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(-L^li¡(_():i t)l tA Pt tJA(;()(;lA

l,t D¡clor;ln I lllMANlslA

que podáis imaginaros, y no verse expuestos a que se malogren


DÓNDE DEBEN ESTABLECERSE LAS ESCUELAS;
tantos años de trabajo. A QUIÉNES SE DEBE ELEGIR PARA LA FUNCIÓN
¿Cómo queréis que llame a esto, locura o estulticia? Llámese con DE LA ENSEÑANZA
uno u otro nombre, no tendiéis más remedio que reconocer
que
únicamente por beneficio mío, un ser mucho mái infeliz que Tratemos áho., de cuáles son las materias que han de enseñarse;
toáos
los demás pueda llegar a creerse tan dichoso que no ambicione cómo, con qué extensión, por quiénes y en qué sitio'
trocar su suerte por la de los monarcas de persia. De todo ello lo más importante es que la enseñanza se dé con
pureza de doctrina a fin de que no padezcan las buenas costumbres,
Fuente: Erasmo de Rotterdam. Elogio de la locura. Coloquios.3" ni siquiera se atrasen o enhrmezcan. Primordialmente debe atenderse
ed. México.
Porrúa, 1996 ("Sepan Cuanros...,,, 4a0), pp. g_52.
al lugar, que suele ser lo primero que ocurre al establecerse la
escuela.
Debe existir un establecimiento ae comunes en cada
"rruaffii
provincia -no la circunscrita por límites naburales-, rnontes, ríos o
divisiones marítimas, sino por la jurisdicción de dorninio.
VIVES Con esto se evitaría el pelrg, al estallar una guedü en el país vecino
de tener que suspender los eshrdios; a continuarlos en tierra extraña,
Juan Luis Vives nació en 1492 en Valencia, España. ,,.-.pensador
trotamundos, polemista rebelde en la Sorbona, educator de con el continuo sobresalto de los suyos.
príncipes y No es de extrañar tal esme¡o para elegir sitio de nacimiento y
pulidor de duquesas, soñador en los crepúsculos de Brujás, es..itor
prendido en las inquietudes de aurora de su tiempo, amigo flrvoroso desarrollo de la sabiduría cuando empleamos tanta solicitud en
de
Erasmo...", corno bien lo describe Gregorio Marañón, Vivás
es uno de los
procurar alojamiento a las abejas para que produzcan la miel, cosa
más importantes humanistas del Renacimiento. Después de realizar bien inferior a la ciencia.
estudios elementales en su ciudad natar dedica su tiempá ar
estucrio de las [a cuestión esencial, con todo, es la del personal- Deben los maeshos
humanidades. Vi\¡ió en parís, Inglaterra, Lovaina y Érujas, no sólo saber mucho para poder enseñar bien, sino tener la aptitud y
ciudad ésta
donde redactó sus obras más importantes y en la que muri<i en
1540, a habilidad necesarias; ser de coshrmbres puras, y su principal
consecuencia de Ia gota, enfermedad muy común en su
época. cuidado el de no decir ni hacer cosa que traiga mal ejemplo a los
Ju--anLuiq-vives ejerció la pedagogía en er campo de la'práctic,, y de ra
teo¡ía' En el primer cas., sé inicia c,mo preceptor de Guilármo oyentes o los induzca a imitar lo que carezca de justificación.
d"troy y Si ya padecen algún vicio, esfuércense en desarraigarle por
prosigue como profes.r en ras unjversidades de Lovaina y oxford. por
oiro
lado, siendo. el primero en escribir un tratado completo acerca completo, o al menos absténganse de mostrarse así ante el alttmno,
de ra
enseñanza se le reconrxe crm<¡ el primer peda¡;.¿;o si.stemi
tico de ros tiem ,.s que siempre debe atenerse a la conducta del maestro'
Además de hábitos virfuosos, debe estar dotado de pnrdencia y del
¡
modernos. Entre las ap,rtaci«rnes vivcsianai destacan sus estudios
de
y su aplicacirin a l¡ cducaci<in; .su vi¡;,r,sa op.sici.n a I's
psic«ilogía carácter especial adecuado a la ciencia que profesa y a la condición de
mé.todos escolásticos y su rec()rncndacirin eh cuant. ar empL,
der mét,dr¡ sus alumnos, de stterte qtre pueda mejor enseñar y ellos aprender. Así
inductivo y experirnental; es un precursor de la enseñanza de Ia lengua
no debe ser colérico el maestro der gramática ni testartrdo el médico,
materna junto a las clásicas y un anim,s, defens.r dc ra curtura
d" ro *rj... que se niegue a dejarse convencer dé otro más experto, r-ri arrogante el
Ias.bras pedag<igicas más imp.rtancia de Vives fi¡;uran: Tmtarlo
. .Entre
dr_,
de la enseñanza (7531), Introdrct ión a to srbitluría (1s24), profesor de moral, o notoriamente vicioso- Aquella virttrd de la
Escotta drt ot*o (rs24),
Diálogos (1538), Pe dagogía ptrril (1521) a lnstrucción de ra muir pnrdencia, moderadora de la vida entera, posee la rnás poderosrr
cristiana (1523).
fuerza, ya qt¡e para comunicar bien las ciencias y corregir Ios defectos,
ya también para rcprender y castigar ctrando es preciso y err el graclo
que lo sea. Funciones óstas de gran cficicncia, cjccLrtadas clr stt lttgrrr,
( I ( )li I )l IA l'l trA( ,( )( ,lA t,t I )Ar ,( )r ,lA lil,MAl.Jl:
^t,lr

tiempo y fonla; pero si son inoporttlnas, se h¿rccl-t tlcliosas c o rcprobación. Aquella máxima de Cristo se refiere a la doctrina
ineficaces. celeitial en la que fue maestro único; por eso no ha de suprimirse
Ha de ser todo maestro persona "buena" y "amante de las letras"; todo cuanto áb¡"to de abuso, sino corregirlo y sanearlo; no hay ley
por esta condición enseñará con gusto para cumplir su misión; por "t que no trate el hombre de torcerla para satisfacer.
"r¿lguna tan recta
la otra realizará el provecho de los demás' su-s apetitos;'con todo hay que dictar las que sean mejores en
lo
Sentirá afecto paternal hacia sus discípulos, si éstos han de posible.
ocupar el puesto de hijos stlyos, sin mirar la utilidad de que de ellos Pocos deben ser los llamados a estos honores para no hacer
y de la profesión haya de reportar, porqLle nunca será buena Ia ense- deleznable una dignidad tan preciada; además, nace en muchos la
ñanza que se vende. Esto es lo que refiere en slls comentarios Jenofonte arrogancia de rehusar aprender de otros más doctos así que la logran'
qr.re evitó Sócrates. Dos sory en efecto, los vicios de que la sabiduría y envJnecidos con ella. Así aconsejaba Sanlacob que "no pretendiesen
los sabios deben huir a todo trance: la avaricia y la ambición de muchas personas hacerse maestros"; desde lueqp deben perseverar
honores; alavezqlre corrompen las artes, Ilevan a hombres doctos en cada enseñanza un cierto tiempo prudencial,'evitándose que rma
a cometer actos altamente indignos; admitir afirmaciones de quien vez tomado en ella el gusto pasajero haga alarde de completa
piensa con criterio absurdo e ignorante; admitir en la enseñanza y competencia sólo por "haber terminado el período", como se dice
en el sagra<lo de Ia doctrina cosas que son desdoro de las artes; en los certámenes griegos.
insistir pertinazmente en lo falso, prefiriendo que todo se trastorne No puede fijarse unidad de tiempo para todo alumno, sino
y de,;tmya antes que confesarse, vencido, o declarar que ignoran algo; conceder algo más a los rehasados, pues no hay cosa tan desigual como
por írltimo, hacer, decir, buscar o perseguir, no aqueilo que favorezca esa que parece igualdad. Los que aprenden se llaman estudiantes o
la buena doctrina o las buenas costumbres, sino 1o que sirva para ,p."r,di."t; pasado cierto plazo y hechas las pruebas, pasarán a
adquirir riquezas o gloria. De aquí surgen los engaños, disputas, profesor"s, piacticando algún tiempo ante auditorio numeroso, del
perjuicios, odios, en fin, los partidos sustentados sin templanza' cual formarán a veces Parte personas que puedan emitir opinión
Imposible es que gobierne a sus discípulos quien de ellos espera acerca de ellos. IJna vez aprobados los profesores se harán doctores
alabanzas o dinero. o maestros.
Por esto debe apartarse de Ias escuelas toda ocasión de lucro, y De ellos ejercerán la enseñanza los que puedan hacerlo con
recibir de fondos públicos el personal docente un salario equitaiivo que holgura; a los cuales llamaremos "maeshos profesores", y disfrutarán
baste al btteno y sea despreciable para el malo; porque siendo un hor1o. suPremo en toda la Universidad. Si alguno de ellos por
excesivo servirá de cebo para el perverso e indoctq quedando fuera los impericia o rid, censurable se hiciese indigno del doctorado, será
competentes y probos, que no saben ni quieren pretender. púthcamente depuesto de su dignidad, de igual modo se ejerce la
Nada debe admitirse de los escolares para evitar ese motivc '.le sanción contra las autoridades del pueblo'
captación y de conducta blanda e indulgente en esPera de prer -' Para conferir la función del magisterio no hay que atender sólo a ia
Tampoco deben aquéllos comprar subsistencias a los maestros, sino competencia, sino asimismo a las coshunbres; una ciencia a que no co-
elegir semanalmente uno de los compañeros a modo de mayordomo rresponda la vida, es cosa periudicial y deforme; vida honesta sin
que se encargue todos los días de aquel menester, y al final de instrucción es muy laudatrle, pero no aspira a enseñar, y carece aquí
,"^urru, ajustadas las cuentas, cobre el escote respeclivo agregando de lugar, que tiene esencial y muy honroso en otra esfera" Las
1o que toque por el trabajo de los servicios. personas elegidas que alcanzan ese honor nada tienen qlle pagar
Es discutible si conviene que no exista clase alguna de honores en por ello, ni ófrecer convite algttno, para alejar toda sospecha de
la enseñanza al tenor de la frase divina. "No os llaméis doctores; interés o ambición. Pueden, si quieren, celebrar banquetes pagados
uno solo es vuestro maestro"; de suerte que constituya aquélla cierta a escote en señal de alegría, pero sin que sea ésta excesiva hasta
función temporal, o más bien que haya algunos para distinguirse de olvidar que son amantes de la sabiduría'
las personas incultas y no medir a todos con igual vara de aprobación

188 [ lBe I
r-lÁsl(,():i l)l IA l'l l)A(,O(,lA t,l l)/\.,()(,lA llllMAl'l I

Hágase profesores o maestros a quienes sean capaccs/ Por sll a otros vicios con gran
vehemencia de actos y palabras así como
ciencia, criterio y costr.rmbres, de enseñar a los demás y de merecer a la
desdoro del varÓn .".to; au allí pasan
luego a las ocupaciones
vez la estimación pública; que no sean indignos de lo que profesan a todos los actos
. particulares, a los consejos públicos' y' por último' sus
ni de ello abusen con perversa intención; no perturben el sosiego \á;l;;dr,ltum,"nte igÁorantes e.in¡Rt's por tener sentimientos
ajeno ni den tanto valor a cualquier clase de ganancia que por en continua Jxcitación, a modo de bestias
feroces'
obtenerla sacrifiquen el interés general consagrando como directores y sean admitidos' no por
Por lo tanto, elíjanse los profesores
del pueblo a los que puedan echar a perder la generación siguiente; tlnas pocas personas
sufragio de la multitud inculta, sino por
merézcales lástima esta humanidad ciega y desamparada entre ."rpáUt"t por su instrucción y conducta de vida'
tantos conflictos.
Recuerden la apelación del Divino Señor y Maestro: "Vosotros
sois la sal de la tierra, la luz del mundo"; si la luz se oscurece ¿quién LA VIRGEN ESTÉ SIEMPRE OCUqADA
podrá ver?; si se hace insípida la sal ¿qr"ré cosa salará?.
Por esto, profesores y maestros, dejando aparte el lucro y la En la edad que la muchacha pareciere tener
habilidad pa-ra aprender'
ostentación, harán entre sí ttna vida de concordi4 cual personas doctas, al culto del ánima y en
comiéncenlá a enseñar cosas que convengan
buenas y prudentes, sabiendo que realizan obra de Dios para la que de la casit y
pá"".f, en cosas de virtud, y j-untamente en el gobiemo
deben ayudarse mutuamente, pues quien da auxilio a su hermano [u.i"nau de strs padres; y esto hágase poco a Poco'
conformes a stt
que trabaja por la verdad, a ésta ayuda, no al l-rombre, y acttia de edad, en lo cual yo ,,o détetmino iiempo
alguno señalado.o cierlo'
servidor de Dios de quien toda verdad procede, o mejor, que es la suple la discreción lo que faltaen los
.o*i q.ri".u que'muchas veces
misma suma verdad. Bien está que se distancien de sectas y Á.¿""oi quisieron que se comenzase a los siete años'
y de este
altercados los que saben que casi todo es oscuro e incierto en las "orr. y Eratóstenes' otros qr-re a los
;;;;."t í"o qr" fueron Áristóteles
yo dejo
ciencias, y que revela fiereza del alma aborrecer al hermano con cllatro o cinco (como fueron Crisipo y Quint"'arno); clrales,
motivo de cosas que no están mejor averiguadas para uno mismo totatmente el ctridado de esta determinación
a los padres, los
que para aqué1. Nadie sabe si poseen mayor grado de verosimilitud de la
.t" t"-pr"aencia y discreción, mirarán la calidad y manera Esto sea t:l
unos u otros. *.r.f,nJtt", y sobre ello harán lo que mejor les pareciere' hilos'
No son los escolares quienes han de elegir profesores, porque ha aun de los
.i-i"r,to y íaízprncipal en la crianza de las hijas y
lugar al favor o al dinero en gran parte, y porque no eligirán a los más es a saber; que l'os p,á'"' se plarden.como el fuego de regarlarlos r-ri

útiles, sino a los que caigan más en gracia y tengan mayor popu- cár,sertirt"s q.,"."i't.tu"" los irabajos honestos' como algnnos hrrccn'
laridad; a los rnás blandos o que más dieron u ofrecieron ) por ftn, a t"J"nao q.rl .or, el ejercicio no incurran en algr'rna dolencia' los
aqtrellos cle quienes esperan mayor libertad. t'a hiedr'r' arlllc-ltlc se
ctrales averiguadamente andan engañados'
Mucho menos aceptable es Io qr-re sucede en alguna Universidad: las plantas' sirro qtre las irhoga; lir
abraza y allega, no sostiene a
disertan acerca de un pr,rntci dos personas, llamadas "concurrentes", demasiá<Ja feitit¡aaa en el canrpo
no cría los sernbr¿rdos' ¿rtrtes los
nombre el más exacto a la verdad, pues realmente se encuentran, a los hijos' sino tltte
ouema; así el demasiaclo regirlo rro aprovccha
confunden y pelean con tumulto, inquina y rencor. AIIí se complace (err esto rro h¡y eltrcla); ¡rcrtr
il;;";ily;. Daña el regalo a los hijos
al auditor como en una escena, donde no gusta el mejor, sino el que sea a pcrclcr ¡ rctlrltc'
o L,ni¡os, no sólo las <Je'strtryc., sino qtre l¿rs echa
comediante más perfecto; ni pueden tampoco formar juicio los oyentes lctras' hilirr y lirlrrirr'
Aprcnderá, ptres, la mt¡cliaclra' itrntan.rt'nto
sobre una materia que ignoran; en cambio aplauden los incidentes qr.," ron ciercicios nrr-ry honcstos tltle
nos qtretlaron clc 'rt1trt.l s.ig'lo
de la Iucha que presencian con Sran gusto; desaparece todo respeto a l¿r conserr,¡lci(rlt tlc l.l
dor¿rdo tJe nr¡cstros poso.tor, y ,r-,i,y útilcs
a la persona de un profesor, a la vez que la tranquilidad del acto dc ctritlaclo tle l¡:'
fln.i"nan y honcstidircl, cltrc ti"bc it'r cl ¡rrinci¡r'll
fik¡sofar, y todo provecho de los estudios. Maestros y discípulos se nruicrcs.
acostl¡mbran a sentjr envidia, c<ilera; al lengr"rajc virr-rlento, a la

le0 I ler I

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t,t l)A(,r )(,lA ltl,MAlJl',lA
CLASICOS DT. 1A PTDAGO(;IA

estnvieren enfermos, porque según Terencio, cuando el hombre


No tocaré cosas más particulares, por no Parecer a alguna qtre
tiene necesidad de la buena obra, de mejor gana la recibe de quien
trato mercadería y digo cosas qtle hacen poco a su caso- Sólo digo
se la debe que no de los otros.
que, si la mujer no sabe hacer Io que es necesario a su casa/ no me
\ Cumple también a la mujer hacer todo esto, porque en las cosas
agrada, aLlnqlre sea princesa o reina. Decidme, os ruego, ¿qué hará
que las mozas ! siervas hacen ponen mas diligencia, pensando que ha
Ia mujer desde que hubiere dado recaudo a las cosas de su casa?
áe haber quien 1o mire; y si saben lo contrario, echan muchas cosas
Estarse hablando con Lrnos y con ohos. ¿Y de qué? ¿Siempre hablará?
a mal, otrás dejan de hacer y otras hacen Peor; y no es sin causa el
¿Nunca hará otro? Dirás por ventura que pensará en algo- ¿Y en qué? refrán de cuando el señor es juglar, etc. Y bien mir;ldo, yo no sé qué
Hágote saber que el persamiento de Ia mujer no es muy firme; movible
vergüenza o qué miedo de tiznarte las manos es ésle tetr grande, de
es y ligero, y en poco espacio de tiempo corre mucha tierra, y a veces
{r".". *r-rtrár en la cocina, ni ver lo que se irace en hl ciaser' Scpan los
mala y llena de cien mil riscos mortales. ^o
que esto hacen que más ensucia la rnano en da¡la a otro hombre a
Decirme has qué leerá; eso bien. Pero desque estuviere cansada
tlcar, que si se tiznase de hollín, y que e§ muy peor ser vista en el
de leer ¿qué hará? Yo no la puedo ver estar ociosa ni mano sobre
baile o corro que no en la cocina, y que es más feo el n;ripe y dado en
mano. En fin, la mu¡'er ha de tomar a dientes de apartar de sí el ocio;
mano de la rnujer, que la escudilla o piato. Y n"rás deshonesto bebr:r
pero, diciendo yo esto, no entiendo que deba estar hecha una de
vino de mano de apno varón, qrr" r}o dar un poco de su Irlano ;11
aquellas mujeres principales persianas -las cuales de continuo esta-
marido. Finaimente, sepa la que es muy delicada, que nadie el1 stls
bar puestas en juegos y fiestas y convites enke aquellos sus eunucos puelsLra doncell;r cl
cosas Se ensucia las rnanos. Por tanto, tenga la
o esLlavot sepultadas en cien mil vicios srrcios, y por no empalagarse mucho las voluntades
arte y manera de guisar, con lo cual obligará
de ellos los mudaban a deshora, y el fin de un pasatiempo era cuánto arnor y solicitud les sirve' Yo he
de lós suyos, vier'.do con
principio del otro-, sin que hile o cosa o labre, o haga alguna cosa y
visto en Flandes, y en Francia, en España, much«rs haber
necesaria en casa. Las mujeres romanas, antiguamente, cuando se los de mano de stls
convalecido de graves dolencias, por guisados
casaban, traían a casa del marido husos, rueca y lana, y con ella quisieron como a
hijas, mujeres y nueras, a quien después de sanos
coronaban las puertas de casa, y esto teníanlo ellos entonces por una de strs
sri propia vida y salud. También he visto mujeres aborrecidas
cosa de mucha religión, y entrada la novia en casa, hacíanla sentar
*uiidot, nueras de strs suegros, hijas de sus padres, por decir que
encima de una piel lanuda, y esto hacíase a fin de que ella fuese
no sabían guisar de comer, lo cual aprenderá la hija por el ejemplo
avisada de lo que había de hacer en su casa. Terencio, pintor de la
de su madre, allende de los avisos, consejos, amonestaciones que la
vida humana, describiendo qué tal ha de ser la doncella muy
misma le diere.
honesta, dice: "sostenía su vida hilando lana y §iendo". Salomón,
entre los otros loores que él da a la mujer virtuosa, dice: "Buscó lana
y lino y obró con la industria de sus manos". La muy casta
Penélope, reina de ltaca, pasó veinte años sin su marido Ulises,
tejiendo y esperándole. Las reinas de Macedonia y de Epiro tejían
SÍMBOLOS
y cosían de sus manos las ropas de sus maridos y hermanos e hijos,
de las cuales ropas el gran Alejandro mostró algunas a las reinas de
Azotn, pero luego enseña
Persia, que su madre y hermanas le hicieron.
Aprenderá junto a esto la nuestra virgen guisar de comer, no de la
manera que guisan los cocineros, ni cosas de golosinas y sainetes, Esta expresión se ahibuye a Diógenes, alurnno preguntador hasta la
sino sobriamente y templada y limpia, y esto para que sepa impertinencia, pero con un gran afán por aprender, cuando su maesho
contentar a sus padres y hermanos siendo doncella, y a su marido e Antístenes, levantó con gesto amenazante su bastóry para pegarle'
hijos casada; y de esta manera granjeará mucho Ia voluntad de todos
ellos, si no lo dejare todo a manos de mozas, y en especial si

le3 [
1e7Í

)
CLASICOS DE LA P[DAGC]Ofi\ PEDAGOGIA I.IUMANIST/\

I
En oasija fatadrada, no aiertas líquido rl RABELAIS

en los infiernos'
Es una alusión a la famosa tinaia de las Danaides
a la vida \¡.an.ois Rabelais nació el año de 1495 en Chinon, Turena (Francia). Sus
r"gr1" cuenta la mitología' Pero tiene muchas aplicaciones
no confiar ningún primeros estudios los realizó en la abadía de Seuilly; con los franciscanos
p.Z.il."r no dar.,ada a'í pródigo o al manirroto;
no dejarse cursó latín y teología escolástica; ya ordenado sacerdote secular se inscribió
secreto al indiscreto; no iol'eise siervo de las
pasiones;
insaciables' en la Universidad áe Monpellier, donde se graduó primero como licenciado
llevar por los placeres; no ser liberal con las en medicina y después como doctor. Falleció en París en 1553'
Considerádo uno de los máximos escritores franceses detr siglo XVI,
Ingenio sin ejecutar, es torPezn Rabelais, aunque sin ninguna experiencia pedagógica, tiene el mé¡ito de
combatir en fórma humorística y a veces grosera la educación libresca,
al hierro' que con formalista, pedante y memorista de su tiempo. Preqniza el estudio de las
Decía Catóry que el ingeruo del hombre se parece
es atacado y ciencias, no en los libros, sino en Ia naturalezay \os hechos, y acentúa el
el uso se pulá y adqiie'e brillo, y en el abandono
ingenio constantemente' valor integral de la educación'
corroído por el trÍ"- Es preciso ejercitar el
con ello el ocio, q'" át f'-rente de vicios' pero
ejercitarlo La obrá en que ltabelais presenta sus ideas sobre Ia educación es la
pu.u
""itut la virtud' porque novela humorística llamada Gargantúay Pantngruel (1532)'
en obras honestas y bellas, como el estudio y
corromperlo'
usarlo en cosas malas o torpes, no es ejercitarlo' sino
DE LA ADOLESCENCIA DE GARGANTÚA
Procura estar sano por dentro y por fuera
siguiendo lo dispuesto por su padre, Gargantua, desde los tres a los
Esta es una sentencia usada por Juvenal, quien
la tornó de Sócrates: cinco años, fue alimentado y fue instituido con arreglo a la más con-
"Pide al cieio un alma sana para tu cuerpo sano"' veniente disciplina, y aquel tiempo lo pasó, como todos los niños
del país, u tub"t' bebiendo, comiendo y durmiendo; comiendo,
Sólo el sabio, larga rtida durmiendo y bebiendo; durmiendo, comiendo y bebiendo'
continuamente se revolcaba en los charcos, se tiznaba la nariz, se
dice
"Más vale un día de sabio que la eternidad de los neci'rs"' churreteaba la cara, se enfangaba los zapatos, resbalaba siguieildo
vive por la sabiduría' pues ia de los a los moscardones, y corría voh.rntarioso detrás de las mariposas,
Cicerón. Sólo es vida la q""
'" cuyo imperio tenía su Padre.
necios no es vida.
Se orinaba en los zapatos y se ensuciaba en su camisa, se
Corazón anciano, en tutrPo iouen desmocaba con las mangas, metía ias manos en la sopa, chapoteaba
por todas partes, bebía en strs zapatillas, y ordinariamente se

Es necesario que los jóvenes tengan prudencia


de mayores' El rascaba la tripa con el cesto del pan'
eso a quien los posee Todas las mañanas vomitaba; los cachorros de stt padre comían
corazónes asiento del ialento y del juicio; Por
se le llama cuerdo.
I
en su esctrdilla, y él comía en ellos; les mordía en las orejas y [e
arañaban en la nariz; les soplaba en el culo y le lamían los morros.
Fuente: Juan Luis Yives' Tratado de Ia enseñanza'
Estudio preliminar y
Villatpando' Méx.ico' Porrúa' 1984 ("Sepan
pr,il,rg,r por José Manuel CÓMO CARCANTÚA FUE EDUCADO EN LAS LETRAS LATINAS
dc ln nruicr cristiana'3"'.ed'
Cuantrrs...", 447), PP.24-28 y 1g2-i0}' lnstrucción POR UN SOFISTA
Ur"n,,, Aires, E.spa.sa-Calpá, 1944 (Austral, 138)' pp' 13-18' Escolta del alnn'
Villalpando' Méxictr' ['orrú¿¡'
[-studio preliminar y prtilo¡p por José Mlnyel
("S,ePan Cuankrs."", aa7), pp' 192-211' I)espués de aquella convcrsaciór¡, el brrerro de clrarrdgotrsie r rltrt'c1ír
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admiraclísirno, dcsltrmbrat'lo por el alto senticlo y el nrarnvillos«r

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