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DERECHO
ADMINISTRATIVO
CHILENO
Y COMPARADO
INTRODUCCIÓN Y FUENTES
QUINTA EDICIÓN
Revisada y actualizada por
LUIS CORDERO VEGA
Profesor de Derecho Administrativo,
Universidad de Chile
CORTE
SUPREMA
\
BIBLIOTECA \
CHILE
EDITORIAL
JURIDICA
DE CHILE
CORTE SUPREMA
21054
RIRI IOTFCA
PRESENTACIÓN
7 EDITORIAL JURIDICA DE C H I I E 7
PRESENTACIÓN
El, AuroR
EDITORIAL J U R I D I C A DE CHILE 10
P R Ó L O G O DE LA PRIMERA EDICIÓN
* Véase ENRIQUE SILVA ( :IMMA, Derecho Administrativo Chileno y Comparado, t. II, 1>7
y siguientes, 1961.
EDITORIAL J U R I D I C A DE CHILE 12
PRÓLOGO DE LA PRIMERA EDICIÓN
15 EDITORIAL JURIDICA DE C H I I E 15
P R Ó L O G O D E L A P R I M E R A EDICIÓN
21 EDITORIAL JURIDICA DE C H I I E 21
P R O L O G O A L.A Q U I N T A EDICION
INTRODUCCIÓN
Antecedentes generales y evolución. Concepto y definiciones. Relaciones con las demás
ramas del Derecho. Derecho Público y Derecho Privado
23 EDITORIAL J U R I D I C A DE C H I I E 23
ENRIQUE SILVA CIMMA
1
Se habla así de administración Activa, Consultiva, Jurisdiccional y de Contralor (o
fiscalizadora).
2
Tal es la función que en lo político y administrativo ejercita la Cámara de Diputados de
acuerdo con el art. 52 N° 1 de la actual Constitución Política de la República, y con arreglo
al mismo criterio, la Contraloría General de la República conforme a los arts. 98 y 99 del
mismo texto constitucional.
3
En Chile un criterio más sofisticado en este sentido ha sido el desarrollado por RO-
LANDO PANTOJA BAUZÁ, Derecho Administrativo, Clasicismo y Modernidad, E d i t o r i a l J u r í d i c a de
Chile, 1994.
* OTTO MAYER, Derecho Administrativo Alemán, Buenos Aires, 1949,1.1, pág. 73. Este autor
elogia lo que él denomina "el verdadero culto por la ley" y que en igual grado es posible
constatarlo en la organización institucional chilena. Naturalmente que ese culto a la ley, bien
entendido, no puede llevar al acatamiento irrestricto de un acendrado rigorismo formalista
que hace que la ley se torne en enervante, hasta el punto de impedir el normal desarrollo de
las instituciones administrativas que exige una sociedad en cambio.
27 EDITORIAL J U R I D I C A DE CHILE
ENRIQUE SILVA CIMMA
EDITORIAL J U R I D I C A DE CMII I: 28
DERECHO ADMINISTRATIVO CHILENO Y COMPARADO
6
ROLANDO PANTOJA BAUZA, Bases Generales de la Administración del Estado, Editorial Ediar
Cono Sur Ltda., Santiago, 1987, págs. 22 y siguientes.
29 EDITORIAL J U R I D I C A DE CHII E 29
ENRIQUE SILVA CIMV1A
7
El artículo 3o de la ley de Procedimiento Administrativo .señala como elemento conceptual
esencial del acto administrativo que se dicte en el ejercicio de "una potestad pública".
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DERECHO A DMINISTRATI YO CHILENO Y COM PARADO
d) Principio de la legalidad
8
Sobre funcionesjurisdiccionales desarrolladas por la Administración ver Sentencias del
Tribunal Constitucional Roles N™ 176, de 1993; 472, 499 y 515 de 2006.
" Sobre todos tos dilemas actuales de la Justicia Administrativa en Chile ver La Justicia
Administrativa, coord. JUAN CARLOS FERRADA, LexisNexis, Santiago de Chile, 2005,
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D E R E C H O A D M I N I S T R A T I YO C H I L E N O Y C O M P A R A D O
10
Un interesante trabajo de análisis y actualización de nuestro debate nacional se encuen-
tra en JAIME JARA S c i INETTLER, La Nulidad de Derecho Público ante la Doctrina y la Jurisprudencia,
Editorial Libromar, Santiago de Chile, 2004.
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ENRIQUE SILVA CIMV1A
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D E R E C H O A DMINISTRATI YO C H I L E N O Y COM PARADO
" En Chile la primera definición positiva de acto administrativo en sentido estricto así
como en sentido amplio se encuentra en el artículo 3° de la Lev de Bases de Procedimientos
Administrativos, N'° 19.880 de 2003.
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ENRIQUE SILVA CIMV1A
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DERECHO A DMINISTRATI YO CHILENO Y COM PARADO
1S
Ahondaremos osla materia al examinar la Teoría General de los arlos administrativos.
Marienhoff formula a este respecto una interesante distinción entre actos políticos y actos
institucionales, sobre la que nos preocuparemos en otro acápite.
14
BARTOLOMÉ FIORINI, El poder de policía, Edit. Alfa, B. Aires, 1958.
45 EDITORIAL J U R I D I C A DE CHILE
ENRIQUE SILVA CIMV1A
16
(IAS l'ÓN Jí'./K, Í.OS f>rinrif)¡m generales del Derecho Ailministrativo, Biblioteca Jurídica de
autores españoles y extranjeros, lúlii. Ueus (S.A.), l!»'J8, pág. 'JO.
18
FRITZ FlJ.lNKR, Imiitiiriones dt Derecho Administrativo, l-'.dii. Labor S.A.. 19:W. pág. 39.
17
Al)í)l.H) POSADA, Tratado de Ihmho Administrativo, Madrid, 1897,1.1, pág. <)<>.
w
RAFAEL BlEI.SA, Derecho Administrativo, lütil. Aleneo, Buenos Aires, 1947,1.1, pág. !».
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19
G. JELLINEK, Teoría General del Estado, Edit. Albatros, Buenos Aires, 1943, pág. 317.
-" FÉLIX SARRÍA, Derecho Administrativo, 2 tomos, Editores Peuver S.A., Córdoba, 1946.
47 EDITORIAL J U R I D I C A DE CHILE
ENRIQUE SILVA CIMV1A
21
Obra citada, 1.1, pá^. 10.
22
ENRIQUI SAYAGUÉS IASO, 'IYatado de Dmcho Aduiniútralivo, Montevideo, 1953, t. I,
pág. 24.
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49 EDITORIAL J U R I D I C A DE CHILE
ENRIQUE SILVA CIMV1A
* RAFAEL KN TRENA CUESTA, Curso tlr Detrrho Athnhiistrtilivo, 2° ED¡C„ Madrid, HMH>.
26
Obra citada, pág. Mil.
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DERECHO A DMINISTRATI YO CHILENO Y COM PARADO
diremos que debe entenderse por Derecho Público aquel que regula
el orden general del Estado y las vinculaciones entre los sujetos do-
tados de "imperio"; determina la organización y funciones de los
servicios de que se vale para realizar sus fines y regla las relaciones
entre éste con sus súbditos o con otros Estados.
Sin lugar a dudas la rama principal del Derecho Público es el De-
recho Constitucional o Derecho Político en términos que a menudo el
Derecho Público y el Derecho Político han llegado a confundirse.
En el Derecho Romano, que constituye la cuna del Derecho
Público, ambas ramas eran consideradas una sola.
Sin embargo, la rápida evolución que ha experimentado el De-
recho Público como consecuencia directa de la evolución en la
organización de los Estados, ha permitido hacer un distingo claro
entre ellas, de manera que actualmente la casi generalidad de los
tratadistas están de acuerdo en reconocer que el Derecho Consti-
tucional o Político es sólo una rama del Derecho Público, si bien la
más importante.
Podemos clasificar el Derecho Público en interno o Nacional y
externo o Internacional.
Dentro del primer grupo ubicamos el Derecho Constitucional,
Administrativo, Penal, Procesal y Financiero. 27
El Derecho Público externo lo forma el Derecho Internacional.
Analizaremos a continuación las relaciones del Derecho Adminis-
trativo con cada una de estas ramas del Derecho Público.
27
Con todo, la regulación de las llamadas organizaciones supranacionales que en muchos
casos dictan normas, ha hecho nacer lo que hemos denominado El Derecho Administrativo
Supranacional
28
"Es cierto que aún no se ha in l aclo la discusión sobre si el Derecho Administrativo
merece atención especial como campo autónomo de la ciencia, al lado del Derecho Polí-
tico, o si el estudio de la materia jurídica administrativa debe seguir perteneciendo a esta
disciplina...". "... En lo que todos, amigos y adversarios, están de acuerdo, es en que si el
Derecho Administrativo puede y tiene que llevar una vida independiente, lo debe, sin duda,
al Derecho Político, a quien debe su existencia". LUDWIC. SPIKCM.. Derecho Administrativo,
pág. 11, Colección Labor, Barcelona, 1933.
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80
RAFAEL BIKI.SA, o b r a r i l a d a , t. I o , pá¡¡¡. 3 7 .
,n
El Derecho l'rnal Administrativo. Cmitrihuriones pura su estudio, Universidad Nac. de Cór-
doba, B. Aires, 1946, Edit. Dcpalma. Trad. de un trabajo de |AMI s GOLDSCHMIDT y GEORC.K
ANDERS.
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DERECHO A DMINISTRATI YO CHILENO Y COM PARADO
31
Sentencia del Tribunal (Constitucional Roles N"" 211, de 199t¡; 179 v 480, 2006.
M
Corte Suprema, Rol N" .VJ82, 2001.
33
En el dictamen N° M.571, de 2005, la Contraloría recogió los criterios del Tribunal
Constitucional en lo relativo al Derecho Administrativo sancionadory enmendó buena parte
de su jurisprudencia, en particular en la referida a la reglas de prescripción de las infracciones
administrativas, aplicando supletoriamente las señaladas para las faltas penales.
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DERECHO A DMINISTRATI YO CHILENO Y COM PARADO
M
Sobre los impactos del desarrollo de la jurisprudencia del Tribtin.il Constitucional en
esta materia ver Los Tratados Internacionales en la }>iri\/»udenat< Constitucional, Seminarios y
Congresos, Fundac ión Facultad de Derecho Universidad de Chile, 2001.
E N R I Q U E SAYAGI IÉS L A S O , obra citad», t. 1", pág. 2 3 , "La posición del Derecho Adminis-
1!>
trativo frente al Derecho Civil constituye uno de los problemas fundamentales del Derecho
Público. En el siglo pasado prevaleció el concepto de considerar el Derecho Administrativo
como derecho de excepción frente al Derecho Civil, lo cual se explica poique en esa época
el Derecho Administrativo estaba en formación. Pero al desarrollarse y perfeccionarse éste,
evolucionó naturalmente, transformándose en un conjunto de normas con principios pro-
EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 58
DERECHO A DMINISTRATI YO C H I L E N O Y COM PARADO
píos susceptibles de sistematización general. De ahí que la aplicación del Derecho Civil a la
actividad de la Administración haya ido reduciéndose gradualmente". Entre nosotros, aun
hoy día, es común ver cómo pretenden aplicarse a la actividad de la Administración normas
o principios del Derecho Privado, que en manera alguna se avienen con la naturaleza espa-
cialísima de la actividad pública. Tal vez ello sea la consecuencia de que nuestro Derecho
Administrativo no ha alcanzado su grado máximo de desarrollo por la falta de Tribunales
administrativos de plena jurisdicción.
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D E R E C H O A D M I N I S T R A T I YO C H I L E N O Y C O M P A R A D O
,H
MOISÉS POBLETE TRONCOSO, Evolución del Derecho Social en América, S a n t i a g o de C h i l e ,
Editorial Nascimento, 1942.
61 editorial JURIDICA. d e c h i l e
ENRIQUE SILVA CIMV1A
w
OTTÜ VIAYER, o b r a r i l a d a , JKÍR. (>H.
e d i t o r i a l J U R I D I C A dF c h i l e 62
D E R E C H O ADMINISTRATIVO C H I L E N O Y C O M P A R A D O
40
HANS KELSEN, o b r a citada, p á g . 105.
63 e d i t o r i a l J U R Í D I C A de chile
E N R I Q U E SILVA CIMMA
41
JELIJNEK. o b r a c h a i l a , p á g . 3 1 3 .
vl
ENRIQUE SAYACUKS I .ASO, o b r a citada, pág. 16.
e d i t o r i a l J U R I D I C A dF c h i l e 66
D E R E C H O A D M I N I S T R A T I YO C H I L E N O Y C O M P A R A D O
67 editorial JURIDICA. de c h i l e
ENRIQUE SILVA CIMV1A
editorial JURIDICA dF c h i l e 68
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46
PNUD, Desarrollo Humano en Chile. Más sociedad para gobernar el futuro, capítulo I "la
reorganización de la sociedad", págs. 24 y siguientes, Santiago de Chile, marzo 2000.
47
HACHETTE DE LA FUENTE, DOMINIQUE, "Privatizaciones: R e f o r m a e s t r u c t u r a l d e l E s t a d o
pero inconclusa", en La Transformación económica de Chile, Centro de Estudios Públicos, 2000,
pág. 117.
71 editorial JURIDICA. d e c h i l e
E N R I Q U E SILVA CIMV1A
4M
V i d . CALDERA DELGADO, HUGO, "La crisis d e l d o g m a d e l s e r v i c i o p ú b l i c o " , ni Revista de
Derecho PuMiro, N° 59, 1996, Universidad «le Chile, I .«cuitad de Derecho, pág. 207.
49
V i d . ARÓSTICA MALDONADO, IYÁN, "¿Qué es Privadzar?", en Revista de Derecho Público,
N° 57/58, 1995, Universidad de Chile, Facultad de Derecho, pág. 239.
73 e d i t o r i a l JURIDICA de c h i l e
ENRIQUE SILVA CIMMA
5,1
Como señala HABERLE, la Constitución constituye el poder y lo limita. No es sólo un texto
jurídico, sino también un contexto cultural. Comentarios, textos, instituciones v procedimientos
simplementejurídicos no llegan a abarcarla. La Constitución no es sólo un orden jurídico para
juristas, que esos debieran interpretar de acuerdo con las viejas y nuevas reglas de su oficio.
Actúa esencialmente también como guía para no juristas: para ciudadanos y grupos.
No es la Constitución sólo un texto jurídico o un entramado de reglas normativas sino
también expresión de una situación cultural dinámica, medio de la autorrepresentación
cultural de un pueblo, espejo de su legado cultural y fundamento de sus esperanzas. l.us
Constituciones vivas, como obra de todos sus intérpretes en una sociedad abierta, son más
bien, de acuerdo con su forma y su contenido, expresión y mediac ión de cultura, marcos
para la recepción y (re) producción cultural, así tomo archivo cultural para las informaciones,
las experiencias, las vivencias y el saber popular recibidos. Correspondientemente, su modo
-cultural- de vigencia se encuentra a mayor profundidad; queda descrito del modo más bello
en la imagen de- Goethe, actualizada por 11. I leller, de que la Constitución del Estado es una
"forma acuñada que viviendo se desarrolla".
Desde el punto de vistajurídico, un pueblo tiene una < '¿institución; considerado cultural-
mente de modo más amplio está en (mejor o peor) forma constitucional. El acatamiento de una
Constitución, su arraigo cu el vthos ciudadano y en la vida de los grupos, su iiu ardinamiento
con la comunidad política, todo ello tiene ciertamente como presupuesto determinadas regu-
lacíonesjurídicas, pero en ellas no reside aún una ^araulia de que el Estado constitucional sea
realhicet nunt. I.o jurídico es sólo un aspecto de la í ¿institución tomo cultura. Que aquello se
haya logrado se manifiesta sólo en cuestiones como: ¿existe un consenso constitucional como
vivencia?, ¿tiene el tcxtojurídico de la Constitución una correspondencia en la cultura política
de un pueblo?, ¿han cobrarlo realidad las partes específicamente jurídico-constituciouales y
jurídico-culturales de una Constitución, de tal modo que el ciudadano se pueda identificar
con ellas? En otras palabras: la realidad jurídica del Estado constitucional representa sólo una
parte de la realidad de una Constitución viva, que, en profundidad, es de naturaleza cultural.
(HABERLE PKTER, Libertad, igualdad, fraternidad. 1789como historia, actualidad Yfuturo delEstado
constitucional, Edit. Mínima Trotta, 1998, págs. 45, 46 y 47.
51
STC Rol N " 19 y 282, en el mismo sentido se ha pronunciado la Excma. Corte Suprema,
RGJ, N° 143, pág. 117; N° 146, pág. 84; X o 204, pág. 224.
52
Corte de Apelaciones, Norgener S.A. contra Presidente de la Repúblicay el Ministro de
Minería, 25.09.98, Recurso de protección, Rol N° 3.857-98. Confirmada por la Excma. Corte
Suprema, 04.08.99, Rol N° 2.472-99.
M
Art. 7 o , inc. 1", y 65, inc. cuarlo, N° 2.
94
Art. I o , inc. cuarto.
68
Art. 3", Ley N" 18.575.
5<i
Art. 63, N™ 7, 8, 9 y 10.
57
PANTOJA BAUZÁ, ROLANDO, El Derecho Administrativo, concepto, características, sistematización,
Editorial Jurídica de Chile, 1996, pág. 186; SOTO KLOSS, EDUARDO, Derecho administrativo, bases
fundamentales, t. II, Editorial Jurídica de Chile, 1996, pág. 63.
58
Art. 32, N° 6 y art. 98.
39
CALDERA DELGADO, HUGO, Manual de Derecho Administrativo, Editorial Jurídica de Chile,
1979, pág. 116.
60
Art. 63 N° 18.
61
SILVA CIMMA, ENRIQUE, Derecho Administrativo Chileno y Comparado, actos, contratos y bienes,
1995, pág. 252.
77 editorial JURIDICA. de c h i l e
E N R I Q U E SILVA C I M M A
62
SILVA CIMMA, o b . cit., p á g . 2<>:V
83
Artículos 32, N" 8, 35 y 88.
64
DFL 7.912 de 1927.
65
Como señala SÁNC L IKZ MORÓN, l.l Régimen Jurídico del Pnxonal de la Administración Pú-
blica, en Derecho Público y Drmlto Privado en la Actuación de la Administración Publica, MARCIAL
I'ONS, 1999, págs. 72 y 73, el tipo de relación ni t ual se encuentran sometidos los Funcionarios
públicos tiene una justificación objetiva, vinculada a los principios <|ue en todo régimen
constitucional definen el estatuto subjetivo -institucional, mejor- de la Administración Pú-
blica. La Administración no puede actuar como un empresario privado ni organizarse como
tal, ya que lejos de regirse por la libre voluntad de sus gestores, está vinculada a los fines
ile interés público y a los principios de legalidad, igualdad, objetividad e interdicción de la
arbitrariedad, entre otros, aparte de los de eficacia, eliciencia y economía, que comparte
con las empresas privadas. En consecuencia, no puede reclinar a su personal sino mediante
convocatoria pública y con estricto respeto a los criterios de mérito y capacidad, conforme a
los cuales debí- también configurarse la cartera del funcionario, está obligada a garantizar la
imparcialidad de sus empleados en el ejercicio de sus funciones, lo que comporta estabilidad
EDITORIAL J U R I D I C A DE e l til F 78
DERECHO A DMINISTRATI YO CHILENO Y COM PARADO
M
La segunda oración del inc. 2o del art. 5°, conforme al texto que le dio la ley de refor-
ma constitucional N" 18.825, de 17 de agosto de 1989, consecuente con el plebiscito de 30
de julio de ese año. Este agregado al art. 5o se originó en una proposición formulada por
la Comisión Técnica Concertación-Renovación Nacional, en su informe de 5 de abril de
1989, ratificada en su segundo informe, de 15 de mayo, y luego incorporada también por
el Gobierno, pero sobre la base de cambiar, por la redacción que ahora figura en el texto,
la expresión precedente, que se refería a "las normas internacionales que comprometan a
Chile", por considerarla excesivamente amplia.
79 EDITORIAL JURIDICA. DE C H I L E
E N R I Q U E SILVA CIMV1A
67
MACERA BERNARD-FRANK, El deber industrial de respetar el ambiente. Análisis de una situación
pasiva de Derecho Público, Marcial l'on», 1998, págs, 36 y 37.
68
Fragmentos de un diccionario jurídico, Edit. Jurídica América-Europa, Buenos Aires, en
Poderes, Potestades.
W
CARNELUTTI, FRANCESCO, Teoría General del Derecho, A r i e l , p á g . 1 7 2 .
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81 EDITORIAL J U R I D I C A . DE CHILE
ENRIQUE SI I VA CIMMA
71
Comunidad Gálleme eon Fisco", Corle Suprema de Justicia, casación de fondo. 7 de
agosto de 1984, considerando 12.
74
STC Rol N" 2 l.r> (246), considerandos 36, 37. W v 39.
EDITORIAL JURIDICA m a m r 84
DERECHO A DMINISTRATI YO CHILENO Y COM PARADO
85 editorial JURIDICA. de c h i l e
CAPÍTULO II
1
POSADA, A., Derecho Administrativo, 1.1, pág. 127, Madrid, 1897.
2
FLEINER, F., Instituciones de Derecho Administrativo, pág. 56, Barcelona, 1933.
87 EDITORIAL JURIDICA DE C H I L E
ENRIQUE SILVA < IMMA
s
SARRÍA, I ., Demho Admnushahvo, I. I, pág. 31. Córdoba, 19-16.
' BlKLSA, R., obra citada, 1.1, [íág. 48.
6
SAVA(,i'i s LASO, obra citada, t. 1, pág. 87.
OTÍO MAYER, obra citada, t. I. pág. 161.
7
Luis K H A S É N S S I C I I K S . Direcciones contemporáneas del pensamiento jurídico, pág. 140,
Barcelona, 1936. "Todo derecho legislado» consuetudinario deriva formalmente de la volun-
tad del Estado. La contraposición entre costumbre y ley tiene su origen en una investigación
histór ico-sociológica, acerca de c o m o y de d ó n d e salen los contenidos de los preceptos
jurídicos".
para quien no hay más que una fuente del Derecho, la voluntad del
Estado, puesto que en una u otra forma se requerirá de ésta para
que, ya sean las normas positivas o las consuetudinarias, lleguen a
generar el Derecho, opinión que, en cierto modo, concordaría con
las sustentadas por Kelsen,8 que estima que el Derecho no es más que
un orden que regula la conducta humana, mediante normas que
pueden provenir de la costumbre, en cuyo caso se llaman "normas
consuetudinarias", o de los actos conscientes de ciertos órganos
destinados a crear derechos, es decir, "normas positivas". Y agrega
todavía Ascoli:9 "Lo que falta a la moderna ciencia del Derecho y
que no se puede suplir mediante la simple verificación de la positi-
vidad de todo Derecho, es una doctrina profundizada respecto de
las fuerzas generadoras del derecho. Ella se contenta con establecer
la costumbre y la ley como fuentes del Derecho, sin con ello pre-
ocuparse mucho de cuáles sean las fuerzas que determinan el curso
de estas fuentes".
Con todo, hay que destacar la diferencia conceptual en orden
al problema de las Fuentes del Derecho Administrativo entre los
tratadistas. Así, para los de la escuela alemana la costumbre no tie-
ne fuerza como fuente del Derecho Administrativo, a lo menos en
forma principal.
La principal fuente del Derecho Administrativo es la ley, dice
Fleiner.10 "En virtud de la Constitución, la facultad para crear el
derecho es inherente a la ley. La función especial de la ley es la
formación del derecho, y así hoy día empleamos el término 'ley' en
sentido amplio, como sinónimo de norma jurídica. Además de la
ley, existen otras fuentes del Derecho. Ahora bien, éstas no pueden
sentar normas jurídicas de una manera libre, sino sólo conforme a
la ley, o con la autorización de la ley, o con la tolerancia de la misma,
pero nunca contra la ley. En la 'roca de bronce' de la ley se estrellan
todos los preceptos jurídicos que la contradicen".
"Esta circunstancia asegura la primacía de la ley". Las expresiones
transcritas demuestran el criterio determinante de los tratadistas
alemanes y austríacos que como Fleiner, Otto Mayer, Kelsen, etc.,
confieren a la ley un alto y casi absoluto poder de fuente del Derecho
Administrativo, coincidente con sus puntos de vista de que siendo
el Derecho Administrativo un Derecho nuevo y de excepción no da
cabida íntegramente al Derecho Consuetudinario, pues a falta de
8
HANS KELSEN, La idea del derecho naturaly otros ensayos, pág. 215, Buenos Aires, 1946.
9
MAL ASCOLI, La interpretación de las leyes, pág. 32, Buenos Aires, 1947.
10
FLEINER, obra citada, pág. 56.
11
FLEINER, obra citada, pág. <><).
18
OTTO MAYER, obra citada, págs. 175 y siguientes: "Muy a menudo en nuestra literatura
se habla de un derecho administrativo consuetudinario; eso se hace sólo para apoyar una
afirmación sin querer tomarse la molestia <le hacer un estudio profundizado. En realidad,
esta Cuente de derecho no tiene importancia más que para un círculo muy restringido, que
se dibuja nítidamente en la práctica del derecho actual". "Sólo las colectividades primitivas
y poco desarrolladas, formadas con el proposito de soportar las cargas de escuelas, puentes,
caminos e iglesias, admiten aun en parle, para la reglamentación de sus relaciones internas,
la vía del derecho consuetudinario público".
EDITORIAL J U R I D I C A DF CHILE 90
D E R E C H O A D M I N I S T R A T I YO C H I L E N O Y C O M P A R A D O
15
ADOLFO POSADA, obra citada, 1.1, pág. 132. "La costumbre tiene, cuando es verdadera
costumbre jurídica, un valor de derecho positivo basado en la fuerza de las manifestaciones
espontáneas que la producen...". "Abarcando el Derecho la vida toda en sus complejísimas
manifestaciones; plegándose el Derecho a todos los hechos de personas y del Estado, la cos-
tumbre por su misma falta de precisión, por su carácter tácito, expresa de mejor manera el
derecho que se vive que no la ley, rígida por necesidad".
91 editorial JURIDICA. d e c h i l e
ENRIQUE SILVA CIMV1A
EDITORIAL JURIDICA DF C H I L E 92
DERECHO A DMINISTRATI YO CHILENO Y COM PARADO
14
S i g o EN e s t o las e x p l i c a c i o n e s d a d a s p o r el p r o f e s o r CARCIA DI KNTERRÍA. I-'.., El valar
normativo de la Constitución de ¡978, Cavilas.
Sentencia Rol N° 46, C. 21; Rol N" 2H0. C. 12.
18
Sentencia Rol N" 410, C 2.1 1 "ti este sentid» también Rol N" 32-1. C. 5".
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EDITORIAL JURIDICA DF C H I L E 96
D E R E C H O A DMINISTRATI YO C H I L E N O Y COM PARADO
17
Ver en e s t e s e n t i d o a ROLANDO PANTO)A BAUZÁ, La Ley Orgánica Constitucional de Bases
Generales de la Administración del Estado, Ediar ( onosur, 1987; del mismo autor La organización
Administrativa del Estado, Editorial Jurídica de Chile, 1998.
97 EDITORIAL J U R I D I C A . DE CHILE
ENRIQUE SILVA CIMMA
111
Kl texio actual do la I.ey N" 18..r»7.r>, se encuenda en el Decreto con Fuerza de l.ev
N" 1/1ÍU¡53, que lija el lexto refundido, 1001 diñado v sistematizado de la l.ev Orgánica
Constitucional de liases (Generales de la Administra» iótl del l-'siado.
19
1.a Ley Orgánica de (Hibierno y Administración Regional se encuentra establecida en
el Decreto con Fuerza de I ey N" 1 de 2005, que fija el texto retundido, coordinado y siste-
matizado de la Ley N" 19,17ri.
40
La Lev Orgánica Constitucional de Municipalidades se encuentra establecida en el
Decreto con Fuerza de Ley N" 1/19.704, que fija el texto refundido, coordinado v sistemati-
zado de la Ley N" 18.695.
99 EDITORIAL JURIDICA. DE C H I L E
ENRIQUE SILVA CIMMA
B. La ley
21
ENRIQUE SAYAGUÉS LASO, obra citada, 1.1, pág. 94, distingue entre "actos estatales regla,
creadores de normas generales (cualquiera que sea el órgano del cual emanen y la forma de
emisión: texto constitucional, ley, decreto-ley, o reglamento) y actos estatales individuales, es
decir, los actos subjetivos y los actos condición".
101 e d i t o r i a l JURIDICA de c h i l e
ENRIQUE SILVA CIMMA
A los primeros los llama "actos legislativos" o "leyes materiales" y estima que tal concep-
to no excluye ni se opone al de "ley formal", Creemos que resulta un error emplear estas
concepciones en el Derecho chileno, porque ello significaría trasplantar doctrinas que no se
ajustan a nuestra realidad jurídica constitucional. En electo, ¿cómo podríamos dar en Chile
a los reglamentos el carácter de ley material, por la sola circunstancia de su generalidad, en
circunstancias que son típicamente actos administrativos y no legislativos? En realidad, pues,
para nosotros es fundamental para la calificación de estos actos, no sólo su proceso formativo,
sino que también, y muy especialmente, el Poder de donde emanan.
22
GERoFlSCMltACM, Dcmho l'iililini (knmdy ('.onsthittioiml (lom/amulo, pág. 149. Colección
Labor, 1934. Idéntic a denominación "autarquía" emplea Otto Mavet según tuvimos oportu-
nidad de señalar.
2:Í
HANS KELSEN, o b r a citada, págs. 3 0 6 y s i g u i e n t e s .
24
Llamamos la atención hacia la idea de Kelsen acerca de que la potestad reglamentaria
no sería más que una delegación de la potestad legislativa. No estamos de acuerdo con esta
idea y oportunamente volveremos sobre ella. Por último, Sayagués formula el interesante
resumen que transcribiremos: "a) Con un criterio estrictamente orgánico, sería ley todo acto
emanado del Poder Legislativo, cualquiera fuese su forma o contenido.
"b) Analizando la ley en su aspecto formal, cabe definirla como todo acto sancionado por
el órgano legislativo en la forma prescrita a esos efectos por la Constitución.
"c) Conforme al sistema formal de Kelsen y Merkl, serían leyes todos los actos de eje-
cución inmediata de la Constitución, siendo indiferente su contenido o el órgano del cual
emanen.
"d) Para quienes clasifican los actos jurídicos en función de su contenido y efectos, son
leves todos los actos estatales creadores de normas jurídicas generales, sea cual sea su forma
o el órgano que los hubiera dictado.
"e) Finalmente, para un sector importante de la doctrina alemana merecen el calificativo
de ley solamente los actos creadores de reglas de derecho, es decir, las que regulan la condi-
ción de los particulares". (SAYAGUÉS, obra citada, 1.1, pág. 92).
26 OTTO MAYER, obra citada, t. I, pág. 95. Este mismo autor señala, respecto de la ley,
otra característica, con la cual estamos plenamente de acuerdo. Nos referimos a lo que él
denomina "La reserva de la ley", según la cual, por lo que atañe a la administración, la ley
sería condición indispensable de la actividad del Estado, sólo tratándose de ciertos objetos
particularmente importantes; en lo demás, como él dice textualmente, "el poder ejecutivo
queda libre, obra en virtud de su propia fuerza y no en virtud de la ley". Es cierto -y lo hemos
reconocido- que fuera del marco de la ley, el Ejecutivo tiene en Chile un amplio campo de
actividad puramente discrecional, pero no lo es menos que en razón de que la actividad
legislativa no está limitada por nuestra Constitución de manera taxativa, puede el legislador
intervenir dictando leyes cuándo y cómo lo crea conveniente aun sobre materias que por
esencia deberían corresponder nítidamente al Poder Administrador. Podría objetarse a esta
afirmación que la Administración del Estado corresponde al Presidente de la República y que,
por lo tanto, una ley que en tal actividad recayese, sería inconstitucional, pero la verdad es que
esa Administración la realiza el Presidente de la República de acuerdo con la Constitución y
las leyes, por lo que necesariamente habrá de sujetarse al criterio superior que el legislador
imparta. Por lo demás, no debemos olvidar que en Chile el Presidente de la Repúblicajuega
un importante rol de colegislador.
87
Sobre reserva de ley ver semencias del Tribunal Constitucional Roles N™ 2M; 276;
325; 340; 423; 432; 437; 442; 479; 480.
E D G A R B O D E N I I K I M E R , Teoría delDem/ia, pág. :5f>, México, 1 9 4 2 .
M
29
En este sentido se lia pronunciado el Tribunal Constitucional. Roles N"" 478, C. 15;
479, C.
50
FRANCISCO ZÚÑIGA, "Control Concreto de Constitucionalidad: Recurso de Inaplicabili-
dad y Cuestión de Constitucionalidad en la Reforma Constitucional", Estudios Constitucionales,
año 2, N° 1, Universidad de Talca, Santiago de Chile, 2004, págs. 209 y siguientes; GASTÓN
GÓMEZ, "La Reforma Constitucional a la Jurisdicción Constitucional. El nuevo Tribunal Cons-
titucional Chileno", Reforma Constitucional (Coord. FRANCISCO ZÚÑIGA), LexisNexis, Santiago
de C h i l e , p á g s . 6 6 5 y s i g u i e n t e s ; FERNANDO SAENGER y GUILLERMO BRUNA, Inaplicabilidad por
inconstitucionalidad. Jurisprudencia 1980-2005, Editorial Jurídica de Chile, 2006.
31
Este criterio era sostenido de antiguo entre otros por los profesores señores Femando
Alessandri y Mario Bernaschina. Dice el señor Alessandri: "En uno u otro caso se trata de
interpretar la Constitución, y lo que se ha querido es que sea el TVibunal Supremo el único
tribunal que interprete de un modo uniforme el (Código Fundamental", FERNANDO ALESSAN-
DRI RODRÍGUEZ, IJ>S Recursos Procesales, pág. 1 2 4 . Apuntes de clases. "Parece más aceptable la
tesis de que toda ley contraria a la Constitución, en su fondo o forma, puede ser declarada
inaplicable. Esta conclusión la estimamos más ajustada a la letra del art. 86, inc. 2° y al espíritu
de la reforma introducida en 1925", MARIO BERNASCHINA, Manual de Derecho Constitucional
t. II, pág. 545. El profesor de Derecho Administrativo de la Facultad, don Patricio AYLWÍN,
pareciera sustentar la tesis contraria, pues, al referirse al recurso que contempla el art. 86, lo
hace sólo en función de la inconstitucionalidad de fondo de la ley. "En cuanto a la inconsti-
tucionalidad material o substancial que se llama también de fondo, la propia Constitución ha
establecido el medio de impugnarla", Manual de Derecho Administrativo, pág. 38. En el mismo
s e n t i d o , MANUEL JARA CRISTI, Manual de Derrcho Administrativo, p á g . 14. V' RAFAEL RAVEAU,
Derecho Constitucional Chileno y Comparado, pág. 382, Edit. Nascimento, 1939. Fue también
nuestra tesis invariable. GEORG FLSCHBACH finalmente, obra citada, pág. 175 -refiriéndose
a esta interesante cuestión- estima que los tribunales, en general, no tienen facultad para
examinar la ley desde el punto de vista formal.
32
Ver nuestro Derecho Administrativo Chileno y Comparada. Introducción y Fuentes, Editorial
Jurídica de Chile, cuarta edición, págs. 92 y 93.
En la nueva etapa del TVibunal Constitucional desde febrero de 2006 esta ha sido la
tendencia del TVibunal Constitucional, corrigiendo un criterio que era equívoco. Ver en este
sentido las Sentencias Roles N°" 346; 467; 472; 478; 480; 481; 499; 502; 513; 515; 529; 533;
541; 555; 561; 568; 661.
3H
I si.trniis citando la Ley N" 10.336, cuyo texio retundido, coordinado v sistematizado
fue fijado por el Decreto de 1 ta. ¡enda N° 2. de 7 ríe julio de líHVI.
54
La teoría que estamos rebatiendo se sustenta en el Manual de Derecho Constitucional de
que es autor el profesor don MARIO BERNASCHINA GONZÁLEZ, t. II, pág. 483.
,r
' Sentencia Rol N" 479. C. 15 y Mi.
EDITORIAL J U R I D I C A n i CHILE 1 18
D E R E C H O ADMINISTRATIVO C H I L E N O Y C O M P A R A D O
56
BARTOLOMÉ FIORINI, La discrecionalidad en la Administración Pública, Editorial Alfa, B.
Aires, 1948, pág. 15.
"JULIÁN PELAEZ DEL POZO, Procedimientos Contenáoso-Administrativos, pág. 18, Madrid,
1849. "Llámanse actos discrecionales aquellos que la Administración puede ejecutar por sí
misma, sin consultar más ley que la conveniencia y la utilidad del servicio público que le está
confiado, y esto, a su discreción y bajo su responsabilidad".
M
ENRIQUE SILVA CIMMA, Derecho Administrativo Chileno y Comparado, 1.1, Editorial J u r í d i c a
de Chile, Santiago, 1968, págs. 141 a 143.
123 e d i t o r i a l J U R I D I C A d e c h i le
ENRIQIJ E SILVA CIMMA
125 e d i t o r i a l JURIDICA de c h i l e
ENRIQUE SILVA CIMMA
que es lo único que peimitc la ley, pudiere también dejat de aplicar la disposición corres-
pondiente de la Ley de Municipalidades que lite incorporada a ese reglamento. En electo,
dice el art. tí): "En aquellas Municipalidades en que existiere en la actualidad o se aprobare
posteriormente un reglamento interior de sala, los acuerdos lomados en contravención o con
la omisión de cualquiera de sus disposiciones, serán nulos, siempre que dichas disposiciones
estén acordes i on la presente ley, salvo que la contravención u omisión reglamentaria se haga
con el acuerdo unánime de los presentes".
45
VALENTÍN LETELIER, D i c t á m e n e s , S a n t i a g o , 1923.
127 e d i t o r i a l J U R I D I C A d e c h i le
E N R I Q l ' E SILVA G1MMA
44
Ver a título de ejemplo dictámenes N'" 34.471 y 37.765 de 2004, y 60.70S de 2006.
45
Rol N° 12, C. 3o. El mismo criterio lo estableció en el Rol N° 13.
4f
' En la sentencia Rol N° 467, C. 37 señala: Que sostener lo contrario importaría la pre-
tensión por parte del titular de una autorización habilitante (ciertamente no convencional
o contractual) de un verdadero "derecho de propiedad" sobre toda la legislación, de modo
que se incorporaría al patrimonio de cualquier entidad la totalidad de la normativa vigente al
momento de iniciar una actividad económica, la que se petrificaría y sólo podría modificarse
previa expropiación, argumentación que no admite en principio justificación constitucional
en atención a la naturaleza del título de la requirente.
47
NORGENER S.A con Presidente de la República y Ministro de Minería, I. Corte de Ape-
laciones de Santiago, 8 de julio de 1999, Rol N° 3.857-98, confirmado por la Excma. Corte
Suprema, 4 de agosto de 1999, Rol N° 2.472-99.
48
Sobre este fallo ver los comentarios en Revista de Derecho Público N° 62, 2000, págs. 308
y siguientes.
49
Expresión contenida en nuestro Derecho Administrativo Chilenoy Comparado, Introducción
y Fuentes, Editorial Jurídica de Chile, pág. 111.
e d i t o r i a l JURIDICA he c h i l e 130
D E R E C H O ADMINISTRATIVO C H I L E N O Y COMPAR ADO
51
BERMÚDEZ SOTO, J., "El principio de conñanza legítima en la actuación de la Admi-
nistración como límite a la potestad invalidatoria", Revista de Derecho, v. XVIII, N° 2, 2005,
Universidad Austral de Chile, págs. 84 a 86. Para un acabado estudio de la venire contra factum
proprium non valet aplicado al Derecho Administrativo véase ARANA (GARCÍA, E., IM alegación de
la propia torpeza y su aplicación al Derecho Administrativo, Comares, Granada, 2003.
•W MUÑOZ MACHADO, S., Tratado da Derecho Administrativo y Derecho Público General, 1.1, Givi-
tas, Madrid, 2004, pág. 580. El punto de partida es identificado con la STSAB de fecha 14 de
noviembre de 1956. Trataba la sentencia de la pretensión de revisar una pensión de viudedad
con ocasión de un traslado de la viuda titular de la misma, y tras habérsele asegurado que su
pensión sería abonada por las autoridades competentes del I.and de destino. "A partir del
reconocimie nto, en este ( aso, del principio de la confianza legítima, la doctrina no ha hecho
sino desarrollarse y consolidarse en una verdadera marcha triunfar.
53
En esta parte, vid. SciINElDEK. J. P., "Seguridad jurídica y protección de la confianza en
el Derecho Constitucional y Administrativo alemán", en "El principio de Seguridad Jurídica
y sus fundamentaciones", Documentación Administrativa N" 26S-2(>4, mayo-diciembre 2002,
Madrid, págs. 250 y siguientes.
64
"La dependencia, que se ha vuelto existencia!, del individuo respecto de las resoluciones
de los poderes estatales, debe corresponderse con la posibilidad de confiar en la estabilidad
de dichas resoluciones, con seguridad una estabilidad no absoluta, pero sí a una estabilidad
g r a d u a d a s e g ú n las c i r c u n s t a n c i a s . , . " , GARCÍA LUENGO, p á g s . 1 6 5 - 1 6 6 .
55
SESIN, J. D., Administración Pública. Actividad Regulada, Discrecional y Técnica. Nuevos
mecanismos de control judicial, LexisNexis Depalmu, Buenos Aires, 2004, pág. 366.
editorial J U R I D I C A ni C H I L E 132
D E R E C H O ADMINISTRATIVO C H I L E N O Y COMPAR A D O
MOREL L OCAÑA, L., "La lealtad y otros componentes de la ética institucional de la Ad-
ministración", Revista Española de Derecho Administrativo N° 114, abril-junio 2002, págs. 167 y
168, el autor señala que la dimensión social de la ética en general se configura a partir de esta
dimensión insdtucional, por la cual se hace fundamental su estudio; su particularidad esencial
radica en su doble identidad moral y política, ya que la ética institucional está centrada en el
ideal de la justicia, y va dirigida a buscar un soporte teórico a las distintas opciones políticas
que quepan en el contexto constitucional establecido.
57
Idem.
W
MORELL OCAÑA, L., "La objetividad de la Administración Pública y otros componentes
de la ética de la institución", Revista Española de Derecho Administrativo N° 111, julio-septiembre
2001, págs. 348 y siguientes.
59
Ibídem, pág. 349, "Esa ética institucional administrativa se desprende de la función
que la Constitución le ha atribuido (a la Administración española): el servicio a los intereses
generales, con plena sumisión a la ley y al Derecho. El criterio de medida de la objetividad
tendrá que ver, entonces, con aquellas funciones que están presentes, una y otra vez, cuando
se requiere objetividad de la actuación administrativa; en esos casos, aparece en la jurispru-
dencia una apelación a la igualdad, seguridad jurídica, protección de la confianza legítima,
etc.; en otros, de modo directo se configura la exigencia de objetividad". Un ejemplo de ello
lo podemos ver en nuestro sistema, en la Ley de Procedimiento Administrativo, artículo 11,
que establece el principio de imparcialidad en los siguientes términos: "La Administración
debe actuar con objetividad y respetar el principio de probidad consagrado en la legislación,
tanto en la substanciación del procedimiento como en las decisiones que adopte. Los hechos
y fundamentos de derecho deberán siempre expresarse en aquellos actos que afectaren los
derechos de los particulares, sea que los limiten, restrinjan, priven de ellos, perturben o ame-
nacen su legítimo ejercicio, así como aquellos que resuelvan recursos administrativos".
133 e d i t o r i a l JURIDICA de c h i le
E N R I Q U E SILVA C I M M A
"" S E ha dicho (GARCÍA LUI:NI.<>. op. cit., p;igs. IS:I y siguiente•>.) que esta Inndameiuación
es la mayoritaria en la doctrina yjurispriulem i¡t alemanas. además de set inertemente acogida
por la doctrina comunitaria.
111
Ibírlem, pág. 1HÍJ. En «su- sentido también se iiianilicsia PEREZ l.lNu. A.. ÍM Seguridad
jurídica, Ariel, Han clona, págs. 20 y siguientes.
M N N T O R O BAI.CESTEROS, A., " I d s e g u r i d a d j u r í d i c a e n l a c o n l i g u r a c i ó n d e l D e r e c h o
como ordenamiento", AID. vol. XVIII, Madrid, 2001.
EDITORIAL J U R I D I C A DE Cllll I I
D E R E C H O ADMINISTRATIVO C H I L E N O Y COMPAR A D O
63
Op. cit., pág. 582.
VALENTÍN LETELIER, Dictámenes, pág. 537. Y en otro dictamen agrega el Sr. Letelier:
"Admitida esta doctrina, no hay sino preguntarse, para resolver casos genéricos que se ofrezcan
a la administración, ¿qué es presumiblemente lo que el legislador habría dispuesto si hubiera
tomado en cuenta todas las circunstancias que los caracterizan?, y enseguida, si se puede
consultar la voluntad presunta del legislador sin violar la ley, hacerlo asi en la inteligencia de
que así se da más amplitud a la aplicación del dci echo v mayor duración a las leves".
2 9 TER. L o s T E X T O S DEFINITIVOS O L O S T E X T O S R E F U N D I D O S , C O O R -
A menudo nos encontramos en nuestra
D I N A D O S Y SISTEMATIZADOS.
vidajurídica con actos del Presidente de la República que tienen por
finalidad fijar el texto definitivo de una ley. Ello se presenta gene-
ralmente en el caso de leyes orgánicas de señalada importancia que
han experimentado repetidas modificaciones. Ahora bien, cuando
el Presidente de la República procede a fijar el texto definitivo de
una ley, ¿está actuando en el ámbito de su propia competencia y por
lo tanto el acto que emite es administrativo, o se trata de un acto
legislativo, en el fondo, que le ha sido delegado?
La interrogante era relevante responderla porque desde los años
1940 en adelante se fue haciendo cada vez más prolífica el estable-
cimiento de textos refundidos, coordinados y sistematizados, de los
cuales los mejores ejemplos son el ya antiguo texto refundido del
Código Orgánico de Tribunales, el actual texto del Código Civil, así
como aquellos que fijan los textos de la Ley Orgánica Constitucional
de Bases Generales de la Administración del Estado, la Ley Orgánica
Constitucional de Gobiernos Regionales o de Municipalidades.
Nosotros éramos de la opinión que el acto en virtud del cual
se fijaban estos textos eran actos administrativos si sólo tenían por
objeto refundir, y no actos legislativos, toda vez que al no existir
norma legal que los regulara se aplicaban las potestades genéricas
de la potestad reglamentaria del Presidente de la República, para la
correcta ejecución de la leyes. Sin embargo estas potestades debían
hacerse respetando ciertos principios básicos: a) Al fijar el texto
definitivo de una ley, no podía el Presidente de la República alterar
en manera alguna la substancia de la ley, ni siquiera trastrocando el
66
Informe que nos correspondiera emitir con fecha I o de mayo de 1961, al juzgar la tesis
"Del Contrato-Ley" de que es autor Osvaldo Schaerer Torres
67
En el tomo LXIII, Sección Primera, Corte Suprema, págs. 353 y siguientes, se publica
un fallo por el cual la Excma. Corte Suprema declaró inaplicable la Ley N° 15.575, art. 131,
por estimarlo contrario al art. 10, N° 10 de la Constitución Política de la República en su texto
original. En dicho fallo, se acogió, implícitamente, la teoría de las leyes-contrato. F.1 fallo en
cuestión fue objeto de un interesante comentario, que aparece inserto al pie del mismo, del
profesor don EDUARDO NOVOA MONREAL. Las argumentaciones con que el profesor Novoa
formula críticas al fallo aludido acogen íntegramente nuestro punto de vista jurídico expuesto
en esta obra y no podemos por menos que manifestar nuestra conformidad con ellas.
88
Sobre el desarrollo de este criterio ver nuestro Derecho Atlmunstmtivo Chileno y Comparado.
Introducción y l-'uentex, Editorial Jurídica de (iliile, págs. 11 (> v 117.
69
Dictámenes N°" 25.967, de 1987; 15.30H.de 1990; 26.123, de 1991; 6.396, de 1993; 9.374,
de 1996; 64.570, de 2004.
7
" Rol N" 192.
71
EMILIO I'I KFFER, Reformas Constitucionales 2005, Editorial Jurídica de Chile, 2 0 0 5 ,
pág. 323.
78
Para un análisis detallado de esta reforma ver CARLOS CARMONA, "Los textos refundidos,
coordinados y sistematizados", Reforma Constitucional, LexisNexis, 2005, págs. 771 y siguientes.
C. La codificación
Para terminar con el estudio de la ley como fuente del Derecho Ad-
ministrativo, debemos decir algunas palabras sobre la codificación
en esta disciplina jurídica, es decir, "la posibilidad de lograr una
ordenación sistemática del Derecho para constituir un conjunto
armonioso de sus disposiciones".73
¿Es posible intentar la codificación del Derecho Administrativo?
Para responder a esta pregunta es necesario hacerse algunas reflexio-
nes. Sosteníamos hasta hace un tiempo que el Derecho Administra-
tivo es todavía un Derecho en evolución y que la Teoría del Derecho
Administrativo aún no puede estimarse definitivamente asentada,
por lo que los conceptos administrativos están todavía expuestos a
fluctuaciones permanentes derivadas de la constante evolución que
experimenta la organización de las instituciones administrativas y de
la intervención mayor o menor que se atribuye al Estado en la vida de
la Comunidad, lo que hacía pensar que era una quimera cualquier
intento serio de codificabilidad del Derecho Administrativo.74
Sin embargo, la complejidad actual de las regulaciones de la
Administración, así como la infinita cantidad de áreas en las cuales
interviene, hacen indispensable por una cuestión de seguridad jurí-
dica en las relaciones de los ciudadanos con la Administración tratar
de uniformar el sistema jurídico aplicable a la Administración.
Desde hace algunos años se han venido promoviendo estas fór-
mulas, precisamente desde la dictación del art. 38, inc. I o de la
Constitución que mandata la existencia de un sistema jurídico básico
para la Administración. En electo, la Lev Orgánica Constitucional
de Bases Generales de la Administración del Estado vino a tratar de
establecer un régimen jurídico común para la Administración desde
la organización hasta las reglas de empleo público. La experiencia
de la regulación nacional hasta 1970 hacía recomendable una cir-
cunstancia como ésta, pues para cada órgano público que se creaba
se disponía de un sistema de organización, de competencia y empleo
diferente. Este criterio de unificación ha estado también detrás de
78
Rol N° 282, de 1999, que se pronunció sobre el Acuerdo de Complementación Econó-
mica con Bolivia, en que se precisó el concepto de tratados marco, tratados que requieren ir
al Congreso y tratados que pueden ser suscritos en ejercicio de la Potestad Reglamentaria de
ejecución; Rol N° 282, de 1999, requerimiento de límites con Argentina, en la cual el Tribunal
sostuvo que tratado y ley son diferentes, y que la promulgación y publicación de un tratado
son prácticas constitucionales; Rol N° 309,2000, requerimiento sobre el Convenio N° 169, en
la que el tribunal sostuvo que si bien este no era ley, se le aplicaban los quórum legislativos
que requería la materia; Rol N° 312,2000, requerimiento del TVatado Minero con Argentina,
en la que el tribunal nuevamente acepta la teoría del quórum legislativo por materias según
sean las que aborde el tratado; Rol N" 346, 2002, requerimiento sobre el Tribunal Penal In-
ternacional, en la que el tribunal, entre otras materias, señala que los tratados en materia de
derechos humanos están sometidos al principio de supremacía constitucional y por lo tanto
son susceptibles de recurso de inaplicabilidad.
Sobre los impactos de esta jurisprudencia en materia de tratados internacionales, ver Los
Tratados Internacionales en la Jurisprudencia Constitucional, Seminarios y Congresos, Fundación
Facultad de Derecho Universidad de Chile, 2001.
79
ENRIQUE SAYAGUÉS LASO, o b r a c i t a d a , 1.1, p á g . 146.
m
Sobre el debate en esta materia, es ilustrativo ver el debate respectivo en EMILIO PFEKFER,
ob. cit., págs. 25H a 300; sobre los impactos de ta regulación tras la reforma ver HUMBERTO No-
GUEIRA," Aspectos Fundamentales de la reforma 2005 en materia de TVatados Internacionales"
y HUGO LLANOS "Los tratados y la reforma constituc ional", ambos en La Constitución Reformada
(coord. Humberto Nogueira), Librotecnia, Universidad de Tadca, 2005. págs. 345 y 381.
EDITORIAlJURIDICA DE ( H i t I 144
D E R E C H O ADMINISTRATIVO C H I L E N O Y COMPAR A D O
B1
Roles N°" 282 y 309.
82
El Ejecutivo al presentar la norma finalmente aprobada, sostuvo que "La Constitución
regula el proceso de celebración de un tratado estableciendo las competencias de los distintos
órganos del Estado en la materia, pero nada dice respecto de la derogación o modificación
(...). Parece necesario regular estos aspectos, puesto que se requiere resolver claramente el
problema de la primacía de los tratados en relación a las normas legales del Estado, evitando
que una ley posterior pueda derogar o modificar un tratado existente. Este tema debería
resolverse haciendo consistente la solución de un conflicto entre normas internacionales e
internas, dando primacía a las primeras como lo establece el Derecho Internacional (art. 27,
Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados), evitando que el Estado incurra en
r e s p o n s a b i l i d a d i n t e r n a c i o n a l . En EMILIO PFEFFER, o b . cit., p á g . 2 6 5 .
145 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i le
ENRIQUE Sil,VA CIMMA
que bien puede llegar a constituir una fuente especialísima del De-
recho Administrativo, independiente de todas las otras, propiamente
clásicas, ya analizadas.
No consideramos necesario extendernos más en esta materia
porque su estudio exhaustivo corresponde preferentemente al
Derecho Político y al Derecho Internacional Público, habiendo
debido analizarla someramente, sólo por la importancia que los
tratados pueden llegar a alcanzar en el Derecho Administrati-
vo. Ejemplo de esto último en nuestro país, son los convenios
sobre integración económica, regímenes arancelarios, fomento
agrícola y sanitario, etc., que han logrado adquirir fundamental
trascendencia.
85
El asunto bosquejado es una de las consecuencias de lo que la doctrina contemporánea
denomina "la dinámica constitucional". Si bien en principio la facultad de legislar corres-
ponde a aquellos órganos a quienes la Constitución ha entregado la potestad de legislar, se
admite la posibilidad de que uno de ellos, en circunstancias especiales, pueda desprenderse
de una parte específica de sus atribuciones para confiarlo a otro. La cuestión de la "dinámica
constitucional" ha sido planteada, entre otros, por GARCÍA PELAYO en su Derecho Constitucional
Comparado, págs. 128 y siguientes, 61 edic., 1959.
147 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i le
ENRIQUE SILVA CIMMA
84
No estabamos de acuerdo con ios puntos de vista que sobre el particular sustentaban
los profesores Iríbarren y Jara Cristi, para quienes ambas clases de actos que hemos reseñado
serían simplemente "Decretos-leyes", asignando al Decreto con fuerza de ley, en cambio, el
significado que para nosotros tenían los reglamentos incorporados. En efecto, expresaba el
Sr. JARA CRISTI -obra citada, pág. 38-: "En materia de Decretos-leyes hay que distinguir entre
los propiamente tales, dictados por el Ejecutivo en virtud de delegación amplia y general de
facultades otorgadas por el Legislativo, y los Decretos-leyes dictados fuera de la Constitución
por gobiernos dictatoriales".
De allí es que el Sr. Jara considerara, al igual que lo hacía el profesor Iríbarren, que las
llamadas "Leyes Marianas" eran Decretos-leyes y no Decretos con fuerza de ley. como en
realidad lo fueron.
Por su parte, el Sr. Iríbarren expresaba: "Decreto-ley es aquel que el Presidente de la Re-
pública dicta en ocasiones anormales, por f uerza mayor o caso fortuito, y el Poder Legislativo
hace declaración expresa de que transfiere sus facultades propias al Ejecutivo, en vista de
circunstancias extraordinarias y por razones de orden público o de salvación nacional, como
es el caso de una revolución, de una guerra, de una calamidad pública que hacen imposible
el funcionamiento del Congreso".
En el mismo sentido, SAYACUKS LASO-obra citada, 1.1, págs. 103 y siguientes-empleaba
la expresión Decretos-leyes para referirse indistintamente a una y otra institución jurídica.
De allí es que tenga después que entrar a precisar conceptos hablando de "Decretos-leyes
delegados" y "Decretos-leyes de fado".
RAFAEL BIEI.SA -obra citada, I, I, págs, 343 y siguientes- incuria también en lo que para
nosotros es, simplemente, una confusión de conceptos.
El distinguido jurista CÉSAR A. QUINTERO, hablaba, simplemente, de "decretos con valor
de ley", distinguiendo, dentro de ellos, entre aquellos que se dictan sin autorización del
órgano legislativo y aquellos que se dictan mediante habilitación legislativa. Los Decretos cotí
valor de ley, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1958,
RAFAEL BIELSA, obra citada, 1.1, pág. 348.
149 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e
E N R I Q U E SlI.VA C I M M A
BH
Actas de la (¡oiistitnción, págs. .r>0'J y 503.
B!L
ENRIQUE SLI.VA CIMMA, Derribo Ath/ii»i\fr/ttmo Chileno Y ( amparado, 1.1, E d i t o r i a l J u r í d i c a
de Chile, Santiago líHiN, págs. 168 y siguientes.
90
ENRIQUE SlI.VA < ;IMMA, o b r a c i t a d a , p á g s . 1 7 8 y s i g u i e n t e s .
91
Pese a eso la Corte Suprema sostenía lo contrario. Puede citarse al efecto la sentencia
dictada con fecha 13/IX/1932 y recaída en eljuicio "Granja y Cía. con Comunidad Salitrera
Pampa Ovalle y otros", en que se sentó la siguiente doctrina: Cualesquiera que sean los vicios
de que pueda adolecer una ley que delega facultades legislativas en el Presidente de la Repú-
blica, y aun cuando tal delegación importe desconocimiento de las normas constitucionales
escritas o de las no escritas que emanan de la interpretación de sus principios, ellos deben
ser cumplidos y respetados.
98
ENRIQUE SILVA CIMMA, El Tribunal Constitucional de Chile (1971-1973). C o l e c c i ó n E s t u d i o s
Jurídicos N° 3, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas 1977, págs. 133 y siguientes.
"'' ENRIQUE SILVA CIMMA, o b r a c i t a d a , p á g s . 1 3 3 y s i g u i e n t e s .
Decretos con f uerza de ley que tuvieron por objeto adecuar las
plantas de los servicios públicos a las modalidades establecidas por
el nuevo Estatuto Administrativo.
Así también, la Ley N° 19.653 que incorporó un título nuevo a la
Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administra-
ción del Estado, permitió que se dictará un Decreto con Fuerza de
Ley que fijara el texto refundido, coordinado y sistematizado (DFL
N° 1/19.653). Igual suerte han corrido la Ley Orgánica Constitu-
cional de Gobiernos Regionales (DFL N° 1/2005), la Ley Orgánica
Constitucional de Municipalidades (DFL 1/19.704).
Toda esta larga enumeración de disposiciones con fuerza de ley
demuestran la eficacia indiscutible de la legislación delegada como
fuente del Derecho Administrativo, especialmente en lo relativo a
la organización institucional del país. Gran parte de la organización
administrativa está cimentada en leyes delegadas, lo que permite
afirmar que cuando se usa de la delegación de manera discreta y
teniendo en vista el espíritu público, los resultados son profunda-
mente positivos.
EDITORIAL J U R I D I C A DE C H I L E 160
DERECHO ADMINISTRATIVO CHILENO Y COMPAR ADO
36. TRAMITACIÓN DE LOS DE< :REI OS CON FUF.RZA DE LEV ¿PRÍ X:EDE LA
INSISTENCIA? En lo que concierne al primer aspecto -tramitación de
los Decretos con fuerza de ley-, preciso es tener presente la norma del
art. 99, inc. 2o, de la Constitución Política, que al efecto dispone:
"Corresponderá, asimismo, al Contralor General de la República
tomar razón de los decretos con fuerza de ley, debiendo represen-
tarlos cuando ellos excedan o contravengan la ley delegatoria o sean
contrarios a la Constitución".
La norma transcrita es explícita en señalar que los Decretos
con fuerza de ley está sujetos al trámite de "tomar razón", lo que es
indicativo de que su tramitación administrativa será la misma de un
Decreto Supremo, resultado que a su vez guarda perfecta concor-
dancia y armonía con la naturaleza formal de dicha clase de actos,
que como se ha señalado en los párrafos anteriores, presentan la
misma identidad externa de un Decreto.
También es claro que al conocer por dicha vía de un Decreto con
fuerza de ley, el Organismo de Control tiene por mandato expreso
del constituyente competencia para examinar tanto la "constitucio-
nalidad" como la "legalidad" del acto en estudio, y en este aspecto
los preceptos de la Constitución de 1980 son más amplios que la
regla similar que aprobó la Ley de Reforma Constitucional N° 17.284,
para adicionar la Constitución Política de 1925, pues esta última sólo
cometía a la Contraloría General el examen de la "legalidad" de los
Decretos con fuerza de ley.
Esta especial competencia del Organo de Control es la que expli-
ca el distingo entre los diferentes órganos e instancias que pueden
intervenir en el proceso de control de la "constitucionalidad" y
"legalidad" de los Decretos con fuerza de ley y que se desarrolló en
los párrafos que anteceden.
En lo que concierne a la segunda interrogante, estimamos que
tratándose de los Decretos con fuerza de ley el mecanismo de la
insistencia se encuentra prohibido o vedado en tres situaciones
específicas: cuando el acto ordena egresos que excedan los límites
señalados por la Constitución, cuando contraviene la ley delegatoria
y cuando es contrario a la Constitución.
Ello porque el art. 99, inc. I o , después de aludir a la toma de
razón y a la obligatoriedad de dar curso a los decretos y resoluciones
representados cuando son insistidos por el Presidente de la Repúbli-
ca, dispone en su frase final que "En ningún caso -la Contraloría-,
dará curso a los decretos de gastos que excedan el límite señalado
en la Constitución...".
A su turno, el inc. 2 o del mismo precepto señala que el Organis-
mo Contralor tendrá la facultad de "representar" los Decretos con
fuerza de ley que le son remitidos para su toma de razón cuando
Decreto con fuer/a de ley puede ser derogado por Decreto Supremo
cuando aquél ha sido dictado excediendo las facultades delegadas
por el Legislativo. A nuestro juicio ésta es la buena doctrina, puesto
que significa simplemente el retorno al verdadero estado legal. Aún
más, estimamos que dicho Organismo, al hacer uso de su facultad
legal de pronunciarse sobre la legalidad y constitucionalidad de los
Decretos, tiene el deber de reparar un Decreto con fuerza de ley
que se dicte por el Ejecutivo rebasando las facultades delegadas ex-
presamente, pues en tal caso el acto no constituye ni más ni menos
que un Decreto simple que invade inconstitucionalmente el campo
privativo del Legislador." ' Esta misma tesis ha sido consagrada por
la Corte Suprema, tal como se indicó, que ha estimado que en este
caso existe un simple Decreto ilegal.
Naturalmente que esta tesis que estamos propugnando en materia
de modificación y derogación de los Decretos con fuerza de ley, sólo
tendrá valimiento en aquellos casos en que no existe un texto expreso
de la ley delegatoria que disponga lo contrario. Igualmente, pensamos
que si la disposición que se pretenda impugnar de ilegalidad fue, en
su oportunidad, validada por el Tribunal Constitucional, de acuerdo
con las disposiciones aludidas precedentemente, no tendría valor la
tesis sobre derogación por simple decreto que hemos comentado.
'" El caso fue resuello por dictamen en virtud del cual se aceptó por simple Decretóla
derogación del DFL N°2I de 9/X/-I2. en cuanto este DFL establecía incompatibilidades
respecto de los cargos municipales, en circunstancias de que la Lev N" 7,200, en la cual tuvo
su origen, no delegó facultades para legislar en materia municipal. Dictamen N" 22.-189 de
1945. En su virtud se dictó el Decreto de Interior N" 5.020 de 1945.
%
LF.ÓN- l)t O L I ! , 'Imite flf thoil (¡onstitutwinirl. París, 1927.
97
"En concepto nuestro -expresa BIELSA, obra citada, t. I o , pág. 353-, la potestad legislativa
de un Gobierno revolucionario no puede tener otro justificativo que el estado de necesidad,
y lo que se establece por Decreto-ley no puede tener otra aplicación que la justificada por la
necesidad del propio Gobierno".
SAYAGUÉS -obra citada, t. I o , pág. 110- cita las siguientes palabras de Constantineau:
"Que imperio, qué reino o qué Estado puede jactarse de no haber tenido nunca su trono o
su soberanía usurpada por un conquistador o un revolucionario? Si todos los actos realizados
por usurpadores, y por los funcionarios que bajo ellos gobernaron, mientras los negocios
del Estado estuvieron bajo su control, tuvieran que ser subsecuentemente declarados nulos
y sin ningún valor, habría una confusión sin fin y la restauración del poder legítimo sería
peor que la usurpación".
167 e d i t o r i a l JURIDICA de c h i le
E N R I Q l ' E SILVA G1MMA
08
Esta Comisión fue designada |>oi Decreto N" 3.479 de 2f> 'H/38 firmado por el Presi-
de me ALESSANDRI PALMA y todos los Ministerios de su despacho, y el informe respectivo fue
emitido por ella con lecha 1"/XII/ 1933. II fue impreso en un folleto editado por Zamora no v
Caperán y sus consideraciones tanto las del informe de mayoría como las de minoría suscrito
por don ARTURO ALESSANDRI RODRtc.l'EZ, son interesantísimas en cuanto significan un aporte
para la dilucidación de esta materia.
41. L o s D E C R E T O S - L E Y E S E N E L D E R E C H O ADMINISTRATIVO C H I L E N O .
La legislación irregular mediante Decretos-leyes ha existido en nuestro
país en tres períodos: desde septiembre de 1924 a diciembre de 1925,
durante el año 1932 y desde septiembre de 1973 a marzo de 1981.
Es indudable que como consecuencia del producto de la anarquía
política vivida en esos años, muchos de estos actos de legislación de
facto carecen de consistencia jurídica y pueden tildarse de inopor-
tunos e inconvenientes, pero no puede negarse al mismo tiempo
que los dos últimos períodos tienen gran valor especialmente en el
campo de las ciencias jurídicas administrativas. Pueden citarse a este
respecto los siguientes Decretos-leyes correspondientes al primer
interregno indicado.
Decreto-ley N° 315 de 9 / 3 / 2 5 , que crea la "Inspección de Bie-
nes Nacionales", encargada de la conservación y supervigilancia
de todos los bienes muebles e inmuebles del Estado; Decreto-lev
N° 342, de 13/3/25, aprobatorio de la "Ley General de Ferrocarri-
les"; Decreto-ley N° 363, de 17/3/25, que aprueba la Ley Orgánica
de los Juzgados de Letras de Menor Cuantía; Decreto-lev N° 454,
de 14/7/25, que crea la "Caja Nacional de Empleados Públicos",
y cuyo texto definitivo fue fijado posteriormente por Decreto-ley
N° 767, de 17/12/25, y actualmente por el DFL Nü 1.340 bis. de
1930; Decreto-ley N" 486, de 11/8/25, Orgánico de la Dirección
General de Obras Públic as; Decreto-lev N° 551, de 23 9 25. que
"reorganiza el Ministerio de Relaciones Exteriores"; Decreto-lev
N° 602, de 13/10/25, aprobatorio del Código Sanitario; Decreto-lev
N° 638, de 17/10/25, que fija la "Organización v atribuciones del
Consejo de Defensa Fisc al"; Decreto-ley N" 806. de 23/12/25. que
aprueba el Código de Justicia Militar, etc.
Entre los Decretos-leyes del año 1932, merece citarse desde
luego, el Dec reto-ley N" 258, de 22 ele julio de 1932, que consli-
00
CARLOS GARCÍA OVIEDO, ln\tiiuto <l<> hmrho ,wiminisiiniivo, 1.1, pág, 1 tr>.
100
ADOLFO POSADA, Derecho Administrativo, t. 1, p á g . 160.
101
La doctrina se ha planteado la siguiente cuestión: ¿Es obligatorio para el Juez un De-
creto-ley contrario a una ley pero conforme a la Constitución? A nosotros no nos puede caber
duda, después de las consideraciones hechas, que el Juez deberá necesariamente aplicar el
Decreto-ley posterior, tomando el problema como que se ha producido la derogación tácita
de la ley primitiva. Así lo han resuelto, por lo demás, nuestros Tribunales.
F. El Reglamento Administrativo
102
Rrvista df Dmfhoy finis/initlrntiti. t. X X X I . 'J |Mtl<\ M-Í . I '. |>;ig. 85.
J
101
BENJAMÍN VILLEGAS BASAVILBASO, Derecho Administrativo, t. I, p á g . 2 6 7 . B u e n o s A i r e s ,
1950, define al reglamento como "una manifestación escrita y unilateral de voluntad del
Poder Ejecutivo, que crea status generales, impersonales y objetivos". "El reglamento -agre-
ga- contiene necesariamente normas jurídicas. Se diferencia de la costumbre por ser un
jus scriptum, de los tratados por ser una manifestación de voluntad unilateral y de la ley por
emanar del Poder Ejecutivo".
104
LAFERRIÉRE, Cours de Droit Public et Administratif, t. I. pág. 482.
ios OTTO MAYER, obra citada, págs. 165 y siguientes: "La facultad de obrar con fuerza
obligatoria general no es una atribución propia del Poder Ejecutivo. En el Estado consti-
tucional se la considera como una cualidad particular del Poder Legislativo; no pertenece,
pues, en principio, sino a él". "Pero esa fuerza de la ley, ese poder de obrar a la manera de
una regla de Derecho, puede delegarse en un miembro del Poder Ejecutivo, en el príncipe
en persona o en una autoridad. La facultad especial que resulta para este miembro del Poder
Ejecutivo se denomina derecho de dictar ordenanzas, poder reglamentario"... "Debemos
considerar ordenanza, pues, a todo acto que regula de manera general materias para las
cuales la autoridad de quien emana está investida del derecho de dictar reglamentos"... "La
ordenanza que se presenta en estas condiciones se cuenta entre las fuentes del Derecho; es
una fuente del Derecho Administrativo cuando condene reglas concernientes a la relación
entre el poder público y el subdito.
En este sentido, ubicamos al lado de la ley administrativa la ordenanza administrativa",..
"Finalmente, bajo el régimen de Derecho, donde la cuestión de si hay o no norma jurídica
entraña en cada caso una diferencia tan fundamental, es menester todavía hacer distinciones
entre las reglas emanadas del Poder Ejecutivo. Si llamamos ordenanzas a los actos de este
poder que contiene reglas de Derecho, necesitamos evidentemente otro nombre para aquellos
actos que contienen igualmente reglas generales, pero que no son de Derecho. Estas otras
reglas tienen por fundamento no una delegación de la ley sino un vínculo de sujeción par-
ticular; su naturaleza jurídica es la de actos administrativos generales. No hay otros casos en
que el Poder Ejecutivo, fuera de una delegación de la ley, y del establecimiento de verdaderas
reglas de Derecho, pueda formular normas que obliguen a aquellos a quienes se dirigen".
"Para designar, por oposición a lo que nosotros denominamos ordenanza, un acto que sólo
debe contener reglas de la segunda clase, no se ha fijado aún la terminología". La legislación
del imperio alemán se sirve, con este fin, de la expresión "prescripción administrativa". En
análogos términos: PAUI. LABAND, l.e Droit Public de l'Empirt Allemoml, trad. francesa. París,
1 9 6 1 ; FRITZ FLEINER, Instituciones de Derecho Administrativo, E d i t . L a b o r , 1 9 3 3 ; C.LORG JELLINEK,
Teoría General del Estado, Buenos Aires, 1943, etc,
108
CARRÉ DE MALHERÍ, obra citada, págs. 531 y 541. "En resumen, el sistema del Derecho
Público francés, en lo que se refiere al Poder reglamentario del Jefe del Ejecutivo, consiste en
la combinación siguiente: el Presidente recibe de la Constitución misma una potestad general
e ilimitada para hacer reglamentos sobre cualquier especie de objeto, y estos reglamentos
pueden también dictar prescripciones de todas clases; solamente que la Constitución hace
depender el ejercicio de esta potestad ilimitada, en cuanto a su objeto de una condición de
ejecución de las leyes en el sentido de que, en cualquier materia, el reglamento presupone
una ley; bien una ley cuyas prescripciones desarrolla para asegurar su aplicación o bien una
ley que haya invitado u obligado al Jefe del Ejecutivo, para un objeto determinado por ella,
a hacer uso de su poder constitucional de reglamentación".
De aquí se desprende la solución de la cuestión muy controvertida suscitada entre los
autores respecto a la naturaleza jurídica de la disposición legislativa que, por vía de autori-
zación, de invitación o de mandamiento, habilita al Presidente de la República para hacer
un reglamento, bien sea para completar una ley anterior, bien sea para regular mediante
decreto una materia no legislada aún"... "Según el Derecho Público francés, el Presidente
de ninguna manera necesita una concesión de potestad legislativa para estatuir por decreto
sobre un objeto cualquiera, sino que recibe su potestad de la Constitución misma para este
efecto: la Constitución no ha limitado el campo de intervención del reglamento ni las materias
a las cuales puede referirse, contentándose con subordinar el reglamento a la condición de
que exista un texto de ley que llama al Presidente a estatuir".
GASTÓN JÉZE. Principios generales del Derecho Administrativo, 1.1, pág. 32, Buenos Aires, 1948.
Este autor parte de un supuesto particularísimo. Para él no existe diferencia de naturaleza
jurídica entre la ley propiamente dicha, el decreto-ley, el reglamento de administración, el
reglamento simple y aun las resoluciones, instrucciones y circulares ministeriales, siempre
que se trate de reglas de Derecho generales e impersonales. De allí es que para él, "el acto
legislativo o reglamentario se caracteriza porque organiza, crea una situación jurídica general,
impersonal, objetiva; crea, organiza un poder jurídico impersonal, objetivo; contiene esen-
cialmente una regla de Derecho, una norma jurídica". Esto es indudable, nos parece evidente
que todas las fuentes del Derecho Administrativo que Jéze cita, constituyen, sin duda, reglas
de Derecho, pero creemos, a la vez, que no podría dejar de reconocerse que la jerarquía de
esas normas es distinta, y por lo tanto, su valor jurídico diferente también. Enseguida, ¿cómo
no habría de tener trascendencia para distinguir a unas de otras la circunstancia de que no
sea la misma ni con igual competencia la autoridad de que todas esas normas emanan? Nos
parece, pues, un tanto simple este criterio de asimilación.
177 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i le
ENRIQUE SILVA CIMMA
l0
' No resistimos a la tentación de transcribir algunos pensamientos de KELSEN -obra
citada, pág. 310- con cuya concepción coincidimos plenamente: "Y a pesar de que la potes-
tad reglamentaria se considera como uno de los atributos del Poder Ejecutivo, todavía suele
distinguirse entre "reglamentos jurídicos" y "reglamentos administrativos", entendiéndose
por los últimos aquellos que obligan tan solo a los órganos del Estado, a diferencia de los
primeros, que obligan también a los subditos. Nada se opone a distinguir los reglamentos
según este punto de vista. Pero es inadmisible suponer que sólo los reglamentos jurídicos
contienen normas de Derecho, y no los administrativos. Si estos reglamentos vinculan jurídi-
camente a los órganos estatales y les marcan deberes jurídicos -y ¿qué otra clase de normas
y de deberes podría haber en 1 )erecho Administrativo?-, es imprescindible atribuir carácter
jurídico a reglamentos administrativos. ¿Por qué razón se les niega dicho carácter? Hela aquí:
Estas normas quedan dentro del ámbito del aparato administrativo, no exceden los límites
del "Estado", y al no ser "más que Estado", no son Derecho. Pero ¿es que el "aparato estatal"
es otra cosa que un sistema de normas jurídicas?"
e d i t o r i a l JURIDICA de c h i l e 180
DERECHO ADMINISTRATIVO CHILENO Y COMPAR A D O
48. D I S T I N T A S I O R M A S D E R E G L A M E N T O S ADMINISTRATIVOS. L a s d i -
versas clases de reglamentos dependen de las múltiples maneras
111
Esta afirmación tiene importancia pori|ite nos permitirá configurar después la verdadera
naturaleza jurídica de la potestad reglamentaria de los entes autónomos.
115
MOISÉS VARGAS, Derecho Administrativo, pág. 80, Imprenta Universitaria, 1922.
e d i t o r i a l J U R I D I C A d e ( lili i 186
DERECHO ADMINISTRATIVO CHILENO Y COM PARADO
187 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
E N R I Q U E SIi VA C I M M A
113
MOISÉS VARGAS, o b r a c i t a d a , p á g . 9 8 . La o b r a d e l Sr. VARGAS c o n t i e n e un i n t e r e s a n t e y
completo capítulo sobre la potestad reglamentaria, que es digno de consultarse por quienes
deseen completar sus conocimientos acerca de esta interesante materia, si bien diferimos
substancialmente con él en la apreciación que hace de algunos aspectos de la cuestión.
114
No aceptamos tampoco los puntos de vista de los profesores Sres. 1RIBARREN y JARA
CRISTI, quienes estiman que frases como las comentadas carecen en absoluto de sentido, y
son simplemente redundantes. Compartir este criterio seria suponer en nuestros legislado-
res ignorancia de las más elementales normas de Derecho Público. Véanse: JTWN ANTONIO
IRIBARREN, o b r a c i t a d a , p á g . 153. MANUEL JARA CRISTI, o b r a c i t a d a , p á g . 3 2 .
Más consideraciones sobre la materia, especialmente sobre el alcance que la doctrinada
a las disposiciones del legislativo que se refieren a la necesidad de reglamentar, indicando la
materia, o fijando plazos para el uso de esa facultad. Véase: CARRK DE MALBERG, obra citada,
p á g s . 5 3 6 y s i g u i e n t e s : GASTÓN JÉ/.E, o b r a c i t a d a , t. 1°, p á g s . 29 y s i g u i e n t e s : VILLEGAS, BASAVIL-
BASO, obra citada, t, 1", págs, 273 y siguientes. Este autor formula una interesante distinción
entre reglamentos de ejecución, aquellos que meramente tienen por finalidad hacer ejecutar
la ley y se dictan en virtud de la potestad reglamentaria, y reglamentos delegados que emanan
de una habilitación legal expresamente conferida. Estos, dice, "suplen una acüvidad legislativa
que no ha querido ser ejercida"; OTTO MAYER, obra citada, t. IO, págs. 165 y siguientes; ENRI-
QUE SAYA<,t'ÉS LASO, obra citada, t. IO, pág. 127. Distingue entre reglamentos subordinados,
autónomos y delegados; RAFAEL BlF.LSA, obra citada, t. IO, págs. 337 y siguientes; etc.
189 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
ENRIQUE SILVA CIMMA
1 ls
Este criterio es susceptible de ser deducido de la sentencia del Tribunal Constitucional
Rol N° 242, sobre el traslado del Congreso Nacional, sostuvo que "(...) al regular el arü'culo
transitorio cuestionado la forma en que el Presidente de la República debe proceder en la
destinación del inmueble del Congreso Nacional en Valparaíso, está inmiscuyéndose en una
atribución propia y ordinaria del Jefe del Estado y vulnerando, por ende, no sólo el artículo
60 de la Constitución, porque está referido a materia que no es de dominio legal, sino que,
además, el artículo 7" de la misma, por cuanto invade una facultad que es de competencia
reservada al Poder Ejecutivo".
JÉZE, obra citada, t, I, págs. 118 v 121, fundamenta en la siguiente forma el principio
de la revocación: "El acto legislativo o reglamentario puede jurídicamente dejarse sin efecto
para lo futuro: esta es la derogación, cualquiera que sea el nombre que se le dé".
"El medio jur ídico de lograr este resultado es dictar una ley o un reglamento nuevo. El
acto que deroga una ley o un reglamento es, en sí mismo, una ley o un reglamento, formula
una regla nueva, ya sea substituyendo expresamente una regla nueva a la antigua, ya sea implí-
citamente, suprimiendo pura y simplemente la lev o reglamento sin colocar otro en su lugar.
En este caso se entiende que la regla aplicable en lo sucesivo será la nueva, es decir, la que
reemplazó a la ley o al reglamento derogado"... "1.a derogación déla leyó del reglamento no
puede, jurídicamente, surtir el electo de borrar, en lo pasado, los elec tos que han producido
regularmente mientras estaban en vigor. La ley o el reglamento habrán creado situaciones
jurídic as generales, facultades generales, lodo lo que ha sido regularmente realizado en
virtud de estos poderes legales, es válido".
117
En este sentido, el Tribunal Constitucional, sentencia Rol N° 216, ha señalado que ""au-
tonomía" significa el poder de darse su propia ley o norma, poder que, aplicado a un órgano
administrativo, puede resultar equívoco, puesto que la administración está subordinada a la
ley y sus órganos sólo pueden estar regidos por las normas que sean o deriven de la ley. Como
la competencia que se radica en los órganos o servicios descentralizados es para administrar
determinados intereses sin la jerarquía del Poder Central, sería más bien una situación de
"autarquía" la de estos entes: autarquía significa la atribución de administrar por sí mismo"
11!<
ROLANDO PANTOJA BALZÁ, La Organización Administrativa del Estado, Editorial J u r í d i c a
de Chile, Santiago, 1998, págs. 311 a 313.
1
Para un d e s a r r o l l o t e ó r i c o de la m a t e r i a v e r CORDERO VEGA, LUIS, "La A u t o n o m í a
Constitucional", Revista Semana Jurídica, Editorial Jurídica Conosur Ltda., N° 34, 2001.
e d i t o r i a l J U R I D I C A dli c h i l e 192
DERECHO ADMINISTRATIVO C H I L E N O Y COM PARADO
120 o N O MAYER, obra citada, 1.1, págs. 161 y 170: "Entre el Derecho Administrativo actual
hay cuatro fuentes: la ley, la ordenanza, el estatuto autónomo y la costumbre". "Una tercera
fuente del Derecho Administrativo, menos rica que las otras, proviene de la autonomía".
121
Véase SILVA ClMMA, Derecho Administrativo Chileno y Comparado, t. II, Teoría General del
Servicio Público, párrafo 177.
193 e d i t o r i a l JURIDICA de c h i l e m
ENRIQUE SILVA CIMM A
m
BEN|AMÍN VII.LECAS BASAVII.IVVSO, obra citada, i. I, pág. 298. "El Estado no poseo el
monopolio de la Administración Pública; y es común que para la satisfacción de sus lincs so
valga de personas jurídicas de derecho público que el < lea v iei onoce y a las cuales confiere
un poder normativo dentro de limites predeterminados.
Se trata, por consiguiente, de un ordenamiento jurídico no originario, sino derivado y
absolutamente dependiente del l'oder Legislativo". MAYER, obra citada, t. 1. pág. 170; habla,
para referirse a los Entes Autónomos, de la "Administración propia", en oposición sin duda
a la administración del Estado.
' VLAYER, obra citada, t. I o , pág. 170: "Los actos por los cuales se ejerce este derecho de
legislación propia, se denominan Estatutos".
124
VILLEGAS BASAVILBASO, o b r a c i t a d a , t . I o , p á g . 3 0 3 . E n s u o p o r t u n i d a d n o s p r e o c u p a -
remos de la autarquía en oposición al concepto de autonomía.
125
1.a expresión "ordenanzas" tiene entre nosotros un significado jurídico preciso, y
en cuanto a la voz "Estatuto", se emplea, en el sentido que aquí pretende dársele, más bien
para referirse a entidades de derecho privado. Se habla así de los estatutos de las sociedades
anónimas y de las corporaciones privadas en general.
126
Salvamos desde luego opinión respecto a la calidad de la Contraloría General de la
República, único Órgano que la Carta Política califica expresamente de Autónomo, pero
cuya función es especial ísima y en ningún caso de administración activa, pues su función
reviste una fisonomía diferente.
127
Hacemos aquí abstracción de la situación del Municipio ya mencionada.
195 e d i t o r i a l JURIDICA de c h i l e m
ENRIQUE SILVA CIMMA
EDITORIAL J U R I D I C A DI ( l l l l l 196
DERECHO ADMINISTRATIVO CHILENO Y COM PARADO
197 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
e n r i q u e sIi va cimma
G. El Decreto
199 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
ENRIQUE s u v a c i m m a
150
Obra cilada, l. III, pág. 38.
201 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
e n r i q i e silva cimma
130
ENRIQUE SILVA CIMMA, Derecho Administrativo Chileno y Comparado, 1.1, Editorial J u r í d i c a
de Chile, Santiago, 1968, págs. 255 y siguientes.
203 e d i t o r i a l JURIDICA de c h i l e m
ENRIQUE SIi VA CIMMA
La vía administrativa
181
Roí ANIK) PAN rn|A BAUZA, Rases (.nmates de la Ailntinistmción del Estado. Editorial Jurídica
Ediar Conosur Ltda., Santiago, l!>N7, pág. 53.
La vía jurisdiccional
IS
- Véase L c i s CORDERO Y.. El procedimiento Administrativo, LexisNexis, 2003.
205 e d i t o r i a l JURIDICA de c h i l e m
ENRIQUE SILVA (:iM MA
l!W
EDUARIK) Se m) Kl.< >ss, /•;/ Un uno ilr hvltrríím, <>n^iic\ Doctrina yjurisfnwlmria. Editorial
Jurídica de Chile, Santiago, 1982, págs. 397 y siguientes.
207 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
k N R I Q U E SIi.VA C I M M A
131
ENRIQUE SILVA CIMMA, Derecho Administrativo Chileno y Comparado, 1.1, E d i t o r i a l J u r í d i c a
de Chile, 1968, pág. 330.
61. R E Q U I S I T O S , CARACTERES Y D O M I N I O D E L D E C R E T O S U P R E M O .
El Decreto Supremo debe reunir requisitos de fondo y requisitos
de forma.
Los requisitos de fondo que debe cumplir todo decreto dicen
relación con la circunstancia de que el Presidente de la República
obre dentro de sus facultades y con la constitucionalidad y legalidad
de sus disposiciones. En efecto, siendo el decreto uno de los medios
de que se vale el Presidente de la República para proveer a la correcta
ejecución de las leyes, o a la administración del Estado, es indudable
que su contenido debe ajustarse a las disposiciones generales de la
Constitución Política o a las especiales de la ley.
Tanto uno como otro requisito deben ser analizados por la Con-
traloría General de la República al pronunciarse sobre la constitu-
cionalidad y legalidad de los decretos que se le remiten para su toma
de razón, y la omisión de tales requisitos obligará a la representación
de tales decretos por parte de dicho organismo.
No obstante, en caso de que la omisión de los requisitos de fondo
del decreto no sea reparada en su oportunidad por el Organismo
Contralor, y, en definitiva, un decreto que adolezca de tales vicios
termine su tramitación, los efectos que se producen son distintos
según cual sea el requisito de fondo omitido.
En efecto, si el Presidente de la República, al dictar un Decreto
Supremo, actúa fuera de su competencia o, en otras palabras, invade
en forma abierta la órbita de otros poderes del Estado, v. gr., si por
decreto se pretende fallar un asunto sometido a litigio, o se trata de
resolver una cuestión que es nítidamente materia de ley, es indudable
que tal decreto será nulo por transgredir la norma prescrita en el
art. 7 o de la Constitución Política de la República.136
Por el contrario, si el Presidente de la República, al usar de la
potestad reglamentaria, actúa dentro de su competencia, pero rebasa
los términos estrictos de la Constitución o de la ley y tal decreto es
135
Este es el criterio que ha expresado el Tribunal Constitucional en sentencia Rol
N° 176, C. 6.
136
Problema distinto, y que abordaremos en capítulo aparte, es el de dilucidar si tal
nulidad debe o no ser declarada. Sólo anticipando conceptos con finalidades pedagógicas,
expresamos nuestra opinión afirmativa.
209 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
k N R I Q U E SIi.VA C I M M A
137
El profesor AYLWIN, obra diada, págs. 172 y siguientes, distíngue respecto de los Decretos
Supremos entre formalidades integrales. 1 ,a firma del respectivo Ministro de Estado es para
él una formalidad substancial y asigna como fundamento de esta exigencia, el de asegurar
la responsabilidad del Ministro por los actos que expida. Si bien no seguimos la distinción
entre formalidades substanciales e integrales, y ajusfándonos a la letra de la Constitución
hablamos de "requisito esencial de forma", concordamos plenamente con él por lo que hace
al fundamento de esta exigencia constitucional.
211 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
ENRIQUE SILVA CIMMA
m
Expresa a este réspedn el Si. IRIUARRKN, oliva citada, pág. 149: "El Presidente de la
República puede hacer, por medio del decreto, que es su general forma de expresión, todo
cuanto sea conveniente pata el gobierno v administración del Estado, menos aquello que.
según el constituyeme, debe ser materia de lev".
"Kmpleanios la forma negativa, es necesario repetir que, por medio del decreto, no so
puecten imponer limitaciones al ejercicio de las libertades publicas ni a las demás garantías
que la Constitución establece, ni gravar con exacciones ilegales la propiedad de los individuos,
ni exigir servicios personales a los ciudadanos en (orina ilegítima".
"En general, no puede el decreto modificar las disposiciones de la ley, violando los derechos
reconocidos por ella, o dispensado del cumplimiento de las obligaciones que impone".
213 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
E NRIQU E SILVA <; IM M A
215 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
k N R I Q U E SIi.VA C I M M A
142
La tesis que estamos propugnando, sobre la obligatoriedad de la toma de razón, es la que
ha sostenido, invariablemente, la Contraloría General de la República. No es posible olvidar,
por lo demás, que la tramitación de decretos y resoluciones está indicada, de manera general,
en la Ley Orgánica de Ministerios, aprobada por DFL N" 7.912. de 1927. Se ha sostenido,
sin embargo, que las meras "órdenes ministeriales'' no quedan comprendidas dentro de los
términos del art. 3o de la Ley N° 10.336 y, por tanto, no cabe a la Contraloría pronunciarse
sobre su constitucionalidad y legalidad dentro del trámite de la toma de ra/ón (Dictamen
61.017 de 10/X/61). En el mismo sentido, sentencia de la Excma. ('.orte Suprema de 19/1/56,
conociendo de un amparo interpuesto por V, Teitelboim en contra de una medida de traslado
dispuesta por el Ejecutivo mediante simple orden firmada por el Ministro respectivo, pero
sin revestir la formalidad de un Decreto Supremo. La tesis nos parece, por lo menos, de una
extremada peligrosidad, aun cuando pueda tener alguna base.
149
La cuestión se planteó a raí/ del reparo puesto por la Contraloría al hecho de que
el Ministro del Interior procediera a ordenar que se publicara en el Diario Oficial la Lev
N" 9.933, de; 28/VI/51, sin que se enviara para su tramitación el respectivo Decreto Pro-
mulgatorio, con lo cual se infringió abiertamente el art. 100 del Reglamento Orgánico de
la Contraloría (refundido ahora en la Ley N° 10.336). Dictamen N° 30.227, de 30/VIII/51,
publicado en el lomo N n 49-51 del Boletín del Seminario de Derecho Público, págs, 675
y siguientes.
1+4
La jurisprudencia de la Contraloría ha sido invariable a este respecto. Así, por dicta-
men N° 45.915, de lñ/XI/49, dirigido al Ministerio de Hacienda, se resolvió que carecía de
todo valor jurídico una ley publicada en el Diario Oficial, sin que se hubiera tramitado por
la Contraloría General el correspondiente decreto promulgatorio firmado por el Ministro
del despacho correspondiente y que, en consecuencia, procedía hacer una nueva publica-
ción del proyecto de ley que se había publicado sin que se cumplieran todos los trámites
constitucionales y legales.
217 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
EN RIQI K SILVA CIMMA
Mr
' El t aso que liemos comentado es de indudable interés, v estimamos que no puede ser
resuelto de otra manera, pues ello sería entregar al Ejecutivo un resorte seguro para actuar
dentro de la arbitrariedad v no publicar una ley. posponiendo su vigencia cuando así le con-
viniere. Bástenos a este respecto con indicar que la I .ev N" 6.1? 17, que obligaba a comunicar
al Congreso los decretos de insistencia dictados por el Ejecutivo, vino a ser publicada en las
postrimerías del (¿obierno del Sr. Alessandri. demorándose más de (> meses su publicación.
219 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
ENRIQUE SILVA CIMMA
146
Dictamen de la Contraloría General de la República N° 21.065 de 1984, entre otros.
147
La norma agrega "que el contralor podrá prorrogar hasta otros quince días, si existiesen
motivos graves y calificados, mediante resolución fundada".
223 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
e n r i q u e silva cimma
148
Ni el DFL N° 7.912 Orgánico de Ministerios, ni la ley de la Contraloría daban una regla
al respecto, de manera que es necesario remitirse al Decreto de Portales, N° 32, de 16 de
septiembre de 1830, que a objeto de que las "Resoluciones del Gobierno tengan más pronta
circulación", según él mismo dice, dispone que "Las resoluciones del Gobierno que se publicaren
en el periódico titulado El Araucano, se tendrán como auténticas y oficialmente comunicadas
para que obliguen su cumplimiento a las personas y cuerpos a quienes tocasen".
Por su parte, el Decreto Supremo N° 31, de 26/11/1877, mantenía a firme esta regla-
mentación al establecer que "las leyes, los decretos y las demás resoluciones del Gobierno
que se publiquen en el Diario Oficial de la República de Chile, se tendrán como auténticos
y oficialmente comunicados, para que obliguen a las personas y corporaciones a quienes
correspondan".
Pero la verdad es que ninguno de estos dos textos reglamentarios nos aportan verdadera
luz en cuanto al problema de determinar, categóricamente, qué decreto o resoluciones deben
necesariamente publicarse en el Diario Oficial, pues tanto el Decreto de Portales como el de
1877, también citados, nos están dando más bien una norma de vigencia que una obligación
de publicar determinados actos.
En efecto, era evidente que la publicación -cuando existe- no tiene otra finalidad que
la de indicar el punto de partida para la vigencia del acto, problema éste de que nos preocu-
paremos en otro párrafo; pero el que ahora nos interesa, se refiere sólo a la obligatoriedad
o no de proceder a publicar los decretos para que ellos empiecen a regir.
Hay, por otra parte, un precepto reglamentario que se refiere específicamente a la obli-
gación de publicar determinados decretos. Dice, en efecto, el Decreto del Ministerio del
Interior N° 2.710, publicado en el Diario Oficial de 25 de mayo de 1942, que "los Decretos
Supremos que contengan disposiciones que afecten a los particulares deben ser publicados
íntegramente en el Diario Oficial".
225 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
e n r i q u e silva cimma
149
Estos criterios eran sostenidos por nosotros cu nuestro ¡inveho Adminvitralh'o Chileno y
Cumjmrndo. Introducción y fuentes, ob. tit., pág. I'.H). Afirmábamos: "Especulando, entonces, en
el terreno meramente doctrinario y de los reglamentos citados v ante la lalta de una norma
legal expresa, creemos que deben necesariamente puhlicaise en el Diario Oficial todos aque-
llos decretos o resoluciones que sean de general aplicación, sea por aprobar disposiciones
reglamentarias o por afectar de una manet a amplia a los particulares en sus reía» iones trente
al Estado. Sólo así es posible garantizar los derechos de estos y evitar las arbitral ¡edades que
la Administración puede cometer. Deben puMii arse además aquellos decretos para quienes
la ley explícitamente dispone tal trámite y los que el Presidente de la República ordena que
sean publicados".
EDiTORIAl. J U R I D I C A DECHIII
derecho administrativo chileno y comparado
1,11
Ver artículo 61 de la Ley de Bases de Procedimiento Administrativo.
151
El Sr. IRIBARREN, obra citada, pág. 161, plantea el problema en los siguientes términos:
"No todos los preceptos administrativos son igualmente revocables; hay que hacer distinción
entre los decretos políticos, los orgánicos y los que atañen al orden privado. Los primeros
son esencialmente revocables en el hecho y en el derecho, una vez satisfecha la necesidad
que los motivó".
"Los decretos orgánicos no son revocables, en el hecho, mientras sea necesario mantener
la organización dada a los Servicios. Una vez pasada esta circunstancia, pueden ser derogados
sin inconveniente, siguiendo el principio general relativo a la durabilidad de los decretos".
227 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
ENRIQUE SIi VA CIMMA
"Los decretos de orden privado, o sea, aquellos que confieren la adquisición de derechos
patrimoniales, como pensiones, retiros y montepíos, recompensas al primer denunciante,
son irrevocables en el hecho y en el derecho. Estos decretos tienen la misma fuerza obliga-
toria y permanente de una sentencia judicial firme, porque se dictan después de que se ha
formado un verdadero proceso que ha permitido el completo conocimiento de causa v su
juzgamiento".
152
AYl.WIN, obra citada, pág, 196, expresa, sin embargo:
"No basta decir que los decret< >s de interés particular son irrevocables, o que lo son aque-
llos que establecen derechos adquiridos para un particular. Ello no es siempre rigurosamente
exacto", Y agrega: "Son irrevocables los decretos que establecen como efecto único o, a lo
menos, fundamental la creación o reconocimiento de un derecho de carácter patrimonial
para un particular, porque ese derecho pasa a ser propiedad del interesado, derecho adqui-
rido por él, de que sólo puede privársele por la vía de la expropiación. Es lo que pasa con el
decreto que reconoce una jubilación".
'"Dictamen de don VALENTIN I,! i IXIF.R, de 1 7 / I V / 1 8 9 4 , obra citada, pág. 75. En la
misma obra, pág. 4-1.*i: "Sin duda los decretos son por lo general esencialmente revocables, y
esta revocabilidad es lo que permite que sin cambiar las leyes, cambie el Gobierno de política
aplicándolas en cada caso con el criterio del partido dominante".
229 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
k N R I Q U E SIi.VA CIMMA
154
El Gobierno puede derogar sus decretos, pero no puede dar a la derogación efectos
retroactivos". D i c t a m e n de d o n VALENTÍN LETELIER, de 9 de m a y o de 1 8 9 2 .
231 e d i t o r i a l JURIDICA de c h i le
ENRIQUE SIi VA CIMMA
IM
Ver artículos 52 y 61 de la Ley de Procedimiento Administrativo.
JÉZE - o b r a citada, t. 1", págs. 118 y 188-, 'TI acto legislativo o reglamentario puede jurí-
dicamente dejarse sin efecto para lo luturo: esta es la derogación, c ualquiera sea el nombre
que se le dé.
"Las situac iones jurídicas individuales no pueden en lo futuro ser modificadas sino muy
difícilmente. El medio jurídico adecuado consiste en teali/ar actos jurídicos nuevos, creados
de nuevas situaciones jurídicas individuales".
Con respecto a la revocación de los decretos de nombramiento y destitución, jF/.r llega
a las mismas conclusiones que hemos formulado. Como quiera que "el acto jurídico de revo-
cación debe ser rodeado de formalidades especiales", no pueden estas omitirse sin incurrir
en causal de ilegalidad y aun, nulidad (pág. 216, t. 1").
160
GASTÓN JÉZE, Principios Generales del Derecho Administrativo. 1.1, "1.a técnica jurídica del
Derecho Público Francés", pág. 119, Editorial Depalma, Buenos Aires, 1948.
233 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
ENRIQUE SILVA CIMMA
editorial JURIDICA di c h i l e 23 I
DERECHO ADMINISTRATIVO CHILENO Y COM PARADO
235 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
enripi e sli.va c i m m a
157
Esta prohibición de anticipar el cumplimiento de un decreto admito excepciones en
los casos de los decretos de urgencia que más adelante estudiaremos.
239 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
ENRIQUE SIi VA CIMMA
241 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
enriql'k silva cimma
158
Este principio doctrinario encuentra consagración en la Ley N° 14.832, de 24 de ene-
ro de 1962, al disponer que si la Contraloría no da curso a alguno de los decretos que ella
menciona -y que tipifican positivamente la urgencia en nuestro derecho- "podrá perseguir la
responsabilidad administrativa del jefe que lo dictó o pondrá el hecho en conocimiento del
Presidente de la República y de la Cámara de Diputados cuando se tratare de decreto supremo.
Todo ello -agrega- sin peijuicio de las demás responsabilidades que fueren pertinentes".
Esta misma ley ha señalado como decretos de urgencia precisamente aquellos casos que
doctrinariamente indicábamos como tales en la primera edición de esta obra.
159
La jurisprudencia de la Contraloría General de la República es concordante con esta
apreciación.
243 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
ENRIQUE SIi VA CIMMA
16ü
Hasta antes de la Ley N° 19.817, exisu'an otras hipótesis. En efecto, la urgencia se
consagraba también en el art. 10, inciso 9, de la Ley N° 10.336, específicamente, respecto
de decretos que tienen por finalidad fijar tarifas o precios o modalidades de importación
o venta de artículos de primera necesidad o de uso o consumo habitual, o los que regulan
cambios internacionales. En estas situaciones los decretos pueden ejecutarse antes de su
toma de razón, pero, en todo caso, deben enviarse a la Contraloría dentro de los treinta días
de dispuesta la medida.
Otra posibilidad legal de urgencia es aún más extrema. Las suplencias o interinatos en
Servicios de Urgencia y Hospitalarios, en la enseñanza pública y en las oficinas unipersonales,
podrán efectuarse aun antes de expedirse el respectivo decreto o resolución. En todo caso, el
decreto deberá dictarse también y enviarse a ta Contraloría dentro de los treinta días siguientes
de dispuesta la medida. Las causales que justifican la dictación de estos decretos de urgencia se
explican suficientemente. El servicio público no puede paralizarse y la autoridad, por lo tanto,
está en el deber jurídico de arbitrar aquellas medidas que provean a su eficaz actividad. Todo
ello, por cierto, sin peijuicio de la responsabilidad que pueda derivarse, si al amparo de estos
propósitos se consuman actos contrarios a la ley (Ley N° 10.336, art. 10, ines. 10 y 11).
161
Por oficio N° 78.061, de 24/XI/60, la Contraloría estimó también como decretos de
urgencia aquellos que debieron dictarse con ocasión del sismo de mayo de ese año y que
fueron permitidos por los artículos 11 y 12 de la Ley N° 13.959.
H. El Decreto de Insistencia
245 e d i t o r i a l JURIDICA d e c h i l e m
ENRIQUE SIi VA CIMMA
1<is
Desgraciadamente, la Cámara de Diputados no ha sabido hacer uso de esta facultad
jurídicamente tan importante, y la práctica ha demostrado, según tendremos oportunidad
de ver, que el sistema concebido por el Legislador se ha desvirtuado por esta omisión en el
ejercicio de atribuciones específicas.
E N R I Q U E SILVA ( ;IM MA, I.a Contraloría Central de la República, págs. 22 V siguientes, Edit.
1(M
165
SILVA CIMMA, o b r a citada, p á g . 3 0 .
166
El art. 3o de la Ley N° 14.832 dispone que el Presidente de la República, a propuesta
del Contralor General, fijará el texto refundido de la Ley N° 10.336 y sus modificaciones
posteriores. Al fijar dicho texto se mantendrá el número y podrá el Presidente coordinar
y sistematizar la titulación y el articulado de la ley y dar la ubicación más conveniente a sus
disposiciones, pero sin alterar su contenido.
249 e d i t o r i a l JURÍDICA de c h i l e
e n r i q u e sli.va c i m m a
147
I loy p u n t e ser ünii,ul.i por el Subí oniralor (art. 'JO, letra <), Lev N" 10.336). y por los jetes
y subjefes de Departamentos y jeles de Siil>tlcpartanu iilos (art. t'\ lena c), Lev N" H.N3'.!).
2f>()
EDITORIAL JURIDICA De CHILE
DERECHO ADMINISTRATIVO CHILENO Y COMPAR ADO
168
La Contraloría General de la República al cursar con alcance el decreto de insistencia
N° 2.210 de Obras Públicas de 1961 que ordena tomar razón de los Decretos 1.935 y 1.960
del 61 del Ministerio de Obras Públicas y N" 1.196/61 del Ministerio de Economía, Fomento
y Reconstrucción anteriormente objetados por Contraloría y que a su juicio eran ilegales
por disponer traspasos de fondos consultados en ítem "gastos de transferencias" de la Ley
de Presupuestos desuñados como aportes a personas jurídicas distintas del Fisco (Dictamen
N° 60.410/61), sostuvo la siguiente doctrina: "Los decretos que versan sobre gastos públicos
no están regidos por la modalidad de la insistencia contemplada en el art. 13, Ley N° 10.336,
y sólo pueden ser cursados, cuando ellos no se dictan con arreglo a la ley, si cumplen las
formalidades y condiciones que prevé el N° 10 del art. 72 de la Constitución. En esta situa-
ción, al Presidente de la República sólo le caben dos caminos: decretar gastos o inversiones
"con arreglo a la ley", o decretarlos en forma distinta a la autorizada por la ley pero bajo las
circunstancias previstas en el N° 10, art. 72 de la Constitución. Así, el constituyente excluyó
expresamente la posibilidad de un tercer evento, o sea el de un decreto que ordene inversiones
o gastos no autorizados, y sometidos a la institución de la insistencia. En el caso actual, no se
trata de transgredir una prohibición expresa de la ley, sino del ejercicio de una facultad del
Presidente (art. 42, DFL N° 47/59), acerca de cuya amplitud ha recaído una interpretación
dispar de Contraloría. El pago está autorizado por la ley. La controversia reside en determinar
si lo está con la limitación, que ajuicio de Contraloría, surge del contexto del DFL N° 47/59,
o lo está sin restricciones, según sostiene el Ejecutivo. La solución puede venir legalmente por
la vía del decreto de insistencia, y por eso la Contraloría da curso al que motiva el presente
oficio Dictamen 61.334, de 11 de octubre de 1961).
Iai
Esta interpretación ha sido sustentada por la Contraloría General de la República,
invariablemente, cuando mediante la insistencia se ha pretendido ordenar gastos que no han
sido autorizados por ley alguna. El Ejecutivo ha debido, naturalmente, aceptar este criterio.
170
La Ley Orgánica de la Contraloría (ic net al de la República al establecer la insistencia
gubernativa, estatuye que ella deberá producirse con la firma de "nulos" los Ministros de
Estado. Expresamos ya que esta exigencia, que es fundamental, tiene por finalidad hacer
posible la responsabilidad de los Ministros de conformidad con los términos del art, 76 de la
Constitución Política de la República. Esta exigencia de que firmen todos los Ministros del
despacho no existía en las primitivas disposiciones que regulaban la institución y sólo vino a
ser establecida por primera ve/ en el Decreto-ley N" 2!>8 de 1932.
Ahora bien, cuando la ley habla de "todos los Ministros", ¿debe entenderse que será
imprescindible que él sea suscrito por lodos los titulares de esos « argos o podrán algunos
Ministros actuar en calidad de subrogantes de otros? El problema es sin duda discutible, y
en la práctic a no ha sido dilucidado claramente, si bien la jurisprudencia ha aceptado este
último criterio al cursar la Contraloría, en más de una oportunidad, decretos de insistencia
en que algunos Ministros de Estado aparecen suscribiéndolos por sí y como subrogantes de
otros Secretarios de Estado.
Tal criterio no ha sido por otra parte rechazado por el Congreso, de estarse a la circuns-
tancia de que jamás lo ha impugnado.
Por otra parte, cuando la ley habla de "todos" se está refiriendo a quienes están en fun-
ciones y evidentemente el Ministro subrogado no lo está.
171
I.a Contraloría ha sustentado, sin embargo, la tesis contraría y ha dicho que un decreto
simple no puede derogar o alterar un decreto de insistencia. Oficio 23.741, de 13/MI/1945.
Discrepamos de esta conclusión, salvo en cuanto pudiera estimarse que la modificación - n o
la derogación- mantiene el estado de ilegalidad, en cuyo caso es obvio que ese simple decreto
no debería aceptarse, pero no por la razón dada sino por tratarse simplemente de una nueva
ilegalidad. Posteriormente se ha aceptado nuestro punto de vista.
1,8
Nuestra tesis emontro expresa aceptación en la lev positiva cuando el legislador, en la
Ley N" 14.832, declaro que el Presidente «le la Kepúblu a ton la firma de todos sus Ministros
puede insistir una resolución «pie lia sido representada por la Contraloría.
e d i t o r i a l J U R I D I C A de c h i l e 2f>()
d e r e c h o administrativ o c h i l e n o y c o m p a r a d o
173
Este primer punto demuestra claramente cuán infundada es la apreciación que ha
solido formularse, relativa a la absorción del Poder Ejecutivo por el Congreso.
m
El terremoto del sur, acaecido en líl.'W, lite justamente una demostración de esta
realidad.
2f>()
editorial JURIDICA de chile
DERECHO ADMINISTRATIV O CHILENO Y COMPARADO
La tesis que liemos fundamentado ha sido, sin embargo, disentida en los circuios
parlamentarios. P'.n efecto, con motivo de una acusación constitucional formulada a algunos
de los Ministros del último (labinete del Sr. (Ion/ale/ Yidela, los diputados acusadores no
estuvieron plenamente de acuerdo con ella, y mucho menos quienes defendieron al Calimete
basándose, precisamente, en que los decretos motivo de la a< usación habían sido tramitados
por la Contraloría. La acusación no prospero y. < 011 posterioridad, la Cámara de Diputados
al recibir las sucesivas comunicaciones de la Contraloría relacionadas con la dictación de esta
clase de decretos, no tachó o criticó el alcance con que han sido tramitados.
J. Las Ordenanzas
K. Las Instrucciones
178
Es, por ejemplo, el caso de la Contraloría, cuya Ley Orgánica, en su art. 9 o , faculta
al Contralor para dirigirse a cualquiera autoridad impartiéndole instrucciones relativas a la
fiscalización que legalmente le corresponde.
179
"La instrucción no tiene más que un efecto interno; el funcionario está obligado a ob-
servarla. El subdito no resulta alcanzado por ella". OTTO MAYER, obra citada, t. 1°, pág. 109.
273 e d i t o r i a l JURÍDICA de c h i l e
ENRIQUE SILVA CIMMA
183
Por esto es que diferimos de las siguientes apreciaciones de MAYER -obra citada, 1.1,
pág. 109-: "El subdito no resulta alcanzado por la instrucción; solamente será afectado por
la medida que se tome luego, contra él, por el funcionario. Esta medida puede apartarse, sea
que el funcionario haya recibido una orden especial contraria, sea que hayajuzgado oportuno
separarse, contemplando los bien entendidos intereses del Estado. La instrucción no ha dado
al súbdito una determinación jurídica frente al poder público".
184
Nuestra jurisprudencia administrativa ha establecido siempre, de una manera invaria-
ble, que las instrucciones no pueden violar las leyes, reglamentos o decretos. Sólo a manera
de ejemplo citamos los siguientes casos: Dictamen de la Contraloría N° 26.229 de 5-VII-52:
"Las bases administrativas para la construcción de una obra pública aprobadas por Decreto
Supremo, no son susceptibles de ser modificadas sino por otro Decreto. La simple instruc-
ción de una oficina pública sólo podría hacer aclaraciones, pero de ningún modo introducir
modificaciones a dichas bases".
Dictamen Contraloría N° 49.923 de 8-X-54: "Una escuela particular que ha sido declara-
da, por Decreto Supremo, cooperadora de la función educacional del Estado, no pierde ese
carácter por una mera instrucción ministerial, fundada en una causa no prevista por la ley,
y, por lo tanto, mantiene el derecho a cobrar subvención fiscal.
275 e d i t o r i a l JURÍDICA de c h i l e
ENRIQUE SII.VA CIMM A
1(15
HANS KELSEN, La idea del derecho natural, págs. 215 y siguientes, Buenos Aires, 1946.
"La jurisprudencia ve al Derecho como un sistema de normas generales e individuales. Los
hechos son considerados en esta jurisprudencia solamente en tanto que ellos son el contenido
de las normas jurídicas". "Si la jurisprudencia ha de presentar el derecho como un sistema
de normas válidas, las proposiciones con que describa su objeto han de ser proposiciones de
"deber ser", aserciones en las que se expresa un "deber" no un "ser". Pero las proposiciones de
lajurisprudencia no son por sí mismas normas. Ellas no establecen ni deberes ni derechos.
Las normas por medio de las cuales los individuos son obligados o facultados, emanan
sólo de la autoridad creadora de Derecho".
186
LUIS CLARO SOLAR, Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, t. I, p á g . 7, San-
tiago de Chile, 1898.
187
ADOLFO POSADA, obra citada, 1.1, pág. 135. Para Posada, lajurisprudencia como fuente
admite tres acepciones: "interpretación uniforme y constante de una regla de Derecho, resul-
tante de los actos o decisiones particulares de los Poderes Públicos"; y la que diariamente van
estableciendo los Tribunales de Justicia con respecto a las reglas que están llamadas a aplicar
en cada caso. En este sentido, dice, "es una función oficial del Poder constituido encargado
de aplicar el Derecho".
277 e d i t o r i a l J U R I D I C A d e c h i le
ENRIQUE SILVA C1M\1A
H/WS KKI.SIíN, Teoría (Irneral de¡E\Uuh. p á g :«»!>. "I .a legislación es aplicación del De-
recho. lo m i s i n o que la ¡iirisdii ción es creación jurídica".
"** (:ARLOS ( 'A )SSK i. I» plenitud del ordnuimiento jurídico, págs. 1% y siguientes. '2' edición,
B u e n o s Aires, 1017. Sorprende la dis< nsión doctrinaria a que acabamos de referirnos. Ks que
ella, en el f o n d o , reposaba sobre un plante» vicioso del problema por falta de elucidación
de su substrato lógico. "F,l juez tío p u e d e crear normas generales, pero crea D e i e c h o porque
crea normas individuales".
'""JUAN A N T O N I O IRIBARREN, o b r a d i a d a , 1 . 1 . p á g . 1 8 0 .
BASAV,LBAS0
del D e ^ h A - «** t 1". I*¡R. JHft. "La jurisprudencia es fuente fecunda
A dm, rat VO |K , < n0 si
l Í h l ™ ^ , T ' ' ° K" i f " '' I 1 *' <•»« sola resuelva el dualismo irreso-
funrión Wi , ^ a d m i n f r a t i v a V la ^ ™ C e r c h o , ni que aquella pueda substituí, a la
S ™ g 1,1
pero la ponderación interpretativa de la lev, va sea extensiva, restringida
a
r ním\de , , M n n a l,
"Ki'1' < ""< o'-dante con los intereses sociales va forman-
P r m C d Í d<
Luerdn ° ° ' ^'jurisprudencia, que a su ve, va evolucionando de
acuerdo con las exigencias sociales".
B. La Costumbre Administrativa
192
HANS KELSEN, obra citada, pág. 303.
WII.HEI.M SAUER, Filosofía jurídica y social, págs. 224 y siguientes. Este autor llega c o m o
consecuencia a sentar una conclusión de innegable interés y que encontramos en cierto modo
contradictoria con la opinión dominante. Para él, "cuanto más maduro y firme se halla un
pueblo en los aspectos cultural y político, tanto más superfluas son las leyes", si bien, agrega,
"hay ciertos principios constitucionales que son imprescindibles". Sabemos que la doctrina
más generalizada, preconizada especialmente por OTTO MAYER y los demás tratadistas de la
escuela alemana, sostiene que en un régimen de Estado de Derecho no hay lugar preferente
para la costumbre jurídica.
194 Q J J Q MAYER, obra citada, 1.1, pág. 175. Volveremos más adelante sobre esias opiniones
al analizar el valor que a la costumbre asigna la doctrina en cuanto a fuente del Derecho
Administrativo.
195
GUIDO ZANOBINI, Curso di-Derecho Administrativo, vol. I, Parte General, pág. 122, Edit.
Arayú, Buenos Aires, 1 !)f> I. 11 autor extiende la costumbre como fuente no sólo a los actos o
hechos uniformes sino también a las omisiones. A este respecto debemos hacer un alcance:
siempre que esas omisiones no vulneren la norma positiva, porque a nuestro juicio serían
entonces ilegítimas y no podrían crear Derecho.
106
ADOLFO POSADA, obra citada, t. I. pág. 130. I lemos citado a este autor porque, como
tendremos oportunidad de ver, es uno de los que asignan a esta fuente del Derecho un valor
jurídico trascendental, de allí sus concepciones de que la acción efectiva del pueblo producida
por sus miembros, es la expresión formal del ideal de justicia y es la base de la costumbre.
1,17
BIELSA, obra citada, 1.1, pág. r» I.
I!IB
VILLEGAS B.VSAVII.KASO, o b r a c i t a d a , t. I, p á g . 3 1 2 .
2f>()
EDITORIAL J U R I D I C A DE CHILE
DERECHO ADMINISTRATIV O CHILENO Y COMPARADO
2<
" Cobran a este respecto fuerza las palabras con que el profesor de Derecho político
de la Universidad de Cambridge, SLR ERNEST BARKER, se refiere al constitucionalismo inglés:
"No deja de ser curioso que los británicos fomenten y observen la idea de la soberanía de la
Constitución, puesto que no tienen una Constitución escrita. La Constitución soberana es
algo que perdura en la mente de los hombres, más bien que algo que está escrito, l-'.s una serie
de convenios o acuerdos que respeta la gente, de la misma lorma que observa el código del
honor en la vida social. I'ero aun cuando la Constitución británica no está escrita, o mejor
dicho, está en su mayor parte sin escribir, f unciona eficazmente. Es obedecida. Se observan
sus reglas, y puede decirse que se observan mejor poi que se las comprende v no son meras
declaraciones oficiales contenidas en un documento". "1.a organi/acióu constitucional de la
(irán Bretaña", pág. 5.
202 OTTO MAYER, obra citada, t. I, pág, I7t>. "Cuando no existe lev general que autorice
a los funcionarios a restringir la libertad y la propiedad, eso prueba que el poder legislativo
no quiso admitir tales limitaciones". 'VQue llegaría a ser la reserva constitucional si estuviera
permitido a la Administración crear por sí misma, mediante un uso prolongado, las reglas
del derecho necesarias?..." "Por consiguiente, es necesario reconocer que la formación de
un derecho consuetudinario para la Administración está excluida por los mismos principios
generales de nuestro Derecho Público".
No obstante, el mismo MAYER reconoce que ello no ha sido siempre así y que su afirma-
ción tiene excepciones; de allí es que más adelante entre a distinguir dos clases de derecho
consuetudinario que él denomina el histórico y las observancias,
SOS Q 1 T O MAYER, obra citada, pág. 179.
204 pritz FLEINER, obra citada, pág. 70. "Del todo contrarias son las condiciones para la
formación de un nuevo Derecho Consuetudinario. Cuando el Estado, bajo el dominio de una
Constitución escrita, dicta una norma jurídica, no puede derogarla la costumbre contraria
de los funcionarios o de los ciudadanos. En la esfera del Derecho Público, la ley vigente no
puede ser alterada por un Derecho Consuetudinario que la contradiga; el Derecho Consue-
tudinario carece de fuerza derogatoria frente a la ley".
205
ADOLFO POSADA, obra citada, pág. 133. "La costumbre es necesariamente eficaz, pues
implica el reflejo del Derecho mismo, tal cual se siente en la conciencia jurídica del pueblo.
El sentimiento, la conciencia jurídica del Estado, se manifiestan en su vida, en sus costum-
bres, en sus actos".
"Abarcando el derecho la vida toda en sus complejísimas manifestaciones; plegándose
el Derecho a todos los hechos, de personas y del Estado, la costumbre por su misma falta de
precisión, por su carácter tácito, expresa de mejor manera el Derecho que se vive, que no la
ley, rígida por necesidad".
306
MAURICE HAURIOU, PrécisdeDroit Constimtionnel, p á g . 2 6 9 , París, 1 9 2 3 . " H a h a b i d o en
todos los tiempos y hay todavía prácticas gubernamentales así como reglamentos interiores
de las instituciones constitucionales que tienen una gran importancia en la marcha regular
de los asuntos y, por consiguiente, en lo relativo a la moderación del poder político, pese a lo
cual estas reglas, aun cuando sean jurídicas, no tienen la importancia del Derecho escrito".
LORENZO MEL CCI, Istituzione di Diritto Administrativo Italiano, págs. 18 y siguientes, TORINO,
1898. POSADA, obra citada, 1.1, págs. 137 y siguientes.
207
G U N O ZANOBINI, obra citarla, 1.1. pág. 127.
208
En tal sentido, concordamos en cierto modo con las opiniones sustentadas en la cátedra
por el profesor Iribarren.
209
MOISÉS VARGAS, obra citada, pág. 49. "Tiene fuerza derogatoria aun en el Derecho C avil.
aun cuando los civiles opinen lo contrario. En el Derecho Público, cuando una institución
legal ha caducado, tiene suma importancia la costumbre".
210
IRIBARREN, o b r a citada, p á g . 180.
211
RAFAEL BIELSA, obra citada, 1.1, pág. 53.
2,2
EDGAR BODENHF IMER, Teoría del Derecho, pág. 107, M é x i c o , 1942.
213
A D O L F O POSADA, Tratado de Dnccho Político, págs. 8 4 y siguientes. Madrid, ÍWM. "Para
que la fuerza de la costumbre como fuente fecundísima del Derecho, sea real y electiva, lo
mismo en el Derecho Político que en cualquier otra rama del Derecho, no importa que sea
reconocida o no como tal por el legislador; se infiere esto de la naturaleza de la costumbre.
Como es anterior al Derecho legislado en el curso de la historia, como es permanente, como
es inevitable y necesaria, la costumbre persiste al lado de la ley".
W
A D O L F O P< >SADA, obra citada, pág. 8 9 .
816
A D O L F O POSADA, obra citada, pág. 9 9 .
el campo que ella regula no llegue a ser legislado; pero desde el mo-
mento mismo en que la norma escrita imponga su criterio, no podría,
a nuestro juicio, subsistir una costumbre contraria a aquélla. ¿Que esto
significaría la vigencia de un precepto reñido con la realidad y por
lo tanto peijudicial? Es posible, pero abierto está entonces el camino
para promover su modificación o su derogación. Esto querrá decir
que, por lo que toca a la transformación de la costumbre en norma
jurídica, será menester subdistinguir dos aspectos:
a) Generalmente, en el régimen jurídico actual para que una
costumbre tenga valor jurídico será indispensable el reconocimiento
de ella por la autoridad legítima, y
b) En los campos no legislados del Derecho Público la costumbre
preestablecida puede adquirir el valor de normajurídica sin necesidad
de reconocimiento porque aquí actuará simplemente con el carácter
general de complementaria del régimen de derecho existente. Pero
su valor en este último evento subsistirá en tanto una norma positiva
no venga a establecer un cartabón jurídico diferente.
Y en este sentido son múltiples los casos en que impera en nuestro
régimen la costumbre como fuente del Derecho Administrativo, según
tendremos oportunidad de constatarlo en el párrafo respectivo.
2,7
IRIBARREN, obra citada, pág. 174.
EDITORIAL JURIDICA DE C H U T 2 0 2
DERECHO ADMINISTRATIV O CHILENO Y COMPARADO
213
LUDWIC. SPIEGEL, Derecho Administrativo, pág. 54, Barcelona, 1933, Colección Labor.
220
En el mismo sentido, Cl II T E R M O V A R A S , olira rilada, pág. 20. "l^as necesidades públicas
exigen, a veces imperativamente, que a lalta de disposiciones escritas se recurra a la costumbre".
P A T R I C I O AYLWIN, obra citada, pág. 12. "Ella actúa como antecedente de la ley, en el silencio
de la ley, y como complemento de la ley"; y E R M - . S T O M E R I N O , obra citada, pág. 4 8 .
M A N U E L J A R A C R I S T I , obra diada, pág. I(i.
221
222
Jt A \ A N T O N I O IRIUARRKN, obra citada, pág. 180.
221
M O I S É S V A R G A S , obra citada, pág. lí>.
224
En este sentido-MOISÉS VARGAS-, "hay determinadas instituciones jurídicas que. por
obra de la costumbre, se han transformado en otras de distinta naturaleza. Tal podría decir-
se que ha sucedido con nuestro régimen político que de presidencial se ha convertido en
parlamentario, adoptando innumerables prácticas de este sistema de gobierno que no han
sido preceptuadas en la Constitución".
Ta
¿Y es que tales exigencias no respondían a una necesidad real de la Administración?
Muy por el contrario. De desear sería que ellas fuesen restablecidas a Im de asegurar la efi-
ciencia de las dotaciones de Subsecretarías.
2f>()
editorial JURIDICA d e c h i l e
DERECHO ADMINISTRATIV O C H I L E N O Y COMPARADO
C. La Doctrina Científica
226
BENJAMÍN VILLEGAS BASAVILBASO, obra citada, 1.1, pág. 379.
227
E N R I Q U E SAYAGUÉS LASO, o b r a d i a d a , 1 . 1 , PÁG. 1 1 1 .
22R
BENJAMÍN VILLEGAS BVSAVILBASO, obra rilada, 1.1, pág. :WI.
220
Entre los estudiosos del Derecho Adminislialivo Nacional se estima que la Lev de Bases
Generales para la Administración del Estado N" 18.575, de IWti. encuentra su fundamento
en los principios que desde antaño había elaborado sobre la materia la doctrina científica
del ramo.
2f>()
editorial JURIDICA de chile
d e r e c h o a d m i n i s t r a t i vo c h i l e n o y c o m p a r a d o
230
Tal criterio sustentan Zanobini, Sayagués Laso y Villegas Basavilbaso, entre otros. El
mismo temperamento adopta el programa de Derecho Administrativo de la Universidad ar-
gentina de la Plata. En el nuevo plan de estudios para la enseñanza del Derecho Administrativo
en nuestra Facultad, los tratados se incorporan expresamente a las Fuentes y el análisis de las
leyes-contrato y de los textos definitivos se hace dentro del estudio de la ley.
231
WILHEI.M SAUER, obra citada, pág, 231.
2f>()
editorial JURIDICA de c h i l e
DERECHO ADMINISTRATIV O CHILENO Y COMPARADO
editorial JURIDICA de c h i i i
304
DERECHO ADMINISTRATIV O CHILENO Y COMPARADO
editorial JURIDICA de c h i i i
306
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D Emergencia constitucional, 89 al 92
incl.
Decreto ley, 11, 12, 30 bis, 39, 40, 41, Ente autónomo, 52, 125.
42. Enriquecimiento sin causa, 123.
Decreto con fuerza de ley, 11, 12, 30 Equidad, 123.
bis, 31,32, 33, 35, 36, 37, 38. Estado de Derecho, Cap. I, II d, 11,
Decreto, 11,12, 54 al 57 incl. 79.
Decreto Supremo, 58 al 78 incl. Estatuto administrativo, 15, 48.
Decretos políticos y administrativos, Estatuto semifiscal, 34.
62. Estatuto universitario, 34.
Decretos simples y reglamentarios, 62. Estado de necesidad, 121.
Decretos controlados y no controlados, Estatutos autónomos, 125.
62. Evolución y transformación de la cos-
Decretos de insistencia, 79 al 88 incl. tumbre en norma jurídica consue-
Decretos que nacen insistidos, 84. tudinaria, 113.
Decretos Constitucionales de Emergencia, Expropiación, 2, 15.
89 al 92 incl.
Decretos promulgatorios de leyes, 62. F
Decretos dictados por autoridades in-
feriores, 76. Formalidades en el Derecho Adminis-
Decretos de urgencia, 77. trativo, Cap. I, IV.
Decretos ilegales, 78. Facultad de dictar decretos, 56.
Déficit presupuestario, 91. Formación de la ley, 20.
Derecho a reclamo, 60 bis. Funcionarios, 2, 15, 26.
Derecho consuetudinario, 11. Función pública, 2, 15.
Derecho Penal Administrativo, 3. Fuentes internas, 43.
Derecho Político o Constitucional, 1, Fuentes racionales, 104.
2,11. Fuentes reveladoras de jurisprudencia,
Derecho Público, Cap. I, IV, 1. 110.
Derecho Romano, 1, Fundamentos constitucionales del De-
Derechos adquiridos, 26. creto Supremo, 59.
Derogación ley, 28. Fundamentos positivos y doctrinarios
Derogación decreto fuerza de ley, 38. del reglamento, 44.
Derogación decreto ley, 42. Fuerza de las instrucciones, 103.
Derogación Decreto Insistencia, 87. Fuerza obligatoria del decreto, 60.
Derogación ordenanza administrativa,
95. G
Derogación decretos, 71.
Discrecionalidad, 24. Ciaran tías individuales, 15.
Distintas formas de reglamentos admi- Gastos públicos, 90.
nistrativos, 48. Generalidad de la ley. 22.
Doctrina científica, 12, 104, 117. Generalidad del reglamento, 45.
Dominio del Estado, 8. Gobierno de fació, 30 bis.
Dominio de la ley, Cap. I, II d, 23. Gobierno y Administración Regional,
Dominio del decreto, 61. 2, 16, 97.
Duración de los decretos, 73,
I
E
Imperativos del Decreto, 63 al 69.
Efectos de la ley, 25 bis. Imperio, 22.
Eficacia de la ley, 19. Impuestos, 15.
N
J
Nacionalidad, 2.
Jurisprudencia, 12, 104, 105 al 110 Nombramiento, 6.
incl. Norma Jurídica, II b.
Jurisprudencia administrativa-conten- Nulidad decreto ley, 40.
ciosa, 107.
Jurisprudencia administrativa no con- O
tenciosa, 108.
Obligatoriedad decretos del Ejecutivo,
L 61.
Obligatoriedad decretos de insistencia,
La analogía, 122. 86.
Legalidad, Cap. I, II d. Obligatoriedad instrucciones, 103.
Legislación irregular, 30 bis. Obligatoriedad del reglamento, 45.
Ley, 11, 17 al 29 incl. Observancia, 11.
Ley de Bases Generales para la Admi- Oportunidad, 22.
nistración del Estado, Cap. I, II a, 2, Origen histórico del decreto, 55.
15, 25,29,119,126. Origen y evolución histórica del decreto
Ley de Organización y Atribuciones de de insistencia, 80.
los Tribunales, 29. Ordenanza administrativa, 43, 94.
Ley de Quorum Calificado, 15, 126. Ordenanzas, 11, 93 al 99 incl.
Ley formal, 17, 43. Ordenanzas municipales, 98.
315 e d i t o r i a l J U R I D I C A de c h i l e
ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS
EDITORIAL J U R I D I C A DI ( l l l l l 316
ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS
Presentación 7
Prólogo de la Primera Edición 9
Prólogo de la Segunda Edición 11
Prólogo de la Tercera Edición 15
Prólogo de la Cuarta Edición 17
Prólogo a la Quinta Edición 21
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
Antecedentes generales y evolución. Concepto y definiciones. Relaciones con las demás
ramas del Derecho. Derecho Público y Derecho Privado
6. Derecho Económico 57
7. Relaciones con el Derecho Internacional 58
B) Relaciones con el Derecho Privado 58
8. Relaciones con el Derecho Civil 58
9. Relaciones con el Derecho de Minería 60
10. Relaciones con el Derecho Comercial 61
C) Relaciones con el Derecho Social o del Trabajo 61
CAPÍTULO II
B) La ley 101
17. Generalidades 101
18. Conceptos de ley como fuente del Derecho Administrativo .. 102
19. Eficacia e importancia de la ley en el Derecho Administrativo 105
20. De la formación de la ley 106
21. Requisitos de la ley. Inaplicabilidad e inconstitucionalidad de
la ley 109
22. Dominio de la ley 115
23. Caracteres de la ley 117
24. Acción de la ley administrativa y discrecionalidad 118
24 bis. El concepto de ley normativa 120
25. Clases de leyes administrativas 122
25 bis. Efectos de la ley administrativa 125
26. Retroactividad de la ley administrativa 126
26 bis. Retroactividad y confianza legítima 130
27. Interpretación de las leyes administrativas 135
28. Derogación de las leyes administrativas 136
29. La ley como fuente del Derecho Administrativo en Chile . . . . 136
29 bis. Las leyes-contrato 137
29 ter. Los textos definitivos o los textos refundidos, coordinados
y sistematizados 139
C) La codificación 142
D) Los tratados internacionales 143
30. Los tratados 143
E) El Decreto con fuerza de ley y el Decreto-ley 146
30 bis. Antecedentes generales 146
31. Los decretos con fuerza de ley. Conceptos 149
32. Institucionalización en Chile de los decretos con fuerza de ley.
Legislación delegada 150
33. Importancia de los Decretos con fuerza de ley 154
34. Influencia de la legislación delegada en el Derecho
Administrativo chileno 154
35. Requisitos. Su inaplicabilidad e inexistencia 158
36. Tramitación. ¿Procede la insistencia? 162
37. Interpretación 164
38. Modificación y derogación 165 g
39. Los decretos-leyes. Conceptos 166 2
40. Validez y eficacia 167 z
41. Los decretos-leyes en el Derecho Administrativo chileno 170 5
42. Modificación y derogación de los decretos-leyes 173 ó
F) El reglamento administrativo 174 =
43. Conceptos y generalidades 174 °
44. Fundamentos positivos y doctrinarios del reglamento en el a
Derecho Administrativo chileno 178 %
45. Su valor como fuente 180 g
46. Caracteres 181 2
Q
<
47. A quién corresponde la potestad reglamentaria, regla general
y excepciones. Control de su legalidad 183 ou
48. Distintas formas de reglamentos administrativos 184 g
49. Interpretación de los reglamentos administrativos 188 2<
83.
Tramitación del decreto de insistencia 254
84.
Decretos que nacen insistidos 255
85.
Obligación de comunicar los decretos de insistencia 256
86.
Obligatoriedad de los decretos de insistencia 257
87.
Vigencia y derogación 258
88.
La insistencia existe respecto de los decretos supremos y de las
resoluciones de los jefes de servicios que deben tramitarse por
la Contraloría 261
I) El decreto constitucional de emergencia 262
89. Concepto y generalidades 262
90. Origen y fundamentos 263
91. Requisitos 264
92. Responsabilidades derivadas de su dictación 267
J) Las ordenanzas 268
93. Conceptos y clasificación 268
94. a) Ordenanzas administrativas. Conceptos 269
95. Derogación y modificación 269
96. b) Ordenanzas de los órganos descentralizados. Conceptos 270
97. Ordenanzas provinciales 270
98. Ordenanzas municipales 270
99. Control de la facultad de los municipios de dictar ordenanzas . 270
K) Las instrucciones 271
100. Conceptos y generalidades 271
101. Clasificaciones 272
102. Características 273
103. Valor y fuerza obligatoria 274
323 editorialJURIDICAdechile m
ÍNDICE GENERAL
Bibliografía 307
Indice alfabético de materias 313