El sueño en el niño

El sueño es una función compleja, en crecimiento y transformación año tras año de tu bebé.
Dormir no se adquiere con la repetición ni la práctica, es decir NO es una prueba de destreza.

El dormir es un rasgo complejo de conducta y depende de ciertas estructuras a nivel del sistema
nervioso central. Comprende cuatro fases:

1.- Dormir

2.-Permanecer dormido

3.-Despertar

4.-Permanecer despierto

Las variaciones de niño a niño en relación al sueño se hayan relacionadas por la madurez del
cuerpo en crecimiento.

Por lo que, antes de pensar que tu niño tiene un trastorno del sueño; piensa primero que:

Él no es igual a los demás niños. No lo compares. Respeta su desarrollo.

Dale tiempo para que las estructuras de su cerebro maduren. Tomará algún tiempo, pero no toda
la vida.

Apóyate en recursos como un ambiente tranquilo y relajado (una habitación con la menor
cantidad de distracciones, baño relajante antes de dormir, leer un cuento corto y música relajante
lo ayudará)

Cambie las sesiones de TV, juegos de video y computadoras (incluyendo tabletas y teléfonos
inteligentes) hacia el final de la tarde y sustitúyalos por juegos didácticos o lectura. El nivel de
alerta disminuirá y contribuye a la preparación para un sueño reparador.

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En los años escolares, las necesidades de sueño varían desde las 7 horas hasta llegar a las 12 horas.

Algunas recomendaciones:

Defina la hora de acostarse. Evite ser demasiado rígido.

Advierta al niño antes de que llegue la hora de dormir, así dispondrá de tiempo para terminar lo
que está haciendo.

Antes de acostarse, permítele un juego tranquilo o cuéntale un cuento

Si es posible, el niño debe tener una habitación propia

NIÑOS QUE VEN TV HASTA TARDE.

Es perjudicial además de innecesario que los niños permanezcan despiertos hasta altas horas de
la noche viendo TV. Aplica también para los juegos de video, los cuales están llenos de imágenes
violentas o relatos excitantes que pueden provocar un sueño intranquilo. Esto explica por qué
algunos niños “trillan” los dientes durante la noche. En ocasiones la respuesta es ansiedad y un
cerebro que quedo inquieto o en actividad por las imágenes recibidas antes de dormir.

NIÑOS QUE DUERMEN CON LA TV ENCENDIDA

La pantalla de la televisión desprende luz. Muy poca, pero la suficiente para alterar nuestro
cerebro. Un estudio de la Universidad Estatal de Ohio, liderado por Rand Nelson, sugiere que el
nivel de luz óptimo que necesita el cerebro de los mamíferos para descansar es
sorprendentemente bajo. Los investigadores asocian los efectos de la exposición a la luz (en la
noche) a una hormona llamada melatonina, que se produce cuando el cuerpo detecta la
oscuridad. Si hay demasiada luz ambiental, el cuerpo podría producir cantidades de melatonina
inapropiadas. Esto se traduce en un sueño poco reparador y hasta depresión.

Apaga la TV y juegos de video al final de la tarde y apuesta por lecturas de cuentos, juegos
didácticos o charlas agradables con tu niño. Eso se traduce en salud mental.