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Zander está huyendo de un tío malvado que planea venderlo como

esclavo. Atascado en una estación espacial, se encuentra con un guerrero


que despierta su deseo y lujuria, sacudiendo su núcleo.
El Capitán Tyran anhela encontrar a su compañero. Después de años
de juegos sexuales, él está listo para algo más. Entonces, su sueño se
hace realidad cuando un hombre cae en su vida. Reconoce a Zander
como su compañero y ofrece al mocoso una propuesta indecente, una
manera de salir de la estación espacial y protegerlo de los cazadores de
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recompensas que lo perseguían, convirtiéndose en su amante a sueldo.
Zander se resiste al principio. La atracción sexual intensa sacude su
mundo, pero acepta la oferta y se entrega a un poco de juego duro
mientras Tyran da vida a sus fantasías sexuales, pero él quiere más. ¿Este
guerrero podrá convertir sus sueños en realidad o en pesadillas?
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01 El Compañero del Capitán


Capítulo Uno
Zander llevó a Alex a través del puerto espacial. Después de años de
planificación, finalmente escaparon, pero el viaje acababa de empezar. El
peligro los rodeaba y estaban en un planeta que estaba lejos de ser
seguro. No podía relajarse debido a una pequeña victoria. Su objetivo era 4
ganar la guerra por su libertad, y ahora él no podía ver la línea de meta.
Alex se aferró a su camisa. Un año separaba sus edades, pero el nivel
de madurez era décadas distintas. Su hermano menor, no entendía el mal
en el mundo. Alex aceptaba dulces de extraños y seguía a los hombres
que pedían ayuda. Creía en el felices para siempre y en los fuertes
hombres que salvaban a los débiles. Esta dulce confianza era peligrosa.
Era demasiado para tomar, pero Zander quería que su hermano nunca
perdiese la inocencia.
Mientras que ambos tenían el mismo pelo de color rubio arena y ojos
azul oscuro, el aspecto de Zander perdió su brillo, la confianza. La mirada
cansada; que sospechaba de todo y buscaba el engaño y la mentira, le
rompió el corazón porque él ya no quería ser esa persona. Creció
rápidamente para protegerlos, pero la persona en el espejo era un
extraño. No, a pesar de su apariencia exterior, tenían poco en común.
Tal vez esto no fuera tan cierto. Alex necesitaba a alguien que le dijera
cuándo comer, qué hacer y, en última instancia, eso era lo que él quería,
un hombre para cuidarle y reducir el peso agobiante a sus espaldas.
Algún día iba a encontrar a alguien en quien apoyarse y que le ayudará
con todas las decisiones que tenía que tomar antes de que su espalda se
desmoronase bajo todo ese peso.
Ahora no había mucho que hacer y pensar en eso le estaba dando
problemas para respirar. Respiraciones profundas, se recordó. Lo primero
es lo primero. No te preocupes por todo. Un poco más tranquilo, se
concentró. Tenía que encontrar un lugar seguro para dormir, pero Zander
no quería pasar la noche envuelto en otro bote de basura. Fingió que
todo estaba bien después de conseguir la cena. En seguida, el dinero
presionando contra su muslo, le tentaría a gastarlo en una cápsula para
dormir, pero necesitaba el presupuesto. Entonces, después de que él
señalase su cama maloliente, Alex le daría una sonrisa triste y él tendría
que empujar hacia abajo su propia necesidad de dormir en un lugar
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limpio y dormir en la caja de basura.
La gente se amontonaba alrededor de ellos. Un ligero temblor
amenazó con exponer el miedo y la ansiedad casi lo paralizó. Muchas
personas significaban peligro, pero Alex necesitaba un superhéroe, un
hombre fuerte e invencible que alejara a los malos. Esta persona no era
él. Ahora, él quería acurrucarse en un rincón y llorar. Patético. De pie en
medio de una de las estaciones espaciales más movidas del universo
estaba casi histérico. Pero en el fondo, el plan tenía sentido. Cuanta más
gente, mayor sería la probabilidad de desaparecer en un mar de cuerpos
cuando sus perseguidores los encontrasen y no tenía duda de que ahora
los cazadores de recompensas los estaban buscando.
― Zan, ¿estamos a salvo? ― Alex miró a su alrededor.
― ¿Van a encontrarnos?
Sus músculos se tensaron mientras pensaba en su tío. El hombre no se
rendiría. Ellos le pertenecían y nada le impedía tomar el dinero después
de la venta de sus cuerpos. Cada mirada que permanecía en ellos podía
ser el peligro esperando para arrestarlos. No, no estaban seguros. Pero él
iba a mantenerlos a salvo.
― Recuerda el plan. Si nos separamos, te escondes en la estación
espacial ― dijo Zander. Él deliberadamente ignoró la pregunta. Ahora, él
no podía fingir que estaban a salvo. Porque cuanto más lejos estaban,
más desesperado él se sentía. Zander simplemente no sabía cuidar de
otra persona y estaba empezando a demostrarlo.
― Zan, si me pierdo, no voy a encontrarte de nuevo. Hay un montón
de gente aquí.
― Entonces no vamos a separarnos. ― Estrechó la mano de su
hermano. Sin él, Alex no lo haría. No, si se separaran, él nunca volvería a
ver a su hermano de nuevo. Tiró de su hermano menor, un poco más y
miró alrededor.
Ojos los observaban, poniéndole la piel de gallina. Algunas miradas
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eran curiosas, mientras que otras se demoraron mucho tiempo en su culo
o devoraban el cuerpo de su hermano. Estrechó la mano de Alex. Los
hombres más grandes lo asustaban, pero Zander codiciaba hombres
poderosos con grandes músculos que podrían romperlo o envolverlo en
un abrazo seguro. Ahora, Zander sólo sentía miedo, y ninguna atracción,
lo que era una buena cosa. Mientras que él sabía lo que le gustaba, nunca
exploró estos deseos, así que al final, estaba casi tan asustado como Alex.
Gracias, tío Hogg. El hombre prácticamente mantuvo los cinturones de
castidad en ellos. Su pureza valía mucho dinero y su tío amaba el dinero
más que su alma. Tal vez un hombre más mundano podría acercarse a
alguien y le seducirá para una comida, pero era tan ignorante como su
hermano acerca de la seducción.
Su tío planeaba venderlos en un mercado de esclavos. Imágenes de la
clase de hombres que irían a comprarlos no eran del tipo con los que
planeó pasar algún tiempo. Sólo ricos y viejos que necesitaban de
esclavitud sexual para encontrar un agujero para calentar sus pollas,
porque nadie tendría sexo con ellos por elección. La ley para los seres
humanos era que tendrían que tener veinticuatro años de edad, la edad
adulta, para tener contratos de sexo. La fecha de la subasta se había
fijado para su cumpleaños, así que Zander agarró la mano de su
hermano, golpeó a los guardias desprevenidos en la cabeza y luego huyó
por la puerta del servicio. Él compró billetes para el primer autobús que
vio y luego otra vez antes de acabar aquí. Ahora, el dinero comenzó a
disminuir y tenía que ser creativo para encontrar maneras de viajar.
Pensar acerca de su previsto destino le dio fuerzas. No dejaría que
viejos sucios usaran y abusaran de su cuerpo. Faltaba un año hasta que
Alex pudiera ser vendido, pero si Zander estuviera en algún planeta
lejano, con las piernas al aire, su hermano estaría condenado.
Su tío usaba el abuso físico y emocional para mantenerlos a raya. Ellos
tenían cicatrices en sus cuerpos debido a los latigazos que dejaron
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moretones en toda su piel, y las comidas negadas solo los dejaron
delgados y hambrientos.
Zander siempre se las arregló para tomar el control de la situación.
Cuando su hermano rompió un plato, el lado cruel del tío atacó. Sin
dudarlo, Zander siempre intervino y llamó al hombre cosas como: tirano
tenso con un palo en el culo apretado o cosas por el estilo, lo que
alimentó la ira del tío Hogg. El anciano lo atacaría a él, sin acordarse de
Alex. Después de aquellos días, apenas podía caminar de una habitación
a otra, pero él hizo lo que había que hacer para recibir el impacto del
abuso.
Incluso ahora, su espalda aún ardía de las marcas del cinturón y tenía
hematomas de color púrpura oscuro. Cuando Alex se frotó contra él, trató
de reprimir un gemido. Con cada gesto que hacía Alex se tensaba a su
lado. La culpa rasgaba al hombre más joven, una distracción que Zander
no necesitaba. Su hermano pequeño tenía que concentrarse en escapar y
no ser perjudicado por algo que no se podía cambiar. En los últimos
cinco días, la mayoría de los daños se habían curado. Alex sabía que la
última paliza era para él, pero eso no sucedería mientras Zander estuviera
cerca.
― Zan, todo el mundo parece enojado, ― Alex susurró, tratando de
mantener la voz baja para no ser escuchado. Su hermano menor era muy
educado y nunca insultó a nadie. En lugar de responder, Zander asintió.
No tuvo el valor de decirle a Alex que el universo estaba lleno de gente
desagradable ¿A quién quería engañar? Alex ya lo sabía. En comparación
con las otras razas en el universo, los seres humanos eran pequeños y
débiles. Su clase no viajaba sola en esta parte del espacio. Zander se
estremeció. La mayoría de los seres humanos en la estación espacial eran
o esclavos o habían firmado un contrato con un establecimiento que
exigía la sumisión y el sexo. Eran inocentes corderos rodeados de lobos
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hambrientos. Confianza en sí mismo, eso es lo que necesitaba. Necesitaba
mostrar eso, pero con un cuerpo temblando a su lado era imposible.
Alex le estiró de la manga.
― Zan, estamos siendo seguidos.
Se volvió lentamente y los vio de reojo. Cuatro hombres se acercaban
por la espalda con los ojos en ellos como un rayo láser. Dos de los
hombres se volvieron y se fueron por la calle lateral, probablemente,
esperando acorralarlos. Alex se aferró a su brazo mientras empujaba al
hombre más joven. Era demasiado peligroso permanecer a la intemperie.
Necesitaban ocultarse. Rápidamente, se dio la vuelta y empujó a Alex
hacia una puerta antes de que sus perseguidores girasen la esquina.
Zander no sabía si estaba en el cielo o en el infierno. Los hombres
caminaban por ahí con el pecho desnudo y pezones perforados. Un
hombre un poco mayor que él les pasó con un anillo de acero envuelto
con fuerza alrededor de su pene. El artefacto tenía un agujero que
permitía que el escroto del hombre colgara libre, y cuando se volvió, una
larga cadena estaba conectada a un plug colgando de su culo.
Una ligera ondulación quemó entre sus piernas cuando un gran shifter
con manos en forma de garras sacó a un ser humano con una cadena
atada a un collar alrededor de su cuello. Tragó saliva ¿Por qué él quería
tener un collar y ser llevado por ahí? Este lugar le dio vida a sus fantasías
secretas.
Los clientes eran guerreros espaciales consistentes en shifters y
vampiros. Los guerreros recorrían el universo, luchaban guerras y
caminaban con confianza, con músculos fuertes, capaces de desgarrar
hombres como Zander y Alex. Arrastró a su hermano al lugar que los dos
habían tratado desesperadamente de evitar, una tienda de mascotas.
¿Los hombres venían aquí por diversión o porque fueron vendidos?
Odiaba que su cuerpo reaccionara a las actividades de la tienda de
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mascotas. Los seres humanos tenían una reputación de querer ser
dominados y en su caso era cierto. Lo único que le impedía correr hacia
fuera eran los hombres que estaban persiguiéndolos y saber que ser
atrapado significaba ser obligado a trabajar un día en un lugar como este.
¿Por qué él no estaba disgustado? Tener a un hombre para dominarlo
y tomar el control lo puso excitado. No, ahora no era el momento de
centrarse en sus fantasías sexuales.
― Alex, cierra los ojos.
El joven puso los ojos en blanco por el intento de Zander para
protegerlo de las actividades de los alrededores. Quería atar una venda
alrededor de los ojos de Alex cuando su hermano siguió mirando
alrededor de la habitación con curiosidad, miedo y deseo. Sus brillantes
ojos azules estudiaron cada escena con fascinación. Un hombre dio una
palmada en el culo de su pareja y Alex mordisqueó su labio inferior. Él
descaradamente miró a los diferentes tipos de juegos sexuales. No, él
podía aceptar la fantasía de ser poseído y dominado, pero ese tipo de
estilo de vida no era para Alex.
Cualquier hombre que lo intentase tendría a su hermano pequeño
comiendo de la palma de su mano, porque al joven le gustaba complacer
a los demás. Al menos Zander sabía establecer límites.
El vómito viajó de nuevo hacia arriba, recordándole que la cena había
sido sacada de un cubo de basura. Más tarde, tendrían una larga
conversación, que él necesitaba planificar cuidadosamente. No estaba
dispuesto a admitir que él podría disfrutar de un amante dominante y un
juego extremo, pero escenas como esta necesitaban ser discutidas. Este
tipo de estilo de vida no era para su hermano.
Cadenas sacudían contra la pared. Dos seres humanos desnudos
colgaban del techo. Sus pies colgaban justo lo suficiente para tocar el
suelo, sacando la presión de sus muñecas. Un hombre alto se acercó a
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uno y levantó la pierna del hombre con una mano mientras la otra mano
abrió sus pantalones, liberando una erección.
Alex se quedó con la boca abierta con la intimidad que estaba a punto
de ser compartida con una habitación llena de extraños. Zander apartó a
Alex, negándose a permitir que su hermano menor presenciase lo que iba
a suceder. Tiró con más fuerza, pero Alex se quedó congelado. Zander
gruñó. Su pene endurecido se suavizó cuando él se apiadó del hombre
por ser nada más que un juguete. Mientras que él quería jugar, nunca
quiso ser extendido para que cualquier extraño lo follara. No, él quería
jugar con un hombre.
En la parte trasera, una gran puerta gris separaba la sección principal
de otra área. Su mano se congeló por encima de la puerta y decidió que
las áreas particulares no eran lugar para ellos, cuando Alex gimió. Zander
se volvió para ver a sus perseguidores entrar en la tienda de mascotas.
Empujó a su hermano hacia la puerta e hizo una mueca cuando leyó el
letrero:
Dominaciones Privadas para Fantasías graves.
Látigos contra carne y gemidos de éxtasis y dolor se hicieron eco en el
largo pasillo. A cada lado había cinco puertas sólidas, y ninguna salida.
Ninguna de las habitaciones estaba vacía. Acababa de encerrarlos. El
sudor corría por su piel. Era por eso que odiaba la toma de decisiones. Si
ellos eran capturados, sería por su culpa.
Alex se tapó los oídos. Colirio para los ojos puede ser una cosa, pero
gritos llenos de dolor era algo completamente diferente, pero ahora no
era el momento para mimarlo. Si no encontraban una solución estaban
jodidos, y no sólo en sentido figurado.
Zander empujó a su hermano por el pasillo en busca de un lugar para
esconderse. El aire olía a dulce. No podía decir por qué, pero el corazón
le latía un poco más rápido. Zander se detuvo y se volvió. La puerta lo
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atrajo hacia ella. Una fuerza inexplicable le susurró, diciéndole que esta
habitación era segura.
Levantó la mano, pero se detuvo, buscando otra opción. Al no
encontrar nada, bajó el puño, pero antes de que llamara a la puerta, Alex
le agarró del brazo.
― Zan, tenemos que irnos ― dijo Alex. ― No podemos entrar en una
de esas habitaciones.
Acarició la cabeza de Alex.
― Yo te protegeré. Confía en mí. ― La confianza no se reflejó de nuevo
en los ojos azules de Alex, pero su hermano asintió, mostrando que no
importaba qué, él seguiría a Zander. Apartó la duda y la incertidumbre y
confió en sus instintos. Luego, con un puño tembloroso, golpeó con los
dedos en la puerta de metal.
Capítulo Dos
El Capitán Tyran Holden cogió el látigo. El hombre de pelo oscuro
atado en la cruz gimió cuando el acarició su espalda. Golpeó con su
látigo de nuevo. El sonido de la piel siendo abusada llenó la pequeña
habitación. El control absoluto sobre un sumiso lo relajó. El último viaje 12
fue largo y peligroso. Ahora necesitaba relajarse, y nada como golpear
para dejar que la bestia interior saliera a jugar. Olió el aire y se
humedeció los labios. Dientes afilados se extendieron superando los
labios de Tyran, y el olor de la sangre hizo gruñir su estómago.
Este sumiso, o sub, disfrutaba del dolor y él planeaba dar al hombre lo
que necesitaba. Cuando estuviera satisfecho y rojo, Tyran lo jodería duro
y rápido, mientras que se alimentaba de su cuerpo. Su polla palpitaba de
acuerdo, pero la dureza normal a partir de este tipo de actividades
intensas no estaba allí. Suspiró. Con cada sonido del látigo, el pene de su
compañero se movía con anticipación, pero aun así una parte suya no
estaba presente.
Este hombre estaba demasiado apegado a este estilo de vida. Él se
retorcía con el dolor intenso y cada golpe le hacía empujar la pelvis hacia
adelante. Una cosa era cierta. Él no estaba llevándose al hombre con él.
Tal vez eso era lo que le apagó. Había planeado encontrar una pareja
para el próximo viaje, pero encontrar a alguien compatible para un
compromiso a largo plazo, demostró ser imposible. Estaba cansado de
folladas casuales y juegos que sólo satisfacían sus necesidades. No, él
quería un compañero, un compañero de vida.
En cinco horas, su nave saldría de la estación y pasaría las próximas
ocho semanas duro y sin nadie con quien jugar. Incluso su tripulación
esperaba un capitán más relajado y saciado. Es por eso que hicieron una
"donación" y compraron créditos para la tienda de mascotas. Este lugar
era bien conocido por el gran número de mascotas y subs contratados,
pero en última instancia, partiría sin nadie con quien compartir su cama.
Él se apiadó de su tripulación. Un capitán duro era un capitán infeliz.
― Con más fuerza, señor. ― El hombre imploró.
Marcas de látigo llenaban la espalda del hombre. Él hizo un punto de
no dañar mucho su piel. Alguien tenía que ser responsable, pero tenía la
sensación de que este hombre no sería feliz hasta que la sangre goteara
de su espalda, nalgas y muslos.
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En el universo, había dos clases de hombres. Unos a quienes les
gustaba controlar y otros que querían ceder el control. Con todas las
guerras y razas guerreras no le sorprendía. La mayoría de los hombres de
su raza eran amantes dominantes que necesitaban un sumiso para llenar
sus noches. Eran maestros en sus camas mientras realizaban juegos
sexuales hasta que se apareaban. Su compañero perfecto estaba allí
fuera, y hasta que lo encontrase, este tendría que servir.
Tyran quería cuidar de un compañero, un hombre que no exigiese
palizas para sentirse completo, pero que gustara de un poco de castigo
antes del sexo y le cediese el control a él. Nada le ponía más duro que
hundirse en un hombre caliente, rojo después de una buena azotaina, o
mantener a su pareja en el borde de disfrutar, jugando y provocando
cada centímetro de su acogedor cuerpo. Entonces, cuando el hombre no
pudiese aguantar más y rogara por su polla, se hundiría en el calor
apretado. Estas fueron las fantasías con las que soñaba... y hasta ahora
ningún compañero respondió a las expectativas. Era la maldición de su
raza. Sólo su compañero encajaba en el agujero dentro de sus almas. Los
Warsarians eran los guerreros más feroces en el universo. Ellos eran
grandes guerreros y aniquilaban al enemigo, pero no conseguían
encontrar la felicidad sexual con alguien que no fuera su compañero.
― ¿Quieres salir? ― Theo, su primer oficial le preguntó. El hombre
llegó con un informe y se puso a ver la escena. No eran una raza tímida,
ya veces follaban con una audiencia para demostrar su propiedad. Su
raza era muy buena en estos juegos. A menudo los subs disfrutaban
mucho, también, pero nada podía hacer que esta escena funcionase.
― Por favor, señor. Golpéeme. ― Suplicó el sub.
Ahora, tenía que dar al hombre lo que él quería. Desde que esto
comenzó, estaba decidido a terminar. Eso era el significado de estar con
una pareja Warsarian.
Tyran golpeó el látigo sobre el culo rosado del hombre.
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El hombre miró a Theo, lamiéndose los labios, casi mendigando para
ser follado. Bueno, si la escena no estaba funcionando antes, funcionó
menos ahora. Un sub necesitaba enfocarse en el maestro, no en el tipo de
al lado.
― Los subs suelen perder la concentración. ― Dijo Theo. ― ¿En qué
piensas? ― Su primer comandante ordenó mientras se acercaba a la cruz.
El sub se endureció.
― Yo estaba esperando que ambos me jodiesen. ― El hombre movió
el culo de alegría.
Los Warsarians nunca compartían un hombre a la vez. Sus
personalidades no permitían a un sub tener otra polla en el mismo
trasero. Tyran gruñó. Apretó el látigo en la mano, tratando de recordar
que este hombre era solamente un ser humano frágil.
El calor se transfirió a su polla. Antes de que terminara la noche, el sub
iba a centrarse en él. Casi podía oír los gritos cuando empujara su polla
en el culo apretado del ser humano, montándolo y cabalgándolo hasta se
disculpara por insultarlo pensando en otro hombre.
Los pensamientos de un compañero de vida disminuyeron. La
probabilidad de encontrar a su pareja siempre lo dejaba sintiéndose
incompleto, por lo que se negó a centrarse en algo que podría nunca
suceder. Aunque estaba cansado de meter la polla en los hombres sin
nombre, este hombre iba a conseguir una rápida y dura jodida.
¿Por qué no conseguía encontrar un sub para hacer un contrato? Tal
vez entonces no tendría que vivir rodeado de hombres que nunca
conocía. Hasta que encontrara a su compañero, el contrato con un sub
podría cumplir algunas de sus necesidades. El apretón sobre el látigo
cayó. Puta mierda, ya no era suficiente. Quería más.
― ¿Estás bien? ― Preguntó Theo.
Tyran se negó a responder. Guerreros no compartían esas cosas. El
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látigo descansó en su mano. Él no golpearía a su pareja. Un maestro tenía
que concentrarse y en este momento no podía.
Un golpe en la puerta lo sacó aún más lejos de la escena. Si las
interrupciones continuaban, saldría duro e insatisfecho.
Theo gruñó por la interrupción.
Tyran marchó y pulsó el botón para abrir la puerta. Dos pequeños seres
humanos cayeron en la habitación.
Un hombre cayó sobre el otro, y el de abajo silbó de dolor. El hombre
ligeramente más pequeño saltó.
― Zan, pido disculpas. ¿Estás bien? ― Subió al hombre llamado Zan
arriba.
Ambos estaban sucios, delgados y no muy bien cuidados, pero eso no
era lo que le llamó la atención.
Un olor adictivo penetró el aire. Levantó la nariz. Su pene pidió
atención, duro y listo para reclamar. Los pantalones apretados apenas
contenían su erección. Sus dientes palpitaban con la necesidad de
morder, saborear y poseer.
Dos pares de ojos azules lo estudiaron. Mientras que sus tamaños
estaban cerca, el hombre más pequeño parecía que se derrumbaría bajo
su peso. El otro tenía más músculos y ojos a los que les faltaban la
inocencia del otro. Él prácticamente gruñó, lo que no ayudó a la situación.
Él recordó al guerrero interior que este hombre no entendía las reglas. Su
mano se moría de ganas de golpear su culo por su falta de respeto.
Tyran olfateó otra vez. Levantó la barbilla del hombre. Profundos ojos
azules se encontraron con su mirada. La conexión fue instantánea y
abrumadora. La necesidad de poseer y reclamar al hombre comenzó a
asumir. Si ellos estuvieran solos, él ya estaría empujando profundamente
en el culo del hombre.
―Mío ― Dijo con un gruñido posesivo.
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― ¿Qué? ― Theo jadeó y dio un paso adelante.
Cada parte suya se convirtió en letal. El hombre con quien pasaría el
resto de su vida estaba de pie en frente a él.
Ruidos en el pasillo dejaron a su compañero tenso. Él se apartó y
agarró el brazo del hombre más pequeño. Apretó el botón y la puerta se
cerró.
El hombre en la cruz sacudió sus caderas, tratando de llamar su
atención.
― Necesito más. ― Lamentó.
Tyran gruñó. Su compañero estaba en una tienda de mascotas. ¿Para
cuántos hombres se había inclinado?
― Hola, no se enoje. ― Su compañero miró el sub en la cruz. ― Usted
no me conoce, pero...― El sonido de su voz le cantaba. Todo acerca de
este hombre era embriagador.
― No estamos realmente aquí. ― Dijo el otro hombre junto a su
compañero. Él dio a Tyran y a Theo un guiño juguetón, pero hizo una
mueca mientras miraba al hombre en la cruz.
Tyran miró a su compañero, esperando escuchar si él iba a tratar de
mentir. Obviamente, ellos estaban aquí. El humano más pequeño tuvo
suerte de no pertenecer a Tyran porque su culo hubiera sido golpeado.
Su compañero miró de reojo al hombre en la cruz y luego a la mano de
Tyran que sostenía el látigo. Los ojos azules ardían de ira. Su compañero
se dirigió hacia la puerta, pero de ninguna manera iba a huir. Tyran
alcanzó el brazo de su compañero y lo atrajo más cerca.
― Vaya a jugar con su amigo. ― Su compañero silbó. Él sacudió su
brazo, claramente infeliz con la escena.
Los labios de Tyran se arquearon en una sonrisa.
― ¿Celoso? ― Le preguntó.
Los ojos del hombre se abrieron como si no pudiera creer las palabras
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que salieron de su boca.
Tyran lo apretó contra la pared. Ahora que había encontrado a su
compañero, nada conseguiría mantenerlos separados. El hombre era de
él, y cuanto antes lo aceptara mejor.
Puños golpearon contra la puerta. Su compañero se sacudió. Miró a
Tyran, pidiendo ayuda. Dejó caer el brazo de su compañero. El hombre
agarró al joven y lo arrastró hasta la esquina. Ellos se agacharon y se
acurrucaron en dos pequeñas bolas, mientras que su compañero trató de
proteger al otro hombre del mundo.
Tyran gruñó. Miró a Theo y el otro hombre se colocó detrás de él
mientras abría la puerta.
― Sí. ― Él ladró. No trató de ocultar su irritación. Abrió la puerta lo
suficiente para que los hombres vieran al sub atado a la cruz. ― ¿Qué
pasa?
― Lo siento, señor. Buscamos dos fugitivos. ― Los cazadores de
recompensas trataron de ser agradables, pero podría decir que si dos
guerreros Warsarian no estuvieran de pie frente a ellos, ya habrían
invadido la habitación y buscado a sus presas. Eso no sucedería.
Fugitivos. Así que su compañero no trabajaba aquí. El alivio corrió por
sus venas. Aun así, necesitaba saber de lo que los dos hombres estaban
huyendo. Este lado de la galaxia tenía algunas de las peores condiciones
para los seres humanos y shifters más débiles. En algunos planetas, los
seres humanos eran esclavos sexuales sin libertad. Al menos en estos
planetas, las reglas eran cortas y simples. En otros mundos, los padres
poseían a sus hijos hasta la edad adulta. Incluso así, a menudo se veían
obligados a una relación de sumisión. Los padres que se preocupaban
trataban de encontrar a alguien para cuidar a su hijo, mientras que otros
buscaban dinero fácil. Era el peor lugar para que un ser humano viajará
solo.
― Bueno, a menos que el hombre que está buscando esté atado a la
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cruz, él no está aquí. ― Tyran mostró enfadado.
Los guardias estudiaron al hombre de pelo oscuro, atado a la cruz y lo
rechazaron sin dudar.
― Lo siento, nos vamos.
La disculpa fue acompañada por una bajada de cabeza. Los Warsarians
eran de temer para obtener esta respuesta de los cazadores de
recompensas.
Tyran cerró la puerta y los cazadores continuaron por el pasillo.
Después de unos minutos, se acercó a la esquina y miró a los dos
hombres acurrucados en el suelo. Su compañero lo miró con fuerza y
determinación.
― ¿Qué es ese olor? ― Preguntó Theo.
― Estos dos han estado rodando en la basura. ― Dijo Tyran. ― Una
cosa buena, sin embargo. Algunos de esos cazadores eran shifters y no
pudieron olerlos.
Ahora que miró a los hombres, vio que estaban sucios y malolientes.
De alguna manera dudaba que estos hombres fueran a rodar en la basura
para disimular el olor. Probablemente no tenían adónde ir. En primer
lugar, ambos necesitaban ser limpiados.
― ¿Quién eres tú? ― Tyran requirió.
Su compañero apretó sus rodillas, tratando de ocultar la ligera
protuberancia, pero fue demasiado tarde, él ya lo había visto. Por lo
menos la atracción era mutua.
― Yo soy Zander. ― Dijo antes de señalar hacia atrás. ― Y este es mi
hermano Alex.
Tyran asintió.
― Soy el capitán Tyran Holder y este es mi primer oficial Theo Stark.
Somos guerreros Warsarian.
Los ojos del Zander se agrandaron cuando trató de mover al hombre
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más joven hacia la puerta.
― ¿Por qué los cazadores están persiguiendo a dos pequeños seres
humanos en una tienda de mascotas? ― Sonaba como una pregunta,
pero era una orden. Zander bajó la cabeza, pensando si responder a la
pregunta.
Tyran gruñó. Los ojos del otro hombre subieron lentamente a través de
su cuerpo, observando cada centímetro de piel desnuda. Zander no pudo
ocultar su aprobación a la vista, pero aun así no respondió a su pregunta.
Zander podría actuar como si fuera fuerte, pero la nariz pequeña, boca
grande y sexy y los ojos muy abiertos no le daban el aspecto de un
guerrero. No, la pálida piel de este hombre se habría ruborizado bajo un
fuerte toque masculino. Las piernas flacas apenas mantenían su cuerpo.
Tyran olfateó el deseo y la necesidad. La tienda de mascotas encendió a
su compañero y lo dejó sin palabras, traicionando la inocencia del
hombre.
― Respóndeme, Zander. ― Esta vez el tono no dejaba lugar a la
desobediencia. ― Cuando solicitó información, no espero otra cosa.
Zander gruñó y abrió la boca para hablar.
Capítulo Tres
Zander observó a los dos hombres. Los guerreros Warsarian eran
grandes y amenazadores, y estos dos ejemplares de razas del espacio
correspondían a las expectativas. A diferencia de los shifters que tenían
formas alternativas, estos hombres bebían sangre lo que les daba una 20
larga vida.
Su corazón latía rápido, pero no con miedo. No te quedes mirando,
pensó mientras sus ojos estaban fijos en el gran Capitán pelirrojo.
Zander se había sentido atraído por los hombres, pero no así. Tyran
agitó una parte de él que anhelaba ser descubierta. El corazón le latía en
el pecho más fuerte que un tambor. El resto de la habitación era un
borrón.
El capitán habló con un tono de mando que envió escalofríos por su
espina dorsal. El poder dominante lo dejó incapaz de concentrarse en las
palabras, ni siquiera las que oyó por encima del latido de su corazón.
Zander fue llamado a menudo un mocoso irrespetuoso, una reputación
que se había ganado con orgullo, pero ahora se comportó así debido a
un deseo que mantenía su mente borrosa.
Los poderosos músculos de Tyran se apretaron. El espécimen
masculino perfecto estaba molesto con su comportamiento.
Francamente, él también lo estaba. Los ojos del hombre de color marrón
rojizo se oscurecieron y Zander miró hacia abajo, pero aun así sintió su
control sobre él. Su mirada estaba fija en un pecho poderoso con un
abdomen duro que prometían horas de placer pecaminoso. Debería ser
ilegal que este hombre caminara sin camisa, pero aquí estaba él, cómodo
en su piel.
El hombre sujeto a la cruz gimió nerviosamente, encendiendo una rabia
que lo sorprendió. Él no tenía ninguna propiedad sobre el guerrero, pero
su voz interior silbó y gruñó ¿Cómo se atrevía Tyran a jugar con otra
persona? Los dedos de Zander arañaron sus pantalones, tratando de
evitar alzarse y reclamar al hombre que acaba de conocer, pero este
guerrero le pertenecía. Nunca antes se había sentido tan seguro de algo.
La realidad cayó, aplastando con eficacia sus delirios. Se mordió el
labio. No importaba. Pronto planetas iban a separarlos cuando arrastrase
a Alex hasta la seguridad. La idea le atravesó como mil agujas penetrando
su cuerpo.
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Alex estiró su camisa. Los dedos de su hermano menor estiraron el
material maloliente, presionando la piel lesionada. El dolor era miserable
en comparación con su corazón rompiéndose. La separación dolía
demasiado como para considerarla. Dejar a este hombre robó el
propósito de su vida. Controló sus pensamientos. No, él no podía
quedarse aquí. ¿Qué le pasaba? Sal ahora, la parte lógica de su mente
gritaba mientras que la otra pedía una reivindicación.
No importa lo deliciosamente tentador que era, él tenía que irse. El
guerrero pelirrojo era un Warsarian, el guerrero más letal en el universo,
conocido por asesinatos brutales y duros, maldición.
Tragó saliva, pensando en las historias contadas entre el personal de
cocina. El cocinero pasó años dando placer a un Warsarian como sumiso
contratado. Relatos eróticos de látigos, cadenas, cera y traseros doloridos
aún hacían a Zander ruborizarse.
― Respóndeme, Zander. Cuando solicitó información, no espero
menos.
El tono perfecto de mando envió un escalofrío por la espalda. Tardó
unos segundos en darse cuenta de que se esperaba que contestara una
pregunta ¿Qué le había preguntado? Levantó la mirada y parpadeó.
― ¿Cuál es la pregunta? ― Hasta para sus oídos la respuesta parecía
sarcástica, pero no era el caso. El daño ya estaba hecho y se agachó a la
espera de la respuesta.
Fuego encendió los ojos de Tyran. Su cuerpo duro, perfecto e inflexible
gritaba castigo, dolor y amor. El capitán se acercó y se inclinó. Tragó
saliva, dándose cuenta por primera vez que el hombre que codiciaba
desde que entró en la habitación estaba a su lado. Era mucho más alto y
su postura prometía dolor a los hombres desobedientes.
― ¿Por qué los cazadores os persiguen? ― Preguntó Tyran.
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Cada palabra clara y precisa, hizo que la polla de Zander se contrajera.
Cerró los ojos, saboreando el sonido como si fuera un postre dulce de
crema. Una parte de su mente se dio cuenta de que el hombre exigía una
respuesta inmediata, pero no le importaba. En su lugar, obligó a sus
piernas a moverse lejos de Tyran, pero lo que quería era empujarse al
abrazo mortal del hombre fuerte.
Otro tirón en su camisa lo trajo de vuelta a la realidad ¿Qué diablos?
Zander había oído hablar de la atracción inmediata, pero nunca pensó
que fuera verdad. En los últimos minutos, había perdido toda la razón ¿Su
cuerpo ansiaba el sexo más que sobrevivir? Los músculos de Tyran
podrían romper su cuerpo en más de uno, y él se quedó allí, sin habla,
añadiendo leña al fuego. Estrechó la mano de su hermano.
― Bien ―. Tyran dijo con un tono mortal. ― Yo hice una pregunta. ―
Se inclinó más cerca de Zander. ― Respóndeme antes de que te baje los
pantalones y tu cuerpo esté sobre mis rodillas con tu culo desnudo
siéndome ofrecido como premio, necesitando mi mano para recibir
orientación.
Sonaba caliente. Esas manos grandes cubrirían la mayor parte de su
culo. Tal vez él aceptara el desafío si eso significaba que lo tocaría. Él miró
a la cara que exudaba energía. Desde la nariz hasta el mentón duro del
guerrero, este hombre era todo lo que siempre había codiciado y más.
Volvió su atención a la mascota en la cruz. La espalda de Zander ardía,
pero su culo estaba bien y listo para el toque de Tyran.
Los ojos de Tyran comenzaron a brillar, pero él no tuvo miedo. Su polla
se agitó a la vida, haciéndole querer abrir sus piernas e invitar al otro
hombre a su cuerpo. ¿En qué estaba pensando? Huye. Eso era en lo que
había que centrarse. No tentar a un hombre superior a él, aunque sonará
caliente.
― Nuestro tío los envió porque huimos. ― Alex asomó la cabeza, por
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detrás de su espalda para responder a la pregunta de Tyran.
Tyran estudió a su hermano.
― La pregunta no era para que tú la respondieras. ― Él volvió su
atención a Zander. ― ¿Eso es verdad?
La voz de Alex le obligó a volver a la realidad. Su hermano estaba
tratando de ayudar, pero si continuase, podría ser castigado. Aunque
había días que eso hubiera sacado una vena protectora, hoy realzó los
celos. Nadie en esta sala, además de él, tenía derecho a una paliza del
guerrero Warsarian. Él respiró hondo, dándose cuenta de que no estaba
controlando la situación.
― Sí, ahora si le importa. Nos iremos fuera. ― Empujó a Alex hacia la
puerta.
Tyran levantó su brazo y le cerró el paso. Theo se puso de pie junto a la
puerta como apoyo, pero Tyran no necesitaba ayuda para mantenerlos en
la habitación.
Zander se centró en la cruz.
― Si usted espera que vayamos a someter a eso... ― Señaló al hombre
con el que estaba jugando el guerrero. ―...no va a suceder. Mi hermano
es menor de edad. –Los guerreros Warsarian seguían las reglas, incluso si
eran diferentes en su planeta.
― ¿Y tú? ― Preguntó Tyran.
― No, me he convertido en un adulto hace casi una semana.
¿Fue alivio lo que vio en el rostro de Tyran? Reconoció el deseo y sintió
algo así como gritos de alegría en la parte superior de los pulmones. En
el interior, estaba haciendo un baile feliz. Tal vez por una semana o dos,
podría someterse a este hombre que daba vida a sus fantasías ocultas. Su
pene se retorció imaginando las horas de placer con el Capitán Severo.
El universo tenía muchas razas fuertes con hombres poderosos que
dominaban y luego desechaban sus juguetes cuando terminaban. Su tío
tenía la intención de venderlo como esclavo sexual. Ahora, que podría ser
24
propiedad de otro hombre. Él estaba jodido.
― Entonces Zander. ¿Cuáles son tus planes?
Parecía una pregunta, pero Zander sabía que era una orden. Esta vez
oyó las palabras de Tyran, pero aún no podía hablar. Si lo hiciera, tendría
que decirle al otro hombre que lo dejaría y esas palabras eran imposibles
de decir.
― Vamos a encontrar una nave y salir de la estación. ― Dijo Alex.
Tyron se encogió. Solo con mirarlos, cualquiera podía ver que no tenían
dinero. Los ojos Tyron se volvieron peligrosos, preguntándose si en su
vuelo planeaban ocultarse a bordo de una nave. Era peligroso, pero
necesario. No es como si pudieran conseguir un trabajo y ganar dinero. Él
quería que fuera. Los ilegales eran tratados peor que esclavos. Zander
pensó en los riesgos. Él planeó todos los escenarios posibles.
Alex nunca leyó el peligro o entendió el riesgo. Continuó hablando
antes de que Zander pudiera detenerlo.
― Nos esconderemos en la bodega de carga y dejaremos que una
nave nos llevé lejos. No muy lejos de aquí. Así que necesitamos una nave
que viaje distancias cortas. A continuación vamos a encontrar otra y
seguir haciéndolo hasta que estemos lejos.
Theo silbó.
― Tienes planes de poner en peligro tu vida y la de tu hermano en un
vuelo espacial. –Las uñas de Tyran crecieron como caninos afilados y
puntiagudos.
Algo hizo clic dentro de él cuando la ira se hizo cargo ¿Cómo este
hombre se atrevía a cuestionar sus decisiones? Por supuesto que sabía
los riesgos, pero alguien que estaba sentado en la parte superior de la
cadena alimenticia nunca podría entender a los de abajo.
― Cálmate. ― Theo puso una mano en el hombro del Capitán.
― Tenemos que irnos. Los pasajes son caros. Como puede ver por la
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suciedad que cubre la ropa, no nos podemos permitir un viaje en
autobús. E incluso si pudiéramos, somos fugitivos. Cada nave será
revisada. Así que Capitán, vuelva a su vida segura y disfrute de los lujos a
su disposición y no mire hacia abajo a los que tienen que luchar para
sobrevivir. ― Al final, él prácticamente escupió las palabras.
― ¿Sabes lo que le pasa a los polizones? ― Theo preguntó con una
mano en el hombro de su capitán.
―Son detenidos y encarcelados. ― Alex respondió. ― Pero no nos
detendrán. Zander dice que el plan va a funcionar.
Realmente necesitaba hablar con su hermano. El hombre no sabía
cuándo parar.
― Cuando os pillen, no será así. ― Tyran respiró hondo. ― Estaréis
semanas en la nave como cautivos. ¿Sabéis lo que ocurre con los
prisioneros?
Zander levantó la barbilla hacia arriba.
― Cada hombre en la nave va a pasar horas en tu culo. Serás jodido
duro y rápido. Así es cómo vas a pagar por el viaje. No preguntaran si tu
hermano es menor de edad. A ellos no les preocupara que sea joven y
estúpido. No, ellos sacaran su rabia por el incumplimiento, de sus
estrechos agujeros.
― Yo nunca los dejaría tocar a Alex. ― Él no era ingenuo como su
hermano. Sabía el peligro. De los relatos dispersos por todo el espacio.
Tyran presionó su cuerpo grande contra él. Sintió los músculos de
acero y el poder cuando el Capitán utilizó su tamaño para intimidarlo.
― ¿Cómo vas a detenerlos?
― Volviéndome su juguete dispuesto. Van a estar demasiado
ocupados conmigo para ocuparse de él.
Eso no ayudó a la situación. En todo caso, sólo lo hizo peor. Ahora
podía ver las venas en el cuello de Tyran. De alguna manera sabía que no
era una buena cosa.
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― Bueno, entonces, estás dispuesto a poner su culo en línea. ― Tyran
dijo con una voz fría, enojada. ― Os voy a dar un paseo a cambio de un
contrato de sub. Puedes mostrarme las técnicas que planeabas utilizar en
una nave con decenas de hombres.
Zander dio un paso atrás. Él quería algún tipo de relación, pero no
como una propiedad.
― Me arriesgaré como un polizón. ― Era una apuesta. Él podía no ser
capturado, así que ¿por qué sacrificar su culo si no lo necesitaba? Por otra
parte, este hombre ya estaba demasiado profundo en su corazón. Más
cerca y nunca será capaz de escapar, y eso no era lo Tyran prometía.
― ¿Crees que el capitán de otra nave tendrá en cuenta la inocencia de
tu hermano? Puede ser un niño para los estándares humanos y tu
sacrificio puede limitar el tiempo que pasara sirviendo a la tripulación. ―
Tyran habló lentamente, dejando que las palabras se hundieran. ― Pero
va a ser jodido. Tal vez veas como por primera vez una polla es empujada
en su trasero... o tal vez estarás en el otro lado de la sala atendiendo a tu
propio grupo de hombres. ¿Cuántos puedes atender a la vez? Tal vez
ellos van a atarte a la pared como un juguete, entonces los hombres
pueden joderte cuando quieran.
Las palabras tenían sentido. No podía correr el riesgo con Alex. Incluso
si se ofrecía a sí mismo no significaba que salvaría a su hermano. Él aun
daría a su cuerpo para disminuir el peligro para su hermano. Miró a
Tyran. Lo que él estaba ofreciéndole no era horrible. No, le gustaría. Eso
es lo que le preocupaba.
Alex le tiró de la manga.
― Zan, yo seré su sumiso. Si sólo es él, estaré bien.
Zander gruñó. Sólo de pensar en Alex dándole placer a Tyran lo envió
sobre el borde. No por la razón que esperaba. Sólo él daría placer a Tyran
¿Qué diablos? ¿De dónde salieron estos pensamientos? Cerró los ojos.
27
― Lo siento, los niños no tienen sexo en mi nave. Hasta que tengas la
edad, nadie va a tocarte. No importa si tú estás dispuesto o no.
Alex negó con la cabeza.
― Tengo veintitrés, casi un adulto legal.
Escuchar las palabras de Tyran ahuyentó la última parte de su
resistencia. No era sólo un paseo a cambio de sexo, también protegería a
su hermano. Él asintió, con resignación y emocionado acerca de su
destino como prostituta del Capitán. Si tan sólo pudiera dejar de caer
bajo el hechizo del guerrero, pero Tyran ofrecía sólo una situación
temporal, y él estaba buscando algo permanente.
― ¿Qué incluirá mis derechos?
Capítulo Cuatro
La reacción no tenía el entusiasmo que esperaba. La atracción era
evidente. Es por eso que dejó pasar el comportamiento malcriado. Nadie
lo ignoraba, pero dudaba que Zander lo hubiera escuchado.
No importaba. Ambos sabían que se pertenecían. Aceptar la verdad era 28
otra cosa. Él mantendría su palabra. El hermano menor de su compañero
permanecería intacto y seguro. Él lo habría hecho para los dos, pero
Zander era su compañero y él estaba ansioso por el vínculo. Como si
fuera a dejar viajar a Zander clandestinamente en otras naves. Tyran no
sabía lo que era más peligroso, los cazadores de recompensas que
perseguían a los dos hermanos, o la falta de sentido común de Zander
cuando se trataba de tomar las decisiones correctas.
La pregunta de Zander no debería sorprenderle. Por supuesto que le
gustaría saber su destino. Su compañero olía a inocencia. Era obvio que
detrás del pecho hinchado y del brío, Zander no había sido tocado. Por
tanto, no entendía el dolor que sería consecuencia de verse obligado a
aceptar a un hombre ¿Por qué otra razón él hubiera intentado algo tan
estúpido?
Tyran pensó en su respuesta y decidió que la anticipación aumentaría
la atracción. Su compañero era como alguien a dieta esperando para
devorar una merienda alta en grasa. Tyran nunca permitiría que su pareja
intercambiase un paseo espacial por sexo. No, su compañero valía más
que eso. Dejó a Zander pensar que Tyran planeaba follarlo en el
momento en que estuvieran solos.
Su viaje no iba a ser casto. Se presionarían uno contra el otro mientras
dormían, y los toques y besos dejarían a Zander pidiendo más. Él tendría
problemas similares, pero tenía control ¿Zander lo tendría?
El tiempo alimentaría la atracción. Por primera vez en mucho tiempo
estaba ansioso por el viaje. Tenía semanas de viaje espacial para hacer
que su pareja lo aceptara. Sólo después de que el otro hombre accediera
a la unión se hundiría en su cuerpo.
― ¿Puedo hablar contigo? ― Preguntó Theo.
Tyran asintió.
― Zander, coge a tu hermano y poneos allí... ― Señaló la esquina en la
que se habían encogido hace apenas unos minutos.
Zander cerró los puños.
29
― Puedo hacerlo Zan. ― Alex dijo, tratando de empujar a su hermano
hacia la esquina.
― Yo pregunté acerca de mis derechos... ― Zanderse mantuvo firme y
desobediente. No entendía que las órdenes de Tyran debían ser seguidas
y nunca cuestionadas.
― Zander, yo hago las reglas. Tú no pides respuestas. Continúa con
este comportamiento desafiante y te voy a castigar.
Los ojos de su compañero se agrandaron. Apuntó a la cruz.
― Así.
Ira, miedo y una chispa de deseo fluyeron de su compañero. El hombre
nunca podría estar listo para jugar duro, pero eso estaba bien. Cada
hombre necesitaba algo diferente y él no necesitaba el látigo para
ponerse duro. No, los labios carnosos y las mejillas sonrojadas de Zander
harían eso. Tyran daría las órdenes que necesitara y cuidaría de las
necesidades de su pareja. Zander no tenía permiso para cuestionar eso.
Sin embargo, su compañero humano no lo sabía. Él iría con calma y daría
un poco de información para aliviar su miedo.
― Él necesita dolor, pero tú necesitas algo más. Tal vez un tapón en el
culo y abrazaderas en los pezones. ― Tyran se inclinó hacía el cuerpo
más pequeño. Él tembló mientras tocaba su piel. ― O recibir nalgadas
como un niño.
Zander se quedó sin aliento. Su mano descansó en la ingle, mientras
que la otra cubrió sus pezones. Era una pena que su pareja usara ropa. Le
encantaría ver cada centímetro embriagador de piel mientras los pezones
rosados pedían atención, y su pene se endurecía con la amenaza.
― Ahora, ¿todavía tienes una pregunta? ― Preguntó Tyran, desafiando
a su pareja a continuar con su comportamiento desobediente. Zander
bajó la cabeza en entendimiento antes de pasar a la esquina con su
hermano.
30
Theo esperó hasta que estuvieron fuera del alcance de la voz.
― Capitán, ¿es tu pareja?
― Sí. ― Nunca negaría a Zander. Eso era imposible. Todos los
Warsarians anhelaban por la parte que llenaba su vida. A partir de
entonces, sólo la sangre de Zander podría llenar su vientre y sólo el culo
de su compañero recibiría su polla. Ningún otro hombre lo haría. Su
compañero no lo sabía, pero era el hombre más seguro en esta
habitación.
― Felicidades, Tyran. ― Su amigo de toda la vida le dio una palmada
en la espalda. ― ¿Seguro que deseas conectarlo a un contrato de sexo? Él
no tiene experiencia.
Tyran le dio una sonrisa de forma perversa.
― Él es mío. Haré lo que sea para que se dé cuenta. El contrato lo
mantendrá cerca, pero no tengo la intención de forzarlo a mi cama... ―
Miró a Alex. ―El hermano...
― Entendido. Estará bien cuidado y se mantendrá intacto hasta que
alcance la edad legal para ser considerado un adulto en la raza humana.
Tyran agarró una camisa y sacó dos pañuelos rojos largos que eran
para atar a un sumiso. Le entregó uno a cada uno de los hermanos.
Alex jugó con él.
― Es suave. ¿Puedo quedarme con él?
― Tú no quieres eso. ― Zander dijo, listo para lanzar el tejido de nuevo
a él.
― ¿Porque no? ― Preguntó Alex.
Zander negó con la cabeza, pero ignoró la pregunta.
― ¿Pretende atar nuestras manos?
― Qué fértil imaginación. ¿Quieres estar atado a una cama? ― Bromeó
con voz baja y seductora. Zander abrió la boca, pero no habló. Las
mejillas rosadas y una respiración profunda dejaron al guerrero saber que
31
sus palabras tuvieron el efecto deseado. Después de unos segundos de
silencio, sintió lástima por el otro hombre. ― Cúbrete la cara con él.
― Estas cosas son de color rojo brillante. Vamos a destacar más. ―
Zander se quejó con voz ronca que indicaba que él todavía estaba débil
por el último comentario de Tyran.
Tyran levantó una ceja. Su compañero necesitaba desafiar cada orden.
Su mano picaba para corregir el comportamiento con algunos golpes
duros en el culo de su compañero, pero tenía que esperar. En vez de
comentar, él se adelantó y cogió a Zander en sus brazos. Su compañero
abrió sus labios rojos, pero para evitar cualquier respuesta audaz, Tyran
se inclinó y lo besó.
Zander tenía sabor de canela y azúcar quemado. Una mano débil
empujó su pecho antes de relajarse en el abrazo. Su boca se abrió
aceptando el beso, dejando a Tyran saquear su boca. Había una extraña
inocencia en eso. Cuando él se apartó, tenía que preguntar.
― ¿Tu primer beso?
Los ojos de Zander estaban cerrados. Se lamió los labios, dejando una
sonrisa en su rostro. Le tomó un minuto para registrar la pregunta
― Pues claro que no.
Su sangre comenzó a hervir.
― ¿Qué tipo de personas has estado besando?
― ¿Importa? ― Preguntó Zander.
Por supuesto que importaba, quería gritar, pero en cambio dijo.
― No, los hombres que te besaron no sabían nada... ―. Él pellizcó el
trasero de su compañero. ― Ahora cubre tu cara... ― Había un hambre
detrás del tacto suave, un anhelo que esperaba durante mucho tiempo.
Alex hizo lo que le dijo, pero Zander miró la tela roja.
― No me hagas repetirlo. ― Su mano picaba por una buena palmada
en el culo.
Zander rodó sus ojos, pero siguió a la orden.
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El comportamiento insolente tendría que irse. Aunque era hermoso
cuando estaba cascarrabias, necesitaba una mano fuerte para corregirlo.
Ojos los siguieron mientras caminaba hacia la nave, pero nadie
cuestionó a un guerrero Warsarian. Una mirada amenazante y la vista de
los brazos musculosos hacían que los espectadores se giraran tan rápido
que los dejaba con rigidez en el cuello. Tyran observó toda la actividad
que rodeaba recogiendo el menor movimiento por el rabillo de sus ojos.
Miedo emanaba de la gente, pero nada amenazante.
A los veinte minutos el variopinto grupo entró en la Lucky Mate. La
nave de dos años se destacaba en el dique espacial con los grandes
lásers montados en el lateral y el nuevo estilo elegante que prometía
muerte rápida a cualquiera que lo atacara. Ya era mencionado como el
monstruo del espacio.
Zander tragó y tiró de la camisa. Tyran se volvió y levantó una ceja.
― ¿Qué es eso?
Medio respondiendo a la pregunta, atrajo a Zander más cerca. La
energía nerviosa se vertía de su compañero.
― Esto es como estar en casa. ― Tyran dijo mientras caminaban hacia
la nave.
Jonan, jefe de seguridad de la nave, se acercó. Él se detuvo para
estudiar a los seres humanos.
Tyran dejó escapar un gruñido gutural. Quería mostrar los dientes, pero
Zander ya estaba bastante asustado. Él escuchó y oyó a su corazón
latiendo rápido, tirando de su compañero en un fuerte abrazo.
Jonan levantó una ceja, no con miedo, pero sí con curiosidad.
Nada pasaba por este hombre, volviéndolo perfecto para la seguridad
y además era un poderoso guerrero. Se detuvo y esperó una explicación.
Tyran se relajó, liberando su agarre. Ahora que la amenaza había
terminado, él podría concentrarse en dar sentido a la situación.
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― Estos dos hombres son invitados. El menor... ― Señaló a Alex. ―... Es
un ser humano menor de edad. Ningún adulto va tocarlo.
― Yo soy un adulto a los ojos de diferentes razas del espacio. ― Alex
dijo arrogante. ― No voy a estar sentado sin hacer nada.
Bueno, parecía que los dos hombres eran voluntariosos.
Zander dio un codazo a su hermano.
― Comportarte. Y si eso significa estar sentado en una cabina entonces
hazlo. No los irrites.
Alex cerró los puños. Sus ojos se humedecieron. Zander se encogió,
claramente incómodo con el papel de líder. Su compañero parecía
agotado, cómo si tomar decisiones para proteger al otro hombre chupase
hasta la última gota de su energía vital.
No había planeado que el joven trabajara, pero tenía un montón de
energía para no hacer nada. Estaba muy ansioso por complacer a otra
persona.
― Puede ayudar al Doc. ― Theo ofreció.
Alex sonrió ante la sugerencia.
Tyran asintió. Johan marcó algo en la hoja de trabajo donde guardaba
los horarios detallados, inventario y otras notas relativas a la seguridad de
la nave. La mayoría de los textos estaban protegidos con contraseña y
codificados en un lenguaje de programación que sólo Jonan sabía leer.
Después de dos intentos para introducir la contraseña correcta, la tableta
eliminaba todo el contenido y explotaba el disco duro. Jonan trabajaba
con responsabilidad y disciplina estricta que mantendría la nave y a los
dos humanos a salvo.
― Este es mío... ― Dejó que la palabra mío fuera registrada. Cada
Warsarian entendía el significado de esa palabra. Reivindicó
públicamente al hombre. Si hubiera identificado a Zander como un
juguete o un acompañante, entonces no habría suscitado tal shock, pero
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alegando la propiedad solo significaba una sola cosa. Zander era su
compañero.
Los ojos de Jonan se abrieron al instante con la comprensión del
significado. No sonrió. Esa era una característica común de la mayor parte
de su raza. No eran del tipo de vivir sonriendo, lo que sólo alimentó su
imagen mortal.
Atrajo a Zander más cerca.
― Y él entró en un contrato privado de sumiso conmigo. ― En este
momento, no quería que su compañero supiera la verdad. En primer
lugar, necesitaban forjar lazos a través de la vida sin preocuparse por los
compromisos de apareamiento.
― ¿Qué? ― Preguntó Jonan.
― Es una larga historia. ― Dijo Theo.
De la forma en que los dos hombres se miraron entre sí, ellos
continuarían la conversación más tarde.
― ¿Cuánto tiempo hasta que la nave zarpe? ― Miró a los hermanos
humanos. ― Tenemos que salir tan pronto como sea posible.
Jonan verificó la lista.
― Voy a llamar a los dos hombres que aún faltan y empezar la
preparación para el lanzamiento. Debemos ser capaces de salir a tiempo.
¿Hay peligro?
― Estos dos son fugitivos y los cazadores de recompensas están detrás
de ellos. ― Theo suspiró. ― Los salvamos en una tienda de mascotas.
― Ya veo. ― Jonan se volvió y comenzó a poner todo en orden para el
lanzamiento rápido.
Zander se balanceó hacia atrás y hacia adelante. La energía que le
sustentaba y la adrenalina que lo mantenía comenzaron a menguar.
― ¿Y ahora? ― Preguntó Zander, empujando hacia atrás su cabello.
El cuerpo de su compañero tembló. Su parte racional sabía que era el
miedo mezclado con el agotamiento.
35
― ¿Qué crees que va a pasar? ― Preguntó Tyran.
Zander se encogió de hombros.
― Usted me va a golpear con el látigo y luego me joderá. ― Se mordió
el labio inferior antes de levantar la vista. ― Estoy esperando un baño y
comer primero. ― Le dio una sonrisa nerviosa. ― Así, puedo permanecer
despierto cuando se esté moviendo entre mis piernas.
― ¿Entre las piernas? Oh amor, tengo la intención de inclinar tu culo en
el aire.
La piel de su compañero se sonrojó y bajó la mirada. Tyran le levantó la
barbilla. Zander se lamió el labio inferior. Forzó una risa. Su compañero
habló duro, pero era para ocultar el creciente temor.
― Tú me vas a servir. Si eres bueno, te recompensaré. Si eres malo, voy
a castigarte. En cuanto a coger tu culo apretado, vamos a ver a dónde va
esto, pero no es parte del acuerdo. Si quieres mi polla, es tuya, pero no
soy un monstruo. No voy a violarte.
Alivio corrió por el otro hombre ¿Qué esperaba? ¿Ser follado en cuanto
entraran en la nave?
Tyran llevó a los hermanos por el pasillo de los oficiales. Esta nave tenía
una cabina para invitados especiales y él encaminó a Alex hacia esa
habitación. Las otras habitaciones vacías no estaban lo suficientemente
cerca del cuarto del capitán, y necesitaba mantener un ojo en el hermano
de su compañero.
La puerta se abrió y los ojos de Alex casi se salieron de la cabeza.
― Esta es la habitación de Alex. El baño cuenta con albornoces, toallas
y jabones. En el armario tiene trajes espaciales. Lávate y cámbiate. Te
recogeré en un par de horas para la cena.
El joven bailó alrededor de la habitación excitado. Se dio la vuelta.
― ¿Y Zander?
― Estará conmigo.
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Alex asintió. Parecía querer decir algo, pero se contuvo.
― La puerta permanecerá bloqueada hasta después del lanzamiento.
― ¿Zander no puede quedarse? ― Alex pidió dejando caer el pañuelo
rojo en la cama.
― Estará a salvo conmigo.
Zander sonrió, tratando de calmar a su hermano, que estaba
claramente nervioso y asustado. Tiró del joven en un abrazo que dejó a
Tyran ardiendo de celos.
― Voy a estar bien. Estoy de acuerdo con eso. ¿Has oído hablar de los
guerreros Warsarian? ― Preguntó Zander.
Alex negó con la cabeza. Miró hacia abajo, incapaz de contemplar el
rostro de su hermano.
― Mantienen la palabra. Es una cuestión de honor. El Capitán se
comprometió a protegernos y él no me va a violar. ¿Está bien?
Alex asintió.
― Ahora ve asearte y vestirte. No uses la misma ropa maloliente. Utiliza
los trajes espaciales. Volveré más tarde. ― Tyran puso las manos sobre
los hombros de Zander y lo guio hacia la salida. El agotamiento casi lo
derribó. Su compañero estaba tan tenso, y cada paso lo dejaba más cerca
del suelo.
La puerta hizo clic y Zander saltó.
― Sígueme. ― Tyran se volvió y Zander caminó detrás de él. La simple
orden dio a su compañero algo que hacer sin tener que tomar una
decisión o pensar en sus próximos pasos. El ligero alivio en su rostro dejó
saber a Tyran que estaba en el camino correcto.
Abrió la puerta de la cabina. Zander se congeló en la puerta.
― Adelante. ― La orden envió un escalofrío por la columna vertebral
de su compañero, y casi corrió hacia el dormitorio.
Zander se detuvo para estudiar el espacio.
― Pensé que era el Capitán, pero la habitación no es muy
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impresionante.
Tyran se rio ante el comentario. Él negó con la cabeza e hizo un gesto
hacia la cama.
― Eso es todo lo que necesito. Un lugar para follar duro. ― Después
de unos segundos, añadió. ― No es que vayamos a limitarnos a la cama.
Oyó como tragaba con fuerza cuando él se acercó.
― Cuanto más hablas, más mi mano comienza a picar. Quiero zurrar tu
culo... ― En lugar de actuar como la promesa tácita, tomó una toalla
limpia y un traje espacial del armario. Lo sostuvo. Desnudo podría ser
mejor. Zander no estaba preparado para ello.
Empujó a su compañero hacia la puerta del baño. En el momento en
que una mano tocó a Zander el calor bailó a través de su piel. Había un
sentido de lo correcto y por primera vez en su vida, estaba completo.
― Desnúdate. ― La ronquera de su voz delataba el deseo.
Zander se quedó de pie, mordiéndose el labio inferior.
― Voy a rasgar la ropa de tu cuerpo ¿Estás codiciado tanto mi toque
que no te puedes mover?
Esto animó a su compañero a la acción.
― Puedo quitarme la ropa, pero estoy esperando privacidad.
Una risa llenó la pequeña habitación.
― ¿Privacidad? Tú eres mío. No esperes privacidad. Agradece que no
te ponga un collar alrededor de tu cuello y te haga andar desnudo
alrededor de la nave.
Rápidamente se deshizo de las capas de ropa sucia, haciendo una
pausa antes de retirar la ropa interior. Luego suspiró antes de darle una
sonrisa socarrona cuando la última pieza de material se deslizó por sus
piernas.
La piel de color rosa, la cabeza hacia abajo y el temblor traicionaban la
inocencia del otro hombre. Aun así, no toleraría desobediencia. Apretó
los botones y el agua salió.
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La piel de Zander se sonrojó con un color rosa suave que acechaba por
las vetas de sudor y suciedad. En el espacio cerrado, olía diez veces peor,
pero no enmascaraba el dulce olor de su sangre. Tyran pateó la ropa y se
acercó. Frotó el pelo grasiento de Zander. Los mechones tiesos de
suciedad se aferraban a los dedos.
― ¿Anduviste en la basura? Tendré que ayudar a limpiar tu piel.
Zander dobló los brazos sobre el pecho.
― Usted no lavó a Alex y yo soy un adulto.
Los ojos de Tyran se estrecharon. Decidió que ya bastaba de desafíos.
― Podemos comenzar con una paliza o podemos ir bajo el agua
caliente. ¿Qué será?
Zander se volvió para seguir la orden, mostrando su espalda por
primera vez. Tyran silbó. De los hombros al culo de su compañero había
marcas y contusiones de colores diferentes.
― Quédate quieto. ― Los dedos tocaron suavemente el peor de los
daños.
Zander bajó la cabeza.
― No es tan malo.
Tyran tiró del pelo rubio de su compañero para levantarle la cabeza.
― Cualquier abuso es malo ¿Quién te hizo esto?
― Mi tío organizó una venta en una subasta por mi culo. Yo lo desafié
al respecto, entonces él me golpeó. No se preocupe. Se curará. No habrá
marcas para disminuir mi potencial de venta. Mi espalda estará perfecta
cuando me joda.
― Provocador. Tal vez un piercing en la lengua te recordará que debes
hablar con respeto. ― Todo encajó como un rompecabezas. La actitud de
Zander era una máscara que ocultaba el dolor de años de abuso. Él
colocó un dedo en los labios de Zander cuando la boca de su compañero
se abrió. ― Tu espalda estará suave y sin marcar de nuevo, pero me gusta
hundirme en un culo al rojo vivo después de una dura paliza.
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Las manos de Zander se movieron para ocultar la leve rigidez de su eje.
― Pero si eres un buen chico, el placer te dejará satisfecho y dolorido
durante horas.
― Y si soy un chico malo, ¿qué pasará después de una paliza?
― No seas ingenuo, Zander. Hay cosas peores que vivir entre el placer
y el dolor. Cómo... ― Él frotó duro el pezón rosa de su compañero
tirando, chupando y mordiendo. ―... Algunos hombres gimen para
tenerlos tocando. ―La cabeza de Zander se apoyó en su pecho,
indicando que era uno de esos hombres. ― Tal vez piercings o grapas
¿Crees que tus pezones y trasero son las únicas cosas para jugar? Piensa
en todas las cosas que puedo hacer con tu polla. Cogerla, estirarla,
chuparla. ― Él mordisqueó el cuello de Zander. ― Castigar a un chico
malo no es darle una paliza.
― ¿Qué tal nalgadas? ― La emoción se filtró en su tono.
― Cada vez que he mencionado un trasero zurrado tu polla saltó de
alegría... ― Él llevó a su compañero a la ducha. ― Ahora apóyate en la
pared... ― Apretó un glúteo. ― ¿Esta es la razón por la que la espalda
tiene marcas? ¿Intentando que te pusieras duro a nalgadas?
Zander bajó la cabeza.
― La subasta no fue evitada. A veces, un posible comprador se detenía
para mirar de cerca. Cuando estaba inclinado sobre la mesa, mi tío no
quería mi culo marcado.
Imágenes de hombres sucios mirando el culo perfecto de su
compañero obligaron a sus ojos a cambiar a rojo sangre, pero logró
controlar el cambio antes de que Zander lo notara.
― ¿Tuviste alguna polla golpeando en tu culo apretado? ― Tyran
preguntó, no estando seguro de si quería saber si simplemente vieron el
culo de su compañero y fue suficiente.
― Eso es personal... ― Zander entrecerró los ojos. Él empujó su
espalda contra la mano de Tyran, golpeando ligeramente contra ella,
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rogando por una paliza.
― No voy a zurrarte hasta que las heridas se curen.
Zander frunció el ceño en decepción.
― Así que sin la amenaza de un culo rojo, no tengo que responder a
sus preguntas... ― Sus labios dibujaron una sonrisa juguetona.
― ¿En serio? Pero hay otras maneras de ser castigado.
Los ojos de Zander se agrandaron.
― Imagina una jaula de pene y bolas tan apretadas que no consigas
ninguna satisfacción... ― Le acarició el culo a Zander y deslizó un dedo en
la entrada arrugada. ― A continuación, voy a ponerte en un espaciador.
Lo suficientemente grande como para detener el flujo de sangre a tu
pene. Por supuesto, no serás capaz de disfrutar. Incluso si te frotas. ―
Una mala idea vino a su mente. ― Dado que vas a estar atado a la cama.
Los brazos rectos por encima de la cabeza y las piernas abiertas... ― Se
inclinó y mordió el cuello de Zander justo por encima del pulso. Las
rodillas de Zander se doblaron. Envolvió un brazo alrededor de la cintura
del hombre más pequeño para ayudarlo a levantarse.
― ¿Estás listo para responder a mis preguntas?
Zander asintió.
― Mi tío estaba planeando vender mi virginidad. Después de eso,
pensaba venderme a una tienda de mascotas.
Tyran pasó una mano reconfortante sobre su espalda. Si alguna vez
conociese al tío de Zander, el hombre moriría.
― No podíamos jugar con los otros. Pero me masturbaba.
― ¿Qué tal aquí? ― Frotó la zona en cuestión.
Zander negó con la cabeza.
― Sin penetración. Tenía mucho miedo de que se enterase.
Tyran lamió y chupó el oído de Zander. Su compañero echó la cabeza
hacia atrás.
― Buen chico.
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Estas palabras los dejaron casi próximos.
― Vas a ser castigado por ser travieso, pero por ahora lávate todo. Y
no te puedes tocar. ― Él frotó el eje de Zander. ― Lo sabré si lo haces...
Zander asintió.
― Sin tocar aquí también. ― Él frotó la entrada trasera. Cada gemido
fue directamente a la polla de Tyran. –Estaré de vuelta después de que la
nave zarpe. ― Sin una palabra más, salió del cuarto de baño.
La parte delantera de su ropa estaba mojada como su cabello. Se
encogió de hombros y salió por la puerta, bloqueando la cabina detrás de
él.
Capítulo Cinco
El agua caliente corrió por su piel. La suciedad y el polvo se fueron,
dejando una suave sensación de limpieza que añoraba. Si supiera cantar
estaría haciéndolo. Nada era peor que vivir en la suciedad y fingir que no
le importaba. Su tío atacó sus debilidades. Ahora no tenía que fingir, y no 42
tenía que salir corriendo a ver a Alex o esperar hasta que la ira
disminuyera.
¿Esto era libertad? No tenía ni idea, pensaba mucho en ello. Estaba más
allá de su imaginación, entonces, sólo se centró en la libertad de Alex.
Ahora se sentía en paz, pero nunca admitiría que esto se debía a la
presencia de Tyran. El hombre era arrogante, como nunca había visto,
pero si le dijera al guerrero que lo veía como un héroe, entonces, la
cabeza del hombre no pasaría por la puerta.
El hedor se fue poco a poco por el desagüe. Dormir en la basura dejaba
mal olor en su momento, pero él había olido peor. Él se encogió ante el
recuerdo. Estar sucio era peor que una paliza. Muchas personas podían
no estar de acuerdo, pero los golpes se terminaban en una hora. Él era
muy valioso para el abuso prolongado, por lo que no se molestó en dejar
el comportamiento grosero.
Tocó sus labios, recordando que el peor castigo que recibió de su tío
fue a causa de un beso. Él quería que un hombre lo tocara y no estaba
permitido ¿Su tío pensó que Zander no miraba a los otros hombres? No,
a su tío no le importaba porque él lo tenía preso, por lo que no
importaba. Carecía de libertad para experimentar más toques.
Nunca olvidó ese beso. Un sirviente había comenzado a acercarle
sigilosamente aperitivos y comida extra. Zander estúpidamente creyó que
las acciones significaban amor. Joven y estúpido, no sabía el significado
del amor... y el siervo hizo pequeños avances como pequeñas palmaditas
en su culo.
El hombre lo llamó hermoso ¿No había aprendido nada desde
entonces? ¿Estaba deseando a Tyran? Se tocó los labios. Tyran lo besó,
sus rodillas se debilitaron y estaba con ganas de más ¿Amor o lujuria? No
sabía.
Él nunca maldijo su falta de experiencia antes. La falta de experiencia
sexual era una cosa, pero sólo tuvo un beso antes de hoy y la experiencia
no fue nada extraordinaria.
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Los recuerdos confirmaron que si tenía alguna suerte eso no sería
bueno. Había un montón de ejemplos, como ser atrapado besando a un
siervo la primera vez que fue lo suficientemente valiente para intentarlo.
El día del beso, no veía a su tío desde hacía semanas, y luego por arte
de magia apareció durante su única indiscreción. Pudo ver que no le
gustó encontrar la lengua de un empleado en la garganta de su sobrino.
El primer beso descuidado no valía la pena un segundo y ciertamente no
el castigo que le siguió.
Después de una dura paliza, fue encerrado en una pequeña habitación,
sin calefacción o luz. Recibía agua tres veces por día. Si bien era justo lo
suficiente para sobrevivir, nunca apagó su sed. En los primeros días su
estómago gruñía, rompiendo el silencio mientras yacía esperando para
abrir la puerta de la jaula. Orinó y defecó en un cubo, que rápidamente
apestó el área. El olor se quedó en el aire, pero después de unos días,
estas funciones corporales dejaron de funcionar. Luego, él se apagó.
Cuando despertó en el consultorio del médico, Alex estaba acurrucado
en la silla al lado de su cama con un ojo hinchado, un gran moretón en la
mejilla y los labios gruesos. ― Evitar la cara, una regla que su tío no había
seguido. Con los brazos débiles, extendió la mano y agarró a su hermano,
tirando del joven en un abrazo suave.
Por días, se disculpó con su hermano menor, Alex decía que estaba
todo bien. Más tarde, historias de su hermano, tratando de liberarlo
llegaron a sus oídos. Cada día, Alex trató de infiltrarse en su prisión, y
cada día su tío le detuvo. Nunca antes se sintió un fracaso. Zander se
suponía que debía proteger a Alex, no al revés. Nunca intentó otro beso
o hacer algo más íntimo, no cuando Alex se enfrentó a la ira de su tío por
sus indiscreciones. Si no fuera por esto, podría haber convencido a uno
de los guardias para que tuvieran relaciones sexuales con él sólo para
arruinar los planes de su tío para vender un virgen. Pero sabiendo el
dolor al que Alex se enfrentaría, nunca lo intentó.
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Ahora las cosas eran diferentes. Él era libre del abuso de su tío.
Después de, voluntariamente, entregar su cuerpo a un hombre diez veces
más letal, comenzó a relajarse. Tyran se sentía seguro. Incluso mientras
entraban en esta sala, se sintió apreciado y protegido. Aun así, él atacó y
atacó. Una parte suya carecía de autocontrol. Su boca se abría para
desafiar e insultar. Esa era sólo su naturaleza, prácticamente gritando
"mírame o castígame", mientras que él no podía atacar con fuerza o
poder, podía atacar con palabras.
Pero Tyran no atacó de vuelta. No, con mano firme, el Capitán utilizó
palabras para sacarlo de regreso del borde donde oscilaba. Zander se
humedeció los labios, pensando en el cuerpo de acero de Tyran
presionando en él cuando sus labios se encontraron. El guerrero sabía a
pecado. No podía imaginar un mejor hombre para reclamarlo y Zander
tenía una vívida imaginación. Durante años, negó sus deseos y
necesidades, pero ahora la oportunidad de agarrar esos sueños bailaba
delante de él.
El jabón lavó las capas de suciedad, dejando tras de sí la piel sensible.
El agua cayendo en cascada por su cuerpo llegó a sus pezones y provocó
su polla. Los años negando la necesidad de ser tocado, añadido a la
anticipación de que algo sucedería fueron abrumadores. Quería
pertenecer al Capitán "sexy". Por supuesto, no se daría por vencido sin
luchar. La emoción de la batalla encendió un fuego en su interior. Esta
noche, él sería llenado, pidiendo más. El calor se concentró en su vientre
mientras las gotas de agua se deslizaban sobre su piel.
Apagó el agua caliente y dejó que el spray frío hiciera su magia. Si bien
las brasas aún ardían en su vientre, la frescura fue un alivio contra el calor.
La toalla blanca le acarició la piel y él gimió por el toque de un hombre.
Tiró la toalla con disgusto, no reconociendo al hombre desesperado en el
que se había convertido. Si seguía frotándose, la ducha fría no tendría
sentido. Quería tirar su cuerpo en la cama y frotar su pene mientras se
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imaginaba el toque de Tyran. Zander tragó saliva. Si él desobedecía las
órdenes de Tyran, el castigo lo dejaría llorando, pero no de dolor. No,
Tyran tenía otros tipos de tortura en mente, que eran al mismo tiempo
aterradoras y emocionantes. Tomó un albornoz y lo envolvió alrededor
de su cuerpo acurrucándose en la cama.
Suspiró cuando el colchón suave presionó su cuerpo.
Desde este ángulo, veía los ganchos en el techo que evocaba imágenes
de juego duro. En la base de la cama había argollas capaces de sujetar a
un amante. Mientras observaba las posibilidades, una cosa le molestaba
¿A cuántos hombres trajo Tyran a esta cama? Los celos le quemaron
mientras pensaba en los hombres atados y follados con dureza. No tenía
derecho, pero aún lo odiaba.
Sus dedos se apoderaron de la sábana, moviéndose para romper algo
¿Cómo Tyran se atrevía a pensar en poseer a Zander en una cama sucia?
No iba a ser forzado a tener relaciones sexuales. Eso es lo que prometió
el guerrero. Bueno, porque se negaba a convertirse en un juguete en una
habitación donde otros hombres jugaron.
Pasaron los minutos mientras esperó y esperó ¿Tyran lo olvidó?
Bostezó. Sus ojos se cerraron, pero se obligó a abrirlos. Tyran, ¿dónde
estás? Los días escondiéndose y huyendo le llegaron, cuando sus ojos se
cerraron y se deslizó en el sueño.
Toc―toc. El sonido de los dedos golpeando se burlaba mientras su
irritación crecía. Seguramente ahora, su compañero descansaba en la
habitación y él estaba preso en el puente de la nave, esperando que los
idiotas que controlaban la estación espacial liberaran la nave.
Los eventos conspiraron para mantenerlos separados. Primero los dos
oficiales de la nave que llegaron tarde. Bueno, técnicamente estaban a
tiempo, pero el tiempo de lanzamiento habían cambiado y nadie pudo
ponerse en contacto con ellos para darles la nueva información. Entonces
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la estación tomó horas para dar a la nave un nuevo horario, que estaba
muy cerca del antiguo.
Finalmente, la nave salió de la estación de aterrizaje y su interior hizo
un baile alegre, cantando con alegría. Sus dedos dejaron de moverse
cuando la última parte de la secuencia de lanzamiento terminó. La nave
se movía a través del espacio, finalmente en su camino.
― Encárgate. ― Tyran ordenó.
Otras palabras no eran necesarias. Su primer oficial se levantó y se
acercó a la silla de mando. Los otros miembros de la tripulación trataron
de ocultar sus miradas. Las noticias viajaban rápidamente a bordo de una
nave pequeña, pero con una tripulación de sólo quince miembros. En el
momento de la comida, todo el mundo sabría sobre el compañero del
Capitán.
― Por supuesto... Capitán ―Theo hizo una pausa. ― Recuerda,
mansedumbre gana corazones.
― Yo no soy un tirano... ― Pero mientras decía esto, él todavía sentía
la necesidad de dominar y poseer. ― Además, él es mío. Y yo trato a lo
que es mío con la atención necesaria.
Theo sonrió y negó con la cabeza.
Hubo un ligero rebote en su paso mientras se acercaba a la habitación.
Cuando se abrió la puerta, el silencio dejó su cuerpo en tensión cuando el
guerrero se hizo cargo. Había silencio y todo estaba muy tranquilo. Con
las luces apagadas, aún podía ver, así que si Zander planeaba atacar
desde un rincón oscuro, era mejor que se lo pensara de nuevo. Ese
pensamiento envió un escalofrío a través de su cuerpo. Él adoraría jugar a
la presa y el cazador.
Después de comprobar los rincones oscuros, vio un bulto enrollado en
la cama. Zander estaba acurrucado en la almohada. El hombre parecía tan
peligroso como un gatito y dulce como un ángel. Se sentó en el borde de
la cama y pasó una mano en la espalda del hombre dormido.
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El albornoz blanco era otra muestra de la incapacidad de Zander de
seguir órdenes. El traje espacial aún estaba al otro lado de la habitación.
Le pasó una mano frotando el pelo rubio, pero su compañero no se
movió. Casi podía perdonar al otro hombre por desobedecerlo, pero una
orden recusada daría lugar a otra.
Al lado de Zander, sus manos parecían muy grandes. Su compañero
dormía de lado y el albornoz era lo suficientemente abierto como para
exponer sus flacas piernas. Estratégicamente cubría el culo y la ingle, pero
exponía una parte del pecho. Si no estuviese durmiendo a pierna suelta,
Tyran podría haber acusado a su compañero de tratar de seducirlo.
Bueno, no importaba. Fuera o no un intento, los resultados fueron los
mismos.
Tyran pasó un dedo suavemente por la piel desnuda, a partir de la
mejilla de Zander, siguiendo por el cuello, deslizándolo por su pecho. Él
abrió la bata y se movió hacia abajo hasta que llegó a la pierna de su
compañero. El pene de Zander se agitó, empujando hacia fuera. Metió la
mano y jugó con un nido de pelo rizado, tirando de los pelos. Más tarde,
él afeitaría el área y quizás vertería cera caliente sobre el cuerpo de su
compañero. Imaginó a Zander, tratando de mantener las piernas abiertas
mientras Tyran depilaba sus rizos rubios. Casi podía oír los gemidos de
dolor mezclados con placer cuando tirase del vello.
Sus manos le tocaron en todas partes. Si Zander estuviera despierto,
sería acusado de molestar al hombre dormido, pero Zander no se movió.
Había oído hablar de personas que dormían con cualquier cosa. Tyran
dormía con un ojo abierto. Si el aire cambiara él, se despertaría. Nada
escapaba a su atención, despierto o dormido. Esa fue una agradable
sorpresa. Su compañero confiaba lo suficiente para dormir a través de sus
toques. La respuesta le calentó el corazón.
Las manos de Tyran apartaron el batín de Zander mientras su
compañero seguía durmiendo como un cachorro, pero él no se hacía
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ilusiones. Despierto, el hombre era cualquier cosa menos dócil.
Extendiendo la mano, Tyran presionó los dedos contra los pezones
rosados. Se endurecieron bajo su tacto. El pene de Zander se puso medio
duro. Tiró y apretó, imaginando una grapa en cada uno de ellos. Bajo sus
dedos, el latido del corazón golpeó más rápido, haciéndole creer que su
compañero estaba despierto. Dio la vuelta a Zander sobre su estómago.
Después de quitar la bata, sus ojos se detuvieron en todas las señales
que marcaban su espalda. Sus dedos rozaron el daño entre los dos
omóplatos. Cada marca de dolor se curaría con el tiempo. Ahogó la ira
antes de que las manos rompieran los muebles o arrancaran el lavabo del
baño. Si conociera al tío de Zander, arrancaría la garganta del hombre
con los dientes.
Sus dedos se volvieron menos castos cuando fueron hacia el culo de su
compañero. Los globos suaves, sabrosos y deliciosos lo dejaron luchando
contra el deseo de hundirse en el calor apretado y reclamar lo que era
suyo. Pero, no se apresuraría. Puso una mano sobre la nalga derecha y
masajeó la piel tersa y suave. Sus dedos frotaron contra las costillas que
se asomaban en la piel de porcelana blanca ¿Su compañero comía? Eso
cambiaría.
― Despierta. ― Apretó la mejilla del culo de Zander.
Su compañero gritó, se dio la vuelta y se cubrió la cabeza con una
almohada.
Tyran golpeó la otra nalga de su compañero. Zander gimió cuando él
tocó el culo rosado. Entonces sus ojos temblaron antes de abrirse.
― Levanta ― La orden no mantuvo el mismo tono áspero. Lo último
que quería era que Zander se despertara gritando.
Su compañero se movió lentamente poniéndose en sus manos y
rodillas. La visión erótica le dejó un poco intoxicado. Todavía medio
dormido, el eje duro de Zander empujaba hacia arriba.
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― Es un poco pronto para la seducción. ― Tyran susurró en el oído de
Zander. ― No te preocupes. Te voy a tomar pronto. Pero ahora necesitas
levantarte.
La lujuria llenó los ojos de Zander mientras trataba de procesar la
situación. Poco a poco, su mente se despertó totalmente. Saltó de la
cama y apretó la espalda contra la pared. Sus ojos se movían alrededor
de la sala y luego se relajó cuando vio a Tyran. Había una chispa de
reconocimiento y luego su cuerpo se relajó un poco cuando la tensión
disminuyó.
― Vístete. Vamos a ver al médico.
Sus ojos se abrieron y sus manos se movieron para cubrir su polla dura.
― Dulce. Eso no es nada que no haya visto. ― Se inclinó más cerca.
― ¿Qué pasó con mi ropa? ― Preguntó Zander, mirando alrededor de
la habitación. Vio la bata tirada en la cama. Sus ojos se estrecharon en
silenciosa acusación mientras miraba a Tyran.
― Mi bata... ― Se acercó un poco más ―... era un préstamo. Lo cogí de
vuelta.
Los puños se cerraron mientras Zander se endureció. Reconoció la
posición de combate.
― Está bien. Quédate con la bata... ― Se acercó a la puerta. ― Vamos.
― ¿A dónde vas? ― Él no lo podía creer. Tal vez había oído mal ¿Su
compañero quería salir por la puerta exponiendo su cuerpo a la
tripulación?
― Voy a visitar al médico. No te preocupes. No necesito ropa. Más
bien me gusta la desnudez. Es bueno tener aire fresco sobre la piel y no
estar limitado por el material. ― Zander se detuvo y se volvió hacia él.
Señalo a su pene semi erecto. ― Espero que a los demás no les importe...
― Se encogió de hombros como si no fuera nada.
Tyran empujó a Zander contra la pared. Presionó una rodilla entre las
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piernas de su compañero.
― Nadie te ve desnudo excepto yo.
Zander se humedeció los labios.
― Bueno, entonces tenemos un problema. No tengo ropa, y me dijiste
que fuera al médico ¿Qué debo hacer?
¿Cuánto tiempo había pasado desde que alguien desafió su autoridad?
Nunca tuvo un amante que hiciera algo similar, pero Zander no era una
mascota. Eso era bueno para el otro hombre, porque una exhibición
como esta habría llevado a un trasero de color rojo oscuro, un anillo para
el pene alrededor de sus bolas y un eje duro en su trasero. Tal vez
después de algunas horas, experimentaría un orgasmo cuando Tyran
estuviera seguro de que el hombre sabía a quién pertenecía.
― ¿Vamos? ― La sonrisa le hacía parecer un mocoso. Su compañero
empujaba las reglas al máximo y necesitaba límites.
Tyran fue al armario, que contenía algunos de sus juguetes especiales.
Él sacó un anillo para el pene.
― Ven aquí.
La boca de Zander se abrió.
― No te preocupes. Es tuyo. Un regalo. Se cierra. Voy a mantener la
llave de seguridad. No hay necesidad de sentirse abrumado con él.
― Este no es el tipo de regalo que quiero. ― Zander dijo, pero su tono
y su pene semi erecto decía lo contrario.
― Oh, ¿de qué tipo es lo que quieres? ― Abrió la puerta, así Zander
podría contemplar la colección. ― ¿Qué tal esto? ― Sacó un tapón de
tamaño mediano. ― Este presiona contra tu próstata y te deja hecho un
lío tembloroso... ― Él mostró un látigo y una pala y sacó un anillo para el
pene.
― Usaremos este.
― No quiero la mayoría de estas cosas.
― ¿La mayoría? ― Bueno, eso fue una respuesta interesante y honesta.
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Hizo caso omiso de las palabras y estudió el cuerpo de su compañero. El
interés no se podía negar. ― ¿Jugando duro?
Zander estalló.
― No ―. Señaló el armario. ― Estas cosas están sucias. Deshazte de
ellas.
Se rio con la orden y la descripción.
― ¿Sucias? ― ¿Qué demonios quería decir y por qué? Estaban limpias.
¿Zander veía los preliminares como sucios?
― No quiero juguetes que utilizaste en otros hombres.
El vapor casi salía de los oídos de su compañero. Parecía un perro
ladrando. El arrebato de celos mostró su interés. Sólo alguien que se
preocupaba por una reclamación actuaría así. Zander se cruzó de brazos
y enderezó la espalda.
― Mi colección es nueva y sin uso. La nave fue construida hace dos
años. Nunca jugué o follé con alguien en esta sala... ― Esa fue una de las
razones por las cuales la tripulación lo envió una tienda de mascotas.
Había jodido a otros, pero la falta de una compañía permanente le hacía
parecer como un monstruo.
Zander flexionó y luego relajó sus puños.
― Está bien, voy a aceptar el regalo. Vamos con esto. No puedo
esperar para ir a través de los corredores llevándolo. ― Señaló el artilugio
en la mano de Tyran. ― Tal vez puedas ponerme una correa y tirar de mí.
― Depravado. ― Tyran se burló.
― No, sumiso.
Tyran se rió. Él no estaba tratando de burlarse, pero sumiso era la
última palabra que usaría para describir a su pareja.
― Si utilizas mi collar, entonces apretare tus pezones y pondré una
cadena de clips sujeta al collar.
― Bueno, vamos a esperar por eso. ― Zander dio una risa nerviosa,
mientras sus ojos miraban todo el entorno.
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― Yo tomo las elecciones... ― Su mano agarró el anillo para el pene.
Caminó lentamente. Una mano acarició su piel desnuda. Zander se apoyó
contra la pared cuando el juguete se deslizó en su lugar. Dio un paso
atrás, admirando. ― Caliente. Trata de no ponerte muy excitado.
Zander miró hacia otro lado.
―Vístete. ― Señaló el traje espacial y por un momento parecía que
Zander quería replicar, pero luego asintió con la cabeza y se dirigió a la
ropa.
Su compañero silbó cuando el tejido presionó contra su eje. Cerró el
frente, luciendo un pequeño bulto.
― Bueno ―. Dio un paso atrás, admirando el mono. ― Vamos.
― Espera, no puedo salir así.
― Amor. ― Le susurró al oído de Zander. ― ¿Avergonzado? Hace un
minuto, planeaste salir desnudo con una polla dura rebotando entre sus
piernas.
― Yo no estaba... ― Zander hizo una pausa. ― Muy bien, vamos.
Tyran sonrió con la contradicción. La próxima vez que su compañero
tratara de tirarse un farol, volvería las consecuencias más interesantes.
Capítulo Seis
― ¿A dónde vamos? ― Preguntó Zander.
La pregunta no fue contestada. Tyran hacía preguntas, no las
respondía.
― ¿Te duele la espalda? 53
Zander inclinó la mandíbula hacia arriba, como si silenciosamente
dijera, si no vas a responder a mi pregunta, yo no voy a responder a la
tuya. Bueno, este comportamiento tenía que cambiar.
― No me gusta ser ignorado. Recuerda, tengo un armario lleno de
juguetes... ― Él dejó a la fértil imaginación de su compañero terminar la
frase. En este momento, Zander caminaba con el pene contenido,
esforzándose para caminar sin dejar que el mundo supiera acerca de su
situación. Él casi podía oír los gritos de anticipación, imaginar las pinzas
apretando firmemente los pezones de Zander. ¿Cómo andaría con
tapones en el culo, confortablemente acondicionados en su calor? A
continuación, seguirían con las sujeciones en las muñecas y los tobillos.
Las palas necesitaban ser trabajadas. Nalgadas ya dejaron las mejillas de
Zander coloradas, pero con el abuso pasado tendría que ser cauteloso, lo
que le trajo de vuelta a la pregunta ignorada.
― ¿Te duele la espalda?
― ¿Importa? ― Zander apretó los puños con fuerza.
Estudió la respuesta y se dio cuenta al instante de reacción. No era
desobediencia solo orgullo. Los moretones dejaron huella. Sus manos se
posaron sobre los delgados hombros en un gesto reconfortante, pero
Zander se endureció como si hubiera cometido un gran pecado. Aspiró el
olor dulce de azúcar quemado. Los dientes empujaron hacia fuera, con
ganas de degustar y beber de su compañero.
― Las preguntas no deben ser respondidas con otra pregunta. ¿Lo
entiendes? ― Su tono frío y poderoso podría enviar escalofríos a través
del enemigo más endurecido.
Su compañero bajó la cabeza.
― Estoy acostumbrado al dolor, por eso no importa.
Aun así esperó. La pregunta anterior en el aire, a la espera de una
respuesta.
Zander bajó la cabeza.
― Sólo si tocas los moretones.
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La reacción recordó a Tyran un animal pateado con una bota pesada.
Se puso rígido, negándose a dejar que la culpa le impidiera cuidar de su
pareja.
― ¿Cuántas veces te golpeó?
Zander se encogió de hombros.
― Mi tío nos ignoraba. Cuando estaba enojado, lo pagábamos
nosotros, pero no siempre a través de palizas.
― Continúa. ― Tyran frotó la nuca de su compañero.
― A veces estábamos días sin comida... ― Su compañero se retiró en
el recuerdo. ― Esto era peor que los golpes. El hambre constante
atormentaba mi estómago. Él nos encerraba en un cuarto pequeño y
oscuro. El tiempo no existía. Después de un tiempo, yo no sabía si nos
moriríamos así. Las horas se convirtieron en día y el miedo nunca nos
dejó. Con los golpes, el dolor tenía un fin. Dolía, pero lo peor había
pasado. Yo sabía que no me iba a matar, pero después de días en la
oscuridad, lo olvidaba.
Zander se frotó el brazo, incómodo con su proximidad. Él no haría eso.
Colocó una mano suavemente en el hombro de su compañero.
― Tú nunca vas a pasar hambre de nuevo. Me aseguraré de que estés
bien cuidado.
Su compañero se acercó.
― Los guerreros Warsarian esperan que sus compañeros se sometan.
Tenemos que darles placer y cuidar de sus necesidades. Aprovechamos
cada momento y para que seamos felices nuestros compañeros necesitan
ser felices.
― ¿Compañero? ― Preguntó Zander.
― Compañero significa que tú eres mío. Nadie va a hacerte daño o
tocarte.
Por primera vez desde que se conocieron Zander se relajó. El estrés y la
incertidumbre dejaron su rostro. Él volvería a desafiarlo y tendría que
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luchar contra eso, pero no hoy. Empujó suavemente a Zander por el
pasillo.
El Doctor miró cuando entraron en el ala médica.
Zander se congeló al ver al otro hombre, más alto y más fuerte que él.
― Capitán, ¿qué puedo hacer por ti? ― Preguntó Doc.
― Se trata de Zander y necesita ser examinado. Fue golpeado.
Zander se estremeció al oír la palabra golpeado, pero era cierto. No
tenía que bailar alrededor de eso.
El médico se acercó y Zander dio un paso atrás.
― ¿Dónde?
Los ojos del médico estudiaron a su pareja y tuvo una sensación de
celos. Una parte de él quería arrancar los ojos que se detuvieron tanto en
su propiedad. Controló este deseo de celos, pero sabía que no sería el
primero.
En lugar de responder a la pregunta, Tyran se volvió a Zander.
― Saca la mitad superior del traje espacial. Muestra tu espalda al Doc.
Zander se congeló. Dio un paso atrás como un animal enjaulado y
sacudió la cabeza. Una cosa era confiar en él, pero otra era dejar a un
extraño verlo.
― Nadie tiene que ver mi espalda. No es necesario. Los moretones se
curaran.
Hacía menos de una hora, Zander se metió con él acerca de caminar
alrededor de la nave desnudo y ahora no quería exponer un poco de piel.
El ladrido del hombre era peor que su mordida.
― No te lo estoy pidiendo. ― El tono dominante causó un ligero
gemido. Para que su relación funcionara, Zander tenía que confiar en él.
― Voy a mantenerte a salvo.
Ojos muy abiertos lo miraron. Las palabras hicieron eso. La mano
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temblorosa de Zander abrió la parte delantera del traje espacial mientras
sus dedos bajaron la parte superior. La tela se descansó en la cintura,
justo por encima de su culo.
― Boca abajo en la cama. ― El médico instruyó.
Zander bajó la cabeza, pero hizo lo que le dijo.
― Es preciso cuidado para que no se forme cicatriz... ― El doctor tomó
un frasco de ungüento y se lo entregó a Tyran. ― Frótalo en su piel.
Relajará los músculos, le quitara el malestar y acelerará el proceso de
curación.
― ¿Va a doler? ― Zander dijo con un gemido.
― No, relajará los músculos y ayudará a la piel a sanar sin cicatrices...
― El médico tomó nota de algunas órdenes. Parecía un poco más
pequeño ahora. ― ¿Debo prepararme para un examen completo?
La pregunta era sutil, pero estaba preguntando si Zander tenía lesiones
sexuales. Doc lo hizo tan discretamente, que Zander nunca se dio cuenta
de la pregunta silenciosa inquiriendo sobre los abusos pasados.
― No, está intocado.
Doc asintió.
― Nosotros no enfermamos, pero su sangre debe ser revisada por
enfermedades y hierro.
Zander se tensó.
― Siéntate, compañero... ― La prueba de hierro garantizaría que
estaría bien después de ser alimentado. Era necesario hacerla.
No hubo ningún argumento y eso le sorprendió. Normalmente, el otro
hombre gritaría y se negaría, necesitando una mano firme para llevarlo.
El doctor sacó una aguja. La cabeza de Zander se volvió cuando
derramaba la sangre. Olía más embriagadora cuando dejó el cuerpo de
su compañero. El médico llevó el delicioso líquido rojo a la computadora
y comenzó las pruebas.
― No discutiste acerca de sacarte sangre.
57
― Él es un médico y si estoy enfermo, puedo infectar a otros.
¿Zander se preocupaba por todo el mundo? La preocupación lo movía.
El doctor trajo los resultados.
― Zander necesita comer más, pero no hay deficiencia de nutrientes,
está saludable. ― Hubo una breve pausa. Se volvió a Tyran. ― Asegúrate
de que sea estirado antes de tener sexo. Nuestra raza tiene un pene más
grande. Si no es preparado correctamente, vas a romperlo.
Zander se escondió detrás de sus manos.
― Por supuesto. Jugué con seres humanos antes. Yo sé qué hacer.
Su compañero estaba tenso. No sabía si eso tenía que ver con jugar
con humanos o la idea de algo más ¿Su compañero estaba nervioso o
celoso?
― Los seres humanos con los que estuviste ya estaban estirados. Él
tiene poca experiencia y estará muy apretado.
Tyran gruñó. Nadie tenía que pensar en el culo apretado de Zander.
El doctor levantó una mano.
― Utiliza el mismo ungüento después del sexo. Soltara la zona. Él aún
sentirá eso por la mañana.
Tyran agarró la pomada.
― Si no hay nada más, tengo que terminar el inventario para Jonan. ―
El médico hizo un gesto a los dos antes de salir de la habitación.
Cuando la puerta se cerró, se acercó a Zander.
― No fue tan malo.
Su compañero se encogió de hombros.
― Yo no diría eso. El médico no estaba hablando de tu culo apretado.
― No, y nadie más va a hablar de tu culo. Es mío para apretar, golpear
y follar.
― Dices cosas tan románticas. ― Zander dijo, poniendo los ojos en
blanco.
58

La comida no tenía casi ningún sabor. La carne era sabrosa, pero el


plato hecho solo para los humanos estaba lleno de nutrientes adicionales
y no era algo que le gustaría comer de nuevo. Parecía y sabía como si
fuera basura. Hizo una mueca, conociendo el sabor de la comida de un
cubo de basura. Todo el mundo bebía un vaso grande de sustancia de
color rojo oscuro. El menú consistía en sangre de diferentes razas del
espacio, incluyendo la de los humanos, que nadie pidió. No podía estar
seguro de si era porque la sangre humana sabía mal o estaban tratando
de hacer que la situación fuera menos estresante con el Capitán en la
habitación.
Cada vez que ponía los cubiertos en la mesa, la aguda mirada de Tyran
le hacía recoger los utensilios de nuevo. Cuando Alex hizo lo mismo,
quería ordenarle comer, pero Tyran intervino.
― Alex, eso es bueno para ti.
― Tiene un sabor horrible. ― Su hermano arrugó la nariz con disgusto.
― Yo sobreviví sin eso.
― Sí, pero te pondrá más fuerte. ― Tyran señaló la pasta verde. ―
Tiene todo lo que un cuerpo humano necesita.
Alex se acercó más.
― Puedo ser fuerte como tú. ― Miró la pasta. ― No hará daño. Creo
que puedo comer un poco más.
Zander giró los ojos. No había manera de que Alex fuera tan fuerte.
Ellos no estaban hechos así, pero una parte de su hermano creía que la
comida podría ayudar, y es por eso que cedió tan fácilmente.
Tyran se frotó la barbilla.
― Es verdad. Las cosas no te harán daño, sólo te ayudará a ser más
fuerte. No te sorprendas si te despiertas en un par de semanas con
fuertes brazos y piernas.
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Así, Alex comió la pasta.
― Zan, no es tan malo... ― Entonces se estremeció con repugnancia.
Él giró los ojos. Alex tenía mucho que aprender. Si Tyran le dijera a su
hermano que el rosa era el color de los guerreros, a continuación, Alex lo
usaría de pies a cabeza. Él creía en la tontería que el capitán le dijo ¿Por
qué no contestaba las declaraciones que eran demasiado buenas para ser
verdad?, él sabía la respuesta. La vida había sido dura, y Alex quería creer
en los sueños, aunque fuera a costa del sentido común.
Con la mirada fija de Tyran, el anillo de pene y pelotas forzó el flujo de
sangre hacia el sur. Todo el mundo tenía que ver o notar el olor, lo que
aumentaba su problema. Nadie le echaba un ojo, pero todo el mundo
sabía. Si Tyran no estaba enviando ordenes en silencio para que él
comiera, él estaba sonriendo por sus caderas inquietas. Alex era el único
en la habitación que no se dio cuenta. El resto de los hombres
incisivamente desviaron la mirada. Miraron a Alex, pero sus ojos no
mostraron nada más que curiosidad.
Tyran no ayudó a la situación. En pocos minutos, miró a los otros
hombres en la habitación. Esto se prolongó durante unos veinte minutos
antes de llegar a la provocación.
― La próxima vez, vamos a añadir más accesorios... ― Sus dedos le
frotaron la muñeca con un toque sensual y seductor. Casi podía imaginar
el leve toque por debajo de su espalda o sobre su polla, lo que empeoró
su problema de rigidez. Quería saltar, pero no era el deseo de Tyran, y
ahora quería seguir al otro hombre, aún si lo condujera directamente al
infierno.
Una parte de él no entendía esa necesidad. Todos estos años, quería a
alguien para cuidar de él y ayudar con Alex. Él amaba a su hermano
pequeño, pero ya no quería tomar todas las decisiones. Hacía esto para
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proteger a su hermano, pero tener la ayuda de Tyran calentaba su
corazón más que cualquier otra cosa. Su hermano pensó que estaba listo
para cuidar de sí mismo, pero no tenía la experiencia de vida que la
mayoría de los hombres de su edad tenían. Bueno, él tampoco la tenía,
pero era más observador y veía el mal en las personas. Alex era todo lo
contrario. Él veía lo bueno.
Entonces se dio cuenta. Zander ya no estaba solo. El hombre que
quería estar a su lado era el sexo en dos patas. Apretó los muslos en un
intento de hacer frente a la dureza entre sus piernas.
Casi gruñó cuando su brazo se alejó. Un dedo tocó el plato.
― Zan, ¿estás bien? ― Preguntó Alex. ― Tu cara es de color rojo y
parece que no puedes sentarte derecho.
Su rostro se sonrojó cuando resistió la tentación de decir, bueno, Alex,
ahora tengo una jaula apretada alrededor de mi polla y otra alrededor de
mis bolas. Se mordió el labio, tratando de encontrar las palabras
adecuadas.
― Sí, Zan, ¿estás bien? ― Tyran sonrió desde el otro lado de la mesa.
Miró a la fuente de su agonía. Esto era caliente, estar sentado en una
habitación llena de hombres poderosos con una polla semi dura que lo
dejaba cachondo.
Todo era su primera vez, sentirse seguro, confiar en un hombre, desear
al mismo. Anhelaba sexo. Incluso antes de escapar del complejo de su tío,
pensó en joder. Su libido siempre había sido fuerte, pero la posesión de
Tyran aumento el deseo. Quería ser poseído. Los juegos de sexo que
imaginaba lo dejaban lejos de estar bien.
― Responde Zander a tu hermano... ― El tono dominante no podía ser
rechazado. Tragó saliva.
― Bien―. Zander dijo, mirando a Alex. No había nada convincente en
la respuesta abrupta, pero su hermano generalmente se creía las
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palabras, nunca analizaba la situación.
La señal de aprobación de Tyran le dejó un temblor en el estómago. Si
eso era para alabarlo o para torturarlo, él no lo sabía ¿Sabía que deseaba
la aprobación de Tyran? Él sufría por ella.
Antes de que la conversación volviera de nuevo a él, empujó la comida
en la boca. Entonces surgió el mocoso. Comería, pero después de
masticar con la boca abierta. La acción repulsiva forzaría una respuesta.
Alex lo miró como si tuviera el pelo púrpura y expuesto delante de
toda la habitación.
Nada tenía sentido. Quizás las reacciones de Alex eran las correctas.
Quería empujar los límites, pero también quería aprobación. Los dos eran
opuestos, pero era como si quisiera jugar.
¿Quería que Tyran sintiera rechazo por su comportamiento? No, él
quería ser visto y castigado. Ahora, no conseguía pensar, y necesitaba a
alguien para pensar por él. La aprobación se podía ir a la mierda. Él quería
una mano firme en la que confiara. ¿Confiaba en Tyran? Sí, se sentía
seguro con el otro hombre.
Té corrió por su barbilla y regazo. La pasta verde manchando sus labios
y el mentón.
― Zan. ― Alex se lamentó, pero él estaba sin palabras.
― Aquí. Deja que te ayude... ― Tyran se acercó, con una servilleta.
Suavemente le limpió los labios y luego deslizó la tela a la ingle. Los
dedos presionaron entre sus piernas, frotando la mancha de té. El alivio
no llegó. En cambio, él estaba siendo empujado más allá de sus límites,
conduciéndolo hacia la locura.
Agarró la muñeca de Tyran.
― Yo puedo hacer eso. ― No se perdió el brillo en los ojos del hombre
para ganar una batalla que Zander, pensó que estaba luchando solo.
― Céntrate en comer. No eres muy bueno en poner comida en tu
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boca. Chupar el zumo es un reto... –Apretó el pene de Zander. ― Voy a
limpiar aquí.
― Mi boca puede succionar muy bien. ― Zander se sentía más audaz
que antes. Lo último que quería era que Tyran pensara que no podía
chupar una polla.
Tyran lo apretó cuando el doble significado quedó claro. De ninguna
manera dejaría que el otro hombre tuviera la última palabra. No después
de que el pene enjaulado lo dejara caliente en la mesa de la cena.
― Tendremos que ver lo bien que tú succionas.
Alex se tapó los oídos.
― No.
El rubor dijo a Zander que su hermano estaba lejos de tener miedo. Al
parecer, su hermano no era tan inocente en cuanto al conocimiento
carnal.
Capítulo Siete
Una vez que llegaron a la habitación, tiró de la cremallera y se quitó el
traje espacial, revelando la piel caliente enrojecida. De ninguna manera
podía contenerse cuando él quería más. Durante años, negó esta parte,
pero no más. 63
Tyran levantó una ceja con su audacia, pero eso no molestó a Zander.
La razón de que su piel gritaba con la necesidad de ser tocada era debido
a la contención de su polla y al hombre que exudaba poder. En su
opinión, Tyran necesitaba asumir la responsabilidad de la situación y
dejar de ser un provocador. Por supuesto, él mantuvo el comentario
burlón para sí mismo. Él podría estar caliente, pero eso no quería decir
que fuera un estúpido.
Zander fue hasta Tyran. El guerrero observaba con una mirada
peligrosa, que no pudo identificar. En silencio lo desafió a continuar. Oh,
él no iba a dar marcha atrás. Él tomó la camisa del guerrero. El
movimiento audaz empujó su zona de confort, lo que hizo la situación
más caliente. Tyran sonrió, desafiándolo a continuar, pero eso no lo
detuvo. En cambio, él deslizó sus dedos en el interior del pantalón de
Tyran y apretó la gran protuberancia. Dos grandes manos agarraron sus
muñecas.
― ¿Y ahora? ― Preguntó Zander. Se lamió los labios, pensando en
probar la piel bronceada de Tyran, pero quería piel contra piel. No intentó
mover sus muñecas, no porque no podía con el puño de hierro envuelto
alrededor de ellas, sino debido a la necesidad de complacer al guerrero.
Sin embargo, él se estremeció al tacto.
― Cálmate.
La orden sólo agitó el calor hirviendo dentro de él. Le dolía el cuerpo
por ser poseído. Es por eso que quería llevar esto al siguiente nivel. Su
polla se agitó de acuerdo. Entonces la duda comenzó a filtrarse en su
mente. Lentamente al principio, pero luego el pánico se hizo abrumador
¿Y si él fue demasiado lejos? ¿Estaba pidiendo demasiado? El aliento
quedó preso en la garganta. De repente, sus pulmones sentían como si
una bolsa de plástico se envolviera alrededor de la cabeza. Hasta su
visión comenzó a oscurecerse.
― Inhala y exhala lentamente. ― La voz de Tyran exigía obediencia.
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El aire llenó sus pulmones.
― Eso está bien. Ahora tócame ― La orden no permitía margen para la
interpretación. Debatió si dar a Tyran un mal rato, pero se dio cuenta de
que él sería el único a sufrir.
Aun así, no podía continuar. Una parte de él tenía miedo de ser
rechazado. Apartó el miedo sin embargo, se negaba a ser esclavizado por
más tiempo.
― Prefiero sacar tu ropa... ― Una parte de él quería ser poseído, pero
la otra parte todavía tenía problemas con la autoridad.
― ¿Me estás retando?
Zander cerró los ojos. Luego sacudió la cabeza.
― Yo no quiero jugar, pero no puedo evitarlo. Quiero comportarme,
pero una parte de mí se resiste... ― Él respiró hondo. ― Quiero
pertenecerte a ti más que todo lo que siempre quise. Esta conexión
quema dentro de mí. No lo entiendo.
Entonces, fue finalmente honesto. Si se comportase, conseguiría lo que
quería. Cuanto más luchase más tiempo tendría que esperar, y estaba
caliente. Nunca antes quiso a un hombre tanto como ahora.
― Más tarde vamos a trabajar en tus problemas de autoridad... ―
Tyran lo atrajo a su pecho.
Siempre actuó sin pensar, lo que llevó a una severa paliza o a que su
hermano a saliera lastimado. Tenía que confiar en alguien para ayudarle a
superar su rebeldía. En ese momento, esta persona era Tyran.
― Quiero más que un polvo rápido. No quiero ser un juguete
desechado…― Mentalmente se palmeó la espalda. Informar de sus
deseos les dejó en igualdad. No habría ningún malentendido más tarde.
― Yo no soy un provocador, pero si no me vas a mantener... ― Él negó
con la cabeza, no siendo capaz de decir las palabras. ― Quiero ser
reclamado. ― Finalmente, confesó.
Fuego ardía en los ojos de Tyran. Zander dio unos pasos hacia atrás.
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Sus rodillas golpearon la cama y cayó. Cuando Tyran se cernió sobre él, se
encogió, todavía no estando seguro de si había ido demasiado lejos. Tal
vez él no podía decir lo que pensaba. Cerró los ojos y esperó el resultado.
Después de unos segundos, no pasó nada. Miró a la cara del hombre que
sabía en lo profundo de su corazón que podía confiar.
― Tú eres mío. Desde el momento en que nos conocimos, me
perteneces, no como un juguete, sino como mi compañero y amante.
Pondré pinzas en tus pezones, entraré en tu culo, enjaularé tu polla, te
ataré las manos a la espalda. Tú va a seguir actuando, exigiendo atención,
y yo voy a responder y cuidar de todas tus inseguridades y necesidades
para el resto de nuestras vidas.
Por primera vez, alguien lo entendía. La promesa contenía todas las
cosas que quería oír. Nada más importaba, solamente este hombre, pero
no podía ser tan egoísta. Había otra persona en su vida.
― Alex... ― Zander necesitaba proteger a su hermano.
― Ahora es mi hermano, también. Nadie va a hacerle daño. El
momento en que entró en la nave, estaba bajo mi protección.
― Yo estropearé las cosas. Mi boca se mueve por su cuenta, y mis
palabras ponen a los demás enojados. Cuando me siento preso ataco
verbalmente. ― Necesitaba dejar que Tyran conociera sus defectos.
― Entonces, te voy a amordazar hasta que aprendas a controlar. Confía
en mí. Controlo una nave. Aprenderás a ser menos mocoso. Esas
tendencias traviesas nunca se desvanecerán, pero te daré la fuerte mano
amiga que ansías. Así que, ¿Zander, confías en mí?
Era extraño. Se acababan de conocer, pero...
― Confío en ti.
Tyran asintió.
― ¿Estás de acuerdo en ser mío? ¿No por un día, una semana, o un
año, sino para siempre?
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― Nosotros no... ― Cerró las piernas. ― Todavía no hemos tenido
sexo. Nuestros cuerpos pueden no ser compatibles.
La risa llenó la habitación.
― Ese es el menor de nuestros problemas. Me hundiré en lo profundo
de tu cuerpo y lo reclamaré como mío. Tú vas a adorarlo y pedirás mi
toque. Ahora responde a la pregunta. Basta de rollos ¿Vas a ser mío?
― Sí, quiero ser tuyo. ― Sus manos picaban por arrancar la ropa y
mirar la piel tentadora. Se lamió los labios, imaginando todo esto en su
gloria desnuda.
Tyran se alejó. Zander agarró su camisa, pero él se movía muy rápido.
― ¿Sabes lo que estoy pidiendo?
La pregunta lo sorprendió. Por supuesto, él entendía los fundamentos
de una relación y cómo tener relaciones sexuales.
― Tú serás mío para el resto de tu vida. No habrá nadie más. Desde
este día en adelante, serás mi compañero de vida.
La palabra compañero causó un deseo profundo dentro de él, pero no
sabía lo que significaba la palabra.
― ¿Compañero de vida? ― Preguntó Zander.
― Significa que desde hoy en adelante solamente tu cuerpo va a
sustentarme. Sólo voy a querer tener sexo contigo. Sólo tu sangre me
alimentará.
Zander se humedeció los labios. Parecía el cielo.
― ¿Es por eso que no bebiste sangre a la hora de comer?
Tyran asintió.
― Aun no nos emparejamos, así que aún soy capaz de beber, pero
perdió todo el gusto. Después de que nos emparejemos, entonces solo
seré capaz de beber de ti.
― ¿Y qué más? ― Sabía que no importaba. De ninguna manera iba a
dejar a este guerrero irse, pero aún necesitaba escucharlo todo.
― A través de mis fluidos corporales comenzarás a cambiar. Siempre
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serás humano, pero vivirás mientras yo viva.
― ¿Cuántos años tienes?
― Noventa y cinco, pero podemos vivir durante siglos. ¿Te unirás a mí
como mi compañero?
Wow, Tyran era viejo, pero la información no fue una sorpresa. Todo el
mundo sabía que la raza guerrera tenía larga vida. Él sonrió antes de
envolver sus brazos alrededor del cuello de Tyran y acercarlo. Se echó
hacia atrás y trató de seducirlo, esperando que no se viera tan
desesperado como se sentía.
― Abre las piernas.
Saltó a obedecer. El capitán se acercó. Sacó la llave del cuello y luego
liberó la polla dolorida de Zander.
Alivio con un toque de desilusión le alcanzó. Eso no tenía sentido. La
cosa estaba en que lo excitaba sin alivio, pero se sentía bien de forma
mala.
― No se sientas cómodo. Cuando termine, me vas a rogar que te lo
ponga de nuevo.
Tyran se quitó la ropa, dejando al descubierto los músculos gloriosos
esculpidos con largas horas de entrenamiento y luchas de vida o muerte.
El pecho del guerrero contenía medallas de valentía en forma de
cicatrices como una colcha de retazos. Él se inclinó hacia delante, tocando
las marcas.
― ¿Te asquean?
Zander negó con la cabeza.
― Ellas son parte de ti.
El Capitán asintió con la cabeza en señal de aprobación, pero no había
terminado. El pene de Tyran presionaba contra sus pantalones. El bulto
grande indicaba el tamaño impresionante, pero nada pudo prepararlo
para la realidad. Cuando los pantalones se deslizaron una gran polla saltó
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arriba y abajo. Él estaba lleno de deseo, pero también nervioso sobre lo
desconocido.
Antes de que pudiera hacer alguna objeción, Tyran lo empujo hacia
abajo en la cama. El gran cuerpo lo cubrió en un capullo protector. Besos
llovieron en su cara, yendo hasta el cuello antes de moverse para capturar
sus labios. El último beso fue casto comparado con este. Una lengua se
deslizó para exigir rendición. Ella se hundió frotándose contra la otra
lengua. Se rindió al ataque mientras era devorado y poseído, probando la
pasión salvaje y la tentación. Dedos exploraron cada centímetro suyo.
Estaba tendido en un pedestal, adorado por un Dios tan fuerte y
poderoso, pero suave y amoroso. Tyran volvió a poseer su boca, tirando
el labio inferior entre sus dientes afilados mientras mordisqueaba y
chupaba.
Chispas crepitaban entre ellos y él quería más. Cada terminación
nerviosa vibró. Nunca podría cansarse de esto. El fuego ardía entre ellos y
nada anterior se parecía a esto. Energía corrió por él. Se sintió audaz
cuando sus dedos agarraron el pelo rojo oscuro, apretando los cabellos
como un salvavidas para evitar ahogarse en un mar de pasión.
Tyran probó cada centímetro de piel. No se contuvo cuando lamió el
pecho.
― Tienes un sabor dulce, pero voy a cambiar eso. Pronto mi olor saldrá
por tus poros.
Él murmuró algo en aprobación. Pronto los dulces besos se volvieron
exigentes y querían su completa sumisión. Su cabeza se inclinó, dejando
al descubierto su cuello. Este beso le dejó duro. Llegó entre sus cuerpos
buscando alivio pero Tyran sujetó su mano en la cama.
― No. ― Tyran advirtió. ― Yo estoy al control.
Él trató de retorcerse, pero luego se dio cuenta de que había
renunciado a su control.
― Así. Recuerda el placer que puedo darte. No va a ser un polvo
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rápido, sino una noche de pasión. Mañana tu culo recordará el tamaño de
mi polla, porque voy a estar en ti lo suficiente como para moldear tu
estrecho canal.
Echó la cabeza hacia atrás.
― Necesito... ― El resto del pensamiento no salió ¿Que necesitaba?
Disfrutar. Ser tocado.
― Yo sé lo que tú necesitas. ― La voz de Tyran contenía una seguridad
que Zander no sentía. Grandes manos empujaron sus brazos sobre su
cabeza. Besos aterrizaron en su cuello. Entonces los dientes suavemente
le rozaron mientras empujaba sus caderas.
― Te gustan los dientes.
Asintió con el descubrimiento.
― Las manos sobre la cabeza... ― El tono era sexy y lleno de autoridad.
Las manos se levantaron, casi golpeando la barbilla del Tyran. Murmuró
algo, esperando que no significara un castigo que resultaría en la demora
para satisfacer sus necesidades.
― Buen chico.
Su polla palpitaba por las palabras de aprobación.
― No te muevas. Yo toco. Tú sientes.
Zander se mordió el labio, decidido a seguir la simple orden.
Las manos se deslizaron por su pecho, tirando de sus pezones. Los
nudos sensibles vinieron a la vida cuando los dedos frotaron un círculo
antes de apretarlos. Él siempre supo que esa parte era extra sensible.
Incluso cuando él tocó su polla, sus dedos jugaban con sus pezones.
Tyran pareció entender eso cuando los cogió, apretó y los provocó.
Sintió la ola de calor dirigirse a su ingle. Su estómago bailó y luego se
retorció, mientras su polla seguía adelante, pero no había terminado.
Tyran se inclinó sobre su pecho, tomando un bulto duro entre los dientes
y mordisqueó. Zander gimió y gritó. Luego se alejó y atacó al del otro
lado con la misma ferocidad.
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― No puedo esperar a prenderlos.
En este momento, tampoco podía esperar. Su mano se levantó de la
cama, pero la mirada firme de Tyran hizo que la mano se contuviera.
― Así. Eres mío para amar.
Las manos se movieron sobre su piel sensible. Sintió el calor y la dureza
de la polla de Tyran pegar contra su pierna, recordándole el enorme
tamaño.
¿Eso encajaría? Esos pensamientos rápidamente fueron apartados. Él
no descansaría hasta que el eje duro se hundiera profundamente en su
culo.
Labios bajaron, dejando un rastro de besos. Sus dedos le separaron las
nalgas y frotaron su entrada. Él abrió las piernas más amplio para facilitar
el acceso de Tyran.
― Ansioso. ― Dijo Tyran.
Zander asintió, sin saber si se le permitía hablar.
Tyran se levantó y Zander gruñó, pero se mantuvo en silencio.
― Buen chico... ― El elogio causó una contracción muscular y la
voluntad de empujar su polla. ― Necesito lubricante. No te muevas.
El recordatorio hizo que sus manos permanecieran en la cama. Suspiró.
Tyran no notó el ligero movimiento o decidió no hacer comentarios al
respecto.
La cama se hundió de nuevo. El lubricante se colocó a su lado.
― ¿Cómo estás?
La pregunta lo confundió ¿Él podía responder?
― Espero una respuesta.
― Te necesito. Te quiero. Por favor, tocarme. ― Cuando cerró los ojos
y dejó que las palabras se desbordaran, la honestidad le sorprendió.
Tyran asintió y sonrió.
― No es difícil, Zander. Sigue mis órdenes. Esto incluye responder a
mis preguntas.
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― ¿Puedo hablar?
― Implorar, gemir, gritar. Espero oír todas estas cosas. No te contengas
en la cama.
― Entonces, hazlo. No voy a durar.
Una mano agarró su polla. La acarició arriba y abajo en cámara lenta. El
alivio que esperaba no ocurrió. En cambio, quería más. Tyran subió y
provocó los testículos.
― ¿Te gustó cuando estaban sujetos?
Él gimió con el recuerdo. Él asintió con la cabeza antes de contestar.
―Sí.
― Tal vez lo haremos parte de tu guardarropa.
Él gimió. ¿Sobreviviría a eso?
― Soy responsable de tu placer y satisfacción. No te vengas hasta que
yo lo diga. Eso no significa que no te sueltes. Si tienes que ser tocado,
entonces ven a mí. Si no tienes control, voy a enseñarte, tocaré y jugaré
con tu cuerpo por agonizantes horas antes de que mi polla viole tu culo.
Tyran reanudó el ataque apasionado. Él lamió su estómago y se
trasladó a su culo. Entonces el Capitán cogió una almohada.
― Levanta.
Zander inmediatamente hizo lo que le dijo. La almohada fue empujada
por debajo de sus caderas y Tyran agarró los tobillos y los empujó hacia
arriba. Descansaron en los hombros de Tyran. La posición lo dejó
expuesto a cualquier cosa que el hombre quisiera hacer. Daba miedo
pero era erótico. Él gimió ante la idea de estar completamente bajo el
control del guerrero.
Los dedos invadieron entre sus nalgas, frotando su entrada. Una pierna
casi resbaló, pero Tyran la sostuvo en su lugar.
― Concéntrate.
La palabra trajo de nuevo su atención ¿Cómo iba a mantener la pierna
en su lugar?
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Tyran tomó lubricante y lo extendió en sus dedos. Trabajó un dentro de
él. El dolor en forma de quemadura era nuevo y no incómodo. Él se
inclinó y dejó empujar los dedos en él.
El hambre en los ojos del hombre movió algo en su interior. Quería
más y rápido.
― Esta vez voy a ser suave, pero la próxima será diferente.
Un segundo dedo se deslizó dentro y dolió. Él gimió, pero poco a poco,
se acostumbró a la sensación de estar lleno. Los dedos de Tyran hicieron
magia, lubricando su canal. Él gimió cuando un dedo tocó un punto
mágico en el fondo.
Luego, entró el tercer dedo y no sabía si podía tomar más. Dolía y
quemaba. Nunca antes había imaginado ser estirado. Le tomó un tiempo
para acostumbrarse a la sensación. Entonces comenzó a disfrutar de ella.
― Hecho.
Necesitaba más. Tyran colocó su polla dura entre sus piernas.
― Relájate.
Tyran presionó en su trasero y trató de empujar dentro. Dolía y no
encajaba.
― Empuja hacia fuera.
Zander siguió la orden y Tyran empujó. El calor le llenó cuando la polla
latió en su interior, extendiéndolo y llenándolo. Era malo, pero se notaba
bueno al mismo tiempo. No sabía cuánto tiempo más podría soportar.
Cuando el otro hombre presionó sus bolas contra su culo, dejó escapar
un profundo suspiro. Por primera vez en su vida, se sintió deseado. Tyran
le dio suavidad y cada impulso estaba lleno de amor.
Tyran le secó bajo sus ojos.
― ¿Duele?
Él asintió con la cabeza antes de recordar que tenía que contestar
todas las preguntas del guerrero.
― No, y yo no sabía que estaba sintiendo falta de esto.
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― Bueno, estamos solo empezando. ― Las caderas de Tyran siguieron
con un ritmo suave. La polla enterrada profundamente dentro masajeó
sus entrañas. El dolor se fundió con el placer absoluto.
Él fue a agarrar el pelo de Tyran, pero grandes manos mantuvieron las
suyas por encima de su cabeza mientras caderas poderosas continuaban
poseyendo su cuerpo. Después, no fue suficiente. Necesitaba más, pero
Tyran se movía a paso de tortuga.
― Prometí ser suave.
― Más. ― Gritó, pues no quería más suave. No era suficiente.
― Es tan bueno... ― Tyran presionó sus labios juntos. Cuando terminó
el beso, ambos trataron de recuperar el aliento. ― Podría pasar horas
dentro de ti.
No sobreviviría a eso. Si Tyran mantuviese este ritmo, se volvería loco.
― No te vengas hasta que yo diga que puedes hacerlo.
Él asintió con la cabeza, amando la penetración profunda. La polla
apretó la próstata repetidamente, martilleando y estimulando. Un fuerte
gemido llenó la habitación. Él también se perdió con la sensación. Tyran
se puso de rodillas, subiendo a Zander a su regazo.
― Pon tus brazos alrededor de mi cuello. ― Él lo agarró mientras
continuaba golpeándolo. Él cabalgó a Tyran mientras impulsos profundos
perforaban su culo. Sus labios se conectaron mientras el martilleo
continuó. Nunca se sintió tan cerca de alguien más.
Se separaron, pero sus caderas continuaron hacia arriba y hacia abajo.
La sonrisa en el rostro de Tyran fue la única advertencia que tuvo. Cayó
de espaldas. Las embestidas eran más rápidas y profundas mientras las
bolas golpeaban contra su culo. Él estaba en el cielo. El martilleo
continuó. Sus piernas alrededor de la cintura de Tyran mientras era
montando hasta el olvido.
― Sujétate. Eres tan caliente.
Le encantaba que Tyran apreciara su culo. Una mano se fue a su polla.
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Le acarició duro y rápido. Sus manos reposaban sobre la cama. Estaba tan
cerca. El fuego ardía en su trasero.
― Así bebé. Yo quiero que te vengas por mí.
Una lengua caliente lamió su cuello. Colmillos afilados presionaron su
carne mientras Tyran chupaba. Fuego ardía en su interior. El calor era más
fuerte que cualquier cosa que sintió antes. No hubo dolor. Cada nervio
explotando en éxtasis. Eso nunca sería suficiente.
Cuando el guerrero se apartó, sus ojos brillaban de un rojo intenso y
sus colmillos se tiñeron con sangre. Se mordió el pulgar y lo sostuvo en la
boca de Zander.
― Bebe y se mío para siempre.
No dudó. El líquido caliente sabía a cobre y miel. Las caderas de Tyran
no dejaron de moverse y pronto llegaron al límite. Gritó y despejó calor
entre sus cuerpos.
Toda la energía lo dejó, pero el calor derramado en su canal lo trajo de
vuelta cuando Tyran se contorneó arriba y abajo, cabalgando las olas de
su éxtasis.
Poco a poco, el pene se deslizó de su cuerpo. Inmediatamente, sintió
falta de la sensación de estar completo, lleno.
Tyran salió de la cama y la soledad penetró, pero la cama se hundió de
nuevo y las grandes manos del Capitán limpiaron los rastros de semen de
su estómago antes de tener especial cuidado para limpiar suavemente su
culo. Él utilizó la pomada.
― Está bien... ― El dolor era bueno y no quería olvidarlo.
La suave crema fue extendida sobre su agujero sensible.
― Quiero estar ahí dentro antes de que termine el día. No queremos
que estés gimiendo de dolor.
Él asintió con la cabeza, queriendo lo mismo.
― Fui suave en tu primera vez, pero la próxima, voy a montar tu culo,
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duro y rápido.
Zander no podía pensar en una mejor manera de pasar sus días. Él
asintió con la cabeza y sonrió.
― Bueno chico. Ahora ve a dormir.
Era todo lo que necesitaba. Sus ojos se cerraron y el sueño se hizo
cargo.
Capítulo Ocho
Durante ocho semanas, las piernas de Zander pasaron mucho tiempo
en el aire, y cuando estaban en el suelo, estaba encorvado sobre un
escritorio o una silla. Una sonrisa en su rostro. Tarareaba andando por el
pasillo. El suelo suave y esponjoso mientras oía el canto de los pájaros. 76
― Tu sonrisa da miedo ― dijo Alex.
― ¿Qué da miedo?
Alex estaba diciendo cosas ridículas. Él negó con la cabeza. El hombre
no entendía la felicidad.
― Se trata de una sonrisa feliz. ― Acarició el hombro de su hermano
menor. ― Un día vas a entender. ― Zander continuó tarareando su
música alegre.
Alex puso los ojos en blanco.
Zander sonrió ¿Será que Alex puso los ojos en blanco?
― Nunca te separas de Tyran. ¿El sexo es tan bueno?
Sus conversaciones permeables sobre el sexo eran sobre tener un
hombre atado debajo de uno de ellos. Practicaron fuertes patadas entre
las piernas, sujetando mechones de pelo para tirar la cabeza hacia atrás
antes de ir a por los ojos, pero nunca hablaron sobre el amor y encontrar
una persona especial. Hasta que eso sucedió, Zander nunca pensó que
eso fuera posible.
― No se trata de sexo. Me encanta estar con él. Él pone en primer
lugar mis necesidades. Si trato de saltarme una comida, él lo sabe. Si no
puedo dormir, me frota la espalda o... ― Él sintió que se ruborizaba. ― Se
asegura de que estoy lo suficientemente cansado para dormir. ― ¿Qué
estabas diciendo?
Hasta Alex se sonrojó.
― ¿Así que él cuida de ti a cambio de sexo?
― No, no es eso. ― Ambos tenían poca experiencia en el trato con la
gente. ― Él no hace estas cosas para conseguir mi culo. Hace estas cosas
por mí. Cuida de mis necesidades y se asegura de que soy feliz. Confío en
él con mi cuerpo, pero es más que eso. Confío en él con mi vida.
― No vamos a dejarle, ¿verdad? ― Alex preguntó, pero él no acusó o
habló con hostilidad. Había sólo curiosidad.
Quería evitar la cuestión. Alex podía aceptar todo lo que Zander decía,
pero seguía preocupado por la reacción.
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― Lo siento, pero quiero pasar el resto de mi vida a su lado. ― Estas
palabras eran difíciles de admitir, pero era probablemente peor para Alex
escucharlas. A lo largo de su vida, sólo se tenían el uno al otro. Si estaba
enfermo, Alex dormía a su lado. Después de una paliza, Alex lloraba las
lágrimas que él no podía. Cuando Alex tenía miedo, Zander le contaba
historias. Ahora, él admitió que tenía a alguien más importante.
― Zan, estoy feliz por ti. Si lo amas, eso es genial. Si él te ama, es
incluso mejor. ― La sonrisa de Alex estaba llena de amor y aceptación. ―
Vamos a comer nuestro desayuno.
― Por lo tanto, ¿está bien?. ― Zander no podía creer lo bien que esto
estaba sucediendo.
― Bobo. Por supuesto que está todo bien. Estoy un poco celoso,
porque quiero lo mismo, pero me alegro por ti. ― Se encogió de
hombros. ― Hay algunos hombres guapos en la nave, pero no van a
acercarse a mí. Es como si yo fuera contagioso.
Zander se rió.
― No te puedo ayudar con eso. En lo que a mí respecta, sigues siendo
un niño.
― Yo soy un año más joven que tú y las últimas ocho semanas las
pasaste cada hora teniendo sexo.
― Tal vez en un año, cuando tengas mi edad, yo te ayudaré a
encontrar a alguien, pero ahora disfruta de tu tiempo a solas.
Alex bajó la cabeza.
― ¿Qué pasa?
― ¿Crees que va a buscarme? Nuestro tío está todavía ahí fuera.
― Tyran no dejará que pase nada. Es mío y él es tu nuevo hermano.
― ¿En serio? ¿Tyran me considera un hermano? ― La sonrisa le
recordó la primera vez que su hermano oyó su cuento de hadas favorito
sobre el amor del emperador, una historia sobre una regla y renunciar a
todo por amor. No, tal vez era más grande, lo cual decía mucho teniendo
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en cuenta que Alex, a menudo, vivía en un mundo de ensueño. ― Vamos
a invadir la cocina para buscar dulces. ― Esa era otra debilidad de su
hermano.
― Nos vamos a meter en problemas. ― Alex miró a su alrededor para
asegurarse de que nadie escuchó.
― Vamos a atracar en planeta natal de Tyran. Si vamos a hacer una
fiesta, ahora es el momento. Ellos pueden reabastecerse.
― ¿Estás seguro?
Zander sabía que tendrían problemas, y eso hizo que su corazón dejara
de latir por un instante. La adrenalina fluía. Desde el comienzo de su
relación, ellos exploraron castigos. Maldijo y terminó llevando una
mordaza de bola. Si disfrutaba sin permiso, un juguete era envuelto
alrededor de su polla y bolas durante 24 horas. Esto no habría sido tan
malo si Tyran no le tomara una y otra vez. Tener a su compañero de vida
poseyéndolo era como el cielo, y no poder disfrutar solamente lo hacía
ser más intenso. Tal vez tenía que meterse en problemas para conseguir
unas nalgadas o grapas en el pezón. Ambas cosas le habían sido
prometidas, pero hasta ahora no había visto ninguna señal de ellas.
― Ayúdame a meterme en problemas.
― ¿Qué? ― Alex tiró de la manga. ― ¿Estás bromeando?
Su hermano menor tenía mucho que aprender. ― Cuando me meto en
problemas, Tyran toma el control de mi cuerpo, pero él es gentil y
cuando él se hace cargo, es la mejor sensación.
Los ojos Alex se ensancharon. Aparentemente, había dicho demasiado.
― No voy a hablar contigo ahora, pero creo que es una mala idea. Sólo
dile lo que quieres que haga. Él va a estar más que feliz de ayudar.
― Es más divertido de esa manera. ― Además, quería una respuesta
real. Pedir, solo quitaba un montón de diversión.
Después de tres horas, comieron un montón de galletas y luego
cambiaron las etiquetas de los diferentes tipos de sangre, lo que dio a la
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comida de mediodía un toque. Algunas sangres eran más dulces,
mientras que otras sangres tenían un sabor diferente, pero el infierno si él
sabía la diferencia. Después de mezclar las etiquetas, observaban las
expresiones confusas en los rostros de otros guerreros antes de
desaparecer de la cafetería.
La siguiente jugada todavía los dejó riendo. Invadieron la tableta de
Jonan y alteraron las entradas, añadiendo una gran cantidad de juguetes
sexuales en la bodega de carga. Jonan gimió cuando leyó los cambios.
Después de que el hombre encontró la verdad, cargada fuera del
compartimiento de almacenamiento, huyeron sigilosamente.
― ¿Cómo sabías la contraseña? – Preguntó a Alex.
― Ayudé a Jonan a hacer el inventario y le vi meter el código.
Zander soltó una carcajada mientras seguía trabajando en la pared de
la bodega de carga pintando imágenes eróticas.
Alex tiró de su brazo. ― Tal vez deberíamos parar.
― De ninguna manera. Después de todo lo que hemos hecho, Tyran
no vino a castigarme. Después de que mi obra de arte empiece a tener
relaciones sexuales, tal vez voy a caminar alrededor sin camisa. No creo
que me pueda quedar completamente desnudo, pero en topless debería
ser suficiente para poner a Tyran celoso.
― ¿En serio? ― Tyran preguntó desde la puerta del compartimiento de
carga.
Alex se puso de pie.
Theo estaba detrás del capitán. Él arqueó una ceja mientras examinaba
la obra de arte.
Alex abrió la boca para defenderlo, pero Tyran levantó la mano para
silenciarlo. Su hermano miró hacia atrás y hacia adelante entre ellos y
suspiró.
― Alex, yo me encargo de esto ― dijo Zander.
― ¿De verdad? ― Tyran miró a Theo. ― Lleva a Alex de vuelta a su
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habitación y cierra la puerta.
Alex miró.
― Lo siento ― murmuró mientras caminaba por el lado de Tyran. Se
detuvo. ― Yo no soy un niño, que necesita ser enviado a su habitación.
Tyran no pareció satisfecho con esta conversación.
― Tus próximas tres comidas se servirán allí. Durante este tiempo,
piensa en lo que hiciste.
Su hermano asintió con remordimiento.
― Entiendo. ― Habían visto peores castigos, y, francamente, lo que
Tyran le dio a su hermano era una mierda. El hombre todavía estaba
planeando darle de comer y tenía que pasar el día en una habitación
espaciosa. Alex se volvió a Zander y le guiñó un ojo. El pequeño
descarado fingía estar molesto.
La puerta se cerró. Zander se apartó de su obra maestra.
― ¿Qué opinas?
― No es preciso. ― Tyran estaba detrás de él, estudió la imagen como
un experto en arte. ― El pene está a punto de sumergirse en su culo. ―
Señaló al hombre curvándose. ― Pero las mejillas no están rojas. Y se
puede mover. ― Tyran asintió. ― Este hombre necesita estar atado.
Entonces, unas palmadas duras para dejar su culo rojo brillante y luego
tal vez una cogida mientras él está colgando del techo. Este hombre tiene
una gran cantidad de libertad.
― Tal vez eso es lo que él necesita. Él olvidó que alguien se
comprometió a mantenerlo fuera de problemas y esto es un recordatorio
de que esta persona tiene la polla ardiendo a la espera de recibir el
castigo.
Tyran le tomó en sus brazos.
― Los castigos no fueron hechos para ser disfrutados. Empezaste esto
por unas pocas palmadas, pero no va a ser tan fácil. Tu culo va a quemar.
Tus pezones van a gritar y tu polla va a lloriquear. ― Él lamió el cuello de
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Zander. ― Tenemos 48 horas hasta que nos posemos en el puerto.
Aprenderás en ese tiempo.
― Cuarenta y ocho horas. ― ¿Cómo demonios iba a sobrevivir? Sí,
quería el castigo, pero 48 horas de tortura sexual no era lo que tenía en
mente. ― ¿Qué tal si me disculpo? ― ¿En qué estaba pensando? Tal
como dijo Alex debió simplemente rogar para el castigo.
― Prefiero escucharte con tu cuerpo. La bofetada de mi mano en tu
trasero. Los gemidos cuando te joda con tu pene atado agradable y
apretado. Las súplicas cuando un juguete vibre dentro de ti. Esto es sólo
el comienzo. Puedo hacer maravillas con cera caliente y hielo.
Zander tragó, buscando una vía de escape. Afortunadamente en esta
nave espacial, Tyran no tenía potro. No, examino todos los juguetes e
incluso si utilizaba dos o tres a la vez, él sería capaz de soportarlo. Se
removió en su asiento, pero no estaba dispuesto a darse por vencido.
― Sígueme.
Entraron en la habitación del Capitán. Zander saltó a la cama. Se dio la
vuelta y tragó. Tyran estaba cerca de la puerta con una mirada que
prometía horas de juego duro. Extendió la mano y tocó la parte superior
de la estantería y la pared a su lado se abrió. ¿Una puerta oculta?
― Esta es la entrada a la sala de juegos. Había pensado en invitarte,
pero eres tan nuevo en el sexo. Sin embargo, veo que mi preocupación
era infundada y tú estás más que preparado para un poco de juego.
¿Tenía una sala de juegos? Zander casi se cayó de rodillas. No esperaba
una sala de juegos, pero debería haber esperado algo. El camarote del
capitán era más pequeño que la habitación de su hermano. Ahora tenía
sentido. La mitad de la habitación estaba cortada, oculta a la vista.
Él entrecerró los ojos, tratando de ver. Cuando se acercó sus ojos se
abrieron. El espacio era mayor que la habitación. Espejos estaban
colocados en todas las paredes. La pared del fondo había una cruz
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acolchada justo como la que Tyran estaba con el sub cuando se
conocieron. Una abrumadora necesidad de gritar con el recuerdo de su
compañero golpeando a otro hombre en su presentación lo dejó
mirando a Tyran.
― Ya, ya. Eso fue antes de conocerte. ― Tyran ahora era capaz de leer
las emociones fuertes, debido a su conexión fortalecida durante las
últimas semanas.
Zander dejó escapar un profundo suspiro y continuó su exploración. Se
centró en dos potros para golpear, uno al que se ataban las manos y las
piernas y otro que se inclinaba hacia atrás. Su polla se hinchó entre sus
piernas con la variedad. Entonces vio los estantes de juguetes sexuales
que consistían en vibradores y consoladores de diferentes tamaños,
vendas para los ojos, las muñequeras y cosas que no podía identificar,
pero sabía que un día él sabría cómo usarlos.
― Quítate la ropa ― Tyran ordenó.
Una parte de él quería discutir, pero sus manos ya estaban quitándose
la ropa lo más rápido posible. Su polla se sacudió en emoción cuando
dejó a un lado la duda. Pronto estaba en el medio de la habitación,
manos a los lados y la cabeza en alto, tratando de parecer lo más
atractivo posible. Él lamió su labio superior.
Tyran levantó una ceja, pero no se movió más cerca. Temblaba en
anticipación por su toque. Sus ojos estudiaron cada centímetro con tanta
promesa que él se mordió el gemido. Entonces el guerrero se inclinó más
cerca y sus rodillas casi se derrumbaron bajo el intenso escrutinio.
― Levanta los brazos.
Sus brazos se levantaron.
Un cuerpo de acero se estampó en su espalda. Se apoyó en el abrazo.
― Todavía no.
La voz envió un escalofrío que se inició en la cabeza y terminó en las
puntas del pie. Puños suaves se cerraron alrededor de sus muñecas.
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Levantó la vista y vio por primera vez las cadenas colgadas del techo.
Había suficiente espacio para caminar, pero no pudo llegar muy lejos.
El guerrero se dio la vuelta y gruñó.
― Yo estoy a cargo. Si quiero dejarte así durante horas, entonces lo
haré.
Las palabras tuvieron el efecto deseado. Él inclinó la cabeza en
sumisión.
― Pero, yo tengo mucho más planeado. ― Tyran se inclinó y fue
entonces cuando Zander vio la barra separadora. Los extremos se
cerraron alrededor de cada tobillo, manteniendo eficazmente las piernas
separadas. La modestia no le molestaba. Aun así, sintió una punzada de
nerviosismo por estar tan vulnerable y expuesto.
La mano se movió a su pierna, descansando en su cara interna del
muslo. Se sentía como un regalo para ser abierto y poseído. Se lamió los
labios secos, de repente, deseando un gusto masculino fuerte.
― Ahora, amor, si quieres parar, sólo dímelo. No importa lo que
estamos haciendo, no voy a continuar si quieres parar. No hay palabras
especiales ¿Entendido?
Zander parpadeó y asintió.
― Eso no fue una respuesta.
Confianza irradiaba desde dentro.
― Tyran. Confío en ti. Haz lo que quieras, porque eso es lo que quiero.
Tyran le dio un suave beso en la frente de Zander. Él gimió con la
respuesta infantil, anhelando la pasión adulta.
― Estás caliente por mí.
Zander parpadeó, sintiéndose caliente en cada centímetro de su
cuerpo. Todos los sentidos estaban sobrecargados. Su piel ardía por el
deseo de ser tocado y acariciado. Tyran sacó una venda del bolsillo
trasero de los ojos. Frotó el terciopelo suave contra su pecho. A
continuación, la venda cayó encima de su cabeza y se deslizó sobre sus
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ojos. Se mordió el labio cuando la oscuridad se apoderó de él. Este era
uno de sus temores. La oscuridad le dejaba impotente. Necesitaba ver.
― Estoy aquí. Confía en mí para cuidar de todo. ― Tyran le susurró al
oído.
Cuando la oscuridad lo cegó, dejó todos los otros sentidos mejorados.
La tensión abandonó su cuerpo. Esta no era la misma pesadilla.
Pertenecía a un hombre que lo trataba con amor.
― Yo confío en ti. ― Había tanta verdad en esas palabras que lo dejó
con las rodillas débiles. Nunca antes se había sentido tan bien. Por
primera vez, se sintió como en casa.
Cerró los ojos y esperó a que lo tocara como un cachorro que necesita
un abrazo. Pero no pasó nada. Gemidos escaparon de sus labios por la
necesidad impaciente. Desde la esquina, oyó el susurro de tela. Volvió la
cabeza, pero fue inútil con la pesada venda. Aun así, podía imaginar el
lanzamiento de los pantalones que liberaban una gran erección saltando
hacia arriba de la emoción y el deslizamiento de la camisa por los
grandes brazos musculosos, dejando el cuerpo perfecto expuesto.
A continuación, la sala quedó en silencio. Pasó un minuto y luego otro.
Todavía nada. Abrió la boca, pero Tyran no había hecho una pregunta,
por lo que no tenía intención de hablar. Empujó hacia abajo sus
conexiones, pero con la barra junto a sus tobillos, perdió el equilibrio.
Poco antes de caer hacia atrás, manos apretaron sus caderas afirmando
su cuerpo.
― Impaciente ― dedos golpearon en su piel cuando jugaban en una
mesa a la espera de una respuesta.
Gimoteó con alivio al oír la voz relajada de Tyran.
Músculos rígidos estaban presionados contra él cuando un pene erecto
se frotó contra su culo, resbalando entre sus piernas y frotándose contra
sus bolas.
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― ¿Quieres mi polla?
― Sí, por favor. ― Iba rogar y suplicar hasta que él consiguiera lo que
quería.
― Todavía no. Tenemos que discutir el castigo.
La mano frotó sobre su culo. ― ¿Te mereces una paliza?
― Sí. ― Sacudió su culo con emoción. Todo lo que había hecho era
para conseguir este tipo de atención.
― Hiciste todo esto intencionadamente para molestarme. ¿No es así?
Se mordió el labio y asintió.
― No te escucho.
― Sí.
― ¿Crees que las nalgadas es suficiente?
Oh dios. Sólo golpea mi culo ya ¿De verdad tenía que responder a eso?
Pero él ya sabía que todas las preguntas necesitaban una respuesta.
― Eso depende de ti. ― Las palabras salieron estridentes.
― Buen chico.
Su polla saltó en señal de aprobación.
Un objeto duro, plano se frotó contra su culo.
― Voy a darte con el remo en tu culo. Estará caliente y rojo. Entonces
voy a follarte tan duro que no serás capaz de sentarte mañana sin
acordarte de hoy.
El remo frotó en ambas mejillas y enseguida, bajó golpeando duro en
su culo. No se dio cuenta de que el otro hombre estaba hablando en
serio acerca de golpear su culo. El remo frotó la dolorida mejilla. Luego se
estrelló contra la otra mitad. El remo frotó su culo. Bajó de nuevo, esta
vez golpeando contra la ranura en el centro. Él saltó y trató de cerrar las
piernas, pero la barra espaciadora las mantuvo separadas.
Entonces, el remo comenzó. Cada vez más los golpes aterrizaron en su
culo. Ningún lugar estaba seguro.
― Bueno y rojo. Casi listo para follar. ― A continuación, hubo una
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pausa. ― Pero todavía no.
Zander silbó. Necesitaba la polla de Tyran ahora. Con cada golpe su
polla se estrelló contra su estómago.
― Han sido diez ¿Crees que eso es suficiente?
― Eso depende de ti ― dijo, mordiéndose la verdadera respuesta que
consistía en palabras como, "solo jódeme ahora", sabiendo que esas
palabras podrían conducir a horas de juego más duro.
Tyran lo besó.
― Ahora estás aprendiendo. Pero diez no son suficientes. ― Tyran se
movió de nuevo. Presionó su pene entre sus nalgas y luego se deslizó
entre sus piernas, presionando sobre sus bolas, pero esta vez empujó sus
caderas hacia atrás y hacia delante, forzándolo entre sus piernas.
Se mordió el labio. Implorar probablemente significaba más golpes
¿Por qué él no seguía?
La mano de Tyran se deslizó por sus piernas y agarró la barra
espaciadora. Ella cayó, pero la restricción la mantuvo en el suelo. Sus
piernas fueron levantadas y enseguida, su compañero se deslizó entre sus
piernas. Sus piernas estaban suspendidas en el aire hasta que la boca de
Tyran estaba a misma altura que el pene de Zander. Labios y dientes
pellizcaron sus bolas de una manera lúdica que casi lo volvió loco de
deseo. Entonces un beso aterrizó en la punta de su pene antes de volver
a tragar cada testículo apretado. Sus gemidos llenaban la sala. Luego
deslizó sus piernas hacia abajo, pero Tyran seguía a su lado. Sus penes
golpearon uno contra el otro, mientras que los labios se encontraron. Una
lengua presionada contra su boca. Cuando él se apartó, Zander se movió
para seguirlo con la boca, pero era imposible alcanzarlo en esta posición.
Las manos le frotaban los costados y Tyran deslizó su polla entre sus
mejillas, burlándose de él.
― ¿Te mereces mi polla?
Oh, sí. Pero él no era quien para decidir.
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― Eso depende de ti ― por último chirriaba.
― No, amor. No estás lo suficientemente rojo.
Él fue levantado y Tyran retrocedió detrás de la barra, sus pies cayeron
al suelo.
Frotó la raqueta contra su culo. Luego, dio otro golpe en cada mejilla.
Frotó el borde de la raqueta entre sus mejillas. Él estaba en llamas. Otra y
enseguida dos golpes más. No podía pensar.
― No está bueno todavía. ― Tyran le susurró al oído. ― Otros veinte
golpes en el culo y una jaula de pene alrededor de esto. ― Agarró sus
bolas y eje.
Los golpes continuaron. Perdió la cuenta. Entonces los azotes en las
nalgas se detuvieron ¿Él había terminado?
― La próxima vez, vas a contar cada uno cuando llegue a tu culo.
¿Sería posible?
Entonces, un golpe en el centro de su trasero.
Cada centímetro de piel chisporroteaba.
― Se acabó.
Colgó por un minuto antes de sentir la caída de sus piernas. Tyran frotó
cada tobillo antes de alejarse. En seguida, levantó la venda y se encontró
con los ojos de color marrón rojizo.
― ¿Quieres que me detenga?
Él negó con la cabeza. No, eso era lo que quería. Amor suave pero
firme.
Un brazo pasó alrededor de su cintura y él tenía las manos libres. Se
inclinó hacia el cuerpo fuerte de Tyran.
― Las manos detrás de la espalda.
― No. ― Se lamentó. Sus dedos picaban al tacto.
Una mano golpeó su culo dolorido. Saltó para seguir la orden y poner
las dos manos apretadas contra su espalda. Fue llevado a un lado de la
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habitación y luego, guiado hasta las rodillas.
― Chupa mi polla. Sin manos.
Esta era una orden que tuvo placer en obedecer. Se lamió los labios y
se inclinó y mordisqueó las dos bolas. Aspiró y estiró antes de deslizar la
lengua por el pene duro. Pre―semen goteaba de la punta. Saboreó el
sabor y chupó la esencia de su compañero.
Se movía arriba y abajo, tratando de obtener una respuesta. Era un
juego que estaba perdiendo. Los ojos de Tyran reconocieron el reto.
Después de un minuto, con las manos lo levanto y lo alejo de su delicioso
refrigerio.
Tyran lo presionó contra la pared.
Los dedos se presionaron en el culo.
― Estás caliente para mí. ― Él extendió la mano y agarró el lubricante
y trabajó para estirar su culo. Sólo horas habían pasado desde que había
sido presionado contra la pared de la ducha, por lo que tardó menos de
un minuto para estirarlo, lo que fue una buena cosa, porque ninguno de
ellos podía esperar mucho más.
― La próxima vez, voy a ver a cómo te preparas para mí.
Entonces los dedos salieron de su culo cuando una polla lo golpeó. No
había nada de gentil en la penetración.
― Me estás provocando, tratando de seducirme para dejar tu culo rojo.
― Un golpe llegó a su trasero. Tyran entonces dejó de moverse. Una
mano tocó la dureza entre sus piernas. Él no iba a durar mucho más
tiempo. Los movimientos eran primitivos y animalescos y le encantó.
Nunca antes Tyran lo había tomado así. Estaba dolorido, pero no
importaba. Lo único que importaba era tenerlo.
Su polla golpeó la pared y sus bolas se apretaron, pero tenía que
resistir la tentación de disfrutar. Si él se dejara ir, en seguida, habría otra
paliza, pero sería más como Tyran pasando horas recordándole que sólo
él decidía cuando Zander podría alcanzar el clímax. Bolas golpeaban
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contra su culo y luego Tyran salió lo suficiente antes de golpear devuelta.
Nunca había llegado tan profundo antes y cada embestida hacía que su
polla golpeara y masajeara su lugar especial. Entonces Tyran cogió su
pene, tirando de él hacia abajo y lo dejó rebotar.
Los dientes rozaron su cuello y enseguida, vibró cuando se hundieron.
Nada era tan erótico como alimentar a su compañero mientras aceptaba
su pene.
― Es el momento. Vente para mí. ― El ritmo se aceleró cuando una
gran mano lo empujó. Se puso tenso y se liberó, entonces, Tyran lanzó su
semen mientras el calor recubría su interior. El gran pene palpitó y
empujó en él antes de sacarlo lentamente. Sus rodillas se doblaron, pero
grandes manos lo levantaron de nuevo a los brazos de Tyran, cuando fue
llevado a la habitación.
Tyran lo acostó sobre su estómago y luego cogió el ungüento. La
loción fue extendida a lo largo de su culo rojo.
Zander se volvió. Fuego seguía ardiendo en los ojos de Tyran.
― Descansa. Esto es por la obra de arte en la pared. Después, te
castigaré por mezclar las etiquetas de sangre. Y luego, vamos a discutir el
cambio de la lista de inventario de Jonan.
Le susurró, sabiendo que esto era sólo el comienzo. Una sonrisa tiró de
sus labios y no podía esperar a sentir eso.
― Te amo por darme todo lo que necesito.
Tyran le pasó una mano por su espalda.
― Tú eres mi compañero y mi único amor. ― Lo besó en el hombro
desnudo. ― Pero todavía estás siendo castigado por las otras acrobacias.
Zander se rió. Él no lo quería de ninguna otra manera.
90
Capítulo Nueve
Tyran sonrió. Ahora, las bolas y la polla de Zander estaban encerradas
de forma agradable y apretada, y su compañero lo amaba. En el fondo,
Zander quería confiar en alguien para asumir la responsabilidad y sus
elecciones. Bueno, él era más cuidadoso que eso. 91
Zander no podría gozar con el vibrador que estaba dentro de su
trasero. Él pasó la mano por el mando a distancia. Con un toque, se
movería más rápido dentro de su compañero y lo levaría a retorcerse. Tal
vez, cuando regresara a la habitación, ataría las manos de Zander y lo
conectaría a toda velocidad.
― Capitán. ― Dijo Theo― Terminamos de atracar.
Él parpadeó. Habían amarrado y él no se dio cuenta. Zander era una
distracción fatal. Tal vez se quedaran durante unas semanas mientras él
se daba un festín con la carne de su compañero.
― Theo, ¿cómo está Alex?
Tyran no había visto al hermano menor de su compañero desde el
incidente del arte en la puerta de carga. Todo tipo de cosas podrían
haberle sucedido y él no lo habría sabido ¿Zander había hablado con su
hermano? Como Alex actuó bajo las órdenes de su hermano mayor, él
encerró al hombre en su habitación.
― No he estado cuidando de él ― Tyran admitió. Su nueva obsesión
con su compañero tomó todos los pensamientos e hizo que él
descuidase sus responsabilidades.
Theo se rió.
― Por fin te acuerdas de él. ― Una mano se posó en su hombro. ― No
te preocupes por Alex. El castigo no era nada duro. Yo no tuve que cerrar
la puerta. Permaneció en su habitación y se comió sus tres comidas como
pediste. Desde entonces, ha sido muy bueno. De hecho, más que bueno.
Está corriendo alrededor de la nave riendo y sonriendo. Sin ser
molestado, limpió la pared del compartimiento de carga. Luego se fue al
cocinero y se disculpó. Desde entonces, ha ayudado en la cocina. ― Theo
sonrió. ― Él ya no tiene miedo de nosotros y quiere ayudar. Observa
todo y comenzó a planificar su futuro. Incluso le pidió al médico que le
ayudará a ser un sanador.
Tyran estudió a su primer oficial.
― ¿Te gusta él?
92
Theo sacudió la cabeza.
― Él es una gran persona, pero no es mi compañero.
Confiaba en muy pocos hombres y la mayoría de ellos sobre la nave.
― Asegúrate de que nadie lo toque hasta que se considere un adulto
para su pueblo.
― Por supuesto. Todos a bordo de la nave, lo ven como un hermano
menor. Esto le molesta porque él no es un niño. Aun así, no es
físicamente fuerte. Los años de abandono llevaran un tiempo para
arreglarse, pero es mucho más pequeño que nosotros. Nadie va a dejar
que haga el trabajo pesado o duro. Él mira a los hombres que no le
toman en serio. Él no ve sus propias debilidades. Johan se rió y le dijo a
Alex que era adorable, eso sólo le enfureció aún más. Todo el mundo
entiende que se está abriendo camino.
― ¿Lo examinó Doc?
― Sí, y su cuerpo está bien. Él tenía algunos moretones, pero no tan
malo como tu compañero.
Hubo un tono de melancolía en la voz de Theo como si recordara a
alguien.
― ¿Te recuerda a Creel?
― Alguien se preocupa por mí. ― Sólo Theo lo podría provocar así. ―
Mi hermano fue considerado una decepción por nuestra raza, porque no
era material de guerrero. Pero eso no le impidió vivir. Además, está allí
fuera. Así que, lo volveré a ver.
― Ser inteligente no hace a una persona menos guerrero.
― Es cierto, pero, ser pequeño, con una pierna mala lo hace. Nuestros
padres nunca lo miraron. Ellos estaban avergonzados. ― Theo sonrió. ―
Zander y Alex entienden que nadie, a parte de ellos pueden apreciar sus
vidas. Nunca se vieron a sí mismos como una propiedad, por lo que
nunca aceptaron este destino. Creel era de la misma manera. Lo que mi
hermano no tenía en fuerza, estaba más que compensado con
93
inteligencia.
― Bueno, tú eres el mejor hermano mayor que conozco. Desde el
apareamiento, Alex es ahora mi hermano y no tengo idea de cómo
manejarlo. Él se está comportando y eso es genial, pero si él se porta mal,
entonces, ¿qué? Yo no soy su compañero, así que castigos más fuertes no
van a suceder. Lo peor que se me ocurre es encerrarle en tu habitación,
pero ¿cuánto tiempo eso va a funcionar? Él es un adulto. Zander puede
no verlo, pero yo sí.
Theo se rió.
― Él es un buen hombre. Zander es la persona más importante en su
vida, y él nunca pondrá en peligro eso. ― Hubo una larga pausa mientras
Theo estaba pensando en cómo hablar correctamente la siguiente frase.
― Se negará su propia felicidad y mantendrá las cosas en su interior
antes de lastimar a su hermano. En lugar de buscar el desafío, tienes que
mirar sus necesidades, porque no te las va a decir.
― ¿Qué quieres decir? ― Ahora, eso fue una sorpresa.
― Él solo come a la hora de las comidas y nunca toma una gran
cantidad de alimentos. Pensé que simplemente no tiene un gran apetito,
pero cuando Zander toma su plato y se lo llena con proporciones
considerables, él come. Ahora, me aseguro de que el cocinero ponga
suficiente comida en su plato. Él es muy delgado y no come lo suficiente
para llenar la barriga.
― Tu gran racha de protección está asumiendo. ― Entonces recordó
que Zander se hacía cargo de las comidas Alex. Suspiró. A partir de ahora,
tendría que cuidar de eso él mismo. En este momento se sentía como un
fracaso por no darse cuenta de algo como esto.
― Es verdad. Pero tener un hermano pequeño hace que sea más fácil
para mí entenderlo y protegerlo.
― Así que, ¿no hay nada entre vosotros? ― Necesitaba saber si algo
estaba pasando. Si Theo desobedeció y se aprovechó del otro hombre,
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entonces tendría que lidiar con eso.
Theo se rió.
― No, no es mi pareja. Él tampoco es mi tipo. Me gusta alguien que
me desafíe. Alex quiere complacer a alguien. Por otra parte, nunca
explotó su lado sexual. Ahora, él no sabe lo que quiere o no quiere. Yo no
soy el tipo de hombre para enseñarle.
Él resopló y pensó que si Alex descubriera que le gustaba alguien, ni
siquiera Theo podría evitar que tratara de conseguir al objeto de su
afecto en la cama. Abrió la boca, a punto de decir algo en ese sentido
cuando la luz del comunicador brilló. Tyran se estremeció. Sólo una
persona tenía acceso a esa línea.
Theo levantó una ceja. ― ¿Problemas?
Esa era una buena pregunta. Él no había matado a nadie desde la
última vez que estuvo en su planeta de origen. Todas las órdenes fueron
seguidas ¿Qué quería el rey de él? Golpeó los dedos. Mientras que el
hombre podía ser su primo, nunca actuó como familiar. Se conocieron en
funciones reales y a veces hablaron, pero eso era todo.
Apretó el botón para recibir y un mensaje pregrabado apareció en la
pantalla. Una risa escapó antes de que pudiera detenerla. Sólo Kwan no
esperaría una respuesta. En lugar de ello, grabó el mensaje y continuó
con su día.
― Debe estar ocupado ― dijo Theo.
― Sí, estoy seguro. Su reputación de jugar y follar debe llenar sus
noches. ― El hombre era un playboy que no tenía experiencia para
gobernar adecuadamente, pero en las últimas décadas, había
demostrado ser competente y justo. Si esto continuaba, él sería uno de
los mejores gobernantes de su mundo. Por supuesto, esto sólo sucedería
si mantenía su pene metido en sus pantalones. El año pasado, un amante
trató de matarlo y otro quería forzar una ligación de apareamiento.
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― ¿Quieres que lo lea? ― Preguntó Theo.
Él negó con la cabeza. El mensaje no se inició con un saludo casual. No
fue una sorpresa. Lo único que le preocupaba era la orden de una frase.
― Él quiere que Zander, Alex y yo comparezcamos ante él.
Theo silbó. ― ¿Qué?
― Exactamente. ― La ira llenaba su cuerpo. Nadie ordenaba que su
compañero se presentase. Él hacía esas opciones por Zander.
― Voy a enviar Jonan para investigar la orden. Su primo está a cargo
de los guardias del rey ― Theo dijo antes de marcharse.
Él no era bueno en esperar, nunca lo había sido. Los dos hombres bajo
su protección habían sido intimados a comparecer ante un rey que no
debería saber acerca de su presencia en su nave. Sólo había una manera
de que Kwan se enterara de sus dos pasajeros y esto sólo podría haber
ocurrido si alguien lo había contado. La raya protectora comenzó a
encenderse al pensar en los peores escenarios. Sí, la espera fue dura, pero
su mente le dio mucho que pensar.
Después de una investigación de treinta minutos, los dos hombres
regresaron.
― Cazadores de recompensas llegaron al palacio para exigir su
devolución. ― El tono sin broma de Theo indicó que el hombre no estaba
contento con este giro de los acontecimientos.
― No sólo eso. Hace tres días, el tío de Alex y Zander llegó al palacio,
reclamando la propiedad de los dos hombres. ― Johan miró a su
alrededor cuando pronunció las palabras que él temía.
― Propiedad ― susurró. Zander era suyo. Su vínculo de apareamiento
era la certeza de ello. Alex era su familia, pero nadie lo poseía y por las
leyes de su planeta, no era libre. Los otros dos hombres también
reconocieron la verdad. Sólo podía reclamar a Zander.
― Vosotros dos vendréis conmigo al palacio. Theo, junta todos mis
fondos y mantén la nave en estado de alerta. Voy a comprar a Alex si es
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necesario, pero si no puedo, no voy a dejar a mi nuevo hermanito ir sin
una pelea.
― ¿Estás seguro? Si lo robas, serás un fugitivo. ― Theo le dio una
mirada dura.
― No voy a dejar que se vaya. Se lo debo a mi compañero. Además, yo
no puedo entregarlo para una vida de servidumbre sexual. Voy a ser un
fugitivo antes de permitir que eso suceda.
Ambos hombres asintieron.
― A la mayor parte de la tripulación de la nave le gusta y van a luchar
a tu lado ― dijo Theo. ― elegiste a los mejores y todos ellos tienen una
conciencia.
Él asintió con la cabeza.
― Yo conozco a Kwan. Seguirá las reglas, pero no me impedirá salir.
Pondrá precio a nuestras cabezas si se trata de eso, pero no va a tratar de
traernos de vuelta. Él me dejara elegir. A pesar de que Kwan odia la
esclavitud, sus manos están atadas por las leyes del universo.
No importa cómo, él mantendría a Alex seguro. Se levantó y se dirigió
hacia la puerta. No había forma de que él dejara a los hermanos saber
acerca de sus planes, pero esperaba que Zander confiara en él lo
suficiente como para creer en él y seguir su ejemplo.

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Capítulo Diez
Alex se movió mientras trataba de mantener la calma, pero él estaba
muy nervioso.
― Voy a conocer a un rey. ― Miró de Zander a Tyran como un hombre
flotando. Alex siempre quiso conocer a la realeza. Su hermano creía en 98
gobernantes justos. Para él, los reyes eran héroes. Sus sueños de cuentos
de hadas no le molestaron antes, pero si Alex confiase ciegamente causa
de una idea romántica sobre derechos de autor, estaría abierto al peligro.
― ¿Por qué estás tan emocionado? ― Zander frotó la cabeza de Alex.
― Zan, es un rey. Él nos mantendrá a salvo. Son buenos chicos que
protegen a su pueblo. ― Le dio una palmada apartando la mano de
Zander.
Sí, era peor de lo que pensaba. Tal vez le había contado a su hermano
muchas historias con el elenco de reyes y príncipes como héroes. Miró a
Tyran, en silencio pidiendo ayuda. Alguien tenía que hacer estallar su
burbuja, o al menos a vaciarla un poco.
En cambio, Tyran dio Alex una media sonrisa antes de caminar delante
de ellos.
Este movimiento le tenía preocupado. Esperaba más, y Tyran siempre
cumplía. Algo estaba sucediendo.
― Bien, estás ahí ― dijo una voz viscosa.
Reconoció el tono áspero y se endurecido. Después de unos segundos,
se volvió hacia el hombre fornido que había aterrorizado su vida. Alex se
acercó a él. Su hermano comenzó a temblar, pero hizo todo lo posible
para ocultar su miedo.
― ¿Quién diablos es usted? ― Preguntó Tyran. La rabia se derramó su
compañero. Zander nunca sintió tanta crueldad en su pareja. Eso no le
asustó. Nada en Tyran le asustaba.
― El propietario de ellos. ― Señaló con un dedo regordete hacia ellos.
Tyran avanzó. Él agarró a Hogg por la parte delantera de su chaqueta y
lo tiró contra la pared.
La mano de Theo descansó sobre el hombro de su capitán. La sala
estaba llena de guardias.
La cara del cerdo se puso morada cuando Tyran lo recogió del suelo
por el cuello de su chaqueta.
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― No me gusta su tono. ― Tyran dejó que las palabras se hundieran
antes de continuar. ― Ellos no son de su propiedad. Estos hombres no
son esclavos.
Hogg lo miró. No era un hombre fácil de asustar, pero Zander
reconoció el miedo del hombre que una vez lo había aterrorizado
tratando de ocultarse.
― Nosotros no le pertenecemos. ― Alex se acercó. ― Sólo si nos deja
en paz. Todos podemos seguir adelante. ― Su hermano estaba tratando
de razonar con su tío, pero Zander sabía que no iba a funcionar.
La mirada fría obligó a Alex a volver. Zander avanzó dispuesto a dar al
hombre un pedazo de su mente, pero una mirada de Tyran lo detuvo.
― Déjeme dejar esto claro. ― El tono frío de Tyran envió un escalofrío
por su espalda. ― Usted nunca conseguirá sus manos sobre ellos. Un
hombre inteligente se iría y los dejaría ir. Pero usted es uno de los
hombres más estúpidos que he conocido.
Hogg abrió la boca para hablar, pero Tyran lo presionó contra la pared,
silenciando todas las palabras.
― Estos dos hombres son su familia, y en lugar de alimentarlos, quiere
venderlos. ― Tyran se rió. ― Si yo fuera usted, me acostaría con las luces
encendidas. No se sabe cuándo podría hacerle una visita. Las luces no me
detendrán, pero al menos podrá ver su muerte inminente. Continúe en
este sentido y será una muerte dolorosa. Sus gritos llenarán la casa que
en la que los mantenía encerrados.
― Basta ― Theo finalmente logró sacar los dedos de Tyran de la
garganta de su tío. Los guardias se movían y Tyran se acercó a ellos.
La sala se llenó mientras los hombres sacaban a su tío.
― Yo me encargo de eso. Trata de mantenerte alejado de los
problemas. ― Theo siguió detrás de los guardias.
Zander agarró la mano de Tyran.
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― Gracias ― susurró. La ira se mantuvo dentro de su compañero.
― Quiero matarlo. Algún día lo haré.
Zander asintió.
― No vale la pena. Mi vida está contigo. Él ya no importa, porque te
amo. Quiero seguir adelante, no vivir en el pasado. Su muerte no vale
nuestras vidas.
Tyran se inclinó y le dio un beso y luego tiró de Zander en un abrazo
amoroso.
― No me gusta que alguien te hiciera daño. Quiero rasgar su garganta.
Los colmillos de su compañero comenzaron a crecer con el
pensamiento.
― Oh no, no lo hagas. El único cuello que morderás es el mío.
Por fin, la ira comenzó a disiparse.
― Me gusta cuando estás todo celoso.
― Será mejor que no tenga una razón para estar celoso.
― Me siento en paz cuando estás a mi lado. No es necesario estar
celoso porque te amo
Zander sonrió.
― Lo sé. Y tú tienes el resto de nuestras vidas para mostrarme cuánto.
Alex tosió.
― ¿Ustedes dos no han terminado? No es que me importe, pero
llegaré tarde. Normalmente esto no me importaría, pero vamos a
encontrarnos con un rey.
Zander puso los ojos en blanco. Se había olvidado, pero estaba claro
que su hermano lo recordó. Se apartó y los tres continuaron por el
pasillo.
La habitación de la derecha parecía salida de un cuento de hadas, lo
que fue confirmado por el suspiro alto y claro que escapó de los labios
de su hermano. Pero nada era tan impresionante como el gran hombre
sentado en el gran trono.
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Las personas llenaron la sala, de guerreros a criados.
― Hola, Kwan. ― El tono Tyran tenía respeto.
Zander tiró de la manga de su pareja, no sabía qué hacer.
― Causando problemas otra vez. ― El rey sacudió la cabeza. Su pelo
oscuro y rizado se movió con la cabeza. ― Dime, querido primo. ¿Por qué
estás siendo acusado de haber robado por un hombre muy molesto que
grita demasiado para ser considerado inteligente? Hombres estúpidos
pueden ser peligrosos. Él amenaza con llevarte a las autoridades por
secuestrar a sus sobrinos.
Las autoridades consistían en un consejo formado por los planetas más
fuertes. Se encargaban de las controversias entre las razas, que nunca era
fácil. Cada planeta tenía diferentes reglas y discutían ante una comisión
imparcial. La autoridad hacía que el proceso funcionara bien.
Zander bajó la cabeza. La culpa cayó sobre él. Después de semanas de
protección, ¿que tenía él que ofrecer, aparte de peligro? Nada. Tyran no
necesitaba enemigos mientras Zander dormía a su lado.
Alex le estiró la camisa, pero no podía hacer frente a su hermano
menor. Él no fingió que no tenía respuestas para él. La verdad no
cambiaría. Él no podía proteger a Alex, e incluso su hermano se había
dado cuenta. Su destino estaba en manos de Tyran.
― Kwan, quiero presentar a mi compañero. ― Inclinó la cabeza hacia
Zander.
Zander se inclinó, pero no estaba seguro sobre que decir. Era mejor
estar en silencio puesto que su boca a menudo lo metió en problemas. Lo
último que necesitaba era dejar escapar algo así como "comes niños o
¿cuando tienes tiempo para hacer ejercicio?” El hombre debía de haber
pasado horas haciendo ejercicio. Era de acero duro.
― Hermoso, pero él es un fugitivo. ― Kwan asintió. ― Las reglas son
específicas y se consideran una propiedad.
Alex se balanceó detrás de él mientras las palabras se hundían.
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― Él es mío.
Kwan levantó una mano.
― Por supuesto. Como tu compañero, él es ahora uno de nosotros. Eso
va a ganar cualquier desafío, pero el hermano debe volver. Esta
protección no se extiende a la familia.―
― No ― dijo Zander. Alex estiró su camisa, en silencio diciéndole que
se callara. ― Mi tío va a venderlo al mejor postor. No voy a dejar que se
convierta en un juguete sexual para un grupo de pervertidos.
― Tú no vas a permitirlo. ― Los ojos oscuros del rey barrieron sobre él.
Su rostro no tenía calor, solo una expresión mortal y amenazante que
dejó sus rodillas temblando. Su tío con los puños pesados y la tortura
parecía un gatito comparado con este hombre.
Tyran pasó un brazo alrededor de su hombro. Dejó el poder de su
compañero infiltrarse en él.
― Alex es de la familia. Él es mi hermano. ― Tyran no retrocedió, y por
eso Zander quería besar al hombre.
― No podemos robar la propiedad de otro hombre. ― El rey suspiró,
lo que le hacía parecer menos malo. ― No justifico la esclavitud, pero no
podemos ignorar las reglas de otros planetas.―
Alex gimió.
― Estamos hablando del hermano de mi compañero. Él está vivo y
capaz de tomar sus propias decisiones.
― Tyran, yo reconozco a tu pareja, pero eso es todo. El otro hermano
regresará. ― Los guardias vinieron y Zander cogió a Alex. Ellos tendrían
que arrancar a su hermano de sus brazos antes de dejarlo ir.
― Zan, está bien. ― Alex le acarició la espalda. ― Voy a volver ― Su
hermano menor se apartó de él.
Él intentó agarrar el brazo de su hermano para empujar de nuevo a su
103
espalda, pero Alex se escapó y dio unos pasos vacilantes hacia adelante.
Los guardias lo rodearon, pero en comparación con su gran estatura,
Alex no tenía ninguna posibilidad.
― Lo voy a comprar ― dijo Tyran. ― Pon un precio. Como rey, el
hombre lo aceptará.
Los ojos del rey nunca dejaron a Alex. Su hermano abrazó su cuerpo
apretado y se estremeció cuando uno de los guardias alargó la mano
para sujetar su brazo. Tyran se aproximó al rey.
― Que nadie se mueva ― el rey ordenó. Su voz era letal mientras
caminaba hacia Alex, olfateando el aire.
Zander ignoró la orden. Dio un paso adelante en un intento
desesperado para tratar de llegar a su hermano, pero Tyran lo sujetó.
― ¿Estás de acuerdo en volver? ― Le preguntó el rey a Alex.
― No voy a ser una carga. ― Alex miró hacia abajo. ― Soy una
persona. No quiero ser un esclavo, pero no puedo luchar. Esto no
significa que voy a sacrificar la vida y la libertad de mi hermano. ― Podía
oír las lágrimas en la voz de su hermano, pero el joven levantó la barbilla
en un intento de demostrar fuerza.
El rey se puso de pie delante de Alex. Zander trató de llegar a su
hermano, pero Tyran no lo dejaba ir.
― Mírame a los ojos ― el rey ordenó.
Alex se puso rígido. Su cuerpo temblaba con la cabeza inclinada hacia
arriba. El rey Kwan se inclinó.
― No tengas miedo.
La voz suave y gentil le sorprendió.
Alex levantó la barbilla.
― No tengo miedo.
Zander puso los ojos en blanco. No, él no tenía miedo, solo estaba
aterrorizado. El rey sonrió, pero sus ojos brillaban con la comprensión.
― Claro que no. Eres muy valiente.
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Alex asintió.
― Volveré. No se enfade con Tyran o Zan.
― Eso es imposible.
Alex tragó.
― Entonces, tire su enojo en mí. Yo soy la causa de todos los
problemas. Zan pertenece a Tyran, pero yo...
Su hermano no iba a decir la palabra esclavo.
Kwan extendió la mano y frotó la cara de Alex.
― ¿Sabes lo que me estás pidiendo?
― Si golpeándome los salvo, puede hacerlo. Mi tío tiene previsto
hacerlo peor. Además, yo estoy acostumbrado a ello. ― Alex se encogió
de hombros, como si dejar que el rey le golpeara no fuera un gran
problema.
Los ojos de Kwan se volvieron asesinos.
― Él te golpeó. ― Las palabras fueron un cuchillo afilado.
― A veces. Golpeó más en Zan, pero puedo soportarlo. No lucho como
mi hermano, así que después de un tiempo, se da por vencido. Está
enfermo y le gusta verme llorar. Es fácil de hacer. ― Alex trató de pasarlo
como si no fuera gran cosa, pero el cuerpo tembloroso no convenció a
nadie.
― ¿Por qué crees que estaría satisfecho haciéndote daño?
― ¿Eso no lo resuelve? Está muy enojado. Lo entiendo. ― Alex forzó
una sonrisa.
― Kwan, ¿qué está pasando? ― Preguntó Tyran. ― Sé que no le harás
daño.
― Por favor, no luches ― Alex declaró. Su hermano se puso a llorar
antes de que la suave agitación se convirtiera en sollozos mientras la
valentía forzada se agrietó, sustituida por la tristeza desgarradora.
Zander trató de llegar a su hermano, pero Tyran no lo dejaba ir.
El rey atrajo a Alex en un abrazo amoroso. Le pasó la mano por la
105
espalda a su hermano pequeño.
― Él es inocente. No voy a dejar que se venda como esclavo sexual ―
dijo Tyran. ― Déjame comprarlo.
Las palabras esclavitud sexual hizo que la mirada del rey se viera diez
veces más letal, pero su mano todavía sostenía a Alex suavemente.
Zander ingirió.
― Nadie va a comprarlo. ― Todos en la sala se congelaron con el tono
del hombre. ― Él es mío. Mi compañero nunca será vendido como
propiedad. ― Escupió la palabra propiedad.
Los guardias de pie cerca de Alex dieron un paso atrás. El mundo de
Zander comenzó a girar. Esas palabras significaban una cosa. El rey era el
compañero de Alex.

FIN
106

02 El Compañero del Rey


Sobre el autor

Sydney nació y se crió en el noreste de los Estados Unidos. Le encanta


leer fantasía, contemporánea, y las novelas románticas paranormales.
Después de años de devorar un libro tras otro, Sydney comenzó a escribir
sus propias historias. A ella le gusta crear personajes complejos y tirarlos
juntos y dejar que la historia se escriba a sí misma. Sydney se conseguirá
a menudo hasta horas antes del amanecer para escribir otro capítulo o
leer el capítulo escrito el día anterior. Ella tiene una agenda muy ocupada,
pero se pone creativa cuando se busca el tiempo en el día para escribir
107
por momentos.

Q: ¿Cuál es tu día de escritura?


A: me levanto muy temprano. Me despierto alrededor de las 3:30 am a
4:00 am. Esto me da tiempo para escribir antes de trabajar. Ya que soy
una persona de mañana, me parece tiempo productivo. Mi unidad de
trabajo es de aproximadamente una hora. A veces hablo la historia para
ver si tiene sentido. Al final del día, trato de pasar una hora o dos de
escritura y la revisión, pero no soy tan exitosa. Sigo este horario durante
los días de semana, pero los fines de semana, trato de escribir más.

Mi sitio web en www.sydneylain.com para obtener información


reciente y la información de contacto. Actualizo mi feed de Twitter al
menos una vez a la semana. Que está situado en
https://twitter.com/Sydney_Lain.
Me encantaría saber de mis lectores.
Traducción y Corrección
LORETO

Lectura Final
KALEB
NO
Edición y Diseño FACEBOOK108
IPHI ni ninguna
red social

Si lo ponen para descargar en su blog, agradezcan y


conserven el formato. Y Gracias por ponerlo
Es de fans para fans y no recibimos ninguna
compensación económica por las traducciones que
realizamos.
Espero que les guste.
Y no olviden comprar a los autores, sin ellos no
podríamos disfrutar de estas maravillosas historias

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