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EL RELATO DE MI HISTORIA

El 2 de junio del año de 1992, en Atizapán de Zaragoza, Estado de México. Nací


de mi madre Jael Avila; quien estando en unión libre con mi padre (Rigoberto
Martínez García) decidieron darme el nombre de…

Ana Karina Martínez Avila.

Si retomo mis recuerdos, el más antiguo es cuando tenía aproximadamente 4


años. Recuerdo que rentábamos un departamento y yo no iba al kínder, mi
hermana mayor (Viridiana) era quien me enseñaba lo que ella aprendía en la
escuela. Seguido mi mamá nos llevaba a casa de mi abuelita Lupe y ahí nos
dejaba porque se iba a trabajar, ahí jugábamos con unos primos que ahí vivían.
Recuerdo mi infancia muy bonita, muy feliz a lado de mi hermana y mis primos.

Años mas tarde en mi adolescencia todo tomo un rumbo distinto. Pues mi


hermana se fue a vivir con el que era su novio en ese entonces, mis padres se
separaron y nos fuimos a vivir con la abuela, pero mis primos ya no vivían ahí. Así
que… me hice de varios amigos (vecinos de mi abuelita). También ahí pasé
buenos momentos, conocí al que seria mi primer novio y el amor de mi vida. El me
trataba muy bonito, pasábamos mucho tiempo juntos. Siempre me respeto y me
cuidaba de todos los peligros a los que a veces nos exponíamos por andar en las
calles. En esa etapa de mi vida comencé a ver la vida de diferente forma y solo
quería salir con mis amigos; mi mamá me daba todo lo que necesitaba y nunca
tuvo que pedirle algo mi papá, ella me saco adelante sola.

En la secundaria me iba bien, igual tenía mis amigos y me llevaba bien con todos
(maestros y compañeros) mis calificaciones iban mas o menos, algunas mejor que
otras, pero me salí después de que cambiaron de director pues estábamos
acostumbrados a que podíamos vestir sin el uniforme y este nuevo director me
llamo la atención por no llevar la blusa de escuela entonces discutimos. Yo me
sentí muy mal porque me corrió de la escuela, pero yo le pedí una disculpa el no
la acepto y yo me puse muy triste por lo cual decidí no volver a la escuela. Esto
nunca se lo conté a mí a mamá, solo le dije que ya no quería ir y me dijo que
estaba bien que no me obligaría.

Seguido de esto me inscribió en una escuela de belleza. Al principio no me


gustaba mucho pero después se volvió mi pasión y ahora me encanta esta faceta.

Para este entonces yo ya no tenia novio y disfrute mucho salir con mis amigos a
divertirme y estudiar estilismo a mi papá lo veía muy poco, solo de vez en cuando
lo visitaba en su casa con su nueva familia.
Termine mi curso de Belleza, trabaje en varios salones en donde conocí a Edgar
(ahora mi esposo). Mientras trabajaba me iba muy bien económicamente.

A los 18 años me embarazo de mi primer hija Allyson, con ella llegaron muchos
cambios a mi vida pues tuve que salirme de trabajar para tener un hogar junto con
Edgar; el trabajaba y estudiaba al mismo tiempo (casi no lo veía) mi niña y yo
estábamos siempre en casa en un cuarto que rentábamos. Después de un año mi
suegro compro una casa de interés social y nos la presto para vivir ahí y
estuviéramos más cómodos, gracias a dios nunca nos ha faltado nada. Al principio
no teníamos para darnos lujos o gastar en cosas que se nos antojaban, pero mi
esposo ha escalado en el trabajo y ya tenemos un poco más.

Después de 5 años llega mi segundo hijo de nombre Daniel con el ya de plano,


aunque yo tenía muchas ganas de trabajar pues ya no pude. En esta etapa de mi
vida yo estaba muy frustrada de no poder hacer nada con mi vida y tenia muchos
problemas con mi esposo y nos separamos por un tiempo. En este tiempo mi
mamá me apoyaba y termine mi secundaria. Ya después regresé con mi esposo y
seguí cuidando de mis hijos, llevándolos a la escuela entre mis labores de ama de
casa.

Ya para el año del 2019 nace mi tercera hija (Melissa) ella nos llegó de sorpresa
pues no planeábamos tener 3 hijos, aunque ahora la amamos. Cuando recibimos
la noticia me puse muy triste pues en ese entonces el dinero no nos alcanzaba y
aun embarazada yo no comía lo suficiente y pasé un mal embarazo, tuve
depresión, no me quería levantar de la cama, no tenia ganas de nada y seguido
me daban dolores en la panza, aunque cuando iba al doctor me decían que mi
niña venia bien, pero si estaba muy chiquita porque yo no me estaba alimentando
bien. Todo esto aunado a que mi esposo igual estaba muy lejano a mi y se
enojaba de que siempre estaba llorando, me sentía muy mal. Gracias a mis niños
saque fuerza para no darme por vencida y ahora aquí estamos con mis 3 niños y
mi marido. Aunque yo no trabajo si tengo muchas aspiraciones y por eso decidí
estudiar la prepa, porque quiero darles a mis niños un mejor futuro y quiero una
vejez feliz.

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