir esto que
haya sido fácil sino que, con la Muchas cosas no se
acción, se encuentran la fuerza y pueden averiguar

las opciones para resolver cual­ pensando, hay que vivir as

quier dificultad. Michael Ende

H¡7
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Comprométase a fondo con lo que hace

El tercer elemento para lograr la efectividad es la pasión,


definida como la fuerza, la intensidad, el compromiso, el
sentido de aventura, la disposición permanente a disfrutar
el proceso. Si nos centramos únicamente en la meta como lo
importante, vamos a sentirnos ansiosos, angustiados,
muchas veces frustrados, porque nos dirigimos sólo a lo que
nos falta. En cambio, si tenemos la meta como un punto de
referencia estable y claro, pero también nos abrimos a dis­
frutar la aventura que significa conseguir lo que queremos y
a celebrar cada pequeño logro, a reconocer cada avance, a
superar cada dificultad, a reconocer lo mucho que estamos
aprendiendo acerca de nosotros mismos y de nuestro
medio, estaremos disfrutando cada día de nuestra vida,
dándole sentido a cada circunstancia.

Disfrutar el proceso es disfrutar el ahora, el presente, que


es el único que verdaderamente tenemos.

Si usted le pregunta a un artista o a un hombre de nego­


cios cuál es la razón fundamental por la que hace su traba­
jo, posiblemente responderá que disfruta, se enaltece, se rea­
liza haciendo lo que hace; que se siente creativo y poderoso,
y que su éxito se lo atribuye a "la forma" como se entrega a
su actividad.

No hay nada que sea aburrido o excitante por sí mismo:


lo que determina esto es la forma como usted lo hace, y sus
resultados dependerán de esto.

Busque siempre el balance

El cuarto elemento es el balance. Tan importante como


lograr lo que queremos es mantener lo que tenemos, lo que

108
Convierta los problemas en oportunidades

nos gusta y apreciamos de nuestra vida. Hasta hace poco, la


meta fundamental era el logro, pagar el precio que fuera por
el éxito. Se pensaba que tener una vida profesional exitosa
excluía el tener una buena relación familiar.

Sin embargo, cada vez más, las nuevas teorías de admi­


nistración tienen en cuenta al individuo en su totalidad. Las
dificultades familiares afectan la calidad del trabajo. Si usted
tiene una dificultad con su pareja en la mañana, quizá le sea
más difícil llegar tranquilo y optimista en su trabajo y, al
contrario, si está teniendo dificultades con su jefe, esto
puede afectar la forma como usted disfrute en su hogar.

¿Cómo cree que funcionaría una persona que comiera y


no durmiera, o que se alimentara únicamente con líquidos o
con sólidos? Le pareciera un poco raro; tal vez pensaría que
está enferma, o que necesita balancear lo que está haciendo.

Esto nos parece obvio en áreas que quizá balanceamos


naturalmente. Sin embargo, el ser humano en la sociedad
occidental, muchas veces requiere balancear sus actividades
en las distintas áreas que conforman sus intereses: familia,
salud, trabajo, comunidad, desarrollo personal y aspecto
espiritual, para alcanzar una efectividad armónica y total.

Para obtener resultados con este modelo todo lo que se


requiere es querer aplicarlo. Muchas personas, después 'de
haber trabajado con nosotros este método en algún semina­
rio, nos cuentan anécdotas maravillosas, o nos escriben
diciéndonos que en sus casos también ha funcionado.
CAPÍTULO VI

CUANDO EL PROBLEMA ES QUE


USTED NO SABE LO QUE QUIERE

i usted se propone armar un rompecabezas de 500

S fichas que no tiene ninguna figura, ¿cuánto tiempo va


a tardar en lograrlo? Y si el rompecabezas que va a
armar tiene un diseño abstracto, muy poco definido y que
usted francamente no reconoce, ¿cree que va a ser fácil el
proyecto? Pero si al contrario, lo que va a armar es un rom­
pecabezas con una figura clara y detallada, ¿cuál de los tres,
en el caso de que todos tengan exactamente la misma canti­
dad de fichas, cree que sería más sencillo de completar? La
respuesta es obvia. Mientras más claro tenga usted lo que
quiere lograr, mucho más fácil le será.

Algunas personas oyen hablar de metas y piensan que


esto no tiene nada que ver con sus vidas. Les parece que se
trata de instrumentos para vendedores, empresarios o
deportistas que necesitan ir evaluando sus progresos. Sin
embargo, las metas son importantes para lograr cualquier
resultado.

Todos conocemos a personas que avanzan con paso


firme hacia sus objetivos y otras que caminan arrastrando
los pies y nos parece que nunca se ponen verdaderamente
en marcha. Estas últimas no es que sean perezosas ni medio­
cres, es que no saben lo que quieren ni cómo descubrir.o.

111
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Para muchos, lo más cercano que han tenido a una meta


es lo que llamamos "los propósitos de fin de año". Algunas
frases comunes en la noche de Año Nuevo resumen lo que
muchos desean lograr: "mi meta es que me vaya bien este
año", "que progrese", "que no me pase nada malo", "que no
me enferme", "que me aumenten el sueldo", "que estén
buenas las ventas", "que se me presente una buena oportu­
nidad", "que se me presente una buena pareja". Planteados
así nuestros deseos, parecería que nada tienen que ver con
nuestro poder para crear lo que queremos. Estar esperando
a que otros decidan por usted, a que se le presenten las
oportunidades, a que le reconozcan sus valores y a que otros
le digan qué hacer con su propia vida, es estar negando que
usted es quien tiene la responsabilidad de hacerlo.
El primer paso, y posiblemente el más importante para
alcanzar sus objetivos, es DECIDIR LO QUE QUIERE. Y esto
debe diferenciarlo de lo que cree que debe querer y de lo que
otros creen que usted debe querer. Lo realmente importante
es lo que usted, íntimamente, desea de la vida.*
Todo lo que no ha alcanzado en su vida es porque no lo
quiere o no lo quiere suficientemente. Usted, seguramente,
tiene muchas anécdotas que comprueban esto. Recuerde
alguna ocasión en la que usted decidió que quería algo y lo
logró. Estaba definitivamente convencido de que eso era lo
que deseaba, y sabía cuándo quería tenerlo. Sin embargo,
algunas personas a su alrededor le derían: "estás loco; no
tienes plata ni tiempo ni contactos para lograrlo, eso no es
para ti"... y, posiblemente, ante eso usted respondía: "no sé
cómo lo voy a lograr, sólo sé que lo voy a lograr". Y lo más
seguro es que asi fue.
Si pudo obtener esa meta "extraordinaria", quiere decir
que usted tiene todas las condiciones en sí mismo para

112
*
Convierta los problemas en oportunidades

lograr sus objetivos. Aún más, usted tiene las mismas condi­
ciones de las personas que han logrado grandes resultados:
lo importante es que las reconozca y las utilice.

Permítase soñar

Si usted se concede suficiente tiempo y concentración


para leer lo que sigue y realiza los ejercicios que vamos sugi­
riendo, puede estar seguro de que, al final del capítulo,
habrá aprendido muchas cosas acerca de sí mismo, de sus
objetivos y aspiraciones.

Lo primero que tiene que hacer para averiguar lo que


/Cálmente desea es permitirse soñar. Aun cuando se puede
decir que todos los seres humanos usamos con alguna fre­
cuencia nuestra imaginación y fantasía, no todas las perso­
nas se permiten soñar y, quizás, por eso, no han identificado
todavía qué es lo que "prende" sus motores internos.
Algunos piensan que los soñadores son los niños, los borra­
chos o los poetas. Sin embargo, los grandes visionarios, los
empresarios, los inventores, los líderes políticos o religiosos,
han soñado. A veces sueños "absurdos" para los demás,
porque no tenían sustento en la realidad. Pero a partir de
esos sueños, empezaron a familiarizarse con la idea, a creer
que era posible y, poco a poco, la fueron aceptando y vien­
do más y más cercana, hasta que un día, dejó de ser un
sueño, porque ellos la convirtieron en realidad.

Lea este párrafo, luego cierre sus ojos por un momento y


olvídese de sus circunstancias ac­ No es que haya personas
tuales: usted ahora es el amo de un más sabias que otras, es
reino maravilloso -el país de los que hay personas que
sueños- y allí se puede lograr cual­ reconocen más su proota
quier cosa que se le ocurra: TODO. sabiduría.

113
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

¿Qué desea para su vida? Deje volar su imaginación sin


ponerle límites, sin censuras. Recuerde que está pensando
como un rey. Despréndase de lo que es y ha sido. Olvídese
de las circunstancias en que vive. De las limitaciones econó­
micas o de cualquier tipo. De lo que usted califica como sus
debilidades o falta de carácter. Olvídese de la obligación de
ser realista... En este momento no importa si usted nació en
el campo; si no tiene la preparación suficiente; si sus condi­
ciones físicas actuales no le permiten llevar a cabo sus sue­
ños... Concédase el derecho de tenerlos. Con esto no perju­
dica a nadie y puede estar dando el primer paso para una
vida satisfactoria y feliz... ¿A dónde quiere llegar? ¿Qué es
suficientemente importante o motivador para usted, que
merezca dedicarle su vida? Cualquier cosa que desee, déje­
la tomar forma en su mente. Permítase soñar.

Escriba ahora lo que pensó, sin juzgarlo ni negárselo.


Algunas personas tienen sueños de grandeza, de poder, de
abundancia, pero sienten pudor ante ellas mismas y piensan
que es "demasiado" o "atrevido" o "loco" o "desconsidera­
do con su familia" tener esas ambiciones. Estos calificativos
que les damos a los sueños pueden matar nuestros verdade­
ros deseos. El "tamaño" de nuestras ambiciones no tiene por
qué ser motivo para juzgarlas inadecuadas.

En el libro Cómo alcanzar sus objetivos con éxito, la psicó-


loga norteamericana Joyce Brothers explica una técnica
que ella ha desarrollado para ayudar a mucha gente a
determinar qué es lo que realmente quiere en la vida. La
llama "la técnica de la lista rápida" y aclara que si una per­
sona se dedica a reflexionar acerca de lo que quiere hacer,
si se dedica a escribir "sus deseos", como cuando Aladino
estaba ante la lámpara maravillosa, está pidiendo cosas
concretas. Al mago de la lámpara no podríamos pedirle "la

114
Convierta los problemas en oportunidades

SOÑAR ES COMENZAR A CREAR.

felicidad", él sólo tiene poder para concedemos deseos


concretos.
Técnica de la lista rápida: tome una hoja de papel y un
lápiz; ahora, rápidamente, como si de verdad estuviera allí
el mago que va a concederle tres deseos y va a desaparecer
en 15 segundos, escriba lo que más quiera en el mundo. No
se detenga a pensar. Simplemente, escriba sus deseos.
¿Ha aprendido algo de usted mismo? La autora de la téc­
nica recomienda que así sepa o no lo que desea, siga practi­
cando este método durante un Si de noche lloras por e*
tiempo. Todas las veces que se sol, no verás las estreias.
acuerde, vuelva a hacer la lista y Tagore

»
11S
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

guárdela en un cajón de su escritorio o en un sitio adecuado.


Seguramente cada vez que la haga variará. Después de un
tiempo, si no sabía qué era lo que más deseaba en el mundo,
analizando sus listas tendrá una idea.
Hay algunas variables o complementos para esa lista
rápida: sin detenerse a pensar, escriba los nombres de las
tres personas a las que más quisiera parecerse; quizás haya
personas a las que usted admira en un área determinada y
no comparte cómo manejan otros aspectos de sus vidas.
Entonces, en lugar de invalidar todo lo que hacen, aprenda
o imite lo que a usted le gusta, e ignore lo que no le parece.
Otra variante: escriba las tres cosas más hermosas que le
hayan dicho sobre sí mismo, o los tres logros de los que se
sienta más orgulloso. Diga la verdad, sea completamente
honesto. Estas listas son para que las lea usted solamente.
Recopile lo que ha escrito y mire qué le está diciendo todo
este material sobre sus objetivos y aspiraciones en la vida.

Un caso de la vida real


Luis Jorge Santos Morales, director y dueño de una de las
academias de idiomas más próspera y reconocida en
Colombia, comenzó a trabajar en sus objetivos desde la
niñez. Se educó en un pueblo de menos de cinco mil habitan­
tes, donde parecería que los horizontes para cualquier joven
serían bastante limitados. Un día, por casualidad, escuchó
casi sin querer una conversación entre su padre y un profe­
sor. El primero aseguraba enfáticamente que después de los
resultados de la guerra la Segunda Guerra Mundial) el reto
era aprender inglés. "El que no lo hable se quedó atrás".
Esta frase, en labios de alguien tan respetado y admira­
do para él como su padre, fue suficiente. Tenía seis años y
decidió que no iba a quedarse atrás.

116
Convierta los problemas en oportunidades

Ni siquiera pensó en los inconvenientes y limitaciones


que tenía para aprender inglés debido a las circunstancias.
Utilizó todo lo que pudo para servirle a su meta.

A altas horas de la noche, con un radio de pilas, lograba


sintonizar la Voz de los Estados Unidos. No sabía qué de­
cían pero decidió aprenderse de memoria la publicidad por­
que eran mensajes repetidos. No sólo no tenía profesor, sino
que en el pueblo nadie podía decirle cuál era el significado
de estas frases que repetía día y noche. Pero no se desanimó.
Sabía lo que quería lograr y estaba seguro de que valía la
pena cualquier esfuerzo.

Sin conocer la ortografía trataba de identificar en un dic­


cionario palabras que nunca antes había visto escritas.

Buscó salidas por todas partes. Si una no le funcionaba,


ensayaba otra. Al ver su deseo de triunfar, los profesores y
los adultos del pueblo lo apoyaban aportándole todo el
material en inglés que caía en sus manos. Algunas de sus
decisiones fueron muy acertadas, otras menos. Memorizó
totalmente un diccionario de habla inglesa y a esto le dedi­
có todos los ratos de descanso y bastantes de los de sueño
durante más de un año. Cuando un fotógrafo norteamerica­
no llegó a Zapatoca (Santander), el pueblo donde Luis Jorge
estudiaba, éste, que ya para entonces era adolescente, sintió
que había llegado su momento. Con los conocimientos que
tenía se le presentó y ofreció sus servicios como traductor. El
fotógrafo aceptó y fue su primer empleo.

Trabajaba con tanto entusiasmo Para hacer que un gran


que avanzaba a pasos gigantescos. sueño se convierta en
Cuando se graduó de bachiller realidad, primero hay que
tuvo el coraje de presentar el exa­ tener un gran sueño.

men de una universidad nortea- Hans Selye

117
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

mericana en el que evaluaban los conocimientos de inglés.


Obtuvo el puntaje máximo. Tenía 18 años y sin haber salido
de su pueblo, dominaba el inglés tan bien como un esta­
dounidense.
La historia continúa hasta el día de hoy en que Luis Jorge
lee, escribe y habla sin acento cuatro idiomas, además del
español, su lengua materna y ha desarrollado un novedoso
y efectivo sistema para aprender inglés que ha sido recono­
cido por varios centros mundiales de idiomas.

LA PERSONA QUE TIENE LA PERSONA QUE NO TIENE


METAS CLARAS METAS
Se siente entusiasmada su Se siente aburrida, desmotivada,
vida es intensa y todo le le carece que ai su vida "no pasa
parece interesante. nada interesante".
Sabe que es quien crea las Esta escorando que se "le pre­
oportunidades y quien elige sente la oportunidad", que los
lo que quiere hacer. demás digan "qué van a hacer
Acepta hacer únicamente lo conmigo'.
que apoye sus metas, a corto Acerca cualquier cosa que le pro-
o largo plazos. portgan v que le parezca intere­
Como sabe para dónde va. sante en el momento.
puede elegir rápidamente Arre varios intereses, se siente
cuando se le presentan ¿r.¿r-sr.ada y confundida porque
varias alternativas. no sabe qué hacer, ya que no ha
Es creativa y original opti­ establecido sus propias priorida­
miza su tiempo y sus recur­ des.
sos para lograr k* mewres Tiene baja energía y poca creati-
resultados. vidad porque hace apenas lo
Tiene una gran disposición a necesario para "mantener el
tomar nuevos pasos, a ensa­ motor prendido".
yar, a aprender de sus erro­ Tiene muy poca disposición a
res. tomar riesgos, ya que como no
cree que puede crear su propio
futuro, se dedica a cuidar lo que
ya tiene pues considera que ha
sido "muy de buenas" al tenerlo.

118
Convierta los problemas en oportuntcaoes

Aproveche la secretaria ejecutiva que tiene


dentro de su cerebro

Hasta este punto, usted ha aclarado algunos de sus


deseos. Sin embargo, entre un deseo y una meta hay un gran
trecho: usted puede tener el propósito de orientarse hacia un
trabajo que tenga que ver con la gente -no con máquinas,
con números o con libros-. Si va a formular un deseo como
meta, diría: "quiero trabajar como médico, abogado, psicó­
logo, docente o...".

Tener nuestras metas claras es tan importante que, si no


lo hacemos, estamos desperdiciando una maravillosa herra­
mienta puesta dentro de nuestro cerebro, precisamente para
ayudamos a alcanzar objetivos, y que se llama "sistema reti­
cular". Louice E. Tice se refiere a ella con una simpática
metáfora: el sistema reticular -asegura él- es como una
buena secretaria ejecutiva: sabe a quién puede permitirle ver
a su jefe. Su trabajo es determinar cuáles de los cientos de
mensajes que bombardean simultáneamente nuestro siste­
ma nervioso son los importantes para nosotros. A éstos les
permite llegar hasta nuestra conciencia.

Si usted, que es el jefe de su sistema reticular, le aclara de


antemano qué es lo que desea lograr (sus metas), él le dará
prioridad en la selección a eso que usted determinó que
tenía valor. Un reconocido ejemplo del trabajo de nuestro
sistema reticular es el de la mamá que duerme en la habita­
ción contigua a la de su bebé enfermo y que ni los ruidos de
la calle ni el televisor encendido ni Una vez que conozcas el
una conversación en tono subido fin, puedes Idear los
de sus vecinos logran despertar, medios; el fin no justifica los
pero en cuanto el bebé tose, ella medios, los suministra.

queda sentada en la cama. No es Idries Sha

119
Carlos Devis, Maria Mercedes de Beltrán

que la tos del pequeño sea más fuerte que el ruido del tele­
visor, es que su cerebro está programado para recibir esa
información que le interesa por encima de todo.

Muchas veces nos ha sucedido que cuando decidimos


comprar un objeto determinado, o estamos buscando un
instituto para aprender algo, o vamos a montar un negocio,
nos sorprendemos de la cantidad de "esto" mismo que aho­
ra encontramos. Como si de un momento a otro se hubiera
puesto de moda. Lo que sucede es que, como ahora nos inte­
resa, nuestro sistema reticular está percibiendo esos datos
que antes eran indiferentes para nosotros.

Su sistema reticular, un radar


que hay que programar

Otra gran ayuda que nos presta el sistema reticulár es


que está en alerta permanente, no importa si usted está ocu­
pado en otras actividades: una persona va en su automóvil
a hacer alguna compra y está lloviendo. Al instante piensa
que sería magnífico encontrar un sitio de estacionamiento
bien cerca del almacén, donde no tenga que mojarse. Sin
embargo, va enfrascada en una interesante conversación con
su acompañante. De pronto, encuentra un sitio vacío justo al
frente del almacén y, de manera casi automática, empieza a
estacionar allí su automóvil sin interrumpir ni distraer por
un momento la conversación.

Si esta persona no hubiera tenido claro que deseaba par­


quearse lo más cerca posible a la entrada del almacén y
pasara en su automóvil con la decisión de entrar a un esta­
cionamiento situado media cuadra más adelante, la opción
de detenerse justo al frente de la puerta del almacén habría
pasado totalmente inadvertida para ella. Así trabaja nuestro

120
Convierta los problemas en oportunidades

sistema reticular. Si le aclaramos lo que queremos, se con­


vierte en un aliado maravilloso, si no, estamos desperdician­
do su potencial.

¿Cuántas veces ha ido usted de compras para Navidad y


aun cuando ha gastado una tarde entera visitando almace­
nes, ha regresado a su casa sin nada? ¿Por qué no encontró
nada? Porque usted no decidió de antemano lo que deseaba.
No programó su sistema reticular. Seguramente si tuviera
muy claro que iba a comprar un carro de pilas para su sobri­
no, que costara hasta... y un suéter para su hijos más o
menos de tal precio, habría ido directamente a donde se
encontraban o, simplemente, pasando por las vitrinas, su
sistema reticular le habría indicado "aquí hay uno" y "aquí
hay otro" y "otro". Pero, si no sabía lo que quería, pudo
haber tenido al frente muchos suéteres y no haberse perca­
tado de ello.

Antes de que usted pase al ejercicio de formular por


escrito sus metas, vamos a darle algunas claves que le ayu­
darán a convertir en meta un simple deseo o interés

Plantee sus metas en términos positivos

Hay conductas de nosotros mismos que nos molestan y


quisiéramos cambiar. Cuando nos proponemos hacerlo,
pensamos que nuestra meta sería no tener esa determinada
conducta. Sin embargo, es más efectivo decir: "quiero tener
buen genio" que "quiero dejar mi mal genio", "me propon­
go ganar todas las materias de este período" que "me pro­
pongo no perder ni una materia Lo que no tienes en tu vida
este período". Cuando nos fijamos es porque no lo quieres, o
una meta, estamos activando no lo quieres
nuestro sistema reticular. En este suficientemente.
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

momento, él comienza a trabajar como una linterna que, con


su chorro de luz, busca y selecciona entre los elementos que
nos rodean aquéllos que "programamos" como interesantes
para nosotros. Si usted dice "quiero salir de angustias", lo
que su sistema reticular va a enfocar son las situaciones que
le producen angustia. Por eso, la meta debe ser "quiero
pagar tales y tales deudas", de manera que su sistema reti­
cular seleccione alternativas de su ambiente que son posibi­
lidades para cancelar sus deudas. Formular nuestra meta en
términos positivos mueve a la acción.

Sea lo más concreto posible

Al escribir sus metas puntualice las acciones que consi­


dere necesarias para alcanzarlas. Decir "quiero ser un mag­
nífico jefe" puede significar muchas cosas. Escriba al frente
de su meta qué significa para usted ser un magnífico jefe.
Hágalo en términos de conductas. Por ejemplo:

- Explicar con detalles v pacientemente cada trabajo que


se asigne a un subalterno.

- Decirle con toda claridad qué resultados espero de él


en ese trabajo y para qué día quiero tenerlo.

- Reconocerle, con palabras, en el momento en que reci­


bo el trabajo terminado, por lo menos uno de los valores que
encuentro en lo que hizo.

- Cuando tenga que llamarle la atención a un subalterno,


hacerlo en privado, nunca delante de los demás.

Algunas veces las personas dicen: "mi meta es pasar más


tiempo con mi familia". Eso no es suficientemente específi­
co. La meta sería: "voy a pasar todos los fines de semana con
mi familia, sin llevar trabajo a casa" o "voy a salir por lo

122
Convierta los problemas en oportiy-<}&:>“=

menos una vez a la semana al cine con mis hijos". Otra per­
sona puede querer hacer más ejercicio para mantenerse en
forma. La meta sería: "voy a dedicar media hora al día por
las mañanas para hacer el ejercicio físico".

Establezca formas para saber si se está


acercando a su objetivo

Tenga muy claro cuáles serían los indicadores externos


que usted aceptaría como evidencia de haber alcanzado esa
meta. Si, por ejemplo, usted quiere ser rico, determine el
monto específico o el nivel de ingresos que para usted repre­
senta que ha cumplido su meta ya que, lo que para otra per­
sona significa "ser rico", para usted podría ser apenas una
suma insignificante, o al contrario. Otro ejemplo: muchas
personas dicen "quiero ser un buen profesional", pero ¿qué
significa para cada cual haber cumplido su meta?

- ¿Ser contratado por determinada compañía?


- ¿Tener ciertos clientes específicos?
- ¿Tener su propia empresa?
- ¿Ser entrevistado para un programa científico?
- ¿Ser nombrado decano de una facultad?
- ¿Ganarse un concurso internacional? o
- ¿Tener a sus órdenes a más de diez profesionales en su
área?

Hay muchas formas de medir lo que para usted quiere


decir "ser un buen profesional". Si las tiene escritas especí­
ficamente, sabrá qué tiene que Para que pueda surgir lo
hacer y cuándo ha logrado su obje­ posible, es preciso integra'
tivo. Como usted es el que pone la una y otra vez lo imposta
meta, es usted también el que deci- Hermann Hesse
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

de con qué criterio va a juzgar cuando alcanzó lo que desea­


ba. Posiblemente para otros "ser un buen profesional" que­
ría decir algo diferente. Lo importante es que sepa lo que
esto significa para usted.

Algunos dicen que su meta es "mejorar cada vez más" o


"progresar". Esto está lejos de ser una meta, porque le falta
concretarla. Progresar puede ser ascender a un determinado
nivel jerárquico en su compañía en un plazo determinado, o
alcanzar un monto específico de ingresos, o comprar una
casa para vivir en determinado sitio. Aclárele a su sistema
reticular lo que está buscando y él trabajará para usted.

¿Va en la dirección correcta?

Tan importante como establecer claramente cuándo ha


logrado su meta, es crear una serie de puntos de referencia
que le permitan saber si va en la dirección correcta para
alcanzarla. El tiempo es uno de los más clarificadores. Si su
meta es independizarse y crear su propia empresa en un
plazo de dos años, usted debería tener una serie de escalo­
nes que le servirán para evaluar cómo va su proyecto: haber
hecho los contactos y definido el tipo de negocio que quiere
hacer antes del fin del semestre. Para el fin de año, tener
conseguido determinado capital y un cupo de crédito en el
banco; para el tercer semestre, tener por lo menos cinco
clientes que estén dispuestos a darle trabajo por un monto
mensual aproximado de tanto; para el cüarto semestre, tener
la oficina y estar recibiendo los primeros pedidos.

Si su meta es entrar a la universidad para estudiar deter­


minada carrera, la formulación de ésta, teniendo en cuenta el
tiempo, sería: "comenzar a estudiar tal carrera en el primer
semestre de tal año". Los mecanismos de verificación podrí­

124
Convierta los problemas en oporn,- caaes

an ser: "para determinada fecha debo tener listos todos los


documentos necesarios. Para... debo tener ahorrada la totali­
dad de la matrícula del primer semestre. Para... debo".
Determinar el tiempo o la fecha en la que usted quiere haber
logrado su propósito es tan importante como la meta misma.
Muchas personas recordamos aquel aviso tan común en las
tiendas de barrio que dice: "Hoy no fío, mañana sí" y cada
vez que una persona llegaba a fiar, era hoy, no mañana. Así
funciona nuestra mente: si nos estamos poniendo un plazo
futuro indefinido, siempre será futuro y no lo lograremos.

Para ayudarse más a sí mismo a ser específico cuando


está escribiendo sus metas, piense en una persona que haya
alcanzado lo que usted se propone. Identifique en lo que esa
persona dice y hace y en su forma de actuar, qué es especí­
ficamente lo que a usted lo lleva a pensar que ya logró la

ELQOFMO SABE PARA DÓNDE VA,

Rtede llegar A donde no quiere.

125
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

meta. Si no existe nadie que hava alcanzado esto, entonces


piense en cómo debería ser la persona que hubiera logrado
ese objetivo.
Pase ahora a imaginarse cómo sería usted mismo des­
pués de haber alcanzado esa meta. Cómo actuaría; cómo
sería percibido por los que le rodean: de qué manera habla­
ría; qué sentimientos tendría respecto de sí mismo.

Puede suceder que al hacer el análisis de sus metas


comience en una dirección y termine en otra muy lejana. No
se preocupe, eso es bueno. Para eso son los análisis, para
ayudamos a saber qué queremos en realidad.

Asegúrese de que sus metas


dependan de usted
Hay muchas cosas que posiblemente le gustaría lograr,
por ejemplo, que su pareja camrie de manera de pensar o de
ser, para que sean muy felices. Nadie puede lograr que otra
persona cambie. Los seres humanos cambiamos cuando
nosotros mismos queremos no cuando otro lo desea. Esa
meta no depende de usted y no esta bajo su control.
"Que mis hijos sean íetices", tampoco depende de usted.
Ser feliz es algo personal y subjetivo y no puede ser logrado
a través de una persona externa a nosotros. "Que mi país
progrese": usted puede tener influencia en este objetivo,
pero eso no depende de un individuo; es una meta de con­
junto; además, no es específico, ra esta bajo su control. Usted
puede hacer su parte y esa parte ser muv importante, pero
el progreso de su país no es algo que usted pueda lograr
como meta individual.
Para probar si un propósito que usted tiene puede ser
alcanzable, asegúrese de que refleja cosas que usted pueda

126
Convierta los problemas en oportunidades

afectar directamente. Cuando nos proponemos metas que


no están bajo nuestro control, nos exponemos a muchas
frustraciones innecesarias.

SI NO SABE PARA DÓNDE V»,


NO IMPORTA Qué CAMINO TOME.

Planee la estrategia, no todos los pasos

Cuando un equipo de fútbol va a enfrentar a su contrin­


cante en un partido, el director técnico establece una estra­
tegia general. Determina unas tácticas de acuerdo con el
contendor. Distribuye sus fortalezas, protege sus puntos
débiles y fija los objetivos; sin embargo, para él sería prácti­
camente imposible planear cada paso, cada jugada, cada
movimiento, sencillamente porque hay muchos elementos
que no controla.

De la misma manera, debemos El fracaso no te sobrecogerá


obrar nosotros ante ‘ nuestras nunca si tu determinación
metas. No podemos planear exac­ para alcanzar el éxito es

tamente todos los pasos. Si espera­ suficientemente poderosa.

mos a tener todo seguro nunca Og Mandino

127
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

comenzaremos. Con un objetivo claro o una estrategia gene­


ral iremos creando paso a paso las respuestas apropiadas, en
algunos momentos con mayor acierto que en otros.
Hay quienes tienen objetivos claros y, sin embargo, no
empiezan a actuar, porque están planificando, porque están
preparando, porque quieren tener "todos los riesgos cubier­
tos" para no cometer ningún error. Lo que ocurre entonces
es que la persona termina sin actuar por estar esperando un
momento que muy probablemente no llegará. A veces tene­
mos miedo de equivocamos. Sin embargo, piense que la
única forma de no equivocarse es no actuar, y no actuar
puede ser una gran equivocación.
Otras personas fijan su meta y comienzan a caminar sin
saber cómo la van a lograr, sin tener ningún plazo o estrate­
gia, y es muy posible que lo logren si están suficientemente
comprometidas, pero la planeación les podría haber ayuda­
do a optimizar su tiempo y sus recursos. Por eso, es necesa­
rio encontrar el balance, planear una estrategia, sin preten­
der tener seguros todos los pasos.

Busque metas sanas y convenientes


para su medio

Cuando su meta es afín con sus principios y sus valores,


así como con los de su medio, no solo contará con los recur­
sos propios para apoyarse sino, cor. seguridad, con los de su
ambiente.
Si la meta de alguien es crear una empresa que traerá
bienestar no sólo para sí mismo y su familia, sino que con­
tribuirá a crear empleo y bienestar en su comunidad, va a
tener mucho más apoyo que otra persona que quiere crear
un negocio que de alguna manera perjudique a la comuni­

128
Convierta los problemas en oportunidades

dad. Cuantos más beneficios aporte su meta, más apoyo


recibirá para lograrla.

Sus metas dependen de lo que usted quiere,


no de lo que tiene

Algunas personas, cuando piensan en sus metas, en lo


primero que se fijan es en lo que no tienen o en lo que no
son. "Yo, que no soy profesional, ¿cómo voy a lograr eso?"
"Yo, que no tengo sino deudas, ¿de dónde voy a sacar dine­
ro?". Sin embargo, si su meta es suficientemente importante
para usted, va a conseguir la forma de lograrla aun cuando
en el momento no le parezca lógica. Nuestras metas depen­
den de lo que queremos y no de lo que tenemos.

Si para llegar a alcanzar muchas de las cosas que usted


ha obtenido hasta ahora en su vida, se hubiera guiado por
las posibilidades y recursos que en ese momento tenía, se­
guramente no las hubiera logrado.

Si desea hacer ejercicio, tome lápiz y papel y permítase


un tiempo para sí mismo: lea de nuevo el principio del capí­
tulo "Permítase soñar". Cuando tenga escritos sus sueños,
comience a convertirlos en metas concretas. Puede tratarse
de metas a largo, mediano o corto plazos. No se contente
con dejar de leer por un momento y hacer el ejercicio men­
talmente. Es importante escribir para poder analizar qué tan
específico está siendo. A veces algunos de nuestros objetivos
están comprendidos dentro de otros. Si usted los ve escritos,
identificará rápidamente las repeticiones.

Escriba una sola meta a la vez.


Especifíquela y comience a poner­ Por mucho que estudies no

se plazos. El objetivo de las metas sabrás nada si no actúas.

no es saber lo que quiere en su Idríes Sha


Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

vida, es alcanzarlo. Empiece escribiendo las cosas que usted


puede hacer hoy mismo a favor de su meta. Recuerde, una
carrera de mil kilómetros comienza por el primer paso...
Cuando ya lo haya logrado, comprométase con el paso que
dará mañana; con el de la próxima semana. Escriba qué
resultados va a obtener el mes entrante. Recuerde que debe
hacerlo en términos medibles y observables.

Piense en el qué y no en el cómo

Al concretar su meta acuérdese de especificar el qué, el


cuándo, el cómo y en qué caso específico.

- El "qué" se refiere al objetivo, aquello que se desea


lograr.

- El "cuándo" es la medida de tiempo que usted mismo


decide que va a tomarle llegar a su objetivo. Esta medida es
muy importante, porque le permite evaluar si lo está logran­
do dentro del plazo que usted considera razonable y, si no lo
está haciendo, le da elementos para revisar dónde puede
haber una falla. No es lo mismo llegar a pesar diez kilos
menos en seis meses, que en tres años. Ni es lo mismo tener
escrito el libro sobre el presidente actual a finales de este
año, que tenerlo listo dentro de cinco años.

- El "cómo" es el método, la forma, los medios de los que


nos vamos a valer para alcanzar nuestros objetivos. Es muy
importante que tengamos clara la diferencia entre nuestra
meta y los medios para alcanzarla. Si usted se propuso con­
seguir determinada cantidad de dinero y para ello decide
vender su casa, pero pasan las semanas y no puede vender­
la, no se desespere pensando que no tiene opciones para
lograrlo. El objetivo es conseguir el dinero, no vender la
casa. Cambie la forma, no la meta. Usted puede buscar otro

130
Convierta los problemas en oportu'' cases

"cómo" diferente, mientras el "qué" continúa siendo el


mismo. Algunas personas piensan que sus metas son inal­
canzables porque la forma como pretenden lograrlas no les
funciona y, a veces, deciden cambiar sus objetivos. Lo lógico
es que cambie su método y los medios que está utilizando.
El "cómo" viene después del "qué". Nuestra mente es capaz
de muchos recursos para proporcionar él "cómo" cuando
tenemos claro el "qué". Idri Sha, un gran filósofo oriental,
dice: "Una vez que conozcas el fin, puedes idear los medios.
El fin no justifica los medios: los suministra".

- "En qué caso específico": si su meta es algo muy gene­


ral, como "ser comprensivo con el punto de vista de los
demás", especifíquela diciendo exactamente con quién y en
qué circunstancias: "con mi hijo adolescente, cuando me
está hablando de sus amigos de estudios". No crea que
especificar su meta a corto plazo va a limitarla. Esta será una
meta a corto plazo que lo acercará al objetivo final. La acción
siempre se refiere a circunstancias y personas concretas. Si
deja la meta "suelta", sin saber con quién o en qué caso
específico aplicarla, usted se dirá: "Hoy no fui comprensivo
o comprensiva con la gente. Mañana ensayaré a serlo", y
nunca sabrá si "la gente" fue la de su casa, los compañeros
de trabajo, los clientes... y tendrá una buena disculpa para
no trabajar en su objetivo, sino esperar a mañana... un maña­
na que no llegará.

131
CAPÍTULO Vil

CUANDO EL PROBLEMA
ES QUE USTED NO SABE
CÓMO LOGRAR LO QUE QUIERE

uando usted es el conductor de un automóvil y se


sube a éste porque quiere dirigirse a algún lugar, el
paso siguiente es ponerlo en marcha. Lo mismo
sucede con su vida personal. Si ya sabe lo que desea lograr,
actúe, pero no de cualquier manera: haga que su acción sea
consistente con lo que quiere. Arranque en la dirección hacia
donde quiere ir. A todos nos parecería extraño que alguien
que sabe a dónde se dirige, se quede al volante de su auto­
móvil durante días y días, mirando en la dirección que esco­
gió, suspirando y sin iniciar la marcha, tal vez porque está
temeroso de los autos que se pueden atravesar en el camino
o del tiempo que va a "perder" con los semáforos en rojo.
Esto sería curioso, ¿verdad? Y, sin embargo, vemos a diario
tantos carros con el motor prendido que no se deciden a
arrancar.

Aclarar nuestras metas es saber en qué dirección quere­


mos ir y qué deseamos alcanzar, y esta es ya una fuerza
inmensa con la que contamos para llegar al objetivo. Sin
embargo, no es suficiente: se necesita la acción.

La acción da la dirección

Las personas que tienen sus metas claras y no actúan,


pueden no hacerlo por varios motivos. El principal, puede

133
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

ser la falta de querer de verdad lo que se dicen a sí mismas


que quieren.

Usted sabe muy bien, por experiencia propia, lo que sig­


nifica decir: "voy a hacer esto, sea como sea, no importa lo
que pase, pero lo voy a hacer". Es como un motor que le
ponemos a nuestra decisión, y allí comienza todo a cambiar
de perspectiva: asumimos cualquier riesgo, los inconvenien­
tes no nos detienen, encontramos muchos caminos. Si uno
se nos cierra, sabemos que hay otros; en fin, no importa lo
que nos cueste, no importa lo que nos demoremos en llegar.
Cuando de verdad decidimos que vamos a hacer algo, lo
hacemos.

El segundo factor por el que algunas personas "no arran­


can" es porque están esperando a tenerlo todo listo para dar
el primer paso. La planeación es importante; sin embargo,
demasiada preparación paraliza. Por esta razón se habla de
"la parálisis por análisis", que es bastante común sobre todo
en las personas que tienen algún nivel de preparación inte­
lectual.

Hay elementos que sólo pueden aportarse a medida que


surge la necesidad. Cuando usted comienza a preparar una
receta de cocina puede tenerlo todo a la mano, puede haber­
la hecho muchas veces antes y, sin embargo, sólo al prepa­
rarla se dará cuenta de algún detalle que necesita para darle
el punto que desea. Quizá le falte algún condimento, quizá
debe dorarse un poco más o espesar o tostar; esto no lo sabrá
sino "obrando". La acción da la dirección; para empezar a
ver todo lo que exige el camino deberá, como en la receta de
cocina, comenzar a recorrerlo.

Si usted centra su atención en todo lo que tiene que hacer


para lograr lo que quiere, o en lo lejos que está de ello, se

134
Convierta los problemas en oportun oas-ri

puede llegar a sentir intimidado; si piensa que todo lo que


necesita ahora es dar el primer paso, y luego el siguiente,
puede encontrar que es mucho más sencillo de lo que se
imagina.

¿Cuántas veces le ha ocurrido que cree que algo es muy


difícil y se imagina los inconvenientes que tendrá al hacerlo,
pero cuando comienza a actuar se da cuenta de que era
mucho más difícil en su mente que en la realidad?

Muchos no actúan por miedo a equivocarse,


¿no será esta su mayor equivocación?

El tercer elemento paralizante para algunas personas que


"no arrancan" es el miedo al fracaso. Todo riesgo significa,
de alguna manera, la posibilidad de una derrota. Recuerde:
las únicas personas que no se equivocan son las que no ac­
túan y, muchas veces, esa es la peor equivocación.

Cambiar de trabajo, realizar una tarea artística, intentar


el ingreso a la universidad, enamorarse, independizarse,
inventar algo nuevo, reestructurar la vida afectiva, son
pasos que exigen tomar riesgos. Y éstos son aun más inquie­
tantes si usted está dejando algo en lo que se siente media­
namente seguro, a gusto, para intentar otra cosa diferente.
El único modo de evitar los riesgos es quedarse inmóvil.
Paradójicamente, lo que se llama fracaso puede ser la
mejor oportunidad que tenemos los seres humanos de
aprender, de corregir, de avanzar, de adquirir sabiduría.
Decir que algo que no resultó como planeábamos fue un fra­
caso, es un juicio que hacemos La persona llega a ser
sobre un acontecimiento. Si a tra­ buena a fuerza de hacer

vés de lo que sucedió -por doloro­ cosas buenas.

so que hubiera sido- aprendimos, Viktor Frankl

135
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

¿HOM QUE ES7Dr JU6ÍMDO Y TENGO TIEMPO

ft'VftA HACER LO QUE QmEKojyA NO ME A CU ERD O

PB LO QUE QUieRO/

avanzamos, adquirimos una experiencia importante, ¿por


qué hemos de evaluarlo como un fracaso? Para las personas
verdaderamente efectivas no existe el fracaso. Ante una
situación de este tipo, esas personas asumen una actitud res­
ponsable para evaluar en dónde se equivocaron y qué pue­
den aprender. En lugar de utilizar sus energías en buscar
culpables o en justificar por que los resultados fueron insa­
tisfactorios, las emplean en idear soluciones y en actuar para
corregir lo que falló.

Si profundizamos un poco en la historia de aquellos que


llamamos exitosos, podemos comprobar lo que alguna vez
un hombre famoso decía: "La gente me considera una per­
sona de suerte. Sin embargo, yo soy como todos los demás,
de cada diez proyectos que inicio, por lo menos seis me
resultan mal o presentan problemas. Lo único que hago

136
Convierta los problemas en oportunidades

diferente es que aprendo muy bien dónde estuvieron las


fallas y dónde los aciertos, y siempre tengo más en cuenta lo
que ha funcionado".

Ensaye a preguntarle por sus fracasos a alguien a quien


usted admira por sus éxitos y seguramente le contestará que
ha tenido muchos, y lo más probable es que, en lugar de
quejarse por "lo de malas" que ha sido, le contará cómo
aprendió y cómo esos errores le sirvieron para darle fuerza
y seguir adelante. Las equivocaciones son parte de la aven­
tura... y así lo decidimos.

A diferencia de las personas efectivas, que se cayeron y


se levantaron para llegar más lejos, las personas que consi­
deran haber fracasado, se cayeron y decidieron no levantar­
se nunca, permaneciendo en la queja y el lamento.

Piérdale el miedo al fracaso

Si usted fracasa en algo, y se centra en reprocharse o


reprochar lo que pudo hacer y no hizo, o en cómo hubiera
sido de diferente si..., entonces, se llenará de rabia, de dolor,
de frustración. Si usted, en cambio, se centra en lo que
puede hacer, en optimizar lo que le quedó, en todos los
recursos y posibilidades que aún tiene, se llenará de fuerza,
de entusiasmo, de esperanza. Los grandes hombres, cuando
se han quedado llorando sus errores, dejan de hacer histo­
ria; los que siguen haciéndola son aquellos que persisten,
que aprenden de su error, que
Yo actúo no solamente en
miran hacia delante y no hacia
consonancia con lo que soy,
atrás.
sino que también me
Los seres humanos tenemos los transformo en consonancia
ojos ubicados de tal manera que lo con lo que actúo.

más cómodo y natural es caminar Víctor Frankl

«7
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

mirando hacia delante. Cuando alguien camina con la mira­


da hacia atrás, es mucho más fácil tropezar de nuevo.

Podemos definir como -fracaso, el error inevitable que


nos puede acercar a nuestra meta, y -fracasado, aquel que
decide identificarse con su error.

Tomas Alba Edison hizo muchos inventos, entre ellos el


más conocido fue la bombilla eléctrica. Pero Edison trabajó
duro para lograrlo. Cuando ya parecía que todo estaba per­
dido, un periodista del New York Times fue a entrevistarlo
y le preguntó: "Señor Edison, ¿usted no se desanima con
todos estos fracasos?" (él había hecho más de cinco mil ensa­
yos infructuosos). "¿Fracasos? -Te contestó el genio-, éstos
no son fracasos. Cada uno de mis ensavos es un escalón que
me acerca al éxito y me dice cómo no debo hacer las cosas
para lograr lo que pretendo".

Si le damos a los fracasos el significado verdadero que


tienen dentro de nuestro proceso de alcanzar objetivos, no
estaremos temerosos en el momento de iniciar la acción,
porque habremos perdido el miedo a equivocamos.

Fortalezca sus propósitos eligiendo de su


ambiente lo que los apoye

Usted tiene en sus manos la facultad de elegir qué tipo


de influencia desea en cada momento. Si utiliza consciente­
mente este poder, sentirá cada vez más que es dueño y con­
ductor de sus estados mentales y podrá apoyarse a sí mismo
para sentirse mejor con su familia, su país, su trabajo y su
vida personal.

Este es un método de vida. Cuando usted sabe a dónde


quiere llegar y comienza a actuar consistentemente con esto,

138
Convierta los problemas en oportunidades

debe buscar las personas, los ambientes y los estados aními­


cos que apoyen sus propósitos.

Su mente recibe mensajes de dos fuentes distintas: unos


podríamos llamarlos "mensajes inevitables", que provienen
de la realidad en que vive y, los otros, le llegan por su pro­
pia elección, ya que se trata de la forma como usted nutre su
espíritu -películas, lecturas, pasatiempos, pensamientos,
conversaciones-. Tanto los unos como los otros están pre­
sentes en su cerebro con la misma fuerza y realismo. No
importa si las imágenes provienen del mundo físico, de una
conversación, de la fantasía de un autor o de su propia fan­
tasía.

Nuestras representaciones internas disparan nuestras


emociones y sentimientos casi con la misma efectividad y
realismo, sea que se trate de hechos cumplidos o, simple­
mente, supuestos.

De esto tenemos muchas pruebas a diario: si usted debe


hablar en público ante un auditorio desconocido y está ner­
vioso con esa perspectiva, cada vez que piensa en el
momento de enfrentarse a su audiencia se desatan dentro de
su organismo las reacciones de miedo que son usuales en su
caso -quizás sienta frío en el estómago o se le acelere el cora­
zón-, Usted está reaccionando ante su representación inter­
na como si estuviera ante el público. Si un amigo le cuenta
que a su bebé le quedaron metidos los deditos cuando él
cerró la puerta de un carro, usted se estremece como si lo
estuviera presenciando. O, ante la
Interésate por el futuro
sola evocación de un alimento
porque ahí es donde
delicioso, se le hace agua la boca.
pasarás el resto de tu

Esto sucede porque las imáge­ existencia.

nes son vivencias para nuestro S/mone de Beauvoir


Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

cerebro: reaccionamos ante ellas de la misma manera que lo


hacemos ante la realidad.

Por tanto, nuestro estado de ánimo no sólo es afectado


por los hechos que nos rodean y en los que participamos,
sino por aquellas cosas que escogemos para leer, pensar,
conversar o divertimos.

Lo nocivo, es nocivo a cualquier edad

La mayoría de las personas tiene claro que a los niños en


cualquier edad de formación no les conviene "verlo todo",
"oírlo todo", "tener cualquier tipo de amigos" o "leer lo que
se les ocurra". En este sentido, hay un tácito acuerdo en pen­
sar que algunas cosas pueden causar daño a la vida emocio­
nal de los pequeños.

Si un padre de familia presencia con alguno de sus hijos


un acto violento o un accidente, trata de evitar que el niño
vea y oiga los detalles o que esté expuesto más de lo indis­
pensable a este hecho. También es frecuente que, cuando se
habla de algunos temas crueles, impresionantes, censura­
bles, tristes o morbosos, alguien diga: "delante del niño, no".

Parece que obramos obedeciendo a nuestra intuición de


que podemos evitarles algunas experiencias que impactarí­
an de manera negativa su mente. Sin embargo, eso que nos
parece tan lógico en el caso de los niños, a veces no lo tene­
mos en cuenta cuando se trata de un adulto que para algu­
nos "ha terminado su etapa de formación" o de un joven
que "ya no es un niño".

Todo lo que hacemos, hablamos, oímos, leemos, comen­


tamos o pensamos, y hasta lo que comemos, afecta de algu­
na manera nuestro estado de ánimo; condiciona nuestra

140
Convierta los problemas en oportunidades

percepción de la vida y los resultados que obtengamos, sea­


mos niños, jóvenes, adultos o ancianos. Los hechos en los
que participamos o de los que somos espectadores tienen
una repercusión interna determinada que deja alguna hue­
lla en nosotros. Y, de esa misma manera, cualquier imagen
interna que tenemos impacta nuestra mente.

La dieta emocional: cuando se trate de


alimento para su espíritu, vuélvase muy
selectivo

Vivimos en una época en la que mucha gente está intere­


sada en seleccionar la mejor alimentación para su organis­
mo. De un tiempo para acá, las personas de todas las edades
se preocupan más conscientemente por cuidar lo que
comen. Aun aquellos que tienen un presupuesto escaso para
comer ya no comen "lo que hay", sino que seleccionan lo
que desean, entre la gama de alimentos a su alcance. Esto
está sucediendo porque nos hemos dado cuenta de que
nuestro organismo reacciona de modo diferente si nos ali­
mentamos de una manera o de otra.

Lo anterior puede aplicarse de igual forma a nuestra


vida emocional. Lo que permitimos que entre en nuestra
mente tiene sus repercusiones en nuestro estado de ánimo y
en los resultados que obtenemos.

Así mismo, como la gente hace dietas especiales -no sólo


para adelgazar sino para estar Todo gran cometido debe
saludable, para tener más energía, tener un principio, pero es
para sentir que su organismo fun­ la continuidad hasta el final,
ciona mejor- y se fija en qué tipo donde está la verdadera
de alimentos consume y qué comi­ gloria.

das le aportan más energía, es Sir Francis Drake

141
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

importante que se vuelva selectiva y consciente de lo que


constituye su "alimento espiritual".

Cuando usted va a cine y ve una película "deprimente",


se siente un poco desalentado y aburrido. Al terminar la
película, es como si siguiera "viendo" lo mismo en la reali­
dad, y empieza a esperar a que ocurran las cosas que allí
sucedían. Su mente no hace la diferencia entre ficción y rea­
lidad: le afecta tanto lo que usted vive como lo que elige
para distraerse. Este mismo proceso se realiza cuando usted
ve una película estimulante: lo motiva a actuar, a llevar a
cabo sus sueños; lo acerca emocionalmente a algunas perso­
nas; lo anima a reconocer como nuevas algunas circunstan­
cias de su realidad que antes no consideraba importantes y,
cuando sale del teatro o apaga la televisión, las emociones
no se acaban. Sigue sumido en ese ambiente con el que se
compenetró.

De igual manera, los temas de conversación que tenemos


impactan nuestro estado de ánimo. Hay personas especialis­
tas en contar la "peor" historia. Es muy común que ante un
robo, un accidente, una enfermedad o una "mala jugada" de
alguien, quienes se enteran del asunto comiencen una espe­
cie de competencia verbal, refiriendo cada cual el caso más
patético que conoce o ha oído contar. A veces, hasta lo exa­
geran para que resulte impactante.

El resultado es que, después de una conversación de


estas, las personas terminan más amargadas y adoloridas
que al principio, y pueden llegar a formarse la idea de que
ese tipo de hechos dolorosos suceden mucho más frecuente­
mente de lo que son en realidad.

Cuando usted esté en una situación parecida, recuerde


que tiene el poder de elegir lo que va a ayudarle a sentirse

142
Convierta los problemas en oportu^ oaos

entrada

SALIDA

143
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

bien y a obtener los resultados que quiere. No tiene porqué


continuar con algo que no desea y que sabe que le hace da­
ño. Pida amablemente a sus interlocutores que no le hagan
este tipo de relatos cuando no sean necesarios o, simplemen­
te, cámbieles el tema sin necesidad de dar explicaciones.

Hablar destructivamente de su ambiente es


sabotearse a sí mismo

Usted no tiene porqué aceptar programas de televisión,


películas, libros o personas que considere que van a impac­
tarlo negativamente. Puede salirse de cine, cambiar el canal
de televisión, decidir que suspende la lectura o evitar las
conversaciones que sabe que le traerán consecuencias que
usted no desea y, por lo tanto, no acepta.
Otro tipo de conversaciones que a menudo dejan conse­
cuencias indeseables son aquellas en las que el tema se cen­
tra en criticar actitudes, comportamientos y opiniones de las
personas que nos rodean, del país, de alguna institución o
de nuestro propio trabajo. Comentar negativamente lo que
nos afecta, sin ánimo de mejorarlo ni de proponer solucio­
nes, trae como consecuencia un sentimiento de impotencia y
comenzamos a sentimos víctimas y a negar nuestro poder
para cambiar algunas cosas.
Si se enfoca en conversaciones que desvalorizan su fami­
lia, su empresa o su comunidad, argumentando que todo es
una desgracia y que nada funciona, lo que está haciendo es
negar lo positivo sin aportar nada para arreglar lo que usted
puede mejorar.
La música que escuchamos también tiene bastante que
ver con nuestro estado de ánimo y los resultados que produ­
cimos. ¿Se ha sentido usted romántico, amoroso y cálido

144
Convierta los problemas en oportunidades

después de escuchar durante un rato música de este estilo?


Eso mismo que nos acontece con la música romántica, nos
sucede con toda clase de música. Si usted está muy decaído
y comienza a cantar canciones tristes o pesimistas, va a sen­
tirse cada vez más desalentado e impotente. Si la música que
selecciona habla de traiciones, infidelidad y desamor,
inconscientemente va a estar esperando que esto suceda en
su relación de pareja.

La gula informativa
¿Tienes una tarea que
Algunas personas, aun cuando realizar? Haz cualquier otra
se sientan afectadas emocional­ cosa, haz cualquier cantidad
mente con las noticias violentas de cosas, ocupa tu tiempo y
que son muy frecuentes en nuestra no obstante, si no cumples

época y que se proporcionan con con esta tarea, habrás

todo detalle, piensan que cuanto perdido todo tu tiempo.

más conozcan acerca de estos Idries Sha

145
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

hecho, más preparadas estarán para defenderse o salvarse


en una situación similar; cuando pasamos horas escuchando
o leyendo todos los pormenores, acabamos sobreinforma­
dos y comenzamos a ver la realidad con dimensiones mu­
cho mayores de las que realmente tiene; además, empeza­
mos a generar sentimientos de desesperanza, temor e
impotencia. Escoger para nosotros este tipo de "alimento
espiritual" es como elegir una comida descompuesta que va
a tener un efecto nocivo en nuestro espíritu.
Después de recibir la información necesaria, seguir bus­
cándola sería lo mismo que continuar comiendo después de
estar satisfechos: se convierte, entonces, en una "gula infor­
mativa". Algunas personas se sobreinforman en la mañana
leyendo o escuchando una y otra vez los mismos hechos
violentos y destructivos, con todos sus detalles, de manera
que cuando comienzan sus actividades, se sienten angustia­
das y sus decisiones se ven afectadas por sentimientos de
inseguridad o de impotencia. Si a usted le ocurre esto, ensa­
ye informándose de otra manera, buscando únicamente la
información necesaria y utilizando el resto del tiempo para
escuchar la música que le gusta, para hablar temas que lo
apoyan, para leer autores que lo inspiren. Se asombrará del
maravilloso efecto que esto puede tener en su día.

Su actitud corporal influye sobre su estado


anímico y sus resultados

Con frecuencia hemos oído decir que mediante concen­


tración y entrenamiento muv particulares, algunas personas
son capaces de controlar aquellas funciones de su cuerpo
que la cultura occidental llama involuntarias, como la diges­
tión o el ritmo cardíaco. Allí está muy clara la acción de la
mente sobre el cuerpo. Sin embargo, como cuerpo y mente

146
Convierta los problemas en oportunidades

son un continuo en el que no es posible establecer dónde ter­


mina el uno y comienza la otra, la influencia del cuerpo
sobre la mente es, sin duda alguna, igualmente poderosa.

Cuando usted está en un estado particular de ánimo y


desea salir de allí, tiene dos alternativas: o cambia sus repre­
sentaciones internas a través de la comunicación consigo
mismo -autodiálogo-, y de las influencias que permite que
lleguen a su mente, como lo exponíamos anteriormente; o
cambia su actitud corporal, esto es, cambia su postura, su
forma de respirar, su expresión facial, sus movimientos, su
tensión muscular, su mirada; en otras palabras, modifica su
expresión corporal.

La actitud corporal y los estados anímicos están total­


mente unidos. Si cambiamos una, inmediatamente cambia
la otra. Estas modificaciones en nuestra actitud corporal son
una de las más poderosas herramientas para cambiar rápi­
damente estados de ánimo que no deseamos. ¿Quiere hacer
una prueba?

Piense en una persona que esté deprimida. ¿Cuál es su


expresión corporal?... Hombros descolgados, cabeza aga­
chada, mirada perdida, respiración superficial, postura des­
ganada. Ahora piense en una persona muy segura de sí
misma. ¿Se la imagina usted en la misma posición anterior?
Por supuesto que no. Tendrá la ca­
Mis sueños carecen de
beza erguida, los hombros firmes,
valor alguno, mis planes
la respiración profunda y un tono
son como el polvo, mis
de voz claro y definido.
metas con invisibles, todo
Si quiere hacer un ejercicio con ello carece de valor a
su propio cuerpo, diríjase hacia el menos que sea seguido por
espejo e imagínese que está tratan­ la acción.

do de convencer a una persona de Og Mandino

147
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

que le conceda algo que usted realmente necesita. Puede ser


un permiso, un préstamo, una autorización especial... O está
tratando de conseguir un mejor pago para un producto
suyo, o convenciendo a alguien de que lo acompañe a algún
sitio. En fin, usted desea lo que pide y sabe que la única
forma de obtenerlo es persuadiendo al otro. Hable ante el
espejo como si la persona estuviera allí y como si de su
"actuación" dependiera que le concediera o no lo que usted
desea. A medida que va representando este papel, observe
su expresión corporal.

¿Cómo mueve sus manos? ¿Cuál es la posición de su


cabeza? ¿Su tono de voz, su mirada? ¿Qué expresión hay en
su rostro, en todo su cuerpo?

Ahora, cambie las palabras que estaba utilizando. En


lugar de suplicar, convencer o persuadir a su interlocutor,
usted va a exigirle que le dé ese permiso, esa autorización,
ese préstamo. Pero, cuidado. Debe continuar con la misma
expresión corporal que tenía cuando trataba de convencer­
lo. Sus manos, su cabeza, su rostro van a seguir expresando
lo mismo que antes. Lo único que va a cambiar son las pala­
bras, el contenido del diálogo. Sus frases deben sonar impo­
sitivas, decididas, exigentes.

¿Pudo combinar ambas cosas? Permítanos suponer que


no. Por lo menos, no convincentemente. Si usted representó
bien el papel de persuadir al otro, sus palabras debían estar
sonando falsas, o al contrario.

Cuando nuestro cuerpo y nuestra mente están en diso­


nancia, es decir, cuando su expresión no concuerda, las
demás personas lo notan inmediatamente. Recuerde cómo
interpreta usted el mensaje cuando alguien le dice una cosa
con las palabras y su actitud está expresando lo contrario.

148
Convierta los problemas en oportunidades

"Él me dijo que iba a venir, pero yo estoy seguro de que no".
Usted llegó a esa conclusión en contra de las palabras del
otro porque él, con su actitud corporal, estaba diciendo algo
distinto.

Los cambios en la actitud corporal producen


cambios neurológicos, ¡aprovéchelos!

Nuestra mente y nuestra expresión corporal están tan


enlazadas que, si una cambia, cambia la otra. Una de las
razones es que evidentemente los cambios fisiológicos pro­
ducen cambios neurológicos: cambios en el nivel de oxige­
nación de la sangre y en el flujo sanguíneo del cerebro; en
fin, se produce todo un vuelco fisiológico que conlleva un
cambio en el estado anímico. El yoga y algunas diversas
terapias se basan en esas afirmaciones.

Hace más de ochenta años que el médico francés Israel


Waynbaum expuso la teoría de que nuestras expresiones
faciales afectan el funcionamiento del cerebro. Este científi­
co sostenía que las reacciones emocionales producen cam­
bios circulatorios y tienen efecto sobre la irrigación cerebral.

Más recientemente, los neurocirujanos Arthur y Ruth


Winder, en su libro El poder de la mente, reafirmaron las ase­
veraciones de Waynbaum al descubrir que fruncimos el
entrecejo cuando nos concentramos, por una pura estrategia
inconsciente ya que, de esta manera, endurecemos los mús­
culos de la frente y demoramos un poco la salida de la san­
gre que viene del cerebro: así hay más irrigación en esta
zona y, por tanto, se facilita la realización de las tareas difí­
ciles.
La gente siempre aprecia a
El mismo fenómeno sucede con quien se divierte haciendo
la risa. Usted puede comprobarlo lo que hace.

149
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

cuando esté frente al espejo. Produzca una risa lo más forza­


da que pueda y cuente hasta cien, sosteniéndola. Observe
que la arteria de su frente palpita en forma visible, porque
los músculos que tensan la cara cuando nos reímos así,
impiden que la sangre fluya al rostro, lo que provoca el
aumento de presión sanguínea en el cerebro.

Curación a base de risa

Anthony Robbins, en su libro Poder sin límites, cita la


famosa historia de Norman Cousins quien, durante varios
años, ha tenido experiencias con enfermos sometidos a un
tratamiento que consiste, entre otras cosas, en hacerlos reír
permanentemente como instrumento terapéutico. Pasan el
día distraídos con películas, libros, programas de televisión
y sesiones de humor, y logran que su deseo de vivir y mejo­
rar se incremente muchísimo. La risa y el ambiente esperan-
zador cambian radicalmente su fisiología, porque cambian
los mensajes que llegan a su sistema nervioso. Ellos duer­
men mejor, sus dolores disminuyen y su expresión corporal
total, cambia. Algunos se recuperan del todo, aun cuando el
diagnóstico médico inicial haya sido del 20 por ciento de
posibilidades de recuperación.

Juegue a estar fuerte y feliz

¿Cómo podemos aplicar estos cambios corporales en


nuestra vida diaria? ¿En la realización de nuestras metas?
¿En la acción consistente para lograr lo que nos propone­
mos? Suponga que usted está deprimido. Su posición cor­
poral está reflejando ese estado y usted desea sentirse con
ánimo, encontrar opciones y volver a funcionar normal­
mente.

150
Convierta los problemas en oportunidades

Comience por erguir su cuerpo. Nada de hombros caídos


ni de cabeza agachada. Respire profundamente. Hable de lo
que le gusta. No importa que le parezca que va a represen­
tar un "papel"; eso es lo que va a hacer exactamente. Trabaje
sobre la expresión de su cara. Usted sabe qué gestos acom­
pañan su depresión. Bórrelos conscientemente y adopte una
actitud que refleje equilibrio interior. No evada la mirada de
las personas que lo acompañan: por el contrario, busque su
contacto, interésese en lo que sucede a su alrededor, hablan­
do. Recuerde que está representando el papel de alguien
que tiene paz interior. Use el tono de voz y las palabras que
se utilizan en esos casos.

Le llevará muy poco tiempo salir de su estado de ánimo


negativo y, aun cuando usted piense que no es lo natural y
se sienta como un actor, lo que está haciendo es apoyarse a
sí mismo para superar estos momentos que no le traen nada
positivo.

El ejercicio físico: otra alternativa

Usted también puede cambiar su expresión corporal a


través del ejercicio. Algunas personas dicen que, después de
un poco de trote o de gimnasia en las mañanas, se sienten
poderosas, capaces de afrontarlo todo, activas. Cuando esté
somnoliento y quiera seguir trabajando, lo mejor es un par
de ejercicios con los que active su metabolismo y... cambio
de posición, de respiración, de tono muscular.

El cambio físico le servirá en el Lo que el hombre teme no


momento en que sienta que no es tanto su extinción, es su
tiene la fuerza suficiente para extinción como

expresar lo que piensa. En circuns­ insignificancia.

tancias en las que debe ser dueño Ernest Becker


Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

de sí mismo y se sienta temeroso. En momentos de timidez,


de desaliento, de desconcierto, de tristeza, en los que usted
sabe que esos estados de ánimo no lo apoyan para lograr lo
que quiere.

Puede servirle aun para combatir el insomnio: copie físi­


camente a una persona que duerme. Reproduzca su respira­
ción, su relación muscular, su posición, su expresión facial y
sostenga esta representación por unos pocos minutos: segu­
ramente va a quedarse dormido de verdad.

Es importante que nos demos cuenta de qué tan profun­


damente nos afecta el manejo de nuestro cuerpo. No se trata
de una variable exterior. Cuerpo y alma son un conjunto
inseparable. Usted no puede tener una emoción sin su
correspondiente cambio corporal, observable o no. Sus
expresiones corporales son decisiones que toma a cada
minuto. Usualmente no son decisiones conscientes, pero
puede manejarlas si así lo desea.

Identifique la forma como quiere sentirse y "copie" con


su cuerpo todas las expresiones fisiológicas que usted crea
que acompañan ese estado de ánimo. Repítalas una y otra
vez, permanentemente, y cambiará su estado interno; ade­
más, se verá haciendo muchas cosas que antes estaba segu­
ro que no podía hacer.

152
CAPÍTULO VIII

CUANDO EL PROBLEMA ES QUE


USTED NO DISFRUTA LO QUE HACE

a acción es una fórmula maravillosa para transformar


los sueños en realidad. Sin embargo, cuando vamos
avanzando hacia nuestros logros, podemos también
disfrutar de ese camino, hacer de nuestro viaje una aventu­
ra. Pasión es ímpetu, es ardor, es entusiasmo, es emoción y,
sobre todo, es compromiso hacia lo que hacemos. De esa
manera, "pasión" es una poderosa herramienta con la que
extraemos lo mejor de nosotros para invertirlo en nuestro
provecho. La vida es verdaderamente excitante y maravillo­
sa para quien la lleva con pasión. Sin embargo, algunas per­
sonas escogen aburrirse. El aburrimiento es una elección,
algo que nosotros mismos nos imponemos.

Cuando malgastamos nuestro tiempo presente, que es el


único que tenemos, cuando nos quejamos de la monotonía y
de falta de aventura en nuestros días, estamos pensando
que la responsabilidad de que nuestra vida sea así está fuera
de nosotros. Estamos creyendo que la aventura, la excita­
ción, la emoción y el entusiasmo, dependen del tipo de acti­
vidad que desempeñemos, de las personas con las que nos
relacionemos o del sitio en que nos encontremos.
Un famoso proverbio inglés dice: "El objetivo de la vida
es ser feliz. El lugar para ser feliz es donde usted este v el
momento para ser feliz es ahora".
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

¿Conoce, por casualidad, a personas con una pareja que


por su inteligencia, por sus capacidades o por su aspecto
físico, se sienten desmotivadas y aburridas en su relación?
¿O a algunas que con un trabajo muy variado e interesante
parece que lo arrastraran como una pesada obligación? ¿Y a
otras que, viviendo un lugar horrible y rodeadas de incomo­
didades se sientan felices con lo que tienen y lo disfrutan de
verdad?

Convierta lo ordinario en extraordinario

Muchas veces hemos dicho o hemos oído decir frases


como: "Me aburro mucho en mi trabajo porque es muy repe­
titivo", "con ese jefe tan pasivo no puede haber nada intere­
sante aquí", "en esta relación ya no encuentro nada nuevo",
"no hay nada excitante en lo que hago", "desde por la
mañana sé cómo va a ser todo el día", "siempre igual, siem­
pre lo mismo, nada cambia...", "falta algo que me mueva,
que me interese, que me guste de verdad", "mi vida es
horriblemente monótona: la misma gente, las mismas
cosas...".

En todas estas frases hay un factor común: la persona


que las dice espera que algo o alguien exterior a ella le
imprima aventura, emoción, interés, vibración o excitación a
su vida.

A veces, cuando vemos una película o leemos un libro en


el que los protagonistas vienen y van en una forma que
podríamos llamar "intensa", quedamos con la sensación de
que algunas personas tienen vidas "muy interesantes" y
empezamos a compararlas con nuestra realidad. Si en la
comparación usted sale perdiendo, aquí vamos a darle algu­
nas claves para que convierta su rutina en aventura, para

154
Convierta los problemas en oportunidades

que transforme lo que hasta ahora ha sido ordinario en su


vida, en algo excepcional.

Todo puede volverse interesante

Doña Rosa era la operadora de un viejo ascensor en un


edificio del gobierno en Bogotá. Trabajaba ocho horas dia­
rias de lunes a sábado. Sus jomadas eran pesadas, pues
siempre había más gente para transportar de la que su
"caja" podía. Los pasajeros se apretaban como sardinas, y
doña Rosa debía, algunas veces, hacerlos bajar porque el
sobrepeso podría dañar su máquina. Y ni hablar del calor y
de los olores que con alguna frecuencia se encerraban con
sus pasajeros. Este trabajo no era, ni mucho menos, una acti­
vidad envidiable.

Sin embargo, quien la veía operar diría que ella no esta­


ba oprimiendo el botón de un ascensor sino el de una nave
espacial. Lo hacía con tanta certeza y cuidado que nadie se
atrevía a tocarlo sin su consentimiento. Estaba pendiente de
que su "nave" estuviera lo más pulcra posible, y no era raro
verla con un pequeño trapo brillar la envejecida manija de
la puerta que, una vez brillada, le daba "cierta clase" al apa­
rato.

Para ganar algo adicional, doña Rosa vendía papel oficial


y estampillas. Si tenía un rato libre, tejía ropa para bebé y
tenía además un interesante pasatiempo: le encantaba
aprenderse los nombres de los
Nuestra vida cambiaría si en
abogados que frecuentaban el edi­ vez de buscar buenas
ficio para sorprenderlos al salu­ razones de por qué no se
darlos. De esta manera, se creaba puede hacer las cosas,
entre ellos una cierta competencia, simplemente usáramos esa
y el orgullo de ser "muy conoci- energía en hacerlas.


Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

do", por lo cual muchos se las arreglaban para que ella re­
cordara sus nombres.

Un día alguien le preguntó cómo podía permanecer tan


contenta encerrada en un ascensor y haciendo un trabajo tan
rutinario y mal pagado, a lo que ella contestó:

"-Muchas personas creen que yo actúo así por la gente,


por el público, pero le voy a decir la verdad: lo hago por mí.
Cuando trato bien a mis pasajeros, me siento bien. Sé que mi
ascensor es viejo y mal mantenido pero, cuando lo limpio y
lo brillo, me estoy cuidando a mí misma, porque aun cuan­
do no es mío, es mi espacio de trabajo, mi vida y, si lo trato
con cuidado, me va a servir mejor".

"-¿Y todos los que trabajan aquí piensan lo mismo?" -le


preguntaban.

"-No, algunos de mis compañeros creen que su tiempo


de trabajo no les pertenece a ellos. Es el tiempo de la empre­
sa, piensan. Y a veces ellos parecen 'zombies'".

"-Es como si se murieran a las ocho de la mañana y resu­


citaran a las seis de la tarde. Suponen que, estando de mala
gana o resentidos, van a ofender al jefe, que quizás ni se en­
tera, cuando, en realidad, es el tiempo de su vida, un tiem­
po que nunca van a recuperar. Si la pasan mal y aburridos,
es su vida".

La aventura no está en lo que hacemos sino


en cómo lo hacemos

Meses después de uno de nuestros seminarios en


Santiago de Chile, un alto ejecutivo de una empresa nos
comentó que cuando los vendedores de su área parecían
estar quejándose permanentemente, él recordó la técnica de

156
Convierta los problemas en oportun ¡caaes

convertir lo ordinario en extraordinario. "Les conté de la


ayuda que esto había significado para mi vida y se mostra­
ron muy interesados. A las dos semanas el equipo estaba
transformado. Todos habíamos aportado ideas para resaltar
las cosas agradables de nuestra labor y parecía que no fuera
la misma gente de quince días atrás".

Cuando empezamos una relación o un trabajo todo es


excitante, nuevo. Disfrutamos cada detalle. Estamos alertas
para dar lo mejor que podemos en cada momento; para ser
creativos, atentos, flexibles ante cada situación. Si es un tra­
bajo, procuramos ser muy productivos. Le ponemos humor
a las cosas para resaltar lo grato y quitarle importancia a lo
difícil. Cualquier actividad, por insignificante que sea, la
vivimos como algo interesante. Ante las diferencias de opi­
niones somos más abiertos a entender el punto de vista del
otro, y consideramos más importante nuestra "buena rela­
ción", que demostrarle que tenemos la razón, y aun, muchas
veces aprovechamos esas diferencias como oportunidades
para acercamos a puntos de vista distintos y nos portamos
como personas flexibles que queremos, ante todo, que las
cosas salgan bien.

Cada nueva actividad la preparamos con detalle, porque


buscamos un buen resultado, porque decidimos "pensar en
todo" para que salga bien. Actuando así, el tiempo se nos
pasa volando y todo parece muy interesante cuando, en rea­
lidad, es debido a nuestra actitud
y compromiso, que lo estamos vol­ Ningún hombre puede
revelar nada distinto de lo
viendo interesante.
que a medio dormir reposa
En lugar de "esperar a que pase en el aura de vuestro
el tiempo", asumimos una actitud conocimiento.

pasiva y aprovechamos para pro­ Jalil Gibrán

157
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

ducir los mejores resultados, para darle lo mejor de nosotros


en cada momento a esa relación o a ese trabajo que estamos
comenzando.

¿Cómo conservar la magia


de las primeras veces?

Cuando algo funciona bien, depende en gran medida de


usted mismo. En lugar de esperar a que "lo motiven", reco­
nozca que puede motivarse a sí mismo y que sus resultados y
su satisfacción dependen en gran parte de su actitud. Ade­
más, piense que una persona así se convierte en un elemento
inspirador para otros, en un motor que los demás van a que­
rer mantener en su ambiente. Cuando usted muestra esa acti­
tud, no tiene que esperar a que los otros "le den oportunida­
des" o que "reconozcan que vale". Usted está alerta para no
dejar pasar las oportunidades de crear mejores resultados y,
de esa manera, está demostrando que es valioso y productivo.

Mientras se mantiene haciendo las cosas así, su vida y lo


que haga con ella será una aventura, será novedosa y dife­
rente, porque aun cuando todos los días haga lo mismo, se
encuentre con las mismas personas y trabaje sobre los mis­
mos temas, siempre va a descubrir algo diferente que le va
a ayudar a seguir motivado.

Hay quienes piensan que aun cuando todo esto es ver­


dad, "las cosas van perdiendo su encanto", "uno se cansa de
lo mismo". Si eso le empieza a pasar, es que usted está
dejando de actuar como antes, como al principio. Está dejan­
do de hacer lo mejor que puede y, en vez de esto, está dando
el "mínimo" necesario para mantener la relación, para "no
tener problemas" en su empleo o para que el negocio "pro­
duzca para vivir".

158
Convierta los problemas en oportur cases

Al contrario de lo que hacía "los primeros días", está


esperando a que otros "le den razones para obrar de distin­
ta manera", "que lo motiven", "que le demuestren que vale
la pena".

Esta actitud puede ser cómoda: usted pone la gasolina


para mantener el motor prendido y espera a que lo empu­
jen. Sin embargo, usted comienza a sentirse desleal y medio­
cre con la relación o con el trabajo en el que se comprometió,
porque sabe que no está dando lo mejor y, poco a poco,
empieza a dudar de si podrá hacer nuevamente bien lo que
hacía al principio.

A nadie le gusta sentirse así y, al comparar sus resultados


y los reconocimientos que obtiene con los de otras personas
que posiblemente "dan más", se va a afectar su autoestima:
"yo no valgo nada para esta persona", "mis jefes han cam­
biado mucho conmigo".

Haga que funcione para usted

Si está de acuerdo con lo anterior, vamos a darle dos noti­


cias: una mala y una buena. La mala es que la responsabili­
dad acerca de cómo se siente usted, qué tan satisfecho o
motivado está en su ambiente de trabajo o en su relación con
alguien, es suya, primero que todo. La buena es que cuando
las cosas dependen de usted, puede cambiarlas cuando
decida. El primer beneficiado o afectado con su actitud va a
ser usted mismo.

Tal vez piensa cambiar de trabajo o de ambiente; pero


cree que todavía hay cosas buenas Únicamente un soñador
allí, primero cambie su actitud y puede hacer que un sueño
haga lo mejor que pueda hasta el se convierta en realidad.

último momento. Así se sentirá Walt Disney

159
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

orgulloso de sí mismo, su autoestima y seguridad aumenta­


rán porque sabrá que puede disfrutar y ser productivo en
cualquier ambiente o situación. Por otro lado, es muy proba­
ble que progrese, ya que nadie ascendería ni querría para su
equipo ni para compañía suya a alguien que únicamente
"tenga el motor prendido".

Un viejo adagio dice: "Cuando te paguen por caminar


den kilómetros, camina ciento diez que, aun cuando no te
reconozcan con dinero los diez de más, después el destino te
recompensará con creces: estás sembrando tu futuro".

Póngase cómodo, tome lápiz y papel y haga una lista de


diez características agradables de la actividad que en este
momento usted califica de monótona.

Y como es usted quien tiene el poder de cambiar esa


situación, haga ahora una lista de cinco pequeños cambios o
detalles que podría introducir para hacer más agradable su
actividad.

¿El próximo paso? ¡Introduzca esos cambios!

160
CAPÍTULO IX

CUANDO EL PROBLEMA ES QUE


USTED PIERDE EL BALANCE

alance significa armonía, equilibrio, proporción, esta­

B bilidad. La verdadera efectividad o lo que algunas


personas llaman éxito o satisfacción, requiere balan­
ce. Si usted está consciente de querer esto, debe trabajar para
crearlo y mantenerlo. Sus recursos internos -psicológicos y
espirituales- estarán orientados de tal manera que pueda
conservar un equilibrio sano en todas sus áreas de interés,
porque este será el elemento clave para que sus logros sean
duraderos, permanentes.

Algunas personas, consciente o inconscientemente,


suponen que con sus triunfos profesionales pueden acallar
sus frustraciones emocionales; que con un magnífico nego­
cio se olvidarán de su matrimonio desbaratado o que con
una atractiva e "irresistible" figura -no importa que su de­
sarrollo intelectual o espiritual se haya quedado rezagado-
alcanzarán lo que desean. Pero, ¿hasta qué punto es esto
verdad? Posiblemente estas compensaciones pueden ser
efectivas durante un tiempo. Sin embargo, es bastante
improbable que funcionen para siempre. Tarde o temprano,
quien está desbalanceado, va a sufrir las consecuencias.

Todos los seres humanos tenemos distintos papeles que


representar en la vida y diferentes campos o motivos de

161
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

interés. Según sus valores personales, cada uno le da a estas


áreas un peso distinto en el conjunto de sus prioridades.

Esto no quiere decir que porque usted no se preocupa ni


le concede importancia, por ejemplo, a su condición física
-descanso, alimentación, ejercicio, sueño- las responsabili­
dades o las necesidades que nacen de esta función vayan a
desaparecer en su vida. Significa que usted no las está asu­
miendo y que, en cualquier momento, puede romperse su
equilibrio en ese punto.

A grandes rasgos, los seres humanos, en general, partici­


pamos de estas seis diferentes actividades o desempeñamos
papeles en estas áreas:

- Profesional: actividad, profesión, oficio o labor remu­


nerada o no.

- Física: alimentación, ejercicio, descanso, prevención y


control de las enfermedades.

- Emocional: el campo de los afectos. Los papeles que se


desempeñan como pareja, hijo, hermano, padre, tío, cuñado,
abuelo, amigo, compañero.

- Social: actividades que desarrollamos como miembros


de grupos de trabajo, de vecindario, como ciudadanos.

- Intelectual: nuevos conocimientos, mantenimiento o


desarrollo de habilidades o destrezas.

- Espiritual: actividades en el campo religioso o en el de


las artes, y el cultivo de la sensibilidad.

Si usted desea ahora hacer su propio diagnóstico de


cómo tiene hasta ahora repartidas sus áreas de interés, divi­
da en seis el siguiente círculo y dele a cada una la propor­
ción que ocupa en su vida. Para hacer esta distribución, no

162
Convierta los problemas en oportur.caoes

se guíe únicamente por el tiempo que le dedica a cada acti­


vidad. Posiblemente, concederle cuatro horas diarias a man­
tener su estado físico puede ser excesivo, mientras que dedi­
cárselas al trabajo podría ser poco. Haga una evaluación
general de la importancia que cada una tiene en su vida y
con ese criterio efectúe la división.

Reflexione sobre este ejercicio que acaba de hacer y sobre


qué tan satisfecho está con respecto de su desarrollo en cada
área. Aun cuando todos tenemos una distribución muy per­
sonal de estos aspectos, según la importancia que tengan en
nuestra vida, existe un mínimo necesario en cada área que,
si no se lo dedicamos, corremos el riesgo de sabotear nues­
tra efectividad y nuestros logros en otros aspectos. ¿Por qué
sucede esto?
¿Qué es nuestro pasado
Cuando una persona está des­ sino una serie de sueños?
balanceada, es decir, que por aten­ ¿Qué diferencia puede
der demasiado una de sus áreas, haber entre recordar
descuida alguna o todas las sueños y recordar el

demás, dejándolas de atender por pasado?

debajo del límite, ese balance afec- J. L. Borges

1fc3
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

ta irremediablemente su área más fuerte, porque ésta se ha


ido extendiendo anómalamente en el campo de las otras. Ha
ido ganando terreno, ha invadido las demás. Quien ha sido
un triunfador en el campo profesional y ha alcanzado las
más altas posiciones, descuidando importante áreas como la
salud, lo más seguro es que en algún momento -y de pron­
to en el menos oportuno- va a ver afectado su rendimiento,
sus capacidades, sus posibilidades de seguir el ritmo, por­
que ha perdido el balance y necesita atender muy de cerca
esta área que hizo crisis.

No importa que su actividad tenga los más elevados pro­


pósitos, los más increíbles resultados, que le exija un com­
promiso absoluto o que sea lo que a usted le gusta hacer. Un
exceso que suponga descuido en cualquiera de los otros
campos, de alguna manera va a manifestarse en los resulta­
dos a largo plazo. Puede ser que su familia ceda consciente
y generosamente todos sus derechos -a verlo, a compartir
con usted, a interactuar- para apoyarlo en el logro de lo que
se propone. Sin embargo, tenga presente que esto no puede
prolongarse demasiado ni convertirse en "forma habitual de
vida", porque allí empieza usted mismo a sabotear lo que
tanto desea lograr. La tensión de que usted no está atendien­
do emocionalmente a su familia y sus necesidades afectivas,
va creciendo hasta tal punto que le va a restar efectividad y
capacidad para el desempeño de sus otros papeles.

Para ayudarle a que evalúe si está balanceado o no en las


diferentes dimensiones de su vida, hemos preparado unas
preguntas que le darán luces sobre si en realidad le está con­
cediendo la importancia y la seriedad que se merece a cada
área, de acuerdo con lo que usted desea para su vida.
Responda sí o no a cada pregunta y después evalúe sus res­
puestas área por área.

164
Convierta los problemas en oportunidades

El siguiente paso es pensar en dos o tres resultados que


a usted le gustaría alcanzar en cada uno de estos papeles.
Por lo menos algunas de estas metas se deben ver reflejadas
en sus actividades diarias. Tener el tiempo planeado por
escrito, como lo indicamos en el capítulo de metas, le ayuda­
rá a mantener su balance.

Área física/salud

1. ¿Se siente saludable?

2. ¿Tiene un programa de ejercicio físico que sigue regular­


mente?

3. ¿Se hace chequeos físicos con periodicidad?

4. ¿Se siente satisfecho de su nivel de energía la mayor


parte del tiempo?

5. ¿Tiene un peso proporcionado?

6. ¿Le gusta su apariencia física?

7. ¿Tiene hábitos saludables de comida y bebida?

8. ¿Duerme suficientemente?

9. ¿La mayoría del tiempo se siente relajado?

10. ¿Dedica suficiente tiempo al descanso cuando es necesa­


rio?

11. ¿Sus actividades sociales apoyan una buena salud?

12. ¿Se toma el tiempo necesario


El ejemplo no es el
para arreglarse y verse bien?
elemento primordial para

13. ¿Busca el mejor estado físico Influir en los demás, es e

posible, sin utilizar la edad único.

como excusa? Albert Schweitzer


Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

14. ¿El ambiente en que trabaja apoya su buena salud?

Área espiritual

1. ¿Dedica tiempo suficiente a la relajación y a la reflexión?

2. ¿Dedica tiempo diariamente a estar solo?

3. ¿Tiene una idea clara sobre su ética y sus creencias?

4. ¿Se siente en paz consigo mismo, cómodo con quien es?

5. ¿Educa a sus hijos ética y espiritualmente?

6. ¿Acepta a la gente que tiene creencias religiosas diferen­


tes a las suyas?

7. ¿Se comporta en el trabajo de acuerdo con sus creencias


éticas?

8. ¿Sus creencias éticas juegan un papel importante en su


grupo familiar?

9. ¿Es capaz de decir no, de acuerdo con sus valores, cuan­


do una situación lo requiere?

10. ¿Sus acciones en relación con los negocios, la vida fami­


liar y las situaciones sociales son consistentes con sus
creencias éticas?

Área intelectual/desarrollo personal

1. ¿Busca constantemente oportunidades para crecer y


aprender?

2. ¿Se siente satisfecho con su nivel de conocimiento en lo


relacionado con su trabajo o actividad?

3. ¿Trata de ampliar sus conocimientos en áreas que no son


habituales para usted?

166
Convierta los problemas en oporturiKlaoes

4. ¿Disfruta el reto de lo desconocido?

5. ¿Siente que su mente está ahora más despierta que


nunca?

6. ¿Refleja su vida las aspiraciones que ha tenido?

7. ¿Le gusta su trabajo y lo encuentra satisfactorio?

8. ¿Se asocia con gente que lo estimula y respeta sus puntos


de vista?

9. ¿Lee libros, periódicos y revistas que aumentan sus


conocimientos?

10. ¿Tomó algún curso el año pasado?

11. ¿Se mantiene enterado de la actualidad del país y del


mundo?

12. ¿Está enterado de las nuevas tendencias en los campos


social, político, económico y científico?

13. ¿Asume la responsabilidad de sus necesidades de desa­


rrollo intelectual o personal?

14. ¿Se gusta y respeta a sí mismo en el campo intelectual?

Área social/comunidad

1. ¿Tiene capacidad para hacer sentir cómodos a los demás


en situaciones sociales?
Si quiero llegar a ser lo que
2. ¿Se siente cómodo al conversar
puedo, tengo que hacer lo
con diferentes personas?
que debo, si quiero llegar a
3. ¿Puede cambiar de grupo y de ser yo mismo, tengo que
conversación sin demasiado cumplir con los cometidos y
esfuerzo en reuniones gran­ exigencias personales.

des? Viktor Frankl

1S7
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

4. ¿Se siente cómodo invitando a su casa a la gente del tra­


bajo?

5. ¿Se siente cómodo participando en actos sociales, y


busca hacerlo?

6. Cuando se necesita, ¿toma la iniciativa de presentarse?

7. ¿Establece contacto visual con la gente con la que habla,


no solamente con la gente importante?

8. ¿Sabe escuchar?

9. ¿Se siente cómodo hablando en público?

10 ¿Hace lo que sea para cumplir con sus compromisos?

11. ¿Se preocupa en exceso de lo que los demás piensen de


usted?

12. ¿Es capaz de convencer a la gente y de lograr que le ten­


gan confianza?

13. ¿Da la mano con firmeza?

14. ¿Se acuerda del nombre de la gente y de datos importan­


tes sobre ella?

15. ¿Participa en eventos comunitarios?

Área profesional/ocupación

1. ¿Dedica tiempo de calidad a la planeación de sus activi­


dades laborales?

2. ¿Clasifica sus tareas de acuerdo con las prioridades?

3. ¿Cumple, la mayoría de las veces, el horario que se ha


propuesto?

4. ¿Es efectivo en la delegación de tareas?

168
Convierta los problemas en oportunidades

5. ¿Le es posible permanecer concentrado y terminar las


tareas que comienza?
6. ¿Puede ser directo cuando sea necesario?
7. ¿Se mantiene al tanto de las nuevas tendencias en lo rela­
cionado con su trabajo?
8. ¿Cumple con sus compromisos en el aspecto laboral?
9. ¿Se considera un elemento positivo para sus compañeros
y funciona bien como parte de un grupo?
10. ¿Mantiene, generalmente, una actitud positiva en rela­
ción con su trabajo?
11. ¿Se lleva bien con todos los grupos de personal de su
empresa?
12. ¿Devuelve las llamadas telefónicas con prontitud?
13. ¿Es responsable y se puede depender de usted?
14. ¿Puede trabajar dentro de lo que ha planeado, la mayor
parte del tiempo?
15. ¿Busca desarrollarse profesionalmente?
16. ¿Utiliza bien su tiempo de trabajo?

Área emocional/familia

1. ¿Pasa suficiente tiempo con su familia?


2. ¿Hace planes con anticipación con su familia y sus ami­
gos?
3. ¿Conoce bien a cada uno de sus
Las personas de éxito
hijos, hermanos, padres?
muestran resultados,
4. ¿Celebra de manera regular las quienes se rinden ante el
ocasiones especiales con su fracaso muestran disculpas,
familia? justificaciones.

169
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

5. ¿Se toma el tiempo necesario para que su pareja se sien­


ta amada?

6. ¿Expresa sus sentimientos afectivos a sus amigos, com­


pañeros, familiares?

7. ¿Se siente su familia cómoda con su presencia?

8. ¿Escucha realmente lo que le dice su pareja o sus hijos


cuando desean hablarle?

9. ¿Ayuda e impulsa a sus amigos, a su pareja y a sus hijos


en sus planes?

10. ¿Se relaciona en familia dejando a un lado los problemas


que no tienen que ver con ella -laborales, sociales, econó­
micos-?

11. ¿Se sienten cómodos sus hijos, su pareja, sus hermanos,


sus padres, para invitar amigos a su casa?

12. ¿Se considera una persona que impulsa positivamente a


sus familiares?

170
TERCERA PARTE

RELACIONARSE
CON LOS DEMÁS,
¿UN PROBLEMA
O UNA OPORTUNIDAD?
CAPITULO X

LAS RELACIONES NO TIENEN QUE


SER UN CAMPO DE BATALLA

emos oído decir con frecuencia, en tono jocoso, que

H en el mundo hay dos clases de personas: los vivos


y los bobos. Este gracejo popular resume muy bien
lo que a veces se piensa respecto de las relaciones con los
demás: para muchos existen sólo dos alternativas: (1) "que
yo gane y el otro pierda, y (2) "que el otro gane y yo pierda".

Si acaso consideran la posibilidad de salirse de este


esquema, es para que ninguno de los dos gane: "que ambos
perdamos".

A pesar de que esta forma de pensar está muy difundida,


a muchas personas les gustaría tener una opción en la que
ambos ganaran.

Si usted es de los que piensa en lo satisfactorio que sería


poderse relacionar con los demás de una manera en la que
ambas partes salieran ganando, lo que vamos a proponerle
en este capítulo le encantará porque, además, es un magní­
fico negocio: se trata de relacionarse con la gente en una
forma conveniente para ambos. Ni vivos ni bobos: coopera­
dores.

173
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Las relaciones pueden ser tan buenas para


usted, como para el otro

Existe un divertido juego de raqueta y bola que se prac­


tica en las playas y consiste en hacer la mayor cantidad de
pases posibles entre los dos jugadores, sin dejar caer la bola
al suelo. Aquí la diversión depende de la cooperación que
haya entre ellos. No hay un ganador ni un perdedor. Si los
dos juegan lo mejor que pueden, ambos ganan.

Ese es el juego que vamos a proponerle. Cuanto más


alerta estén para hacer el pase adecuado, o para salvar la
bola cuando parece que va a ir mal orientada, mejor se
logrará el objetivo. Recuerde: sus relaciones con los demás
son como el juego de la playa. Si uno de los dos pierde, pier­
den ambos. Igualmente, para que una relación, en la que
ambos necesitan del otro en algún sentido, sea duradera, es
indispensable que cada uno la considere buena para sí
mismo.

Inevitablemente, en nuestra interacción con los demás


surgen desavenencias por aspectos que nos desagradan, nos
ofenden o con los cuales no estamos de acuerdo. La forma
como las dos partes manejan este tipo de situaciones es muy
significativa ya que, a partir de allí, la persona se siente bien
o mal, en una relación.

S. Covey cita dos factores que tienen mucho que ver en


esto y que nosotros hemos llamado HONESTIDAD y CON­
SIDERACIÓN. Cuando hablamos de honestidad, estamos
entendiendo el hecho de permitimos permanentemente,
decirle a la otra persona lo que nos gusta y lo que no nos
gusta en la relación, aun en los momentos que parecen más
embarazosos. La consideración la hemos definido como
¿qué tanto me importa a mí que la otra persona se sienta

174
Convierta los problemas en oportunidades

afectada por lo que yo diga? Cuando hay un verdadero


balance entre estos dos factores, se puede decir que estamos
en una relación buena para ambas partes.
A todos nos sucede que con unas personas nos relaciona­
mos de una forma, y con otras podemos hacerlo de manera
muy diferente. Con mi jefe, yo puedo mostrarme más
paciente que con mis hijos o con mi pareja y, con ésta, puedo
sentirme más tranquilo que con mi jefe para expresarle lo
que siento y pienso.
Con mis hijos puedo ser más cuidadoso en no herirlos, es
decir, más considerado de lo que soy con mis hermanos y,
con mis empleados, puedo ser más firme y autoritario sin
importarme lo que ellos sientan.

De aquí en adelante utilizaremos los términos ganar y


perder. Con ellos de ninguna manera estamos refiriéndonos
al poder de una persona sobre la otra ni estamos evocando
una lucha entre dos para saber quién resulta triunfante. Lo
que queremos significar es el enriquecimiento personal que
cada una de las partes puede tener -o no tener- a través de
una relación. En este sentido, ganar significa beneficiarse y
perder, no beneficiarse.

Perder/Ganar: la eterna historia de la víctima


Cuando en una de sus relaciones usted frecuentemente
tiene una actitud sumisa: P E R -
La guerra es la incapacidad
D E R, y el otro una actitud impo­
para hablar y manejar las
sitiva: G A N A R , quiere decir que
diferencias, lo que no se
están en una relación Per­ pudo arreglar con palabras
d e r / Ganar. se trata de arreglar con

En esa relación, a cada momen­ misiles.

to usted podrá encontrarse dicién- Gloria Hurtado

175
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

dolé al otro: "como tú quieras", "lo que tú digas", "como a


ti te parezca mejor", "decide tú", aun cuando lo que el otro
diga, decida o proponga no sea lo que usted quiere en ese
momento.

Tener esa actitud constantemente dentro de la relación


supone que usted se preocupa más por complacer y no
molestar a la otra persona, sacrificando a veces el respeto
que se deba a sí mismo.

Pensamientos tales como: "le haré daño si le digo esto",


"se molestará", "no va a seguir apreciándome", "se desilu­
sionará de mí", revelan su alta consideración por el otro. Sin
embargo, usted no se está permitiendo la fuerza suficiente
para decir lo que opina o siente. La actitud de: "como tú
quieras, mi amor", "lo que te parezca mejor", o, cuando se
trata de una relación laboral, "sí, doctor", "no, doctor", "lo
que usted quiera", o "estoy de acuerdo", "como usted crea
que es mejor" -y por dentro sabe que no está de acuerdo-
crea en usted mismo un sentimiento de impotencia al no
permitirse expresar lo que siente.

En esos casos, la consideración prevalece sobre la hones­


tidad y la persona no expresa sus convicciones y sentimien­
tos, pudiéndolo hacer de una manera adecuada. La mayoría
de las veces lo hace por evitar un conflicto que supone le
dolería mucho o lo llevaría a perder la relación.

Quien está en una relación Perder/Ganar, desempeñan­


do el papel de perdedor:

• Se siente víctima y, como no está satisfecho, comienza a


llenarse de resentimiento y de rabia contra el otro.

• Se muestra conciliador en la relación porque teme ofen­


der.

176
Convierta los problemas en oportunidades

• Obra como si sus inquietudes fueran menos importantes


que las de los demás.

• Permite que los otros lo enreden en situaciones que no


son de su agrado.

• Se siente tímido ante los superiores y los representantes


de la autoridad.

• No se permite la honestidad necesaria para expresar ade­


cuadamente sus deseos.

• Sabotea poco a poco la relación con ironías, comentarios


sarcásticos, falta de solidaridad con el otro, desinterés o
muchas otras formas efectivas de lograr sutilmente que
al otro "le duele como a mí".

Una relación insatisfactoria


genera muchas iguales

Además, a veces ocurre que una persona cuyas relacio­


nes más importantes o significativas están dentro del esque­
ma Perder/Ganar, llega a pensar que así como los demás
logran que él haga lo que ellos quieren, utilizando ese
mismo método -imitando esa forma de comportarse- él
también podrá lograr en otras relaciones que los demás lo
complazcan y, generalmente, se inicia una cadena que
podría ser de este estilo: si el hombre se relaciona
Perder/Ganar con su jefe, busca relacionarse Ganar/Perder
con su pareja. La señora, a su vez, acepta este tipo de rela­
ción con él pero busca una relación Ganar/Perder con sus
hijos, y éstos se relacionan Ga­ Ayuda a tus semejantes a
nar/Perder con personas que se levantar su carga, pero no
muestran más débiles. Y así, se a llevarla.

crean cadenas de relaciones en las Pitágoras

177
Convierta los problemas en oportunidades

• Obra como si sus inquietudes fueran menos importantes


que las de los demás.

• Permite que los otros lo enreden en situaciones que no


son de su agrado.

• Se siente tímido ante los superiores y los representantes


de la autoridad.

• No se permite la honestidad necesaria para expresar ade­


cuadamente sus deseos.

• Sabotea poco a poco la relación con ironías, comentarios


sarcásticos, falta de solidaridad con el otro, desinterés o
muchas otras formas efectivas de lograr sutilmente que
al otro "le duele como a mí".

Una relación insatisfactoria


genera muchas iguales

Además, a veces ocurre que una persona cuyas relacio­


nes más importantes o significativas están dentro del esque­
ma Perder/Ganar, llega a pensar que así como los demás
logran que él haga lo que ellos quieren, utilizando ese
mismo método -imitando esa forma de comportarse- él
también podrá lograr en otras relaciones que los demás lo
complazcan y, generalmente, se inicia una cadena que
podría ser de este estilo: si el hombre se relaciona
Perder/Ganar con su jefe, busca relacionarse Ganar/Perder
con su pareja. La señora, a su vez, acepta este tipo de rela­
ción con él pero busca una relación Ganar/Perder con sus
hijos, y éstos se relacionan Ga­ Ayuda a tus semejantes a
nar/Perder con personas que se levantar su carga, pero no
muestran más débiles. Y así, se a llevarla.

crean cadenas de relaciones en las Pitágoras

177
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

que las personas desaprovechan la oportunidad de disfrutar


y enriquecerse.

La cultura occidental es dada a proteger a quienes se


encuentran sometidos a relaciones Perder/Ganar y hasta
acaba convenciéndolos de que es el otro, "el poderoso",
quien tiene la culpa de lo que sucede. Esta podría ser una
mentira que refuerce su posición.

Cuando alguien se permite a sí mismo tener una actitud


Perder/Ganar en ciertos momentos de sus relaciones, posi­
blemente lo hace buscando la fórmula más cómoda, la que
menos exigencias le traiga a corto plazo, para manejar la
situación. Resulta más fácil quedarse callado ante alguna
opinión de su pareja con la que usted está en desacuerdo,
que ser honesto y expresárselo adecuadamente. Obrando
así, la persona no soluciona su inconformidad en la relación.
Por el contrario, su propia sumisión la lleva al resentimien­
to y, tarde o temprano, se produce un enfrentamiento que le
trae mayor dolor y más costo.

Cuando alguien permite que la mayoría de las veces su


relación con el otro sea de sumisión, va acumulando un
malestar en contra del otro, que de pronto, por algo insigni­
ficante, estalla.

La sumisión no es dulzura, es falta de coraje

Decir siempre "sí" o quedarse callado ante las cosas que


no le gustan no es una cualidad de un temperamento dulce
y encantador: es falta de honestidad y de poder personal.
Esta es una forma de sabotearse, ya que su autoestima dis­
minuye y usted siente que pierde seguridad y poder sobre
su vida. Cada vez le va a ser más difícil tomar decisiones y,
sobre todo, no va a disfrutar lo bueno de sus relaciones.

178
Convierta los problemas en oportunidades

Cuando alguien está en una relación así, piensa que el otro


es el responsable. Sin embargo, es muy común encontrar
que esa misma persona que se quejaba tanto del otro, al
pasar el tiempo, está nuevamente relacionándose de la
misma manera con una persona diferente.
Lo que ocurre es que después de que usted se ha relacio­
nado con el otro en una actitud de perdedor, no se siente
muy contento consigo mismo. Piense ahora en alguna opor­
tunidad que usted haya aceptado perder (consciente o
inconscientemente). ¿Qué impresión tenía respecto de sí
mismo? Anote cinco formas de percibirse a sí mismo cuan­
do se ha relacionado Perder/Ganar.
1________________________
2________________________
3 _______________________
4 _______________________
5 _______________________
Algunas de las sensaciones emocionales que quedan des­
pués de una relación Perder/Ganar son:
Verse a sí mismo como a una persona:
- Cobarde
- Floja
- Indecisa
- Incapaz
- Más débil que la otra
- Tonta
- Inadecuada
La principal diferencia entre
- Irrespetada un visionario y un ¡luso es la
- Subvalorada acción.

179
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

que las personas desaprovechan la oportunidad de disfrutar


y enriquecerse.

La cultura occidental es dada a proteger a quienes se


encuentran sometidos a relaciones Perder/Ganar y hasta
acaba convenciéndolos de que es el otro, "el poderoso",
quien tiene la culpa de lo que sucede. Esta podría ser una
mentira que refuerce su posición.

Cuando alguien se permite a sí mismo tener una actitud


Perder/Ganar en ciertos momentos de sus relaciones, posi­
blemente lo hace buscando la fórmula más cómoda, la que
menos exigencias le traiga a corto plazo, para manejar la
situación. Resulta más fácil quedarse callado ante alguna
opinión de su pareja con la que usted está en desacuerdo,
que ser honesto y expresárselo adecuadamente. Obrando
así, la persona no soluciona su inconformidad en la relación.
Por el contrario, su propia sumisión la lleva al resentimien­
to y, tarde o temprano, se produce un enfrentamiento que le
trae mayor dolor y más costo.

Cuando alguien permite que la mayoría de las veces su


relación con el otro sea de sumisión, va acumulando un
malestar en contra del otro, que de pronto, por algo insigni­
ficante, estalla.

La sumisión no es dulzura, es falta de coraje

Decir siempre "sí" o quedarse callado ante las cosas que


no le gustan no es una cualidad de un temperamento dulce
y encantador: es falta de honestidad y de poder personal.
Esta es una forma de sabotearse, ya que su autoestima dis­
minuye y usted siente que pierde seguridad y poder sobre
su vida. Cada vez le va a ser más difícil tomar decisiones y,
sobre todo, no va a disfrutar lo bueno de sus relaciones.

178
Convierta los problemas en oportunidades

Cuando alguien está en una relación así, piensa que el otro


es el responsable. Sin embargo, es muy común encontrar
que esa misma persona que se quejaba tanto del otro, al
pasar el tiempo, está nuevamente relacionándose de la
misma manera con una persona diferente.
Lo que ocurre es que después de que usted se ha relacio­
nado con el otro en una actitud de perdedor, no se siente
muy contento consigo mismo. Piense ahora en alguna opor­
tunidad que usted haya aceptado perder (consciente o
inconscientemente). ¿Qué impresión tenía respecto de sí
mismo? Anote cinco formas de percibirse a sí mismo cuan­
do se ha relacionado Perder/Ganar.
1________________________
2________________________
3 _______________________
4 _______________________
5 _______________________
Algunas de las sensaciones emocionales que quedan des­
pués de una relación Perder/Ganar son:
Verse a sí mismo como a una persona:
- Cobarde
- Floja
- Indecisa
- Incapaz
- Más débil que la otra
- Tonta
- Inadecuada La principal diferencia entre
- Irrespetada un visionario y un iluso es la
- Subvalorada acción.

179
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

- Resentida
- Rabiosa
- Incomprendida
- Solitaria
- Insegura
- Sin poder personal

¿Vale la pena someterse a pensar esto de sí mismo por no


manejar un momento difícil? La sabiduría popular expresa
esa verdad con esta frase: "Es mejor colorado un minuto y
no pálido toda la vida".

Si alguien permite que la otra parte tome ventaja en la


relación y produzca un desbalance, paga un precio muy alto
porque está negando la posibilidad de tener con el otro una
relación enriquecedora.

Si en una o varias de sus relaciones usted tiene la actitud


de perder para que el otro gane y desea cambiar las cosas,
no vaya a gritarle al otro que "usted no va a permitir que le
haga eso", porque lo que ocurre en ese momento es que está
haciendo lo mismo que le reprocha al otro. Si a usted le inte­
resa esa relación, entienda que se trata de un proceso, que
tan desbalanceado es un extremo como el otro y que debe
permitirse ir encontrando poco a poco el balance. Muchas
veces es efectivo pedirle al otro que le ayude a encontrar el
equilibrio.

Ganar/Perder: ganar sin ei otro es como


serruchar el piso que lo está sosteniendo
Si usted está en una actitud impositiva: G A N A R -no le
importa lo que piense el otro- y el otro en una actitud sumi­
sa: P E R D E R, van a tener una relación Ganar/Perder.

180
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

- Resentida
- Rabiosa
- Incomprendida
- Solitaria
- Insegura
- Sin poder personal

¿Vale la pena someterse a pensar esto de sí mismo por no


manejar un momento difícil? La sabiduría popular expresa
esa verdad con esta frase: "Es mejor colorado un minuto y
no pálido toda la vida".

Si alguien permite que la otra parte tome ventaja en la


relación y produzca un desbalance, paga un precio muy alto
porque está negando la posibilidad de tener con el otro una
relación enriquecedora.

Si en una o varias de sus relaciones usted tiene la actitud


de perder para que el otro gane y desea cambiar las cosas,
no vaya a gritarle al otro que "usted no va a permitir que le
haga eso", porque lo que ocurre en ese momento es que está
haciendo lo mismo que le reprocha al otro. Si a usted le inte­
resa esa relación, entienda que se trata de un proceso, que
tan desbalanceado es un extremo como el otro y que debe
permitirse ir encontrando poco a poco el balance. Muchas
veces es efectivo pedirle al otro que le ayude a encontrar el
equilibrio.

Ganar/Perder: ganar sin el otro es como


serruchar el piso que lo está sosteniendo
Si usted está en una actitud impositiva: G A N A R -no le
importa lo que piense el otro- y el otro en una actitud sumi­
sa: P E R D E R, van a tener una relación Ganar/Perder.
Convierta los problemas en oportunidades

/VAQUI EL Que MAND4 SOY Yo,


Y YO SÉ COMO HA60 M/S COSAS¡l

"Aquí las cosas se hacen como yo digo y punto", "quien


paga las cuentas soy yo", "si el otro se molesta o incomoda,
es su problema". La persona que Si te sientes solo es porque
se relaciona de esta manera dice lo has construido murallas en
que piensa de forma impulsiva y lugar de puentes.

181
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

cree -a veces de buena fe- que sabe qué es lo bueno para los
demás aun sin consultar la opinión del otro. Basa su autori­
dad en la fuerza y la rigidez. Considera que ser disciplinado
es igual a ser inflexible y, a veces, pasa por encima de las
personas en nombre de "las cosas son como son". Esto trae
para quien actúa así un sentimiento de incomprensión y
soledad. En situaciones laborales tal vez, honestamente, se
siente frustrado porque considera que los demás no respon­
den adecuadamente a sus esfuerzos y sentido de responsa­
bilidad. Siente que no cooperan pero, en realidad, quienes
están a su alrededor están temerosos de expresar sus inicia­
tivas e ideas y también sus sentimientos de alegría, esponta­
neidad y afecto. Esto hace que, a quien actúa así, el mundo
le parezca frío y desagradecido.

Cuando alguien piensa en ganar, no importándole cómo


ni a costa de qué, está olvidándose del largo plazo, está sem­
brando resentimiento, en lugar de afecto. Contratar a al­
guien para que realice un trabajo por menos de lo que se
merece puede parecer un gran negocio en el momento, pero
es un contrasentido, ya que la persona va a dejar ese trabajo
inmediatamente vea la posibilidad de un cambio.

Para que sea duradera una relación interdependiente, o


sea aquella en la que ambas partes necesitan del otro en
algún sentido, es indispensable que cada uno la considere
buena para sí.

Todos tenemos o hemos tenido en algún momento rela­


ciones Ganar/Perder en las que nuestro papel es el del per­
dedor.

Piense en un caso concreto en que esto le haya sucedido


y trate de describir la conducta que en ese momento tenía su
contraparte.

182
Convierta los problemas en oportunidades

¿Cómo era percibida esa persona por usted?

Antes de leer la corta lista que proponemos enseguida


como algunas de las posibilidades, encuentre cinco palabras
que reflejen lo que usted ha sentido en ese momento.

1_______________________

2________________________
3 _______________________

4 _______________________

5 _______________________

Cuando una persona está en una actitud Ganar/Perder,


su contraparte podría percibirla como:

- Imponente
- Injusta
- Caprichosa
- Egoísta
- Terca
- Intolerante
- Desbalanceada
- Abusiva
- Autoritaria
- Controladora

Piense cuántas veces ha actuado así. ¿Le gustaría ser cali-


ficado así por otra persona? ¿Es Tacto: el arte de ganar una
esa la imagen que desea que ten­ discusión sin haber ganado

gan de usted aquellos con quienes un enemigo.

se relaciona? Anónimo

183
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Usted puede dejar de ser impositivo


en una relación

Si usted encuentra que algunas de sus relaciones tienen


esta característica y desea establecer una interacción más
balanceada, puede comenzar buscando una mayor comuni­
cación en ambas vías con aquellos con quienes se relacione.
Esto quiere decir, escuchar sus puntos de vista de una mane­
ra respetuosa, resaltar la buena intención que hay en ellos,
reconocer expresamente el aporte de éstos. Cuando usted
reconoce su propia vulnerabilidad en algunos aspectos,
comienza a darse cuenta de lo importante que es el apoyo de
algunas personas para lograr sus propósitos. Este hecho lo
va a acerca más a ellos, usted va a cultivar más su relación y
seguramente va a cambiar esa actitud de estar pendiente de
los errores que comete y a buscar la forma de apoyarse
mutuamente para que las cosas salgan mejor para todos.
Muchas veces pensamos que reconocer nuestros errores nos
quita imagen ante los demás; sin embargo, cuando alguien
en posición de autoridad reconoce sus errores: "Fui intran­
sigente, terco, traté mal a alguien", lo que gana es mayor res­
peto y consideración y, además, contribuye a generar un
ambiente en el que la gente aprende que reconocer y rectifi­
car los errores o desbalances es más productivo y sano que
estarlos ocultando o justificando.

Si usted quiere dar estos pasos, puede empezar por ex­


presarle a estas personas -subalternos, colegas, hijos, pare­
ja- que tal vez ha sido demasiado rígido o exigente en algu­
nas ocasiones y ahora está dispuesto a cambiar, y que esto
va a ser un proceso.

Cuando usted se encuentre siendo rígido o autoritario,


reconózcalo y busque inmediatamente otra forma de comu­

184
Convierta los problemas en oportunidades

nicar lo que quiere. Ríase de su propia rigidez. Dese cuenta


de que, si su objetivo es ser efectivo y dar resultados, lo va a
lograr de una manera mucho más rápida y grata, las buenas
relaciones son totalmente compatibles con los resultados
satisfactorios.

Perder/Perder: la filosofía de la guerra

Una persona que está en Perder/Perder parece destruc­


tiva, negativa, ilógica. Si en Perder/Ganar la característica
es la sumisión, en Perder/Perder son la impotencia, la rabia
y la agresividad.

En cualquiera de las relaciones anteriores, cuando no se


les da adecuada y oportuna solución a las diferencias, la
relación puede desembocar en Perder/Perder. Cada uno ve
al otro como un enemigo y está tan obsesionado con ganar­
le, que se vuelve ciego para todo, excepto para realizar su
deseo de que la otra persona pierda. Esta es la filosofía de
los adversarios y, lo que es más triste, la filosofía de la gue­
rra: gana el que más bajas (muertes) le produzca al otro. Las
personas en Perder/Perder suelen decirse estas cosas: "los
hijos ni para usted ni para mí, para los abuelos", "la plata (y
esto lo hacen menos conscientemente, pero se llega a igual
resultado) ni para usted ni para mí, para los abogados",
"hago esto contra esa persona así sea lo último que haga en
mi vida", "con ésta no me quedo, cuésteme lo que me cues­
te". Esta es una forma impulsiva de obrar que nada tiene
que ver con la lógica. Lo que prevalece es hacerle al otro el
mayor daño posible.

En Perder/Perder no sólo se El pretexto de todas las

arremete al otro, al "enemigo", guerras: conseguir la paz.

sino a muchos inocentes (la mayo- Benavente

185
Cartas Devis, María Mercedes de Beltrán

ría de las veces seres cercanos a quienes se aprecia) que nada


tienen que ver con esto. Las personas se dan cuenta clara­
mente de que están perdiendo y conscientemente lo asumen
para lograr que el otro pierda.
Un clásico ejemplo de Perder/Perder lo tenemos en la
Biblia. Llevaron a dos mujeres ante el rey Salomón para que
dirimiera un conflicto serio que tenían entre ellas. Ambas
acababan de tener su criatura pero una de ellas murió poco
después del nacimiento. Las dos mujeres alegaban ser la
madre de la criatura que quedó viva. Salomón las puso a
ambas al lado del bebé en disputa y dijo: "como no sé cuál
de ustedes es la verdadera madre, no sería justo entregar el
niño a una y privar a la otra de él, por tanto, he decidido
partirlo en dos y darle a cada una la mitad". Una de las
mujeres estuvo totalmente de acuerdo con esa solución (si
no es para mí, que no sea tampoco para ella). La otra, horro­
rizada, pidió al rey que conservara la vida de la criatura aun
cuando no fuera para ella. Salomón, ante esas dos reaccio­
nes, supo sin lugar a dudas quién era la verdadera madre y
procedió a entregarle su hijo.
Algunos abogados relatan que, durante las sucesiones,
suelen ocurrir hechos de este estilo: venden una casa que
deben repartir entre varios por muy poco precio, con tal de
que al otro (hermano, pariente o relacionado, con quien tie­
nen una relación Perder/Perder) no le quede dinero y, lógi­
camente, pierden también su parte.
En las relaciones cotidianas también se ve este tipo de
actitudes: "Si no podemos ir ambos, no va ninguno". Y en
relaciones de trabajo puede suceder lo mismo. Cuando la
única motivación en las relaciones laborales es la competen­
cia, suelen suceder casos como "si este cliente no es para mí,
no es para nadie".

186
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

ría de las veces seres cercanos a quienes se aprecia) que nada


tienen que ver con esto. Las personas se dan cuenta clara­
mente de que están perdiendo y conscientemente lo asumen
para lograr que el otro pierda.
Un clásico ejemplo de Perder/Perder lo tenemos en la
Biblia. Llevaron a dos mujeres ante el rey Salomón para que
dirimiera un conflicto serio que tenían entre ellas. Ambas
acababan de tener su criatura pero una de ellas murió poco
después del nacimiento. Las dos mujeres alegaban ser la
madre de la criatura que quedó viva. Salomón las puso a
ambas al lado del bebé en disputa y dijo: "como no sé cuál
de ustedes es la verdadera madre, no sería justo entregar el
niño a una y privar a la otra de él, por tanto, he decidido
partirlo en dos y darle a cada una la mitad". Una de las
mujeres estuvo totalmente de acuerdo con esa solución (si
no es para mí, que no sea tampoco para ella). La otra, horro­
rizada, pidió al rey que conservara la vida de la criatura aun
cuando no fuera para ella. Salomón, ante esas dos reaccio­
nes, supo sin lugar a dudas quién era la verdadera madre y
procedió a entregarle su hijo.
Algunos abogados relatan que, durante las sucesiones,
suelen ocurrir hechos de este estilo: venden una casa que
deben repartir entre varios por muy poco precio, con tal de
que al otro (hermano, pariente o relacionado, con quien tie­
nen una relación Perder/Perder) no le quede dinero y, lógi­
camente, pierden también su parte.
En las relaciones cotidianas también se ve este tipo de
actitudes: "Si no podemos ir ambos, no va ninguno". Y en
relaciones de trabajo puede suceder lo mismo. Cuando la
única motivación en las relaciones laborales es la competen­
cia, suelen suceder casos como "si este cliente no es para mí,
no es para nadie".

186
Cartas Devis, María Mercedes de Beltrán

ría de las veces seres cercanos a quienes se aprecia) que nada


tienen que ver con esto. Las personas se dan cuenta clara­
mente de que están perdiendo y conscientemente lo asumen
para lograr que el otro pierda.
Un clásico ejemplo de Perder/ Perder lo tenemos en la
Biblia. Llevaron a dos mujeres ante el rey Salomón para que
dirimiera un conflicto serio que tenían entre ellas. Ambas
acababan de tener su criatura pero una de ellas murió poco
después del nacimiento. Las dos mujeres alegaban ser la
madre de la criatura que quedó viva. Salomón las puso a
ambas al lado del bebé en disputa y dijo: "como no sé cuál
de ustedes es la verdadera madre, no sería justo entregar el
niño a una y privar a la otra de él, por tanto, he decidido
partirlo en dos y darle a cada una la mitad". Una de las
mujeres estuvo totalmente de acuerdo con esa solución (si
no es para mí, que no sea tampoco para ella). La otra, horro­
rizada, pidió al rey que conservara la vida de la criatura aun
cuando no fuera para ella. Salomón, ante esas dos reaccio­
nes, supo sin lugar a dudas quién era la verdadera madre y
procedió a entregarle su hijo.
Algunos abogados relatan que, durante las sucesiones,
suelen ocurrir hechos de este estilo: venden una casa que
deben repartir entre varios por muy poco precio, con tal de
que al otro (hermano, pariente o relacionado, con quien tie­
nen una relación Perder/Perder) no le quede dinero y, lógi­
camente, pierden también su parte.
En las relaciones cotidianas también se ve este tipo de
actitudes: "Si no podemos ir ambos, no va ninguno". Y en
relaciones de trabajo puede suceder lo mismo. Cuando la
única motivación en las relaciones laborales es la competen­
cia, suelen suceder casos como "si este cliente no es para mí,
no es para nadie".

186
Convierta los problemas en oportunidades

Tanto en Ganar/Perder como en Perder/Ganar, ambas


partes están perdiendo; sin embargo, la mayoría de las veces
alguno de los dos piensa que está ganando.

En Perder /Perder, por el contrario, existe en ambos con­


ciencia de que están perdiendo tanto o más que el otro, pero
lo asumen así con tal de perjudicar al "enemigo".

Ganar/Ganar o el principio
de los vasos comunicantes

En el mundo de la física hay varios casos que nos com­


prueban cómo, si dos cuerpos están unidos entre sí, lo que
le sucede a uno los afecta a ambos.

DEBEMOS
CREAR CONFIANZA
PARA LOS momentos difíciles.

187
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Esto pasa con los vasos comunicantes. Es un fenómeno


físico bastante simple que usted puede comprobar si lo
desea. Cuando se tienen dos recipientes comunicados entre
sí, si se llena de líquido uno, el otro se va llenando al mismo
nivel. De la misma manera, si se abre un orificio en la base
de uno de los dos, ambos pierden el líquido hasta que que­
dan vacíos.

Así como es un imposible físico mantener dos recipien­


tes comunicados, uno lleno y otro vacío, de igual manera, en
nuestras relaciones, lo que sucede a uno afecta al otro y, a la
larga, se pierde y se gana en la misma proporción.

Si el empleado de una empresa tiene un problema perso­


nal, éste afecta su trabajo y, por tanto, a su empresa y a su
familia. Si esa persona se siente bien acerca de sí misma,
probablemente hará mejor su trabajo, será mejor miembro
de familia y mejor amigo. Si a la compañía en la que esta
persona trabaja le va bien, habrá mayores oportunidades y
sus empleados se beneficiarán y se sentirán exitosos por tra­
bajar en una compañía exitosa y, si hay muchas compañías
exitosas, habrá más trabajo y la sociedad será más próspera.

En las relaciones de familia, esta interdependencia es


más obvia: si uno de los miembros está mal, afecta a todo el
grupo; si está bien, todos se sienten mejor.

Las relaciones duraderas


se basan en este principio

Ganar/Ganar es una actitud a largo plazo en la que


ambas personas sienten que el bienestar y los intereses del
otro son tan importantes como los suyos mismos. Cada uno
está abierto y dispuesto a dar lo mejor de sí y a recibir y
valorar lo que el otro le dé. Con esta actitud en la relación,

188
Convierta los problemas en oportunidades

es posible disfrutar del corto plazo, ya que la relación


Ganar/Ganar es considerada y justa con sus intereses y tam­
bién del largo plazo, porque en cualquier momento de difi­
cultad dentro de la relación, usted va a sentir que el otro lo
disculpa, confía en usted y lo apoya para salir adelante.

Cuando nos concentramos en mantener nuestras relacio­


nes en una actitud Ganar/Ganar no sólo estamos ganando a
corto plazo, ya que disfrutamos mucho más la interacción
creando un ambiente de mayor confianza, apoyo, flexibili­
dad y tolerancia, sino que, a largo plazo, estamos sembran­
do nuestro futuro, estamos creando estructuras de relacio­
nes que nos apoyarán en los momentos difíciles o de crisis,
ya que una de las características fundamentales de las rela­
ciones es que son dinámicas, pues la autoridad, la credibili­
dad, el poder y los recursos que usted tiene ahora no nece­
sariamente los va a tener durante toda su vida.

Muchas son las historias de personas poderosas que ter­


minan apoyadas por un modesto servidor, o las de personas
que en sus momentos de apogeo han sido consideradas y
justas y en las épocas difíciles han recibido el apoyo y la con­
fianza de quienes les agradecen el buen uso que hicieron de
su autoridad.

Cuando hay crisis, en relaciones Perder/Ganar o Ga-


nar/Perder, lo que sucede es que el perdedor saca sus resen­
timientos y nos "pasa la cuenta" porque ya no aguanta más.

Ganar/Ganar significa que ambas partes se sientan


orgullosas de la relación, que las decisiones se toman tenien­
do en cuenta tanto el punto de Si de veras tienes que ser
vista propio como el del otro, no sincero, sé
en la forma mezquina del forcejeo encantadoramente sincero,
o de la contabilidad de "cuántas Jalil Gibrán

189
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

veces he cedido yo para que tú cedas también", sino hacien­


do expresos el respeto y el aprecio por el punto de vista del
otro, aun cuando no sea igual al mío. En Ganar/Ganar las
personas están alertas a cumplir sus compromisos y a expre­
sar claramente sus expectativas para evitar cualquier dife­
rencia con el otro. Cuando se cometen errores, no sólo se
reconocen sino que se enmiendan.

De aquí que una relación cultivada con las ideas de


Ganar/Ganar facilita cualquier propósito en común porque
siempre estará esa actitud por encima de cualquier diferen­
cia y habrá cada vez mayor confianza y deseo de enriquecer
la relación.

Ganar/Ganar no significa perder la autoridad

Cuando se está en una posición de autoridad, también se


puede tener una actitud Ganar/Ganar hacia los subalternos.
Si usted quiere, por ejemplo, delegar trabajo actuando den­
tro de este esquema debe, ante todo, dejar muy claras las
expectativas que tiene acerca de los resultados.
Debe, además, acordar tiempo para cada una de las eta­
pas y explicarle a la persona con qué recursos cuenta en
todas las áreas: qué autoridad tendrá, qué disponibilidad
económica, qué canales de comunicación debe utilizar y
cómo se va a evaluar su desempeño.

Si la persona tiene todas estas herramientas claras, lo


más seguro es que va a poder hacer su trabajo a satisfacción.
Algunos jefes no son tan explícitos cuando asignan trabajos
y, puesto que la persona no sabe concretamente lo que se
espera en cada área, puede defraudar las expectativas que se
tienen sobre sus resultados aun teniendo la capacidad y la
buena disposición para haberlo hecho de la mejor forma.

190
Convierta los problemas en oportunidades

Ganar/Ganar no es quedarse en los mínimos


Cada papel que desempeñamos en la vida tiene sus obli­
gaciones para con otras personas. Un maestro debe "cum­
plir el programa" que se le asignó en su materia. Un padre
debe sostener económicamente y educar a sus hijos. Un ven­
dedor debe entregar a su cliente el producto que vendió.
Cuando se es pareja, se debe fidelidad, apoyo y respeto al
otro, si eso es lo pactado.
Sin embargo, las relaciones Ganar/Ganar van más allá
de estos deberes básicos. Más que "cumplir con lo que me
toca", las personas están pensando en dar lo mejor de sí: el
padre no se contentará con ser el proveedor sino que busca­
rá que sus hijos puedan llegar a ser felices como personas. El
profesor no se quedará en dar la información: procurará que
los alumnos descubran, valoren y utilicen su propio poten­
cial. El vendedor ofrecerá servicio y credibilidad a su clien­
te, y la pareja no se contentará con "estar bien" con el otro
sino que procurará apoyar la existencia y desarrollo perso­
nal de cada uno, teniendo en cuenta los objetivos conjuntos.
Si Perder/Ganar es la filosofía de la víctima, Per-
der/Perder la filosofía de la guerra, Ganar/Perder la de
serrucharse su propio piso, Ganar/Ganar sería la de la inter­
dependencia valorada por ambos.
Si una relación en la que ambos ganen trae tantas venta­
jas, ¿ por qué no comenzar ya a convertir nuestras relaciones
a ese esquema?
Honestidad sin
consideración es
Autoevalúe sus relaciones
violencia,
Si usted quiere observar la forma como consideración sin
se relaciona con los demás, el siguiente honestidad es
ejercicio le dará bastante información: sumisión.

191
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Entre las relaciones que usted tiene -padre, pareja, jefe,


compañero de trabajo, amigo, profesor, colega, cliente, hijo,
madre-, escoja algunas para analizarlas. En este cuadro que
ve a continuación aparecen los dos factores que antes expli­
camos: la honestidad y la consideración. Usted debe traba­
jar con los dos factores en cada relación.

El ejercicio consiste en que usted califique qué tanta


honestidad y qué tanta consideración se permite en la rela­
ción con cada una de las personas que escogió: (1) significa
muy poca consideración con el otro, es decir, no le importa
casi nada lo que la persona sienta o piense; si le tiene que
decir algo, se lo dice y, si le molesta, ese es su problema. (10)
significa mucha consideración, es decir, que cuando usted
tiene que decirle algo al otro, busca la mejor forma de hacer­
lo estando consciente de que desea ser lo más cuidadoso y
delicado posible.

10
9 V.

H 8
0 7
N
E 6
S
5
T
1 4
D
3
A
D 2

1
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 1 0

CONSIDERACIÓN

192
Convierta los problemas en oportunidades

Si, por ejemplo, con su vecino usted se permite mucha


honestidad, porque le dice cualquier cosa que piensa en el
momento en que la piensa, y poca consideración porque
está convencido de que es problema de él si se siente mal
con lo que usted le dice, califiqúese con un (9) en honestidad
y un (3) en consideración. Marque los puntos sobre la línea
correspondiente como lo indica el cuadro. Prolongue hacia
adentro las rayas y haga una estrella en el punto donde se
unen. Allí pondrá la inicial v) de vecino.

Si con su padre usted tiene una alta consideración: está


pendiente de no lastimarlo con lo que le dice, y casi nada de
honestidad porque prefiere quedarse callado aun cuando
sabe que debe hablar pero no quiere armar problemas,
podrá darse un (8) en consideración y un (2) en honestidad.

Cuando hay una alta consideración y alta honestidad,


usted busca la forma de obrar para que la otra persona se
sienta respetada y tenida en cuenta, aun en los momentos en
que le dice cosas que son difíciles de aceptar.

Cuando termine de hacer este ejercicio con las relaciones


que seleccionó, compare el resultado de sus relaciones con el
cuadro que sigue y así podrá darse cuenta en dónde está
situada cada una de las relaciones que analizó.

H
0 GANAR-PERDER GANAR-GANAR
N
E G/P G/G
S
T
1 PERDER-PERDER PERDER-GANAR
D P/P P/G
A
D
5 1 0
CONSIDERACIÓN

193
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

¿Cómo son sus actividades en cada relación? El cuadro


anterior lo llamamos "de actitudes en la relación" porque
usted no se relaciona de la misma manera con la gente, sino
que hay una actitud que prevalece cuando nos relacionamos
con una persona. Es común encontrar entre las parejas que
uno de los dos se relaciona Ganar/Perder en el manejo de
los asuntos económicos y Perder/Ganar en otro campo, por
ejemplo, en el emocional.

Que ambas personas ganen en una relación -Ga­


nar/ Ganar- no es algo romántico o iluso: es una posibilidad
real, es una filosofía de la relación entre seres humanos, una
actitud especial de nuestra mente para buscar beneficios
mutuos, para dar todo lo bueno que podemos, para mover­
nos en una dirección en la que ambas partes nos sintamos
satisfechas y orgullosas de la relación.

194
Convierta los problemas en oportunidades

CAPÍTULO XI

EL RESENTIMIENTO, ¿LE HACE MAL


AL OTRO O A USTED MISMO?

// í" I'"lengo un resentimiento contra... No me gusta pensar


I en esto porque me duele, me mortifica pero, en ver-
JL dad, está mucho más presente en mí de lo que quisie­
ra. Cuando algo me sale bien, me amargo pensando en que habría
sido mejor si esa persona no me hubiera hecho lo que me hizo.
Cuando algo me sale mal, a veces pienso que estoy en esa situación
por culpa de esa persona. He tomado o he dejado de tomar decisio­
nes que tal vez me servirían a mí o a los míos, motivado por ese
sentimiento. No en pocas ocasiones me he encontrado en mis fan­
tasías evocando dolorosamente y con profunda rabia los hechos,
arruinando así momentos de soledad y paz. Otras veces -y no me
siento muy orgulloso de esto- he inducido de una manera más o
menos sutil a mi familia, a mis hijos, a que compartan ese odio que
les es ajeno y no entienden, y que además, contradice todo lo que
les he enseñado... ¡cuánto tiempo de mi vida he dedicado a ese dolor
que no quiero!... Y ¿qué es lo que realmente quiero? Que la otra
persona, mi agresor, sienta lo que yo siento. Que sufra lo que yo
sufro. Y lo que sucede es que, mientras más acentúo mi dolor, más
sufro yo y más sufren los míos, y la otra persona... a veces ni se
entera o, si se entera, a lo mejor ya tiene demasiado con sus pro­
pias penas, con sus propias confusiones, con su propia amargura.

"Porque yo sé que esa persona no se portó así por primera vez


conmigo. Otras veces había obrado de la misma manera y, en algu­

195
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

na forma, yo sabía que iba a pasar lo que pasó. Yo soy responsable


por haber esperado que, conmigo, la magia de nuestra relación o
un milagro lo evitaran. Ahora puedo hacer dos cosas: o seguir
dedicando mi vida a lo que no quiero recordar o aprender a perdo­
narme y perdonar. Porque tengo que ser consciente de que, para
mí, la vida es muy valiosa y sé que de esto puedo aprender algo...
A lo mejor, la más grande enseñanza que me dejó este resentimien­
to es haberme dado cuenta de que quien sufre y se mortifica con él
soy yo y no el otro".

Seguramente usted, como la mayoría de las personas, ha


sentido esa mezcla de rabia, desilusión y frustración que se
experimenta cuando, a su juicio, una persona, una entidad o
un grupo de personas, afectivamente importantes para
usted, lo han defraudado en algo, y no quiere o no puede
expresarles directamente su reacción. Usted sabe que ese
resentimiento le hace daño y, sin embargo, a veces piensa
que no le es posible -o no desea- olvidarlo.

Los resentimientos nacen


de las expectativas frustradas

En toda relación humana, desde la más ocasional hasta la


más profunda, cada una de las partes espera a que la otra se
comporte de determinada manera y a esto lo llamamos
expectativas. Es algo así como una forma de vivir por anti­
cipado nuestras relaciones con los demás, con todas las
suposiciones y deseos que tenemos antes de que un aconte­
cimiento suceda.

Expectativa es una palabra clave cuando hablamos de


resentimiento. Los resentimientos nacen de las expectativas
frustradas. Cuando damos por descontado y creemos justo
y lógico que el otro se comporte de determinada manera en

196
Convierta los problemas en oportunidades

algo que tiene significado especial para nosotros, y esto no


sucede así, nos sentimos injustamente pagados, ofendidos,
adoloridos y frustrados. Así comienzan los resentimientos.

Reconozcámoslo o no, de alguna manera nosotros pensa­


mos que la otra persona se va a ver afectada cuando tenemos
hacia ella un resentimiento; sin embargo, la paradoja es que
el resentimiento es una de esas "victorias engañosas" que
obra como el bumerán, es decir, que se devuelve contra el
que lo lanza. El dolor que esperaba causarle al otro y todas
las demás consecuencias negativas las está recibiendo usted.

Cuando una persona está resentida con alguien, desea


vengarse. Quiere que el mismo dolor que está sintiendo, lo
padezca el otro y, por lo tanto, lo primero que se le ocurre es
retirarle lo más importante que le está dando: su amor, su
afecto, su amistad o su interés, dependiendo del tipo de
relación que tengan. Lo importante es que el otro se dé cuen­
ta de que está herido y esto le duela.

Quien está resentido con otro, sabotea poco a poco su


relación porque, a partir de su herida, aplica una forma
intransigente y a veces injusta para juzgar lo que la otra per­
sona hace o deja de hacer. El resentimiento cambia su pers­
pectiva de la relación, usted comienza a ser menos benévo­
lo con el otro; algunas cosas que antes no le molestaban
ahora las encuentra insoportables y, aún más, lo que todavía
funciona bien entre los dos, empieza a parecerle falso o sin
sentido.

Esto lo aplica no sólo al presente y al futuro sino a su


análisis del pasado, y allí encuen­ El esclavo es el que espera
tra muchos motivos de queja de a que alguien venga a

los que "no se había dado cuenta liberarlo.

antes". Este es el momento en que Ezra Pound

197
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

usted se pregunta: "¿Por qué fui tan ciego o ciega ante todo
esto?, ¿cómo fue que dejé que esto sucediera y no reaccio­
né?". Lo que pasa es que ahora está mirando las cosas con
otros "ojos". Ya no tiene la flexibilidad, la comprensión y la
buena voluntad que tenía en ese momento hacia esa perso­
na. Ahora, debido a su herida, usted se ha convertido en "un
enemigo" y ya no está dispuesto a disculpar nada.

Cuando las cosas llegan a este punto, lo único que nos


parecería aceptable sería que el otro se diera cuenta de "lo
que nos hizo" -a veces pretendemos que esto suceda sin
decírselo directamente-, que nos ofreciera disculpas y que,
de alguna manera, nos dijera que también le duele que le
quitemos nuestro aprecio. Generalmente, no sucede nada de
esto y aun cuando usted esté muy adolorido, es posible que
el otro ni siquiera se haya enterado del asunto. El que ver­
daderamente sufre con el resentimiento es el que lo siente,
no el otro.

¿Cómo se crean las expectativas?

Lo que realmente cuenta en un resentimiento es lo que


esperábamos que fuera y no fue; es decir, nuestras expecta­
tivas frustradas.

Para formar esas expectativas, utilizamos varios recur­


sos. Casi siempre, cuando establecemos una relación con el
otro, ya existen unos "acuerdos" más o menos claros de lo
que podemos esperar. Si usted va a la lavandería a que le
laven un vestido, no tiene que decirles que espera que no se
lo vayan a dañar o a perder. Si matricula a su hijo en un cole­
gio, no es necesario que advierta que sus expectativas son
que le enseñen lo que le corresponde y que no lo traten mal
o lo agredan físicamente. Cuando consigue una pareja, tiene

198
Convierta los problemas en oportunidades

sus expectativas sobre el comportamiento de esa persona y


la mayoría de las relaciones humanas tienen unas expectati­
vas generales ya determinadas acerca de lo que se puede o
no se puede esperar en ese tipo de relación.

A esto se suma lo que nosotros conocemos acerca de la


conducta anterior del otro. De acuerdo con lo que sabemos
de la otra persona, deducimos la forma como podría actuar
en el futuro. Si mi jefe es muy serio y distante, yo no espero
que me haga una broma o me dé un abrazo muy efusivo el
día de mi cumpleaños. Sin embargo, estas expectativas que
tenemos acerca de que el otro se comporte de la misma
manera como ya lo ha hecho otras veces, son inciertas, ya
que la forma de obrar de una persona sólo la refleja en el
momento en que está actuando. Esa persona puede decidir
cambiar su conducta como decide cambiar su forma de ves­
tir, ya que nadie está atado a lo que piensa o a como actúa
en un momento dado y, por el contrario, siempre tiene la
posibilidad de ensayar nuevas opciones.

Otro método que utilizamos es el del propio deseo.


Esperar con el deseo: "como yo quiero tanto a esta persona
y ella a mí, estoy seguro de que...", "como yo me he porta­
do tan bien con tal persona, espero que él..."; allí comienza
nuestra anticipación del futuro... y se mezcla con aquello
que deseamos o nos gustaría que fuera.

Nadie puede leer sus pensamientos. Si quiere


relaciones claras, establezca acuerdos claros

Tener expectativas sobre la Inútil es la maravillosa


conducta del otro es absolutamen­ producción de leche de una

te inevitable. Sin embargo, mien­ vaca que patea el balde.

tras más realistas sean éstas, ma- Hadrat Muinudin

199
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

yores posibilidades tiene de que se cumplan. Un buen méto­


do para lograr que sus expectativas sean adecuadas, es
hacerlas exph'citas. Cuando usted se compromete con al­
guien para realizar entre los dos alguna actividad, pregún­
tele claramente lo que espera de usted y, a su vez, comuní-
quele sus expectativas. Esto facilitará su comunicación y
cada uno sabrá claramente qué esperar.

En la sociedad se tienen asignadas unas ciertas funcio­


nes o formas de actuar; sin embargo, es importante que se
determinen explícitamente en cada caso. Los terapeutas de
pareja hablan constantemente de ese punto. Muchas veces
entre los integrantes de una pareja se asume que la esposa
debe hacer esto y esto, y el marido esto y aquello. Sin
embargo, uno de los dos puede estar pensando: "yo lo que
espero es que mi pareja sea muy dedicada a mí, que me
atienda y comparta todo su tiempo libre conmigo, que sus
diversiones sean las mismas mías y que estemos juntos
todos los fines de semana" y el otro, a su vez, pensará: "yo
espero que mi pareja sea muy respetuosa de mi tiempo, que
tenga su propia vida, que esté de acuerdo con que yo tenga
tiempo para mis cosas personales y que compartamos nues­
tros ratos de descanso sin necesidad de estar siempre jun­
tos". Ambas expectativas son válidas y justas pero, así como
usted no puede complacer a su pareja en algo que no sabe
que le gusta, tampoco esa persona lo podrá hacer si usted
no se lo ha dicho explícitamente. Cuando no se expresan
claramente las expectativas entre las partes, a veces es difí­
cil obrar como el otro espera, aun teniendo la mejor dispo­
sición para hacerlo.

Las expectativas no expresadas son una fuente potencial


de frustraciones y de heridas. Aun cuando la otra persona
-jefe, compañero de trabajo, vecino, amigo, empleado, hijo,

200
Convierta los problemas en oportunidades

pareja, familiar- desee hacer lo que usted espera, le será bas­


tante difícil complacerlo si no sabe qué es.

Hay personas que llegan al extremo de decir: "Lo que


quiero es que me sorprenda". Esta es una forma de decir
"además de que deseo que obre de tal o cual manera, quiero
no tenérselo que decir, sino que adivine cuándo y cómo deseo
que actúe". Generalmente, quienes manejan así sus relacio­
nes se sienten defraudados y resentidos, ya que no le propor­
cionan al otro las herramientas para que los complazcan.

El otro no tiene la culpa


de lo que usted espera de él

Sabiendo que los resentimientos nacen de las expectati­


vas defraudadas y, teniendo en cuenta que de usted depen­
de tener unas expectativas justas y realistas, y que sus
expectativas son responsabilidad únicamente suya ya que el
otro no tiene la culpa de lo que usted espera de él, puede
comenzar a pensar en solucionar un resentimiento que ten­
ga "guardado". Le sugerimos que se tome un par de minu­
tos antes de seguir adelante, para que lo identifique. El
hecho de que pueda reconocerlo es el primer paso para
empezar a resolverlo.
Las personas hacia las que tenemos resentimiento pue­
den estar vivas o haber desaparecido de nuestra vida. No
necesitamos hablar con el otro para "soltar" nuestro resenti­
miento. La solución está en nuestro interior y, cuando nos
damos cuenta del mal que nos
estamos haciendo, podemos per­
Las personas violentas y
donar sinceramente.
agresivas son personas
Lo primero que puede hacer asustadas que no han
para aclarar las cosas es analizar sabido comunicar su miedo.

201
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

qué fue lo que la otra persona hizo o dejó de hacer con lo


que usted se sintió defraudado.

No todas las expectativas


son justas y razonables

Además de poner atención al método que utilizamos


para formar nuestras expectativas, debemos considerar que
no cualquier cosa que nosotros esperamos del otro es justa y
razonable por el solo hecho de que se la comuniquemos.
Nuestras expectativas deben tener en cuenta algunos aspec­
tos para que no le exijamos al otro más de lo que le corres­
ponde hacer en la relación.

• Lo primero es ser muy realista en lo que la otra persona


puede, quiere y está en capacidad de dar en esa relación. A
veces creemos que, debido a nuestra muy buena relación con
el otro, éste va a cambiar las cosas que no nos gustan o nos
mortifican: si su novio es alcohólico y usted ha decidido casar­
se con él, no se sienta engañada porque "a pesar de que le doy
hasta mi propia vida", siga siendo alcohólico. Su expectativa
realista debe ser que él se va a seguir comportando igual, por
mucho que la quiera. Y esto no excluye que usted pueda apo­
yarlo para que cambie pero, mientras tanto, debe esperar sola­
mente lo que es y no lo que desearía que fuera.

• Mantenga sus expectativas dentro de los aspectos que


comprende la relación. Si su jefe, con quien tiene una buena
comunicación en el trabajo, no acepta ser el padrino de bau­
tismo de su hijo, no deja de ser un buen jefe ni está incum­
pliendo ningún contrato con usted. Simplemente, sus expec­
tativas se salieron del contexto de la relación que ambos
tienen. Algunas personas piensan que si su relación con su
mejor amigo funciona perfectamente, lo más seguro es que

202
Convierta los problemas en oportunidades

sea el socio ideal para hacer un negocio y, si no se entienden


como esperaban, difícilmente vuelven a ser tan buenos ami­
gos porque quedan los resentimientos. Las expectativas que
tenían en el campo de la amistad las extendieron al de los
negocios, y ambos se sintieron frustrados.

• Sea justo en lo que espera de los demás. Este es otro


aspecto muy importante en las expectativas: no pretender
que el otro haga cosas que no le corresponden. Si usted tiene
una amistad con alguien a quien le ha hecho grandes confi­
dencias y, cuando lo necesita, no le ofrece prestarle el dine­
ro que le urge aun cuando lo tenga disponible, no cultive un
resentimiento en su contra: puede ser que en la mente de esa
persona esté muy claro que no desea mezclar la amistad con
el dinero.

• Sea flexible con los cambios de circunstancias o de


intereses del otro. Los seres humanos estamos continuamen­
te cambiando; nuestro organismo cambia, nuestras circuns­
tancias externas varían, nuestros intereses son diferentes en
las distintas épocas de la vida y esto hace que nos relacione­
mos en forma distinta con los demás. Algunos padres tienen
resentimiento con sus hijos adolescentes porque ya no quie­
ren salir a pasear con ellos o a visitar a sus familiares. Esto
nace de que han conservado sus expectativas rígidamente,
sin considerar que en esa edad el hijo puede demostrar su
interés hacia la familia de maneras distintas a esta.

• Acepte "la forma" del otro. Si usted le ha dicho a su


pareja que le encanta que sea detallista y, para el otro esto
significa llamarle por teléfono Escribe las injurias en la
desde el trabajo, estar pendiente arena y los beneficios en el
de su comodidad, salir a comer mármol.

juntos, recordar las fechas especia- Benjamín Franklín

203
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

les, no se ofrenda porque no le celebra su cumpleaños como


usted esperaba: el otro está siendo detallista a su manera.

A veces creamos resentimientos con la gente porque no


reconocemos que muchas de sus actitudes agresivas, des­
corteses, desatentas, son su forma habitual de comportarse,
no es exactamente una respuesta en contra nuestra, podría­
mos decir que la persona "es así" con todo el mundo y no­
sotros fuimos uno más que se le cruzó en el camino.

Si al analizar nuestro resentimiento no somos capaces de


reconocer que estamos heridos porque queríamos que el
otro hiciera las cosas de una manera determinada, nos pode­
mos dar cuenta de todo el dolor que podríamos habernos
evitado solamente aceptando "la forma" del otro.

De hecho, si usted está en una relación con una persona


y permanece en ella, quiere decir que lo que usted recibe del
otro es más importante para usted que lo que no le gusta. Tal
vez ha tratado de cambiar a la persona, y esto ha empeora­
do la relación o la situación puesto que, como hemos afirma­
do en varias ocasiones, nadie cambia a menos que quiera.
De esa manera, nos vemos ante una alternativa muy senci­
lla: aceptamos lo que la relación nos ofrece o terminamos la
relación. En el evento de que aceptemos continuar, es mejor
que resaltemos lo que nos gusta y lo que recibimos, y que
reconozcamos nuestra capacidad para manejar lo que no
nos gusta.

También es importante tener claro que si usted discrepa


de la forma como la otra persona hace las cosas, no quiere
decir necesariamente que esté mal hecho como el otro lo eje­
cute: quiere decir que usted tiene un punto de vista distinto.
Esto le facilitará comprender y aceptar "las razones" de la
otra persona para actuar como actúa.

204
Convierta los problemas en oportunidades

Reflexione acerca de esto: muchas veces pasamos años


en una relación que puede ser muy importante para noso­
tros, opacando la expresión de nuestro afecto o el disfrutar
momentos más agradables con la sombra de un resenti­
miento, porque consideramos que la forma como esa perso­
na hace determinadas cosas "no es la conveniente".

Si usted no está de acuerdo con la manera como su her­


mano maneja su familia, su dinero, sus relaciones o su vida
y, sin embargo, sigue relacionándose con él acepte que esa es
la vida de él y "su forma" de hacer las cosas. A usted tam­
poco le gusta que alguien permanentemente le esté recal­
cando qué es lo correcto, sobre todo cuando se refiere a su
propia vida. Haga lo que pueda por usted y disfrute del
afecto y de lo que le gusta de las personas con quienes está
relacionado.

No extienda su resentimiento,
no lo generalice

Con el resentimiento sucede que generalizamos fácil­


mente. Si generalizamos que una persona obró diferente a
nuestras expectativas, con frecuencia extendemos esa frus­
tración a todos los aspectos de nuestra relación y acabamos
decidiendo que todo en esa persona es "malo" o "indesea­
ble", cuando realmente la experiencia que tuvimos sólo se
refería a un aspecto de la relación.

Ese mismo proceso lo aplica­


Lo paradójico del
mos cuando, a partir de nuestro resentimiento es que a
resentimiento con alguien, acaba­ quienes más herimos es a
mos convenciéndonos de que quienes nos aman y no a la
cualquier persona que tenga las persona a quien
mismas características, el mismo resentimos.

205
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

"MIENTRAS mas
energía
LE DEDIQUEMOS
AL Resentimiento

** nu6st;6,
va C r .. STRa

206
Convierta los problemas en oportunidades

oficio o pertenezca al mismo conglomerado, va a obrar de


igual manera que la persona con quien estamos resentidos y
así comenzamos a llenamos de indisposición hacia el
mundo que nos rodea: "los militares son..." o "los ricos
son..." o "los pobres son..." o "los jefes son..." o "los emple­
ados son..." o "el gobierno es..." o "los gringos son...".

La generalización también nos perjudica porque estamos


negando la oportunidad de valorar, disfrutar y enriquecer­
nos de muchas personas que, siendo políticos, ricos, pobres,
extranjeros... son distintas de esa concepción negativa que
tenemos. Hay quienes descalifican un trabajo o un oficio
porque "aquí todos son mediocres, superficiales o trampo­
sos y yo no quiero ser así", y deciden retirarse del puesto e,
inclusive, abandonar su profesión.

Algunas personas tienden a pensar que esto de las expec­


tativas sólo se da entre enamorados o entre amigos muy cer­
canos; sin embargo, ocurre en todas las relaciones, no sola­
mente con las personas sino con las entidades. Son muy
comunes los resentimientos contra empresas, instituciones o
gremios de personas, que se han formado de igual manera
que los resentimientos hacia las personas: por nuestras
expectativas defraudadas.

El resentimiento complica
sus relaciones con otras personas

Quien tiene un resentimiento pierde mucho más que


aquel hacia el cual el resentimiento Que nos hagan un agravio
va dirigido. Además del tiempo no significa nada, a menos
que le dedica a cultivar su odio que insistamos en
contra el otro, invierte su creativi­ recordarlo.

dad para planear mentalmente Anónimo

207
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

cómo contestarle para que "le duela", "cómo hacerle saber


que..." "cómo mortificarlo, cómo cobrarle lo que me hizo..."
y le pone una gran pasión a su venganza o a "sacarse la espi­
na" y, como si fuera poco, le dedica su persistencia: aun
aquellos que se llaman a sí mismos inconstantes son capaces
de tener vivo un resentimiento por muchos años.

No sólo a usted lo afecta su resentimiento, a las personas


más queridas y cercanas a usted también las afecta. Ellas son
las que en última instancia, muchas veces sin tener nada que
ver en este asunto, pagan su mal genio, sus generalizacio­
nes, su negativismo y su amargura. Usted daña sus ratos
íntimos con el recuerdo del otro y su gente más allegada
sufre por usted o se apasiona en contra del otro.

¿Se imagina todos los dolores que se habría evitado y


toda la energía que habría tenido libre para utilizarla en
mejorar su vida hacia donde usted desea, si no le hubiera
invertido tanto a su resentimiento?

Cuando tenemos un resentimiento nos limitamos social­


mente, obrando de manera prevenida y hasta nos privamos
de la relación con otros por el miedo de que "nos vuelva a
suceder algo parecido". Es tan destructivo el resentimiento,
que algunas personas, después de una relación dolorosa con
su pareja, deciden que nunca más se van a enamorar (se cas­
tigan a sí mismas).

También hay quienes lo utilizan para probar a los ami­


gos. Si no se ponen de su lado, los consideran desleales y se
distancian de ellos. En las relaciones laborales sucede esto
frecuentemente. Cuando alguien hace un comentario crítico
sobre el jefe o sobre otro compañero con quien tiene algún
resentimiento, espera que quienes lo escuchan lo apoyen y
le den la razón. Busca recoger adeptos para su causa y esto

208
Convierta los problemas en oportunidades

pone a los otros en una situación que no desean y, a la larga,


prefieren no frecuentar a esa persona. Esto también se hace
evidente cuando una pareja se separa: los amigos de ambos
no saben cómo comportarse, a cuál de los dos invitar y, a
veces, acaban alejándose de los dos para no quedar mal con
ninguno.

Hay resentimientos muy profundos en los que la perso­


na "alimenta" su desgracia o su mala situación, supuesta­
mente causada por el otro, para mostrarles a todos el daño
que esa persona le causó.

El resentimiento es como una bola de nieve: mientras


más energía le dediquemos, más va creciendo y más áreas
de nuestra vida va comprometiendo.

Acepte su responsabilidad en el hecho

Es indispensable recalcar que usted es el responsable de


tener un resentimiento, y así como pudo concentrarse en
acrecentar el dolor y el sentimiento negativo pensando más
y más en eso y negando todo lo bueno de la relación, así
mismo tiene el poder y la capacidad de aminorarlo, reducir­
lo y olvidarlo, concentrándose en todo lo bueno de la rela­
ción, o en lo positivo que sacó del hecho, porque de cual­
quier manera, las consecuencias las recibe usted.

A muchas personas les sucede que, al aceptar su parte en


el resentimiento que habían guar­
Hay personas que sin duda
dado por tantos años, reconocien­ estarían dispuestas a dar su
do que su responsabilidad estuvo vida por los seres queridos,
en abrigar las expectativas que lo maravilloso es que no
tenían (en lo cual la otra persona necesitan morir, sólo
no tuvo culpa alguna), sienten decirles expresamente que
ganas de correr a donde el otro y los aman.

209
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

decirle lo equivocadas que han estado al permitir que eso


sucediera en su relación. Esta es una muestra de que se libe­
raron de esa pesada carga que se habían impuesto a sí mis­
mas porque, además de todo el dolor y la amargura que les
causara la conducta de la otra persona, estaban imponién­
dose un nuevo dolor.

El perdón, máximo regalo

Perdón es una palabra conformada por el prefijo "per"


que significa intensidad y "don" que significa regalo: regalo
intenso. Principalmente para quien perdona, porque cuando
perdonamos es como si desatáramos un ancla de nuestros
pensamientos, de nuestras acciones, de nuestras emociones.
Es como si abriéramos la puerta de las opciones que siempre
hemos sabido que nos benefician pero que, por esta ancla,
hemos mantenido cerrada.

Cuando las personas hablan de perdonar, frecuentemen­


te se refieren a haberse quitado un peso de encima. Esto
quiere decir que quien perdona es el primer beneficiado con
este regalo.

Es muy frecuente y válido el argumento de perdonar por


comprender, por entender, por compasión con el otro; sin
embargo, puede ser más efectivo que busque perdonar por­
que es usted el que se beneficia, el que se libera, el que com­
prende que manteniendo y alimentando ese resentimiento,
el daño es para usted y para los suyos.

Perdonar no significa que el otro cambie. Algunas perso­


nas perdonan y, sin embargo, crean inmediatamente la
expectativa de que la otra persona "no lo vuelva a hacer",
cuando sabemos que este cambio sólo se dará cuando el otro
realmente lo decida. Entonces, en este caso, la expectativa

210
Convierta los problemas en oportunidades

realista sería, si la persona ha actuado varias veces de esa


manera determinada, lo más probable es que vuelva a
hacerlo igual. Por tanto, sería conveniente que, además de
perdonar, usted tome las medidas para no verse afectado de
nuevo por ese comportamiento.

El resentimiento es una extraña fantasía de dolor que


quizá mantenemos con la esperanza de que la otra persona
venga a disculparse, a reconocer su error. La otra persona
tiene sus propios argumentos y razones o justificaciones
para haber obrado como lo hizo y nuestro resentimiento no
va a cambiarlos. Si esa manera de obrar, que nos dolió tanto,
es verdaderamente un error del otro, él mismo estará
sufriendo las consecuencias aun cuando aparentemente no
lo demuestre, ya que es difícil saber lo que pasa en el cora­
zón de otro ser humano.

El poeta norteamericano Longfellow decía: "Si nosotros


pudiéramos leer la historia secreta de nuestros enemigos,
podríamos encontrar en la vida de cada uno de ellos tanta
pena y tanto sufrimiento, que sería suficiente para desarmar
cualquier hostilidad".

Cuentan que una vez un hombre llegó a su casa y encon­


tró que había sido saqueada por los ladrones. Sintió hondo
pesar por lo que había sucedido y, después de hacer el
recuento de sus pérdidas, se llenó de rabia, frustración e
impotencia y, sin embargo, al reflexionar, se dio cuenta de
que, fuera de intensificar las precauciones, era muy poco o
nada lo que podía hacer por recuperar sus bienes o encon­
trar a los ladrones. Entonces dijo: "Ya que me robaron mis
bienes, no voy a permitir que roben mi tranquilidad y mi
paz". Y decidió olvidarse del asunto.

211
CAPÍTULO XII

NUTRIENTES PARA SUS RELACIONES


PERSONALES

-Aparte de usted mismo, ¿qué es más importante en su


vida?

-¿Quiénes son las personas más significativas para usted


en el mundo?

-¿Para quién o para quiénes trabaja?

-¿Quién sería la persona que más falta le haría si la per­


diera?

Probablemente, como una gran cantidad de personas,


usted contestará que su familia, sus padres o alguien a quien
considera muy especial y con quien tiene una relación muy
cercana. Quizás llegue hasta a pensar que ellos, o alguno de
ellos, son el objeto de su existencia. Que, inclusive, estaría
dispuesto a hacer cosas exageradas y, sin exagerar, hasta
arriesgar su propia vida por esas personas.

Es maravilloso que los seres humanos tengamos ese


potencial de desprendimiento, de renuncia, por un ser que
amamos. Sin embargo, y por fortuna, son muy pocas las
situaciones en la que la vida nos coloca en esos extremos. No
tenemos que morir para demostrar nuestro compromiso o
nuestro amor en una relación. Al contrario, en la mayoría de
los casos, son muchas y muy sencillas las posibilidades que

213
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

tenemos para expresar y disfrutar del afecto de nuestros


seres queridos.

Es frecuente escuchar a algunas personas definir sus


relaciones como "buenas", aun cuando se limiten al cumpli­
miento escrito de sus obligaciones o compromisos, conside­
rando que eso de por sí es una muestra suficiente del cariño
hacia el otro.

Esta es una verdad a medias. Si estamos esperando un


momento "especial" para decir expresamente lo mucho que
nos importa la otra persona, lo agradecidos que estamos o lo
felices que nos sentimos de amarla y ser amados, puede
pasar el tiempo y tal vez nunca llegue a saberlo.

Cuando estamos "estrenando relación" -pareja, empleo,


hijo, amistad- todo funciona bien. Disfrutamos cada
momento. Estamos atentos a identificar los detalles positi­
vos para exaltarlos y los negativos para corregirlos. Sin
embargo, muchas personas cuando sienten que esa relación
que estaban buscando y cultivando ya se estableció, bajan la
guardia.

Su relación es como una plantica

Piense que usted recibió como regalo de alguien a quien


aprecia mucho, una hermosa plantica. Un arbusto pequeño
que a usted le gustaría ver grande y frondoso, y en ese
momento, decidió que va a cuidarlo y a hacer todo lo nece­
sario para que crezca fuerte y sano. Quiere que se desarrolle
y que en la medida en que le prodiga cuidados, sus flores y
sus frutos sean un resultado hermoso y natural de su aten­
ción. Desea que cuando sea un árbol, en los momentos de
sol sea su sombra y en los de lluvia, su resguardo. Por eso,
lo siembra en un lugar muy especial, le comenta a sus ami­

214
Convierta los problemas en oportunidades

gos y ajusta sus actividades de tal manera que tenga el tiem­


po necesario para disfrutarlo y cultivarlo.

Los primeros días está muy pendiente de su evolución.


Se preocupa porque se adapte al sitio donde lo plantó; por
el tono de su follaje; por cada hoja que se le seca o le nace, y
lo hace porque estos son síntomas que le dicen si todo va
bien.

Para estar más seguro, le pregunta a sus amigos que tie­


nen árboles similares por los nutrientes o las técnicas que le
pueden servir, porque está dispuesto a utilizar cualquier
herramienta que apoye su objetivo. Mientras tanto, el árbol
se desarrolla fuerte y sano y parece devolver con creces el
cuidado que se le dedica y usted sabe que todo está funcio­
nando bien y se siente muy orgulloso.
El tiempo pasa y un día, se le olvida regarlo... pero no
parece que esto le causara ningún daño. Luego, durante
unas cuantas semanas y debido a una intensa carga de tra­
bajo que usted tiene, su árbol debe soportar las hojas secas
que antes le quitaba todas las noches.
Más tarde, también involuntariamente ya que tiene mu­
chas cosas en la cabeza, se acuerda de que durante un mes
dejó de ponerle el abono que tanto le convenía, algo que
para usted antes era como un compromiso sagrado cada
cierto tiempo.
De esta manera, los frutos empiezan a ser menos genero­
sos en calidad y en frecuencia. La posesión completa sólo
eta sol'

"¿Qué sería lo que sucedió? -se puede demostrarse:dando.


dandi
pregunta usted extrañado-. Es­ Lo que no somos capaces
taba tan fuerte y fue tanto el es­ de dar, nos posee a
fuerzo que yo le dediqué para que nosotros.

llegara a este punto...". André Gide

215
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Al principio, cuidar su arbolito era su entretención, su


interés; ahora, se le ha convertido en una obligación. Si antes
le quitaba las hojas secas para que fuera más hermoso y
sano, ahora lo hace para no ver desorden en el jardín. Poco
a poco fue buscando técnicas más "prácticas" para ahorrar
tiempo: cuidarlo con riego artificial o sencillamente pedirle
a otros que lo hicieran. Un día cualquiera, una gran rama se
partió estrepitosamente y, al caer, causó grandes daños en el
ambiente. Usted tuvo que acudir. Cuando se acercó para
enterarse de lo que había pasado, su árbol le pareció tan
extraño, tan distinto... Cuántas características que usted
antes no había notado... Sintió como si ya no reconociera
todo aquello que había sido su ilusión y recordó con nostal­
gia aquel tiempo cuando sabía todo acerca de su árbol y le
dedicaba su tiempo y entusiasmo.
Para que nuestras plantas no se limiten a sobrevivir, es
necesario estar permanentemente aplicándoles "nutrien­
tes". Lo mismo ocurre con nuestras relaciones. Es inevitable
que existan altibajos o vientos fuertes que son los errores, las
diferencias, los momentos de confusión por los que pasa­
mos, pero si el árbol está bien saludable y arraigado, cuan­
do esto ocurra, todo sucederá sin perjudicarlo.

Mantenga “frondosa” su relación de pareja


Es frecuente que escuchemos conversaciones como esta:
-¿Usted quiere a su pareja?
-Es obvio que la quiero, ¿no ve todo lo que hago por
ella/él?
-¿Y le dice lo importante que es para usted?
-¿Para qué? El hecho de que todavía estemos juntos sig­
nifica mucho, ¿o no?

216
Convierta los problemas en oportunidades

YO no sé por qué se me está

M architando esta remcioím

Se puede atender una relación con lo indispensable y


seguramente no se morirá; sin embargo, es probable que
usted tampoco la disfrute...

Con los padres a veces ocurre algo similar. Si alguien nos


pregunta qué tan importantes son El amor es el arte de llevar
para nosotros, probablemente de­ al otro gentilmente hacia sí
cimos que los queremos y que en mismo.
el fondo del corazón les reconoce- Saint Exupery

217
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

mos todo lo que han hecho; sin embargo, a veces no los visi­
tamos con la frecuencia que pudiéramos o los juzgamos o
criticamos su forma de hacer las cosas, o censuramos lo anti­
cuados o tercos que son.

Muchas veces, en lugar de reconocerles lo bueno que nos


han dado, nos quedamos anclados en sus errores para
echarles la culpa de lo que no funciona en nuestras vidas.
En un seminario, una señora que hacía poco había perdi­
do a su madre, tomó la palabra y en forma conmovedora
contó que durante muchos años se había alejado de ella por
un resentimiento. Ahora que había fallecido, se daba cuen­
ta de que era mucho más grande su amor que ese rencor
que había permitido que opacara su afecto y por el cual dejó
de disfrutar de su compañía y de todo lo bueno que ella le
ofrecía.
No importaba que su madre hubiera muerto, no impor­
taba que ella se hubiera equivocado durante tantos años, lo
que realmente la alivió fue permitirse reconocer y expresar
lo que su madre significó en su vida.
Vamos a presentarle un grupo de nutrientes que, si los
aplica, podrán enriquecer mucho sus relaciones. No son los
únicos ni los más importantes. Para cada planta se necesita
algo distinto. Usted debe ser muy sensible para saber qué
necesitan las suyas, sólo queremos hacerle algunas suge­
rencias.

Gratitud: ¿de qué vale que le agradezcan


algo si no se lo dicen?

A todos nos gusta que nos reconozcan que somos valio­


sos, que lo que hacemos es importante para otros. Si usted
siente gratitud, exprésela y hágalo con quien se siente agra­

218
Convierta los problemas en oportunidades

decido. Algunas personas hablan con terceros de la enorme


gratitud que sienten con otro y curiosamente al interesado
nunca se lo expresan. Comunique su agradecimiento.
Dígale a su pareja lo que agradece de ella, lo importante que
ha sido para su vida. A sus hijos, a sus padres, a sus amigos,
esto lo acercará a ellos.

En algunas familias y empresas se estimula el reconoci­


miento directo. Esto refuerza un ambiente de apoyo y de
unión, contribuye a la autoestima de la gente y es la mejor
forma de enseñar a agradecer y a reconocer lo bueno que
tenemos. Por algo se dice que desagradecido es quien agra­
dece en silencio.

Piense ahora, a quién y en qué forma concreta, podría


usted expresar su gratitud para nutrir un poco la relación.

------------------- ------u-----------------------—--------------
Yo Te quiero mucho
£STA$A £5 PEMMDO EL MOMEKTO
OfO^TX/MO P/rPA 0&CU&TEL-0 Jl

219
Carlos Devis, María Mercedes de Bertrán

Aceptación: siempre es más lo que usted


disfruta que lo que soporta en una relación

Una persona cuya pareja tiene problemas de alcoholis­


mo se queja ante su amigo...

-¿Por qué no te divorcias? -le preguntó un poco descon­


certado el interlocutor-,
-Por lástima.
-¿Crees que la lástima es suficiente para soportar tanto
tiempo esa situación?
-Bueno... también por su ternura...
-¿Y no tiene más cosas buenas tu relación?
-Si... cuando está sobrio, me trata muy bien, es alegre...
-¿Y tienes algunos recuerdos gratos de estos 12 años que
llevan juntos?
-Claro que si. Cuando está sobrio, es un buen papá.
Algunas veces jugamos juntos como si fuéramos niños y...
disfrutamos mucho nuestra casa.
-Entonces es por eso que no te has divorciado...
-Sí, porque se que es un enfermo. Además ya lo he
aprendido a llevar. Y en el fondo se que sería muy doloroso.
Me haría falta... a veces para mi familia es difícil aceptar que
yo viva así, pero me funciona a mi manera, y estoy segura
de que soy más feliz estando con él que dejándolo.
Este caso de la vida real, puede ser igual a muchos otros.
El punto es que esta persona gasta tiempo y energías que­
jándose de algo que no puede cambiar. Si continúa al lado
de su pareja es porque a su manera, lo disfruta. Desde su
punto de vista, su relación le aportas más beneficios que
"desgracias".

Si usted está en una relación y sabe que la otra persona


no va a cambiar, porque ya lo ha intentado muchas veces,
Convierta los problemas en oportunidades

hay dos alternativas: o termine la relación o acepte las cosas


como son. Si se decide por la segunda, enfóquese en lo que
le gusta y disfrútelo. El hecho de que usted siga con esa per­
sona -pareja, empleado, amigo, socio- quiere decir que
quizá no lo afecta tanto aquello de lo que se queja.
Recuerde que otro aspecto importante es tener en cuen­
ta que si la persona hace las cosas de una manera que usted
desaprueba, no quiere decir necesariamente que estén mal
hechas, sólo que es una manera diferente a la que usted le
gusta.
Piense por un momento con quién y específicamente de
qué manera puede usted expresar más aceptación.

Humor: una nueva manera


de mirar los acontecimientos

Dale Camegie tenía una carpeta que titulaba T.C." que


quería decir: Tonterías que he cometido, y dice en su libro
Cómo superar las preocupaciones, que esta es una forma de
aprender de los errores ya que cuando nos equivocamos y
no nos hacemos concientoes de ello, en lugar de aceptar o
corregir el error, lo ocultamos defensivamente y por justifi­
car nuestra conducta, caemos en un nuevo error: ignorar
nuestras limitaciones. Sin embargo, un paso más adelante
que aceptar nuestros errores, es burlarnos de ellos, tomarlos
con humor. ¿Se imagina cómo serían las cosas si en lugar de
estar serio o bravo para que nadie le trate el tema, usted
mismo lo trae a cuento y se ríe de sus equivocaciones?
Ríase de su seriedad, de su rigidez y haga que lkos
demás se rían de ello, con eso se sentirán más cercanos a
usted y sobrarán los comentarios ya que es usted mismo
quien se está burlando de su error.

221
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Generosidad: recibir es una forma


superior de dar

La generosidad en los detalles, es el reconocimiento a los


valores de los demás. La generosidad para dar de nuestro
tiempo, para compartir con otros lo que sabemos y lo que
tenemos, son formas maravillosas de nutrir nuestras relacio­
nes. Y hay algo más: la enorme generosidad que supone per­
mitir que otros nos den, nos enseñen, nos apoyen, nos orien­
ten. Saber recibir, pedir, necesitar al otro como un
complemento importante...

Algunas personas que desempeñan el papel de protecto­


ras, de seres generosos y fuertes, pueden pensar en practicar
la generosidad de pedir, de recibir. Posiblemente esto sería
el regalo más grande, el reconocimiento más sincero y pro­
fundo del valor de quienes le rodean. Apreciar que el otro
también le puede dar algo y aceptar la forma como el otro
puede dar. Si usted es quien siempre da, ensaye a ser gene­
roso pidiendo, reconociendo ante los demás sus limitacio­
nes, su vulnerabilidad, aceptando que también puede ser
complementado y que eso le enriquecerá.

Perdón: el máximo regalo para usted mismo

Este nutriente le dará libertad. Aligerará su carga. Le per­


mitirá disfrutar más de sus relaciones porque cuando deci­
de seguir adelante y perdonar, lo que está decidiendo es
darle más importancia a lo positivo que encuentra en esa
persona y no amargarse con lo que no le gusta de ella.

El perdón puede practicarse con todos: padres, hijos,


pareja, hermano, amigos, jefes, subalternos, maestros,
empresas, instituciones... y siempre será usted mismo el que
sale ganando.

222
Convierta los problemas en oportunidades

Presencia: estar en lo que se está

Un amigo nos contaba en broma que para este año se


había hecho un propósito: le haría visitas más largas a sus
padres, ya que con la costumbre que tema de ir "de pasada",
sólo alcanzaba a leer la mitad del periódico.
El tener nuestro cuerpo presente no indica que estamos
allí. Los padres de nuestro amigo seguramente preferirían
que los visitara cada dos meses, pero que les dedicara de
verdad a ellos el tiempo de visita.
En un estudio realizado en Estados Unidos entre los
jóvenes drogadictos se determinó que el promedio en que
los padres se daban cuenta de que sus hijos eran adictos era
de dos años. Durante este tiempo vivían, dormían y comían
en la misma casa, pero ¿qué ocurría? Estar en la casa no es
necesariamente estar con la familia. Comer juntos no nece­
sariamente es compartir. Hablar por teléfono varias veces al
día no es comunicarse. Al saludar, no necesariamente nos
contactamos con el otro.
¿Con quién específicamente usted se podría permitir
mayor presencia para estar con sus pensamientos, para
escuchar con sus oídos y su corazón?

Calidez: cuando usted es gentil


con los demás lo es primero consigo mismo

Calidez, gentileza, ternura, amabilidad, sea cual fuere la


forma de manifestar su cercanía, le ayudará a mejorar cual­
quier relación. La calidez puede estar en la forma como se
habla, como se mira, como se escucha, como se sonríe, como
se solidariza con el otro. Muchas personas tienden a dejarse
llevar por su afán para la acción y olvidan este nutriente
básico para una "frondosa" relación.

223
Carlos Devis, María Mercedes de Beltrán

Lealtad: cuando habla de los suyos,


habla de usted mismo

Hay una hermosa frase en el contrato del matrimonio


católico que puede ser aplicada a todas las relaciones que
verdaderamente estamos interesados en cultivar, y dice:
"para estar contigo en las buenas y en las malas". Esa es la
verdadera lealtad.

Cuando usted critica a un amigo como comentario para


otras personas -no con la intención de apoyarlo a que mejo­
re- la gente que lo oye se voltea en contra suya. Una actitud
de deslealtad para con alguien cercano a usted o hacia la
empresa que lo ha contratado, lo que logra no es adictos a su
causa; por el contrario, crea dudas y destruye cualquier con­
fianza que los demás tengan en usted.

Sea claro y cierto en cuanto a sus valores y principios, esa


es su constitución, su carta magna por la que se rige su vida.
Dediqúese ahora un tiempo a identificar con quién y de qué
manera puede mostrar mayor lealtad en alguna relación.

Si siente que algunas de sus relaciones de familia, de tra­


bajo son frías o aburridoras, quizás es porque no está apli­
cando nutrientes con alguna frecuencia. ¿Para qué esperar
a que se presenten "crisis" que impliquen actuar desespe­
radamente, en lugar de disfrutar día a día las relaciones en
el hogar o en el trabajo, y estar atendiendo a crear hábitos
que nutran y enaltezcan sus relaciones de manera que creen
raíces firmes? Crear estos hábitos puede ser mucho más
sencillo de lo que se imagina. A modo de ejemplo, vamos a
proponerle una lista que usted completará con todo lo que
se le ocurra, y cuando aplique estos nutrientes, podrá
observar con gusto que las plantas de sus relaciones crecen
y reverdecen.

224
Convierta los problemas en oportunidades

- Dedicar el tiempo de las comidas en familia a que cada


uno cuente algo de lo que le sucedió en el día -no importa
la edad: a todos nos suceden cosas "importantes"

- No interrumpir, con algo de mi interés, a ninguno de


los miembros de mi familia cuando esté hablando de sus
cosas personales.

- Ofrecerme voluntariamente para ayudarle a algún


colega con su trabajo, en un momento en que sepa que lo
necesita.

- Agradecerle explícitamente a un compañero de trabajo


algún detalle que tenga conmigo.

- Decirle todas las noches, a cada uno de mis hijos, una


cosa que me gustó de su forma de actuar durante el día.

- Todas las noches, antes de despedirme de mi pareja,


decirle y pedirle que me diga algo que le arremete de mí o
de mi forma de actuar.

- Todas las veces que un subalterno me dé cuentas de


una labor terminada, reconocerle algo bueno que yo
encuentre en lo que haya hecho, aun si después debo decir­
le lo que tiene que corregir de su trabajo.

- Cuando haga una visita a mis padres, a mis suegros, a


algún familiar o amigo enfermo, estar "presente" allí y ser
generoso con mi tiempo.

- Felicitar a mis colegas con calidez y entusiasmo cuan­


do hagan algo que yo pienso que amerita ese comporta­
miento.

- Reconocer con generosidad delante de mi pareja, de mis


hijos, de mis compañeros de trabajo o estudio o de mis subal­
ternos, cuando me he equivocado en algo que los afecte.

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