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Joachim Christi

Muletillas en el español hablado

0 N otas introductorias

Hasta ahora, las gramáticas de la lengua española no se han intere­


sado nada por una descripción funcional de las muletillas;1 en los
diccionarios por lo menos se encuentran algunas informaciones más o
m enos útiles con respecto a esas unidades lingüísticas.2 Sin embargo,
teniendo en cuenta la alta frecuencia con que aparecen las muletillas en
el habla cotidiana, parece oportuno hacerse algunas reflexiones acerca
del funcionamiento y la importancia de tales medios expresivos para el
coloquio.3
El presente trabajo, síntesis de una investigación m ucho más
amplia,4 trata de dem ostrar que existen dos grupos de muletillas: uno
comprende recursos con una función m eramente retardataria, el otro
elementos que cumplen misiones im portantes para la organización de
u n discurso, así como para la realización de una conversación. El
trabajo está basado en un corpus de unas 26 horas de conversaciones
totalm ente espontáneas grabadas en la ciudad argentina de San Miguel
de Tucum án. El núm ero de informantes es de 17; se han considerado

1 H an sido consultados: A lcina F ranch / Blecua (41983), Bello (1981), B utt/B enja-
m in (21989), Criado de Val (1958), G ili Gaya (121972), H ernández A lonso (1984),
M arcos M arín (21984), Real Academia Española (101985) y R. Seco (101979).
2 H an sido consultados: el D iccionario Planeta (1982), el G ran D iccionario (1985),
M oliner (1984), Real Academia Española (201984) y el V ox (®1986).
3 El p rim er trabajo sobre el español hablado que considera tam bién algunas
muletillas es el de Beinhauer (31978 [versión alemana: '1929]); a continuación han
aparecido las contribuciones im portantes de Gorgas (1969), M artinera (1976 y
1980), Steel (1976 y 1985), Vigara Tauste (1980), Feldm ann (1984), Fuentes R o d rí­
guez (1990a y 1990b) y C ortés R odríguez (1991).
4 Cf. C hristi (1992).
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diversos grupos de edad, diferentes niveles socioculturales y ambos


sexos. A continuación voy a dar algunas indicaciones con respecto al
m étodo de transcripción que he aplicado para la reproducción más o
m enos auténtica de las conversaciones:

A, B, C, ... participantes en una conversación


X realizador de la grabación
A A A , BBB, C C C , personas mencionadas en una conversación
este sonido alargado
(. ) parte no inteligible
(gitanas) duda del transcriptor
((ríe)) indicaciones sobre factores extralingüísticos
respiro
pausa breve
pausa larga
pausa m uy larga
enunciado no acabado
corte
interrupción de un tu rn o en curso
L secuencia simultánea

datos personales de los informantes:


a: nivel sociocultural alto m: sexo masculino I: 18 - 35 años
b: nivel sociocultural medio f: sexo fem inino II: 36 - 55 años
c: nivel sociocultural bajo III: 56 - °° años

1 Acerca del térm ino 'muletilla'

Para comenzar, hay que preguntarse qué es lo que se entiende


generalmente por "muletillas". Según Y nduráin (1964: 2), muletillas
son "palabras sobre las que vamos descansando y tom ando impulso en
el esfuerzo de hablar". El mismo autor (1965: 3) habla tam bién de
"palabras desprovistas, mejor dicho, despojadas de sentido, y utilizadas
como mero soporte en la conversación"; denom ina muletillas a expre­
siones como pues y o sea. El carácter de apoyatura se pierde totalm ente
en la definición que da M oliner (1984, II: 474): para ella, una muletilla
es una "palabra o expresión de las que se intercalan innecesariamente
en el lenguaje y constituyen una especie de apoyo en la expresión".
Muletillas en el español hablado 119

Considera como muletillas elementos como ¿no?, pues, ¿verdad?, y tal,


etc. La misma valoración negativa se puede constatar en el Diccionario
Planeta (1982: 853) y el Gran Diccionario (1985: 1339): ambos diccio­
narios califican de muletilla a "una expresión que se repite innecesaria­
m ente en el lenguaje" y a "una palabra o frase que se repite innecesa­
riam ente al hablar". U na postura m ucho más purista adopta Góm ez
Torrego (1985: 170): "Es demasiado frecuente el empleo de 'muletillas'
en exposiciones orales; ello denota torpeza, vacilación y desorden
mental". Según él, las muletillas más frecuentes son o sea, bueno, pues,
esto, ¿no?, y tal, tal y cual y digamos. Lope Blanch (1983: 160) les asigna
a las muletillas sobre todo un valor retardatario, aunque ciertos
elementos pueden servir también para mantener la atención del oyente
y estrechar el contacto con éste:

Abundan en ella [en el habla popular] formas "vacías" de contenido


específico; formas huecas, de diversa naturaleza y de distinta función.
(-)
En general, esas muletillas sirven para proporcionar al hablante el tiempo
necesario para que vaya organizando mentalmente su elocución. Son,
pues, formas dubitativas que amparan las vacilaciones expresivas de la
lengua espontánea, peculiares de la improvisación elocutiva. (...). Otras
veces (...) sirven para mantener la atención del interlocutor, haciéndole
participar de algún modo en la exposición oral, a la vez que propor­
cionan también al hablante el tiempo indispensable para ir organizando
su pensamiento y para seleccionar las estructuras correspondientes (...).

Lope Blanch (1983: 160ss.) llama muletillas a unidades como pues, este,
entonces, bueno, ¿no?, ¿verdad?, ¿entiende?, digamos, etc.
Sin embargo, teniendo en cuenta que la palabra 'muletilla' procede
de 'm uleta', será más conveniente acentuar el carácter auxiliar de tales
unidades léxicas que han perdido su significado originario y no hablar
tanto de expresiones innecesarias. U n prim er paso en esa dirección
constituyen las declaraciones de N arbona Jim énez (1989):

(...), conviene decir que la afirmación de que la frase coloquial es breve y


de que en ella no abundan los términos de subordinación, aun en el caso
de que estuviera empíricamente comprobada, sería escasamente revela­
dora. La falta de un diseño previo de los enunciados provoca, es cierto,
una sintaxis básicamente acumulativa, pero se trata de una técnica muy
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distinta de la conocida como yuxtaposición, y desde luego muy alejada de


lo que los gramáticos se limitan a calificar de oraciones "independientes".
Tal estilo acumulativo — que, lógicamente, da lugar a frecuentes "ruptu­
ras" y "transgresiones" de los moldes sintácticos cultos — se ve en gran
parte compensado (aparte de por la utilización de abundantes recursos
dramatizadores y de vivificación de la actuación lingüística) por la cons­
tante aparición de expresiones de encadenamiento ilativo y ordenadoras
del discurso: bueno, pues, entonces, luego, encima, además, etc. Aunque
algunas de ellas se usen muchas veces como "muletillas" de escaso poder
articulador, no vale calificarlas de elementos supérfluos o de relleno, ya
que constituyen auténticos asideros como engarces textuales. (...)
(Narbona Jiménez 1989: 166)

Todo el coloquio está salpicado de bueno, entonces, o sea (que), solos o


combinados algunos entre sí {bueno, pues-, pues entonces-, entonces, pues-,
etc.), y si bien es cierto que se han convertido en verdaderas muletillas de
escaso poder articulador, al menos hay que admitir que reflejan una clara
voluntad superadora de una organización sintáctica basada en la mera
yuxtaposición, concepto que, por lo demás, no puede entenderse como
un tipo especial de relación sintáctica que se sitúe en el mismo plano que
la coordinación y la subordinación. Una cosa es que una sin taxis escasa­
mente elaborada acuda insistentemente a asideros o apoyos distintos de
las conjunciones enumeradas en nuestras gramáticas, y otra muy distinta
calificarlos de elementos supérfluos o sobrantes, dado que en muchos
casos resultan imprescindibles como engarces textuales. (...)
(Narbona Jiménez 1989: 187)

Pero muletillas como bueno u o sea no sólo cumplen un papel im por­


tante en el nivel sintáctico de textos orales, sino que contribuyen
también de forma esencial a la realización de toda una conversación, lo
que intentaré dem ostrar a continuación.

2 D os tipos de muletillas

A ntes de pensar en un análisis más detallado, es imprescindible


distinguir entre dos tipos principales de muletillas.
Existen muletillas de función expletiva cuya única utilidad consiste
en superar las vacilaciones expresivas que amenazan la fluidez de la
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enunciación espontánea. Este fenóm eno se ilustra perfectamente por


los ejemplos 1 y 2:

(1) Contexto: H habla de su casa.


H: (...). ... Ésa la adquirí cuando yo trabajaba, no es cierto, cuando
trabajaba en relación de dependencia. Y tenía un sueldo, digamos,
mensual Y yo tengo que seguir manteniéndome en ese nivel ...,
porque yo no voy a ir al pozo, no puede ser, ¿no es cierto? Uno ya
está acostumbrado, digamos, a un nivel ° de vida, ¿no es cierto?
Vos, digamos, si, si vas, si vas a mejorar, mejor para vos. ... O si te
mantenés ahí, bueno, pero ya más abajo, ya abajo ya no va la cosa,
no es cierto, ya no va. ... Entonces ... eso es lo que yo quiero seguir,
seguir manteniéndome ahí, como, como estaba, como venía. No,
digamos, qué sé yo, uno tirarse a grande, así, agrandarse, ¿no? No,
no, sino ya ° mantenerse. Nada más que ° mantenerse, digamos,
bien, ¿no es cierto? Comer bien, y bueno, vivir bien, digamos, la
cosa. No, digamos, mucho lujo, ¿no? Pero ° mantenerme como lo
venía haciendo, ... que durante los años lo venía haciendo. ... (...)
(H: b, m, II)

El hablante, al form ular su discurso, carece de una suficiente elabora­


ción mental previa, lo que propicia un estado de inseguridad expresiva.
El uso de las muletillas digamos, qué sé yo y así obedece a la necesidad
de llenar los vacíos y ganar más tiem po para la organización del dis­
curso.

(2) Contexto: A se refiere a un documental alemán que daban en la televisión


argentina.
A: (...). Daban un documental | era e m este — ¿cómo te puedo
decir? — era par | eran pedacitos, ¿no es cierto?, de este, por ejemplo
de ciencias, de este . . . , de moda, de este, de adelantados este, así,
industriales, este, y bueno, cosas musicales, a veces daban pedacitos
así de festivales, este, así de festivales, este, así, que hacen para, para
Beethoven, para ... | bueno, esos festivales, así, entonces te muest |
X: |_Mhm.
A: te mostraban paisajes o este, lugares, o pueblos, o lo mismo en
en ese ... Tevematch — ¿cómo era? — ... Telematch es, ¿no?, Tele-
X: LTelematch.
A: match. Este ahí se mostraban los pueblitos, los lugares de, de donde
era cada delegación (...).
(A: b,f,II)
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P o r m edio de las formas este, ¿cómo te puedo decir?, así y ¿cómo era? la
hablante cubre los vacíos dejados por unos titubeos que rom perían la
continuidad del discurso.
H ay otros elementos, en cambio, que tienen valores com unicati­
vos de gran variedad. El uso de tales muletillas de función comunicativa
se puede ilustrar po r los ejemplos 3 y 4:

(3) B: Ayer iban dos en el en el en el tres que he tomado, has visto, para
ir hasta la terminal, iban dos muchachos en el último asiento,
justo me paro y — una cuadra antes de la parada para bajarme —
y había unas gitanas sentadas en una caja, así en ... | y uno le dice
al otro: "Hermano, ayer he visto la gitana más divina que hay
en el mundo." "Vos no sabés lo que era esa gitana.", dice. "Yo no le
A: L(Qué desastre ( ) las gitanas.)
B: he mirado nada, la ropa, nada. Dos faroles azules, así tenía en la
cara", dice. "¡Qué cosa preciosa que era esa gitana!" Y se ha enloque­
cido con la gitana. Y el otro le decía: "No", dice, "pero no sirven las
gitanas." — "Pero ésta no, ésta era una muñeca, divina, la gitana",
dice. "Vos no sabés lo que ((ríe)). Y ya me bajaba yo, y han segui­
do conversando de la gitana. Enloquecido, dice: "Una belleza", la
gitana. Son lindas, las gitanas. Vos las miras bien y son lindas.
(B: b, f, II)

En este ejemplo se puede constatar que la muletilla y, lejos de funcio­


nar como una conjunción coordinativa, sirve para m arcar el avance de
la narración, introduciendo cada vez un nuevo paso narrativo. Así
juega un papel m uy im portante en la composición del relato.

(4) H: (...). Trabajé en una empresa, trabajé en una empresa y, bueno, eh


anduve mal en esa empresa, por ser trabajador anduve mal. Mira vos,
¿no? Al revés. Al revés. Por ejemplo, ... yo tenía un grupo de gente,
sabés, que yo lo manejaba, yo era el jefe, ¿no es cierto? Entonces,
este, esta gente, por supuesto, eh . . . tiene que cumplir su horario,
¿no es cierto? ... Tiene que eh rendir, digamos, en su trabajo°lo
suficiente, ¿no es cierto? ... Entonces yo, por hacerlos rendir lo
suficiente, anduve mal con la empresa. ¡Qué opinas vos!
(H: b, m, II)
M uletillas en el español hablado 123

Aquí, el hablante emplea varias veces ¿no es cierto?. La prim era ocu­
rrencia se sitúa después de la introducción de una inform ación adicio­
nal, desconocida por el oyente; mediante el apéndice el hablante
pretende que su interlocutor integre la nueva inform ación en sus
conocim ientos sobre el m undo. En los otros dos casos, ¿no es cierto?
aparece a continuación de una opinión subjetiva y sirve para solicitarle
al oyente su asentimiento y apoyo. Pero el hablante no le crea la
obligación de responder, sino que le insinua simplemente su conform i­
dad con lo expresado. Así, el oyente tiene que asumir parte de la
responsabilidad y se transform a en el "cómplice" del hablante.
Por último, hay muletillas que son expletivas y comunicativas a la
vez. Consideremos el ejemplo 5:

(5) Contexto: X quiere que A le indique su domicilio en un plano.


X: Aquí estamos nosotros. ¿Por dónde vives más o menos? Aquí esta­
mos nosotros. ... Ahora.
A: LMhm. Bueno, yo vivo ... por allá ((gesto)).
X: Enton­
ces por acá ((señalando al plano)).
(A: c, m, I)

En este ejemplo se puede ver cómo bueno cumple ambas funciones. En


prim er lugar, por medio de esa muletilla, el hablante señala que ha
entendido la pregunta de su interlocutor y que está po r contestarla; en
segundo lugar, el hablante gana más tiem po para ir form ulando la
contestación.
Tam bién se da el caso de que una muletilla primordialmente exple­
tiva adopte tam bién una función comunicativa, lo que quiero demos­
tra r con el ejemplo 6:

(6) Contexto: Se habla del servicio militar.


A: (...).
X: ¿Y a vos te gustaría ser milico?
A: No, milico no me gustaría ser,
pero.. Y bueno. Yo, lo que me pongo a pensar, por ejemplo, es en
una casa, en tener una cama |
((Entra otra persona. Se produce una breve interrupción. Después sigue
la conversación.))
124 Joachim C hristi

A: Este me pongo a pensar: qué va a ser el día mañana de mí, ¿has


visto?, en qué parte voy a trabajar, si yo quiero hacer | o si viviré o
no viviré, ¿ves?, pero yo siempre tengo fe que, que viviré, ¿ves?, (...).
(A: c, m, I)

Por una parte, la muletilla este le proporciona más tiem po al hablante


para la continuación de su discurso; esa función retardataria se ve acen­
tuada po r el alargamiento de la e final. P or otra parte, cumple la
m isión de reestablecer el hilo comunicativo, perjudicado po r la inte­
rrupción de la conversación.

3 Las m uletillas de función comunicativa

En cuanto a las muletillas con valor comunicativo, se puede distin­


guir entre cuatro clases:

4.1 Muletillas de inicio

Las muletillas de inicio introducen enunciados aislados o todo un


conjunto de enunciados. En el ejemplo (7) se puede ver que la expre­
sión a ver funciona como iniciador de una pregunta:5

(7) X: BBB me ha dicho que organizas también excursiones arqueológicas


por la Provincia de Tucumán. ¿Es verdad eso?
A: No. Participa | Tenía
antes | Trabajaba bastante, me gustaba mucho. Lo que pasa que ya
no me dedico. Sí, te puedo .. A ver, ¿qué te interesa? ¿Geografía,
arqueología .. ?
X: (...)
(A: a, f, II)

5 Cf. Steel (1976: 74 y 1985: 46).


Muletillas en el español hablado 125

Pasemos al ejemplo (8):

(8) Contexto: La hija de A querría tener un determinado juguete.


A: (...). Como yo le digo a ella: "A vos no te hace falta. Vos has tenido
terrible, demasiado niñez.” Niñez diría yo que no no tiene, ¿sabes
cuándo?, si fuera una, por ejemplo, una criatura de que yo este diga
"Bueno, vos vas a lavar hoy esto, mañana vas a hacer aquello.”
Porque hay chicos que no tienen niñez, porque no tienen con qué
jugar. (...)
(A: c, f, II)

Este ejemplo nos m uestra bueno como introductor de un discurso


ajeno reproducido en la enunciación de la hablante.

(9) Contexto: B no aguanta la comida poco higiénica.


B: (...). Yo durante todo el tiempo que he estudiado para eh | tanto en
la facultad como en el profesorado, me | he tenido clases por la
noche. ... Me moría de hambre, pero jamás he comido un sandwich
en la cantina. Nunca, jamás.
((Silencio corto))
B: No. Yo, para mí, todo lo que sea parte de comida, eso tiene que ser
impecable. Super. Si a veces voy a asados y ... y vuelvo a mi casa
muerta de hambre, como es que no como nada. (...)
(B: a, f, I)

El uso de no se explica por el deseo de la hablante de volver al tema


conversacional anterior a la pausa más o menos prolongada. H ay que
señalar que el discurso que precede a no se caracteriza por una postura
negativa de B sobre las condiciones higiénicas mencionadas.

(10) Contexto: Se habla de la cantante tucumana Mercedes Sosa.


A: (-.)
B: [_Bueno. Me gusta ahora más de vieja que de joven, ¿no?
A: ¿Hm?
B: Me gusta ahora más de vieja ..
A: Es la voz que tiene.
B: O será las, las canciones son mejores ahora que cuando era
joven. ... Pero no, no la | no, no va, no va, no va para el Co­
lón. No es para que cante en el Colón.
126 Joachim C hristi

A: Pero además, dicen por ahí


del Ballet del Teatro Colón | Hay muy buenos bailarines, pero
B: ^ LHay, y hay, y h a y ..
A: hay | Esa, la que baila con Julio Boca, es°pesada, mi hermano
me decía: "¡Guarda, la gorda se cae!" ((ríe)) Y ya se trastabillaba
en el escenario.
(B: b, f, II; A: a, f, I)

P or medio de pero, A introduce un nuevo tem a en la conversación. Se


puede observar que pero sirve para dirigir la atención de los oyentes a
otro tem a que está relacionado en cierto m odo con lo anteriorm ente
dicho p o r B. De esta manera, no se produce una ruptura en la cohe­
rencia temática.

4.2 Muletillas de reformulación

Pasemos a las muletillas de reform ulación.6 Se trata de muletillas


que señalan una relación parafrástica, esto es, una equivalencia más o
m enos completa entre dos entidades semánticas. El hablante varía,
amplía o especifica el significado del texto anterior con el fin de facili­
tar la com prensión po r parte del oyente. Consideremos los ejemplos
(11), (12) y (13):

(11) Contexto: X se refiere a la rebelión de algunos militares contra el


gobierno de Alfonsín (1987).
X: ¿Podrían decirme lo que está pasando en Córdoba y Buenos
Aires?
A: Un despelote parece.
X: ¿Un qué?
A: Un despelote. O sea, un
problema serio.
(A: a, m, I)

C o n respecto a las características de una relación parafrástica consulte


G ülich/K otschi (1981, 1983 y 1987).
Muletillas en el español hablado 127

Com o se puede observar en este ejemplo, la muletilla o sea señala una


variación de lo anteriorm ente dicho.7

(12) X: ¿Viste ayer "Los unos y los otros"?


A: Ya la he visto antes, la pelí­
cula.
X: ¿Que piensas de la película?
A: La película es muy buena,
o sea, ... la música que tiene, el bailarín como baila, ( ).
(A: a, f, 1)

Aquí, la hablante especifica el contenido del enunciado ya expuesto; o


sea funciona , aquí, como indicador de una reform ulación de carácter
expansivo. El mismo caso se da en el siguiente ejemplo:8

(13) Contexto: A habla de los sacrificios de animales en el Antiguo Testa­


mento.
A: (...). Con lo cual el hombre tenía cierta tranquilidad de
conciencia, podríamos decir de que en algo se, se amistaba de
nuevo con Dios. En algo volvía a, a ser amigo de Dios,
pero°evidentemente no podría restablecer la amistad,
ofreciendo cosas que el mismo Dios le había dado al hombre,
es decir, el hombre ofrecía bueyes, carneros, corderos, ... el
hombre había lesionado con el Pecado Original°al amor de
Dios, te das cuenta que no lo podría restablecer al vínculo
ofreciendo cosas creadas, era desproporcional.
(A: a, m, I)

El funcionam iento de o sea com o in tro d u cto r de una reform ulación ya ha sido
señalado p o r Lapesa (1963: 204), C arnicer (1969: 15), M oliner (1984, II: 1147),
Alcina Franch/B lecua (41983: 1152), la Real A cademia Española (201984, II: 965),
Steel (1985: 168s.) y Fuentes R odríguez (1987: 173 - 183) y C ortés R odríguez
(1991: 50-59).
El uso aclarativo de es decir ya ha sido señalado p o r M oliner (1984, I: 868), el
Diccionario Planeta (1982: 369), el Gran Diccionario (1985: 555), el Vox (“1986:
516), M artinera (1976: 277), Steel (1985: 168s.) y especialmente p o r Fuentes
R odríguez (1987: 173 - 183).
128 Joachim Christi

H ay que advertir que una muletilla como o sea (también es decir) puede
tener en otras ocasiones un valor puram ente expletivo:9

(14) Contexto: A le enseña a X máquinas de panadería. X anota algunos


términos.
A: (...). Estos, éstos son, este, palotes. Palotes, palotes pone. Para
eh, para, o sea, agrandar o sobar despacito, para cualquier cosa
de bollos, tortillas, lo que sea.
(A: c, m, I)

4.3 Muletillas de corrección

Otras muletillas comunicativas sirven para efectuar una corrección


parcial o total de lo anteriorm ente dicho. Contem plem os los siguien­
tes ejemplos.

(15) Contexto: Se habla de las ruinas de una antigua ciudad indígena.


A: Sí, en arqueología pue | te puedo tener material eh ... biblio­
gráfico, sí. O sea, de eso tengo medios para conseguir. En
bibliografía sobre arqueología no hay problema. Lo que po-
X: [Muy bien.
A: dría ... | O sea, lo que se puede leer es lo que queda de Quil­
ines, que yendo de Tafí está a treinta kilómetros, son las ruinas
de Quilmes. (...)
(A: a, f, II)

En este ejemplo, el empleo de o sea se explica por el hecho de que la


hablante se ha dado cuenta de que la estructura sintáctica ya empezada
le impide transm itir su mensaje, lo que la lleva a abandonarla y elegir
una construcción sintáctica más adecuada.10
El ejemplo (16) nos m uestra cómo la hablante, por medio de no,
indica dos correcciones semánticas:

9 El uso expletivo de o sea ya ha sido señalado p o r C ortés R odríguez (1991: 62s.).


10 C ortés R odríguez (1991: 59ss.) m enciona tam bién el empleo de o sea com o
indicador de una (auto)corrección.
Muletillas en el español hablado 129

(16) A: (...). Mi papá se ha levantado, por ejemplo, a las tres | no, se ha


levantado a eso de las dos. N o , no se ha levantado, se ha desper­
tado. (...)
(A: a, f, I)

(17) Contexto: A se refiere a una misa.


A: Termina a las ocho y media | digo, a las nueve.
(A: a, f, I)

La muletilla digo, en (17), tiene tam bién la función de efectuar una


corrección semántica,11 pero se caracteriza además por un efecto disi­
m ulador: digo opera tan imperceptiblemente que el oyente no se da
cuenta de que la hablante está realizando una rectificación de lo dicho.

(18) Contexto: A habla de una yegua.


A: Cuando se para de mano, es muy difícil dominarla. Bah, no es
tan difícil, hay que saber manejarla.
(A: a, m, I)

En este ejemplo, bah señala una corrección semántica, añadiendo otro


m atiz específico: el hablante expresa mediante bah su disgusto por
haber precipitado la enunciación anterior y por verse así obligado a
efectuar una corrección parcial.

4.4 Muletillas terminativas

Existen, finalmente, muletillas que se hallan al final de un enun­


ciado o un complejo de enunciados. Esas muletillas terminativas
pueden tener un uso m uy variado, por lo que me voy a lim itar a
señalar solamente algunas de las funciones más im portantes.12

11 El uso de digo com o m arcador de una corrección ya ha sido señalado p o r


B einhauer (31978: 71) y Gorgas (1969: 110).
12 Indicaciones útiles sobre algunos usos de ¿no? se encuentran en Braue (1931: 64),
B utt/B enjam in (21989: 277), Criado de Val (1980: 60), Feldm ann (1984: 153 - 158),
Fuentes R odríguez (1990b: 183 - 186), Gorgas (1969: 233s.), Gran Diccionario
(1985: 1360), M artinera (1976: 280), M oliner (1984, II: 513), Rojas (1980: 198) y
Steel (1976: 31 y 1985: 157s.).
130 Joachim Christi

(19) Contexto: Se habla de Evita y Juan Domingo Perón.


A: (...). ¿Has visto lo que era Evita? ¿Te acordás? Era muy que-
B: [Claro.
rida en todos lados, ¿no es cierto? ... Evita y él, ¿no?
B: [Claro, es que Eva Perón era
la mano derecha de él.
(A: c, m, HI; B: c, m, HI)

Aquí, po r medio de ¿no es cierto!1y ¿no?, el hablante le pasa el turn o al


oyente para que éste exprese su aprobación. Cabe decir que A no duda
de la validez de lo enunciado.

(20) C: ¿Usted no ha visto la llave esa? No estaba. No ha amanecido


esa llave aquí, ¿no?
B: No, yo no la he visto. (...)
(C: c, m, III; B: b, f, II)

A diferencia de (19), el hablante manifiesta cierta inseguridad con


respecto a la vigencia de lo expuesto; por el uso de ¿no? interpela a la
oyente para que ésta confirme o niegue su suposición.

Pasemos al ejemplo (21):

(21) H: (...) Y la hija mía se pasa es I todo el día estudia. Cuando,


cuando no está | no estaba en el trabajo, ¿no? Estaba | Se encie­
rra en su habitación y s | pone los libros ahí, les daba. Horas,
¿no? Pero meses sin que nadie la moleste, ¿no? Cierra la puerta,
¿no?, y les da Vos vieras, días enteros, ¿no? Qué sé yo,
semanas enteras (...)
(H: b, m, II)

Aquí, el frecuente uso de ¿no? se explica por el intento po r parte del


hablante de evitar caer en el m onólogo total e implicar al oyente en su
discurso. Por medio de los diversos ¿no?, el hablante no pretende com ­
probar el entendim iento de éste, sino m antener o actualizar su aten­
ción.
En el siguiente ejemplo, el uso de ¿ que no? aparece m otivado por
el deseo del hablante de comprobar, tras la superación de sus dificulta­
Muletillas en el español hablado 131

des para encontrar el buen térm ino, si el oyente, a pesar de esas vacila­
ciones expresivas, estaba en condiciones de entender lo expuesto:

(22) Contexto: A le está explicando a X el funcionamiento de una máquina


de panadería.
A: Bueno........ Esta máquina se llama ... armadora............... Arma­
dora. Esta máquina | o sea, se realizan, se trabaja mejor dicho,
haciendo, este, el pan, el pan, y este em, a medida que se va
haciendo el pan, va saliendo por la puert | por la parte ... delan­
tera, ¿que no?, delantera para ir ... a las tablas. ... A las tablas,
que son aquellas. (...)
(A: c, m, I)

4 Acerca de las características específicas de cada m uletilla


con valor comunicativo

Al constatar la existencia de cuatro clases de muletillas con valor


comunicativo, hay que destacar que los diversos elementos de una
determinada clase presentan unos com portam ientos m uy específicos.
C ontem plando, a modo de ejemplo, el subgrupo de muletillas term i­
nativas, se pueden observar unas diferencias notables en lo tocante a
¿no?, ¿no es cierto? y ¿que no?. En contraposición con las demás m uleti­
llas mencionadas, el hablante puede utilizar ¿no? después de una
manifestación emotiva; cabe añadir que generalmente no se espera una
reacción verbal del oyente. Este uso exclusivo de ¿no? se puede obser­
var en el siguiente ejemplo:

(23) M: ¿Pero vos sabes que a mí más que Europa, ¿sabés qué?, me atrae
mucho? Eh Japón, todas las islas de, de Hawai, de la Polinesia,
todo eso me atrae. Eso me atrae mucho más que | o sea, más
A: LQué divino, ¿no?
M: que lo moderno — y Europa, que también es moderno y
antiguo, digamos, ¿ves?, todo, ¿eh?, — mas me atrae ver°como
es °la vida de Hawai, y África, eso me gusta mucho.
(M: a, f, I; A: a, f, I)
132 Joachim Christi

Además, la muletilla ¿no? es la única capaz de aparecer tras un acto


directivo13 (prohibición, mandato, exhortación, solicitud, ruego, reco­
m endación, sugerencia, consejo, etc.). El hablante emplea ¿no? con la
intención de asegurarse, a posteriori, de si el oyente ha identificado el
acto ilocutivo realizado en la enunciación anterior. Consideremos el
ejemplo (24):

(24) Contexto: E acaba de contar sus problemas al organizar un acto público.


E: (...). Así que mañana voy a conversar con MMM, que vaya a ...
( )•
A: [Le voy a dejar a N N N dos preguntas, ... para que me las res­
ponda.
E: No te olvides, no lo dejés entrar a OOO, ¿no?
A: Sí. No.
Sí. ... BBB es la que llevó la contabilidad de los folletos, así
que ..
(E: a, f, II; A: a, f, I)

M ediante ¿no?, E controla si A ha escuchado con la atención debida;


además, le da a entender que espera que B cumpla con sus expectativas.
En nuestro ejemplo, la oyente se siente obligada a confirm ar su dispo­
sición a actuar así.
A diferencia de ¿no es cierto?, las muletillas ¿no? y ¿que no? se
pueden emplear cuando el hablante duda de la validez de lo que acaba
de decir:

(25) Contexto: Se habla de Evita Perón.


A: (...) 1¿Cuándo ha muerto, en qué año? En el ..
C: En el cincuenta
B: [Cincuenta
C: y dos.
B: y dos. El veintiséis de Julio de mil novecientos cincuenta y dos
murió Eva Perón.
A: Cincuenta y dos.
C: A la edad de treinta y
cinco, por ahí, ¿no?

13 Cf. B ußm ann (21990: 185s.).


Muletillas en el español hablado 133

B: Treinta y tres años, la edad de Cristo.


C: L(-)
(A: c, m, III; C: b, m, II; B: c, m, III)

(26) A: En un país hay trenes eléctricos.


B: ((a X)) En Japón, ¿que no?
X: Sí, en Japón hay.
(A: c, m, I; B: c, m, I)

En contraposición con las muletillas terminativas ya consideradas, las


fórmulas ¿(me) entendés?, ¿has visto? y ¿ves? se emplean sólo cuando el
hablante tutea a su interlocutor. Esas muletillas no presentan la
propiedad de controlar la atención del oyente, ni de inducir a éste a
confirm ar o aprobar lo dicho por el hablante. En térm inos más gene­
rales, se puede decir que el hablante utiliza ¿(me)entendés?, ¿has visto? y
¿ves? cuando no se interesa por una reacción verbal por parte de su
interlocutor.
En cuanto al com portam iento característico de las muletillas en
juego, la misión principal que desempeña la fórm ula ¿(me)entendés? es
la de com probar la com prensión del oyente.14 Es sumamente intere­
sante constatar que ¿(me)entendés? aparece con preferencia en un
contexto causal, explicativo o implicativo. Los ejemplos (27) y (28)
ilustran el funcionam iento de la muletilla contemplada:

(27) Contexto: A le ha dicho a X que vaya a verla.


A: (...). Entonces yo estoy en esa casa, normalmente estoy ahí
todas las semanas. ... Si yo no estoy, ... vos decís que sos amigo
X: LAja. Muy bien.
A: mío y me esperas. Porque yo trabajo en otro lado, voy y ven­
go, y salgo. ¿Me entendés? Ahí podes ir viendo las cosas, ahí
X: LYa.
A: tengo folletos (...).
(A: a, f, II)

14 Indicaciones sobre el uso de ¿(me) entiendes? se encuentran en B einhauer (31978:


169), C riado de Val (1980: 60), Fuentes R odríguez (1990b: 190 - 193), Gorgas
(1969: 78s.).
134 Joachim C hristi

(28) Contexto: A quiere llevar a X aun pueblo un poco lejos de la ciudad de


Tucumán.
A: ^
X: [Además, queda bastante lejos de aquí, ¿no?
A: No es que quede
lejos. Lo que pasa es que ... son dos horas. ... Yendo despacio
X: [¿No? [¿Nada más?
A: son dos horas. Lo que pasa es camino de montaña. Entonces, el
camino que hay que tener ciertas precauciones, no se puede ir
muy rápido .. Entonces | Pero es cerca. Son ciento y pico kiló­
metros.
X: Ah, no es lejos, no.
A: No, no no, o sea, ya no voltarias en
una hora. ... ¿Entendés? Eh lo que pasa es que en esta época
X: LYa. ¿Y I
A: llega ya a las cuatro, cinco de la tarde, que ya no podemos apro­
vechar ( ), y ya baja esa niebla, y ya se cubre
todo, empieza a caer una lloviznita, entonces .. Normalmente
el tiempo aprovechable es hasta las tres de la tarde. Entonces,
por eso la idea es para un tiempo así, vos tendrías que ir a ......
... I Este, la idea es que vamos un sábado y volvamos un domin­
go. ¿Entendés? O sea, yo tengo una amiga que tiene una casa
ahí ( ). (...)
(A: a, f, II)

Se puede ver que en el ámbito de ¿(me)entendés? se hallan la conjun­


ción causal porque, la muletilla o sea, marcadora de una reformulación,
y la fórm ula introductoria lo que pasa es que, la cual tiene una función
explicativa.
La m uletilla ¿has visto? — tam bién existe la form a ¿viste? — se
em plea especialmente con el objeto de acentuar la validez de una
afirmación precedente que el oyente no puede poner en duda:15

(29) A: Los españoles son los que hablan bien. ... Y los porteños
también. ... Los porteños, por ejemplo, ... este "¿Viste aquel I
aquella casa?", "¿Viste esto, viste aquello?", así. No te puedo

15 N o se deja com probar la indicación de Escobar (1986: 327) para quien ¿viste? es
una "m uletilla en la conversación, com o pidiendo asentim iento".
Muletillas en el español hablado 135

hacer igual. Los santiagueños, i w u d u a i a u i a v |u v ^ cv_

es con ese, ¿has visto? (...)


(A: c, m, I)

(30) Contexto: A y B se quejan de los porteños.


A: (...)
B: [Es que digamos, el, el el porteño, así, o el provinciano, que
... considera que venir a Tucumán únicamente, ¡qué sé yo!, un
viaje de negocios o por alguna causa, ¿has visto?, pero no
consideran venir a Tucumán para las vacaciones, ¿has visto?
Piensan que esto es acá un pueblito, calles de tierra, eh eh
indios, eh con carretas, ¿has visto?, todos morochos, todos,
A: [Indios. [Morochos todos.
B: ... villas miserias, ..
(B: b, f, II; A: a, f, I)

Estos ejemplos m uestran cómo lo que exponen los hablantes adopta


un carácter más absoluto por el uso de ¿has visto ?.
P or últim o, la muletilla ¿ves? suele aparecer al final de una nueva
inform ación o de una opinión subjetiva. El uso de esa fórm ula obe­
dece al intento por parte del hablante de presentar su mensaje de una
manera más clara y garantizar, así, el buen entendim iento del oyente.
Este caso es ilustrado po r el ejemplo (31):

(31) X: ¿Qué has hecho ayer?


A: Ayer este he salido, este, quería ver unos
precios de ropa para mi hermana, porque el sábado este tiene
un cumpleaños de quince, de aquí, en la comisaría, dos cuadras
más adelante. Antes del puente, ¿ves?, y para comprar un
X: [Mhm.
A: pantalón para ella, y aparte he comprado unos remedios para
mi abuelo.
(A: c, m, I)

O tra función de ¿ves? consiste en establecer una relación más íntim a


entre los interlocutores. En el ejemplo (32), al expresar cosas perso­
nales, el hablante emplea ¿ves? con objeto de m ostrarle al oyente que
lo considera como un confidente.
136 Joachim C hristi

(32) X: Y vos, ¿qué hiciste el sábado?


A: El sábado, ¿qué he hecho yo?
Bueno, yo no he salido.
X: ¿No?
A: No. Porque | El domingo tam­
poco.
X: ¿Cómo?
A: El domingo tampoco.
X: El ..
A: El domingo.
X: ¡Ah! El
domingo tampoco.
A: No, porque mi papá está, está mal, ¿ves?
X: ¡Oh!
A: Sí, (...).
(A: c, m, I)

C ontem plando todas las muletillas term inativas analizadas hasta


aquí, hay que llamar la atención sobre el hecho de que, en distintas
ocasiones, presentan un empleo abusivo y por lo tanto poco necesario,
lo que se puede observar bien en los ejemplos (33) y (34), en los que
¿no? y ¿has visto? funcionan más bien como muletillas expletivas:

(33) Contexto: A había invitado una mujer desconocida a pasar Navidad con
ella.
A: (...).... Y siempre me escribe. Siempre, siempre me escribe.
Mirá, ¿no?, yo a veces digo, ¿no?, ... yo, yo digo a veces: vos
tenés gente realmente, ¿no?, gente pobre, ¿no?, vos le das una
mano, son tan agradecidos que te sien | sentís bien confortada.
(...)
(A: c, f, IT)

(34) Contexto: A, profesora de lengua española, habla de sus alumnos.


A: (...) hay que amenazarlos con la guillotina para que lean algo.
B: ¡Claro! Si no, no. Si no, no estudian. Si no, no hacen nada.
Entonces, si no les ponés, ¿has visto?, como condición un
examen o un parcial, no estudian.
(A: a, f, I; B: b, f, II)
Muletillas en el español hablado 137

Cabe mencionar que la muletillas ¿que no? y ¿ves? se utilizan exclu­


sivamente entre hablantes del nivel sociocultural más bajo,16 mientras
que las fórmulas ¿(me) entendés? y ¿has visto? — tam bién ¿viste? — se
caracterizan diatópicamente de la siguiente manera:

— ¿(me) entendés? lleva una desinencia verbal que es com ún al voseo


argentino
— ¿has visto? y ¿viste? son muletillas típicas del español argentino; es
interesante constatar que la form a ¿has visto? tiene un uso restrin­
gido al N oroeste de la Argentina.

5 Consideraciones finales

a) Se puede constatar que las muletillas se dejan clasificar según dos


funciones principales en muletillas expletivas y muletillas com uni­
cativas. Además existen muletillas que ejercen ambas funciones a la
vez (p. ej. bueno en (5)). Tam bién se da el caso de que una muletilla
determinada actúe unas veces como una form a retardataria y otras
participe activamente en la articulación de un discurso (p. ej. o sea en
(11) y (14)). Convendría, pues, postular una zona de transición entre
ambos subgrupos. Pero hay que tener tam bién en cuenta que algunas
unidades lingüísticas se caracterizan tanto por un uso discursivo como
p o r un uso modal. Al analizar el ejemplo (10), hemos visto que pero
cumple la función de introducir un nuevo tema en la conversación; en
el siguiente ejemplo, en cambio, actúa de una m anera totalm ente
distinta:

(35) Contexto: X acaba de anotar un enunciado de A, poniendo "bueh " en


vez de "bueno".
A: ¡Pero ya corrigis el "bueh"!
(A: a, m, I)

Aquí, pero tiene el valor de alterar el cargo proposicional del enun­


ciado que encabeza, aportándole un matiz de desacuerdo. General­

16 La característica diastrática de ¿que no? ya ha sido señalada p o r Rojas (1980: 207).


138 Joachim Christi

m ente hablando, una partícula modal no añade inform ación a la


oración, sino que modifica su contenido, expresando así la postura del
hablante sobre lo expresado.17
Com o resumen, se puede ilustrar esos fenómenos por medio de la
siguiente gráfica:

muletillas muletillas elementos


expletivas comunicativas modales

b) La clase de muletillas presenta una gran variedad de funciones en


el habla espontánea. H em os visto que esas muletillas no se pueden
denunciar como elementos supérfluos o innecesarios, sino que contri­
buyen esencialmente a la producción de un discurso y, además, de una
conversación. Sus funciones consisten, en particular, en

— estructurar el discurso de un hablante, parcelándolo en varías enti­


dades informativas, para que al oyente le resulte más fácil la com­
prensión y la recepción del mensaje;
— contribuir a la estructuración tem ática de un discurso o de una
conversación, señalando cambios de tem a o vueltas a un tem a
anterior;
— facilitar la construcción de un enunciado o de todo un discurso de
un hablante, posibilitando así la adecuada transm isión de inform a­
ciones;
— interpelar al oyente, llamando su atención sobre lo que se va a
decir o sobre algo que ha sido enunciado;

17 Para más informaciones sobre el funcionam iento de partículas modales cf. Acosta
(1984).
Muletillas en el español hablado 139

— m antener y estrechar el contacto con el oyente, especialmente en


secuencias monológicas, implicándole en el discurso del hablante
o creando una situación comunicativa más íntima;
— controlar la atención del oyente, verificar su com prensión, solici­
tarle una confirmación, pedir su colaboración en un acto discur­
sivo.

c) N o se debe olvidar que una determinada muletilla comunicativa


puede pertenecer a diversas clases funcionales: o sea es capaz de actuar
como introductor de una paráfrasis y tam bién como m arcador de una
corrección; no sirve unas veces para volver a un tem a anterior y otras
para señalar una rectificación en el nivel semántico. U n estudio más
detallado m ostraría que además de o sea y no, existen otros elementos
que se caracterizan por esa polifuncionalidad.

d) Según Koch (1985 y 1986) y Koch/Oesterreicher (1985 y 1990), las


muletillas son fenómenos universales típicos de la lengua hablada; se
pueden encontrar, de form a distinta, en todos los idiomas. Es suma­
mente interesante que algunas de las muletillas aquí tratadas {¿que no?,
¿(me) entendés?, ¿has visto? / ¿viste?, ¿ves?) llevan una característica
diatópica o diastrática.

e) Considerando las clases de muletillas expletivas y comunicativas,


cabe preguntarse si tiene sentido m antener el térm ino 'muletilla' para
medios lingüísticos que ejercen misiones im portantes en el coloquio.
Parece preferible sustituir la expresión 'muletilla comunicativa' por
ejemplo por 'señal de estructuración', 'm arcador', 'señal marcativa',
'ordenadora del discurso' o 'señal del hablante'.18 Así se podría reser­
var la palabra ’muletilla' únicamente para referirse a elementos expleti­
vos.

18 Cf. Gülich (1970), H ölker (1988), N arbona Jiménez (1989: 187), N arbona Jim énez
(1989: 166) y C hristi (1992).
140 Joachim C hristi

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